tÃº - La novela corta: una biblioteca virtual

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152 Por la calle el tropel de gente. Como mares, piensa, y se sumerge al fin en esos ojos. Con las puntas de los dedos le tienta los cabellos de las sienes, y baja los brazos. Y luego entran en la casa.
<strong>La</strong> casa que arde de noche, de Ricardo Garibay, se terminó de editar el 9 de octubre de 2012. En su composición, a cargo de Guadalupe Martínez Gil, se emplearon tipos Sabon de 23 puntos.
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Ha recordado durante dos noches…
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6 alguna vez alguien pidió una bot
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8 el corazón del laberinto, la Sal
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10 gesto languidece, se entreabren
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12 —Ahora esto es de La Alazana
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14 Viejo: Nooo y La Alazana le comi
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En la tarde entran en el laberinto.
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fantástica belleza de Eleazar pare
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—Ií. —Eres tan hermoso... pero
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Esa noche Eleazar conoce a La Alaza
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y cómo y dónde venderla y comprar
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siete años después. Lo único nue
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30 bre”; después, empieza a sosp
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32 Hace la pregunta como si lo amen
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La Alazana no se da cuenta de que E
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dormidos, su paso apanterado, los e
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derecho a lo que venga o no lentras
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Y eso y la droga y la bebida y las
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44 Hombre quinto: Ái en la calle,
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46 de lo que ve pasar por la acera,
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Eleazar, David y Sara crecieron jun
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viejos. Arnulfo tenía enemigos col
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eso las personas mayores lo tentaba
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—¿Por qué me dices eso? —preg
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samos, te lo prometo, te lo prometo
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centro de una gritería, asentía l
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Eleazar viene llegando al extremo d
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La arena sisea bajo los pies pausad
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—¿Cuándo volví? Ella a su lado
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samente el rostro de Sara, extraña
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—Sí, seguro. —Dime algo, Eleaz
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Esa tarde las mujeres van a casa de
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74 con tanta ira vierte el café, q
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Eleazar regresa al Charco casi exac
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su voz, el desconcierto invisible c
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—David, buenos días. —Sara. Qu
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ñado de música y gritos, y su luc
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86 tá aquí adentro? Te digo, déj
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88 flotando en un remolino de injur
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90 Aquella otra vez nos robamos las
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92 a güevo si no yo miba, que desp
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94 seme encima, onquel Napo chico t
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96 ni vi cuándo se fue, había una
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Y así, sonriendo, ajeno a un cuent
Page 101: cuándo sucedió eso, que zumbó la
Page 104 and 105: 104 junto a la puertecilla. Sara ar
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Page 108 and 109: 108 —No, David, qué quieres que
Page 110 and 111: 110 sabía qué iba a hacer, te dij
Page 112 and 113: 112 go que, no sé, David, no sé,
Page 114 and 115: 114 debiera nada, a Napo, sólo, s
Page 116 and 117: 116 —Si es que no eras tú, Sara,
Page 118 and 119: 118 lillo, mirándola desolado, ent
Page 120 and 121: 120 —¿Qué? —Sara se le queda
Page 122 and 123: 122 Eleazar se da vuelta y se oscur
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Page 129 and 130: —¡Sé dónde te largas, padrote
Page 131: acabarse de un momento a otro, y no
Page 134 and 135: 134 sa, sedientísima, perfume y se
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