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Su sucesor, Girolamo Cassar, levantó la ciudad partiendo
de un modelo de cuadrícula como si fuera una
ciudad renacentista. La Valetta es todavía hoy una de las
ciudades más bellas del mundo: “una ciudad construida
por gentilhombres para gentilhombres”, como decía Sir
Walter Scott.
Uno de los edificios más grandes era la “Enfermería”,
que linda con el puerto. Su gran sala, que mide más de
200 metros de largo, se conserva todavia hoy. La Catedral
de San Juan también fue diseñada por Cassar.
A principios del siglo XVII, Caravaggio llegó a La Valetta.
Entre sus obras más importantes, realizadas en Malta,
podemos admirar el San Jerónimo para la capilla de la
“Lengua” italiana y su obra maestra, la “Decapitación de
San Juan”, pintada para el Oratorio de la iglesia conventual.
En 1660, Mattia Preti, “il cavaliere calabrese”, emprendió
el audaz trabajo de embellecimiento de la catedral.
Para ello, cubrió cada centímetro de la bóveda cimbrada
con sorprendentes frescos en “trompe l’oeil”. En esa
misma época, el santuario se enriqueció con un espectacular
grupo de mármol que evocaba el Bautismo de
Nuestro Señor, obra de Guiseppe Mazzuoli, mientras
que el suelo de la iglesia se transformó en una alfombra
de mármol multicolor formado por las tumbas de los
caballeros.
En 1697, el Gran Maestre Ramos Perelos, encargó una
serie de tapices gobelinos para colgarlos en la iglesia y
en el Gran Palacio Magistral.
El Palacio igual que los “albergues” de las distintas
“Lenguas” dan testimonio del poder de los Caballeros
en el siglo XVIII. La Revolución Francesa y la toma de
Malta por Napoleón pusieron fin a las creaciones artísticas
de la Orden. Su gran herencia cultural sigue subsistiendo
en Europa y Oriente Medio.
SOBERANA ORDEN MILITAR Y HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE JERUSALÉN, DE RODAS Y DE MALTA