numero 22.qxp - Seminario Conciliar de Madrid

R E
D I A R I P O R T A J
¡ I d y p r e d i c a d . . . !
E
Nuestras experiencias de verano han estado
marcadas una vez más por Cristo, que se ha
hecho presente en los muchos rostros con
que nos hemos encontrado durante estos
meses. Como muestra, un botón.
Os presentamos algunas de esas
experiencias: el Crematorio, Santiago,
Dublín, colonias,... no son ni mucho menos
todas, pero sí algunas de las más
significativas.
Las colonias en mi vocación han supuesto
un aprender en el darse y entregarse a los demás,
y en este caso a los niños.
Fuimos a cuidar a los niños, y al final fueron ellos
los que nos cuidaron. Fuimos a enseñarles y nos
enseñaron. Es así como percibes la actualidad del
evangelio y de por qué el Señor dice que
de ellos es el reino de los cielos, porque son
confiados y se fían, se saben pequeños y limitados,
cosa que a los mayores nos cuesta más. A mi me
han recordado que me tengo que fiar de Dios y
dejarme llevar por Él hacia donde Él quiera,
porque nunca me va a dejar solo.
C O L O N I A S
Tengo que decir que me he divertido mucho, que
me lo he pasado bomba con ellos, que son muy
cariñosos y que no se cansan nunca. Si me pidieran
ir nuevamente, no lo dudaría.
La Iglesia crece en la convivencia y comunión profundas
Carlos María López Lozano
D U B L I N
José Ángel y yo viajamos este verano a Dublín. La finalidad de nuestro
viaje fue doble: por un lado desenvolvernos mejor con el idioma, y por
otro colaborar en una obra de caridad con las Hermanitas de los Pobres.
Para ello íbamos a estudiar cada mañana a una academia, donde hicimos
algunos amigos, y por las tardes trabajábamos con las hermanas en la
cocina y el comedor de la residencia, al servicio de los ancianos a los que
ellas están dedicadas. En los pocos ratos libres, aprovechábamos para
visitar la ciudad y los famosos y genuinos pubs irlandeses.
"Encontrar a Cristo
en la oración,
para servirle
en los pobres
con amor"
lema de las Hermanitas
Haber trabajado y rezado con las hermanas, nos ha hecho conocer su
profunda vida interior de la que brota la caridad hacia los más
necesitados. El buen ambiente se contagiaba entre los pucheros, y así se
creó una buena amistad entre todo el personal. Mención especial
merecen los sacerdotes que allí nos acogieron, con quienes pudimos
compartir y aprender de su experiencia sacerdotal en un país extranjero.
José Antonio Belmonte
Seminario 8
de Madrid