numero 22.qxp - Seminario Conciliar de Madrid

M I S I O N E S
Cuba Mariana
El pasado verano,
con motivo de la ordenación
diaconal de
Andrés y Marcos,
nuestros dos compañeros
cubanos que han
convivido con nosotros
en nuestro seminario
hasta el curso pasado,
Miguel Ángel Arribas
ha visitado Cuba. Aquí
nos ofrece un testimonio
directo de la devoción
mariana que, a pesar
de la represión religiosa,
se vive en la isla.
Cuba es una bella isla del Caribe,
"la más hermosa que
ojos humanos han visto",
según dijo Cristóbal Colón al desembarcar
en ella. Una isla con once
millones de habitantes, que desde
el año 1961 sufre una dictadura
comunista, donde la religión es reducida
al ámbito de lo privado,
despojándola de todo influjo o relevancia
social. Cuba es una gran
cárcel donde nadie puede entrar ni
salir sin el permiso de las autoridades
castristas, donde el miedo y la
corrupción campan a sus anchas.
Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre , Patrona de Cuba
En esta isla de profundas raíces
cristianas, pese al intento del gobierno
castrista de marginar a la
Iglesia, la Virgen María ocupa un
lugar muy importante. La Virgen
de la Caridad del Cobre es su Patrona.
La historia cubana está jalonada
de maravillosas muestras de
amor a su Patrona, a cuyos pies las
figuras de los humildes nativos,
dos indios y un moreno, simbolizan
la rica pluralidad de ese pueblo.
El Cobre, donde está su Santuario,
fue el primer lugar de Cuba
donde se conquistó la libertad para
los esclavos, dijo el Papa en su viaje
a esa nación. Doy fe del profundo
amor que se guarda a la Virgen
de la Caridad del Cobre.
Este verano tuve la dicha de conocer
la realidad eclesial de una de
¡Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre,
Jesús! Has venido a visitar a
nuestro pueblo y has querido
quedarte con nosotros como
Madre y Señora de Cuba, a lo
largo de su peregrinar por los
caminos de la historia. Tu
nombre y tu imagen están
esculpidos en la mente y en el
corazón de todos los cubanos,
dentro y fuera de la Patria,
como signo de esperanza y
centro de comunión fraterna.
(Juan Pablo II, Santiago de Cuba,
24 enero 1998)
sus diócesis, trabajando como sacerdote
durante tres semanas en
varias poblaciones rurales, de unos
dos mil habitantes cada una. Pude
acompañar en la primera semana
al Sr. Obispo de Holguín, Monseñor
Héctor Peña, en su visita a diversos
lugares de su diócesis. Promovido
por el Sr. Obispo, la imagen
de la Virgen de la Caridad iba
de peregrinación de pueblo en
pueblo. En cada poblado era acogida
por numerosas personas con
júbilo desbordante, con esperanza
gozosa, con profundas manifestaciones
de fe y de amor hacia Ella.
Era recibida a la entrada de cada
población y llevada en procesión
hasta el templo ctóico donde
se celebraba la Eucaristía. Las manifestaciones
de alegría procedían
tanto de los cristianos que asiduamente
participan de la vida parroquial
o de otras actividades de
evangelización, como de personas
cristianas que, por miedo al gobierno
o por la presión social, hacía
muchos años que no rezaban a
la Virgen o no se acercaban a un
templo de la Iglesia Católica.
Para todos era su Madre en la
fe: la Virgen de la Caridad del Cobre,
la que une a todos los cubanos,
Señora de Cuba, modelo y estrella
de la nueva evangelización,
Madre de la reconciliación. Ella ha
estado presente en todos los momentos
claves de la historia cubana,
Ella ha protegido, y lo seguirá
haciendo, el alma cristiana que
subyace en el corazón de todo cubano,
le permitan o no manifestar
exteriormente su fe.
Miguel Angel Arribas
Seminario 7
de Madrid