You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
El sueño de la razón<br />
critores se oponían al régimen franquista, habían adoptado formas diferentes<br />
para expresarse. Sastre propugnaba un teatro de obviedad en<br />
la denuncia y <strong>Buero</strong> <strong>Vallejo</strong> uno más sutil pero, a la postre, más efectivo.<br />
Lo que comenzó como una diferencia privada pasó a ser, muy a pesar<br />
de <strong>Buero</strong> <strong>Vallejo</strong>, una contienda pública en la que se vió forzado a responder<br />
con su artículo «Obligada precisión acerca del “Imposibilismo”».<br />
Con este escrito, <strong>Buero</strong> se pronuncia ante lo que para el momento consideraba<br />
había adquirido proporciones malintencionadas hacia él y su<br />
obra. «Imposibilismo» fue un término que <strong>Buero</strong> empleó en un coloquio<br />
al referirse a un teatro que por sus características no podía representarse<br />
en una España con censura. En el número de mayo-junio de 1960 de la<br />
revista Primer Acto, Sastre publica un artículo en el que se da por aludido,<br />
y encuentra en su actitud «imposibilista» la razón de por qué sólo se<br />
habían estrenado en Madrid cuatro de los catorce dramas que había escrito,<br />
asocia el teatro de <strong>Buero</strong> al de Alfonso Paso (que había comenzado<br />
practicando el realismo social pero se había transformado en un autor<br />
comercial) y considera sus respectivas trayectorias como dos grados de<br />
una misma línea de acomodación al sistema. Dice Sastre:<br />
El concepto de «imposibilismo»–y en consecuencia su opuesto– no es<br />
válido. No hay teatro «imposible», en la medida en que no existen criterios<br />
de certeza de su imposibilidad: el aparato de control es contradictorio<br />
y su acción es imprevisible; además las empresas están evolucionando<br />
y hoy es normal que estrenen lo que hace unos años rechazaban.<br />
Hay, eso sí, un teatro momentáneamente «imposibilitado». Todo teatro<br />
debe ser considerado posible hasta que sea imposibilitado; y toda «imposibilitación»<br />
debe ser acogida como una sorpresa. De ningún modo<br />
podemos contar para nuestro trabajo con ese interlocutor, y de un modo<br />
especial por dos razones: porque contar con él significa aceptarlo, normalizar<br />
su existencia, y porque ese interlocutor es fantasmagórico, invertebrado<br />
[...], no podemos –aparte de que debamos o no– contar con<br />
ese factor por la sencilla razón de que es un factor sin estructura [...]. Si<br />
la tuviera, sí deberíamos contar con él, aunque no para acomodarnos a<br />
sus intersticios en nuestro intento de penetración social. Es posible recordar<br />
que el progreso no se consigue por acomodación, sino dialécticamente,<br />
por contradicción, por oposición de los contrarios (2) 10<br />
<strong>Buero</strong> en su réplica, después de subrayar que en sus once años como<br />
autor teatral nunca había criticado a un compañero en un medio de<br />
comunicación y que esas «censuras públicas –y graves– entre compaxv<br />
10 Alfonso Sastre: «Teatro imposible y pacto social», Primer Acto, . Cuadernos de investigación<br />
teatral 14 (mayo-junio 1960): 1-2. Print.