Memoria 2002 - Fundación César Manrique

D E P A R T A M E N T O D E P R O G R A M A S C U L T U R A L E S
tut Français d’Urbanisme (París VIII), la facultad de
Arquitectura y Urbanismo de Buenos Aires, el Pratt
Institute y la New School de Nueva York.
Ha ocupado diversos cargos públicos: Diputado en
el Parlamento de Cataluña, Teniente de Alcalde de
Barcelona, Vicepresidente Ejecutivo del Área Metropolitana
de Barcelona y Responsable de la ponencia
que elaboró el Proyecto de Carta Municipal.
Actualmente dirige UTC (Urban Technology Consulting)
y es consultor en planeamiento territorial y
estratégico y en proyectos urbanos y reforma política
de los gobiernos locales, realizando esa labor en multitud
de ciudades de Europa y América Latina.
Entre sus últimas publicaciones destacan: Local y Global
(1997), junto a Manuel Castells; La ciudadanía europea
(2001); Espacio público, ciudad y ciudadanía (2001).
En la conferencia pronunciada el 8 de mayo en la
sede de la FCM, Jordi Borja abogó por una revisión y
actualización de los derechos ciudadanos. En su propuesta
estableció diez derechos urbanos: el derecho al
lugar, al espacio público y a la monumentalidad, a la
belleza, a la identidad colectiva dentro de la ciudad, a
la movilidad y a la accesibilidad, a la centralidad, a la
conversión de la ciudad marginal o ilegal en ciudad de
ciudadanía, al gobierno metropolitano o plurimunicipal,
a la innovación política y el derecho al acceso y al uso
de la tecnología de la información y la comunicación.
Jordi Borja manifestó que estos derechos están sufriendo
en la actualidad una grave crisis, “porque hay
estructuras políticas supranacionales y supralocales
que toman decisiones sin consultar y que se erigen como
defensoras de unos derechos distintos a los que
comparten los ciudadanos de una ciudad”.
La segunda parte de la conferencia se desarrolló
mediante numerosos ejemplos prácticos de distintas
ciudades, ilustrados a través de fotografías. En todo
momento, Borja defendió una imagen de la ciudadanía
distinta de la que aparentemente contemplamos y que
él resumió con una frase provocadora: “los pobres
también tienen derecho a la belleza”, haciendo mención
al fenómeno de la emigración, tan presente en la
realidad de Lanzarote.
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