comparación entre marcadores microbianos - Inia
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20 M.D. CARRO<br />
que presenta una menor precisión, pero que requiere un equipo menos costoso y más fácil<br />
de manejar (Proksch, 1972). Otro inconveniente del 15 N es el alto precio del isótopo, el<br />
cual varía en función del enriquecimiento de la fuente. Por ejemplo, 1 g de 15 NH 4 Cl (Sigma-Alldrich<br />
Química, S.A.) con un enriquecimiento del 98 y del 10 % cuesta aproximadamente<br />
40.000 y 1.800 pesetas, respectivamente. La cantidad mínima necesaria para<br />
marcar los microorganismos ruminales suele ser de 80 mg de 15 N por cada 100 g de N en<br />
la ración, por lo que el uso del 15 N en estudios in vivo se ve limitado en muchos casos por<br />
razones económicas. Sin embargo, estas razones no limitan su uso en estudios in vitro, en<br />
los que la cantidad necesaria es mucho menor (1 g de 15 NH 4 Cl con un enriquecimiento<br />
del 98 % permite realizar varios experimentos in vitro, dependiendo del número de tratamientos<br />
y de réplicas). En cualquier caso, el 15 N es uno de los métodos más seguros y fiables,<br />
y es recomendado como uno de los métodos de elección para determinar la síntesis<br />
de proteína microbiana (Broderick y Merchen, 1992).<br />
Los resultados obtenidos en los diferentes estudios en los que se han comparado el 15 N<br />
y las purinas son contradictorios. Pérez et al. (1996a) observaron que los valores de síntesis<br />
microbiana en ovejas que recibían heno de alfalfa suplementado con diferentes cantidades<br />
de cebada (0, 220, 400 y 550 g/día) eran <strong>entre</strong> un 14 y un 22 % menores cuando se utilizaban<br />
las purinas como marcador que cuando se utilizaba 15 N. De acuerdo con estos resultados,<br />
Calsamiglia et al. (1996) observaron que las purinas subestimaban la síntesis microbiana<br />
<strong>entre</strong> un 1yun18%,encomparación con el 15 N, en fermentadores continuos que recibían<br />
una ración basal suplementada con diferentes concentrados proteicos. Por el contrario,<br />
Carro y Miller (1999a) obtuvieron valores <strong>entre</strong> un 15 y un 17 % mayores con purinas que<br />
con 15 N al determinar la síntesis microbiana en un fermentador semicontinuo al que se le<br />
administraba una ración basal con un contenido mínimo de purinas (pared celular suplementada<br />
con cuatro fuentes nitrogenadas diferentes). De forma similar, Tejido et al. (2001)<br />
observaron que las purinas sobreestimaban la síntesis microbiana <strong>entre</strong> un 19 y un 47 %<br />
comparadas con el 15 N cuando ambos <strong>marcadores</strong> se utilizaron para cuantificar el crecimiento<br />
microbiano in vitro sobre sustratos que no contenían purinas (almidón y celulosa).<br />
Carro y Miller (1999a) y Tejido et al. (2001) atribuyeron los mayores valores obtenidos con<br />
las purinas a una pérdida de purinas en el proceso de aislamiento de los extractos bacterianos,<br />
tal y como ya ha sido comentado anteriormente. Otros autores (Cecava et al., 1991)<br />
han observado también una sobreestimación de la sínteis microbiana con las bases púricas<br />
en estudios in vivo, y la han atribuido al efecto de las purinas del alimento que no son degradadas<br />
en el rumen. A pesar de las diferencias obtenidas en los valores absolutos de síntesis<br />
microbiana en los diferentes estudios, en los trabajos de Pérez et al. (1996a) y Carro y<br />
Miller (1999a) se observó una correlación significativa <strong>entre</strong> los valores obtenidos para<br />
cada ración con los dos <strong>marcadores</strong>, si bien esta relación no fue significativa en los trabajos<br />
de Calsamiglia et al. (1996) y Tejido et al. (2001).<br />
35<br />
S<br />
De forma similar a la descrita para el 15 N, el 35 S se infunde en el rumen en forma de<br />
sales (principalmente Na 2<br />
35<br />
SO 4 ) y es incorporado a la proteína de los microorganismos a<br />
través de la síntesis de novo de aminoácidos azufrados (cistina y metionina), aunque también<br />
puede incorporarse a otros compuestos azufrados como la coenzima A (Broderick y<br />
Merchen, 1992). Los protozoos son marcados indirectamente cuando engullen y digieren