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El enigmático mundo de las pipas coloniales. - Cuba Arqueológica

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<strong>El</strong> <strong>enigmático</strong> <strong>mundo</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>coloniales</strong>.<br />

Silvia Teresita Hernán<strong>de</strong>z Godoy y Roger Arrazcaeta Delgado<br />

Publicado en: Mar <strong>de</strong>snudo. Revista cubana <strong>de</strong> arte y literatura. No. 17, octubre, 2009.<br />

En una visita a museos y colecciones cubanas no es extraño<br />

encontrar en sus exposiciones, <strong>las</strong> conocidas cachimbas o <strong>pipas</strong><br />

para fumar tabaco <strong>de</strong> la época colonial. Confeccionadas en barro,<br />

encierran un <strong>mundo</strong> <strong>enigmático</strong>, por su morfología, <strong>las</strong> técnicas<br />

<strong>de</strong> manufactura y <strong>de</strong>corativas implementadas, y por lo principal,<br />

el hecho <strong>de</strong> llevar consigo un pasado relacionado con los<br />

hombres que <strong>las</strong> elaboraron, utilizaron, y los procesos socio<br />

económicos a los cuales estuvieron relacionadas.<br />

Aunque el uso más difundido <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> es la inhalación <strong>de</strong>l tabaco, se sabe que en el<br />

neolítico o quizás antes, el hombre <strong>las</strong> elaboraba para fumar <strong>de</strong>terminadas hojas <strong>de</strong> plantas,<br />

que producían un estado <strong>de</strong> excitación o embriaguez. Las primeras <strong>pipas</strong> pudieron ser <strong>las</strong><br />

llamadas <strong>de</strong> brasero, consistentes en un cono <strong>de</strong> arena con orificios laterales, en su interior<br />

se quemaban hojas cuyo humo se aspiraba aproximando la boca o la nariz a los huecos.<br />

Con el tiempo, se hicieron transportables y se les introdujo una caña para humear por el<strong>las</strong>.<br />

Las <strong>pipas</strong> más antiguas fueron producidas por diversos pueblos. Los griegos y los<br />

romanos tenían <strong>pipas</strong> para usos terapéuticos, los romanos <strong>las</strong> conocían por lo menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el siglo I a.d.e; <strong>las</strong> tribus <strong>de</strong> África Central y los mayas <strong>de</strong> Centroamérica utilizaban <strong>pipas</strong><br />

<strong>de</strong> tubo, y posteriormente los aztecas <strong>de</strong> México también practicaron la costumbre <strong>de</strong><br />

fumar.La evi<strong>de</strong>ncia arqueológica <strong>de</strong>muestra que muchos siglos antes <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> los<br />

europeos a América, el hábito <strong>de</strong> fumar estaba extendido en el Norte y Sur <strong>de</strong> este<br />

continente. Aquí se usaron <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> distintos materiales e inhaladores fueron hechos <strong>de</strong><br />

ma<strong>de</strong>ra, hueso y cañas ahuecadas en forma <strong>de</strong> Y, II, I, circunstancia también documentadas<br />

en el territorio africano.


EL DESCUBRIMIETO DEL TABACO POR LOS EUROPEOS<br />

A partir <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento europeo <strong>de</strong>l<br />

tabaco y su contacto con los nativos americanos<br />

a fines <strong>de</strong>l siglo XV, quienes lo usaban para<br />

curar y fumarlo, se iniciará la aceptación<br />

vertiginosa <strong>de</strong>l hábito <strong>de</strong> fumar tabaco. No<br />

obstante, la costumbre mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> fumar en<br />

<strong>pipas</strong> no comenzará hasta la segunda mitad <strong>de</strong>l<br />

siglo XVI en Inglaterra, don<strong>de</strong> se introdujeron<br />

<strong>pipas</strong> <strong>de</strong> los indígenas norteamericanos, y pronto se manufacturaron industrialmente en<br />

arcilla. De hecho, Inglaterra en el próximo siglo se convirtió en la mayor fabricante <strong>de</strong><br />

<strong>pipas</strong> <strong>de</strong> arcilla. Por su parte, Holanda comienza a elaborar <strong>pipas</strong> a principios <strong>de</strong>l siglo<br />

XVII, al ser introducida la industria por piperos ingleses que huyeron <strong>de</strong> la persecución<br />

religiosa <strong>de</strong> Jaime I, sucesor <strong>de</strong> Isabel I. Uno <strong>de</strong> estos exiliados fue William Baernelts, que<br />

adoptó el nombre holandés <strong>de</strong> Willem Barentz y abrió una manufactura en 1617 en Gouda.<br />

<strong>El</strong> tabaco fue c<strong>las</strong>ificado por el naturalista Karl von Linné como Nicotiana tabacum, en<br />

honor al literato y diplomático francés Jean Nicot <strong>de</strong> Villemain, quien fue el primero en<br />

llevarlo a Francia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Portugal en 1560. <strong>El</strong> vocablo estuvo relacionado con los términos<br />

tabacco y atabaca, <strong>de</strong>nominaciones que se usaban en España e Italia para referirse a hierbas<br />

medicinales que mareaban y adormecían, proce<strong>de</strong>ntes, a su vez, <strong>de</strong> <strong>las</strong> expresiones árabes<br />

tabbaq y tubbaq.Sin embargo, los encargados <strong>de</strong> su difusión mundial fueron los navegantes<br />

holan<strong>de</strong>ses y portugueses, quienes trasladaron la moda a sus diversos puertos <strong>de</strong> escala,<br />

introduciéndola simultáneamente en Persia, Java, Indochina y Japón. “Ya a inicios <strong>de</strong>l siglo<br />

XVII el tabaco era conocido muy bien en todos los continentes, excepto Australia. Este y el<br />

siglo XVIII, serán los <strong>de</strong> mayor auge <strong>de</strong> la industria pipera europea, pues se <strong>de</strong>sarrollará<br />

con éxito en distintos materiales y con infinidad <strong>de</strong> diseños.<br />

En esencia, <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> arcilla están conformadas por el hornillo (también <strong>de</strong>nominado<br />

cazoleta) don<strong>de</strong> se introduce la picadura <strong>de</strong>l tabaco, el cual pue<strong>de</strong> presentar talón para su<br />

apoyo, espuela o pedúnculo y <strong>las</strong> boquil<strong>las</strong>, que pue<strong>de</strong>n ser alargadas o cortas. Las <strong>pipas</strong><br />

industriales eran hechas mediante un complejo proceso <strong>de</strong> preparación <strong>de</strong> la arcilla,


mo<strong>de</strong>lado, conformación <strong>de</strong> su forma final en un mol<strong>de</strong> metálico <strong>de</strong> dos partes, eliminación<br />

<strong>de</strong> <strong>las</strong> rebabas o sobrantes, y secado natural. Después eran introducidas en potes <strong>de</strong> tierras<br />

refractarias y cocidas en hornos cerrados en una temperatura controlada <strong>de</strong> 200 a 300<br />

grados durante 16 a 20 horas. Las <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> arcilla están conformadas en tres partes: 1) la<br />

cazoleta, también <strong>de</strong>nominada hornillo o tabaquera, don<strong>de</strong> se coloca el tabaco. Esta pue<strong>de</strong><br />

presentar un tacón o talón para su apoyo, y cuando este es algo más largo se <strong>de</strong>nomina<br />

espuela o pedúnculo. 2) la caña o tubo, que es hueca y por don<strong>de</strong> se inhala el humo <strong>de</strong>l<br />

tabaco <strong>de</strong> la cazoleta, pue<strong>de</strong> ser corta o muy<br />

larga. 3) la boquilla, constituye la parte distal <strong>de</strong><br />

la caña y en ella se introduce la boca. A su vez,<br />

<strong>las</strong> <strong>pipas</strong> con boquil<strong>las</strong> cortas, en la literatura<br />

también son nombradas “cazoletas sin tubo”<br />

(Schávelson: 2000, 186), a <strong>las</strong> que se les<br />

agregaba un aditamento como cañas huecas,<br />

que facilitara la inhalación <strong>de</strong>l humo y evitara<br />

<strong>las</strong> quemaduras en <strong>las</strong> manos.<br />

En cambio, también son conocidas <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> caolín <strong>de</strong> caña alargada. Las distingue su<br />

cazoleta blanca con una extensa caña que podía sobrepasar los 80 cm, aunque fueron más<br />

comunes <strong>las</strong> <strong>de</strong> 30 a 25 cm, cuyo objetivo era mantener<strong>las</strong> en uso, aunque éste se fuera<br />

gastando por el contacto con la boca y así facilitar que el humo llegara frío a la boca<br />

(Schávelson: 2000, 239). Las <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> arcilla blanca o caolín se manufacturaron<br />

ampliamente en Inglaterra, Holanda y Francia; algunos autores consi<strong>de</strong>ran que la<br />

temperatura <strong>de</strong> los hornos era entre 1300 – 1350˚ C. En España los vascos preferían <strong>las</strong><br />

<strong>pipas</strong> <strong>de</strong> arcilla; los asturianos, <strong>las</strong> <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y los canarios <strong>las</strong> construyeron <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y<br />

hueso.<br />

<strong>El</strong> éxito <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> arcilla en Europa, colapsó por <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> porcelana primero, y<br />

en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX por <strong>las</strong> <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> brezo. Otros materiales también<br />

fueron utilizados para elaborar<strong>las</strong>. En Japón se realizaron con metales; en el Norte <strong>de</strong><br />

África, Medio y Extremo Oriente <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> agua alcanzaron notoriedad y en África <strong>las</strong> <strong>de</strong><br />

terracota y ma<strong>de</strong>ra abundaron. En el Caribe, sin embargo, hubo preferencia por <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong>


origen holandés e inglés, cuya difusión inicial se <strong>de</strong>bió al comercio oficial e ilícito,<br />

practicado en la región durante el siglo XVII.<br />

Pipas <strong>coloniales</strong> en <strong>Cuba</strong><br />

Los grupos prehispánicos <strong>de</strong> <strong>Cuba</strong> conocían el tabaco y otras sustancias alucinógenas<br />

que utilizaban para la cura <strong>de</strong> los enfermos, los ritos y su inhalación. En cambio, la única<br />

“pipa” que <strong>de</strong>scriben los cronistas es un inhalador que se usó en el rito <strong>de</strong> la cohoba y tenía<br />

forma tubular y disposición en Y.<br />

Al igual que en el resto <strong>de</strong>l <strong>mundo</strong> el hábito<br />

<strong>de</strong> fumar el tabaco en <strong>pipas</strong> se expandió por el<br />

Caribe. Particularmente en <strong>Cuba</strong>, se importaron<br />

<strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> caolín y <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> cortas <strong>de</strong> arcilla<br />

<strong>de</strong> factura industrial. Su empleo no sólo fue<br />

para los españoles, sino que la costumbre<br />

rápidamente se difundió en la gran masa <strong>de</strong><br />

esclavos africanos confinados a los terribles<br />

espacios <strong>de</strong> la plantación esclavista, los cuales también <strong>las</strong> manufacturaron.Con frecuencia<br />

se localizan entre <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> cortas, tanto en <strong>las</strong> plantaciones como en sitios arqueológicos<br />

urbanos, un mo<strong>de</strong>lo cuyas características lo ubican en España, en la provincia <strong>de</strong> Cataluña.<br />

“Las <strong>pipas</strong> catalanas son un enigma pues no han sido estudiadas en ninguna parte <strong>de</strong>l<br />

<strong>mundo</strong> (…) se ha podido establecer su proce<strong>de</strong>ncia porque algunas tienen <strong>las</strong> grafías <strong>de</strong>l<br />

fabricante y el lugar <strong>de</strong> factura. Son <strong>pipas</strong> con los hornillos <strong>de</strong>corados, con motivos florales<br />

y geométricos, y son frecuentes en contextos <strong>de</strong>l siglo XIX en sitios industriales”<br />

(Arrazcaeta: 2009). Se elaboraban en mol<strong>de</strong> metálico <strong>de</strong> dos partes y eran cocidas en<br />

hornos cerrados.<br />

Otras <strong>pipas</strong>, también cortas, son habitualmente halladas en los contextos industriales y<br />

en sitios asociados a los cimarrones. Son <strong>las</strong> <strong>de</strong>nominadas por algunos autores cerámica <strong>de</strong><br />

cimarrones (González Sánchez: 2005, 57) y cerámica <strong>de</strong> la resistencia esclava (Arrazcaeta:<br />

2009), también reconocidas como <strong>pipas</strong> rústicas, indicadores arqueológicos <strong>de</strong> los<br />

contextos <strong>de</strong> cimarronaje (Gabino: 2007, 11). Fueron mo<strong>de</strong>ladas a mano y secadas en


hornos abiertos, al aire libre. Es <strong>de</strong>cir, implementando una hoguera y expuestas al fuego,<br />

sin control <strong>de</strong>l oxígeno lo que hacía la temperatura irregular; cuestión que se verifica en la<br />

cocción <strong>de</strong> <strong>las</strong> piezas que presentan huel<strong>las</strong> <strong>de</strong> oxidación /reducción afectando la coloración<br />

<strong>de</strong> la pasta. Si ocurre la reducción (aumento <strong>de</strong> O2) la pasta asume tonalida<strong>de</strong>s grises u<br />

oscuras, en cambio, con la oxidación, los colores serán claros (naranjas/ cremas),<br />

<strong>de</strong>pendiendo siempre <strong>de</strong> los componentes químicos <strong>de</strong> la arcilla escogida como materia<br />

prima para la elaboración <strong>de</strong> la pipa. En ocasiones, estas <strong>pipas</strong> aparecen <strong>de</strong>coradas con<br />

motivos geométricos mediante la incisión, aprovechando la humedad <strong>de</strong>l barro.<br />

<strong>El</strong> tabaco utilizado <strong>de</strong>bió ser <strong>las</strong> hojas trituradas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l hornillo.<br />

Los esclavos <strong>de</strong>bieron hacer <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> en <strong>las</strong><br />

propias haciendas, utilizando el barro que se<br />

tenían en los talleres para hacer tejas u hormas<br />

<strong>de</strong> cerámica para purgar el azúcar. Para ello<br />

contaban con dos recursos importantes para su<br />

tratamiento: el torno y los hornos cerrados,<br />

aunque los restos arqueológicos hallados hasta<br />

ahora arrojan muy poca información sobre una<br />

fabricación sostenida por parte <strong>de</strong> los esclavos.<br />

En <strong>las</strong> haciendas <strong>de</strong> la época colonial aparecen fundamentalmente <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> serie<br />

industrial, como algunas mo<strong>de</strong>ladas a mano, posiblemente, por los esclavos. De hecho, el<br />

suministro <strong>de</strong> <strong>pipas</strong> a ellos, habituados al consumo <strong>de</strong>l tabaco, se realizó a través <strong>de</strong> la<br />

tienda <strong>de</strong> la plantación y por los ven<strong>de</strong>dores ambulantes, mediante los cuales tenían acceso<br />

a diversos bienes, indicios significativos <strong>de</strong> la economía informal <strong>de</strong>l esclavo. Sin embargo,<br />

el <strong>mundo</strong> <strong>de</strong> estas piezas encierra otros elementos importantes, que sugieren activida<strong>de</strong>s<br />

recreativas y también religiosas, “son ejemplos <strong>de</strong> objetos que tuvieron múltiples<br />

propósitos y significados” (Singleton: 2005, 9-12). Estas circunstancias también son<br />

documentadas en sitios <strong>de</strong> cimarronaje.


Pipas <strong>coloniales</strong> en el Museo Provincial Palacio <strong>de</strong> Junco <strong>de</strong> Matanzas<br />

Como es conocido, la actual provincia <strong>de</strong> Matanzas, fue testigo directo <strong>de</strong>l auge y<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la plantación esclavista en el país. Un recorrido por su paisaje aún <strong>de</strong>vela <strong>las</strong><br />

ruinas <strong>de</strong> ingenios y cafetales que otrora fueran fuente <strong>de</strong> lujo y riquezas para los<br />

hacendados y tristeza y humillación para los esclavos africanos. <strong>El</strong> Valle <strong>de</strong> Guamacaro,<br />

perteneciente a la antigua jurisdicción matancera, que actualmente se localiza en los<br />

términos territoriales <strong>de</strong> Limonar y Coliseo, fue uno <strong>de</strong> los espacios <strong>de</strong> florecimiento<br />

plantacionista en el siglo XIX. A través <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Alberto Perret (2007) se<br />

constata, en esa región, la existencia <strong>de</strong> cuarenta ingenios, siendo aquellos protagonistas <strong>de</strong><br />

importantes eventos tecnológicos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la producción azucarera como la<br />

implementación, por vez primera en <strong>Cuba</strong>, <strong>de</strong> un tren jamaiquino en el ingenio Caobas en<br />

1829. Al igual que la proliferación <strong>de</strong> haciendas azucareras, <strong>de</strong>bió aumentar el número <strong>de</strong><br />

esclavos en estas tierras.<br />

Precisamente <strong>de</strong>l ingenio Perla, en<br />

Guamacaro, proce<strong>de</strong>n cuatro <strong>pipas</strong> <strong>de</strong> barro que<br />

se exponen (2-515/2-516/2-517/2-518), donadas<br />

al Museo Provincial en junio <strong>de</strong> 1980 por José<br />

Agustín Martell, trabajador <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong><br />

Agricultores Pequeños (ANAP) con motivo <strong>de</strong><br />

la creación <strong>de</strong>l museo <strong>de</strong>l azúcar. En esa época<br />

se registraron en la sección <strong>de</strong> Objetos<br />

Históricos y posteriormente, pasaron a formar parte <strong>de</strong> la sección <strong>de</strong> Arqueología <strong>de</strong> esa<br />

institución museal. <strong>El</strong> ingenio Perla a 9 ¼ Km. al Este <strong>de</strong> Limonar fue una <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

plantaciones <strong>de</strong>l siglo XIX matancero. La primera referencia aparece en el mapa <strong>de</strong> Vives<br />

en 1827 y la última hacia 1893. También conocido como Albuerne, en 1860 tenía 88<br />

caballerías <strong>de</strong> tierra, 60 sembradas <strong>de</strong> caña y su producción era <strong>de</strong> 4 815 cajas y 294<br />

bocoyes para un total <strong>de</strong> 1 130 t. <strong>de</strong> azúcar. Tuvo varios dueños. Hacia 1860 era propiedad<br />

<strong>de</strong> la Cía Territorial <strong>Cuba</strong>na, fundada por un grupo <strong>de</strong> hacendados quienes poseían ingenios<br />

en Pinar <strong>de</strong>l Río, La Habana, Matanzas y Las Vil<strong>las</strong>; a<strong>de</strong>más, se menciona a Pedro Martinto<br />

entre 1884 y 1893. <strong>El</strong> Perla también fue testigo <strong>de</strong> <strong>las</strong> luchas in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntistas mambisas. <strong>El</strong>


25 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1896 tuvo lugar un reñido combate entre <strong>las</strong> fuerzas <strong>de</strong> Antonio Maceo y<br />

Máximo Gómez contra los españoles Prats y Molina, <strong>de</strong>l cual los cubanos se vieron<br />

obligados a retirarse (Perret: 2007; 162,307). Sin dudas, el ingenio <strong>de</strong>bió <strong>de</strong>saparecer<br />

durante el proceso <strong>de</strong> concentración y centralización <strong>de</strong>l proceso azucarero en <strong>Cuba</strong>,<br />

durante la “Tregua Fecunda”.<br />

La número 2- 515 es una pipa corta <strong>de</strong> arcilla con hornillo, talón y boquilla. <strong>El</strong> hornillo<br />

está <strong>de</strong>corado con un rostro femenino y tiene vidriado <strong>de</strong> tono ver<strong>de</strong>- amarillo. Este tipo <strong>de</strong><br />

pipa se hizo mucho en <strong>las</strong> fábricas francesas, españo<strong>las</strong> e italianas y respon<strong>de</strong> a los cánones<br />

<strong>de</strong>l romanticismo <strong>de</strong>l siglo XIX don<strong>de</strong> abundó la representación <strong>de</strong> rostros relacionados con<br />

fábu<strong>las</strong> o personajes históricos. Fue manufacturada en un mol<strong>de</strong> metálico <strong>de</strong> dos partes, en<br />

horno cerrado. Se distinguen <strong>las</strong> huel<strong>las</strong> <strong>de</strong>l mol<strong>de</strong>. Presenta manchas resultado <strong>de</strong> procesos<br />

post<strong>de</strong>posicionales y no <strong>de</strong> la cocción.<br />

Sus dimensiones son <strong>las</strong> siguientes: Altura máxima: 5 cm; ancho: 4.5 cm; ø exterior<br />

hornillo: 2.1 cm; ø interior hornillo: 1.4 cm; ø exterior boquilla: 1.7 cm; ø interior <strong>de</strong>l hueco<br />

<strong>de</strong> la boquilla: 0.7 cm.<br />

Por su parte la número 2-516 es una Descripción: Pipa corta <strong>de</strong> arcilla con hornillo y<br />

boquilla, mo<strong>de</strong>lada a mano y cocida en horno abierto. Presenta tonalida<strong>de</strong>s más oscuras en<br />

parte <strong>de</strong>l hornillo, lo que se <strong>de</strong>bió a problemas <strong>de</strong> reducción en la cocción. De acuerdo a su<br />

morfología y características tecnológicas, pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como una pipa local,<br />

posiblemente manufacturada por esclavos.Sus dimensiones: Altura máxima: 4.3 cm; ancho:<br />

5 cm; ø exterior hornillo: 2.3 cm; ø interior hornillo: 1.5 cm; ø exterior boquilla: 1.7 cm; ø<br />

interior <strong>de</strong>l hueco <strong>de</strong> la boquilla: 0.9 cm.<br />

La número 2-517 es una pipa fragmentada, por lo que presenta sólo parte <strong>de</strong>l hornillo,<br />

boquilla y talón. <strong>El</strong> hornillo, al parecer, está <strong>de</strong>corado con un rostro barbudo. Pue<strong>de</strong><br />

ubicarse con una cronología <strong>de</strong>l siglo XIX y según está <strong>de</strong>coración posiblemente se<br />

manufacturó originalmente en Francia o Catalunya. Se elaboró en un mol<strong>de</strong> metálico <strong>de</strong> dos<br />

partes, en horno cerrado. Se distinguen <strong>las</strong> huel<strong>las</strong> <strong>de</strong>l mol<strong>de</strong>. Sus dimensiones: Altura<br />

máxima: 4.6 cm; ancho: 4.2 cm; ø interior hornillo: 1.2 cm; ø exterior boquilla: 1.8 cm; ø<br />

interior <strong>de</strong>l hueco <strong>de</strong> la boquilla: 0.7 cm.<br />

La 2-518 es una pipa corta <strong>de</strong> arcilla con hornillo y talón fragmentados, y boquilla.<br />

Presenta <strong>de</strong>coración geométrica, en una serie <strong>de</strong> líneas dispuestas en bandas horizontales y


florales (guirnaldas). Esta tipología (morfología, tipo <strong>de</strong> pasta y color, y tipo <strong>de</strong> diseños) es<br />

<strong>de</strong> una pipa fabricada posiblemente en Cataluña. También fue confeccionado en un mol<strong>de</strong><br />

metálico <strong>de</strong> dos partes, en horno cerrado. Se distinguen <strong>las</strong> huel<strong>las</strong> <strong>de</strong>l mol<strong>de</strong>. Sus<br />

dimensiones: Altura máxima: 4.4 cm; ancho: 3.8 cm; ø exterior boquilla: 1.4 cm; ø interior<br />

<strong>de</strong>l hueco <strong>de</strong> la boquilla: 0.6 cm.<br />

Sin embargo, <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> correspondientes a los<br />

números 2-519 y 2-528 <strong>de</strong> la muestra proce<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong> Yumurí, cercano a la ciudad <strong>de</strong><br />

Matanzas, lugar don<strong>de</strong> tempranamente se<br />

establecieron trapiches e ingenios en la<br />

provincia. Lamentablemente, se <strong>de</strong>sconoce el<br />

contexto particular <strong>de</strong>l hallazgo. Las piezas<br />

fueron donadas al Museo Provincial, en<br />

septiembre <strong>de</strong> 1998, por Clara García Rojas, trabajadora <strong>de</strong> la Empresa <strong>de</strong> Cine <strong>de</strong> la urbe<br />

provincial. La primera es una pipa corta <strong>de</strong> arcilla con talón y boquilla fragmentados que<br />

presenta <strong>de</strong>coración geométrica, en una serie <strong>de</strong> líneas que salen <strong>de</strong>l talón hacia la boquilla.<br />

Sus dimensiones: Altura máxima: 2.3 cm; ancho: 3.4 cm; ø interior <strong>de</strong>l hueco <strong>de</strong> la<br />

boquilla: 0.7 cm.<br />

La segunda Es una pipa corta <strong>de</strong> arcilla con hornillo y boquilla fragmentados, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

un talón pequeño. También presenta <strong>de</strong>coración geométrica, en una serie <strong>de</strong> líneas que<br />

salen <strong>de</strong>l talón hacia la boquilla. Sus dimensiones: Altura máxima: 2.9 cm; ancho: 4.7 cm;<br />

ø interior <strong>de</strong>l hornillo: 1.4 cm; ø interior <strong>de</strong>l hueco <strong>de</strong> la boquilla: 0.8 cm. Ambas fueron<br />

confeccionadas en mol<strong>de</strong>s metálicos <strong>de</strong> dos partes, en horno cerrado y por sus<br />

características tiene los rasgos típicos <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>pipas</strong> catalanas. También, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los objetos<br />

museables expuestos se atesoran tres <strong>pipas</strong> cortas <strong>de</strong> arcilla (2-526/ 2-514y 2-527) a <strong>las</strong><br />

cuales fue imposible <strong>de</strong>terminar el contexto <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia. No obstante, <strong>las</strong> dos primeras<br />

muestran una factura que <strong>las</strong> hace homogéneas con <strong>las</strong> presentadas anteriormente.<br />

<strong>El</strong> último exponente es un hornillo <strong>de</strong> pipa corta <strong>de</strong> arcilla <strong>de</strong>corado en forma <strong>de</strong> tonel,<br />

característico <strong>de</strong> <strong>las</strong> manufacturas española y francesa <strong>de</strong>l siglo XIX. También<br />

manufacturado en un mol<strong>de</strong> metálico <strong>de</strong> dos partes, en horno cerrado. <strong>El</strong> <strong>mundo</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

<strong>pipas</strong> <strong>de</strong> arcilla <strong>coloniales</strong> en <strong>Cuba</strong> sigue siendo <strong>enigmático</strong>. En manos <strong>de</strong> los


investigadores está la <strong>de</strong>streza <strong>de</strong> que estas piezas legadas <strong>de</strong>l pasado, no sólo sean barro<br />

<strong>de</strong>corado para fumar tabaco, sino móviles para <strong>de</strong>sentrañar los hechos y procesos <strong>de</strong> la<br />

historia, <strong>de</strong> la cual formamos parte.<br />

Bibliografía mínima:<br />

Arrazcaeta Delgado, Roger (1986). Las <strong>pipas</strong>: un antiguo útil <strong>de</strong> fumar. Catálogo <strong>de</strong> la<br />

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Perret Ballester, Alberto (2007). <strong>El</strong> azúcar en Matanzas y sus dueños en La Habana. La<br />

Habana, Editorial <strong>de</strong> Ciencias Sociales.<br />

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arqueológico en Merca<strong>de</strong>res no. 15”. En: Boletín Gabinete <strong>de</strong> Arqueología. La Habana,<br />

Oficina <strong>de</strong>l Historiador <strong>de</strong> la Ciudad, año 3, No. 3. pp 31-40.<br />

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XVI- XX). Buenos Aires, Fundación para la investigación <strong>de</strong>l arte argentino.<br />

Singleton, Teresa (2005). “Investigando la vida <strong>de</strong>l esclavo en el Cafetal <strong>El</strong> Padre”. En:<br />

Boletín Gabinete <strong>de</strong> Arqueología. La Habana, Oficina <strong>de</strong>l Historiador <strong>de</strong> la Ciudad, año 4,<br />

No. 4. pp 4-13.

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