descargar PDF - Spend In

e sn t ir leo v di se t av i d a
Museo alla
Scala
Roberto Garavaglia dirige con mano férrea el Museo teatralle alla Scala,
una institución milanesa que alberga algunas de las páginas más gloriosas de
la historia del teatro y de la música. Gracias a la iniciativa de grandes mecenas
y a la colección Jules Sambon en torno a la cual giran sus fondos, este museo
muestra cada año a cientos de miles de visitantes los entresijos de la Scala.
76• texto POR cristina reyes • FOTOGRAFÍA POR DAVID GAYA
www.spend-in.com

e n t r e v i s t a
Numismático, anticuario
y sobre todo amante de
la música y el teatro, el
parisino Jules Sambon,
llegó a poseer una
valiosa colección de arte
teatral que decidió sacar
a subasta a principios
de mayo de 1911. Cinco
personajes relevantes de la vida social y cultural
milanesa, el duque Uberto Visconti di Modrone;
el profesor Lodovico Pagliaghi; el compositor
y libretista, Arrigo Boito; el corresponsal de Il
Secolo, el señor Borsa; el senador Mangili; el conde
Leopoldo Pullè y Gino (Ettore) Modigliani, director
de la Pinacoteca de Brera se reunieron alrededor
de una mesa para decidir la compra de la colección
Sambon que podría servir de fondo para la creación
de un museo, fervientemente deseado por la comunidad
intelectual milanesa, adjunto a la Scala.
Gracias al apoyo financiero de la ciudad de Milán y
a las 5000 liras de cada uno de los 50 suscriptores
privados, la colección, compuesta por instrumentos
musicales, una serie de figurines de porcelana dedicada
a la Comedia dell’Arte, iconografía y objetos
diversos, bustos, cuadros y trajes de escena, entró
a formar parte del patrimonio de la comuna y se
convirtió en el núcleo del museo que abrió sus puertas,
con gran boato, el 8 de mayo1913 en el célebre
casino Ricordi adyacente al Teatro alla Scala.
Renato Garavaglia lleva en la casa más de
veinte años. Entró como jefe de prensa del teatro,
diez años más tarde ocupó el puesto de director de
ediciones y desde 2004 está al mando del rebautizado
Museo teatrale alla Scala que cada año recibe
a más de 200 mil visitantes. “El hecho de que el
museo esté en las instalaciones del teatro es muy
importante, los visitantes pueden visitar el teatro
y el museo al mismo tiempo y esto es lo que nos
permite tener tantas visitas”, comenta este antiguo
periodista de l’Unitá tan preocupado por la gestión
económica de la institución como por la calidad de
su oferta cultural. “Nuestros principales patrocinadores
son la Banca Popolare di Milano y la Japan
Tobacco International, pero para cada exposición
temporal, que cuesta alrededor de 150 mil euros,
tenemos que encontrar un sponsor nuevo y eso es
extremadamente difícil”, añade. Por el momento,
Garavaglia puede dormir tranquilo, su museo es
uno de los pocos de su categoría que da beneficios
y, a pesar de los tiempos que corren, malos para la
lírica, el museo acaba de recibir una donación millonaria
de una mecenas japonesa, la señora Yoko,
que como numerosos de sus compatriotas es una de
sus fervientes admiradoras.
No podía imaginar Renato Garavaglia cuando
asistió con 14 años a su primera ópera en la Scala
que un día acabaría formando parte de la casa y, a
pesar de los 40 años que lleva frecuentando la ópera,
sigue experimentando la misma emoción cada
vez que entra en la sala del teatro. De todos estos
años guarda recuerdos memorables, como el éxito
rotundo de la primera tournée de la Scala a Japón
en el 81 o la magia de Sevilla cuando representaron
www.spend-in.com •77

e n t r e v i s t a
1
2
La Traviatta y el Requiem de Verdi bajo la
batuta de su admiradísimo Riccardo Muti.
“Carlos Kleiber, el director de orquesta era
un hombre muy desenfadado no era un
divo, se paseaba con una bolsa de plástico
con todas sus pertenencias porque le divertía;
la Callas sí era una auténtica diva
pero también una grandísima profesional;
aunque, sin duda, la persona que más
me ha impresionado no sólo en el plano
profesional sino también en el personal,
ha sido Riccardo Muti, hemos sido amigos
y hemos pasado mucho tiempo juntos”.
Si en la ópera los triunfos se miden
por el tiempo que duran los aplausos, el
mayor éxito que recuerda Renato Garavaglia
es el Otelo de Plácido Domingo. Casualmente,
al día siguiente de nuestra entrevista,
Domingo tenía previsto realizar
su coming back con el Simon Boccanegra
de Verdi tras una grave operación, en el
teatro asistimos a los ensayos de voz entre
una gran expectación. “Plácido Domingo
es un personaje muy querido y admirado
en la Scala, comenta el direttore, su vuelta
es un momento muy esperado y emocionante
que promete un lleno absoluto”.
Ni Domingo, ni el alma omnipresente
de Giuseppe Verdi indisolublemente
ligada al Teatro alla Scala, pueden con la
pasión incondicional de Renato Garavaglia
hacia Wagner, su ídolo. Tristán e Isolda,
3
4
IL teatro
(1) Renato Garavaglia mostrando
los carteles de dos de las
óperas más exitosas que se
han representado en la Scala.
(2) Parte de la colección de
figurillas inspiradas en la
Comedia dell’Arte. (3) El dottore
Garavaglia mostrando el libro
Verdi y la Scala. (4) Retrato
de María Callas. (5) Renato
Garavaglia delante de la fachada
del teatro junto al programa de
la reciente temporada de ópera.
5
A pesar de llevar
40 años en el teatro sigo
experimentando
la misma emoción cada vez
que entro en la sala
su obra preferida ha sido representada
en esta sala pero, sin duda, han sido las
óperas de Verdi, de Puccini y la batuta de
Toscanini las que han marcado el destino
del teatro desde que fuera construido en
1776 sobre la antigua iglesia de Santa
María alla Scala.
La voz de la Norma de Callas resuena
en las paredes del Foyer, la impresionante
sala donde se reúnen los melómanos en
cada entreacto, allí es donde culmina
nuestra entrevista y nuestra didáctica
visita al museo.
Con la vista puesta en su próxima
jubilación Renato Garavaglia nos señala
en el mapa el destino que le aguarda lejos
del boato de la ópera: Ribadesella. Apasionado
de España, ha elegido este pequeño
enclave asturiano para pasar el resto de
su vida mecido no por los ecos de las arias
sino por el suave sonido de las olas.
78•
www.spend-in.com