Medio siglo anillando aves para la ciencia - SEO/BirdLife

50 años de anillamiento científico
Entrevista con Jeremy Greenwood, director en los últimos veinte años de la BTO
“El avance de la ornitología en España ha sido
radical, tanto en calidad como en cantidad”
Monrós y Pastor
Josefina
Maestre
Jeremy Greenwood ha sido la cabeza visible, durante las dos últimas décadas, de una de las organizaciones
ornitológicas de referencia mundial, la Fundación Británica de Ornitología (BTO). Recién
dejado su puesto de director, el pasado mes de noviembre acudía a los XV Encuentros de Anilladores
de España, para ofrecer una conferencia magistral sobre la ornitología europea. Los que le
escucharon pudieron percibir su entusiasmo por la labor de los aficionados a las aves, capaces de,
con su esfuerzo -tal y como señala en esta entrevista- proveer de pruebas que ayudan a cambiar
la opinión pública y las políticas de Gobierno.
Jeremy Greenwood
en los XV
Encuentros de
Anilladores.
LG.: Desde el punto de vista ornitológico, ¿qué hitos
destacaría en su trayectoria profesional o su experiencia
personal, ya sea dentro o fuera de la Fundación
Británica de Ornitología (BTO)?
JG.: En lo personal ha habido tres puntos de inflexión.
El primero fue ir a la Universidad de Oxford a estudiar
la licenciatura. Eso me permitió beneficiarme de
las enseñanzas de ilustres expertos como el ornitólogo
David Lack, el etólogo Niko Tinbergen, el ecólogo
Charles Elton y el biólogo evolutivo Arthur Cain. También
me permitió conocer a los jóvenes investigadores
del Instituto Edward Grey de Ornitología de Campo y
me puso en contacto con la Fundación Británica de
Ornitología (BTO), que entonces tenía su oficina en
Oxford, y por ende con el mundo de los aficionados a
la ornitología en serio. Es más, el ambiente de Oxford
me impulsó a llevar a cabo mi primera investigación
ornitológica durante mis vacaciones.
El segundo punto de inflexión se dió cuando dos entusiastas
aficionados me preguntaron si podían unirse a
una expedición de estudiantes a Groenlandia que yo estaba
organizando. Trabajar con ellos reavivó mi interés
en la investigación ornitológica ya que, por entonces,
yo había derivado hacia la genética poblacional de los
caracoles, y las aves no eran para mi más que un entretenimiento,
algo que observar en mi tiempo libre.
El tercer punto de inflexión fue ser nombrado director
de la BTO, que es el mejor trabajo del mundo en ornitología.
Se trabaja con un equipo de miles de aficionados
y decenas de profesionales (unos cien, en este
momento) plenos de entusiasmo y capacidad. Es más,
están llevando a cabo una labor que no sólo está en la
punta de lanza de la ciencia sino que también beneficia
enormememente a la conservación de la naturaleza
al aportar bases científicas para el desarrollo de
políticas públicas ambientales.
La Fundación ha sido una de las organizaciones pioneras
en el mundo en el anillamiento de aves como
fuente de valiosa información para comprender los
movimientos y los parámetros de población. ¿Han
cambiado de alguna manera las premisas de esta actividad,
ya sea cualitativa o cuantitativamente, desde
que los anillamientos empezaron hace 74 años?
Así es. El anillamiento se desarrolló, por supuesto,
en Gran Bretaña y en otras partes como una herra-
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