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En esta hora crucial y postrera,<br />
esta no es tarea de pusilánimes,<br />
ni de cobardes, ni de débiles;<br />
es una tarea fuerte, y fuertes<br />
tienen que ser los que la realizan,<br />
pues el reino de los cielos se hace<br />
fuerte y los valientes lo arrebatan<br />
(Mateo 11:12).<br />
Para poder realizar esta grandiosa<br />
labor de evangelización<br />
mundial, en el breve tiempo que<br />
resta, tenemos que darle prioridad<br />
a la misma; el cumplimiento<br />
de esta tarea, tiene que estar por<br />
encima de todo y de todos.<br />
Y cuando los grandes y poderosos<br />
no la hacen, Dios usa a<br />
los pequeños y a los débiles.<br />
Cuando los intelectuales y<br />
los eruditos no lo hacen, Dios<br />
usa a los hombres sin letra y aun<br />
a los analfabetos.<br />
Cuando los grandes oradores<br />
no lo hacen, Dios usa a los<br />
tartamudos.<br />
Cuando los Nicodemos se esconden<br />
en la noche de su cobardía,<br />
Dios usa a las samaritanas a<br />
plena luz del día.<br />
Cuando jerarcas y teólogos<br />
se muestran indiferentes, Dios<br />
usa a pescadores y principiantes.<br />
Cuando los ricos y potentados<br />
no ofrendan de sus abundantes<br />
riquezas, para la promoción<br />
del Evangelio, Dios usa a las<br />
viudas que lo dan todo para esta<br />
bendita Obra.<br />
Cuando los materialistas se<br />
entregan a aumentar sus propiedades<br />
y sus cuentas bancarias,<br />
Dios usa a los Bernabés a vender<br />
lo que tienen para dedicar el dinero<br />
a la Obra de Dios.<br />
Cuando los Giezis dentro de<br />
la Obra de Dios se dan a buscar<br />
prebendas (ventajas), comodidades<br />
y riquezas, Dios usa a los Zaqueos<br />
a restituir lo mal habido y<br />
a dar cuatro tantos más para la<br />
Obra de Dios.<br />
Este Evangelio tiene que ser<br />
proclamado en todo el mundo,<br />
por aquellos que aman a Cristo<br />
de todo corazón; por aquellos<br />
que sirven al Señor y a los demás<br />
sin esperar recompensa, ni<br />
reconocimiento humano; por<br />
aquellos cuya vida y entero ser<br />
gira en torno a la gran necesidad<br />
de las almas y la gran comisión<br />
de Cristo; por aquellos que nada<br />
estiman su vida y la ponen al<br />
servicio de Dios; por aquellos<br />
que dan sin reservas para la<br />
salvación de las almas, tiempo,<br />
aliento, dinero. Estos son los<br />
verdaderos testigos de Cristo,<br />
estos son los que mantienen la<br />
luz ardiendo, estos son la sal de<br />
la tierra, estos son los que Cristo<br />
necesita, estos son los que están<br />
aprovechando los últimos rayos<br />
de luz de este momento final.<br />
Aquellos que son menos que<br />
esto son caricaturas de cristianos,<br />
son lámparas escondidas,<br />
son sal desvanecida, son talentos<br />
enterrados, son obreros<br />
ociosos, son vírgenes dormidas,<br />
son nubes sin agua, son árboles<br />
sin fruto, son estrellas erráticas;<br />
quienes merecidamente serán<br />
lanzados a las tinieblas de afuera<br />
con la severa sentencia: “Apartaos<br />
de mí, malditos, al fuego eterno preparado<br />
para el diablo y sus ángeles” (Mateo<br />
25:41).<br />
Hermano, si el Cristo de la<br />
gloria te visitare en tu hogar ¿le<br />
darías de tu pan y de tu agua?,<br />
¿le darías tu vestido y tu habitación?,<br />
¿le darías tus atenciones,<br />
tus servicios y tu dinero? Pienso<br />
que sí.<br />
Todo lo que hagas en bien de<br />
las almas perdidas, por quienes<br />
Cristo murió en la cruz, lo harás<br />
por Cristo. Y Cristo te dice: “De<br />
cierto os digo que no hay ninguno que<br />
haya dejado casa, o hermanos, o hermanas,<br />
o padre, o madre, o mujer, o hijos, o<br />
tierras, por causa de mí y del Evangelio,<br />
que no reciba cien veces más ahora en<br />
este tiempo… y en el siglo venidero la<br />
vida eterna” (Marcos 10:29, 30).<br />
¿Cómo te presentarás delante<br />
del Señor, habiendo desatendido<br />
el clamor de las almas en<br />
esta hora crucial? ¿Qué excusas<br />
presentarás? No habrá excusas.<br />
El capitán de un yate quería<br />
la gloria de ganar el premio en la<br />
regata. En plena competencia alguien<br />
le gritó que uno de sus marinos<br />
había caído al agua, pero el<br />
yate siguió avanzando y ganó el<br />
premio; pero el marino pereció.<br />
El capitán afirmaba que no había<br />
escuchado el aviso, pero dentro<br />
de su conciencia sabía que no<br />
había querido detener la marcha<br />
para alcanzar el premio. Acosado<br />
por la conciencia comenzó<br />
a perder el apetito y el sueño, y<br />
pronto estuvo dependiendo de<br />
calmantes y drogas. Con los nervios<br />
destrozados buscó auxilio<br />
psiquiátrico, terminando en un<br />
manicomio, y se pasaba todo<br />
el tiempo realizando labor de<br />
salvamento a un náufrago imaginario.<br />
Un doctor comentó: Si<br />
hubiera socorrido al marino, no<br />
estaría ahora de día y de noche<br />
en esa labor infructuosa.<br />
Amigo, aunque no ganes el<br />
premio que ofrece la escuela, o<br />
la universidad, o el gobierno, o<br />
el concilio; no desatiendas la llamada<br />
de auxilio que te hacen las<br />
almas perdidas en el mar tempestuoso<br />
del pecado. Todavía<br />
el día dura. ¡Ahora o nunca! “La<br />
noche viene, cuando nadie podrá trabajar”<br />
(Juan 9:4).<br />
Estamos en la encrucijada<br />
del tiempo, las tinieblas se ciernen<br />
sobre toda la humanidad, la<br />
sombra del anticristo y de los juicios<br />
de Dios se proyectan sobre<br />
todo el mundo. Pronto terminará<br />
toda oportunidad. Es ¡ahora o<br />
nunca!<br />
Iglesia de Jesucristo suéltate<br />
las ataduras, levántate, resplandece,<br />
evangeliza, gana almas<br />
para Cristo en el ocaso del día de<br />
la gracia u<br />
octubre 2013 41