La “Mesa del empleo”: el circo continúa

CON EL PARO EMPIEZA TODO...
Espacio dedicado a otr@s asambleas, colectivos, plataformas de lucha
Integrante de Sasoia
Plataforma de pensionistas y jubilados de Navarra
Me piden que escriba algo para explicar cómo vive un jubilado la situación, muy
frecuente por desgracia en estos tiempos, de tener un familiar en paro al que hay
que ayudar.
En principio es imposible generalizar porque cada familia y cada parado es un mundo
rodeado de unas circunstancias diferentes.
En esta situación se hace muchas veces hincapié en el aspecto económico y, aunque no
deja de ser importante porque supone añadir una boca más a la cesta de la compra,
cuando los padres tienen dos pensiones mediocres que hacen una pensión digna, este
asunto tiene menos relevancia. Es cierto que te revelas porque en lo que llaman un
“estado de bienestar” se deja en el más absoluto de los desamparos a quien ha acabado
su prestación por desempleo y necesita ayuda.
Sin embargo, con ser esto importante, hay un aspecto del que pocas veces se habla y al
que yo le doy una importancia muy grande. Es la situación emocional del parado. ¿Cómo
se siente? ¿Se considera un fracasado? ¿Piensa que no va a encontrar otro trabajo?
¿Qué sensación le queda cuando ve que ha dejado cientos de currículos en cientos de
empresas sin que reciba respuesta alguna, o en el mejor de los casos, una respuesta
negativa? ¿Qué piensa cuando sabe que, si encuentra un trabajo, va a ser un trabajo
precario, con unas condiciones laborales y económicas denigrantes?
Todas estas preguntas hacen referencia al presente, pero aunque todavía para muchos
esté lejano el futuro, no hay duda de que las sucesivas reformas de PSOE y PP van a
hacer muy difícil conseguir una jubilación digna. Esto le crea otra preocupación: ¿cómo
ve su futuro?
El paso del desempleo a la pobreza no es directo, porque existen algunos mecanismos de amortiguación.
el primero, el más elemental, son las familias (padres, pareja...). Luego están las ayuldas por desempleo,
pero éstas se van agotando, y finalmente la economía sumergida, es decir, lo que llamamos “hacer
chapuzas”. Sin embargo, estos mecanismos están mitificados y nos llevan a pensar que el paro no es tan
grave: quien más quien menos puede vivir con sus padres o del salario de su pareja; o cobra el paro; o
limpia portales... Pero esto es muy peligroso. Ninguno de estos mecanismos es perfecto, porque se agotan
o porque muchos desempleados no pueden recurrir a una familia que se encuentra igual o peor.
Begoña Pérez Eransus, profesora titular de Trabajo Social y Servicios Sociales en la UPNA.