revista del seminario revista - Seminario Conciliar de Madrid
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VIRGEN DE LOS REMEDIOS<br />
<strong>de</strong> Colmenar Viejo<br />
Esta imagen <strong>de</strong> la patrona <strong>de</strong> Colmenar Viejo se venera en una ermita situada a las<br />
afueras <strong><strong>de</strong>l</strong> municipio madrileño. Se trata <strong>de</strong> una escultura románica <strong>de</strong> finales <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
siglo XII o principios <strong><strong>de</strong>l</strong> XIII.<br />
En origen la ermita estaba <strong>de</strong>dicada a san Bartolomé. Fue a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVII<br />
cuando se potenció el culto a Nuestra Señora <strong>de</strong> los Remedios. La hipótesis más<br />
probable es que se tratara <strong>de</strong> una imagen que acompañaba a los ejércitos medievales<br />
en sus batallas y que una vez finalizadas estas, los Mendoza, señores <strong><strong>de</strong>l</strong> Real <strong>de</strong><br />
Manzanares, la entregaran a la parroquia <strong>de</strong> Colmenar Viejo, por ser la localidad<br />
más importante <strong>de</strong> la comarca, siendo el cabildo parroquial quien dispuso colocarla<br />
en la ermita.<br />
Hasta 1914 el cuerpo estaba cubierto por un armazón <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, quedando visibles<br />
únicamente el rostro y las manos, <strong>de</strong> modo que la imagen se adornaba con ricos<br />
mantos <strong>de</strong> tela y una espléndida corona.<br />
Actualmente se trata <strong>de</strong> una imagen muy venerada por los colmenareños, que celebran<br />
su fiesta el último domingo <strong>de</strong> agosto, y que cuenta con una hermandad y un<br />
himno propios.<br />
El himno termina pidiendo a la Virgen que “no olvi<strong>de</strong> a sus hijos que tanto la aman”.<br />
No nos olvi<strong>de</strong>mos nosotros <strong>de</strong> ella, ni <strong>de</strong>saprovechemos ninguna ocasión para<br />
encomendarnos a quien es nuestra Madre por voluntad <strong>de</strong> su propio Hijo. Este, no<br />
queriendo guardar para sí nada <strong>de</strong> lo que tenía, nos regaló incluso a su Madre María,<br />
<strong>de</strong> modo que nos resultase más fácil, gracias a su amparo y protección, asemejarnos<br />
a Él, que esto es, vivir como cristianos.