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CÉSAR OJEDA et al.<br />
tras de pacientes de edad avanzada. Los resultados<br />
confirman un modelo de tres factores comunicados<br />
por Reynolds y Gould en 1981 para población<br />
adulta: Autoestima negativa, Anergia y Disforia,<br />
que corresponden a los aspectos cognitivos, conductuales<br />
y afectivos del síndrome depresivo (12).<br />
La consistencia interna del estudio de Foelker fue,<br />
en una muestra, de 0.74, y en la otra, de 0.80 (13).<br />
En 1992 Leahy estudio la validez y confiabilidad<br />
de la forma breve del Inventario de Beck en un grupo<br />
de deudos mujeres. La consistencia interna en<br />
este estudio fue de 0.88. Dos factores emergieron<br />
del análisis: uno relacionado con síntomas afectivos<br />
y somáticos de la depresión (lo que Foelker<br />
llamó anergia y disforia), y el otro relacionado a<br />
síntomas cognitivos que fue rotulado como autoestima<br />
negativa (14).<br />
Objetivos<br />
La creación de instrumentos de evaluación clínica<br />
cuantitativa en psiquiatría puede tener distintos<br />
objetivos. En primer lugar, colaborar al trabajo<br />
clínico rutinario de seguimiento de pacientes diagnosticados<br />
clínicamente. En segundo, constituir<br />
medios estandarizados de evaluación de gravedad<br />
y cambio en pacientes sometidos a diseños de investigación<br />
clínico terapéutica, tanto biológica<br />
como psicoterapéutica. En estos dos casos, la consistencia<br />
interna y la validez concurrente son en<br />
general suficientes, puesto que con independencia<br />
de los factores o dimensiones incluidas en el instrumento,<br />
su resultado global es el buscado, y de<br />
hecho, el BDI y la HDRS han sido usadas de esa<br />
forma en una gran cantidad de estudios (8). Un<br />
tercer objetivo, lo constituyen los estudios nosológicos<br />
y biológicos, es decir, aquellos que intentan<br />
distinguir subgrupos de pacientes al interior de<br />
un mismo diagnóstico general, y así colaborar a un<br />
afinamiento de las entidades clínicas establecidas y<br />
tener correlatos más precisos para la investigación<br />
biológica. En este último caso, además de la validez<br />
interna y concurrente, el análisis factorial es<br />
indispensable.<br />
El instrumento presentado en este trabajo<br />
(EBDO) se inscribe dentro del primer y segundo<br />
grupo, de allí su confección con la mínima cantidad<br />
de ítem posible. Las ventajas de una escala<br />
autoadministrada simple y breve, es su corto tiempo<br />
de aplicación, factor que es necesario tener en<br />
cuenta en cualquier intento destinado a evaluar<br />
pacientes deprimidos. Estas características hacen<br />
utilizable la EBDO en las condiciones reales en que<br />
se efectúan las labores de salud mental.<br />
En el caso de la EBDO, los ítem son enteramente<br />
nuevos y no están considerados en las dos escalas<br />
con las que fue contrastado. Si el lector revisa<br />
los siete ítem que la constituyen, comprobará que<br />
el primero y el tercero se refieren directamente a<br />
la angustia. Con independencia de la forma en que<br />
usualmente la psiquiatría caracteriza a la angustia<br />
(por ejemplo, en los Trastornos de ansiedad), los<br />
pacientes depresivos atendidos ambulatoriamente<br />
refieren “angustia” en un alto porcentaje de los casos<br />
(16, 17). Que esa “angustia” no corresponda a<br />
lo que la psiquiatría estima como tal (aquella asociada<br />
a síntomas de descarga adrenérgica), es una<br />
limitación del conocimiento clínico y no de la forma<br />
en que las personas experimentan la depresión.<br />
Concordante con esto parece ser el hecho de que<br />
una de las críticas al BID es, justamente, su falta de<br />
discriminación con la ansiedad reportada en escalas<br />
de autoevaluación (8).<br />
El ítem 2 se refiere a la capacidad de concentración.<br />
Es clínicamente obvio que la depresión presenta<br />
característicos cambios en la capacidad de<br />
concentración, que en su extremo, podrían invalidar<br />
a los instrumentos autoadministrados: si no se<br />
comprende el titular de un diario, es difícil pensar<br />
que se puede comprender un cuestionario complejo<br />
de 21 ítem. El ítem 4 se refiere a la vivencia de la<br />
temporalidad, ampliamente conocida en estudios<br />
descriptivos clásicos de la melancolía (18, 19). El<br />
ítem 5 corresponde también a un fenómeno clínicamente<br />
corriente, como es la expectativa frente al<br />
día, frecuentemente asociada a la angustia constrictiva<br />
propia de la depresión. Las dificultades<br />
ideativas (del pensar) también son habituales y conocidas.<br />
Finalmente, el consumo de alcohol parece<br />
ser la terapia autoadministrada de primera línea<br />
en los cuadros depresivos, y aunque de modo indirecto<br />
(al igual que los intentos de suicido y otras<br />
conductas depresivas), pueden ser indicadores útiles<br />
para su evaluación. La idea central fue evaluar<br />
REV CHIL NEURO-PSIQUIAT <strong>2003</strong>; 41(1): 31-38<br />
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