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Arte Paleocristiano y Bizantino - IES JORGE JUAN / San Fernando

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I.E.S. <strong>JORGE</strong> <strong>JUAN</strong>. DEPARTAMENTO DE HISTORIA, GEOGRAFÍA E HISTORIA DEL ARTE. Curso 2006/2007<br />

El árbol se presenta entonces con los elementos<br />

imprescindibles para su reconocimiento; la montaña aparece como una<br />

gran piedra, y el río como unas líneas onduladas. La Naturaleza no se<br />

concibe como tal en sus accidentes y particularidades, sino como algo<br />

que contribuye a identificar una determinada escena o que coopera a<br />

la composición de las formas.<br />

Lo mismo ocurre en las representaciones de edificios,<br />

mobiliario u objetos, en las que la lógica constructiva y la lógica visual<br />

no se tienen en cuenta. Las arquitecturas no intentan crear un<br />

espacio ficticio, un espacio que entre en contradicción con la esencia<br />

bidimensional del muro o que contribuya a hacer percibir una<br />

engañosa profundidad inexistente. El fondo dorado actúa como límite<br />

de personajes, naturalezas y arquitecturas. Más allá de ese<br />

reluciente oro no existe nada, sólo lo absoluto. En todo caso, las<br />

arquitecturas y los distintos elementos tridimensionales no<br />

intentarán profundizar en el espacio, sino avanzar hacia el<br />

espectador para dar lugar a una "perspectiva invertida".<br />

EL COLOR<br />

Más que espacio, las formas del arte bizantino son<br />

fundamentalmente color, un color en extremo brillante. Los rojos, los<br />

azules, los amarillos, los verdes, no actúan como referencias de una<br />

realidad o trascripción de impresiones, sino que significan un ideal.<br />

Cuando el espectador contempla un mosaico bizantino, no percibe<br />

colores reales, o siquiera posibles, sino colores que, a través de su<br />

armonía y contraposición, crean un sugestivo mundo capaz de<br />

conmoverle y alejarlo de su entorno inmediato. En este mundo,<br />

apenas si tiene lógica la presencia de sombras, del claroscuro que da<br />

el volumen a los cuerpos. Sólo en el tratamiento de los pliegues o en<br />

algunos elementos arquitectónicos se adivina una cierta voluntad de<br />

HISTORIA DEL ARTE. 2º BACHILLERATO. Tema 5: ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO<br />

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