1963 América • 1963 Europa • 1981 Oceanía • 1984 África • 1989 Asia La Iglesia ante la Venida de Cristo “Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la Palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una Iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.” Efesios 5:25-27. Rev. Álvaro Garavito DESDE el nacimiento de la Iglesia siempre se ha hablado de que Cristo viene pronto a la Tierra. Millones de personas en todo el mundo, durante dos mil años de historia cristiana, han oído en diferentes medios que Cristo viene pronto, que viene a llevar una Iglesia que está diseminada por toda la Tierra. Por supuesto, aún hay burladores que ya no predican ni quieren escuchar que Cristo 42 Impacto evangelístico
DEVOCIONAL viene a la tierra; pero así como hay burladores, hay un pueblo que le está esperando. Ojalá sucediera, ahora mismo, que Su pueblo se vaya con el Señor al cielo en el Rapto de la Iglesia. La Palabra de Dios nos dice, en Efesios 5:26 y 27, acerca de cinco características que la Iglesia debe tener para subir al cielo, y dice: “Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la Palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una Iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.” 1°. La primera característica, es que no somos un pueblo cualquiera. El pueblo que va a subir en el Rapto, el pueblo que está esperando al Señor, no es una religión, no son religiosos, no es grupo religioso social; es un grupo de hombres y mujeres diseminados por toda la Tierra, que han lavado sus ropas, sus almas y sus vidas en la sangre de Cristo, y cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. Por lo tanto, no es un pueblo cualquiera. 2°. La segunda característica, es que Cristo se llevará una Iglesia gloriosa y digna de honor y de alabanza. La Iglesia primitiva fue llena de esa gloria y fueron dignos de alabanza, dignos de honor. 3°. La tercera característica de esta Iglesia que subirá un día con el Señor, es que es una Iglesia sin mancha. En el libro de Apocalipsis 3:4, se nos dice que todo el que no está manchado es digno. Solamente es digno, el que se ha emblanquecido en la sangre del Cordero. En Apocalipsis 22:14, dice: “Bienaventurados los que lavan sus ropas”, y el capítulo 3 verso 4 nos dice: “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras”. Ellos andarán conmigo dice el Señor, en vestiduras blancas, porque son dignos. 4°. La cuarta característica es una Iglesia sin arrugas. Y la palabra arruga es el pliegue que se deforma, es el pliegue deforme o irregular, que se hace en la ropa o en cualquier tela flexible. Todos tenemos que planchar nuestra ropa para colocárnosla. Cada persona sabe que debe usar una plancha para su ropa y para otras cosas en que se forman pliegues, que deforman el carácter y la forma de la pieza de tela. Pero el Señor también dice que su Iglesia será sin arrugas. 5°. Por otro lado, la quinta característica de la Iglesia que La palabra santo, viene de una raíz griega que significa consagrado, apartado para Dios. El pueblo que se va a ir con el Señor no puede estar cogiendo la corriente del mundo. Porque el que ama al mundo, se constituye en un enemigo de Dios; pero el que ama a Dios se tiene que volver enemigo del mundo. se va al Cielo, nos lo dice la Palabra de Dios en 2 Corintios 6:17-18 y 7:1, que habla de la santidad. Esta es la característica de los buenos cristianos. La palabra santo, viene de una raíz griega que significa consagrado, apartado para Dios. El pueblo que se va a ir con el Señor no puede estar cogiendo la corriente del mundo. Porque el que ama al mundo, se constituye en un enemigo de Dios; pero el que ama a Dios se tiene que volver enemigo del mundo (Santiago 4:4). En el libro de 1 Pedro 1:15 y en Hebreos 12:14, la Palabra nos dice, que sin paz y sin santidad nadie vera al Señor. La Iglesia que espera a Cristo no es cualquier pueblo, no es un pueblo rebajado. La Iglesia del Señor no está en oferta, ni está de rebaja, porque la Iglesia del Señor es de primera clase. En 1 Pedro 2:9, leemos: “Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. En el cielo no podrá entrar cosa inmunda, porque lo inmundo es sucio, asqueroso e impuro. La Iglesia que se va con el Señor, es una Iglesia santa por dentro y por fuera y en toda vuestra manera de vivir. Por eso, en los altares no se necesita ministros fríos y apáticos, hombres que llegan a dormir a los altares. Se necesitan hombres despiertos que oren a la voz de Dios, que transmitan al pueblo la Palabra, la Palabra revelada del cielo. Por último, en 2 Pedro 3:9-14 y en Apocalipsis 21:27, la Palabra nos dice: “No entrará en ella, ninguna cosa inmunda”. Y ya vimos que la definición de la palabra inmundo es sucio, asqueroso, impuro. Por lo tanto, no entrará al Cielo cualquier tipo de creyente, sino solamente aquellos que están inscritos en el libro de la vida. El pueblo que se va con el Señor, ¡es un pueblo santo! No puede ser un pueblo torcido, no puede ser un pueblo manchado, no puede ser un pueblo arrugado; es un pueblo glorioso, que conserva la gloria de la presencia de Dios. Amén u octubre 2013 43