DiVERSiDAD DE honGoS MiCoRRÃziCoS ... - Interciencia
DiVERSiDAD DE honGoS MiCoRRÃziCoS ... - Interciencia
DiVERSiDAD DE honGoS MiCoRRÃziCoS ... - Interciencia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Diversidad de hongos micorrízicos<br />
arbusculares (HMA) y potencial micorrízico<br />
del suelo de una sabana natural y una sabana<br />
perturbada de La Gran Sabana, Venezuela<br />
Milagros Lovera y Gisela Cuenca<br />
RESUMEN<br />
Los efectos beneficiosos de las micorrizas arbusculares (MA)<br />
son bien conocidos, especialmente en la nutrición mineral de las<br />
plantas y en la protección contra agentes patógenos del suelo,<br />
entre otros. Si bien el 80% de las plantas terrestres son capaces<br />
de formar micorrizas, se considera que dicha asociación no tiene<br />
especificidad taxonómica. Sin embargo, evidencias recientes han<br />
mostrado que la diversidad de hongos MA (HMA) puede influir<br />
en la productividad y diversidad de las comunidades vegetales,<br />
así como en las relaciones competitivas y funcionamiento general<br />
de los ecosistemas naturales. Por otra parte, existen evidencias<br />
de que la diversidad de HMA sufre un impacto severo con las<br />
perturbaciones y algunas especies parecen ser más susceptibles<br />
que otras ante las actividades humanas. El objetivo del presente<br />
trabajo es comparar la diversidad de micorrizas y el potencial<br />
micorrízico del suelo de una sabana natural de La Gran Sabana,<br />
estado Bolívar, Venezuela, y una sabana perturbada adyacente,<br />
haciendo un inventario exhaustivo de las esporas de HMA<br />
presentes a lo largo del año, en el perfil del suelo y utilizando<br />
potes “trampa”. Los resultados muestran la existencia de una<br />
elevada diversidad de especies de HMA en la sabana natural,<br />
muchas de las cuales parecen ser especies nuevas, y señala la<br />
alta vulnerabilidad de ciertos géneros de HMA como son Scutellospora<br />
y Gigaspora ante las perturbaciones. El cambio en la<br />
composición de especies pudiera estar implicado en la escasa<br />
recuperación y el tipo de vegetación a establecerse en estas sabanas<br />
después de una severa perturbación.<br />
Introducción<br />
as micorrizas arbusculares<br />
(MA) han sido estudiadas<br />
intensamente en los<br />
últimos años y actualmente son indiscutibles<br />
sus efectos en la nutrición mineral de<br />
las plantas, especialmente en la captación<br />
de elementos de escasa movilidad en el<br />
suelo como P, Cu y Zn, y en la protección<br />
contra agentes patógenos (Smith y<br />
Read, 1997).<br />
Si bien se considera que<br />
aproximadamente el 80% de las plantas<br />
pertenecen a familias capaces de formar<br />
MA (Trappe, 1987), aparentemente no<br />
existe especificidad taxonómica; es decir,<br />
cualquier planta hospedera puede establecer<br />
la simbiosis con cualquiera de las 200<br />
especies de hongos micorrízicos arbuscula-<br />
res (HMA) descritas hasta el presente. Sin<br />
embargo, evidencias recientes obtenidas con<br />
técnicas moleculares (Vandenkoornhuyse et<br />
al., 2002) indican que las plantas son colonizadas<br />
preferencialmente por ciertas especies<br />
de HMA en base a sus efectos diferenciales<br />
sobre el crecimiento vegetal. Aunque<br />
esta especificidad no es absoluta, puede influir<br />
de un modo importante, no solo en la<br />
productividad de las comunidades vegetales<br />
(van der Heijden et al., 1998) sino también<br />
en la diversidad, relaciones competitivas y<br />
funcionamiento general de los ecosistemas<br />
naturales. Tomando esto en consideración,<br />
una disminución de la diversidad de HMA<br />
podría reducir la velocidad de recuperación<br />
de los ecosistemas perturbados y determinar,<br />
en cierta medida, la composición de<br />
especies de la comunidad vegetal a establecerse<br />
luego de una perturbación.<br />
Dado que la morfología<br />
de la colonización micorrízica que se<br />
produce en las raíces de las plantas es de<br />
escaso valor taxonómico (Brundrett et al.,<br />
1996; Merryweather y Fitter, 1998), la<br />
taxonomía de los HMA se basa fundamentalmente<br />
en la morfología de sus esporas:<br />
forma, color, tamaño, grosor, tipo y naturaleza<br />
de las paredes que la constituyen, conexión<br />
hifal, ornamentaciones, etc. (Smith<br />
y Read, 1997), utilizándose la densidad de<br />
esporas de HMA (número de esporas/100g<br />
de suelo), como una medida de la importancia<br />
de las distintas especies de HMA en<br />
los suelos. Sin embargo, debido a las diferencias<br />
existentes en la capacidad de esporulación,<br />
ese parámetro no necesariamente<br />
refleja la abundancia real de las diversas<br />
especies de HMA. Recientemente, con el<br />
advenimiento de las técnicas de biología<br />
PALABRAS CLAVE / Diversidad / Esporas / Micorrizas Arbusculares / Potencial Micorrízico / Sabanas Degradadas /<br />
Recibido: 01/06/2006. Aceptado: 11/01/2007.<br />
Milagros Lovera. Licenciada en Biología, Universidad Simón Bolívar, Venezuela. Profesional<br />
Asociado, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Dirección: Centro de Ecología, IVIC. Apartado 21827, Caracas<br />
1020A, Venezuela. e-mail: mlovera@ivic.ve<br />
Gisela Cuenca. Licenciada en Biología, Universidad Central de Venezuela. Doctora en Ecología,<br />
IVIC, Venezuela. Investigador, IVIC, Venezuela. e-mail: gcuenca@ivic.ve<br />
108 0378-1844/07/02/108-07 $ 3.00/0<br />
FEB 2007, VOL. 32 Nº 2
molecular, se ha comenzado a caracterizar<br />
las diversas especies de HMA presentes en<br />
las raíces de las plantas en base a la comparación<br />
de sus secuencias de ADN (Helgason<br />
et al., 1998), pero el problema de la<br />
significación estadística del muestreo en el<br />
campo con estas técnicas aún dista mucho<br />
de estar resuelto, por lo que la cuantificación<br />
de esporas, aún con sus limitaciones,<br />
sigue siendo la medida de diversidad de<br />
HMA más utilizada.<br />
En trabajos anteriores se<br />
ha mostrado que la diversidad de HMA<br />
sufre un impacto severo con las perturbaciones<br />
y algunas especies parecen ser más<br />
susceptibles que otras frente a las actividades<br />
humanas, como es el caso de Scutellospora<br />
spp. (Cuenca et al., 1998; Picone,<br />
2000; Siqueira et al., 1989). En particular,<br />
en La Gran Sabana, al sureste de Venezuela,<br />
algunas zonas seriamente perturbadas<br />
(préstamos) que fueron resembradas con<br />
Brachiaria decumbens además de fertilizadas<br />
y encaladas, presentaron un incremento<br />
en cuanto al número de esporas de HMA<br />
luego de la resiembra (Cuenca y Lovera,<br />
1992). Sin embargo, su diversidad no se<br />
recuperó al nivel de los ecosistemas naturales<br />
aún después de 7 años de ocurrida la<br />
perturbación (Cuenca et al., 1998).<br />
En la actualidad, en muchos<br />
préstamos este intento de recuperación<br />
ha sido infructuoso, siendo prácticamente<br />
nula su cobertura vegetal. El objetivo del<br />
presente trabajo es contrastar el componente<br />
micorrízico de estas sabanas perturbadas<br />
(préstamos), en las que prácticamente no<br />
se ha recuperado la cobertura vegetal, con<br />
el de la sabana natural adyacente, determinando<br />
el potencial infectivo y la diversidad<br />
de HMA en ambas situaciones. Para evaluar<br />
la composición de especies de HMA<br />
se realizó un inventario exhaustivo en<br />
distintas épocas del año (curso anual) y a<br />
distintas profundidades en el perfil del suelo,<br />
bajo la premisa que los cambios en la<br />
dinámica de las comunidades de los HMA<br />
que se presentan en la sabana perturbada<br />
podrían estar relacionados con su escasa<br />
capacidad de recuperación.<br />
Materiales y Métodos<br />
Sitio de estudio<br />
En las cercanías del aeropuerto<br />
de Luepa (5°47’N y 61°27’O), a<br />
los bordes de la carretera que va desde la<br />
Troncal 10 hasta la Estación Científica de<br />
Parupa (ECP), en La Gran Sabana, estado<br />
Bolívar, Velezuela, se demarcaron un total<br />
de 6 parcelas de 10×30m cada una. De estas<br />
parcelas, tres se marcaron en una sabana<br />
perturbada (préstamo), en la cual los<br />
primeros 50cm de suelo fueron removidos<br />
para la construcción de la carretera aproxi-<br />
madamente 10 años antes<br />
de la realización de este<br />
trabajo. Las otras tres parcelas<br />
se demarcaron en un<br />
área de sabana natural adyacente<br />
dominada por Axonopus<br />
pruinosus y Bulbostylis<br />
paradoxa, entre otras<br />
especies. La precipitación<br />
mensual y la evapotranspiración<br />
para el año de<br />
mediciones se muestra en<br />
la Figura 1, donde se evidencia<br />
un clima estacional<br />
con un período de sequía<br />
de diciembre a marzo.<br />
Análisis de Suelos<br />
Se realizaron análisis de<br />
los suelos tanto de la sabana natural como<br />
del préstamo a distintas profundidades en el<br />
perfil. La materia orgánica fue determinada<br />
por el método de Walkey y Black (Jackson,<br />
1976), los cationes intercambiables (Ca ++ ,<br />
K + , Mg ++ y Na + ) fueron extraídos con una<br />
solución de NH 4 OAc 1M (Thomas, 1982) y<br />
determinados por espectrofotometría de absorción<br />
atómica. La acidez intercambiable<br />
(Al +++ +H + ) fue obtenida utilizando como<br />
solución extractora KCl 1M y determinada<br />
por titulación con NaOH (McLean, 1965).<br />
La textura fue determinada por el método<br />
de Bouyucos (Day, 1965). El P intercambiable<br />
fue extraído por el método de membranas<br />
según Tiessen y Moir (1993) y medido<br />
en el extracto de acuerdo a Murphy y Riley<br />
(1962). El N total fue obtenido por digestión<br />
de la muestra en ácido sulfúrico concentrado<br />
y peróxido de hidrógeno y determinado<br />
posteriormente en un autoanalizador Technicon.<br />
Mediciones realizadas<br />
a- Bioensayo para determinar el potencial<br />
micorrízico (infectividad) de los suelos.<br />
Para realizar este bioensayo se siguió la<br />
metodología propuesta por Plenchette et al.<br />
(1989). Se pregerminaron un total de 100<br />
plántulas de Vigna luteola para cada tipo<br />
de suelo, las cuales se sembraron en conos<br />
plásticos de 80cm 3 llenos con el suelo<br />
a evaluar diluido al 1, 3, 10, 30 y 100%<br />
con el mismo suelo previamente esterilizado<br />
(8kGy). Se sembraron 10 plantas en<br />
cada dilución para cada tipo de suelo para<br />
un total de 200 plantas en todo el bioensayo.<br />
Este procedimiento se llevó a cabo con<br />
los suelos de las parcelas seleccionadas, en<br />
cuatro momentos del año a saber: julio, octubre,<br />
enero y abril, entre 1997 y 1998.<br />
Las plantas se cosecharon<br />
20 días después de la siembra, evaluando<br />
la presencia de colonización micorrízica<br />
mediante la tinción de Phillips y Hayman<br />
Figura 1. Precipitación mensual y evapotranspiración de la Estación<br />
de Kavanayén en La Gran Sabana, durante el período de estudio.<br />
(1970). La presencia de al menos un punto<br />
de entrada o inicio de colonización micorrízica<br />
en la raíz se consideró como un<br />
registro positivo. Los datos se expresaron<br />
como MSI 50 por 100g de suelo seco y están<br />
correlacionados positivamente con el<br />
potencial micorrízico de los suelos.<br />
b- Variaciones anuales de las poblaciones<br />
de esporas de HM. Para inventariar los<br />
HMA presentes se colectaron a lo largo<br />
del año muestras superficiales de suelo (0-<br />
15cm) en cada una de las 6 parcelas demarcadas.<br />
Cada muestra se obtuvo al colectar<br />
al menos 15 paladas de suelo al azar<br />
a través de cada parcela. Las muestras se<br />
guardaron en bolsas plásticas cerradas hasta<br />
su traslado al laboratorio. Transcurridos<br />
menos de 15 días después de la colección<br />
en el campo, las muestras fueron homogeneizadas<br />
cuidadosamente y las esporas<br />
aisladas a partir de 50g de suelo por el<br />
método de tamizado húmedo y decantado<br />
seguido de centrifugación en sacarosa (Sieverding,<br />
1991). Las esporas aisladas fueron<br />
preservadas en azida sódica 0,05% (Morton<br />
et al., 1993) hasta su análisis microscópico.<br />
Se hicieron tres aislamientos de<br />
50g c/u de cada una de las parcelas estudiadas.<br />
Para el estudio de las variaciones<br />
estacionales en las poblaciones de HMA se<br />
colectaron muestras en cuatro épocas del<br />
año, las mismas que para el bioensayo.<br />
Solo las esporas que lucían<br />
intactas y saludables se contaron y<br />
separaron en distintos grupos morfológicos<br />
bajo el microscopio estereoscópico (60×).<br />
De cada morfotipo se preparó una lámina<br />
permanente utilizando alcohol polivinílico<br />
en lactoglicerina (PVLG) como medio<br />
de montaje o PVLG + reactivo de Melzer,<br />
de acuerdo a la metodología sugerida por<br />
Morton et al. (1993). Las esporas fueron<br />
identificadas hasta género y cuando fue<br />
posible hasta especie, utilizando la literatura<br />
especializada. De cada morfotipo se<br />
prepararon láminas de referencia, y se ingresaron<br />
en el herbario de HMA del IVIC.<br />
c- Distribución de las esporas de HMA en<br />
el perfil del suelo. Se estudió la presencia<br />
FEB 2007, VOL. 32 Nº 2 109
Tabla I<br />
Características químicas y físicas de los suelos de la sabana natural y perturbada de Luepa<br />
Tipo de Suelo Prof. (cm) pH (H 2 O) pH (KCl) % MO % N P (µg/g) Textura<br />
Sabana Natural<br />
0-10 5,80 3,97 6,00 0,16 2,07 Franco arenoso<br />
10-20 5,85 4,37 3,10 0,12 0,00 Areno francoso<br />
20-30 6,03 4,46 2,04 0,10 0,00 Franco arenoso<br />
>30 5,88 4,53 1,83 0,07 0,40 Franco arenoso<br />
Sabana Perturbada 0-10 5,43 4,70 2,57 0,09 0,67 Franco arenoso<br />
10-20 5,95 5,15 1,59 0,08 0,00 Franco arcillo arenoso<br />
Cmolc/kg<br />
Tipo de Suelo Prof. (cm) Ca Mg Na K Al +3 H + % SB<br />
0-10 0,07 0,08 0,01 0,05 0,08 0,06 59,54<br />
Sabana Natural 10-20 0,06 0,06 0,02 0,03 0,06 0,02 67,27<br />
20-30 0,03 0,05 0,02 0,03 0,04 0,01 72,56<br />
>30 0,02 0,04 0,01 0,02 0,04 0,01 64,63<br />
Sabana Perturbada 0-10 0,61 0,04 0,01 0,03 0,02 0,01 85,25<br />
10-20 0,07 0,03 0,01 0,02 0,01 0,00 91,08<br />
Tabla II<br />
Infectividad de los suelos de la sabana natural<br />
y la sabana perturbada de Luepa a lo largo del año<br />
de muestreo<br />
de esporas de HMA a lo largo del perfil<br />
de suelo hasta unos 40cm de profundidad<br />
en la época de lluvia (julio) y en la época<br />
de sequía (enero), tanto en la sabana natural<br />
como en el préstamo. Las muestras se<br />
tomaron con un barreno cada 10cm hasta<br />
los 40cm de profundidad, en cada una de<br />
las parcelas previamente demarcadas. Las<br />
muestras se procesaron de manera idéntica<br />
a como se describió en b.<br />
Con los datos obtenidos<br />
en b- y c- se calculó la riqueza de especies,<br />
el índice de diversidad según Whittaker<br />
(1975) y la concentración de dominancia<br />
o Índice de Simpson según Barbour et al.<br />
(1987). Finalmente, las parcelas naturales y<br />
perturbadas se compararon entre sí mediante<br />
el Índice de Similitud de Sörensen (Barbour<br />
et al., 1987).<br />
MSI 50 unidad/100g de suelo seco<br />
jul-97 oct-97 ene-98 abr-98<br />
Sabana Natural 18,52 8,59 21,14 1,42<br />
Sabana Perturbada 0,08 1,32 2,71 0,00<br />
MSI50 unidad/100g de suelo seco: número de unidades MSI 50 (capaces de producir la micorrización<br />
del 50% de las plantas del bioensayo) presentes en 100gr de suelo seco.<br />
Datos determinados de acuerdo al método de Plenchette et al. (1989).<br />
ron semillas pregerminadas de V. luteola, la<br />
cual actuó como hospedero para los hongos<br />
micorrízicos presentes en dichas muestras.<br />
Al cabo de un mínimo de 4 meses y un<br />
máximo de un año, se aislaron las esporas<br />
de HMA presentes en dichos potes utilizando<br />
el método de Sieverding (1991).<br />
Resultados<br />
El suelo de la sabana de<br />
Luepa (Tabla I) es ácido y sumamente bajo<br />
en nutrientes, pero especialmente en P y<br />
bases cambiables, lo que hace que el % de<br />
saturación de bases sea muy bajo. Los datos<br />
del perfil del suelo para la sabana natural<br />
muestran una disminución del contenido<br />
de materia orgánica hacia los estratos más<br />
profundos del perfil. El N presenta valores<br />
medios y los suelos son bien drenados.<br />
La situación de oligotrofia<br />
extrema se acentúa aún mas en el préstamo<br />
(Tabla I), donde prácticamente no existen<br />
nutrientes. Aun puede apreciarse el efecto<br />
del encalado que se aplicó 2 años después<br />
de la perturbación cuando se intentó recuperar<br />
esta zona (Cuenca y Lovera, 1992),<br />
siendo el valor de Ca ++ diez veces superior<br />
d- Reclutamiento de HMA mediante “potes<br />
trampa”. Para complementar el inventario<br />
de especies se prepararon “potes trampa”,<br />
los cuales son cultivos mixtos de HMA obtenidos<br />
a partir del suelo del campo (Bever,<br />
1994). Para ello, parte de las muestras homogeneizadas<br />
se usaron para llenar potes<br />
de 3kg de capacidad en los que se sembraal<br />
de la sabana natural. Otra diferencia notable<br />
entre los dos sistemas es el contenido<br />
de materia orgánica, que en el préstamo es<br />
sumamente bajo, asemejándose a los de las<br />
capas más profundas de la sabana natural.<br />
El Al +++ por su parte, no constituye un problema<br />
en ninguna de las dos condiciones<br />
analizadas.<br />
En la Tabla II se presentan<br />
los datos de infectividad obtenidos<br />
siguendo el método de Plenchette et al.<br />
(1989). En este caso resulta evidente el mayor<br />
potencial micorrízico de la sabana natural<br />
(SN) en contraposición con el préstamo<br />
(P). Los datos, además, indican una mayor<br />
infectividad en enero y julio para SN. Los<br />
valores de infectividad del préstamo fueron<br />
sumamente bajos todo el año, con un ligero<br />
aumento para el mes de menor precipitación<br />
(enero). No se encontraron correlaciones<br />
significativas entre los datos de precipitación<br />
y la infectividad de los suelos.<br />
Del inventario de las especies<br />
de HMA, los resultados más resaltantes<br />
obtenidos son:<br />
El número de esporas de<br />
la sabana natural es bastante bajo a través<br />
de todo el año y muestra un máximo en<br />
abril (Figura 2a). El préstamo presentó una<br />
densidad de esporas aún menor que la sabana<br />
natural, alcanzando su valor mínimo<br />
en enero, cuando la sequía fue máxima. Sin<br />
embargo, a pesar de la ausencia de vegetación,<br />
se encontraron algunas esporas vivas<br />
en estas parcelas en las cuatro fechas de<br />
muestreo. La riqueza y el índice de diversidad<br />
de especies de la sabana natural fueron<br />
superiores a los del préstamo (Figura<br />
2b, c) salvo en julio, cuando los valores se<br />
solaparon. La concentración de dominancia<br />
(Figura 2d) fue mayor para el préstamo en<br />
110 FEB 2007, VOL. 32 Nº 2
comparación con la sabana para todas las<br />
fechas, indicando que en el préstamo la dominancia<br />
está repartida entre un menor número<br />
de especies. Este índice no varió a lo<br />
largo del año de muestreo.<br />
En cuanto a la distribución<br />
de las esporas en el perfil del suelo para la<br />
época de sequía, los resultados se muestran<br />
en la Figura 3. No se hallaron esporas vivas<br />
en el préstamo durante el muestreo realizado<br />
en la época seca, por lo que se muestran<br />
solo los datos relativos a la sabana natural.<br />
El número de esporas colectadas fue bajo<br />
también en este caso y presentó una leve<br />
tendencia a disminuir hacia las capas más<br />
profundas del perfil (Figura 3a). La riqueza<br />
y el índice de diversidad variaron poco a<br />
través del perfil (Figura 3b, c) y la concentración<br />
de dominancia, que arrojó valores relativamente<br />
altos, presentó un valor máximo<br />
entre los 20 y 30cm de profundidad (Figura<br />
3d). En contraste, los valores obtenidos para<br />
la época de lluvia (Figura 4a) muestran una<br />
disminución en el número de esporas para<br />
esta época en relación con la de sequía en la<br />
sabana natural y una franca disminución de<br />
las mismas hacia las capas más profundas<br />
del suelo. En el préstamo las esporas vivas<br />
se encontraron en esta época del año y los<br />
valores no variaron a las dos profundidades<br />
muestreadas. En este caso resultó imposible,<br />
debido a la elevada pedregosidad del terreno,<br />
de hasta 51%, colectar muestras por debajo<br />
de los 20cm de profundidad.<br />
La riqueza de especies en<br />
la época de lluvias no varió apreciablemente<br />
a través del perfil (Figura 4b) pero, en<br />
cambio, el índice de diversidad (Figura 4c)<br />
arrojó su valor máximo para la sabana natural<br />
a los 30cm de profundidad y mostró una<br />
tendencia a aumentar a mayor profundidad.<br />
El préstamo no presentó variaciones en las<br />
dos profundidades a las que se midió esta<br />
variable y tampoco sus valores fueron diferentes<br />
de los de la sabana natural a pesar<br />
de la ausencia de vegetación. Finalmente, la<br />
concentración de dominancia (Figura 4d) fue<br />
claramente mayor para la situación perturbada<br />
y tendió a hacerse mayor hacia la parte<br />
más profunda del perfil en el caso de la sabana<br />
natural.<br />
En la sabana natural se<br />
encontraron en total 29 morfotipos o tipos<br />
de esporas con morfología diferente. De<br />
ellas, la mayoría presentaron caracteres que<br />
no se ajustan a las descripciones publicadas<br />
en la literatura. De hecho, solo se pudieron<br />
identificar 4 de los 29 morfotipos presentes<br />
en las parcelas seleccionadas. La especie<br />
más abundante fue Glomus “marrón hifa<br />
transparente” al cual pertenecían más del<br />
50% del total de esporas colectadas en esta<br />
sabana a lo largo de todo el año de muestreo,<br />
tanto en la parte más superficial del<br />
suelo como en el perfil. En segundo lugar,<br />
con un 25% de abundancia relativa, estuvo<br />
Figura 2. Densidad de esporas (± ES), riqueza de especies (± ES), índice de diversidad y concentración<br />
de dominancia (± ES) de las especies de HMA presentes en la sabana natural y perturbada de Luepa.<br />
Figura 3. Densidad de esporas (± ES), riqueza de especies (± ES), índice de diversidad (± ES) y concentración<br />
de dominancia (± ES) de las especies de HMA en el perfil del suelo en la época de sequía<br />
(enero 1998) en la sabana natural de Luepa.<br />
Figura 4. Densidad de esporas (± ES), riqueza de especies (± ES), índice de diversidad (± ES) y concentración<br />
de dominancia (± ES) de las especies de HMA en el perfil del suelo en la época de lluvia<br />
(julio 1997) en la sabana natural y perturbada de Luepa.<br />
FEB 2007, VOL. 32 Nº 2 111
Figura 6. Distribución porcentual de los géneros<br />
de HMA en la sabana natural y la sabana perturbada<br />
de Luepa.<br />
Figura 5. Aspecto general de los distintos morfotipos de esporas de HMA aislados de la sabana natural<br />
(a-j) y de la sabana perturbada (k-l). a: Glomus “marrón hifa transparente”, b: Entrophospora “crema”,<br />
c: Glomus “amarillo hifa transparente”, d: Glomus “deforme”, e: Glomus “rojo vino”, f: Glomus “ocre<br />
pequeño pared gruesa”, g: Entrophospora colombiana, h: Glomus “manojito enano”, i: Glomus “de Luepa”,<br />
j: Glomus “con esporóforo campana”, k: Acaulospora cf. tuberculata, l: Glomus “mínimo”.<br />
Entrophospora “crema”, la cual probablemente<br />
sea una especie nueva. En total, solo<br />
7 especies de las 29 presentes alcanzaron<br />
abundancias superiores al 1%. Entre ellas se<br />
encuentran (con abundancias relativas entre<br />
2 y 6%) Glomus “amarillo hifa transparente”,<br />
Glomus “deforme”, Glomus “rojo vino”,<br />
Glomus “ocre pared gruesa” y Entrophospora<br />
colombiana. En la Figura 5 (a-g) se<br />
muestra el aspecto al microscopio de las esporas<br />
de estas especies.<br />
En la sabana perturbada<br />
o préstamo, solo se hallaron un total de 12<br />
morfotipos, de los cuales el más abundante<br />
fue Acaulospora cf tuberculata, especie<br />
totalmente ausente en la sabana natural.<br />
Ella constituyó más del 50% de las esporas<br />
colectadas en estas parcelas, seguida<br />
de Glomus “marrón hifa transparente” con<br />
una abundancia de más del 35%. Glomus<br />
“mínimo”, Entrophospora colombiana y<br />
Glomus “deforme” aparecieron con abundancias<br />
entre 2 y 3%, para un total de<br />
solo 5 especies que superaron el 1% de<br />
abundancia relativa. De ellas, sólo Acaulospora<br />
tuberculata y Glomus “mínimo”<br />
no estuvieron entre las más abundantes de<br />
la sabana natural, por lo que se muestran<br />
en la Figura 5 (k-l).<br />
La comparación de ambas<br />
situaciones (Figura 6) resulta de interés.<br />
En ambos casos el sistema está dominado<br />
por esporas del género Glomus<br />
(>70%). Cabe destacar la desaparición de<br />
los géneros Gigaspora y Scutellospora,<br />
los cuales, aunque se encontraron en baja<br />
proporción en la sabana natural (~3%), no<br />
aparecieron en ninguna de las muestras de<br />
la sabana perturbada. En consecuencia, los<br />
géneros Acaulospora y Entrophospora spp.<br />
aumentaron su importancia relativa en la<br />
condición perturbada.<br />
Con la utilización de los<br />
“potes trampa” se detectaron tres especies<br />
que nunca aparecieron en las muestras de<br />
suelo tomadas directamente en el campo.<br />
Las mismas fueron el Glomus “de Luepa”,<br />
el Glomus “con esporóforo campana” y el<br />
Glomus “manojito enano” hallados en la sabana<br />
natural (Figura 5, h-j). Por lo tanto hay<br />
que agregar tres especies más de Glomus<br />
a la lista de 21 morfotipos de este género<br />
ya existentes. El índice de similaridad de<br />
Sörensen arrojó un valor de 0,48 indicando<br />
que ambos sistemas comparten, sin embargo,<br />
casi la mitad de las especies de HMA.<br />
Discusión<br />
Varios aspectos de interés<br />
pudieron ser dilucidados en el presente<br />
trabajo. Uno de ellos es el hecho que en el<br />
préstamo, a pesar de la ausencia de cobertura<br />
vegetal, se pudieron colectar, aunque<br />
en baja proporción, esporas vivas de HMA.<br />
Probablemente este tipo de propágulos sea el<br />
principal responsable de la infectividad del<br />
suelo de la sabana perturbada obtenida en el<br />
bioensayo, dada su capacidad de resistir ante<br />
la ausencia de hospederos.<br />
En la sabana las esporas<br />
se concentran, como es usual, en los primeros<br />
centímetros del perfil. En general,<br />
112 FEB 2007, VOL. 32 Nº 2
el número de esporas vivas encontradas en<br />
las parcelas estudiadas es muy bajo si se lo<br />
compara con otros reportes de la literatura.<br />
En este sentido, Janos (1996) sugiere que en<br />
zonas tropicales húmedas las condiciones<br />
de temperatura y humedad óptimas prevalecientes<br />
favorecen el ataque por parte de<br />
patógenos y depredadores, originando una<br />
disminución en el número de esporas viables<br />
presentes.<br />
Adicionalmente, en la<br />
época de lluvias se presentan condiciones<br />
más favorables para la germinación de las<br />
esporas y, por lo tanto, el número de ellas<br />
que puede ser colectado en el campo tiende<br />
a ser menor (Bever, 1994). Sin embargo,<br />
los presentes resultados en relación al<br />
curso anual de la densidad de esporas, si<br />
bien muestran valores bajos en la época<br />
de lluvia (julio), presentan un número de<br />
esporas aún menor en enero (sequía). Esto<br />
podría estar asociado a la existencia de<br />
dos máximos de esporulación, uno en octubre<br />
y otro mayor en abril, que se vieron<br />
reflejados en el bioensayo como una mayor<br />
actividad micorrízica (germinación de esporas<br />
y en consecuencia una disminución<br />
en su número) en el siguiente muestreo de<br />
enero (sequía) y julio (lluvia), respectivamente.<br />
En el caso del préstamo el único<br />
máximo de esporulación existente parece<br />
tener lugar en octubre, viéndose un leve<br />
aumento del potencial infectivo del suelo<br />
en el siguiente muestreo de enero (sequía).<br />
Estos resultados permitirían especular la<br />
existencia de una pérdida diferencial de especies<br />
de HMA de acuerdo a la estacionalidad<br />
de su esporulación, afectándose particularmente<br />
aquellas que lo hacen en abril,<br />
con la consiguiente disminución del poder<br />
infectivo del suelo de los préstamos en la<br />
época de lluvia.<br />
Una de las hipótesis propuestas<br />
en trabajos anteriores (Cuenca et<br />
al., 1998) supone, que en las áreas perturbadas<br />
no ingresarían nuevas especies de<br />
HMA, o ese reingreso sería muy escaso<br />
debido a la baja capacidad de dispersión de<br />
estos hongos hipógeos. Las esporas encontradas<br />
en las áreas perturbadas serían de<br />
este modo las mismas que se encontraban<br />
en las capas más profundas del suelo luego<br />
de que los estratos superiores fueron removidos.<br />
Aunque en este caso la mayoría de<br />
las especies presentes en el préstamo también<br />
estaban originalmente en la sabana<br />
natural (10 de las 12 especies presentes en<br />
total en el préstamo), se destaca sin embargo<br />
el caso de Acaulospora tuberculata, la<br />
cual nunca fue colectada en la sabana natural<br />
y sin embargo apareció como dominante<br />
en el préstamo y el Glomus “hialino<br />
de pared delgada”, del cual solo se colectó<br />
una espora en el préstamo y ninguna en la<br />
sabana natural. Este resultado coloca a A.<br />
tuberculata como una especie de gran interés<br />
por su adaptabilidad o “preferencia”<br />
por las condiciones perturbadas.<br />
Otro resultado que se<br />
desprende de este estudio es la mayor<br />
susceptibilidad de las Gigaspora y Scutellospora<br />
spp. a las perturbaciones. En un<br />
trabajo previo se señalaron una serie de<br />
especies pertenecientes al género Scutellospora<br />
colectadas en La Gran Sabana,<br />
como muy sensibles a las perturbaciones<br />
(Cuenca et al., 1998). Los resultados obtenidos<br />
en el presente trabajo apoyan esta<br />
presunción, incluyendo a Gigaspora spp.<br />
como un grupo también susceptible ante<br />
las perturbaciones.<br />
En cuanto al inventario<br />
de HMA realizado, éste revela un número<br />
muy elevado de especies de HMA<br />
presentes en un área relativamente pequeña,<br />
sobre todo si se toma en cuenta<br />
que hasta el presente, a nivel mundial, el<br />
número de especies de HMA descritas<br />
no supera las 200.<br />
La gran mayoría de los<br />
HMA colectados en este trabajo no se<br />
ajustan a las características de las especies<br />
descritas en la literatura. Al menos 6 de<br />
las especies colectadas, debido a sus ornamentaciones<br />
y/o características únicas, son<br />
reportadas por primera vez, representando<br />
sin lugar a dudas especies no descritas.<br />
Este hallazgo, reportado por lo demás varias<br />
veces a lo largo de diez años de estudio<br />
de la diversidad de HMA presente en<br />
La Gran Sabana (Walker et al., 1998; Herrera-Peraza<br />
et al., 2001), contrasta con la<br />
idea de la inexistencia de diferencias en la<br />
diversidad de HMA presente en áreas tropicales<br />
y áreas templadas, hecho comúnmente<br />
aceptado en la literatura referente a<br />
los HMA (Allen et al., 1995). Esto podría<br />
deberse al hecho que las áreas tropicales<br />
han sido menos investigadas, dado el menor<br />
número de micorrizólogos que trabajan<br />
en ellas; o bien, podría constituir un caso<br />
particular para la región de La Gran Sabana,<br />
relacionado con el bajo impacto de las<br />
poblaciones humanas en estos ecosistemas<br />
protegidos. Finalmente, una interesante hipótesis<br />
que merece la pena explorar es que<br />
La Gran Sabana, que de por sí posee una<br />
historia geológica única, sea también un<br />
centro de diversificación de este grupo de<br />
organismos. Trabajos futuros deberán focalizarse<br />
hacia el esclarecimiento de tales<br />
supuestos.<br />
En suma, el presente trabajo<br />
muestra la importancia de realizar<br />
muestreos exhaustivos que contemplen las<br />
variaciones estacionales a distintos niveles<br />
de profundidad a través del perfil del suelo,<br />
para describir adecuadamente la diversidad<br />
de HMA presente en un determinado<br />
ambiente. En nuestro caso, a través de este<br />
tipo de muestreo se evidenció a) la alta diversidad<br />
de especies de HMA existente en<br />
la región tropical estudiada, b) el efecto de<br />
las perturbaciones en relación a la pérdida<br />
de diversidad de HMA, y c) la sensibilidad<br />
particular de ciertos géneros, como Scutellospora<br />
y Gigaspora, ante las perturbaciones.<br />
Estos cambios en la composición de<br />
la comunidad de HMA pudieran estar implicados<br />
en la escasa recuperación y en el<br />
tipo de vegetación a establecerse en estas<br />
sabanas perturbadas.<br />
Agradecimientos<br />
Los autores agradecen<br />
a Ricardo Herrera por su contribución en<br />
la descripción taxonómica de los distintos<br />
morfotipos, a Zita de Andrade, recientemente<br />
fallecida y quien participó activamente en<br />
esta investigación, a Erasmo Meneses por<br />
su colaboración en el trabajo de laboratorio<br />
y cuidado de los potes trampa, a Fundacite<br />
Guayana por su apoyo financiero, y a la<br />
Autoridad Gran Sabana, especialmente al<br />
personal de la Estación Científica de Parupa,<br />
sin cuyo apoyo hubiera sido imposible<br />
realizar este trabajo.<br />
REFERENCIAS<br />
Allen EB, Allen MF, Helm DJ, Trappe JM, Molina<br />
R, Rincón E (1995) Patterns and regulation<br />
of mycorrhizal plant and fungal diversity.<br />
En Collins HP, Robertson GP, Klug MJ<br />
(Eds.) The significance and regulation of soil<br />
biodiversity. Kluwer. Dordrecht, Holanda. pp.<br />
47-62.<br />
Barbour MG, Burk JH, Pitts WD (1987) Terrestrial<br />
Plant Ecology. Benjamin/Cummings.<br />
Menlo Park, CA, EEUU. 634 pp.<br />
Bever JD (1994) Feedback between plants and<br />
their soil communities in an old field community.<br />
Ecology 75: 1965-1977.<br />
Brundrett M, Bougher N, Dell B, Grove T, Malajczuk<br />
N (1996) Working with Mycorrhizas in<br />
Forestry and Agriculture. ACIAR. Pirie. Canberra,<br />
Australia. 374 pp.<br />
Cuenca G, Lovera M (1992) Vesicular-arbuscular<br />
mycorrhizae in disturbed and revegetated sites<br />
from La Gran Sabana, Venezuela. Can. J.<br />
Bot. 70: 73-79.<br />
Cuenca G, De Andrade Z, Escalante G (1998)<br />
Diversity of Glomalean spores from natural,<br />
disturbed and revegetated communities growing<br />
on nutrient-poor tropical soils. Soil Biol.<br />
Bioch. 30: 711-719.<br />
Day PR (1965) Particle fractionation and particle<br />
size analysis. En Black CA et al. (Eds.) Methods<br />
of Soil Analysis. Part 1. Physical and<br />
Mineralogical Properties. ASA-SSSA. Madison,<br />
WI, EEUU. pp 545-567.<br />
Helgason T, Daniell TJ, Husband R, Fitter AH,<br />
Young JPW (1998) Ploughing up the woodwide<br />
web? Nature 394: 431.<br />
Herrera-Peraza R, Cuenca G, Walker C (2001)<br />
Scutellospora crenulata, a new species of<br />
Glomales from La Gran Sabana, Venezuela.<br />
Can. J. Bot. 79: 674-678.<br />
Jackson ML (1976) Análisis Químico del Suelo. 3ª<br />
ed. Omega. Barcelona, España. 662 pp.<br />
Janos DP (1996) Mycorrhizas, succession and the<br />
rehabilitation of deforested lands in the humid<br />
FEB 2007, VOL. 32 Nº 2 113
tropics. En Frankland JC, Magan N, Gadd<br />
GM (Eds.) Fungi and environmental change.<br />
Cambridge University Press. Nueva York,<br />
EEUU. pp 129-162<br />
McLean EO (1965) Aluminium. En Black CA<br />
(Ed.) Methods of Soil Análisis. Part 2 Agronomy<br />
ASA-SSSA. Madison, WI, EEUU. 9:<br />
1035-1049.<br />
Merryweather J, Fitter AH (1998) The arbuscular<br />
mycorrhizal fungi of Hyacinthoides non-scripta.<br />
II. Seasonal and spatial patterns of fungal<br />
populations. New Phytol 138: 131-142.<br />
Morton JB, Bentivenga SP, Wheeler WW (1993)<br />
Germ plasm in the international collection of<br />
arbuscular and vesicular-arbuscular mycorrhizal<br />
fungi (INVAM) and procedures for culture<br />
development, documentation and storage.<br />
Mycotaxon 48: 491-528.<br />
Murphy J, Riley JP (1962) A modified single solution<br />
method for the determination of phosphate<br />
in natural waters. Anal. Chim Act 27:<br />
31-36.<br />
Phillips JM, Hayman DS (1970) Improved procedures<br />
for clearing roots and staining parasitic<br />
and vesicular-arbuscular mycorrhizal fungi for<br />
rapid assessment of infection. Trans. Br. Mycol.<br />
Soc. 55: 158-161.<br />
Picone C (2000) Diversity and abundance of arbuscular-mycorrhizal<br />
fungus spores in tropical<br />
forest and pasture. Biotropica 32: 734-750.<br />
Plenchette C, Perrin R, Duvert P (1989) The concept<br />
of soil infectivity and a method for its<br />
determination as applied to endomycorrhizas.<br />
Can. J. Bot. 67: 112-115.<br />
Sieverding E (1991) Vesicular-Arbuscular Mycorrhiza<br />
Management in Tropical Agrosystems.<br />
GTZ. Eschborn, Alemania. 371 pp.<br />
Siqueira JO, Colozzi-Filho A, Oliveira E (1989)<br />
Ocorrencia de micorrizas vesicular-arbusculares<br />
em agro e ecossistemas naturais do estado<br />
de Minas Gerais. Pesq. Agropec. Bras. 24:<br />
1499-1506.<br />
Smith SE, Read DJ (1997) Mycorrhizal Symbiosis.<br />
Academic Press. Cambridge, MA,<br />
EEUU. 605 pp.<br />
Thomas GW (1982) Exchangeable cations. En<br />
Page AL (Ed.) Methods of Soil Analysis<br />
Part 2. Agronomy Monograph N° 9, 2 nd ed.<br />
American Society of Agronomy. Madison,<br />
WI, EEUU. pp. 159-165.<br />
Tiessen H, Moir JO (1993) Characterization of<br />
available P by sequential extraction. En<br />
Carter MR (Ed.) Soil sampling and methods<br />
of analysis. Lewis. Ann Arbor, MI, EEUU.<br />
pp. 75-86.<br />
Trappe JM (1987) Phylogenetic and ecological<br />
aspects of mycotrophy in the angiosperms<br />
from an evolutionary standpoint.<br />
En Safir G (Ed.) Ecophysiology of VA<br />
mycorrhizal plants. CRC. Boca Ratón,<br />
FL, EEUU. pp 5-25.<br />
Vandenkoornhuyse P, Husband R, Daniell IJ,<br />
Watson JM, Duck M, Fitter AH, Young JPW<br />
(2002) Arbuscular mycorrhizal community<br />
composition associated with two plant species<br />
in a grassland ecosystem. Mol. Ecol. 11:<br />
1555-1564.<br />
van der Heijden MGA, Klironomos JN, Ursic M,<br />
Moutoglis P, Streitwolf-Engel R, Boller T,<br />
Wiemken A, Sanders IR (1998) Mycorrhizal<br />
fungal diversity determines plant biodiversity,<br />
ecosystem variability and productivity.<br />
Nature 396: 69-72.<br />
Walker C, Cuenca G, Sánchez F (1998) Scutellospora<br />
spinosissima sp nov, a newly described<br />
Glomalean fungus from low nutrient communities<br />
in Venezuela. Ann. Bot. 82: 721-725.<br />
Whittaker RH (1975) Communities and Ecosystems.<br />
MacMillan. Nueva York, EEUU. 385 pp.<br />
Diversity of arbuscular mycorrhizal fungi (AMF) and mycorrhizal potential of the soil<br />
from a natural and a disturbed savannah from La Gran Sabana, Venezuela<br />
Milagros Lovera and Gisela Cuenca<br />
SUMMARY<br />
The benefits provided by arbuscular mycorrhizas (AM) to<br />
plants are well known, especially those related to the improvement<br />
of mineral nutrition and protection against root pathogens,<br />
among others. Although 80% of vascular plants are able to form<br />
AM, it is considered that the association lacks specificity from a<br />
taxonomical point of view. However, recent evidence has arisen<br />
about the influence of the diversity of AM fungi (AMF) on the<br />
productivity, diversity, competitive relationships and functioning<br />
of natural ecosystems. In addition, there are evidences that support<br />
the idea that AMF diversity is severely affected by disturbance<br />
and that some AMF are particularly sensitive to human<br />
activities. The aim of this work is to compare the diversity of<br />
AMF and the mycorrhizal soil potential of an undisturbed savannah<br />
from La Gran Sabana, Bolivar state, Venezuela, with an<br />
adjacent disturbed savannah. An exhaustive inventory of AMF<br />
spores was done taking samples along the year, across the soil<br />
profile and using trap culture. Results show that there is a high<br />
AMF diversity in the natural savannah studied and many of the<br />
collected spores correspond to new species. Results also pointed<br />
out that spores belonging to Scutellospora and Gigaspora are<br />
highly vulnerable to disturbance. This change in AMF species<br />
composition might be related with the slow recovery and the type<br />
of plant community that finally will establish in these much degraded<br />
areas.<br />
DiversidadE de FUngos micorrízicos arbusculares (HMA) E potencial micorrízico dO sOlo<br />
de uMa saVana natural E uMa saVana perturbada da Gran Sabana, Venezuela<br />
Milagros Lovera e Gisela Cuenca<br />
RESUMO<br />
Os efeitos benéficos das micorrizas arbusculares (MA) são<br />
bem conhecidos, especialmente na nutrição mineral das plantas<br />
e na proteção contra agentes patógenos do solo, entre outros.<br />
Mesmo que 80% das plantas terrestres são capazes de formar<br />
micorrizas, se considera que dita associação não tem especificidade<br />
taxonômica. No entanto, evidências recentes têm mostrado<br />
que a diversidade de fungos MA (HMA) pode influir na produtividade<br />
e diversidade das comunidades vegetais, assim como<br />
nas relações competitivas e funcionamento geral dos ecossistemas<br />
naturais. Por outra parte, existem evidências de que a<br />
diversidade de HMA sofre um impacto severo com as perturbações<br />
e algumas espécies parecem ser mais susceptíveis que<br />
outras diante das atividades humanas. O objetivo do presente<br />
trabalho é comparar a diversidade de micorrizas e o potencial<br />
micorrízico do solo de uma savana natural de “La Gran Sabana”,<br />
estado Bolívar, Venezuela, e uma savana perturbada adjacente,<br />
fazendo um inventário exaustivo das esporas de HMA<br />
presentes ao longo do ano, no perfil do solo e utilizando potes<br />
“armadilha”. Os resultados mostram a existência de uma elevada<br />
diversidade de espécies de HMA na savana natural, muitas<br />
das quais parecem ser espécies novas, e destaca a alta vulnerabilidade<br />
de certos gêneros de HMA como são Scutellospora<br />
e Gigaspora ante as perturbações. A mudança na composição<br />
de espécies pudera estar implicada na escassa recuperação e<br />
o tipo de vegetação a estabelecer-se nestas savanas depois de<br />
uma severa perturbação.<br />
114 FEB 2007, VOL. 32 Nº 2