LAS SIETE PALABRAS. Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía ...

la dignidad humana como inicio y fundamento de todo cambio social? ¿Cómo
evitar que la búsqueda de la justicia perpetúe las injusticias y liquide lo poco
que los pueblos habíamos conseguido en organización civil, sindical, popular,
política, pastoral, para impulsar el cambio estructural de Colombia?
La quinta Palabra es el grito de Jesús que se dirige a cada uno de nosotros.
Todos necesitamos someternos en Colombia a la Justicia: a la Justicia penal
los delincuentes, desde los de ruana hasta los de la corrupción y la violencia,
desde los actores materiales hasta las cúpulas de la pirámide de la impunidad
que hemos construido y que copó los poderes públicos. Desde los religiosos y
pastores que hayamos traicionado la confianza de la Iglesia y de la sociedad
en nuestros compromisos sagrados, hasta los militares que destruyen la
confianza del ciudadano en sus instituciones. Para ello, necesitamos una
rama jurisdiccional independiente, autónoma, regulada por los mejores
parámetros internacionales, sometida a veeduría y auditoría foránea, porque
no puede ser que quienes están en proceso de sometimiento a la justicia
desde los órganos legislativo y ejecutivo o desde el estamento militar sean
quienes definan la reforma de la justicia en Colombia. Necesitamos una rama
jurisdiccional fuerte, firme, acatada y no atacada por los demás poderes,
respetada y no sometida al escarnio público. Es la base sobre la cual
podremos recoger una sociedad civilizada, con cultura de legalidad, con
disciplina social y política, con sistemas preventivos, punitivos y restaurativos
bien claros y definidos. Todo paso por meterle la mano a la justicia desde
intereses internos, está viciado cuando la sociedad tiene el denominador
común de la impunidad y la corrupción.
Necesitamos someternos todos a la justicia social. Esta ha de ser una meta
que convengamos juntos y que no podrá identificarse sin más con políticas
gubernamentales como las de planes estratégicos o locomotoras montados
ya sobre el presupuesto de la injusticia, de la exclusión, de la depredación de
los recursos, del empobrecimiento y mayor opresión a los débiles.
Necesitamos todos someternos a la justicia restaurativa, que inicia
ciertamente con las víctimas y la reparación, con la restitución de tierras y la