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¿Qué recuerda de su padre frente a la dirección de
Comfenalco?
Gloria Medina Martínez: Primero que todo, quiero decir que
me siento orgullosa de ser hija de ese gran hombre que
fue Augusto E. Medina. Recuerdo cuando la Caja inició en
la carrera Cuarta entre calles 10 y 11, donde hoy funciona
el Centro Empresarial de la Cámara de Comercio. Allí estaban
Fenalco y Comfenalco y mi papá era el Director de
las dos entidades.
Fue un hombre visionario en la parte empresarial; estando
ahí, se empezó a ofrecer la parte de salud para los trabajadores
con consultorios médicos y odontológicos y
cuando ya quedó pequeño el edificio, empezó a buscar,
acompañado del Consejo, un punto estratégico donde
construir una sede moderna y fue cuando se encontró el
terreno (que en la época era lejos del centro), el sitio que
actualmente ocupa.
El arquitecto fue Manuel Lagos y, sin duda alguna, no se
equivocó mi papá, cuando pensó que éste sitio iba a ser un
punto estratégico de la ciudad, en materia de desarrollo.
Construida la sede, los servicios se ampliaron; algo a lo
que también le apostó mi papá fue a la educación y creó
el Colegio Comfenalco en 1972, ubicado en la calle 14, que
aún pertenece a la Caja. Lo que más recuerdo indudablemente
es que él siempre estaba pendiente del bienestar
de los empleados, le preocupaba la parte humana de ellos
y fue una bandera que siempre lo acompañó. Estando en
el ejercicio de la Dirección, fue concejal de Ibagué, alcalde
y representante a la Cámara.
Sabiendo que su papá fue un hombre correcto en todo
el sentido de la palabra, que nunca se vio envuelto en
escándalos durante la dirección de la Caja, ¿qué aconsejaría
a las nuevas generaciones que aspiran dirigir
la institución?
G.M.M.: Que siempre actúen bajo los principios de honestidad
y transparencia, que siempre tengan muy claro el objetivo
de la Caja de Compensación, que es el bienestar de
los trabajadores. Si bien es cierto que la política existe, se
debe utilizar para obtener beneficios generales y no particulares
que afecten la institución.
¿Usted cree que algún otro director logre estar al frente
de ese cargo todo el tiempo que estuvo su papá?
G.M.M.: Pienso que es difícil, no porque no haya personas
capaces, sino por la misma dinámica del sistema de las Cajas,
que actualmente es diferente a lo que era hace 30 años.
¿Cómo ve usted a Comfenalco?
G.M.M.: Yo siento mucho la Caja, porque nací aquí. He visto
que han pasado cosas que no debieron ocurrir: malos manejos,
malas administraciones, una intervención que duró
seis años y que hizo mucho daño a la entidad. Actualmente,
está en manos de una persona que conoce mucho de ella
y tiene un norte claro y un Consejo que está conformado
por personas idóneas que saben adónde van.
¿Si por un momento su papá pudiera volver y ver a
Comfenalco hoy, qué cree usted qué pensaría?
G.M.M: Pienso que la vería mucho más grande en servicios,
en infraestructura y en afiliados. Pero pienso que le
dolería ver que la parte de salud no está funcionando bien
y que el supermercado ya no existe, pues para él el tema
de la canasta familiar era muy importante. Creo que le alegraría
ver cómo el colegio se transformó y hoy tiene unas
instalaciones maravillosas al servicio de los hijos de los trabajadores.
Y, definitivamente, pensaría que la semillita que
sembró, creció y se convirtió en un árbol grande y fuerte
al servicio de Ibagué y el Tolima.
55 años
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