© Luis Botella. All rights reserved. - Constructivismo y Procesos ...
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Integración en Psicoterapia<br />
una buena acogida. Al inicio de los años cincuenta no soplaban vientos<br />
favorables a la integración (como soplarían poco después) sino que, muy al<br />
contrario, la lucha de escuelas llegaba a su punto más álgido. Hubo que esperar<br />
<strong>©</strong><strong>Luis</strong> <strong>Botella</strong>. <strong>All</strong> <strong>rights</strong> <strong>reserved</strong>.<br />
hasta los años setenta para un clima más propicio. En esa década el modelo<br />
conductual tenía ya establecida firmemente su identidad y su relevancia dentro<br />
del campo terapéutico, y además empezaba a desarrollar una apertura hacia los<br />
procesos cognitivo-simbólicos (p.e., Bandura, 1969). Por otro lado, aparecieron<br />
algunos formatos de terapia psicoanalítica que enfatizaban la fijación de metas, el<br />
trabajo sobre un foco terapéutico, así como los acontecimientos y procesos<br />
presentes. Además, los enfoques humanistas, sistémicos y los propiamente<br />
cognitivos, que entraron en la escena terapéutica en la segunda mitad de este<br />
siglo, también propiciaron propuestas integradoras. Fueron varias las que<br />
aparecieron en los 70, y muchas más a partir de los 80. A continuación<br />
comentamos un ejemplo de las que integran dos teorías, y otro de las que tienen<br />
un espectro más amplio. Al primer caso lo denominamos integración híbrida, y al<br />
segundo integración amplia (Feixas, 1992a).<br />
En la integración teórica híbrida se combinan las teorías y prácticas<br />
correspondientes a dos enfoques terapéuticos ya establecidos. Normalmente, se<br />
parte de dos enfoques que se consideran complementarios y se intenta<br />
seleccionar los aspectos teóricos y las técnicas más útiles de cada uno en un<br />
marco teórico híbrido común.<br />
En la actualidad el enfoque que mejor representa este planteamiento<br />
híbrido, quizás en parte por ser heredero de los clásicos esfuerzos citados más<br />
arriba por integrar el psicoanálisis con el conductismo, es la terapia psicodinámica<br />
cíclica de Paul Wachtel (p.e., 1977; 1992). Discípulo de Dollard y Miller, Wachtel<br />
se formó como psicoanalista y posteriormente tuvo la oportunidad de observar el<br />
trabajo de algunos de los terapeutas de conducta más reconocidos. Considera<br />
que la perspectiva psicodinámica y su énfasis en el insight como mecanismo de<br />
cambio es insuficiente en la mayoría de casos, y que hay que prestar atención a<br />
los componentes actuales que favorecen las fantasías y conflictos inconscientes.<br />
En contraste con la visión psicodinámica clásica respecto al papel causal de los<br />
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