El ladrón de paraguas - Anaya Infantil y Juvenil
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16 <strong>El</strong> ladrón <strong>de</strong> <strong>paraguas</strong><br />
Como <strong>de</strong> ese lado <strong>de</strong> la loma el camino era <strong>de</strong><br />
bajada, y a <strong>El</strong> Lento le costaba frenar, todavía siguieron<br />
acercándose, hasta que lograron <strong>de</strong>tenerse cuando<br />
los separaban menos <strong>de</strong> veinte pasos.<br />
Entonces, como indica la tradición más antigua,<br />
Albondigón Palperro formuló su <strong>de</strong>safío:<br />
—¡Uñññ nij budumbá uñññ! ¡Butubooon cuso cachañán!<br />
Pepé y <strong>El</strong> Lento se miraron <strong>de</strong>sconcertados, y el<br />
otro tuvo que repetir dos veces su proclama para que<br />
al fin entendieran el problema. <strong>El</strong> casco <strong>de</strong>l caballero<br />
cerraba tan ajustado que la mitad <strong>de</strong> los sonidos se le<br />
quedaban a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>formando las palabras.<br />
—¡Uñññ nij budumbá uñññ! ¡Butubooon cuso cachañán!<br />
Gritó el caballero negro, agregando con un furioso<br />
golpe <strong>de</strong> lanza al aire, un amenazante:<br />
—¡Ungrrateté budumba nij!<br />
Pepé sonrió, porque no le sucedía todos los días<br />
que lo <strong>de</strong>safiaran a duelo.<br />
—¡Ah, magnífico! ¡Por fin una oportunidad para<br />
<strong>de</strong>mostrar mi valentía!<br />
Y buscando la empuñadura <strong>de</strong> su espada <strong>de</strong> larga<br />
hoja, dio la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> carga:<br />
—¡A la carga, Viento Veloz!<br />
Lo hizo con voz clara y alta, muy propia <strong>de</strong>l<br />
momento, pero <strong>El</strong> Lento tenía otra i<strong>de</strong>a sobre el