Untitled - Seminario Conciliar de Madrid

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LA RESIDENCIA SACERDOTAL "SAN PEDRO" En pleno centro de Madrid se alza una antigua torre que se otea desde lejos y señalal cielo, desafiando a los edificios cercanos y a los cables de alta tensión. Es San Bernardo 101 , donde se ubica el Hospital Residencia San Pedro, o más comunmente llamado Residencia sacerdotes San Pedro Es un edificio de principios de siglo, con gruesos pilares y pisos altos La majestuosidad de la fachada se ve superada en su interior, que se muestra amplio y elegante Desdel comienzo había sido un hospital para los sacerdotes, pero en los primeros años de la democracia, cuando se comenzaron a cerrar las clínicas pequeñas, cambió de régimen y en 1978 entró a formar parte de la Seguridad Social. Actualmente la clÍnica está aparte, pero hay un convenio por el cual, la residencia tiene asis- rnrro
con ellos y por esta razón algunos gozan de la compañía de alguna hermana, sobrina, etc. La mayoría de estos sacerdotes están ya jubilados efectivamente, pero algunos realizan todavíactividades. Hemos podido recorrer las salas de estar y unas pocas habitaciones en las que entablamos conversación alguno de ellos. Estos encuentros, francamente deli ciosos y sencillos, son de una hondura marcada por los largos años de experiencia y de entrega sacerdotal. Una tarde se acercaba a nosotros acompañado por su hermana un sacerdote muy mayor. "- Este tiene demencia y apenas habla-" nos dijeron antes de presentarnos. Le brillaban los ojos y cuando supo que éramos seminaristas respondió: "- Yo también fui seminarista. .y lo sigo siendo-". No dijo nada más. Inmediatamente nos vinieron a la mente las palabras que pronunció el Papa en 1993 en el Seminario de Madrid: - Soy el seminarista mínimo- " . Otro sacerdote en su habitación, rememoraba sus afanes en las distintas tareas que había realizado a lo largo de su vida sacerdotal, mientras le ayudábamos a cenar. La boca se le llenaba de elogios cuando recordaba a sus superiores en el Seminario y nos contaba anécdotas graciosas. A la hora de la despedida nos despachaba con un "adiós queridos" que nos caló muy hondo" Saludamos a un misionero que había estado veinte años en Africa y ahora padece depresión crónica, estaba solo viendo la televisión. Se le notabalgo afectado y un tanto confundido por nuestra presencta, pero al fijarnos pudimos descubrir en su rostro una sonrisa Hay Algunas fech EN LA VEJEZ CADA SACERDOTE ESCONDE UN GRAN TESORO. ES LA EDAD EN LA QUE SE HACE POS|BLE LA PLENA POSESIÓN DEL CAMINO RECORRIDO, casos verdaderamente conmovedores l-nmn oc lÁ¡irn ¡nta l- !vr rv c) rw9tLU, oilLc to presencia de visitantes se sienten agusto, aunque no lo manifiesten: "A ver si volveis otra vez", decía uno a la hora de despedirse, "Para la conversación que nos ha dado usted...' replicó el capellán " Peros he oído todo", contesto. Hay un grupo de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe que les visita con regularidad, les acompañan y les ayudan. Algunos de los mismos residentes dedican largas horas a estar con aquellos que están má solos. La alegría que muestran ante las visitas se incrementa cuando el que viene a verles es su Arzobispo D. Antonio María, como él mismo nos relató. Cieri¡mente es nreciso un interés fuerte por la convivencia entre los sacerdotes, que dé un testimonio de vida y de amor, por encima de la diferencia de edades. En los años de Seminario se nos enseña la importancia que tiene una comunidad para el sacerdote. El mismo Seminario es una Comunrdad de comunidades. Y el prebítero está llamado a crear y a animar Ia comunidad Toda existencia sacerdotal surge, se desarrolla y concreta dentro de la vida del presbiterio unido a su obispo. En la vejez de cada sacerdote se esconde un gran tesoro I a veiez es la edad tras la cual no hay otra En ella se hace posible la plena posesión del camino recorndo en la vida, el resultado final de lo que se ha ido eligiendo ser, dia tras dÍa, lo que se pretende ser para siempre Allí se condensan todos los pasos dados y se contempla con perspectiva la vida entera. En los sacerdotes de la Residencia San Pedro, hemos palpado esos años de fidelidad y de entrega Es preciso que descubramos y reconozcamos el valor sin medida y el tesoro escondido en estas personas, tras los muros de la Residencia Sacerdotal San Pedro.
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