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Sainetes y elucubraciones de Federico F.<br />
Acto 13. La Gran Fiesta<br />
de las Descargas, my<br />
weapon.<br />
- Pero cómo has sido capaz, Arnaldo.<br />
Lo habíamos hablado claro en su<br />
momento. Aquel día en el Bar Velódromo,<br />
si mi ahora mismo desbordada<br />
mente no me engaña.<br />
- ¿Qué?<br />
- El Velódromo, querido amigo que<br />
solo se acuerda de lo que quiere. Hicimos<br />
un pacto, ¿recuerdas?<br />
- Ah, el Velódromo, sí. Fue el día<br />
aquel en el que un señor calvo, visiblemente<br />
enojado, me invitaba continuamente<br />
a que me acercara a él,<br />
supongo que para proponerme algo,<br />
o que incluso me ofreció salir a la calle,<br />
no sé si para ofrecerme un cigarrito.<br />
Hablas de ese día, ¿no?<br />
- Es que esa mujer era endiabladamente<br />
atractiva, Arnaldo. Que esperabas,<br />
¿no tener competencia por tan<br />
bella dama? Quien te crees, ¿Apple?<br />
- Aquel hombre era su marido, Federico.<br />
- ¿Su vida marital cambia algo?<br />
- Acabé con 23 puntos de sutura<br />
en el escroto, un hematoma con la<br />
forma de su puño en el plexo solar,<br />
siete uñas de mujer marcadas en el<br />
rostro y lo que es peor: un delicioso<br />
gin tonic de Blackwoods derramado<br />
por el suelo.<br />
- ¿Te derramó el Blackwoods?<br />
- ¿No lo recuerdas?<br />
- ¿Tengo pinta de recordarlo todo?<br />
- Sinceramente…<br />
- Sinceramente es una palabra que te<br />
viene grande, querido amigo. No nos<br />
andemos por las ramas, inmundo<br />
Tarzán del Folleteo Ilegal. Así que te<br />
has acostado con ella.<br />
- Con quien.<br />
- Señor, dame fuerzas y paciencia<br />
para tratar con semejante hijo de<br />
una hiena. ¿Con quién? Con ella,<br />
amigo.<br />
Federico le enseña una foto que ha<br />
hecho con el móvil de Arnaldo.<br />
- ¿Insinúas que mantuve relaciones<br />
sexuales con un ave de la familia de<br />
las Cacatuidae, que encima goza de<br />
una cabellera similar en apariencia a<br />
la de René Higuita?<br />
- Si es que cuando te pones, Arnaldo,<br />
eres gloria bendita para mis oídos.<br />
- Eso se lo dirás a todos, lenguaraz<br />
de opiácea conversación. Insisto,<br />
entonces, ¿me estás llamando cacatuófilo,<br />
maldito ser humano que usa<br />
bañadores marcapaquete?<br />
- Nada más lejos de la realidad, querido<br />
amigo. Lo que te vengo a decir<br />
es algo peor: a quien le has comprobado<br />
el aceite es a Rosario Flores.<br />
- ¿Insinúas que ella se comió un Calippo<br />
de Ternera?<br />
- Afirmo que al menos deberías haberte<br />
lavado las manos antes de tocarme<br />
el hombro como lo estás haciendo<br />
ahora.<br />
- Ciertamente, tengo algo que añadir<br />
aquí.<br />
- Añade Arnaldo.<br />
- Realmente fue ella quien intentó<br />
comprobarme el aceite a mí.<br />
- ¿Crees que arregla algo conocer el<br />
orden de los factores? ¿Recuerdas<br />
algo de las matemáticas del instituto,<br />
o estabas demasiado ocupado con el<br />
Catovit y el pegamento Imedio?<br />
- Federico, la resaca y los intentos de<br />
descalificación hacia mi persona te<br />
nublan la mente.<br />
- Ciertamente, lo hacen.<br />
- No te has percatado entonces de<br />
cómo he conjugado el verbo “ir” en<br />
la frase anterior y de qué verbo iba a<br />
continuación, ¿verdad?<br />
- Has dicho fue e intentó.<br />
- ¿Ergo?<br />
- ¿No pasó nada entre vosotros?<br />
- Rotundamente, no.<br />
- ¿No cabalgaste el Toro Mecánico?<br />
- Protesto, señoría.<br />
- ¿Entonces?<br />
- Digamos que… ¿conoces esa película<br />
de Stallone en la que el tío hace<br />
de un policía expeditivo que anda en<br />
la búsqueda de El Carnicero Nocturno?<br />
- ¿Hablas de Cobra tal vez?<br />
- Ahí lo tienes, amigo. Toda una noche<br />
completa poniendo en práctica<br />
esa jodida palabra. De veras que tengo<br />
dolor de cuello, ¿sabes?<br />
- Mis disculpas por haber dudado de<br />
ti, Arnaldo.<br />
- Un Blackwoods con tónica y pasaremos<br />
página de esto, compañero.<br />
ATENCIÓN.<br />
Una estridente sirena de barco los<br />
interrumpe en el transcurso de tan<br />
desgarradora conversación. Federico<br />
y Arnaldo se encuentran en la misma<br />
habitación en la que casi se produce<br />
La Tragedia, salvo que ahora deben<br />
de ser las 14 de la tarde, les arde el<br />
paladar y, por suerte, el único rastro<br />
visible o digamos palpable del paso<br />
de La Mata de Pelo Raída por la estancia<br />
es un intenso aroma a pies del<br />
que ahora caen en la cuenta.<br />
QUIETOR.<br />
El estridente ruido de la sirena parece<br />
que ha despertado a una especie<br />
de grupúsculo ya que se aprecia un<br />
murmullo creciente de voces que<br />
vitorean y jalean. Se oyen ruidos de<br />
botellas chocando, gritos, teclados<br />
de ordenador que caen al suelo, palomas<br />
que vuelan, gorjeo de pájaros,<br />
balidos continuos, sonidos de vuvuzelas,<br />
mujeres borrachas que gritan,<br />
hombres que vociferan algún tipo de<br />
cantico hooligan que parece ser algo<br />
como “NUNCA DESCARGARÁS<br />
SOLO”, cigarros encendiéndose, mecheros<br />
dando llama, palmas, cencerros<br />
y, sobre todo, el inconfundible<br />
sonido de la indecencia y el agrupamiento<br />
orgiástico.<br />
Federico y Arnaldo se miran visiblemente<br />
desorientados. No recuerdan<br />
absolutamente nada de los últimos<br />
seis días. Su marcapáginas neuronal<br />
se quedó en la noche del 12<br />
de diciembre, cuando recibieron y<br />
aceptaron aquella extraña oferta de<br />
la SGAE a través de un mensaje de<br />
Whatsapp mientras disfrutaban de<br />
unos frescos combinados en el salón<br />
del Ritz Carlton Banks, apurando los<br />
últimos coletazos del éxito de “LSD<br />
mezclado con polvorones” (horas<br />
después les serían congeladas todas<br />
sus cuentas bancarias). El siguiente<br />
recuerdo que tiene Federico es<br />
levantarse con una resaca de mil<br />
demonios y ver a su amigo Arnaldo<br />
retozando con Rosario Flores.<br />
La curiosidad los corroe, el hambre<br />
los empieza a devorar y las ganas de<br />
beberse un gin tonic los terminan de<br />
agarrotar por completo. Ergo, necesidades<br />
físicas mediante, se ven<br />
obligados a arremangarse sus albornoces<br />
blancos con el logo de Telefónica<br />
y asomarse a la puerta a ver qué<br />
se cuece.<br />
PAVOR.<br />
Lo que ven los estremece, les da más<br />
hambre y, sin duda, multiplican por<br />
100 la necesidad de levantar el brazo,<br />
llamar a un camarero cualquiera<br />
con pajarita y ordenar un Blackwoods<br />
con tónica. Muy cargado, por tu<br />
santa madre.<br />
Al parecer se encuentran en una especie<br />
de resort vacacional, con una<br />
piscina inmensa ocupando el centro<br />
y construcciones de diverso pelaje a<br />
su alrededor: unos bungalows por<br />
aquí, una barra de bar por allá, una<br />
zona de masaje tailandés más al fondo.<br />
A su izquierda la construcción<br />
se abre al mar, a un pequeño puerto<br />
deportivo donde se acumula la gente<br />
que vitorea, brinda y lanza objetos al<br />
aire. La turba salta, abre botellas y se<br />
desgarra de alegría..<br />
SORPRESA.<br />
Tal y como la muchedumbre se ha<br />
reunido, se separa como ratas que<br />
necesitan una dosis de no saben qué.<br />
Federico y Arnaldo ven que la persona<br />
que era vitoreada está señalando<br />
hacían donde están ellos mientras<br />
habla con un señor mayor que está<br />
amarrando el catamarán en el que<br />
ha llegado. Echa a andar hacia ellos<br />
con paso resuelto mientras se agarra<br />
una horrible pamela ondeada por el<br />
viento y se coloca unas gafas de sol<br />
con forma de euro.<br />
NECESITO UN GIN TONIC.<br />
La mujer es Ángeles González – Sinde.<br />
- Hombre por fin, ¿cómo están los<br />
huéspedes favoritos de Angie, ha há?<br />
NECESITO UN GIN TONIC Y UNA<br />
PORRA ELÉCTRICA.<br />
- Esto…<br />
- ¿Se lo están pasando bien, muchachos?<br />
Angie ya tenía ganas de verles,<br />
ha há.<br />
- Por el amor de Dios, Constantine<br />
llévame contigo.<br />
- ¿Disculpa? Ah ya… les sorprende<br />
ver a Angie. Es normal, Angie lo<br />
entiende, ha há. Ahora sigan a Angie<br />
caballeros, que les va a enseñar<br />
nuestro bonito resort. Como podrán<br />
ver, no hemos reparado en gastos.<br />
- Una pregunta Angie, antes de empezar.<br />
Tengo una duda.<br />
- Dile a Angie, dile querido generador<br />
de dinero.<br />
- Esto… ¿por qué te vitoreaba toda<br />
aquella gente antes, en el puerto?<br />
- Ah, aquello… sí, Angie acaba de<br />
llegar con la Ley Sinde aprobada y<br />
firmada por el Congreso, sí. Y aquella<br />
gente son vuestros compañeros,<br />
el resto del selecto club La Nómina<br />
De Los Artistas Mantenidos Para<br />
El Fomento De La Rascada Genital.<br />
¡Entre todos vamos a conseguir ganar<br />
mucho dinerito fresco, sí! ¡Dinerito<br />
con el que Angie podrá organizar<br />
más fiestas como estas y así teneros<br />
a todos contentos generando más dinerito!<br />
¡Vamos, que Angie es impaciente,<br />
ha há!<br />
Mientras dan una vuelta por las instalaciones,<br />
Federico y Arnaldo ponen<br />
en práctica un arte en el cual están<br />
más curtidos que las nalgas de Paris<br />
Hilton: F&A la siguen como si se les<br />
fuera la vida en ello mientras que, en<br />
realidad, solo arden en deseos de beberse<br />
un Gin Tonic bien frío con un<br />
platito de cacahuetes en la mesa y un<br />
paquete de Winston recién abierto<br />
retozando en sus bolsillos.<br />
Durante el paseo, mientras F&A se<br />
van fijando en el exacerbado lujo que<br />
inunda todo lo que les rodea, Angie<br />
sigue comentándoles interioridades<br />
y desvelándole detalles sobre donde<br />
se encuentran ahora. Federico se fija<br />
en un tipo, que parece ser David Bisbal,<br />
dando patadas al aire y giros sobre<br />
sí mismo mientras un señor que<br />
tiene pinta de ser de Almería intenta<br />
cortarle las uñas de los pies al vuelo.<br />
Más allá, al fondo, dos garrulos sin<br />
camiseta y con el pecho completamente<br />
bañado en oro (más tarde<br />
supieron que se trataba de Andy &<br />
Lucas) se aplican gomina de forma<br />
pausada mientras se contemplan en<br />
un espejo de 18 m2 y dos enanos con<br />
trajes de arcipreste los piropean incesantemente.<br />
ARCADAS FUERTES.<br />
Tras salir de la zona de la piscina<br />
entran en una pequeña explanada de<br />
césped donde hay montadas varias<br />
hileras de mesas largas, todas fabricadas<br />
en mármol y rematadas con<br />
figuritas de Lladró. Al fondo hay un<br />
pequeño escenario con un enorme<br />
cartel encima, adornado con guirnaldas<br />
en forma de dolar, en el que<br />
se lee “BIENVENIDOS A LA GRAN<br />
FIESTA DE LAS DESCARGAS”. En<br />
el escenario vemos al ínclito Ramoncín,<br />
guitarra en mano y con pose de<br />
cantautor asiduo a practicar el Tacto<br />
Rectal. Sobre una mesa vemos una<br />
fabulosa y opulenta botella de champagne,<br />
varias copas vacías y a tres<br />
señoritas de indudable tonificación<br />
física moviendo sus cuerpos sensualmente<br />
al son de una música, proveniente<br />
de la guitarra de Ramoncín,<br />
que podríamos denominar como<br />
Jodidamente Grotesca. Cuando se<br />
van acercando al escenario pueden<br />
escuchar lo que R. está cantando:<br />
Oh… esta vida tan igual… pero tenemos<br />
el canon digital… oooh oh oh…<br />
y lo pasamos fenomenal…<br />
Pone cara de avestruz en los momentos<br />
previos antes de esconder su cabeza<br />
en la tierra.<br />
Y que le voy a hacer… si yo… oh ooh<br />
ooh… i’m so happy… because Lucy is<br />
in the Sky…<br />
Termina de rasgar la guitarra, levanta<br />
Su Mirada con solemnidad, les<br />
lanza un par de ósculos a las bailarinas<br />
sordas que han contratado y<br />
repara en el grupo de tres que acaba<br />
de pararse delante de él. Esboza una<br />
sonrisa de pícaro lamedor de escrotos.<br />
Habla:<br />
- Hola, mí querida Angie.<br />
- ¡Muy bien Ramón, muy bien! ¿Te<br />
gusta el escenario, los muebles y el<br />
catering? ¡No hemos reparado en<br />
gastos! Eso que cantabas es algo que<br />
estás componiendo, ¿no?<br />
Ramoncín y Angie se miran. Acto<br />
seguido, abren la caja de las carcajadas.<br />
20 Fuerte-flojo Peinarla pa’ dentro<br />
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