LOS VASCONES DE LAS FUENTES ANTIGUAS - Historia Antigua

económica y munificencia, sólo especificada en otro pedestal dedicado a un legatus originario de
Saguntum (Sagunto). Se omite la identidad del emperador con el que se había entrevistado en la
capital de Panonia Inferior, aunque probablemente se trataría de Marco Aurelio, a quien el notable le
comunicaría las reclamaciones de la provincia en relación con un censo que pudo haberse realizado
en Hispania durante su principado 85 . Este homenaje estatuario de los delegados provinciales debió
de satisfacer a Cornelius Valens, quien no economizó medios en desarrollar su autorrepresentación
y la de su esposa, Sempronia Placida, también originaria de Pompelo. El pedestal a esta flamínica
lo erige su cónyuge a sus expensas, una vez que el concilio aprueba su colocación (consensu
concilii prouinciae) en el mismo sector urbano destinado a la representación de la elite provincial 86 .
Sempronia, por su condición femenina, estaba excluida de toda participación político-administrativa
directa. Pero sus atribuciones efectivas, vinculadas a la difusión de la ideología imperial, y su
condición de esposa de un destacado notable, a quienes los delegados habían reconocido su actividad
en beneficio de los provinciales, le hacían acreedora a nivel privado y público de la más alta estima 87 .
De este modo con la conmemoración estatuaria, su cónyuge asociaba su nombre al de su esposa,
omitiendo su cursus, pero dejando evidente constancia del prestigio familiar en un nuevo pedestal
que se situaría próximo a su propia conmemoración estatuaria oficial.
Los miembros de la asamblea provincial debieron de ser conscientes de la singularidad de
estas elites entre sus conciudadanos vascones, así como de la eventual emulación o reconocimiento
que debían de proyectar sus competencias y asunción de comportamientos romanos registrados en
sus pedestales. Este interés del concilio parece reflejarse en el pedestal de la flamínica Postumia
Nepotiana siue Marcellina, originaria de Cara, a quien financió un homenaje su esposo, el flamen
T. Porcius Verrinus, para quien se ha propuesto que quizá pudo compartir la misma origo. Su
procedencia queda doblemente precisada, con la mención de la ciuitas y del conuentus, posiblemente
con el deseo de perpetuar la imagen y la memoria epigráfica de quien podría haber sido la primera de
su familia en tener representación provincial o, quizá, haber obtenido una de las pocas designaciones
al flaminado entre las féminas relevantes de Cara 88 .
La asamblea provincial obsequió con un homenaje estatuario, como ya hemos expuesto
previamente, a un flamen provincial, C. Sempronius Fidus, originario de Calagurris, que documenta
una remarcable carrera ecuestre, poniéndose de relieve en su pedestal, datado entre la dinastía Flavia
y mediados del siglo II, sus tribunados militares desempeñados al frente de cuatro legiones, tres en
la región sirio-arábiga y la última en Britania 89 . Dentro de las tres milicias ecuestres, que configuran
a partir del principado de Claudio el cursus ecuestre clásico, el tribunado de la legión se situaba en
una posición intermedia entre la prefectura de una cohorte y la prefectura de un ala. Los caballeros
hispanos que documentan un cursus decurional previo testimonian con posterioridad el desarrollo
de carreras ecuestres variadas en las que el desempeño de las tres o las dos primeras milicias de
85 RIT, 332; RIT, 331; G. ALFÖLDY, Eine spanische Gesandtschaft in Pannonien, AEspA 43, 1970, 169-174; J. J. SAYAS,
Ad census accipiendos de ciudades vasconas y várdulas y la legatio censualis de un pamplonés, ETF(2) 2, 1989, 137-152
(véase también, J. J. SAYAS, Los vascos..., 172-176).
86 RIT, 337.
87 M. NAVARRO, Les femmes…, 191-199 y Mujer de notable…, 119-126.
88 RIT, 326; veáse E. ORTIZ DE URBINA, La exaltación de la elite…, 69-73. Sobre la origo de Porcius, véase C. CASTILLO y
C. FERNÁNDEZ, Navarra en época romana: datos que aportan las fuentes epigráficas, en: Vestigia Antiquitatis. Escritos de
epigrafía y literatura romanas. Scripta a sodalibus collecta, in honorem Carmen Castillo, Pamplona 1997, 287-293, esp.
290-291 [y también Actas del I Congreso General de Historia de Navarra II, Pamplona 1987, 363-368]. No obstante, la
mención K(a)re(n)sis (IRMN, 39) podría remitir al cognomen Kresis y no a la origo como precisa en este mismo volumen
E. Cantón (p. 446).
89 RIT, 306.
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