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19 No. 1 - Universidad Iberoamericana

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Consulte los índices de Psicología <strong>Iberoamericana</strong> en:<br />

SIPAL, HELA y CLASE.- www.dgbiblio.unam.mx/<br />

Latindex.- www.latindex.unam.mx<br />

Redalyc.- http://redalyc.uaemex.mx/<br />

Librería en línea: www.uia.mx/publicaciones<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> vol. <strong>19</strong> <strong>No</strong>. 1, enero-junio 2011 es una publicación semestral de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, A.C., Ciudad de México.<br />

Prol. Paseo de la Reforma 880, Col. Lomas de Santa Fe. C.P. 012<strong>19</strong>, México, D.F. Tel. 5950-4000 ext. 49<strong>19</strong>. www.uia.mx, publica@uia.mx. Editor<br />

Responsable: Dra. Angélica Ojeda García. Número de Certificado de Reserva al Uso Exclusivo otorgado por el Instituto Nacional del Derecho<br />

de Autor: 04-2008-093012453500-102, ISSN: 1405-0943 Número de Certificado de Licitud de Título 74<strong>19</strong>, Número de Certificado de Licitud de<br />

Contenido 5335, ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio<br />

de la Publicación: Departamento de Psicología, <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, A.C. Prol. Paseo de la Reforma 880, Col. Lomas de Santa Fe. C.P. 012<strong>19</strong>,<br />

México, D.F. Tel. 5950-4000 ext. 7005. Impreso en: Tipográfica, S.A de C.V. Cerrada de la Imagen 26. Col. Lomas de San Ángel Inn. C.P. 01790, México,<br />

D.F. Tel. 5683-0606. Distribución: <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, A.C. Prol. Paseo de la Reforma 880, col. Lomas de Santa Fe, C.P. 012<strong>19</strong>, México, D.F.<br />

Tel. 5950-4000 ext. 7600. Todo artículo firmado es responsabilidad de su autor. Se prohíbe la reproducción de los artículos sin consentimiento del<br />

editor. psicologiaiberoamericana@uia.mx; publica@uia.mx<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> vol. <strong>19</strong> <strong>No</strong>. 1, enero-junio 2011, se terminó de imprimir el mes de junio de 2011 en los talleres de Tipográfica, S.A de<br />

C.V. ubicados en Cerrada de la Imagen 26. Col. Lomas de San Ángel Inn. C.P. 01790, México, D.F. Tel. 5683-0606 con un tiraje de 150 ejemplares.


Contenido<br />

Content<br />

5<br />

8<br />

<strong>19</strong><br />

27<br />

39<br />

Editorial<br />

Las Redes de Trabajo: Una Estrategia para Fortalecer la Productividad en<br />

Tiempos Modernos<br />

Employment Networks: A Strategy for Enhancing Productivity in Modern<br />

Times<br />

Angélica Ojeda García<br />

Sentido de Comunidad Virtual: Un Estudio Teórico Empírico<br />

Sense of Virtual Community: A Theoretical and Empirical Study<br />

María del Rocío Méndez Lara, Agris Galvanovskis Kasparane<br />

Cambios en la Orientación Personal mediante la Intervención Grupal con<br />

Alumnos de Bajo Rendimiento Escolar<br />

Changes in Personal Orientation of Low Academic Performance Students<br />

by Means of Group Intervention<br />

Gloria Margarita Gurrola Peña, Patricia Balcázar Nava, Martha Patricia Bonilla<br />

Muñoz, Enrique Navarrete Sánchez, Ma. Del Carmen Farfán García, Aristeo<br />

Santos López<br />

Procedimientos para disminuir los Bajos Promedios e Irregularidad<br />

Estudiantil en Universitarios<br />

Procedures to Diminish the Student Irregularity as Incipient Element of<br />

the Low Terminal Efficiency<br />

Elvira Ivone González Jaimes, Ma. de Lourdes Hernández Prieto, Roberto<br />

Sanromán Aranda<br />

Percepción de Tareas de Crianza en Niños con Discapacidad Intelectual<br />

Perception of Rearing Tasks in Children with Intellectual Disabilities<br />

Luis Antonio Hernández Hernández, Hans Oudhof Van Barneveld, <strong>No</strong>rma<br />

Ivonne González Arratia López Fuentes, Erika Robles Estrada, Susana Silvia<br />

Zarza Villegas


47<br />

58<br />

72<br />

80<br />

Análisis Comparativo de las Repercusiones de la Migración Paterna en un<br />

Grupo de Estudiantes de Quito<br />

Comparative Analysis of the Impact of Parental Migration in a Group of<br />

Students from Quito<br />

Natalio Carrasco García<br />

Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación<br />

Profesor-Alumno<br />

Peer Bullying and Aggressive Escalations in the Student-Teacher<br />

Relationship<br />

Brenda Mendoza González<br />

Locus de Control y Tradicionalismo en el Estado de Guanajuato, México<br />

Locus of Control and Traditionalism in the State of Guanajuato, México<br />

Tonatiuh García-Campos, Luis Felipe García-y-Barragán<br />

Validación de la Escala Mexicana de Homofobia EHF-6<br />

Validation of the Mexican Homophobia Scale EFH-6<br />

José Moral de la Rubia, Adrián Valle de la O


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 5-7 ISSN 1405-0943<br />

Editorial<br />

Las Redes de Trabajo: Una Estrategia<br />

para Fortalecer la Productividad en<br />

Tiempos Modernos<br />

Employment Networks: A Strategy for Enhancing Productivity<br />

in Modern Times<br />

Angélica Ojeda García *<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, México<br />

En la actualidad, las posibilidades de impactar desde el trabajo que cada quien desempeña, son<br />

enormes. <strong>No</strong> obstante, muchas empresas han adoptado también la filosofía de internacionalizarse<br />

y sumar sus esfuerzos para alcanzar dicho objetivo. Parte de esta filosofía consiste en observar resultados<br />

a través de los llamados “productos terminados,” generados en tiempo y forma. Un medio<br />

para hacerlo es creando grupos de trabajo.<br />

Estos grupos, con el uso de medios electrónicos, pueden hacerse desde una oficina de cuatro<br />

paredes y contar con el apoyo de personas desde de cualquier parte del mundo. Una ventaja es<br />

que son el medio para desarrollar ciertas competencias: comunicación clara y concreta, solución<br />

de problemas, análisis y síntesis, relaciones estratégicas, manejo en habilidades sociales, diseño<br />

e implementación de ideas, planteamiento de objetivos, focalización de la energía hacia un fin<br />

común, relaciones asentadas sobre valores compartidos, entre otros.<br />

Otro aspecto positivo es que no sólo pueden ser aplicables y beneficiar a la persona en el ámbito<br />

laboral, sino también proporcionan habilidades para la vida diaria. En ese sentido, creo que<br />

sería mejor llamarles equipo de trabajo, pues equipo es un término que implica un proceso de involucramiento<br />

de los participantes, un interés personal de establecer metas, mayor confianza entre<br />

los interesados, crecimiento mutuo, desarrollo en mayor número de ámbitos de la vida cotidiana,<br />

beneficios personales y no sólo laborales.<br />

Desafortunadamente, algunas personas, sobre todo en el ámbito profesional, prefieren reservarse<br />

el derecho de compartir, suelen trabajar sin un equipo y fuera de este “sistema estratégico”<br />

que les facilite su labor y les refuerce su impacto en el servicio que prestan.<br />

Los equipos de trabajo permiten fortalecer los fuerzas y recursos para alcanzar logros, pero<br />

con ello, también la filosofía de que el compartir ideas, proyectos, metas hacia un fin común,<br />

permite llegar más lejos que a la inversa. Es decir, lo contrario limita más, pues el avance hacia un<br />

trabajo de impacto y relación internacional es muy lento.<br />

Ahora bien, incrementar la productividad no sólo beneficia a la empresa y a la persona, sino<br />

que permite hacer un mejor manejo del tiempo dedicado al trabajo y a la vida diaria, reditúa en la<br />

calidad de vida que se puede fortalecer en otros ámbitos no considerados productivos (la vida familiar,<br />

social y recreativa), pero que tiene igual de importancia que la que se le proyecta a la laboral. En<br />

otras palabras, la modernidad de hoy exige ser “productivos,” pero en todas las áreas y roles en las<br />

*Para correspondencia: Prolongación Paseo de la Reforma 880, edificio J segundo piso, Lomas de Santa Fe, C.P. 012<strong>19</strong>, México D.F.<br />

Tel.: (52) (55) 59 50 40 00, ext. 7005, angelica.ojeda@uia.mx.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | EDITORIAL. Las Redes de Trabajo: Una Estrategia para Fortalecer la Productividad... | 5


que se desenvuelve una persona, por lo que el término equipo de trabajo debe extenderse a dichas<br />

áreas y, volvernos expertos en el manejo de relaciones personales, para “estar mejor haciendo más<br />

desde un producir, crear y actuar estratégico,” y “si tú creces, yo crezco.” Esta pequeña reflexión es<br />

una invitación para que usted, amigo lector, pueda ponerlo en práctica.<br />

El presente número incluye diversos artículos que aunque no resaltan, precisamente, el valor<br />

agregado de los equipos de trabajo, me permito reflexionar al respecto desde su contenido. Hablar<br />

de un sentido de comunidad virtual puede ser en un inicio una manera de comenzar con esta<br />

filosofía. Buscar hacer intervención grupal para favorecer tanto el bajo rendimiento escolar, los<br />

bajos promedios y la irregularidad estudiantil, se dice fácil, pero se requiere de un equipo de colaboradores<br />

entre alumnos, capacitadores, tutores y padres de familia. De ahí que sólo a través de<br />

equipos de trabajo se pueda impactar, socialmente hablando, en temas como niños con discapacidad<br />

intelectual, homofobia, migración o bullying entre pares y/o relación profesor-alumno.<br />

De tal suerte que más ampliamente, en primer lugar, Méndez Lara y Galvanovskis Kasparan,<br />

nos presentan un estudio cualitativo en el que muestran los conceptos relacionados con el Sentido<br />

de Comunidad Virtual (SCV), el cual definieron como el conjunto de características que la integran:<br />

el reconocimiento, identificación, relación, membresía, realización de necesidades e influencia,<br />

integración, conexión compartida, apoyo y funcionamiento de la interfaz dentro de una comunidad<br />

virtual; para ello, proponen estas características como indicadores para constituir una<br />

futura escala al respecto, que permita evaluar dichas comunidades virtuales o no, con la finalidad<br />

de preservarlas como unidades de reforzamiento .<br />

En la segunda posición, en el artículo de Gurrola Peña, Balcázar Nava, Bonilla Muñoz,<br />

Navarrete Sánchez, Farfán García y Santos López, se plantea que mediante un programa de intervención<br />

basado en la búsqueda del autoconocimiento y fortalecimiento de la autoestima, lograron<br />

una mejoría significativa en tres escalas clínicas: Espontaneidad, Autoestima (propiamente dicho)<br />

y Capacidad de Contacto Íntimo que repercutió en incrementar su estatus académico en un grupo<br />

de alumnos del sexo masculino.<br />

En el tercer artículo, González Jaimes, Hernández Prieto y Sanromán Aranda presentan un<br />

estudio cuasi-experimental con dos procedimientos, el primero fue mediante estrategias de aprendizaje,<br />

y el segundo, con un método psicoterapéutico, encontraron que la estabilidad emocional de<br />

las personas repercute de manera importante en el rendimiento académico.<br />

En la cuarta intervención, y con el fin de dar cuenta de la relevancia que tiene la percepción<br />

de las tareas de crianza basadas en la educación de niños con discapacidad intelectual, Hernández<br />

Hernández, Hans Oudhof Van Barneveld, González Arratia López Fuentes, Robles Estrada y Zarza<br />

Villegas emplean la entrevista semi-estructurada y concluyen que el afecto, la disciplina y el control<br />

que los padres expresan a través de satisfacerles sus necesidades materiales, biológicas y emocionales<br />

y que lo hacen a través de la comunicación que mantienen entre ellos, tiene igual incidencia en<br />

actividades de contacto físico y emocional de estos niños, los cuales se perciben aceptados por sus<br />

padres; resalta en particular la importancia de la figura paterna en el control de la conducta del niño.<br />

En la quinta intervención, Carrasco García presenta otro estudio en el cual la participación de<br />

los padres en la educación de los hijos es de crucial importancia. Realiza un estudio ex post facto<br />

prospectivo con el fin de encontrar posibles repercusiones psicosociales y educativas que pueden<br />

presentar los menores, cuyos padres han migrado. Sin embargo, se puede observar que el proceso<br />

de migración per se no necesariamente es perjudicial en el desarrollo de los niños, sino que hay que<br />

estudiar las condiciones en que ésta se presenta, es decir, la cultura de la migración.<br />

En la sexta intervención Mendoza González explora la relación del bullying entre pares, y entre<br />

alumnado y profesorado, ambos medidos con la percepción de los alumnos (757 adolescentes),<br />

6 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Angélica Ojeda García


estudiantes de secundaria, de escuelas públicas de Madrid. Se describen los tipos de adolescentes<br />

que participan en episodios de bullying entre pares (bullies, víctimas y no involucrados), y bullying<br />

entre profesorado (desafección, acoso, neutro), quienes además se involucran desde un escalamiento<br />

agresivo, tanto con sus compañeros como con el profesorado.<br />

En el séptimo artículo, García-Campos y García-y-Barragán, en un intento por demostrar<br />

que la interiorización de la cultura tradicional, realizan un estudio para conocer el efecto del proceso<br />

de atribución bajo los términos culturales de Locus de Control y Tradicionalismo que los guanajuatenses<br />

refieren, como dos formas de observar su sociocultura y personalidad; ya que éstas<br />

han sido reportadas en estudios con mexicanos, cuya tendencia es la interiorización de las normas<br />

culturales o el alejamiento de ellas. Aplicaron la versión corta de la Escala multifactorial de Locus<br />

de Control propuesta por García y Reyes (García, 2003) a 848 personas de cinco municipios del<br />

estado de Guanajuato, encontrando que el éste es característico de los mexicanos, incluyendo a los<br />

guanajuatenses. Así mismo, observaron que el tener mayores años de estudio afecta en el tipo de<br />

atribuciones que se realizan.<br />

Por último, Moral de la Rubia y Valle de la O presentan, en términos psicométricos, la fuerza<br />

de seis indicadores de la Escala de Homofobia (EHF) hacia lesbianas y hombres homosexuales<br />

propuesta por Moral y Martínez (2010) en una modalidad de estructura unidimensional. Se recomienda<br />

su uso en México, como medio de evaluación entre jóvenes de ambos sexos, pues no sólo<br />

permite observar prejuicios hacia este sector de la sociedad, sino la tendencia a ser un factor cada<br />

vez más presente dentro de comunidades estudiantiles.<br />

Así es que, si queremos cambios tanto a nivel social como favorecer el desarrollo y crecimiento<br />

individual para crear personas más humanas (en toda la extensión de la palabra), el trabajo en<br />

equipo es la mejor opción.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | EDITORIAL. Las Redes de Trabajo: Una Estrategia para Fortalecer la Productividad... | 7


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 8-18 ISSN 1405-0943<br />

Sentido de Comunidad Virtual:<br />

Un Estudio Teórico Empírico<br />

Sense of Virtual Community: A Theoretical and Empirical Study<br />

María del Rocío Méndez Lara<br />

Agris Galvanovskis Kasparane*<br />

<strong>Universidad</strong> de las Américas, Puebla, México<br />

Resumen<br />

En los últimos años, las comunidades virtuales han tenido un fuerte desarrollo. La filosofía web 2.0 ha logrado contar<br />

con interfases más sofisticadas, enfocadas principalmente al intercambio de información, y la construcción y generación<br />

social del conocimiento; ejemplo de ello son las redes sociales y foros de discusión, entre otras. Para preservar este<br />

conocimiento es importante mantenerlas activas, y el sentido de comunidad virtual (SCV) juega un papel preponderante.<br />

Son pocas las investigaciones que se han realizado para identificar la estructura del SCV, y las existentes se han<br />

basado, casi todas, en el marco teórico de las comunidades físicas. Debido a esto, la presente investigación tiene como<br />

objetivo identificar y proponer los conceptos que miden SCV que nos permitan, a futuro, crear una escala para monitorear<br />

estas comunidades y lograr su permanencia y la preservación del conocimiento de las mismas.<br />

Descriptores: Sentido de comunidad virtual, Internet, comunidades virtuales, redes sociales, sentido de comunidad,<br />

sentido de pertenencia, comunidades web 2.0.<br />

Abstract<br />

In recent years, virtual communities have had a strong development. These communities are Web 2.0 based technologies<br />

and focused mainly on the exchange of information and the social construction of knowledge. An example of these technologies<br />

are social networks, forums, collaborative tagging systems and other applications that enable people to connect with<br />

friends, share information and knowledge, build relationships and collaborate with others. To preserve this knowledge, it is<br />

important to keep these communities active and in order to do so the sense of virtual community (SOVC) plays a leading<br />

role. Most researchers have adapted sense of community theories, to virtual groups. This work reviews the empirical studies<br />

on SOVC, examines and proposes a theoretical model and the dimensions of SOCV that allow us to develop a measure to<br />

monitor these communities and ensure their continuity and preservation of knowledge.<br />

Key words: Communities, Internet, Computer mediated communication, Community involvement, Community involvement,<br />

Motivation, Online social networks<br />

* Para correspondencia: María del Rocío Méndez Lara: Exhacienda Sta. Catarina Mártir, San Andrés. Cholula, Puebla. C.P. 72000. Tel. (222) 229-2124,<br />

rocio.mendez@udlap.mx. Agris Galvanovskis Kasparane: Exhacienda Sta. Catarina Mártir, San Andrés. Cholula, Puebla. C.P. 72000. Tel. (222) 229-<br />

2486, agris.galvanovskis@udlap.mx.<br />

8 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | María del Rocío Méndez Lara • Agris Galvanovskis Kasparane


INTRODUCCIÓN<br />

Internet, llamada comúnmente “red de redes,” ha<br />

tenido un fuerte impacto en los diferentes ámbitos<br />

económico, educativo, social y tecnológico. En especial,<br />

ha traído consigo la oportunidad de una comunicación<br />

y relación de manera virtual entre una gran cantidad de<br />

personas en cualquier lugar. Las comunidades virtuales<br />

se definen como un grupo de personas que interactúan<br />

y se comunican a través de la computadora. Éstas, son<br />

grupos sociales que están en la red y que tienen una población<br />

suficientemente grande para discutir sobre un<br />

tema (Rheingold, <strong>19</strong>96). Las estadísticas muestran que<br />

el 84% de los usuarios de Internet se han contactado o<br />

participado en una comunidad virtual (Porter, 2004).<br />

En la actualidad hay diferentes tipos, que van desde<br />

los listservs, foros de discusión como yahoo, redes sociales<br />

como Facebook, Ning, Hi5, Twitter, Wikis; como<br />

Wikipedia, sistemas de etiquetado colaborativo para<br />

compartir fotos como Flickr, videos como Youtube,<br />

documentos como Scribd, presentaciones como Slideshare,<br />

sitios web como Delicious, entre otras. La mayoría<br />

son parte de las tecnologías web 2.0, concepto acuñado<br />

por Dale Dougherty y Tim O’Reilly para referirse<br />

a herramientas enfocadas a compartir información,<br />

construir y generar conocimiento entre los miembros<br />

de la comunidad para su uso común (O’Reilly, 2005).<br />

Para lo cual cuentan con sistemas que les permiten interactuar,<br />

tener un historial sobre sus discusiones; compartir,<br />

organizar y clasificar información para su futuro<br />

acceso. En las comunidades virtuales se comparte actualmente<br />

información y conocimiento, además de un<br />

entendimiento mutuo. Para su buen funcionamiento es<br />

importante saber qué papel juega cada miembro de esa<br />

comunidad. Se desarrollan sentimientos de membresía,<br />

distribución de roles e identidades, y se establece un<br />

sentido de comunidad virtual (SCV). Cuando no existe<br />

este sentido de comunidad, por lo general éstas tienden<br />

a desaparecer o los miembros dejan de participar.<br />

Nielsen (2006) menciona que sólo un 1% de los miembros<br />

en una comunidad participan, y un 90% sólo está<br />

inscrito pero no tiene ninguna participación. Debido a<br />

lo anterior es importante mantenerlas activas y lograr<br />

que los miembros participen, con el fin de preservar este<br />

conocimiento y para lograrlo, el SCV es vital. Si no existiera<br />

el sentido de comunidad, éstas desaparecerían y<br />

como consecuencia el conocimiento no se preservaría.<br />

Entre los principales factores del sentido de comunidad<br />

virtual se encuentran: membresía, límites, pertenencia,<br />

símbolos grupales, normas de esfuerzo y reto,<br />

apoyo entre miembros, conexión emocional entre los<br />

miembros, entre otros.<br />

Blanchard (2007) fue uno de los pocos investigadores<br />

que estudió este concepto con más detalle.<br />

Desarrolló un instrumento para medirlo, adaptando<br />

los reactivos del Índice de Sentido de Comunidad<br />

(McMillan & Chavis, <strong>19</strong>86) aplicado a comunidades<br />

físicas. Utilizó una muestra de 265 sujetos con tres<br />

listservs y 4 foros (Usenet newsgroups). Concluyó que<br />

existen problemas de validez en dicho índice. Esta investigación<br />

se basó principalmente en listservs y foros,<br />

pero en la actualidad, con la filosofía web 2.0, los sistemas<br />

para la creación de comunidades virtuales han<br />

crecido de manera exponencial.<br />

Algunos estudios (Doolittle & MacDonald, <strong>19</strong>78;<br />

Glynn, <strong>19</strong>81, citado por Kruger, et al., 2001; Obst,<br />

2004; Blanchard & Markus, 2004; Blanchard, 2007;<br />

Moore & Serva, 2007; Yu, Jiang & Chuan, 2007) han<br />

mostrado que existen más y diferentes factores que podrían<br />

medir el sentido de comunidad virtual y que no<br />

han sido incluídos en las anteriores escalas. Debido a<br />

esto, el objetivo de este estudio es identificar y analizar<br />

los conceptos que podrían constituir SCV, aplicado<br />

principalmente a estos nuevos sistemas web 2.0<br />

y después utilizarlos para crear una nueva escala que<br />

permita monitorear estas comunidades para lograr<br />

su permanencia. De esta manera, la información y el<br />

conocimiento compartido no se perderían.<br />

Comunidades Virtuales (CV)<br />

Webster (2010) define “comunidad” como un conjunto<br />

de personas viviendo con intereses comúnes en un área<br />

particular o “un conjunto de personas con intereses<br />

profesionales comunes. El concepto “comunidad virtual”<br />

se usa para describir diferentes formas de comunicación<br />

mediada por computadora, el cuál es usado por<br />

un grupo de personas (Cheon & Ahn, 2009). Wellman<br />

(citado por Obst, 2004) afirma que la “comunidad”<br />

está constituida por las redes de lazos interpersonales<br />

que proveen sociabilidad, apoyo social, información,<br />

sentido de pertenencia e identidad social.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Sentido de Comunidad Virtual: Un Estudio Teórico Empírico | 9


Chavis y Newbrough (<strong>19</strong>86) mencionan que se<br />

trata de cualquier conjunto de relaciones sociales enlazadas<br />

por un sentido de comunidad.<br />

En las CV, las personas forman una red social<br />

donde comparten información y conocimiento socializando<br />

y haciendo diferentes transacciones. Utilizan un<br />

lenguaje común, una comunicación simple, espacio<br />

público, intereses comunes, valores, metas, la persistencia<br />

de un significado común; usan tecnologías de<br />

la información para la interacción, sin barreras de espacio<br />

y tiempo e identidades digitalizadas como substitutos<br />

de seres físicos. Room (citado por Wang &<br />

Chen, 2004) argumenta que las comunidades virtuales<br />

redefinirán las relaciones interpersonales.<br />

Se considera que Rheingold es uno de los investigadores<br />

que ha trabajado más en el campo de las comunidades<br />

virtuales (Rheingold, <strong>19</strong>96 & Tilley, 2006).<br />

Rheingold (<strong>19</strong>96) es el primero que contribuye a la<br />

difusión del término “comunidad virtual” (CV), subrayando<br />

el lado humano en ellas. Definió comunidades<br />

virtuales como agrupaciones culturales que emergen<br />

cuando una gran cantidad de personas se encuentra en<br />

el ciberespacio. Posteriormente, afinó su definición y<br />

las describió como un grupo de gente que podría o no<br />

conocer a otros cara a cara para intercambiar palabras<br />

e ideas a través de la mediación de la computadora y<br />

las redes. Considera que la comunidad virtual emerge<br />

de la red con sentimientos y relaciones personales en el<br />

ciberespacio. Este autor fue un determinista tecnológico<br />

porque concluyó que existe una relación previsible<br />

entre la tecnología y el comportamiento de la gente.<br />

Está convencido de que las comunicaciones mediadas<br />

por computadora (CMC) tienen el potencial de cambiar<br />

vidas de los participantes en varios aspectos: a) el<br />

comportamiento humano individual; b) la interacción<br />

persona-persona y c) el comportamiento político.<br />

En el ciberespacio (Rheingold, <strong>19</strong>96) se tiene la<br />

oportunidad de chatear, argumentar, realizar actividades<br />

de comercio, intercambiar conocimiento, compartir<br />

emociones, hacer planes, enamorarse, chismear, discutir,<br />

encontrar amigos, perderlos, jugar, etcétera. Las<br />

identidades de los participantes convergen e interactuan<br />

electrónicamente sin tomar en cuenta el tiempo<br />

o el lugar. El ciberespacio (Lyman, <strong>19</strong>99) puede evocar<br />

un sentido de lugar y de comunidad intelectual, por lo<br />

que el término “comunidad virtual” incluye sentimientos<br />

de solidaridad social manifestados por medio de un<br />

software interactivo de red. Una comunidad en línea<br />

consta de personas que interactúan socialmente y se esfuerzan<br />

para satisfacer sus propias necesidades o tienen<br />

sus roles especiales; un propósito compartido que provee<br />

una razón para la comunidad, políticas que guían<br />

las interacciones de las personas, y sistemas de computación<br />

para apoyar y mediar la interacción social,<br />

además de facilitar un sentido de fraternidad (Preece,<br />

citado por Garber, 2004).<br />

Las comunidades virtuales han tenido un desarrollo<br />

permanente, sobre todo en Estados Unidos.<br />

Usenet fue una de las primeras comunidades. El chat<br />

fue uno de los sistemas más difundidos. Cerca de <strong>19</strong>96<br />

nacen nuevas herramientas para la participación en<br />

comunidades virtuales, en específico las basadas en la<br />

filosofía web 2.0 como las redes sociales, sistemas de<br />

contenido, Wikis, blogs, entre otras. Éstas permiten a<br />

las personas comunicarse con amigos, compartir actividades<br />

e intereses. Algunas de ellas son Facebook,<br />

MySpace, Delicious, Flickr, Scribd, Wikilearning, entre<br />

otras. Aquí las personas comparten ideas e intereses,<br />

crean relaciones sociales con otros, etc. Cheon y Ahn<br />

(2009), proponen categorías para agrupar estas nuevas<br />

herramientas: a) foros, que son discusiones sobre un<br />

tema; b) bases de conocimiento, proveen y permiten<br />

compartir información digitalizada, c) colaboración<br />

abierta, ambientes para crear y modificar contenidos;<br />

d) páginas personales, como los blogs, los cuales son<br />

mantenidos y creados por un solo individuo y e) los<br />

mundos virtuales, que son ambientes simulados por<br />

computadora donde un avatar es la identidad del usuario.<br />

Estas comunidades han aumentado considerablemente<br />

su número de usuarios. Un ejemplo es Facebook,<br />

que actualmente tiene 400 millones en todo el mundo.<br />

Los usuarios de estas comunidades son principalmente<br />

adolescentes, estudiantes universitarios y jóvenes de 20<br />

años en adelante. Todos estos nuevos sistemas han llevado<br />

a que las personas compartan, colaboren e enriquezcan<br />

en especial información y conocimiento. El<br />

enfoque de todos estos sistemas es dar y obtener información,<br />

pericia, opinión a través de un sentido de<br />

reciprocidad y obligación moral. La sabiduría parece<br />

ser un factor único motivacional para estos sistemas<br />

(Brunold, Merz & Wagner, 2002). Como se ha visto<br />

por muchos años, estas comunidades aparecen y de-<br />

10 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | María del Rocío Méndez Lara • Agris Galvanovskis Kasparane


saparecen. En México, el 64% de los usuarios de los<br />

diferentes sitios de Internet son menores de 25 años y<br />

llegan a invertir más de medio día al entretenimiento<br />

como el uso de redes sociales y otro tipo de comunidades<br />

(Morales, 2010).<br />

Sentido de Comunidad Virtual (SCV)<br />

El sentido de comunidad (SC) cara a cara, en general,<br />

es el sentimiento de conexión y pertenencia a un<br />

grupo social, y conduce a importantes resultados en<br />

comunidades humanas y organizaciones cara a cara<br />

(Blanchard & Markus, 2002).<br />

El trabajo de Sarason (<strong>19</strong>77, citado por Obst &<br />

White, 2004) fue pionero en la psicología del sentido<br />

de comunidad. Posteriormente McMillan y Chavis<br />

(<strong>19</strong>86) propusieron un modelo con cuatro componentes:<br />

a) membresía, constituido por una serie de factores<br />

que interactuán en la comunidad (quién está dentro o<br />

fuera): una historia compartida, símbolos comunes,<br />

seguridad emocional e inversión personal; la membresía<br />

permite sentirse como parte de la comunidad con<br />

derechos y responsabilidades; b) influencia, es un proceso<br />

interno que refleja la importancia que una persona<br />

tiene a través de las decisiones y acciones de la comunidad,<br />

permite al individuo hacer su contribución<br />

y cierto nivel de libertad de expresión; c) integración y<br />

realización de necesidades, es la motivación que los<br />

miembros de la comunidad están recibiendo al cubrir<br />

sus necesidades como status, demostración de competencia<br />

en algún área, valores compartidos, etcétera, lo<br />

cual refuerza la membresía de la comunidad y d) conexión<br />

emocional compartida, enfocada a compartir<br />

en la comunidad eventos significativos y nivel de contacto<br />

entre ellos.<br />

Uno de los instrumentos más usados para medir<br />

el sentido de comunidad virtual es el índice de sentido<br />

de comunidad (ISC), desarrollado por McMillan y<br />

Chavis (<strong>19</strong>86), quienes utilizan los cuatro factores anteriormente<br />

mencionados. Se ha asociado con relaciones<br />

predictivas, a través de diferentes tipos de comunidades,<br />

edades, grupos y culturas. Ha sido una medida útil, validada<br />

y confiable. Sin embargo, las propiedades psicométricas<br />

inconsistentes de las sub-escalas han hecho que<br />

los investigadores tengan que eliminar reactivos para<br />

mejorar éstas. Los análisis factoriales no han mostrado<br />

evidencia empírica para apoyar la visión de los autores<br />

como un constructo multidimensional (Fisher, Sonn &<br />

Bishop, 2002, citado por Blanchard, 2007).<br />

Otras medidas han sido desarrolladas combinando<br />

el ISC con otros reactivos e instrumentos (Allen<br />

& Allen, <strong>19</strong>87; Berger, <strong>19</strong>87, Davison & Cotter, <strong>19</strong>93;<br />

Glynn, <strong>19</strong>81; Royal & Rossy, <strong>19</strong>96). McMillan (citado<br />

por Blanchard & Markus, 2004) ha reconceptualizado<br />

el término incluyendo aspectos espírituales y artísticos<br />

de las comunidades.<br />

Respecto al sentido de comunidad virtual, Blanchard<br />

(2007) lo define como sentimientos de membresía,<br />

identidad, afiliación y vinculación al grupo que interactúa<br />

principalmente a través de una comunicación<br />

electrónica dentro de una comunidad virtual. Son pocos<br />

los estudios que se han realizado sobre SCV. Se ha<br />

encontrado que la seguridad percibida, seguridad verbal<br />

y respeto entre los miembros son factores relacionados<br />

se relacionan con éste (Doolittle & MacDonald,<br />

<strong>19</strong>78; Glynn, <strong>19</strong>8, citado por Kruger, et al., 2001). Otro<br />

concepto es la conexión emocional compartida entre<br />

los participantes (Greer, 2000; Preece, <strong>19</strong>99; Rheingold,<br />

<strong>19</strong>93, citado por Blanchard & Markus, 2004). Existe<br />

evidencia de que una comunidad vrtual puede proveer<br />

apoyo social significativo. Hay influencia en términos<br />

de esfuerzo y normas con reto (Baym, <strong>19</strong>97; Kollock<br />

& Smith, <strong>19</strong>94; Markus, <strong>19</strong>94, McLaughlin, et al.,<br />

<strong>19</strong>95; Pliskin & Romm, <strong>19</strong>97, citados por Blanckard<br />

& Markus, 2004). Varios estudios (Baym, <strong>19</strong>97; Greer,<br />

2000; Preece, <strong>19</strong>99; citados por Blanckard & Markus,<br />

2004) y Rheingold (<strong>19</strong>93) indican que el intercambio<br />

y apoyo entre los miembros son los sentimientos más<br />

importantes en las comunidades virtuales.<br />

Cheon y Ahn (2009) propusieron seis categorías<br />

que motivan a los miembros de una comunidad virtual<br />

a participar como a) valor hedónico, relacionado<br />

con el placer de participar; b) altruismo, sentir la<br />

obligación de ayudar; c) entendimiento, compartir su<br />

conocimiento; d) social, socializar, tener conexiones<br />

emocionales y hacer amigos; e) carrera, aumentar el<br />

conocimiento propio, aumentar el ego por la participación<br />

y mejorar la autoestima, entre otras.<br />

En las comunidades virtuales existe membresía,<br />

límites, pertenencia y símbolos grupales (Baym, <strong>19</strong>95,<br />

<strong>19</strong>97; Curtis, <strong>19</strong>97; Greer, 2000; Herring, <strong>19</strong>96; Kollock<br />

& Smith, <strong>19</strong>94; Markus, et al., 2000, Phillips, <strong>19</strong>96, citados<br />

en Blanchard y Markus, 2004).<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Sentido de Comunidad Virtual: Un Estudio Teórico Empírico | 11


Bingshan (2010) menciona que los factores que influyen<br />

en el sentido de comunidad virtual son: las características<br />

personales como género, carrera, salario y<br />

comportamiento en línea, la conexión de manera física,<br />

la administración de la comunidad como: opinión<br />

del líder, contenidos, reglas, y finalmente los comportamientos<br />

en la comunidad y los factores tecnológicos<br />

como: plataforma, diseño del sitio y navegación.<br />

Koh y Kim (2003) encontraron que el entretenimiento<br />

es importante para obtener una evaluación<br />

positiva, así como afecto de la comunidad virtual; dicha<br />

evaluación se refiere al placer o alegría derivada<br />

de las interacciones con los miembros y contenido<br />

que hay en la comunidad virtual. La emoción, placer<br />

y satisfacción resultan de una experiencia alegre. El<br />

entretenimiento puede ayudar a percibir afiliación a<br />

la comunidad porque los miembros necesitan conocerse<br />

por medio de las interacciones entre ellos o con<br />

el contenido para que en la comunidad se desarrolle<br />

la lealtad. Con este factor, la inmersión y la membresía<br />

incrementan. Koh y Kim (2003) distinguieron tres<br />

dimensiones en el sentido de comunidad virtual: a)<br />

membresía, es el sentimiento de pertenencia, b) la influencia,<br />

permite hacer una diferencia en su comunidad<br />

virtual y c) la inmersión, refleja el grado en el cual<br />

el comportamiento de los miembros de la comunidad<br />

está dominado por el estado de flujo causado por la<br />

interacción humano-computadora. Posteriormente en<br />

otro estudio, Koh y Kim (2007) describieron otras<br />

características de las comunidades virtuales: a) entusiasmo<br />

del líder, que se refiere a ayudar a los miembros<br />

para que sientan que la comunidad virtual está<br />

activa, que hay atención y cuidado por promoverla; b)<br />

actividades fuera de línea, el nivel de la presencia social<br />

en otros ambientes puede influir en el sentido de<br />

comunidad virtual; c) el valor o la utilidad de lo que se<br />

comparte y las d) facilidades físicas, como una adecuada<br />

infraestructura de tecnologías de información para<br />

contar con una fácil interacción e intefases amigables.<br />

En un newsgroup llamado MSN, Blanchard y Markus<br />

(2004) encontraron que para tener sentido de comunidad<br />

virtual los principales aspectos son los siguientes:<br />

a) reconocimiento, el interés en reconocer el trabajo<br />

de los demás y que además sean reconocidos ellos<br />

mismos; b) identificación, que es la identidad del participante<br />

en la comunidad virtual desarrollada por<br />

medio de los mensajes que envían; se puede identificar<br />

en los comentarios recibidos de cada miembro; c)<br />

apoyo, o sea, dar y recibir apoyo informacional y socio-emocional,<br />

porque los miembros consideran que<br />

la comunidad es útil para conocer las necesidades de<br />

los demás; d) relación con otros miembros, se refiere<br />

al desarrollo de amistad entre los miembros a través<br />

de una comunicación privada en línea; e) vínculos<br />

emocionales, se puede experimentar niveles diferentes<br />

de vínculos con la comunidad; y f) obligación, compromiso<br />

con la comunidad virtual. Encontraron que<br />

los que más participan sienten mayor obligación con<br />

la comunidad. Entre los resultados que obtuvieron,<br />

destaca que los miembros del grupo virtual no reportaron<br />

el sentimiento de influencia o bien, fueron influenciados<br />

por otros. El reconocimiento y las relaciones<br />

fueron importantes para el sentido de comunidad<br />

virtual. Al igual que Obst y colegas (2002) encontraron<br />

sentimientos de membresía. Esto incluye sentimientos<br />

individuales de identidad con los miembros de la comunidad.<br />

Blanchard y Markus (2004) proponen que<br />

las diferencias en influencia y la importancia de reconocer<br />

y tener relaciones con individuos podrían ser los<br />

más relevantes para interactuar en ambientes virtuales.<br />

Joinson y Diez Uhler (citados por Blanchard, 2008)<br />

mencionaron que usando las tecnologías de información<br />

y comunicación (TIC), las interacciones son<br />

generalmente anónimas y los miembros podrían tener<br />

preocupación acerca de las verdaderas identidades de<br />

los otros. Determinaron que la identidad y la identificación<br />

juegan un rol importante en el comportamiento<br />

informacional y afectivo en línea para los que reciben<br />

la información, pero para el que quiere compartir, el<br />

anonimato le permite tener una mayor inmersión en<br />

el grupo e incrementar la identidad en la comunidad teniendo<br />

también varios resultados positivos tales como<br />

solidaridad y unidad. La presencia de información que<br />

identifique al individuo: nombre o foto contribuye a<br />

construir la identidad individual dentro de un grupo en<br />

línea. Cuando la identidad de algún participante es sobresaliente,<br />

otros miembros sobre-interpretan e idealizan<br />

los patrones de su coducta (Walther, <strong>19</strong>96 citado<br />

por Blanchard, 2008).<br />

Postmes, Spears, Lee y <strong>No</strong>vak (2005 citados por<br />

Blanchard, 2008) sugirieron que la identidad individual<br />

y de grupo pueden coexistir y que las expresiones<br />

12 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | María del Rocío Méndez Lara • Agris Galvanovskis Kasparane


de individualidad a través de la comunicación de los<br />

miembros podrían fortalecer la identidad y solidaridad<br />

del grupo.<br />

Blanchard (2008) aplicó la teoría del intercambio<br />

social al estudio de las comunidades virtuales, subra<br />

yando que el apoyo recibido y proporcionado es muy<br />

importante en una comunidad virtual. Desde este punto<br />

de vista, el apoyo recibido y proporcionado debe ser<br />

recíproco y equivalente entre sí.<br />

Compranzano & Mitchell (2005; citados por Blanchard,<br />

2008) comentaron que la gente se siente obligada<br />

a ciertas reglas de intercambio, a normas que sirven<br />

como guías para las interacciones con otros. Estas<br />

normas de comportamiento determinan cómo la gente<br />

participa en el intercambio, así mismo, intervienen en<br />

la definición de los límites del grupo.<br />

Para la construcción del instrumento de medición<br />

de sentido de comunidad virtual, se ha usado como<br />

base el instrumento “Índice de Sentido de Comunidad<br />

(ISC), creado por McMillan y Chavis (<strong>19</strong>86). Blanchard<br />

(2007) encontró que éste no posee suficiente validez de<br />

contenido para las comunidades virtuales. De hecho,<br />

varios ítems no son relevantes. Para adaptar ISC a las<br />

comunidades virtuales Blanchard (2007) tomó 22 reactivos<br />

de ISC, los cuales fueron modificados: cambiando<br />

cuadra por grupo y vecinos por miembros. Se<br />

crearon 10 nuevos reactivos para evaluar los componentes<br />

únicos de SCV, mismos que estuvieron relacionados<br />

con la identificación y el intercambio de información<br />

como apoyo. Este cuestionario fue elaborado<br />

principalmente con un enfoque de comunidades virtuales<br />

web 1.0 y tomando como base las dimensiones<br />

de McMillan y Chavis (<strong>19</strong>86), las cuales fueron creadas<br />

para una comunidad física (cara a cara).<br />

Con lo anterior se puede resumir, primero, que la<br />

mayoría de la información que se ha rescatado de las<br />

diferentes investigaciones sobre SCV ha sido descriptiva,<br />

por lo que las interpretaciones son diversas, y<br />

segundo, los modelos de SCV están limitados porque<br />

la mayoría se ha basado en la conceptualización de<br />

McMillan y Chavis (<strong>19</strong>86) en comunidades físicas cara<br />

a cara (Ellonen, Kosonen & Henttonen, 2007). Debido a<br />

lo anterior, se analizarán e identificarán empíricamente<br />

las categorías que se relacionan con sentido de comunidades<br />

virtuales actuales.<br />

Para fines de esta investigación, comunidades virtuales<br />

se definió como “conglomerados sociales que<br />

emergen de la red cuando las personas tienen una diversidad<br />

de discusiones públicas con suficientes sentimientos<br />

humanos para formar redes de relaciones<br />

personales en el ciberespacio (Chin & Chignell, 2006;<br />

Reinghold, 2010), y sentido de comunidad virtual se<br />

define como el reconocimiento, identificación, relación,<br />

membresía, influencia, integración y realización<br />

de necesidades, conexión compartida, apoyo y funcionamiento<br />

de la interfaz dentro de una comunidad<br />

virtual.<br />

MÉTODO<br />

Participantes<br />

Para identificar los conceptos principales relacionados<br />

con SCV se aplicó una encuesta a 150 estudiantes universitarios,<br />

de los cuales 122 la contestaron completamente.<br />

Las 28 excluidas fueron repondidas errónea<br />

o parcialmente. El requisito para que contestaran la<br />

encuesta fue que pertenecieran a diferentes comunidades<br />

virtuales, como foros, redes sociales, sistema<br />

de etiquetado colaborativo, etcétera, y que sus edades<br />

fluctuaran entre 18 y 25 años. Se estableció este rango<br />

de edad ya que la literatura muestra que los usuarios<br />

potenciales de estas comunidades son menores de 25<br />

años (Morales, 2010). Los grupos fueron seleccionados<br />

al azar en cinco diferentes instituciones universitarias.<br />

Instrumento y procedimiento<br />

Para realizar esta investigación se decidió primero realizar<br />

una revisión de la literatura con el objetivo de<br />

identificar los conceptos que podrían estar relacionados<br />

con SCV. Al hacerlo, se identificaron 28 factores<br />

relacionados directa o indirectamente con sentido de<br />

comunidad virtual. Después se procedió a aplicar una<br />

encuesta anónima para identificar de modo empírico<br />

los conceptos que miden SCV. Este instrumento contó<br />

con dos secciones: en la primera, se incluyó la definición<br />

de sentido de comunidad y se les pidió a los encuestados<br />

que marcaran de un listado de 28 conceptos<br />

definidos cuáles consideraban que podrían influir en<br />

el SCV. En la segunda sección, se les hizo una pregunta<br />

abierta para que mencionaran cuáles eran los conceptos<br />

relacionados con esta variable. A los estudiantes se<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Sentido de Comunidad Virtual: Un Estudio Teórico Empírico | 13


les invitó a contestar la encuesta y se les explicó cómo<br />

deberían responderla. Con los resultados de esta encuesta<br />

fue posible identificar los principales conceptos<br />

relacionados con sentido de comunidad virtual, los<br />

cuáles podrán ser la base para crear a futuro un instrumento<br />

que mida mejor SCV.<br />

Resultados<br />

Después de realizar una revisión de la literatura sobre<br />

los diferentes factores que integran el concepto de sentido<br />

de comunidad virtual se identificaron un total 28<br />

factores (Baym, <strong>19</strong>95, <strong>19</strong>97; Blanchard, 2007; Curtis,<br />

<strong>19</strong>97; Doolittle & MacDonald, <strong>19</strong>78; Dunham, et al.,<br />

<strong>19</strong>98; Glynn, <strong>19</strong>81; Greer, 2000; Herring, <strong>19</strong>96; Kollock<br />

& Smith, <strong>19</strong>94; Markus, et al., <strong>19</strong>94, 2000; McLaughlin,<br />

et al., <strong>19</strong>95; Moore & Serva, 2007; Phillips, <strong>19</strong>96;<br />

Pliskin & Romm, <strong>19</strong>97; Preece, <strong>19</strong>99; Rheingold, <strong>19</strong>93;<br />

Yu, Jiang & Chuan, 2007), mismos que se presentan en<br />

la Tabla 1.<br />

Tomando en cuenta estos factores se aplicó la<br />

encuesta, la cual tuvo como objetivos: 1) seleccionar<br />

de los 28 conceptos aquellos que consideraran lo más<br />

relacionados con SCV y 2) por medio de una pregunta<br />

abierta, conocer qué aspectos consideraban más importantes<br />

para tener SCV.<br />

Con los resultados de esta aplicación y un proceso<br />

de categorización se lograron identificar 9 conceptos.<br />

La Tabla 2 los muestra.<br />

Tabla 1. Factores identificados en la literatura sobre sentido de comunidad virtual<br />

1. Valores 8. Reputación 15. Vínculos emocionales 22. Diseño<br />

2. Social 9. Conocimiento 16. Relación 23. Interacción<br />

3. Entendimiento 10. Empatía 17. Identificación 24. Eventos diferentes<br />

4. Carrera 11. Emoción 18. Reconocimiento 25. Efecto de honor<br />

5. Mejora y protección 12. Afiliación <strong>19</strong>. Seguridad<br />

26. Competencias en el<br />

funcionamiento del grupo<br />

6. Apoyo 13. Confianza 20. Cohesión 27. Influencia<br />

7. Autoexpresión 14. Obligación 21. Benevolencia 28. Membresía<br />

Tabla 2. Conceptos sobre SCV identificados por medio de una encuesta a una muestra de estudiantes universitarios<br />

Dimensiones de SCV Definición Autores<br />

1. Reconocimiento<br />

Es el nivel de reconocimiento sobre la información y el<br />

conocimiento que comparte cada miembro por parte del<br />

grupo y de la empresa y/o personas que crearon y administran<br />

la comunidad<br />

Blanchard y Markus (2004).<br />

2. Identificación<br />

Las personas se identifican con el grupo por medio de los<br />

comentarios y la información que comparten. Desarrollan<br />

un entendimiento de las identidades de cada uno de los<br />

miembros. Debe haber un entendimiento de la importancia de<br />

compartir la información con todos y la voluntad para la ayuda<br />

mutua, así como un sentimiento de obligación a participar<br />

compartiendo información<br />

Blanchard y Markus,<br />

(2004), Moore y Serva<br />

(2007).<br />

14 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | María del Rocío Méndez Lara • Agris Galvanovskis Kasparane


Dimensiones de SCV Definición Autores<br />

3. Relación<br />

Vínculos entre los miembros a través de una comunicación<br />

en línea que permite cooperación, buena relación, interacción<br />

constante, conocer a las personas, etc. La confianza entre los<br />

participantes, lleva a una buena disposición para ayudarse. En<br />

una buena relación debe existir credibilidad en la información<br />

que comparte la gente; benevolencia, es decir que los<br />

miembros del grupo realmente estén motivados e interesados<br />

en ayudar a las personas; seguridad verbal, respeto entre los<br />

miembros y expresión de emociones y opiniones<br />

Blanchard (2007); Blanchard<br />

y Markus (2004); Doolitle y<br />

MacDonald (<strong>19</strong>78); Glynn,<br />

<strong>19</strong>81; MacMillan y Chavis<br />

(<strong>19</strong>86); Moore y Serva<br />

(2007); Rovai (2002); Smith<br />

(<strong>19</strong>75).<br />

4. Membresía<br />

Sentimiento de saber que uno ha invertido tiempo en la<br />

comunidad para llegar a ser parte y miembro, además de tener<br />

derecho a pertenecer a ella. Involucra el sentimiento, creencia<br />

y expectativas de que alguien es parte del grupo y que tienen<br />

un lugar ahí, una sensación de aceptación por el grupo y<br />

buena disposición para sacrificarse por él. Los símbolos son<br />

parte de la membresía como logos, frases, cualquier evento<br />

que sea identificado por el exterior<br />

Blanchard (2007); McMillan y<br />

Chavis, (<strong>19</strong>86).<br />

5. Influencia<br />

6. Integración<br />

y realización de<br />

necesidades<br />

7. Conexión emocional<br />

compartida<br />

Los miembros necesitan sentir que ellos tienen influencia en el<br />

grupo, sus ideas son aceptadas y hay un buen nivel de libertad<br />

de expresión. Esta influencia permite cohesión<br />

Beneficios que reciben las personas al ser miembros de la<br />

comunidad. Es una retribución por ser miembro del grupo.<br />

Las personas se atraen unas a otras cuando sus habilidades y<br />

competencias pueden beneficiarlas, creándose un status al ser<br />

miembro<br />

Basada en una historia compartida. La interacción de<br />

los miembros en eventos que comparten y los atributos<br />

específicos de los eventos podrían facilitar o inhibir la fortaleza<br />

de la comunidad.Entre más interactúe la gente más cohesión<br />

existirá. Si la interacción es ambigua y las tareas de la<br />

comunidad no se resuelven, disminuirá la cohesión del grupo<br />

Blanchard (2007); McMillan y<br />

Chavis, (<strong>19</strong>86).<br />

Berkowitz (<strong>19</strong>56); Blanchard<br />

(2007); Hester, Roback,<br />

Weitz, Anchor y McKee<br />

(<strong>19</strong>76); Kelley (<strong>19</strong>51);<br />

MacMillan y Chavis (<strong>19</strong>86);<br />

Peterson y Martens (<strong>19</strong>72);<br />

Sacks (<strong>19</strong>52); Zander y<br />

Havelin (<strong>19</strong>60); Zander y<br />

Cohen (<strong>19</strong>55).<br />

Allan y Allan (<strong>19</strong>71); Cook<br />

(<strong>19</strong>70); Festinger (<strong>19</strong>50);<br />

Hamblin (<strong>19</strong>58); Sherif,<br />

White y Harvey (<strong>19</strong>55);<br />

Mann y Mann (<strong>19</strong>59); Wilson<br />

y Miller (<strong>19</strong>61).<br />

8. Apoyo emocional<br />

entre los miembros<br />

Ayuda mutua altruista entre los miembros para tener un<br />

beneficio individual y grupal. Dar y recibir apoyo informacional<br />

de calidad es muy importante porque se valora la información<br />

compartida y la relación dentro de la comunidad, sintiendo<br />

que se tiene la obligación moral de ayudar<br />

Blanchard y Markus, (2004);<br />

Yu, Jiang y Chuan (2007).<br />

9. Funcionamiento de la<br />

interfaz<br />

Capacidad de una interfaz de ser comprendida, aprendida,<br />

usada y atractiva para el usuario para facilitar una interacción<br />

efectiva. Relacionada con la capacidad de observación del<br />

usuario, de recuperación de información, de sentimientos<br />

relacionados con lo atractivo del sitio. Incluye letra, tamaño,<br />

colores, simplicidad, flexibilidad, etc.<br />

Koh, Kim, Butler y Bock<br />

(2007).<br />

Los conceptos que se proponen son: 1) reconocimiento:<br />

que se refiere a las aportaciones de las personas.<br />

Esperan reconocimiento por parte del grupo y/o de<br />

los creadores de la comunidad. Los encuestados comentaron<br />

que las empresas que crean las interfases deberían<br />

desarrollar un programa de premiación para las<br />

mejores aportaciones, además; mencionaron la importancia<br />

que tiene para ellos sentirse cómodos al expre-<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Sentido de Comunidad Virtual: Un Estudio Teórico Empírico | 15


sarse en la comunidad; 2) identificación: el 70% mencionó<br />

la importancia de este aspecto. Consideraron<br />

necesario contar con un registro de integrantes para<br />

conocer mejor su entorno; 3) relación: el 85% contestó<br />

que es necesaria una buena relación entre los miembros.<br />

El respeto y la honestidad son dos puntos imprescindibles;<br />

4) membresía: en este punto los sujetos<br />

mencionaron que les interesa que el grupo los acepte<br />

y saber quiénes participan. Un 80% dijo que les gustaría<br />

saber qué piensan los demás miembros del grupo<br />

de ellos; 5) influencia: un 68% comentó que si sus comentarios<br />

influyeran en el pensamiento de los otros se<br />

sentirían más parte del grupo. Un 45% expresó la importancia<br />

de sentir que todos los participantes desean<br />

lo mismo de esa comunidad; 6) integración y realización<br />

de las necesidades: consideran que es necesario<br />

que exista un beneficio individual y grupal al participar,<br />

por lo que es importante saber los objetivos de la<br />

comunidad para conocer de antemano los beneficios<br />

de su participación; 7) conexión emocional compartida:<br />

entre más participaciones acertadas existen, hay una<br />

mayor cohesión. Esto puede desarrollar lazos afectivos<br />

y los miembros disfrutarán más al aportar; 8) apoyo<br />

emocional entre los miembros: en este punto, la calidad<br />

de la información compartida influye en el sentido de<br />

comunidad, y finalmente 9) funcionamiento de la interfaz:<br />

más de un 80% comentaron la importancia de este<br />

punto. Los encuestados mencionaron que la interfaz<br />

debe ser sencilla, atractiva, flexible, fácil de manejar y<br />

actualizada. Los puntos más mencionados se centraron<br />

en que las interfaces fueran fáciles y amigables. Este último<br />

resultado concuerda con los resultados de Koh,<br />

Kim, Butler y Bock (2007) y Bingshan (2010), quienes<br />

mostraron que las interfaces amigables y la confiabilidad<br />

del sistema afectan el acceso y uso del sitio web de<br />

la comunidad.<br />

Discusión<br />

El objetivo de esta investigación fue recuperar y analizar<br />

los estudios que se han realizado sobre sentido de<br />

comunidad virtual, principalmente en comunidades<br />

virtuales basadas en la tecnologías web 2.0, e identificar<br />

los conceptos que están relacionados de manera<br />

directa con este factor. Después de ello, por medio de<br />

la aplicación de una encuesta se pudieron discriminar<br />

algunos, categorizarlos y seleccionar los más significativos.<br />

De esta manera se está contribuyendo al desarrollo<br />

conceptual de SCV. Consideramos que este estudio,<br />

por medio de una exhaustiva revisión de la literatura<br />

y el punto de vista de los encuestados, encontró<br />

las evidencias necesarias para entender mejor cuáles<br />

son los factores relacionados con este concepto, lo cuál<br />

permitirá a futuro crear una escala que se adapte mejor<br />

a las actuales comunidades virtuales. Se sugiere que<br />

después los investigadores en el área puedan analizar<br />

los factores y proponer adiciones o exclusiones.<br />

Como se puede ver, los cuatro conceptos aportados<br />

por McMillan y Chavis (<strong>19</strong>86), como membresía,<br />

influencia, integración y realización de necesidades<br />

y conexión emocional compartida se confirman<br />

en este estudio, así como en la investigación de<br />

Blanchard (2007). Aparecen otros conceptos, como el<br />

“reconocimiento” relacionado con la información que<br />

comparten, el cual concuerda con un trabajo que realizaron<br />

Blanchard y Markus (2004) donde este concepto<br />

se enfoca principalmente al reconocimiento por<br />

los miembros del grupo. En nuestra investigación los<br />

encuestados mencionaron la importancia del reconocimiento<br />

por parte de la empresa que creó el sistema.<br />

Respecto a los conceptos “identificación” y “relación,”<br />

se confirman con la investigación de Blanchard y<br />

Markus (2004) y Moore y Serva (2007). Algo adicional<br />

que se pudo identificar es que para que exista una buena<br />

relación los encuestados consideran importantes<br />

la confianza entre los participantes, la credibilidad en la<br />

información que comparten, la seguridad verbal, enfocada<br />

principalmente al respeto en su expresión de<br />

emociones y opiniones. El “apoyo emocional entre<br />

los miembros”, se confirma con las investigaciones de<br />

Blanchard y Markus (2007) y Yu, Jiang y Chuan (2007).<br />

Algo interesante que se identificó es que la calidad de<br />

la información aumenta el nivel de apoyo. Finalmente,<br />

el funcionamiento de la interfaz fue una de los conceptos<br />

que más mencionaron los sujetos de estudio.<br />

Con respecto al instrumento creado por Blanchard<br />

(2007) es importante mencionar que al comparar los<br />

conceptos medidos sólo coinciden las cuatro dimensiones<br />

de McMillan y Chavis (<strong>19</strong>86), la identificación<br />

y el apoyo emocional entre miembros. De esta última,<br />

no fueron de importancia para los encuestados, la participación<br />

de los miembros de la comunidad a través<br />

del email, seguramente porque en las actuales comuni-<br />

16 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | María del Rocío Méndez Lara • Agris Galvanovskis Kasparane


dades la mayoría de las participaciones son anónimas<br />

y además como lo mencionaron los entrevistados, la<br />

relación dentro de la comunidad es más importante, y<br />

finalmente el concepto “observación sobre cómo otros<br />

comparten información” tampoco fue de relevancia,<br />

debido a que el nivel de apoyo depende principalmente<br />

de la calidad de la información compartida.<br />

Es interesante ver como algunos conceptos dentro<br />

de las anteriores categorías fueron identificados como<br />

prioritarios para los encuestados, por ejemplo, el 97%<br />

consideró el entendimiento como un concepto importante,<br />

el cual se refiere a la oportunidad de aprender,<br />

obtener hablidades y experiencias, el 92% escogieron<br />

el conocimiento, definido como la oportunidad de encontrar<br />

información útil en estas CV, 89% comentaron<br />

que la carrera era importante (la manera para obtener<br />

un mejor desarrollo profesional y una mayor cultura<br />

general) y el 84% mencionó la autoexpresión, como un<br />

medio para expresar emociones y ofrecer opiniones.<br />

Se sugiere estudiar dichos conceptos con mayor profundidad<br />

en investigaciones futuras para confirmar si<br />

influyen en el sentido de comunidad virtual.<br />

Definitivamente el resultado de esta investigación<br />

permitirá crear una escala más confiable, que nos permita<br />

monitorear el sentido de comunidad virtual de la<br />

tal manera que se puedan hacer ajustes y se logre mantenerlas<br />

para preservar la información compartida y la<br />

generación del conocimiento en beneficio de la sociedad.<br />

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18 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | María del Rocío Méndez Lara • Agris Galvanovskis Kasparane


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. <strong>19</strong>-26 ISSN 1405-0943<br />

Cambios en la Orientación Personal Mediante<br />

la Intervención Grupal con Alumnos de Bajo<br />

Rendimiento Escolar<br />

Changes in Personal Orientation of Low Academic Performance Students<br />

by Means of Group Intervention<br />

Gloria Margarita Gurrola Peña<br />

Patricia Balcázar Nava<br />

Martha Patricia Bonilla Muñoz<br />

Enrique Navarrete Sánchez<br />

Ma. Del Carmen Farfán García<br />

Aristeo Santos López*<br />

Facultad de Ciencias de la Conducta<br />

<strong>Universidad</strong> Autónoma del Estado de México, México<br />

RESUMEN<br />

El presente estudio tuvo como objetivo determinar el impacto de un programa de atención a alumnos con problemas<br />

académicos en sus niveles de autoactualización. Se aplicó el Cuestionario de Orientación Personal diseñado<br />

por Shostrom (<strong>19</strong>63) antes y después de un programa de intervención basado en la búsqueda del autoconocimiento<br />

y fortalecimiento de la autoestima a dos grupos de alumnos del sexo masculino a punto de ser dados de baja de una<br />

<strong>Universidad</strong> privada por su bajo rendimiento escolar.<br />

Los resultados indicaron mejoras significativas en seis de las diez escalas clínicas en el primer grupo y en ocho del<br />

segundo. De las escalas que mostraron mejoría, las de Espontaneidad, Autoestima y Capacidad de Contacto Íntimo<br />

alcanzaron la normalidad estadística, además que 38 de los 40 alumnos participantes lograron superar su estatus académico.<br />

Descriptores: autoactualización, orientación personal, programa de atención, bajo rendimiento escolar, autoestima.<br />

ABSTRACT<br />

The purpose of this study was to determine the impact of an attention program to students with academic problems in<br />

their self-updating levels. It was used the Personal Orientation Questionnaire, designed by Everett Shostrom, before and<br />

after of an intervention program based on the search of self-knowledge and self-esteem strengthening in two groups of male<br />

students close to be expelled from the University because of their low school performance.<br />

Results show significant improvements in six of ten clinic scales in the first group and in eight in the second group.<br />

From the scales which showed improvement, the Spontaneity, Self-Esteem, and Close Contact scales reached the statistic<br />

normality, besides that 38 participant students reached to overcome their academic status.<br />

Key words: self-updating, personal orientation, attention program, low school performance, self-esteem<br />

* Para correspondencia con: Profesores-investigadores de la Facultad de Ciencias de la Conducta. <strong>Universidad</strong> Autónoma del Estado de México. Filiberto<br />

Gómez s/n. Col. Guadalupe. C.P. 50010.Toluca, Estado de México. Tel: 722 278720076.<br />

Gloria Margarita Gurrola Peña: mgurrolaunid@hotmail.com, Patricia Balcázar Nava: pbalcazarnava@hotmail.com, Martha Patricia Bonilla Muñoz:<br />

patyb@prodigy.net.mx, Enrique Navarrete Sánchez: navrrete_le@hotmail.com, Ma. Del Carmen Farfán García: mfarfan@itesm.mx, Aristeo Santos<br />

López: arisan3@gmail.com.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Cambios en la Orientación Personal Mediante la Intervención Grupal... | <strong>19</strong>


Fue Maslow (<strong>19</strong>54) quien dentro de la corriente humanista<br />

en psicología introdujo el constructo llamado<br />

autoactualización (orientación personal), derivado de<br />

sus investigaciones con personas que funcionaban<br />

psicológicamente bien, e indicó que una persona que<br />

se autoactualiza es una persona muy competente y<br />

fuerte a la vez, que tiene conciencia de sus debilidades<br />

(Maslow, como se citó en Lafarga y Gómez, <strong>19</strong>89). Por<br />

su parte, Everett Shostrom (<strong>19</strong>63) volvió operacional<br />

el constructo al indicar que las personas autoactualizantes<br />

se experimentan a sí mismas como capaces de<br />

enojarse (aceptación de la agresión), de experimentar<br />

su debilidad (autoaceptación), de ser amorosas con los<br />

demás (capacidad del contacto íntimo) y consigo mismos<br />

(autoestima). Además, son personas que aceptan<br />

los valores de los demás, son flexibles al aplicar sus<br />

propios valores, atienden a sus necesidades y sentimientos,<br />

son sensibles a las necesidades de los demás,<br />

logran encontrar significado a sus experiencias, llevan<br />

a cabo acciones espontáneas, tienen la capacidad de<br />

diferenciar polos opuestos y pueden ver las dificultades<br />

de la vida como retos.<br />

En este sentido, a pesar de que las personas se caracterizan<br />

por tratar de mantener su tendencia actualizante,<br />

estudios realizados por Dubois, Felner, Sherman<br />

y Bull (citados por Filozof, Albertin, Jones & Steme,<br />

<strong>19</strong>98), indican que los eventos negativos de vida, especialmente<br />

en los jóvenes, afectan de forma directa<br />

al factor actualizante de la autoestima y por ende del<br />

autoconcepto. Por otra parte Marsh (<strong>19</strong>84), exponía<br />

que atribuir los éxitos y los fracasos a factores internos<br />

controlables (el trabajo y esfuerzo, por ejemplo),<br />

está relacionado de manera positiva con el autoconcepto<br />

y el rendimiento académico. Adicionalmente,<br />

se ha encontrado también que para los adolescentes la<br />

mayor fuente de estrés negativo proviene de experiencias<br />

problemáticas en las esferas social y académica<br />

(Dubois, <strong>19</strong>92).<br />

Sin poder determinar si los mismos son causa o<br />

efecto de los problemas escolares se ha encontrado que<br />

los alumnos con bajo rendimiento escolar muestran<br />

baja autoestima y un autoconcepto negativo (Hay,<br />

Ashman & Van Kraayenoord, <strong>19</strong>98; Hartocollis, <strong>19</strong>99).<br />

De esta manera, por ser la autoestima un factor importante<br />

en la tendencia actualizante y por lo tanto, en el<br />

ajuste psicológico del adolescente (Pope, <strong>19</strong>88), en la<br />

confianza en sí mismo y en las habilidades en general<br />

(Dumont & Provost, <strong>19</strong>99), a la vez que es un buen<br />

predictor de menos problemas emocionales y conductuales,<br />

así como de altos niveles de desarrollo académico<br />

(Dubois, Bull, Sherman & Roberts, <strong>19</strong>98) se justifica<br />

el uso de programas de apoyo centrados en el trabajo<br />

personal con los alumnos que muestran bajo rendimiento,<br />

entendido en este contexto como una baja<br />

actividad que el alumno desarrolla dentro del ámbito<br />

educativo formal y no solamente considerado como la<br />

obtención de calificaciones escolares, que sería el criterio<br />

social o legal.<br />

Dichos programas tienen su base en hallazgos recientes<br />

(Román & Hernández, 2009; Bausela, 2009), los<br />

cuales indican que existen variables ambientales, entre<br />

las cuales se puede mencionar actividades deportivas,<br />

la situación socioeconómica, tiempo con los amigos,<br />

influencia de los pares, que mediatizan los efectos del<br />

estrés, que como ya se mencionó es producido entre<br />

otras cosas por un bajo rendimiento escolar. En este<br />

sentido los programas centran su atención en objetivos<br />

como elevar la autoestima, búsqueda de soporte social<br />

y lograr una mejora en el tipo de estrategias de afrontamiento<br />

hacia los problemas (Cohen, <strong>19</strong>97).<br />

Dado lo anterior, se empezó a contemplar que las<br />

relaciones con los iguales contribuyen tanto al propio<br />

desarrollo cognitivo como a la socialización (Serrano<br />

y González-Herrero, <strong>19</strong>97), ya que el soporte social es<br />

un concepto multidimensional que incluye el apoyo<br />

recibido (informativo, emocional e instrumental) y las<br />

fuentes de soporte (amigos, familia, maestros, etcétera).<br />

Es así como en los programas de apoyo es contemplada<br />

la capacidad de relacionarse con los otros,<br />

basada en el sentimiento de ser comprendido por<br />

los demás y comprender a los demás, con la meta de<br />

apoyarse juntos para incorporarse a un situación académica<br />

regular.<br />

Por otra parte, las estrategias de afrontamiento se<br />

refieren a los esfuerzos cognitivos y conductuales para<br />

tolerar, minimizar o escapar de los efectos del estrés<br />

(Lazarus & Folkman, <strong>19</strong>84). Estas estrategias pueden<br />

estar centradas en la solución del problema y consistir<br />

en hacer algo para cambiar la situación estresante, o<br />

bien pueden enfocarse en la emoción, donde se persigue<br />

reducir el malestar psicológico mediante la<br />

simple evitación del estímulo nocivo. De estas dos,<br />

20 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Gloria Margarita Gurrola • Patricia Balcázar • Martha Patricia Bonilla • Enrique Navarrete • Ma. Del Carmen Farfán • Aristeo Santos


la primera es funcional mientras que la segunda es disfuncional<br />

para afrontar una condición académica irregular.<br />

De lo anterior se concluye que todo programa de<br />

ayuda a alumnos con bajo rendimiento escolar debe<br />

contemplar el fortalecimiento de la autoestima y el<br />

autoconocimiento, la ampliación de la red de soporte<br />

social y el uso de estrategias funcionales de afrontamiento,<br />

y no sólo darle peso al aspecto académico. Es<br />

indudable que estos requisitos sólo se pueden llevar a<br />

cabo en una experiencia de grupo, con la finalidad de<br />

que sean los otros un punto de referencia que pueda<br />

contribuir en la experiencia personal de cada uno de<br />

los integrantes. Al respecto Guinion y Foulos (<strong>19</strong>80)<br />

reportan que después de una experiencia grupal, los<br />

estudiantes del primer año de universidad investigados<br />

mostraron cambios positivos en cuanto a existencialismo<br />

(flexibilidad al aplicar valores y principios propios),<br />

espontaneidad (habilidad para expresar sentimientos a<br />

través de conductas), autoaceptación (aceptación de<br />

las debilidades propias) y aceptación de la agresividad<br />

(se acepta como natural el enojo), así como en la capacidad<br />

de contactos íntimos (habilidad de desarrollar<br />

relaciones cercanas con otros).<br />

La literatura reporta varios programas aplicados a<br />

los casos de bajo rendimiento escolar y la evaluación<br />

que se hizo de ellos; ejemplo de éstos es lo reportado<br />

por Haney y Durlank (<strong>19</strong>98), quienes realizaron un<br />

meta-análisis de 116 programas y encontraron que<br />

aquellos dirigidos a promover la autoestima fueron<br />

más significativos respecto a los cambios observados<br />

en la conducta, personalidad y funcionamiento escolar,<br />

que aquellos enfocados a otras áreas que incluían<br />

los hábitos de estudio y las habilidades sociales.<br />

Con base en el sustento teórico planteado hasta<br />

aquí y con las experiencias académicas previas de los<br />

autores de esta investigación, el presente trabajo pretende<br />

mostrar los cambios en la tendencia actualizante<br />

de los alumnos de bajo rendimiento académico que<br />

fueron sometidos a un programa de apoyo centrado<br />

en la búsqueda de autoconocimiento y en el fortalecimiento<br />

de la autoestima.<br />

MÉTODO<br />

Participantes<br />

El estudio se integró con 40 alumnos del sexo masculino<br />

(20 del semestre de otoño y 20 del semestre de primavera),<br />

con edades comprendidas entre 18 y <strong>19</strong> años, estudiantes<br />

de las carreras de Ingeniería y Administración,<br />

candidatos a ser dados de baja de la institución por bajo<br />

desempeño académico.<br />

Instrumento<br />

Se utilizó el Cuestionario de Orientación Personal, elaborado<br />

por Everett Shostrom (<strong>19</strong>63) que consta de 147<br />

reactivos dicotómicos donde los sujetos marcan la respuesta<br />

que mejor se ajusta a su manera de pensar y sentir.<br />

La validez reportada por jueces indica que existe una<br />

diferencia marcada entre autoactualizantes y no actualizantes<br />

respecto a los puntajes T. En cuanto a la validez<br />

concurrente, el Cuestionario de Orientación Personal<br />

muestra diferencias estadísticamente significativas respecto<br />

al MMPI en las escalas de depresión, desviación<br />

psicopática, psicastenia, esquizofrenia (p=.01) y en las<br />

de hipocondriasis, histeria y paranoia (p=.05).<br />

El cuestionario consta de dos escalas de sinceridad<br />

que se denominan Tc y Ti, respectivamente. Además de<br />

las de sinceridad, el cuestionario se integra por 10 escalas<br />

clínicas, descritas a continuación: Sav (Valores de<br />

autoactualización, que hace referencia a la aceptación<br />

de los valores de otros); Ex (Existencialismo, definida<br />

como el grado de flexibilidad al aplicar principios y<br />

valores a la vida propia); Fr (Sensibilidad, indicada<br />

como sensibilidad a las necesidades y sentimientos<br />

propios); S (Espontaneidad, que es la habilidad para<br />

expresar sentimientos y llevar a cabo acciones espontáneas);<br />

Sr (Autoestima, que es la habilidad de reconocerse<br />

y agradarse a sí mismo); Sa (Autoaceptación,<br />

que es la capacidad de aceptar las propias debilidades);<br />

Nc (Construción de la naturaleza humana, que indica<br />

que la persona se ve como esencialmente buena y con<br />

capacidad de diferenciar entre polos opuestos: buenomalo,<br />

por ejemplo); Sy (Sinergia, que es la visión de las<br />

dificultades de vida como retos); A (Aceptación de la<br />

agresión, denota la capacidad de aceptar que la ira y el<br />

enojo son naturales en el ser humano); y, C (Capacidad<br />

de contacto íntimo, que es la habilidad para establecer<br />

y mantener relaciones importantes y cercanas con<br />

otros seres humanos).<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Cambios en la Orientación Personal Mediante la Intervención Grupal... | 21


Programa de atención académica<br />

Consistió en sesiones grupales de ejercicios vivenciales<br />

donde se promovía el autoconocimiento y el fortalecimiento<br />

de la autoestima. Se conformó de 15 sesiones<br />

al semestre, de dos horas de duración cada una, una<br />

vez a la semana, que sumaron un total de 30 horas de<br />

trabajo. Los recursos utilizados para el trabajo de cada<br />

sesión fueron diversos, desde hojas de rotafolio, colores,<br />

revistas para recortar, cartulinas, cuestionarios,<br />

etcétera. En cada ejercicio la primera parte fue trabajo<br />

individual y la segunda consistió en socializar para<br />

compartir las experiencias.<br />

Procedimiento<br />

En una primera sesión se aplicó el Cuestionario de<br />

Orientación Personal. Posteriormente se llevaron a<br />

cabo las sesiones del programa de apoyo académico;<br />

en la última sesión grupal se aplicó de nuevo el<br />

Cuestionario de Orientación Personal y después se<br />

hizo la devolución a los alumnos participantes, indicándoles<br />

a cada uno las áreas que fortaleció y aquellas<br />

que debería seguir desarrollando.<br />

RESULTADOS<br />

Como se puede observar en la Tabla 1, el primer grupo<br />

tuvo cambios positivos en las escalas de sinceridad,<br />

además de que se observaron transformaciones significativas<br />

en dos de las 10 escalas clínicas (Construcción<br />

de la Naturaleza Humana y Aceptación de la Agresión),<br />

mientras las de Espontaneidad, Autoaceptación, Autoestima<br />

y Capacidad de Contacto Íntimo, alcanzaron la<br />

normalidad clínica estadística medidas mediante las<br />

calificaciones T propias de las normas de calificación<br />

de la prueba.<br />

Tabla 1. Cambios en las puntuaciones en el test de tendencia actualizante en los alumnos del semestre de otoño<br />

ESCALAS<br />

PUNTUACIÓN T<br />

PRIMERA APLICACIÓN<br />

PUNTUACIÓN T<br />

SEGUNDA APLICACIÓN<br />

Tc 44 47<br />

TI 48 49<br />

Sav 26 26<br />

Ex 45 45<br />

Fr 46 46<br />

S 48 51<br />

Sr 50 54<br />

Sa 52 58<br />

Nc 58 48<br />

Sy 39 39<br />

A 42 46<br />

C 48 51<br />

Sav= Valores de autoactualización: aceptación de los valores de otros<br />

Ex= Existencialismo: Flexibilidad de aplicar principios y valores a la propia vida<br />

Fr= Sensibilidad: Sensibilidad a las necesidades y sentimientos propios<br />

S= Espontaneidad: Habilidad para expresar sentimientos y llevar a cabo acciones espontáneas<br />

Sr= Autoestima: Habilidad de reconocerse y agradarse a sí mismo<br />

SA = Autoaceptación: Capacidad de aceptar las propias debilidades<br />

Nc= Construcción de la naturaleza humana: La persona se vé como esencialmente buena y tiene la capacidad de<br />

diferenciar entre polos opuestos<br />

Sy= Sinergia: Visión de las dificultades de la vida como retos<br />

A= Aceptación de la agresión: Se acepta la ira y el coraje como naturales en el ser humano<br />

C= Capacidad de contacto íntimo: Habilidad para establecer y mantener relaciones importantes y cercanas con otros<br />

seres humanos<br />

22 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Gloria Margarita Gurrola • Patricia Balcázar • Martha Patricia Bonilla • Enrique Navarrete • Ma. Del Carmen Farfán • Aristeo Santos


En cuanto al segundo grupo también se observaron<br />

cambios positivos en las escalas de sinceridad,<br />

además de en cuatro de las 10 escalas clínicas (Valores<br />

de Actualización, Sensibilidad, Construcción de la<br />

Naturaleza Humana y Aceptación de la Agresión)<br />

y otras cuatro alcanzaron la normalidad estadística<br />

(Espontaneidad, Autoaceptación, Autoestima y Capacidad<br />

de Contacto Íntimo). (Ver Tabla 2).<br />

DISCUSIÓN<br />

Los resultados del presente estudio van más allá de lo<br />

encontrado por Hay, et al., (<strong>19</strong>98) y Hartocollis (<strong>19</strong>99),<br />

ya que no sólo se detectó un autoconcepto negativo<br />

y una baja autoestima en los alumnos con bajo rendimiento<br />

escolar antes de iniciar el programa, sino que<br />

en general se observaron problemas en la aceptación<br />

de valores de los otros, baja sensibilidad a las necesidades<br />

y sentimientos propios, poca espontaneidad,<br />

dificultad para ver los problemas como retos, baja tolerancia<br />

a la ira y el enojo, además de poca capacidad de<br />

contacto íntimo.<br />

Los hallazgos, en este sentido, indican que el rendimiento<br />

escolar se ve afectado por factores personales,<br />

entre ellos la autoestima y el autoconocimiento,<br />

mismos que propician en los alumnos la motivación<br />

a desempeñarse de mejor manera en el ámbito escolar,<br />

Tabla 2. Cambios en las puntuaciones en el test de tendencia actualizante en los alumnos del semestre de primavera<br />

ESCALAS<br />

PUNTUACIÓN T<br />

PRIMERA APLICACIÒN<br />

PUNTUACIÓN T<br />

SEGUNDA APLICACIÒN<br />

Tc 44 47<br />

TI 47 48<br />

Sav 24 26<br />

Ex 37 37<br />

Fr 32 34<br />

S 49 51<br />

Sr 52 56<br />

Sa 52 58<br />

Nc 40 48<br />

Sy 38 38<br />

A 43 47<br />

C 50 52<br />

Sav= Valores de autoactualización: eceptación de los valores de otros<br />

Ex= Existencialismo: Flexibilidad de aplicar principios y valores a la propia vida<br />

Fr= Sensibilidad: Sensibilidad a las necesidades y sentimientos propios<br />

S= Espontaneidad: Habilidad para expresar sentimientos y llevar a cabo acciones espontáneas<br />

Sr= Autoestima: Habilidad de reconocerse y agradarse a sí mismo<br />

SA = Autoaceptación: Capacidad de aceptar las propias debilidades<br />

Nc= Construcción de la naturaleza humana: La persona se vé como esencialmente buena y tiene la capacidad de<br />

diferenciar entre polos opuestos<br />

Sy= Sinergia: Visión de las dificultades de la vida como retos<br />

A= Aceptación de la agresión: Se acepta la ira y el coraje como naturales en el ser humano<br />

C= Capacidad de contacto íntimo: Habilidad para establecer y mantener relaciones importantes y cercanas con otros<br />

seres humanos<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Cambios en la Orientación Personal Mediante la Intervención Grupal... | 23


no se sabe si son la causa o la consecuencia del desempeño,<br />

ya que si la autoestima es contingente al éxito,<br />

los estudiantes pueden percibir el fracaso o la crítica<br />

como censura a su valía y sentirse incapaces de desempeñarse<br />

mejor, no obstante dan directrices de hacia<br />

dónde podrían orientarse las medidas de intervención<br />

o de prevención del rendimiento bajo, ya que no<br />

bastaría el trabajo con variables como los hábitos de<br />

estudio, las habilidades mentales o el entrenamiento<br />

en habilidades como autoeficacia escolar, por ejemplo,<br />

sino que tendrían que encaminarse hacia aspectos personales,<br />

familiares y sociales en el tratamiento de este<br />

fenómeno, donde las interacciones personales tanto a<br />

nivel profesor/alumno, entre compañeros, familiares y<br />

amigos, fortalece estos factores.<br />

Lo anterior se fundamenta en el estudio realizado<br />

por Haney y Durlank (<strong>19</strong>98), en el sentido de que los<br />

programas orientados al fortalecimiento de la autoestima<br />

logran resultados significativos satisfactorios en<br />

el funcionamiento escolar.<br />

Además de que se observaron cambios en las escalas<br />

del instrumento aplicado en este trabajo, entre<br />

una y otra evaluación, se encontró que de los 40 alumnos<br />

participantes, 38 lograron volver a su estatus académico<br />

regular, al incrementar sus calificaciones en el<br />

trascurso del semestre en el que cursaron el programa<br />

de atención y en el posterior, con lo que pudieron superar<br />

el riesgo de ser dados de baja y sólo dos de los casos<br />

evaluados fueron dados de baja por no alcanzar los<br />

estándares de calificación requeridos por la institución<br />

educativa en la que estudiaban.<br />

La idea planteada por algunos autores (Dubois,<br />

Bull, Sherman & Roberts, <strong>19</strong>98), de que los altos niveles<br />

de autoestima ayudan a incrementar mejores niveles de<br />

desarrollo académico, se ve apoyada con los hallazgos<br />

en este estudio, ya que se observa que los alumnos incrementaron<br />

sus niveles de autoestima, a la vez que<br />

mejoraron su rendimiento escolar, y por consiguiente<br />

su autoconcepto se elevó, ya que conjuntamente con<br />

los factores internos que se controlaron, lograron en el<br />

alumno una actitud positiva ante las actividades académicas.<br />

Así que las características del programa remedial<br />

al que fueron sometidos los alumnos, que se centró en<br />

el autoconocimiento y en el fortalecimiento de la autoestima,<br />

tuvo un impacto positivo, ya que les ayudó<br />

a desarrollar herramientas para poder hacer frente al<br />

estrés, a buscar estrategias de afrontamiento adecuadas<br />

y a hacer una exploración de su esfera personal. Lo anterior<br />

permite corroborar lo dicho por Cohen (<strong>19</strong>97),<br />

quien indicó que el estrés está presente en personas<br />

con bajo rendimiento escolar y se convierte en una<br />

fuente de dificultades para la persona que lo experimenta,<br />

ya que no le permite avanzar en los diferentes<br />

ámbitos personales en los que se desarrolle. Además,<br />

cabe resaltar que de acuerdo con lo planteado por el<br />

modelo de Maslow (DiCaprio, <strong>19</strong>89), las necesidades<br />

de autoactualización son únicas y cambiantes, dependiendo<br />

del individuo y de sus circunstancias, pero<br />

están ligadas con la necesidad de satisfacer la naturaleza<br />

individual y con el cumplimiento del potencial de<br />

crecimiento y que uno de los medios para satisfacer<br />

esta necesidad de autoactualización es a través de la<br />

realización de actividades laborales o vocacionales,<br />

además de realizarlas con resultados favorables y que<br />

en esta etapa de vida una de las tareas más importantes<br />

de estos jóvenes está centrada en las actividades y los<br />

logros escolares, pero si son deficientes, esto impacta<br />

de forma negativa otras áreas de su vida, y por el contrario,<br />

una mejora en el conocimiento del sí mismo y<br />

una clarificación en esta área personal, tiene efectos en<br />

las esferas escolares, tal y como se refleja en los resultados<br />

del programa aplicado.<br />

Para apoyar los resultados referentes a la autoestima,<br />

misma que observa cambios de una aplicación<br />

a otra en esta investigación, González y Touron (<strong>19</strong>92;<br />

como se citó en Gázquez, Pérez, Ruíz, Miras & Vicente,<br />

2006), indican que la autoestima es la parte valorativa<br />

del autoconcepto que da un modo de orientación hacia<br />

sí mismo y que atribuye un valor a la persona; que<br />

cuando ésta se siente autocompetente se produce un<br />

incremento en su implicación activa en el proceso de<br />

aprendizaje, ya que esto se traduce en mayor nivel<br />

de esfuerzo, más persistencia ante las dificultades,<br />

mayor motivación intrínseca y orientación hacia la<br />

consecución de metas (Zimmerman, Bandura & Martínez-Pons,<br />

<strong>19</strong>92; como se citó en Gázquez, et al., 2006),<br />

además de que se apunta una relación bidireccional<br />

entre la autoestima y el rendimiento académico, pues<br />

lo reportado por Aunola, Stattin & Nurmi, 2000 (como<br />

se citó en Gázquez, et al., 2006) apunta a que cuando<br />

las personas presentan problemas o dificultades en sus<br />

24 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Gloria Margarita Gurrola • Patricia Balcázar • Martha Patricia Bonilla • Enrique Navarrete • Ma. Del Carmen Farfán • Aristeo Santos


aprendizajes también poseerán déficits en su autovaloración.<br />

Es así que para García (<strong>19</strong>82), (como se citó en<br />

Gázquez, et al., 2006), la carencia de estima propia<br />

aparece sistemáticamente relacionada con ansiedad,<br />

depresión, sensación de fracaso, dificultades en la selección<br />

de estrategias de afrontamiento al estrés y una<br />

la no aceptación de la imagen personal, que entre otros<br />

factores, pueden inhibir o entorpecer las tareas relacionadas<br />

con la actividad académica y el reverso de la<br />

moneda es que el logro académico puede verse afectado<br />

de manera positiva al trabajar directamente con la<br />

autoestima.<br />

En este sentido, González-Pienda, Núñez-Pérez,<br />

González-Pumariega y García-García (<strong>19</strong>97), apoyan<br />

la hipótesis de la vertiente personal está contenida<br />

en variables de desempeño académico, sumando así<br />

tres ámbitos de análisis: la cognición, la conación y el<br />

afecto. En el ámbito cognitivo se incluyen dos tipos de<br />

variables: las habilidades y los conocimientos previos;<br />

el ámbito conativo está integrado por aquellas características<br />

de la persona que con el paso del tiempo se<br />

conceptualizan como estilos propios de enfrentarse a<br />

las tareas de aprendizaje (de los que se reconocen dos:<br />

menos dependientes de la tarea específica y más relacionados<br />

con el ámbito de las habilidades cognitivas) y<br />

los estilos de aprendizaje (menos relacionados con el<br />

ámbito cognitivo y más vinculados al ámbito del comportamiento<br />

y de las tareas de aprendizaje); en tercer<br />

lugar, el ámbito afectivo se encuentran dos variables<br />

importantes para el aprendizaje escolar: por una parte,<br />

constructos como la ansiedad y el autoconcepto y por<br />

otra, la motivación académica. De tal forma que en el<br />

ámbito del ambiente de aprendizaje escolar son tres<br />

las variables que en su conjunto permiten predecir el<br />

grado de éxito o fracaso en la tarea: 1) el poder: inteligencia<br />

y aptitudes; 2) el querer, y 3) el modo de ser<br />

(Hernández, <strong>19</strong>91; citado por González-Pienda, et al.,<br />

<strong>19</strong>97), de tal forma que esta investigación reporta un<br />

área de trabajo personal y en el desarrollo de estrategias<br />

de afrontamiento a tareas y a problemas, que de no<br />

atenderse, incrementan la problemática reflejada en el<br />

ámbito escolar.<br />

Para concluir, los resultados de la presente investigación<br />

apoyan los hallazgos de Pope (<strong>19</strong>88), Dumont<br />

y Provost (<strong>19</strong>99), en lo referente a que la confianza<br />

en sí mismo y en las habilidades personales e intelectuales<br />

en general, contribuyen en lo académico, que<br />

sería el equivalente de un buen nivel de bienestar psicológico,<br />

son buenos predictores del desarrollo académico<br />

exitoso, se reflejan en buenos niveles de dedicación,<br />

de autoeficacia académica y de satisfacción<br />

consigo mismo y con los estudios, así como con bajos<br />

niveles de propensión al abandono (Salanova-Soloria,<br />

Martínez-Martínez, Bresó-Esteve, Llorens-Gumbau &<br />

Grau-Gumbau, 2005), además de que hay una estrecha<br />

relación entre la experimentación de ansiedad o<br />

de estrés con el desempeño académico (Hernández-<br />

Pozo, Coronado-Álvarez, Araujo-Contreras & Cerezo-<br />

Reséndiz, 2008), por lo que la sugerencia es centrar<br />

más la atención en variables personales que impacten<br />

en el ámbito académico.<br />

REFERENCIAS<br />

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Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Cambios en la Orientación Personal Mediante la Intervención Grupal... | 25


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Fecha de recepción: Octubre 2010<br />

Fecha de publicación: Marzo 2011<br />

26 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Gloria Margarita Gurrola • Patricia Balcázar • Martha Patricia Bonilla • Enrique Navarrete • Ma. Del Carmen Farfán • Aristeo Santos


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 27-38 ISSN 1405-0943<br />

Procedimientos para Disminuir los Bajos Promedios<br />

e Irregularidad Estudiantil en Universitarios<br />

Procedures to Diminish the Student Irregularity as Incipient Element<br />

of the Low Terminal Efficiency<br />

Elvira Ivone González Jaimes<br />

Roberto Sanromán Aranda<br />

Ma. de Lourdes Hernández Prieto*<br />

Centro Universitario Valle de México, Estado de México, México<br />

RESUMEN<br />

Se trata de un estudio comparativo de dos procedimientos, aplicados para disminuir la cantidad de estudiantes universitarios<br />

con bajos promedios e inscripción irregular. El diseño fue cuasiexperimental para dos grupos experimentales:<br />

tratamiento Psicoterapia Breve Espejo 1(PBE) y Estrategia de Aprendizaje de Mapas Conceptuales 2(EAMC); con<br />

cuatro mediciones (pre test, post test, seguimiento de seis y 12 meses). La población estuvo compuesta por 2510 participantes<br />

y fue una muestra condicionada (bajo rendimiento e inscripción irregular) de 483 estudiantes pertenecientes<br />

a 10 carreras universitarias, de ambos géneros, y de entre 18 a 32 años de edad. Los materiales fueron los siguientes:<br />

Inventario multifásico de la personalidad de Minnesota-2 y Cuestionario de estrategias de aprendizaje en universitarios.<br />

Resultados: El factor Impacto por procedimiento, 1(PBE) disminuyo un 20.5% y 2(EAMC) disminuyo un 13%. El<br />

factor Impacto por tiempo, 1(PBE) tiene mayor efecto a largo plazo. El factor Impacto por carrera, 1(PBE), se presenta<br />

91% en la carrera de Ingeniería Industrial con aplicabilidad concreta, y 2(AEMC) se presenta 52% en la Licenciatura<br />

en Administración, con aplicabilidad abstracta.<br />

Descriptores: Bajo rendimiento, irregularidad estudiantil, psicoterapia breve espejo, estrategia de aprendizaje de<br />

mapas conceptuales.<br />

ABSTRACT<br />

Study applies and compares of two procedures for diminish student’s low averages and student university irregularity.<br />

Quasi experimental design and comparative applied for two experimental groups: Brief Psychotherapy Mirror Treatment<br />

1 (BPM) and Learning strategy of Conceptual Maps 2 (LECM); four measurements (pre test, post test, follow-up six and 12<br />

months.). Population of 2510 from ten careers, generate both; 18 to 32 years of age. The sample of 483 students with under<br />

average and with condition irregular inscription. Materials. - Use the Minnesota multiphasic of personality inventory-2<br />

and Learning strategies questionnaire for university students. Results: The factor impact for procedure, 1 (PBE) I diminish<br />

20.5 % and 2 (EAMC) diminish 13 %. The factor impact per time, 1 (PBE) has major long-term effect. The factor impact<br />

for career, 1 (PBE), one presents 91 % in the career of Industrial Engineering with concrete applicability, and 2 (AEMC)<br />

one presents 52 % in the career in Administration, with abstract applicability.<br />

Key words: Low averages, university irregularity, brief psychotherapy mirror, learning strategy of conceptual maps<br />

* Para correspondencia: Centro Universitario Valle de México, <strong>Universidad</strong> Autónoma del Estado de México, Dirección: Bulevar Universitario S/N,<br />

Predio San Javier, Municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, C.P. 54500. Elvira Ivone González Jaimes, e-mail: ivonegj@hotmail.com,<br />

Teléfonos: (55) 5379 17 45, (044) 55 13 40 69 50, Fax 58270703. Roberto Sanromán Aranda; email: r_sanroman31@hotmail.com y Ma. de Lourdes<br />

Hernández Prieto, email: ulahp2003@yahoo.com.mx.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Procedimientos para Disminuir los Bajos Promedios... | 27


INTRODUCCIÓN<br />

Entre los problemas más complejos y frecuentes que<br />

enfrentan las instituciones de estudios superiores oficiales,<br />

que ocupan un 58.34% de la población universitaria<br />

en nuestro país, son: el bajo rendimiento y la<br />

irregularidad estudiantil como base en el rezago estudiantil,<br />

lo que incide en la deserción escolar, y afecta<br />

tanto el nivel de calidad educativa, como la eficiencia<br />

terminal (Programas Institucionales de Tutoría, 2002).<br />

En una investigación que proviene de la <strong>Universidad</strong><br />

Veracruzana se indica que 25 de cada 100 estudiantes<br />

que ingresan al nivel universitario abandonan sus estudios.<br />

En una proporción de un 36% los primeros<br />

dos semestres, hasta alcanzar el 46% al término del<br />

periodo de formación (Romo, 2005).<br />

Ante la problemática que viven las universidades<br />

oficiales en México, la <strong>Universidad</strong> Autónoma<br />

del Estado de México, plantel Centro Universitario<br />

Valle de México (CU UAEM, Valle de México), dentro<br />

del Programa de Tutoría Institucional Académica<br />

(ProInsta) ha creado el Módulo de Desarrollo Humano<br />

Integral (MDHI), que contiene proyectos innovadores<br />

que van acorde con los retos que enfrenta el mantenerse<br />

a la vanguardia del conocimiento científico, tecnológico<br />

y humanista.<br />

El Módulo de Desarrollo Humano Integral, en el<br />

periodo (2009-A), se dio a la tarea de hacer un curso<br />

de 40 horas con Tutores Académicos del C.U UAEM<br />

Valle de México para que éstos dieran a conocer sus<br />

vivencias cotidianas sobre los factores que influían sobre<br />

los bajos promedios, 1 aunados a la irregularidad<br />

estudiantil, 2 considerando a estos dos factores como<br />

un bloque que funge como una variable dependiente<br />

multifactorial. Se encontraron principalmente dos<br />

grupos: un grupo de factores emocionales y otro de<br />

factores de aprendizaje.<br />

En el grupo de factores emocionales cotidianos se<br />

encontró: baja autoestima, capacidad de logro, ansiedad<br />

y depresión.<br />

1<br />

Programas Institucionales de Tutoría. (2002), señala: Presentan el bajo<br />

rendimiento escolar todos los estudiantes de tengan un promedio final<br />

semestral registrado entre rango de calificaciones 6 a 7.5 puntos.<br />

2<br />

Reglamento de Facultades y Escuelas Profesionales (2009), Arts. 107-<br />

111, señala: Alumno irregular es: todo alumno que tengan registrado en<br />

actas ante Departamento de Control Escolar calificación menor a 6 puntos,<br />

n/p= <strong>No</strong> presentó, s/d= Sin derecho, por no contar con el mínimo de<br />

asistencias consideradas en el o cuando no presentó alguna evaluación<br />

parcial.<br />

En el de factores de aprendizaje cotidianos se encontró:<br />

falta de técnicas adecuadas para la adquisición,<br />

codificación, integración y recuperación de conocimientos.<br />

Para confirmar dicha percepción realizada por los<br />

Tutores Académicos se realizó una evaluación psicométrica<br />

a 2,842, estudiantes del C.U UAEM Valle de<br />

México en el periodo 2009-A con el Inventario Multifásico<br />

de la Personalidad de Minnesota-2 (MMPI-2)<br />

escalas de contenido, en el que se obtuvo: estudiantes<br />

con nivel alto (T


cológico como estrategia de aprendizaje apropiado, basándose<br />

en la psicometría antes mencionada (periodo<br />

2009-A), para disminuir el bajo rendimiento escolar e<br />

irregularidad estudiantil.<br />

1) Procedimiento psicológico<br />

Según lo encontrado por el MMPI-2 en las escalas de<br />

contenido Ansiedad (ANS), Baja Autoestima (BAE)<br />

y Depresión (DEP), estos instrumentos refieren principalmente<br />

una hipersensibilidad ante la presión ambiental,<br />

actitudes y pensamientos negativos hacia sí<br />

mismo, el miedo a no alcanzar sus creencias, “lo que<br />

deber ser,” así como sentimientos de inutilidad y desesperanza<br />

(Lucio, <strong>19</strong>95).<br />

Con base en lo anterior se encontró que existen<br />

varios estudios que nos informan sobre la relación entre<br />

la estabilidad emocional y el aprendizaje, como lo<br />

mencionan Adlaf, Gliksman, Demers y Newton-Taylor<br />

(2001) del Departamento de Salud Pública de Toronto,<br />

Canadá, en el que hallaron que, en una muestra de 7,800<br />

estudiantes de 16 universidades, el 30% presentaba estrés<br />

psicológico elevado, lo cual afectaba su rendimiento<br />

académico. En seis publicaciones, González-Forteza,<br />

et al., (2008) observaron, en estudiantes mexicanos, que<br />

el 47% de quienes presentaban depresión mayor tenían<br />

bajo aprovechamiento y alto abandono escolar.<br />

Arco, et al., (2005) realizaron un estudio sobre<br />

terapia breve con tres estudiantes universitarios que<br />

tenían problemas de rendimiento académico y ansiedad,<br />

en el que se observó la mejora en su vida general<br />

y en el rendimiento escolar en la evaluación de seguimiento<br />

de nueve meses.<br />

El procedimiento psicológico que se aplica en este<br />

estudio es el de Tratamientos de Psicoterapia Breve<br />

Espejo, el cual disminuye la ansiedad, depresión y baja<br />

autoestima, los cuales afectan en gran medida a los estudiantes<br />

y los llevan a adoptar comportamientos poco<br />

adaptativos que repercuten en su desempeño en general<br />

(González & Turnbull, 2003; 2007).<br />

El Tratamiento Psicoterapia Breve Espejo (PBE),<br />

pretende realizar cambios cognitivos en la adquisición<br />

de conocimientos a través de: 1) enseñar habilidades<br />

para bajar los síntomas ansiosos depresivos ante el<br />

manejo de situaciones novedosas y estresantes; 2) fomentar<br />

el autocontrol de síntomas ansioso depresivos<br />

para mejorar la adquisición y recuperación de conocimientos;<br />

3) mejorar la autoestima y la capacidad de<br />

decisión para la ejecución de actividades (González &<br />

Turnbull, 2003; 2007; González & López, 2008).<br />

Para alcanzar sus objetivos, el tratamiento PBE<br />

utiliza tres tipos de técnicas:<br />

a) Técnica psico-corporal. Promueve el equilibrio<br />

de la energía psico-corporal y la conciencia de<br />

los síntomas ansiosos depresivos ante situaciones<br />

académicas difíciles de manejar (Campos y<br />

Gutiérrez, 2001).<br />

b) Técnica cognitiva-conductual. Ayuda analizar los<br />

pensamientos a conductas asociadas la Adquisición,<br />

Codificación y Recuperación para: aceptación<br />

y manejo de los síntomas ansioso depresivos<br />

que afectan la motivación, autoestima y autocontrol<br />

de situaciones estresantes (Borkowski,<br />

<strong>19</strong>95).<br />

c) Técnica integrativa de autocontrol. Facilita al<br />

estudiante a la autoobservación y la autoevaluación,<br />

lo cual activa los impulsos de auto conservación<br />

y crecimiento integral del yo (González &<br />

Turnbull, 2003; 2007; González & López, 2008).<br />

2) Procedimiento de aprendizaje<br />

De acuerdo con las escalas del CEA-U, encontramos<br />

bajo índice en las escalas de Estrategias Motivacionales<br />

y en las Estrategias Cognitivas; estas escalas se refieren<br />

al deseo intrínsico de realizar las actividades, las cuales<br />

se reflejan en: a) disposición y constancia ante el<br />

aprendizaje y b) sencibilizaciòn y restructuración de la<br />

información (Martín et al., 2007). Los estudiantes del<br />

presente estudio (10 carreras en áreas de ciencias sociales<br />

y exactas) presentan necesidades específicas de<br />

aprendizaje, las cuales son: Adquisición, Codificación<br />

o Almacenamiento y Recuperación base indispensable<br />

para el aprendizaje, como lo señalan Valle, et al.,<br />

(2006).<br />

El procedimiento de aprendizaje que propone<br />

el presente estudio es la Estrategia de Aprendizaje de<br />

Mapas Conceptuales (EAMC), ya que tiene la capacidad<br />

de satisfacer las necesidades de aprendizaje a través<br />

de los pasos para el procesamiento de información requerido,<br />

como exponen los autores Cañas, et al., (2002).<br />

En la Estrategia de Aprendizaje de Mapas Conceptuales<br />

se obtiene el aprendizaje significativo, a través<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Procedimientos para Disminuir los Bajos Promedios... | 29


de aprender a relacionar los nuevos conocimientos de<br />

manera organizada y sustancial, encadenándolos con<br />

aprendizajes previos. Lo que ha demostrado gran utilidad<br />

en las áreas de aprendizaje social y exacto, como lo<br />

requiere nuestro estudio, de acuerdo con la investigación<br />

realizada por Ausubel, <strong>No</strong>vak y Hanesian (<strong>19</strong>97).<br />

La Estrategia de Aprendizaje de Mapas Conceptuales<br />

se origina en la técnica de este tipo de mapa, desarrollado<br />

por <strong>No</strong>vak en <strong>19</strong>91 como estrategia para guiar a<br />

los estudiantes a aprender y a organizar materiales de<br />

aprendizaje, o bien para encontrar los procedimientos<br />

a seguir en la resolución de problemas.<br />

En investigaciones recientes se señala que el mapa<br />

conceptual es la principal herramienta metodológica,<br />

usada por personas de los más variados niveles y áreas<br />

de aprendizaje (Cuevas, 2003).<br />

Los mapas conceptuales contienen tres elementos<br />

fundamentales: a) Los conceptos, que son palabras o<br />

signos con los que se expresan regularidades; b) Las<br />

proposiciones, que son dos o más términos conceptuales<br />

unidos por palabras de enlace para formar una<br />

unidad semántica; c) Las palabras de enlace, que sirven<br />

para relacionar los conceptos verbales y términos<br />

matemáticos (Febles & Estrada, 2002).<br />

De acuerdo con lo anterior podemos concluir que<br />

existen factores emocionales y de aprendizaje negativos<br />

que afectan a los estudiantes, que tienen como consecuencia<br />

la obtención de bajos promedios e inscripción<br />

irregular, por lo que este estudio propone dos<br />

procedimientos que disminuyan dichos factores para<br />

aumentar el rendimiento académico.<br />

MÉTODO<br />

Objetivos<br />

1) Conocer las diferencias significativas entre los<br />

dos procedimientos, en cuanto a la disminución<br />

de estudiantes con bajos promedios e irregulares,<br />

para saber cuál de ellos obtuvo más impacto.<br />

2) Conocer las diferencias significativas entre los<br />

dos procedimientos, en cuanto a la disminución<br />

de factores emocionales y de aprendizaje, para saber<br />

cuál de ellos obtuvo más impacto.<br />

3) Conocer cuál de los dos procedimientos impactó<br />

más a qué carrera, en cuanto a disminución de<br />

estudiantes con bajos promedios e irregulares.<br />

4) Conocer qué carrera aumentó más en su promedio<br />

escolar con ambas intervención.<br />

Diseño. Diseño cuasi-experimental, de campo para<br />

dos grupos experimentales tratamiento Psicoterapia<br />

Breve Espejo 1 (PBE) y Estrategia de Aprendizaje de<br />

Mapas Conceptuales 2 (EAMC), longitudinal con tres<br />

mediciones (pre-test, post-test y seguimiento 6.).<br />

Muestra<br />

Se obtuvieron 2510 estudiantes pertenecientes a 10<br />

carreras (ciencias exactas y humanas) del C.U. UAEM<br />

Valle de México; de ambos géneros y de entre 18 a 32<br />

años de edad.<br />

Se seleccionó al <strong>19</strong> % de la población (483 estudiantes)<br />

porque ellos cumplían con la condición de tener<br />

bajo promedio, menor a 7.6, e inscripción de irregular.<br />

Sus características fueron: edad promedio 21.7<br />

años; géneros masculino 59.8% y femenino 39.2% y<br />

con promedio semestral de 6.83.<br />

Instrumentos<br />

Inventario Muntifásico de la Personalidad<br />

de Minnesota-2<br />

La nueva versión del MMPI-2 fue estandarizada para<br />

habla española por Lucio (<strong>19</strong>95), en población universitaria<br />

mexicana con confiabilidad α=.77 y con altos<br />

niveles de validez interna y externa. El Test MMPI-2<br />

contiene: 10 escalas clínicas, 12 suplementarias, no utilizadas<br />

en esta investigación, y 15 escalas de contenido,<br />

de las cuales utilizamos tres: Ansiedad (ANS), α=.78;<br />

Baja Autoestima (BAE), α=.77 y Depresión (DEP),<br />

α=.79. La prueba de MMPI-2 fue utilizada para hacer<br />

la selección de la muestra. Sólo se seleccionó a estudiantes<br />

que tuvieron puntajes “T” > 65 en las Escalas de<br />

Contenido: ANS, BAE y DEP,<br />

Cuestionario de Estrategias de Aprendizaje para<br />

Universitarios (CEA-U)<br />

El Cuestionario de Estrategias de Aprendizaje para<br />

Universitarios (CEA-U) de Martín, García, Torbay y<br />

Rodríguez (2007) consta de un total de 57 ítems con<br />

escala de respuesta tipo Likert, donde 1 significa nada;<br />

2, poco; 3, algunas veces; 4, a menudo y 5, siempre.<br />

El CEA-U consta de tres subescalas: 1) Estrategias<br />

30 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Elvira Ivone González Jaimes • Roberto Sanromán Aranda • Ma. de Lourdes Hernández Prieto


Motivacionales (27 ítems); coeficiente de fiabilidad<br />

α=.82; rangos de la escala: alto=135-108, medio=107-81,<br />

bajo >81; con cinco sub-escalas: implicación, asociación<br />

en positivo, aplicabilidad, auto-esfuerzo y aproximación<br />

gradual. 2) Estrategias Cognitivas (22 ítems);<br />

coeficiente de fiabilidad α=.73; rangos de la escala:<br />

alto=110-88, medio=87-66, bajo>66; con cuatro subescalas:<br />

organización, elaboración generativa, elaboración<br />

de anclaje y memorización. 3) Estrategias de<br />

Control (ocho ítems); coeficiente de fiabilidad α=.81;<br />

rangos de la escala: =40-32, medio=31-24, bajo>24; con<br />

dos sub-escalas: planificación y revisión.<br />

Procedimiento<br />

1. Se seleccionó sólo a los estudiantes de bajo promedio<br />

(


Plan educativo<br />

Población,<br />

total de<br />

estudiantes<br />

inscritos<br />

Muestra,<br />

estudiantes<br />

irregulares<br />

con promedio<br />

< 7.6<br />

Edad promedio<br />

de la muestra<br />

Género<br />

masculino<br />

Género<br />

Femenino<br />

Promedio de<br />

calificaciones<br />

de la muestra<br />

ISC 296 79 22.01 49 30 6.808<br />

ICO 149 35 21.08 22 13 6.746<br />

LAM 262 49 22.04 28 21 6.806<br />

Total 2510 483 289 <strong>19</strong>4<br />

Promedios 21.799 6.830<br />

Porcentajes <strong>19</strong>.2% 59.8% 40.2%<br />

Donde: LAF, Licenciado en Actuaría Financiera; LEC, Licenciado en Economía; LRI, Licenciado en Relaciones<br />

Internacionales; LCN, Licenciado en Contaduría; LIA, Licenciado en Informática Administrativa; LDE, Licenciado en<br />

Derecho, IIN, Ingeniería Industrial, ISC, Ingeniería en Sistemas Computacionales; ICO, Ingeniería en Computación;<br />

LAM, Licenciado en Administración.<br />

Para saber si la asignación de los estudiantes a los grupos<br />

era semejante se utilizó un análisis intergrupal a<br />

través de la prueba de t de Student (muestras independientes)<br />

donde no se observaron diferencias significativas<br />

en el Pre-test.<br />

2. Prueba t de student y prueba F de Fisher para<br />

dos muestras independientes (grupos de estudiantes).<br />

Observándose sólo en seguimiento durante 12 meses<br />

F(321)=2.45, (ver Tabla 2).<br />

Tabla 2. Diferencias significativas entre ambos procedimientos<br />

Variable<br />

independientes<br />

tratamientos<br />

Variables<br />

dependientes<br />

Evaluación<br />

Prueba t student intragrupal<br />

Prueba F Fisher,<br />

intergrupal<br />

t gl p>0.05 Leven F p


3. Prueba t de student y prueba F de Fisher para dos<br />

muestras independientes, impacto de procedimientos<br />

medidos a través de escalas de Contenido de MMPI-2,<br />

(ver Tabla 3).<br />

4. Prueba t de student y prueba F de Fisher para dos<br />

muestras independientes, impacto de procedimientos<br />

en variable en subescalas del CEA-U (ver Tabla 4).<br />

Tabla 3. Diferencias significativas entre factores emocionales de ambos procedimientos<br />

Variables<br />

independientes<br />

procedimientos<br />

Variable<br />

dependiente<br />

escalas de<br />

Contenido<br />

Evaluación<br />

Prueba t student intragrupal<br />

Prueba F Fisher,<br />

intergrupal<br />

t gl p>0.05 Leven F p0.05 F p


5. Se realizó la comparación de número de estudiantes<br />

irregulares y promedio 7.6 de las 10 carreras (ver Tabla 5).<br />

6. Se realizó un concentrado de número de estudiantes<br />

intervenidos con ambos procedimientos en las<br />

cuatro evaluaciones para observar el aumento de promedios<br />

de las 10 carreras (ver Tabla 6).<br />

Tabla 5. Cantidad de estudiantes con promedios


Tabla 6. Impacto de ambos procedimientos observados en los promedio por carrera en cuatro evaluaciones<br />

Carreras<br />

Promedios<br />

semestral<br />

Evaluación Pretest<br />

Promedio parcial<br />

Evaluación Post<br />

test<br />

Promedio<br />

semestral<br />

Evaluación<br />

Seguimiento a<br />

seis meses<br />

Promedio anual<br />

Evaluación<br />

Seguimiento 12<br />

meses<br />

Impacto de los<br />

procedimientos<br />

LAF 6.71 7.553 7.321 7.55 1.125<br />

LEC 6.84 7.575 6.893 7.45 1.090<br />

LRI 7.18 7.805 7.355 7.64 1.064<br />

LCN 6.74 7.079 7.322 7.63 1.131<br />

LIA 6.87 7.536 7.151 7.75 1.129<br />

LDE 6.83 7.471 7.529 7.54 1.104<br />

IIN 6.82 7.543 7.356 7.39 1.083<br />

ISC 6.81 7.3 7.348 7.40 1.086<br />

ICO 6.75 7.694 7.357 7.31 1.084<br />

LAM 6.81 7.483 7.283 7.52 1.105<br />

Promedio global<br />

de la nuestra<br />

68.35 75.04 72.92 75.<strong>19</strong> 1.100<br />

LAF, Licenciado en Actuaría Financiera; LEC, Licenciado en Economía; LRI, Licenciado en Relaciones Internacionales;<br />

LCN, Licenciado en Contaduría; LIA, Licenciado en Informática Administrativa; LDE, Licenciado en Derecho, IIN,<br />

Ingeniería Industrial, ISC, Ingeniería en Sistemas Computacionales; ICO, Ingeniería en Computación; LAM, Licenciado<br />

en Administración.<br />

DISCUSIÓN<br />

Como ya se ha referido en líneas anteriores, algunos de<br />

los grandes problemas que enfrentan las instituciones<br />

de educación superior oficiales son el bajo rendimiento,<br />

irregularidad, deserción, el rezago estudiantil, que<br />

reflejan el nivel de la eficiencia terminal, lo que de alguna<br />

manera también afecta al C.U UAEM Valle de<br />

México.<br />

Por lo que en este estudio se implementaron dos<br />

procedimientos: Psicoterapia Breve Espejo 1(PBE) y<br />

Estrategia de Aprendizaje de Mapas Conceptuales 2<br />

(EAMC), con los que se impactó a 162 estudiantes con<br />

bajos promedios e irregulares. De la población de 483<br />

se impacto el 20.5% en 1 (PBE) y el 13% en 2 (EAMC).<br />

Para tener una visión más detallada del impacto de los<br />

procedimientos nos dimos a la tarea de analizar las escalas<br />

que los medían. Observamos que:<br />

En el procedimiento 1(PBE) se presenta una disminución<br />

significativa de estudiantes en los trastornos<br />

emocionales de Ansiedad y Baja autoestima. También<br />

se observa un aumento significativo en estrategias motivacionales<br />

de aprendizaje, como en Asociación en<br />

Positivo y Auto-esfuerzo, lo que ayuda a regularizar y<br />

a aumentar el promedio a 97 estudiantes, ocupando el<br />

62% del impacto de intervenciones.<br />

Es oportuno comentar la existencia de diversos estudios<br />

sobre la estabilidad emocional y su repercusión<br />

en el rendimiento académico, como los realizados<br />

por González-Forteza, et al., (2008); Campo-Cabal y<br />

Gutiérrez (2001).<br />

En el procedimiento 2 (EAMC) disminuyó significativamente<br />

el número de estudiantes con trastornos de<br />

ansiedad como elaboración de anclaje y planificación.<br />

Esto es posible porque este procedimiento obtiene<br />

aprendizaje significativo, a través de comprender cómo<br />

relacionar los nuevos conocimientos, de manera organizada<br />

y sustancial, encadenándolos con aprendizajes<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Procedimientos para Disminuir los Bajos Promedios... | 35


previos. Esto le da confianza a los estudiantes para<br />

realizar sus actividades académicas, como lo mencionan<br />

Ausubel, <strong>No</strong>vak y Hanesian en <strong>19</strong>97, lo que ayuda<br />

a conservar el aumento de su rendimiento escolar. En<br />

este procedimiento se reporta el impacto en 60 estudiantes<br />

regulares y regular rendimiento, lo que ocupa<br />

el 38%.<br />

Teniendo presente la anterior aseveración, es lógico<br />

pensar que las estrategias de aprendizaje deben de<br />

tener más impacto en los promedios bajos y en la irregularidad<br />

estudiantil que un tratamiento psicoterapéutico,<br />

pero en este estudio se observó que existe un<br />

avance semejante en evaluaciones pro test y seguimiento<br />

de seis meses en ambos procedimientos, pero que en<br />

el tratamiento psicoterapéutico existe una diferencia<br />

significativa en la evaluación seguimiento de 12 meses;<br />

lo que quiere decir que el Tratamiento Psicoterapia<br />

Breve Espejo tiene mayor impacto a largo plazo. Esto<br />

puede deberse a que los estudiantes en el bloque de<br />

integración realizan diálogos con su propia imagen,<br />

confrontándose consigo mismos, dándose cuenta de<br />

la sintonía que existe entre mente y cuerpo (Campos<br />

& Gutiérrez, 2001; González & Turmbull, 2003, 2007;<br />

González & López, 2009:). En el bloque 2 se interviene<br />

en los procesos mentales asociados a la Adquisición,<br />

Codificación y Recuperación, lo que le va contribuir<br />

a mejorar su rendimiento escolar (Borkowski, <strong>19</strong>95;<br />

Campos y Gutiérrez, 2001). Ahora es importante hacer<br />

un análisis por carrera y actividades académicas, como<br />

lo ejecutan Amézquita, González y Zuluaga (2000) con<br />

ambas estrategias, y en el cual se observó: la estrategia<br />

1(PNE) obtiene un efecto en 10 estudiantes de 11, o<br />

sea que 91% en la Carrera de Ingeniería Industrial son<br />

recuperados.<br />

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38 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Elvira Ivone González Jaimes • Roberto Sanromán Aranda • Ma. de Lourdes Hernández Prieto


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 39-46 ISSN 1405-0943<br />

Percepción de Tareas de Crianza en Niños con<br />

Discapacidad Intelectual<br />

Perception of Rearing Tasks in Children with Intellectual Disabilities<br />

Luis Antonio Hernández Hernández<br />

Hans Oudhof Van Barneveld<br />

<strong>No</strong>rma Ivonne González Arratia López Fuentes<br />

Erika Robles Estrada<br />

Susana Silvia Zarza Villegas*<br />

Facultad de Ciencias de la Conducta, <strong>Universidad</strong> Autónoma del Estado de México, México<br />

RESUMEN<br />

Este estudio aborda la percepción que tienen los niños con discapacidad intelectual acerca de las tareas de crianza que<br />

realizan sus padres. Se trabajó con un grupo de participantes de seis niños, compuesto por hombres y mujeres de entre<br />

nueve y 12 años de edad inscritos de cuarto a sexto grado de primaria. La técnica de recolección de datos utilizada fue<br />

la entrevista semi-estructurada. De acuerdo con los resultados por categorías, las tareas de crianza percibidas por los<br />

niños se caracterizan de la siguiente manera: 1) En comunicación ambos padres participan con igual incidencia en<br />

actividades de contacto físico y emocional; 2) Los niños generalmente se perciben aceptados por sus padres, pero no<br />

así al ser agredidos físicamente; 3) La provisión de recursos atiende necesidades materiales y biológicas; 4) La figura<br />

paterna tiene el control de la conducta del niño; 5) La salud física y mental se enlaza hacia lo biológico y emocional; y<br />

6) Las expectativas de comportamiento se relacionan a conductas de ajuste social. La conclusión es que los niños con<br />

discapacidad intelectual perciben las tareas de crianza enmarcadas en el proceso de socialización, donde juegan un<br />

papel primordial los afectos, la disciplina y el control.<br />

Descriptores: tareas de crianza; percepción; niños; discapacidad intelectual; familia.<br />

ABSTRACT<br />

This study addresses the perception that children with intellectual disabilities have about the rearing tasks carried out by<br />

their parents. The research group consisted of 6 participants, all of them children aged 9 to 12 years enrolled in fourth<br />

to sixth grade of elementary school. The semi-structured interview was employed for data recollection. According to the<br />

results by category, the parents’ rearing tasks as perceived by the children can be characterized as follows: 1) In the communication<br />

with the child both parents participate equally in activities involving physical and emotional contact; 2) The<br />

children generally perceive being accepted by their parents, but not when they suffer physical aggression; 3) The provision<br />

of material resources attends economic and biological needs; 4) The father figure exercises control over the child’s behavior;<br />

5) Taking care of physical and mental health is associated with biological and emotional aspects; and 6) The expectations<br />

regarding behavior are related to social adjustment. It is concluded that the children with behavioral disabilities perceive<br />

parental rearing as embedded in the socialization process in which affections, discipline and control play an essential role.<br />

Keywords: rearing tasks; perception; children; intellectual disability; family<br />

* Para correspondencia: Lic. en Psic. Luis Antonio Hernández Hernández, Dr. Hans Oudhof Van Barneveld, Dra. <strong>No</strong>rma Ivonne González Arratia<br />

López Fuentes, Mtra. Erika Robles Estrada, Dra. Susana Silvia Zarza Villegas. Facultad de Ciencias de la Conducta de la <strong>Universidad</strong> Autónoma del Estado<br />

de México, Carretera Toluca-Naucalpan km. 1.5 s/n, Toluca México. y/o Lomas Estrella <strong>No</strong>. 103-A La Loma II, C.p. 51355 Zinacantepec, México.<br />

Tel. Cel.: 044 722 1020239, luiscp_crn@yahoo.com.mx, hansovb@hotmail.com, nigalf@yahoo.com.mx, erikarobles@yahoo.com, zavss@hotmail.com.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Percepción de Tareas de Crianza en Niños con Discapacidad Intelectual | 39


Insertarse en el tema de tareas de crianza remite necesariamente<br />

abordarlas desde la familia, grupo que<br />

resulta difícil definir cuanto mejor se conoce la realidad<br />

contemporánea de formas familiares alternativas<br />

o acuerdos de vida domésticos (Musitu & Cava,<br />

2001). A este respecto Estrada (2009) considera a la<br />

familia como una célula social. Mientras que Palacios<br />

y Rodrigo (2001) refieren que es la unión de personas<br />

que comparten un proyecto de vida de existencia<br />

común que pretende ser duradero, en el que se establecen<br />

relaciones intensas de intimidad, reciprocidad y<br />

dependencia. Estas relaciones se dan de forma bidireccional,<br />

al ser los integrantes de la familia socializadores<br />

y socializandos (Coloma, <strong>19</strong>93). Dicho de otra manera,<br />

las relaciones entre padres tienen consecuencias sobre<br />

los hijos, pero también los hijos influyen sobre los<br />

padres de modo decisivo (Ceballos & Rodrigo, 2001).<br />

El grupo familiar cumple con cuatro funciones, las<br />

cuales son, de acuerdo con Urbano y Yuni (2008): de<br />

humanización (transformación del individuo humano<br />

en sujeto), de crianza (provisión de elementos satisfactores<br />

de necesidades biológicas y soporte de recursos<br />

psicológicos, emocionales y sociales), de ejercicio de la<br />

autoridad (responsabilidad compartida entre padres)<br />

y la de transmisión de la cultura (influencia recíproca<br />

entre la familia y la sociedad). Es así que la crianza de<br />

los hijos es una actividad que se lleva a cabo en las familias<br />

como parte de sus funciones para crear un espacio<br />

de desarrollo y proveer de elementos satisfactores<br />

de necesidades biológicas y soporte de recursos psicológicos,<br />

emocionales y sociales (Cano 2005; Urbano<br />

& Yuni 2008).<br />

La palabra crianza, según la Real Academia<br />

Española (2006), deriva de creare, que significa nutrir,<br />

alimentar, orientar, instruir y dirigir. Mientras<br />

que para Figueroa, Jiménez y Tena (2006), la crianza<br />

consiste tanto en informar como en formar y más que<br />

repetir y dar conceptos e instrucciones, es ir formando<br />

actitudes, valores, conductas en una persona. Es un intercambio<br />

en donde una persona convive con otra y<br />

con su ejemplo la va formando y se va formando a sí<br />

misma; es compartir y retroalimentar.<br />

Rink (2008) considera que la crianza se desarrolla<br />

dentro de un sistema educativo que implica una situación<br />

que incluye a niños y adultos que actúan interlateralmente,<br />

resultando como producto la educación.<br />

Este sistema tiene cuatro factores: el niño, el adulto<br />

como educador, los tipos situacionales (acontecimientos<br />

que se repiten con frecuencia en la educación diaria<br />

y que se reconocen por la identidad constante de<br />

su ordenamiento) y el contexto situacional (circunstancias<br />

sociales y materiales en las que la educación<br />

obtiene forma). En este proceso educativo existen tres<br />

facetas en el actuar del educador: la actitud del criador,<br />

el estilo básico y las tareas de crianza. Estas tareas se<br />

refieren al conjunto de actividades que implican acciones<br />

realizadas por el adulto en su función de educador,<br />

encaminadas a lograr el desarrollo sano del niño. En<br />

el contexto mexicano, de acuerdo con la validación de<br />

un cuestionario de tareas de crianza en mujeres mexicanas<br />

llevado a cabo por Robles y Oudhof (2010), se<br />

reconocieron siete tareas: comunicación mutua entre<br />

educador y niño, aceptación del hijo como persona,<br />

recursos materiales suficientes, control sobre las acciones<br />

del hijo, cuidado de la salud física y mental, límites<br />

y expectativas, y ambiente y vivienda. Estas tareas han<br />

sido investigadas en diversos grupos, sin embargo, se<br />

ha indagado poco en familias donde hay un hijo con<br />

discapacidad.<br />

En este tipo de familias se consideran diversos factores<br />

como los que conllevan la distinción con aquellas<br />

en donde no hay discapacitados, tal como lo señala<br />

Sterm (2005) al manifestar que la presencia de personas<br />

con discapacidad no sólo distingue a una familia<br />

de otras, sino que además estas familias se visualizan<br />

como un engranaje de capacitados y no capacitados.<br />

Los estudios realizados en las décadas de los sesenta<br />

y setenta eran predominantemente unidireccionales<br />

y negativistas, puesto que consideraban que tener un<br />

hijo con algún tipo de deficiencia repercutía de forma<br />

negativa en la familia y como consecuencia se daban<br />

familias incapacitadas. Esta situación se puede apreciar<br />

en lo puntualizado por Freixa (2000), donde se<br />

menciona que los padres, al saber que tenían un hijo<br />

con retraso mental, experimentaban una sensación de<br />

desconcierto que desembocaba en un sentimiento<br />

de culpa, el cual, cuanto más fuerte fuese, mayor era la<br />

tendencia a considerar la situación del niño como castigo.<br />

Ante esto, dicho autor precisa que se sabe relativamente<br />

poco sobre el funcionamiento de las familias con<br />

hijos disminuidos mentales, siendo los estudios sobre<br />

la persona disminuida, sus características, su compor-<br />

40 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Luis Antonio Hernández • Hans Oudhof • <strong>No</strong>rma Ivonne González Arratia • Erika Robles • Susana Silvia Zarza


tamiento, el tipo de cognición, su educación, más numerosos<br />

que los que se centran en la dinámica familiar.<br />

Sin embargo, cabe mencionar que ante este hecho en<br />

la actualidad ha crecido el interés por estudiar más a<br />

fondo la temática de la familia del niño con discapacidad<br />

intelectual, mostrando resultados diferentes a<br />

lo expuesto en décadas anteriores, como puede observarse<br />

en el párrafo siguiente.<br />

Recientemente, un estudio llevado a cabo en<br />

Aguascalientes por Solis-Cámara, Díaz, Bolívar y<br />

García (2003) muestra que las expectativas y prácticas<br />

disciplinarias y de crianza de parejas de mamás y<br />

papás que tienen un hijo con desarrollo promedio normal<br />

entre la población normativa de la ECMP (Escala<br />

de comportamientos para madres y padres de niños<br />

pequeños), y aquellos que tenían un hijo con necesidades<br />

especiales son semejantes, y que las expectativas<br />

y la disciplina se incrementan del primer año de<br />

edad del niño al siguiente. Las familias normativas<br />

esperan que sus hijos dominen las habilidades mucho<br />

más pronto y los disciplinan con mayor severidad que<br />

las familias con niños con necesidades especiales, y<br />

la única diferencia encontrada por género fue que las<br />

madres mostraron tener más prácticas de crianza que<br />

sus esposos. Ortega (2006) señala que en las familias<br />

que tienen hijos con discapacidad las relaciones entre<br />

el padre y el hijo se pueden polarizar en dos sentidos:<br />

por un lado habrá varones que decidan hacerse a un<br />

lado y no preocuparse por su crianza, y por el otro los<br />

que desean intervenir o que pretenden tener presencia<br />

en el cuidado de ellos. Asimismo, Ortega, Torres,<br />

Reyes y Garrido (2010), en los resultados de su investigación<br />

realizada en la Ciudad de México con 10<br />

varones que viven con sus hijos y sus parejas, con un<br />

rango de edad de 25 a 55 años de edad, con una escolaridad<br />

de secundaria, bachillerato, carera técnica o<br />

licenciatura, con un nivel socioeconómico alto y bajo,<br />

encontraron que para los padres, la educación y la preparación,<br />

así como la alimentación son parte de las<br />

responsabilidades de ellos con sus hijos, y más aún con<br />

aquellos que tienen niños con discapacidad, manifestando<br />

así que se interesan cada vez más en la crianza<br />

y desarrollo de estos niños. Por lo que la paternidad<br />

implicaría la ayuda con las cuentas, participación en<br />

atender al bebé, bañarlo, darle de comer, establecer<br />

reglas de disciplina, participar en los deberes escolares,<br />

llevarlo y traerlo de la escuela, conocer a los amigos,<br />

entre otros.<br />

De esta manera, puede mencionarse que los estudios<br />

abordados hasta el momento sobre la temática de<br />

crianza de niños con discapacidad permiten observar<br />

que se ha indagado por un lado las características del<br />

niño, mientras que por el otro, se ha tomado en cuenta<br />

a la familia, empero, se torna relevante considerar<br />

también el punto de vista que tienen los mismos niños<br />

sobre la crianza paterna desde su experiencia personal.<br />

Por tal motivo, el objetivo de la presente investigación<br />

fue identificar estas tareas percibidas por niños con<br />

discapacidad intelectual a fin de observar las actividades<br />

de este tipo que son consideradas importantes<br />

para ellos en este proceso.<br />

Asimismo es importante mencionar como limitantes<br />

del estudio que los resultados obtenidos deben<br />

analizarse con precaución, esto es así, puesto que al<br />

ser una investigación cualitativa los resultados pueden<br />

considerarse como no generalizables, sin embargo,<br />

acorde con el criterio de interpretación de datos de los<br />

estudios cualitativos que menciona Pocovi (<strong>19</strong>99), las<br />

generalizaciones son especulativas o simplemente no<br />

se dan. Además, el interés fundamental es aproximarse<br />

a un conocimiento más profundo de una situación en<br />

concreto describiendo el fenómeno en palabras propias<br />

del informante (Heath, <strong>19</strong>97), En este caso, identificar<br />

de manera específica la percepción que tienen los<br />

niños con discapacidad intelectual entre 9 y 12 años<br />

de edad que cursan de 4º a 6º grado de primaria en el<br />

Valle de Toluca de acuerdo con siete categorías que implican<br />

actividades de crianza realizadas por sus padres.<br />

MÉTODO<br />

Participantes<br />

El grupo de participantes seleccionados para este estudio<br />

fue de seis niños, compuesto por tres varones y tres<br />

mujeres, con las siguientes características: 1) niños con<br />

discapacidad intelectual; 2) tener un rango de edad de<br />

nueve a 12 años; 3) estar inscritos en 4°, 5° y 6° de primaria;<br />

4) contar con apoyo de las Unidades de Servicio<br />

y Apoyo a la Escuela Regular (USAER) en el Valle de<br />

Toluca.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Percepción de Tareas de Crianza en Niños con Discapacidad Intelectual | 41


Instrumento<br />

Se utilizó una entrevista semi-estructurada de tipo<br />

cualitativo, permitiendo así acceder a la percepción<br />

de las tareas de crianza de niños con discapacidad intelectual.<br />

Para este estudio, se diseñó un guión de entrevista<br />

conformado por un listado de siete tareas de<br />

crianza validadas por Robles y Oudhof (2010) como<br />

áreas generales a cubrir con cada informante, articulándose<br />

con preguntas abiertas de tipo experiencia/<br />

conducta, opinión, sentimientos y sensoriales, y preguntas<br />

cerradas, a fin de conducir la conversación con<br />

cada uno de los entrevistados. La guía de entrevista se<br />

estructuró de la siguiente manera: 1) comunicación<br />

entre padres e hijos, donde se abordaron los hábitos<br />

de contacto fijo y contestar preguntas, jugar juntos<br />

y tener contacto físico, atención a las reacciones del<br />

niño, solución de problemas de contacto y mostrar los<br />

sentimientos y pensamientos por parte del educador;<br />

2) aceptación del hijo como persona, en donde las<br />

preguntas se dirigen al tema de aceptar y apoyar las capacidades<br />

y carencias individuales; 3) provisión de<br />

recursos materiales, donde se pregunta acerca de la<br />

oferta de objetos de uso corriente que estimulan el desarrollo<br />

del niño; 4) control sobre las acciones del hijo,<br />

en donde se indaga sobre los premios, consecuencias<br />

y acuerdos sobre su conducta; 5) salud física y mental,<br />

rubro en el que se investiga la alimentación correcta,<br />

la condición física, la información auditiva y visual,<br />

así como la salud mental; 6) límites materiales/físicos<br />

y expectativas del educador, y 7) ambiente y vivienda,<br />

área en la que se indaga sobre el cuidado del hogar y el<br />

entorno de vida. Subsiguientemente la primera versión<br />

de la guía se sometió a un proceso de validación por<br />

jueces con un grupo de cinco expertos en la materia.<br />

Después, la guía permitió organizar la información<br />

de forma clara y específica para comenzar el análisis de<br />

dicha información.<br />

Procedimiento<br />

Partiendo de la estadística de los alumnos que son atendidos<br />

por los profesionales de las USAER en el ciclo escolar<br />

2009-2010 se seleccionaron de cada escuela primaria<br />

a dos alumnos con diagnóstico de discapacidad<br />

intelectual que estuviesen cursando de 4° a 6°. Se contactó<br />

con los directores de cada USAER y de cada primaria<br />

para explicarles el objetivo del estudio, solicitar<br />

su colaboración y obtener los permisos oportunos. Un<br />

equipo de campo integrado por dos personas acudió<br />

a las primarias en fechas y horas previamente acordadas;<br />

uno de ellos llevó a cabo las entrevistas semiestructuradas,<br />

mientras que el otro las videograbó.<br />

Las entrevistas se realizaron de forma individual a los<br />

alumnos con discapacidad intelectual en los salones de<br />

las USAER de las escuelas primarias donde asisten, a<br />

quienes se contextualizó antes y después de la interacción,<br />

describiéndoles la situación y el propósito de<br />

la investigación. El tiempo promedio de duración<br />

de las entrevistas fue de 40 a 60 minutos. En el procesamiento<br />

de la información se realizaron transcripciones<br />

escritas y enseguida se rescataron algunos significados<br />

en el ámbito de la experiencia personal de los niños<br />

para obtener la percepción sobre las tareas de crianza<br />

que realizan sus padres desde su propio punto de vista.<br />

RESULTADOS<br />

Los resultados obtenidos se presentan a continuación,<br />

de acuerdo con cada una de las categorías de análisis<br />

indicadas anteriormente.<br />

Comunicación entre padres e hijos<br />

En la presente categoría de análisis los niños con discapacidad<br />

intelectual perciben que la comunicación<br />

que mantienen sus padres con ellos se lleva a cabo por<br />

tres actividades de crianza. La primera se refiere a los<br />

hábitos de contacto fijos y contestar preguntas a través<br />

de gritos y/o golpes, instrucciones sin supervisar y<br />

asertividad:<br />

“Me da patadas en la pierna, me grita feo, siento<br />

feo, pero me regaña por mi bien.”<br />

“Haz eso, haz lo otro; por ejemplo, hago la tarea<br />

mientras mi pa juega nintendo.”<br />

“Por favor pon tus juguetes, cuida a tus hermanos,<br />

les digo sí y gracias de decirme por favor, me dicen<br />

gracias porque has ayudado y siento que me quieren<br />

mucho.”<br />

La segunda actividad que perciben los niños se refiere<br />

a jugar juntos y tener contacto físico, donde la participación<br />

de ambos padres se da con igual incidencia,<br />

manifestándose con diversidad de juegos que les<br />

provocan respuestas de afecto positivas, lo que implica<br />

42 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Luis Antonio Hernández • Hans Oudhof • <strong>No</strong>rma Ivonne González Arratia • Erika Robles • Susana Silvia Zarza


contacto físico, y muestra que los niños con discapacidad<br />

intelectual perciben que sus padres toman en<br />

cuenta su diversión y lo afectivo como actividades<br />

de su crianza. Lo anterior puede observarse en los<br />

siguientes discursos:<br />

“Jugamos fútbol en el patio de la casa o en el<br />

parque.”<br />

“Jugamos escondidas, la traes, basta, listones, agua<br />

clara, a los bebés, pelota; siento que me quieren<br />

mucho.”<br />

“Cuando jugamos me abrazan y me agarran las<br />

manos.”<br />

En lo que respecta a la tercera actividad de crianza los<br />

infantes perciben que sus padres ponen atención a sus<br />

reacciones puesto que conocen sus gustos, les enseñan<br />

a identificar sentimientos y saben cuando se cansan al<br />

jugar:<br />

“Ella sabe que a mí me gustan todas las novelas.”<br />

“Me gustan las maquinitas, las computadoras.”<br />

“Me gustan matemáticas, geografía, historia, español<br />

y todas las materias.”<br />

“Me enseñan cuando estoy triste y cuando tengo<br />

risa.”<br />

“Me dicen mis pas: ¿ya te cansaste?, y les digo sí.”<br />

Aceptación del hijo como persona<br />

Los comentarios de los participantes tienen una tendencia<br />

manifiesta a percibir que sus papás los aceptan<br />

con sus características propias, aceptación que refieren<br />

no sentir cuando existe agresión física de sus padres<br />

hacia ellos. Además, los niños consideran que les reconocen<br />

sus habilidades y los motivan en sus limitaciones,<br />

aspectos que se ejemplificaron en los discursos de<br />

los participantes:<br />

“Mis papás me quieren mucho, mucho.”<br />

“Saben que puedo ir a comprar tortillas, que se<br />

bailar.”<br />

“Saben que puedo jugar maquinitas.”<br />

“<strong>No</strong> me quieren porque me pegan.”<br />

Recursos materiales suficientes<br />

Los discursos del grupo de participantes coinciden en<br />

que la provisión de bienes tangibles que proporcionan<br />

los padres atienden necesidades de orden material y<br />

biológico, siendo acordes con el género, tanto en comprar<br />

juguetes, procurar el arreglo personal, alimentarlos<br />

y facilitar dinero.<br />

“Me compran muñecas, cocinetas.”<br />

“Me dan carros, pelotas para jugar.”<br />

“Me compran ropa, pero a veces yo le digo no<br />

mamá no me gusta; me dice: póntela por tu bien, y<br />

ya me la pongo.”<br />

“Me dan guisado, galletas, Sabritas, tortas, refresco.”<br />

“Me dan dinero y me lo gasto en chucherías; en bofos,<br />

en chicles, en refrescos, en agua.”<br />

Control sobre las acciones del hijo<br />

Los niños con discapacidad intelectual perciben que<br />

el control que tienen sus padres sobre las actividades<br />

que tienden a realizar es dirigido principalmente por la<br />

figura masculina, considerando, además, que cuando<br />

no obedecen a sus padres la consecuencia será recibir<br />

golpes y/o regaños. Muestra de ello se observó en los<br />

comentarios dados por los participantes:<br />

“Me regañan porque no hago nada, no ayudo a mi<br />

mamá por flojera, nomás me gritan, haz eso, haz lo<br />

otro; estás castigada, me dicen.”<br />

“Me pega, me pellizca la pierna, el hombro, a veces<br />

en la oreja.”<br />

“Me pega con el cinturón en todas partes.”<br />

“Quien manda es el esposo de mi mamá, él me dice<br />

que haga las cosas; él me regaña, pero él no me puede<br />

pegar, pero mi mamá sí.”<br />

Cuidado de la salud física y mental<br />

Los niños con discapacidad intelectual perciben el cuidado<br />

de la salud física y mental que les proporcionan<br />

sus padres en cuatro actividades de crianza: alimentación,<br />

información auditiva y visual, salud mental, y<br />

condición física:<br />

“Me dan de comer pan, sopa, arroz, frijolitos, verduras,<br />

frutas, refresco, galletas.”<br />

“Me limpiaron el oído, tenía borusitas.”<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Percepción de Tareas de Crianza en Niños con Discapacidad Intelectual | 43


“Me revisaron el oído y se siente como agua caliente<br />

y como me muevo me duele mucho.”<br />

“Me dicen: inténtalo, inténtalo, inténtalo.”<br />

“Me cuidan”<br />

“Hago ejercicio en el CREE (Centro de rehabilitación<br />

de Educación Especial).”<br />

Límites y expectativas<br />

La existencia de reglas impuestas por los adultos que<br />

perciben los niños con discapacidad intelectual en su<br />

medio ambiente aluden a que no hay horarios fijos<br />

para hacer la tarea ni para dormir. Mientras que consideran<br />

que las expectativas que tienen sus padres se<br />

enfocan a mantener un buen comportamiento, tanto<br />

en casa como en la escuela.<br />

“La tarea la hago de cuatro a cinco, de tres a cuatro,<br />

o en la noche.”<br />

“Que me porte bien, me dicen, échale ganas a la<br />

escuela.”<br />

Ambiente y vivienda<br />

En la presente categoría es importante mencionar que<br />

la información proporcionada a través de los discursos<br />

del grupo de participantes produjo un reporte de entrevista<br />

sin relevancia.<br />

DISCUSIÓN<br />

Los niños con discapacidad intelectual que viven en el<br />

Valle de Toluca y que se encuentran cursando la primaria<br />

perciben seis tareas de crianza de un total de siete<br />

que han sido validadas por Robles y Oudhof (2010).<br />

Esta tarea es la concerniente al ambiente y vivienda,<br />

posiblemente no la reconocen debido a que consideran<br />

que la estructura física de la casa donde se desarrollan<br />

no es la adecuada, y que sus padres no les facilitan las<br />

circunstancias o condiciones sociales y culturales que<br />

necesitarían, elementos considerados en la definición<br />

de dicha tarea (Rink, 2008). De las seis actividades de<br />

crianza que reconocen es importante mencionar la<br />

percepción que manifestaron, en líneas siguientes:<br />

De manera general puede señalarse que la percepción<br />

de las tareas de crianza de los niños con discapacidad<br />

intelectual parece estarse vinculando directamente<br />

con las dimensiones generales del proceso de socialización<br />

paterna, en el cual los padres dan afectividad,<br />

responden a las necesidades de los hijos, ejercen control<br />

y disciplinan la conducta, tal y como lo precisan<br />

Palacios y Moreno (<strong>19</strong>99).<br />

Un segundo hallazgo del presente estudio revela<br />

que los niños tienen la percepción generalizada de que<br />

en las actividades de crianza relacionadas con la comunicación<br />

entre padres e hijos, la aceptación del hijo<br />

como persona y el control sobre las acciones del<br />

hijo prevalece como una opción el mantenimiento de<br />

una comunicación directa y un control de la conducta<br />

bajo la tendencia de ser castigados y/o golpeados si<br />

no cumplen con las expectativas, como es ajustarse a<br />

las reglas. Esto podría explicarse a partir del punto de<br />

vista de las relaciones de poder, puesto que tomando<br />

como referencia las puntualizaciones de Torres, et al.<br />

(2008), es usual que padres y madres se impongan con<br />

sus hijos e hijas y como en toda interacción de imposición<br />

frecuentemente se presenta violencia, ya sea<br />

física o psicológica. Cabe hacer notar que dicha información<br />

surgió en el reporte de las entrevistas llevadas<br />

a cabo con el grupo de participantes con los que se trabajó,<br />

y por tanto debe ser analizada con precaución y<br />

sin intención de ser generalizada a todas las familias<br />

con niños con discapacidad intelectual.<br />

En tanto, un tercer hallazgo general podría indicar<br />

que los niños perciben en las tareas de crianza una<br />

de las funciones primordiales que precisan Palacios y<br />

Rodrigo (2001), relacionada a la provisión de un clima<br />

de afecto y apoyo, puesto que manifiestan sentirse cuidados<br />

y elogiados.<br />

Por otra parte, en relación a la comunicación entre<br />

padres e hijos pueden mencionarse dos puntos; en el<br />

primero, quizá exista una relación entre la idea que<br />

tienen los padres sobre la educación con lo expuesto<br />

por los niños al percibirla como un bien, sin importar<br />

la actividad de preferencia para llevarlo a cabo, tal y<br />

como lo apunta Diez (<strong>19</strong>92), quien alude que los padres<br />

suponen que deben educar a los hijos, traduciendo esta<br />

educación como corregir, disciplinar, aconsejar, guiar,<br />

enseñar, etc. El segundo punto se refiere a la importancia<br />

que tiene el juego en la dinámica familiar, debido<br />

a que en los resultados se encontró como una actividad<br />

que realizan ambos padres y genera afecto a los niños<br />

y que se relaciona con lo expuesto por Parke (<strong>19</strong>86),<br />

aludiendo a que los padres ejercen un papel primordial<br />

en el desarrollo de sus hijos al jugar con ellos, acari-<br />

44 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Luis Antonio Hernández • Hans Oudhof • <strong>No</strong>rma Ivonne González Arratia • Erika Robles • Susana Silvia Zarza


ciarlos, hablarles, representando así diversos modos<br />

de influencia sobre ellos. Por lo demás, Losada (2006)<br />

indica que el juego es un medio placentero, en el cual<br />

el niño expresa diferentes pensamientos y emociones.<br />

En cuanto a la percepción que tienen sobre la<br />

oferta de artículos para su desarrollo, la tendencia<br />

generalizada en poseer juguetes acordes al sexo puede<br />

explicarse a partir de la influencia cultural transmitida<br />

en los grupos familiares, puesto que Martínez y Vélez<br />

(2009) precisan que el claro predominio de los efectos<br />

tradicionales y de género que los niños adquieren en el<br />

seno familiar marca su aptitud ante los juguetes.<br />

Asimismo, es importante aludir que la percepción<br />

que muestran los niños al ubicar a la figura paterna<br />

como el principal educador que manda en casa<br />

puede indicar los efectos del contexto sociocultural en<br />

el que se desenvuelven los menores, como lo señala<br />

Nava (<strong>19</strong>99), quien manifiesta que el padre debe ser el<br />

jefe de su familia, la autoridad y poseer la representatividad<br />

social, ser el principal proveedor económico y<br />

el protector de su cónyuge e hijos. Asimismo, podría<br />

entenderse desde el punto de vista que manifiesta que<br />

en la familia cada uno de los integrantes tiene un papel<br />

especial y los conflictos se dan cuando alguno de<br />

los integrantes no cumple con la función asignada y<br />

asume que el poder lo tiene el padre, por ser el jefe de<br />

familia y el proveedor (Torres, et al., 2008).<br />

De esta forma, los resultados obtenidos en el presente<br />

estudio permiten concluir que los niños con<br />

discapacidad intelectual reconocen las actividades de<br />

crianza que realizan sus padres en la interacción con<br />

ellos, con base en tres aspectos importantes: 1) la relevancia<br />

que tienen los afectos cuando se es educado,<br />

privilegiando la existencia del contacto físico y emocional;<br />

2) el comportamiento se disciplina a través de<br />

diversas actividades de crianza como las asertivas y; 3)<br />

el control al que se debe estar sujeto está guiado, en<br />

primer instancia, por el padre de familia.<br />

Por último, cabe mencionar que se sugiere continuar<br />

con diversos estudios que permitan tener una<br />

comprensión integral acerca de la crianza de los niños<br />

con discapacidad intelectual, indagando tópicos como<br />

las tareas de crianza que realizan sus madres, el papel<br />

que tiene ésta en la educación de la sexualidad, en la<br />

relación con los hermanos, en la edad escolar y en<br />

el ciclo vital de la familia.<br />

Referencias<br />

Cano, G. (2005). Escuela de orientación a padres. Nuevos<br />

enfoques. Toluca: DIF Estado de México.<br />

Ceballos, E. & Rodrigo, M. (2001). Las metas y estrategias<br />

de socialización entre padres e hijos. En M. Rodrigo<br />

y J. Palacios (Eds.), Familia y desarrollo humano (pp.<br />

225-243). Madrid: Alianza.<br />

Coloma, J. (<strong>19</strong>93). La familia como ámbito de socialización<br />

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46 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Luis Antonio Hernández • Hans Oudhof • <strong>No</strong>rma Ivonne González Arratia • Erika Robles • Susana Silvia Zarza


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 47-57 ISSN 1405-0943<br />

Análisis Comparativo de las Repercusiones<br />

de la Migración Paterna en un Grupo de<br />

Estudiantes de Quito<br />

Comparative Analysis of the Impact of Parental Migration in a Group of Students<br />

from Quito<br />

Natalio Carrasco García*<br />

Programa de Educación, UNICEF – Ecuador<br />

RESUMEN<br />

Aunque el fenómeno de la migración en Ecuador no es nuevo, existe una reciente preocupación por la situación de los<br />

hijos e hijas de emigrantes que se quedan en el país mientras uno o ambos progenitores han emigrado. En este estudio<br />

ex post facto prospectivo se presentan algunas de las posibles repercusiones psicosociales y educativas que pueden<br />

presentar los menores. Para ello se han comparado las respuestas de un cuestionario diseñado para tal fin, de un grupo<br />

de hijos/as de migrantes con las de otro cuyos padres no habían migrado. Sólo se han hallado diferencias significativas<br />

en cuatro de los 28 ítems de la encuesta. También se ha llevado a cabo un análisis comparativo dentro del grupo<br />

de hijos/as de migrantes sobre cómo viven el proceso migratorio paterno (valoración general, influencia personal y<br />

frecuencia de contacto). Se han hallado mejores valoraciones cuando quienes migran son ambos progenitores y existe<br />

comunicación en la familia. Finalmente se alerta sobre la presencia de discursos estigmatizantes hacia este colectivo.<br />

Descriptores: menores, migración, cuestionario, factores psicosociales.<br />

ABSTRACT<br />

Although the phenomenon of migration in Ecuador is not new, there is a recent concern about the situation of children of<br />

migrants who stay at home while one or both parents have migrated. In this prospective study ex post facto we have discussed<br />

some of the psychosocial and educational potential impacts that may occur in children. To do this we compared the<br />

responses of a questionnaire designed for this purpose in a group of children of migrants with another group whose parents<br />

had not migrated. Only significant differences were found in 4 of the 28 survey items. We have also carried out a comparative<br />

analysis within the group of children of migrants about how they live their parent’s migration process (overall assessment,<br />

personal influence and frequency of contact). Best ratings were found when those who migrate are both parents and<br />

there is communication within the family. Finally warns about the presence of stigmatizing speeches against this group.<br />

Keywords: children, migration, questionnaire, psychosocial factors<br />

*Para correspondencia: Natalio Carrasco García. Doctorando de la <strong>Universidad</strong> de Almería (España) del programa Psicología Jurídica y Criminología.<br />

E-Mail: ncarrasco@cop.es.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Análisis Comparativo de las Repercusiones de la Migración Paterna... | 47


Ecuador experimentó entre los años <strong>19</strong>95 y 2000 uno<br />

de los empobrecimientos más acelerados en la historia<br />

de América Latina, que vino acompañado de una<br />

mayor concentración de la riqueza, lo que se tradujo<br />

en un aumento masivo del desempleo, reducción de<br />

inversiones sociales, inseguridad ciudadana, deterioro<br />

de la calidad de vida y desconfianza en las oportunidades<br />

que brinda el país (Acosta, López y Villamar,<br />

2006). Las causas de este desastre hay que buscarlas en<br />

factores económicos (caída de los precios del petróleo,<br />

deuda externa) y políticos (entre los años <strong>19</strong>96 al 2005<br />

ecuador tuvo siete gobiernos diferentes).<br />

Una de las consecuencias más destacables de esta<br />

situación fue la masiva migración de personas ecuatorianas<br />

hacia Estados Unidos y España, principalmente,<br />

e Italia, en menor medida (Acosta, et al., 2006). Entre<br />

los motivos principales de la emigración ecuatoriana<br />

contemporánea destacan los factores económicos,<br />

ya que la migración es utilizada como una estrategia<br />

económica familiar (especialmente cuando quien emigra<br />

es la mujer o la pareja, Camacho y Hernández,<br />

2005), aunque no deben dejarse de lado otros factores<br />

que explican el fenómeno, como los psicológicos (percepciones<br />

y expectativas positivas respecto a la vida<br />

en el país de acogida y la formación de imaginarios<br />

sociales, el “sueño americano” o el “sueño europeo”),<br />

la formación de redes sociales o familiares y la exclusión<br />

social, unida a discriminación racial y de género<br />

(Camacho & Hernández, 2008; García, Ordóñez,<br />

& Santiago, 2009; Ramírez, 2009; Rodas, 2002; Ruiz,<br />

2002; Sánchez, 2004). El perfil socioeconómico de las<br />

personas que emigran correspondería al tipo “vulnerable”<br />

o “solvente”, seguido del perfil “pobre” y en menor<br />

medida “indigente” (Larrea & Farrow, 2004), ya que<br />

como señala Acosta, et al., (2006), quienes migran no<br />

son los más pobres, sino los sectores más empobrecidos.<br />

Por otro lado, se ha producido una creciente feminización<br />

en los procesos migratorios acaecidos en<br />

Ecuador (Moreno, 2006; Valenzuela & Bastidas, 2006).<br />

Como ejemplo de medida indirecta de las mujeres que<br />

están migrando, el Instituto Nacional de Estadística<br />

Ecuatoriano sitúa en el 47.5 % la salida de mujeres del<br />

país durante el 2008 (a nivel mundial entre el año 2000<br />

y 2005 el 49.6 % de las personas migrantes eran mujeres,<br />

Organización de la Naciones Unidas, 2006).<br />

Según Camacho y Hernández (2005), se está<br />

dando un creciente aumento de mujeres que están<br />

migrando solas por motivos de subsistencia familiar,<br />

dejando a su familia en el país de origen. Este dato es<br />

importante, ya que cuando quien emigra es la madre,<br />

los impactos psicosociales en los hijos e hijas que se<br />

quedan suelen ser más agudos. Se estima que alrededor<br />

de 284,027 niños, niñas y adolescentes (NNA) hijos/as<br />

de migrantes ecuatorianos han permanecido en<br />

Ecuador separados de sus progenitores. Los datos señalan<br />

que el 39.5 % de hombres y el 35.7 % de mujeres<br />

que emigraron antes del año 2005 dejaron en Ecuador<br />

un promedio de dos hijos/as. Cabe señalar que se da<br />

una menor aceptación a la salida del padre por parte<br />

de los varones y de la madre por parte de las mujeres<br />

(Morales y López, 2009).<br />

La emigración ha incidido en la creación de nuevas<br />

estructuras familiares, donde tanto la familia extensa<br />

como la red de amigos y vecinos han cobrado un<br />

rol importante en la crianza de los descendientes de las<br />

personas migrantes (Herrera, 2004). En muchos casos<br />

se siguen manteniendo las relaciones familiares a distancia,<br />

principalmente a través del contacto telefónico<br />

e Internet, dando lugar a la creación de un nuevo<br />

vínculo denominado familias transnacionales (Bryceson<br />

& Vuorela, 2001), formado por familias separadas<br />

pero que mantienen lazos afectivos, económicos, informativos<br />

y de poder.<br />

Resaltando este último aspecto, un hecho poco<br />

investigado ha sido la situación de los miles de niños,<br />

niñas y adolescentes (NNA), que han permanecido<br />

en Ecuador mientras que sus progenitores (al menos<br />

uno) han emigrado a otros países. Además, como destaca<br />

el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia<br />

(UNICEF, 2006), existen numerosos datos contradictorios<br />

en las investigaciones internacionales llevadas a<br />

cabo sobre las consecuencias psicosociales y educativas<br />

de los hijos/as de migrantes que se han quedado en el<br />

país de origen, debido a dificultades metodológicas,<br />

como son: problemas de calidad de las fuentes de información;<br />

problemas de confiabilidad y validez de los<br />

instrumentos de medición; ausencia de grupos de comparación<br />

en los estudios (incluir a hijos/as de personas<br />

que no han migrado).<br />

Entre las principales conclusiones apuntadas<br />

en estos estudios realizados desde varias perspec-<br />

48 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Natalio Carrasco García


tivas (Psicología, Sociología y Antropología), y metodologías<br />

diferentes (observación directa, uso de<br />

cuestionarios y test, entrevistas, etc.), destacan las<br />

siguientes: creación de pandillas juveniles, embarazos<br />

precoces y dificultades escolares (Fabara, 2007); efectos<br />

emocionales negativos y trastornos de conducta en<br />

los miembros de las familias de los migrantes (Vargas-<br />

Mendoza, Aguilar-Morales, García-Cortes & Romero-<br />

García, 2008; Vargas-Mendoza, Aguilar-Morales, Vásquez<br />

& Aguilar-Morales, 2004); sentimientos negativos<br />

que pueden contribuir a la merma de la autoestima<br />

(Zárate, León & Rivera, 2007); cambios en el comportamiento<br />

y el rendimiento escolar de los hijos (en el<br />

caso de ausencia materna) y maltrato físico y psicológico,<br />

que repercute en desequilibrios de tipo emocional<br />

y conductual (Ferrufino, Ferrufino & Pereira, 2007);<br />

tristeza, depresión y suicidio en casos extremos (Pinos<br />

& Ochoa, <strong>19</strong>99; Pribilsky, 2001); conducta agresiva,<br />

timidez, enuresis, tartamudeo, problemas de identidad<br />

de género (Hurtado, n.d.; Ochoa, <strong>19</strong>98; Pinos y Ochoa,<br />

<strong>19</strong>99); síntomas culturalmente similares a la depresión<br />

reactiva, como melancolía y rabia (Pribilsky, 2001);<br />

tener que asumir responsabilidades y roles maternos<br />

y paternos de forma prematura (González & Pesantez,<br />

2005; Herrera y Carrillo, 2005). Por otro lado, en un estudio<br />

realizado en Estados Unidos (Guarnaccia, <strong>19</strong>97),<br />

se sostiene que las repercusiones psicológicas en NNA<br />

migrantes (que residen en el país de acogida) se traducen<br />

en problemas de conducta en la infancia y en<br />

conflictos de identidad en la adolescencia, lo que conduce<br />

a dificultades escolares. Desde una perspectiva<br />

general, Camacho y Hernández (2005) señalan que la<br />

migración produce una desintegración familiar.<br />

Respecto a aspectos positivos de la emigración,<br />

destacan el logro por parte de los descendientes de<br />

migrantes de un mayor autocontrol y madurez, una<br />

mayor estabilidad económica y beneficios educativos<br />

y de salud (Pribilsky, 2001). En este sentido se señala<br />

que si el proceso migratorio de los padres se realiza informando<br />

previamente a los hijos/as desde un entorno<br />

no conflictivo se genera un sentimiento de confianza<br />

en ellos/as, ya que los impactos más fuertes, como los<br />

de abandono, depresión o incomprensión, se producen<br />

al inicio de la experiencia migratoria de uno u ambos<br />

progenitores (Herrera & Carrillo, 2005). Además se<br />

pueden paliar los posibles efectos negativos provocados<br />

por la ausencia de progenitores si los hijos/as de<br />

migrantes reconocen los esfuerzos de sus padres y<br />

además viven en un entorno saludable donde reciben<br />

atención y cuidados adecuados por parte de otros cuidadores<br />

y mantienen un contacto frecuente (telefónico,<br />

visitas, etc.) (Salazar, 2002).<br />

En cuanto al rendimiento académico, los estudios<br />

señalan que tiende a disminuir en los primeros momentos<br />

del proceso migratorio de los progenitores,<br />

para pasar a una fase de estabilización e incluso mejora<br />

(Herrera & Carrillo, 2005). Las remesas enviadas por<br />

los emigrantes pueden ayudar a mejorar el acceso a la<br />

educación de sus hijos/as y también permitir que estudien<br />

en un institución educativa privada (Calero, Bedi<br />

& Sparrow, 2009). Sin embargo, otro estudio apunta a<br />

que la migración paterna o materna aumenta la deserción<br />

y el abandono escolar (Macías & Reyes, 2004).<br />

Es interesante señalar las conclusiones de otro estudio<br />

(Aguilera, Carreño & Juárez, 2004a) respecto a<br />

la sintomatología depresiva, ya que en este caso no se<br />

encontraron diferencias entre adolescentes cuyos padres<br />

eran migrantes y aquellos que no lo eran, donde<br />

además se señala que es posible que la “cultura de la<br />

migración” presente en comunidades con un elevado<br />

índice de migración limite su influencia negativa.<br />

Por otro lado, Pedone (2006), Herrera y Carrillo<br />

(2005) señalan la existencia de discursos estigmatizantes<br />

hacia las familias migrantes por parte de los actores<br />

que interactúan con los NNA, como son los<br />

educadores y profesores, haciendo hincapié en una<br />

concepción moralista y psicológica sobre una visión<br />

social, económica o política. En relación a estas conclusiones<br />

Meñaca (2006) señala que existe una fuerte<br />

imagen negativa en la opinión pública de Ecuador<br />

(también presente en los discursos de los medios de<br />

comunicación) sobre las consecuencias familiares de la<br />

emigración (familias rotas, niños abandonados, entre<br />

otros) que contrasta con los beneficios económicos de<br />

las remesas. Este hecho se compara a su vez con las<br />

representaciones y testimonios de los menores que<br />

combinan costes afectivos y emocionales con ganancias<br />

y beneficios personales y familiares (Herrera &<br />

Carrillo, 2005).<br />

Carrillo (2005) señala que en ciudades pequeñas<br />

pueden darse en mayor medida efectos estigmatizantes<br />

o descripciones positivas sobre los hijos e hijas<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Análisis Comparativo de las Repercusiones de la Migración Paterna... | 49


de migrantes (se polariza más según la clase social);<br />

en cambio, en zonas rurales con elevados índices de<br />

migración no se producen estos efectos por ser éste un<br />

fenómeno más habitual.<br />

Dada la gran dispersión de datos, realidades verificables,<br />

lagunas y contradicciones sobre los efectos<br />

psicosociales experimentados por los NNA que se<br />

han quedado en Ecuador mientras que al menos alguno<br />

de sus progenitores ha emigrado (Paiewonsky,<br />

2007), y las pocas investigaciones que existen sobre<br />

este asunto (Camacho & Hernández, 2005) el presente<br />

artículo se plantea evaluar algunas de las posibles<br />

consecuencias psicológicas, sociales y educativas que<br />

la literatura especializada (a nivel internacional) ha<br />

sugerido que los hijos/as de emigrantes pueden presentar.<br />

Concretamente el objetivo general de este estudio<br />

ex post facto prospectivo (Montero & León, 2007)<br />

es comparar las respuestas de dos muestras de estudiantes<br />

(hijos/as de migrantes e hijos/as de padres que<br />

no han migrado) en un cuestionario diseñado para tal<br />

fin, para establecer si existen diferencias significativas.<br />

El objetivo secundario es describir algunas variables de<br />

cómo los hijos/as de migrantes viven el proceso migratorio<br />

paterno con respecto a: valoración general, influencia<br />

personal y frecuencia de contacto. El trabajo se<br />

realizó en Quito (Ecuador). La hipótesis es la siguiente:<br />

debido a que la muestra se recoge en un lugar donde<br />

existe un elevado índice migratorio (la denominada<br />

cultura de la migración), no hay diferencias significativas<br />

en las respuestas de uno y otro grupo (hijos de<br />

migrantes e hijos de no migrantes).<br />

MÉTODO<br />

Participantes<br />

Se han seleccionado dos muestras, una de NNA hijos/as<br />

de emigrantes, grupo 1 (G1) y otra muestra de<br />

NNA cuyos progenitores no habían emigrado, grupo<br />

2 (G2). Los participantes pertenecen a tres colegios de<br />

Quito seleccionados al azar, cuyos directores dieron el<br />

consentimiento para pasar los cuestionarios. Una vez<br />

descartados los que no habían superado la escala de<br />

sinceridad, la muestra final quedó compuesta por 126<br />

estudiantes (42 % chicas y 58 % chicos) con edades<br />

comprendidas entre los 12 y los 18 años, con una media<br />

de 15.3 años. Se han divididos en dos grupos similares<br />

en cuanto a características demográficas e idénticos<br />

en cuanto a número (63 estudiantes cada uno).<br />

Instrumentos<br />

Se elaboró un cuestionario piloto que fue evaluado y<br />

mejorado por un grupo de expertos. A continuación<br />

se administró en un colegio para evaluar su idoneidad.<br />

De esta primera versión preliminar se vio la necesidad<br />

de modificar el lenguaje y hacerlo más coloquial. En el<br />

cuestionario final se recogen datos de identificación y<br />

las preguntas a evaluar, diferenciadas en tres bloques:<br />

A y B; en las que se van valorar posibles diferencias<br />

significativas en las respuestas de uno y otro grupo<br />

referidas a la relación que mantienen con los padres,<br />

que se corresponden con las repercusiones psicosociales<br />

que la literatura señala como consecuencias de la<br />

migración paterna. En el bloque C se hacen preguntas<br />

en las que se van evaluar posibles diferencias en las respuestas<br />

dadas, dentro del grupo de hijos de migrantes:<br />

Bloque A: 1. ¿Qué tipo de relación mantienes con<br />

tu padre?, 2. ¿Qué tipo de relación mantienes con tu<br />

madre?, 3. ¿Has recibido atención y cuidados adecuados<br />

por parte de otras personas?, 4. ¿Cada cuánto<br />

hablas con tus padres de los problemas que te afectan?,<br />

5. ¿Te preguntan o tienen en cuenta tu opinión en decisiones<br />

familiares importantes?, 6. ¿Mantienes una<br />

buena comunicación con ellos?, 7. ¿Reconoces y valoras<br />

positivamente sus esfuerzos por darte una buena<br />

educación y salud?, 8. ¿Consideras que has recibido<br />

atención y cuidados adecuados de tus padres?<br />

Bloque B. Consecuencias que han tenido las experiencias<br />

familiares (siendo las posibles respuestas<br />

verdadero, falso o estoy en duda): 1. Me he sentido<br />

triste, 2. He mejorado mi rendimiento en la escuela,<br />

3. Ha empeorado mi autoestima, 4. He tenido que recibir<br />

ayuda por parte de profesores, 5. Siento que soy<br />

una persona más madura y responsable 6. He tenido<br />

que asumir responsabilidades en mi hogar de forma<br />

prematura, 7. He tenido algún tipo de problema psicológico<br />

o emocional, 8. Alguna persona me ha pegado<br />

o maltratado físicamente, 9. He recibido maltrato psicológico,<br />

10. He tenido que recibir algún tipo de ayuda<br />

médica, 11. He tenido que recibir algún tipo de<br />

ayuda psicológica, 12. Me he sentido discriminado por<br />

cosas que dicen en la televisión, periódicos, etc., 13.<br />

Me he sentido rechazado por mis vecinos o comuni-<br />

50 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Natalio Carrasco García


dad, 14. Ha mejorado mi situación económica, 15. La<br />

relación dentro de mi familia ha mejorado, 16. Me he<br />

vuelto más agresivo, 17. Me he vuelto más tímido, 18.<br />

Me he unido a una pandilla con la que comparto cosas<br />

en común, <strong>19</strong>. He sentido ira, rabia.<br />

Las preguntas 2, 3 y 6 han sido también formuladas<br />

en forma distinta para evaluar la veracidad de la<br />

respuesta de los/las participantes. Aquellos cuestionarios<br />

donde las respuestas a estas preguntas no eran respondidas<br />

de forma contraria (preguntas 2 y 3) o igual<br />

(pregunta 6) no han sido incluidos en el estudio.<br />

Bloque C: 1. Valoración general de la migración paterna,<br />

2. Consecuencias personales de la migración<br />

paterna, 3. ¿Te preguntaron que te parecía o pudiste<br />

dar tu opinión?, 4. ¿Mantenéis algún tipo de contacto?,<br />

5. ¿Cada cuánto tiempo os comunicáis?<br />

Procedimiento<br />

En primer lugar se solicitó al jefe de estudios de cada<br />

colegio adecuar una clase para pasar los cuestionarios<br />

a los dos grupos. Se dio las instrucciones a cada grupo<br />

indicando el anonimato del cuestionario y la no existencia<br />

de respuestas correctas o incorrectas, y se fueron<br />

disipando individualmente las dudas que surgían. Para<br />

determinar las características de la muestra (datos de<br />

identificación) se han utilizado análisis estadísticos<br />

de carácter descriptivo. Para analizar los resultados<br />

(respuestas a los bloques A y B) se ha utilizado el paquete<br />

estadístico SPSS para Windows (versión 16). La<br />

comparación entre los grupos se ha llevado a cabo mediante<br />

la prueba de Chi cuadrado en el caso de las variables<br />

categóricas, y la t de Student en el de las variables<br />

cuantitativas con un nivel de confianza del 95 %.<br />

Resultados<br />

En las respuestas al bloque A se han hallado diferencias<br />

significativas (p


Bloque B: En la pregunta referida a las consecuencias<br />

que ha tenido la relación familiar, se han hallado diferencias<br />

significativas en dos de los <strong>19</strong> ítems analizados:<br />

“me he sentido triste” (ítem 1) (χ2 (2, 126) = 8.860,<br />

p


En el bloque C se ha llevado a cabo un análisis descriptivo<br />

en el que se ha realizado una comparación de<br />

las respuestas solamente del G1 (hijos/as de migrantes).<br />

Los principales resultados son los siguientes: en<br />

el 52.38 % de los casos (n= 33) sólo había migrado el<br />

padre, el 22.22 % (n= 14) sólo la madre y en el 25.40<br />

% habían migrado ambos (n= 16). Dependiendo de<br />

quien migre existen diferencias tanto en la valoración<br />

general que hacen los NNA sobre los costes y beneficios<br />

de la migración paterna (véase Tabla 3), como en<br />

la valoración sobre como les ha afectado la migración<br />

paterna (véase Tabla 4). En ambos casos la valoración<br />

de la respuesta podía ser: “positiva”, “negativa” o “no lo sé”.<br />

Existen diferencias en la valoración general y en las<br />

consecuencias personales que los participantes otorgan<br />

a la migración paterna en función de si pudieron<br />

o no opinar en la decisión tomada por uno o ambos<br />

padres. El 33.33 % (n=21) afirma que pudo dar su opinión<br />

mientras que el 66.77 % (n= 42) dice lo contrario.<br />

En ambos casos la valoración de la respuesta podía<br />

ser: “positiva”, “negativa” o “no lo tengo claro” (véase<br />

Tabla 5).<br />

Tabla 3. Valoración general que hacen los NNA de la migración paterna dependiendo de si quien migra es el padre,<br />

la madre o ambos<br />

Padre Madre Ambos<br />

Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se<br />

14<br />

42.42%<br />

10<br />

30.30%<br />

9<br />

27.27%<br />

6<br />

42.86%<br />

1<br />

7.14%<br />

7<br />

50.00%<br />

9<br />

56.25%<br />

2<br />

12.50%<br />

5<br />

31.25%<br />

Tabla 4. Valoración de los NNA de las consecuencias personales que la migración del padre, de la madre o de ambos<br />

tiene en sus vidas<br />

Padre Madre Ambos<br />

Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se<br />

12<br />

35.36%<br />

10<br />

30.30%<br />

11<br />

33.33%<br />

6<br />

42,86%<br />

5<br />

35.71%<br />

3<br />

21,43%<br />

10<br />

62.50%<br />

4<br />

25.00%<br />

2<br />

12.50%<br />

Tabla 5. Valoración general y consecuencias personales que los NNA hacen de la migración paterna en función de si<br />

pudieron o no opinar ante la decisión de migrar de sus padres<br />

Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se<br />

Posibilidad<br />

de opinar<br />

Valoración general<br />

Consecuencias<br />

personales<br />

10<br />

47.62 %<br />

7<br />

33.33 %<br />

4<br />

<strong>19</strong>.04 %<br />

8<br />

38.10 %<br />

7<br />

33.33 %<br />

6<br />

28.57 %<br />

Sin posibilidad<br />

de opinar<br />

Valoración general<br />

Consecuencias<br />

personales<br />

16<br />

38.10 %<br />

17<br />

40.48 %<br />

20<br />

47.62 %<br />

15<br />

35.71 %<br />

6<br />

14.28 %<br />

10<br />

23.81 %<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Análisis Comparativo de las Repercusiones de la Migración Paterna... | 53


Tabla 6. Valoración general y consecuencias personales que dan los NNA a la migración paterna en función de la<br />

frecuencia de comunicación con sus padres<br />

Positiva Negativa <strong>No</strong> lo se<br />

Mayor comunicación<br />

(Varias veces por semana)<br />

Valoración<br />

general<br />

Consecuencias<br />

personales<br />

20<br />

71.43%<br />

18<br />

64.29 %<br />

1<br />

3.57 %<br />

4<br />

14.29 %<br />

7<br />

25.00 %<br />

6<br />

21.43 %<br />

Menor comunicación<br />

(Varias veces al mes)<br />

Valoración<br />

general<br />

Consecuencias<br />

personales<br />

8<br />

24.24 %<br />

9<br />

27.27 %<br />

14<br />

42.42 %<br />

15<br />

45.45 %<br />

11<br />

33.33 %<br />

9<br />

27.27 %<br />

Existen diferencias notables en la valoración general y<br />

en la de las consecuencias personales de la migración<br />

paterna en función de las veces que padres e hijos se<br />

comunican; la valoración de la respuesta podía ser:<br />

“positiva”, “negativa” o “no lo tengo claro” (véase Tabla<br />

6). El 44.44 % (n= 28) afirma comunicarse varias veces<br />

por semana y el 52.38 (n= 33) lo hace varias veces al<br />

mes (dos personas aseguraban no tener ningún tipo de<br />

contacto).<br />

DISCUSIÓN<br />

En general se ha observado una gran paridad en las<br />

respuestas de ambos grupos, lo que sugiere dos posibles<br />

conclusiones acerca de la migración paterna: la<br />

primera, que no tiene necesariamente que ser perjudicial<br />

en el desarrollo psicológico, social y educativo<br />

de los menores que se han quedado en Ecuador al<br />

cuidado de alguno de los padres o de otros familiares,<br />

especialmente si el proceso migratorio de los padres<br />

se realiza informando con anticipación a los hijos/as<br />

desde un entorno no conflictivo (Herrera y Carrillo,<br />

2005), y además viven en un entorno saludable donde<br />

reciben atención y cuidados adecuados, y mantienen<br />

un contacto frecuente (telefónico, visitas, etc.) con sus<br />

progenitores (Salazar, 2002).<br />

La segunda conclusión sugiere que la migración<br />

paterna influye en una medida similar a la de otro<br />

tipo de situaciones conflictivas que afectan a los NNA,<br />

como pueden ser la separación de los padres, enfermedad<br />

de algún familiar cercano, problemas económicos,<br />

etc. Este hecho estaría más acorde con las representaciones<br />

y testimonios de los menores, que combinan<br />

costes afectivos y emocionales con ganancias y beneficios<br />

personales y familiares (Herrera & Carrillo, 2005).<br />

Por lo tanto, más que el proceso migratorio per se,<br />

es necesario establecer las condiciones por las cuales<br />

la migración de los padres repercute en beneficios en<br />

los NNA, o no interfiere en un desarrollo normalizado.<br />

Podemos aceptar, por tanto, la hipótesis de trabajo<br />

planteada y sugerir que en posteriores investigaciones<br />

que ahonden en el fenómeno se tenga en cuenta el factor<br />

que juega la denominada “cultura de la migración”<br />

(Aguilera, Carreño & Juárez, 2004a). A pesar de esto,<br />

se han encontrado cuatro preguntas en las que hijos/as<br />

de migrantes han respondido de forma significativamente<br />

diferente. Las conclusiones son las siguientes:<br />

1. El proceso migratorio paterno puede redundar<br />

en una mala relación con el padre. Esto puede ser debido<br />

a que el padre cuando emigra deja de tener lazos<br />

de unión con sus hijos/as, o que cuando es el que se<br />

queda no atiende las necesidades básicas de éstos.<br />

2. Como era de esperar, la frecuencia de comunicación<br />

entre padres e hijos sobre los problemas que<br />

afectan a los NNA es mayor entre las familias no migrantes,<br />

presumiblemente por la mayor cercanía física.<br />

Aunque este hecho no significa que exista una mala comunicación<br />

entre las familias migrantes, ya que como<br />

se ve en otra de las preguntas, la mayoría de ambos grupos<br />

sostienen que, en este sentido, es positiva.<br />

54 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Natalio Carrasco García


3. Respecto a los sentimientos que producen las<br />

principales consecuencias de la relación familiar, los hijos/as<br />

de migrantes viven el proceso migratorio de los<br />

padres con tristeza. En este sentido, la migración paterna<br />

es vivida por los NNA como un episodio triste<br />

pero no como un hecho traumático.<br />

4. A pesar de que los hijos/as de migrantes han<br />

respondido en mayor medida que las principales consecuencias<br />

de la relación familiar han supuesto un<br />

empeoramiento de su autoestima, el porcentaje de los<br />

NNA que han respondido en esa dirección es bastante<br />

bajo.<br />

Por otro lado, no se han hallado diferencias significativas,<br />

pero merecen un comentario los ítems “he<br />

tenido que asumir responsabilidades en mi hogar de<br />

forma prematura”, y “he tenido algún tipo de problema<br />

psicológico o emocional”. En el primero, aunque es<br />

el grupo de los hijos de migrantes quien obtiene una<br />

mayor puntuación, destaca que la mitad de los participantes<br />

han respondido negativamente a esta pregunta.<br />

Una posible explicación podría ser que son los familiares<br />

con los que se han quedado a cargo en quienes sigue<br />

cayendo la responsabilidad del hogar, o que los NNA se<br />

sienten capacitados para asumir cierto tipo de responsabilidades.<br />

En la pregunta relativa a sufrir algún tipo<br />

de problema psicológico destaca que ha sido el grupo de<br />

hijos de padres que no habían migrado quien obtiene<br />

una mayor puntuación, lo que podría indicar qué otro<br />

tipo de episodios relativos a separación familiar, problemas<br />

económicos, violencia doméstica, etc. son los<br />

más graves a los que se tienen que enfrentar estos NNA,<br />

sean hijos de migrantes o no. En el último análisis efectuado<br />

llama la atención qué tanto la valoración general<br />

como las consecuencias personales que los NNA hacen<br />

de la migración paterna, dependiendo de quien migre,<br />

es valorada positivamente en mayor medida cuando<br />

quienes migran son ambos progenitores. Este hecho sugiere<br />

que si el proceso migratorio es el resultado de una<br />

estrategia familiar más que la decisión de uno de los<br />

miembros de la pareja, los impactos en los NNA que<br />

se quedan podrían ser más positivos. Por otro lado, es<br />

de destacar que sólo un tercio de los NNA encuestados<br />

ha respondido que pudo dar su opinión antes de que<br />

alguno de sus padres migrara.<br />

En la presente investigación ha quedado reflejada<br />

la existencia de una correlación positiva ente la frecuencia<br />

de comunicación de padres e hijos y una descripción<br />

favorable de la valoración del proceso migratorio<br />

por parte de los NNA que se quedan, no siendo<br />

tan clara la relación que existe con respecto a la posibilidad<br />

de opinar antes de que los padres migraran.<br />

Por último queda señalar las repercusiones que<br />

se derivan de la presente investigación; siendo conscientes<br />

de las limitaciones en cuanto a la capacidad de<br />

generalización de la muestra seleccionada, podríamos<br />

señalar, en primer lugar, la necesidad de seguir analizando<br />

el fenómeno de la migración desde diferentes<br />

enfoques, teniendo especialmente en cuenta la escasa<br />

investigación que existe sobre el fenómeno (Camacho<br />

& Hernández, 2005). Segundo, es necesario desterrar<br />

ciertos discursos estigmatizantes referentes a las familias<br />

migrantes presentes en los medios de comunicación<br />

y en los discursos de profesores y educadores<br />

que interactúan con los NNA (hecho también referido<br />

en otras investigaciones, como las de Herrera y<br />

Carrillo, 2005; Pedone, 2006). Tercero, el trabajo de las<br />

autoridades, instituciones y organismos con competencia<br />

en el tema debe estar centrado en la supervisión<br />

de estos NNA bajo una óptica de normalización del<br />

fenómeno de la migración y en cualquier caso disponiendo<br />

en la medida de lo posible de cuantos recursos<br />

sean necesarios para facilitar el asesoramiento (a nivel<br />

económico, social, educativo, psicológico, etcétera),<br />

tanto a los emigrantes como a sus familias.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Análisis Comparativo de las Repercusiones de la Migración Paterna... | 55


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Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Análisis Comparativo de las Repercusiones de la Migración Paterna... | 57


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 58-71 ISSN 1405-0943<br />

Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión<br />

en la Relación Profesor-Alumno<br />

Peer Bullying and Aggressive Escalations in the Student-Teacher Relationship<br />

Brenda Mendoza González*<br />

Secretaría de Educación Pública, México<br />

RESUMEN<br />

El trabajo explora la relación entre el bullying entre pares, y entre alumnado y profesorado, ambos medidos<br />

desde la percepción del alumnado. Participaron 757 estudiantes de secundaria de escuelas públicas de Madrid.<br />

Se describen los tipos de adolescentes que participan en episodios de bullying entre pares (bullies, víctimas y no<br />

involucrados), y bullying entre profesorado (desafección, acoso, neutro). La relación identificada demuestra otra<br />

cara de la violencia y el bullying, demostrándose que el 51% de los estudiantes relacionados con escalamiento<br />

agresivo con el profesorado, también se involucra en situaciones de bullying en la relación con sus compañeros;<br />

detectándose que los estudiantes perciben un proceso de reciprocidad entre maltrato que reciben y ejercen hacia<br />

los profesores, proceso que facilita la escalamiento de agresión entre éstos y los alumnos.<br />

Descriptores: bullying, agresión, reciprocidad coercitiva, escalamiento, maltrato profesorado-alumnado.<br />

ABSTRACT<br />

This work explores the relationship between bullying among students and problems with teachers, both assessed from<br />

the students’ point of view. Participants were 757 adolescents from public secondary schools in Madrid, Spain. We<br />

detected two problems with teachers differing in their extent and seriousness. In both cases the adolescents perceive<br />

reciprocity between the aversive treatment they receive from teachers and the way they themselves treat them. The<br />

most widespread problem consists in a lack of opportunities, demotivation and disruptive behaviour. The most serious<br />

problem appears to involve an aggressive escalation. We found a relationship between these two faces of school<br />

violence, reflected in the fact that 51% of students involved in aggressive escalations with teachers also acknowledge<br />

bullying their schoolmates.<br />

Key words: bullying, aggression, students, problems with teachers, disruption<br />

*Para correspondencia: Dra. Brenda Mendoza González (Asesora Técnico Pedagógica en Subdirección de Operación), Dirección de Educación Especial.<br />

e-mail: brenmx@yahoo.com.mx.<br />

58 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Brenda Mendoza González


INTRODUCCIÓN<br />

La violencia y acoso escolar son fenómenos viejos;<br />

ambos son subtipos de agresión, por lo tanto, el bullying<br />

es violencia; sin embargo, la violencia escolar<br />

no se considera bullying, ya que existen características<br />

definitorias e éste, que al identificarlas permiten guiar<br />

las estrategias de atención.<br />

El estudio del bullying comenzó en la década de<br />

los setenta, convirtiéndose en objeto de investigación<br />

en <strong>No</strong>ruega; Dan Olweus fue el primero en describirlo,<br />

determinar su incidencia y crear programas de intervención<br />

(Olweus, <strong>19</strong>78). El bullying o su traducción en<br />

castellano como acoso escolar (Olweus, 2005) es un<br />

tipo de agresión que incluye conductas de maltrato físico,<br />

emocional, sexual, que se repite y prolonga a lo largo<br />

del tiempo; existiendo una relación de desequilibrio de<br />

poder entre el acosador y la víctima.<br />

Las investigaciones internacionales señalan que el<br />

tipo de bullying que con mayor frecuencia se presenta<br />

es la exclusión (no dejar participar a los compañeros<br />

en grupos de trabajo o lúdicos), escalando a agresión<br />

verbal, a la física, y en algunos casos puede llegar a niveles<br />

extremos, como abuso sexual, y uso de armas.<br />

Por lo que pueden desarrollarse estrategias de detección<br />

temprana comenzando por identificar a alumnos<br />

que son ignorados, que reciben burlas constantemente<br />

de los compañeros al participar en clase, así como al<br />

alumnado que solicita con frecuencia al profesorado<br />

trabajar solo (por alguna razón no trabaja en equipo).<br />

Conviene destacar que el bullying no es una conducta<br />

que “surge azarosamente”, ya que el agresor ha<br />

aprendido que maltratar a un compañero “le trae ganancias”<br />

a bajo costo, es decir, ocasionalmente recibe<br />

consecuencias negativas y generalmente obtiene lo que<br />

desea; el alumno agresor aprovecha las ocasiones en las<br />

que el profesorado confunde al bullying como conductas<br />

normales o que son parte de un juego (i.e. llamarse<br />

por apodos, “jugar a darse zapes”, esconder las propiedades<br />

de otros, entre muchas otras).<br />

El comportamiento de bullying no es una conducta<br />

que se consolida “de un día para otro”, ya que el alumno<br />

durante algún tiempo y en diversos escenarios (i.e.<br />

escuela, familia) aprende a usarla en el día a día para<br />

lograr lo que desea (i.e. poder, control, dinero, etc.),<br />

y en este proceso de aprendizaje se presentan eventos<br />

ambientales que facilitan que el alumno la use, es decir<br />

se le refuerza el uso de la conducta de bullying, debido<br />

a que generalmente su comportamiento no tiene consecuencias<br />

(i.e. el profesorado no lo castiga, e incluso<br />

en algunos casos sí lo hace con la víctima), y con el<br />

paso del tiempo los niños, adolescentes, jóvenes aprenden<br />

el valor funcional del comportamiento de bullying,<br />

por lo que extienden su uso a lo largo del tiempo (i.e.<br />

primaria, secundaria, bachiller) (Mendoza & Santoyo,<br />

2010).<br />

Tipos de alumnos que participan en bullying<br />

Tradicionalmente en las investigaciones de acoso escolar,<br />

los escolares se han clasificado como agresores,<br />

víctimas y espectadores. El análisis de Salmivalli, Lagerspetz,<br />

Bjórkqvist, Österman y Kaukiainen (<strong>19</strong>96),<br />

ofrece una muestra clara de esta tipología, identificando,<br />

a través del estudio, que no sólo los acosadores y<br />

sus víctimas influyen en el acoso escolar, sino también<br />

otros compañeros de la clase debido a sus acciones o<br />

ausencia de ellas. De acuerdo con este estudio, el 87%<br />

de los escolares ha asumido uno de los diferentes roles<br />

que existen en el acoso escolar, ya que existen los que<br />

establecen alianza con los agresores y se convierten en<br />

sus asistentes o secuaces, hay otros que se alinean con<br />

las víctimas y tratan de defenderlas, y por último están<br />

los testigos o mirones. Sin embargo, la evidencia<br />

empírica de otras investigaciones ha demostrado que<br />

los papeles de agresor, víctima y espectador permanecen<br />

uno o dos años (Boulton & Smith, <strong>19</strong>94; Salmivalli,<br />

Lappalainen & Lagerspetz, <strong>19</strong>98).<br />

Actualmente existe evidencia empírica que señala<br />

que los tipos de estudiantes involucrados en la violencia<br />

escolar son: agresor puro, víctima pura, espectador<br />

y otro tipo de estudiante que participa con un doble<br />

rol: víctima/bully (Austin & Joseph, <strong>19</strong>96; Boulton &<br />

Smith, <strong>19</strong>94; Salmivalli, et al., <strong>19</strong>96; Slee & Rigby, <strong>19</strong>93;<br />

Unnever, 2005). Por su parte, Eslea, Menesini, Morita,<br />

O´Moore, Mora-Merchán, Pereira, Smith y Zhang<br />

(2003), identifican a un estudiante más: el alumno<br />

neutral, definido como el que no se involucra en situaciones<br />

de acoso escolar o bullying.<br />

Ireland y Power (2004), definen a la víctima escolar<br />

como aquellos estudiantes que únicamente expresan<br />

recibir conductas agresivas de otros; al agresor escolar<br />

como aquellos que únicamente ejercen conductas de<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación Profesor-Alumno | 59


agresión hacia otros; a la víctima/agresor como los que<br />

reportan conductas indicativas de acosar a otros y de<br />

ser acosados por otros, y finalmente, definen a los “no<br />

involucrados” como estudiantes que no participan ni<br />

como víctimas, ni como agresores.<br />

En una reunión internacional organizada por el<br />

Centro Reina Sofía para estudios de violencia, Olweus<br />

(2005) presentó los roles de los participantes en el<br />

ciclo del bullying, expresando que existen ocho participantes:<br />

bully o bullies; seguidor o secuaz; seguidor<br />

(bully pasivo), seguidor pasivo (probable bully), testigo<br />

no implicado, posible defensor, víctima y defensor de<br />

víctima.<br />

Muchos han sido los esfuerzos para identificar<br />

las características del alumnado participante en este<br />

tipo de situaciones. Con respecto al bully, se ha identificado<br />

que es un estudiante que abusa de su fuerza<br />

para dominar a otros (suelen ser físicamente más<br />

fuertes que los demás), tiene dificultad para ponerse<br />

en el lugar de los otros (empatía) (Olweus, <strong>19</strong>93), exhibe<br />

actitudes intolerantes y elevada justificación de la<br />

violencia (Mendoza, 2006), así como comportamiento<br />

impulsivo, baja tolerancia a la frustración; dificultad<br />

para cumplir normas y comportamiento disruptivo<br />

(Kokkinos & Panayitou, 2004), interactúa negativamente<br />

con el profesorado y presenta problemas académicos<br />

(Natvig, Albrektsen & Qvarnstrom, 2001; Ma,<br />

2002). Este tipo de estudiantes son percibidos por sus<br />

compañeros como intolerantes y arrogantes, y al mismo<br />

como que se sienten fracasados. La mayoría de los<br />

estudios encuentra que entre los bullies hay más hombres<br />

que mujeres (Defensor del Pueblo, 2007), identificándose<br />

que una de las principales condiciones que<br />

lleva a ejercer la violencia es la identificación con el<br />

dominio de los demás, asociada al estereotipo masculino<br />

tradicional: “machismo” (Young & Sweeting, 2004).<br />

Los bullies tienen una fuerte orientación a dominar<br />

a los demás, cuyo comportamiento les funciona para<br />

obtener poder, comunicación y protagonismo, que<br />

no obtienen al exhibir un comportamiento distinto.<br />

Cabe plantear como hipótesis que estos problemas podrían<br />

llevarles también a establecer una relación coercitiva,<br />

de confrontación de poder, con determinados<br />

profesores, aunque esto ha sido muy poco investigado.<br />

Con respecto al alumnado víctima, se ha identificado<br />

que se encuentra en mayor riesgo de serlo cuan-<br />

do tiene escasas o nulas relaciones sociales; son tímidos,<br />

tienen alguna incapacidad o sobreprotección maternal<br />

(Hawker & Boulton, 2000; Monks & Smith, 2000), presentan<br />

déficits en habilidades asertivas (Kokkinos &<br />

Panayouotu, 2004), exhiben una conducta muy pasiva<br />

ante situaciones violentas, elevada inseguridad y baja<br />

autoestima (Olweus, 2001); la víctima es un estudiante<br />

hombre o mujer que se identifica con el estereotipo femenino<br />

tradicional (Mendoza, 2006).<br />

El alumnado que desempeña doble rol: víctimabully,<br />

es un tipo de víctima más reactiva, impulsiva, que<br />

exhibe incluso comportamiento antisocial (Olweus,<br />

2001). Se distingue por tener muy baja aceptación<br />

social y pocas habilidades para solucionar problemas<br />

(Andreou, 2001); son escolares que se encuentran en<br />

circunstancias de riesgo sociales y familiares (Monks<br />

& Smith, 2000).<br />

El alumnado que no se involucra en situaciones<br />

de bullying se caracteriza por ser un estudiante que no<br />

justifica el uso de la violencia, acepta la diversidad que<br />

exhiben sus compañeros de clase y exhibe tolerancia<br />

ante ellas, no es racista, sexista, y al parecer ha superado<br />

la dicotomía sexista, es decir, no se identifica con el<br />

estereotipo femenino o masculino tradicional, ya que<br />

incorpora la totalidad de los valores y comportamientos,<br />

tanto masculinos como femeninos inmersos en la<br />

sociedad (Mendoza, 2006).<br />

Maltrato en la interacción profesoradoalumnado<br />

Wilson y Herrnestein (<strong>19</strong>85) predicen que los niños<br />

coercitivos en el contexto escolar, muestran una baja<br />

preferencia por la conducta académica, ya que el valor<br />

relativo motivacional de la conducta agresiva exhibida<br />

es mayor al de su conducta académica. Dicho planteamiento<br />

ha sido comprobado empíricamente en estudios<br />

en los que se ha identificado que los niños que exhiben<br />

comportamiento agresivo se encuentran menos<br />

motivados para desarrollar tareas escolares (Santoyo,<br />

Colmenares, Figueroa, Cruz, & López, 2008). Esta<br />

predicción ha sido comprobada también con estudios<br />

de bullying (Mendoza & Santoyo, 2008), dicho riesgo<br />

disminuye cuando el alumnado tiene la percepción de<br />

recibir un apoyo por parte del profesorado (Natvig, et<br />

al., 2001). También se ha observado que los bullies y<br />

los bullies-víctima tienen más problemas de compor-<br />

60 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Brenda Mendoza González


tamiento disruptivo que sus compañeros (Kokkinos<br />

& Panayiotou, 2004); de hecho se ha encontrado que<br />

cuando el profesorado mantiene expectativas positivas<br />

sobre el rendimiento del alumnado se relaciona con<br />

menores tasas de bullying en la adolescencia, mientras<br />

que en edades anteriores las variables más relevantes,<br />

en este sentido, son la participación escolar de las familias<br />

y la calidad de la disciplina (Ma, 2002).<br />

Los estudios realizados sobre el comportamiento<br />

disruptivo reflejan que el profesorado dirige hacia el<br />

alumnado más críticas y menos comentarios positivos<br />

(Reynard & Sonuga-Barke, 2005), conductas que<br />

suelen reducir la motivación de los alumnos por el<br />

aprendizaje y el rendimiento (Wentzel, 2002). Cuando<br />

se pregunta a los alumnos tienden a atribuir su propio<br />

comportamiento disruptivo a falta de apoyo y de<br />

reconocimiento por parte del profesor (Bru, Stephens<br />

& Tosheim, 2002); por su parte, el profesorado identifica<br />

que emplea prácticas de disciplina coercitivas ante<br />

el comportamiento disruptivo del alumnado (Lewis,<br />

2001). La reacción coercitiva del profesor y la disrupción<br />

de los alumnos podrían así formar parte de una<br />

escalada coercitiva similar a la observada en contextos<br />

familiares (Patterson, <strong>19</strong>82) que podría, en determinadas<br />

condiciones, ser el origen de conductas instrumentales<br />

de características similares al acoso, tanto<br />

por parte del profesor como por parte de los alumnos.<br />

Con respecto al acoso en la relación profesoradoalumnado,<br />

hace más de 10 años Olweus (<strong>19</strong>93), identificó<br />

que el 2% del alumnado encuestado informaba<br />

recibir malos tratos por parte del profesorado, señalándose<br />

con ello a la primer investigación sensible al tema<br />

del maltrato del profesor hacia el alumno. Años más<br />

tarde este autor desarrolló otra investigación con una<br />

muestra de 5 100 profesores noruegos en escuelas elementales<br />

y bachillerato, detectando que el 10% exhibía<br />

maltrato hacia uno o más alumnos (Olweus, <strong>19</strong>99).<br />

En este sentido, Benbeneshty, Zeira y Astor (2002),<br />

han encontrado que la cuarta parte de los estudiantes<br />

de 7º a 11º curso evaluados a través del auto-informe<br />

en una muestra representativa de Israel declaran haber<br />

sido maltratados emocionalmente por algún miembro<br />

del equipo educativo; y el 18.7% dice haber sufrido<br />

alguna forma de maltrato físico. El hecho de ser<br />

maltratados por parte del profesor puede originar<br />

desanimo y pasividad, como se había descrito hace<br />

tiempo (Brophy, <strong>19</strong>85), o comportamiento disruptivo<br />

e incluso violencia en quienes lo padecen (Hyman &<br />

Perone, <strong>19</strong>98),; violencia que podrían dirigir hacia los<br />

profesores o hacia los compañeros.<br />

Son escasos los estudios científicos realizados sobre<br />

el bullying entre profesores y alumnos, en el Reino Unido<br />

Terry (<strong>19</strong>98) encontró que el 9.9% de los profesores de<br />

secundaria evaluados afirmó haber sufrido bullying por<br />

parte de sus alumnos, confirmándose la hipótesis según<br />

la cual los profesores novatos padecen dicha situación<br />

con mayor frecuencia que los otros, sin embargo, no se<br />

identificaron diferencias en el género del profesorado en<br />

su posición de víctimas. El 9.9% profesorado afirmó que<br />

conocen a profesores que reciben bullying de sus alumnos,<br />

y el 51.4% reconocer que por lo menos uno de sus<br />

compañeros lo dirige hacia sus alumnos.<br />

En Australia, Delfabbro, Winefield, Trainor, Dollard,<br />

Anderson, Metzer y Hammarstrom (2006), realizaron<br />

una investigación para conocer la relación de bullying<br />

entre profesorado y alumnado. Sus resultados reflejan<br />

que el alumnado victimizado por sus pares muestran<br />

un funcionamiento psicológico pobre, baja auto estima<br />

y baja auto imagen, mientras que los estudiantes víctimas<br />

de bullying del profesorado tienen menor capacidad<br />

académica (evaluada a través de las expectativas<br />

de los profesores), más probabilidad de implicarse en<br />

conductas de riesgo (i.e. uso de drogas) y una menor<br />

intención de acabar la escuela (condición que incrementa<br />

en cinco veces la probabilidad de ser víctima<br />

del bullying del profesor). Estos resultados reflejan que<br />

existe una clara relación entre falta de identificación<br />

con lo académico y riesgo de victimización por parte<br />

del profesor, pero no permiten conocer cuál es el punto<br />

de vista de estos alumnos sobre su comportamiento<br />

disruptivo, y hasta qué limite lo llevan, ni si lo reconocen<br />

de naturaleza diferente o similar al maltrato que<br />

afirman recibir. Para responder a estos interrogantes<br />

es preciso estudiar el punto de vista de los estudiantes<br />

sobre su participación en los papeles del acoso escolar<br />

–agresor, víctima, espectador y víctima-bully, y<br />

en las dos relaciones que se producen en el aula –entre<br />

compañeros y con profesores–. El objetivo general del<br />

trabajo que aquí se presenta está basado en el punto<br />

de vista de los estudiantes, que pretende de forma específica:<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación Profesor-Alumno | 61


1) Delimitar las principales situaciones respecto a la<br />

participación en bullying entre iguales, considerando<br />

tanto el papel de víctima como el de acosador<br />

(bully), e incluyendo conductas de distinta<br />

naturaleza: exclusión, agresiones de gravedad<br />

media y de gravedad extrema.<br />

2) Delimitar las principales situaciones respecto a<br />

la participación en los problemas de interacción<br />

que surgen con los profesores, en las que la víctima<br />

pueda ser el alumno y en las que pueda serlo<br />

el profesor, e incluyendo problemas de falta de<br />

vinculación, rechazo, discriminación y agresiones<br />

de distinto nivel de gravedad.<br />

3) Comprender qué relación existe entre el trato que<br />

declaran recibir y ejercer en su interacción con<br />

los profesores, en las situaciones mencionadas en<br />

el objetivo anterior.<br />

4) Conocer qué relación existe entre el papel que los<br />

adolescentes reconocen desempeñar en situaciones<br />

de bullying entre iguales y en los problemas<br />

de interacción con los profesores que se detecten<br />

al emplear una metodología similar.<br />

En esta investigación se busca ofrecer información<br />

que no se limite a describir e identificar variables que<br />

influyen en el proceso de aprendizaje del bullying entre<br />

pares, si no que desde una perspectiva integral se<br />

explorará el proceso de reciprocidad coercitiva entre<br />

profesorado y alumnado, así como su relación con la<br />

participación de este último como bully o víctima en<br />

episodios de bullying entre compañeros, episodios que<br />

innegablemente afectan la calidad educativa.<br />

MÉTODO<br />

Participantes<br />

Participaron 757 sujetos (54% varones y 46% mujeres),<br />

con edades comprendidas entre 12 y 18 años de edad,<br />

75% españoles y 25% extranjeros. Los sujetos estaban<br />

inscritos en tres institutos de educación secundaria obligatoria<br />

(ESO) de Madrid (zona norte, centro, y sur).<br />

Instrumentos<br />

En esta investigación se han utilizado dos instrumentos<br />

de evaluación:<br />

1. Cuestionario sobre la violencia entre iguales en la<br />

escuela (Díaz-Aguado, Martínez Arias y Martín<br />

Seoane, 2004)), derivado del utilizado en el estudio<br />

sobre la violencia escolar del Defensor del<br />

Pueblo (2007), que sigue la misma metodología<br />

utilizada desde Olweus (<strong>19</strong>78) para la evaluación<br />

del bullying en iguales. Consiste en preguntar por<br />

la frecuencia (nunca, alguna vez, a veces, a menudo)<br />

con la que se han sufrido como víctima o<br />

ejercido como agresor una serie de 15 situaciones,<br />

que van desde el aislamiento hasta las agresiones<br />

con armas. El coeficiente alpha de crombach,<br />

para el total de la prueba, es de .75 Consta de dos<br />

escalas en función del papel desempeñado en el<br />

bullying. La escala de victimización incluye tres<br />

factores: exclusión (“Mis compañeros me ignoran,”<br />

“hablan mal de mí”...); 2) víctimizacion de<br />

gravedad media (“me roban cosas,” “me pegan,”<br />

“me llaman por motes que me ofenden”); 3) victimización<br />

de gravedad extrema (“me amenazan<br />

con armas,” “me obligan con amenazas a situaciones<br />

de carácter sexual,” “me obligan a hacer<br />

cosas que no quiero con amenazas”...). La escala<br />

de agresión consta de dos factores: 1) exclusión<br />

y agresión de gravedad media “rechazar”, insultar,<br />

“llamar por motes que ofenden”, “esconder cosas”;<br />

2) y agresión grave (obligándole a hacer cosas que<br />

no quiere con amenazas, robándole cosas, amenazándole<br />

con armas, pegándole, amenazándole<br />

para meterle miedo”...).<br />

2. Cuestionario de Maltrato en la Interacción profesor-alumno<br />

(Mendoza, 2006), que se ha elaborado<br />

adaptando la metodología empleada en los estudios<br />

sobre bullying a la peculiaridad de los problemas<br />

que se producen en las relaciones entre<br />

alumnos y profesores. Incluye dos escalas: sobre<br />

la victimización que sufre el alumno y la que<br />

ejerce sobre el profesor. La primera escala consta<br />

de 16 situaciones que, según el análisis factorial,<br />

se agrupan en cuatro factores: 1) trato discriminatorio<br />

(“el profesor me tiene manía”, “me regaña<br />

más que a otros aún cuando mi comportamiento<br />

es parecido”; “me amenaza”, “me interrumpe cuando<br />

hablo”, “me grita”); 2) agresión (“me ha agredido<br />

físicamente”, “ha roto alguna de mis cosas”,<br />

me tira objetos”, “me insulta”); 3) exclusión (“me<br />

62 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Brenda Mendoza González


ignora”, “me impide participar”, “me rechaza”; 4)<br />

maltrato emocional, (“me ridiculiza”, “se burla<br />

de mí”; “me llama por motes que me ofenden”.<br />

El coeficiente alpha de crombach para el total<br />

de la prueba es de 0.92 La escala de maltrato del<br />

alumno al profesor consta de 15 elementos, que<br />

según el análisis factorial se distribuyen en cuatro<br />

factores: 1) rechazo-comportamiento disruptivo<br />

(“con mi mal comportamiento le impido dar<br />

clase”, “me desentiendo de lo que dice en clase”,<br />

“le hablo con malos modales”, “le rechazo”, le<br />

ignoro”; 2) agresión “le agredo físicamente”; “he<br />

amenazado a mi profesor”, “he roto alguna de sus<br />

cosas”, “le ridiculizo”; 3) antipatía (“algún profesor<br />

me resulta antipático”, “he pensado que algún<br />

profesor no debería estar en este instituto”); 4)<br />

maltrato emocional: “me burlo del profesor”, “le<br />

grito”, “le insulto”, “le interrumpo cuando habla”).<br />

El coeficiente alpha de crombach para el total de<br />

la prueba es de .89.<br />

Procedimiento<br />

El proceso de evaluación se realizó en dos sesiones,<br />

mediante una aplicación colectiva, en la que estuvo<br />

presente un solo evaluador. Se especificó que la participación<br />

era voluntaria, garantizándose la confidencialidad<br />

de la información. Los padres firmaron una<br />

carta para autorizar la participación de sus hijos en el<br />

estudio.<br />

RESULTADOS<br />

Con el objetivo de conocer los distintos tipos de adolescentes<br />

respecto a la participación en situaciones de<br />

bullying entre compañeros y maltrato con el profesorado,<br />

se realizaron análisis de conglomerados mediante<br />

el procedimiento de K-Medias. Las tipologías se realizaron<br />

para los casos de víctimas y bullies en dos circunstancias:<br />

en la interacción alumno-alumno y en la<br />

interacción profesor-alumno. Se examinaron diversas<br />

soluciones, pero en todos los casos se eligió la de tres<br />

conglomerados, ya que aportaba mayor información<br />

sobre el tipo de adolescentes identificados para cada<br />

tipología.<br />

Tipos de adolescentes en bullying entre iguales<br />

(Cluster 1)<br />

En la Tabla 1 se incluyen las medias de los conglomerados<br />

del análisis de cluster sobre la participación como<br />

víctima y agresor del bullying entre iguales.<br />

Tabla 1. Medias de los conglomerados (tipología) en las situaciones de bullying entre compañeros<br />

Conglomerado<br />

Bullies<br />

(1)<br />

Víctima<br />

(2)<br />

<strong>No</strong> involucrado<br />

(3)<br />

Víctima de compañeros<br />

Víctima de exclusión 6.80 11.05 6.16<br />

Víctima de agresión media 7.38 10.44 6.81<br />

Víctima de agresión extrema 4.13 5.35 4.08<br />

Agresor hacia compañeros<br />

Agresor de exclusión y gravedad media 14.42 10.95 8.59<br />

Agresión grave 9.02 8.86 8.10<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación Profesor-Alumno | 63


La solución adoptada permite diferenciar tres tipos de<br />

adolescentes respecto a la participación en el bullying<br />

entre iguales:<br />

Grupo 1. Bullies. La principal diferencia de este<br />

grupo con los otros dos es la mayor frecuencia con la<br />

que participan excluyendo a sus compañeros y agrediéndolos<br />

en situaciones de gravedad media (con<br />

agresiones de tipo psicológico), también puntúan más<br />

alto que los otros dos, sobre todo que el grupo tres, en:<br />

agresiones graves, y en ser víctimas tanto de agresiones<br />

de gravedad media como extrema. Es decir que lo<br />

distintivo en ellos es su participación como agresores,<br />

aunque esta situación parece ir acompañada de un<br />

poco más de riesgo de ser víctimas que el que sufre el<br />

grupo 3, no involucrado. Este grupo está conformado<br />

por 123 adolescentes, representa el 16.3% del total de<br />

participantes, de ellos 80 son hombres, 10.6% del total<br />

(representan el 65% de este grupo y el <strong>19</strong>.6% del total de<br />

hombres), y 43 son mujeres, que conforman el 5.7%<br />

del total de participantes (representan el 35% de este<br />

grupo y el 12.4% de las mujeres).<br />

Grupo 2. Víctimas. Este grupo está compuesto<br />

por alumnado que se diferencia de los otros dos por<br />

ser, sobre todo, víctima tanto de exclusiones como de<br />

agresiones de gravedad media y extrema por parte<br />

de los compañeros. Conviene tener en cuenta que la<br />

frecuencia con la que los miembros de este grupo participan<br />

en exclusiones y agresiones de gravedad media<br />

es mayor que la del grupo tres, no involucrado, aunque<br />

mucho menor que la del grupo uno, de agresores.<br />

Diferencias similares pero de menor magnitud se observan<br />

respecto a la agresión extrema. Este grupo está<br />

formado por 64 adolescentes, representa el 8.5% del<br />

total de participantes; 36 de ellos son hombres, 4.8%<br />

del total de adolescentes participantes (representan el<br />

56.3% de este grupo y el 8.8% del total de hombres), y<br />

28 son mujeres, conforman el 3.7% del total de participantes<br />

(representan el 43.8% de este grupo y el 8.1%<br />

del total de mujeres).<br />

Grupo 3. <strong>No</strong> involucrados. Este grupo está formado<br />

por 567 adolescentes que no participan apenas en<br />

situaciones de violencia escolar, ni como víctimas ni<br />

como agresores. Representa el 75.2% del total de adolescentes<br />

participantes, de ellos, 292 son hombres, y<br />

conforman el 38.7% del total de (representan el 51.5%<br />

de este grupo y el 71.6% del total de hombres participantes),<br />

y 275 son mujeres, el 36.5% del total (representa<br />

el 48.5% de este grupo y el 79.5 % del total de las<br />

mujeres participantes).<br />

El análisis de varianza puso de relieve que todas las<br />

situaciones de violencia escolar entre iguales (víctima,<br />

agresor y no involucrado), contribuyen significativamente<br />

a la tipología (p


En la figura 1 (página anterior) se observan gráficamente<br />

los tres grupos identificados en la tipología de<br />

adolescentes que participan en situaciones de bullying<br />

en la relación con sus compañeros. Los grupos identificados<br />

son: 1: agresores; 2: víctimas; y 3: no involucrados.<br />

Tipos de adolescentes respecto a la interacción<br />

profesores-alumnos (Cluster 2)<br />

En la Tabla 2 se incluyen los resultados del análisis de las<br />

medias de los conglomerados para definir la tipología<br />

de participación de los estudiantes en el maltrato en la<br />

interacción con los profesores, contemplando tanto las<br />

situaciones en las que el alumno es la víctima, como<br />

aquellas en las lo es el profesor.<br />

La solución adoptada con respecto a la tipología<br />

de situaciones de maltrato en la interacción alumnoprofesor<br />

permite diferenciar los tres grupos siguientes.<br />

Grupo 1.Desafección. Este grupo está compuesto<br />

por alumnado que afirma recibir trato discriminatorio<br />

y exclusión por parte del profesorado, y expresar antipatía,<br />

rechazo y comportamiento disruptivo hacia éste.<br />

El grupo está formado por 178 adolescentes que representan<br />

el 23.7% del total de participantes; de ellos, 106<br />

son hombres, conforman el 14% del total de participantes<br />

(representan el 59.6% de este grupo y el 26% del<br />

total de hombres participantes), y 72 son mujeres, el<br />

9.6% del total de participantes (representan el 40.4%<br />

de este grupo y el 20.9% de las mujeres participantes).<br />

Grupo 2. Acoso. Este grupo está compuesto por<br />

alumnado que afirma recibir del profesor trato discriminatorio,<br />

agresión, exclusión y maltrato emocional)<br />

y expresarle (a éste) antipatía, rechazo, agresión<br />

y maltrato emocional. Este grupo está formado por 45<br />

adolescentes, el 6% del total de participantes, 26 son<br />

hombres, (3.5% del total de adolescentes participantes,<br />

representan el 57.8% de este grupo y el 6.4% del total<br />

de hombres participantes), y <strong>19</strong> son mujeres (2.5%<br />

del total de participantes, representan el 42.2% de este<br />

grupo y el 5.5% del total de mujeres participantes).<br />

Grupo 3. Neutro. Este grupo está formado por<br />

alumnado que no se involucra en situaciones de disrupción<br />

ni acoso en la interacción con el profesorado.<br />

Tabla 2. Medias de los conglomerados en las situaciones de maltrato en la interacción con el profesorado<br />

Conglomerado<br />

Desafección Acoso Neutro<br />

PERCEPCIÓN DE SER VÍCTIMA DEL PROFESOR<br />

Trato discriminatorio 10.75 14.53 6.51<br />

Agresión 4.79 7.18 4.15<br />

Exclusión 6.36 11.18 4.57<br />

Maltrato emocional 4.23 6.80 3.27<br />

Percepción de VICTIMIZAR AL PROFESOR<br />

Rechazo y comportamiento disruptivo 8.14 12.20 5.79<br />

Agresión 4.46 6.49 4.07<br />

Antipatía 5.70 7.13 3.49<br />

Maltrato emocional 5.91 8.93 4.50<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación Profesor-Alumno | 65


Son 530 adolescentes, que representan el 70.3% del total<br />

de participantes; 275 son hombres (el 36.6% del<br />

total de participantes, representan el 52% de este grupo<br />

y el 67.6% de los hombres), y 254 son mujeres (el 33.8%<br />

del total de participantes, que representa el 48% de este<br />

grupo y el 73.6% del total de las mujeres participantes).<br />

El análisis de varianza puso de relieve que los tres tipos<br />

de adolescentes en la situación de maltrato en la interacción<br />

profesorado-alumnado, contribuyen significativamente<br />

a la definición de la tipología (p < .001).<br />

En la figura 2 se observan gráficamente los tres<br />

grupos identificados en la tipología de adolescentes<br />

respecto al maltrato profesor-alumno. Éstos son: grupo<br />

1, desafección; grupo 2, acoso; grupo 3, sin problemas.<br />

Relación entre el acoso entre escolares<br />

y los problemas en la interacción con los<br />

profesores<br />

Para conocer si existe una conexión entre el bullying<br />

entre compañeros (Cluster 1) y los problemas en la interacción<br />

alumno-profesor (Cluster 2), se calcularon<br />

los residuos corregidos y el estadístico X ². El cálculo<br />

de residuos corregidos reflejó que el tipo de adolescentes<br />

denominado bullies (en la interacción con sus<br />

iguales, Cluster 1 está sobre representado en el grupo<br />

que tiene problemas de desafección y rechazo en la relación<br />

con los profesores, (residuo corregido 3.0), y en<br />

el grupo que tienen problemas de acoso y maltrato, con<br />

un valor estadístico de 65,590 (p


Figura 3. Tipología de la situación de bullying entre iguales y su relación con el maltrato que reciben del profesor<br />

9<br />

0<br />

8<br />

0<br />

7<br />

Porcentaje<br />

0<br />

jeee<br />

6<br />

0<br />

5<br />

0<br />

4<br />

0<br />

3<br />

0<br />

2<br />

0<br />

1<br />

0<br />

0<br />

23.<br />

6<br />

10.<br />

7<br />

65.<br />

7<br />

51.<br />

1<br />

35.<br />

6<br />

13.<br />

10.<br />

3<br />

9<br />

7.<br />

5<br />

Desafección Acoso Neutro<br />

81.<br />

5<br />

Bullies bullies<br />

Víctima víctima<br />

<strong>No</strong> no involucrado<br />

DISCUSIÓN<br />

La investigación sobre el bullying entre escolares realizada<br />

durante los últimos años ha contribuido a superar<br />

el tabú que impedía reconocerlo y tratar de erradicarlo.<br />

Los resultados obtenidos en esta investigación<br />

reflejan la posibilidad y conveniencia de extender la<br />

metodología utilizada para detectar dicho bullying<br />

al estudio de los problemas existentes con los profesores,<br />

reconociendo que el maltrato puede producirse<br />

no sólo desde el profesor al alumno, como encuentran<br />

Benbenisthy, et al., (2002) en Israel, y Delfabbro, et al.,<br />

(2006) en Australia, sino también desde el alumno al<br />

profesor, como se observa en el estudio de Terry (<strong>19</strong>98)<br />

realizado en el Reino Unido.<br />

Los resultados de este estudio permiten sugerir<br />

la integración de otro participante al ciclo de bullying<br />

presentado por Olweus (2005); éste sería el noveno<br />

participante: el profesorado, que sin duda interviene en<br />

este ciclo, ya sea como un agente de cambio que puede<br />

detener los episodios de bullying entre pares, como<br />

víctima (Terry, <strong>19</strong>98) o como agresor (Delfabbro, et al.,<br />

2006; Mendoza, 2006, 2009).<br />

El análisis de cluster sobre el bullying entre iguales<br />

llevado a cabo en este estudio ha permitido detectar, en<br />

la dirección de lo obtenido en investigaciones anteriores,<br />

tres situaciones diferentes: la de los que no participan<br />

(el 75.2%); la de quienes participan predominantemente<br />

como agresores (un 16.3%), entre quienes quizá<br />

están los que dirigen la agresión y los que les siguen,<br />

y la de quienes intervienen sobre todo como víctimas<br />

(el 8.5%). A diferencia de lo obtenido en algunos trabajos<br />

anteriores (Pelligrini, Bartini, & Brooks, <strong>19</strong>99;<br />

Schwartz, Procto & Chien, 2001; Solberg & Olweus,<br />

2003), en esta investigación no aparece diferenciado<br />

un cuatro grupo específico de agresores-victimas, sino<br />

cierta tendencia de los bullies a reconocer que reciben<br />

agresiones, relacionada quizá con su orientación a justificar<br />

el acoso que ejercen en función de las reales o<br />

supuestas ofensas que sufren, y cierta tendencia en las<br />

víctimas a ignorar y agredir, que cabe atribuir a la tendencia<br />

a reaccionar con hostilidad ante las agresiones<br />

recibidas. Parece que el contexto influye sobre todo en<br />

la forma en la que se combinan los dos papeles de víctima<br />

y agresor en determinados alumnos, puesto que<br />

en la mayoría de los trabajos anteriores se había detectado<br />

dentro del grupo de víctimas (Schwartz, et al.,<br />

2001), en algunos con características más parecidas a<br />

los bullies (Unnover, 2005), y aquí en ambos papeles,<br />

pero sin impedir que aparezca claramente uno como<br />

predominante. El análisis sobre los problemas de interacción<br />

con los profesores desde el punto de vista del<br />

alumno ha permitido detectar dos tipos de problemas<br />

de extensión, naturaleza y gravedad claramente diferentes.<br />

En ambos parece existir una estrecha relación<br />

entre el trato que el alumno recibe de los profesores y<br />

su conducta hacia ellos. El problema más extendido,<br />

que afecta a un 23.7% de estudiantes, gira en torno<br />

a lo que perciben como falta de oportunidades para<br />

vincularse académicamente con sus profesores, desmotivación<br />

y comportamiento disruptivo (que llega<br />

incluso a impedir dar clase). Problema que parece de<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación Profesor-Alumno | 67


naturaleza reactiva y que no cabe considerar maltrato<br />

ni acoso. La comparación de estos resultados con los<br />

obtenidos en España cuando se pregunta a los profesores<br />

de Educación Secundaria (Defensor del Pueblo,<br />

2007) refleja que también destacan como el problema<br />

más frecuente “el hecho de que el alumno no deje dar<br />

clase”. Aunque tal como concluyen Miller, Fergusson<br />

y Byrne (2000), las atribuciones de dicho comportamiento<br />

por profesores y estudiantes suelen ser muy<br />

diferentes. Y como observan Reynard y Sonuga-Barke,<br />

(2005), también los estudiantes evaluados aquí lo relacionan<br />

con la falta de apoyo por parte del profesor.<br />

Apoyo que convendría mejorar en las intervenciones<br />

destinadas a erradicar dicho problema, favoreciendo<br />

un vínculo de calidad basado en la percepción de la<br />

disponibilidad del profesor para conseguir objetivos<br />

deseados por los alumnos y ayudarles a obtener protagonismo<br />

positivo en el aula.<br />

Teniendo en cuenta el punto de vista de los alumnos,<br />

los problemas más graves de interacción con profesores,<br />

que afectan al 6% de los estudiantes, sí podrían<br />

ser conceptualizados como maltrato y en algunos casos<br />

como bullying. En función de la estrecha relación<br />

que se observa aquí entre el trato coercitivo que estos<br />

alumnos perciben recibir y dar a sus profesores (con<br />

insultos, humillaciones, amenazas), cabe plantear<br />

como hipótesis que probablemente se inicien de forma<br />

reactiva y se agraven como una conducta instrumental<br />

destinada a demostrar el propio poder a la otra parte,<br />

que el profesor justificaría aludiendo a la necesidad de<br />

disciplina y los alumnos como una defensa ante los<br />

abusos que perciben recibir del profesor. Conviene<br />

tener en cuenta que la mayoría de los alumnos que<br />

participan de estas situaciones también acosan a sus<br />

compañeros.<br />

Por otra parte, la fuerte orientación al dominio y<br />

al acoso observada en el perfil de este tipo de alumnos<br />

con anterioridad (Olweus, <strong>19</strong>93) lleva a pensar en<br />

la posibilidad de que los episodios coercitivos con sus<br />

profesores puedan tener también una función instrumental<br />

de demostración del poder, aunque quizá se<br />

inicien de forma reactiva, como las escaladas de maltrato<br />

detectadas en otros contextos entre adolescentes<br />

y adultos (Patterson, <strong>19</strong>82). Para poder definir estas<br />

situaciones como acoso es necesaria más información<br />

de la disponible en este estudio, sobre la naturaleza de<br />

los episodios de maltrato recibidos y ejercidos, y la distribución<br />

del poder existente en ellos, conociendo, por<br />

ejemplo, si el maltrato lo dirigen y lo sufren con los<br />

mismos o con diferentes profesores, y por su puesto<br />

tomando en cuenta el punto de vista del profesorado.<br />

La comparación de los problemas con los compañeros<br />

y con los profesores confirman la existencia<br />

de una estrecha relación, que se refleja en el hecho de<br />

que el 75% de los que agreden a compañeros describan<br />

problemas con profesores, que en el 51% de los casos<br />

implican maltrato y en el 23.6% desafección y comportamiento<br />

disruptivo. Este resultado pone de manifiesto<br />

la necesidad de plantear el estudio y la prevención de la<br />

violencia y acoso escolar desde una perspectiva integral<br />

que incluya también, como proponen diversos<br />

autores (Hyman & Perone, <strong>19</strong>98; Benbenisthy, et al.,<br />

2002; Delfabbro, et al., 2006) la victimización que algunos<br />

profesores ejercen sobre algunos alumnos; así<br />

como la que éstos ejercen contra los profesores, tema<br />

mucho menos estudiado (Terry, <strong>19</strong>98). Cabe esperar<br />

que al ver recogidas sus principales preocupaciones,<br />

este tipo de programas venzan las resistencias detectadas<br />

en los profesores para participar en la programas<br />

de prevención de la violencia cuando se dirigen sólo al<br />

bullying entre iguales (Cowie, 2000), relacionada con<br />

la tendencia a creer que no es su problema sobre todo<br />

en educación secundaria (Behre, Astor & Meyer, 2001).<br />

Conviene tener en cuenta que en el complejo fenómeno<br />

de bullying debe de estudiarse desde una forma<br />

más integral en la que no se limite al estudio de las<br />

variables que influyen en el proceso de bullying entre<br />

pares, sino también el estudio de las variables que producen,<br />

mantienen o inhiben el proceso de reciprocidad<br />

coercitiva con el profesorado, como el evidenciado<br />

en el presente estudio.<br />

En otras investigaciones que se han aproximado al<br />

estudio de bullying en la interacción profesor-alumno,<br />

se ha identificado que el alumnado expresa que el comportamiento<br />

injusto del profesor (Miller, et al., 2000),<br />

los elevados niveles de crítica que reciben del profesorado<br />

(Daley, Renyard & Sonuga-Barke, 2005), la rigidez<br />

de la clase, e incluso la presión que reciben del grupo de<br />

amigos para unirse a la pandilla (Miller, et al., 2000),<br />

influyen para que se incremente la conducta negativa<br />

en el aula escolar. En contraste, la conducta disruptiva<br />

del alumnado es una de las principales fuentes de es-<br />

68 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Brenda Mendoza González


trés para los profesores en el aula, aunado a ello que<br />

las características del niño, como género, grupo étnico,<br />

edad, nivel de competencia, características conductuales,<br />

guían el estilo de instrucción del profesorado,<br />

que en ocasiones se caracteriza por niveles elevados de<br />

crítica y conflicto (Daley, Renyard & Sonuga-Barke,<br />

2005); de esta manera parece originarse un círculo<br />

negativo que peligrosamente puede conducir a escaladas<br />

de comportamiento coercitivo entre alumnado<br />

y profesorado. Sin duda alguna, el profesorado es un<br />

agente de cambio para el alumnado, cuyas estrategias<br />

didácticas y de control conductual en el aula escolar<br />

influyen notablemente en la calidad del aprendizaje de<br />

éste, por lo que en educación, la agresión por parte del<br />

profesorado es un comportamiento inaceptable, como<br />

lo señala la Ley General de Educación en México. Por<br />

otra parte, la agresión que ejercen algunos alumnos<br />

hacia los profesores es un comportamiento que no se<br />

debe permitir; hoy día existen intervenciones probadas<br />

científicamente para ayudar a niños y adolescentes<br />

a controlar su enojo, enseñándoles a resolver situaciones<br />

conflictivas sin agresión (Mendoza, 2010).<br />

Finalmente, los resultados aquí demostrados<br />

aportan evidencia sobre el proceso de reciprocidad<br />

que existe en los intercambios coercitivos en la relación<br />

profesorado-alumnado, que funcionan como un<br />

facilitador de escalamiento de agresión.<br />

Se hace necesario que en futuros trabajos de investigación<br />

se recoja también la percepción del profesorado,<br />

con la finalidad de tener una visión integral<br />

que permitea conocer la incidencia del bullying en la<br />

interacción profesorado-alumnado desde la opinión<br />

de uno de los agentes de cambio más importantes en la<br />

comunidad educativa: el profesorado.<br />

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Fecha de publicación: Marzo 2011<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación Profesor-Alumno | 71


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 72-79 ISSN 1405-0943<br />

Locus de Control y Tradicionalismo en el Estado<br />

de Guanajuato, México<br />

Locus of Control and Traditionalism in the State<br />

of Guanajuato, México<br />

Tonatiuh García-Campos<br />

Luis Felipe García-y-Barragán*<br />

<strong>Universidad</strong> de Guanajuato, Guanajuato, México<br />

Resumen<br />

Las atribuciones que podamos realizar sobre las causas de los eventos que nos suceden cotidianamente, nos llevan a<br />

definir si tenemos algún control sobre ellas o no. Considerando que las normas, creencias, valores y actitudes, reflejan<br />

la cultura subjetiva del grupo de pertenencia (Matsumoto, <strong>19</strong>96), las atribuciones de control que puedan hacer las personas,<br />

estarán mediadas por el entorno sociocultural al que pertenecen, así como por la interiorización de las normas,<br />

valores y creencias del mismo (Díaz-Guerrero, 2003; García 2003). En esta investigación participaron 848 personas de<br />

cinco municipios del estado de Guanajuato, con una media de 28.58 años, siendo el 47.2% de ellos hombres. Los resultados<br />

muestran que la interiorización de la cultura tradicional afecta en el proceso de atribución del control; proceso<br />

que está asociado con la baja autoestima, motivación al logro, adherencias a tratamientos, entre otras.<br />

Descriptores: Locus de control, Atribuciones, Tradicionalismo, Premisas Histórico-Socio-Culturales.<br />

Abstract<br />

Attributions about the causes of the events in the everyday life give us the ability to define the extent of control about them.<br />

Considering that the norms, believes, values and attitudes are the reflex of the subjective culture from the group membership<br />

(Matsumoto, <strong>19</strong>96), the control attributions that people can made are mediated by the interiorized norms, values and<br />

beliefs from the sociocultural context to which belongs (Díaz-Guerrero, 2003; García 2003). The sample was conformed<br />

by 848 participants from five municipalities of the State of Guanajuato in Mexico (Age mean = 25.58 years), 47.2% of<br />

the sample were males. The result shows that the internalization of the traditional culture, affects the attribution process<br />

of control; process associated with the low self-esteem, achievement motivation, adhesions to treatments, among others.<br />

Key Words: Locus of control, Attributions, Traditionalism, Historic-Socio-Cultural Premises<br />

* Para correspondencia: Departamento de Psicología, <strong>Universidad</strong> de Guanajuato, Campus León Blvd. Puente Milenio # 1001, Fracción del Predio<br />

San Carlos, Léon, Gto. CP 37670. Tonatiuh García Campos, tonatiuh@leon.ugto.mx. Tel: 01 477 2674900 ext3644. Luis Felipe García y Barragán,<br />

psicosoc@hotmail.com. Tel: 01 477 2674900, ext. 3611.<br />

72 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Tonatiuh García-Campos • Luis Felipe García-y-Barragán


Las atribuciones que se pueden realizar sobre las causas<br />

de lo que nos sucede cotidianamente, nos llevan<br />

a definir si tenemos algún control sobre ellas o no.<br />

Esto es a lo que Rotter (<strong>19</strong>66) ha denominado Locus<br />

de Control, el cual puede estructurarse en dos grandes<br />

factores: interno, cuando percibimos que tenemos la<br />

posibilidad de controlar lo que nos sucede (ej. habilidad<br />

de la persona) y; externo, cuando el control está<br />

depositado fuera de la persona, como podría ser la<br />

suerte o alguna deidad. Así, el Locus de Control (LC)<br />

se define como la creencia que uno tiene respecto a<br />

quién o qué factores controlan la vida (La Rosa, <strong>19</strong>86;<br />

Lefcourt, <strong>19</strong>91).<br />

Al respecto, Lefcourt, Von Baeyer, Ware y Cox<br />

(<strong>19</strong>79, en Lefcourt, <strong>19</strong>91) plantean un modelo de estudio<br />

del LC, multidimensional y multiatribucional de<br />

causalidad, en el que, basados en el control interno y<br />

externo, se desprenden dos áreas de aplicabilidad: el<br />

logro y la afiliación. También mencionan la importancia<br />

que puede tener si dentro de estas dos áreas se tiene<br />

éxito o fracaso en lo que se va a atribuir.<br />

De esta forma, la creencia en la influencia de las<br />

capacidades y del esfuerzo de la persona en el mantenimiento<br />

de sus relaciones interpersonales, se considera<br />

como de control interno; por otro lado, quien<br />

considera el contexto y la suerte como responsable en<br />

la formación y mantenimiento de este tipo de relaciones,<br />

se le cataloga externo, en el ámbito de la afiliación.<br />

La importancia de esta característica de personalidad<br />

la podemos encontrar en las publicaciones que se<br />

han hecho respecto al constructo en diferentes áreas<br />

de la salud y sociales. Por ejemplo, Alvarado (2003)<br />

reporta una relación del Locus de Control interno con<br />

una vida más satisfactoria, reducción de la mortalidad<br />

y una vejez satisfactoria. De igual forma, se ha relacionado<br />

el Locus de Control con la autoeficacia política y<br />

con las creencias sobre el control (Darmofal, 2010), con<br />

la satisfacción profesional; con efectos directos y como<br />

mediador parcial en madres de familia que trabajan<br />

(<strong>No</strong>or, 2002). Laborin y Vega (2000) encontraron que<br />

las personas que se perciben como más satisfechas con<br />

su vida, poseen un Locus de Control interno; mientras<br />

que Zdanowicz, Janne y Reynaert (2004) encontraron<br />

al comparar adolescentes sanos con enfermos que los<br />

primeros presentan mayor puntaje de locus de control<br />

interno de la salud.<br />

Asimismo, las mujeres presentan una tendencia<br />

hacia la desesperanza aprendida (Manger & Eikeland,<br />

2000), y a un Locus de Control externo (Cairns,<br />

McWhirter, Duffy & Barry, <strong>19</strong>90). Por otra parte, hay<br />

estudios (Adame, Jonson & Cole, <strong>19</strong>89; Chubb, Fertman<br />

& Ross, <strong>19</strong>97; Sorlie & Sexton, 2003) que sostienen que<br />

no hay diferencias significativas entre los sexos.<br />

En esta búsqueda del efecto de diferentes variables<br />

en países, se ha encontrado (Berry, Poortinga, Segal &<br />

Dasen, <strong>19</strong>95; Matsumoto, <strong>19</strong>96) que los estadounidenses<br />

y otros europeos tienden a tener un mayor Locus<br />

de Control interno, y los asiáticos (principalmente los<br />

japoneses) son más propensos a uno externo. Así, las<br />

personas que viven en países industrializados aparecen<br />

con más Locus de Control interno, que quienes viven en<br />

países en vías de desarrollo. Lester (<strong>19</strong>92) plantea que<br />

las diferencias socioeconómicas afectan al tipo de LC<br />

predominantemente en los individuos, donde un nivel<br />

más bajo tiende a estar más relacionado con un LC<br />

externo.<br />

En estudios realizados en México, Díaz-Guerrero<br />

(<strong>19</strong>97) reportó que tanto el paso del tiempo dentro<br />

de las etapas del desarrollo, como el nivel educativo,<br />

afectan el LC de las personas, mostrándose más internas.<br />

Aunque García (2003) plantea que la internalidad<br />

del Locus de Control aumenta con la edad, estabilizándose<br />

en la adolescencia.<br />

García y Reyes (2000), partiendo en la propuesta<br />

de Lefcourt (<strong>19</strong>91) reportan que la estructura del LC<br />

para los mexicanos se compone de cinco factores; el<br />

primero denominado externo, se refiere a aquellas<br />

situaciones tanto de logro como de afiliación, cuyas<br />

atribuciones se hacen a factores externos. El segundo<br />

factor, logro interno, redacta situaciones de logro cuyas<br />

causas provienen de acciones directas o atribuciones<br />

propias de la persona. El tercero, el cual fue llamado<br />

social afectivo, se refiere a la obtención de metas, gracias<br />

a las relaciones afectivas de la persona. El cuarto<br />

factor, llamado afiliación con locus interno, menciona<br />

situaciones en las que el individuo se atribuye a sí<br />

mismo las razones por las cuales tiene buenas relaciones<br />

interpersonales, y por último, el factor statu quo<br />

familiar, que se refiere principalmente a situaciones de<br />

integración familiar causadas por la persona.<br />

Con esta idea, diferentes investigaciones (García<br />

& Corral-Verdugo, 2010; García & Reyes, 2000) han<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Locus de Control y Tradicionalismo en el Estado de Guanajuato, México | 73


eflejado el cambio de la tendencia a atribuir el control<br />

de manera interna. Esta característica no se presenta<br />

ba de dicha manera, en estudios anteriores, como el de<br />

La Rosa (<strong>19</strong>86), quien refleja a un mexicano que atribuye<br />

principalmente, de manera externa.<br />

De acuerdo con Heine (2010), la forma en que los<br />

individuos manejan sus necesidades y deseos se encuentra<br />

moldeada por las teorías y concepciones que<br />

tienen del funcionamiento del mundo, y en específico<br />

de sus ideas, sobre el control que puedan tener sobre<br />

el ambiente que les rodea. Es así, que al considerar que<br />

las normas, creencias, valores y actitudes que se tienen,<br />

reflejan la cultura subjetiva del grupo de pertenencia<br />

(Matsumoto, <strong>19</strong>96), las atribuciones de control que<br />

puedan hacer las personas, estarán mediadas por el entorno<br />

sociocultural al que pertenecen (Díaz-Guerrero,<br />

2003; García 2003), así como a la interiorización de las<br />

normas, valores y creencias del mismo. Por ejemplo,<br />

García-Campos (2008) reporta el efecto del tradicionalismo<br />

en la personalidad, en específico en la instrumentalidad-expresividad.<br />

Ahora, se considera que una sociocultura es el<br />

conjunto de afirmaciones utilizadas y aprobadas consistentemente<br />

por la mayoría de sus integrantes; en<br />

ese sentido, las Premisas Histórico-Socio-Culturales<br />

(PHSC´s) de Díaz Guerrero (<strong>19</strong>97) se presentan como<br />

una buena estrategia para evaluar la internalización de<br />

la cultura y su efecto en el LC.<br />

Considerando los constructos asociados con el<br />

LC y sus implicaciones, surgen diferentes incógnitas<br />

al respecto. De inicio, es conocer si esta tendencia interna<br />

que se reporta en los mexicanos, continúa y se<br />

presenta en muestras que no han sido consideradas en<br />

estudios previos. Adicionalmente, si la sociocultura<br />

de las personas afecta en los comportamientos de las<br />

mismas, incluso en la personalidad de los que han sido<br />

socializados dentro de ella, es de esperarse que la interiorización<br />

de las normas culturales o el alejamiento de<br />

ellas tenga un efecto en la percepción del control de lo<br />

que nos sucede.<br />

MÉTODO<br />

Participantes<br />

Se eligieron 848 personas de cinco municipios del estado<br />

de Guanajuato, cuya edad fluctuó entre 15 y 58<br />

años, con una media de 28.58 años y una desviación<br />

estándar de 11.22. La moda de escolaridad refleja<br />

bachillerato incompleto. El 47.2% de la muestra fueron<br />

hombres.<br />

Instrumento<br />

Se utilizó la versión corta de la “escala multifactorial<br />

de Locus de Control” propuesta por García y Reyes<br />

(García 2003), que consta de 40 reactivos tipo Likert<br />

pictórica de siete opciones; se estructura de cinco factores<br />

(consistencia interna de α= .88).<br />

A continuación se presentan los factores en los<br />

que consiste el instrumento con el número de reactivos<br />

que se miden y su consistencia interna:<br />

Externo. Factor que refiere atribuciones a elementos<br />

externos como causantes de nuestros resultados<br />

(Dios, la suerte, el destino, etcétera). Se mide con 16<br />

reactivos y su consistencia interna es de alfa= .85.<br />

Logro interno. Habla de los logros principalmente<br />

laborales y escolares; las atribuciones se deben a elementos<br />

internos de la persona (capacidades, inteligencia,<br />

esfuerzo, etc.). Consta de ocho reactivos, la consistencia<br />

es α= .91.<br />

Afiliación con locus interno. Referente a elementos<br />

internos como el esfuerzo que el individuo atribuye<br />

para lograr tener buenas relaciones interpersonales.<br />

Tres reactivos con alfa= .65.<br />

Adicionalmente se contemplan dos indicadores,<br />

debido a su importancia teórica:<br />

Social afectivo. Se refiere a atribuciones de logro,<br />

gracias a simpatía o lo agradable que sea la persona. Le<br />

corresponde dos reactivos α= .79.<br />

Statu Quo familiar. Se relaciona con que la familia<br />

de la persona se mantiene unida, gracias a deseos y esfuerzos<br />

que el individuo realiza. Dos reactivos con una<br />

consistencia interna de .73.<br />

También se aplicó la versión corta de la escala<br />

de Premisas Histórico Socioculturales (PHSC´s) de<br />

García y Reyes (2003), la cual es autoaplicable, consta<br />

de 42 reactivos tipo Likert con seis opciones de respuesta<br />

que van de totalmente de acuerdo a totalmente<br />

en desacuerdo. Los siete factores de la escala para población<br />

guanajuatense explican el 50.59% de la varianza<br />

y tiene un índice de confiabilidad de .86. Los factores<br />

son los siguientes:<br />

74 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Tonatiuh García-Campos • Luis Felipe García-y-Barragán


Machismo. Se refiere a la superioridad del hombre<br />

(nueve reactivos con .77 de consistencia interna).<br />

Respeto sobre amor. Se refiere a la mayor importancia<br />

que se le da al respeto a los padres, sobre el amor<br />

a los mismos (cuatro reactivos con .87 de consistencia<br />

interna).<br />

Virginidad. Habla sobre la importancia de la virginidad<br />

prematrimonial de las mujeres (cinco reactivos<br />

con .71 de consistencia interna).<br />

Obediencia afiliativa. La obediencia que debe de<br />

haber hacia los padres por ser padres (cuatro reactivos<br />

con .71 de consistencia interna).<br />

Temor a la autoridad. Temor que los hijos sienten<br />

hacia sus padres (tres reactivos con .62 de consistencia<br />

interna).<br />

Adicionalmente, se consideraron dos indicadores,<br />

debido a su relevancia teórica:<br />

Dinámica cultural. Se refiere al cambio en donde<br />

los hijos no siempre deben obedecer a sus padres (dos<br />

reactivos con .68 de consistencia interna).<br />

Reproducción social. Los hijos quieren ser como sus<br />

padres (dos reactivos con .64 de consistencia interna).<br />

Procedimiento<br />

Se aplicaron los instrumentos en áreas de trabajo, escuelas<br />

y espacios públicos, bajo el consentimiento informado<br />

de las autoridades (en su caso) y de los participantes.<br />

Las aplicaciones se hicieron de manera grupal<br />

e individual.<br />

Para tener el índice de tradicionalismo de las<br />

personas, se hizo una sumatoria de los factores de<br />

las PHSC´s que reflejan este factor (todos menos<br />

dinámica cultural); de esa sumatoria, se dividió en tres<br />

la muestra, arrojando tres grupos de tradicionalismo<br />

(bajo, medio y alto).<br />

RESULTADOS<br />

Para poder identificar si en el estado de Guanajuato, la<br />

tendencia hacia el control interno también se presenta,<br />

nos dimos a la tarea de identificar su perfil. Como se<br />

puede observar en la Figura 1, todos los factores (excepto<br />

Externo) tienen valores superiores a la media<br />

teórica (4). Lo anterior indica que efectivamente la<br />

tendencia interna en las atribuciones, se presenta en<br />

esta muestra y en este periodo histórico. Sin embargo,<br />

no hay que dejar de mencionar que el factor Social<br />

afectivo tiene una naturaleza externa y también obtiene<br />

valores relativamente elevados.<br />

Figura 1. Perfil del locus de control de la muestra total<br />

Como se ha mencionado en la literatura, los años de<br />

estudio afectan el tipo de atribución que puedan hacer<br />

las personas. Con base a estos hallazgos, nos dimos<br />

a la tarea de ver si este factor afecta el locus de control.<br />

Para ello, se dividió la muestra en cuatro grupos,<br />

aquellos que no habían cursado ningún año de estudios,<br />

hasta los que concluyeron ocho años; el siguiente<br />

grupo abarcó entre nueve y 11 años de estudio; el tercero,<br />

de 12 a 14 años y la última agrupación quedó<br />

conformada por las personas que tenían al menos 15<br />

años de estudio. Lo anterior responde a niveles mínimos<br />

de primaria, secundaria, medio superior y superior,<br />

respectivamente.<br />

Basados en estas agrupaciones, se puede observar<br />

(Tabla 1) que los puntajes responden de alguna manera<br />

al perfil antes presentado, sin embargo, podemos notar<br />

que a mayor número de años estudiados decrecen las<br />

atribuciones externas, internas en la afiliación y sociales<br />

afectivas.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Locus de Control y Tradicionalismo en el Estado de Guanajuato, México | 75


Tabla 1. Medias y diferencias en el Locus de Control por años cursados<br />

Escolaridad<br />

en años<br />

Media DE F gl Prob.<br />

0<br />

3.7<strong>19</strong><br />

1.448<br />

Externo<br />

9-11<br />

12-14<br />

2.699<br />

2.606<br />

1.226<br />

1.279<br />

34.135<br />

3,706 .000<br />

15<br />

2.181<br />

1.045<br />

Total<br />

2.690<br />

1.331<br />

0<br />

6.148<br />

.916<br />

9-11<br />

6.036<br />

.908<br />

Logro Interno<br />

12-14<br />

6.087<br />

.897<br />

1.107 3,778 .345<br />

15<br />

6.<strong>19</strong>8<br />

.723<br />

Total<br />

6.112<br />

.867<br />

0<br />

5.606<br />

1.336<br />

Afiliación<br />

Interna<br />

9-11<br />

12-14<br />

15<br />

5.368<br />

5.099<br />

5.084<br />

1.357<br />

1.362<br />

1.326<br />

5.522 3,782 .001<br />

Total<br />

5.227<br />

1.361<br />

0<br />

5.<strong>19</strong>8<br />

1.525<br />

9-11<br />

4.554<br />

1.581<br />

Social<br />

12-14<br />

4.209<br />

1.615<br />

<strong>19</strong>.72 3,823 .000<br />

15<br />

3.877<br />

1.634<br />

Total<br />

4.365<br />

1.652<br />

0<br />

5.996<br />

1.433<br />

Statu Quo<br />

9-11<br />

12-14<br />

5.500<br />

4.814<br />

1.604<br />

1.768<br />

<strong>19</strong>.70 3,811 .000<br />

15<br />

5.362<br />

1.401<br />

Total<br />

5.250<br />

1.660<br />

Las diferencias que se presentan en los factores respecto<br />

a los años de estudio, están dadas en el factor<br />

Externo, por el primer grupo en comparación con el<br />

resto; de igual manera el grupo de mayor escolaridad<br />

con todos los demás. En la Afiliación interna es el grupo<br />

1 (0-ocho años) el que presenta diferencias con los<br />

grupos 3 y 4 (mayores estudios).<br />

En lo que respecta al factor Social afectivo, de<br />

nuevo el primer grupo se diferencia de los demás, así<br />

como el de mayores estudios con los dos con menor<br />

educación. Finalmente, en el factor Statu Quo familiar,<br />

el grupo equivalente al nivel medio superior (12-14<br />

años de estudio), es diferente al resto de los grupos, así<br />

como el grupo 1 se distingue también de las personas<br />

con 12 o más años de estudio.<br />

De acuerdo con las inquietudes que originaron la<br />

presente investigación, restaría conocer si el nivel de<br />

tradicionalismo sociocultural de las personas afecta su<br />

manera de atribuir el control de las cosas que les suceden.<br />

Para ello, como se mencionó anteriormente, se<br />

clasificó a la muestra de acuerdo a su nivel de tradicionalismo,<br />

generando tres grupos (Bajo, Medio y Alto).<br />

76 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Tonatiuh García-Campos • Luis Felipe García-y-Barragán


Tabla 2. Medias y diferencias en el Locus de Control tradicionalismo<br />

LC / Tradicionalismo Media DE F gl Prob.<br />

Bajo 2.15 1.06 66.62 2 , 646 .000<br />

Externo<br />

Logro<br />

Interno<br />

Afiliación<br />

Interna<br />

Social<br />

Afectivo<br />

Statu Quo<br />

Familiar<br />

Medio 2.44 1.14<br />

Alto 3.44 1.40<br />

Bajo 6.14 .776 N.S.<br />

Medio 6.12 .863<br />

Alto 6.05 .937<br />

Bajo 5.03 1.35 10.68 2 , 714 .000<br />

Medio 5.10 1.40<br />

Alto 5.55 1.21<br />

Bajo 3.99 1.61 18.45 2 , 743 .000<br />

Medio 4.<strong>19</strong> 1.61<br />

Alto 4.82 1.56<br />

Bajo 4.89 1.59 14.41 2 , 729 .000<br />

Medio 5.16 1.66<br />

Alto 5.67 1.62<br />

Los resultados nos muestran que la interiorización de<br />

la cultura tradicional afecta en el proceso de atribución<br />

del control. Como se muestra en la Tabla 2, quitando<br />

el caso del Logro interno, a mayor tradicionalismo se<br />

hacen atribuciones más externas (Externo y Social afectivo),<br />

aunque también se observa que las personas se<br />

atribuyen cierto control para mantener sus relaciones<br />

afiliativas y familiares. En el caso de las atribuciones externas<br />

(Externo y Social afectivo), las diferencias se presentan<br />

entre todos los grupos; caso contrario, en los<br />

factores Afiliación interna y Statu Quo familiar, éstas<br />

las produce el grupo más tradicional, en contraste con<br />

los dos restantes.<br />

DISCUSIÓN<br />

Como se pudo observar en los datos antes presentados,<br />

la tendencia del LC de esta muestra se mantiene en la<br />

misma dirección que los datos reportados por García<br />

y Reyes (2000) y por Góngora y Reyes (2000), en contraposición<br />

a lo reportado por La Rosa (<strong>19</strong>86) hace<br />

más de dos décadas. Lo anterior refleja que al pasar del<br />

tiempo y sin importar las latitudes, el Locus de Control<br />

interno es lo que caracteriza a los mexicanos, incluyendo<br />

a los guanajuatenses.<br />

Sin embargo, hay que reconocer que el factor<br />

Social afectivo tiene un carácter externo y obtiene valores<br />

superiores a la media teórica, lo que refleja un aspecto<br />

cultural muy importante, como lo es la simpatía<br />

y la cohesión grupal que el colectivismo denota. Así,<br />

si trato de ser agradable (exigencia cultural), podré<br />

lograr las cosas que me propongo.<br />

Como lo mencionó Díaz-Guerrero (<strong>19</strong>97), la educación<br />

es un agente de cambio, lo que implica que al<br />

tener mayores años de estudio ha demostrado que afecta<br />

en el tipo de atribuciones que se realizan. De igual<br />

manera, nuestros datos reflejan el impacto que tiene la<br />

educación formal en el LC. Apoyando la tesis de que a<br />

mayor número de años de estudio, el control interno<br />

se incrementa y, el externo presenta un decremento. Lo<br />

anterior refleja que la educación formal ayuda en responsabilizar,<br />

y por ende, a que el individuo se atribuya<br />

la responsabilidad de sus actos.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Locus de Control y Tradicionalismo en el Estado de Guanajuato, México | 77


Partiendo de que la cultura tradicional mexicana,<br />

ésta socializa a sus integrantes de tal manera que sean<br />

obedientes (para que el control esté fuera de ellos),<br />

que le den un peso considerable a las opiniones externas,<br />

que quieran ser como sus padres han sido, entre<br />

otras; es que se consideró que tales características podrían<br />

afectar el LC. Como lo muestran los datos, las<br />

personas más tradicionales atribuyen externamente,<br />

con mayor frecuencia, que aquellas personas alejadas<br />

de la tradición cultural. Estos datos coinciden con los<br />

presentados por García Campos (García, 2003; García-<br />

Campos, 2008). Sin embargo, podemos notar que las<br />

atribuciones internas asociadas a las relaciones afiliativas<br />

son mayores mientras el tradicionalismo se incrementa.<br />

Lo anterior concuerda con estudios (Díaz-<br />

Guerrero, 2003; Flores, Cortés, Góngora y Reyes, 2002;<br />

Triandis, 2001), donde queda claro que este tipo de<br />

relaciones son muy importantes para la cultura.<br />

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Fecha de publicación: Marzo 2011<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Locus de Control y Tradicionalismo en el Estado de Guanajuato, México | 79


Psicología <strong>Iberoamericana</strong> (Enero-Junio, 2011), Vol. <strong>19</strong>, <strong>No</strong>. 1, pp. 80-88 ISSN 1405-0943<br />

Validación de la Escala Mexicana de Homofobia<br />

EHF-6<br />

Validation of the Mexican Homophobia Scale EFH-6<br />

José Moral de la Rubia<br />

Facultad de Psicología, <strong>Universidad</strong> Autónoma de Nuevo León, México<br />

Adrián Valle de la O*<br />

Departamento de Ciencias Básicas de la División de Ciencias de la Salud.<br />

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (itesm), México<br />

RESUMEN<br />

Este artículo tiene como objetivos contrastar la estructura unidimensional con seis indicadores de la escala de homofobia<br />

(EHF), propuesta por Moral y Martínez (2010), calcular la consistencia interna de la escala, describir su distribución<br />

y estimar su validez convergente. Se levantó una muestra incidental de 356 estudiantes. La escala reducida a seis<br />

ítems tuvo una consistencia interna adecuada (α = .69). La estructura unidimensional mostró buen ajuste a los datos e<br />

invarianza entre hombres y mujeres por Máxima Verosimilitud. Su distribución fue asimétrica positiva. Su correlación<br />

con la Escala de Actitudes hacia Lesbianas y Hombres homosexuales (ATLG; Herek, <strong>19</strong>84) fue .76. Se recomienda su<br />

uso en México.<br />

Descriptores: homofobia, actitud, homosexualidad, psicometría, México.<br />

ABSTRACT<br />

The aims of this paper were to contrast the one-factor structure with six indicators of the Homophobia Scale (EHF),<br />

proposal by Moral and Martinez (2010), to calculate the internal consistency of the scale, to describe its distribution<br />

and to estimate its convergent validity. An incidental sample of 356 students was collected. The scale reduced to six<br />

items showed adequate internal consistency (α = .69). The one-factor structure had a good fit to the data and invariance<br />

between men and women by Maximum Likelihood. Its distribution was a positive skew. Its correlation with<br />

the Attitudes Toward Lesbians and Gays scale (ATLG; Herek, <strong>19</strong>84) was .76. It recommended its use in Mexico.<br />

Key words: Homophobia, attitude, homosexuality, psychometrics, Mexico<br />

* Para correspondencia: José Moral de la Rubia, Dr. Carlos Canseco 110. Col. Mitras Centro. C.P. 64460. Monterrey, Nuevo León, México.Teléfono:<br />

(81) 8333 8233. Ext. 423. Fax. Ext. 103. e-mail: jose_moral@hotmail.com.<br />

Adrián Valle de la O, Departamento de Ciencias Básicas de la División de Ciencias de la Salud, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de<br />

Monterrey (ITESM). Eugenio Garza Sada 2501 Sur, Col. Tecnológico C.P. 64849. Monterrey, Nuevo León, México. Teléfono: (81) 83582000. Ext. 5302.<br />

e-mail: adrianvalle@usa.net.<br />

80 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | José Moral de la Rubia • Adrián Valle de la O.


Introducción<br />

La homofobia se define como la intolerancia, aversión,<br />

rechazo o temor hacia las personas que no cumplen<br />

con el rol de género y la orientación de la conducta<br />

sexual establecidos culturalmente para hombres y<br />

mujeres; a su vez, incluye el miedo a la intimidad con<br />

personas del mismo sexo o al homoerotismo. Se manifiesta<br />

de diversas maneras, que van desde las sutiles,<br />

como la omisión, silencio, burla, desprecio o exclusión,<br />

hasta la violación de las garantías legales y civiles de<br />

hombres homosexuales y lesbianas (Herek, 2000).<br />

Desde la perspectiva psicoanalítica tradicional<br />

habría una homofobia presente en la mayoría de las<br />

personas, procedente de la represión de la libido homosexual<br />

al asumirse una identidad heterosexual, y una<br />

homofobia patológica de carácter paranoide, que es<br />

consecuencia de la proyección del deseo homosexual<br />

y conlleva evitación y ataque ante la amenaza del deseo<br />

proyectado (Adams, Wright & Lohr, <strong>19</strong>96; Gómez,<br />

2007). Desde la perspectiva social, la homofobia es una<br />

actitud aprendida en la familia y grupos primarios de<br />

pertenencia e identidad, la cual puede cambiar con la<br />

experiencia e inclusión en grupales posteriores (Barra-<br />

Almagiá, 2002; Herek & González, 2006). Desde los<br />

estudios de herencia se señala que existe un componente<br />

heredado en la homofobia que explica hasta el<br />

40% de la varianza en los estudios con gemelos (Kirk,<br />

Bailey, Dunne & Martin, 2000; Verweij, Shekar, Zietsch,<br />

Eaves, Bailey, Boomsma & Martin, 2008), aunque<br />

probablemente lo que se herede sea más una rigidez o<br />

radicalismo actitudinal que un contenido de actitud específico<br />

(Moral, 2010).<br />

Desde hace tiempo, en México y los países occidentales,<br />

la homosexualidad no es un delito, por el contrario,<br />

sí lo son los actos de discriminación y violencia<br />

que se puedan derivar de la homofobia, sobre todo considerando<br />

que se registran en promedio unos 96 asesinatos<br />

al año y ocho al mes por esta causa desde <strong>19</strong>95<br />

en México (Comisión Ciudadana contra Crímenes de<br />

Odio por Homofobia, 2005). Así, conforme se ha ido<br />

reconociendo cada vez más el prejuicio existente hacia<br />

hombres homosexuales y lesbianas como un tópico<br />

de interés e importancia social, su evaluación se ha<br />

hecho más importante para los investigadores sociales<br />

(Herek, 2000).<br />

En México existen dos medidas de actitud en relación<br />

con la orientación sexual hacia personas del mismo<br />

sexo: la Escala de Homofobia (EHF-10) y Escala<br />

de Actitud hacia la Homosexualidad (EAH-10; Moral<br />

& Ortega, 2008, 2009; Moral & Martínez-Sulvarán, en<br />

prensa).<br />

La Escala de Homofobia (EHF-10) fue desarrollada<br />

durante la Primera Jornada Mundial de Lucha<br />

contra la Homofobia en mayo de 2005 en México, por<br />

expertos de dos organizaciones no gubernamentales:<br />

Democracia y Sexualidad, y Letra S, en conjunción<br />

con expertos del Consejo Nacional para Prevenir la<br />

Discriminación (CONAPRED). Esta escala breve (de<br />

10 reactivos) se inspiró en el estudio de Wright, Adams<br />

& Bernat (<strong>19</strong>99).<br />

Las propiedades psicométricas de esta escala EHF<br />

fueron estudiadas por Moral & Martínez-Sulvarán<br />

(2010) en una muestra aleatoria de 561 estudiantes<br />

(361 mujeres y 200 hombres) de una universidad pública<br />

de Tamaulipas. En esta investigación se aconseja reducir<br />

la escala a seis ítems (3, 5, 6, 8, 9 y 10) con una<br />

consistencia interna adecuada (α = .66), una estructura<br />

unidimensional con un ajuste a los datos de bueno<br />

(RMSSR = .03, GFI = .98, AGFI = .96) a adecuado (χ2/<br />

gl = 2.93, RMSEA = .06) por Máxima Verosimilitud,<br />

siendo esta solución invariante por género (χ2/gl =<br />

2.04, RMSSR = .05, RMSEA = .06, GPI = .99 y AGPI<br />

= .97). La distribución de la Escala de Homofobia de<br />

seis reactivos con una media de 1.51 y desviación estándar<br />

de 1.50 fue asimétrica positiva, no ajustándose<br />

a una curva normal. Presentó diferencia significativa<br />

de sexo y su correlación con la Escala de Actitud hacia<br />

la Homosexualidad (EAH; Moral &Ortega, 2008) fue<br />

moderada-alta (r = .68, p < .01).<br />

La Escala de Homofobia (EHF), con la ventaja de<br />

ser muy breve y fácil de aplicar, posee unas propiedades<br />

métricas prometedoras que requieren confirmación en<br />

muestras independientes y nuevas evidencias de validez.<br />

El presente estudio tiene como objetivos contrastar<br />

la estructura unidimensional con seis indicadores propuesta<br />

por Moral y Martínez (2010), mostrar su invarianza<br />

por sexo, calcular la consistencia interna de la<br />

escala, describir su distribución y estimar su validez<br />

convergente en relación con la Escala de Actitudes hacia<br />

Lesbianas y Hombres Homosexuales (ATLG; Herek,<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Validación de la Escala Mexicana de Homofobia EHF-6 | 81


<strong>19</strong>84). Esta última es uno de los instrumentos de medida<br />

más ampliamente empleados en el estudio de la<br />

discriminación hacia homosexuales tanto en Estados<br />

Unidos de América, donde se creó la escala, como en<br />

otros países, incluyendo México (Aguirre & Rendón,<br />

2008; Moral & Valle, 2011); de ahí que se elija como<br />

criterio de validez convergente.<br />

Método<br />

Participantes<br />

Se emplea una muestra incidental de 356 estudiantes<br />

de ciencias de la salud de una universidad privada de<br />

Monterrey. El 62% (221 de 356) está integrada por mujeres<br />

y el 38% (135 de 356) por hombres. La frecuencia<br />

de mujeres es significativamente mayor por la prueba<br />

binomial (p < .01). La media, mediana y moda de edad<br />

corresponden a <strong>19</strong> años. El 86% (306 de 356) de los<br />

participantes se declara de religión católica, 4% (15 de<br />

356) protestante y 10% (35 de 356) pertenece a otra<br />

religión. Ninguno se reconoce ateo. Todos son solteros.<br />

El 96% (342 de 356) de los participantes se define<br />

heterosexual, 2% (7 de 356) homosexual y otro 2% (6<br />

de 356) bisexual.<br />

Instrumentos<br />

Escala de Actitudes hacia Lesbianas y Hombres Homosexuales<br />

(ATLG; Herek, <strong>19</strong>84). Se compone de 20<br />

ítems, 10 para medir la actitud hacia las lesbianas y 10<br />

para medir la actitud hacia los hombres homosexuales.<br />

Los ítems directos de aceptación de la homosexualidad<br />

masculina (cuatro) y del lesbianismo (tres) son evaluados<br />

en una escala de desacuerdo (de 1 totalmente de<br />

acuerdo, a 9 definitivamente en desacuerdo) con cinco<br />

puntos de rango (1, 3, 5, 7 y 9). La suma de éstos con<br />

los restantes 13 ítems inversos proporciona un puntaje<br />

que a mayor valor refleja más rechazo. Se compone de<br />

dos factores o subescalas: actitud hacia la homosexualidad<br />

masculina (del 1 al 10) y actitud hacia el lesbianismo<br />

(del 11 al 20) (Herek, <strong>19</strong>84, <strong>19</strong>94). Se emplea<br />

la traducción al español de Cárdenas y Barrientos<br />

(2008a).<br />

En la presente muestra, los 20 ítems son consistentes<br />

(α = .94). Se define un factor de actitud hacia<br />

las lesbianas (ítems del 11 al 20) (α = .91), y dos de<br />

rechazo abierto (2, 3, 4, 6 y 10) (α = .85) y sutil (1, 5,<br />

7, 8 y 9) (α = .78) hacia los hombres homosexuales,<br />

explicando estos tres el 59% de la varianza total por<br />

Componentes Principales. La estructura de tres factores<br />

correlacionados tiene un ajuste adecuado a los datos<br />

(χ2/gl = 2.11, RMSEA = .06, GFI = .90 y AGFI = .88)<br />

y resulta invariante por género (χ2/gl = 1.71, RMSEA =<br />

.04, GFI = .85 y AGFI = .80) por Mínimos Cuadrados<br />

Generalizados (Moral & Valle, 2011).<br />

Escala de Homofobia (EHF) contiene 10 preguntas<br />

cerradas de tipo dicotómicas: sí/no (véase Tabla 1).<br />

La calificación del cuestionario consiste en asignar un<br />

punto a cada respuesta afirmativa de la pregunta 1 a la<br />

6, asignar uno a cada respuesta negativa de la pregunta<br />

7-10 y sumar los puntos acumulados. Una puntuación<br />

de 0 a 2 indica actitud respetuosa, de 3 a 5 prejuicios<br />

y de 6 a 10 homofobia.<br />

Procedimiento<br />

Las escalas son aplicadas en los salones de clases tras<br />

pedir permiso a las autoridades de la universidad,<br />

maestros, y solicitar el consentimiento informado de<br />

los participantes, explicándose en la primera hoja el<br />

propósito del estudio e identificando a sus responsables.<br />

La respuesta al cuestionario es anónima, garantizándose<br />

aparte la confidencialidad en el tratamiento<br />

de los resultados individuales. En el diseño e implementación<br />

de la investigación se observan las normas<br />

éticas de la Asociación Psicológica Americana (APA,<br />

2002).<br />

Análisis estadísticos<br />

Se realiza una primera estimación de la estructura factorial<br />

por análisis factorial exploratorio. La extracción<br />

se ejecuta por el método de Compontes Principales<br />

y la rotación de la matriz de componentes factoriales<br />

por el método Oblimín. A continuación se acude al<br />

análisis factorial confirmatorio. Se emplea el método<br />

de Máxima Verosimilitud (ML) para determinar la<br />

función de discrepancia, al ser la curtosis multivariada<br />

de Mardia menor a 70 (Rodríguez & Ruiz, 2008). Para<br />

interpretar el ajuste a los datos se eligen nueve índices,<br />

cuyos rangos de interpretación (ajuste bueno, malo o<br />

adecuado) se pueden ver en la Tabla 2 (Moral, 2006).<br />

La consistencia interna se estima por el coeficiente<br />

alfa de Cronbach. El ajuste a una curva normal de las<br />

distribuciones de la escala y factores se contrasta por<br />

82 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | José Moral de la Rubia • Adrián Valle de la O.


la prueba de Kolmogorov-Smirnov (Z K-S<br />

). Los cálculos<br />

estadísticos se realizaron con el programa SPSS16,<br />

salvo el análisis factorial confirmatorio que se ejecuta<br />

por AMOS 7.<br />

Resultados<br />

Estructura factorial y consistencia interna<br />

Con base en el criterio de Kaiser (autovalores iniciales<br />

mayores a 1) se definen dos componentes factoriales<br />

que explican el 38% de la varianza total. Tras rotar<br />

la matriz de componentes por un método no ortogonal<br />

(Oblimín), se define un primer componente integrado<br />

por seis ítems (3, 5, 6, 8, 9 y 10), que incluye contenidos<br />

actitudinales y presenta consistencia interna adecuada<br />

(α = .69), y un segundo formado por cuatro (1, 2, 4 y<br />

7), que refleja contenidos de deseo y exclusión, siendo<br />

su consistencia interna baja (α = .35) (véase Tabla 1).<br />

Si se excluyen los ítems 2 y 4 (ambos de exclusión), la<br />

consistencia interna sube .45, pero sigue siendo baja.<br />

La correlación entre los dos componentes factoriales<br />

es de .23.<br />

Por el criterio de Cattell, al considerar autovalores<br />

por encima del punto de inflexión de la curva de sedimentación,<br />

se podría definir un único componente<br />

factorial que explica el 27.83% de la varianza total.<br />

Sólo dos ítems tienen saturaciones menores a .40, pero<br />

mayores a .30 (4 y 2). Los seis ítems con mayores saturaciones<br />

corresponden al primer componente factorial<br />

de la solución bidimensional y los dos con consistencia<br />

interna más baja pertenecen al segundo componente<br />

factorial de consistencia interna baja, la cual se incrementa<br />

al eliminar los mismos (de .35 a .45) (véase<br />

Tabla 1). La consistencia interna de los 10 ítems es .70,<br />

si se elimina el ítem 2 se incrementa a .71, pero si se<br />

eliminan 2 y 4 queda en .70.<br />

Tabla 1. Matriz de patrones de la solución de dos componentes y de uno<br />

Ítems<br />

Dos*<br />

Uno<br />

C1 C2 C1<br />

9. Si un amigo o amiga me dijera que es homosexual le daría todo mi apoyo -.764 -.160 .511<br />

3. Me avergonzaría tener un hermano homosexual o hermana lesbiana .618 .228 .679<br />

6. Agrediría físicamente a una persona del mismo sexo si intentara “ligarme” .556 .082 .520<br />

10. Las parejas homosexuales tienen derecho a adoptar o criar hijos o hijas -.443 .357 .630<br />

5. Una cosa es la homosexualidad, pero vestirse de mujer o cambiarse de sexo está<br />

en contra de la naturaleza<br />

.431 .299 .567<br />

8. Acepto ver a una pareja del mismo sexo besándose -.423 .320 .660<br />

7. Puedo reconocer que he tenido sueños o fantasías eróticas con personas del<br />

mismo sexo<br />

1. La sola idea de sentirme atraído/a físicamente por personas de mi propio sexo me<br />

saca de onda<br />

-.078 -.688 .446<br />

-.031 .660 .464<br />

4. Respeto a los gays, siempre y cuando no se exhiban -.063 .554 .359<br />

2. Los gays y las lesbianas no deberían convivir con todas las personas .<strong>19</strong>6 .544 .304<br />

Suma de las saturaciones al cuadrado por columna 1.885 1.915 2.783<br />

Número de ítems con saturaciones mayores a .40 6 4 10<br />

Alfa de Cronbach .691 .351 .705<br />

Método de extracción: Componentes Principales. *Rotación: Oblimín.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Validación de la Escala Mexicana de Homofobia EHF-6 | 83


Por análisis factorial confirmatorio se contrastan tres<br />

modelos: de un factor actitudinal con seis indicadores<br />

(3, 5, 6, 8, 9 y 10), otro unidimensional de actituddeseo<br />

con ocho indicadores (1, 3, 5, 6, 7, 8, 9 y 10) y de<br />

dos factores correlacionados, uno actitudinal con seis<br />

indicadores (3, 5, 6, 8, 9 y 10) y otro de deseo con dos<br />

(1 y 7). Los modelos se estiman por el método de<br />

Máxima Verosimilitud, ya que el valor de Curtosis<br />

multivariada de Mardia es menor a 70 (3.28), incluso el<br />

valor de la kappa de Mardia se aproxima a .05 (κ =0.07)<br />

con seis ítems, siendo estos índices aún menores con<br />

ocho (1.98 y 0.02, respectivamente).<br />

El modelo con mejor ajuste es el de un factor con<br />

seis indicadores, como se esperaba, siendo sus valores<br />

de ajuste en general buenos. La hipótesis nula de<br />

ajuste se mantiene con una p > .01 (χ2 (9, N = 357)<br />

= 20.20,<br />

p = .02). El error cuadrático medio de aproximación<br />

menor a .08 (RMS EA = .06), la función de discrepancia<br />

y el parámetro de no centralidad poblacional son<br />

próximos a cero (FD = 0.06 y PNCP = 0.03), los valores<br />

de GFI, AGFI y CFI son mayores a .95 y el índice de<br />

normado de ajuste de Bentler-Bonnett es mayor a .90<br />

(NFI = .93) (véanse Tabla 2 y Figura 1). <strong>No</strong> obstante, la<br />

diferencia de ajuste no resulta significativa con el modelo<br />

de dos factores por la prueba de la diferencia de<br />

la chi-cuadrada (dχ2 (<strong>19</strong> – 10 = 9)<br />

= 37.43 – 20.20 = 17.22,<br />

p = .07). Aunque el modelo de dos factores se rechaza<br />

por la prueba chi-cuadrada (χ2 (<strong>19</strong>, N = 357)<br />

= 37.42, p <<br />

.01), los restantes índices toman valores de ajuste de<br />

buenos (FD = 0.10, RMS EA = .05, PNCP = 0.05, GFI =<br />

.97, AGFI = .95 y CFI = .95) a adecuados (NFI = .90). El<br />

ajuste del modelo unidimensional con seis indicadores<br />

sí es diferencial frente al modelo de un factor con 8 indicadores<br />

(dχ2 (20 – 9 = 11)<br />

= 55.33 – 20.20 = 35.13, p < .01)<br />

(véanse Tabla 2 y Figura 2). Por el hecho de contar el<br />

factor de deseo del modelo bidimensional sólo con dos<br />

indicadores con baja consistencia se opta por el modelo<br />

unidimensional de seis indicadores.<br />

Tabla 2. Índice de ajuste (modelos estimados por Máxima Verosimilitud)<br />

Índices de<br />

ajuste<br />

Interpretación Unigrupo Multigrupo<br />

Bueno Malo 1F-6 2F-8 1F-8 1F-6 2F-8<br />

FD < 2 > 3 0.057 0.105 0.156 0.116 0.181<br />

2 20.201 37.426 55.330 40.939 64.151<br />

gl 9 <strong>19</strong> 20 18 38<br />

p < .05 > .09 .017 .007 .000 .002 .005<br />

2/gl < 2 > 3 2.245 1.970 2.766 2.274 1.688<br />

PNCP < 1 > 2 0.033 0.051 0.101 0.065 0.074<br />

RMS EA < .05 > .08 .059 .052 .071 .060 .044<br />

GFI > .95 < .85 .981 .974 .962 .964 .958<br />

AGFI > .90 < .80 .955 .952 .932 .915 .920<br />

NFI > .90 < .80 .931 .903 .857 .862 .839<br />

CFI > .95 < .85 .959 .949 .901 .914 .924<br />

Índices de ajuste: FD = Función de discrepancia, χ2/gl = Cociente del estadístico chi-cuadrado y sus grados de libertad, p =<br />

Probabilidad de la prueba chi-cuadrada, PNCP = Parámetro de no centralidad poblacional (estimación media), RMS EA = Error<br />

cuadrático medio de aproximación, GFI = Índice de bondad de ajuste de Joreskog-Sorbom y AGFI = Índice ajustado de bondad<br />

de ajuste de Joreskog-Sorbom, NFI = Índice normado de ajuste de Bentler-Bonnett, CFI = Índice comparativo de ajuste de<br />

Bentler. Modelos: 1F-6: De un factor actitudinal: 3, 5, 6, 8, 9 y 10. 2F-8: De dos factores correlacionados de actitud (3, 5, 6, 8,<br />

9 y 10) y deseo (1 y 7). 1F-8: De un factor de actitud-deseo: 1, 3, 5, 6, 7, 8, 9 y 10.<br />

84 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | José Moral de la Rubia • Adrián Valle de la O.


tanto en hombres (.48) como en mujeres (.43), por lo<br />

que nuevamente la balanza se inclina a favor del modelo<br />

unidimensional con seis indicadores.<br />

Figura 1. Modelo de un factor con seis indicadores<br />

Figura 2. Modelo de dos factores, el primero con seis<br />

indicadores y el segundo con dos<br />

El ajuste del modelo de un factor con seis indicadores<br />

se mantiene en las muestras de hombres y mujeres, al<br />

ser contrastado por el método multigrupo. El ajuste es<br />

de bueno (GFI = .96, AGFI = .91, FD = 0.12 y PNCP =<br />

0.06) a adecuado (χ2/gl = 2.27, CFI = .91, RMSEA =<br />

.06 y NFI = .84), aunque se rechaza por la prueba chicuadrada<br />

(χ2 (18) = 40.94, p < .01). Todos sus parámetros<br />

son significativos en ambas muestras. <strong>No</strong> obstante,<br />

el ajuste es equivalente al modelo de dos factores correlacionados<br />

(dχ2 (38 – 18 = 20) = 64.15 – 40.94 =<br />

23.21, p = .28), el cual arroja también valores de buenos<br />

(GFI = .96, AGFI = .92, FD = 0.18, PNCP = 0.07<br />

y RMSEA = .04) a adecuado (CFI = .92 y NFI = .86),<br />

aún cuando se rechaza por la prueba chi-cuadrada (χ2<br />

(38) = 64.15, p < .01) (véase Tabla 2). La consistencia<br />

del factor general o primer factor de seis indicadores<br />

es alta en hombres (.72) y adecuada en mujeres (.64),<br />

pero la consistencia interna del segundo factor es baja<br />


<br />


<br />

Distribución de la escala reducida a seis ítems<br />

La media de la escala de actitud homofóbica de seis<br />

ítems es 2.53, con una desviación estándar de 1.67 y<br />

un error estándar de la media de 0.08, por lo que la<br />

estimación intervalar con un margen de confianza del<br />

95% la ubicaría entre 2.35 y 2.70. La mediana y moda<br />

coinciden en 2. La distribución es ligeramente asimétrica<br />

positiva (Sk = 0.27, EE = 0.13) y platicúrtica (K<br />

= -0.75, EE = 0.26), no ajustándose a una curva normal<br />

(Z K-S<br />

= 2.66, p < .01), es decir, se inclina hacia los<br />

valores bajos con mayor dispersión de lo esperado. La<br />

media es mayor en hombres (M = 3.05, DE = 1.76) que<br />

en mujeres (M = 2.21, DE = 1.53) (t(354) = -4.77, p<br />

< .01), manteniéndose la igualdad de varianzas entre<br />

ambas muestras por la prueba de Levene (F(221, 135)<br />

= 2.92, p = .09).<br />

Debe señalarse que en una muestra de 561 estudiantes<br />

de una universidad pública de Tamaulipas,<br />

integrada por 200 hombres (35.7%) y 361 mujeres<br />

(64.3%), la media de la escala EHF-6 fue de 1.51, con<br />

una desviación estándar de 1.50 y una mediana de 1<br />

(Moral & Martínez-Sulvarán, 2010), lo que es claramente<br />

diferencial con los actuales promedios (t(695.46)<br />

= 9.382, p


hacia la homosexualidad masculina (G-Abierto) es el<br />

más correlacionado con la escala EHF-6 (.71), seguido<br />

del factor de rechazo sutil hacia los hombres homosexuales<br />

(G-Sutil) (.69). La correlación con el factor de<br />

rechazo hacia las lesbianas es de .68.<br />

Discusión<br />

La Escala de Homofobia (EHF) se muestra consistente<br />

y de nuevo se recomienda su reducción a un único factor<br />

actitudinal con seis indicadores. El factor de deseo<br />

no sólo es inconsistente, sino que cuenta con un número<br />

insuficiente de indicadores. La escala EHF debe ser<br />

baremada por medio de percentiles, al no ajustarse a<br />

una curva normal, y también con normas diferentes<br />

para hombres y mujeres. Así estos resultados confirman<br />

los encontrados por Moral y Martínez-Sulvarán<br />

(2010) en una muestra de 561 estudiantes de una universidad<br />

pública de Tamaulipas.<br />

A pesar del rango limitado de la escala EHF en su<br />

versión de seis ítems, los valores de validez son altos<br />

para los ítems, factores y la puntuación total de la escala<br />

ATLG, incluso mejores que con la escala de actitud<br />

hacia la homosexualidad (EAH-10) de Moral y Ortega<br />

(2008), donde la correlación es menor a .70, como<br />

revela el estudio de Moral y Martínez (en prensa). Por<br />

lo tanto el presente estudio aporta nuevas evidencias<br />

de validez.<br />

Cárdenas y Barrientos (2008a), en una muestra<br />

de 142 estudiantes chilenos de psicología y economía,<br />

hallan diferencia estadísticamente significativa entre<br />

ambos grupos en la escala ATLG (reducida a un rango<br />

de cinco puntos); los 105 estudiantes de psicología promediaban<br />

más bajo (M = 2.<strong>19</strong>, SD = 0.80) que los 37 de<br />

economía (M = 2.85, SD = 1.08). Así la actitud de los<br />

estudiantes chilenos de psicología era de aceptación y<br />

la de los estudiantes de economía de indiferencia. En la<br />

presente muestra de 356 estudiantes mexicanos de<br />

ciencias de la salud la actitud, desde la escala ATLG<br />

reducida al rango de los ítems,es semejante a los estudiantes<br />

de economía chilenos (M = 4.43 en un rango<br />

de 9 puntos). Al considerar la escala de homofobia en<br />

su versión de seis ítems (EHF-6), la actitud de los estudiantes<br />

regiomontanos es de neutralidad, siendo claramente<br />

diferencial de la de aceptación de una muestra<br />

de estudiantes tamaulipecos de las facultades de ciencias<br />

sociales y humanidades (psicología, derecho, comunicación,<br />

turismo, lengua inglesa y economía). Esta<br />

diferencia en estudiantes mexicanos puede atribuirse<br />

a la influencia de aspectos religiosos e ideológicos.<br />

Diversos trabajos señalan que las actitudes negativas<br />

hacia la homosexualidad tienen una alta correlación<br />

con conservadurismo en valores (Morrison &<br />

Morrison, 2002), conservadurismo político (ideologías<br />

de derecha) (Hayes, <strong>19</strong>95; Steffens & Wagner, 2004) y<br />

religiosidad (Herek, <strong>19</strong>87). Debe destacarse que en la<br />

muestra de estudiantes de la salud de una universidad<br />

privada no hubo ninguno que se declarase sin religión,<br />

por el contrario, el porcentaje es del 13% entre los estudiantes<br />

de la universidad pública. Asimismo la adscripción<br />

a ideologías de derecha es más frecuente en<br />

la universidad privada frente a las ideologías de izquierda<br />

en la pública; de ahí que se atribuya a influencias<br />

ideológicas internalizadas en la familia y centros<br />

educativos ya desde la enseñanza pre-escolar.<br />

Como limitaciones del presente estudio debe mencionarse<br />

el carácter incidental de la muestra. Los datos<br />

sólo deben generarse a jóvenes universitarios que residen<br />

que ciudades del norte de México sin poderlos<br />

considerar estimaciones poblacionales, sino hipótesis;<br />

asimismo, la extrapolación de los resultados a jóvenes<br />

que trabajan, residentes de ámbitos urbanos y universitarios<br />

de otros estados o países hispanoparlantes<br />

requiere su contraste. Por otra parte, los datos tienen<br />

una naturaleza de autoinforme. Los resultados de validez<br />

pueden diferir con instrumentos de naturaleza<br />

proyectiva (Hegarty, 2003), de respuestas automáticas<br />

vegetativas (Adams, et al., <strong>19</strong>96) y tiempos de reacción<br />

en situaciones de coherencia semántica (Cárdenas &<br />

Barrientos, 2008b).<br />

Se recomienda el uso de la escala EHF en México,<br />

su estudio en relación con la deseabilidad social, a tal<br />

fin se pueden emplear el Inventario de Respuesta socialmente<br />

deseable de Paulhus (<strong>19</strong>98), que distingue<br />

dos factores: manejo de la impresión y autoengaño;<br />

asimismo, su investigación en muestras de otras poblaciones<br />

(por ejemplo, parejas casadas) y su estandarización<br />

por medio de percentiles desde un estudio<br />

de población general en México.<br />

86 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | José Moral de la Rubia • Adrián Valle de la O.


Referencias<br />

Adams, H. E., Wright, L. W. & Lohr, B. A. (<strong>19</strong>96). Is homophobia<br />

associated with homosexual arousal?<br />

Journal of Abnormal Psychology, 105 (3), 440-445.<br />

Aguirre, J. J. & Rendón, A. E. (2008). Aproximación a una<br />

masculinidad estigmatizada: hombres que tienen sexo<br />

con otros hombres. México: Consejo Nacional para<br />

Prevenir la Discriminación.<br />

American Psychological Association (2002). Ethical<br />

principles of psychologists and code of conduct.<br />

American Psychologist, 57 (12), 1060-1073.<br />

Barra-Almagiá, E. (2002). Influencia del sexo y de la<br />

tipificación del rol sexual sobre las actitudes hacia<br />

la homosexualidad masculina y femenina. Revista<br />

Latinoamericana de Psicología, 34 (3), 275-284.<br />

Cárdenas, M. & Barrientos, J. (2008a). The Attitudes<br />

Toward Lesbians and Gay Men Scale (ATLG):<br />

Adaptation and testing the reliability and validity in<br />

Chile. Journal of Sex Research, 45 (2), 140-149.<br />

Cárdenas, M. & Barrientos, J. (2008b). Actitudes explícitas<br />

e implícitas hacia los hombres homosexuales en<br />

una muestra de estudiantes universitarios en Chile.<br />

Psykhe, 17 (2), 17-25.<br />

Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por<br />

Homofobia (2005). Reporte de crímenes. México:<br />

Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por<br />

Homofobia.<br />

Gómez, M. M. (2007). Violencia, homofobia y psicoanálisis:<br />

entre lo secreto y lo público. Revista de Estudios<br />

Sociales, 28, 72-85.<br />

Hayes, B. (<strong>19</strong>95). Religious identification and moral attitudes:<br />

the British case. British Journal of Sociology, 46<br />

(3), 457-474.<br />

Hegarty, P. (2003). Homosexual signs and heterosexual<br />

silences: Rorschach research on male homosexuality<br />

from <strong>19</strong>21 to <strong>19</strong>69. Journal of the History of Sexuality,<br />

12 (3), 400-423.<br />

Herek, G. M. (<strong>19</strong>84). Attitudes toward lesbians and gay<br />

men: A factor analytic study. Journal of Homosexuality,<br />

10 (1/2), 39-51.<br />

Herek, G. M. (<strong>19</strong>87). Religious orientation and prejudice:<br />

A comparison of racial and sexual attitudes. Personality<br />

and Social Psychology Bulletin, 13 (1), 34-44.<br />

Herek, G. M. (<strong>19</strong>94). Assessing heterosexuals’ attitudes<br />

toward lesbians and gay men: A review of empirical<br />

research with the ATLG scale. En B. Greene y G.M.<br />

Herek (Eds.), Lesbian and gay psychology: Theory,<br />

research, and clinical applications (pp. 206-228).<br />

Thousand Oaks, CA: Sage Publications.<br />

Herek, G. M. (2000). The psychology of sexual prejudice.<br />

Current Directions in Psychological Sciences, 9 (1),<br />

<strong>19</strong>-22.<br />

Herek, G. & González, M. (2006) “Attitudes towards homosexuality<br />

among U.S. residents of Mexican descent”,<br />

The Journal of Sex Research, 43, 122-135.<br />

Kirk, K., Bailey, J., Dunne, M. & Martin, N. (2000).<br />

Measurement models for sexual orientation in a<br />

community twin sample. Behavior Genetics, 30 (4),<br />

345-356.<br />

Moral, J. (2010). Una propuesta explicativa integradora<br />

de la conducta homosexual. Revista Electrónica de<br />

Motivación y Emoción, 13 (34), 1-15. Recuperado el<br />

<strong>19</strong> de octubre de 2010, de http://reme.uji.es/articulos/numero34/article9/texto.html<br />

Moral, J. & Martínez-Sulvarán, J. O. (2010). Validación de<br />

una Escala de Homofobia creada en México. Revista<br />

Latinoamericana de Medicina Conductual, 1 (1), 99-<br />

108.<br />

Moral, J. & Martínez-Sulvarán, J. O. (en prensa). Validación<br />

de la Escala de Actitud hacia la Homosexualidad<br />

(EAH-10). Revista de Psicología Social, 26 (2).<br />

Moral, J. & Ortega, M. E. (2008). Diferencias de género<br />

en representación social de la sexualidad, así como<br />

en actitudes y conductas sexuales. Estudios sobre las<br />

Culturas Contemporáneas, 14 (28), 97-1<strong>19</strong>.<br />

Moral, J. & Ortega, M. E. (2009). Representación social<br />

de la sexualidad y actitudes en estudiantes universitarios<br />

mexicanos. Revista de Psicología Social, 24 (1),<br />

65-79.<br />

Moral, J. & Valle, A. (2011). De lo sutil y lo manifiesto en la<br />

Escala de Actitudes hacia Lesbianas y Homosexuales<br />

(ATLG) de Herek. Revista Electrónica <strong>No</strong>va Scientia,<br />

3 (2).<br />

Morrison, M. & Morrison, T. (2002). Development and<br />

validation of a scale measuring modern prejudice<br />

toward gay men and lesbian women. Journal of<br />

Homosexuality, 43 (2), 15-37.<br />

Paulhus, D. L. (<strong>19</strong>98). Manual for Balanced Inventory of<br />

Desirable Responding: version 7. (BIDR-7). Toronto,<br />

ON: Multi-Health Systems.<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | Validación de la Escala Mexicana de Homofobia EHF-6 | 87


Steffens, M. & Wagner, C. (2004). Attitudes towards lesbians,<br />

gay men, bisexual women, and bisexual men<br />

in Germany. Journal of Sex Research, 41 (2), 137-149.<br />

Verweij, K. J. H., Shekar, S. N., Zietsch, B. P., Eaves, L. J.,<br />

Bailey, J. M., Boomsma, D. I. & Martin, N. G. (2008).<br />

Genetic and environmental influences on individual<br />

differences in attitudes toward homosexuality: an<br />

Australian twin study. Behavior Genetics, 38 (3), 257-<br />

265.<br />

Fecha de recepción: Diciembre 2010<br />

Fecha de publicación: Marzo 2011<br />

88 | Psicología <strong>Iberoamericana</strong> | José Moral de la Rubia • Adrián Valle de la O.


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Humano<br />

La Ibero a la vanguardia en el posgrado de Desarrollo Humano<br />

con más de 38 años formando a los mejores promotores<br />

en esta área<br />

Ante las exigencias y problemas del siglo XXI la actualización<br />

del plan de estudios de la Maestría en Desarrollo Humano de<br />

la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México, ahora con<br />

16 materias, responde formando graduados altamente<br />

capaces de integrar en su labor profesional, social y familiar,<br />

conocimientos, valores, actitudes y herramientas de corte humanista,<br />

para resolver los retos que estos tiempos reclaman.<br />

OBJETIVO GENERAL<br />

Formar profesionales con calidad humana y académica que,<br />

a partir de su experiencia y desde una perspectiva interdisciplinar,<br />

promuevan el Desarrollo Humano de las personas y<br />

grupos en diversos ámbitos, para así avanzar en el desarrollo<br />

de sus potencialidades y en la superación de los obstáculos<br />

internos y externos con los que se enfrentan.<br />

Inscripciones: todo el año<br />

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Coordinación del Posgrado en Desarrollo Humano:<br />

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El Doctorado en Investigación psicológica busca formar investigadores<br />

competentes a nivel internacional, con el fin de desarrollar<br />

la Psicología como ciencia en áreas de investigación<br />

contemporánea que respondan a las necesidades relevantes<br />

de la sociedad y contribuyan a resolver sus problemas.<br />

El plan de estudios en dos años más tesis doctoral tiene<br />

como objetivo formar doctores en Psicología con un amplio<br />

conocimiento de las bases conceptuales y metodológicas de<br />

la disciplina, capaces de realizar investigación original, de alta<br />

Maestría en Orientación<br />

Psicológica<br />

La Maestría en Orientación Psicológica es un programa de<br />

posgrado profesionalizante diseñado para proporcionar una<br />

formación teórico-práctica en la orientación psicológica. El<br />

plan de estudios de dos años busca dar a los alumnos un<br />

entrenamiento en habilidades clínicas por medio de lecturas,<br />

discusión, prácticas e internado.<br />

Es una maestría que responde a las necesidades contemporáneas<br />

de actualización de los profesionistas dedicados<br />

al área de salud mental, que requieren de una preparación de<br />

alto nivel en las áreas de prevención, evaluación e intervención.<br />

La <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> en colaboración con la<br />

<strong>Universidad</strong> de Scranton en Pennsylvania EUA, desarrolló el<br />

programa de Maestría en Orientación Psicológica.<br />

Programa con acreditación nacional (SEP-RVOE) e internacional<br />

(CACREP).<br />

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calidad, así como de participar en la docencia del más alto<br />

nivel.<br />

Buscamos también formar investigadores con el compromiso<br />

social de vincular la generación de conocimientos a favor<br />

del desarrollo social y científico, con una actitud ética cimentada<br />

en valores que acerquen el conocimiento psicológico<br />

a la solución de los problemas y la generación del bienestar<br />

social.<br />

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Instrucciones para Autores<br />

La revista Psicología <strong>Iberoamericana</strong> del Departamento de Psicología<br />

de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, comienza una nueva etapa la cual<br />

pretende llevar a cabo un análisis crítico así como sostener una postura<br />

inter y transdisciplinaria de las temáticas que se aborden.<br />

Con este motivo, se convoca a los profesionales de la Psicología<br />

y de áreas afines, investigadores, profesores y estudiantes, a enviar resultados<br />

de investigación, artículos de reflexión, de revisión temática<br />

y/o estudios de caso, que brinden una visión crítica, de aplicación y<br />

práctica de campos de estudio de interés para la Psicología.<br />

Los trabajos susceptibles de ser publicados deberán corresponder a<br />

alguna de las líneas editoriales de la revista:<br />

1. Aportaciones de investigación, docencia y práctica profesional.<br />

2. Análisis críticos de metodologías y teorías.<br />

3. Reflexión sobre el contenido e historia de la psicología y campos<br />

afines.<br />

Los textos deberán ser inéditos y no podrán ser considerados simultáneamente<br />

para publicación en ninguna otra revista y otro medio impreso.<br />

El Consejo Editorial los someterá a dictamen Doble Ciego por<br />

Pares ante dos miembros del Comité Arbitral y, para su publicación,<br />

los dos dictámenes deberán ser aprobatorios. En caso de empate, el<br />

artículo a evaluar se someterá a un tercer dictaminador.<br />

El estilo y condiciones de las contribuciones deberán ceñirse a<br />

las normas aprobadas por el Consejo Nacional para la Enseñanza<br />

e Investigación en Psicología de México, señaladas en American<br />

Psychological Association (APA, 2001/2002). Manual de estilo de publicaciones<br />

de la American Psychological Association (3ª Ed. en<br />

Español, de la 6ª Ed. en Inglés). México: Manual Moderno.<br />

Las contribuciones deberán incluir (en español y en inglés) el<br />

título del trabajo (no mayor a 15 palabras), un resumen de entre 120<br />

y 150 palabras y cinco descriptores, elegidos con base en American<br />

Psychological Association. (2001). Thesaurus of psychological index<br />

terms (9th ed.). Washington, DC: Autor.<br />

El texto de los trabajos (a la exclusión de título, resumen y descriptores<br />

y sus respectivas traducciones, referencias, tablas y gráficas) deberá<br />

tener una extensión máxima de 15 cuartillas tamaño carta, a doble<br />

espacio, con márgenes uniformes de 2.5 cm, en procesador de palabras,<br />

formato Word, letra Arial tamaño 11.<br />

Al mismo tiempo, el autor o autores, deberán incluir su nombre<br />

completo sin nombramiento o grado académico, nombre la institución<br />

adscrita, con sus datos personales, correo electrónico y teléfonos a una<br />

nota al pié de la primera pág. Es responsabilidad del autor mantener<br />

actualizados sus datos.<br />

Las referencias no deben exceder en un 40% a ser información obtenida<br />

de Internet; así como éstas deberán pertenecer a bases de datos,<br />

revistas electrónicas o blogs informativos permanentes, no de libros o<br />

información directa de la red.<br />

Los trabajos deberán ser enviados por correo electrónico a:<br />

psicología.iberoamericana@uia.mx<br />

El esquema que se presenta a continuación pretende informarles de<br />

las distintas etapas del proceso de edición y publicación.<br />

FASES ACTIVIDADES TIEMPO<br />

RECEPCIÓN DE TEXTOS<br />

REVISIÓN DE TEXTOS POR EL EDITOR<br />

a) El editor reenvía al autor su artículo junto con los<br />

requerimientos necesarios respecto al texto.<br />

Todo el año<br />

Se manda respuesta de recibido a la semana<br />

después de haber recibido el artículo<br />

1ª CORRECCIÓN a) El autor envía el texto corregido Se espera artículo corregido.<br />

ARBITRAJE<br />

a) El artículo se somete a la revisión de dos miembros del<br />

Comité de Arbitraje<br />

Dos meses<br />

2ª CORRECCIÓN a) El autor envía el texto corregido por segunda vez 15 días<br />

CARTAS DE ACEPTACIÓN,<br />

CORRECCIÓN O RECHAZO<br />

RECEPCIÓN DE MANUSCRITOS<br />

CORREGIDOS (2ª CORRECCIÓN)<br />

ACEPTACIÓN DE PUBLICACIÓN<br />

Y CESIÓN DE DERCHOS<br />

PUBLICACIÓN<br />

a) El editor envía al autor una carta de aceptación, corrección<br />

o rechazo. En caso de que sean necesarias correcciones, se le<br />

informa al autor para que las lleve a cabo.<br />

a) El editor recibe los manuscritos y si es necesario los manda a<br />

una segunda revisión con el Comité Arbitral<br />

a) Una vez aceptado el artículo para publicación, se le solicitan<br />

al autor tres cartas de cesión de derechos en original por triplicado<br />

con firma por todos los autores.<br />

b) El editor recibe las cartas.<br />

a) Los trabajos aprobados son sometidos a una corrección final<br />

de estilo.<br />

b) Impresión y producción.<br />

c) Información por e-mail de la presentación pública y se le<br />

solicita al autor pasar por un ejemplar de cortesía.<br />

Un mes<br />

Un mes<br />

Un mes.<br />

Un mes<br />

El autor recibirá notificación sobre la decisión del Consejo Editorial y en ningún caso se devolverán los manuscritos recibidos. <strong>No</strong> existirá compromiso<br />

de publicación.<br />

La presentación de una contribución a dictamen para su publicación será considerada como cesión de los derechos de autor a la revista de<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong>.


Instructions to Authors<br />

Psicología <strong>Iberoamericana</strong>, diffusion journal of the Psychology Department<br />

at the <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> - Mexico City, addresses professionals,<br />

students and researchers in the health area. Is a published<br />

biannually and it s committed to provide the fortification of research,<br />

teaching and professional practice of psychology in it’s different approaches,<br />

by disseminating the work of scholars, practitioners and<br />

graduate students, with special emphasis on the Education System<br />

UIA-ITESO and the Iberoamerican region.<br />

The work likely to be published must pertain to any of the editorial<br />

guidelines of the journal:<br />

1. Contrubutions including qualitative or quantitative reaserch,<br />

teaching and profesional practice.<br />

2. Critical analysis of methodologies and theories.<br />

3. Reflection on the content and history of psychology and related<br />

fields.<br />

Manuscripts must be unpublished and must not have been published<br />

or submitted for publication elsewhere before appearance in this journal.<br />

The Editorial Board will submit the articles to a peer review, double<br />

blind, at least from two members of the Arbitration Committee. Both<br />

opinions should be of approval for publication, if contrary, the article<br />

would be submitted to a third reviewer.<br />

The Editorial Board will submit the articles to a peer review, double<br />

blind, at least from two members of the Arbitration Committee, 1 internal,<br />

1 external, and/or another collaborator, although he is not listed<br />

in the directory, recommended for his experience in a particular topic.<br />

The Editorial Council will submit a report by double blind pair, of<br />

at least two members of the Arbitrary Committee, one internal and one<br />

external, otherwise a third or external will be submitted to the directory<br />

from the arbitrary committee, by recommendation and experience<br />

with the particular subject.<br />

The style, conditions, and above all, the citation within the text<br />

and reference list of the submissions, are requested to adhere to the<br />

standards approved by the Consejo Nacional para la Enseñanza e<br />

Investigación en Psicología de México, mentioned in the American<br />

Psychological Association (APA, 2001/2002). Publication Style Manual<br />

of the American Psychological Association (3 rd . Ed. in Spanish; 6 th Ed.<br />

in English). Mexico: Manual Moderno.<br />

Specifically, contributions should include the article title (no more<br />

than 15 words), an abstract of 120 and 150 words and 5 key words,<br />

chosen based on the American Psychological Association, (2001).<br />

Thesaurus of Psychological Index Terms (9th ed.). Washington, DC,<br />

(In both Spanish and English). The text of the manuscript (including<br />

theoretical framework, method, results, discussion, conclusions<br />

and references) must be submitted double - spaced (excluding from<br />

this format: title, resumen, descriptores, abstract, key words, tables<br />

and/or graphics). The maximum length of the manuscript should be 15<br />

letter-size pages, with uniform margins of 2.5 cm, composed in Word,<br />

Arial font size 11 pts.<br />

References should not exceed 40% to be information obtained from<br />

the Internet, and these will belong to databases, electronic journals or<br />

blogs permanent information, not books or information directly from<br />

the web.<br />

At the same time, the author or authors, should incluye: full name<br />

without appointment or academic degree, institution of allegiance and/<br />

or department or faculty membership, mailing address, email, phone<br />

and/or fax including area code at the bottom of the first page of the<br />

document.<br />

It is the author’s responsibility to keep an updated data the editing<br />

process.<br />

Papers should be emailed to: psicología.iberoamericana@uia.mx.<br />

The author will receive notification on the decision of the<br />

Arbitration Board and the manuscripts received will not be returned<br />

under any circumstance. There will be no publishing commitment.<br />

The diagram that is presented, has the single propose of informing<br />

about the approximated times and of the different phases of the<br />

process of editing/publication.<br />

PHASES ACTIVITIES TIME<br />

TEXT RECEPTION All the year round<br />

1º REVISION OF TEXTS BY THE EDITOR a) The editor will re-send his/her article<br />

Weekly answers are send of “received”,<br />

after receiving the article<br />

1º CORRECTION a) The author forwards the corrected text One waits for the article corrected<br />

ARBITRARY<br />

ACCEPTANCE LETTERS, CORRECTED<br />

OR DECLINED<br />

MANUSCRIPT RECEPTION<br />

(2º CORRECTION)<br />

PUBLISHING ACCEPTANCE AND<br />

RELEASE FORM.<br />

Publication<br />

a) The article will be submitted to revision by two members of<br />

the Arbitrary Council<br />

a) The editor sends the author an acceptance letter, correction or<br />

declination. In case of it corrections being necessary, the author<br />

is informed so he can make them possible<br />

a) The editor receives the manuscripts, and of being<br />

necessary he sends them to a second revision with the<br />

Arbitrary Committee<br />

a) Once accepted the article for publication, its requested that<br />

the author gives three “publication release forms”, original,<br />

triplicated with signature by all authors<br />

b) The editor receives the letters<br />

a) The works that have been approved with be submitted to a<br />

final correction of style.<br />

b) Printing and Production.<br />

c) Information will be send by email about the public presentation<br />

and a request to the author to come for a free sample.<br />

Two Months<br />

15 Days<br />

1 Month<br />

1 Month<br />

1 Month<br />

The presentation of a contribution subject to evaluation for its publication will be considered as transfer of copyright to revista de Psicología <strong>Iberoamericana</strong>, for<br />

its reproduction, publication, editing, co-publishing, translation, distribution, dissemination and/or marketing for any print and/or electronic media.

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