Educar: un compromiso con la memoria - Editorial Octaedro
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explica el valor, <strong>la</strong> historia y los detalles del lugar que visitamos.<br />
El <strong>con</strong>ocimiento y <strong>la</strong> información que nos aportan nos llevan a<br />
ver <strong>la</strong> realidad de <strong>un</strong>a forma diferente, más plena, y en <strong>la</strong> que<br />
disfrutamos más de nuestra visita.<br />
<strong>Educar</strong> <strong>con</strong>siste, en último término, en enseñar a otros a<br />
vivir. Para ello, los padres y los educadores necesitamos afinar<br />
nuestro pensamiento hasta lograr <strong>un</strong>a <strong>con</strong>testación personal a <strong>la</strong><br />
última preg<strong>un</strong>ta que todos debemos <strong>con</strong>testar: ¿en qué <strong>con</strong>siste<br />
<strong>un</strong>a vida digna?<br />
Esta preg<strong>un</strong>ta <strong>la</strong> podemos formu<strong>la</strong>r de muchas maneras. En<br />
positivo, Goethe <strong>la</strong> en<strong>un</strong>ciaba preg<strong>un</strong>tando qué da calidad a <strong>la</strong><br />
vida humana; o en negativo, qué formas de vivir nos degradan.<br />
Evidentemente, si yo como padre o como educador pienso que<br />
algo le da calidad a <strong>la</strong> vida humana, desde el <strong>compromiso</strong> <strong>con</strong><br />
mi <strong>memoria</strong>, procuraré transmitir <strong>la</strong> importancia de ese valor<br />
a mis alumnos y a mis hijos; mientras que tenderé a advertirles<br />
en <strong>con</strong>tra de aquel<strong>la</strong>s actitudes y comportamientos que degradan<br />
<strong>la</strong> vida humana. Por supuesto que distintos grupos sociales,<br />
diferentes grupos culturales y cada individuo en particu<strong>la</strong>r<br />
han desarrol<strong>la</strong>do diferentes códigos morales e interpretan <strong>un</strong>a<br />
misma experiencia <strong>con</strong> valoraciones distintas; pero todos ellos<br />
tienen en común el deseo de transmitir a sus hijos lo que, en<br />
su <strong>memoria</strong>, <strong>con</strong>sideran valioso. Como veremos en el capítulo<br />
primero, el hecho de que existan diferentes códigos morales no<br />
debe suponer más que <strong>un</strong>a l<strong>la</strong>mada de atención para mantener<br />
activa nuestra investigación sobre los valores que dan calidad a<br />
<strong>la</strong> vida humana y nuestro <strong>compromiso</strong> para hacer reflexionar sobre<br />
ellos a nuestros alumnos y nuestros hijos. También entre los<br />
recuerdos de mis lecturas, tomé prestada <strong>un</strong>a idea de Suchodolski,<br />
en <strong>la</strong> que nos advertía de que los escépticos y los dogmáticos<br />
rechazan esta investigación activa, pues ambos tienen en común<br />
el no querer buscar <strong>la</strong> verdad; los primeros porque piensan<br />
que jamás <strong>la</strong> en<strong>con</strong>trarán, y los seg<strong>un</strong>dos porque creen poseer<strong>la</strong><br />
de <strong>un</strong>a vez y para siempre.<br />
Con independencia de <strong>la</strong>s modas del momento, o de los valores<br />
que nuestra sociedad quiera imponer como verdades indis-<br />
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