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maria-cristina-menen.. - Sociedad Argentina de Análisis Político ...

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LA IMPRONTA MEDIÁTICA SOBRE LA TEORÍA POLÍTICA.<br />

I. Relación <strong>de</strong> la opinión pública y lo político<br />

a. La tradición clásica<br />

María Cristina Menén<strong>de</strong>z – CONICET<br />

Un buen punto <strong>de</strong> partida para llegar al análisis <strong>de</strong> la metamorfosis <strong>de</strong><br />

algunos conceptos políticos a la luz <strong>de</strong> los cambios que se han producido en los<br />

tiempos <strong>de</strong> la información pue<strong>de</strong> ser rastrear la preocupación entre los clásicos<br />

por compren<strong>de</strong>r la vinculación entre política y opinión pública.<br />

Porque es el recorrido <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong> filosofía política en su abordaje <strong>de</strong><br />

diferentes temáticas el que permite conmensurarlas y modificarlas en función <strong>de</strong><br />

su evolución actual. Si concordamos en que la aprehensión <strong>de</strong> lo simbólico<br />

prece<strong>de</strong> a la operacionalización científica coincidiremos con Giovanni Sartori<br />

cuando expresa “ la fragua <strong>de</strong> la evolución simbólica se encuentra propiamente en<br />

el pensamiento especulativo”. Lo cual, sin embargo, no implica <strong>de</strong>sconocer sus<br />

límites, en tanto que “un conocimiento no empírico no es, sólo por ser tal, un<br />

conocimiento operativo”. “Las palabras <strong>de</strong>l vocabulario filosófico son ricas en<br />

connotación, pero in<strong>de</strong>terminadas, pobres en <strong>de</strong>notación (y <strong>de</strong>limitación)<br />

fenoménica. “ (Sartori, Giovanni, Lógica ...46-47, 58)<br />

Este es el punto don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> enraizarse la teoría política. Porque es la<br />

teoría contemporánea la que afronta la función <strong>de</strong> construir conceptos políticos<br />

como ‘unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pensar’. Des<strong>de</strong> esta construcción se distinguen luego los<br />

términos teóricos que carecen <strong>de</strong> referentes y los conceptos empíricos que<br />

pue<strong>de</strong>n sustentar la tríada compuesta por el término (palabra), el significado y el<br />

referente llegando a su <strong>de</strong>finición operacional. Des<strong>de</strong> esta perspectiva que señala<br />

límites también se advierte cómo se anuda la relación entre ciencia política y<br />

filosofía porque “ la ciencia política brota <strong>de</strong> la fuente <strong>de</strong> la meditación<br />

especulativa”. (Sartori, Giovanni, Lógica... 50-51,65-70)<br />

En este contexto tomaremos como referencia algunos autores clásicos en<br />

sus refllexiones acerca <strong>de</strong> la relación entre política y opinión pública como una<br />

primera aproximación a nuestra temática actual.<br />

Comencemos por Aristóteles quien al relacionar la categoría mando y<br />

obediencia con la opinión como fuente que no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sconocer el gobernante<br />

señaló “ La sensatez es la única virtud propia <strong>de</strong>l que manda. Las <strong>de</strong>más<br />

lógicamente tienen que ser comunes a los gobernados y a los gobernantes, pero<br />

<strong>de</strong>l gobernado no es virtud la sensatez, sino la opinión verda<strong>de</strong>ra; pues es como<br />

1


un fabricante <strong>de</strong> flautas y el gobernante el flautista que las toca” (Aristóteles,p.<br />

115-116)<br />

Por lo contrario, en la perspectiva <strong>de</strong>l realista N. Maquiavelo la relación<br />

gobernante-gobernado diluye aquel carácter inspirador poniendo un <strong>de</strong>jo <strong>de</strong><br />

sospecha sobre la autonomía <strong>de</strong>l gobernado mientras acentuaba la capacidad <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l gobernante al expresar “ Dedíquese el Príncipe a superar siempre las<br />

dificulta<strong>de</strong>s, y a conservar su Estado. Si sale con acierto, se tendrán por honrosos<br />

siempre sus medios, alabándoles en todas partes: el vulgo se <strong>de</strong>ja siempre atrapar<br />

por las exteriorida<strong>de</strong>s, y seducir <strong>de</strong>l acierto. Ahora bien, no hay casi más que vulgo<br />

en el mundo; y el corto número <strong>de</strong> los espíritus penetrantes que en él se<br />

encuentra, no dice lo que vislumbra, hasta que el sinnúmero <strong>de</strong> los que no lo son<br />

no sabe ya a qué atenerse” (Maquiavelo, Nicolás, p. 87)<br />

Sin embargo la relación entre la esfera pública y la esfera privada siempre<br />

ofrece varias perspectivas no agotando fácilmente su riqueza. Así el punto <strong>de</strong> vista<br />

<strong>de</strong> la responsabilidad por las acciones es introducida por John Locke en su “<br />

Ensayo referente a la comprensión humana” al señalar que existían tres leyes<br />

para juzgar la rectitud u obligación: 1: la ley divina; 2: la ley civil y 3: la ley <strong>de</strong> la<br />

opinión o reputación. La tercera fijaba la virtud o el vicio <strong>de</strong> acciones a partir <strong>de</strong><br />

las cuales los hombres eran juzgados. (Locke, John, Un essay concerning<br />

Human Un<strong>de</strong>rstanding, 1689, Cap. XXVIII, Nº7).<br />

Des<strong>de</strong> esta perspectiva pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse que en relación a nuestra<br />

temática el discurso lockeano anticipaba el eje <strong>de</strong> una cuestión contemporánea:<br />

la relación entre la exposición pública y el juicio público a los actores políticos,<br />

que más precisamente <strong>de</strong>nominaremos ‘accountability vertical mediática’ como<br />

función <strong>de</strong> control <strong>de</strong>l periodismo <strong>de</strong> investigación sobre la esfera política.<br />

En tal sentido Locke ya jerarquizaba en su obra a la ley <strong>de</strong> opinión o<br />

reputación consi<strong>de</strong>rando que los hombres podían imaginar una futura<br />

reconciliación con respecto a la ley divina; tanto como una eventual impunidad<br />

con respecto a la ley civil. Pero con respecto a la ley <strong>de</strong> la opinión pública ningún<br />

hombre podía escapar. Por tanto la censura <strong>de</strong> la moda y la opinión <strong>de</strong> quienes<br />

se frecuentaba era más temida que las otras dos leyes.<br />

Así expresaba “Por lo que se refiere a los castigos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>l<br />

incumplimiento <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong>l Estado, es frecuente que se hagan ilusiones con la<br />

esperanza <strong>de</strong> la impunidad. Pero nadie que atente contra la moda y la opinión <strong>de</strong><br />

las compañías que frecuenta, y a las que se encomendaría, se libra <strong>de</strong>l castigo <strong>de</strong><br />

la censura y el <strong>de</strong>sagrado <strong>de</strong> éstas... No existe uno entre miles que sea lo<br />

suficientemente rígido e insensible como para resistir bajo la constante<br />

<strong>de</strong>saprobación y con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> su propia particular sociedad” ( John Locke, XXVIII,<br />

Nª12).<br />

2


Podríamos continuar recogiendo el pensamiento <strong>de</strong> muchos otros autores<br />

en relación a la asociación entre el po<strong>de</strong>r con la política y la esfera pública tales<br />

como D. Hume (1739), Jean Jacques Rousseau (1744), Madison (1788) pero<br />

concluiremos esta primera aproximación a través <strong>de</strong>l pensamiento clásico con las<br />

expresiones <strong>de</strong> Alexis <strong>de</strong> Tocqueville (1835/1840) porque plantea en relación con<br />

la opinión pública una nueva temática <strong>de</strong> resonancias actuales, tal es la teoría<br />

<strong>de</strong>mocrática, el pluralismo y sus connotaciones en la relación entre mayoría y<br />

minoría.<br />

Y en la ‘Democracia en América’ anticipó el impacto <strong>de</strong> la opinión<br />

mayoritaria sobre la opinión individual en los sistemas <strong>de</strong>mocráticos en los<br />

siguientes términos “Cuando las condiciones son <strong>de</strong>siguales y los hombres<br />

diferentes, hay algunos individuos muy ilustrados y po<strong>de</strong>rosos por su inteligencia,<br />

y una multitud muy ignorante y harto limitada. Los que viven en tiempos <strong>de</strong><br />

aristocracia son conducidos naturalmente a tomar por guía <strong>de</strong> sus opiniones la<br />

razón superior <strong>de</strong> un hombre o <strong>de</strong> una clase, encontrándose poco dispuestos a<br />

reconocer la infalibilidad <strong>de</strong> la masa. En los siglos <strong>de</strong> igualdad suce<strong>de</strong> lo contrario,<br />

porque a medida que los ciudadanos se hacen más iguales, disminuye la<br />

inclinación <strong>de</strong> cada uno a creer ciegamente a un cierto hombre o en <strong>de</strong>terminada<br />

clase. La disposición a creer en la masa se aumenta, y viene a ser la opinión que<br />

conduce al mundo....se pue<strong>de</strong> prever que la fe en la opinión común vendrá a ser<br />

una especie <strong>de</strong> religión, <strong>de</strong> la cual es profeta la mayoría” ( Tocqueville, Alexis <strong>de</strong>,<br />

396-397 )<br />

Llegados a este punto <strong>de</strong> conexión entre la esfera pública y la esfera<br />

privada a través <strong>de</strong> la opinión pública, habiendo puesto <strong>de</strong> manifiesto también las<br />

limitaciones que existen para su expresión disi<strong>de</strong>nte, pareciera que nos<br />

encontramos en condiciones <strong>de</strong> introducirnos en el <strong>de</strong>bate mo<strong>de</strong>rno, aquel don<strong>de</strong><br />

la opinión pública se potencia como manifestación <strong>de</strong> la sociedad civil realizada a<br />

través <strong>de</strong> los medios y las organizaciones no gubernamentales.<br />

2. El <strong>de</strong>bate mo<strong>de</strong>rno<br />

La visión contemporánea acerca <strong>de</strong> la relación entre política y opinión<br />

pública requiere que introduzcamos al sistema <strong>de</strong>mocrático como un eje a partir<br />

<strong>de</strong>l cual se <strong>de</strong>sdoblan explicativamente la opinión pública autónoma y la opinión<br />

pública heterónoma. (Sartori, Giovanni, Elementos ..., 149-175)<br />

En primera instancia podría afirmarse que la opinión pública autónoma<br />

pertenece al sistema político <strong>de</strong>mocrático mientras la opinión pública heterónoma<br />

a los regímenes totalitarios o autoritarios.<br />

La opinión pública autonóma requiere un ciudadano informado y dotado <strong>de</strong><br />

razón práctica y éste se constituye en la base <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia como i<strong>de</strong>al. Pero<br />

esta concepción pier<strong>de</strong> parte <strong>de</strong> su sentido si adoptamos la <strong>de</strong>finición minimalista<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia mientras se enfatizan aspectos procedimentales. Así, en la<br />

3


perspectiva schumperiana, el sistema <strong>de</strong>mocrático pasa a ser como un "...arreglo<br />

institucional para llegar a <strong>de</strong>cisiones políticas –legislativas y administrativas”.<br />

Este primer acercamiento pue<strong>de</strong> ser completado con la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong><br />

poliarquía –nuestra <strong>de</strong>mocracia mo<strong>de</strong>rna- agregando a la <strong>de</strong>finición restringida <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mocracia contemporánea otras características tales como las que la <strong>de</strong>finen<br />

como un régimen basado en la participación política, el sufragio y la posibilidad <strong>de</strong><br />

elegir y ser elegidos para llegar a tomar las <strong>de</strong>cisiones políticas. En esta instancia,<br />

lo procedimental queda ligado al procedimiento electoral y su organización anterior<br />

y posterior mientras que la misma posibilidad <strong>de</strong> competir extien<strong>de</strong> sus<br />

requerimientos quedando ligada a la libertad <strong>de</strong> palabra, <strong>de</strong> asociación y <strong>de</strong><br />

expresión.<br />

Siendo el ciudadano quien actúa como agente individual queda situado en<br />

este proceso en el centro <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>mocrática, exigiendo la apertura <strong>de</strong> un<br />

examen restrictivo <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong>mocrático y su abordaje <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la filosofía<br />

política, la teoría moral y el sistema legal. El ‘agente’ individual se constituye en<br />

el núcleo axial explicativo consi<strong>de</strong>rado según Guillermo O’Donnell como “alguien<br />

dotado <strong>de</strong> razón práctica, o sea que cuenta con suficiente capacidad intelectual y<br />

motivacional para tomar <strong>de</strong>cisiones que son razonables en función <strong>de</strong> su situación<br />

y sus metas, <strong>de</strong> las cuales, salvo prueba concluyente en contrario, se entien<strong>de</strong><br />

que es el mejor juez” (O’DONNELL, Guillermo, 2000, 540)<br />

Si todo régimen político según cuál sea el lugar acordado al ‘agente’ se<br />

orienta en última instancia por un fundamento tutelar o <strong>de</strong>mocrático, en primera<br />

instancia pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse que la visión <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong>l ‘agente’ implica una<br />

apuesta incluyente y universalista. Sin embargo esto no ha sido así en un primer<br />

momento ni en las <strong>de</strong>mocracias originarias que permanecieron por largo períodos<br />

como <strong>de</strong>mocracias tutelares ni en otras más recientes don<strong>de</strong> la homogeneización<br />

social y jurídica llegó tar<strong>de</strong> o bien no se registró. Aún así señala O’Donnell la<br />

visión formalista <strong>de</strong> los regímenes <strong>de</strong>mocráticos impidió que se abordase esta<br />

importante falencia.<br />

En su estudio acerca <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>mocrática orientado a la realización <strong>de</strong><br />

una comparación entre los países <strong>de</strong> reciente transición a la <strong>de</strong>mocracia y<br />

aquellos con tradición <strong>de</strong>mocrática O’Donnell teniendo como referente al mo<strong>de</strong>lo<br />

poliárquico <strong>de</strong> R. Dahl señala que son liberta<strong>de</strong>s políticas la libertad <strong>de</strong> expresión<br />

y <strong>de</strong> asociación – a quienes consi<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>rechos subjetivos- y la <strong>de</strong> información<br />

libre y pluralista - consi<strong>de</strong>rada una característica <strong>de</strong>l contexto social,<br />

in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> individuos aislados. (O’DONNELL<br />

Guillermo,2000 ... 554.) pero en realidad, concluye, todas estas liberta<strong>de</strong>s<br />

terminan diluyéndose en un marco más amplio <strong>de</strong> liberta<strong>de</strong>s civiles, inescindibles<br />

en tanto histórica, práctica y jurídicamente provienen <strong>de</strong> éstas.<br />

Des<strong>de</strong> esta perspectiva nos interesa analizar la conformación y operación<br />

<strong>de</strong> la opinión pública en los sistemas <strong>de</strong>mocráticos. En principio podría partirse <strong>de</strong><br />

aquella distinción clásica entre opinión pública: la autónoma y la heterónoma.<br />

4


En primera instancia, la autónoma sería la que correspon<strong>de</strong> a dichos<br />

sistemas pluralistas y policéntricos mientras tanto otros autores analizan sus<br />

aspectos comunicativos (J. Habermas) o psicosociales (Noelle-Neumann).<br />

Pero la categoría binaria autonomía – heteronomía también podría merecer<br />

lecturas diferentes a través <strong>de</strong> diversos teóricos a la luz <strong>de</strong> su indagación <strong>de</strong> las<br />

relaciones entre <strong>de</strong>mocracia, capitalismo y estado.<br />

Des<strong>de</strong> una perspectiva ‘pluralista’ en la que al sólo título <strong>de</strong> ejemplo<br />

podríamos inscribir a teóricos políticos como D. Easton, S. M. Lipset, S.<br />

Huntington, R. Dahl o G. Sartori los valores compartidos son el referente necesario<br />

<strong>de</strong> la estabilidad <strong>de</strong>mocrática. “El aspecto <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong>l estado es la<br />

consecuencia <strong>de</strong> la participación popular cuando la apoya una cultura política que<br />

alienta la responsividad <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res políticos a las <strong>de</strong>mandas legítimas. La<br />

participación mo<strong>de</strong>rada es promovida por los valores <strong>de</strong> la confianza y la<br />

negociación políticas, inculcados mediante procesos sutiles <strong>de</strong> socialización<br />

política en la familia, en la escuela, la Iglesia y la comunidad, y por los lí<strong>de</strong>res<br />

responsables que respon<strong>de</strong>n tangiblemente a las <strong>de</strong>mandas políticas. La<br />

socialización política también <strong>de</strong>sarrolla el equilibrio a<strong>de</strong>cuado entre el apoyo a los<br />

lí<strong>de</strong>res políticos y las <strong>de</strong>mandas que se les formulan” (ALFORD y FRIEDLAND,<br />

57)<br />

Pero como existen intereses difusos aunque comunes en el proceso <strong>de</strong><br />

representación en el sistema político <strong>de</strong>mocrático existe una gran dificultad para<br />

<strong>de</strong>finir y procurar el interés público. Para llegar a un acuerdo que garantice la<br />

estabilidad <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong>mocrático y la gobernabilidad <strong>de</strong> la sociedad una <strong>de</strong> sus<br />

condiciones previas es que “ las personas <strong>de</strong>ben tener acceso a la información<br />

sobre las políticas a las que se comprometen los candidatos, sobre las políticas<br />

alternativas que el gobierno podría adoptar, y sobre las consecuencias probables<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones alternativas, <strong>de</strong> modo que cuando lo <strong>de</strong>cidan, puedan tratar <strong>de</strong><br />

influir en los lí<strong>de</strong>res políticos. Sin información, la participación es ciega y carente<br />

<strong>de</strong> sentido” (Alford R. y Friedland R., p. 58)<br />

Según los pluralistas existen tres mecanismos para expresar preferencias y<br />

valores. Tales son: la opinión pública, las votaciones y las protestas.<br />

En el caso <strong>de</strong> la opinión pública para que sea funcional al estado<br />

<strong>de</strong>mocrático es necesario que cuente con ciudadanos informados. “...<strong>de</strong>ben tener<br />

la capacidad <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r sus intereses y actuar en base a ellos, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los<br />

límites establecidos por los valores culturales. Se supone, en consecuencia, que el<br />

sistema político proporciona información razonablemente no distorsionada sobre<br />

las consecuencias <strong>de</strong> la propia participación.” Sin embargo en función <strong>de</strong> esta<br />

primera i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> participación general Alford y Friedland advierten “ El hecho <strong>de</strong><br />

que haya pocos estudios pluralistas sobre las causas y consecuencias <strong>de</strong> un<br />

acceso parcializado o <strong>de</strong>sigual a la información, constituye un silencio significativo”<br />

(Alford R. y Friedland R., p. 93) .<br />

5


De una manera esquemática pue<strong>de</strong> agregarse que existen ciertos<br />

supuestos en la perspectiva pluralista: que la opinión pública <strong>de</strong>be ser<br />

relativamente impermeable a la manipulación <strong>de</strong> la élite; que <strong>de</strong>be formarse y<br />

expresarse libremente; que no <strong>de</strong>be ser rígida; que los problemas pue<strong>de</strong>n<br />

solucionarse <strong>de</strong> un modo gradual; que la opinión pública mayoritaria pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir<br />

cambios; que cada problema está separado <strong>de</strong> otros y permite soluciones<br />

separadas y, finalmente, que todos los individuos tienen el mismo peso y la<br />

participación <strong>de</strong> cada uno es <strong>de</strong>mocráticamente igual a la <strong>de</strong> todos los otros.<br />

En este sentido si existe policentrismo y libertad <strong>de</strong> información podría<br />

consi<strong>de</strong>rarse que la opinión pública es autónoma.<br />

No obstante ello, otro enfoque <strong>de</strong>l estado, la <strong>de</strong>mocracia y el capitalismo<br />

analiza esta misma opinión pública <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva clasista. En este caso<br />

autores como N. Poulantzas o Przeworski coincidirían con un substractum<br />

gramsciano en afirmar que la opinión pública es un ‘constructo’ a partir <strong>de</strong> la<br />

hegemonía cultural <strong>de</strong>l capital. Queda así incorporado explicativamente el<br />

concepto <strong>de</strong> ‘falsa conciencia’ <strong>de</strong>finida como “ “falta <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación con los<br />

intereses <strong>de</strong> la propia clase, <strong>de</strong>bida a la hegemonía <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología capitalista”.<br />

(Alford R. y Friedland, R. p. 250)<br />

Por vía <strong>de</strong> consecuencia enten<strong>de</strong>mos que, pese al pluralismo informativo,<br />

no se consi<strong>de</strong>raría que existe una opinión pública autónoma sino heterónoma,<br />

subordinada a la ‘interpretación’ brindada por el capital. Des<strong>de</strong> esta perspectiva <strong>de</strong><br />

la ‘falsa conciencia’ podríamos agregar con Offe que las instituciones nucleares<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, los partidos políticos, contribuyen a hacer la <strong>de</strong>mocracia<br />

compatible con el capitalismo pero a costa <strong>de</strong> socavar el contenido i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong><br />

los partidos obreros y <strong>de</strong>smovilizar a la clase obrera en beneficio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

organizacional y el efecto estratégico <strong>de</strong> cuestiones e intereses particulares.<br />

Si la hegemonía pertenece al capital quién <strong>de</strong>fine el contenido <strong>de</strong> la<br />

opinión? Lo hace la clase capitalista <strong>de</strong>finida por C. William Domhoff como clase<br />

social y también clase gobernante (Alford R. y Friedland R. p.264). “La hipótesis<br />

es que los miembros <strong>de</strong> la clase superior controlan las organizaciones políticas<br />

que dan forma a la opinión popular y a la opinión <strong>de</strong> la élite, y proporcionan la<br />

legislación mo<strong>de</strong>lo.” (Alford R. y Friedland R. p. 266).<br />

Por último la perspectiva dirigencial nos plantea otra lectura <strong>de</strong> la opinión<br />

pública. Si esta perspectiva acentúa el predominio <strong>de</strong> los aspectos<br />

organizacionales siendo sus autores paradigmáticos Max Weber, Ralf Dahrendorf,<br />

Daniel Bell y A. Touraine entre otros, serán las elites organizacionales las que<br />

pesen a la hora <strong>de</strong> conformar una opinión.<br />

En síntesis “la perspectiva dirigencial subraya la base organizacional <strong>de</strong> las<br />

élites, y su control <strong>de</strong>l estado. Se hace hincapié en las activida<strong>de</strong>s estratégicas <strong>de</strong><br />

las élites, más bien que en entida<strong>de</strong>s estáticas tales como la burocracia o una<br />

6


estructura <strong>de</strong> elite” Y se consi<strong>de</strong>ra al estado la organización dominante <strong>de</strong> la<br />

sociedad. (Alford R. y Friedland R. , p.149). En este contexto los contenidos <strong>de</strong><br />

una opinión pública en principio autónoma son puestos bajo sospecha en tanto<br />

pue<strong>de</strong>n haber sido asumidos a través <strong>de</strong> una lente que pudo <strong>de</strong>formarlos. En<br />

este sentido expresa Randall Collins “los individuos se orientarán hacia (valores)<br />

sólo si saben que otras personas más po<strong>de</strong>rosas, también están orientadas hacia<br />

ellos. En consecuencia, los valores importantes son los ‘expresados’ públicamente<br />

por individuos que claramente ocupan puestos en las instituciones políticas<br />

dominantes” (Alford R. y Friedland R. p. 157). La conclusión que extraen Alford y<br />

Frieland <strong>de</strong> este enfoque para el tema que nos interesa es que “La participación es<br />

movilizada por las elites organizacionales más bien que por las preferencias<br />

individuales o los intereses <strong>de</strong> clases, y se ve restringida por ten<strong>de</strong>ncias a la<br />

oligarquía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esas organizaciones. Las elites usan el po<strong>de</strong>r que les otorgan<br />

los cargos para controlar el acceso a la información, que sus clientes, electores o<br />

miembros podrían emplear contra ellas. Las elites conforman la opinión pública<br />

controlando la selección <strong>de</strong> cuestiones y manejando la participación” (Alford R. y<br />

Friedland R. p. 159)<br />

Como conclusión aún cuando la libertad política <strong>de</strong> asociación, la libertad<br />

<strong>de</strong> palabra y <strong>de</strong> prensa como la libertad <strong>de</strong> información sean los supuestos<br />

<strong>de</strong>mocráticos <strong>de</strong> una opinión pública autónoma su conformación según las<br />

lecturas prece<strong>de</strong>ntes también pue<strong>de</strong> aparecer mediada limitando una <strong>de</strong>finición<br />

exclusivamente procedimental.<br />

Esta conclusión adquiere resonancias contemporáneas al incorporar otra<br />

perspectiva a partir <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación sobre la<br />

apuesta incluyente y universalista <strong>de</strong>mocrática.<br />

II. Repensando algunos conceptos políticos a partir <strong>de</strong> su mo<strong>de</strong>rno<br />

entrecruzamiento con los medios <strong>de</strong> comunicación.<br />

En relación a esta libertad <strong>de</strong> información la evolución <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación entre otros factores tambien ha impactado en conceptos políticos<br />

como <strong>de</strong>mocracia y estado que se han transformado bajo su impronta.<br />

Pareciera que el concepto estado necesita una lectura contemporánea,<br />

con diferencias según los casos. Pero en términos generales se han producido<br />

mutaciones que provienen entre otros, <strong>de</strong>l cambio producido por la globalización<br />

<strong>de</strong> la información. Esta supera las fronteras nacionales y sus regulaciones legales<br />

dificultando cada vez más la vigencia <strong>de</strong> socieda<strong>de</strong>s cerradas o gobiernos<br />

autoritarios. Por otra parte, así como existe una globalización informacional<br />

también se agregan en el plano externo procesos <strong>de</strong> globalización financiera y<br />

organización criminal que penetran toda la estructura <strong>de</strong>l estado. (Castells, 271-<br />

339) .<br />

7


En el tema que nos interesa dicha globalización mediática afecta el principio<br />

<strong>de</strong> soberanía estatal en tanto que supera los límites territoriales y legales mediante<br />

“la globalizacion y el entrecruzamiento <strong>de</strong> la propiedad; la flexibilidad y penetración<br />

<strong>de</strong> la tecnología; la autonomía y la diversidad <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación”<br />

(Castells, p. 282)<br />

En suma, la clásica <strong>de</strong>finición weberiana <strong>de</strong>l estado racional como<br />

“asociación <strong>de</strong> dominio institucional con el monopolio <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r legítimo” y como<br />

“comunidad humana que en un <strong>de</strong>terminado territorio –el concepto <strong>de</strong> ‘territorio’ es<br />

esencial a la <strong>de</strong>finición- reclama para sí (con éxito) el monopolio <strong>de</strong> la coacción<br />

física legítima” (Weber, Max, p 1056) merece lecturas complementarias a partir <strong>de</strong><br />

estas esferas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que escapan precisamente al control estatal <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong><br />

la libertad <strong>de</strong> prensa.<br />

Es más la comunicación a través <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nadores no pue<strong>de</strong> ni quiere ser<br />

controlada por el estado. En un reciente juicio en Estados Unidos en 1996 en el<br />

Estado <strong>de</strong> Pensilvania sobre un caso tan conflictivo como el material pornográfico<br />

difundido por Internet la comisión judicial fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Pensilvania <strong>de</strong>claró<br />

inconstitucional la mayor parte <strong>de</strong> una ley fe<strong>de</strong>ral que pretendía regularlo<br />

<strong>de</strong>clarando “ Del mismo modo que la fuerza <strong>de</strong> Internet es el caos, la fuerza <strong>de</strong><br />

nuestra libertad <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l caos...” (Castells, p. 287) Y esta es la ten<strong>de</strong>ncia que<br />

parece afirmarse a menos que se lograra un acuerdo global al respecto y su<br />

aplicación irrestricta por todos los países y, aún así, tendrían que lidiar con el<br />

permanente avance tecnológico que hace cada vez más difícil implementar y<br />

sostener estos controles.<br />

Por otro lado, en el plano interno el surgimiento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s y gobiernos<br />

locales producen el repliegue <strong>de</strong>l estado-nación. Como también la <strong>de</strong>legación <strong>de</strong><br />

funciones que habían legitimado su existencia durante la vigencia <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong><br />

Bienestar Keynesiano lo pone ahora en cuestión mientras su lugar pasa a ser<br />

ocupado por la diversificación y fragmentación <strong>de</strong> los intereses. (Castells, 298-<br />

333, Offe, Klaus, 1985,72-84)<br />

Comienza así a afectarse el proceso <strong>de</strong> homogeneidad social y económica<br />

y, al hacerlo, se <strong>de</strong>sdibujan los fundamentos <strong>de</strong>l contrato social diluyendo el<br />

acuerdo o consenso entre capital, sindicatos y estados. En tal sentido en una<br />

percepción radical, amenaza quebrar nuevamente, las mediaciones entre estado y<br />

sociedad representadas por la nación, y el pueblo o lo popular. (O’Donnell, G.<br />

Contrapuntos, ....p. 69-75)<br />

Estos cambios representados en el <strong>de</strong>sdibujado diseño <strong>de</strong> las funciones <strong>de</strong>l<br />

Estado <strong>de</strong> Bienestar que anudaba sus relaciones con la ciudadanía junto con la<br />

8


globalización <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s económicas, la globalización <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

información y la globalización <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia con su correlato económico sobre<br />

el po<strong>de</strong>r estatal como la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia multilateral en base a los cambios<br />

posteriores al fin <strong>de</strong> la guerra fría han difuminado el dibujo <strong>de</strong> las fronteras <strong>de</strong>l<br />

estado – nación y ha conformado un nuevo sistema <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r caracterizado por la<br />

‘pluralidad <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong> autoridad’ <strong>de</strong> las que el estado-nación se constituye<br />

sólo en una <strong>de</strong> ellas mientras se afirman como contracara el multilateralismo, el<br />

comunalismo y las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s locales. (Castells, p. 334 - 381)<br />

De acuerdo a esta concepción el estado-nación se ha convertido en un<br />

nodo <strong>de</strong> una red internacional <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que se construyen más allá <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

estatal sin que esto obstruya su condición <strong>de</strong> instrumento <strong>de</strong> iniciativa política,<br />

fuente <strong>de</strong> autoridad condicional y eventualmente, recreación institucional <strong>de</strong> las<br />

i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s.<br />

En suma, como expresa el mismo Castells la teoría <strong>de</strong>l estado<br />

ten<strong>de</strong>ncialmente pasa a ser sustituida por la teoría <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. “Las nuevas<br />

relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, más allá <strong>de</strong>l estado-nación impotente, <strong>de</strong>ben compren<strong>de</strong>rse<br />

como la capacidad <strong>de</strong> controlar las re<strong>de</strong>s instrumentales globales en virtud <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s específicas o, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s globales, <strong>de</strong> someter<br />

toda i<strong>de</strong>ntidad en el cumplimiento <strong>de</strong> medidas instrumentales transnacionales"<br />

(Castells, p 336)<br />

Por otra parte se transforma la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> ciudadanía. En cierto sentido<br />

el concepto <strong>de</strong> representación política pasa a ser <strong>de</strong>splazado por el participación<br />

social reafirmando lealta<strong>de</strong>s e i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s locales manifiestas en el ascenso <strong>de</strong>l<br />

comunalismo y las organizaciones no gubernamentales. En este sentido el arco <strong>de</strong><br />

las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s locales se <strong>de</strong>spliega en i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> género y sexo, étnicas y<br />

raciales, generacionales, adscriptas a estilos <strong>de</strong> vida, activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l ocio y la<br />

creatividad o preferencias profesionales hasta llegar a las espirituales y religiosas<br />

para concluir finalmente en las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s nacionales.<br />

La <strong>de</strong>sconfianza hacia los partidos políticos se manifiesta en su poca<br />

credibilidad política, pero esta pérdida <strong>de</strong> apoyo específico no significa pérdida <strong>de</strong><br />

apoyo difuso.- Se sigue respaldando al sistema <strong>de</strong>mocrático aunque que<strong>de</strong>n<br />

conos <strong>de</strong> sombra por don<strong>de</strong> podrían instalarse en el plano interno salidas<br />

neopopulistas o neo<strong>de</strong>cisionistas como en el plano internacional vinculaciones <strong>de</strong><br />

grupos heterodoxos por encima <strong>de</strong> las fronteras nacionales con el objetivo <strong>de</strong><br />

aumentar su visibilidad y su capacidad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />

Aún así las diferencias histórico-culturales no permiten abordar<br />

explicaciones generales. De hecho, mientras que las tasas <strong>de</strong> participación<br />

política en Estados Unidos han <strong>de</strong>scendido en sus elecciones presi<strong>de</strong>nciales<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 68% en 1968 a un 49% en 1996; en Francia, Italia, España y Alemania aún<br />

se ubican entre un 65% y 80%. Por otra parte, un nuevo fenómeno se ha<br />

instalado en tensión con el <strong>de</strong>l ‘voto útil’, nos referimos al electorado flotante o<br />

volátil, interesado, informado e instruido, que mientras revela la <strong>de</strong>safección a<br />

9


compromisos partidarios constantes recrea el seguimiento crítico <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempeño<br />

político.<br />

En este contexto, la categoría que está puesta en juego es la <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mocracia liberal, basada en el consenso social y la participación política. En su<br />

lugar se ha ubicado, al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Guehenno, Jean Marie, la sociedad fragmentada<br />

que recobra su unidad sólo “en la sucesión <strong>de</strong> imágenes a las que los medios<br />

vuelven cada semana. Es una sociedad sin ciudadanos y en <strong>de</strong>finitiva, una no<br />

sociedad.” . En suma la <strong>de</strong>mocracia liberal pareciera ser <strong>de</strong>splazada por la<br />

‘mediocracia’. (Castells, 342 y 349)<br />

Algunos autores como el mismo Manuel Castells plantean que los cambios<br />

en las nuevas tecnologías <strong>de</strong> la información sobre el <strong>de</strong>bate político y las<br />

estrategias <strong>de</strong> búsquedas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, han ocasionado una crisis en la <strong>de</strong>mocracia<br />

en tanto sistema <strong>de</strong> gobierno basado en la participación política <strong>de</strong> la ciudadanía.<br />

Por otra parte si reconocemos a la conjunción <strong>de</strong> conjetura o comprensión<br />

y argumentación o explicación como un método válido en las ciencias sociales<br />

también <strong>de</strong>beríamos analizar este argumento acerca <strong>de</strong> nuestro mundo político<br />

contemporáneo a través <strong>de</strong> otras alternativas.<br />

Porque en realidad otros autores como Bernard Manin ya nos advierten<br />

acerca <strong>de</strong> una metamorfosis <strong>de</strong> la representación más que <strong>de</strong> una crisis <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>mocracia, ante lo cual <strong>de</strong>nominan al mo<strong>de</strong>lo actual: Democracia <strong>de</strong> lo público.<br />

La elección <strong>de</strong> los gobernantes por los gobernados in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> sus características sociales, económicas y culturales, la personalización <strong>de</strong> la<br />

opción electoral en la figura <strong>de</strong> los candidatos, la ‘oferta electoral’ incluida la<br />

personalidad <strong>de</strong>l candidato condicionando al potencial votante, el principio <strong>de</strong><br />

escisión que el candidato elige, activa y pone a prueba entre otros<br />

potencialmente posibles para incorporar en su discurso electoral, el ‘voto reactivo’<br />

a la oferta electoral son, entre otras, todas nuevas características <strong>de</strong> este tipo<br />

específico <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia.<br />

En este sentido el electorado aparece como “un público que reacciona a<br />

los términos que le son expuestos y propuestos en la escena pública (por ello se<br />

ha <strong>de</strong>nominado aquí <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> lo público a esta forma <strong>de</strong> representación)”<br />

(Manin, Bernard, 33.)<br />

A estas características se suman otras. Los gobernantes poseen un margen<br />

<strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en relación a los gobernados fundado en que han sido elegido<br />

por imágenes en tanto representaciones políticas simplificadas pero no vacías <strong>de</strong><br />

contenido. La construcción <strong>de</strong> la opinión pública está mediáticamente<br />

homogeneizada y se manifiesta a través <strong>de</strong> encuestas no necesariamente atadas<br />

al voto. La discusión <strong>de</strong>liberativa se realiza <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> interés,<br />

10


asociaciones y movimientos sociales que transmiten a los gobiernos sus<br />

<strong>de</strong>mandas y opciones. Y, por último, la ya mencionada existencia <strong>de</strong> un<br />

electorado flotante e instruido que no vota en a base preferencias tradicionales<br />

sino que <strong>de</strong>libera acerca <strong>de</strong> la oferta a la que está expuesto en cada elección.<br />

En este contexto otros autores como Manuel Castells, Peter Radunski,<br />

Winfried Schultz, Uli Gleich y Frank Priess, entre otros, se refieren a que el<br />

espacio <strong>de</strong> la política ha sido ocupado por los medios. (Thesing, Josef y Priess,<br />

Frank, 1999)<br />

La complejidad <strong>de</strong> este fenómeno contemporáneo cuya base analítica es la<br />

autonomía o heterenomía <strong>de</strong> la opinión pública, particularmente referida al<br />

proceso electoral, pero que no concluye allí sino continua en la función <strong>de</strong> control<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempeño político, se advierte al introducir los estudios <strong>de</strong> Curran y<br />

Gurevitch. Estos aclaran que en términos <strong>de</strong> investigación <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> las<br />

masas <strong>de</strong>ben reconocerse dos tipos i<strong>de</strong>ales: el pluralista y el radical. Con lo cual<br />

nuevamente la cuestión retorna a su punto original planteado politicamente por<br />

Alford y Friedland: Si los pluralistas ven la sociedad como un complejo <strong>de</strong> grupos<br />

e intereses que estando en competencia se compensan, los radicales siguen<br />

consi<strong>de</strong>rando a los medios como un escenario i<strong>de</strong>ológico don<strong>de</strong> se manifiesta la<br />

lucha por el dominio <strong>de</strong> clases. (Curran, James, 1997, 49-83 )<br />

Dentro <strong>de</strong> un potencial esquema conceptual <strong>de</strong> cuatro coor<strong>de</strong>nadas –<br />

autonomía – pluralismo y heteronomía – clasista la primera variable incluiría tanto<br />

a Sartori como a Castells quienes advierten contra toda hipótesis acerca <strong>de</strong><br />

cualquier conspiración mediática <strong>de</strong>bido a su diversidad como también con<br />

respecto a aquella otra acerca <strong>de</strong> la pasividad <strong>de</strong>l receptor aportando los análisis<br />

<strong>de</strong> Page y Saphiro que han <strong>de</strong>mostrado en una perspectiva <strong>de</strong> largo plazo la<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la opinión pública colectiva.<br />

No obstante ello la temática permanecerá abierta dado que otros autores<br />

como Defleur y Dennis han señalado que en cuestiones que tienen que ver con el<br />

cambio en las conductas o estereotipos no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> reconocerse en la<br />

sociedad norteamericana la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la televisión con sus efectos indirectos, a<br />

largo plazo y acumulativos.<br />

Por otra parte, otras características contrapuestas en la organización <strong>de</strong> los<br />

medios tales como su creciente concentración empresarial y su orientación a<br />

mercados segmentados o la permanente búsqueda <strong>de</strong> credibilidad y la lógica <strong>de</strong>l<br />

marketing, el rating y la audiencia, contribuyen a que las explicaciones <strong>de</strong> esta<br />

metamorfosis <strong>de</strong>ba realizarse con una gran pru<strong>de</strong>ncia teniendo en cuenta factores<br />

cruzados más que argumentaciones unicausales.<br />

Aún existiendo estas dudas iniciales correspon<strong>de</strong> que abor<strong>de</strong>mos la tesis<br />

<strong>de</strong> M. Castells que expresa “...<strong>de</strong>bido a los efectos convergentes <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong> los<br />

sistemas políticos tradicionales y <strong>de</strong>l espectacular aumento <strong>de</strong> la penetración <strong>de</strong><br />

los nuevos medios, la comunicación y la información políticas han quedado<br />

11


capturadas en el espacio <strong>de</strong> los medios” Agregando que esta captura “<br />

....repercute no sólo en las elecciones, sino en la organización política, en la toma<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones y en el gobierno, modificando en <strong>de</strong>finitiva la naturaleza <strong>de</strong> la<br />

relación existente entre estado y sociedad”. (Castells, 344)<br />

En la era <strong>de</strong> la información no sólo la comunicación política sino el mismo<br />

acceso al po<strong>de</strong>r ha pasado a regirse por la lógica <strong>de</strong> los medios constituyéndolos<br />

metafóricamente en mo<strong>de</strong>rna ‘ágora’ don<strong>de</strong> se traduce y manifiesta la vida<br />

pública <strong>de</strong> la ciudad.<br />

En esta línea <strong>de</strong> pensamiento y con diferencias que según los casos no<br />

permiten señalar sin más, una global ‘americanización’ <strong>de</strong> la política tambien la<br />

política <strong>de</strong>mocrática se ha transformado.<br />

La política <strong>de</strong>sarrollada protagónicamente por las instituciones nucleares <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>mocracia, los partidos políticos, va <strong>de</strong>mostrando una ten<strong>de</strong>ncia<br />

contemporánea hacia la personalización <strong>de</strong> la política, la política espectáculo,<br />

el marketing político y la publicidad política concentrada en los mensajes<br />

negativos y el escándalo. En el mismo sentido los especialistas en encuestas,<br />

los asesores <strong>de</strong> imagen, los publicistas políticos y los estrategas <strong>de</strong> la<br />

comunicación son algunos <strong>de</strong> sus actores significativos. No es que los partidos<br />

políticos, el procedimiento electoral o el parlamento hayan <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser las<br />

instituciones <strong>de</strong>mocráticas. Sino que la dinámica <strong>de</strong>mocrática se traslada hacia<br />

otros carriles. (Thesing Josef y Priess, Frank , 1999)<br />

En este sentido se mantienen en las campañas electorales los mitines y<br />

manifestaciones <strong>de</strong> los partidos políticos pero “...el objetivo principal <strong>de</strong> estas<br />

formas <strong>de</strong> política individualizada es presentar a la persona, o el mensaje, en los<br />

medios” (Castells, 348). En ese contexto, se pue<strong>de</strong>n cambiar automáticamente los<br />

mensajes cuando se advierte que han pasado a ser televisados o bien se pue<strong>de</strong>n<br />

programar acontecimientos políticos para lograr la proyección televisiva <strong>de</strong>l<br />

candidato.<br />

Un <strong>de</strong>bate político a<strong>de</strong>cuado a la lógica <strong>de</strong> los medios que se centraliza<br />

sobre los candidatos más que sobre las propuestas programáticas o su<br />

fundamento axiológico requiere que la teoría <strong>de</strong>mocrática aporte su<br />

interpretación. En primera instancia surge, como explicando esta disyunción, el<br />

reconocimiento <strong>de</strong> las diferencias cualitativas en la <strong>de</strong>mocracia si se la estudia<br />

como sistema orientado axiológicamente o como régimen procedimental. (<br />

Cornelius Castoriadis, 1995)<br />

El opacamiento <strong>de</strong>l sistema orientado axiológicametne y su reemplazo por<br />

el régimen procedimental es coinci<strong>de</strong>nte con esta nueva forma <strong>de</strong> la Democracia<br />

<strong>de</strong> lo público. La personalización <strong>de</strong> la política y su proyección televisiva nos<br />

brinda ejemplos numerosos al respecto sin que esto implique un teorema<br />

matemático: más recursos, más exposición televisiva: éxito electoral. Sobre todo<br />

12


porque si la opinión pública es autónoma, su conformación correspon<strong>de</strong>rá a<br />

canales plurales y competitivos. Pero la personalización <strong>de</strong> la política encuentra<br />

políticos paradigmáticos en las figuras <strong>de</strong> Ronald Reagan en Estados Unidos,<br />

Felipe González en España, Berlusconi en Italia, Zhirinovski en Rusia, Aoshima<br />

en Tokio o Collor <strong>de</strong> Mello en Brasil.<br />

Ciertos datos empíricos refuerzan esta explicación. Tomando el caso <strong>de</strong><br />

Estados Unidos la fuente <strong>de</strong> las noticias en la década <strong>de</strong>l ’90 correspondía en un<br />

69% a la televisión mientras que en los ’60 rondaba el 50%. Una ten<strong>de</strong>ncia<br />

indudablemente creciente contra otra <strong>de</strong>creciente <strong>de</strong>l 57 al 43 % para los<br />

periódicos. (Castells, 345)<br />

Por otra parte, la argumentación discursiva que funda la <strong>de</strong>manda<br />

habermasiana <strong>de</strong> acción comunicativa también ha ido adaptándose a la lógica<br />

mediática cediendo el paso a la imagen y a la espectacularidad. Explicación<br />

también reforzada por los datos empíricos, dado que se ha registrado que<br />

mientras las <strong>de</strong>claraciones políticas transmitidas por noticias ocupaba 42<br />

segundos en 1968 en la década <strong>de</strong>l noventa se ha reducido a menos <strong>de</strong> 10<br />

segundos. (Castells, 354).<br />

III. Los medios <strong>de</strong> comunicación en sus funciones <strong>de</strong> control e integración<br />

a. El control mediático o la ‘accountability’ mediática.<br />

Al abordar el ya clásico tema <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong>l control o la<br />

acccountability horizontal con todo su mapa <strong>de</strong> controles institucionales<br />

<strong>de</strong>sdoblada en ‘accountability’ horizontal <strong>de</strong> balance y ‘accountability’ horizontal<br />

asignada, (O’Donnell, 2001, 21-24), queda un amplio espacio para la relación<br />

entre la esfera pública y privada. Éste es cubierto, en parte, por la <strong>de</strong>nominada<br />

‘accountability’ vertical que permite la participación y control por parte <strong>de</strong> la<br />

sociedad civil.<br />

Dentro <strong>de</strong> este segundo tipo <strong>de</strong> ‘accountability’ pue<strong>de</strong> ubicarse la que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

ahora <strong>de</strong>nominaremos ‘accountability mediática’. En este tipo específico el<br />

periodismo <strong>de</strong> investigación inicia temas que luego son recogidos por el sistema<br />

político, sea el po<strong>de</strong>r legislativo o el po<strong>de</strong>r judicial llegando a generarse la función<br />

<strong>de</strong> control o responsabilidad politica por una vía diferente al control horizontal<br />

entre po<strong>de</strong>res.<br />

La ‘accountability mediática’ adquiere nuevos realces <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se abre la<br />

posibilidad <strong>de</strong> una discusión más profunda acerca <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia.<br />

Si quisiéramos ubicar históricamente la fecha <strong>de</strong> la profundización <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>bate <strong>de</strong>mocrático podríamos retornar tentativamente a la caída <strong>de</strong>l Muro <strong>de</strong><br />

Berlin. Porque <strong>de</strong>saparecida la tensión entre una alternativa <strong>de</strong>mocrática y otra<br />

13


totalitaria en medio <strong>de</strong> crecientes procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización política en países<br />

anteriormente sometidos a regímenes autoritarios pudieron comenzar a<br />

cuestionarse los aspectos inconclusos <strong>de</strong> la promesa <strong>de</strong>mocrática como los actos<br />

<strong>de</strong> corrupción generados por los actores políticos.<br />

Por otra parte, como ya se ha expresado, en el plano <strong>de</strong> la práctica política<br />

el fin <strong>de</strong> la guerra fría implicó cambios en la competencia política. Mientras el<br />

discurso político se <strong>de</strong>si<strong>de</strong>ologizó y se volvió pragmático la lucha por el po<strong>de</strong>r<br />

centrada en la personalización <strong>de</strong> la política se hizo más conflictiva apuntando a<br />

alimentar la ‘política escándalo’.<br />

Como señala M. Castells “En el contexto posterior a la guerra fría cada<br />

partido queda abandonado a su suerte, a los movimientos <strong>de</strong>l mercado político <strong>de</strong><br />

cada país; la disciplina interna <strong>de</strong> cada partido se vuelve menos estricta, porque<br />

es más fácil permitir una competencia feroz en ausencia <strong>de</strong> un enemigo exterior” (<br />

Castells 370) .<br />

Atenuado el <strong>de</strong>bate i<strong>de</strong>ológico se ubica en los ‘90 la política <strong>de</strong>l escándalo.<br />

Por ello mientras los criterios económicos <strong>de</strong> la política pue<strong>de</strong>n activarse también<br />

los hilos <strong>de</strong> la corrupción pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>nunciarse. En este contexto la búsqueda <strong>de</strong><br />

recursos para el acceso a los medios se transforma en una corrupción política<br />

sistémica.<br />

Partidos políticos, algunos <strong>de</strong> dominación hegemónica han quedado<br />

atrapados en esta dinámica llevando tras ellos a veces al propio sistema político.<br />

Entre otros cabe mencionar al Partido Demócrata Cristiano italiano, al Partido<br />

Liberal Democrático japonés y el Partido Democrático <strong>de</strong> la India.<br />

Por otra parte en un contexto <strong>de</strong> personalización <strong>de</strong> la política el interés <strong>de</strong><br />

la opinión pública se dirige a la credibilidad <strong>de</strong> los candidatos. La búsqueda<br />

informativa tras ellos ha <strong>de</strong>nunciado cuestiones <strong>de</strong> moralidad o corrupción política.<br />

A título <strong>de</strong> ejemplo pue<strong>de</strong>n mencionarse los <strong>de</strong> Roth <strong>de</strong> Corea <strong>de</strong>l Sur, Collor <strong>de</strong><br />

Mello en Brasil, o alternativamente miembros <strong>de</strong> los gobiernos socialistas español<br />

y francés, <strong>de</strong>l ejército ruso o <strong>de</strong>l Congreso <strong>de</strong> Estados Unidos.<br />

Refuerza Castells “Sostengo que la política <strong>de</strong> los escándalos es el arma<br />

elegida para luchar y competir en la política informacional...la política se ha<br />

encerrado en el espacio <strong>de</strong> los medios. Los medios se han vuelto más po<strong>de</strong>rosos<br />

que nunca, tecnológica, financiera y políticamente. Su alcance global y su<br />

interconexión les permiten escapar <strong>de</strong> los controles políticos estrictos. Su<br />

capacidad para hacer periodismo <strong>de</strong> investigación y su autonomía relativa frente al<br />

po<strong>de</strong>r político los convierte en la fuente principal <strong>de</strong> información y <strong>de</strong> opinión para<br />

la sociedad en general...son el campo <strong>de</strong> las luchas por el po<strong>de</strong>r. La política<br />

mediática es una operación cada vez más cara, los actores políticos pa<strong>de</strong>cen <strong>de</strong><br />

una infrafinanciación crónica ...así pues, tras agotar todas las fuentes legales, las<br />

aportaciones personales y los tratos comerciales, los partidos y los políticos suelen<br />

recurrir a la única fuente real <strong>de</strong> dinero: contribuciones bajo cuerda <strong>de</strong>l mundo<br />

14


empresarial y los grupos <strong>de</strong> interés a cambio, obviamente, <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l<br />

gobierno a favor <strong>de</strong> sus intereses. Ésta es la matriz <strong>de</strong> la corrupción política<br />

sistémica....” (Castells, 371)<br />

¿Significa esto suponer que bajo regímenes no – <strong>de</strong>mocráticos, totalitarios<br />

o autoritarios no podía haber corrupción? La historia política <strong>de</strong>muestra que no.<br />

Sólo que la libertad <strong>de</strong> prensa como institución <strong>de</strong> la poliarquía también permite<br />

que el principio <strong>de</strong> responsabilidad política se asocie a la información brindada por<br />

los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas.<br />

Pero también es verdad que la metamorfosis <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong>viene <strong>de</strong><br />

un opacado contenido <strong>de</strong> la política dado que se han <strong>de</strong>bilitado los sistemas<br />

políticos, mientras se buscando tentativamente principios <strong>de</strong> escisión social<br />

eficaces para el discurso político se ha registrado una <strong>de</strong>si<strong>de</strong>ologización que<br />

neutraliza lo político mientras que por un lado se afirma la política <strong>de</strong>l escándalo y<br />

la personalización <strong>de</strong> la política y por el otro, crece la participación social por fuera<br />

<strong>de</strong> lo político. En tanto, la ciudadanía se interesa más que por las propuestas<br />

programáticas por la credibilidad <strong>de</strong> los candidatos y los partidos.<br />

En este contexto el periodismo <strong>de</strong> investigación asume las funciones <strong>de</strong>l<br />

‘censor’ <strong>de</strong> Jean Jacques Rousseau (1712-1778) porque abre nuevos espacios <strong>de</strong><br />

control político. La clásica división <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res sobre la que se basó y creció el<br />

constitucionalismo liberal encuentra nuevos garantes en los medios que, como<br />

espacio <strong>de</strong> lo público, si inicialmente sitúan a los candidatos también luego pue<strong>de</strong>n<br />

transparentar sus campañas o el ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r.<br />

Al respecto cabe aclarar que <strong>de</strong>ben diferenciarse al periodismo <strong>de</strong><br />

investigación <strong>de</strong>l periodismo <strong>de</strong> actualidad. El periodismo que ofrece su conexión<br />

con lo político presenta características particulares. Es aquel que implica una<br />

investigación acerca <strong>de</strong> datos significativos aunque las personas sean o no<br />

conocidas. Este tipo <strong>de</strong> periodismo rastrea sus propias fuentes poniendo en tela<br />

<strong>de</strong> juicio las fuentes oficiales. Produce un <strong>de</strong>velamiento <strong>de</strong> aquello que estaba<br />

oculto. Sus textos son exclusivos y su objetivo es continuar la línea <strong>de</strong><br />

investigación iniciada. En este tipo <strong>de</strong> periodismo la actualidad sólo es un medio<br />

que pue<strong>de</strong> llegar a revelar una pista, por tanto el objetivo <strong>de</strong> la investigación es el<br />

que <strong>de</strong>termina el trabajo a realizar más que la planificación y el horario <strong>de</strong> cierre<br />

<strong>de</strong> la prensa diaria.<br />

La creciente asociación entre periodismo <strong>de</strong> investigación y la investigación<br />

judicial o parlamentaria produce nuevos héroes e imprevisibles acusados.<br />

Para citar un caso <strong>de</strong> periodismo <strong>de</strong> investigación en <strong>Argentina</strong> don<strong>de</strong> se<br />

produjo esa función <strong>de</strong> ‘accontability vertical’ (O’Donnell, 2001, 25) mediática se<br />

han rastreado algunos trabajos <strong>de</strong> periodismo <strong>de</strong> investigación en vías <strong>de</strong><br />

tratamiento judicial. Al respecto se <strong>de</strong>staca una nueva línea <strong>de</strong> investigación<br />

don<strong>de</strong> tanto por los temas investigados como por la posibilidad <strong>de</strong> una anónima y<br />

civil participación en la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> otros actos <strong>de</strong> corrupción para su eventual<br />

15


captura por el periodismo <strong>de</strong> investigación se abre un campo hacia la<br />

‘accountability vertical mediática’.<br />

En este sentido, sirvan como ejemplos los siguientes casos <strong>de</strong> investigación<br />

periodística puestos mediáticamente en la ‘agenda’ ética <strong>de</strong> la corrupción política<br />

algunos <strong>de</strong> los cuales ya llegaron a la justicia:<br />

El más relevante <strong>de</strong> todos fue el que trató la investigación <strong>de</strong>l contrabando<br />

<strong>de</strong> armas que convergentemente con el tratamiento judicial <strong>de</strong>sembocó en la<br />

<strong>de</strong>tención <strong>de</strong>l ex presi<strong>de</strong>nte Carlos Menen, <strong>de</strong> Emir Yoma, su ex cuñado y <strong>de</strong>l<br />

Gral. Balza, Comandante en Jefe durante su gobierno.Lo significativo en términos<br />

<strong>de</strong> ‘accountability horizontal’ fue que en este caso la investigación periodística<br />

llevada a cabo por el periodista Daniel Santoro había comenzado antes, el 6 <strong>de</strong><br />

marzo <strong>de</strong> 1995, y luego el abogado Monner Sans presentó una <strong>de</strong>nuncia judicial<br />

el 15 <strong>de</strong> marzo en base a sus notas. Menen <strong>de</strong>scalificó al periodista y le inició un<br />

juicio por violación <strong>de</strong> secretos <strong>de</strong> Estado. Pero en julio <strong>de</strong>l 2001 el juez fe<strong>de</strong>ral<br />

Jorge Urso procesó y dictó prisión preventiva al exPresi<strong>de</strong>nte. Se trataba <strong>de</strong> la<br />

primera resolución <strong>de</strong> la historia judicial argentina en que un juez nombrado<br />

durante un gobierno <strong>de</strong>mocrático dictaba la prisión preventiva <strong>de</strong> un ex presi<strong>de</strong>nte<br />

constitucional, tema este que aún sigue abierto y con nuevas <strong>de</strong>rivaciones<br />

económicas.<br />

Otras líneas abiertas por el periodismo <strong>de</strong> investigación según se<br />

presentaron en el programa televisivo “Telenoche investiga” también significaron<br />

casos <strong>de</strong> ‘accountability mediática’ don<strong>de</strong> se abrieron espacios para la<br />

participación <strong>de</strong> los ciudadanos como <strong>de</strong>nunciantes <strong>de</strong> casos <strong>de</strong> corrupción<br />

persiguiendo su eventual consi<strong>de</strong>ración judicial.<br />

En tal sentido pue<strong>de</strong> citarse la <strong>de</strong>nuncia realizada por el periodismo <strong>de</strong><br />

investigación y la posterior <strong>de</strong>tención y juzgamiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nominada Mafia<br />

Judicial que canjeaba expedientes judiciales y DNI por dinero. A este caso se<br />

agregaron otros cuyo epílogo judicial se encuentra en diversas fases tales como el<br />

conocido como la Mafia <strong>de</strong>l Martillo, que reveló cómo ‘La Liga’ operaba bajo<br />

amenazas interfiriendo la subasta <strong>de</strong> inmuebles rematados y <strong>de</strong>velando el<br />

irrregular entramado <strong>de</strong> los procedimientos judiciales <strong>de</strong> los juzgados civiles y<br />

comerciales <strong>de</strong> la Capital Fe<strong>de</strong>ral; o la investigación acerca <strong>de</strong> casos <strong>de</strong><br />

corrupción en el PAMI o en el sistema <strong>de</strong> Promoción Industrial <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong><br />

San Luis que facilitaba una relación espúrea entre funcionarios provinciales y<br />

empresas fantasmas.<br />

A partir <strong>de</strong> aquí queda <strong>de</strong>limitada una función no jurídica ni<br />

institucionalizada <strong>de</strong>l periodismo asociada al sistema político: la ‘accountability<br />

vertical mediática’. Lo cual significa también una conexión con la tradición clásica<br />

referida a J. Locke quien agregaba a la ley civil la ley <strong>de</strong> la opinión pública<br />

<strong>de</strong>finida como el po<strong>de</strong>r rector <strong>de</strong> la sociedad civil.<br />

16


De hecho a nivel regional se han constituido múltiples foros <strong>de</strong> periodismo<br />

<strong>de</strong> investigación cuyo fin último es precisamente el control <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempeño político<br />

y los actos <strong>de</strong> corrupción. De entre éstos señalamos el PFC o Periodistas Frente<br />

a la Corrupción que como la organización anuncia “es un proyecto anticorrupción<br />

regional que contribuye a los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización latinoamericanos,<br />

promoviendo y facilitando el papel fiscalizador <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación.”<br />

Con este objetivo proporciona una red, recursos, asistencia investigativa y otros<br />

servicios a los periodistas que trabajan en este tema como respalda a quienes<br />

sufren represalias o amenazas por su labor periodística. http://www.cipe.org/pfc/<br />

Por otra parte si llevamos al campo político la teoría <strong>de</strong> De Fleur y Dennis<br />

acerca <strong>de</strong> los efectos indirectos, acumulativos y a largo plazo <strong>de</strong> la televisión al<br />

también pue<strong>de</strong> sugerirse que, ya no como generador <strong>de</strong> hechos, pero sí como<br />

<strong>de</strong>velador y comunicador <strong>de</strong> éstos tanto pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>slegitimar la <strong>de</strong>mocracia como<br />

ofrecer caminos <strong>de</strong> legitimación mediática consi<strong>de</strong>rando ésta como construcción<br />

<strong>de</strong> los valores sobre los que <strong>de</strong>scansa la creencia en la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n al<br />

que se a<strong>de</strong>cuan las conductas.<br />

De ahí que a la clásica tipología weberiana <strong>de</strong> legitimidad tradicional,<br />

carismática y racional-legal que permitía compren<strong>de</strong>r-explicativamente los<br />

distintos modos <strong>de</strong> justificación <strong>de</strong> la autoridad política a lo largo <strong>de</strong> la historia<br />

occi<strong>de</strong>ntal parece irse incorporando un nuevo tipo cuyo origen y resultado es<br />

propio <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la información como vía actual <strong>de</strong> socialización y<br />

conformación <strong>de</strong> un marco <strong>de</strong> referencia cognitivo social. Lo cual no <strong>de</strong>be<br />

compren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> un modo cerrado porque la fragmentación <strong>de</strong> la audiencia se<br />

correspon<strong>de</strong> con la fragmentación <strong>de</strong> la emisión, situación ésta que daría también<br />

lugar al estudio <strong>de</strong>l caso <strong>de</strong>sviado.<br />

De hecho los datos aportados por el Latinobarómetro acerca <strong>de</strong> la opinión<br />

pública latinoamericana en el período 1996-2001corroboran que la confianza en<br />

las instituciones coloca en primer lugar a la Iglesia y en segundo a la televisión.<br />

Siguiendo luego las Fuerzas Armadas, el Presi<strong>de</strong>nte, la Policía, el Po<strong>de</strong>r judicial,<br />

el Congreso Nacional y, en último lugar, los partidos políticos y las personas.<br />

http://www.latinobarometro.org/ano2001/graficos<br />

La <strong>de</strong>slegitimación posible es anunciada por el mismo Castells “ Los jueces,<br />

fiscales y miembros <strong>de</strong> las comisiones <strong>de</strong> investigación entran en una relación<br />

simbiótica con los medios <strong>de</strong> comunicación. Protegen a los medios (asegurando<br />

su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia) y con frecuencia los alimentan con filtraciones calculadas. A<br />

cambio, son protegidos por los medios, se convierten en sus héroes y, a veces, en<br />

políticos <strong>de</strong> éxito con su apoyo. Juntos luchan por la <strong>de</strong>mocracia y un gobierno<br />

transparente, controlan los excesos <strong>de</strong> los políticos y, en <strong>de</strong>finitiva, sacan el po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>l proceso político, difundiéndolo en la sociedad. Al hacerlo, pue<strong>de</strong>n también<br />

<strong>de</strong>slegitimar a los partidos, a los políticos, a la política y, en última instancia, a la<br />

<strong>de</strong>mocracia en su encarnación total” (Castells, p. 372)<br />

17


La política <strong>de</strong>l escándalo con su estrategia <strong>de</strong> información/<strong>de</strong>sinformación<br />

como elemento constituyente <strong>de</strong> la nueva dinámica <strong>de</strong> competencia politica ha<br />

dado numerosos ejemplos en los ’90. Fue uno <strong>de</strong> ellos el acoso contra el Partido<br />

Socialista Español luego <strong>de</strong> su tercer triunfo electoral consecutivo en 1989 con las<br />

<strong>de</strong>nuncias <strong>de</strong> corrupción <strong>de</strong>l gobierno socialista, tráficos <strong>de</strong> influencia,<br />

financiación ilegal al partido, frau<strong>de</strong> fiscal, uso <strong>de</strong> información privilegiada,<br />

escuchas ilegales, la creación <strong>de</strong> los grupos GAL para la guerra sucia contra ETA.<br />

Entre otros todos temas - algunos con base fáctica para provocar procesamientos<br />

y con<strong>de</strong>nas - que alimentaron la pérdida <strong>de</strong> credibilidad <strong>de</strong>l socialismo español<br />

hasta que en 1996 perdió las elecciones frente al Partido Popular.<br />

Sin embargo la estrategia <strong>de</strong> información/<strong>de</strong>sinformación también reconoce<br />

límites. En su caso, su propia credibilidad que pue<strong>de</strong> llegar a resentirse ante un<br />

uso abusivo político <strong>de</strong> la información. Por en<strong>de</strong>, para seguir con el mismo caso, el<br />

hecho <strong>de</strong> que el po<strong>de</strong>r –Partido Popular - acuda a un <strong>de</strong>terminado medio –El<br />

Mundo - para que gestione públicamente su legitimación no necesariamente<br />

garantiza los resultados y hasta pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r que <strong>de</strong>sprestigie al medio<br />

implicado.<br />

El caso italiano <strong>de</strong> Berlusconi con su po<strong>de</strong>r mediático, su control <strong>de</strong> las<br />

ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> televisión privada, su creación <strong>de</strong> apoyo político con el partido Forza<br />

Italia y su triunfo en 1994 no pudo evitar que luego el po<strong>de</strong>r judicial y los medios le<br />

iniciaran investigaciones que llevaron a su procesamiento y en 1996 fue<br />

reemplazado por el Partido Democrático di Sinistra. No obstante ello, <strong>de</strong>mostrando<br />

que toda explicación política requiere factores entrecruzados apoyado<br />

nuevamente en este po<strong>de</strong>r mediático, libró y ganó una nueva batalla en el 2001<br />

mientras paralelamente seguían las sospechas sobre sus supuestas conexiones<br />

con la Mafia.<br />

Pero a<strong>de</strong>más, el ‘corsi-ricorsi’ implica que contemporáneamente ningún<br />

po<strong>de</strong>r es absoluto sino que se expan<strong>de</strong> reticularmente.<br />

Como advierte Manuel Castells ‘accountability’ y lógica <strong>de</strong>l marketing se<br />

anudan en compleja trama: “ El sistema mediático, con sus vinculaciones<br />

simbólicas con las instituciones judiciales y procesales <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia,<br />

establece su ritmo propio y recibe señales <strong>de</strong> todo el espectro <strong>de</strong>l sistema político,<br />

para transformarlas en ventas e influencia, sin que importe el origen y el <strong>de</strong>stino<br />

<strong>de</strong> las repercusiones políticas” (Castells p. 380)<br />

b. La función <strong>de</strong> integración<br />

Por último, el ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos políticos en la <strong>de</strong>mocracia no<br />

materializa simultáneamente <strong>de</strong>rechos civiles y sociales. En este sentido los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas ofrecen un espacio nuevo para reclamar por<br />

su plena vigencia.<br />

18


Un caso paradigmático <strong>de</strong>l comunalismo llevado a los medios fue el <strong>de</strong><br />

Carlos Palenque en Bolivia músico folclórico que fue creciendo en programas<br />

radiales y televisivos. También en este caso aunque se trata <strong>de</strong> una nación <strong>de</strong><br />

impronta indigenista encontró un canal no tradicional, el espacio mediático, para<br />

la afirmación política <strong>de</strong> un nuevo lí<strong>de</strong>r y dirigente <strong>de</strong> CONDEPA, Conciencia <strong>de</strong><br />

Patria. Así, mediante su progresiva afirmación en los medios radiales y televisivos<br />

y su conexión con la i<strong>de</strong>ntidad cultural y local <strong>de</strong> los estratos populares <strong>de</strong> la Paz<br />

y El Alto llegó a ser el cuarto partido político en importancia nacional y el primero<br />

en la capital.<br />

De hecho en recientes encuestas acerca <strong>de</strong> la credibilidad <strong>de</strong> las<br />

instituciones <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, congreso, partidos políticos, lí<strong>de</strong>res políticos y<br />

sindicatos, los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas son los que para la opinión<br />

pública representan sus intereses dando un foro virtual para que se expresen sus<br />

<strong>de</strong>mandas o sus i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s locales. Proceso que se ha agudizado con la<br />

creciente recurso <strong>de</strong> la vía Internet más allá <strong>de</strong> que este medio también tenga<br />

como su cara opaca el acceso limitado a ciertos sectores <strong>de</strong> la población.<br />

Aún así en aquellos países don<strong>de</strong> existe una constitución legal <strong>de</strong> la<br />

ciudadanía política pero <strong>de</strong> baja <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong>bido a la <strong>de</strong>sigualdad en la<br />

distribución <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos civiles entre distintas categorías <strong>de</strong> individuos, clases<br />

sociales o regiones (O’Donnell, Guillermo, p. 550), la posibilidad <strong>de</strong> conectarse a<br />

través <strong>de</strong> este foro virtual conducidos por lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> opinión pue<strong>de</strong> darle voz a<br />

quienes no reconoce el sistema político en un intento orientado a revertir ciertos<br />

procesos <strong>de</strong> exclusión. La Web es el nuevo espacio público para la manifestación<br />

virtual.<br />

El caso <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos, la organización <strong>de</strong> reuniones<br />

críticas a las orientaciones globales –en este sentido han sido paradigmáticas la<br />

repentina organización <strong>de</strong> una marcha que impidió una reunión <strong>de</strong> la Organización<br />

Mundial <strong>de</strong>l Comercio en Seattle, Estados Unidos, en noviembre <strong>de</strong> 1999 o la<br />

organización <strong>de</strong> la reunión alternativa antiglobalización <strong>de</strong> Porto Alegre en enero<br />

<strong>de</strong>l 2001 como respuesta a la <strong>de</strong> Davos-, los movimientos ecologistas, los grupos<br />

humanitarios y los grupos indigenistas son ejemplos <strong>de</strong> lugares mediáticos para el<br />

reclamo <strong>de</strong> la vigencia <strong>de</strong> los mismos.<br />

Entre ellos fue pionero el sitio web <strong>de</strong>l Ejército Zapatista <strong>de</strong> Liberación<br />

Nacional EZLN promovido por el subcomandante Marcos, por un lado, para<br />

<strong>de</strong>nunciar las injusticias <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo que con<strong>de</strong>naba a los pobres mientras<br />

atendía los intereses <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s corporaciones y por el otro, para ofrecer<br />

paralelamente ‘links’ que posibilitaban la intercomunicación con otros grupos<br />

indígenas, la información acerca <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>mandas, su discurso político, las<br />

entrevistas a personalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> la cultura como el escritor Gabriel<br />

García Marquez.<br />

19


Algunos entre tantos todos ejemplos <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> otro espacio<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una política simbólica y la movilización a través <strong>de</strong> Internet<br />

que señalan una ten<strong>de</strong>ncia que también pue<strong>de</strong> modificar al estado y al sistema<br />

<strong>de</strong>mocrático ajustando las diferencias señaladas por Cornelius Castoriadis entre la<br />

<strong>de</strong>mocracia como sistema (valores) o como régimen (procedimental) en tanto<br />

<strong>de</strong>muestren su eficacia en la búsqueda <strong>de</strong> una atención racional junto a la<br />

organización y reparación <strong>de</strong> aquella falta original <strong>de</strong>l criterio <strong>de</strong> equidad que se<br />

revela al yuxtaponer comparativamente la ciudadanía política – como <strong>de</strong>recho a<br />

elegir y ser elegido en el sistema <strong>de</strong>mocrático - con la ciudadanía civil – como<br />

<strong>de</strong>recho a acce<strong>de</strong>r a la inclusión económica y social. (O’Donnell, Guillermo, ps.<br />

559-560).<br />

Es que sólo la vigencia <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>rechos políticos, sociales y económicos<br />

y la reparación relativa <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> homogeneidad por la acción pública pue<strong>de</strong>n<br />

llegar a cristalizar la concepción <strong>de</strong> ser humano como agente significativo <strong>de</strong>l<br />

sistema <strong>de</strong>mocrático y no como mero instrumento necesario <strong>de</strong> un régimen<br />

procedimental que <strong>de</strong>scansa en su autorreferencia, se renueva a sí mismo sin<br />

plantearse nuevas cuestiones relacionadas con su ambiente inclusivo.<br />

En este sentido el espacio público construido mediáticamente pue<strong>de</strong><br />

constituirse en el foro don<strong>de</strong> se manifieste la lucha por la expansión <strong>de</strong> la<br />

ciudadanía civil y social sin las cuales todo proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización aún<br />

concretado como ciudadanía política y respaldado en el sistema legal seguirá<br />

trunco configurando un sistema político autorreferido erigido sobre el<br />

subyacente conflicto entre la lógica <strong>de</strong>mocrática y la lógica <strong>de</strong> la exclusión.<br />

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