Robocup World Cup 2012 - Facultad de Ingeniería - UNAM

Mediante el uso de tecnologías de la comunicación
y la información, como Skype, la videoconferencia
y la enseñanza interactiva, los
estudiantes y profesores trabajaron de forma
colaborativa en el desarrollo de la línea conceptual
del proyecto, es decir, planearon la
misión, las órbitas y realizaron las primeras
configuraciones de la plataforma. En una segunda
etapa, los estudiantes de nuestra Facultad
trabajarán en el desarrollo de varios de
los subsistemas del microsatélite, se realizará
el análisis financiero y se buscará obtener fondos
para la fabricación del prototipo por parte
de instituciones como el Conacyt, el Instituto
Nacional de Ecología, la Conabio, etcétera.
El doctor Santillán destacó que con el proyecto
Quetzal se buscará crear una plataforma
metodológica para el desarrollo de tecnología
satelital que permita a la UNAM participar
en otros proyectos de envergadura nacional
y mundial. Además, generarán artículos
científicos relacionados con esta iniciativa y
se buscarán otras oportunidades de colaboración
con el MIT, agregó.
El doctor Paulo Lozano dijo que son pocas las
colaboraciones de este tipo que el MIT entabla
con otras universidades del mundo y, con este
proyecto, la UNAM entra a formar parte de
ese selecto grupo. Recalcó que el 50 por ciento
de los ingresos del MIT se obtienen gracias
a las investigaciones que realizan para la industria
y el gobierno estadounidense, especialmente
para la NASA, el Departamento de
Defensa y la National Foundation Science.
En el MIT, dijo, se desarrollan diferentes líneas
de investigación en tecnología espacial,
área que ha tenido un fuerte impacto en las
decisiones políticas y económicas del gobierno
de los Estados Unidos. Y con la renovada
intención de la NASA de volver a impulsar el
desarrollo tecnológico, acción que se había
dejado de lado en los últimos años, quieren
incursionar en nuevas áreas de oportunidad,
como el monitoreo del cambio climático global
y el desarrollo de microsatélites.
En su turno, el doctor Alvar Saenz-Otero detalló
que el microsatélite, además de cumplir
con todas las regulaciones en materia de telecomunicaciones,
deberá tener la capacidad de
recorrer toda la ciudad en el lapso de un día,
un peso máximo de 50 kilogramos y un volumen
de 50 x 50 x 60 centímetros, emplear
páneles solares como fuente de energía, y estar
fabricado con materiales que le permitan
resistir los cambios drásticos de temperatura
y medio ambiente a lo largo de un año, tras
el cual se hará una recolección de datos almacenados
en su interior.
Posteriormente, cada uno de los estudiantes
presentó sus avances; por parte de nuestra
Facultad expusieron Erika Patricia Castruita
y Antonio Francisco Zamora, del posgrado
en ingeniería mecánica, Rigoberto Reyes, Sahel
Iskander Flores, Ángel Mancilla, Manuel
Méndez, Eric Adrián Tejada, Mario Óscar
Domínguez, Jesús Antonio Serna, Miguel Serrano,
Daniel Muñoz, Luis Eric Pérez y Juan
Andrés Pérez, de las carreras de ingenierías
eléctrica electrónica, mecatrónica, mecánica,
en telecomunicaciones, y en computación.
Por el MIT expusieron Koki Ho, Evan Wise,
Hal Schmidt y Richard Shreffler, tres de ellos
se enlazaron vía videoconferencia.
Gaceta Digital FI • No. 1 • Enero, 2012
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