Medio siglo anillando aves para la ciencia - SEO/BirdLife

50 años de anillamiento científico
Anillar para conservar: nuevas perspectivas
Javier de la Puente
Bigotudo recién anillado.
Hace ya más de un siglo que el anillamiento
alimenta el conocimiento ornitológico.
Anillar y recuperar aves marcadas
ha permitido conocer muchos
detalles sobre cuestiones tan relevantes
como migración, uso del espacio,
dispersión, supervivencia, etc. La posibilidad
de obtener datos morfométricos
ha resultado de gran interés para,
entre otras disciplinas, la ecomorfología
o la taxonomía. En consecuencia,
la ornitología -como ciencia- tiene en
el anillamiento uno de sus pilares, y la
mejor prueba de ello es el enorme volumen
de material que se publica cada
año derivado del trabajo de los anilladores.
Pero otra cuestión es cómo se
puede aplicar directamente todo ese
conocimiento a la conservación de las
aves y de sus hábitats.
SEO/BirdLife
Ricardo Gómez Calmaestra
Dirección General para la Biodiversidad.
Ministerio de Medio Ambiente
Nadie discute que el anillamiento
contribuye al conocimiento sobre
el que se fundamentan las políticas de
conservación. Sin embargo, la percepción
general es que la contribución directa del
anillamiento a la conservación no es todo
lo relevante que podría ser. Expresado
desde el punto de vista de un anillador,
reconforta observar que el resultado de
tu esfuerzo da lugar a una mejora del conocimiento
sobre las aves; pero también
reconfortaría, y mucho, si esa labor se
plasmara en medidas y acciones de conservación
concretas.
Actividad de anillamiento.
Por supuesto, esto no significa que
los datos procedentes del anillamiento no
hayan resultado relevantes ante determinados
problemas recientes (un ejemplo
es la gripe aviar). El anillamiento puede
dar mucho a la conservación y, por ello,
sería muy conveniente analizar y considerar
sus resultados en este ámbito. La
completa informatización de los datos
históricos de esta actividad en España
–que avanza poco a poco– jugará aquí un
papel importante, sin duda.
Herramientas de conservación
Para afianzar este vínculo entre anillamiento
y conservación la pregunta que se plantea
es ¿por qué no presentar a la sociedad
los resultados del anillamiento directamente
relacionados con algunos de los actuales
problemas de conservación? Para ello,
hay que poner a disposición del gestor,
en el momento adecuado, la información
más idónea. Y es aquí donde la Dirección
General para la Biodiversidad tiene una posición
privilegiada, ya que este órgano del
Ministerio de Medio Ambiente mantiene la
principal base de datos española de anillamiento
(a través de la Oficina de Especies
Migradoras, gestionada por SEO/BirdLife).
Algunas ideas preliminares ya han
surgido, y el objetivo es incorporar las que
resulten factibles entre las tareas propias
de la Oficina de Especies Migradoras. Así,
a modo de ejemplo, los resultados del anillamiento
pueden permitir detectar con
rapidez y precisión las especies exóticas,
ofreciendo la posibilidad de informar con
presteza al gestor (es decir, a las comunidades
autónomas), lo que posibilitaría su
pronta actuación. También podrían facilitar
la valoración del impacto del cambio
climático sobre las aves, permitiendo determinar
áreas o especies críticas y actuar
en consecuencia. Y no debe olvidarse
que, junto a los censos de aves acuáticas
invernantes, estos datos podrían ser de
gran utilidad para valorar el riesgo de gripe
aviar en los humedales españoles.
En pocas palabras, se trata de idear
métodos de transmisión de los resultados
del anillamiento al gestor para facilitar su
acción, con objeto de solventar problemas
de conservación concretos. Huelga decir
que, en esta etapa temprana en la que
estamos, toda nueva idea, independientemente
de su origen (anilladores, gestores,
ornitólogos, etc.) será bienvenida.
En este esfuerzo de coordinación entre
administraciones, la Oficina de Especies Migradoras
deberá jugar un papel crucial. Pero
hay que tener muy presente que la base de
todo este sistema de transmisión de información
será la labor y el compromiso de los
anilladores, gracias a cuyo esfuerzo –cuando
cristalicen finalmente estas ideas– podrán
ponerse en marcha acciones de conservación
concretas. Y, al final, lo que se
espera es que esta participación directa en
la conservación de las aves y sus biotopos
constituya un mayor estímulo, si cabe, para
el anillamiento en España. Anillar para conocer
y, al tiempo, anillar para conservar.
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