19.06.2013 Views

Alfredo Bryce Echenique - Prisa Ediciones

Alfredo Bryce Echenique - Prisa Ediciones

Alfredo Bryce Echenique - Prisa Ediciones

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Como el Teatro Municipal, casi...<br />

Voló el techo porque el auto era descapotable. Yo me corté al chocar contra<br />

el tablero del auto y ahí me pusieron los puntos en la pierna, y Pepe, que<br />

venía atrás, pues no tenía nada...<br />

Ni se enteró...<br />

Ni se enteró, pero como el auto se incendiaba y él no quería bajar si no le<br />

dábamos whisky, Marisa y yo lo agarramos del brazo y le pegamos un jalón<br />

por encima de la carrocería. Le rompimos el brazo en pedazos. Hubo que<br />

operarlo incluso, y hubo todo un anecdotario: a él, que había sido un gran<br />

atifranquista, lo operaron y lo tuvieron en una habitación en la casa donde<br />

había muerto Franco. Eso ya es leyenda.<br />

Te pregunto por la muerte porque, junto con la amistad, el barrio, el<br />

afecto, en tu obra siempre hay una segunda temática que parece subyacer<br />

a la primera, y que es más bien oscura, vinculada con la añoranza, la<br />

tristeza, la depresión. ¿Tú te deprimes con mucha frecuencia, <strong>Alfredo</strong>?<br />

Ya no. Es decir, tuve una depresión atroz. El médico tardó cinco años<br />

en sacarme de ese horror, porque sí fue horroroso; horroroso y en una<br />

dimensión desconocida, porque en ese entonces yo no sabía lo que era<br />

una depresión y me encontré de pronto con unas sensaciones de angustia,<br />

de terror, de pánico, de claustrofobia, de agorafobia, de todas las fobias<br />

del mundo porque, además de todo, era una depresión neurótica. Me<br />

encontré en una situación muy desasistida, digamos. Mi esposa no sabía<br />

de qué se trataba, no lo asumía, estaba en una etapa de radicalización<br />

política y fi nalmente me abandonó diciéndome que yo era un neurótico,<br />

un pequeño burgués, todo lo que le metieron las extremas izquierdas<br />

latinoamericanas, que deambulaban y no hacían ninguna revolución en<br />

ninguna parte. La suerte fue que, por amigos comunes, desde España llegó<br />

un gran médico, de quien después me enteré que era médico de Dalí. Este

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!