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ASOCIACION EDUCAR<br />
TRABAJO FINAL<br />
TRANSMISIÓN SINAPTICA<br />
CURSO CAPACITACIÓN DOCENTE EN<br />
NEUROCIENCIAS<br />
POR: DR. HÉCTOR D. COLON SANTIAGO<br />
CAGUAS, PUERTO RICO
Transmisión sináptica<br />
La transmisión de información constituye una de las funciones fundamentales del sistema<br />
nervioso. Dicha transmisión de información se basa en la comunicación entre las neuronas que se<br />
realiza fundamentalmente mediante la transmisión sináptica que, en la gran mayoría de las<br />
sinapsis, es de naturaleza química, aunque también existe un tipo de comunicación intercelular<br />
exclusivamente eléctrico. Las moléculas responsables de la transmisión de información en las<br />
sinapsis químicas se denominan neurotransmisores. Los neurotransmisores, que pueden ser<br />
excitadores o inhibidores, se liberan en unas estructuras especializadas denominadas sinapsis en<br />
las cuales existen unas zonas activas de secreción donde se localiza la maquinaria molecular<br />
necesaria para producir la secreción exocitótica del neurotransmisor en respuesta a cambios en<br />
los niveles de calcio intracelular. Como resultado de la secreción de neurotransmisores se<br />
producen cambios en las propiedades eléctricas de la neurona postsináptica que producen la<br />
propagación de la señal y, en último término, la transmisión de información.<br />
Introducción<br />
La discusión existente a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX entre la teoría reticular<br />
de Camilo Golgi y la teoría neuronal de Santiago Ramón y Cajal tuvo una continuación posterior<br />
cuando se comenzaron a estudiar los mecanismos mediante los cuales se producía la transmisión<br />
de la información de unas neuronas a otras, es decir, los procesos de comunicación interneuronal.<br />
Las implicaciones de esta discusión eran claras: si existía una continuidad física entre las células<br />
nerviosas era entonces posible que existiera una transmisión directa de información entre las<br />
neuronas mediante un mecanismo eléctrico. Al contrario, si Cajal estaba en lo cierto, existiría un<br />
espacio físico entre las neuronas que no podría ser recorrido por una señal eléctrica y se<br />
necesitaría alguna otra señal que cruzara dicho espacio.<br />
El concepto de sinapsis fue acuñado por Sherrington para definir las zonas especializadas de<br />
contacto entre las neuronas donde tiene lugar la transmisión de información en el sistema<br />
nervioso. Por tanto, durante las primeras décadas del siglo XX hubo una gran polémica entre los<br />
partidarios de las sinapsis eléctricas, que serían aquellas en las que la transmisión de información<br />
se debía a procesos exclusivamente eléctricos, y los partidarios de las sinapsis químicas en las<br />
que los fenómenos de naturaleza eléctrica en las neuronas postsinápticas eran desencadenados<br />
por la liberación de una sustancia química, denominada neurotransmisor, desde las terminaciones<br />
nerviosas presinápticas.
Sinapsis eléctricas<br />
Por sinapsis eléctricas entendemos aquellas sinapsis en las que la transmisión de información se<br />
produce mediante el paso de corriente eléctrica de una célula a otra. Dado que el paso de<br />
corriente eléctrica de una neurona a otra es la señal responsable de la transmisión de<br />
información, es, por tanto, necesario que exista una continuidad entre el citoplasma de las células<br />
entre las que se establece la sinapsis. Dicha continuidad se logra gracias a la existencia de unos<br />
pequeños poros o uniones en hendidura (gap-junctions) entre las células. Estos poros están<br />
formados por unas proteínas denominadas conexinas, que se unen en grupos de seis unidades<br />
funcionales formando un poro denominado conexón, que es la estructura a través de la cual se<br />
produce el paso de los iones que conducen la información. Un hecho importante es que este paso<br />
de información es bidireccional a diferencia de lo que ocurre en las sinapsis químicas donde la<br />
transmisión de información es unidireccional. Se han descrito un gran número de conexinas<br />
utilizando técnicas de Biología Molecular (al menos 10 secuencias homólogas en el ratón) y su<br />
distribución tisular es muy amplia incluyendo tanto tejido no excitable (hígado, riñón, estómago,<br />
páncreas y corazón) como tejido neuronal.<br />
En conjunto, las propiedades de las sinapsis eléctricas serían las siguientes:<br />
–Una distancia corta entre las membranas presinápticas y postsinápticas (alrededor de 3 nm).<br />
–Continuidad física entre los citoplasmas de ambas células.<br />
–Ausencia de retraso sináptico, es decir, el tiempo que transcurre desde que se estimula la célula<br />
presináptica hasta que aparece una respuesta postsináptica.<br />
–Las unidades que forman los canales de comunicación (conexones) se denominan conexinas.<br />
–El mecanismo de transmisión de la información se realiza a través de la corriente iónica.<br />
–La dirección de transmisión de la información es, generalmente, bidireccional, aunque existen<br />
sinapsis eléctricas rectificadoras, esto es, capaces de conducir corriente iónica en una dirección<br />
pero no en la opuesta.
La función fisiológica de estas sinapsis consiste en generar respuestas muy rápidas implicando a<br />
un gran número de unidades. El ejemplo típico lo constituye el coletazo rápido de huida que<br />
realizan ciertos peces, como el pez dorado.<br />
Sinapsis químicas<br />
Los primeros experimentos que sugirieron que existía neurotransmisión química fueron<br />
realizados en 1904 por un estudiante de medicina, T.R. Elliot, quien observó la existencia de una<br />
gran similitud entre las acciones que ejercía la aplicación de adrenalina exógena y la<br />
estimulación de los nervios adrenérgicos. No obstante, no fue hasta 1921 cuando los<br />
experimentos de Otto Loewi demostraron, sin lugar a dudas, la existencia de un proceso de<br />
neurotransmisión química. Utilizando un sistema en el que un corazón aislado de rana era<br />
prefundido con una solución nutricia procedente de otro corazón, Loewi demostró que cuando se<br />
estimulada el nervio vago del primer corazón se producía una disminución tanto en la fuerza de<br />
contracción como en la frecuencia cardiaca del mismo y que, al cabo de unos segundos, esos<br />
mismos efectos se producían en el segundo corazón cuyo nervio vago no había sido estimulado.<br />
La correcta interpretación de Loewi indicaba que una sustancia, responsable del efecto<br />
observado, estaba siendo liberada en el primer corazón, llegando al segundo, donde ejercía su<br />
efecto. Posteriormente, el concepto de neurotransmisión química se expandió debido<br />
especialmente al trabajo de Dale y Gaddum.<br />
La muestra algunas de las características que poseen las sinapsis químicas y que las diferencian<br />
de las sinapsis eléctricas. Estas propiedades son las siguientes:<br />
–Existe una sustancia química que es la responsable de la transmisión de información que recibe<br />
el nombre de neurotransmisor químico.<br />
–La transmisión de información es unidireccional y va desde la neurona presináptica a la célula<br />
postsináptica.<br />
–La distancia existente entre la parte presináptica y postsináptica se denomina hendidura<br />
sináptica y oscila entre 30 y 400 nm.<br />
–Existe siempre un retraso sináptico desde que comienza la estimulación de la parte presináptica<br />
hasta que aparece un efecto en la célula postsináptica. Entre los procesos que contribuyen a la<br />
aparición del retraso sináptico se encuentran: la entrada del ión calcio en la terminación nerviosa<br />
presináptica, los procesos de exocitosis que conllevan la secreción del neurotransmisor, la<br />
difusión del neurotransmisor en la hendidura sináptica y la interacción del neurotransmisor con<br />
los receptores postsinápticos.<br />
Podemos clasificar las sinapsis químicas, desde un punto de vista funcional, en dirigidas y no<br />
dirigidas.
Sinapsis químicas dirigidas<br />
Las sinapsis químicas dirigidas son aquellas en las que existe una estrecha aposición entre las<br />
partes presinápticas y postsinápticas. La hendidura sináptica suele medir menos de 100 nm y el<br />
retraso sináptico es corto (como máximo de unos cuantos milisegundos). Es el tipo de sinapsis<br />
más abundante en el sistema nervioso central y suele generar estímulos cortos y muy selectivos.<br />
Estas sinapsis pueden clasificarse también en dos grupos:<br />
–Periféricas. Cuando están situadas fuera del sistema nervioso central. Son las sinapsis que<br />
forman los nervios somáticos que inervan la musculatura esquelética voluntaria.<br />
–Centrales. Se localizan en el interior del sistema nervioso central.<br />
A su vez, las sinapsis centrales pueden clasificarse atendiendo a criterios morfofuncionales y<br />
topográficos:<br />
–Según criterios morfológicos y funcionales:<br />
a)Sinapsis Gray tipo I: sinapsis con abundantes proyecciones densas presinápticas y vesículas<br />
secretoras redondas. Suelen ser sinapsis excitadoras.<br />
b)Sinapsis Gray tipo II: sinapsis con pocas proyecciones densas presinápticas y vesículas<br />
secretoras ovaladas. Suelen ser sinapsis inhibidoras.<br />
–Según criterios topográficos. Dependiendo de la parte de la neurona postsináptica donde se<br />
produzca la sinapsis se pueden clasificar del siguiente modo:<br />
a) Axosomática: sinapsis sobre el cuerpo neuronal.<br />
b) Axodendrítica: sinapsis sobre las dendritas.
c) Axoaxónica: sinapsis sobre el axón.<br />
Sinapsis químicas no dirigidas<br />
Las sinapsis químicas no dirigidas son aquellas en las que existe una cierta distancia entre las<br />
terminaciones nerviosas que contienen el neurotransmisor y las células efectoras. Un ejemplo<br />
son las sinapsis típicas del sistema nervioso vegetativo, tanto adrenérgico como colinérgico, que<br />
al ser estimuladas, producen una respuesta difusa y generalizada de diversos órganos.<br />
Mecanismos de transmisión sináptica<br />
Cuando se estudian los mecanismos implicados en los procesos de transmisión sináptica<br />
podemos dividirlos en aspectos presinápticos, mecanismos de liberación del neurotransmisor y<br />
aspectos postsinápticos.<br />
Aspectos presinápticos<br />
En un botón sináptico se encuentran localizadas una serie de estructuras básicas necesarias para<br />
secretar el neurotransmisor en respuesta a un estímulo. Dichas estructuras básicas serían éstas:<br />
vesículas secretoras, que almacenan el neurotransmisor; mitocondrias, que proporcionan la<br />
energía necesaria para que la secreción tenga lugar; canales iónicos, que son responsables de los<br />
cambios en la permeabilidad a diferentes iones que condicionan la excitabilidad de la<br />
terminación nerviosa y, en último extremo, relacionado con la secreción del neurotransmisor, la<br />
existencia de unas zonas de mayor densidad en la membrana presináptica que son las<br />
denominadas zonas activas de liberación en las que se produce la secreción del neurotransmisor.<br />
Vamos a referirnos brevemente a la estructura de las vesículas secretoras, de los canales iónicos<br />
y de las zonas o sitios activos.
Estructura de las vesículas secretoras<br />
Al observar un botón sináptico al microscopio electrónico se puede apreciar que las<br />
terminaciones presinápticas se caracterizan por la presencia de unas pequeñas estructuras<br />
redondeadas con un tamaño de unos 200 nm que al ser purificadas coemigran en gradientes de<br />
sacarosa con el neurotransmisor. Estas estructuras reciben el nombre de vesículas o gránulos<br />
secretores y contienen en su interior el neurotransmisor.<br />
Al estudiar la estructura de las vesículas secretoras se observa la existencia de dos tipos de<br />
componentes: de membrana, que le confieren una serie de propiedades relacionadas con el<br />
proceso secretor, y solubles que se encuentran en el interior de la vesícula y que van a ser<br />
secretados al exterior mediante un proceso de exocitosis. Vamos a referirnos brevemente a cada<br />
uno de estos componentes.<br />
La función fisiológica de una vesícula secretora consiste en almacenar el neurotransmisor para<br />
protegerlo de las enzimas que lo degradarían en el citoplasma y secretarlo en un proceso<br />
denominado exocitosis, mediante el que se vierte el contenido soluble de la vesícula al exterior<br />
de la neurona. A la hora de determinar qué estructuras mínimas requeriría una membrana<br />
vesicular para cumplir su función fisiológica llegaríamos a la conclusión de que, al menos<br />
conceptualmente, serían necesarias muy pocas proteínas:<br />
–Un sistema de captación que permitiera incorporar el neurotransmisor al interior de la vesícula.<br />
–Un receptor que permitiera a la vesícula situarse y anclarse en la inmediata vecindad de las<br />
zonas activas de secreción.<br />
–Un receptor que permitiera a la vesícula fusionarse con las zonas activas de la membrana<br />
plasmática y secretar su contenido al exterior.<br />
Si se compara esta estructura teórica con la estructura real que posee la vesícula secretora mejor<br />
conocida, que es el gránulo cromafín de la médula adrenal, que es capaz de almacenar y secretar<br />
catecolaminas en respuesta a diversos estímulos, veríamos que las tres estructuras que hemos<br />
deducido arriba se encuentran como tales en su membrana. Esta membrana vesicular posee un<br />
sistema de captación de catecolaminas que consta de una proteína transportadora (con gran<br />
afinidad para noradrenalina, adrenalina y dopamina) y una Vo ATPasa transportadora de<br />
protones que genera el gradiente eléctrico y químico necesario para que se produzca la captación
de catecolaminas. Junto a estas dos estructuras, el mecanismo necesario para almacenar el<br />
neurotransmisor se completa con un transportador de nucleótidos (fundamentalmente ATP)<br />
necesario para acoplarse con las catecolaminas en el interior de la matriz soluble del gránulo<br />
cromafín.<br />
La capacidad de la vesícula secretora de reconocer las zonas de anclaje y, posteriormente,<br />
fusionarse en los lugares de exocitosis le viene conferida al gránulo cromafín por una serie de<br />
proteínas, a las que nos referiremos en mayor detalle más adelante, que forman genéricamente<br />
parte de lo que se denomina v-SNARE dentro del complejo SNAP-SNARE. Las proteínas más<br />
importantes asociadas a los gránulos cromafines responsables de estos procesos son<br />
sinaptotagmina, sinaptobrevina, rabfilina y rab.<br />
Junto a estos requerimientos básicos, la membrana de una vesícula secretora puede contener<br />
otras proteínas como enzimas necesarias para la síntesis del neurotransmisor, enzimas capaces de<br />
procesar péptidos, citocromos, etc., que no son críticos para su función fisiológica, pero que<br />
incrementan enormemente la capacidad de la vesícula de transmitir información.<br />
Los componentes solubles de una vesícula secretora van a ser liberados durante el proceso de<br />
exocitosis. Incluyen el neurotransmisor clásico y algunas otras moléculas, generalmente<br />
péptidos, que van a ser coliberadas con el neurotransmisor y que van a ejercer acciones<br />
neuromoduladoras sobre la función de esa u otras sinapsis. En los gránulos cromafines de la<br />
médula adrenal junto a las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), que serían el equivalente<br />
de los neurotransmisores clásicos, se encuentran y liberan ATP, varios péptidos como metioninaencefalina<br />
y leucina-encefalina, endotelinas y algunas proteínas como la enzima dopamina β<br />
hidroxilasa (que convierte la dopamina en noradrenalina) y las cromograninas, nos permiten<br />
deducir una función importante de las vesículas secretoras como es el procesado de péptidos.<br />
En la secuencia de la cromogranina A, al igual que en la de otros precursores que existen en el<br />
interior de las vesículas secretoras, están contenidos varios péptidos que se liberan en el interior<br />
del gránulo gracias a cortes en posiciones específicas por la acción de ciertas peptidasas. Dichos<br />
péptidos son secretados al exterior dónde ejercen acciones tanto a nivel local como a distancia.<br />
Canales iónicos<br />
El proceso fisiológico de liberación del neurotransmisor desde una terminación nerviosa<br />
presináptica implica que dicha terminación nerviosa sufra una despolarización.<br />
Los tipos de canales iónicos activados por voltaje que pueden estar presentes en una terminación<br />
nerviosa han sido descritos en el capítulo 6 en mayor detalle y aquí se citan brevemente:
–Canales de Na + . Estos canales son los responsables de la propagación del potencial de acción<br />
hacia las terminaciones nerviosas. Son muy permeables al Na + y unas 10 a 15 veces menos<br />
permeables al K + .<br />
–Canales de K + . Estos canales son responsables de la repolarización que sigue al potencial de<br />
acción. Son muy permeables al K + y muy poco a otros iones.<br />
–Canales de Ca 2+ . Estos canales son responsables de la entrada de Ca 2+ que da lugar a la<br />
secreción de neurotransmisor. Existen varios tipos de canales de Ca 2+ responsables de la<br />
secreción en diversos sistemas. Nos referiremos a ellos más adelante.<br />
–Canales de Cl - . Los canales para el Cl - ejercen una acción inhibidora sobre la secreción en<br />
determinadas sinapsis.<br />
Zonas activas de secreción<br />
Al estudiar las terminaciones nerviosas con microscopía electrónica se observó que las vesículas<br />
más próximas a la membrana plasmática se concentran en una serie de zonas en las que se<br />
observan unas estructuras marcadamente electrodensas. Posteriormente, utilizando ω-conotoxina<br />
GVIA, marcada radiactivamente, que es un ligando específico para el subtipo N de canales de<br />
Ca 2+ activados por voltaje, se observó que en las terminaciones nerviosas colinérgicas que<br />
inervan el músculo esquelético de la rana, los canales de Ca 2+ tipo N están situados en la<br />
proximidad de las vesículas secretoras. Esta colocalización es muy importante, pues garantiza la<br />
eficiencia del Ca 2+ que entra, tras una despolarización, en la terminación nerviosa, para inducir<br />
secreción al incrementar la concentración de Ca 2+ libre en la proximidad de las vesículas<br />
secretoras.<br />
Aunque la colocalización de canales de Ca 2+ y vesículas secretoras en terminaciones nerviosas<br />
sugiere la existencia de zonas activas de secreción, la demostración de las mismas se obtuvo en<br />
un experimento que realizó Wightman y que se esquematiza en la. Utilizando dos electrodos de<br />
carbono, de aproximadamente una micra de diámetro, fue situándolos en diversas posiciones en<br />
la superficie de una célula cromafín mientras estimulaba la misma mediante otro electrodo.<br />
Observó que en algunas posiciones de registro solamente uno de los dos electrodos era capaz de<br />
registrar la corriente de oxidación producida por las catecolaminas liberadas localmente en<br />
respuesta a la estimulación. La interpretación de este experimento consistió en proponer que la<br />
liberación de neurotransmisor no ocurría por igual en toda la superficie celular, sino que existían<br />
una serie de zonas activas donde se producía la secreción.
Mecanismos de liberación del neurotransmisor<br />
La liberación de los neurotransmisores es un proceso que depende directamente de la entrada de<br />
Ca 2+ al interior de la célula y de un incremento en la concentración de Ca 2+ libre en las<br />
proximidades de los sitios activos de exocitosis. El papel primordial que juega el ión Ca 2+ en el<br />
proceso secretor se demostró en 1961 cuando Douglas y Rubin observaron que al prefundir<br />
glándulas adrenales bovinas con acetilcolina, que es el neurotransmisor fisiológico en dicha<br />
sinapsis, solamente se producía secreción de catecolaminas cuando existía Ca 2+ en el medio<br />
extracelular. Utilizando un abordaje experimental diferente, Ricardo Miledi, en 1973, observó<br />
que únicamente se podían registrar potenciales postsinápticos, en la sinapsis gigante del calamar,<br />
si se inyectaba el ión Ca 2+ , pero no cualquier otro ión, en la neurona presináptica.<br />
Estos datos iniciales sobre la forma en la que se produce la secreción fueron confirmados cuando<br />
se dispuso de sondas fluorescentes (las iniciales fueron QUIN-2 y FURA-2) que permitieron<br />
seguir los niveles de Ca 2+ intracelular en respuesta a un estímulo que producía la secreción de<br />
neurotransmisor. Utilizando estas sondas se observó que siempre que se aplicaba un estímulo<br />
existía un aumento en la concentración de Ca 2+ libre en el interior de la célula secretora.<br />
Dado que parece necesario un aumento en la concentración de Ca 2+ libre intracelular para<br />
producir secreción, la siguiente pregunta es: ¿cómo entra el Ca 2+ en el interior de la célula<br />
secretora? La respuesta es que el Ca 2+ entra a través de los canales de Ca 2+ activados por voltaje,<br />
que son unos complejos proteicos formados por cinco subunidades: α1, que forma el poro y sirve<br />
para su clasificación, α2, β, γ y δ.<br />
Clasificación de los canales de Ca 2+ activados por voltaje<br />
Existen diversos tipos de canales de Ca 2+ activados por voltaje que pueden participar en el<br />
proceso secretor. A la hora de clasificarlos se puede hacer en función del umbral de activación,<br />
es decir, el potencial de membrana de la célula a partir del cual se observa corriente a través de<br />
esos canales. En función del umbral de activación podemos clasificarlos en dos grupos:<br />
–Canales de bajo umbral. Son los canales denominados tipo T, que se activan a potenciales de<br />
membrana más positivos que –70mV, aunque sufren una inactivación por pulsos cortos en un<br />
rango de potenciales entre –100 y –60mV. Su conductancia es pequeña (de unos 8 pS) y son<br />
resistentes al bloqueo con el ión Cd 2+ , pero muy sensibles al bloqueo con Ni 2+ . Molecularmente,<br />
dependiendo de su localización, se correlacionan con los siguientes subtipos de subunidad α1: G<br />
(Cav3.1), H (Cav3.2) o I (Cav3.3).
–Canales de alto umbral. Se activan a partir de potenciales de membrana de –40 mV. Existen<br />
varios tipos de estos canales iónicos que desempeñan un papel importante en los procesos<br />
secretores. Vamos a referirnos ahora a algunas de sus propiedades:<br />
a) Canal de tipo L. No se inactiva en la escala de tiempo de milisegundos. Tiene un potencial<br />
umbral en torno a –10 mV y un pico de actividad a 5 mV. Su conductancia está en torno a 25 pS.<br />
Es sensible a fármacos del tipo de las dihidropiridinas (nifedipina, nitrendipina, etc.) y se acopla<br />
a la secreción en células neuroendocrinas como la liberación de catecolaminas en células<br />
cromafines bovinas y a la liberación de insulina en células β pancreáticas. Molecularmente, se<br />
corresponde con las subunidades α1S (Cav1.1), α1C (Cav1.2), α1D (Cav1.3) y α1F (Cav1.4).<br />
b) Canal de tipo N. Recibe esta nomenclatura porque es especialmente abundante en las<br />
terminaciones nerviosas tanto periféricas como centrales. Es un canal que se inactiva en la escala<br />
de tiempo de milisegundos y que tiene una conductancia en torno a 13 pS. Farmacológicamente<br />
es muy sensible a una toxina, ω-conotoxina GVIA, que se extrae de un caracol marino (Conus<br />
geographus). Este canal está implicado en la secreción de neurotransmisores tanto a nivel central<br />
(hipocampo, corteza cerebral, etc.) como periférico (terminaciones nerviosas adrenérgicas y<br />
colinérgicas). Su correlato molecular es la subunidad α1B (Cav2.2).<br />
c) Canal tipo P/Q. Se describió inicialmente en las células de Purkinje del cerebelo, de las que<br />
toma el nombre. Es un canal muy sensible (se bloquea a concentraciones inferiores a 10 nM) a<br />
una toxina (ω-agatoxina IVA) obtenida de la araña Agelenopsis aperta. Molecularmente, se<br />
corresponde con la subunidad α1A (Cav2.1). Este canal participa en la secreción de<br />
neurotransmisores en las sinapsis centrales.<br />
d) Canal de tipo R. Es una corriente residual que permanece cuando en presencia de la<br />
combinación de ω-conotoxina GVIA, dihidropiridina y ω-agatoxina IVA, se estimula la neurona<br />
por encima de –40 mV. Molecularmente, se cree que este canal contiene una subunidad α1E<br />
(Cav2.3)<br />
Exocitosis<br />
Podríamos resumir el proceso secretor en una terminación nerviosa en una serie de pasos:<br />
–Un potencial de acción invade la terminación nerviosa.<br />
–La terminación nerviosa se despolariza.<br />
–Se abren canales de Ca 2+ activados por voltaje.<br />
–Se incrementa la permeabilidad al Ca 2+ y la concentración intracelular de Ca 2+ libre.<br />
–Se produce la secreción de neurotransmisor.<br />
–La concentración de Ca 2+ intracelular vuelve a valores basales.
–Se elimina el neurotransmisor de la hendidura sináptica.<br />
–Se reciclan las vesículas secretoras.<br />
En este apartado vamos a estudiar la relación que existe entre el aumento en la concentración de<br />
Ca 2+ libre y la secreción de neurotransmisor. Para comprender el mecanismo molecular<br />
implicado en el proceso de fusión de las membranas de la vesícula secretora con la membrana<br />
plasmática es necesario conocer la escala temporal en la que se produce el proceso de secreción.<br />
El retraso sináptico se sitúa alrededor de 2 ms e incluye los procesos ya mencionados de<br />
despolarización de la terminación nerviosa, entrada de Ca 2+ , difusión del Ca 2+ hacia las zonas<br />
activas, exocitosis, difusión del neurotransmisor a través de la sinapsis, interacción con<br />
receptores postsinápticos y aparición de un potencial postsináptico. En cambio, en células<br />
neuroendocrinas, el tiempo que transcurre desde que se produce el estímulo hasta que se libera el<br />
neurotransmisor es de unos 200 ms. Por otra parte, se ha estimado que el tiempo necesario para<br />
que se produzca la transferencia de una molécula de fosfato por una cinasa en una reacción de<br />
fosforilación es de unos 12 ms, mientras que la eliminación de una molécula de fosfato por una<br />
fosfatasa requiere unos 33 ms. Estos datos sugieren que el mecanismo molecular de la exocitosis<br />
se debe, sobre todo en el caso de la secreción rápida de neurotransmisor en las terminaciones<br />
nerviosas, donde el retraso sináptico es de unos 2 ms, a cambios conformacionales de diversas<br />
proteínas que forman parte del complejo de anclaje y fusión entre las vesículas secretoras y la<br />
membrana plasmática.<br />
El proceso de exocitosis puede dividirse en dos mecanismos: anclaje (docking) de las vesículas<br />
próximas a los lugares de exocitosis y fusión entre las membranas vesicular y plasmática.<br />
La definición de anclaje puede realizarse desde tres puntos de vista diferentes:<br />
–Morfológico. Se definen como ancladas las vesículas que están localizadas junto a la membrana<br />
plasmática en la proximidad de los lugares activos de secreción.<br />
–Funcional. Las vesículas ancladas serían aquellas que van a ser secretadas en primer lugar.<br />
–Molecular. Viene definido por la formación de un complejo de proteínas que fijan la vesícula a<br />
los lugares activos de secreción.<br />
El fenómeno de anclaje requiere la localización de las vesículas sinápticas en la zona activa de la<br />
terminación nerviosa. Tras el anclaje, las vesículas secretoras están unidas físicamente a la<br />
membrana, pero, gran parte de ellas, no son competentes para secretar. De hecho, la entrada de<br />
calcio produce la liberación de una pequeña fracción de las vesículas.<br />
Existe una serie de proteínas que contribuyen a la formación del complejo de anclaje como la<br />
proteína de la membrana vesicular como rab3a que pertenece a la familia de las GTPasas y que<br />
se cree que participa en el tráfico de membranas en las células. Otras proteínas implicadas son<br />
las proteínas que forman el complejo 7S donde se va a iniciar el proceso de fusión: como parte<br />
de la vesícula secretora, sinaptobrevina y sinaptotagmina (receptor v-SNARE), y por parte de la<br />
membrana plasmática, SNAP-25 y sintaxina 1a (receptor t-SNARE) (figura 7.6).
Por fusión se conoce el proceso por el cual las membranas de las vesículas secretoras y la<br />
membrana plasmática se unen y, como consecuencia, se produce el proceso de exocitosis. La<br />
fusión es un proceso muy rápido que requiere del uso de técnicas especiales para ser detectada.<br />
Actualmente, la técnica más utilizada debido a su gran sensibilidad y resolución temporal es la<br />
determinación de los cambios en la capacitancia celular que acompañan al proceso secretor, al<br />
incorporarse la superficie de las vesículas secretoras a la superficie celular total durante la<br />
exocitosis.<br />
Para comprender mejor el escenario en el cuál se produce la secreción de neurotransmisor,<br />
fijémonos en el esquema de la figura 7.6 que representa los componentes moleculares del<br />
proceso de exocitosis. En este proceso juegan un papel muy importante dos proteínas citosólicas<br />
que son α-SNAP y NSF que es una proteína con capacidad de hidrolizar ATP y sensible a Netilmaleimida<br />
(propiedad que le confiere su nombre de factor sensible a N-etilmaleimida). Estas<br />
dos proteínas forman el complejo denominado SNAP, representado en la figura 7.6. Junto a estas<br />
proteínas, existen otras (sinaptotagmina y sinaptobrevina) en la membrana de la vesícula<br />
secretora que forman uno de los receptores para SNAP denominado v-SNARE. Por su parte, en<br />
la membrana plasmática existen otras dos proteínas (SNAP-25 y sintaxina 1a), que forman el<br />
correspondiente receptor para SNAP, denominado t-SNARE. La interacción entre las proteínas<br />
que forman parte del complejo SNAP-SNARE desempeña un papel clave en los procesos de<br />
exocitosis.<br />
En la proximidad de las vesículas ancladas en las zonas activas se encuentran también<br />
localizados canales de Ca 2+ activados por voltaje, ya que una de las proteínas que forman el<br />
complejo de anclaje 7S (sintaxina) se une también a los canales de Ca 2+ . Esta característica de la<br />
sintaxina incrementa enormemente la eficacia de la sinapsis, ya que la entrada de Ca 2+ a través de<br />
los canales activados por voltaje se produce precisamente allí donde se encuentran las vesículas<br />
secretoras.<br />
¿Cómo comienza el proceso de exocitosis? Desde el punto de vista molecular, el proceso de<br />
exocitosis comienza mediante la entrada del ión calcio. Se cree que el sensor de calcio que inicia<br />
el proceso es la proteína sinaptotagmina I que posee dos dominios C2 con capacidad para fijar<br />
calcio y fosfolípidos. Esto hace que la sinaptotagmina I se desplace de su unión al complejo 7S.<br />
Posteriormente, la proteína NSF se une a este complejo formando otro denominado 20S. Se cree<br />
que el proceso de fusión comienza tras la hidrólisis de una molécula de ATP por NSF que, al<br />
mismo tiempo, promueve la disociación del complejo 20S.<br />
Utilizando la técnica de los cambios en la capacitancia se ha estudiado la secreción de un único<br />
gránulo secretor en mastocitos del mutante de ratón beige que contienen un número muy<br />
pequeño de gránulos secretores de gran tamaño. En este modelo de secreción se ha observado<br />
que al comienzo de la fusión entre las membranas vesicular y plasmática se produce la apertura<br />
de un poro de fusión de pequeño tamaño, a través del cual existe ya liberación del producto de<br />
secreción; es el fenómeno conocido como ‘kiss and run’. Sorprendentemente, hasta que el poro<br />
de fusión alcanza un tamaño crítico el proceso secretor es reversible.<br />
Aunque a nivel molecular aún no están totalmente establecidas las interacciones entre las<br />
diversas proteínas que participan en el proceso secretor, sí parece claro que la hipótesis SNAP-
SNARE es capaz de explicar el mecanismo molecular de la exocitosis. Una confirmación de esta<br />
hipótesis viene del trabajo realizado con las toxinas tetánica y botulínica. Se sabía desde hace<br />
mucho tiempo que estas dos toxinas producían un bloqueo en la secreción de acetilcolina.<br />
Cuando se han realizado estudios a nivel molecular sobre las acciones de estas toxinas se ha visto<br />
que la toxina tetánica y la botulínica de los serotipos B, D, F y G son capaces de romper enlaces<br />
peptídicos en las moléculas de sinaptobrevina entre el enlace peptídico Gln76-Phe77. Por otra<br />
parte, el serotipo C de la toxina botulínica es capaz de realizar la misma función sobre la<br />
molécula de sintaxina mientras que los serotipos A y E de la misma toxina lo hacen con la<br />
proteína SNAP-25. Estos resultados indican que el efecto de estas toxinas bloqueando la<br />
secreción del neurotransmisor se debe a una acción peptidasa específica sobre ciertas proteínas<br />
del complejo SNAP-SNARE.<br />
Eliminación del neurotransmisor de la hendidura sináptica<br />
Una vez liberado el neurotransmisor, éste interactúa con receptores postsinápticos como veremos<br />
más adelante en este capitulo produciendo un efecto. No obstante, la estimulación sucesiva de<br />
estos receptores puede dar lugar a una desensibilización de los mismos y, por tanto, a una<br />
inhibición funcional de esa sinapsis. Por ello, el neurotransmisor liberado debe ser eliminado de<br />
la hendidura sináptica. La eliminación del neurotransmisor de la hendidura sináptica constituye<br />
el mecanismo fisiológico por el cual cesa la acción del neurotransmisor. Existen tres mecanismos<br />
básicos por los cuales un neurotransmisor puede ser eliminado de una sinapsis: difusión,<br />
metabolismo y re-captación en la terminación nerviosa.<br />
La difusión es el mecanismo responsable de la eliminación de una fracción del neurotransmisor.<br />
No obstante, al ser las hendiduras sinápticas en muchas sinapsis unos espacios físicamente<br />
limitados, sólo constituye un mecanismo de gran importancia en la eliminación de los<br />
neurotransmisores peptídicos.<br />
Otro aspecto que hay que considerar es el metabolismo del neurotransmisor. Las enzimas<br />
necesarias para degradar algunos neurotransmisores se encuentran localizadas en las<br />
proximidades de la sinapsis. El ejemplo más conocido lo constituye la enzima acetilcolinesterasa<br />
que es capaz de degradar rápidamente la acetilcolina liberada de las terminaciones nerviosas<br />
colinérgicas en la unión neuromuscular y que limita a unos cuantos milisegundos la duración de<br />
acción de la acetilcolina. Si tenemos en cuenta que el receptor nicotínico muscular se<br />
desensibiliza rápidamente por la presencia continuada de acetilcolina dando lugar a un bloqueo<br />
de la contracción y, por consiguiente, a una parálisis muscular (tal y como ocurre en la<br />
intoxicación con insecticidas organofosforados que son inhibidores del enzima<br />
acetilcolinesterasa), podemos comprender el papel imprescindible que desempeña esta enzima en<br />
el mantenimiento de la funcionalidad de la unión neuromuscular.<br />
La acción de la acetilcolinesterasa sobre la acetilcolina desdobla esta enzima en ácido acético y<br />
colina. Esta degradación va acoplada, en las terminaciones nerviosas colinérgicas a un sistema de<br />
captación específico para colina que la reincorpora a la terminación nerviosa colinérgica y<br />
permite su reutilización en la síntesis de acetilcolina.
Por último, la recaptación es probablemente el mecanismo más utilizado para la eliminación de<br />
los neurotransmisores de las hendiduras sinápticas. En las terminaciones presinápticas de un gran<br />
número de sinapsis existen una serie de proteínas estructurales de la membrana que muestran una<br />
gran afinidad por el neurotransmisor y que son capaces de eliminarlo muy eficientemente de la<br />
hendidura sináptica. En general, estos transportadores utilizan el gradiente de Na + existente a<br />
ambos lados de la membrana plasmática como la fuerza motriz para realizar la captación. No<br />
obstante, existen algunas excepciones como en el caso del GABA, que requiere también Cl -<br />
(transportadores dependientes de Na + y Cl - ) o en le caso de los transportadores de aminoácidos<br />
excitadores que requieren también K + (transportadores dependientes de Na + y K + ). Una vez<br />
recaptado, sin metabolizar, puede reincorporarse rápidamente a vesículas secretoras que se<br />
encuentran en la terminación nerviosa para su posterior secreción.<br />
La existencia de este tipo de transportadores fue descrita inicialmente en las terminaciones<br />
nerviosas adrenérgicas, en las que se encargan de la terminación fisiológica de la acción del<br />
neurotransmisor. El bloqueo del sistema de recaptación específico de noradrenalina en las<br />
terminaciones nerviosas adrenérgicas es el mecanismo de acción de determinadas sustancias<br />
terapéuticas (antidepresivos tricíclicos) o de abuso (cocaína).<br />
Destino de las vesículas secretoras tras la exocitosis<br />
Si no existiese un mecanismo que antagonizara el incremento de la superficie en la terminación<br />
nerviosa, que se produce tras la exocitosis de un gran número de vesículas, nos encontraríamos<br />
con un gran incremento en el tamaño de dichas terminaciones nerviosas. Esto no ocurre, salvo en<br />
el caso en el que la secreción sea inducida, en ausencia de Ca 2+ extracelular, por ciertas toxinas<br />
como la a-latroxina (que es un veneno de la araña viuda negra). El mecanismo que es capaz de<br />
eliminar de la membrana plasmática de la terminación nerviosa el exceso de membrana<br />
incorporada mediante la exocitosis de las vesículas secretoras se denomina endocitosis y es, en<br />
general, dependiente de Ca 2+ .<br />
El mecanismo por el que se produce la endocitosis es común, aunque el destino final de la<br />
membrana endocitada puede variar. El proceso de endocitosis, en las terminaciones nerviosas,<br />
comienza mediante el recubrimiento de la membrana de la vesícula secretora que acaba de sufrir<br />
exocitosis con una proteína denominada clatrina y la separación de dicha vesícula de la<br />
membrana plasmática. En esta última fase se requiere la presencia de una GTPasa denominada<br />
dinamina, que desempeña un papel importante, ya que el bloqueo de la acción de esta proteína en<br />
Drosophila hace que desaparezcan las vesículas secretoras. Posteriormente a la endocitosis, la<br />
vesícula secretora puede seguir tres vías diferentes.<br />
Mediante el reciclado las vesículas se liberan de su recubrimiento de clatrina y pueden ser<br />
funcionales otra vez como vesículas secretoras, ya que las proteínas de membrana necesarias<br />
para el anclaje, fusión y captación del neurotransmisor no han sido afectadas. Es el mecanismo<br />
más común.<br />
Otro mecanismo es el de la transcitosis. Las membranas vesiculares forman grandes vacuolas<br />
desde donde se dirigen hacia otras zonas de la terminación nerviosa. Sólo parece tener<br />
importancia en situaciones de sobreestimulación no fisiológica de la terminación nerviosa.
Por último, hay que considerar el proceso a través de la vía constitutiva. Parte de las membranas<br />
recuperadas de la terminación nerviosa recubierta de clatrina son dirigidas hacia los lisosomas<br />
localizados en el cuerpo neuronal, donde son degradados en sus componentes para ser<br />
reutilizados posteriormente en síntesis de novo.<br />
Aspectos postsinápticos<br />
La interacción entre un neurotransmisor y sus receptores específicos desencadena una serie de<br />
cambios en la célula postsináptica que pueden ser de dos tipos: bioquímicos y eléctricos. Los<br />
cambios de naturaleza bioquímica suelen ser más frecuentes en células de origen no neuronal.<br />
Un ejemplo lo representa la activación de receptores β-adrenérgicos por noradrenalina, en células<br />
hepáticas, que da lugar a un incremento en los niveles de AMP cíclico. En cambio, en neuronas o<br />
células secretoras, los cambios que producen los neurotransmisores a través de su unión a<br />
receptores específicos son, con cierta frecuencia, de naturaleza eléctrica.<br />
A continuación nos vamos a centrar en los cambios eléctricos que se producen como<br />
consecuencia de la acción del neurotransmisor, ya que existe en este libro un capítulo específico<br />
dedicado a las sinapsis que generan cambios en los mensajeros intracelulares. Vamos a estudiar<br />
los cambios eléctricos que se producen en dos tipos de sinapsis: periféricas y en el sistema<br />
nervioso central.<br />
Sinapsis periféricas<br />
Las sinapsis periféricas se caracterizan porque, generalmente, una única neurona presináptica<br />
realiza un contacto sináptico con la neurona postsináptica o la célula efectora. En el caso de las<br />
sinapsis cuya activación genera una respuesta eléctrica en la célula efectora, están implicados un<br />
tipo específico de canales iónicos que son los canales operados por ligando, descritos en otros<br />
capítulos. Como consecuencia de la interacción del neurotransmisor con su receptor específico,<br />
se va a producir un cambio de permeabilidad a determinados iones, que en el caso del receptor<br />
nicotínico para acetilcolina de la célula muscular estriada o de la célula cromafín de la médula<br />
adrenal son Na + y K + , lo que va a producir un cambio en el potencial de membrana de reposo de<br />
la célula postsináptica con la aparición de un potencial postsináptico (figura 7.7). Cuando la<br />
liberación de neurotransmisor es más intensa, el tamaño del potencial postsináptico se<br />
incrementa hasta que llega un momento en el que es capaz de disparar un potencial de acción y<br />
propagar la señal a lo largo de la célula postsináptica (figura 7.7). Como consecuencia de esta<br />
propagación se va a producir la contracción muscular (en el caso de la sinapsis en la unión<br />
neuromuscular) y la secreción de catecolaminas en la sinapsis entre el nervio esplácnico y la<br />
célula cromafín de la médula adrenal.<br />
Sinapsis en el sistema nervioso central<br />
En el sistema nervioso central la situación es mucha más compleja, puesto que una única neurona<br />
puede recibir un gran número de sinapsis, tanto excitadoras como inhibidoras, en diversas partes<br />
de su estructura. Las sinapsis centrales podríamos clasificarlas desde el punto de vista funcional<br />
en dos grandes grupos: excitadoras e inhibidoras.
Las sinapsis excitadoras son aquellas en las cuales la interacción entre el neurotransmisor y su<br />
receptor va a dar lugar a un potencial postsináptico excitador (aquel que desplaza el potencial de<br />
membrana de la célula postsináptica hacia valores menos negativos). En este caso se dice que el<br />
neurotransmisor es excitador. En el sistema nervioso central existe un gran número de<br />
neurotransmisores excitadores, pero probablemente el más abundante y el que tiene unas<br />
funciones fisiológicas más importantes es el glutamato que está implicado en procesos que van<br />
desde el aprendizaje y memoria hasta la lesión neuronal producida en situaciones de isquemia.<br />
En general, la interacción de un neurotransmisor excitador con su receptor produce un aumento<br />
en la permeabilidad a los iones Na 2+ o Ca 2+ en la célula postsináptica. Tal y como se dijo<br />
anteriormente, la morfología de las sinapsis excitadoras coincide con lo que se ha llamado tipo<br />
Gray I.<br />
Las sinapsis inhibidoras son aquellas en las que la activación del receptor postsináptico por el<br />
neurotransmisor va a dar lugar a un potencial postsináptico inhibidor (el potencial de membrana<br />
se hace más negativo). El prototipo de neurotransmisor inhibidor en el sistema nervioso central<br />
es el aminoácido GABA. Generalmente, las sinapsis inhibidoras generan los potenciales<br />
postsinápticos inhibidores mediante un incremento en la permeabilidad al ión Cl - .<br />
Morfológicamente corresponden con las sinapsis tipo Gray II.<br />
Actividad funcional<br />
La actividad funcional de una neurona (liberación de neurotransmisor en sus terminaciones<br />
sinápticas) y, por tanto, su capacidad de transmitir información, viene determinada por la<br />
interacción entre todas las sinapsis excitadoras e inhibidoras que recibe en su estructura.<br />
Tomando un modelo cajaliano de neurona podríamos decir que el árbol dendrítico está<br />
especializado como la zona receptora de la neurona, el axón es la zona conductora y las<br />
terminaciones nerviosas constituyen la zona transmisora. La figura 7.4 indica cuáles son los<br />
posibles tipos de sinapsis que pueden establecerse en el sistema nervioso central y que<br />
básicamente son axodendríticas, axosomáticas y axoaxónicas. Vamos a referirnos brevemente a<br />
cada una de ellas desde el punto de vista funcional.<br />
Las sinapsis axodendríticas suelen ser excitadoras y producen despolarización de las dendritas.<br />
Esta despolarización se desplaza hacia el soma neuronal mediante dos mecanismos diferentes;<br />
propagación de un potencial de acción o conducción electrotónica que consiste en transmitir<br />
pasivamente, a través de los electrólitos intracelulares, la despolarización sufrida, pero sin<br />
generar potenciales de acción.<br />
Las sinapsis axosomáticas suelen ser inhibidoras y ejercen una acción reguladora sobre la<br />
propagación de la despolarización generada en las dendritas. Esta acción tiene una gran<br />
importancia, puesto que la zona crítica para disparar un potencial de acción está localizada al<br />
comienzo del axón.<br />
Las sinapsis axoaxónicas ejercen una acción moduladora de la actividad neuronal a nivel<br />
presináptico. Dicha acción moduladora puede ser de dos tipos:
– Inhibición presináptica. La activación de una sinapsis inhibidora (figura 7.8.A) localizada<br />
sobre una terminación nerviosa excitadora hace que el potencial de membrana alcance valores<br />
más negativos, con lo que se requerirá un estímulo mucho más intenso para alcanzar los valores<br />
de potencial de membrana requeridos para activar canales de Ca 2+ activados por voltaje y<br />
producir la liberación del neurotransmisor.<br />
– Facilitación presináptica. En este caso se activa presinápticamente una sinapsis excitadora<br />
(figura 7.8.B)localizada sobre una terminación nerviosa excitadora. Esto hace que el potencial de<br />
membrana de la terminación se acerque al valor umbral para la activación de los canales de Ca 2+<br />
activados por voltaje, con lo que será más fácil inducir la liberación del neurotransmisor.<br />
Hay otros dos aspectos importantes de la funcionalidad de una sinapsis, que son la fatigabilidad y<br />
la potenciación postetánica.<br />
Por fatigabilidad se entiende el fenómeno por el cual tras una estimulación repetitiva de una<br />
sinapsis excitadora, la respuesta postsináptica disminuye marcadamente y puede llegar a<br />
desaparecer. Existen tres mecanismos que podrían estar implicados en la fatigabilidad neuronal:<br />
un descenso marcado en la cantidad de neurotransmisor existente en las terminaciones nerviosas<br />
presinápticas, desensibilización de los receptores postsinápticos y acumulación progresiva de<br />
iones Ca 2+ en la neurona postsináptica que activarían canales de K + que podrían hiperpolarizar la<br />
célula postsináptica.<br />
Por facilitación postetánica se entiende el fenómeno que se produce cuando, tras una<br />
estimulación intensa y repetida de una neurona, se produce un período de reposo y la siguiente<br />
estimulación tras ese período de reposo da lugar a una gran liberación de neurotrasmisor. El<br />
mecanismo de producción de esta facilitación parece depender de una acumulación progresiva de<br />
iones Ca 2+ en el interior de dicha neurona.<br />
Conclusiones<br />
La comunicación neuronal se realiza a través de las sinapsis, que pueden ser de dos tipos:<br />
eléctricas, en las que no hay retraso sináptico, y químicas, más abundantes y que implican la<br />
liberación de un mediador químico denominado neurotransmisor.<br />
La neurotransmisión implica la liberación del contenido soluble de las vesículas secretoras a la<br />
hendidura sináptica mediante exocitosis, que implica diversos componentes: componentes de la<br />
vesícula secretora, que contienen proteínas específicas para el anclaje y fusión de la vesícula<br />
(SNAP), y componentes de la membrana plasmática, que incluyen proteínas específicas para<br />
iniciar la fusión con la vesícula secretora (SNARE) –localizadas en zonas activas de secreción– y<br />
canales de calcio activados por voltaje.<br />
Finalmente, existen cuatro tipos de sinapsis: excitadoras, inhibidoras, centrales y periféricas.