Versión Pdf - Prensa Libre

FRENTE
“No soy el
POR FRANCISCO
MARTÍNEZ
FOTOS: ÓSCAR ESTRADA
El retraso fue largo. Casi 35
minutos después de la hora
pautada para la entrevista.
En el vestíbulo donde esperábamos,
un poco impacientes
aque nos recibiera el pastor
Cash Luna, había mucho movimiento:
gente entraba y salía, con cámaras,
trípodes, cables. La recepcionista nos
veía y sonreía, mientras contestaba el
teléfono: “Buenos días, Casa de
Dios…”. Por fin nos habla: “El pastor
está listo, pueden pasar”.
Entramos, y un caballero sale a
nuestro paso. “Disculpen la tardanza,
pero ya estamos preparados”, nos dice.
Justo frente auna puerta de cristal,
Carlos Luna Lam (47 años) nos da la
bienvenida. Nos invita apasar a una
pequeña sala: parqué, sillones de cuero,
adornos en las mesas, dos cámaras
de televisión yvarios técnicos. “¿Les
molesta que grabemos la entrevista?
El material le servirá ami biógrafo”,
nos explica Luna, encogiéndose de
hombros y frunciendo el ceño. “Café,
agua; ¿qué desean tomar?”.
Aproximadamente dos horas duró
la charla. Y aunque hubo momentos
de seriedad, quizás un poco tirantes, la
mayor parte del tiempo Cash, quien
asegura no ser el más ungido de los
pastores guatemaltecos, pero sí el que
trabaja más, no escatimó palabras ni
gestos para contestar anuestras preguntas.
Acontinuación, una síntesis
de la entrevista.
t ¿Cómo se inició en el evangelismo?
Cuando era niño, tuve la oportunidad
de vivir un acontecimiento
que quizá resulte difícil de creer, pero
por lo que soy hoy resulta obvio. Tenía
como 10 cuando puede ver al Señor; se
me apareció frente a mi cama. He
tenido esa experiencia tres veces. Desperté
a mi mamá —Emilia Lam—,
quien dormía en el mismo cuarto, pero
en diferente cama, y le dije que lo
Uno de los anhelos del pastor es que por
quien ore reciba un milagro.
viera, y no pudo. Pero yo sí lo veía,
parado frente a mí, suspendido en el
aire. No le vi el rostro, solo sabía que
su mirada estaba clavada en mí. Luego
de eso, me convertí en el niño que
pasaba por mis amigos, por lo menos
con los que se dejaban, para ir amisa
de 7 de la mañana todos los domingos.
Íbamos ala iglesia San Pedrito, de la
zona 5, porque vivía en la colonia
Vivibién.
Por parte del colegio Loyola, donde
estudié, nos llevaban a misa, a La
Merced, y allí, cuando empezaban los
coros, lloraba yme preguntaba: ¿Por
que estoy llorando?, y miraba alrededor,
ynadie más lo hacía; incluso
algunos aprovechaban para molestar.
Antes de mis entrenos de voleibol,
solía pasar a esa iglesia, para hacer una
oración: “Señor, hazme un buen cristiano,
pero nunca me pongas sotana,
porque quiero tener familia y ser un
profesional”. En ese entonces no sabía
cómo lo haría, pero tenía la vocación.
Se interrumpe por unos minutos
la entrevista. Uno de los camarógrafos
se da cuenta de que el
pastor no tiene puesto el micrófono.
—“Vos Moi, ¿qué onda? Me
hubieras puesto eso antes”—, le
dice Cash, amanera debroma, al
joven, quien le coloca el aparato lo
más rápido que puede.
t Retomemos el tema. ¿Usted tuvo
una aparición divina siendo católico?
—Vuelve a fruncir el ceño—. Sí,
pero eso no tiene nada qué ver. El
Señor se le puede aparecer a un musulmán,
pero no necesariamente por
ser musulmán estás bien. El Señor se
le apareció a Pablo cuando éste perseguía
a los cristianos para matarlos.
Se le puede aparecer a un ateo, porque
está en toda su soberanía de hacerlo.
Pero creo que se me apareció por el
corazón de niño, porque de ellos es el
Reino.
t ¿Cuándo decidió unirse a la iglesia
evangélica?
Cuando tenía 16 años, un chico de
intercambio que llegó al Liceo Guatemala,
donde cursé el bachillerato,
me preguntó: ¿Éres cristiano?, y le
respondí que por supuesto. ¿Y qué
clase de cristiano eres?, porque hay de
tres: fríos, calientes y tibios, me explicó.
Le respondí: frío, de que tenga a
Dios por un lado, no soy; caliente, un
fanático, tampoco; creo que soy tibio.
Arquea una de las cejas, y comenta:
Según yo, había quedado bien. Entonces
me mostró el libro del Apocalipsis,
y leyó: “…por cuanto eres
tibio, te vomitaré de mi boca”. O estás
o no estás, no podés medio estar, me
indicó. Con esto me dejó la cabeza
dando vueltas, lo cual me motivó a
leer mucho más. En las vacaciones de
ese año, sus padres me enviaron una
carta para que fuera de intercambio
durante dos meses a una escuela en
Alabama. Allí conocí el Evangelio, y
me dije: Eso es lo que necesito, y
entregué mi corazón a Jesús, pero al
regresar me aparté durante cuatro
años —finales de 1978 a1982—; fue el
11 de julio de 1982 cuando, realmente,
hice el compromiso con el Señor de
seguirlo y servirlo.
t ¿Cómo llegó a Fraternidad Cristiana?
Me invitó un amigo. Estábamos
echándonos unos tragos con unos
compañeros del colegio —ya estaba en
la universidad—, cuando me dijo: Te
invito ala Fráter, que en esos años
estaba en el cine Reforma. Cuando
llegué, predicaba el pastor Jorge H.
López. No recuerdo de qué trataba su
mensaje, pero sí de cuando hizo el
llamado: “Quiénes de ustedes no le
tienen miedo al qué dirán...”. Y pasé e
D-8 :17 de mayo del 2009