Programa en PDF - Fundación Juan March
Programa en PDF - Fundación Juan March
Programa en PDF - Fundación Juan March
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
28<br />
SEGUNDO CONCIERTO<br />
Complem<strong>en</strong>tos de lujo<br />
Más de una vez <strong>en</strong> las notas del anterior programa me refería<br />
a los ciclos monográficos de Lieder de Wolf como la verdadera<br />
razón de ser de su obra vocal. Volveremos ahora a referirnos<br />
a dos de ellos, lo dedicados a Mörike y Goethe, que<br />
constituy<strong>en</strong> la base de esta nueva velada de Lied. Pero, afortunadam<strong>en</strong>te,<br />
también unas cuantas canciones sueltas de dos<br />
poetas para los que Wolf, aunque poco, también trabajó:<br />
Heinrich Heine (1798-1856) y Nikolaus L<strong>en</strong>au (1802-1850).<br />
Ninguna de las tres canciones con textos de Heine programadas<br />
fueron publicadas <strong>en</strong> vida de su autor. Son “obritas” (val<strong>en</strong><br />
las comillas) de juv<strong>en</strong>tud, más concretam<strong>en</strong>te de un muchacho<br />
de 16 años que <strong>en</strong> absoluto ha <strong>en</strong>contrado su camino,<br />
pero que se expresa con exacerbada s<strong>en</strong>sibilidad y haci<strong>en</strong>do<br />
uso del mismo “modus operandi” que <strong>en</strong> su futura gran obra:<br />
tres canciones para tres días de trabajo, 17, 18 y 21 de diciembre<br />
de 1876. De ese año, por cierto, datan también los Seis cantos<br />
espirituales, una muy estimable pieza coral.<br />
Si qui<strong>en</strong> esto esté ley<strong>en</strong>do ha asitido al concierto anterior,<br />
al escuchar estas canciones percibirá de inmediato que está ante<br />
otro Wolf; también ante otro poeta. Y <strong>en</strong> esa difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>contrará<br />
probablem<strong>en</strong>te otra explicación: por qué tras los balbuceos<br />
de juv<strong>en</strong>tud, Wolf abandonó totalm<strong>en</strong>te a Heine, seguram<strong>en</strong>te<br />
uno de los poetas alemanes más musicados por los<br />
liederistas. Porque apreciará la fina s<strong>en</strong>sibilidad, la tranquilizadora<br />
paz espiritual que emana una canción como “Du bist wie<br />
eine Blume” (“Eres como una flor”); la coquetería quinceañera<br />
que exala “W<strong>en</strong>n ich in deine Aug<strong>en</strong> seh” (“Cuando miro <strong>en</strong><br />
tus ojos”), o la tranquilizadora paz espiritual que se si<strong>en</strong>te a escuchar<br />
“Mädch<strong>en</strong> mit dem rot<strong>en</strong> Mündch<strong>en</strong>” (“Muchacha de<br />
boquita roja”), y de esa apreciación deducirá que más estará<br />
contemplando a un bu<strong>en</strong> M<strong>en</strong>delssohn que a un Wolf auténticam<strong>en</strong>te<br />
hecho. Pero, seguro, s<strong>en</strong>tirá agradecimiemto ante tanta<br />
belleza.<br />
Y volvemos a Mörike, lo que desde luego es asunto bi<strong>en</strong><br />
distinto. Wolf escribió la mayor parte de las canciones que compon<strong>en</strong><br />
el ciclo <strong>en</strong> Perchtoldsdorf, al lado de Vi<strong>en</strong>a, donde un<br />
amigo suyo, el abogado Heinrich Werner, t<strong>en</strong>ía una casa de<br />
campo. Allí Wolf, como pocas veces <strong>en</strong> su vida, se sintió feliz;<br />
y como nunca logró elevar su autoestima. Componía a bu<strong>en</strong>a<br />
velocidad (una canción diaría hasta <strong>en</strong> ocho ocasiones, dos al<br />
día, <strong>en</strong> alguna ocasión hasta tres), pero lo mejor es que se s<strong>en</strong>-