efemerides - H. Congreso del Estado de Sonora

Septiembre 24 2007 Año 1, No 56
el apoyo para la atención de miles de damnificados. Empero, debe reconocerse que éstos
carecen de los medios suficientes para afrontar una situación de tal magnitud.
La declaración de zona de desastre en los municipios del sur de
Sonora, afectados severamente por los estragos de este fenómeno motivaron a que se
autorizara como medida de apoyo para las personas afectadas, los recursos provenientes del
Fondo Nacional de Desastres Naturales, así como la reparación de la infraestructura
carretera, activación del sector productivo primario, garantizar la salud de los afectados, etc.,
según la Coordinación Estatal de Protección Civil y el Gobierno del Estado de Sonora
estimaron daños por el monto de 798 millones de pesos, ya que salieron afectados 26
municipios de la entidad.
En algunos municipios de Sonora, como fue el caso del municipio de
Empalme, donde se entregaron los recursos del FONDEN hasta mas del año después de
ocurrido el fenómeno y otros como Huatabampo, Etchojoa, Navojoa, Cd. Obregón, los
recibieron hasta después de dos años; esta falta de sensibilidad para atender la necesidad de
nuestra gente, es ocasionado por aquellos políticos que sólo piensan y utilizan en este tipo de
contingencias para utilizar estos recursos con fines electorales y por otro lado, el Gobierno
Federal, se la pasa cacaraqueando el combate a la pobreza cuando en realidad no pasa de ser
pura palabrería.
Nuevamente hemos sufrido el embate de otro fenómeno
metereológico, por el que se declaró zona de desastre en 67 municipios de nuestra entidad,
con similares consecuencias a las ocasionadas en aquel entonces por la tormenta tropical
Juliette. Esto nos debe hacer parar oreja, para demandar que se destinen los recursos de
apoyo en tiempo y forma, y no cuando la gente ya se ha levantado por sí sola y, como
consecuencia de ello, se profundiza su marginación. Es intolerable que la federación tarde,
como en ocasiones ha sucedido hasta dos años en aterrizar el apoyo después de sufrido el
embate del fenómeno metereológico.
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