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ALGOS No 1-2014

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dad como metotrexate, leflunomida o azulfidina) y medicamentos<br />

que atacan varios puntos en la fisiopatogenia<br />

de las variantes de la AIJ, ya sea de manera comparativa<br />

entre ellos o en combinaciones aditivas.<br />

Existe la opción de empleo de medicamentos antifactor<br />

de necrosis tumoral alfa (adalimumab, infliximab<br />

y etanercept), inhibición de interlecucinas, como el anakinra,<br />

o más recientemente, dirigidos a la inhibición de<br />

interleucina-6 (con tocilizumab, el cual ha sido aprobado<br />

en la forma generalizada, aunque no todos los expertos<br />

recomiendan su empleo), o de modulación de la coestimulación<br />

de linfocitos T, como es el caso del abatacept.<br />

También se ha empleado en algunos casos gammaglobulina<br />

intravenosa.<br />

Todas estas terapias aguardan resultados concretos,<br />

en particular, cuando nos enfrentamos a las variantes diversas<br />

de la AIJ, y debe resaltarse el alto costo de las mismas<br />

antes de decidir su empleo en forma poco razonada<br />

y sustentada. En todo caso, la responsabilidad principal<br />

de los médicos de primer contacto es la referencia, lo antes<br />

posible, a los especialistas quienes decidirán el tratamiento<br />

más adecuado y a largo plazo.<br />

Es, además, de suma importancia mantener una vigilancia<br />

adecuada respecto a los efectos adversos de los<br />

medicamentos u otros comparativos en estudios adecuados,<br />

puesto que esta población, por razones intrínsecas,<br />

puede ser más vulnerable o los efectos a largo plazo de<br />

los fármacos empleados son de mayor relevancia. Como<br />

ejemplo, la vigilancia respecto al desarrollo de neoplasias,<br />

lo cual no parece tener un riesgo sustancialmente incrementado,<br />

pero debe hacerse de manera cuidadosa .<br />

al FR como importante en la separación de<br />

pacientes con determinadas características.<br />

También es definitoria para subgrupos<br />

la presencia de AAN<br />

Bibliografía:<br />

1. Tse SML, Laxer RM. New advances in juvenile spondyloarthritis.<br />

Nat Rev Rheumatol. 2012;8:269-79.<br />

2. White PH. Juvenile chronic arthritis. Clinical features. En:<br />

Klippel JH, Dieppe PA, eds. Rheumatology. Vol. 2. Londres: Mosby;1998.<br />

p 18.1-18.10.<br />

3. Jousse-Joulin S, et al. Ultrasonography for detecting enthesitis<br />

in juvenile idiopathic arthritis. Arthritis Care Res.<br />

2011;63:849-55.<br />

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treatment. Nar Rev Rheumatol. 2012;8:67-8.<br />

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N Am. 2012;59:301-27.<br />

6. Kemper AR, Van Mater HA, Coeytaux RR, Williams Jr. JW, Sanders<br />

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2012;12:29.<br />

7. Ji P, Chowdhury BA, Yim S, Sahajwalla CG. Dosing regimen determination<br />

for juvenile idiopathic arthritis: a review of studies<br />

during drug development. J Pharm Sci. 2012;101:2621-34.<br />

Algunos expertos toman en cuenta<br />

*Doctor Luis Felipe Flores-Suárez es jefe de la Clínica de Vasculitis Sistémicas<br />

Primarias del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. Revisor de<br />

4-7 Adt<br />

<strong>ALGOS</strong> Dolor y tratamiento • 27

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