Lectura-10 Verdes y Competitivos.pdf
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<strong>Verdes</strong>) competitivos<br />
Acabar con la disyuntiva<br />
Michael E. Porter<br />
Claas van der Linde<br />
LA NECESIDAD DE NORMAS LEGALES que protejan el<br />
medio ambiente está obteniendo una generalizada, aunque remisa aceptación:<br />
generalizada porque todos queremos un planeta en el que se pueda vivir, remisa<br />
por la arraigada creencia de que las normas medioambientales erosionan la<br />
competitividad. La opinión imperante es que hay una disyuntiva fija e inevitable:<br />
o ecología o economía. En un lado de la disyuntiva se encuentran los beneficios<br />
sociales que producen unas normas medioambientales estrictas. En el otro<br />
lado se encuentran los costes privados que han de soportar las empresas para<br />
prevenir la contaminación y depurar sus vertidos, costes que llevan a elevar los<br />
precios y reducen la competitividad. Con este planteamiento, los avances en la<br />
calidad medioambiental se convierten en una especie de combate de lucha libre.<br />
Uno de los contendientes empuja para que se endurezcan las normas; el otro<br />
trata de hacerlas retroceder. El punto de equilibrio pasa de un lado al otro en<br />
función de los vientos políticos que soplen en cada momento.<br />
Esta visión estática de la reglamentación medioambiental. en la que todo,<br />
excepto la reglamentación, se mantiene estático, es incorrecta. Si la tecnología,<br />
los productos, los procesos y las necesidades de los clientes fuesen elementos<br />
Ll)S
352 Soluciones competitivas a.problemas sociales<br />
fijos, sería inevitable lac()n~lusi?~.de9tiéla reglamentación lleva a elevar<br />
precios. No obstapte, las empresas operan en un mundo real de competencia<br />
námica, no en el mundo estático de buena parte de la teoría económica. Encuentran<br />
constantemente soluciones innovadoras a las diversas presiones de los<br />
competidores, los clientes y las autoridades.<br />
Unas normas medioambientales bien trazadas pueden desencadenar innovaciones<br />
que reduzcan el coste total de un producto o que incrementen su valor.<br />
Estas innovaciones hacen posible que las empresas empleen más productivamente<br />
una amplia gama de factores -desde las materias primas hasta la energía<br />
o la mano de obra-, con lo cual se compensan los costes de la mejora ambiental<br />
y se acaba con la disyuntiva. En última instancia, este aumento de la productividad<br />
de los recursos hace a ¡as empresas más competitivas, no menos.<br />
Pensemos en la respuesta que ha dado el sector holandés de la floricultura a sus<br />
problemas medioambientales. El intenso cultivo de flores en pequeñas áreas estaba<br />
contaminando el suelo y las aguas freáticas con pesticidas, herbicidas y fertilizantes.<br />
Ante una reglamentación cada vez más estricta del vertido de productos químicos,<br />
los holandeses comprendieron que la única forma eficaz de afrontar el problema sería<br />
el desarrollo de un sistema de ciclo cerrado. En los invernaderos más avanzados<br />
de Holanda, las flores crecen en agua y lana mineral, no en tierra. De esta forma se<br />
reduce el riesgo de infestación y se reduce la necesidad de fertilizantes y pesticidas,<br />
que son suministrados a la planta a través del agua que circula y que se reutiliza.<br />
El sistema de ciclo cerrado estrictamente controlado también reduce la variabi<br />
lidad de las condiciones de crecimiento, y mejora así la calidad del producto.<br />
costes de manipulación se han reducido porque las flores se cultivan en plataformas<br />
especialmente diseñadas. A la hora de abordar el problema medioambiental, los holandeses<br />
han desarrollado innovaciones que han incrementado la productividad de<br />
muchos de los recursos necesarios para cultivar flores. El resultado neto ha sido no<br />
sólo una espectacular reducción del impacto medioambiental, sino también una reducción<br />
de los costes, una mejora del producto y una mayor competitividad mundial.<br />
(Véase el recuadro «Innovar para ser competitivo: la floricultura holandesa».)<br />
Innovar para ser competitivo: la floricultura holandesa<br />
La t<strong>10</strong>ricultura holandesa es la responsable<br />
del 65%, aproximadamente, de<br />
las exportaciones mundiales de flor<br />
cortada, cifra sorprendente si tenemos<br />
en cuenta que los dos principales fac-<br />
tores de producción en este sector son<br />
la tierra y el clima. Cualquiera que<br />
haya estado en Holanda sabe que este<br />
país tiene serias desventajas en ambas<br />
cosas. Los holandeses tienen que ir<br />
t<br />
ganando terreno al mar, y las condi- .<br />
ciones climáticas son terroríficas.<br />
¿Cómo pueden los holandeses ser los líderes<br />
mundiales del sector si carecen de<br />
ventaja comparativa en el sentido tradicional<br />
del término? La respuesta es que,<br />
entre otras cosas, han innovado en todas<br />
las etapas de la cadena de producción<br />
de valor, creando técnicas y factores<br />
de producción extraordinariamente<br />
especializados que aumentan la productividad<br />
de los recursos y compensan las<br />
desventajas naturales del país.<br />
Por ejemplo, Holanda tiene cinco casas<br />
de subastas diseñadas precisamente<br />
para el comercio de flores. En ellas, los<br />
carritos de flores son remolcados automáticamente<br />
sobre unas guías hasta la<br />
sala de subastas. La operación de compra<br />
dura unos segundos. Los compradores<br />
están sentados en un anfiteatro<br />
que tiene al frente un cuadrante, donde<br />
la aguja del precio empieza a descender<br />
hasta que un comprador pulsa un<br />
mando electrónico. El código de ese<br />
comprador se adjunta al carrito, que se<br />
dirige al área de embarque de la empresa.<br />
Pocos minutos después, las flores<br />
van en un camión camino de algún<br />
mercado regional, o en un contenedor<br />
especial refrigerado rumbo al cercano<br />
aeropuerto de Schiphol. También en<br />
otros países hay buenos aeropuertos y<br />
buenas redes de autopistas, pero esta<br />
infraestructura innovadora y especiali-<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 353<br />
zada es una ventaja competitiva. Con<br />
ella se consigue una gran productividad.<br />
De hecho, tiene .tanto éxito que<br />
cultivadores de otros países envían allí<br />
por avión sus Hores para que se traten,<br />
se vendan y se reexporten.<br />
Paradójicamente, una escasez de factores<br />
genéricos o elementales, en ocasiones,<br />
puede trocarse en ventaja. Si la<br />
tierra fuese abundante y el clima fuese<br />
mejor, los holanlleses habrían competido<br />
de la misma manera que el resto<br />
de los países. Pero se vieron obligados<br />
a innovar y desarrollaron un sistema de<br />
alta tecnología para cultivar flores en<br />
invernaderos durante todo el año. Los<br />
holandeses mejoran constantemente<br />
esta tecnología propia y especializada,<br />
que eleva la productividad de los recursos<br />
y sostiene su competitividad.<br />
En contraste, la abundancia de mano<br />
de obra y de recursos naturales o la<br />
falta de presión medio ambiental puede<br />
hacer que un país gaste los recursos<br />
nacionales de manera poco productiva.<br />
Competir con la base en unos<br />
factores baratos, que podían emplearse<br />
sin gran productividad, es cosa que<br />
bastaba en una economía más insular,<br />
menos mundial. Hoy en día, en una<br />
economía planetaria de la que forman<br />
parte países emergentes cuya mano de<br />
obra es aún más barata, al igual que<br />
las materias primas, esa vieja estrategia<br />
es insostenible.<br />
Este ejemplo ilustra por qué se ha planteado incorrectamente la relación entre<br />
la competitividad y el medio ambiente. Los gobernantes, los dirigentes empresariales<br />
y los ecologistas se han centrado en los efectos estáticos que tiene la<br />
reglamentación medioambiental sobre los costes. y han pasado por alto las importantes<br />
ventajas de productividad que contrarrestan esos costes y que se pue-
4 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
n obtener gracias ala innovació~.En consecuencia, muchas veces<br />
formas. que el~vaban innecesari~ente los. costes· y .lentificaban<br />
cuestiones medioambientaIes. Esta<br />
e por fuerza ha de cumplirse, y lleva<br />
da vez más costosa. Las autoridades tienden a dictar normas<br />
pacidad de innovación. Las empresas, a su vez, se oponen a ellas y tratan de<br />
trasadas, en vez de innovar para satisfacer las nuevas exigencias. Este proso<br />
ha acabado engendrando toda una casta de abogados y asesores que consu<br />
~nrecursos que deberían destinarse a las verdaderas soluciones.<br />
'ontaminaciÓn = lneficiencia<br />
¿Son los casos como el de la industria floricultora holandesa la excepción,<br />
ás bien que la regla? ¿Es una ingenuidad esperar que la reducción de la conminación<br />
dé lugar con frecuencia a un aumento de la competitividad? Creeos<br />
que no, y la razón es que la contaminación casi siempre es una forma de<br />
:rroche económico. Los vertidos al medio ambiente de desperdicios, sustanas<br />
nocivas o formas de energía son una señal de que se han usado recursos<br />
completa o ineficientemente. Además, cuando se producen las empresas tie<br />
:n que realizar actividades adicionales que cuestan dinero, pero que no pro<br />
Icen valor para los clientes: por ejemplo, manipular, almacenar y eliminar<br />
s vertidos.<br />
El concepto de productividad de los recursos abre una nueva forma de conbir<br />
tanto los costes integrales del sistema como el valor asociado con cual<br />
,ier producto. La ineficacia en el uso de recursos es más clara en el interior de<br />
s empresas cuando se traduce en una utilización incompleta de los materiales<br />
una deficiencia en el control de los procesos, que dan como resultado despercios,<br />
defectos y excesos de existencias. También hay otros muchos costes<br />
:ultos enterrados en el ciclo vital del producto. El embalaje desechado por los<br />
stribuidores o los clientes, por ejemplo, es un derroche de recursos e increcnta<br />
los costes. Los clientes soportan costes adicionales cuando emplean pro<br />
ICtoSque contaminan o malgastan energía. Se produce también llna pérdida de<br />
cursos cllando se desechan productos que contienen mah:riales lItilizab!es y<br />
¡ando los clientes pagan -direcla () indirectamente- por desechar los pro-<br />
JCtos.<br />
Tradicionalmente, los esfuerzos por mejorar el medio ambiente han pasado<br />
)1' alto estos costes de sistema. Han preferido centrarse en reducir la contamilción<br />
mejorando la identificación, el tratamiento y la eliminación de los verti<br />
)S o los residuos, método muy costoso. En los últimos años, las empresas Y las<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 355<br />
autoridades hllll aceptado la idea de prevención de la contaminación, también<br />
llamada «reducción en origen», que recurre a métodos como la sustitución de<br />
materiales y los procesos de ciclo cerrado para limitarla contaminación antes<br />
de que tenga lugar.<br />
No obstante, aun a pesar de que la prevención de la contaminación es un<br />
paso importante en la dirección adecuada, las empresas deben aprender en última<br />
instancia a situar la mejora medio ambiental en el marco de la productividad<br />
de los recursos'. En la actualidad, los directivos empresariales y las autoridades<br />
se centran en el coste material de eliminar o reducir la contaminación.<br />
Deberían modificar su enfoque y fijarse también en el coste de oportunidad: los<br />
recursos malgastados, el trabajo malgastado y la pérdida de valor del producto.<br />
En el plano de la productividad de los recursos, la mejora medioambiental y la<br />
competitividad van de la mano.<br />
Esta nueva concepción de la contaminación como ineficiencia de los recursos<br />
trae a la memoria la revolución de la calidad de los años ochenta y sus lecciones<br />
más valiosas. Hoy no tenemos problemas para aceptar la idea de que la<br />
innovación puede mejorar la calidad y a la vez reducir los costes. No obstante,<br />
hace sólo quince años, los directivos creían que la calidad también planteaba<br />
una disyuntiva inevitable. Mejorar la calidad era caro porque sólo se podía lograr<br />
a través de la inspección y la reparación de los defectos que «inevitablemente»<br />
se producían en la cadena. En la raíz de esta concepción anticuada se<br />
encontraba la creencia de que el diseño tanto de los productos como de los procesos<br />
de producción era algo fijo. Cuando los directivos empresariales se han<br />
replanteado la cuestión de la calidad, han abandonado esa mentalidad anticuada.<br />
Interpretar los defectos como señal de que algo falla en el diseño de los productos<br />
o de los procesos, no como consecuencia inevitable de la producción, fue un<br />
avance radical. Ahora las empresas se esfuerzan por incorporar la calidad a sus<br />
procesos integrales. La nueva mentalidad ha liberado el poder de la innovación<br />
para reducir o eliminar lo que en el pasado las empresas habían aceptado como<br />
renuncia inevitable.<br />
Al igual que los defectos, la contaminación suele poner de manifiesto imperfecciones<br />
en el diseño de los productos o de' proceso de fabricaciÓn. De este<br />
modo, en los esfuerzos para eliminar la contaminación se pueden emplear los<br />
mismos principios que en los programas de la calidad: utilizar los factores de<br />
manera más eficiente. elimina¡' la necesidad de materiales peligrosos o diríciles<br />
dc Illanipular. y elimin,ulas actividades innecesarias. Segl'i!1un reciente estudio. de<br />
los 33 principales cambios introducidos en los procesos por <strong>10</strong> fabricantes de circuitos<br />
impresos, 13 fueron iniciados por el personal de control de la contaminación.<br />
De esos 13 cambios, 12 dieron lugar a una reducción de los costes, 8 provocaron<br />
una mejora de la calidad y 5 ampliaron las capacidades de producción2• No<br />
es sorprendente que la gestión de la calidad total (GCT) se haya convertido en
5 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
l f.u~l1t7dei~Ta.~r'~1l!laIe?ucción.delacontaminación que pueden generar<br />
ltaj~~(;?~P~11~a.t8q~~€;P.?~!.F~e.I11ÍsalCompany, por ejemplo, identificó ex~<br />
;itamentelaCo~ex:ip{~ptJ:~lá.IIlejora de la calidad y el rendimiento mediobiental,<br />
emple~d() el control ~stadístico de procesos para reducir las desvianes<br />
de éstos y reducir los desechos.<br />
novación y productividad de los recursos<br />
Para explorar la importantísima función de la innovación y la conexión entre<br />
nejora medioambiental y la productividad de los recursos hemos venido colaando<br />
desde 1991 con el Management Institute for Environment and Business<br />
el estudio de una serie de sectores internacionales a los que afectan especialnte<br />
las normas medioambientales: el de la pasta papelera y el papel, el de las<br />
turas y recubrimientos, el de los productos electrónicos, el de los frigoríficos,<br />
le las pilas secas y el de las tintas de imprenta. (Véase la tabla <strong>10</strong>.1.) Los damuestran<br />
claramente que el coste del cumplimiento de las normas medioamtales<br />
puede minimizarse, cuando no eliminarse, mediante innovaciones que<br />
leran otras ventajas competitivas. Observamos por primera vez este fenómeno<br />
el transcurso de nuestra investigación para el análisis de la competitividad nana1<br />
en La ventaja competitiva de las naciones.<br />
Consideremos el sector químico, en el que muchos creen que la disyuntiva<br />
re ecología y economía es especialmente acusada. Un estudio de las activiles<br />
emprendidas para reducir la generación de residuos en 29 factorías quí<br />
;as descubrió innovaciones que ampliaban la productividad de los recursos.<br />
181 de estas actividades de prevención de desechos, sólo una supuso un inmento<br />
neto del coste. De las 70 actividades que dieron lugar a una variación<br />
la productividad, 68 la incrementaron; en las 20 iniciativas en que se disponía<br />
datos concretos y documentados, la media de ese incremento fue de un 7%.<br />
as innovaciones compensatorias se alcanzaron con unas inversiones sorndentemente<br />
reducidas y con unos períodos de recuperación de la inversión<br />
y breves. Una cuarta parte de las 48 iniciativas en que había información<br />
alIada sobre el coste del capital no requiriÓ inversiÓn alguna; de las 38 initivas<br />
en que se sabía el plazo de recuperaciÓn de la inversión, casi dos ters<br />
la habían recuperado en seis meses o menos. El ahorro por dólar invertido<br />
la «reducción en origen» ascendió por término medio a 3,49 dólares en las<br />
actividades en que fue posible calcular esta cifra. El estudio también puso<br />
manifiesto que los dos principales factores que motivaban las actividades de<br />
[ucción en origen eran los costes de eliminación de los residuos y la legisla<br />
,n medioambiental.<br />
Tabla <strong>10</strong>.1<br />
Sector<br />
Pasta papelera<br />
y papel<br />
Pinturns y<br />
recubrimientos<br />
Productos<br />
electrónicos<br />
Frigorificos<br />
Baterías secas<br />
Tintas de<br />
imprenta<br />
La legislación medioambiental tiene consecuencias para la competencia<br />
Problemas<br />
medJoamblentales<br />
Dioxina emitida por el blanqueo<br />
con cloro<br />
Componentes orgánicos volátiles<br />
en los disolventes<br />
Compuestos orgánicos volátiles<br />
en los agentes lim ..<br />
piadores<br />
Clorofluorocarbonos utilizados<br />
como refrigerantes<br />
Consumo de energía<br />
Eliminación<br />
Emisiones de cadmio, roercurio.<br />
plomo, níquel, cobalto.<br />
litio y cinc a los<br />
vertedC:fos (o al aire, por<br />
iIlCinéfí:tt..:i()Il)<br />
Compuestos orgánicos volátiles<br />
en las tintas<br />
de petróleo<br />
a base<br />
Soluciones<br />
innovadoras<br />
Fuell!('J: Benjamin C. Bonifant. lao Ratcliffc y Claas van der Linde.<br />
Mejorar la cocción y el lavado<br />
Prescindir del cloro y utilizar<br />
oxígeno, ozono o peróxido<br />
para blanquear<br />
Procesos de circuito cerrado<br />
(también son problemáticos)<br />
Nuevas fónnulas de pinturas<br />
(pinturas con menos di-<br />
. solvente, pinturas al<br />
agua)<br />
Mejora de las técnicas de<br />
aplicación<br />
Recubrimientos a base de<br />
polvo o radiación<br />
Agentes limpiadores semia ..<br />
cuosos a base de terpenos<br />
Sistemas de circuito cerrado<br />
Soldadura sin limpieza, en<br />
lo posible<br />
Refrigerantes alternativos<br />
(mezcla de propano e isobutano)<br />
Aislamiento más grueso<br />
Mejora de las juntas<br />
Mejora de los compresores<br />
Pilas recargables de hidróxido<br />
de níquel (para determinadas<br />
aplicaciones)<br />
Pilas recargabb de litio<br />
(actualmente en fase de<br />
desarrollo)<br />
Tintas al agua y tintas de<br />
soja<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 357<br />
Compensaciones<br />
de la Inllovación<br />
Reducción de los costes de ex<br />
plotación gracias a nn mayor<br />
empleo defuentcs de<br />
energía de subproductos<br />
Sobreprecio inicial del papel<br />
sin cloro: 25%<br />
Sobreprecio de las pinturas sin<br />
disolventes<br />
Mejora de la calidad de los re<br />
cubrimientos en ciertos segmentos<br />
Mayor seguridad para los trabajadores<br />
Mayor eficacia en la transferencia<br />
de recubrimientos<br />
Reducción del coste de los re<br />
cubrimientos por ahorro de<br />
materiales<br />
Limpieza de más calidad y,<br />
por lo tanto, productos de<br />
más calidad<br />
Reducción de entre un 30 y<br />
80% de los costes de lim<br />
pieza, muchas veces con<br />
períodos de recuperación<br />
de la inversión de un año<br />
Supresión de una etapa de<br />
producción innecesaria<br />
Ahorro de energía de un <strong>10</strong>%<br />
al mismo coste<br />
Sobreprecio inicial de los frigoríficos<br />
«verdes»: 5-<strong>10</strong>%<br />
Casi el doble de elicaces al<br />
mismo coste<br />
Mayor ahorro de energía<br />
Se prevé que su precio sea<br />
competitivo en un futuro<br />
pró~im()<br />
Mayor eliciencia, colores más<br />
vivos y más calidad de impresión<br />
(dependiendo de la<br />
aplicación)
'.s()h.ici6hes~ompétitivas'apro blemaS' sociales<br />
La,i???X~éj,~~I~~ir~~g~~si~~:l~;?onll~~Ill~~Oambientales p~ede,.,diyidirs<br />
c~tego~as~~~erale~"LltgI}~~r~~e~ Ja~~Iosmétodos yt~c~ologí~ ~#~.<br />
~reducenJoscostes de eliminación de l~cohtaminaciónunavez .que ésta 'S(}<br />
Iducido. La clave de estos métodos suele consistir en tomar los materiales d)<br />
linantes y convertidos en algoquetenga valor. Las empresas aprenden a tra~<br />
materiales y emisiones tóxicas para convertidos en cosas útiles, a reciclar los'<br />
perdicios y a mejorar el tratamiento secundario. Por ejemplo, en la instalación<br />
~ tiene Rhone-Poulenc en Chalampe, Francia, los subproductos del nylon lIados<br />
diácidos se incineraban. Rhone-Poulenc invirtió 76 millones de francos en<br />
1 nueva instalación para recuperar y vender estos diácidos como aditivos para<br />
tes y para el curtido de cueros y tambiéri como agentes coagulantes. El nuevo {<br />
Iceso ha generado ingresos anuales por valor de unos 20,1 millones de francos.<br />
> nuevas tecnologías de destintado desarrolladas por la Thermo Electron Coration<br />
de Massachusetts, entre otras, han permitido extender el uso de pape~ relado.<br />
Molten Metal Technology, de Waltham, Massachusetts, ha desarrollado<br />
método de extracción catalítica que permite tratar muchos tipos de residuo.~<br />
igrosos y ahorra costes.<br />
El segundo tipo de innovación, mucho más interesante e importante, apunta<br />
as causas que están en la raíz de la contaminación y a mejorar la productivi-->.<br />
i de los recursos desde el momento inicial. Las innovaciones pueden adoptar, ,"<br />
lchas formas: por ejemplo, una utilización más eficiente de ciertos materiales~ ..<br />
mejora del rendimiento productivo y la mejora de los propios productos;'.<br />
éase el recuadro «La mejora ambiental puede favorecer la productividad de'<br />
recursos».) Veamos los siguientes ejemplos.<br />
La productividad de los recursos mejora cuando se sustituyen los<br />
otros menos costosos o cuando se emplean mejor. El complejo que Dow<br />
emical tiene en California lava el gas clorhídrico con sosa cáustica para fabriuna<br />
amplia gama de productos químicos. Antes, la empresa almacenaba las<br />
as residuales en estanques de evaporación. La ley exigía a Dow que c1ausue<br />
los estanques de evaporación antes de 1988. En 1987, ante la necesidad de<br />
nplir las exigencias legales, la empresa modificó su proceso de producción.<br />
dujo el uso de sosa cáustica. con lo que disminuyó los residuos cáusticos en<br />
00 toneladas anuales y los residuos de ácido clorhídrico en 80 toneladas al<br />
. Dow también descubrió que podía recuperar una parte de los dluentes para<br />
learlos como materia prima en otras partes de la factoría. Toda.s estas modiaciones<br />
costaron sólo 250.000 dólares y reportaron a Dow un ahorro anual de<br />
millones de dólares'.<br />
3M también mejoró la productividad de los recursos. Ante la obligación de<br />
ucir las emisiones de disolventes en un 90%, impuesta por la nueva legislan,descubrió<br />
una forma de prescindir por completo de los disolventes<br />
endo los productos con soluciones al agua, que además son más seguras.<br />
·····<strong>Verdes</strong> y competitivos 359<br />
Lámejora aInbient~l pu~de favorecer la productividad<br />
de los recursos ..<br />
Beneficios para los procesos<br />
-Ahorro de material por tratamiento<br />
completo, por sustitución, por reutilización<br />
o por reciclado de los materiales<br />
de producción.<br />
-Aumento de la productividad de los<br />
procesos.<br />
-Menos paradas gracias a un control<br />
y un mantenimiento más cuidadosos.<br />
-Mejor utilización de los subproductos.<br />
-Conversión de los residuos en materias<br />
valiosas.<br />
-Menos consumo de energía durante<br />
el proceso de producción.<br />
-Reducción de los costes de almacenamiento<br />
y transporte de los materiales.<br />
-Ahorros gracias a una mayor seguridad<br />
en el trabajo.<br />
--Supresión o reducción del coste de<br />
las actividades necesarias para la<br />
manipulación, transporte y elinlinación<br />
de desechos y residuos.<br />
-Mejoras en el producto debidas a<br />
las mejoras del proceso (por ejemplo,<br />
mejor control del proceso).<br />
Beneficios para los productos<br />
-Productos de mayor calidad y más<br />
uniformes.<br />
-Reducción del coste del producto<br />
(por ejemplo, por sustitución de<br />
materiales).<br />
-Menores costes de embalaje.<br />
-Productos que utilizan más eficazmente<br />
los recursos.<br />
-Productos más seguros.<br />
-Menores costes netos de eliminación<br />
del producto para el usuario.<br />
-Mayor valor residual y de reventa<br />
del producto.<br />
empresa consiguiÓ una sustancial ventaja sobre sus competidores en el desarrollo<br />
de productos. También redujo su plazo de salida al mercado, porque el producto<br />
al agua no tenía que someterse al proceso de aprobación de los recubrimientas<br />
a base de disolventes4.<br />
3M descubrió que las innovaciones pueden mejorar la uniformidad de los<br />
procesos, reducir los períodos de interrupción causados por averías y rebajar
o Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
,tancialmenté los· costes .. La empresa solía producir adhesivos en lotes<br />
steriormente se. llevaban a tanques de almacenamiento. Un<br />
día estropear el contenido de todo un tanque. El resultádo era que<br />
Jducto, que era necesario interrumpir las actividades y realizar una<br />
minación de los residuos peligrosos. 3M desarrolló una técnica nueva<br />
mprobar rápidamente la calidad de los lotes. Redujo los residuos<br />
1<strong>10</strong> toneladas al año, casi sin coste alguno, y logró un ahorro de más<br />
0.000 dólares5•<br />
Muchos procesos de producción química requieren un período de arranque<br />
pués de las interrupciones de la producción, para estabilizar ésta y conseguir<br />
cumpla las especificaciones. Durante ese período sólo se producen subprotos.<br />
Cuando los reglamentos elevaron el coste de la eliminación de recursos,<br />
Pont tuvo motivos para instalar aparatos de medición de mayor calidad. que<br />
:ti vez redujeron las interrupciones de la producción y los períodos de arrane<br />
subsiguientes. DuPont redujo no sólo la cantidad de residuos, sino también<br />
cantidad de tiempo improductiv06•<br />
Las modificaciones de los procesos para reducir las emisiones y emplear<br />
: recursos de una manera más productiva suelen generar mayores rendimien<br />
. Para cumplir las nuevas normas medioambientales, Ciba-Geigy Corporation<br />
xaminó las aguas efluentes de la fábrica de tintes de Tom's River, Nueva<br />
sey. Los ingenieros introdujeron dos cambios en el proceso de producción.<br />
primer lugar, sustituyeron el hierro que generaba desechos de refino por un<br />
nte de conversión química menos nocivo. En segundo lugar, eliminaron el<br />
tido de un producto potencialmente tóxico a la corriente de aguas residual es.<br />
1 sólo redujeron la contaminación, sino que también incrementaron los rendintos<br />
del proceso en más de un 40%, con lo que se obtuvo un ahorro anual de<br />
.000 dólares. Aunque esa parte de la fábrica acabó por cerrarse, el ejemplo<br />
e de manifiesto la función desempeñada por la presión reglamentaria en la<br />
jora de los procesos.<br />
Las innovaciones introducidas en los procesos para cumplir con las normas<br />
:dioambientales pueden llegar a mejorar la uniformidad y la calidad de los<br />
lductos. En 1990, el Protocolo de Montreal y la L.ey de Pureza del Ai,. estanidense<br />
obligaron a las empresas electrónicas a eliminar los cloroflllorocaros<br />
(CfC), que dÚian la capa de m:ono. :v!uchas empresas los empleaban<br />
<strong>10</strong>agentes de limp¡,~!a para eliminar 1m: residuos que se producían en la facación<br />
de tableros de circuitos impresos. L'l.' científicos de Raytheol1 se enntaron<br />
al desafío planteado por la ley. Al principio pensaban que la eliminan<br />
completa de los CFC sería imposible. No obstante, después de investigar<br />
;cubrieron un agente limpiador alternativo que podía reutilizarse en circuito<br />
ado. El nuevo método mejoraba la calidad media de los productos -que el<br />
eriar limpiador a base de CFC perjudicaba en ocasiones- a la vez que redu-<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 361<br />
da los costes de explotación. En respuesta a la misma reglamentación. otros investigadores<br />
identificaron aplicaciones en que no se necesitaba limpiezaydesarro<br />
lIaron tecnologías «limpias» de soldadura, que reducían los costes sin perjudicar<br />
la calidad. Sin reglamentación medioambiental, esa innovación nunca se<br />
habría producido.<br />
Las innovaciones para cumplir los reglamentos medioambientales también<br />
pueden reducir el coste de los productos y aumentar la productividad de los<br />
recursos mediante la reducción de embalajes innecesarios o mediante la sim<br />
plificación del diseño. Una ley japonesa de 1991 estableció normas para que<br />
los productos fuesen más fáciles de reciclar. Hitachi, lo mismo que otros productores<br />
japoneses de electrodomésticos, modificó el diseño para abreviar el<br />
tiempo que se tarda en desmontados. Al hacerlo, redujo el número de componentes<br />
de las lavadoras en un 16%, y el de las aspiradoras en un 35%. Con esa<br />
reducción del número de componentes, los productos resultaban no sólo más<br />
fáciles de desmontar, sino también más fáciles de montar. La reglamentación<br />
que exige el reciclado de estos productos puede reducir los costes ode elimina<br />
ción que ha de soportar el usuario y da lugar a diseños que permiten que la<br />
empresa recupere los materiales valiosos de una forma más sencilla. El consumidor<br />
o, alternativamente, el fabricante que retira los productos usados obtiene<br />
un valor mayor.<br />
Aunque quien ha dado pie a estas innovaciones es el legislador, no el<br />
cliente, la demanda mundial está otorgando más valor a los productos que ahorran<br />
recursos. Muchas empresas aprovechan las innovaciones para aplicar un sobreprecio<br />
a sus productos «verdes» y abren nuevos segmentos de mercado. Como<br />
Alemania adoptó las normas de reciclado antes que la mayoría de los países, sus<br />
empresas han disfrutado de ventajas de pionero en el desarrollo de productos<br />
con menos embalaje, que son, a la vez, más económicos y más demandados en<br />
el mercado. En Estados Unidos, Cummins Engine Company ha desarrollado<br />
motores diésel de emisiones reducidas para camiones y autobuses -innovación<br />
espoleada por la normati va estadOlll1idense- que le están pe,omitiendo obtener<br />
una posición en los mercados internacionales en los que empiezan a surgir necesidades<br />
simi lares.<br />
Estos ejemplos. y ll1uchos otros como ellos. no demuestran que las empresas<br />
siempre puedan dar con soluciones inpovadoras que reduzcan el impacto medloamhi,:nwl<br />
con poco coste. Pero sí 1l1l1C',tranque hay consi .ier:¡hles oportunidade:,<br />
para reducir la contaminación gracias a innovaciones en el diseño de los<br />
productos. procesos y métodos de trabajo. Estos ejemplos son habituales, a pesar<br />
de que las empresas se resisten a la normativa medioambiental y a pesar de<br />
que las normas medioambientales suelen ser hostiles a las soluciones innovado<br />
ras que suponen un empleo más productivo de los recursos. El hecho de que estos<br />
ejemplos sean habituales transmite un mensaje importante: en la actualidad
~ Soluciones competitivas a probleJUas sociales<br />
l~cesario Y urgente desarrollar un nuevo marco de referencia en el que<br />
reflexiones sobre la mejora medioambiental.<br />
( ',~"<br />
Tecesitamos realmente una reglamentación?<br />
Si la innovación en respuesta a las normas medioambientales puede ser renle,<br />
es decir, si una empresa puede compensar realmente el coste que supone<br />
;umplimiento mejorando la productividad de los recursos, ¿por qué es neceia<br />
la reglamentación? Si esas oportunidades existen, ¿no deberían las empreaprovechadas<br />
espontáneamente, haciendo la reglamentación innecesaria? Es<br />
, o menos como decir que raramente se encontrarán billetes de diez dólares<br />
d suelo, porque alguien los habrá cogido ya.<br />
Ciertamente, algunas empresas tratan de hacer esas innovaciones sin neceSI<br />
Ide reglamentos, o anticipándose a éstos. En Alemania y Escandinavia,<br />
lde las empresas y los consumidores están muy concienciados con los promas<br />
medioambientales, 'las innovaciones son frecuentes. En Estados Unidos,<br />
ledida que las empresas y sus clientes vayan concienciándose de lo importe<br />
que es la productividad de los recursos y a medida que se vaya desarro<br />
Ido el conocimiento de tecnologías innovadoras, habrá cada vez menos necead<br />
de reglamentación.<br />
No obstante, la creencia de que las empresas aprovecharán las oportunida<br />
; rentables sin necesidad del empujón de la ley parte de un supuesto falso<br />
lre la realidad competitiva: el de que todas las oportunidades rentables de<br />
,ovación han sido descubiertas, todos los directivos tienen una información<br />
fecta sobre ellas y los incentivos de las empresas favorecen la innovación.<br />
realidad, los directivos poseen una información muy incompleta y tienen<br />
;0 tiempo y pocas posibilidades de prestarle atención. Las barreras que obsulizan<br />
el cambio son numerosas. El programa «Luces <strong>Verdes</strong>» de la Agende<br />
Protección Medioambiental estadounidense, que coopera con las em<br />
~sas para promover el ahorro de energía en la,luminación, muestra que<br />
ue habiendo muchos billetes de diez dólares esperando a que alguien los<br />
la. Según este estudio, casi el 80 (,k, de los proyectos tenían un plazo de recu<br />
'ación de la inversión de dos años o mcnos. y sin cmhargo las empresas que<br />
, tenían entre manos no los habían acometido7 Sólo lo hicieron después de<br />
)gerse al programa y beneficiarse de la información y los incentivos de di<br />
1Agencia.<br />
En la actualidad nos encontramos en una etapa de transición de la historia<br />
lustrial, en la que las empresas siguen careciendo de experiencia en la resoluill<br />
creativa de los problemas medioambientales. Los clientes también desco-<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 363<br />
nacen que el mal empleo de los recursos significa que"tienen que pagar los cos-tes<br />
de la contaminación. Por ejemplo, creen que los embalajes que tiran a la basura<br />
son gratis, porque no han pagado una cantidad expresa por ellos y porque<br />
actualmente no existe una alternativa de menor coste. Como no tienen una ma<br />
nera directa de recuperar el valor de los recursos malgastados que ya han pa,·<br />
gado, los clientes creen' que tirar los productos usados no les supone ninguna<br />
penalización de costes.<br />
Hace falta una reglamentación, aunque no como la que se dicta actualmente,<br />
por seis razones principales:<br />
-Para crear una presión que mueva a las empresas a innovar. Nuestra amplia<br />
investigación de la competitividad pone de manifiesto lo importante<br />
que es la presión externa para superar la inercia de las empresas y fomentar<br />
el pensamiento creativo.<br />
-Para mejorar 13 calidad del medio ambiente en los casos ~n que la innovación<br />
y las mejoras en la productividad de los recursos no compensan por<br />
completo el coste en que se incurre para cumplir las normas; o en los casos<br />
en que hace falta tiempo para que los efectos del aprendizaje reduzcan<br />
el coste general de las soluciones innovadoras.<br />
-Para alertar e instruir a las empresas acerca del posible desaprovechamiento<br />
de los recursos y acerca de las áreas en las que hay posibilidades<br />
de mejora tecnológica (aunque el poder público no puede saber mejor que<br />
las empresas cuál es la manera idónea de abordarlas).<br />
-Para incrementar las probabilidades de que las innovaciones en productos<br />
y en procesos sean respetuosas para con el medio ambiente.<br />
-Para exigir la mejora del medio ambiente hasta que las empresas y los<br />
clientes sean capaces de percibir y valorar mejor las ineficiencias de la<br />
contaminación.<br />
-Para igualar el terreno de juego durante el período de transición a las soluciones<br />
medioambientales innovadoras, es decir, para que una empresa<br />
no pueda obtener ventaja sobre las uemás desentendiéndose de las inversiones<br />
en pro del medio ambiente. La reglamentación da así un n1;lrgen a<br />
las empresas innovadoras, hasta que las nuevas tecnologías sean fiables y<br />
los efectos de aprendizaje puedan reducir los costes tecnolÓgicos,<br />
Los que creen tjue las fuerzas del mercado. por sí solas. espolearán a innovar<br />
dirán que los programas de gestión de la calidad total se emprendieron sin<br />
necesidad de imposición legal. No obstante, la GCT llegó a Estados Unidos y a<br />
Europa gracias a un tipo de presión diferente. Décadas antes, la GCT se difundió<br />
ampliamente en Japón porque los poderes públicos emprendieron una gran<br />
variedad de acciones (por ejemplo, la creación del Premio Deming) para hacer<br />
de la calidad de los productos un objetivo nacional. Hubo que esperar a que las
4 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
presas japonesas arrasaran en<br />
adounidenses aceptasenlaGCT.<br />
l coste de una mentalidad estática<br />
Las autoridades y las empresas deberían centrarse, por lo tanto, en superar<br />
disyuntiva entre la protección del medio ambiente y la competitividad, fontando<br />
la innovación y la productividad de los recursos. Sin embargo, el ac<br />
11 clima de enfrentamiento eleva el coste del cumplimiento de las normas meambientales<br />
y limita las ventajas de la innovación, lo que hace la disyuntiva<br />
s drástica de lo necesario.<br />
Para empezar, la lucha de poder que se produce en la promulgación y la ejeión<br />
de las normas medioambientales consume una enorme cantidad de recur<br />
. Un estudio realizado en 1992 por el Rand Institute for Civil Justice, por<br />
~mplo, descubrió que el 88% del dinero pagado por las compañías de seguros<br />
tre 1986 y 1989 por reclamaciones relacionadas con el superfondo* se destiron<br />
a pagar costes judiciales y administrativos, y que solamente el 12% se<br />
stinó a la depuración material del terren08• Es muy posible que la ley del sufondo<br />
sea la ley medio ambiental más ineficaz de Estados Unidos, pero no es<br />
única causa de ineficiencia. Creemos que una parte sustancial del gasto meambiental,<br />
así como de los ingresos obtenidos por las empresas proveedoras<br />
productos y servicios medioambientales, está relacionada con el enfrentalento<br />
generado por la promulgación de los reglamentos, y no con la propia<br />
jora del medio ambiente.<br />
Un problema del proceso de enfrentamiento es que bloquea a las empresas en<br />
a mentalidad estática y que eleva sistemáticamente las estimaciones de costes<br />
dioambientales realizadas por los agentes económicos. Un ejemplo clásico es<br />
que se produjo durante el debate de la Ley de Pureza del Aire de 1970 de Estas<br />
Unidos. Lee lacocca, entónces vicepresidente ejecutivo de Ford Motor Comny.<br />
predijo que el cumplim.-:nto de las nuevas normas elevaría muchísimo el<br />
cio de los automóviles. reduciría progresivamente la producción estadouninse<br />
hasta detenerla en el año 1975 Y perjudicaría gravemente a la economía<br />
1 país, La Ley de Purezd del Aire dc 1970 fue prolllulg,:da. 1<strong>10</strong> obstante. y las<br />
* Nota del traduclor: Fondo 'lile se creó en aplicación de una ley de 19RO (Comprehensive Envi<br />
¡mental Response Compensation and Liability Act, que declaró responsables de los costes de limpieza<br />
tos vertederos de residuos peligrosos a sus titulares) para abonar los costes de la limpieza hasta que<br />
partes responsables los satisficiesen.<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 365<br />
apocalípticas predicciones de Iacocca resultaron ser erróneas. Es habitual encontrarse<br />
con historias similares,'<br />
La mentalidad estática hace que las empresas se opongan a normas medioambientales<br />
que realmente podrían incrementar su competitividad. La mayoría<br />
de los destiladores estadounidenses de alquitrán de hulla se opusieron a las normas<br />
de 1991 que exigían una sustancial reducción de las emisiones de benceno.<br />
En aquel momento la única solución consistía en cubrir los tanques de almacenamiento<br />
del alquitrán con una costosa manta de gas. Sin embargo, Aristech<br />
Chemical Corporation, de Pittsburgh, Pensilvania, ideó una forma de eliminar el<br />
benceno del alquitrán en la primra etapa del proceso, lo que hacía innecesaria la<br />
manta de gas. En vez de sufrir un incremento de costes, Aristech consiguió un<br />
ahorro de 3,3 millones de dólares.<br />
Además, a la mentalidad estática los costes de cilmplímiento de las normas<br />
medioambientales le parecen mayores de lo que son. Muchas empresas no tienen<br />
en cuenta la curva de aprendizaje, siendo así que el coste real suele reducirse con<br />
el tiempo. Un reciente estudio del sector de la pasta papelera y el papel, por<br />
ejemplo, puso de manifiesto que los costes reales eran entre 4 y 5,50 dólares<br />
por tonelada, mientras que las estimaciones primeras del sector fueron de hasta<br />
16,40 dólares9. En el mismo sentido, el coste de la reducción de las emisiones<br />
de dióxido de azufre dictada por una norma del año 1990 es en la actualidad la<br />
mitad del que los analistas calcularon al principio, y sigue bajando. Si se centra<br />
la atención en la innovación y en la productividad de los recursos, el coste de<br />
hoy únicamente representa el límite superior.<br />
Hay una legítima controversia sobre los beneficios que rinden a la sociedad<br />
ciertas normas medioambientales. Medir los efectos que sobre la salud y la seguridad<br />
tiene un aire más limpio, es una cuestión que está sometida a un debate<br />
científico en el que todavía no se ha dicho la última palabra. Hay personas que<br />
creen que se han exagerado los peligros de la contaminación. No obstante, sea<br />
cual sea el nivel de beneficio social que se alcance, los costes privados para las<br />
empresas siguen siendo mucho mayores de lo necesario.<br />
Normas buenas v malas<br />
Adem;í,-; de impollcr UI1 clevado co~te, el actual sistema estadounidense de<br />
normas mcdioambientales dificulta las soluciones innovadoras o las hace inviables.<br />
El problema no es que sean estrictas. El problema radica en la forma en<br />
que se redactan y en la crasa ineptitud con la que se ponen en práctica. Unas<br />
normas estrictas pueden y deberían promover la productividad de los recursos.<br />
La legislación de Estados Unidos ha desaprovechado esta oportunidad, al con-
66 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
ntrarse en la depuración en vez de en la prevención, al imponer<br />
pecíficas, al fijar unos plazos quiméricamente breves y al someter<br />
resas a unos niveles de incertidumbre innecesariamente elevados.<br />
El actual sistema no anima a asumir riesgos ni a experimentar. El<br />
currir en responsabilidades y la falta de flexibilidad de las autoridades en l
i8 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
esto que aquéllos han de aportar<br />
a información realmente útil y éstos<br />
nen que tomar en serio tales aporta<br />
Jnes.<br />
ejorar los conocimientos técnicos de<br />
~ienesdictan las normas. Éstos den<br />
conocer los principios económi-<br />
's del sector y qué es lo que impulsa<br />
competitividad. Un mejor intermbio<br />
de información ayudará a evir<br />
costosos juegos en que empresas<br />
al informadas recurren a una plé-<br />
,de de abogados y asesores para trar<br />
de eludir reglamentaciones mal<br />
,ncebidas por legisladores mal inforados.<br />
?ducir al mínimo el tiempo y los re<br />
!rsos empleados en el propio pro<br />
'so normativo. Las demoras que se<br />
producen en la concesión de los<br />
misos suelen ser<br />
empresas. Posiblemente,<br />
gulación con<br />
sería más eficaz que la<br />
autorizaciones formales.<br />
posibles y reales crean<br />
y consumen gran cantidad de recursos.<br />
Se podrían reducir los costes y<br />
fomentar la innovación estableciendo<br />
procedimientos de arbitraje o de estrictas<br />
fases de mediación previas a<br />
los pleitos.<br />
Una amplia exposición de los cambios que deberían<br />
introducirse en la legislación medioambiental<br />
puede verse en Michael E. Porter y Claas van<br />
der Linde, «Toward a new conception of the environment-competitiveness<br />
relationship», Journal<br />
of Econornic Perspectives, vol. 9. núm. 4 (otoño<br />
de /995).<br />
De la misma manera que una reglamentación deficiente puede perjudicar la<br />
lillpetitividad, una buena reglamentación puede incrementarla. Consideremos<br />
s diferencias existentes entre el sector escandinavo de la pasta papelera y el<br />
lpel y el de Estados Unidos. Las estrictas normas dictadas por Estados Unidos<br />
l los años setenta fueron impuestas sin unos períodos adecuados de adaptaón,<br />
lo que obligó a las empresas a aplicar rápidamente las mejores tecnologías<br />
:istentes en el momento. En aquella época, las exigencias suponían invariableente<br />
la instalación de unos sistemas de tratamiento de los residuos, sistemas<br />
le eran fiables, pero muy costosos. En Escandinavia, en cambio, se establecie<br />
,n plazos más flexibles, que permitieron a las empresas centrarse en el propio<br />
'oceso de producción, no sólo en el tratamiento secundario de los ¡-esiduos.<br />
1S empresas e"canJin~;vas (ks~:rroJlaron tecnologías nnvedosas dc' elaboración<br />
~pulpa y blanqueado. [eenologías que no sólo pcrmit inon redl!l'ir Lts emisio<br />
~s más allá de lo establecido sino también reducir los costes de explotación.<br />
un cuando Estados Unidos fue el primer país que legisló en este terreno, las<br />
npresas estadounidenses fueron incapaces de obtener ventaja, porque la norativa<br />
estadounidense incumplía un principio esencial de una buena reglamención<br />
medioambiental: el de que ha de abrir las máximas oportunidades de in-<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 369<br />
novación dejando que las empresas descubran la mejor manera de resolver los<br />
problemas.<br />
Por desgracia para el sector. papelero de Estados Unidos, también se pasó<br />
por alto un segundo principio: hay que fomentar la mejora continua y no quedarse<br />
estancado en una tecnología determinada o en la situación imperante. Las<br />
autoridades suecas adoptaron un método más eficaz. Mientras que en Estados<br />
Unidos se imponían unos estrictos límites de emisiones y se establecían unos<br />
plazos de cumplimiento muy estrictos, Suecia empezó con unas normas menos<br />
exigentes, pero indicó, sin dejar lugar a dudas, que posteriormente se establecerían<br />
otras mucho más estrictas. Los resultados fueron los que cabía esperar. Las<br />
empresas estadounidenses instalaron sistemas de tratamiento secundario y se<br />
detuvieron ahí. Los productores suecos, previendo unas normas más estrictas,<br />
fueron incorporando tecnologías medioambientales innovadoras dentro del ciclo<br />
ordinario de sustitución y renovación de instalaciones.<br />
Este sistema favorable a la innovación tuvo el efecto secundario de aumentar<br />
la competitividad en los fabricantes de maquinaria. Espoleados por la demanda<br />
de mejoras en los procesos de producción, los fabricantes escandinavos<br />
de maquinaria para la fabricación de pasta y papel, como Sunds Defibrator y<br />
Kamyr, consiguieron grandes beneficios en el mercado internacional con la<br />
venta de equipos innovadores de producción de pasta y blanqueo.<br />
Con el paso del tiempo, el sector papelero escandinavo pudo obtener compensaciones<br />
por innovación que excedieron a las directamente inducidas por las<br />
exigencias legales. A principios de los años noventa, los productores se dieron<br />
cuenta de que la creciente preocupación de los consumidores por la contaminación<br />
de los vertidos de las papeleras estaba creando un hueco de mercado. Du<br />
rante un tiempo, las papeleras escandinavas que tenían en su gama papel absolutamente<br />
libre de cloro pudieron cobrar un sobreprecio sustancial y atender al<br />
segmento cada vez mayor de clientes con preocupaciones ecológicas.<br />
Consecuencias para las empresas<br />
Ciert:¡rnel1te, los métodos l1onnativos desencaminados han impuesto una pesada<br />
carga sobre las emprl~sas. Peru los directivos que han respondido plantando<br />
cara a todas la,\ normas también han demostrado ser cortos de miras. No es un<br />
secreto que los fabricantes de autumóviles japoneses y alen1
'O Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
ns~ se dio cuentadequ~seenfrentabaa su extinción'si no aprendía a<br />
innovando. En.cualq~ier?as(), la mentalidad estática que mantuvo durante<br />
masiado tiempo costó miles de millones de dólares y muchos<br />
> de trabajo.<br />
Para no repetir los mismos errores, los directivos deben empezar a ver en la<br />
jora medio ambiental una oportunidad económica y competitiva, no un coste<br />
ojoso ni una amenaza inevitable. En vez de aferrarse a una perspectiva cen<br />
Ida en el nuevo cumplimiento de las normas, las empresas deben plantearse<br />
eguntas como ¿qué estamos malgastando? y ¿cómo podemos aumentar el var<br />
del producto? Los pioneros -los primeros en ver la oportunidad y en adop<br />
. soluciones innovadoras- obtendrán importantes ventajas competitivas, al<br />
Llalque hicieron los fabricantes de automóviles alemanes y japoneses. (Véase<br />
recuadro «Los nuevos ecologistas».)<br />
os nuevos ecologistas<br />
)s ecologistas pueden promover la in<br />
Ivación y la productividad de los rersos<br />
propugnando la promulgación<br />
normas adecuadas y concienciando<br />
público para que demande solucios<br />
medioambientales innovadoras.<br />
Ir ejemplo, la sección alemana de<br />
~eenpeace señaló en 1992 que la mez<br />
1de propano y butano era más segura<br />
mo refrigerante que los hidrofluororbonos<br />
o hidrocIorofluorocarbonos<br />
n los que se pretendía sustituir a los<br />
rotluorocarbonos. Greenpeace. por<br />
imera vez en su historia, empezó a<br />
~omendar un producto comercial. En<br />
ccto, organizÓ una campaña pub] ¡ci<br />
'ía en favor lk un frigoríficu dise<br />
do 1701 FOlon, peql1eoa Libri'.'a de fri<br />
,ríficos que estaba al borde cit.? la<br />
iebra. Esa campaña fue amplificada<br />
rel gran eco que tuvo en los medios<br />
comunicación, y ha sido uno de los<br />
sencadenantes de la demanda de friríficos<br />
Foron, refrigerados con la<br />
mezcla de propano y butano, y de que<br />
los principales fabricantes alemanes de<br />
frigoríficas hayan empezado a utilizar<br />
esa misma tecnología.<br />
Las organizaciones ecologistas pueden<br />
apoyar a la industria actuando como<br />
fuentes de información sobre las mejores<br />
prácticas, que posiblemente no sean<br />
bien conocidas fuera de unas cuantas<br />
empresas pioneras. Por ejemplo,<br />
cuando Greenpeace dc Alemania se dio<br />
cnenta de que ni los editores ni los lectores<br />
de revista~,del país sabían cuánto<br />
había mejorado la calidad del papel sin<br />
cloro, editÓ lIna rl~vi.,u impresa en papel<br />
sin cloro que se p~lITcíamucho al<br />
importante semanario político /)er<br />
Spiegel y animÓ al púhlieo a exigir que<br />
los editores utilizasen papel sin cloro.<br />
Poco tiempo después, Der Spiegel,<br />
como también otras importantes revistas,<br />
cambió de papel. Otras organizaciones<br />
medioambientales harían bien<br />
dedicando parte del dinero que se gastan<br />
en pleitos a financiar la investigación<br />
y difusión de innovaciones que re~<br />
suelvan problemas medioambientales.<br />
Entre los grupos ecologistas estadounidenses,<br />
el Fondo de Defensa del Medio<br />
Ambiente (Environmental Defense<br />
Fund, EDF) ha marcado un nuevo<br />
rumbo, porque promueve normas legales<br />
inspiradas en el mercado y coopera<br />
directamente con la industria. Respaldó<br />
el sistema de negociación de<br />
dióxido de azufre, que permite a las<br />
empresas elegir entre reducir sus emisiones<br />
y comprar cuotas de emisión a<br />
empresas que hayan conseguido rebajar<br />
sus emisiones por debajo de lo establecido<br />
y a menor coste. El grupo de<br />
trabajo EDF-McDonald's, para la reducción<br />
de residuos, formado en<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 371<br />
1990, dio pie a una sustancial renovación<br />
de los materiales de embalaje de<br />
McDonald's; el resultado más llamativo<br />
ha sido la eliminación de las cajitas<br />
de espuma de poliestireno. En la<br />
actualidad, EDF coopera con General<br />
Motors en la elaboración de planes para<br />
retirar de la carretera los automóviles<br />
muy contaminantes y con Johnson &<br />
Johnson, McDonald's, NationsBank,<br />
The Prudential Insurance Company of<br />
America, Time Warner y Duke University<br />
para promover la utilización de<br />
papel reciclado.<br />
Fuente: Benjamin C. Bonifant e [an Ratcliffe.<br />
«Competitive implications of environmelllal regu·<br />
lation in the pulp and paper industry». documento<br />
de trabajo. Management [nstitutefor Environment<br />
and Business. Washington, D.C.. [994.<br />
En esta etapa, para la mayoría de las empresas, los problemas medioambientales<br />
siguen siendo competencia de especialistas y de expertos de fuera. No es<br />
sorprendente. Todo problema nuevo que se le plantea a la dirección pasa por un<br />
ciclo previsible. Cuando surge, la empresa contrata a expertos de fuera para que<br />
ayuden a resolverlo. Cuando la aplicación de la solución ya está encaminada.<br />
los especialistas de dentro se encargan del tema. Las empresas esperan a que la<br />
especialidad madure para integrarla en los cometidos de la dirección de línea.<br />
Muchas empresas han delegado el análisis de los problemas medioambientales<br />
y el desarrollo de soluciones en ab\lgados y asesores rnedioambientales externos.<br />
Estos expertos, no esl;¡n muy r~l!l1i¡iari/adoscon la tecnología y el proceso de producciÓn<br />
de ia empresa, por lo que invariablemente se centran en el cumplimiento<br />
de las ¡lOrlnaSen ve/. \k l'n la il1"nvaciÓn. Siempre propugn;1I1SOltKlon,'s de Ir~il;\miento<br />
secundario. cnallllo la contalllinacion ya se ha producido. Ivluchos asesore's.<br />
de hecho. están asociados con proveedores que venden estas tecnologías. Algun
'2 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
neficios y no perteneceriala organización de línea. Unavez más, el resultado<br />
lecasi siempre sereCllfre a soluciones de alcance limitado.·i,;fNí';j¡>;'<br />
Para que se plantee (y no digamos que se emprenda) una renovación de<br />
ocesos y productos que signifique una verdadera innovación, 'las<br />
edioambientales tienen que convertirse en un asunto de interés para la direc<br />
Sn general. El impacto medioambiental debe incorporarse al proceso general<br />
: mejora de la productividad y la competitividad. La toma de decisiones debe<br />
tar inspirada por el objetivo de maximizar la productividad de los recursos, no<br />
Ir el de controlar la contaminación.<br />
¿Cómo pueden acelerar los directivos la adopción en sus empresas de un<br />
anteamiento medioambiental más competitivo? En primer lugar, tienen que<br />
edir el impacto medioambiental directo e indirecto de sus actividades. Una de<br />
> principales causas de que las empresas no sean muy innovadoras en la resoción<br />
de sus problemas medioambientales es el desconocimiento. Se puede<br />
encionar el caso de un gran fabricante de productos químicos orgánicos que<br />
'ntrató a un asesor para que analizase las oportunidades de reducción de resi<br />
[OS en sus 40 efluentes. Un estudio cuidadoso detectó 497 efluentes distintos;<br />
empresa se había equivocado en una proporción mayor que diez a uno <strong>10</strong>.<br />
lestra investigación indica que la simple medición saca a la luz grandes opornidades<br />
de mejora de la productividad.<br />
Las empresas que adoptan el marco conceptual de la productividad de los<br />
cursos y que no se limitan a las áreas que actualmente están sometidas a reamentación<br />
son las que consiguen los mayores beneficios. Las empresas derían<br />
inventariar todos los recursos o embalajes no empleados, vertidos o deseados.<br />
Algunos recursos deficientemente empleados se conservan dentro de las<br />
stalaciones, otros son desechados y otros se acumulan en vertederos. La ineficia<br />
en la utilización de los recursos se puede dar también a nivel de los proedores,<br />
los canales de distribución y los clientes. En el nivel de los clientes,<br />
ineficacia se manifiesta en el mal empleo del producto, en el embalaje deseado<br />
y en los recursos que conserva el producto cuando queda inservible ..<br />
En segundo lugar, los directivos pueden aprender a reconocer el coste de<br />
,ortunidad de los recursos no utilizados. Son contadas las empresas que han<br />
alizado el verdadero coste de la toxicidad. los residuos y los vertidos, y muo<br />
menos los efectos secundarios que los desechos tienen en otras actividades.<br />
<strong>10</strong> aÚn menos las empresas que. mirando más allá de los gastos que tienen que<br />
sembolsar para remediar la contaminación. reparan en el coste de oportunidad<br />
los recursos que desperdician o la productividad a la que renuncian. Y apes<br />
hay alguna empresa que piense en el valor del producto para el cliente y en<br />
coste de oportunidad de los recursos malgastados a nivel de éste.<br />
Muchas empresas ni siquiera hacen un cuidadoso seguimiento del gasto me<br />
Dambiental, y los sistemas de contabilidad convencionales no están prepara-<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 373<br />
dos para medir los recursos infrautilizados. Las empresas evalúan los proyectos<br />
medioambientales como si se tratase de inversiones aisladas e independientes.<br />
Las inversiones en la reducción de desechos o de vertidos son tamizadas con ta<br />
sas de rendimiento exigido que presuponen que esas inversiones son arriesgadas,<br />
con lo que se dejan muchos billetes de diez dólares en el suelo. Una información<br />
mejor y unos métodos de evaluación adecuados servirán para que los<br />
directivos reduzcan el impacto medioambiental y a la vez mejoren la productividad<br />
de los recursos.<br />
En tercer lugar. las empresas deberían inclinarse por las soluciones que se<br />
basen en innovaciones y aumenten la productividad. Deberían hacer un seguimiento<br />
hacia atrás de los vertidos, subproductos, emisiones y actividades de eliminación,<br />
tanto de los suyos como de los de sus clientes, para ver en qué actividades<br />
de la empresa se originan y qué ventajas se obtendrían cambiando el<br />
diseño del producto, el embalaje, la materia prima o el proceso de producción.<br />
Nos ha sorprendido la eficacia de ciertas soluciones sistémicas: grupos de actividades<br />
que se pueden reconfigurar, o sustituciones de materiales o embalajes<br />
que pueden aumentar el grado de aprovechamiento y la posibilidad de recuperación.<br />
Los métodos que se centran en el tratamiento de los vertidos concretos deberían<br />
reconsiderarse.<br />
Los actuales sistemas de retribución son tan antiinnovadores como la política<br />
legislativa. En el nivel de la fábrica, las empresas pagan por la cantidad<br />
producida pero pasan por alto los costes medioambientales y los recursos malgastados.<br />
El castigo que recibe una solución innovadora y económicamente eficiente<br />
que no llegue a la altura de las expectativas es, frecuentemente, muy superior<br />
a la recompensa que recibe una solución costosa pero «exitosa».<br />
Por último, las empresas deben actuar con más decisión a la hora de definir<br />
nuevos tipos de relaciones tanto con las autoridades como con los ecologistas.<br />
Las empresas necesitan una nueva mentalidad. ¿Cómo es posible que digan a<br />
voz en grito que las normas legales perjudican la competitividad y luego quieran<br />
que las autoridades y los ecologistas sean flexibles y confiados cuando esas<br />
mismas empresas piden tiempo para buscar soluciones innovadoras?<br />
La economÉa del mundo, en tronsiciÓn<br />
Ya va siendo hora de que la realidad de la competencia moderna informe<br />
nuestras ideas sobre la relación entre competitividad y medio ambiente. Tradicionalmente,<br />
los países eran competitivos si sus empresas tenían acceso a factores<br />
-capital, mano de obra. energía y materias primas- baratos. En sectores<br />
dependientes de los recursos naturales, por ejemplo, las empresas y los países
374 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
competitiv?seran18s'l~?teI1Ían abundancia de esos recursos. Como la tecnología<br />
ev;olu~ioIla~lll~~tllIl1ente,,?astaba' tener una ventaja comparativa en los factores<br />
para garanti:Zarsei.~léxito ...•... ·.·... r .,..,•.<br />
Lamundialización actual está dejando anticuada la noción de ventaja competitiva.<br />
Las empresas pueden adquirir en cualquier lugar factores baratos y las<br />
nuevas tecnologías que están apareciendo rápidamente pueden compensar las<br />
desventajas debidas al coste de los factores. Ante unos elevados costes de mano<br />
de obra en su país, una empresa puede prescindir de la mano de obra no cualificada<br />
recurriendo a la automatización. Ante la escasez de materias primas, la<br />
empresa puede encontrar una materia prima alternativa o puede crear una ma[eria<br />
prima sintética. Para superar la carestía del suelo, las empresas japonesas<br />
fueron pioneras en la producción justo a tiempo y eliminaron la necesidad de almacenar<br />
existencias en la fábrica.<br />
Ya no es suficiente tener recursos. Empleados productivamente es lo que<br />
hace falta para ser competitivo en la actualidad. Las empresas pueden mejorar<br />
la productividad de los recursos fabricando los productos existentes de una<br />
forma más eficaz o creando productos que sean más valiosos para los clientes,<br />
productos por los que éstos estén dispuestos a pagar más. Cada vez más, los<br />
países y empresas más competitivas son, no los que tienen acceso a los factores<br />
más baratos, sino los que emplean los métodos y la tecnología más avanzados<br />
en la utilización de los factores. Como la tecnología está en permanente evolución,<br />
el nuevo paradigma de la competencia mundial impone la exigencia de innovar<br />
rápidamente.<br />
Este nuevo paradigma tiene profundas consecuencias en el debate sobre la<br />
política medioambiental: sobre la forma de abordada y de plasmada en normas<br />
y sobre lo estrictas que éstas deban ser. El nuevo modelo combina la mejora<br />
medioambiental y la competitividad. Es importante emplear productivamente<br />
los recursos, sean recursos naturales o materiales, sean recursos humanos o financieros.<br />
El progreso medioambiental requiere que las empresas innoven para<br />
elevar la productividad de los recursos, y ahí precisamente es donde entran en<br />
escena los nuevos desafíos de la competencia mundial. Oponerse a la legislaciÓn<br />
medioambiental, como hizo la industria automovilística estadounidense en<br />
los años setenta. no sÓlo provocará daños al medio ambiente, sino que también<br />
hará perder competitiviclad en la economía mundial. Los países en vías de desarrollo<br />
que sigan empleando métodos clerrochaclclIes de recursos y que no impongan<br />
normas mcdioambienlales porque son "demasiado costosas» seguirán<br />
sin ser competitivos y se estarán condenando a sí mismos a la pobreza.<br />
La forma en que un sector responde a los problemas medioambientales<br />
puede que sea uno de los primeros indicadores de su competitividad. La reglamentaciÓn<br />
medioambiental no conduce inevitablemente a la innovación y la<br />
competitividad, ni a una productividad mayor para todas las empresas. Sólo<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 375<br />
aquellas que innoven con acierto podrán imponerse. Un sector verdaderamente<br />
competitivo afrontará seguramente una nueva norma como un desafío que se le<br />
plantea y responderá a él con una innovaciÓn. Un sector poco competitivo, en<br />
cambio, al no estar orientado hacia la innovación, se verá tentado a combatir<br />
toda norma.<br />
No es sorprendente en absoluto que el debate que opone medio ambiente y<br />
compctitividad se haya producido de la manera en que se ha producido. Y es<br />
que las luchas económicamente destructivas a propósito de la redi~tribución de<br />
la riqueza son la norma en muchas áreas de la política. No obstante ha llegado<br />
el momento de introducir un cambio de paradigma que nos adentre en el próximo<br />
siglo. La competencia internacional ha cambiado espectacularmente durante las<br />
últimas décadas. Los altos directivos que se formaron en una época en que normativa<br />
medioambiental era sinónimo de litigios verán pruebas cada vez más<br />
convincentes de que la mejora medio ambiental es un negocio rentable. Los ecologistas,<br />
las autoridades y las empresas rechazarán las viejas disyuntivas y actuarán<br />
basándose en razonamientos económicos que vinculan el medio ambiente,<br />
la productividad de los recursos, la innovación y la competitividad.<br />
NOTAS<br />
l. Uno de los primeros en enfocar de este modo la mejora medioambiental fue JoeI Makower con<br />
su obra The e-facial': Ihe bottom-line approach lO environmentally re'ponsible business, Times Books,<br />
Nueva York. 1993.<br />
2. Andrew King, «fmproved manufacturing resulting from learning ffom waste: causes, importance,<br />
and enabling conditions». documento de trabajo, Stern School 01'Business, Universidad de Nueva York.<br />
Nueva York. 1994.<br />
3. Mark H. Dorfman. Warren R. Muir y Catherine G. Miller. En"ironmenfal dividends: cutting<br />
more chemiciil wasles, lNFOR M, Nueva York. 1992.<br />
4. Don L. Boroughs y Betsy Carpenter. «Helping the planel ant the economy». U.S. News (IIul<br />
World Repon. vol. 1<strong>10</strong>, nÚm. 1l. 25 de marzo de [991. pág. 46.<br />
'l. John tI. Sheridan. «Attacking wastes and saving money .. se me of the time", ¡"dm!rv Wed. 17<br />
de febrero de 1992. pág. 43.<br />
6. Gerald Parkinson, {(Reducing \vustes can he cost-effective», Chl!lllical Engineering, vol. 97,<br />
núm. 7. julio úe 1990. pÚg. 30.<br />
7. Stcphen J. DeCanio. «\-Vhy do pl\lfitahle cnergy-s