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Revista<br />
educ rnos<br />
ISSN 2007-1930<br />
Primer aniversario<br />
Año 2, núm. 5, Abril-Junio de 2012.<br />
Violencia y convivencia escolar<br />
Maltrato entre escolares:<br />
una cuestión de derechos<br />
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
El trabajo grupal para mejorar la percepción<br />
de pertenencia en el grupo y prevenir<br />
la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
Aceptación de las normas de convivencia<br />
y construcción de la masculinidad en la escuela<br />
Colaboradores<br />
Ema Arellano Muñoz Alejandro Castro Santander María Jesús Comellas Carbó Carlos Ângelo de<br />
Meneses Sousa Rayana Dias de Oliveira Marina Giangiacomo Candido Alberto Gómez Blanca<br />
Estela Hernández Cabrera Ricardo Javier Hernández Venegas María Leticia Ibarra Hernández Adriana<br />
Lira Mirta S. Lojo Suárez Claudia Maldonado Victoria Matilde Ruíz Vergara Isabel Valadez<br />
Figueroa Alejandra Lorena Valenzuela Varela Vania Vargas Valadez Norma Vergara Zeballos<br />
1<br />
Revista<br />
educ rnos
Revista<br />
educ rnos
Directorio<br />
Directora<br />
Coordinador Editorial<br />
Diseñadora<br />
Consejo editorial<br />
Universidad de Cádiz<br />
Universidad Autónoma del Estado de Morelos<br />
Universidad Nacional Autónoma de México<br />
Instituto Mexicano del Seguro Social<br />
Universidad Autónoma de Barcelona<br />
Universidad Nacional Autónoma de México<br />
Universidad Católica de Córdoba<br />
Universidad de Granada<br />
Investigadora Independiente<br />
Universidad Pedagógica Experimental Libertador<br />
Universidad de Barcelona<br />
Universidad de Guadalajara<br />
Universidad Pedagógica Nacional/Ajusco<br />
Secretaría de Educación Jalisco/Meipe<br />
María Candelaria Ornelas Márquez<br />
Jaime Navarro Saras<br />
Irma Cecilia Pérez Ornelas<br />
Víctor Manuel Amar Rodríguez<br />
Radmila Bulajich Manfrino<br />
Miguel Ángel Campos Hernández<br />
Cecilia Colunga Rodríguez<br />
María Jesús Comellas Carbó<br />
Rose Eisenberg Wieder<br />
Horacio Ademar Ferreyra<br />
Francisco Javier Hinojo Lucena<br />
Luz María Maceira Ochoa<br />
Marcela Magro Ramírez<br />
Enric Prats Gil<br />
Silvia Lizette Ramos de Robles<br />
Carmen Ruíz Nakasone<br />
María de los Ángeles Torres Ruíz<br />
Educ@rnos, Año 2, No. 5, Abril-Junio 2012, es una publicación trimestral editada por Jaime<br />
Navarro Saras, Av. Vallarta núm. 1020-7, Col. Americana, C. P. 44100, Guadalajara, Jalisco,<br />
Tel. 3334776032, http://revistaeducarnos.com/sites/default/files/<strong>educ@rnos</strong>. pdf, revistaeducarnos@hotmail.com.<br />
Editor responsable: Jaime Navarro Saras. Reservas de Derechos<br />
al Uso Exclusivo No. 04–2010-092917094600-102, ISSN 2007-1930, ambos otorgados por<br />
el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de licitud y contenido: en trámite otorgado<br />
por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría<br />
de Gobernación. Fecha de la última modificación 30 Marzo de 2012. Diseño Irma Cecilia<br />
Pérez Ornelas.<br />
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del<br />
editor de la publicación.<br />
Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación<br />
sin previa autorización de la Revista <strong>educ@rnos</strong> siempre y cuando se cite la fuente.<br />
3<br />
Revista<br />
educ rnos
Revista<br />
educ rnos
Pág.<br />
Sumario<br />
Editorial<br />
Presentación<br />
5<br />
7<br />
9<br />
Violencia y convivencia escolar<br />
Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />
Marina Giangiacomo<br />
Emociones y didáctica en el aula<br />
Ema Arellano Muñoz<br />
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
Alejandro Castro Santander<br />
Autoría, victimización y puniciones: relaciones asimétricas<br />
en la violencia escolar<br />
Rayana Dias de Oliveira, Adriana Lira, Candido Alberto Gomes y<br />
Carlos Ângelo de Meneses Sousa<br />
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia<br />
en el grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
María Jesús Comellas Carbó<br />
Aceptación de las normas de convivencia y construcción de<br />
la masculinidad en la escuela<br />
Mirta S. Lojo Suárez<br />
11<br />
21<br />
35<br />
53<br />
85<br />
105<br />
5<br />
Revista<br />
educ rnos
Inclusión e integración. Tareas por la integración para el desafío<br />
educativo actual desarrollado por equipos del Centro<br />
Cultural Red y Lazos<br />
Victoria Matilde Ruíz Vergara, Claudia Maldonado y Norma Vergara<br />
Zeballos<br />
Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en<br />
la dinámica de la violencia entre iguales en escuelas de educación<br />
secundaria de la Zona Metropolitana de Guadalajara<br />
Jalisco, México<br />
Isabel Valadez Figueroa y Vania Vargas Valadez<br />
Implementar actividades lúdicas para la autorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
Blanca Estela Hernández Cabrera<br />
115<br />
131<br />
153<br />
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno a<br />
la violencia escolar. Análisis de un centro escolar del municipio<br />
de Guanajuato<br />
Ricardo Javier Hernández Venegas<br />
Miradas a la educación<br />
Educación basada en competencias<br />
María Leticia Ibarra Hernández y Alejandra Lorena Valenzuela Varela<br />
187<br />
Reseña<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
6
Editorial<br />
Este número que ponemos hoy en tus manos representa un año de<br />
esfuerzos y colaboración constante de las personas que creemos<br />
en este proyecto, lo más fácil (por así decirlo) fue haber iniciado, lo<br />
complicado y que hemos cumplido cabalmente es seguir vigentes<br />
y en actualidad innovadora. Las revistas independientes como la<br />
nuestra tienen el mérito, entre otras cosas, de respetar los compromisos<br />
adquiridos con nuestros colaboradores y lectores, ya que<br />
gracias a su apoyo <strong>educ@rnos</strong> continúa su camino y lo seguirá<br />
haciendo mientras la producción académica y las ideas pedagógicas<br />
no se agoten.<br />
De igual manera, gracias a las redes sociales y a la comunicación<br />
que éstas generan entre las personas, el incremento de<br />
visitas a la página cada vez aumenta considerablemente. Nuestro<br />
propósito es que <strong>educ@rnos</strong> siga siendo un espacio gratuito, incluyente<br />
y democrático, en donde se puedan oír y leer todas las<br />
voces y visiones sobre la escuela, la educación y la sociedad del<br />
conocimiento.<br />
México, al igual que muchas partes de la geografía mundial,<br />
ha sufrido transformaciones en su entorno social, ya no están claras<br />
las fronteras entre las ideologías liberales y conservadoras, entre<br />
la derecha y la izquierda, entre el saber y la ignorancia. Ahora<br />
nuestros políticos y líderes son altamente pragmáticos, en sus discursos<br />
y hechos se pueden identificar sincretismos perversos. Hoy<br />
le dan valor positivo a una acción o hecho y al siguiente día deja<br />
de tenerlo.<br />
Las brújulas del bienestar social y de la calidad de vida no logran<br />
tener un punto fijo, la educación es sólo un eslabón y excusa<br />
a la hora de elaborar discursos y solicitarle el voto al ciudadano en<br />
las elecciones. En países como el nuestro los políticos demuestran<br />
una mezquindad con el presupuesto para impulsar el desarrollo so-<br />
7<br />
Revista<br />
educ rnos
cial (educación, salud, empleo), en cambio hay manga ancha para<br />
“invertir” en otros países, gastar en fuerzas armadas y policíacas,<br />
tener resultados que a nadie convencen y cuya realidad sólo enfoca<br />
a más de 50 mil muertos en menos de 6 años de gobierno y<br />
donde los analistas junto con gran parte de la población coinciden<br />
que no tendrá buen fin esta guerra absurda contra la inseguridad<br />
en un país es cada vez más inseguro.<br />
Un gobierno que traiciona el legado de Benito Juárez y de los<br />
reformistas del siglo XIX (quienes tuvieron la valentía para quitar<br />
a la Iglesia de las decisiones de gobierno y establecer un Estado<br />
Laico), un logro que costó muchas vidas y que de pronto y en aras<br />
de no arriesgar la pérdida de votos en la elección federal del 1º de<br />
julio diputados y senadores del PRI, PAN, Verde Ecologista más la<br />
parte oficialista del PRD se “amafiaron” y dieron el si para contrarreformar<br />
el artículo 24 de la Constitución; una muestra más de un<br />
pragmatismo irresponsable.<br />
La educación sigue siendo la alternativa para mejorar radicalmente<br />
las condiciones sociales de cualquier país, México no es la<br />
excepción, si se quiere llegar a eso es fundamental que se transforme<br />
la escuela pública, que deje de ser un espacio con limitados<br />
recursos y con una infraestructura del siglo XIX, profesores del XX<br />
y alumnos del XXI.<br />
Gracias por seguir con nosotros, tanto en la producción como en el<br />
consumo de lo que <strong>educ@rnos</strong> hace día con día, queremos seguir<br />
contando contigo para que juntos aportemos ideas que permitan<br />
hacer una mejor educación y como consecuencia un mejor mundo<br />
para las generaciones que están por nacer.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
8
Presentación<br />
Actualmente la vida en sociedad atraviesa por una serie de fenómenos<br />
críticos de difícil comprensión y donde sólo surgen deficientes<br />
alternativas de solución. Los agentes sociales ya no son los mismos,<br />
por aras del destino y de la noche a la mañana se encontraron con<br />
la problemática del rompimiento generacional. Por un lado los modelos<br />
rígidos de disciplina y autoridad y por otro, visiones heterodoxas,<br />
laxas y plagadas de malas y deficientes interpretaciones acerca de<br />
los valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, etcétera,<br />
los cuales han llevado a las actuales sociedades a la anarquía y al<br />
descontrol desmedido.<br />
La crisis social tiene múltiples variables explicativas, por un lado<br />
se descarga la culpa en la familia y por otro en las diversas instituciones<br />
sociales y más concretamente en las que emanan del Estado.<br />
En este contexto, el tema que nos ocupa en este número, la<br />
Violencia y la Convivencia Escolar esta enclavada en este fenómeno.<br />
No cabe duda que estos temas se pueden analizar desde múltiples<br />
variables. Descargar la culpa en un sólo grupo social es injusto,<br />
cada quien tiene su responsabilidad, tanto la familia, los actores educativos,<br />
los medios electrónicos, las autoridades, los modelos de sociedad,<br />
la injusticia, la crisis de valores, la desigualdad e inequidad<br />
social y económica, en fin: todos.<br />
Los trabajos presentados tienen como columna vertebral el<br />
Observatorio de Violencia Escolar junto con propuestas de otros<br />
académicos, el dossier lo abre Marina Giangiacomo, nos señala<br />
que a nivel mundial, la violencia entre escolares se ha convertido<br />
en objeto de estudio e intervención durante las últimas décadas.<br />
Ema Arellano Muñoz, con su propuesta, apunta que es urgente<br />
construir ambientes más seguros para aprender y más acogedores<br />
para vivir.<br />
9<br />
Revista<br />
educ rnos
Alejandro Castro, precisa que vivimos en una sociedad inmadura<br />
que se dice preocupada por los temas sociales y se implica muy<br />
poco para resolverlos, que busca culpables y los encuentra siempre<br />
en los demás.<br />
Rayana Dias de Oliveira junto con un grupo de académicos<br />
brasileños señalan que, la violencia escolar también es notable y<br />
más frecuente en las áreas donde es mayor el hiato entre las culturas<br />
adolescentes y juveniles.<br />
María Jesús Comellas (pieza vital para realizar este número)<br />
apunta que el proceso de socialización, posterior al iniciado en la<br />
familia, grupo de socialización primario, se da en gran medida, desde<br />
las <strong>primera</strong>s edades, en el contexto del centro educativo.<br />
Mirta Lojo cita que, cuando niñas y niños llegan a la escuela<br />
traen representaciones sobre el significado de ser mujer u hombre,<br />
niña o niño, de acuerdo con la socialización primaria llevada a cabo<br />
en el contexto familiar.<br />
Victoria Matilde Ruíz, Claudia Maldonado y Norma Vergara dan<br />
cuenta que, la tarea de comunicarnos, no es difícil sólo entre los jóvenes.<br />
Los adultos, padres y docentes tenemos la tarea de revisar el<br />
modo poco democrático de comunicación.<br />
Isabel Valadez y Vania Vargas citan que ante la violencia entre<br />
iguales se requieren esfuerzos cooperativos organizados que trascienden<br />
la individualidad.<br />
Blanca Estela Hernández señala que, a través de esta actividad<br />
los niños son capaces de establecer vínculos de apego con distintas<br />
figuras, siempre que éstas se muestren sensibles y cariñosas.<br />
Ricardo Javier Hernández afirma que el maltrato psicológico<br />
ocupa el primer lugar en lo que se refiere a la violencia entre iguales.<br />
Finalmente desde Miradas a la educación, María Leticia Ibarra<br />
y Alejandra Lorena Valenzuela dicen que las nuevas condiciones de<br />
calidad y competitividad no pueden obtenerse con una limitada y reducida<br />
formación.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
10
Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />
Marina Giangiacomo<br />
Maestra en Terapia Familiar. Subdirectora de Educación Secundaria<br />
de la Secretaría de Educación del Distrito Federal (SEDF).<br />
marinagiangiacomo@gmail.com<br />
Resumen<br />
Recibido 15 febrero 2012<br />
Aceptado 15 marzo 2012<br />
En los últimos años (a nivel mundial) se ha incrementado la toma de conciencia<br />
de la sociedad respecto a un problema que tiene una vieja historia: el maltrato<br />
entre escolares. En México, es ésta una forma de violencia que frecuentemente<br />
pasa desapercibida ante nuestros ojos, considerándola como episodios normales<br />
o naturales en el proceso de crecer rodeado de pares durante los años escolares.<br />
El artículo describe las acciones implementadas por la SEDF, tanto para la atención<br />
como para la prevención de dicha problemática, destacando la creación reciente del<br />
Observatorio Mexicano sobre Convivencia Escolar. Hablar de violencia en la escuela<br />
remite al cercenamiento del derecho a la educación que deberían tener todos los<br />
niños, niñas y jóvenes.<br />
Palabras clave: Observatorio, violencia, convivencia, bullying, escuela.<br />
11<br />
Revista<br />
educ rnos
Bullying… “¿Juego de niños?”<br />
Quienes trabajamos en educación, sabemos que las relaciones entre<br />
los compañeros o compañeras de la escuela pueden ser muy<br />
gratificantes y satisfactorias; pueden ser fuente importante de experiencias<br />
vitales que dejarán marcas significativas para el resto<br />
de la vida. Seguramente muchas y muchos recordaremos a algún<br />
compañero que fue solidario cuando las cosas no andaban bien, o<br />
alguna compañera de aventuras divertidas que nos hicieron crecer.<br />
Estas relaciones son básicas en la vida, construyen subjetividad en<br />
una etapa en la que las y los pares son figuras de referencia vitales.<br />
Sin embargo, a veces, dichas relaciones pueden causar daño,<br />
generando malestar y sufrimiento a todas y todos los involucrados.<br />
Afortunadamente, a nivel mundial, en los últimos años se ha incrementado<br />
la toma de conciencia de la sociedad respecto a un<br />
problema que tiene una vieja historia: el maltrato entre escolares.<br />
En México, es ésta una forma de violencia que frecuentemente pasa<br />
desapercibida ante nuestros ojos, considerándola como episodios<br />
normales o naturales en el proceso de crecer rodeado de pares durante<br />
los años escolares. “Juego de niños”, “así se llevan…” son<br />
frases que habitualmente usamos para legitimar estas prácticas<br />
violentas, desconociendo su importancia e impacto. Cuando esta<br />
situación es intencional y se hace sistemática y repetida en el tiempo,<br />
hablamos de bullying, término inglés utilizado para denominar<br />
al maltrato que se produce entre compañeros o compañeras de la<br />
comunidad educativa, expresándose en forma física, sexual, verbal,<br />
psicológica y a través de los medios tecnológicos. Además,<br />
como sucede en cualquier otra forma de violencia, la categoría de<br />
“poder” adquiere un lugar central en este fenómeno, presentándose<br />
un sustantivo desequilibrio de fuerzas entre quien ejerce y quien<br />
recibe el maltrato.<br />
Revista<br />
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12
Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />
Es así como hacia la mitad de la década de los 80, Dan Olweus<br />
(1986) –pionero en el ámbito del maltrato e intimidación entre compañeros<br />
y compañeras– desarrolló la siguiente definición de acoso<br />
escolar (bullying):<br />
“Un estudiante es acosado o victimizado cuando está expuesto de manera<br />
repetitiva a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes.<br />
Hablamos de acción negativa cuando alguien inflige, de manera intencionada,<br />
o intenta infligir malestar a otra persona” (Olweus, 1998, p. 25).<br />
A partir de esta definición –que ha ganado una aceptación considerable<br />
entre las y los investigadores y profesionales– se desprende<br />
que el fenómeno de maltrato entre escolares posee las siguientes<br />
características:<br />
• Es intencional. Es un comportamiento violento propositivo.<br />
• Es repetitivo. No se limita a un acontecimiento aislado, sino<br />
que se repite y prolonga durante cierto tiempo.<br />
• Existe un desequilibrio de fuerzas. Es una relación de poder<br />
asimétrica, en la que no hay equilibrio en cuanto a posibilidades<br />
de defensa, ni equilibrio físico, social o psicológico.<br />
• Se genera un círculo de victimización, en el que quien violenta<br />
va adquiriendo cada vez más poder y, consecuentemente,<br />
su contraparte se va sintiendo cada vez más aislada,<br />
vulnerable, desprotegida.<br />
• “Ley del silencio”, aliada principal de la violencia, que ayuda<br />
a que lo que sucede no salga a la luz.<br />
A pesar de su naturalización, sabemos que los niños y las niñas<br />
que son intimidados experimentan un sufrimiento que puede<br />
interferir con su desarrollo, así como en su rendimiento escolar,<br />
apareciendo indicadores clave como alteración en sus patrones<br />
de alimentación y sueño, cambios en el estado de ánimo, miedo a<br />
13<br />
Revista<br />
educ rnos
ir a la escuelas, golpes inexplicables, pérdida de sus pertenencias,<br />
etcétera. Por otra parte –a pesar de lo que solemos pensar–, quienes<br />
ejercen maltrato también reciben consecuencias importantes;<br />
por ejemplo, pueden ir aprendiendo conductas violentas que poco<br />
les ayudarán en el futuro y perjudicarán a las y los demás. Por último,<br />
quienes presencian actos de violencia y no hacen nada para<br />
detenerlos, comienzan a considerar que la violencia es la forma<br />
adecuada de lograr sus objetivos, aprendiendo –además– un modelo<br />
habitual de respuesta ante episodios injustos: la pasividad, el<br />
no involucramiento, porque “sino es contigo, no te metas”.<br />
Es importante también destacar que esas expresiones de violencia<br />
ponen en riesgo el derecho a la educación de niños, niñas<br />
y jóvenes. Si pensamos a dicho derecho, como un derecho multiplicador,<br />
es decir, como aquél que abre las puertas al ejercicio de<br />
otros derechos, entonces entendemos de inmediato la importancia<br />
de construir acciones que permitan erradicar la violencia en nuestros<br />
centros escolares.<br />
La lucha para erradicar la violencia pasa, en gran medida, por<br />
los códigos que construimos y compartimos entre todas y todos.<br />
Es hora –sin duda– de empezar a deconstruir aquellas creencias<br />
que legitiman prácticas injustas, en vistas de construir una cultura<br />
de paz en nuestros centros escolares. Porque en la escuela –más<br />
allá de lo académico– aprendemos a estar con otros y otras; y en<br />
tiempos revueltos como los actuales, la escuela construye, sobre<br />
todo, subjetividad, nos hace “ser y estar” en compañía de otros y<br />
otras (Bleichmar, 2008).<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
14
Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />
Una alternativa en la Ciudad de México: Programa Por una cultura de<br />
noviolencia y buentrato en la comunidad educativa.<br />
La Campaña Escuelas sin violencia surge en el contexto del Programa<br />
“Por una cultura de noviolencia y buen trato en la comunidad<br />
educativa”, de la Dirección de Educación Inicial y Básica de la<br />
SEDF.<br />
Dicho Programa cuenta con diferentes líneas estratégicas<br />
de acción que, a su vez, incluyen diversas actividades cuyo objetivo<br />
principal consiste en incidir en el clima escolar de los centros<br />
educativos del Distrito Federal, favoreciendo relaciones basadas<br />
en el buen trato y el respeto a los derechos de todas y todos<br />
los miembros de la comunidad educativa. Para ello, nos hemos<br />
planteado la apertura de espacios de educación permanente sobre<br />
la noviolencia y el buentrato entre compañeros y compañeras,<br />
que ofrezcan a la comunidad educativa y sus actores directamente<br />
involucrados (docentes, administrativos, responsables del cuidado<br />
y la crianza, alumnos, alumnas y jóvenes, organizaciones sociales y<br />
civiles, otras instituciones, gobiernos locales, etc.) espacios públicos<br />
de análisis, reflexión y acción con temas relacionados con el abordaje<br />
y atención al fenómeno en cuestión.<br />
Las líneas estratégicas son:<br />
• Campaña Escuelas sin violencia: impulsa la campaña<br />
de información y sensibilización permanente “Escuelas sin<br />
violencia”, a través de diversas actividades de promoción<br />
a la cultura del buentrato y la noviolencia activa entre los<br />
distintos actores de la comunidad educativa, a fin de incidir<br />
en la construcción de nuevas formas de interacción e interrelación<br />
más humanas, asertivas, solidarias y noviolentas.<br />
15<br />
Revista<br />
educ rnos
• Investigación: realiza un proceso de investigación sobre<br />
el fenómeno de maltrato e intimidación entre compañeros y<br />
compañeras en la Ciudad de México, a través de un estudio<br />
exploratorio con muestra representativa de educación básica,<br />
que permita la generación de datos y estadísticas acerca<br />
del fenómeno en cuestión, con la finalidad de contar con<br />
una plataforma real básica para el desarrollo de proyectos<br />
de atención y prevención a este tipo de violencia.<br />
• Intervención educativa: brinda atención integral a los diferentes<br />
actores que conforman la comunidad escolar de<br />
nivel básico, sobre el fenómeno de maltrato entre compañeros<br />
y compañeras, mediante un proceso de capacitación<br />
sobre temas relacionados con el fenómeno en cuestión que<br />
permita la transmisión de herramientas básicas de atención<br />
y reconocimiento del fenómeno mencionado.<br />
• Atención: se brinda atención psicológica a nivel individual,<br />
familiar y grupal en casos de maltrato entre escolares,<br />
desde el enfoque sistémico. Se considera vital la intervención<br />
breve en crisis, la contención emocional y elaboración<br />
de los sentimientos a partir de la vivencia de dicha forma<br />
de violencia, así como también el desarrollo de habilidades<br />
psicosociales para hacerle frente. Asimismo, contamos con<br />
el Centro de atención telefónica, al cuál se comunican los<br />
diferentes miembros de la comunidad educativa para solicitar<br />
los servicios mencionados.<br />
• Capacitación interinstitucional: se brinda capacitación<br />
sobre el tema a instituciones de gobierno y sociedad civil<br />
con objetivos afines. Asimismo, se forma parte de algunas<br />
redes de vinculación interinstitucional: la Red Nacional Por<br />
una Cultura de Paz y la Red sobre Convivencia Escolar. El<br />
Observatorio Mexicano sobre Convivencia Escolar constituye<br />
una iniciativa creada en 2011, y construida a partir del<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
16
Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />
esfuerzo de varias instituciones que trabajan a favor de la<br />
convivencia en las escuelas.<br />
Es importante aclarar que todos los servicios se dirigen a todas y<br />
todos los integrantes de la comunidad educativa, brindando atención<br />
integral e interdisciplinaria, desde un enfoque que considera a los<br />
derechos humanos, la educación para la paz, la equidad de género<br />
y los procesos de participación de niños, niñas y jóvenes, como ejes<br />
transversales sustantivos para su adecuada implementación.<br />
Observatorio mexicano sobre convivencia escolar<br />
Como fue mencionado, sumando esfuerzos interinstitucionales, la<br />
SEDF comenzó en 2008 un proceso de capacitación a escuelas,<br />
promoviendo una serie de conferencias, cursos y talleres que permitieron<br />
ir avanzando en este campo de estudio y en la intervención<br />
educativa destinada a mejorar la calidad de los sistemas educativos,<br />
a través de una línea de trabajo poco formalizada en los currículos<br />
escolares: la educación para la convivencia y la prevención de<br />
la violencia. Además, en ese mismo año, iniciamos el primer estudio<br />
exploratorio sobre maltrato e intimidación entre compañeros y<br />
compañeras, en coordinación con la Universidad Intercontinental.<br />
Estudio que, a la fecha, coloca la SEDF a la vanguardia de la investigación<br />
educativa, siendo pionera en el estudio específico de este<br />
tema en el contexto mexicano. Destaca asimismo la organización<br />
y coordinación del Seminario de reflexión permanente “Escuelas<br />
conviviendo”, desarrollado en forma mensual durante 2009, y cuyo<br />
resultado final lo constituye una publicación y un video documental<br />
sobre convivencia escolar. En 2011, organizamos el Primer Congreso<br />
Internacional sobre Bullying en México, contando con una<br />
asistencia de 800 participantes.<br />
17<br />
Revista<br />
educ rnos
Convencidos y convencidas de la importancia del estudio, atención<br />
y prevención de esta problemática, la creación durante 2011<br />
del Observatorio mexicano sobre convivencia escolar constituye<br />
una propuesta pertinente para hacer frente al fenómeno descrito<br />
con conocimientos sólidamente fundamentados en la investigación<br />
y con prácticas bien diseñadas y sostenidas para establecer canales<br />
que nos permitan aprender a convivir –uno de los pilares<br />
de la educación, según la UNESCO– en los centros escolares. La<br />
creación de un Observatorio de esta índole constituye una apuesta<br />
firme para la generación de nuevas formas de abordar la convivencia<br />
escolar, basadas en el respeto, el diálogo y el tratamiento<br />
constructivo del conflicto como parte del proceso educativo. Es ésta<br />
una iniciativa que suma esfuerzos desde diferentes trincheras: sociedad<br />
civil, universidades, asociaciones de padres y estudiantes<br />
y la propia Secretaría, trabajando para pensar y armar juntos una<br />
cultura de paz en las escuelas mexicanas.<br />
¿Qué es el Observatorio mexicano sobre convivencia escolar?<br />
El 31 de agosto, 2011 inauguramos este Observatorio, conociendo las experiencias<br />
de otros países y esbozando líneas de acciones futuras para llevar a<br />
cabo en México.<br />
Objetivo general:<br />
• Construir un espacio permanente de diálogo, investigación, atención y formación<br />
sobre convivencia escolar basada en una cultura de paz y buentrato<br />
entre los diferentes actores de la comunidad educativa y la sociedad<br />
en general<br />
Objetivos específicos:<br />
• Elaborar diagnósticos regulares sobre la situación de la violencia y convivencia<br />
en las escuelas, para contar con una plataforma sólida desde<br />
dónde iniciar acciones de atención y prevención de la violencia.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
18
Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />
• Dar alertas tempranas acerca del fenómeno de maltrato entre escolares y<br />
violencia escolar.<br />
• Fortalecimiento de las acciones existentes y el desarrollo de nuevos proyectos<br />
colectivos, propuestas y soluciones en torno a esta temática.<br />
• Fomentar el debate, la formulación de recomendaciones para el desarrollo<br />
de políticas públicas y la promoción de estrategias y acciones para prevenir<br />
y enfrentar la violencia escolar.<br />
• Creación de una red interinstitucional, con el fin de intercambiar información,<br />
saberes y experiencias para incidir en forma coordinada e integral en<br />
la problemática mencionada.<br />
• Creación de un centro de documentación especializado, que se constituya<br />
como referencia sustantiva para aquellos que deseen investigar<br />
sobre el tema.<br />
• Fortalecer los vínculos con otros países, especialmente de Latinoamérica,<br />
fomentando el intercambio y enriquecimiento mutuo en base a las experiencias<br />
locales de cada país.<br />
Abriendo el cierre: una invitación al compromiso<br />
A nivel mundial, la violencia entre escolares se ha convertido en<br />
objeto de estudio e intervención durante las últimas décadas. Sabemos<br />
con certeza que la intimidación y maltrato entre escolares<br />
constituyen un problema complejo, que requiere de la atención de<br />
la sociedad y, especialmente, de toda la comunidad escolar.<br />
Es responsabilidad y trabajo cotidiano de todos y todas trabajar<br />
para mejorar la convivencia en la escuela, promoviendo un<br />
clima escolar donde el maltrato sea considerado como inaceptable<br />
por los integrantes de la comunidad educativa y donde exista la<br />
suficiente confianza para romper el silencio y pedir ayuda cuando<br />
sea necesario.<br />
Se trata de una cuestión de derechos democráticos fundamentales<br />
por los que las y los estudiantes deben sentirse seguros<br />
y respetados en su entorno escolar. El único modo de combatir el<br />
bullying es identificar la incidencia y características del fenómeno<br />
19<br />
Revista<br />
educ rnos
en nuestras escuelas para, desde allí, emprender medidas para<br />
prevenirlo e impedirlo. La educación se erige como el medio más<br />
adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática,<br />
responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la<br />
constitución de sociedades justas y en transformación.<br />
Bibliografía<br />
Bleichmar, S. (2008). Violencia social, violencia escolar. De la<br />
puesta de límites a la construcción de legalidades. Buenos<br />
Aires: Noveduc.<br />
Olweus, D. (1998). Conductas de acoso y amenaza entre escolares.<br />
Madrid: Morata.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
20
Ema Arellano Muñoz<br />
Emociones y didáctica en el aula<br />
Doctora. Presidenta de la Fundación Observatorio Latinoamericano<br />
de Violencia Escolar. Psicoterapeuta Gestalt. Consultora.<br />
ema.arellano@gmail.com<br />
Recibido 18 Febrero 2012<br />
Aceptado 15 Marzo 2012<br />
Resumen<br />
Todas las conductas relacionales que se generan en el campo escolar son propiciadas<br />
por emociones. El campo de interrelaciones en la escuela es la principal fuente<br />
de transformación de los alumnos y, el paradigma mecanicista que por siglos ha<br />
guiado la cultura occidental y sus modelos educativos, ha ignorado que la razón y la<br />
emoción no constituyen aspectos separados de la conducta humana. La importancia<br />
de las emociones es de tal envergadura en educación y tan olvidada por el discurso<br />
pedagógico, que no es de extrañar que los docentes estén siendo superados<br />
por campos relacionales, a veces, marcados por la violencia y que superan sus posibilidades<br />
de control externo. A los docentes no se les preparó en las emociones, y<br />
se han formado siendo parte del mismo paradigma: razón y emoción son entidades<br />
distintas que a lo más hay que equilibrar; la razón es buena, la emoción es pasión<br />
y debe y quedar fuera del aula, ya que según el modelo racionalista la verdadera<br />
libertad no va con la emoción sino con es aquello que permite al ser humano hacer<br />
uso de la razón para encontrarse a sí mismo, ser autosuficiente y útil a la sociedad.<br />
A los docentes no se les formó en la integridad de estos aspectos y ello, además, ha<br />
producido estragos en su ejercicio profesional haciéndolos actuar con una especie<br />
de armadura con la que protege su emocionalidad, su integridad y su totalidad.<br />
Palabras clave: Emociones, convivencia, conducta humana, inclusión, violencia escolar.<br />
21<br />
Revista<br />
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Introducción<br />
“El corazón tiene razones que la razón desconoce”<br />
Blas Pascal<br />
En la afirmación del epígrafe, subyace la idea de la división, dándole<br />
al corazón el lugar para las emociones y a la razón la fuente o atributo<br />
del conocer, localizada, según el enfoque mecanicista, en el cerebro.<br />
Al mismo tiempo deja una duda, la razón desconoce las razones del<br />
corazón, lugar de las emociones. Hoy se ha avanzado algo y es así<br />
como ya ambas cosas, al menos, las localizan en una sola parte, el<br />
cerebro, y la compulsión a comprenderlo “racionalmente” ha hecho<br />
que especifiquen incluso el lugar, dejando ubicadas las emociones<br />
en el hemisferio derecho y la razón en el hemisferio izquierdo.<br />
Esta mirada divisionista ha marcado enormemente las emociones<br />
que genera en las personas, así los hombres “sienten” que<br />
deben usar sólo la razón y a las mujeres sí se les permite, por<br />
ejemplo. Cuántas injusticias se han cometido en nombre de esta<br />
división, los prejuicios, la discriminación, la estigmatización. La sociedad<br />
está tan impregnada de este modelo que hasta es mal visto<br />
que se hable de emociones en el mundo laboral, que se estigmatice<br />
a los hombres que reconocen sus emociones, que surjan afirmaciones<br />
de docentes como que las emociones quedan fuera del<br />
aula porque allí a lo que va es a enseñar.<br />
Misión imposible. Sino tiene conciencia de sus emociones y<br />
ellas le superan a cuanto a la conciencia de sus conductas, efectivamente<br />
es mejor que no entre al aula. Porque los docentes también<br />
necesitan haber desarrollado su alfabetización emocional, se han<br />
formado en el mismo modelo, por eso es necesario que este campo<br />
de las emociones lo trabajen también en forma personal y profesional.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
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Emociones y didáctica en el aula<br />
Las emociones<br />
Las emociones son dinámicas corporales que especifican el<br />
dominio de acción en que nos movemos (Maturana, 2007). Este<br />
autor plantea lo que guía toda conducta humana son las emociones:<br />
”los seres humanos nada hacemos que no esté definido<br />
como una acción desde una emoción que la hace posible”.<br />
Plantea que las emociones “no son oscurecimientos del entendimiento,<br />
ni son restricciones de la razón”; y que un cambio de<br />
emoción implica un cambio de acción.<br />
“La convivencia social se funda y se constituye en la aceptación, respeto<br />
y confianza mutuos, creando así un mundo común. Y en esa aceptación,<br />
respeto y confianza mutuos se constituye la libertad social. Esto<br />
es así porque la constitución biológica humana es la de un ser que vive<br />
en el cooperar y compartir, de modo que la pérdida de la convivencia<br />
social trae consigo enfermedad y sufrimiento” (Maturana, 2007).<br />
Por cierto esto es válido en la escuela, la convivencia escolar se funda<br />
y se constituye en la aceptación, el respeto y confianza entre sus<br />
miembros conformando un campo escolar que tenga una armonía tal<br />
que la convivencia escolar no sólo evite el sufrimiento y enfermedad<br />
sino al mismo tiempo otorgue la posibilidad de aprender a los estudiantes<br />
en el sentido de que sean capaces de generar soluciones<br />
creativas y no reproductivas a la información o problemas que escolarmente<br />
se le plantean.<br />
La educación lleva implicada la conformación de un campo<br />
de convivencia en el cual alumnos y profesores, (padres, familias),<br />
configuran un lugar de encuentro, acogida y respeto mutuo que,<br />
les permite descubrir, aprender y configurar su identidad; un lugar<br />
que permita el crecimiento y el desarrollo de un pensamiento que<br />
implique el reestructurar los elementos en torno a una solución<br />
23<br />
Revista<br />
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creativa (Wertheimer, 1927, Pozo, 1997) y eso lo puede hacer en<br />
un espacio de libertad, confianza y respeto mutuo.<br />
La configuración de su identidad y el aprendizaje así concebido,<br />
son los elementos peligrosamente puestos en juego en un campo<br />
relacional en donde no exista una convivencia armónica, donde<br />
falte la autorregulación y en donde las conductas de sus miembros<br />
conformen un campo de violencia interrelacional.<br />
Supongamos a un estudiante cualquiera, Juan: él configura<br />
un campo o zona de contacto entre su organismo y el ambiente<br />
desde su existencia personal, esta zona es fundamental para su<br />
desarrollo, ya que en ella va configurando su identidad; en este<br />
campo interrelacional, campo organismo-ambiente, están implicadas<br />
sus emociones y es aquí donde la consigna fundamental debe<br />
ser el respeto a sí mismo y a la existencia legítima del otro considerando<br />
que el otro puede ser uno mismo. Esto le va generando una<br />
conciencia de sus propios límites de acción, los cuales, en esta dinámica<br />
relacional son plásticos, se mueven, se flexibilizan, se van<br />
regulando, autorregulando y héterorregulando según las edades.<br />
Se va definiendo el reconocimiento de una identidad, Juan, en relación<br />
con un otro, un campo identitario personal que puede dejarse<br />
permear pero no invadir y lo mismo en relación al campo del otro.<br />
Juan aprende el reconocimiento de lo propio y de lo ajeno, el reconocimiento<br />
de aquello que puede dejar entrar, por ser propio, lo que<br />
deja entrar porque lo reconoce “amigo” y lo que no puede dejar entrar<br />
porque no es propio y reconoce que le hace daño. Este proceso<br />
de reconocimiento del campo propio, del común y del no-propio es<br />
un proceso en que las emociones están implicadas y expresadas<br />
en acciones (a nivel orgánico nuestro sistema inmunológico tiene<br />
esta sabiduría desde que nace), para este proceso requiere socialización,<br />
reflexión, observación atenta y presente.<br />
Este proceso debería ser el eje de la función pedagógica en<br />
su esencia. Aquí es donde necesita apoyo. Así se orientaría a los<br />
Revista<br />
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24
Emociones y didáctica en el aula<br />
estudiantes hacia un desarrollo autónomo, responsable, colaborativo,<br />
con respeto a sí mismo y a los otros, con respeto a las diferencias<br />
y a la consideración del otro y el reconocimiento del “nosotros”.<br />
En un contexto que parta de esta base, los estudiantes pueden<br />
descubrir, aprender geografía, matemáticas, cualquier cosa, porque<br />
está en paz y dispuesto. Sin ello hay que hacer esfuerzos técnicos<br />
por lograrlo, expresando el esfuerzo en metodologías cada<br />
vez más normativas y sin embargo cada vez más ineficaces dados<br />
los cada vez más magros resultados.<br />
¿Podría darse la violencia entre camaradas, compañeros, pares,<br />
si el eje de la educación estuviera centrado en la convivencia<br />
responsable, la confianza en sí mismo y en los demás y la conciencia<br />
de las emociones? Tal vez podríamos asistir a un fundamento<br />
para la paz, la no violencia, la no discriminación no sólo en la escuela<br />
sino extensible a otros ambientes, y si se permite el derecho<br />
a soñar, podría pensarse en una paz social.<br />
La educación y las expectativas<br />
El cuestionamiento de qué es lo que se espera de la educación ha<br />
sido tema de la pedagogía por mucho tiempo y el no dejar al azar<br />
este proceso ha producido un cuerpo de tecnologías educativas<br />
que han ido construyendo el deber ser de la pedagogía tratando<br />
de controlar el máximo de variables de esta relación. Hoy se les ha<br />
incorporado incluso a cuerpos normativos internacionales. Al sentido<br />
y significado de la educación se le ha denominado objetivos,<br />
competencias, metas; a la claridad anticipatoria, planificación, al<br />
replanteo en caso de desviaciones, evaluación, retroalimentación,<br />
todos conceptos y modelos de acción que pueden ser técnicamente<br />
elaborados, visualmente observados y numéricamente medidos.<br />
Sin ser estrictamente perversos, los mismos, han ido haciendo perder<br />
de vista que el proceso de interrelaciones implica un nivel de<br />
25<br />
Revista<br />
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complejidad que difícilmente puede darse en un modelo tecnológico<br />
de “cómo hacer las cosas en educación”.<br />
Y los medios y métodos se han convertido en fines. Lo mismo<br />
o tal vez mejor, los niños y niñas pueden aprenderlo y no necesariamente<br />
en el ámbito escolar. Internet, redes sociales, televisión<br />
producen emociones, a veces, favorables para aprenderlo en mejores<br />
condiciones. Porque la cantidad de conocimiento disponible<br />
en el mundo de hoy es un asunto que no admite grandes discusiones<br />
de modo que no es el acceso al conocimiento a través de<br />
la educación formal lo que hace necesario la institución educativa,<br />
como lo fue durante mucho tiempo, entregar conocimientos sistematizados<br />
que quedaban fuera del ámbito familiar por no contar<br />
con el suficiente espectro cultural que lo hiciera posible. Llegaba<br />
una edad en que las familias y el entorno familiar eran insuficientes<br />
para la “transmisión” y a lo largo de los años esa fue la función<br />
de la escuela, proveer, en un modelo racionalista conocimientos<br />
específicos y sistematizados, lo suficientemente divididos para la<br />
profundización y complementar, dentro del mismo modelo racional,<br />
la formación de valores, costumbres e ideal de hombre de la cultura<br />
establecida. La transmisión de una visión de mundo construido en<br />
parcelas tales que los actores no tenían mucha conciencia de que<br />
era una “visión de mundo” sino que aseveraban que “el mundo era<br />
así”. El positivismo y el racionalismo marcaron fuertemente y hasta<br />
hoy, las interrelaciones en el aula.<br />
Los efectos de esta forma de encarar y trasmitir la realidad<br />
según el modelo, y las dinámicas que se van dando en la escuela<br />
fueron lo suficientemente posibles de controlar durante mucho<br />
tiempo a través de normas de conducta en un estilo unidireccional<br />
autoritario y sin mucho sentido para los usuarios, para ir en busca<br />
de un estilo de relaciones ideal, y lo peor, si responsabilidad de<br />
los actores, sin autonomía, sin autorregulación, los actores no son<br />
percibidos como importantes. Así se van perdiendo las confianzas<br />
Revista<br />
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Emociones y didáctica en el aula<br />
básicas en el fluir de las relaciones; se les regula desde afuera,<br />
se les transforma transformando en hacedores de tareas, reproductores<br />
de saberes y cumplidores de las normas con lo que van<br />
perdiendo su esencia en la autonomía de los procesos, la conciencia<br />
de la autorregulación y la sabiduría natural de los límites de su<br />
campo. El modelo pudo funcionar para la adaptación en contextos<br />
que requerían de la tan valorada adaptación a la visión de mundo<br />
predominante.<br />
Quizás se está justo en el momento de que el síntoma de la<br />
violencia nos dé señales para replantear la educación, la formación<br />
pedagógica y la acción escolar desde una visión distinta que incorpore<br />
lo obvio y que magistralmente esta definido por Maturana (2007):<br />
“La educación es un proceso de trasformación en la convivencia”.<br />
En esta convivencia están implicadas las emociones y una de<br />
las emociones centrales, dice, es el amor.<br />
“El amor es la emoción central en la historia evolutiva humana desde<br />
su inicio, y toda ella se da como una historia en la que la conservación<br />
de un modo de vida en el que el amor, la aceptación del otro como un<br />
legítimo otro en la convivencia, es una condición necesaria para el desarrollo<br />
físico, conductual, psíquico, social y espiritual normal del niño,<br />
así como para la conservación de la salud física, conductual, psíquica,<br />
social y espiritual del adulto”.<br />
El conocimiento de sí mismo, la autoconciencia de su identidad,<br />
que no está en el cerebro sino que pertenece al espacio relacional,<br />
se da sólo en el campo relacional que se configure en la escuela.<br />
De modo que este espacio, este campo es vital para la existencia y<br />
el desarrollo emocional porque ese es el campo donde se convive,<br />
y las personas son y existen sólo en la convivencia. La armonía<br />
necesaria o resultante no significa la ausencia de conflictos entre<br />
quienes conviven en ese campo, es más, los desajustes son absolutamente<br />
necesarios para que se vayan generando respuestas nue-<br />
27<br />
Revista<br />
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vas es decir, para ir aprendiendo, transformándose esa convivencia,<br />
desarrollándose, creciendo; sin embargo, los desajustes necesarios<br />
deben ser de tal impacto que permitan la flexibilidad y que no generen<br />
quiebres irreparables en el campo relacional porque el quiebre<br />
desconecta las relaciones vinculantes, las fractura y la capacidad<br />
de las personas para re-ajustarse tiene su límite. La capacidad de resciliar<br />
tiene mucha relación con el tipo de impacto que se dé en las<br />
relaciones.<br />
Desde dónde partir<br />
El modelo económico imperante en el mundo actual es el modelo<br />
neoliberal y la confirmación más clara de que la educación se relaciona<br />
con el modelo económico, es el hecho de que las definiciones<br />
en educación, en estas décadas del nuevo siglo son tomadas por<br />
organismos económicos, por ejemplo la OECD, el Banco Mundial<br />
que financia aquello que es del interés de la economía.<br />
Ello hace necesario plantearse ¿cuál es el proyecto de país<br />
que cada nación tiene?, ¿cuál es el que se quiere?¿Y qué es lo que<br />
se desea lograr con la educación?<br />
En el mundo actual, haya o no un proyecto país, lo que impera<br />
es el modelo neoliberal que se funda en la competencia y la sana<br />
competencia no existe. La competencia es un fenómeno cultural y<br />
humano y no constitutivo de lo biológico. Como fenómeno humano la<br />
competencia se constituye en la negación del otro (Maturana, 2007).<br />
La negación del otro implica entonces una falta de amor, el<br />
lenguaje del amor no se manifiesta a través de acciones concretas<br />
de tipo consensual, y recordemos que:<br />
el amor es la emoción que implica la aceptación del otro como un legítimo<br />
otro en la convivencia, y es una condición necesaria para el desarrollo<br />
físico, conductual, psíquico, social y espiritual normal del niño,<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
28
Emociones y didáctica en el aula<br />
así como para la conservación de la salud física, conductual, psíquica,<br />
social y espiritual del adulto.<br />
Si se cultiva la emoción del amor como consecuencia tendremos<br />
ciudadanos democráticos, serios y responsables y como estarán<br />
en condiciones de aprender cualquier cosa, aprenderán matemáticas,<br />
historia, filosofía, trabajos manuales, actividades físicas, etc.,<br />
no centrados en la competencia. La competencia implica no ver al<br />
otro, negar su existencia.<br />
Nos interesa la educación de nuestros niños porque en definitiva<br />
queremos que sean felices. La felicidad está en la armonía del<br />
vivir con un sentido de respeto por sí mismo y por el otro. Se trata de<br />
crear espacio para la felicidad, para la realización mutua, en el respeto<br />
y la colaboración. Esa debería ser la tarea más importante de la<br />
educación: crear convivencia en la confianza, vivir los valores para<br />
que se formen niños capaces de tomar decisiones desde sí mismos,<br />
capaces de respetarse y respetar a los demás y capaces de aprender<br />
cualquier cosa. La educación como proceso de transformación<br />
humana en la convivencia ocurre en todas las dimensiones relacionales;<br />
en ellas no se aprende una temática sino que aprende un vivir<br />
y un convivir. Se aprende una forma de ser humano. Se es humano,<br />
no desde la genética sino desde la convivencia. La institución escolar<br />
tiene la virtud de ser un espacio de socialización privilegiado para<br />
orientarlo al cultivo de seres humanos.<br />
Los docentes<br />
Estos sujetos están es una cultura escolar que adolece de plasticidad<br />
necesaria para el aprendizaje como apropiación consciente,<br />
por la falta de espacios en que los niños puedan ser, puedan aceptarse,<br />
ejercer espacios de libertad, tolerar las pérdidas y frustraciones,<br />
y aceptar al otro en su legitimidad como cuestiones básicas.<br />
29<br />
Revista<br />
educ rnos
La plasticidad se ve reducida en tanto sus espacios estén cargados<br />
de emociones negativas, los docentes son fuente de crítica social<br />
muy dura generando lo que algunos especialistas han llamado “el<br />
profesor quemado, o el síndrome del burnout del docente” (Rabasa,<br />
2007), los directivos y los docentes, no están necesariamente<br />
preparados para las actuales demandas que no tienen mucho que<br />
ver con las demandas tradicionales de gestión escolar. Si queremos<br />
expresarlo en términos de los nuevos enfoques pedagógicos<br />
las “competencias” que van surgiendo como necesarias a desarrollar<br />
en los niños, niñas y jóvenes básicas para su desarrollo emocional<br />
y para la armonía social van claramente configurándose hacia el<br />
ámbito de lo emocional, el conocimiento de sí mismo que da origen<br />
al conocimiento de sus capacidades de responder con flexibilidad a<br />
los necesarios desajustes y no quebrarse en el intento.<br />
Creo que ese es el verdadero proceso educativo, que todos<br />
los conocimientos “nuevos”, externos que se enseñan en la escuela<br />
cobran sentido sólo si existe la condición de desarrollo personal<br />
y social para los estudiantes que finalmente sabrán qué hacer con<br />
eso nuevo. Y ese proceso no termina nunca, no importando en el<br />
nivel o edad en que se encuentre la persona. Toda la vida será un<br />
proceso de aprendizaje. Y este proceso de aprendizaje es fundamentalmente<br />
relacional. Los docentes deben aprender en sus campos<br />
relacionales, deben estar en condiciones apropiadas desde el<br />
punto de vista emocional para esta tremenda tarea. Y el juego de<br />
aprender estas habilidades relacionales resulta conmovedor e iluminador,<br />
siempre, para cada quién.<br />
Conclusiones<br />
Cada persona es única en el mundo no obstante, de depender de<br />
su ambiente para existir; y todos los seres humanos somos iguales<br />
en esencia y diferentes en el desarrollo de nuestra existencia;<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
30
Emociones y didáctica en el aula<br />
y eso es una tremenda responsabilidad, eso significa respetar la<br />
configuración de sí mismo como algo exclusivo y único y que está<br />
en continuo desarrollo en la relación con los demás y respetar a los<br />
demás como unos “otros” con existencia tan legítima como la del sí<br />
mismo, existencia que tiene la misma interdependencia, los demás<br />
existen también con mi aporte a la relación.<br />
El mundo en que vivimos es siempre y en todo momento responsabilidad<br />
de nosotros, somos responsables de “humanizar”, es<br />
decir, cuando se está en el campo de interrelaciones con vínculos<br />
con otro ya que no se es él mismo, se es humano, además ahora<br />
ambos somos responsables de los vínculos creados y de cuidarlos.<br />
Cuidarse y cuidar de los otros que forman parte del mundo<br />
que habitamos es, finalmente, una responsabilidad individual y social<br />
compartida, es cuidar como debemos cuidar el aire que respiramos,<br />
la tierra que habitamos, el espacio que compartimos, porque<br />
ese campo es vital para hacernos humanos y para crecer.<br />
La escuela, como espacio educativo o espacio de aprendizaje<br />
viene a conformar parte del crecimiento en la vida de las personas.<br />
Es en este lugar donde se debe, intencionadamente, permitir<br />
a los estudiantes ir hacia el conocimiento del sí mismo, es un lugar<br />
de cultivo de humanos. Ella debe permitir que sus miembros sean<br />
conscientes de la importancia de ese espacio social-curricular para<br />
su propio crecimiento y para el crecimiento de los demás, de manera<br />
que el respeto a la existencia del otro con un ser tan respetable<br />
como el sí mismo no surja como una norma sino como una necesitad<br />
vital para crecer y desarrollarse armónicamente.<br />
De manera que los docentes tienen una tarea hermosa y algo<br />
olvidada, antes que los resultados numéricos, generar intencionadamente<br />
un campo armónico de crecimiento en la vida de sus educandos,<br />
cuestión que pueden hacer a través de talleres relacionales que<br />
permitan el reconocerse, respetarse y aceptarse desde su darse<br />
cuenta corporal, un darse cuenta íntimo de su existencia, y un dar-<br />
31<br />
Revista<br />
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se cuenta de los demás, juegos que permitan el aprender a ponerse<br />
en el lugar del otro, a respetar al otro en la convivencia, la asertividad,<br />
de trabajo colaborativo y no competitivo, la autoconfianza,<br />
la autoestima, la resciliencia, en fin, todas aquellas habilidades socioemocionales<br />
que permiten un espacio escolar donde se aprenda<br />
a vivir en sociedad, donde se dé el cuidado y conciencia de las<br />
interrelaciones, donde los alumnos aprendan y los docentes no se<br />
“quemen”. Muchos educadores se han acercado a la Gestalt y han<br />
devuelto su mirada a lo que es fundamental para la tarea educativa,<br />
y desarrollar en ese marco sus propias habilidades emocionales.<br />
Hoy es urgente construir ambientes más seguros para aprender<br />
y más acogedores para vivir. Una verdadera escuela se construye<br />
cada día, un campo fértil para el crecimiento de quienes allí<br />
conviven, todos sin exclusión. El campo de la escuela debe ser un<br />
campo de transformación en las interrelaciones, un campo de desarrollo,<br />
un campo donde convivan sus miembros en armonía. Un<br />
campo educativo, un campo de tranquilidad, de confianza y finalmente<br />
de paz. Sin ello, no es escuela.<br />
La función socializadora de la institución escolar tiene una<br />
responsabilidad ineludible: la formación en “competencias personales,<br />
sociales y de ciudadanía, el “aprender a ser, a conocer,<br />
a hacer y a convivir” (Delors, 1996).<br />
Una educación de calidad incluye hacer niños felices y la formación<br />
de ciudadanos comprometidos con su historia y con la conservación<br />
de las libertades de una vida en democracia.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
32
Emociones y didáctica en el aula<br />
Bibliografía<br />
Castro Santander, Alejandro. (2010). Analfabetismo Emocional. Argentina:<br />
Bonun.<br />
Delors, Jacques. (1996). La educación encierra un tesoro. Barcelona:<br />
Santillana.<br />
Donoso, P. y Magendzo, A. (2000). Cuando a uno lo Molestan…<br />
Santiago de Chile: LOM Ediciones.<br />
Elliot, Michelle. (2008). Intimidación. Una guía práctica para combatir<br />
el miedo en las escuelas. México: FCE.<br />
Fridman, W. H. (1997). El cerebro móvil. De la inmunidad al sistema<br />
inmune. México: FCE.<br />
Goleman, Daniel. (1999). La salud emocional. Barcelona: Kairós.<br />
Goodman, Paul. (2006). Aquí, ahora y lo que viene. Chile: Cuatro Vientos.<br />
Maturana, H. (1984). El árbol del conocimiento. Santiago, Chile: Dolmen.<br />
―(2007). Lenguaje, educación y política. Santiago, Chile: Dolmen.<br />
Perls, F., Hefferline, R. y Goodman, P. (1951). Terapia Gestalt: Excitación<br />
y Crecimiento de la personalidad humana. CTP-4. Tercera<br />
Edición, 2006, Madrid.<br />
Rabasa, Beatriz. (2007). El profesor quemado. Síndrome del burnout<br />
docente. Madrid: Rie.<br />
Pozo, Juan. (1997). Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid: Morata.<br />
Repetto, Elvira. (Dir.). (2009). Formación en competencias socioemocionales.<br />
Libro del formador. Madrid: La Muralla.<br />
Schnake, Adriana. (2008). Enfermedad, síntoma y carácter. Madrid:<br />
Pirámide.<br />
Varela, Francisco. (2002). El fenómeno de la vida. Santiago de Chile:<br />
Dolmen Ediciones.<br />
Wheeler, Gordon. (2005). Vergüenza y soledad: El legado del individualismo.<br />
Santiago de Chile: Editorial Cuatro Vientos.<br />
Wertheimer, Max. (1927). Gestalt Theory.<br />
33<br />
Revista<br />
educ rnos
Revista<br />
educ rnos<br />
34
Alejandro Castro Santander<br />
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
Observatorio de la convivencia escolar (UCA). Cátedra UNESCO Juventud,<br />
Educación y Sociedad (UCB, Brasil).<br />
alejandrocastrosantander@uca.edu.ar<br />
Recibido 14 Febrero 2012<br />
Aceptado 15 Marzo 2012<br />
Resumen<br />
El texto presenta las realidades que se viven desde los nuevos espacios en que se<br />
mueve la comunicación humana. Entrar en los mundos virtuales donde las nuevas<br />
generaciones se mueven como peces en el agua y las generaciones que les anteceden<br />
apenas logran entender estas realidades inventadas. Vivimos en una sociedad<br />
inmadura que se dice preocupada por los temas sociales y se implica muy poco para<br />
resolverlos, que busca culpables y los encuentra siempre en los demás, que exige<br />
soluciones simples e inmediatas a problemas complejos.<br />
Palabras clave: Convivencia, violencia, consumo cultural, ciudad educadora.<br />
35<br />
Revista<br />
educ rnos
“La internet quiere que hables cortito,<br />
que escribas cortito, y que pienses cortito.”<br />
Manuel Feytas 1<br />
A partir del desarrollo sistemático Zigmunt Bauman propuso acerca<br />
del proceso de licuefacción 2 de las sociedades en su obra “Modernidad<br />
líquida” 3 , tomamos sus reflexiones para indagar la convivencia<br />
en nuestras ciudades, familias y escuelas, comunidades<br />
inestables, artificiales y quebradizas, que según el sociólogo belga,<br />
se han convertido en ámbitos del miedo, que revelan a habitantes<br />
inseguros frente a los peligros complejos y difusos, y ante la ignorancia<br />
de cómo revolverlos.<br />
Nuevos ciudadanos, esposos, hijos, alumnos, docentes, modernos<br />
individuos líquidos que en el mundo globalizado que nos<br />
toca vivir, nos encontramos más cerca que nunca el uno del otro,<br />
pero en una convivencia que se realiza entre desconocidos, real o<br />
supuestamente amenazantes. Individuos que se concentran hoy<br />
en la satisfacción que esperan de las relaciones, pero que desconfían<br />
todo el tiempo del estar relacionados 4 .<br />
Vivir… ¿juntos?<br />
Si por cultura entendemos las maneras de vivir juntos (UNESCO), la<br />
actual muestra un profundo y acelerado cambio en los modos y en las<br />
formas, de una convivencia que ha dejado de ser sencilla y serena.<br />
La familia global, como llamaba Virginia Satir a la sociedad,<br />
hoy parece pedirnos auxilio a través del hambre, las depresiones<br />
económicas y las viejas y nuevas violencias, de la misma manera<br />
que una familia disfuncional o multiproblemática manifiesta su padecimiento<br />
a través de los síntomas.<br />
Sociedad, familia y escuela son versiones ampliadas y reducidas<br />
unas de otras, pero en ellas es posible observar un conflicto<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
36
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
grave y profundo, que se origina mucho más allá del simple argumento<br />
del ritmo acelerado al que obliga la nueva modernidad. La<br />
inseguridad que parece invadir todos los espacios de encuentro, no<br />
es más que desconfianza y miedo al otro.<br />
La irracionalidad de una globalización negativa motorizada por<br />
los medios de comunicación social y las nuevas tecnologías, ha invadido<br />
todos los ámbitos, pero muy especialmente la intimidad de la familia.<br />
Así, se desarrollan en la clandestinidad, sin obstáculos, viejas y<br />
nuevas pobrezas, se proyecta la vida con metas exclusivas en lo material<br />
y se reproducen individuos incapaces de brindarse a los demás.<br />
La ola de crecimiento urbano indica que para el 2030 seremos<br />
1,800 millones de habitantes más en el mundo y que el mayor crecimiento<br />
se dará en las áreas urbanas pobres. En América Latina, el<br />
fenómeno de la urbanización se multiplicó a mediados del siglo XX<br />
por el empobrecimiento del campo y por la percepción de que era en<br />
las ciudades donde se hallaban los beneficios de la modernidad: trabajo,<br />
dinero, educación, bienes de consumo, placeres, cuidado médico,<br />
posibilidad de ascenso social, libertades, acceso a la cultura,<br />
etcétera. Fue así que en 1950 el 41.2% de la población de América<br />
Latina ya vivía en ciudades, en 1980 el 64% y hacia 1990 el 72%.<br />
Actualmente, nada parece frenar el proceso de afirmación<br />
de las llamadas ciudades globales, como en el caso de Argentina<br />
que concentra en ellas el 90% de la población, ubicándose detrás<br />
de Venezuela (94%) y Uruguay (92%), mientras que en Paraguay,<br />
sólo el 40% reside en zonas urbanas. Si bien una mayor posibilidad<br />
de acceso a los bienes de la cultura debería producir también un mayor<br />
bienestar, en ciudades atestadas de gente y donde la estructura<br />
urbana parece estar al borde del colapso, no extraña a nadie que el<br />
promedio de calidad de vida sea muy bajo.<br />
El futuro no muestra cambios significativos en las fuerzas estructurales<br />
que atraen población desde el campo a las ciudades.<br />
37<br />
Revista<br />
educ rnos
Los estudios realizados en varios países latinoamericanos indican<br />
que, ni la aplicación de políticas de inversión y promoción de actividades<br />
primarias localizadas en el campo, produciría un desplazamiento<br />
demográfico hacia las zonas rurales.<br />
La ciudad como un producto social, no era para los griegos<br />
un conjunto de individuos autónomos, sino que se concebían a sí<br />
mismos en función de su pertenencia a ella. Eran personas internamente<br />
relacionadas unas con otras y con la ciudad. Luego, el<br />
nacimiento de las grandes concentraciones urbanas trajo una sobrecarga<br />
de estímulos, que hacen actualmente de lo urbano un hecho<br />
cada vez más extraño, donde para algunos es imposible sentir<br />
la ciudad como propia porque se vuelve hostil, incómoda e insegura.<br />
Si en la ciudad medieval amurallada el peligro se hallaba extramuros,<br />
en las ciudades modernas lo peligroso se encuentra en la<br />
propia urbe, los peligrosos son otros ciudadanos. El malestar urbano<br />
está marcado por la desconfianza y la inseguridad. Sentimientos<br />
causados por el miedo al otro, hacen cada vez más difícil estar<br />
en, sentirse y ser parte de, tomar parte en… Resulta paradójico,<br />
que al hablar de globalización insistamos en que una de sus características<br />
sea la desaparición de las fronteras, mientras localmente<br />
algunos buscan refugiarse en las no siempre seguras nuevas fortalezas<br />
urbanas o castillos de lujo: casas enrejadas o barrios cerrados,<br />
vigilados y alejados.<br />
Es indudable que no se vive hoy en una ciudad como aquella<br />
que caminaron los griegos. Hoy la ciudad es otra cosa. La existencia<br />
se realiza en la casa, en el lugar de trabajo y los niños en<br />
los distintos espacios de formación, y si debemos trasladarnos, lo<br />
hacemos recorriendo temerosos las calles que nos separan temporalmente<br />
de esos espacios de pretendida seguridad. Nos sentimos<br />
vulnerables y como insinúa Bauman, en un planeta negativamente<br />
globalizado,“todos estamos en peligro y todos somos peligrosos<br />
para los demás” 5 .<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
38
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
La paradoja consiste en que aquellos que viven en la parte<br />
más desarrollada (o sea, la parte más rica y más modernizada) del<br />
mundo, son objetivamente las personas más seguras de la historia<br />
de la humanidad, y son también las que se sienten “más amenazadas,<br />
inseguras y atemorizadas, más inclinadas al pánico y más<br />
apasionadas por todo lo relacionado con la seguridad y la protección,<br />
que las personas de casi todas las demás sociedades, anteriores<br />
y actuales” 6 .<br />
Ciber-convivencia<br />
La ciudad se reinventa cada día, a través de las acciones individuales<br />
y colectivas y éstas quedan registradas en la forma urbana, que<br />
es la manera en que la ciudad se va transformando. Es aquí donde la<br />
globalización, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación,<br />
ejerce una considerable influencia ya que incrementa<br />
las relaciones a nivel mundial, acercando y modificando localidades<br />
lejanas, según su mayor o menor posibilidad de acceso.<br />
Paralelamente al proceso de globalización económica, somos<br />
protagonistas de un proceso de globalización de la cultura y de las<br />
prácticas sociales. Los medios de comunicación han contribuido<br />
para que las personas estén más integradas en el mundo y sientan<br />
que pertenecen a una comunidad donde se borran las fronteras.<br />
El sentimiento de identidad no se explica ya exclusivamente por la<br />
nacionalidad, sino también por la pertenencia comunidades virtuales<br />
o como los Hikikomori 7 , nuevos ermitaños que en permanente<br />
conexión y en una superficial comunicación, convocan individuos<br />
transnacionalizados culturalmente.<br />
Actualmente, muchos consideran que la ciudadanía que se<br />
expresa a través de internet, no es menos real que la que se manifiesta<br />
en las urnas o en las protestas. Infinidad de foros o blogs testifican<br />
que el ciudadano comprometido siempre es real y continúa<br />
39<br />
Revista<br />
educ rnos
siéndolo en todos los espacios de su vida. Lo que hoy debe ocuparnos<br />
no es la cantidad y la calidad de la información disponible en<br />
la Red, sino la capacidad de opinar, debatir y decidir responsablemente<br />
sobre el mundo en común. Ya, en 1996 Barlow presentaba<br />
en Davos su “Declaración de independencia del ciberespacio” 8 ,<br />
indicando cuales serían las diferencias y exigencias de cara a los<br />
gobiernos del mundo industrial y el mundo físico en general:<br />
Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos<br />
y resolveremos por nuestros propios medios. Estamos creando<br />
nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará según las condiciones<br />
de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.<br />
Debemos continuar profundizando acerca de los efectos de esta nueva<br />
forma on-line de estar en el mundo, ya que podría conducir a una<br />
peligrosa despersonalización o a una subjetividad compartida. El<br />
nativo digital de estas ciberciudades ha sido hasta ahora un Yo sin<br />
el Otro, sólo identificable, en algunas oportunidades, por su dirección<br />
electrónica. Pero la aparición de nuevos entornos virtuales,<br />
hacen aun más compleja esta caracterización, ya que actualmente<br />
se ofrece a los usuarios o residentes, la posibilidad de reinventarse<br />
a uno mismo y vivir otra vida a través de una figura virtual tridimensional,<br />
como en el caso de Second Life (SL) 9 .<br />
Vida on line<br />
Recordemos que en los años sesenta la UNESCO generalizó el concepto<br />
de industrias culturales, para referirse a todas las actividades de<br />
producción y comercialización, que incluye: sector editorial, artes escénicas,<br />
fonográfico, artes visuales, cine, publicidad, video, artesanías,<br />
televisión, revistas, radio y prensa. Estas industrias culturales ofrecen<br />
objetos y experiencias de consumo a través del mercado, y las incluimos<br />
en la vida cotidiana a partir de nuestros gustos y sensibilidades.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
40
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
Los consumos culturales ocupan un lugar central en la organización<br />
del tiempo libre de las personas en Latinoamérica y estudiando<br />
la forma de apropiarnos de la cultura, sobre todo a través<br />
de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC),<br />
comprendemos más acerca de cómo se han alterado y continúan<br />
modificándose las formas de ser y estar juntos.<br />
Los medios de comunicación a través de la masificación de<br />
la información, lecturas, placeres y formas de entretenimiento, han<br />
contribuido a que las personas comiencen a imaginar, sentir y desear<br />
cosas colectivamente. Consumimos imágenes que no son inocentes,<br />
ni asépticas, ni accidentales y están ahí porque otro lo ha<br />
decidido. Las imágenes ya no son sólo representaciones, sino parte<br />
de nosotros. Hoy, los padres y profesionales de niños y adolescentes,<br />
no debemos olvidar que debido a un déficit de la formación<br />
en valores estables y trascendentes, los seres humanos acríticos y<br />
con débiles convicciones, nos convertimos con facilidad en un producto<br />
de los mecanismos de poder. Construyéndonos un mundo nos<br />
construyen, nos dicen cómo actuar, qué hacer, cómo ser y cuándo<br />
es conveniente dejar de ser.<br />
Así como el cineasta Federico Fellini, quien veía en la televisión<br />
el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema<br />
cultural, hoy debemos estar atentos sobre los peligros y desafíos<br />
que involucran las nuevas formas de acceder a la cultura.<br />
Los medios de comunicación apoyados por las TIC, buscan<br />
optimizar la comunicación humana, pero también sumergen a niños<br />
y adolescentes precozmente en un mundo, que reservado hasta no<br />
hace mucho con cierta exclusividad a los mayores, hoy paradójicamente<br />
los muestra participando en esferas culturales y sociales<br />
que a los adultos les resultan poco familiares (chats, blogs, buscadores<br />
de emociones, redes sociales, mundos virtuales, etcétera).<br />
Ni la ciencia ni la tecnología son neutras, y como es de suponerse,<br />
estas nuevas y muy diversas formas de acceso a las lla-<br />
41<br />
Revista<br />
educ rnos
madas nuevas pantallas (videojuegos, internet y telefonía móvil), al<br />
ser parte constitutiva de la misma sociedad, no presentan una vida<br />
on line distinta de la off line.<br />
Internet ocupa un lugar muy importante en el intercambio de<br />
información y de conocimientos, pero según UNESCO, los usuarios<br />
de Internet no superan el 5% de los seres humanos que habitan<br />
el planeta. Para aprovechar los beneficios de internet se requiere<br />
en primer lugar saber leer y escribir y 1.000 millones de personas<br />
todavía son analfabetas (dos tercios son mujeres). Para poder desarrollarse,<br />
internet necesita electricidad y la tercera parte de la<br />
humanidad no la tiene, de la misma forma que es imprescindible<br />
para conectarse contar con una línea telefónica y la mitad de la<br />
humanidad no tiene teléfono. En definitiva, internet sólo va a beneficiar<br />
a los países que disfrutaron de la anterior revolución tecnológica<br />
y que les proporcionó las infraestructuras.<br />
No olvidemos que el ciberespacio que hoy navegamos no<br />
nace por razones filantrópicas, sino de y como un negocio, y es<br />
así como continúa evolucionando en términos generales. Se hacen<br />
cada vez más notorias las disputas entre las compañías de telecomunicaciones<br />
por el control de las redes, la fusión de los macroservidores,<br />
la defensa de las patentes privadas, el hostigamiento contra<br />
el software libre, etc., y esto es así porque los poderes económicos<br />
transnacionales saben que cada vez obtendrán más ganancias.<br />
Mientras citamos la cifra difundida hace pocos años por<br />
UNESCO, referida a que los usuarios de internet en nuestra región<br />
no pasaban de un dígito, la compañía venezolana Tendencias Digitales<br />
realizó una investigación de mercados sobre los hábitos de<br />
uso de internet en Latinoamérica. Se analizaron 12,076 entrevistas<br />
en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú,<br />
Puerto Rico y Venezuela y en su informe conocido en abril de 2007,<br />
aseguraba que Latinoamérica se ubica ya en el promedio mundial<br />
de penetración y que los usuarios de internet son más de 85 millo-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
42
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
nes (15.35%), significando un crecimiento en los últimos seis años<br />
del 433%.<br />
Finalizando el año 2007 se conocieron más datos sobre el<br />
ya indiscutible crecimiento de internet, a través de los resultados<br />
del estudio sobre las generaciones interactivas en Latinoamérica,<br />
la mayor investigación sobre el uso de las TIC en niños y adolescentes<br />
que se ha hecho hasta la fecha y la <strong>primera</strong> que integra<br />
las distintas tecnologías disponibles para ellos: telefonía celular,<br />
Internet, videojuegos y televisión. El estudio, impulsado por Telefónica<br />
y desarrollado por la Universidad de Navarra y EducaRed 10 ,<br />
encuestó en su <strong>primera</strong> fase a 21,774 escolares de entre 6 y 18<br />
años pertenecientes a 160 escuelas de Argentina, Guatemala, Colombia,<br />
México, Brasil, Chile, Perú y Venezuela. Estos escolares<br />
latinoamericanos entrevistados poseían en un 95.8% al menos una<br />
computadora y un 82.9% utilizaban internet en casa, y a pesar del<br />
reinado de la televisión (por tiempo dedicado y por número de televisores<br />
en los hogares), eligieron en primer lugar navegar en la Red.<br />
En general internet es un bien, como lo es la imprenta, el teléfono<br />
y la televisión; es un avance tecnológico que admite un buen<br />
uso y un mal uso, un uso experto y un uso inexperto. Es también un<br />
gran desafío educativo, en una época en la que se realizan muchos<br />
progresos que no siempre van acompañados de la sabiduría y la<br />
prudencia necesarias. Cuando estos adelantos se gobiernan adecuadamente,<br />
pueden generar un bien para toda la sociedad. En caso<br />
contrario, acaban favoreciendo su corrupción y empobrecimiento.<br />
Anónimos violentos<br />
En todos los tiempos, el ser humano ha sabido sacar provecho de<br />
los adelantos científicos y técnicos, y también, ha hecho mal uso.<br />
Por cada gran desarrollo que beneficia al hombre, encontraremos<br />
un uso para la guerra, el crimen y el sufrimiento de la misma hu-<br />
43<br />
Revista<br />
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manidad. El hombre violento siempre se las ha arreglado para potenciar<br />
los efectos destructivos contra el otro, haciendo uso de las<br />
tecnologías a su alcance.<br />
¿El padecimiento de algunos estudiantes, comienza al entrar<br />
en la escuela y finaliza a la hora de salida? La realidad nos está<br />
indicando que no. El amplio uso de los celulares y de internet ha<br />
dado lugar a nuevas modalidades de violencia y acoso. Las víctimas<br />
hoy son atacadas cara a cara dentro de la escuela y también<br />
fuera de ella, a través de las nuevas tecnologías que hoy están a<br />
disposición de los chicos.<br />
Sabemos que los adolescentes no sólo se sienten tremendamente<br />
atraídos por todo lo relacionado con las nuevas tecnologías,<br />
sino que además las manejan muy bien. Así es que los jóvenes con<br />
una personalidad agresora también se valen de esos medios para<br />
abusar de sus compañeros y de sus docentes.<br />
El maltrato y formas de violencia indirecta mediante SMS, correos<br />
electrónicos anónimos, redes sociales, páginas web difamatorias<br />
o que alojan videos (YouTube), son cada vez más habituales<br />
y se han convertido en una de las armas preferidas a la hora de<br />
burlarse, atemorizar, y en definitiva, buscar la forma de dañar a sus<br />
compañeros.<br />
En una videoconferencia del sociólogo polaco Bauman realizada<br />
en Buenos Aires el 26 de octubre de 2010, expresó: “Las<br />
redes sociales, a diferencia de las relaciones humanas, son muy<br />
frágiles. Para conectarse con otro, se necesitan 2 personas, pero<br />
para desconectarse con uno es suficiente. Es el aspecto desagradable<br />
de la Red. Uno puede tener muchos amigos pero son amigos<br />
poco confiables”. 11<br />
Sea la violencia esporádica o el acoso por internet, los agresores<br />
pueden ser anónimos y los ataques se hacen desde un sitio<br />
distante y seguro. Algunos estudios muestran que muchas de las<br />
víctimas de la ciber-violencia nunca han sufrido la experiencia cara<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
44
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
a cara, lo que limita la capacidad de los colegios de controlar o parar<br />
estos hechos que tienen lugar fuera de su entorno.<br />
Los casos aumentan, los autores no imaginan el daño psicológico<br />
que infligen a la víctima y los padres se desesperan porque<br />
no saben cómo hacer para que no se difundan las fotos o frenar los<br />
videos que circulan. Los niños expresan que preferirían tener un ojo<br />
morado o un brazo roto a sufrir los rumores o las burlas en masa.<br />
Hacer desaparecer fotos o un video en internet, requiere de<br />
una autorización judicial para que se rastree el archivo y dé con<br />
la persona que lo “colgó”. Luego hay que hablar con el respectivo<br />
portal de internet y pedirle que lo quiten. Pasan semanas hasta que<br />
el archivo desaparezca. Además, cualquiera puede guardar el documento<br />
en su computadora, y por supuesto, la violencia continúa.<br />
En aquellos lugares que se han visto desbordados por esta<br />
nueva forma de ejecutar agresiones, la persecución a la ciber-violencia<br />
ha quebrado en muchos estados de Norteamérica la delgada<br />
línea que protege la privacidad individual. Algunos contratos<br />
educativos desde los primeros años de la educación primaria de este<br />
país, ya indican que el colegio podrá observar todo el uso que se deéa<br />
la computadora, ya que los estudiantes no deberían asumir que cualquier<br />
cosa que hagan en la red es privado.<br />
En realidad esto es muy difícil de realizar sino se cuenta con<br />
la ayuda de las empresas informáticas. De la misma forma, sino<br />
existe un consenso social sobre este tema es muy difícil esperar<br />
soluciones. Esto se ve en aquellos adultos que rechazan este tipo<br />
de medidas, ya que consideran que dos adolescentes se digan cosas<br />
repugnantes, forma parte del proceso de madurez.<br />
En general, cada vez más se acepta la idea que el problema<br />
principal radica en el anonimato que invade la vida online y<br />
que nos lleva a mostrar nuestra cara más desagradable, a sacar el<br />
monstruo que todos llevamos dentro. Por eso, muchas empresas<br />
45<br />
Revista<br />
educ rnos
cada vez son más exigentes e impiden el acceso a sus servicios a<br />
aquellos usuarios que no estén identificados; dicen: Cuando saben<br />
quiénes somos, nos portamos mejor.<br />
Actualmente, muchos programadores se han puesto trabajar<br />
al respecto y dicen estar desarrollando programas que detectan<br />
insultos y otras amenazas. Sin embargo, creemos que será necesario<br />
algo más para evitar el desafío que implica la ciber-violencia.<br />
Estamos convencidos que las estrategias deberán ser educativas.<br />
El ciudadano moderno de un ser que habita, ha pasado a ser<br />
alguien que simplemente ocupa un espacio, en una ciudad donde<br />
la realidad, como en la metáfora de Bauman, es fluida, cambiante.<br />
Así, irrumpe el hombre en grandes metrópolis que continúan prometiéndole<br />
la felicidad, y fascinado, permanece incomunicado o mal<br />
acompañado por otros hombres, a los que teme y con quienes en un<br />
ambiente de recíproca disfonía, no desea ni sabe cómo relacionarse.<br />
En esta cultura del desencanto, el hombre mutilado de aquellos<br />
vínculos que siempre fueron estructuras protectoras y portadoras de<br />
sentido, se siente hoy más solo, más vulnerable y más indefenso<br />
que nunca. La ciudad moderna masifica, por una parte nivelando las<br />
personalidades y por otra, hace que el hombre reaccione con un individualismo<br />
extremo, llevándolo a que se repliegue e intente proteger<br />
su personalidad y sus intereses. La peor de las alienaciones,<br />
diría Baudrillard, no es ser despojado por el otro, sino estar despojado<br />
del otro.<br />
Convivir en una ciudad posible<br />
“…la superficie del planeta en el que vivimos no permite una dispersión<br />
infinita, y a fin de cuentas todos tendremos que aprender a ser buenos<br />
vecinos por el simple hecho de que no tenemos otro sitio a dónde ir”. 12<br />
Zygmunt Bauman<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
46
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
La cultura del narcisismo ha contribuido al crecimiento desequilibrado<br />
del yo y al enanismo del otro. Cuando la persona sitúa su centro<br />
en sí misma, se problematiza y con su yo enorme experimenta el<br />
aislamiento social, el vacío, la violencia y la huida de sí, a través de<br />
desórdenes, trastornos o del abuso de ansiolíticos, alcohol, sexo,<br />
videojuegos, computadoras, etcétera.<br />
Pero como la naturaleza de los seres humanos es abierta,<br />
con un centro que se sitúa siempre fuera de sí mismo, poner el eje<br />
de la vida en los otros, ayuda a rehumanizar y a recuperar la estructura<br />
interna de la persona, a la vez que consolida y robustece<br />
la salud de todos.<br />
En numerosas oportunidades hemos visto personas superar<br />
situaciones extremas ayudando a los demás a superar las suyas.<br />
Esto puede suceder, porque es en el nosotros donde la persona<br />
consigue sanarse y ser verdaderamente feliz, y a partir de este<br />
necesario reencuentro del hombre consigo mismo a través de los<br />
otros, es que también nos sentimos esperanzados en la transformación<br />
de nuestras sociedades.<br />
Partiendo de una concepción amplia donde la educación de<br />
la convivencia no quede reducida a la familia y a la escuela, todas<br />
las ciudades son espacios educativos y todos sus habitantes son<br />
agentes educativos, en la medida en que se relacionan los unos<br />
con los otros comunicando valores y actitudes.<br />
La ciudad se convierte así, en el lugar idóneo para trabajar<br />
desde una nueva perspectiva, que responde a las demandas educativas<br />
de una sociedad en profundo y permanente cambio. La<br />
educación debe facilitar que los ciudadanos aprendan a vivir bien y<br />
cercanos en una ciudad que agrede y aísla. Para eso la ciudad tiene<br />
que transformarse, de un simple escenario en el que intervienen<br />
los diferentes agentes educativos, a ser ella misma un agente educativo<br />
que incida activamente en la educación de sus habitantes.<br />
47<br />
Revista<br />
educ rnos
En 1972 un equipo de especialistas en educación dirigidos<br />
por Edgar Faure, recibió el encargo de la UNESCO de reflexionar<br />
acerca de cómo tenía que entenderse la educación en un futuro<br />
próximo. Así surgió la obra “Aprender a Ser” en la cual se proponía<br />
no dejar reducida la educación al solo ámbito de la escuela, sino<br />
extenderla a los espacios públicos de la ciudad.<br />
El concepto de Ciudad Educadora surge de la necesidad de<br />
reactivar las posibilidades educativas y socializadoras de la ciudad,<br />
sobre todo cuando se desdibujan y reconfiguran instituciones de socialización<br />
y cohesión social como la escuela y la familia, y prosperan<br />
nuevas prácticas de aprendizaje y socialización, como pueden<br />
ser los medios de comunicación. Ya no es posible considerar que la<br />
educación de los niños, los jóvenes y la ciudadanía en general es<br />
única y exclusiva responsabilidad de los agentes tradicionales (estado,<br />
familia y escuela), sino también del municipio, de las asociaciones,<br />
del tejido productivo y comercial, en fin de toda la sociedad.<br />
Cuando hablamos de ciudad educadora, no se trata solamente<br />
de organizar actividades educativas aisladas u ocasionales sino<br />
de constituir un ambiente ciudadano educativo. Estamos entonces<br />
ante un nuevo paradigma educativo en el cual, el concepto educación<br />
sobrepasa la escuela, tanto en lo referente al espacio (con múltiples<br />
agentes socializadores), como al proceso (a lo largo de la vida).<br />
La ciudad informalmente educa a través de su “personalidad”<br />
y en ella se puede aprender de manera espontánea cultura y civismo,<br />
pero también puede ser un espacio generador de agresividad,<br />
marginación, insensibilidad, consumismo desmesurado, indiferencia,<br />
etcétera. Si pudiéramos medir el grado de educabilidad de una<br />
ciudad, deberíamos tomar como indicadores, no sólo la calidad de<br />
sus escuelas, sino también el resto de las instituciones y medios<br />
que generan formación y analizar cómo interactúan.<br />
Pensar la ciudad en clave pedagógica supone identificar y<br />
comprender la lógicas y prácticas educativas propias de la ciudad.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
48
Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />
Cualquier ciudad, sin importar su tamaño o grado de desarrollo,<br />
posee diversas estrategias de formación, y los aprendizajes que<br />
se ofrecen forman parte de un proceso educativo que integra su<br />
currículo oculto.<br />
La ciudad que educa presta especial atención a los niños.<br />
No se trata de hacer espacios públicos infantiles, sino de darles<br />
a los niños su espacio. Si la ciudad es buena para ellos, también<br />
lo será para los ancianos, los minusválidos y los inmigrantes. El<br />
pedagogo italiano Francesco Tonucci con su proyecto de “Ciudad<br />
de los niños”, propone que en cada intervención o proyecto que se<br />
proponga en la ciudad, bajemos los ojos y miremos desde la altura<br />
de los niños para no perder de vista a nadie.<br />
Siempre somos nosotros<br />
Insiste Bauman en todas sus obras, que la moderna soledad e inseguridad<br />
de las personas, tienen su origen en la evidencia de que<br />
todo lo seguro se desvanece y que los demás son extraños peligrosos<br />
de quienes hay que protegerse. Es lamentable que la respuesta<br />
política, busca demagógicamente con más policía resolver<br />
el creciente miedo al otro, cuando deberíamos repensar algunos<br />
presupuestos de nuestras comunidades domésticas y comunidades<br />
educativas, principalmente en el ámbito de los valores y el respeto<br />
a las normas.<br />
Vivimos en una sociedad inmadura que se dice preocupada<br />
por los temas sociales y se implica muy poco para resolverlos, que<br />
busca culpables y los encuentra siempre en los demás, que exige<br />
soluciones simples e inmediatas a problemas complejos. Como<br />
sociedad exigimos que las fuerzas de seguridad y el peso de la<br />
ley caigan sobre el violento. Pero, Como recuerda Bauman, “este<br />
mundo en que habitamos está ‘hecho por humanos’, por lo que, en<br />
principio, los humanos pueden rehacerlo”. 13<br />
49<br />
Revista<br />
educ rnos
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sociales y comerciales. Organización Panamericana de la Salud.<br />
Minuchín, Salvador y Nichols, Michael. (1994). La recuperación de<br />
la familia. Barcelona: Paidós.<br />
Tocqueville, Alexis de. (1935). La democracia en América. Madrid:<br />
Alianza Editorial.<br />
UNFPA. (2007). Crecer en las ciudades. Estado de la población<br />
mundial 2007. Fondo de Población de Naciones Unidas.<br />
Notas<br />
1<br />
Periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia<br />
y comunicación estratégica. En Internet: http://www.iarnoticias.com/2011/<br />
secciones/contrainformacion/0049_internet_y_mercado_01jul2011.html<br />
2<br />
Bauman utiliza la liquidez como figura del cambio y de la transitoriedad de<br />
mercados o vínculos humanos, expresando que los sólidos conservan su forma<br />
y persisten en el tiempo, mientras que los líquidos son informes y se transforman<br />
constantemente.<br />
3<br />
Bauman, Zygmunt. (2003). Modernidad líquida. México: Fondo de Cultura Económica.<br />
4<br />
La metáfora de la modernidad líquida es una figura del cambio, de la transitoriedad,<br />
de la liberación de los mercados, pero también intenta dar cuenta de la<br />
precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada,<br />
marcada por el carácter transitorio y volátil de las relaciones.<br />
5<br />
Bauman, Zygmunt. (2005). Amor líquido. op. cit., p. 9.<br />
6<br />
Zygmunt, Bauman. (2007). Miedo líquido. Paidós, p. 127.<br />
7<br />
Ibíd., p. 168.<br />
51<br />
Revista<br />
educ rnos
8<br />
Término japonés para referirse al fenómeno de gente apartada que ha escogido<br />
abandonar la vida social, generalmente buscando grados extremos de<br />
aislamiento y confinamiento, debido a varios factores personales y sociales en<br />
sus vidas. Su forma más frecuente de comunicación es casi exclusivamente a<br />
través de internet.<br />
9<br />
Perry Barlow, John. (1996). Declaración de independencia del ciberespacio.<br />
10<br />
Un entorno donde las personas interactúan social y comercialmente a través<br />
de un avatar (yo virtual), en un ciberespacio que se actúa como una metáfora<br />
del mundo real, pero sin limitaciones físicas. Sus usuarios pueden explorar el<br />
mundo virtual, interactuar con otros residentes, participar de actividades individuales<br />
o grupales y comerciar productos virtuales. SL está reservado para mayores<br />
de 18 años, pero existe una alternativa para adolescentes conocida como Teen<br />
Second Life. Universidad de Navarra y Educared, Generaciones interactivas en<br />
Iberoamérica. Niños y adolescentes frente a las pantallas. Retos educativos y<br />
sociales (2008).<br />
11<br />
Revista Ñ, enlace cit.<br />
12<br />
Bauman, Zygmunt. (2002). La sociedad sitiada. México: FCE, p. 5.<br />
13<br />
Bauman, Zygmunt, La sociedad sitiada, op. cit., p.13.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
52
Autoría, victimización y puniciones: relaciones asimétricas<br />
en la violencia escolar 1<br />
Rayana Dias de Oliveira*, Adriana Lira**, Candido Alberto Gomes***,<br />
Carlos Ângelo de Meneses Sousa****<br />
*Licenciada en Pedagogía por la Universidad Católica de Brasilia.<br />
rayanadias@ucb.br<br />
Recibido 27 Febrero 2012<br />
Aceptado 15 Marzo 2012<br />
Resumen<br />
Este trabajo tiene como objetivo identificar la distribución de la autoría, victimización<br />
y punición de alumnos por violencia en cinco escuelas públicas de la periferia<br />
de Brasilia, Brasil, que ofrecían del quinto al octavo grado de la educación fundamental.<br />
La investigación cuantitativa y cualitativa utilizó el análisis documental, la<br />
observación directa, la encuesta semiestructurada, los cuestionarios y los grupos<br />
focales. Los resultados indicaron que los chicos tienden a practicar más la violencia<br />
física, mientras las chicas se inclinan a la violencia simbólica, menos ostensiva.<br />
Por esto mismo, las puniciones recaían en particular sobre los chicos. Sin embargo,<br />
no se constató diferencias significativas en la victimización por sexo. La edad<br />
fue un factor de diferenciación, con el auge de las ocurrencias entre los 13 y 15<br />
años. Asociada íntimamente a la violencia, se verificó el fracaso escolar, indicado<br />
por los datos cualitativos y por el desfase edad-grado.<br />
Palabras clave: Violencia escolar, victimización, sanciones escolares, educación<br />
secundaria inferior, fracaso escolar.<br />
53<br />
Revista<br />
educ rnos
Introducción<br />
La violencia en la escuela, particularmente aquella entre estudiantes,<br />
no se distribuye simétricamente según los diversos grupos<br />
de edad, sexo, nivel de escolaridad y otras características. Se<br />
pueden detectar cuatro roles básicos: de autores de violencia,<br />
de víctimas, de punidos y de testigos. Todos están involucrados<br />
y son de alguna forma afectados por el proceso de la violencia. Los<br />
autores pueden ser también víctimas, aunque no necesariamente,<br />
pero también pueden recibir sanciones escolares por sus actos,<br />
cuando detectados y cuando, al criterio de los educadores, merezcan<br />
una punición. Si la violencia está sometida a la ley del silencio<br />
(Bosacki, 2005) o sino es abiertamente declarada, como la difamación<br />
al respecto de la masculinidad de un chico o en relación a la<br />
reputación moral de una chica, es más difícil de observar y, por lo<br />
tanto, de ser punida. De facto, la violencia simbólica es más susceptible<br />
de ser percibida que la violencia física. Investigaciones de (Owens,<br />
Schute, Slee, 2005), revelan que la violencia de las estudiantes,<br />
en gran parte simbólica, es subestimada en relación a la practicada<br />
por los estudiantes del sexo masculino, por la sencilla razón<br />
que se reconoce más fácilmente una agresión física en un pasillo que<br />
una mala palabra dicha al oído. El sufrimiento puede ser tan intenso<br />
o mayor en el primero como en el segundo caso, especialmente<br />
porque adolescentes y niños, en su búsqueda de la autonomía,<br />
contrapuesta a la heteronomia en relación a los adultos (Owens,<br />
Schute, Slee, 2005), tienen la cultura del secreto entre ellos (Coleman,<br />
1963). Ser víctima es también una dolorosa vergüenza, que<br />
se oculta de los educadores y de los familiares, como resultado<br />
de una tela de miedos, imposiciones y coacciones. Por esto el ostracismo<br />
y la indiferencia, algunas de las sanciones más graves<br />
distribuidas por el grupo de pares, exponen la/el estudiante a todo<br />
tipo de agresión, especialmente las menos visibles o invisibles a<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
54
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
los adultos. En la <strong>primera</strong> infancia la niña/el niño sola/o en el patio<br />
es más vulnerable que los otros (Delalande, 2003). Por esto, donde<br />
hay humo, hay fuego: si el test sociométrico revela aislamiento,<br />
indiferencia o rechazo de individuos y subgrupos, hay que trabajar<br />
por la integración social (Comellas, 2008) porque ésta puede ser<br />
la semilla en avanzado proceso de germinación, de la violencia.<br />
Muchos son los casos de víctimas que, más o menos tarde, irrumpen<br />
en la escuela con notable y sorprendente brutalidad, como han<br />
sido los múltiples homicidios cometidos en países de los hemisferios<br />
Norte y Sur. No es por acaso que uno de los cuatro pilares de la<br />
educación en el siglo XXI es aprender a convivir (Delors et al., 2001).<br />
Convivir es aceptar o por lo menos tolerar las diferencias, como expresión<br />
de riqueza cultural y no como objeto de uniformización. Por esto,<br />
Morin (2010) declaró que la sociodiversidad es tan vital para el mundo<br />
como la biodiversidad.<br />
En la Unidad Federativa que abriga la capital federal de Brasil,<br />
la violencia escolar también es notable y más frecuente en las áreas<br />
donde es mayor el hiato entre las culturas adolescentes y juveniles,<br />
como también en abismo entre la capital cultural del currículo escolar<br />
y la de los discentes. Como consecuencia, la Fiscalía del Distrito<br />
Federal y de los Territorios organizó para un grupo de escuelas<br />
más vulnerables, situadas en áreas de periferia urbana y bajo rendimiento<br />
domiciliar, un proyecto de seguridad, con la participación de<br />
los diversos actores escolares y de la respectiva comunidad. Como<br />
participante de la red de esta Cátedra UNESCO, la Fiscalía solicitó<br />
una investigación evaluativa de cinco unidades escolares donde el<br />
referido proyecto se encontraba en diversas etapas de implementación.<br />
Así, profesores y estudiantes de licenciatura y posgrado en<br />
educación elaboraron un proyecto no sólo para el objetivo de evaluación,<br />
sino también para ampliar los conocimientos sobre la violencia<br />
escolar. Como resultado, además del reporte de evaluación,<br />
el equipo analizó diversos resultados, originando más de 25 traba-<br />
55<br />
Revista<br />
educ rnos
jos, incluyendo artículos, comunicaciones presentadas a congresos<br />
nacionales e internacionales, disertaciones y tesis, enlazando<br />
los diversos niveles de formación en las ciencias de la educación.<br />
Como el grado de vulnerabilidad de los grupos es variable,<br />
este trabajo se centró en dos aspectos reconocidamente relevantes<br />
para la literatura: el sexo y el grupo de edad. Los instrumentos<br />
de recolecta de datos fueron elaborados con especial atención a<br />
estas características y a los roles del autor, víctima y estudiante<br />
punida/o por violencia escolar. La/el autor/a es quien declara haber<br />
practicado cierto/s tipo/s de violencia, sea física, simbólica o una incivilidad<br />
(Debarbieux, 2007). La víctima es la/el estudiante que sufre<br />
los diversos tipos de violencia presentados en la recolecta de datos.<br />
La/el punida/o es la/el que declara haber sido punida/o, de diferentes<br />
modos, por algún tipo de violencia practicada en la escuela.<br />
¿Qué dice la literatura?<br />
Hay que distinguir la violencia de la escuela, en la escuela y en<br />
sus alrededores y contra la escuela (Correia y Matos, 2003). La<br />
violencia simbólica de la escuela se traduce por la exigencia de capital<br />
cultural previo, compatible con sus currículos, lo que conlleva al<br />
fracaso escolar (Bourdieu y Passeron, 1970). En esta dimensión, a<br />
pesar de los significativos decrecimientos en las últimas décadas, el<br />
sistema escolar de Brasil es uno de los más violentos de América<br />
Latina, con altas tasas de reprobación, evasión y desfasaje edadgrado.<br />
Además, la violencia simbólica y física en la escuela puede<br />
ser practicada entre alumnos; entre alumnos y maestros, en los dos<br />
sentidos (Ferreira y Gomes, 2009), entre directivos y maestros (violencia<br />
organizacional) y entre directivos y alumnos. A final, la violencia<br />
contra la escuela se refleja principalmente en el vandalismo, que,<br />
según evidencias, se relaciona a la falta de sentido del currículo<br />
(Galvão et al., 2010).<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
56
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
Cuanto al acoso, las constataciones de Olweus (1998) indican<br />
que los alumnos más jóvenes y más débiles son quienes declararon<br />
que había estado más expuestos a la agresión en Noruega. Las<br />
víctimas eran predominantemente chicos y su proporción disminuía<br />
con la edad y el grado. Cuanto a los agresores, también predominaban<br />
los chicos de educación secundaria, aunque la gravedad de<br />
los problemas en los centros de educación primaria eran sorprendentemente<br />
más graves de lo que se venían asumiendo anteriormente.<br />
Carra (2009) también encontró violencia significativa entre<br />
pares de la escuela primaria francesa, con predominancia de las<br />
niñas como víctimas. Los padrones son similares en otros países,<br />
con mayor concentración de agresores de los 13 a los 15 años de<br />
edad, mientras las víctimas tenían predominantemente de 10 a los<br />
14 años (Abramovay, 2006; Ficher et al., 2010; Sánchez y Ortega,<br />
2010). En Brasil se estima que alrededor 12% de los alumnos sufrieron<br />
acoso simbólico constante de sus colegas en el año anterior<br />
(Ficher et al., 2010).<br />
Según investigaciones en Brasil y en Lisboa, Portugal, los<br />
grupos de agresores y víctimas son pequeños, con la ocurrencia<br />
frecuente de agresores y víctimas recíprocos (Abramovay, 2006;<br />
Sebastião, 2009). Las víctimas se concentran entre los 10 y 14 años.<br />
Cuanto a los agresores, tienen más frecuentemente entre 14 y 19<br />
años. Siguiendo los estereotipos sexistas, la violencia física predomina<br />
entre los chicos, aunque las alumnas parezcan practicarlas<br />
cada vez más frecuentemente (Neves y Viana, 2006). Por otro lado,<br />
por lo menos una investigación (Canadá, 2009) evidencia que las<br />
chicas conquistan chicos para practicar por ellas la violencia física.<br />
Cuanto a las puniciones escolares, éstas atingen más a<br />
los chicos (Radojkovic, 2007; Carra, 2009; Gavray, 2010), cuyas<br />
prácticas son más visibles que las de las chicas. Las puniciones<br />
también aumentan con la edad de los alumnos (Carra, 2009). Sin<br />
embargo, Gavray (2010) halló altas correlaciones entre los roles de<br />
57<br />
Revista<br />
educ rnos
agresor como víctima en los dos sexos, por lo que cuestiona el factor<br />
de que los chicos sean más punidos. La intimidación y la ley del<br />
silencio contribuyen expresivamente para ocultar hechos violentos,<br />
que raramente son punidos, a menos que sus proporciones no puedan<br />
quedar por mucho tiempo en la penumbra de la jerarquía de<br />
dominadores y dominados.<br />
Metodología<br />
La investigación se compone de estudios de casos múltiples, con<br />
foco en cinco escuelas de los años finales de la educación fundamental<br />
(del sexto al noveno año, o sea, de los 11 a los 14 años de<br />
edad, cuando no hay desfase), pero frecuentemente con alumnos<br />
con retraso escolar por la reprobación y evasión. El muestreo intencional<br />
involucró casos extremos (Patton, 1987), o sea, escuelas<br />
consideradas más violentas que las otras de la red, de modo a<br />
justificar la participación en el proyecto de la Fiscalía. Por eso, no<br />
representan el universo de las unidades escolares de la Unidad de<br />
la Federación. Todas las unidades se ubicaban en la periferia de la<br />
capital federal de Brasil, Brasilia, lo que significa que estaban en<br />
áreas socialmente vulnerables. El Distrito Federal tenía más de 2.5<br />
millones de habitantes, según el Censo de 2010, el segundo producto<br />
interno bruto per capita del país (45,978 dólares americanos<br />
en valor nominal, 2008) y decreciente nivel de concentración de<br />
renta (índice de Gini: 0.540 en 2009) 2 , pero aún relativamente alto.<br />
La metodología tuvo carácter cuantitativo y cualitativo, utilizándose<br />
como técnicas de recolección de datos la observación,<br />
mediante guías apropiados; el análisis documental, también mediante<br />
guías, focalizando el proyecto pedagógico escolar, libros de<br />
actas de reuniones y de ocurrencias, etcétera; la encuesta semiestructurada<br />
individual con directivos, coordinadores, agentes de la<br />
policía militar y otras personas de la comunidad educativa; la apli-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
58
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
cación de cuestionarios a muestreos aleatorios simples a maestros<br />
(total de 99) y alumnos, además de grupos focales para discentes<br />
(total de 73 participantes). El cuestionario fue respondido por 783<br />
alumnos, siendo el 44.6% del período de la mañana y los 55.4% de<br />
la tarde. La jornada escolar mínima dura 4 horas, de tal modo que<br />
aún son una escasa minoría los alumnos que estudian en tiempo<br />
integral. En cuanto al sexo, el 54.7% de los respondientes eran del<br />
sexo femenino y los restantes 45.3% del sexo masculino. El grupo<br />
etario predominante fue el de los 13 a 15 años, representando el<br />
63.6%. En el total, el 22.6% de los alumnos, con alto desfase edad/<br />
grado, estaba matriculado en clases de aceleración del aprendizaje,<br />
que presentaban nivel más alto de violencia.<br />
Las declaraciones de los alumnos en los cuestionarios están<br />
sujetas a la omisión, en especial cuanto a la práctica de ciertos<br />
tipos de violencia. Por ejemplo, el 22.3% de los alumnos no llenaron<br />
la cuestión sobre el uso de arma de fuego en la escuela. La<br />
misma proporción fue del 21.7% para la agresión sexual, el 20.3%<br />
para el robo o hurto y el 19.0% para la agresión física, que fueron<br />
algunos de los porcentajes más altos. En contraste, la abstención<br />
sobre las bromas fue del 12.0% y de las peleas, del 16.1%. Esto<br />
quiere decir que alrededor de los 157 prefirieron no contestar a<br />
estas cuestiones. Por esto, la fluctuación de los datos perdidos fue<br />
algunas veces muy importante para por lo menos sospechar de los<br />
márgenes para más o para menos, de acuerdo con el grado de sensibilidad<br />
de las cuestiones. Esto quiere decir que los datos perdidos<br />
también hablan, aunque la interpretación sea vulnerable (McKnight<br />
et al., 2007). Es interesante observar que los grupos focales, con<br />
su dinámica interactiva, fueron mucho más fértiles para la investigación<br />
que los cuestionarios individuales, en especial cuando los<br />
adolescentes se certificaron de nuestro dispositivo de seguridad<br />
para que ningún adulto de la escuela pudiera tomar conocimiento<br />
de las discusiones.<br />
59<br />
Revista<br />
educ rnos
Los datos cuantitativos fueron procesados por medio del software<br />
Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), mientras<br />
los datos cualitativos fueron sometidos a la técnica de análisis de<br />
contenido (Bardin, 2004).<br />
¿Quiénes practicaban la violencia?<br />
Más del 60% de los alumnos se declararon no practicantes recientes<br />
de ningún tipo de violencia contra los pares, maestros, directivos<br />
y contra el patrimonio escolar, esto es, vandalismo. Aunque los datos<br />
parezcan sobrestimados, quiere decir, el porcentaje real sería<br />
menor, se puede en principio considerar algunas investigaciones<br />
que detectan un reducido número de practicantes usuales de la<br />
violencia, pero que envenenan el clima escolar, de modo que los<br />
colegas se declaren incomodados por sus propios colegas (véase<br />
Abramovay, 2006).<br />
Tabla 1 -Alumnos que declararon haber practicado actos de violencia en<br />
la escuela- % sobre el total de respuestas.<br />
Actos de violencia<br />
Si No Sin resp. Total<br />
Bromas de mal gusto 26.8 61.2 12 100<br />
Peleas 20.4 63.5 16.1 100<br />
Agresiones verbales 19.9 63.7 16.4 100<br />
Graffiti 8.6 71.3 20.1 100<br />
Agresiones físicas 8.4 72.6 19.0 100<br />
Amenazas 7.7 75.7 16.6 100<br />
Robo o hurto 4.8 74.9 20.3 100<br />
Uso de alcohol 4.6 74.5 20.9 100<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
60
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
Discriminación por etnia/ 3.9 75.5 20.6 100<br />
género<br />
Vandalismo 3.8 75.4 20.8 100<br />
Agresiones sexuales 2.8 75.5 21.7 100<br />
Uso de armas de fuego 1.8 75.9 22.3 100<br />
Uso de armas blancas 1.9 76.4 21.7 100<br />
Depredación 1.8 74.6 22.4 100<br />
Uso de drogas ilegales 1.7 77.2 21.1 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Observación: Se enmarcaron los números más altos de cada columna.<br />
Cuanto a la violencia “masculina” y “femenina”, la tabla 1 apunta<br />
que los porcentajes más altos fueron declarados por los chicos, en<br />
particular cuanto a la utilización de drogas ilegales, de armas de<br />
fuego, peleas y agresiones físicas en general, consideradas y muchas<br />
veces toleradas como expresiones típicas de la masculinidad,<br />
respuestas que son a la propia presión de los pares de ambos los<br />
sexos en el sentido de la exclusión de los grupos y a la no aceptación<br />
como novio o mismo como free.<br />
Para un grupo significativo de chicas la transgresión y la violencia<br />
constituyen atracción erótica de alto grado en relación a los<br />
chicos que son disputados por ellas. Siguen las participaciones en<br />
el robo, el hurto, las agresiones sexuales (que incluyen además<br />
de la violación) el vandalismo y el uso de armas blancas. Por su<br />
lado, las chicas declararon la práctica del graffiti, del vandalismo<br />
y de las armas blancas, que frecuentemente son improvisadas y<br />
visan a herir y a desfigurar sus colegas. Estos datos pueden tener<br />
un sesgo mayor de subvaluación por la subsistencia de los modelos<br />
tradicionales de femineidad, que declinan cada vez más. Los<br />
resultados sugieren que la violencia femenina era dirigida más al<br />
patrimonio de la escuela que a las personas y que, cuando mirada<br />
61<br />
Revista<br />
educ rnos
Formar nuevos docentes para (a)tender<br />
lo des-atendido social y educativamente<br />
a las personas, la violencia más frecuente era simbólica (amenazas,<br />
discriminación, bromas y agresiones verbales en general), en<br />
lugar de física.<br />
Tabla 2 –Alumnos que declararon haber practicado actos de violencia por<br />
tipo según el sexo- % de respuestas afirmativas según los casos válidos.<br />
Sexo<br />
Actos de violencia<br />
Femenino Masculino<br />
Total<br />
Bromas de mal gusto 43.3 56.7 100<br />
Amenazas 47.4 52.6 100<br />
Agresiones verbales 40 60 100<br />
Agresiones físicas 27 73 100<br />
Robo o hurto 46.8 53.2 100<br />
Peleas 22.7 77.3 100<br />
Agresiones sexuales 43.4 56.7 100<br />
Discriminación por etnia/género 40 60 100<br />
Vandalismo 52.8 47.2 100<br />
Uso de alcohol 30.8 69.2 100<br />
Uso de drogas ilegales 20 80 100<br />
Uso de armas blancas 52.2 47.8 100<br />
Uso de armas de fuego 21.4 78.6 100<br />
Depredación 51.5 48.5 100<br />
Graffiti 54.6 45.4 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Cuanto a la edad, a pesar del carácter de nuestra muestra, de escuelas<br />
violentas, se verifica que el grupo etario de los 13 a los 15<br />
años, quiere decir, en los primeros y decisivos años de la adolescencia,<br />
es el que más frecuentemente declaró practicar violencia,<br />
con destaque para el uso de armas blancas, las amenazas, el con-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
62
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
sumo de drogas ilegales, el vandalismo y las agresiones sexuales.<br />
El grupo de los 10 a los 12 años es mucho más moderado en la<br />
práctica de la violencia, siendo muchas de ellas simbólicas, pero<br />
no menos nocivas. Hay que destacar el uso precoz del alcohol, que<br />
abre las puertas para otras drogas por él potenciadas, así como la<br />
práctica del graffiti, aparentando una necesidad de expresión derivada<br />
de la ascendente subjetividad. Cuanto al grupo de los 16<br />
años y más, claramente un grupo atingido por el fracaso escolar, el<br />
porcentaje es descendente, después de la aguda crisis de los 13 a<br />
los 15 años. Las prácticas más frecuentes fueron el uso de armas<br />
de fuego, el vandalismo, la agresión física y el uso de drogas ilegales<br />
frecuentemente con bebidas alcohólicas. Muchas veces estos<br />
cuatro ingredientes hacen parte de complejos culturales masculinos<br />
(véase, por ejemplo, Waiselfisz, 1998; Minayo et al., 1999).<br />
El uso del alcohol, asociado a la agresión física y a la insuficiencia<br />
del control de armas de fuego (Ramos, 2011) lleva a una alta tasa<br />
de mortalidad juvenil, predominantemente masculina, afro descendiente<br />
y de periferias urbanas. La utilización de las armas de fuego<br />
puede o no estar combinada a la actividad criminal, como una suerte<br />
de “instrumento de trabajo”, en actividades de alto riesgo, como<br />
el tráfico al por menor de drogas ilegales, que puede ser la única<br />
alternativa, en situación de pobreza, para pagar sus deudas generadas<br />
por el consumo personal de las mismas drogas.<br />
Tabla 3 -Alumnos que declararon haber practicado acto de violencia en la<br />
escuela según la edad - % de respuestas afirmativas sobre las respuestas.<br />
Edad (en años)<br />
Actos de violencia<br />
10-12<br />
años<br />
13-15<br />
años<br />
16 y más Total<br />
Bromas de mal gusto 25 61.7 11.7 100<br />
Amenazas 14.9 74.1 10.4 100<br />
63<br />
Revista<br />
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Formar nuevos docentes para (a)tender<br />
lo des-atendido social y educativamente<br />
Agresiones verbales 20 69.2 10.8 100<br />
Agresiones físicas 13.5 70.3 16.2 100<br />
Robo o hurto 22.8 67.1 10.1 100<br />
Peleas 22.7 63.7 13.6 100<br />
Agresiones sexuales 16.7 70 10 100<br />
Discriminación por etnia/<br />
100<br />
30 56.7 13.3<br />
género<br />
Vandalismo 16.7 61.1 22.2 100<br />
Uso de alcohol 15.4 69.2 15.4 100<br />
Uso de drogas ilegales 6.7 73.3 20 100<br />
Uso de armas de fuego 14.3 50 35.7 100<br />
Uso de armas blancas 17.4 78.3 4.3 100<br />
Depredación 16.9 70.8 12.3 100<br />
Graffiti 23.5 67 8.9 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
En caso que fuera representada gráficamente la tabla 3, generaría<br />
una curva parabólica, que en términos generales confirma la literatura<br />
cuanto al ápice crítico de la adolescencia (Olweus, 1998; Abramovay,<br />
2006; Sebastião, 2009). La distribución de los datos perdidos sugiere<br />
mismo una subvaluación de la práctica de violencia por el grupo de<br />
los 13 a los 15 años, porque su incidencia fue más alta que la de los<br />
demás grupos etarios.<br />
A pesar del desfasaje en relación a la edad, por motivo ya<br />
mencionado, la tabla 4 presenta los resultados según el grado en<br />
que los alumnos estaban matriculados. Los porcentajes más elevados<br />
se encuentran en las clases de aceleración del aprendizaje,<br />
que reúnen, en programas especiales, los más desfasados. El uso<br />
de drogas ilegales, incluso, en esta edad, el alcohol; el uso de armas<br />
de fuego; las agresiones físicas y los actos de vandalismo lide-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
64
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
raron la práctica de violencia, lo que fue confirmado por educadores<br />
y alumnos en los datos cualitativos. Esto sugiere que el nivel de la<br />
violencia escolar es como una variable proxy del fracaso escolar y<br />
de la exclusión social, o sea, una suerte de sinónimo, como en otras<br />
partes del mundo (véase Debarbieux, 2007). El último grado de la<br />
educación fundamental es lo que presenta menor frecuencia de<br />
la práctica de violencia. Probablemente por ser entonces el término<br />
de la escolaridad compulsoria, la incidencia del fracaso escolar,<br />
mensurada por la reprobación y evasión, tendía a ser la más baja del<br />
país. La frecuencia más alta se refería a violencias simbólicas y por<br />
la práctica del graffiti. Del quinto al séptimo grado la incidencia de<br />
violencia declarada es semejante, pero con el incremento del uso<br />
de armas y de drogas ilegales. Es interesante señalar que el quinto<br />
grado corresponde a una ruptura de los currículos: antes con solamente<br />
un maestro por clase y un abordaje globalizado, los adolescentes<br />
y preadolescentes se someten a un difícil ritual de pasaje,<br />
que es la fragmentación curricular por asignaturas y la formación de<br />
un clima de clase menos afectivo y más orientado a la racionalidad.<br />
Las estadísticas nacionales indican coherentemente alta incidencia<br />
de reprobación y abandono. Los datos cualitativos de esta investigación<br />
ratificaron estas tendencias nacionales y sus motivos.<br />
Tabla 4 –Alumnos que declararon haber practicado actos de violencia<br />
en la escuela según el grado frecuentado- % de respuestas afirmativas<br />
sobre las respuestas válidas.<br />
Actos de violencia<br />
Grados<br />
5º 6º 7º 8º Aceleración Total<br />
Bromas de mal<br />
100<br />
25 28.3 15 3.3 28.4<br />
gusto<br />
Amenazas 18.8 12.3 20.1 21.4 27.4 100<br />
Agresiones verbales 16.9 27.7 16.9 12.3 26.2 100<br />
65<br />
Revista<br />
educ rnos
Formar nuevos docentes para (a)tender<br />
lo des-atendido social y educativamente<br />
Agresiones físicas 24.3 10.8 24.3 0 40.6 100<br />
Robo o hurto 27.8 20.3 15.2 8.2 28.5 100<br />
Peleas 22.7 18.2 22.7 0 36.4 100<br />
Agresiones sexuales 20 23.3 16.7 10 30 100<br />
Discriminación por<br />
100<br />
23.3 20 20 13.3 23.4<br />
etnia/género<br />
Vandalismo 22.2 13.9 16.7 8.3 38.9 100<br />
Uso de alcohol 15.4 23.1 15.3 0 46.2 100<br />
Uso de drogas<br />
100<br />
6.6 20 26.7 0 46.7<br />
ilegales<br />
Uso de armas de<br />
100<br />
7.1 28.6 21.4 0 42.9<br />
fuego<br />
Uso de armas<br />
100<br />
8.7 17.4 43.5 8.7 21.7<br />
blancas<br />
Depredación 24.2 16.7 25.8 9.1 24.2 100<br />
Graffiti 23.5 17.0 21.6 17.3 20.6 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
¿Quiénes eran las víctimas?<br />
Además de los datos cualitativos, los cuestionarios para los alumnos<br />
utilizaron una escala de tipo Likert para detectar la victimización.<br />
Como en el caso de la práctica de la violencia, la victimización también<br />
presenta un posible sesgo, porque muchas veces la víctima<br />
tiene vergüenza de su condición y por lo menos se siente en parte<br />
culpable. Este es el posible motivo para la categoría intermediaria,<br />
no concordar ni discordar, acrecido del porcentaje relativamente<br />
alto de datos perdidos. En este último caso, la ausencia de declaración<br />
incide sobre algunas de las más graves categorías, como<br />
el uso de armas y de drogas ilegales y las violencias sexuales,<br />
frecuentemente sometidas a la ley del silencio, de acuerdo con los<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
66
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
datos cualitativos. La mayor incidencia de la victimización, en particular<br />
en violencias físicas y simbólicas, como las amenazas, las<br />
agresiones verbales y físicas, las bromas, las peleas y las discriminaciones<br />
por etnia y género. La proporción de victimas fue del<br />
61.5% de los alumnos y la de los practicantes del 26.8% números<br />
absolutos indican una cantidad mayor de víctimas que de practicantes<br />
de violencia. Sea por sesgo de los datos de práctica de<br />
violencia o no, esto sugiere que un sólo agresor puede establecer<br />
un área de influencia que involucra más de una víctima.<br />
La tabla 4 informa los números de los alumnos que sufrieron<br />
violencia. Véase que la investigación no se contentó en indagar qué<br />
tipos de violencias cada uno presenció, lo que saturaría el número<br />
de episodios y comportamientos, pero indagó por la autoría y la<br />
victimización. El primer dato importante es la elevada proporción de<br />
respuestas nulas o en blanco, en particular para los tipos de violencia<br />
más graves, que potencialmente afectan a los alumnos e<br />
inspiran miedo, como el uso de alcohol y otras drogas ilegales y el<br />
porte de armas. Bastaba la visión de las infracciones para infundir<br />
inseguridad en el ambiente que debería ser rigurosamente protegido,<br />
la escuela. Por supuesto, había invitaciones y hasta convocaciones<br />
a integrar los círculos de usuarios. Las violencias sexuales,<br />
de confesión vergonzosa para ambos los sexos, también alcanzó<br />
alto porcentaje. Una de las violencias reportadas fue sacar fotos y<br />
hacer cortas películas de alumnas desnudas en los baños para futuro<br />
chantaje o quizá para venta en el mercado pedopornográfico.<br />
La suma de los datos perdidos con la categoría “ni concordancia<br />
ni discordancia” se queda alrededor de los 30%, coincidentemente<br />
con porcentajes bajos para los tipos de violencia arriba mencionados,<br />
que alcanzaron alta proporción de datos perdidos. Cuanto a la<br />
concordancia sobresalen las violencias simbólicas, las agresiones<br />
físicas y las peleas.<br />
67<br />
Revista<br />
educ rnos
Formar nuevos docentes para (a)tender<br />
lo des-atendido social y educativamente<br />
Tabla 4 –Alumnos que se declararon víctimas de violencia en la escuela<br />
por tipo de acto- % sobre el total de casos válidos.<br />
Actos de violencia<br />
De<br />
acuerdo<br />
Ni concordan<br />
ni<br />
discordan<br />
Discordan<br />
Total<br />
Sin<br />
respuesta<br />
Amenazas 50.9 10.3 28.3 10.5 100<br />
Agresiones verbales 42.6 10.2 27.8 19.4 100<br />
Agresiones físicas 44.1 8.7 27.9 19.3 100<br />
Robo o hurto 39.9 9 31.8 19.3 100<br />
Peleas 41.3 9.2 28.4 20.8 100<br />
Agresiones<br />
38.3 9.3 29.2 23.2 100<br />
sexuales<br />
Discriminación por 40.2 10.9 27.3 21.6 100<br />
etnia/género<br />
Acción de pandillas 38.7 10 26.3 25.0 100<br />
Bromas de mal 45.7 10.3 25.2 18.9 100<br />
gusto<br />
Uso de alcohol 38.6 9.6 29.3 22.5 100<br />
Uso de drogas 38.8 8.1 29.9 23.2 100<br />
ilegales<br />
Porte de armas 38.6 7.8 29.9 23.7 100<br />
blancas<br />
Porte de armas de 38.4 7.8 29.5 24.3 100<br />
fuego<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Por su lado, en el total de las declaradas víctimas predominaron las<br />
chicas, con el 54.7% de las respuestas válidas, mientras los restantes<br />
45.3% fueron de chicos. La tabla 5 demuestra que la elevada<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
68
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
abstención total de respuestas fue más alta para los chicos, probablemente<br />
por ser para ellos más humillante confesar la victimización,<br />
según las tradiciones patriarcales y machistas. En general, las<br />
diferencias significativas de victimización de ambos los sexos son<br />
pequeñas. Las alumnas sufrieron más frecuentemente violencias<br />
simbólicas, pero también de la acción de pandillas, que pueden<br />
estar relacionadas a robos, hurtos y agresiones sexuales. Así, las<br />
chicas, por su menor fuerza física, eran víctimas preferenciales de<br />
estos grupos, predominantemente masculinos, pero también en<br />
baja proporción femeninos. Las armas blancas alcanzaron elevada<br />
participación para los dos sexos, como si casi todos y todas<br />
las tuviesen visto y se consideraron amenazadas/os. Cuanto a los<br />
alumnos, también se declararon sometidos a violencia simbólica,<br />
en especial a la acción de pandillas. Es importante aclarar que, con<br />
la escolarización casi universal, las pandillas tienden a formarse<br />
fuera de la escuela, pero la frecuentan y actúan a favor de sus<br />
objetivos. El gregarismo adolescente potencia la fuerza simbólica<br />
y física de estos grupos desviantes, que muchas veces creaban<br />
una jerarquía de miedo e intimidación, resguardando sus líderes,<br />
mientras sus subordinados enfrentaban abiertamente las peleas.<br />
En este sentido, el camino para la escuela era muy vulnerable, pero<br />
también las escuelas eran invadidas por las pandillas. El robo y la<br />
venganza grupal contra individuos o grupos menores eran los objetivos<br />
más constantes de ataque. Con esto, la supervivencia de los<br />
alumnos dependía antes del aprendizaje del currículo de la calle<br />
que del currículo escolar. La propia vida biológica y social tornaba<br />
mucho más importante el aprendizaje en la atribución de adolescente<br />
que la de alumno. Ante estas opciones, si la escuela requería<br />
el capital cultural que los discentes no tenían, era claramente mejor<br />
fracasar en la evaluación escolar, lo que también despertaba rabia<br />
y resentimientos contra la institución (Dubet, 2002).<br />
69<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Las escasas diferencias de victimización entre discentes de<br />
ambos los sexos pueden reforzar las investigaciones que constatan<br />
la elevada correlación entre ser autor y ser víctima, sin diferencias<br />
expresivas de victimización por sexo (Gavray, 2010). Por otro lado,<br />
contrarían otras investigaciones en que las chicas se declararon<br />
más frecuentemente ser víctimas de violencia (Olweus, 1998; Carra,<br />
2009), como también investigaciones en Brasil, que revelaron<br />
los chicos más constantemente como víctimas (Abramovay, 2006;<br />
Malta, 2010; Ficher et al., 2010). Lo mismo se verificó en Portugal<br />
(Sebastião, 2009).<br />
Tabla 5 –Alumnos que se declararon víctimas de violencia en la escuela<br />
según el sexo- % sobre el total de casos válidos.<br />
Sexo femenino<br />
Sexo masculino<br />
Actos de<br />
violencia<br />
Concordan<br />
No conc. ni<br />
discordan<br />
Discordan<br />
Total<br />
Concordan<br />
No conc. ni<br />
ddisc.<br />
Discordan<br />
Total<br />
Amenazas 54.5 10 35.5 100 54.3 13.2 32.5 100<br />
Agresiones 54.5 10 35.5 100 54.3 13.2 32.5 100<br />
verbales<br />
Agresiones 50.9 10.8 38.3 100 47.8 11.7 40.5 100<br />
verbales e física<br />
Robo o hurto 56 10.9 33.1 100 48.3 12.7 39 100<br />
Peleas 53.6 11.8 34.6 100 45.1 12.5 42.4 100<br />
Agresiones 54.5 13.1 32.4 100 47.5 15 37.5 100<br />
sexuales<br />
Discriminación por 57 11.6 31.4 100 45 15.6 39.4 100<br />
etnia/género<br />
Acción de pandillas 59.4 12.8 27.8 100 52.2 12.7 35.1 100<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
70
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
Bromas de mal 53.6 11.8 34.6 100 45.5 13.1 41.4 100<br />
gusto<br />
Uso de alcohol 54.5 9.7 35.8 100 45.7 11.7 42.6 100<br />
Uso de drogas 54.3 8.9 36.8 100 46.1 12 41.9 100<br />
ilegales<br />
Porte de armas 98.1 1.9 0 100 98.8 0 1.2 100<br />
blancas<br />
Porte de armas de 54 9.6 36.4 100 46.1 11.1 42.8 100<br />
fuego<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Los grupos de edad presentan niveles declarados de victimización<br />
casi homogéneos. Ni los más jóvenes, por supuesto más vulnerables<br />
por su menor fuerza física, ni los mayores, supuestamente<br />
más fuertes en poder físico y simbólico, sufrieron menos violencia.<br />
Las pequeñas diferencias cuantitativas no nos autorizan a considerar<br />
la predominancia de algunos tipos por edad, excepto quizá la<br />
reducción de la discriminación por etnia y género, de las bromas o<br />
de la acción de pandillas. Una vez más las armas blancas tenían un<br />
rol muy preocupante que se necesita investigar.<br />
Tabla 6 – Alumnos que se declararon víctimas por acto de violencia según<br />
la edad – % sobre el total de respuestas válidas.<br />
Edad (en años)<br />
10-12 13-15 16 y más<br />
Actos de violencia<br />
años<br />
Amenazas 53.2 53.1 50<br />
Agresiones verbales 53.0 54.8 53.5<br />
Agresiones verbales/físicas 51.0 49.3 46.5<br />
Robo o hurto 51.8 53 47.5<br />
71<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Peleas 49 49.8 50<br />
Agresiones sexuales 51.5 51 51.1<br />
Discriminación por etnia/género 55.6 51 41<br />
Acción de pandillas 58.9 56.2 48.8<br />
Bromas de mal gusto 51.4 49.4 39<br />
Uso de alcohol 51.1 50.6 46.1<br />
Uso de drogas ilegales 50.4 50.7 48.8<br />
Porte de armas de fuego 50.3 50.2 50<br />
Porte de armas blancas 100 98.9 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Observación: La pregunta permitía respuestas múltiples.<br />
La victimización según el grado (tabla 7), coherentemente con la<br />
edad, también no presentó grandes diferencias. Sin embargo, las<br />
clases de aceleración tuvieron incidencia mayor de víctimas de<br />
agresiones físicas, discriminación y uso de drogas ilegales (incluso<br />
el alcohol para los menores de 18 años de edad) en las instalaciones<br />
de las escuelas. El octavo grado, antes comentado, presenta<br />
porcentajes un poco más bajos, mientras el séptimo grado, después<br />
de las clases de aceleración, alcanzan mayor proporción de<br />
victimas declaradas.<br />
Tabla 7 –Alumnos que se declararon víctimas por tipo de violencia según<br />
el grado– % sobre total de respuestas válidas.<br />
Actos de violencia<br />
Grados<br />
5º 6º 7º 8º Aceleración Total %<br />
Amenazas 17.5 24.2 24.4 15.4 18.6 100<br />
Agresiones verbales 16.4 16.7 23.6 15.9 27.5 100<br />
Agresiones verbales/<br />
100<br />
físicas 16.4 20.3 24.4 19.7 19.3<br />
Robo o hurto 18.2 20.9 25.9 17,.3 17.9 100<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
72
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
Peleas 12.7 15.8 34.4 15.7 21.6 100<br />
Agresiones sexuales 16.2 17.1 27.9 18.5 20.4 100<br />
Discriminación por etnia/<br />
100<br />
género 17.4 16.9 27.3 15.4 23.2<br />
Acción de pandillas 17 19.4 23.8 23.4 16.6 100<br />
Bromas de mal gusto 13.3 21.3 28.1 15.7 21.7 100<br />
Uso de alcohol 20.9 23.1 23.1 10 23.1 100<br />
Uso de drogas ilegales 18.3 18.8 31.1 10.3 21.6 100<br />
Porte de armas de fuego 16.3 18.9 33.2 12.5 19.2 100<br />
Porte de armas blancas 26.9 16.9 15.4 14.6 26.2 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Observación: La pregunta permitía respuestas múltiples.<br />
¿Quiénes eran los punidos?<br />
La claridad y consistencia de las normas y su aplicación por la escuela<br />
son fundamentales para no instalarse una situación de anomía<br />
(Durkheim, 1963; Sebastião, 2009), ni de injusticia, que minan<br />
la autoridad y el orden social de la institución. Sin embargo, las<br />
puniciones de las escuelas públicas se revelan débiles, burocráticas,<br />
rutinarias y repetitivas, de acuerdo con las investigaciones<br />
emprendidas por esta Cátedra UNESCO (Galvão et al., 2010). Su<br />
reiteración y progresiva pérdida de efecto y de sentido llevó los<br />
investigadores a compararlas con el jabón de tocador: cuanto más<br />
usado, más se desgasta. El liderazgo carismático de maestros y<br />
directivos alcanza notoriamente más y mejores efectos que el liderazgo<br />
burocrático (Dubet y Martuccelli, 1996; Gomes y Lira, 2010).<br />
La tabla 8 revela en primer lugar algunas puniciones disciplinarias<br />
discutibles, como la pérdida de puntos referentes a la<br />
evaluación cognitiva, que es muy grave en situaciones de escaso<br />
éxito escolar. Ser encaminado de vuelta a su casa antes del térmi-<br />
73<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
no de las actividades lectivas, así como quedarse después del fin<br />
de las clases son medidas irresponsables: los alumnos necesitan<br />
moverse en grupos de y para la escuela porque solos son más<br />
vulnerables a las pandillas. Además, si un alumno en su minoridad<br />
jurídica sale de la institución oficial antes del encerramiento de las<br />
actividades, más comúnmente sin el conocimiento de sus padres<br />
o responsables, puede involucrarse en actividades inadecuadas o<br />
ilegales en el tiempo de ocio. La escuela, en términos legales, será<br />
responsable por lo que ocurra, pero como es muy rara la punición<br />
de la escuela, por fuerza de la debilidad institucional, la práctica<br />
persiste. Cuanto a la transferencia para otra escuela, tiene la ventaja<br />
de cambiar de ambiente social, pero tiene el inconveniente de<br />
los mecanismos informales de selección de escuelas, que las dividen<br />
en bien amadas y mal amadas. Sino hay un “intercambio” entre<br />
directivos (te envío un alumno problema y tú me envías otro), se<br />
forman o fortalecen las escuelas mal amadas o, más precisamente,<br />
temidas por su falta de orden y la concentración de alumnos que<br />
tienen dificultad de respectar las normas. Es por lo menos dudoso<br />
el cambio de conducta de los alumnos y su buen éxito escolar.<br />
La distribución de los alumnos punidos según el sexo revela<br />
que las principales diferencias se refieren a la conducción al directivo,<br />
a la expulsión del salón de clase, la advertencia escrita<br />
y la privación del recreo, el cambio de clase y de escuela, todas<br />
sanciones más aplicadas a los chicos que a las chicas. Igualmente,<br />
se verifica una diferencia en relación a los delitos cometidos, situaciones<br />
de abandono y maltrato: los chicos son más frecuentemente<br />
encaminados al Consejo de Tutela, un órgano del Poder Ejecutivo<br />
encargado de acciones educativas, sociales y otras, al orden de la<br />
Justicia, relativas a los niños y adolescentes, involucrando las familias<br />
y en ciertos casos la comunidad. Cuanto al reporte a la policía,<br />
se constata la casi paridad de sexo, lo que corresponde al fenómeno<br />
más amplio de la creciente participación femenina en la criminalidad,<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
74
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
más frecuentemente al servicio de un novio, esposo o compañero en<br />
actividades menos violentas, como el tráfico minorista de drogas.<br />
Cuanto a las chicas, las escuelas confían más en la eficacia<br />
de llamar sus responsables a una reunión. También es menos frecuente<br />
encaminar la chica a la casa antes del término de las clases,<br />
porque ella evidentemente es aún más vulnerable que un chico<br />
sólo, en especial por el riesgo de abuso sexual, incluso violación.<br />
Dos pesos, dos medidas, como se concluye. El cambio de clase y<br />
de escuela es también mucho más raro para las chicas porque la<br />
indisciplina y la transgresión son más típicas del sexo masculino.<br />
Ellos tienen más dificultad de ajustarse al orden social de la escuela<br />
y a los requerimientos de evaluación, al contrario, su rebelión<br />
es muchas veces una forma de afirmación indispensable para los<br />
grupos de que participan. Sino lo hacen, se quedan víctimas de la<br />
homofobia. Aunque las evaluaciones nacionales no indiquen la nítida<br />
superioridad de rendimiento intelectual de las chicas, excepto<br />
en la lengua nacional, los alumnos se integran más a la cultura del<br />
riesgo, del desafío, de la inconformidad y de la iniciativa (Gomes,<br />
2005). Por su turno, las niñas son aún las que más se ajustan a las<br />
normas, a un cuerpo docente predominantemente femenino y a la<br />
concentración intelectual. Es verdad que nuevas femineidades se<br />
desarrollan, como sugiere la repartición casi paritaria de sexo en<br />
el encaminamiento a la policía, pero las chicas practican menos<br />
violencia, sus comportamientos violentos son más simbólicos que<br />
físicos y, por eso, son menos visibles. Por eso, son bien menos<br />
punidas que los chicos.<br />
Tabla 8 –Alumnos que declararon haber recibido punición por tipo según<br />
el sexo- % sobre las respuestas válidas.<br />
Tipos de puniciones<br />
Sexo<br />
Femenino Masculino Total<br />
75<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Encaminamiento al directivo<br />
42 58<br />
100<br />
Pérdida de puntos en la evaluación de<br />
100<br />
35.3 64.7<br />
rendimiento<br />
Expulsión del salón de clase 42 58 100<br />
Advertencia escrita 35.3 64.7 100<br />
Mensaje dirigida a los padres/responsables 41.3 58.7 100<br />
Convocación de los padres/responsables 51.5 48.5 100<br />
Privación del recreo 32.5 67.5 100<br />
Hacer ejercicios adicionales 47.4 52.6 100<br />
Suspensión de clase por uno o más días 44.6 55.4 100<br />
Prorrogación del día en la escuela 39.2 60.8 100<br />
Encaminamiento inmediato a la casa 15 85 100<br />
Cambio de clase 33.3 66.7 100<br />
Encaminamiento al Consejo de Tutela 23.8 76.2 100<br />
Encaminamiento a la policía 47.2 52.8 100<br />
Cambio compulsorio de escuela 22.7 77.3 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
La relación entre la práctica de la violencia y la punición es visible<br />
en la tabla 9. El grupo de edad de los 13 a los 15 años es también<br />
el que sufre puniciones con más frecuencia. Las especies de<br />
puniciones también varían según la edad: para los más jóvenes,<br />
con relaciones más fuertes con la familia, predomina el encaminamiento<br />
al directivo, la convocación de los padres o responsables y<br />
la comunicación por escrito con estos últimos. Pocos, en términos<br />
absolutos y relativos, cambian de clase o menos aún de escuela.<br />
Sin embargo, la proporción de los que son encaminados a la policía<br />
y al Consejo de Tutela no es despreciable.<br />
El grupo de los 13 a 15 años representa en promedio más<br />
de dos tercios de los punidos, con todo el repertorio de punicio-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
76
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
nes disponibles, incluyendo la transferencia de escuela y la terrible<br />
pérdida de puntos en la evaluación de su rendimiento. Por último,<br />
el grupo de 16 años y más reúne los porcentajes más bajos en<br />
relación al total de los que se declararon punidos. La advertencia<br />
por escrito, la vuelta a la casa y el encaminamiento al Consejo de<br />
Tutela fueron las providencias más frecuentes.<br />
Tabla 9 –Alumnos que declararon haber recibido punición por tipo según<br />
la edad- % sobre las respuestas válidas.<br />
Tipos de puniciones<br />
Edad (en años)<br />
10-12 13-15 16 y más Total<br />
más<br />
Encaminamiento al directivo<br />
31.9 58.1 9.2<br />
100<br />
Pérdida de puntos en la evaluación de<br />
100<br />
10.6 75.3 14.1<br />
rendimiento<br />
Expulsión del salón de clase 17.5 72.5 9.7 100<br />
Advertencia escrita 14.7 64.7 20.6 100<br />
Mensaje dirigida a los padres/responsables 20 69.4 10.6 100<br />
Convocación de los padres/responsables 30.4 58.8 10.4 100<br />
Privación del recreo 20.5 66.3 12 100<br />
Hacer ejercicios adicionales 20.4 70 9.3 100<br />
Suspensión de clase por uno o más días 19.8 69.8 9.9 100<br />
Prorrogación del día en la escuela 16.7 69.6 12.7 100<br />
Encaminamiento inmediato a la casa 10 60 30 100<br />
Cambio de clase 20 62.2 17.8 100<br />
Encaminamiento al Consejo de Tutela 23.8 47.6 28.6 100<br />
Encaminamiento a la policía 23.6 63.4 13 100<br />
Cambio compulsorio de escuela 9.1 72.7 18.2 100<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Observación: La pregunta permitía respuestas múltiples.<br />
77<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Por último, las variaciones cuanto al grado indican una vez más<br />
que las clases de aceleración del aprendizaje y las del quinto grado<br />
eran las más críticas (tabla 10). Una vez más las discontinuidades<br />
curriculares y el fracaso escolar se presentan asociados a la práctica<br />
de violencia y indisciplina por los alumnos. Las puniciones proporcionalmente<br />
más graves recayeron sobre los alumnos con más<br />
alto desfase edad-grado, en las clases de aceleración. Los alumnos<br />
del quinto grado recibieron puniciones más livianas, pero fueron<br />
relativamente elevadas las proporciones de transferencias para<br />
otro establecimiento y de encaminamiento a la autoridad policial.<br />
Debe recordarse que la mayoría de los alumnos del quinto<br />
grado no tenían la edad recomendada de 11 años, pero acumulaban<br />
un retraso de períodos anteriores. Esto significa que, además<br />
de los abruptos cambios curriculares, muchos de ellos se encuentran<br />
en la “edad crítica” de la adolescencia, cuando es más difícil<br />
aceptar el orden escolar. A partir del quinto grado, la frecuencia y<br />
la gravedad de las puniciones tienden a disminuir, llegando al nivel<br />
mínimo en el octavo grado.<br />
Tabla 10 –Alumnos que declararon haber recibido punición por tipo según<br />
el grado- % sobre los casos válidos.<br />
Tipos de puniciones<br />
Grados<br />
5º 6º 7º 8º Aceleración Total<br />
Encaminamiento al directivo<br />
25.2 23.5 20.2 5 261<br />
100<br />
Pérdida de puntos en la<br />
100<br />
22.4 16.5 12.9 5.8 42.4<br />
evaluación de rendimiento<br />
Expulsión del salón de clase 24.9 16.4 15.6 10.4 32.7 100<br />
Advertencia escrita 20.6 14.7 8.8 11.8 44.1 100<br />
Mensaje dirigida a los<br />
100<br />
26.3 22.5 15.0 4.9 31.3<br />
padres/responsables<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
78
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
Convocación de los padres/<br />
100<br />
25 22.7 17.3 10.8 24.2<br />
responsables<br />
Privación del recreo 24.1 22.9 20.5 8.4 24.1 100<br />
Hacer ejercicios adicionales 20.7 19.3 24.5 14.4 21.1 100<br />
Suspensión de uno o más<br />
100<br />
20.3 20.7 18.9 14 26.1<br />
días de clase<br />
Prorrogación del día en la<br />
100<br />
26.5 17.6 18.6 5.9 31.4<br />
escuela<br />
Encaminamiento inmediato a<br />
100<br />
15 20 5 10 50<br />
la casa<br />
Cambio de clase 31.1 13.3 8.9 4,4 42.3 100<br />
Encaminamiento al Consejo<br />
100<br />
19 28.6 14.3 4,8 33.3<br />
de Tutela<br />
Encaminamiento a la policía 23 18.6 19.3 9.3 29.8 100<br />
Cambio compulsorio de<br />
100<br />
22.7 18.2 18.2 4.5 36.4<br />
escuela<br />
Fuente: Investigación empírica.<br />
Conclusión<br />
Los resultados de esta investigación, considerando sus limitaciones,<br />
en líneas generales confirman la literatura cuanto a la asimetría de la<br />
incidencia de práctica de violencia, de la victimización y de las puniciones.<br />
Los chicos practican violencias físicas, más visibles, con mayor<br />
frecuencia y son más sancionados por esto. Las chicas son autoras<br />
predominantemente de violencias simbólicas y son menos sancionadas.<br />
En compensación, las chicas tienden a ser un poco más vulnerables<br />
a los actores de la violencia. Cuanto a la edad, se destacó un<br />
período crítico, entre los 13 y 15 años, antes y después del cual la<br />
práctica, la victimización y la punición son menores. Por último, cuanto<br />
mayor el fracaso escolar, aquí representado por el desfase edad-grado,<br />
mayores la práctica, la victimización y la punición por violencia.<br />
79<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Tales variaciones, algunas veces una tendencia de moderada<br />
a flaca, implican formas diferentes de tratamiento de la violencia<br />
escolar y, consecuentemente, la necesidad de que los educadores<br />
piensen en grupos diferenciados y no solamente en individuos. Lo<br />
que más resalta es el estado precario de los puentes entre los establecimientos<br />
educativos y sus discentes. Las dificultades de comunicación<br />
contribuyen para generar un hiato entre la cultura escolar<br />
y las culturas adolescentes y entre la cultura escolar y la situación<br />
de exclusión social de parte de los discentes. Sin abrir mano de sus<br />
finalidades, prescritas por la Constitución y la Ley, los currículos<br />
dejaban de explorar innúmeras vías para mejor comunicarse y llegar<br />
a sus objetivos. Éste casi abismo daba a la violencia las caras del<br />
fracaso escolar y de las desventajas socioeconómicas, contribuyendo,<br />
por su circularidad acumulativa, a situaciones de riesgo de los<br />
alumnos en el presente y en el futuro. Éstos son procesos capaces<br />
de contribuir expresivamente para la perpetuación de la exclusión<br />
escolar y social, con sus contenidos de violencia. La impropiedad<br />
de las sanciones escolares.<br />
Además, en este diálogo precario entre las dos extremidades<br />
de los puentes se miran dos desconocidos: educadores y alumnos.<br />
En el laberinto de la recíproca incomprensión, los adolescentes se<br />
recogen a sus cápsulas grupales, que son los reductos de sus subjetividades,<br />
de la conquista de su autonomía y de la superación<br />
de la heteronomia en relación a los adultos. La impropiedad de<br />
las sanciones escolares salta a los ojos, manteniendo un equilibrio<br />
frágil, pero generando al mismo tiempo efectos colaterales nocivos.<br />
Esta “inestabilidad estable” en gran parte resulta del desconocimiento<br />
mutuo y de nubes que filtran la luz. ¿Por qué cierto grupo<br />
de edad practica y sufre comportamientos violentos? ¿Cuál es<br />
(o cuáles son) la naturaleza de la adolescencia? ¿Cuáles son las<br />
características de sus crisis? ¿Hay realmente una cultura juvenil?<br />
¿Cuáles son los lugares de los adolescentes en los contextos fami-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
80
Autoría, victimización y puniciones:<br />
relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />
liar, escolar, de pares y otros? (Véase, por ejemplo, Quentel, 2004;<br />
Breviglieri, 2007; Lahire, 2007; Groppo, 2009). ¿Es la adolescencia<br />
una etapa regida por el tiempo rumbo a una madurez, mejor que<br />
ella, similar a la noción neoevolucionista del progreso social? ¿Es<br />
la adolescencia, especialmente en estos principios del siglo XXI y<br />
en las diferentes latitudes, una etapa preparatoria y/o un periodo<br />
que se vive en sí mismo? Éstas son algunas cuestiones que corresponde<br />
a la academia tomar como objetos de reflexión y que es el<br />
tema de uno de los proyectos de esta Cátedra UNESCO.<br />
**Profesora asociada (MSc.) de la Universidad Universidad Católica<br />
de Brasilia y secretaria ejecutiva de la Cátedra UNESCO referida.<br />
adrianalira@ucb.br<br />
***Profesor Catedrático del Programa de Posgrado en Educación y<br />
fundador de la Cátedra UNESCO mencionada.<br />
clgomes@terra.com.br<br />
****Profesor Asociado del Programa de Posgrado en Educación y<br />
investigador asociado de la Cátedra UNESCO mencionada.<br />
cangelo@ucb.br<br />
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Notas<br />
1<br />
Proyecto de investigación de la Cátedra UNESCO de Juventud, Educación y<br />
Sociedad de la Universidad Católica de Brasilia, Brasil.<br />
2<br />
Fuentes de los datos originales: IBGE y CODEPLAN. El nivel máximo de<br />
desigualdad del índice de Gini es 1,000 y el mínimo es 0,000.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
84
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia<br />
en el grupo y prevenir la violencia en la escuela.<br />
María Jesús Comellas Carbó<br />
Datos sociométricos<br />
Doctora en Filosofía. Profesora investigadora del Departamento de Pedagogía<br />
Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona.<br />
mjcomellas@grode.org<br />
Recibido 7 Agosto 2011<br />
Aceptado 15 Septiembre 2011<br />
Resumen<br />
El proceso de socialización, de desarrollo de la autoimagen social y de la personalidad<br />
se realiza en el marco del centro educativo a lo largo de las etapas<br />
educativas infantil primaria, especialmente secundaria.<br />
Este proceso se da de forma directa en el marco del grupo aula a través de las<br />
experiencias y vivencias relacionales lideradas, de forma especial con criterios<br />
pedagógicos, por el profesorado.<br />
Este liderazgo tiene como objetivo fundamental crear, para todo el alumnado,<br />
condiciones favorables para que todo el alumnado tenga una percepción positiva<br />
de su lugar en el grupo. Estas condiciones de manera natural no se dan debido<br />
a múltiples factores sean culturales, rendimientos académicos o afinidades.<br />
Se presentan resultados obtenidos durante 3 cursos escolares en centros<br />
de primaria y secundaria donde se pone en evidencia la incidencia de fortaleza de<br />
las acciones educativas llevadas a cabo como factor de prevención de la violencia<br />
escolar y mejora de la convivencia.<br />
Palabras clave: Socialización, liderazgo adulto, grupo iguales autopercepción<br />
positiva y negativa, oportunidades.<br />
85<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Estado de la cuestión<br />
En la dinámica relacional, cada miembro del grupo tiene su propia<br />
percepción del lugar que ocupa en él y el grado de protagonismo<br />
que tiene. Es precisamente en esta valoración o percepción de su<br />
situación en el grupo (autopercepción) en la que se centra este<br />
análisis por la influencia que tiene en las conductas, actitudes y las<br />
repuestas en cada una de las situaciones cotidianas.<br />
El debate de las causas del ajuste o desajuste de esta autopercepción<br />
y la búsqueda de alternativas para actuar deben hacerse<br />
en el marco de la comunidad educativa para dar una respuesta<br />
integrada y consensuada que incida en la dinámica del grupo y<br />
favorezca el proceso de socialización del alumnado. En el grupo<br />
todas las personas aprenden competencias y habilidades sociales<br />
necesarias para vivir en un mundo complejo y todas las personas,<br />
en algún momento, pueden encontrarse con situaciones complejas<br />
que les representen una cierta vulnerabilidad relacional. Por ello es<br />
importante conocer las dificultades que afectan a las personas para<br />
poder estar bien relacionadas en el grupo.<br />
El análisis que se presenta, compartido con el profesorado,<br />
ahonda en este factor, desde un modelo de investigación-acción<br />
participativa, pretende mostrar la tendencia de mejora del desajuste<br />
en la autopercepción del alumnado a partir de la implicación colectivas<br />
que den respuestas a dichas causas.<br />
El grupo escolar contexto de socialización<br />
El proceso de socialización, posterior al iniciado en la familia, grupo<br />
de socialización primario, se da, en gran medida, desde las <strong>primera</strong>s<br />
edades, en el contexto del centro educativo y favorece el desarrollo<br />
de unas competencias relacionales, más amplias, imprescindibles<br />
para convivir y adaptarse a la sociedad.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
86
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
Este aprendizaje no se da de forma espontánea sino de forma<br />
progresiva con la acción educativa sistemática que potencie la<br />
comprensión de las pautas relacionales, la adquisición de habilidades<br />
y garantice que cada persona del grupo tenga un espacio en<br />
que construir positivamente su personalidad como ser social.<br />
Los factores individuales, sociales, escolares o ambientales<br />
no deben ser condicionantes de este proceso y posiblemente tendrían<br />
una influencia evidente, sin la intervención educativa, especialmente<br />
por el hecho de que los grupos escolares tienen unas<br />
características y unos objetivos específicos que condicionan la dinámica<br />
y las relaciones. Por ello el liderazgo adulto es determinante<br />
para hacer posible que el 100% del alumnado pueda participar<br />
de una dinámica grupal positiva.<br />
No existe una definición unívoca de grupo. Según sea el enfoque<br />
se hace hincapié en el aspecto que se considera más relevante<br />
y que se desea valorar y potenciar como referencia.<br />
En principio debe haber una pluralidad de individuos que estén<br />
en contacto, que tienen cuenta de su existencia y conciencia de<br />
cierto elemento común de importancia que les diferencia de otros<br />
(Olmsted, 1984). De igual manera para que un grupo pueda ser<br />
considerado y tratado como tal debe reunir dos condiciones previas:<br />
debe estar constituido por una pluralidad de personas y debe<br />
haber una limitación numérica que les distingue de las colectividades,<br />
ejercito, por ejemplo, o de las categorías sociales generales<br />
de sexo, estatus social, etcétera, (Merton,1980).<br />
Por tanto uno de los aspectos que se valoran como relevantes<br />
para que el grupo tenga entidad como tal es que los individuos<br />
tengan alguna conciencia sobre los vínculos que les unen entre sí<br />
y que, por el hecho de pertenecer al grupo, deben interactuar de<br />
acuerdo con unos esquemas establecidos previamente sea por el<br />
propio grupo o por agentes externos.<br />
87<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
La percepción de pertenecer al grupo permite verse en relación<br />
a otras personas y actuar como miembros del grupo y no como<br />
simples individuos. Esta conciencia de la relación y actuación permite<br />
que el grupo tenga entidad psicosocial.<br />
Un grupo no es, por tanto, una simple pluralidad de personas,<br />
sino un todo dinámico, un conjunto de relaciones que involucra a<br />
todos sus componentes y su naturaleza está en la interdependencia<br />
de las personas y en el sistema grupal que se encuentra en un<br />
continuo proceso de cambio.<br />
El grupo como unidad tiene características que inciden directamente<br />
en su dinámica y por tanto el grupo aula participará<br />
directamente de estas características lo que le confiere una gran<br />
complejidad. Es un grupo primario por la estabilidad en el espacio,<br />
el tiempo y los vínculos y tiene simultáneamente las características<br />
de los grupos formales: organización escolar y de<br />
los informales amistades espontáneas y subgrupo, hecho comporta<br />
complejidad en su gestión y, en este caso, en la intervención<br />
educativa (Cooley, 1933) (cuadro 1).<br />
Según la estructura<br />
grupo formal: necesita liderazgo<br />
organización y las persones buscan<br />
un objetivo concreto<br />
grupo informal: grupo reducido que<br />
no necesita liderazgo organización<br />
ni motivos<br />
(Cuadro 1)<br />
Según los vínculos relacionales<br />
grupo primario: grupo reducido en el<br />
mismo espacio, estabilidad y con roles<br />
claros, relaciones afectivas<br />
grupo secundario: muchas persones,<br />
con relaciones formales y posible<br />
grupo primario: grupo reducido en el<br />
mismo espacio, con estabilidad, roles<br />
claros y relaciones afectivas<br />
grupo secundario: muchas personas,<br />
con relaciones formales y posible<br />
movilidad<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
88
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
En el momento en que los grupos escolares responden a diferentes<br />
criterios en su constitución y no vienen determinados por motivaciones<br />
de las personas sino por una serie de circunstancias<br />
es preciso hacer un análisis en profundidad para comprender las<br />
posibles dinámicas que emergen de dicha complejidad ya que va<br />
a determinar, en gran manera, la calidad y satisfacción de la vida<br />
en el grupo ya que estará condicionada por las actitudes individuales<br />
y las posibilidades de pertenencia en el grupo como se pone en<br />
evidencia en el planteamiento siguiente (cuadro 2).<br />
El aula, un grupo formal<br />
• Hay un líder formal que debe guiar el grupo hacia el<br />
logro de los objetivos.<br />
• Los miembros tienen tareas específicas y roles<br />
definidos, aun cuando no siempre son visibles.<br />
• Cada componente ocupa un lugar o estatus dentro<br />
el grupo.<br />
• Hay un seguido de normas explícitas que concretan<br />
cómo deben ser las relaciones entre los componentes<br />
del grupo y hay otras implícitas que realmente<br />
son las que determinan la calidad de las relaciones.<br />
• Se han de conseguir unos objetivos.<br />
• Las actuaciones de cada miembro y las del grupo se<br />
evalúan.<br />
• Las relaciones que se establecen dentro el grupo no<br />
son inicialmente de cariz afectivo puesto que no han<br />
elegido pertenecer a este grupo.<br />
• No siempre hay coincidencia entre la posición que<br />
las otras personas atribuyen a cada miembro dentro<br />
el grupo y la percepción personal de la posición que<br />
se ocupa.<br />
Características<br />
89<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
• No todos consiguen integrarse socialmente dentro<br />
el grupo.<br />
• Cuando la frustración y los sentimientos de incompetencia<br />
e insuficiencia personal son intolerables<br />
porque hay demandas excesivas.<br />
• Cuando la emergencia de liderazgos en el sí del<br />
grupo provocan en algunos de sus miembros sea la<br />
retirada, la busca de estrategias de invisibilidad o el<br />
enfrentamiento más o menos violento.<br />
• Cuando la dinámica del grupo no permite que todos<br />
sus miembros participen y tengan la posibilidad de<br />
utilizar sus habilidades.<br />
• Cuando las normas del grupo afectan la libertad del<br />
suyos miembros fuera del contexto grupal.<br />
• Cuando la pertenencia al grupo provoca una evaluación<br />
negativa por parte de personas externas.<br />
• Cuando hay sentimientos personales de valoración<br />
negativa, experiencias victimizadoras o de marginación,<br />
sea esta real o no, implícita o explicita.<br />
(Cuadro 2)<br />
Riesgos de exclusión del grupo<br />
La percepción positiva y negativa<br />
La percepción está estrechamente relacionada con lo que se espera<br />
del grupo. Será ajustada si hay coincidencia entre lo que se espera<br />
y lo que se recibe y a su vez será percepción ajustada positiva<br />
relacionada con el número de elecciones esperadas y las recibidas<br />
y en sentido contrario la percepción ajustada negativa estará relacionada<br />
con el número de rechazos esperados y los recibidos.<br />
No se trata, pues, de la situación de aceptación o rechazo en<br />
que se halla la persona sino el grado de conciencia de su situación<br />
en el grupo, factor determinante de su autoimagen grupal es decir<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
90
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
su conciencia del “yo soy y pertenezco a un grupo” y en estrecha<br />
relación con las respuestas que el grupo da de forma dinámica<br />
y recíproca. Cuando esta relación es satisfactoria la persona se<br />
siente aceptada y valorada positivamente lo que favorece su percepción<br />
y autoestima.<br />
Autopercepción positiva<br />
Código<br />
N/C<br />
Baja<br />
Ajustada<br />
Alta<br />
Muy alta<br />
Comentarios<br />
global<br />
Significado de los índices de autovaloración positiva<br />
Personas que no han contestado a la pregunta: ¿“Quién crees<br />
que te habrá elegido”? O que han contestado que no tendrían<br />
ninguna elección.<br />
Personas que creen que recibirán pocas elecciones. La realidad<br />
es que reciben más de las que suponen.<br />
Personas que esperan recibir un nombre determinado de elecciones<br />
y coincide aproximadamente con las supuestas.<br />
Personas que creen que recibirán más elecciones. La realidad<br />
es que reciben menos de las que suponen.<br />
Personas que creen que recibirán muchas elecciones. La realidad<br />
es que reciben muchas menos de las que suponen Frecuentemente<br />
son personas rechazadas y pueden compensar<br />
este rechazo con expansividad positiva.<br />
Cuando la autopercepción es baja o muy baja indica que<br />
las relaciones positivas son poco percibidas por lo que<br />
se genera una distancia entre las personas con posibles<br />
afinidades y dificulta la creación de los vínculos relacionales<br />
positivos.<br />
La percepción desajustada alta no permite comprender<br />
las actitudes y distancia del grupo por lo que se<br />
dificulta su integración.<br />
Por el contrario, si la persona se siente poco aceptada y/o rechazada,<br />
aunque no sea cierto, le condicionará en sus relaciones y<br />
podrá provocar aislamiento, dificultades de cooperación y una baja<br />
autoestima (Castillo, 2009).<br />
91<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Código<br />
N/C<br />
Baja<br />
Ajustada<br />
Alta<br />
Muy alta<br />
Comentario<br />
global<br />
significado<br />
Personas que no han contestado a la pregunta: ¿“Quién crees<br />
que te habrá rechazado”?<br />
Personas que creen que recibirán pocos rechazos. La realidad<br />
es que reciben más de las que suponen.<br />
Personas que esperan recibir un nombre determinado de<br />
rechazos y coincide aproximadamente con los supuestos.<br />
Personas que creen que recibirán más rechazos. La realidad<br />
es que reciben menos de las que suponen.<br />
Personas que creen que recibirán muchos rechazos. La<br />
realidad es que reciben muchos menos de los que suponen.<br />
Cuando las relaciones negativas (autopercepción alta o<br />
muy alta) se generan dificultades relacionales y la creación<br />
de vínculos relacionales positivos y a su vez se pueden<br />
generar actitudes reactivas. La baja percepción no permite<br />
modificar actitudes o incidir en los factores que favorecen<br />
el rechazo.<br />
Todas estas percepciones determinan en gran medida la manera de<br />
situarse en el grupo clase y, en cada subgrupo que se forme dentro<br />
de éste por las repercusiones en actitudes y comportamientos, ya<br />
que el alumnado con una percepción desajustada de su situación<br />
grupal será menos receptivo a las respuestas del grupo y a las actividades<br />
que se pueden proponer porque tienen más importancia<br />
las percepciones que la realidad propiamente dicha por lo que son<br />
estas percepciones las que se deben modificar especialmente en el<br />
caso de los desajustes en que el alumnado cree que su situación es<br />
menos positiva.<br />
Considerando que las experiencias que el alumnado tenga de<br />
las relaciones grupales influirán en su desarrollo individual y social,<br />
tanto positiva como negativamente, es fundamental la acción del<br />
profesorado para crear un espacio de pertenencia donde vincularse<br />
y potenciar la cohesión a través del estilo de sus relaciones, rol<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
92
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
y responsabilidades diferenciados, más que a través de procesos<br />
cognitivos (Dubet, 2002).<br />
Con este planeamiento se quiere proponer que todas las personas<br />
se relacionen positivamente entre sí sino que se puedan<br />
crear oportunidades para que todas las personas puedan tener un<br />
espacio relacional positivo y que las antipatías no tengan una intensidad<br />
(número de rechazos) que dificulten las relaciones grupales.<br />
Metodología y población<br />
La metodología utilizada, en el marco del Observatorio de la violencia<br />
en las escuelas (OVE), del Grupo de investigación en orientación<br />
y desarrollo educativo (GRODE) se enmarca en el modelo de<br />
la investigación acción participativa contextualizada en el centro<br />
educativo y centrada en la participación de los equipos educativos<br />
que interviene en el grupo.<br />
El objetivo principal trata de revisar la intervencion educativa<br />
de manera que se pueda inicidir en la percepción desajusta<br />
del alumando tanto de su aceptación (percepción positiva) como<br />
de su aislamiento (percepción negativa) factores que dificultan<br />
las dinámicas positivas en el aula y son factores de riesgo que<br />
pueden generar violencia.<br />
Se parte del análisis de la dinámica del aula a través de la<br />
voz del alumnado mediante la aplicación de las 4 preguntas del sociograma:<br />
(http://portal.grode.org) que ofrece informaciones a nivel<br />
cuantitativo y cualitativo en relación a las atracciones, rechazos y<br />
sobretodo en la percepción que tiene de estas relaciones. Esta información<br />
permite conocer la estructura interrelacional del grupo a<br />
través de las respuestas de las personas que lo componen.<br />
Se considera fundamental la visión de la dinámica del grupo así<br />
como a las percepciones que tienen cada persona del grupo por ser<br />
93<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
determinante de las actitudes e incidencia en el proceso de construcción<br />
de su identidad.<br />
Datos<br />
Se presenta un estudio realizado por el grupo GRODE en 60 centros<br />
escolares, 54 públicos y 6 concertados, de educación primaria<br />
y secundaria de Catalunya (España). Los datos que se presentan,<br />
obtenidos de la aplicación de un software on line, elaborado por el<br />
propio grupo, se enmarcan en la investigación que realiza, desde<br />
hace 6 años, el Observatorio de la violencia en las escuelas en Catalunya<br />
(España) (OVE) y corresponden a los cursos 2008-2009,<br />
2009-2010 y 2010-2011.<br />
En el curso escolar del 2008-2009 participaron 555 grupos<br />
con un total de 12,343 individuos, 5,872 alumnas y 6,471 alumnos,<br />
que por etapas corresponden 5,868 a educación primaria y 6,380 a<br />
educación secundaria (gráfico 1 y 2).<br />
Sexo<br />
Femenino<br />
Masculino<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
52,43%<br />
n=6471<br />
47,57%<br />
n=5872<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
94
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
0,77%<br />
n=95<br />
Etapa Educativa<br />
Primaria<br />
Secundaria<br />
Bachillerato<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
51,69%<br />
n=6381<br />
47,54%<br />
n=5868<br />
Gráfico 1<br />
Etapa Educativa<br />
Primaria<br />
Secundaria<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
44,71%<br />
n=4676<br />
55,29%<br />
n=5783<br />
Sexo<br />
Femenino<br />
Masculino<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
51,38%<br />
n=5372<br />
48,62%<br />
n=5084<br />
Gráfico 2<br />
En el curso escolar 2009-2010 participaron 479 grupos con un total<br />
de 10,456 personas, de las que 5,084 eran alumnas y 5,372, alumnos.<br />
De educación primaria, el total era de 5,783 y de educación<br />
secundaria, 4,673 (Gráfico 3 y 4).<br />
95<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Sexo<br />
Femenino<br />
Masculino<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
50,72%<br />
n=4458<br />
49,28%<br />
n=4331<br />
Gráfico 3<br />
1,11%<br />
n=97<br />
Etapa Educativa<br />
Infantil<br />
Primaria<br />
Secundaria<br />
41,40%<br />
n=3607<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
57,48%<br />
n=5008<br />
Gráfico 4<br />
En el curso escolar 2010-2011 participaron 402 grupos (datos en el<br />
mes de febrero) con un total de 8789 personas, de las que 4,331<br />
eran alumnas y 4,458, alumnos. De educación primaria, el total era<br />
de 5,008, de educación secundaria, 3607 y 97 infantil (gráfico 5 y 6).<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
96
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
11,84%<br />
n=1238<br />
6,99%<br />
n=731<br />
5,76%<br />
n=602<br />
17,54%<br />
n=1834<br />
Auto Percepción Positva Recodificada<br />
No hay respuesta o individual o grupal<br />
Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />
Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />
Percepción ajustada (71-140)<br />
Espera recibir más Elecciones de las recibidas (141-250)<br />
Espera recibir muchas más Elecciones de las recibidas (+ 250)<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
32,97%<br />
n=3448<br />
24,92%<br />
n=2606<br />
Gráfico 5<br />
11,28%<br />
n=1392<br />
6,38%<br />
n=787<br />
10,98%<br />
n=1355<br />
16,28%<br />
n=2010<br />
Autopercepción Positiva Recodificada<br />
No hay respuesta individual o grupal<br />
Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />
Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />
Autopercepción Ajustada (71-140)<br />
Espera recibir Más Elecciones de las recibidas (140-250)<br />
Espera recibir Muchas Más Elecciones de las recibidas +250<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
31,47%<br />
n=3885<br />
23,61%<br />
n=2915<br />
Gráfico 6<br />
El análisis que se realiza conjuntamente con el profesorado responde<br />
al seguimiento del proceso que el profesorado ha realizado a lo<br />
largo de estos 3 años para mejorar las oportunidades relacionales.<br />
Interpretación de los resultados.<br />
El análisis de los datos se realiza desde dos puntos de vista<br />
en relación a las elecciones y los rechazos.<br />
Lo que se percibe:<br />
Autopercepción positiva<br />
Autopercepción negativa<br />
97<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Autopercepción positiva:<br />
11,84%<br />
n=1238<br />
6,99% 5,76%<br />
n=731 n=602<br />
Autopercepción<br />
17,54%<br />
n=1834<br />
Auto Percepción Positva Recodificada<br />
No hay respuesta o individual o grupal<br />
Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />
Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />
Percepción ajustada (71-140)<br />
Espera recibir más Elecciones de las recibidas (141-250)<br />
Espera recibir muchas más Elecciones de las recibidas (+ 250)<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
32,97%<br />
n=3448<br />
24,92%<br />
n=2606<br />
Gráfico 14<br />
11,28%<br />
n=1392<br />
6,38%<br />
n=787<br />
10,98%<br />
n=1355<br />
16,28%<br />
n=2010<br />
Autopercepción Positiva Recodificada<br />
No hay respuesta individual o grupal<br />
Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />
Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />
Autopercepción Ajustada (71-140)<br />
Espera recibir Más Elecciones de las recibidas (140-250)<br />
Espera recibir Muchas Más Elecciones de las recibidas +250<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
31,47%<br />
n=3885<br />
Gráfico 15<br />
23,61%<br />
n=2915<br />
Un primer factor a valorar es el hecho de que ha disminuido de<br />
manera significativa el número de personas que no esperan recibir<br />
elecciones.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 13<br />
2009-2010<br />
Gráfico 14<br />
2010-2011<br />
Gráfico 15<br />
N/<br />
Contesta<br />
10.36% del<br />
alumnado<br />
5.76% del<br />
alumnado<br />
4.89% del<br />
alumnado<br />
Hay una tendencia poco regular en la percepción de la recepción de menos<br />
elecciones de las reales y el número de persones es aun muy considerable.<br />
Es evidente que este es el foco de la intervención que debe<br />
priorizarse ya que la situación relacional es mejor de lo que se percibe.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
98
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
2008-2009<br />
Gráfico 13<br />
El 39.89% del<br />
2009-2010<br />
Gráfico 14<br />
El 42.06% del<br />
2010-2011<br />
Gráfico 15<br />
Autopercepción<br />
de baja aceptación alumnado alumnado<br />
El 41.75% del<br />
alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que cree que recibirán pocas elecciones. La<br />
realidad es que reciben más de las que suponen.<br />
Se ve, también ligeramente reflejado que hay un mayor % de alumnado<br />
que tiene ajuste en la Autopercepción positiva es decir tienen<br />
una expectativa de las elecciones que se esperan recibir ajustada<br />
a la realidad.<br />
Autopercepción de<br />
las aceptaciones<br />
ajustadas.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 13<br />
31.47% del<br />
alumnado<br />
2009-2010<br />
Gráfico 14<br />
32.97% del<br />
alumnado<br />
2010-2011<br />
Gráfico 15<br />
33.59% del<br />
alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que espera recibir un nombre determinado de<br />
elecciones y aproximadamente coincide con las recibidas.<br />
Es importante valorar el escaso ajuste que se mantiene incluso<br />
muestra una tendencia a incrementarse de la percepción de recibir<br />
más aceptación de la real, lo que exige un análisis en profundidad<br />
de los factores que determinan esta percepción.<br />
Autopercepción de<br />
alta aceptación.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 13<br />
11.28% del<br />
alumnado<br />
2009-2010<br />
Gráfico 14<br />
11.84% del<br />
alumnado<br />
2010-2011<br />
Gráfico 15<br />
13.17% del<br />
alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que cree que recibirán más elecciones. La realidad<br />
es que reciben menos de las que suponen.<br />
Esta valoración debe vincular-se igualmente con el desajuste en la<br />
autopercepción de recibir muchas más acepciones % que se mantiene<br />
con una cierta estabilidad.<br />
99<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Autopercepción de<br />
aceptación muy alta.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 13<br />
6.38% del<br />
alumnado<br />
2009-2010<br />
Gráfico 14<br />
6.99% del<br />
alumnado<br />
2010-2011<br />
Gráfico 15<br />
6.59% del<br />
alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que cree que recibirán muchas elecciones. La<br />
realidad es que reciben muchas menos de las que suponen.<br />
Autopercepción de los rechazos recibidos. Autopercepción negativa<br />
Estrechamente vinculados a la autopercepción positiva están los<br />
datos de la autopercepción negativa ya que se dan en el mismo<br />
grupo y se relacionan estrechamente en cuanto a las actitudes y<br />
pautas relacionales entre las personas.<br />
17,27%<br />
n=1806<br />
14,61%<br />
n=1528<br />
15,48%<br />
n=1619<br />
13,95%<br />
n=1459<br />
Auto valoración Negativa Recodificada<br />
No hay respuesta individual o del grupo<br />
Espera recibir muchos menos Rechazos de los recibidos (1-40)<br />
Espera recibir menos Rechazos de los recibidos (41-70)<br />
Percepción ajustada (71-140)<br />
Espera recibir más Rechazos de los recibidos (141-250)<br />
Espera recibir muchos más Rechazos de los recibidos (+250)<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
14,32%<br />
n=1498<br />
24,37%<br />
n=2549<br />
Gráfico 16<br />
17,37%<br />
n=1527<br />
14,87%<br />
n=1307<br />
13,44%<br />
n=1181<br />
14,91%<br />
n=1311<br />
Auto Percepción Negativa Recodificada<br />
No hay respuesta individual o del grupo (0)<br />
Espera recibir muchos menos Rechazos de los recibidos (1-40)<br />
Espera recibir menos Rechazos de los recibidos (41-70)<br />
Percepción Ajustada (71-140)<br />
Espera recibir más Rechazos de los recibidos (141-250)<br />
Espera recibir muchos más Rechazos de los recibidos (+250)<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
14,77%<br />
n=1298<br />
Gráfico 17<br />
24,64%<br />
n=2166<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
100
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
17,37%<br />
n=1527<br />
14,87%<br />
n=1307<br />
13,44%<br />
n=1181<br />
14,91%<br />
n=1311<br />
Auto Percepción Negativa Recodificada<br />
No hay respuesta individual o del grupo (0)<br />
Espera recibir muchos menos Rechazos de los recibidos (1-40)<br />
Espera recibir menos Rechazos de los recibidos (41-70)<br />
Percepción Ajustada (71-140)<br />
Espera recibir más Rechazos de los recibidos (141-250)<br />
Espera recibir muchos más Rechazos de los recibidos (+250)<br />
Los sectores muestran frecuencias<br />
14,77%<br />
n=1298<br />
Gráfico 18<br />
24,64%<br />
n=2166<br />
Hay un cambio significativo en la disminución de la tendencia a<br />
creer que no iban a recibir ningún rechazo por lo que se percibe<br />
como más positiva el clima del grupo.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 16<br />
2009-2010<br />
Gráfico 17<br />
2010-2011<br />
Gráfico 18<br />
N/Contesta 21.30% del 15.48% del 13.44% del alumnado<br />
alumnado alumnado<br />
Personas que no han contestado a la pregunta: ¿“Quién crees que te habrá<br />
rechazado”?<br />
Se mantienen con una ligera tendencia al alza de los valores relacionados<br />
con la percepción de bajo rechazo.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 16<br />
2009-2010<br />
Gráfico 17<br />
2010-2011<br />
Gráfico 18<br />
Autopercepción<br />
de bajo rechazo.<br />
26.34% del<br />
alumnado<br />
28.27% del<br />
alumnado<br />
29.68% del<br />
alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que cree que recibirán pocos rechazos. La realidad<br />
es que reciben más de los que suponen.<br />
Igualmente y de manera muy significativa se puede constatar que<br />
hay un índice mayor de autopercepción ajustada de los rechazos<br />
que se reciben.<br />
101<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Autopercepción<br />
de los rechazos<br />
ajustada.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 16<br />
22.57% del<br />
alumnado<br />
2009-2010<br />
Gráfico 17<br />
24.37% del<br />
alumnado<br />
2010-2011<br />
Gráfico 18<br />
24.64% del<br />
alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que espera recibir un nombre determinado de<br />
rechazos y coincide aproximadamente con los recibidos.<br />
Se mantiene el pequeño incremento de la percepción en relación<br />
a recibir un mayor número de rechazos que el real.<br />
Autopercepción<br />
de alto rechazo.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 16<br />
15.64% del<br />
alumnado<br />
2009-2010<br />
Gráfico 17<br />
17.27% del alumnado<br />
2010-2011<br />
Gráfico 18<br />
17.37% del<br />
alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que cree que recibirán más rechazos. La realidad<br />
es que reciben menos de los que suponen.<br />
Esta estabilidad se da de forma casi idéntica durante los tres periodos<br />
cuando se trata de la percepción de recibir un nivel mucho más<br />
alto de rechazos que el real.<br />
2008-2009<br />
Gráfico 16<br />
El 14.15% del<br />
2009-2010<br />
Gráfico 17<br />
El 14.61% del<br />
2010-2011<br />
Gráfico 18<br />
Autopercepción de<br />
El 14.87% del<br />
rechazo muy alto. alumnado alumnado alumnado<br />
Porcentaje del alumnado que cree que recibirán muchos rechazos. La realidad<br />
es que reciben muchos menos de los que suponen.<br />
Conclusiones<br />
Las acciones de intervención llevadas a cabo por el profesorado se<br />
valoran como el factor de incidencia más relevante en relación a la<br />
evolución de los grupos.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
102
El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />
grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />
La tendencia a la mejora en las relaciones: mayor aceptación<br />
y disminución de rechazos aunque con una variación de los %<br />
cuantitativamente no muy grande repercute en un número de alumnos<br />
y alumnas que es importante ya que se parte de una población<br />
de 31,588 en total y una media de 10,000 persona por cada año.<br />
También se considera, con el profesorado, de gran importancia<br />
que es preciso hacer actuaciones que mejoren la Autopercepción<br />
del alumnado como factor relevante para favorecer el bienestar,<br />
especialmente en la percepción positiva por debajo del nivel de<br />
aceptación y la percepción de rechazo por encima del recibido ya<br />
que el cambio de percepciones es un proceso muy lento debido a<br />
que se fundamenta en señales que en muchos momentos pueden<br />
ser equivocas por no responder a un análisis detallado sino a un<br />
juicio previo que ha marcado las relaciones precedentes.<br />
Se continúa haciendo énfasis en la valoración de la importancia<br />
del grupo clase como grupo de socialización donde el alumnado<br />
construye su imagen social y los criterios que determinan las<br />
relaciones con matices, por lo que se focaliza en la necesidad de<br />
acompañar a los equipos docentes para facilitar los procesos de<br />
análisis y poder ser transmitidos al alumnado y así favorecer la<br />
socialización y desarrollo personal como objetivos de la educación.<br />
Se añade a esta interpretación la valoración cualitativa en relación<br />
al cambio del profesorado para descentrar de los factores<br />
individuales el abordaje de las relaciones en el aula e incidir en la<br />
dinámica relacional del grupo, tomado éste como unidad de análisis.<br />
Bibliografía<br />
Castillo, G. (2009). El adolescente y sus retos. La aventura de hacerse<br />
mayor. Madrid: Pirámide.<br />
103<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
―(2010). Les relations groupales: approche analytique pour la réinterprétation<br />
de la violence scolaire. Violence à l’école: recherches<br />
et interventions. pp. (França): L’Harmatann, 01/01/2010. ISBN.<br />
―(2010). The role of teachers in the prevention of violence of education.<br />
Psychology, Society & Education. 2-1, pp. 31-43.<br />
―(2009) El grupo y su dinámica relacional. International Journal of<br />
Developmental and Educational Psychology. 2-1, pp. 713-727.<br />
―(2009). Redes educativas: Espacio de responsabilidad compartida<br />
por la comunidad para la adquisición de competencias relacionales<br />
y prevenir la violencia. International Journal of Developmental<br />
and Educational Psychology. 2-1, pp. 737-744.<br />
―(2009). L’Observatori de la violència a les escoles (OVE) Detecció<br />
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Autonoma de Barcelona.<br />
―(2008). La violencia en las escuelas ¿Por qué un cambio de enfoque?<br />
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―(2007). El Observatorio de la violencia en las escuelas. Una mirada<br />
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1 pp. 13-17. (Espanya): Grupo Editorial Universitario.<br />
―(2006). Comportamiento en las aulas. El adolescente hoy. pp.<br />
135-153. (Espanya): Certeza.<br />
Comellas, M. J. (coord.) (2003). Las competencias del profesorado<br />
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―y Lojo, M. (coords.). (2008). Un cambio de mirada para abordar y<br />
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Cooley, Ch. H. (1933). 1909, “Valuation as a social progress” The<br />
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Dubet, F. (2002). Le déclin de l’institution. Paris: Editions du Seuil.<br />
Merton, Robert K. (1980). Teoría y estructura sociales. México: FCE.<br />
Olmsted, M. S. (1984). El pequeño grupo. México: Paidós.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
104
Aceptación de las normas de convivencia y construcción de<br />
la masculinidad en la escuela<br />
Mirta S. Lojo Suárez<br />
Doctora en Psicopedagogía. Profesora-investigadora e integrante<br />
de FEGEC-GRODE de la Universidad Autónoma de Barcelona.<br />
mirtasusana.lojo@uab.cat<br />
Resumen<br />
Recibido 13 Agosto 2011<br />
Aceptado 15 Septiembre 2011<br />
Este artículo aborda la relación entre la construcción de identidades masculinas<br />
en las escuelas y la menor aceptación de las normas de convivencia por parte<br />
del alumnado de sexo masculino. En el mismo se analiza la masculinidad hegemónica<br />
como un ejercicio de poder que emerge de los procesos de producción y<br />
reproducción de significados en el grupo de pares y, se exponen algunas de sus<br />
implicaciones en la vida cotidiana de las instituciones educativas. Además, se<br />
pone de manifiesto la necesidad de participación del profesorado en la definición<br />
y activación de proyectos coeducativos que conduzcan al logro de una mayor<br />
justicia social.<br />
Palabras clave: Masculinidad hegemónica, equidad de géneros, coeducación.<br />
105<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Las normas de convivencia que rigen la vida cotidiana en los centros<br />
educativos están enmarcadas en proyectos educativos específicos<br />
y en contextos geográficos y sociales diversificados. Sin embargo,<br />
tal como relataremos a continuación, se pueden observar<br />
algunas generalidades que relacionan la mayor o menor aceptación<br />
de las normas de convivencia y los procesos de construcción de la<br />
masculinidad en niños y jóvenes.<br />
Según el estudio “El género en el sistema de representaciones<br />
del profesorado de educación secundaria” 1 (Lojo, 2002) profesoras<br />
y profesores coinciden mayoritariamente en afirmar que,<br />
en términos generales y abstractos, existen importantes diferencias<br />
entre el alumnado por razón de sexo en su relación con el medio<br />
escolar. Sobre las alumnas se afirma por ejemplo que,<br />
Están más adaptadas a la cultura académica y por lo tanto son más<br />
“escolares”. No manifiestan conductas disruptivas durante las clases<br />
y muestran un alto nivel de aceptación de las normas. Tienen bien logrados<br />
los hábitos de trabajo y manifiestan regularidad y constancia en<br />
el estudio. Son responsables y ordenadas y en las clases están más<br />
atentas. Muestran iniciativa y resolución en la realización de tareas cotidianas.<br />
Tienen una actitud más responsable y más madura. Son más<br />
aplicadas en su trabajo. Tienen cuidado en cuestiones formales como<br />
limpieza y orden. Tienen bien logrados los hábitos de trabajo y de estudio,<br />
son responsables, metódicas y aplicadas, y más maduras que los<br />
chicos. Tienen un rendimiento superior.<br />
A los alumnos se los caracteriza, entre otras cuestiones, como:<br />
Con tendencia a ser independientes y rebeldes, manifiestan la agresividad<br />
de forma física y presentan una alta frecuencia de conductas<br />
disruptivas en el aula. Son más traviesos y “quieren llamar la atención”.<br />
Son ruidosos y hablan más durante las clases. Son más propensos a<br />
crear desorden. Poco interesados por las cuestiones académicas, las<br />
cuales sitúan en un segundo plano. Al entrar en la adolescencia se<br />
muestran más interesados por “la calle” y por “el coleguismo” y menos<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
106
Aceptación de las normas de convivencia<br />
y construcción de la masculinidad en la escuela<br />
por el trabajo. Carecen de regularidad en el rendimiento y evidencian<br />
bastante improvisación. Generan más incidencias de problemas actitudinales<br />
y de disciplina.<br />
Sobre las respuestas actitudinales del alumnado, situadas en un continuum<br />
dimensional, el profesorado expresa una tendencia a la polarización<br />
en ambos sexos, coincidente con imágenes tradicionales y<br />
estereotipadas de género, según se resumen en el siguiente cuadro.<br />
EJES ALUMNAS ALUMNOS<br />
Adaptación a la cultura<br />
Alta<br />
Baja<br />
escolar<br />
Actitud ante el profesorado<br />
Obediencia Rebeldía, desafía<br />
Comportamientos Adaptación Reacción, disrupción<br />
aula<br />
Aceptación normes Alta Baja<br />
Hábitos de trabajo Bien logrados Poco logrados<br />
Actitud ante el estudio<br />
Persistencia Poco interés<br />
Actitud académica Responsables, Irresponsables<br />
metódicas<br />
Grado de madurez Madurez Infantiles, inmaduros<br />
Tipo de educación Sacrificio, esfuerzo Bajo compromiso<br />
familiar<br />
Valores Esfuerzo Jerarquía, competitividad<br />
Cuadro 1. Polarización comportamental alumnado según sexo, desde la<br />
percepción del profesorado.<br />
Ahora bien, resulta fundamental resaltar que, sino se quiere caer en<br />
reduccionismos, necesariamente se debe tener en cuenta la contextualización<br />
correspondiente a cada centro y el cruce con otros<br />
factores de diversidad/exclusión como la clase social o la etnia, entre<br />
otros. En este sentido, las identidades femeninas y masculinas<br />
no son estáticas sino que se sitúan histórica y espacialmente y se<br />
107<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
desarrollan en procesos permanentes de construcción y reconstrucción.<br />
Por este motivo, hay una gran diversidad de manifestaciones<br />
de los géneros, es decir, de realizaciones de la masculinidad/<br />
masculinidades y de la femineidad/femineidades.<br />
El concepto de masculinidad hegemónica, acuñado por R. W.<br />
Connell (citado por Kenway y Fitzclarence, 1997), se refiere a las<br />
formas dominantes y dominadoras de masculinidad que reclaman<br />
el más alto estatus y el ejercicio de influencia y autoridad. Este tipo<br />
de masculinidad estructura las relaciones de poder de dominancia<br />
y subordinación a través y entre los sexos y legitima al patriarcado.<br />
Se desarrolla a través de numerosas prácticas culturales e institucionales<br />
y no necesariamente implica violencia física (queda implícita<br />
la amenaza de su uso).<br />
En relación a las situaciones de violencia en el medio escolar,<br />
Kenway y Fitzclarence (1997) sugieren que la educación basada en<br />
el orden y el control y en la desvalorización de las esferas relacional<br />
y afectiva crea un caldo de cultivo para una cultura de la violencia.<br />
Si implícitamente los centros aprueban las versiones hegemónicas<br />
de masculinidad y evitan desarrollar la empatía y la comprensión,<br />
se hacen cómplices de la violencia.<br />
Por otra parte, el grupo de pares mediatiza los procesos de<br />
socialización de criaturas y adolescentes de forma contingente y es<br />
el portador de las definiciones de género y por su alta significatividad<br />
influye de forma relevante en la configuración de los comportamientos.<br />
También en el caso de las conductas masculinas estereotipadas,<br />
ante las cuales las prácticas convencionales del profesorado<br />
resultan inadecuadas por su carácter de individualización y patologización<br />
(Keddie, 2003).<br />
El conjunto de redes de los pares es un medio que permite<br />
explorar, negociar y practicar una serie de identidades sociales y<br />
sexuales. Y es dentro de esta estructura que los chicos aprenden<br />
los códigos de masculinidad que subyacen a las prácticas sociales<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
108
Aceptación de las normas de convivencia<br />
y construcción de la masculinidad en la escuela<br />
y discursivas que sirven para validar la reputación masculina. Las<br />
jerarquías masculinas de poder son reguladas y mantenidas a través<br />
de prácticas colectivas grupales y se apoyan en las necesidades<br />
de pertenencia y filiación de cada uno de los individuos. Para los<br />
chicos, la posibilidad de conseguir un lugar en la jerarquía de poder<br />
del grupo comporta escaparse de la propia opresión y ganar estatus<br />
personal.<br />
Desde la masculinidad hegemónica, la oposición masculinofemenino<br />
hace referencia a la consolidación de la identidad masculina<br />
que impone un distanciamiento de todas aquellas personas<br />
consideradas femeninas, las chicas y también los chicos que no se<br />
identifican con los códigos dominantes, ante los cuales se demuestra<br />
rudeza y confrontación.<br />
Cabe destacar que en contextos sociales con fuertes desigualdades,<br />
los jóvenes pertenecientes a minorías étnicas o a familias<br />
económicamente desfavorecidas pueden asumir el rol de “chico<br />
malo”, que se construye por oposición a la escolarización, como mecanismo<br />
identitario de fortalecimiento. Estos chicos, con bajos niveles<br />
de asistencia escolar, altos niveles de exclusión educativa y poca<br />
participación en etapas posobligatorias se inclinan por subculturas<br />
étnicas o de clase y por identidades masculinas antieducación (Archer<br />
y Yamashita, 2003).<br />
Las políticas educativas de carácter individual y racionalista no<br />
favorecen la identificación de este colectivo con la educación formal,<br />
sino justo al contrario, es decir, que lo inducen a la construcción de<br />
la propia identidad en contextos ajenos a la escuela, sobre todo si a<br />
esto se suma, como ocurre con frecuencia, una experiencia repetida<br />
de fracaso académico. Así, la desidentificación con los procesos de<br />
aprendizaje refuerza el mantenimiento de la identidad masculina.<br />
En diversos países occidentales se afirma que los resultados<br />
académicos de las alumnas de educación obligatoria son superiores<br />
a los logrados por los alumnos. Este fenómeno se puede ex-<br />
109<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
plicar en parte por una estrategia de autovaloración y de protección<br />
(Jackson, 2002) que es conocida como “coleguismo” (laddishness)<br />
ante la falta de habilidades escolares de una parte de los jóvenes y<br />
por el riesgo de ser vistos como “débiles” y por lo tanto, “femeninos”.<br />
Sin embargo, algunos estudios (Gorard, Salisbury y Rees, citados<br />
por Rodríguez Menéndez, 2007) se oponen a esas observaciones,<br />
afirmando que:<br />
• A finales de la década de los noventa, las diferencias en el logro<br />
académico ni eran estáticas ni aumentaban, como afirmaban<br />
otras investigaciones, sino que comenzaban a disminuir.<br />
• El bajo rendimiento de los chicos no se puede conceptualizar<br />
como un fenómeno generalizado. Así, las mayores<br />
diferencias se producen entre los chicos y chicas que obtienen<br />
las mejores calificaciones, pero en los niveles de<br />
rendimiento más bajos las diferencias no son significativas.<br />
• Además, en esos niveles de rendimiento superiores no<br />
hay diferencias significativas en las áreas de matemáticas<br />
y ciencias, mientras que sí las hay, siendo a favor de las<br />
chicas, en inglés, literatura inglesa y humanidades.<br />
Rodríguez Menéndez (2007) explica la importancia en el comportamiento<br />
de los chicos en demostrar que no se preocupan por los<br />
aprendizajes ni por los resultados académicos por un deseo de impresionar<br />
y mantener la aceptación de sus amigos masculinos. Deben<br />
mostrarse despreocupados por el trabajo escolar y en caso de<br />
obtener un buen resultado afirmar que no han estudiado o que no<br />
saben cómo han obtenido dicha calificación, es decir, que en todo<br />
caso se trata de un logro “sin esfuerzo”. Esta actitud es propia del<br />
“coleguismo”.<br />
Llegar a ser “un hombre” según Dalley-Trim (2007) es cuestión<br />
de construirse uno mismo y de ser construido por los modos<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
110
Aceptación de las normas de convivencia<br />
y construcción de la masculinidad en la escuela<br />
disponibles de ser varón en una sociedad determinada. Se trata de<br />
una negociación de diferentes discursos de feminidad y masculinidad,<br />
de incorporar significados y prácticas que permitan participar<br />
en la cultura de pertenencia y el establecimiento de la propia identidad.<br />
Posicionarse fuertemente, dice esta autora, y también de manera<br />
sutil, en la cumbre de esta jerarquía discursiva es aquello que<br />
comúnmente se conoce como versiones de la masculinidad hegemónica.<br />
Son estas formas de masculinidad dominantes y dominadores<br />
que exigen el más alto estatus y ejercen la mayor influencia y<br />
autoridad de qué significa ser un auténtico hombre o chico.<br />
Las versiones hegemónicas de la masculinidad, que se construyen<br />
juntamente con la feminidad pero en contraste, operan<br />
como regímenes opresivos dentro de los discursos falocéntricos<br />
y comportan la afirmación del imperativo heterosexual a través de<br />
la misoginia y de la homofobia. Las “otras figuras” alternativas a la<br />
normativa masculina heterosexual en las escuelas son las chicas/<br />
mujeres y los no-machos chicos/hombres, contra las cuales la mayoría<br />
de chicos intentan definir sus identidades.<br />
Otros argumentos presentes en el debate sugieren que los<br />
chicos son “sus propios enemigos” y que es en las formas tradicionales<br />
de masculinidad, en términos de “coleguismo” donde reside<br />
el problema (Mills y Keddie, 2007). Advierten que se debe tener<br />
cuidado de no estigmatizar a los chicos de clases bajas y de otras<br />
culturas. En su trabajo han buscado evitar concebir los chicos como<br />
víctimas y también victimización de los chicos en cuanto a grupo social<br />
o sujetos individuales.<br />
Desde su perspectiva, Mills y Keddie (2007) aseguran que los<br />
chicos, como grupo social, necesitan cambiar y parten de la justicia<br />
social y de los principios feministas para destacar los elementos<br />
problemáticos de la masculinidad tradicional. Estos principios se<br />
enmarcan en una conceptualización de la justicia que reconoce<br />
cómo el género intersecta los procesos sociales de forma que pro-<br />
111<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
duce dominación cultural, carencia de reconocimiento y de respeto<br />
dentro un mundo patriarcal que continúa asociando la masculinidad<br />
triunfadora con el poder, la dominación y la falta de emociones y,<br />
devalúa y degrada las actividades connotadas como femeninas.<br />
La escuela puede influir decisivamente, bien en la perpetuación<br />
de los estereotipos de género bien en un espacio relevante<br />
para la transformación de las relaciones de género. Rodríguez Menéndez<br />
(2007) propone diversos objetivos para la consecución de<br />
esta segunda opción.<br />
• Dialogar con los chicos sobre quienes son, y cómo se ven a sí mismos<br />
y a su género de pertenencia.<br />
• Estimular a los chicos para que evalúen los discursos sobre la masculinidad<br />
que construyen ellos mismos y sus compañeros.<br />
• Descubrir la existencia de masculinidades fronterizas, que son marginadas<br />
por el grupo.<br />
• Ayudarles a entender cómo sus experiencias cotidianas influyen en el<br />
significado que dan a las palabras y narrativas sobre la masculinidad.<br />
• Analizar y discutir acerca de las relaciones entre las diversas representaciones<br />
sociales de la masculinidad, y sus experiencias cotidianas<br />
en tanto personas sexuadas.<br />
• Dialogar con los chicos acerca de los medios a través de los cuales<br />
constituyen su masculinidad y los dilemas que están implicados en<br />
los diferentes caminos existentes para llegar a ser hombres.<br />
• Desarrollar definiciones de la masculinidad que redefinan lo que tradicionalmente<br />
se ha entendido por tal concepto.<br />
Cuadro 2. Objetivos educativos de superación de la masculinidad hegemónica.<br />
Rodríguez Menéndez.<br />
Por otra parte, parece interesante que también las chicas participen<br />
activamente de estos debates, ya que los procesos de construcción<br />
de género tienen lugar de forma relacional e interdependiente y no<br />
de forma aislada o autónoma.<br />
La construcción de escenarios escolares más libres, más integrados<br />
a nivel interno y con la comunidad, y orientados al desarro-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
112
Aceptación de las normas de convivencia<br />
y construcción de la masculinidad en la escuela<br />
llo integral de las personas, requiere de un tratamiento específico,<br />
especialmente si se refiere a la formación de chicas y chicos desde<br />
una perspectiva coeducativa. La rémora de los prejuicios, las<br />
creencias y el mantenimiento del establishment están frenando un<br />
proceso que permita lograr la justicia social.<br />
Cuando niñas y niños llega a la escuela traen representaciones<br />
sobre el significado de ser mujer u hombre, niña o niño, de<br />
acuerdo con la socialización primaria llevada a cabo en el contexto<br />
familiar. Estos significados, que circulan a través de los discursos<br />
y de las imágenes femeninas y masculinas que el entorno social<br />
ofrece, son negociados, recreados, modificados y reconstruidos en<br />
las interacciones cotidianas durante el proceso de socialización secundaria,<br />
en el cual tiene un papel muy importante la escuela.<br />
La implicación del profesorado en el desarrollo de un proyecto<br />
coeducativo sería la pieza clave que marcaría un punto de inflexión<br />
en el papel que juegan las escuelas durante la infancia y la adolescencia<br />
en los procesos de identificación social y construcción de la<br />
identidad. La inclusión en sentido amplio y concreto y la atención a<br />
las necesidades de todos los grupos e individuos, incorporando variables<br />
como clase social, cultura de origen, género, etnia y opción<br />
sexual, entre otras, permitiría incorporar y explicitar las diferencias,<br />
iniciar procesos de aceptación y reconocimiento y mejorar el clima<br />
de los centros con el consiguiente bienestar para todas las personas<br />
implicadas de la comunidad educativa.<br />
Bibliografía<br />
Archer, Louise & Yamashita, Hiromi. (2003). Theorising Inner city Masculinities:<br />
‘race’, class, gender and education. Gender and Education,<br />
15:2, 115-132.<br />
113<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Dalley-Trim, Leanne. (2007). The boys present… Hegemonic masculinity:<br />
a performance of multiple acts, Gender and Education,<br />
19:2, 199-217.<br />
Jackson, Carolyn. (2002). “Laddishness” as a Self-worth Protection<br />
Strategy, Gender and Education, 14:1, 37-51.<br />
Keddie, Amanda. (2003). On Leadership and Fitting in: Dominant<br />
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Group, Australian Educational Researcher, 30:1, 83-100.<br />
Kenway, Jane & Fitzclarence, Lindsay. (1997). Masculinity, Violence<br />
and Schooling: challenging “poisonous pedagogies”, Gender<br />
and Education, 9:1, 117-133.<br />
Lojo, Mirta. (2002). El gènere en el sistema de representacions del<br />
professorat d’educació secundària. Documento policopiado. Biblioteca<br />
de Humanidades. Universidad Autónoma de Barcelona.<br />
Mills, Martin & Keddie, Amanda. (2007). Teaching boys and gender justice,<br />
International Journal of Inclusive Education, 11:3, 335-354.<br />
Rodríguez Menéndez, Mª del Carmen. (2007). Identidad masculina<br />
y contexto escolar: notas para un debate, Revista de Educación,<br />
342. Enero-abril 2007, pp. 397-418.<br />
Nota<br />
1<br />
Traducción literal del título en lengua catalana El gènere en el sistema de representacions<br />
del professorat d’educació secundària (Lojo, 2002).<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
114
Inclusión e integración. Tareas por la integración para<br />
el desafío educativo actual desarrollado por equipos del<br />
Centro Cultural Red y Lazos<br />
*Lic. en Artes U.B.A<br />
**Psicóloga Social<br />
***Docente Coordinadora<br />
Resumen<br />
Victoria Matilde Ruíz Vergara*<br />
Claudia Maldonado**<br />
Norma Vergara Zeballos***<br />
Recibido 27 Febrero 2012<br />
Aceptado 15 Marzo 2012<br />
Nuestro Centro Cultural se constituye para trabajar con Escuelas Públicas del Partido<br />
de la Matanza, Provincia de Buenos Aires. Con más de dos millones de habitantes.<br />
Nos proponemos pensar reflexivamente las conductas problemáticas que<br />
dan cuenta de años de educación autoritaria, medios de comunicación hegemónicos,<br />
que estigmatizaron a los jóvenes de los sectores populares.<br />
La pérdida del trabajo, el desmembramiento de familias, el abandono del<br />
sostén emocional de los adultos, es partícipe de generaciones que naturalizaron<br />
el sufrimiento. Las nuevas tecnologías, son parte constitutiva de la fractura comunicacional<br />
con las nuevas generaciones.<br />
La violencia intergrupal y de género abordada con criterio sistémico implica<br />
a toda la comunidad.<br />
Palabras clave: Violencia institucional, educación autoritaria, conductas problemáticas,<br />
sufrimientos naturalizados, enfoque sistémico, capacidad de reflexión,<br />
compromiso comunitario, revalorizarnos, reencuentro afectivo, integración.<br />
115<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Las nuevas políticas educativas contribuyen a la inclusión. La inclusión,<br />
es decisión de la política del gobierno que mediante una<br />
asignación universal por hijo facilita la reinserción de jóvenes y niños<br />
para su educación.<br />
Nuestra tarea advierte que la dificultad en nuestra comunidad<br />
es la integración.<br />
Hablando de integración no sólo a la diversidad cultural de los<br />
jóvenes, sino a facilitar la integración de las familias, los educadores<br />
y toda la comunidad para la tarea de educar y educarnos.<br />
Los iniciadores de la entidad provenimos de la docencia, hecho<br />
que nos sitúa ante las problemáticas educacionales que son<br />
siempre sociales. Esta conexión educacional-social por sus efectos<br />
negativos se manifestó más cruda a partir de gobiernos de facto<br />
seguidos del neoliberalismo que provocó la fractura económica y<br />
su consecuencia en lo social: fragmentación y marginación de extensos<br />
sectores sociales que recién hoy, frente al cambio político,<br />
comienzan a recuperarse. Esta recuperación se hace, al contrario<br />
de la económica, más ardua y lentamente. Si varias generaciones<br />
perdieron la identidad que les da el trabajo, los efectos en la subjetividad<br />
de los adultos produjo en los hijos la pérdida del sentido de<br />
educarse. El sistema educativo quedó incluido en la crisis.<br />
Las redes de comunicación monopólicas agudizan el vacío<br />
de sentido existencial. Como en el zapping, el éxito y la “felicidad”<br />
pueden ser logros inmediatos. Tiempo y esfuerzo son anulados.<br />
Rotos los lazos de fraternidad que se crean con la actividad<br />
laboral, la vida barrial perdió la vitalidad que le imprimió la comunicación<br />
entre familias, la solidaridad entre vecinos, el intercambio<br />
intergeneracional de experiencias.<br />
Valdría reflexionar acerca de la tecnología y los saberes con<br />
que llegan los chicos a la educación formal. La globalización que<br />
nos provee tecnología para diversidad de saberes, nos coloca fren-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
116
Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />
para el desafío educativo actual desarrollado por<br />
equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />
te a interrogantes acerca de la función de los adultos. Y la ardua<br />
responsabilidad de educar en este presente.<br />
Producto de la etapa histórica que sintetizamos, estos jóvenes<br />
son partícipes de lo que genéricamente se menciona como familias<br />
de riesgo, familias disgregadas, con madres como único sostén, familias<br />
con dificultades económicas, padres sobre-ocupados, padres<br />
ausentes, madres que lo han sido en la adolescencia, familias numerosas<br />
donde los hijos mayores muchas veces forman familia que se<br />
incluye en la de los padres, de este modo el adolescente que conocemos<br />
pasa a un lugar de menor atención.<br />
Otra característica significativa es la fractura generacional<br />
entre estos jóvenes del mundo cíber, los mensajes de texto y la<br />
pérdida de diálogo con los adultos, Si cada generación propone su<br />
lenguaje, el vocabulario de éstas, monosilábico incluye términos<br />
que fueron considerados violentos para otras generaciones. Reducido<br />
en forma y contenido con vocabulario al mínimo posible, como<br />
a las reglas de la sintaxis.<br />
La cultura nocturna implica jóvenes durmiendo los fines de<br />
semana a la hora del posible encuentro con sus padres. El hábito<br />
de trasnochar y el cansancio con el que llegan muchas veces al<br />
aula, es un agravante para mal humor y la intolerancia.<br />
Un enfoque que nos conduce a la búsqueda de la integración,<br />
lo facilita el enfoque sistémico. El ámbito del aula, espacio donde se<br />
expresan problemáticas individuales que al ser consideradas como<br />
emergentes grupales, reciben intervención. El grupo construye y se<br />
construye en un proceso de interacción en el que cuando participa el<br />
docente desde esta perspectiva, se consigue prevenir la exclusión y<br />
mejorar la comunicación relacional.<br />
Sólo se puede aprender a convivir con los otros, conformando<br />
grupos. Comprender los límites del propio espacio, el de los demás,<br />
las necesidades y deseos compartidos, son el largo proceso<br />
que debemos guiar. La capacidad para aceptar la frustración que<br />
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Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
comporta este proceso, saber esperar, aceptar las diferencias, los<br />
criterios y las pautas que impone el colegio como espacio más amplio<br />
que el familiar, exigen una comprensión y una madurez que se<br />
adquiere con la educación, especialmente en la sociedad actual, en<br />
la que surgen pluralidad de enfoques y orientaciones.<br />
En el recorrido de casi una década por colegios del distrito<br />
de La Matanza (el más poblado del país con casi 2 millones de<br />
habitantes), relevamos información por medio de encuestas a los<br />
alumnos, docentes y familia.<br />
A fin de confirmar las percepciones realizamos las encuestas<br />
anónimas convalidadas por el equipo directivo.<br />
A la pregunta con cuál familiar vive, un 65% responde que<br />
vive con la mamá y sus hermanos (de 3 a 5 hermanos). Del 35%<br />
restante, un 20% vive con el papá, su nueva mujer y los hermanos<br />
de esa pareja, con alguna tía y/o con abuelos.<br />
En el ítem de preferencia de asignaturas, las llamadas duras<br />
(matemáticas, físicoquímica) junto a Inglés, Historia y Geografía,<br />
son las que acumulan el más alto porcentaje de rechazo.<br />
Consideran que concurren a la escuela “a pasarla bien”, y que<br />
hay materias, que como no les sirven, pueden no atender.<br />
Las materias que concitan mayor interés son Lengua, Literatura,<br />
Música y Biología. Ante la pregunta: cuántas horas están<br />
frente al televisor, el promedio es de 6 horas diarias. Responden<br />
que frente a la computadora, el 45% de los que tienen máquina,<br />
permanecen frente a ella durante 6 a 7 horas esencialmente de<br />
noche a madrugada.<br />
Los fines de semana prefieren: un 40% jugar al fútbol, un 50%<br />
salen a bailar y el 10% restante se quedan en casa con juegos electrónicos<br />
o miran televisión.<br />
De los que salen a bailar o a ”vagar” como ellos dicen, un 20%<br />
reconoce que fuma y toma alcohol.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
118
Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />
para el desafío educativo actual desarrollado por<br />
equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />
A la pregunta sobre qué les enoja de sus padres, la mayoría<br />
coincide en que les molesta que los reten, que les griten, y que les<br />
reclamen por todo. De los compañeros, les molesta que los ”carguen”,<br />
que se burlen de ellos. También se molestan cuando pierde<br />
su equipo de fútbol y cuando les va mal en las materias.<br />
Sólo un 5% sale a pasear con la familia. También es bajo el<br />
porcentaje que reconoce que se lleva bien con los hermanos.<br />
La música que les gusta es el reggaetón-cumbia y el rock.<br />
El 80%, significativamente, reconoce que le gusta ir al colegio<br />
para estar con sus amigos. Un 15% dice que no le gusta concurrir,<br />
y el 5% final no sabe.<br />
Consideramos, junto a los directivos de estos colegios, la necesidad<br />
de sensibilizar a los adultos de la comunidad educativa<br />
para recuperar el interés que haga arraigo en el compromiso con<br />
el aprendizaje. Es en la etapa adolescente donde se descubre el<br />
“afuera” que es lo comunitario. La etapa de los ideales y la construcción<br />
de lo nuevo. La historia de cada uno de ellos y la del conjunto<br />
se está gestando en el aula.<br />
Vía de interacción con los docentes<br />
Planteamos un encuentro a través de un taller. Nos conectamos<br />
con los docentes con quienes y se proyectó el trabajo sistémico en<br />
el aula. De este grupo, los docentes de matemáticas, relatan las<br />
serias dificultades para el dictado de sus clases.<br />
Les informamos de nuestro plan de actividad. Señalamos que<br />
el mismo requiere de su participación, del compromiso para la tarea<br />
en el aula. Del trabajo que se lleve con estos cursos vamos a informar<br />
al resto de los docentes que trabaje con los mismos grupos.<br />
119<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Registramos algunos de los comentarios<br />
• “A medida que las nuevas generaciones ingresan, es marcada<br />
la diferencia con las generaciones anteriores, vienen con menor<br />
capacidad de adaptarse al sistema educativo”.<br />
• “Aumentan los enfrentamientos o la rebeldía pasiva”.<br />
• “Hay grupos que muestran falta de respeto entre ellos”.<br />
• “Falta encontrar como se los ayuda a controlar la ansiedad.<br />
Se distraen con facilidad. Porque a un compañero se le<br />
cayó algo u otro hizo algún comentario siempre encuentran<br />
motivos para hacer comentarios o provocar risas”.<br />
• “Me compadezco mucho de los chicos, me conmueven y a<br />
veces siento que no tengo herramientas ni tiempo. La necesidad<br />
más urgente es otra”.<br />
Unas semanas previas al inicio del ciclo lectivo, la dirección del<br />
colegio cita a reunión a las familias de los ingresantes. Junto a la<br />
bienvenida les informan sobre las pautas disciplinarias y disposiciones<br />
para el año lectivo. En esta reunión, las integrantes del Centro<br />
Cultural tuvimos un espacio para presentar la tarea que realizamos<br />
junto a la institución.<br />
Les comentamos porqué buscamos su participación. Son<br />
ellos, como responsables de sus hijos, quienes conocen las dificultades<br />
de comunicación, la desventaja que sufren en relación a<br />
la comunicación vía internet y la presión que ejercen sobre los jóvenes<br />
los medios de comunicación masiva. Ellos saben, ellos conocen,<br />
ellos sufren y se sienten en muchas ocasiones, sin herramientas<br />
para ejercer el límite.<br />
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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />
para el desafío educativo actual desarrollado por<br />
equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />
Señalaron conductas que les aflige:<br />
• “No escucha… O sólo una parte de lo que le digo. Aquella<br />
que le conviene, para enojarse, contestar mal. Salirse con la<br />
suya. Me confunde y lo dejo.”<br />
• “No me hace caso. Quiere tener siempre la razón, no estudia<br />
y termina llevándose materias.”<br />
• “No quiere estudiar, le cuesta concentrarse, se enoja y se<br />
va. Me cansa.”<br />
• “Para tener permisos, hacemos acuerdos. Cuando no los<br />
cumple, me provoca, si lo cuestiono, encuentra maneras de<br />
hacerse la víctima. Me hace sentir culpable.”<br />
Las conductas que resaltan como problemáticas, les señala la directora,<br />
son similares a las que muestran en el aula. Caprichos casi<br />
infantiles, dificultad para cumplir con las materias que no les gustan<br />
confrontar con sus profesores.<br />
Tomar conciencia de que deben procurar tener firmeza y encauzar<br />
el límite, es tarea prioritaria de la familia.<br />
En esta reunión los padres respondieron a una encuesta. En relación<br />
a qué materias consideraban los padres que sus hijos presentaban<br />
más dificultades, se verifica que son las asignaturas consideradas<br />
duras como matemáticas y fisicoquímica, y aquellas que requieren<br />
lectura, como historia y geografía. También rechazan el inglés.<br />
Del grupo de familias que tienen internet, el porcentaje de jóvenes<br />
que están frente al ordenador fluctúa entre las 5 y 12 hrs.<br />
Esto implica que duermen muy poco.<br />
La alternancia con la televisión también es significativa. Las familias<br />
reconocen que se instalan frente al televisor de 5 a 6 horas diarias.<br />
Hay padres que realmente se muestran muy preocupados y<br />
responden entonces que sus hijos están frente a las máquinas las<br />
24 horas.<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
En relación a qué conducta los enoja más de los hijos, indican<br />
que no estudian, que no les hacen caso, que se enojan con facilidad<br />
y que no quieren colaborar en las tareas de la casa.<br />
Ante la pregunta de cómo considera a su hijo: triste, alegre,<br />
gruñón, solitario o sociable, un porcentaje significativo responde<br />
que solitarios y gruñones.<br />
En encuentros posteriores las madres confirman las dificultades<br />
de comunicación como el origen de poco entendimiento y<br />
muchas discusiones. Si bien reconocen que por la etapa que transcurren<br />
los hijos, implica dificultad para el diálogo y el entendimiento,<br />
advierten que no es del presente esta dificultad, sino que tiene<br />
historia. Separaciones de la pareja de padres, dificultades económicas<br />
que generaron poca atención hacia los hijos.<br />
Presentamos el programa GRODE (Grupo de Investigación<br />
Orientación y Desarrollo Educativo de la Facultad de Ciencias de la<br />
Educación de la Universidad de Barcelona), a fin de comunicarles<br />
que las dificultades que el joven acarrea de sus familias se expresan<br />
en el aula. Así como la familia necesita reconocer que un hijo<br />
que presenta problemas para integrarse o para estudiar, da cuenta<br />
de una problemática que es del grupo familiar, en el aula la situación<br />
es similar. Un joven que no se integra o que no puede responder<br />
a las tareas escolares, origina frecuentemente, trastornos que<br />
repercuten en el grupo.<br />
Con GRODE en las aulas<br />
Aceptaciones y rechazos que aparecen en las respuestas al cuestionario<br />
redactado por el equipo de GRODE, dan el índice de las dificultades<br />
grupales que deben ser atendidas por el grupo en el aula.<br />
La tarea que relatamos es la realizada durante el ciclo lectivo<br />
2011 en una Escuela de Enseñanza Secundarla de nuestro distrito.<br />
El equipo que se presenta a las aulas siempre está formado por<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />
para el desafío educativo actual desarrollado por<br />
equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />
dos coordinadoras de nuestra institución. El Centro Cultural tiene<br />
en funcionamiento Talleres de Estímulos a la Creatividad a cargo<br />
de jóvenes artistas, que coordinan los talleres de Dibujo Mural y<br />
Audiovisual. La concurrencia es semanal en contra turno. Las actividades<br />
de GRODE las realizamos en el horario de clases con el<br />
docente de la asignatura comprometido para la tarea. Atendiendo<br />
las dificultades específicas de los alumnos en relación con las asignaturas<br />
consideras difíciles, nuestro Centro Cultural aporta la asistencia<br />
de una docente de apoyo escolar en matemáticas. Como en<br />
años anteriores, cerrando el ciclo lectivo, invitamos a la comunidad<br />
educativa a asistir a una función de teatro que se realiza en el establecimiento<br />
escolar.<br />
Un mes después del inicio de las clases, empezamos el recorrido<br />
por los cursos encuestados.<br />
En el 1° Año de turno vespertino, tal como acordamos con la<br />
docente de Ciencias Sociales, comenzamos con la tarea.<br />
Este curso tiene la característica de congregar a jóvenes con<br />
mayor repitencia, con la consiguiente disparidad etaria, de 11 a 16<br />
años. Este dato es por sí significativo, remarca las dificultades de<br />
integración con jóvenes de otra nacionalidad, incluyendo chicos<br />
con discapacidades físicas y el caso de un joven con diagnóstico<br />
de desnutrición infantil.<br />
Junto con los test sociométricos remitidos, estimulamos la<br />
expresión de sus dificultades. Esperaban nuestra presencia para<br />
contar sus problemáticas. Tales fueron las dificultades de discriminarse<br />
que llevan al aula los problemas familiares. Las relaciones<br />
interpersonales son poco relevantes. Evitan el trato, salvo con los<br />
compañeros de banco que habían elegido. Es un curso donde hay<br />
mucho movimiento. Se cambian de turno y de escuela.<br />
De estos encuentros, marcamos la necesidad de estos jóvenes<br />
de acercarse a los adultos. La docente nos advertía de la demanda<br />
de atención individual de la mayoría. Señalamos el marcado<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
interés de la docente por contenerlos y darles muchas explicaciones.<br />
La característica de jóvenes aferrados a la familia da cuenta<br />
de preguntas y búsqueda de asistencia para sus mamás “tristes” o<br />
hermanitos con discapacidad.<br />
Resumimos que nuestra tarea fue, junto con la de la docente, de<br />
mucha contención y respondiendo a su necesidad de acercamiento.<br />
Relatan sus dificultades en el hogar. No han conseguido hacer<br />
el pasaje al nivel secundario. Se conducen aisladamente, o interactúan<br />
con el compañero de banco. No se desordenan como<br />
otros cursos, el ritmo es lento y un pequeño grupo de ellos, discute<br />
y provoca inquietud. La mayoría se sustrae en alguna ensoñación,<br />
no pueden precisar, dicen: “En nada…”. Escucharlos, y ayudarlos<br />
a comprender que muchas situaciones, les producían sentimientos<br />
que podían semejarse, que se relacionan con la etapa vital que<br />
transcurren, ayudó a que se sintieran mas acompañados en el grupo.<br />
Continuaron comunicándose a través del facebook.<br />
En los otros dos primeros años, el contexto socio grupal se<br />
corresponde con la edad de inicio al colegio, entre 11 y 13 años.<br />
La docente de Arte de 1°, muestra su preocupación por la<br />
violencia naturalizada en el grupo. Lo más relevante es la autovaloración<br />
negativa de una parte de ellos. Otros que directamente son<br />
ignorados, invisibilizados.<br />
De las reuniones con esta docente, tenemos su visión: Son<br />
jóvenes que se muestran poco comunicativos. Tienen poco interés<br />
en las calificaciones. El trato entre ellos es hostil, o se dirigen buscando<br />
burlarse del otro. Recelosos.<br />
De este clima emocional, decidimos darles una visión del por<br />
qué de esas conductas, según nuestra mirada: Ustedes son los<br />
hijos de varias generaciones de argentinos sufrientes. En nuestra<br />
Patria, primero se secuestraron personas.<br />
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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />
para el desafío educativo actual desarrollado por<br />
equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />
Se interesan y aportan datos, hasta allí inconexos: -“Ah, sí,<br />
La Noche de los Lápices, yo la ví. Es la peli donde se llevan a los<br />
chicos por pedir el boleto estudiantil”-.<br />
Necesitamos marcar el asombro, el interés con que parecían<br />
ubicar en su memoria estos hechos con una significación real. Se<br />
ocupan entonces en relatar: -“Mi abuela se volvió a Italia por miedo<br />
a que la secuestraran”. ”Yo sé de un vecino al que se llevaron”-.<br />
Desde este relato hilvanamos que luego se secuestró el trabajo<br />
(con el cierre de fábricas y talleres y el vaciamiento de industrias).<br />
Cuando sus padres eran jóvenes faltó trabajo y desde los<br />
medios de comunicación hegemónicos se le secuestra a la comunidad<br />
el sentido de la seguridad: “Inseguridad en las calles. robos<br />
y asaltos”. Estigmatizados, los jóvenes de familias pobres, son hoy,<br />
drogadictos, delincuentes y violentos. Los medios de comunicación<br />
masivos naturalizan la desigualdad. Les contamos que son hijos y<br />
nietos del miedo. Miedo de ser secuestrados. En democracia miedo<br />
a perder el trabajo (se cerraban fuentes de trabajo), se remataba<br />
el patrimonio: el Estado, (todos nosotros), dejamos de ser dueños<br />
del petróleo, el gas, los ferrocarriles, etcétera. Miedo de que les<br />
pase algo, robo, inseguridad. Tenemos idea de si todo esto produce<br />
el sentimiento de “no valer”, como hablamos en otro encuentro, la<br />
subjetividad sufre. Somos partícipes de sentirnos menos valiosos,<br />
“desvalorizados”.<br />
Siguen el relato. Intervienen para contar hechos que consiguen<br />
unir, como piezas que tenían sueltas.<br />
La docente, hace referencia a algún hecho de cuando ella<br />
regresaba del secundario y veía calles cortadas por la policía, a veces<br />
detenían el micro y subían a pedir documentos. -“Chicos hace<br />
bien que tomemos conciencia”- la historia lo confirma el comentario<br />
de un joven: -“A mí sólo me importa el fútbol”-. Reconocemos su<br />
interés, y abrimos debate sobre el desinterés por los otros. Este<br />
joven aporta un criterio histórico de parte de nuestra comunidad:<br />
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Revista<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
-“Por algo será, algo habrán hecho”, aquellos que desaparecieron.<br />
En su aula, cuenta con el nivel más alto de autovaloración negativa<br />
de su grupo. La profesora lo ayuda a reflexionar, le recuerda que los<br />
otros muchas veces lo ayudan, que le tienen paciencia, que sí tratan<br />
de interesarse por él. Consiguió la atención que seguramente necesitaba.<br />
En un ejemplo de interacción, dijo: -“Entonces tengo miedo”-.<br />
Como informe adjuntamos el dato de que este joven, por mala<br />
conducta, no fue aceptado en otras instituciones, tiene a su mamá con<br />
ataques de pánico y un tío secuestrado durante la dictadura por error<br />
y luego liberado.<br />
En las semanas siguientes y yendo al encuentro de otros grupos,<br />
varios alumnos de este 1° año, nos interceptan para contarnos<br />
relatos que tienen en sus familias, sobre esa época. Les costaba<br />
esperar nuestro próximo encuentro en al aula.<br />
Señalamos lo significativo de cómo la historia familiar y social<br />
de la que hablamos poco, participa de algunas conductas que a<br />
ellos les afecta.<br />
Sentimos, como los jóvenes y la docente, que necesitábamos<br />
continuar por este trayecto…<br />
En segundo año, al ingresar al aula en la hora de plástica, la<br />
docente nos saluda y nos señala: -“Toda la última fila son chicos<br />
que no quieren trabajar”-. Hicimos el trato de que pueden jugar con<br />
la computadora pero no molestar.<br />
Cabe aclarar que desde el penúltimo mes del año, se adjudicaron<br />
la netbooks del Programa Nacional, bajo la condición de<br />
asistir sin faltas el mes previo a la entrega.<br />
Al saludarlos pedimos la atención de todos. Les decimos que<br />
venimos para hablar con ellos, de ellos. Como están en un mismo<br />
espacio muchas horas, y por todo el año, podemos ayudarlos a<br />
pensar que podrían ser como un equipo de fútbol.<br />
El arquero no recorre la cancha pateando la pelota, pero sí<br />
está atento a los pases de sus compañeros. Así todos los que están<br />
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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />
para el desafío educativo actual desarrollado por<br />
equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />
en el equipo, todos son necesarios. ¿Puede ganar un equipo en el<br />
que sólo una parte haga el esfuerzo, “se ponga el equipo al hombro”?<br />
Este asimilar equipo con grupo los convocó. Dos participantes<br />
insistían en un murmullo; les preguntamos qué decían. La respuesta:<br />
-“No, a mí no me pasa nada”-. La profesora dijo: -”No les pasa<br />
nada y tampoco hacen nada”-.<br />
La tarea con grupos que se muestran tan indiferentes, entendemos,<br />
que está relacionada con situaciones de fuera del aula que<br />
los deja “fuera de la cancha”. Al proponerles que reflexionen acerca<br />
de esto, es aceptable que guarden silencio.<br />
Les hicimos la misma referencia a que son, por generación,<br />
hijos -por lo menos- de otras dos generaciones, que viene en todo<br />
el conjunto social, con mucho sufrimiento y exigencias que los dejan<br />
a ellos en mucha soledad.<br />
En los terceros y quintos años, al dar respuesta de los cuestionarios,<br />
tomamos como norma hacer la reseña histórica que modificó<br />
nuestra experiencia en el 1° año, 1° división.<br />
Señalamos lo significativo que resultó el mencionar que son<br />
hijos de un país que por varias generaciones, sufre diferentes tipos<br />
de violencia, y advertir el cambio de registro de los jóvenes. Acostumbrados<br />
a tener siempre comentarios, murmullos que dividen<br />
la clase, se producía un cambio en ese ritmo. Los murmullos se<br />
aquietan y se incluyen con atención.<br />
Hacemos mención de la diferencia al plantear que la mala<br />
conducta, el continuo perturbar en el aula, la creencia generalizada<br />
del: -“yo no participo porque no me interesa”-, puede tener origen<br />
en una historia familiar y social.<br />
Elegimos relatar la experiencia en 4°, 1°, con 24 alumnos inscriptos,<br />
12 varones y 12 mujeres.<br />
Organizados los pares, la docente nos informa que regresó al<br />
curso un alumno que por inasistencias ya estaba libre, con lo cual no<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
aparece elegido en el cuestionario. Sin opción, trabajó en pareja con<br />
un compañero que no expresó rechazos.<br />
En general, en este curso, muchos de ellos que no se trataban,<br />
pudieron trabajar en armonía.<br />
La experiencia de reconocer que en el aula hay personas con<br />
las que sin motivo no interactúan, les muestra que un conjunto no<br />
es un grupo hasta que no intercambian trato.<br />
El joven que mencionamos que estuvo ausente y no completó el<br />
cuestionario, se mostró procurando llamar la atención. Al pedirle que<br />
se exprese con palabras, en vez de sólo reírse dijo: “No me río sólo<br />
de los demás, de mí también me río. Soy uno más de la manada”.<br />
Repreguntado sobre qué quería decir, dice que es divertido<br />
porque va a trabajar de payaso. Y agrega: -“Aunque un payaso<br />
negro yo no vi”-.<br />
Este grupo presentó dificultades a la hora de hacer la tarea.<br />
Interfiere la colación de media mañana. En esta reseña procuramos<br />
los relatos de los cursos que nos presentan problemáticas a<br />
resolver, ya que nos habilita a mayor reflexión.<br />
La intervención de una alumna sitúa la problemática en relación<br />
al maltrato naturalizado de varones entre ellos pero fundamentalmente<br />
hacia las mujeres. Una alumna refiere que el compañero la<br />
molesta, la empuja y cuando ella no responde, la insulta. La docente<br />
confirma que el trato desconsiderado, los varones no lo reconocen.<br />
Un joven declara: “ellas también insultan y pegan”.<br />
Se abre un debate, buscamos que reconozcan las diferencias<br />
de género y qué implica desconocerlos. La supremacía de un<br />
género sobre otro, busca el sometimiento. Las chicas señalan la<br />
fuerza con que los varones se imponen. Pasaron a relatar conflictos<br />
en las familias y el abuso de muchos padres con respecto a sus<br />
esposas e hijos.<br />
Revisamos que de los relatos se advierte cómo ellos “copian”<br />
a sus padres.<br />
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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />
para el desafío educativo actual desarrollado por<br />
equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />
Podemos inferir que es propio de la edad, muchos varones<br />
encubren su miedo y/o las dificultades para relacionarse con las<br />
chicas, mediante la violencia. Crecer emocionalmente es una tarea<br />
por demás ardua en estos tiempos. La soledad de tantos jóvenes<br />
aumenta las dificultades para conectarse con un presente que les<br />
pertenece: vidas desordenadas, con poco descanso, desorden alimentario<br />
y variados consumos, los deja en la queja, la dificultad de<br />
reconocer que pierden su tiempo. Convocar y convocarnos a todos<br />
los adultos que rodeamos a estos jóvenes, creemos que es de imperiosa<br />
urgencia.<br />
La tarea de comunicarnos, no es dificultosa solo entre los jóvenes.<br />
Los adultos, padres y docentes tenemos la ardua tarea de revisar<br />
el modo poco democrático de comunicación. Tantos años de autoritarismo<br />
y control sobre cuerpos y pensamientos y viceversa, nos<br />
dejan ante las nuevas generaciones, en un nivel de descontento,<br />
y frustración que profundiza la fractura generacional. Aislamiento,<br />
sentimiento de desvalimiento por parte de los hijos, profundiza el<br />
sufrimiento de ambas partes del vínculo. Los jóvenes fortalecidos en<br />
la omnipotencia, refuerzan el malestar de padres y educadores. El<br />
encierro es de los sentimientos: el amor es reemplazado por miedo,<br />
el que se suelen encubrir con enojos, autoritarismo o ceder en todo.<br />
• “Mi mamá es como una amiga, me deja hacer lo que quiera”-.<br />
• “En mi casa, está prohibido todo, mi hermano, sí sale cuando<br />
quiere”-.<br />
• “Ayudo en todo, cuido a mis hermanitos, limpio y cocino. No<br />
sé lo que es salir…”-.<br />
Estos comentarios, pueden dar idea del abanico de situaciones vitales<br />
por las que atraviesan las adolescentes de nuestro distrito.<br />
Las jovencitas, que integran familias pobres, necesitan de la<br />
participación de las hijas, para el funcionamiento familiar.<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Las que integran alrededor del 60%, cuentan con familias en<br />
las que la diferencia de trato entre varones y mujeres es favorable<br />
a los varones. Reproducen el modelo patriarcal-machista de sus<br />
hogares.<br />
La tarea de reflexión en el trato vincular, de varones y mujeres<br />
y las consecuencias en el clima emocional que deben atender entre<br />
todos, los remite, a advertir que justifican naturalizando maltratos<br />
que seguramente imitan.<br />
La violencia que circula en las aulas, es de gesto y de palabra.<br />
Se dirigen al compañero o al docente desde la intolerancia.<br />
En relación a este asunto, creemos, que el criterio propuesto<br />
por la interacción, el acompañamiento al docente a fin de revisar<br />
los modos de comunicación con los jóvenes, que permitirá fortalecer<br />
la unidad democrática del grupo, evitando se instalen ideas<br />
que estigmaticen. Restablecer la autoridad, es tarea de adultos que<br />
lograremos fortaleciéndonos grupalmente.<br />
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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados<br />
en la dinámica de la violencia entre iguales en escuelas<br />
de educación secundaria de la Zona Metropolitana de<br />
Guadalajara, Jalisco, México<br />
*Isabel Valadez Figueroa y **Vania Vargas Valadez<br />
*Doctora en Ciencias. Profesora en el Departamento de Salud Pública<br />
del CUCS de la UdeG. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.<br />
dravaladez@hotmail.com<br />
**Candidata a Doctorado en Ciencias de la Salud Pública.<br />
Resumen<br />
Recibido 29 Febrero 2012<br />
Aceptado 15 Marzo 2012<br />
El presente trabajo se centra en comprender las estrategias de afrontamiento<br />
que utilizan los alumnos frente a las experiencias de la violencia entre iguales,<br />
desde su propia perspectiva y desde el rol que juegan en su dinámica (observador<br />
o víctima). Estudio cualitativo utilizando técnica de grupos focal llevado<br />
a cabo en tres escuelas secundarias de Guadalajara, Jalisco, México. Los ejes<br />
temáticos para la realización de la entrevista fueron: a) existencia del maltrato,<br />
b) la respuesta de los docentes, c) el como les afecta esta situación d) los sentimientos<br />
que se generan, e) las formas como le hace frente, f) la percepción de<br />
la eficacia de lo que se hace.<br />
Palabras clave: Estrategias de afrontamiento, violencia entre iguales.<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
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Los modos de afrontamiento de la vida cotidiana adquieren particular<br />
relevancia en la adolescencia, etapa de la vida que suele ser<br />
crítica y especialmente importante en el desarrollo del ser humano,<br />
en la cual se producen cambios sustanciales en la personalidad,<br />
se define la identidad y se lleva a cabo la elaboración de un proyecto<br />
de vida, proceso que bajo determinadas circunstancias pueden<br />
exponer a los sujetos adolescentes a estados de tensión, de<br />
crisis o de riesgo (Bloss, 1996; Acevedo, 1997; Aberastury, Knobel<br />
& Dornbush, 1982; Remplein, 1971; Craig, 1999; Hurlock, 1980).<br />
En forma coincidente, la transición entre las etapas de educación<br />
primaria y secundaria, conlleva un cambio en el contexto de su<br />
vida cotidiana. Este proceso de cambio no sólo es el traslado del<br />
alumnado, sino el tránsito por dos mundos diversos, con lo cual las<br />
prácticas educativas toman formas culturales diferentes al pasar<br />
de un centro educativo a otro, pudiéndose provocar dificultades en<br />
distintos ámbitos, situación que trae posibles repercusiones psicológicas,<br />
como la ansiedad, el miedo, las resistencias y un aumento<br />
en las dificultades emocionales y académicas (Rudolph, Lambert,<br />
Clark & Kurlakowsky, 2001). Según la literatura, el tránsito entre<br />
la educación primaria y secundaria representa un cambio trascendental<br />
en la vida de los estudiantes, ya que ellos se encuentran en<br />
procesos de cambio, adaptación y ajuste, tanto en relación con el<br />
sistema educativo, como a su etapa de adolescencia, (Sacristán<br />
1997; Psaltis, 2002; Midgley y Maehr, 2000).<br />
Por su parte el contexto escolar es un entorno crucial en la<br />
adolescencia por la cantidad de tiempo que los alumnos pasan en<br />
él, y por las diversas experiencias sociales, emocionales y cognitivas<br />
que ofrece, posee una gran importancia en su desarrollo. En este<br />
medio es en donde los estudiantes adolescentes adquieren formas<br />
de posicionamiento social, elaboradas a partir de las relaciones sociales<br />
con sus iguales y los significados de su grupo. Las situaciones<br />
adversas experimentadas en él pueden ocasionar problemas<br />
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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />
de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />
de adaptación durante la propia infancia e incluso durante la edad<br />
adulta (Compas y Wagner, 1992). En la escuela, la vida de relación<br />
de los y las adolescentes es compleja, ya que el sujeto adolescente<br />
le concede gran importancia a percibirse y ser visto como un individuo<br />
socialmente integrado, y por ello quiere evitar ser señalado<br />
como alguien aislado, así que acepta y busca voluntariamente su<br />
pertenencia al grupo. Sin embargo, la integración social en los grupos<br />
de adolescentes no es fácil, a veces el sistema de relaciones<br />
entre iguales se configura bajo un esquema de dominio-sumisión<br />
que incluye conductas que son social y moralmente intolerables por<br />
ser injustas, aparece un fenómeno de prepotencia o desequilibrio<br />
poniendo en riesgo el vínculo de reciprocidad, Indicador de que<br />
se pueden generar procesos de victimización. Se considera que<br />
un alumno es víctima cuando está expuesto de forma repetida y<br />
durante un tiempo a acciones negativas, llevadas a cabo por un<br />
alumno o grupo de alumnos/as, tanto las cometidas física y verbalmente,<br />
de exclusión y de daño a la propiedad. Se considera que<br />
están envueltos en estos problemas y que en alguna medida son<br />
víctimas de ellos, tanto las y los adolescentes que son agresivos<br />
con otros, como los que son víctimas directas de los agresores/as.<br />
Asimismo, son víctimas de la violencia, los y las adolescentes que,<br />
sin verse involucrados de forma inmediata, lo están en forma indirecta,<br />
porque son observadores y sujetos pasivos de la misma, al<br />
verse obligados a convivir en situaciones sociales donde el problema<br />
existe. Conviene establecer que estas manifestaciones de violencia<br />
al interior de la escuela se presentan básicamente a partir de<br />
las relaciones escolares, las cuales no están conformadas sólo por<br />
hechos concretos que la expresan, sino que se encuentran sujetas<br />
a un gran sistema de relaciones en donde las emociones, los sentimientos,<br />
los valores, así como los aspectos cognitivos (Goleman,<br />
1995; Sastre y Moreno, 2002; Gardner, 1993), se hacen presentes<br />
y configuran parte del ámbito educativo, no olvidando que están<br />
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ligados a las situaciones familiares e individuales de cada alumnoalumna<br />
y al ámbito social de la escuela. Relaciones escolares<br />
que no sólo están comprendidas desde el punto de vista de los<br />
participantes, de sus conductas e intenciones, sino también desde<br />
la lógica de la normatividad institucional.<br />
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, consideramos que<br />
debido a las particularidares de la etapa evolutiva, del tránsito de una<br />
escuela a otra y del ámbito escolar, es lo que define la vulnerabilidad<br />
del sujeto, los y las adolescentes deben poner en marcha determinados<br />
recursos personales o crear otros nuevos para afrontar los<br />
retos, las preocupaciones, así como los riesgos de la vida diaria<br />
a la que están expuestos; por lo tanto debido a ello el proceso de<br />
afrontamiento en la adolescencia comprende la interacción recíproca<br />
de múltiples variables personales y ambientales, a diversos niveles<br />
de funcionamiento; tomando en cuenta que la utilidad de una<br />
estrategia dependerá del acontecimiento mismo, las condiciones en<br />
que éste tiene lugar, las características de la persona y el momento<br />
de desarrollo en que se encuentra. Para interpretar el uso de estas<br />
estrategias, es decir, las formas como el individuo hace frente a las<br />
experiencias percibidas como estresantes partiremos del modelo<br />
transaccional de afrontamiento del estrés planteado por Lazarus y<br />
algunos de sus colaboradores (Lazarus y Kolkman, 1984; Lazarus<br />
y Launier, 1978), ya que dadas las características de los episodios<br />
de victimización, creemos que puede ser una herramienta eficaz<br />
de cara a la interpretación y análisis de estas situaciones. Desde<br />
la óptica transaccional del estrés, de Lazarus y Folkman (1984), el<br />
proceso de afrontamiento se centra en la interacción del sujeto con<br />
su medio, refiriéndose a aquel esfuerzo propio del individuo para<br />
que mediante recursos de conducta manifiesta o encubierta, enfrentar<br />
o adaptarse a demandas internas y ambientales (así como<br />
a los conflictos entre ellas), que puedan exceder sus posibilidades<br />
personales de soporte. Este proceso funciona en los casos en que<br />
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de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />
los intercambios individuo-entorno se desequilibran, y cobran sentido<br />
dentro de una valoración e interpretación que la persona hace<br />
de la situación en que está comprometida, es decir el significado o<br />
re-significado que le otorga a la situación a partir de su biografía,<br />
sus relaciones actuales y su posición social, a la percepción realista<br />
o no de su capacidad de afectar los acontecimientos y de su<br />
grado de tolerancia al estrés.<br />
El presente trabajo se centra en comprender las estrategias de<br />
afrontamiento que utilizan los alumnos frente a las experiencias de la<br />
violencia entre iguales, desde su propia perspectiva y desde el rol que<br />
juegan en la dinámica del maltrato (observador o víctima).<br />
Metodología<br />
La investigación fue realizada con una metodología de carácter<br />
cualitativo utilizando la técnica de grupos focales. Tomando en<br />
cuenta que el principal propósito de esta técnica en la investigación<br />
social es lograr una información asociada a conocimientos, actitudes,<br />
sentimientos, creencias y experiencias. El estudio se realizó<br />
en tres escuelas secundarias del turno matutino pertenecientes al<br />
sistema oficial, ubicadas en la zona metropolitana de Guadalajara,<br />
Jalisco durante los meses de febrero a junio del 2011, ajustándose<br />
a la disponibilidad de tiempos de la comunidad educativa (suspensión<br />
programada de actividades y periodos de receso). Para seleccionar<br />
a las escuelas, se tomó en cuenta el criterio de máxima<br />
variabilidad y sus posibilidades de acceso administrativo y facilidades<br />
otorgadas. Los sujetos de la investigación en cada centro<br />
educativo fueron alumnos, seleccionados mediante muestreo de<br />
carácter propositivo, se conformaron tres grupos en cada escuela<br />
integrados por 8 personas cada uno: 8 hombres, 8 mujeres, 8 hombres<br />
y mujeres (mixto). Los ejes temáticos para la realización de la<br />
entrevista fueron: a) existencia del maltrato, b) la respuesta de los<br />
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docentes, c) el como les afecta esta situación d) los sentimientos<br />
que se generan, e) las formas como le hace frente, f) la percepción<br />
de la eficacia de lo que se hace.<br />
Durante las entrevistas existió flexibilidad en el orden y formulación<br />
de las preguntas de acuerdo con el grupo y sus circunstancias,<br />
el cierre se realizó con el ofrecimiento de respuesta a las<br />
necesidades específicas de los participantes. Para el registro de la<br />
información se utilizó la grabación completa de las entrevistas, las<br />
cuales se transcribieron y se realizó la codificación en forma manual.<br />
El análisis se hizo por temas, los resultados se organizaron de<br />
acuerdo a los ejes que guiaron la entrevista. El análisis descriptivo<br />
consistió principalmente en la reducción de los datos y la tarea de<br />
exposición de los mismos, se elaboró una lista de los temas de<br />
acuerdo a la guía de indagación y se contrastó los datos con la<br />
información teórica. Se consideró el consentimiento oral libre e<br />
informado así como el anonimato de los informantes y de las escuelas<br />
participantes a las cuales se les presentó una síntesis de los<br />
resultados obtenidos.<br />
Resultados<br />
Existencia del maltrato<br />
Durante la obtención de la información fue posible observar tres<br />
tipos de actitudes en los alumnos: a) los burlescos que se reían de<br />
sus propias afirmaciones, b) los desconfiados que se mostraban<br />
renuentes con resistencia pasiva al proceso y c) los aprehensivos,<br />
los cuales se mostraban preocupados por la situación, pero además<br />
preocupados por si se iba a saber lo que ellos dijeran. En cuanto<br />
a si ellos habían participado como violentadores o violentados, se<br />
apreció cierta resistencia a hablar en los alumnos (ellos), asumen<br />
una posición discreta, admiten su participación en ambos sentidos;<br />
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de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />
sólo en el caso de señalamiento de alguno de los mismos compañeros.<br />
Sin embargo, encontramos otros que admitieron más fácilmente<br />
haber participado o iniciado actos de este tipo (con actitudes de<br />
poder), pero no así el ser violentado, las alumnas admitieron más<br />
fácilmente haber sido víctimas. A los varones les resulta difícil hablar<br />
de haber sido víctimas, porque se hace evidente un estado de indefensión,<br />
guardan silencio como estrategia defensiva para no verse<br />
afectados, situación observada en las tres escuelas.<br />
Los alumnos reconocen la existencia de la violencia entre<br />
iguales en mayor o menor grado: “Aquí se respira agresividad por<br />
todos lados, de una u otra forma, a todos mis compañeros les ha<br />
tocado ser víctimas…, hay unos que se la pasan molestado a otros,<br />
les dicen de cosas, los pelean, les roban, les tocan las partes íntimas,<br />
los agarran de bajada [se dice así cuando hay acoso]”. A<br />
decir de ellos, la violencia está presente en las relaciones de compañeros<br />
y que éstas son las formas que prevalecen en el ámbito<br />
escolar es “un todos contra todos”, agregan que existen episodios<br />
en que “agarran” a uno de ellos o ellas por un tiempo, y luego, no<br />
se sabe por qué, lo sueltan, pero tampoco saben cuando pueden<br />
volverlos a “agarrar”. El lapso de tiempo entre uno y otro momento<br />
es muy variable y no predecible para la posible víctima; como una<br />
repetición sistemática pero con periodos de “descanso”, creando<br />
expectativas de ser el blanco de futuro ataques.<br />
Las agresiones son de uno a otro, de uno a otra, o de un grupo<br />
a uno o a otra, en esta circunstancia se manifiesta el miedo por la<br />
asimetría numérica: “Se manchan [expresión que utilizan los adolescentes<br />
para referirse a que se exceden], como andan en bola, yo si<br />
les tengo miedo”. En cuanto a las características de los alumnos que<br />
son agredidos, se menciona, que se arremete “a los más tranquilos,<br />
a los que no se llevan [los que caen mal porque no se llevan], a los<br />
tímidos, a los que se interesan más por los estudios o a quienes<br />
sobresalen académicamente, a los indefensos, a los alumnos más<br />
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humildes, y bueno, también a los amanerados por jotos [acepción<br />
popular para referirse a los homosexuales]”; a decir de los alumnos,<br />
a los que se salen de la normalidad. Al respecto Casanova citado<br />
por Porras (1998), refiere que las diferencias se miden desde parámetros<br />
construidos a partir de lo “normal” o a veces de lo “excelente”.<br />
Los puntos de vista para definir lo normal van desde lo patológico (biomédico),<br />
hasta lo estadístico, pasando por lo funcional o sociocultural.<br />
Las diferentes percepciones entre los alumnos sobre lo que<br />
pasa y la gravedad o la banalización de la violencia entre iguales<br />
se hicieron frecuentes: “No es para tanto, hay que agarrar la onda…,<br />
es cotorreo chido”, (mencionado por ambos sexos). Sobre este particular<br />
Orte y March (1996), señalan que hay que tener en cuenta,<br />
sin entrar a analizar la influencia del umbral de tolerancia e incluso<br />
del nivel de competencia y habilidad del o los informantes el significado<br />
de lo que entiende por violencia y sobre todo la valoración de<br />
la misma. Hay dos grandes obstáculos para que logren identificar la<br />
violencia, ya que por un lado realizan acciones violentas que ellos<br />
no identifican como tales, y por otro los adultos suelen ser contradictorios<br />
en sus reacciones ante los hechos que les toca presenciar<br />
o que les son señalados para que tome una decisión, esto por lo<br />
general crea confusión para definir si está bien o mal lo que están<br />
haciendo, sufriendo o presenciando, o para tener un concepto claro<br />
de la intimidación o violencia entre iguales. Por otro lado, este<br />
fenómeno es muy complejo, pero a diferencia de lo mencionado en<br />
estudios previos, éste es un fenómeno muy dinámico, pues existe<br />
una movilidad constante de un rol a otro, durante el lapso que dura<br />
su estancia en la escuela secundaria, (Barragán, 2007): “Cuando<br />
estábamos en primer año, los de segundo pasaban y nos gritaban<br />
insultos y amenazas, cuando pasamos a segundo año, cambiamos<br />
los papeles”.<br />
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de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
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La respuesta de los docentes (maestros y prefectos)<br />
El entorno de la comunidad es donde se establecen las relaciones<br />
sociales, en este caso la escuela, en donde la intimidación entre<br />
iguales, tiene otros componentes propios de la institución, por ejemplo<br />
el que los docentes ignoren deliberadamente o no los actos violentos<br />
entre sus alumnos en el aula: “Los maestros nunca se dan<br />
cuenta de lo que pasa en el salón, ellos (los prefectos) no se enteran,<br />
no hacen nada”; “Para que le dices al maestro, no va a hacer<br />
nada, sólo dice estense en paz, se hacen locos”; “No sé si de veras<br />
no se dan cuenta, o se hacen, porque cada rato pasan cosas<br />
en el salón y ellos como si nada, a veces sólo dicen ¡tranquilos…<br />
pero ni voltean”. Los alumnos, coincidieron en la poca efectividad,<br />
al referir que los maestros no hacen nada, esta falta de respuesta<br />
está relacionada con la forma tradicional de definir el papel de los<br />
maestros en el nivel de secundaria, el cual está orientado de forma<br />
casi exclusiva a impartir una determinada materia. Con una percepción<br />
de los maestros alejados y poco preocupados por las relaciones<br />
entre los alumnos; “Vas y te quejas con los maestros y no<br />
hacen nada, entonces qué haces, estás indefensa ante las oleadas<br />
de abusos de tus compañeros, es insoportable”. El hecho de que los<br />
alumnos manifiesten que los maestros no se enteren de que estas<br />
situaciones suceden, puede ser debido a que precisamente el maltrato<br />
entre iguales sucede muchas de las veces lejos de la mirada<br />
de los docentes, evadiendo las posibles consecuencias del mismo,<br />
tal y como fue señalado por los propios alumnos: “Prácticamente<br />
en todos lados de la escuela está [refiriéndose al maltrato], y en<br />
donde nadie está, ya que nadie es tonto como para atacar a un<br />
compa delante de un maestro”. Y por otro lado que los maestros no<br />
se enteran probablemente con cierta intencionalidad, ya que estos<br />
comportamientos pueden ser considerados como parte de la estructura<br />
natural de la vida cotidiana de los alumnos. O por el hecho<br />
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de no querer darse cuenta, por diversas razones entre las cuales,<br />
por considerar el docente que no puede hacer algo, hecho que está<br />
muy ligado a no saber qué hacer. Situaciones que abren un campo<br />
de trabajo que consideramos deben ser abordadas en estudios<br />
posteriores.<br />
El cómo les afecta esta situación<br />
Si se asume que un clima favorable para la violencia tendrá repercusiones<br />
en el desempeño escolar de los alumnos, y reduce la<br />
calidad de vida y dificulta el logro de los objetivos de la institución,<br />
consecuentemente aumentan los problemas y las tensiones que<br />
la provocan, (Galloway, 2003): “Yo creo que se la pasan muy a la<br />
defensiva, porque todo mundo los agarra de barcos, y yo creo que<br />
si les ha de afectar, pero no sé…“; “A veces aunque seas hombre te<br />
da miedo ver como se ponen las cosas”, “No se puede uno concentrar,<br />
porque siempre estás a la defensiva, no te dan ganas de venir,<br />
cada vez que es posible faltas, claro las faltas cuentan, y empiezas<br />
a reprobar y las cosas se comienzan a complicar”; “Una de mi salón<br />
se cambio de escuela, casi a medio año”.<br />
Sentimientos que se generan<br />
En cuanto a los sentimientos y emociones generados en estos sucesos,<br />
fueron manifestados, como impotencia, temor, incomodidad,<br />
miedo, vergüenza, tristeza y en algunos de no sentir nada, y el no<br />
importarles en absoluto. Hacia la víctima manifiestan lástima y coraje<br />
[por ser tan mensos]. Sienten coraje, pero les da miedo ayudar,<br />
se reconocen impotentes y cobardes por sentir miedo al observar la<br />
violencia y no poder hacer nada: “A veces si dan ganas de ponerles<br />
en su madre, pero la neta suelen ser montoneros y te la piensas,<br />
cuando lo molestan a él, mejor me voy”. Esta indiferencia obligada<br />
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de los testigos les lleva a un nivel alto de ansiedad e intranquilidad.<br />
Hay ambivalencia para intervenir a parar las cosas, si el agredido<br />
es conocido o tienen alguna relación, en este caso lo harían, de<br />
otra forma consideran que no es su problema y no se meten. Generando<br />
una disonancia moral, de lo que está bien o mal, lo que<br />
es justo o injusto y de cómo posicionarse personalmente ante ello.<br />
Asímismo se manifestaron sentimientos de indefensión: “A estas<br />
alturas, no se puede hacer nada, porque siempre va a existir esto,<br />
en cuanto se volteé el maestro comenzarán las agresiones”, “La<br />
verdad nada… lo que se hace nunca funciona, bueno a veces si…”.<br />
Con deseos de salirse de la escuela, de faltar a ella, de llorar, y de<br />
que un ojalá a mí no me pase; “Quisiera que se murieran”. Unos<br />
más exteriorizaron el “No sentir nada”, como una incapacidad de<br />
compartir un sentimiento que está siendo experimentado por un<br />
compañero o compañeros que están siendo victimizados, o como<br />
un no sentir para no sentir. Los sentimientos juegan un rol importante<br />
en nuestra percepción de éxito, y por consiguiente en el<br />
estilo de afrontar, si estos sentimientos son negativos provocaran<br />
una sensación de pesimismo, inutilidad y pasividad.<br />
Lo que hace el alumno para hacer frente a las experiencias de violencia<br />
entre iguales.<br />
Todas las formas por la cuales los alumnos entrevistados hacen<br />
frente a las experiencias de maltrato entre iguales, fueron mencionadas<br />
ser utilizadas por ambos sexos, en algunas de ellas se hizo<br />
énfasis en uno de los sexos.<br />
La indiferencia: la cual tiene como finalidad una regulación<br />
emocional de la situación donde se incluyen estrategias como mantener<br />
la calma o intentar que no le afecte o suceda. En lo referido<br />
por los estudiados se aprecian comportamientos tales como mantener<br />
la calma y hacerse como que no les importa: “No les hablo,<br />
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los ignoro, los abro”; “trato de relajarme y tranquilizarme, de no voltear<br />
a ver a nadie”; “No les sigo la corriente”. La indiferencia como<br />
estrategia fue mencionada en ambos sexos, pero recibió cierto énfasis<br />
en su utilización por parte del sexo femenino. Para algunos<br />
autores (Roth y Cohen, 1986), este tipo de estrategia de evitación<br />
puede ser entendida sin embargo como una forma activa de enfrentar<br />
el problema, ya que supone sobre todo ante las agresiones<br />
de tipo verbal, una forma de mostrar al agresor el poco efecto que<br />
su acoso tiene con él, con la esperanza de que esto termine. Utilizada<br />
tanto por los alumnos observadores como por las víctimas,<br />
(OV) en el caso de los alumnos como observadores actúa como un<br />
amortiguador del propio estrés, que genera la situación.<br />
El aguante: El soportar las situaciones y no responder a las<br />
provocaciones: “No hay más que aguantarse, porque nomás están<br />
viendo como reaccionas, y si te enojas te friegan más”; “Aguantarme,<br />
aunque hablen mal de mí, no les digo nada”; “Me quedo callada,<br />
no les hablo, no peleo” (OV por igual).<br />
El aislamiento (retirada social): retirarse de la interacción social<br />
con respecto a compañeros de la escuela como una forma en<br />
que los jóvenes estudiantes logran protegerse de ese entorno que<br />
ellos perciben como peligroso y ante el cual se sienten vulnerables;<br />
“Me hago la pinta”; No convivo, no me junto” (OV, resalta más en<br />
las víctimas).<br />
La huida-evitación: “Me alejo, me voy por otro lado, me quito<br />
de su camino, me retiro, me escondo o corro” (OV resalta más en<br />
las víctimas).<br />
Sentido del humor: El sentido del humor permite afrontar conflictos,<br />
o situaciones potencialmente angustiantes, de forma humorística,<br />
acentuando los aspectos cómicos o irónicos. El no tomarse<br />
las cosas muy en serio: “No tomar las cosas muy en serio”; “Me<br />
agarro risa y risa y payaseo”; “Alguna tontería, me hago el chistoso”;<br />
“Pues reírme, porque entre más te enojas, más te friegan” (V).<br />
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de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />
La aceptación: como una disociación psicológica de la situación<br />
provocando un rediseño cognitivo de la misma situación haciendo<br />
que el sujeto acepte el acontecimiento estresante tal y como es,<br />
aquí se da un reconocimiento de la naturaleza crítica de la situación<br />
y de la propia responsabilidad en la situación. En esta situación el<br />
alumno realiza una evaluación secundaria examinando su probabilidad<br />
de éxito, de acuerdo a sus creencias sobre la propia capacidad<br />
de controlar un evento, (Lazarus y Folkman, 1984): “Nada, bueno<br />
casi nada”; “Así es…, a veces le toca a uno y con suerte no”; “No se<br />
puede hacer nada”, de acuerdo con lo expresado por los alumnos<br />
de ambos sexos, las situaciones de maltrato de iguales, están fuera<br />
de su control. Por su parte el hecho de aceptar el abuso, es interiorizar<br />
la indefensión en otros y en sí mismos, sino inmediatamente,<br />
sí a medio y largo plazo (Avilés, 2006). Mencionado por ambos y<br />
roles, por igual observador y víctima (OV por igual).<br />
Estado de alerta: las formas del maltrato entre iguales que<br />
prevalecen en el ámbito escolar según referencia de la población<br />
entrevistada como una repetición sistemática pero con periodos de<br />
“descanso”, hace que los alumnos desarrollen un estado de mentalidad<br />
paranoica, creando una desconfianza y sospecha exagerada,<br />
se encuentran preocupados con dudas y se ven a sí mismos sin<br />
apoyo, al tener expectativas de ser el blanco de futuro ataques. El<br />
maltrato es visto como una amenaza constante; “Yo creo que se la<br />
pasan muy a la defensiva, porque todo mundo los agarra de barcos“;<br />
“El estar atenta y muy alerta”; “Cuidarme de todos”; “Cuidarme las<br />
espaldas” (OV más enfatizado en las víctimas).<br />
El desarrollo de síntomas psicosomáticos: La somatización<br />
adquiere, en el adolescente, un valor añadido, al ser, en muchas<br />
ocasiones, una forma de expresión de sus trastornos psicológicos.<br />
En la base, nos encontramos con unas reacciones emocionales secundarias<br />
a factores psicosociales, de mayor o menor intensidad:<br />
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“En el transcurso de segundo año, me dio parálisis facial” ;“Había<br />
aquí unas chavitas, que ya no tenían pelo y se veían recuras, ya<br />
no las he visto, creo que se cambiaron de escuela”; “A mí me salieron<br />
granitos en la piel, se me hizo como la de las gallinas, [risas]”.<br />
Los síntomas psicosomáticos relacionados con la piel ocupan un<br />
lugar importante, ya que ésta es la carta de presentación de la propia<br />
imagen ante el mundo exterior. En estos casos, suele existir<br />
una adaptación pobre por parte del adolescente, con mayores problemas<br />
psíquicos de frecuente expresión somática, (Silber & Pao,<br />
2003). La ocurrencia de esta situación fue visualizada sólo en el<br />
sexo femenino y en las víctimas.<br />
Ser como ellos: en el discurso de los(as) informantes hay una<br />
clara intención de alcanzar un beneficio sin importar que éste sea<br />
de orden social, material o personal, el beneficio que con mayor<br />
frecuencia intentan alcanzar por ser el objetivo de mayor anhelo, es<br />
la integración a un grupo. De acuerdo a Lazarus y Launier (1978),<br />
los alumnos hacen una valoración primaria de la situación poniendo<br />
de relieve los beneficios potenciales o recompensas facilitadas<br />
por la situación. Esto tiene mucho que ver con la necesidad de una<br />
filiación grupal, que es parte esencial del yo, pues como mencionan<br />
Smith y Mackie (1997). “Yo creo que adaptarme al modo de ellos,<br />
es la única manera que me integren un poquito, porque… se siente<br />
uno mal que no lo acepten; “Hacerme de la forma de ellos, fue la<br />
única manera de que me aceptaran un poquito”. La necesidad de<br />
tener una filiación grupal es tan importante en esta etapa de la vida<br />
que los estudiantes de secundaria están dispuestos ejercer actos<br />
intimidatorios o aun a sufrirlos, si esto se convierte en su manera de<br />
lograr ser parte de uno de los tantos grupos sociales que se mueven<br />
al interior de la escuela; también guardarán silencio sobre los actos<br />
realizados, tanto si los ejercen, los sufren o los atestiguan, pese a<br />
que esto signifique romper con las normas sociales establecidas<br />
tanto en la escuela o el hogar, esta situación fue señalada por am-<br />
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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />
de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />
bos sexos, más mencionada su utilización por el sexo masculino y<br />
por igual en ambos roles.<br />
La agresión para hacer frente: los alumnos coinciden en que<br />
todos dicen groserías, y todos tienen que decirlas, “Para estar<br />
igual”, o “para defenderse”; ”A mí no me gustaba que me hicieran<br />
eso… y luego me pelee con uno de tercero que se llevó conmigo, y<br />
que me lo madreo y entonces ya no me molestan tanto...”; “Les demuestro<br />
que no les tengo miedo”; “Trato de platicar, decirles que se<br />
calmen”; “No me dejo, se las regreso, me enfrento”; “pongo límites”;<br />
“Los golpeo, les digo de cosas”. Los alumnos(as) visualizan que<br />
ellos en algún momento agredirían si fueran molestados, o tal vez<br />
se sumarían al grupo que lo hace, como estrategia de sobrevivencia<br />
ya sea como defensa o como venganza. Referente a pelearse<br />
con el agresor, Fournet, Wilson & Wallander y Olafsen & Viniero,<br />
(2002) nos dicen que esta estrategia de afrontamiento, es al mismo<br />
tiempo una estrategia de tipo agresivo, lo que suele estar asociado,<br />
en el caso de su uso sostenido, a la creación más problemas de<br />
los que podría resolver en un momento dado (V y en el observador<br />
sólo en casos de que sea un compa el agredido).<br />
La búsqueda de apoyo social: las estrategias para evitar la<br />
victimización, van desde no andar sólo, sino con grupos de amigos,<br />
hasta recurrir a agentes externos a la escuela, como familiares.<br />
Aparece cuando el alumno valora como más eficaz para afrontar<br />
situaciones emocionales difíciles, y en muchas de las veces como<br />
apoyo en su resolución, (Folkman, 1986; Vázquez y Ring, 1992;<br />
1996); “Le digo a un maestro que esté cerca, o le pido ayuda a alguien”;<br />
“Se lo digo a mi mamá, y hermanos”, “Yo de plano le dije a<br />
mi hermano el más grande, y él con sus cuates les pusieron un tiro<br />
a esos bueyes”, ahí a la salida, [risa], no se lo esperaban, (ella)”. En<br />
el caso de los alumnos como observadores actúa como un amortiguador<br />
del propio estrés (Barrera, 1988): “Voy con los prefectos,<br />
les aviso a sus compas”; “Les digo a las muchachas que avisen a<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
los prefectos, que se lo están madreando”. Avisar a los prefectos<br />
fue señalado por ambos sexos, aunque más mencionado por las<br />
mujeres. En el caso de los hombres fue manifestado en forma indirecta<br />
como decirle a las mujeres que lo hagan, [avisar al prefecto]<br />
y a los amigos de la víctima. Ambos sexos coincidieron en avisar<br />
a los que consideraban amigos del que está siendo victimizado.<br />
Cuando se es observador (ambos sexos) de una agresión se recurre<br />
más a la búsqueda de apoyo de los maestros. Cuando se es<br />
víctima se menciona más frecuentemente la búsqueda de apoyo<br />
familiar, (los hermanos mayores), principalmente en las agresiones<br />
físicas y amenazas en los hombres y en caso de acoso sexual en<br />
las mujeres. Algunos autores reportan que esta estrategia de afrontamiento<br />
es más utilizada por las mujeres, (Stone y Neale, 1984),<br />
sin embargo para esta población no presentó diferencias por sexo,<br />
sólo en cuanto a la o las personas a las que se recurre y las formas<br />
de llevarla a cabo (OV por igual con modalidades diferentes en el<br />
observador).<br />
El respaldo de los amigos: en cuanto al rechazo que sufren los<br />
niños víctimas, cabe mencionar el efecto protector que tienen las relaciones<br />
de amistad en los procesos de victimización. El tener, incluso,<br />
un único amigo popular capaz de protegerte y defenderte ante las<br />
intimidaciones de los demás amortigua tanto la frecuencia como los<br />
efectos a corto y largo plazo del acoso (Boivin et al., 2001). El contar<br />
con muchos amigos: “No… pues hacer amigos, estar con ellos,<br />
ir acompañado”, “Pues conmigo no tanto… porque siempre ando<br />
con un chorro de amigos y amigas y conocemos a casi todos, no<br />
tengo tantas broncas, pero sí miro que a algunas chavitas les cargan<br />
la mano algunos batos”. Los amigos juegan un papel importante en la<br />
prevención de la ocurrencia del maltrato (OV).<br />
El llevar a cabo comportamientos específicos para evitar ser<br />
víctima: “No llevarme, no provocar, no molestar, no ofender, no<br />
agredir a nadie; “Llevarme bien, ser buena onda con todos, no mo-<br />
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146
Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />
de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />
lesto”, que fue mencionado por igual en ambos sexos. Unos más señalaron<br />
ser selectivos con los compas con que se juntan y de forma<br />
humorística la huída: “Si te juntas con gente tranquila y te alejas de<br />
broncas, puedes sobrevivir, y si en ocasiones se ponen las cosas difíciles,<br />
pero con qué corras, [risas]” (o, en las víctimas con reservas).<br />
La percepción de la eficacia, en la detención, del maltrato por la<br />
estrategia de afrontamiento empleada.<br />
La eficacia, es la cuestión más importante desde el punto de vista<br />
profesional en los estudios sobre el afrontamiento, en un intento<br />
por identificar las estrategias más útiles para el manejo del estrés<br />
y las variables que influyen en dicha eficacia. En las evaluaciones<br />
realizadas sobre si lo que ellos llevaban a cabo para hacer frente a<br />
las experiencias del maltrato era efectivo, las respuestas giraron en<br />
torno a tres situaciones: 1) no funciona, 2) sólo funciona en algunos<br />
casos, 3) se detiene por un tiempo.<br />
No funciona: los alumnos de secundaria coinciden en que “por<br />
más que se luche” lo que no se podrá cambiar es el que se pongan<br />
apodos, “Y lo van a hacer en sus caras o a sus espaldas”.<br />
Sólo funciona en algunos casos: para detener la agresión física<br />
y las agresiones sexuales “Pos cuando vino mi hermano [ella] y le<br />
pusieron un tiro a esos bueyes, ya ni volteaban a verme [risas]“; “Si,<br />
si funciona cuando les parte uno la madre”. En cuanto a la estrategia<br />
agresiva de hacer frente por parte de la víctima, se mencionó:<br />
“Hay veces que si uno no se deja y se defiende, a veces es como<br />
si les diera uno pan [cuerda], lo agarran de a diario”. Tanto ellas<br />
como ellos señalaron que en muchas ocasiones la reacción violenta<br />
de la víctima sólo empeora su situación ya que esta reacción<br />
se utiliza como excusa para justificar nuevas agresiones. “Yo creo<br />
que depende de quién es y cómo anda el vato… a veces digan lo<br />
que digan o hagan lo que hagan, veo que no los sueltan, les siguen<br />
147<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
diciendo de cosas [burlas]. “Si te defiendes malo, y sino te defiendes<br />
igual.., malo”. A este respecto Olweus (1993), menciona que el comportamiento<br />
de la víctima de no responder al ataque y al insulto, es<br />
un signo de inseguridad y desprecio para el agresor/a.<br />
Se detiene por un tiempo y muchas de las veces se detiene<br />
por completo: señalaron que la indiferencia funciona en el caso de<br />
los chismes, e insultos, para detener la agresión física, el decirle<br />
a los maestros, así como para prevenir la recurrencia de robo,<br />
datos coincidentes con encontrado por Eslea (2001) y Salmivalli<br />
(1996). El hacerse como ellos fue más utilizado en el maltrato por<br />
exclusión enfatizando en los beneficios potenciales o recompensas<br />
facilitadas por la situación.<br />
En cuanto a la prevención de la ocurrencia del maltrato, coincidieron<br />
en el papel importante de llevar a cabo formas de interrelación<br />
no violenta, no agresiva “ser buena onda”; de la misma forma<br />
el papel importante que juegan los amigos, además en la contención<br />
emocional.<br />
Conclusiones<br />
Las estrategias de afrontamiento hacia el fenómeno del maltrato entre<br />
iguales, parecen ser el resultado de una evaluación que hacen a partir<br />
de la característica particular del comportamiento de la violencia entre<br />
iguales la cual se presenta de manera cíclica entre los alumnos en<br />
donde la víctima goza de periodos de aparente tranquilidad, ya que los<br />
agresores dirigen sus acciones de intimidación a otro u otros alumnos.<br />
De los aprendizajes realizados provenientes de experiencias previas,<br />
propias y en compañeros y de lo que han visto que funciona, del apoyo<br />
percibido por parte de los maestros, de la situación y rol que juegan<br />
en ese momento ya sea de víctima o de observador, de las características<br />
del agresor o agresores, del tipo de maltrato y su duración al<br />
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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />
de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />
la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />
que le hace frente en ese momento, del estado de ánimo en que se<br />
encuentran y del grado escolar que cursa.<br />
Los datos analizados nos permiten suponer el uso de estrategias<br />
múltiples, combinadas de diferente manera, al parecer de modo<br />
flexible, lo que nos hace suponer que ante un problema complejo,<br />
como lo es la violencia entre iguales, los adolescentes se encuentran<br />
en una variación constante en cuanto al tipo de afrontamiento al que<br />
recurren. Situación por la cual no nos fue posible precisar cuál de<br />
las estrategias señaladas era la más efectiva y segura para evitar<br />
y/o detener las agresiones, ya éstas son cambiantes y modificadas<br />
según su efectividad.<br />
Consideramos que el afrontamiento ante la violencia entre<br />
iguales más bien requiere esfuerzos cooperativos organizados que<br />
trascienden el nivel individual, no dependiendo su solución de la habilidad<br />
del adolescente para manejar sus recursos individuales. Así<br />
pues, es necesario identificar las estrategias de afrontamiento grupales<br />
y organizacionales de la escuela por cuanto con frecuencia las<br />
características propias de los centros de enseñanza pueden favorecer<br />
el desarrollo de comportamientos violentos en las escuelas.<br />
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Revista<br />
educ rnos<br />
152
Implementar actividades lúdicas para la autorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
Blanca Estela Hernández Cabrera<br />
Estudiante de Seminario de tesis de la Maestría en Innovación en la<br />
Escuela Universidad Pedagógica Nacional, Sub Unidad 111 Irapuato.<br />
waikita2@ hotmail.com<br />
Resumen<br />
Recibido 27 Febrero 2011<br />
Aceptado 15 Marzo 2012<br />
En mi práctica docente observé áreas de oportunidad que considero importantes<br />
para la formación del niño basándome en la necesidad de autorregular sus emociones<br />
al observar que presentaban poca expresión de emociones, agresividad en<br />
el juego y poca o nula tolerancia al cambio al convivir socialmente con sus pares.<br />
Llevé un registro de las situaciones conflictivas, y los aspectos que originan<br />
la violencia, una detonante es la poca supervisión que se le da al niño en<br />
los juegos, el contexto con pocas áreas de recreación, la falta de conocimiento<br />
y aplicación de los valores y poca importancia que se le da a la expresión de<br />
sentimientos.<br />
Implementé actividades, lúdicas, de representación (psicodrama) en el<br />
grupo para que conozcan, reconozcan y puedan manejar las emociones, agresivas<br />
y a la vez esto se vea reflejado en su aprendizaje así como en la convivencia<br />
con el medio social en que se desarrollan.<br />
Palabras clave: Socialización violencia, tolerancia, autorregulación, emociones.<br />
153<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
En el siguiente texto, muestro la experiencia que trabajé con el enfoque<br />
por competencias, los aciertos, dificultades y conclusiones<br />
que hago a partir de lo que he recuperado del trabajo áulico.<br />
Para entender los sentimientos de los demás, hay que entender<br />
primero los propios así como nuestras necesidades y deseos,<br />
¿qué cosas personas o situaciones nos causan determinados sentimientos?<br />
¿Qué pensamientos generan las diversas emociones?<br />
¿Cómo nos afectan y qué consecuencias y reacciones propician?<br />
Éstas y otras preguntas han generado que el presente<br />
trabajo esté enfocado al desarrollo de la autonomía y la autorregulación<br />
emocional de los niños durante las actividades, lúdicas e<br />
intelectuales del primer año de primaria para su integración social.<br />
A lo largo del presente documento muestro lo observado tanto<br />
fuera como dentro del salón de clases, lo cual me ha permitido<br />
detectar la forma en que mis alumnos interactúan y de esta manera<br />
adecuar mi práctica docente a las necesidades concretas que permitan<br />
mejorar la convivencia en el aula. Es por eso que mi principal<br />
objetivo es lograr que los niños reconozcan sus emociones y las<br />
puedan manejar de manera regulada en todo momento.<br />
A continuación describo el contexto en el cual trabajo, mismo<br />
que tuve que estudiar para llevar a cabo un proyecto de innovación,<br />
que se solicita para la titulación en la Maestría en innovación en la<br />
escuela.<br />
Laboro en una escuela rural ubicada en el municipio de Silao,<br />
Guanajuato, es una comunidad de aproximadamente 500 habitantes<br />
que se dedican a la agricultura, cuentan con los servicios básicos<br />
como agua y luz, sus calles son de terracería, la mayor parte de la<br />
comunidad son de escasos recursos económicos y carecen de áreas<br />
recreativas, sólo existe un llano que utilizan para jugar futbol o beisbol.<br />
Allí me he percatado que a algunos de mis alumnos les cuesta<br />
mucho trabajo integrarse al grupo, esto lo he notado en la forma de<br />
actuar entre ellos, al momento de socializar, algunos son muy into-<br />
Revista<br />
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Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
lerantes y agresivos en sus comentarios, acciones y golpes dentro<br />
y fuera de la institución.<br />
En relación al contexto social, la mayoría de los niños sólo<br />
conviven con los adultos en la noche ya que sus padres laboran<br />
en el campo durante todo el día o algunos de ellos no viven en la<br />
comunidad, pues se van a trabajar a otras ciudades tanto dentro<br />
como fuera del Estado, por lo que sólo están con sus hijos uno o<br />
dos periodos al año. Esto ocasiona que los niños estén solos la<br />
mayor parte del día y no exista una figura paterna que les apoye<br />
en sus necesidades básicas y su proceso de formación por lo que<br />
sus manifestaciones lúdicas son en mayor parte agresivas sin una<br />
figura de autoridad que regule este tipo de acciones.<br />
He observado los tipos de juegos que se llevan a cabo durante<br />
el recreo, a uno de ellos los alumnos le llaman “las patadas”,<br />
participan sólo niños, el juego consiste en comenzar a pelear, la<br />
consigna que tienen es patear o pegarle al que se caiga primero,<br />
los que se quedan de pie comienzan a golpearlo hasta que éste<br />
comience a llorar o algún profesor(a) pare el juego.<br />
Ellos acostumbran a jugar en los rincones más apartados de<br />
la escuela. Algunos compañeros solamente les llaman la atención<br />
y se alejan, otros se los llevan a la dirección y los castigan por el<br />
resto del recreo. En los colegiados hemos hablado del problema,<br />
pero no se han propuesto estrategias para solucionar este tipo de<br />
situaciones, porque algunos docentes no quieren involucrarse más<br />
allá de lo que creen que les concierne: “enseñar a los niños los contenidos<br />
curriculares de acuerdo al grado que cursan y a planes y<br />
programas”, para ellos lo adecuado es avisar a los padres de familia<br />
de la mala conducta de sus hijos para que sean ellos los que tomen<br />
cartas en el asunto.<br />
“…el maestro en el mejor de los casos funciona como un instructor, en<br />
el peor se convierte en cómplice al reconocer el terrorismo de los niños<br />
pero no ver el propio, al permitir que en sus propias narices ocurran<br />
155<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
actos de agresión ante los cuales sólo tiene el recurso de castigar o ignorar<br />
pero no el de promover espacios para la expresión constructiva”<br />
(Michel y Chávez 1997: 40).<br />
Mi meta es que los niños participen en equipo de manera amable y<br />
sean tolerantes ante las diferencias físicas y conductuales de sus<br />
compañeros, traten de lograr algo de manera individual y grupal<br />
con apoyo, además de que expresen sus emociones sobre todo las<br />
que tengan que ver con el respeto y la tolerancia ya que las ofensivas<br />
son las que más manifiestan.<br />
Finalmente que los alumnos reconozcan lo que provocan algunas<br />
acciones de agresividad ante sus compañeros, al molestarlos<br />
a la vez que sepan aceptar sus derrotas y no ser ofensivos al<br />
ganar y querer minimizar al otro grupo.<br />
Todo esto a través de actividades de interés en los niños como<br />
son juegos y canciones que se llevaron a cabo dentro y fuera del<br />
salón de clases, todo esto lo he investigado con base a algunos de<br />
estos teóricos como son Vygotski (2002: 304), Carl Rogers (1998:<br />
98), Daniel Goleman (2008: 120).<br />
Algunas de las estrategias, recursos, que utilizaré para innovar<br />
dentro de mi práctica docente son las actividades lúdicas<br />
educativas, así como ahora he tenido la oportunidad de promover,<br />
intento que sean formativas y a la vez se lleven a cabo de manera<br />
transversal, utilizando varias actividades sin importar la materia<br />
pero que tengan que ver con mi propósito que es mejorar la socialización<br />
en el aula, de manera que los alumnos no sientan como una<br />
obligación el hecho de aprender y convivir en grupo y que esto lo<br />
hagan de manera cordial, respetuosa y tolerante.<br />
A continuación describiré uno de los sucesos que me inquietó<br />
y paralelamente, despertó mi interés por cambiar la manera de<br />
pensar y actuar de mis alumnos, describiré lo que sucedió: otro<br />
día durante el recreo, estaban varios niños jugando y me llamó la<br />
atención porque algunos de mis alumnos estaban a su alrededor,<br />
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Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
gritaban, animaban a los que jugaban y se reían, al acercarme alcancé<br />
a escuchar el siguiente diálogo:<br />
• N1: Te voy a matar porque tú siempre me pegas y además<br />
yo soy de la policía.<br />
• N2: pues yo te voy a matar a ti con mi pistola porque yo soy<br />
“zardo” militar y yo tengo una pistola más grande y poderosa.<br />
• N1: pues ya te fregaste porque yo soy zeta y te mato a ti y<br />
toda tu familia y nadie me va a ganar.<br />
Les pregunté a qué jugaban, me contestaron:<br />
• Coro -a los policías y los narcos.<br />
• N1. Cuando yo sea grande seré el jefe de los narcos y tendré<br />
unas camionetotas, mucho dinero, seré el más rico de aquí.<br />
Platiqué con mi compañera de guardia sobre la situación y concordamos<br />
en lo siguiente: el medio en el que viven los niños es un<br />
factor de influencia que determina su manera de pensar y actuar.<br />
He observado que este tipo de juegos sólo hacen que los<br />
“más fuertes,” se sientan con dominio del lugar y hacen sentir a<br />
los demás que “ellos mandan” y que los deben respetar por lo<br />
que los niños pequeños los ven como un ejemplo a seguir, pues<br />
me han comentado en el salón de clase que cuando sean grandes<br />
quieren ser “cholos” o “narcos” para matar a todos los que los traten<br />
mal y para tener mucho dinero, lo que ven en la calle o en sus casas<br />
les hace pensar así ven su futuro con ocupaciones que no tiene<br />
nada que ver con los estudios, ni con un buen comportamiento sino<br />
que le dan importancia a las cosas materiales y se sienten atraídos<br />
por el poder y la violencia.<br />
157<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
“Por los estudios antropológicos sabemos que la cultura social determina<br />
las creencias, costumbres e ideología de los grupos humanos<br />
y estos pueden actuar positiva o negativamente, según se realice el<br />
proceso de enculturación. Los principales agentes de la socialización<br />
cultural son la familia, la escuela, los grupos de influencia y los medios<br />
de comunicación (Sastré y Navarro, 2002: 92)”.<br />
He identificado por la información obtenida de las entrevistas a los<br />
padres de familia y la observación de las costumbres de la comunidad,<br />
que existe una influencia negativa en los niños provocado<br />
por los siguientes factores: la desintegración familiar causada por<br />
la emigración. La violencia intrafamiliar, que se agrava por los problemas<br />
del alcoholismo o la drogadicción que padecen los hombres<br />
que se quedan en la comunidad. También existe un problema de<br />
género, una cultura machista, la mujer está condicionada a obedecer<br />
al padre, hermano, esposo y al hijo cuando crece. La falta de<br />
respeto hacia la mujer es notoria ya que los niños no ven en sus<br />
madres a una figura de autoridad.<br />
Lo que viven mis alumnos es resultado del proceso de enculturación,<br />
“por el cual el individuo sigue las costumbres de una generación<br />
a otra, es decir, aprende a actuar de cierta forma, según el rol<br />
que le toca por ser niño o niña” (Sastré, 2002: 94).<br />
Al observar esto me pregunté sobre la necesidad de indagar<br />
sobre el autocontrol o la autorregulación, a lo que me pregunto ¿por<br />
qué investigar para conocer y controlar las emociones? Porque<br />
creo que es posible generar un cambio de actitud en mis alumnos.<br />
Por este motivo mi objeto de estudio es la autorregulación,<br />
y mi propósito es el de favorecer a través de actividades lúdicas y<br />
mis intervenciones para que el alumno conozca, reconozca y autorregule<br />
sus emociones con el fin de mejorar la convivencia dentro<br />
y fuera del aula.<br />
Es indispensable que yo también sea cuidadosa en la forma<br />
en que me dirijo a ellos, en la manera en que me comunico, pues<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
158
Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
debo generar un clima de confianza y seguridad para propiciar la<br />
reflexión y la participación de mis alumnos.<br />
Otra de las cosas que observé fue que mientras les comentaba<br />
las actividades como un juego o concurso los mantiene interesados<br />
y contentos hasta se ve reflejado en el aprovechamiento,<br />
pero cuando les explico que vamos a trabajar cambia su actitud y<br />
creo que esto es normal, relacionan la palabra trabajo con algo feo,<br />
difícil, obligatorio, y que no les gusta, creo que todo está en el uso<br />
que les damos a las palabras para modificar el comportamiento de<br />
los niños sobre todo en esta edad que es cuando empiezan a tener<br />
obligaciones de niño grande, desde cuidar al hermanito, limpiar la<br />
casa, hasta ir a trabajar con la familia.<br />
Hablo de la influencia cultural de la comunidad que de una u<br />
otra manera ha impactado en la actitud de mis alumnos y del resto<br />
de los niños de la primaria, describo la manera en que juegan y<br />
cómo a través de sus juegos manifiestan lo que ven o escuchan en<br />
sus hogares o en su entorno inmediato.<br />
Así como los factores de influencia detectados y que son parte<br />
esencial de las conductas que repiten los niños y niñas en el aula. Y<br />
expreso la importancia que tiene el desarrollar la inteligencia emocional<br />
y más específicamente, la autorregulación para el manejo de<br />
las emociones positivas o negativas de mis alumnos.<br />
Para la UNESCO, la cultura (el conocimiento) da al hombre la<br />
capacidad de reflexionar sobre sí mismo, que es lo nos hace seres<br />
específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos,<br />
a través de ella, discernimos los valores y efectuamos<br />
opciones, el hombre se expresa toma conciencia de sí mismo se<br />
reconoce como un proyecto inacabado pone en cuestión propias<br />
realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones y<br />
crea obras que lo trascienden (UNESCO, 1982: 73).<br />
159<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Propongo las actividades lúdicas como medio para favorecer la<br />
autorregulación y el control de emociones. Expongo que la autorregulación<br />
es un factor elemental para mejorar la convivencia del grupo.<br />
Finalmente presento la experiencia que trabajé con el enfoque<br />
por competencias, los aciertos, dificultades y conclusiones que<br />
hago a partir de lo que he recuperado del trabajo áulico.<br />
El tema de mi proyecto de investigación<br />
Desarrollar la autorregulación emocional uno de los ejes de análisis<br />
a investigar a través de la aplicación de actividades lúdicas para<br />
favorecer la comunicación y tolerancia emocional en un grupo de<br />
segundo de primaria.<br />
Algunos de los aspectos observados y que he tomado como<br />
referencia para el análisis de mi práctica son los autorregistros de<br />
corte etnográfico y en ellos trato de identificar cómo es mi labor docente<br />
ante algunas actividades, y sobre todo mi manera de actuar<br />
ante algunas actitudes agresivas o poco tolerantes de los niños<br />
y las estrategias que se llevan a cabo ante ciertas situaciones de<br />
autorregulación de emociones y tolerancia con sus compañeros.<br />
Actividades que reforzarían la inteligencia intrapersonal y autorregulación:<br />
El interés por aplicar ésta y otras actividades relacionadas con el<br />
desarrollo y manejo de las emociones fue debido a la necesidad<br />
de conocer y canalizar el tipo de actitudes negativas como son los<br />
pleitos verbales y físicos en momentos de clase y fuera de ella, así<br />
como las agresiones hacia los más pequeños y las mujeres que presentan<br />
mis alumnos de primer grado, y en base a estrategias lúdicas<br />
tratar de reconocer dichas emociones y llegar a controlarlas dentro<br />
y fuera del aula.<br />
Revista<br />
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160
Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
Actividades en pares, juegos de mesa, programas de computación<br />
interactivos, encuestas, amigos hechos mediante cartas,<br />
desarrollo de liderazgo, actividades colaborativas como resolución<br />
de problemas en equipo, y pensamiento grupal, lluvia de ideas en<br />
grupo, enseñanza de alumno a alumno, toma de notas grupales y<br />
proyectos de escritura para la clase o en grupos.<br />
Conceptos de los temas en que me estoy basando para conocer<br />
un poco más el desarrollo y expresión de ciertas emociones y<br />
su correcta canalización:<br />
• Percepción y expresión emocional. Se trata de reconocer de<br />
manera consciente qué emociones tenemos, identificar qué<br />
sentimos y ser capaces de verbalizarlas. Una buena percepción<br />
significa saber interpretar nuestros sentimientos y vivirlos<br />
adecuadamente, lo que nos permitirá estar más preparados<br />
para controlarlos y no dejarnos arrastrar por los impulsos.<br />
• Regulación emocional, o capacidad para dirigir y manejar las<br />
emociones de una forma eficaz. Es la capacidad de evitar<br />
respuestas incontroladas en situaciones de ira, provocación<br />
o miedo. Supone también percibir nuestro estado afectivo<br />
sin dejarnos arrollar por él, de manera que no obstaculice<br />
nuestra forma de razonar y podamos tomar decisiones de<br />
acuerdo con nuestros valores y las normas sociales y culturales.<br />
Estas cuatro habilidades están ligadas entre sí en la<br />
medida en que es necesario ser conscientes de cuáles son<br />
nuestras emociones si queremos vivirlas adecuadamente.<br />
Básicas recurrentes que observé en el aula para darme cuenta del<br />
problema que existe en el desarrollo de mi práctica docente.<br />
• Poca atención en la clase por jugar o pelear incluso por juegos<br />
relacionados con la violencia.<br />
161<br />
Revista<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
• Baja tolerancia al diálogo o a la convivencia con sus compañeros.<br />
• Comentarios dentro del aula agresivos, difícilmente con palabras<br />
positivas hacia sus compañeros.<br />
• Escaso diálogo o al compartir trabajando en equipo.<br />
Ahora después de los registros y el análisis de mi práctica me he<br />
percatado que el alumno que quiero formar es:<br />
Una persona que desarrolle la expresión asertiva de emociones<br />
y conviva con tolerancia y armonía en todo momento de su vida<br />
presente y futura.<br />
Gestionar adecuadamente las emociones supone:<br />
• No someterlas a censura. Las emociones no son buenas o<br />
malas, salvo cuando por nuestra falta de habilidad hacen<br />
daño, a nosotros o a otras personas.<br />
• Permanecer atentos a las señales emocionales, tanto a nivel<br />
físico como psicológico.<br />
• Investigar cuáles son las situaciones que desencadenan<br />
esas emociones.<br />
• Designar de forma concreta los sentimientos y señalar las sensaciones<br />
que se reflejan en nuestro cuerpo, en lugar de hacer<br />
una descripción general (“estoy triste”, “estoy nervioso”).<br />
• Descargar físicamente el malestar o la ansiedad que nos<br />
generan las emociones.<br />
• Expresar nuestros sentimientos a la persona que los ha desencadenado,<br />
sin acusaciones ni malas formas y detallando qué<br />
situación o conducta es la que nos ha afectado.<br />
• No esperar a que se dé la situación idónea para comunicar<br />
los sentimientos, tomar la iniciativa.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
162
Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
Algunos teóricos relacionados con el tema de investigación son:<br />
Vygotski, Carl Rogers, Daniel Goleman, Howard Gardner, Abraham<br />
Maslow.<br />
En lo que respecta a la teoría de Vygotski se habla de diálogo<br />
interno, los niños utilizan el lenguaje no solamente para comunicarse<br />
con otros, sino para organizar planear y guiar su propio<br />
comportamiento (autorregulación emocional) el habla privada<br />
constituye una herramienta del desarrollo del pensamiento, el diálogo<br />
interno convierte a los individuos en seres más comunicativos<br />
socialmente.<br />
Estrategias de enseñanza para aplicar la teoría de Vygotski,<br />
y la ZDP (zona de desarrollo próximo), la enseñanza del alumno<br />
debe ser asistida por el instructor en un principio y con las prácticas<br />
continuas del alumno, el profesor reduce la asistencia y las<br />
explicaciones hasta que este pueda trabajar independientemente.<br />
utilice a compañeros más hábiles como maestros: los estudiantes<br />
se benefician del apoyo de los alumnos expertos.<br />
La teoría de Carl Rogers nos dice que: el concepto central de<br />
esta orientación es el del “self’ o concepto de “sí mismo”, las ideas y<br />
percepciones propias del individuo respecto a sus experiencias personales<br />
y aspiraciones (el autoconcepto, la autoimagen). El principal<br />
autor que representa esta postura es Carl Rogers (1902-1987), un<br />
autor eminentemente clínico que aborda en los años 60 una formulación<br />
teórica de la personalidad en consonancia con sus posiciones<br />
terapéuticas. Otros autores de esta orientación serían Maslow.<br />
De acuerdo con esta posición humanista de la fenomenología,<br />
Rogers cree que el individuo percibe el mundo que le rodea<br />
de un modo singular y único; estas percepciones constituyen su<br />
realidad o mundo privado, su campo fenoménico. En este sentido,<br />
la conducta manifiesta de la persona no responde a la realidad,<br />
responde a su propia experiencia y a su interpretación subjetiva de<br />
la realidad externa.<br />
163<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Otro de los autores en los que me he apoyado es Daniel Goleman<br />
pues considero que su teoría de las emociones en el ser<br />
humano y su canalización tienen mucho que ver con mi proyecto.<br />
(Goleman 2007): estima que la inteligencia emocional se puede<br />
organizar en cinco capacidades:<br />
• Conocer las emociones y sentimientos propios.<br />
• Manejarlos.<br />
• Reconocerlos.<br />
• Crear la propia motivación.<br />
• Gestionar las relaciones.<br />
El propósito es fomentar la autorregulación emocional, con un manejo<br />
responsable de su conducta y mayor resolución para resolver<br />
conflictos, que los alumnos se reconozcan como personas con dignidad<br />
y derechos con capacidad para desarrollarse a sí mismos<br />
aprendan que tienen derechos, que pueden ser respetados.<br />
Es indudable que hay maestros que si tratan de incidir en sus<br />
alumnos a través de la reflexión, pero hasta ahora no hemos logrado<br />
conjuntar un plan de acción para cambiar estos juegos que se hacen<br />
más agresivos conforme avanza la edad de nuestros educandos.<br />
Una de las actividades que me ha funcionado al aplicarla con<br />
mis alumnos es la denominada “El juego de los globos enojados”.<br />
El propósito es desarrollar las competencia de escucha, expresión<br />
de sentimientos y emociones por medio del juego simulado”. La<br />
intención es que los niños expresen lo que sienten en el momento<br />
en que se despertó una emoción a partir de las acciones que harán,<br />
propiciar el que identifiquen esos sentimientos y controles sus<br />
reacciones en beneficio del grupo con el que conviven. “Ese es el<br />
primer paso para desarrollar la inteligencia emocional, que es la<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
164
Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad<br />
para manejarlos” (Goleman, 1995: 98).<br />
Previamente me enfoqué a decorar mi salón de clases con<br />
motivos alusivos al tema de las emociones con el objetivo de que<br />
el niño se sintiera cómodo. Posteriormente comencé la actividad<br />
recuperando conocimientos previos de mis alumnos, les plantee<br />
las siguientes preguntas con la finalidad rescatar que conocen por<br />
emociones. Traté que no se sintieran presionados y que sus respuestas<br />
no fueran forzadas sino espontáneas.<br />
• ¿Qué son las emociones?<br />
• ¿Cómo se sienten cuando les pegan?<br />
• ¿Cómo creen que se siente la persona que le pegan?<br />
• ¿Les gusta ver llorar a sus amigos o compañeros?<br />
• ¿Cómo me siento cuando me dan un abrazo?<br />
• ¿Cómo me siento cuando me dicen que me quieren?<br />
La mayoría de los niños me explicaron sus emociones de manera<br />
clara y precisa: -a mí me gustan los abrazos, y besos y me siento<br />
triste cuando les pegan a mis amigas y no me gusta ver llorar a<br />
nadie- aunque hubo algunos que no quisieron contestar sobre todo<br />
los niños negaban lo que sentían, -diciendo a mí no me importa, a<br />
mí no me interesa, y no me gusta que me abracen o besen.<br />
A continuación comencé con la actividad, les comenté que<br />
empezaríamos a jugar con unos globos una actividad nueva y les<br />
expliqué que se trataba: -Les voy a dar un globo a cada uno de<br />
ustedes, cada uno escogerá el color y tomarán un marcador del<br />
color que ustedes quieran, luego lo vamos a inflar (yo ayudé a inflar<br />
algunos pues algunos niños no pueden hacerlo todavía) después<br />
les dije que ese globo podía ser su amigo o su enemigo y le iban a<br />
pintar la cara que ellos quisieran. Si era su amigo le dirían palabras<br />
bonitas o le contarían algo importante para ellos y si era su enemi-<br />
165<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
go hacerlo enojado o feo y decirle por qué nos les caía bien, por<br />
qué no lo quería e incluso podían golpearlo hacia arriba y cuando<br />
se cansaran podían romperlo.<br />
Resultado: la mayoría de los niños hicieron sus globos como<br />
sus amigos, compañeros de clase, la mayoría de los niños les contaban<br />
lo que hicieron en la escuela, otros le decían lo que harían<br />
por la tarde. Los niños que dibujaron su globo como enemigo le<br />
dijeron que no le caía bien porque era malo, porque siempre le pegaba<br />
o se burlaba de él. Pero finalmente lo acariciaron. Tres niños<br />
se enojaron con el globo, lo insultaron y lo tronaron.<br />
La autorregulación se propicia a través del análisis de lo que<br />
pasó, nuevamente las interrogantes que se les plantea a los niños son<br />
importantes. Se les pregunta: ¿qué sintieron?, ¿por qué lo hicieron?, y<br />
¿para qué lo hicieron?, en seguida les comentaba que hubieras sentido<br />
si tú fueras el globo. Los niños que mostraron un comportamiento<br />
socialmente apropiado y que gozaban de popularidad entre sus compañeros<br />
mostraban altos niveles de regulación emocional, y también<br />
altos niveles de afrontamiento constructivo instrumental y bajos niveles<br />
de afrontamiento no constructivo (agresión).<br />
Los niños manifestaron que les gustó el juego, de acuerdo al<br />
programa de educación primaria se llevaron a cabo las siguientes<br />
acciones:<br />
• Bloque II: autorregulación, y ejercicio responsable de la libertad,<br />
apego a la legalidad y sentido de justicia.<br />
• Bloque: manejo y resolución de conflicto/participación social<br />
y política.<br />
Las competencias que se favorecieron fueron expresión oral, reconocer<br />
lo que sienten, capacidad de escucha, esperar su turno<br />
para participar, reconocer al otro, es decir, saber que pueden hacer<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
166
Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />
emocional en el alumno de primero de primaria<br />
sentir bien o mal a sus compañeros, hermanos o padres, por lo que<br />
digan o hagan.<br />
La dificultad que tuve al trabajar con el enfoque del desarrollo<br />
de las emociones basado en las competencias de primaria fue que<br />
al haber trabajado 10 años en preescolar, en este nivel, las competencia<br />
son marcadas como manifestaciones observables y en<br />
primaria se enuncian de manera general.<br />
Otra diferencia está en la atención que se les da a los niños<br />
de preescolar por parte de sus padres, es más cercana; en primaria<br />
las mamás de la comunidad ya no los acompañan a la escuela, no<br />
acuden por sus hijos, se los encargan al hermano mayor o al vecino<br />
más grande; considero que esto afecta la confianza de algunos<br />
niños pues sienten el abandono de sus padres, aclaro que a otros<br />
pequeños se les hace normal, porque esas son las costumbres<br />
que se practican.<br />
Conclusiones<br />
He descubierto que para entender los sentimientos de los demás,<br />
hay que entender los propios, así como reconocer cuáles son mis<br />
necesidades y deseos, qué cosas, personas o situaciones me causan<br />
determinados sentimientos, y finalmente qué pensamientos<br />
generan las diversas emociones, cómo me afectan y qué consecuencias<br />
y reacciones tenemos nosotros como docentes.<br />
A través de esta actividad y su observación me he dado cuenta<br />
que, los niños son capaces de establecer vínculos de apego con distintas<br />
figuras, siempre que éstas se muestren sensibles y cariñosas.<br />
Bibliografía<br />
Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss, Vol. 1: Attachment, Londres:<br />
Hogarth Press and the Institute of Psycho-Analysis.<br />
167<br />
Revista<br />
educ rnos
La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
Gardner, Howard. (1983). Teoría de las inteligencias múltiples Frames<br />
of Mind: The Teoría of Múltiple Intelligence 1983, (Google<br />
académico 02 07 10).<br />
Goleman, Daniel. (2001). Inteligencia Emocional. Madrid: Editorial<br />
Kairós.<br />
―(2000). La inteligencia emocional. Porqué es más importante<br />
que el cociente intelectual. Madrid: Edit. Vergara.<br />
Gómez Villalpando, Armando. (2000). Caleidoscopio educativo.<br />
México: Mycousin.<br />
Maslow, A. H. (1954). Motivation and Personality. Nueva York: Harper<br />
and Row. Trad. Castellana (1975). Motivación y Personalidad.<br />
Barcelona: Sagitario.<br />
Rogers, Carl. (1981). Psicoterapia centrada en el cliente. Barcelona:<br />
Paidós.<br />
Vygotski, Lev. (1988). La zona de desarrollo próximo y la colaboración<br />
entre pares: connotaciones para la práctica del aula y la<br />
formación social de la mente. Barcelona: Paidós.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
168
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro escolar<br />
del municipio de Guanajuato<br />
Ricardo Javier Hernández Venegas<br />
Estudiante del programa de Maestría en Investigación Educativa en<br />
el Departamento de Educación de la Universidad de Guanajuato.<br />
ricachudo@hotmail.con<br />
Resumen<br />
Recibido 27 Febrero 2012<br />
Aceptado 15 Marzo 2012<br />
En el presente artículo se dan a conocer los resultados de una investigación, realizada<br />
en una secundaria ubicada en la capital del estado de Guanajuato, cuyo<br />
objetivo fue hacer un diagnóstico sobre la violencia entre iguales de dicha institución.<br />
Los resultados se muestran de forma cuantitativa y analicé gráficamente<br />
los tipos de violencia manifestados por los escolares, así como los lugares donde<br />
suelen ocurrir dichos actos y la frecuencia de los mismos.<br />
Para la obtención y análisis de los datos estadísticos se diseñó y aplicó<br />
un instrumento a 112 estudiantes seleccionados al azar de los distintos grados<br />
y grupos de la institución, con este instrumento se analizó cómo los estudiantes<br />
describen su ambiente escolar, es decir, como es la relación con sus compañeros<br />
para conocer también si han sido participes de actos de violencia en la escuela<br />
dando un panorama general de los lugares y la frecuencia de estos actos.<br />
Palabras clave: Violencia escolar, bullying, educación secundaria.<br />
169<br />
Revista<br />
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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />
Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />
No te quejes son juegos de HOMBRES<br />
Fausto<br />
Fausto, un jovencito de quince años para quien la escuela era un<br />
auténtico calvario, pues tenía que lidiar todos los días con las burlas,<br />
golpes, rechazos e infinidad de cosas recibidas de sus compañeros<br />
de clase, y también los que no lo eran; Fausto desde la<br />
primaria era un estudiante sobresaliente, era bueno en Historia,<br />
Español, Geografía, y que decir de las Matemáticas, era un buenazo...<br />
aunque sus compañeritos lo molestaban y le decían que era un<br />
presumido por sus calificaciones. ¡Al fin! Llegó el día de ir a la secundaria,<br />
nueva escuela, nuevos maestros, nuevos compañeros, en fin, todo<br />
un cambio de vida. Y así fue… prácticamente su vida cambió… las<br />
<strong>primera</strong>s semanas eran geniales, todos nos llevábamos bien y en<br />
realidad anhelaba que no dieran el toque de salida porque me gustaba<br />
estar con mis compañeros y aprender de todos mis maestros,<br />
por <strong>primera</strong> vez tenía a un maestro para cada asignatura, y aunque<br />
las tareas eran pesadas las hacía con gusto, por las mañanas al<br />
llegar a la escuela, apenas me veían mis compañeros y me decían,<br />
¡Fausto!, pásanos la tarea de Mate, ¡oye! No seas gacho, pásanos<br />
la de Historia, y yo se las pasaba con gusto; muchas veces cuando<br />
el maestro preguntaba sobre la tarea, nos ponía a leer en voz alta<br />
las respuestas, y se daba cuenta de que al menos seis o siete del<br />
salón teníamos la misma respuesta, y con una mirada de pocos<br />
amigos y con un tono de voz alto preguntaba: ¿quién le paso la<br />
tarea a quién? Y nos amenazaba diciendo: Ya vienen los exámenes<br />
parciales y ahí me voy a dar cuenta de quién realmente sabe,<br />
y quienes son los que nada más vienen a calentar la banca. Pero<br />
nosotros nunca dijimos nada, éramos muy unidos.<br />
Para mi mala fortuna llegaron las fechas de los exámenes<br />
parciales, y ahí nos descubrieron, la mayoría de los compañeros a<br />
los que les pasaba la tarea reprobaron, y no es por presumir pero<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
170
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />
escolar del municipio de Guanajuato<br />
yo saqué un nueve de calificación, fue un examen muy difícil y un<br />
maestro muy estricto, yo no podía ocultar mi felicidad ante las caras<br />
de molestia de mis compañeros; pero una vez que pasó el periodo<br />
de exámenes, todo era normal, yo le seguía pasando las tareas a<br />
mis compañeros, hasta que un día un maestro me dijo: es la última<br />
vez que le pasas la tarea a tus compañeros, ¿crees que no me doy<br />
cuenta que eres el que se deja copiar?, dime, ¿crees que eso está<br />
bien?, te lo advierto Fausto, si vuelvo a ver tareas iguales entre tus<br />
compañeros no me va a quedar de otra que reprobarte, ¿entendido?,<br />
y yo sentí como si me hubieran echado un balde de agua fría,<br />
sin decir una palabra, solo moví la cabeza diciendo que sí, imaginaba<br />
el regaño que me pondrían mis padres. A partir de ese momento<br />
todo cambio… a la mañana siguiente cuando me pedían la tarea,<br />
al no saber qué hacer, yo les decía: No la hice, se me olvido, y mis<br />
compañeros se volteaban a ver unos a otros incrédulos de lo que<br />
les decía. Y así, con esa excusa me mantuve una semana, hasta<br />
que en uno de los recesos mis “amigos” me dijeron: Fausto, como<br />
tú ya no quieres pasarnos la tarea, ya no queremos ser tus amigos,<br />
no queremos que te juntes con nosotros… Nunca nadie me había<br />
dicho eso, sentí algo en el estómago que me causaba miedo, recuerdo<br />
que con un nudo en la garganta fui a lavarme la cara y al<br />
verme en el espejo vi como mis ojos estaban sonrojados, en verdad<br />
me dolió mucho lo que dijeron mis amigos, ese día no comí, y por la<br />
noche dormí muy poco, apenas cerraba los ojos venían a mi mente<br />
esas palabras, en verdad, fue una mala noche.<br />
Después de eso empecé a juntarme más con las mujeres del<br />
salón, ellas estudiaban más que mis compañeros hombres y me<br />
sentía bien con ellas, lo único malo es que siempre tenía que escuchar<br />
las críticas a casi toda la escuela, se peleaban porque a<br />
varias chavas les gustaba el mismo el chavo, por el tipo de peinado,<br />
por los zapatos, por las fiestas, por todo; no era tan diferente<br />
de los pleitos, chavos porque ellos te ponían sobrenombres y sino<br />
171<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
te aguantabas, pues se iban directo a los golpes; cuando iba a ver<br />
peleas, de hombres o de mujeres, nos íbamos entre los callejones<br />
que están cerca de la escuela, para que los maestros no se dieran<br />
cuenta, sólo a veces se enteraban, pero sólo ponían un reporte y<br />
mandaban llamar a los papás, que por cierto no iban, y ya después<br />
a los maestros se les olvidaba. Yo nunca me pelee a golpes, sólo de<br />
manera verbal, porque los chavos con los que me juntaba, al verme<br />
con las chavas me empezaron a decir mariscal y florecita, bueno<br />
esos fueron de los que yo me entere, pero eso a mí no me importo<br />
mucho, pero si me afecto mentalmente y mi seguridad bajo mucho,<br />
hasta a veces pensaba en suicidarme porque yo sentía que no tenía<br />
nada que hacer, no me quería nadie; algunas veces cuando<br />
no había maestro en el salón, agarraban mi mochila y la lanzaban<br />
muy lejos, y cuando me levantaba a recogerla, me daban patadas<br />
o me aventaban. Hacían varios juegos para demostrar quién era<br />
más fuerte, todos los hombres jugaban, y como yo no lo quería hacer<br />
me gritaban ¡andale juega! ¿O eres mariquita?; a mí me daba<br />
coraje que dijeran eso y me levantaba a jugar con ellos, recuerdo<br />
que todos hacíamos un círculo y nos empezábamos a pegar y cada<br />
vez era más fuerte hasta que ya no aguantaras; otro juego era,<br />
bueno ese no era un juego, sino que alguien te llegaba por atrás y<br />
se agachaba te hacia así (junta ambas manos y te las encaja en el<br />
recto) acá atrás y te dolía mucho, luego otro juego era de bajarte<br />
los pantalones y pegarte en tus partes, siempre salía perdiendo, tenía<br />
moretones en mis brazos y piernas, algunos chavos me decían:<br />
préstame cinco pesos y neta que ya no te digo cosas, otros me<br />
decían: Préstame diez varos y yo te hago el paro, tú dime quien te<br />
dice cosas y lo descontamos… En fin todos en la escuela me veían<br />
como un tonto. La secundaria marcó mi vida, el sentimiento de impotencia<br />
era grandísimo, la desesperación, la angustia, me mataban<br />
poco a poco, ahora por las noches ya no quería que amaneciera<br />
porque sabía que al hacerlo tenía que ir a la escuela, yo no podía<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
172
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />
escolar del municipio de Guanajuato<br />
decirle nada a los maestros porque al hablar con ellos, mis compañeros<br />
se daban cuenta y te empezaban a decir: “chismoso ya fuiste<br />
y ya no te hago nada porque eres bien maricón, no te aguantas”…<br />
cosas así, y entonces temía que el daño fuera peor.<br />
Con mis papás platiqué varias veces de lo que me pasaba, pero<br />
mi papá más que nada me dijo que aguantara, que sólo eran unos<br />
juegos, y mi mamá pues lo apoyó, no dijo nada pero lo apoyó, muchas<br />
veces les pedí que me cambiaran de escuela, pero nunca lo hicieron.<br />
Al ser fin de cursos de su educación secundaria, Fausto sintió<br />
quitarse una loza de encima, pero tuvo que lidiar con estudiar en<br />
vacaciones y prepararse para sus exámenes extraordinarios, porque<br />
de aquel Fausto estudioso, entusiasta y optimista quedo muy poco.<br />
Existen muchas historias como la de Fausto, exponer cabalmente<br />
fenómenos tan complejos como el acoso escolar (bullying) 1 ,<br />
es una misión casi imposible, puesto que se trata de un fenómeno<br />
multifactorial que involucra al menos a las autoridades escolares,<br />
a los padres y a los alumnos; es por eso que en el presente texto<br />
sólo se dan unas pequeñas pinceladas sobre la percepción que<br />
tienen los estudiantes acerca de la violencia escolar. El bullying es<br />
considerado como un aspecto propio de la convivencia escolar y<br />
de los problemas de relación interpersonal y competencia social del<br />
alumnado (Avilés, 2008).<br />
El acoso, el abuso, las relaciones de poder, en general la intimidación<br />
y el maltrato entre iguales, es un fenómeno que está<br />
presente prácticamente desde los inicios de la educación formal<br />
en nuestro país; y ya en estos tiempos se ha estado definiendo y<br />
analizando, puesto que se ha convertido en todo un reto para la<br />
educación; aún así el fenómeno parece expandirse a una velocidad<br />
impresionante, arrasando a su vez, con la “calidad” educativa que<br />
nos ofrece el sistema educativo mexicano, y peor aún, reconocer<br />
que esta expansión es la causante de que el bullying sea un integrante<br />
más de la familia en la vida escolar; es impresionante y a la<br />
173<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
vez indignante observar en algún centro escolar la interacción de<br />
nuestros estudiantes, en donde las amenazas, bofetadas, puñetazos,<br />
insultos, empujones, burlas, son cosas de todos los días.<br />
Son complejas las reacciones de las víctimas y de los victimarios,<br />
quienes ven estas actitudes como un juego, causándoles risa, y<br />
en muchas ocasiones, durante esta lucha de poderes en cuestión,<br />
en unos segundos la víctima cambia de papel y ahora es victimario<br />
y viceversa el que actúo como victimario ahora es la víctima.<br />
Recordemos que la escuela debe entenderse como un recinto<br />
abierto en el cual interactúan individuos enormemente distintos,<br />
es decir, de muy distinta educación y contextos familiares, y esto<br />
afecta su comportamiento social. A estos antecedentes le añadimos<br />
que el bullying es un nuevo componente de las dinámicas<br />
interpersonales en el núcleo escolar. De acuerdo a las tipologías de<br />
carácter que se sustentan en las previas dinámicas de interacción<br />
familiar y en las actuales dinámicas de interacción social, llega un<br />
punto en el que se puede etiquetar a nuestros estudiantes como<br />
los agresivos, los agredidos y los fantasmas. Reflexionando un<br />
poco sobre estos términos diremos lo siguiente, todos ellos tienen<br />
algo en común, el –silencio-, por ejemplo los estudiantes agresivos,<br />
que son los que en la escuela juegan el rol de “gandallas” 2<br />
y que con frecuencia hostigan y violentan a los demás, no dicen<br />
nada porque al no ser sancionados de ninguna manera se encuentran<br />
en una zona de confort, los agredidos, que son los estudiantes<br />
que día a día tienen que lidiar con el calvario de asistir<br />
a la escuela, viendo como su integridad personal es pisoteada,<br />
y con la angustia de que sus gritos enmudecidos nunca son escuchados;<br />
por último pero no menos importante, están nuestros<br />
estudiantes fantasmas, quienes pasan desapercibidos dentro de<br />
la misma escuela y que son testigos de los actos de violencia en<br />
su escuela, estos estudiantes guardan silencio por temor a ser<br />
descubiertos y puestos en la categoría de agredidos, sin perca-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
174
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />
escolar del municipio de Guanajuato<br />
tarse quizá de que ahora mismo son víctimas de violencia, al ser<br />
excluidos de determinados grupos de iguales.<br />
Uno de los tantos supuestos de la educación es que en la<br />
escuela se aprende a relacionarse con los demás, a obedecer<br />
normas y a la autoridad, a compartir, dialogar, respetar a los otros,<br />
en fin, muchas actitudes y valores relacionados con la convivencia,<br />
pero no todo lo que se aprende en la escuela es positivo,<br />
por ejemplo, se aprende también a engañar, a obedecer acríticamente,<br />
entre otras conductas y actitudes que perjudican el clima<br />
escolar, por ello, se necesita observar y cuidar los espacios de<br />
convivencia para fortalecerlos socialmente. Es importante recordar<br />
también que en la escuela pública hay intercambio de pensamiento<br />
de distintos clases sociales, y es esto lo que en ocasiones<br />
genera enfrentamientos entre los estudiantes (Ayerbe, 2009).<br />
A continuación presentamos algunos de los resultados de la encuesta<br />
aplicada y que nos permite tener datos específicos de la problemática<br />
del bullying en un centro escolar particular, de una secundaria<br />
urbana en la capital del estado de Guanajuato. No se pretende<br />
generalizar pero este caso concreto tiene eco en lo que hemos<br />
podido conocer de las experiencias de otros adolescentes en condiciones<br />
similares.<br />
175<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
Percepción de los estudiantes en torno a la violencia escolar<br />
¿Por qué crees que algunos chicos golpean a otros?<br />
40<br />
40%<br />
30<br />
32%<br />
Percent<br />
20<br />
19%<br />
10<br />
6%<br />
4%<br />
0<br />
por molestar<br />
porque se<br />
meten con<br />
ellos<br />
porque son<br />
mas fuertes<br />
por hacer<br />
una broma<br />
otros<br />
Entrando en materia sobre en lo que respecta al análisis de las<br />
encuestas aplicadas a los estudiantes, cabe hacer mención que se<br />
diseñó y aplicó el instrumento a 112 alumnos de la escuela secundaria<br />
en donde se realizó la investigación, 61 de los estudiantes<br />
encuestados pertenecen al género femenino y 51 son varones, y<br />
fueron seleccionados al azar de los distintos grados y grupos de<br />
la institución, con este instrumento se analizó cómo los mismos estudiantes<br />
describen su ambiente de trabajo, es decir, cómo es la<br />
relación con sus compañeros y, además de conocer si han sido<br />
partícipes de actos de violencia en la escuela dando un panorama<br />
general de los lugares donde son más frecuentes estos actos.<br />
Una de las preguntas fue: ¿por qué crees que algunos chicos<br />
golpean a otros?, observado el gráfico diremos que un 40% de los<br />
estudiantes encuestados dice que un alumno (a) golpea a otro (a)<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
176
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />
escolar del municipio de Guanajuato<br />
porque se meten con ellos, es decir, que existe una provocación<br />
por parte del agredido antes de que el acto, el daño físico, suceda,<br />
según las entrevistas con el personal del área de orientación educativa<br />
de la institución, antes de llegar a los golpes existen casi<br />
siempre primero, agresiones verbales que son las que dan pie a las<br />
agresiones físicas. También observamos en la gráfica que un 32%<br />
de los estudiantes piensan que un alumno golpea otro simplemente<br />
con la intención de molestar, posiblemente estos muchos de estos<br />
adolescentes vean este tipo de actos como un juego, esto también<br />
puede provocar peleas físicas entre los estudiantes, ya que, por<br />
lo general, alguno de los estudiantes que participan en este tipo<br />
de agresiones suele ser menos tolerante que otro. Un 6% pone de<br />
manifiesto que un alumno agrede a otro porque el agresor es más<br />
fuerte físicamente que el alumno agredido, y un 4% dice que sólo<br />
se golpean por hacer una broma.<br />
Si Si te te han asustado o maltratado o maltratado en alguna en ocasión alguna ¿por ocasión¿Por qué crees que lo qué hicieron? crees<br />
que lo hicieron?<br />
30<br />
27%<br />
25<br />
21%<br />
20<br />
Percent<br />
15<br />
10<br />
13%<br />
12%<br />
16%<br />
5<br />
4%<br />
3%<br />
4%<br />
0<br />
nadie nadie me me ha<br />
asustado ha<br />
ni asustado maltratado<br />
nunca ni<br />
maltratad<br />
o nunca<br />
no no lo lo sesé<br />
porque porquelos<br />
porque porquesoy<br />
porque porque soy<br />
provoqué los diferente soy soy más mas débil<br />
provoque diferente a ellos<br />
a ellos<br />
debil<br />
por por por por hacerme<br />
molestarme hacerme una broma<br />
me una<br />
broma<br />
otros otros<br />
177<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
Sin embargo, al realizar la pregunta si te han asustado o maltratado<br />
en alguna ocasión ¿por qué crees que lo hicieron?, encontramos<br />
cosas interesantes por ejemplo el gráfico nos muestra que un<br />
27% de los alumnos encuestados considera que ha sido víctima<br />
de agresiones por parte de sus compañeros, y cree que los actos<br />
cometidos hacia su persona fueron simplemente con el afán de<br />
molestarlo, el 21% dice que nunca lo han molestado ni maltratado,<br />
el 16% dice que lo han molestado por hacerle una broma, el 13%<br />
de los estudiantes respondió que no sabe si ha sido víctima de maltrato,<br />
se observa además que el 12% de los estudiantes encuestado<br />
reconoce haber sido víctima por parte de algunos compañeros<br />
por haberlos provocado, es decir, reconoce haber agredido a su<br />
agresor, antes de que este lo golpeara a él. El 4% dice que ha sido<br />
agredido por ser diferente a ellos, posiblemente refiriéndose a su<br />
manera de pensar, y un 4% admite ser víctima de agresiones por<br />
parte de sus compañeros por ser más débil físicamente.<br />
De los tipos de maltrato más comunes entre los estudiantes<br />
¿Cuáles ¿Cuáles son las las formas formas más más frecuentes frecuentes de maltrato de maltrato entre compañeros? entre<br />
compañeros?<br />
30<br />
25<br />
Percent<br />
20<br />
15<br />
10<br />
26%<br />
22%<br />
5<br />
14%<br />
14%<br />
10%<br />
8%<br />
5%<br />
0<br />
insultar<br />
poner<br />
apodos<br />
hacer<br />
daño<br />
físico<br />
(pegar)<br />
rechazar,<br />
no<br />
juntarse<br />
con<br />
alguien<br />
reírse de<br />
alguien,<br />
dejarlo en<br />
ridículo<br />
hablar mal<br />
de alguien<br />
amenazar,<br />
obligar a<br />
hacer<br />
cosas<br />
otros<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
178
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />
escolar del municipio de Guanajuato<br />
A continuación se muestra un gráfico que indica cuáles son las formas<br />
más comunes de maltrato entre iguales, se puede observar<br />
que la forma más común de violencia es la verbal, y de ella se desprende<br />
el insultar poniendo apodos 3 con un 26%, en segundo lugar,<br />
con un 22% se encuentra hacer daño físico, es decir, este porcentaje<br />
de alumnos considera que el golpear a los compañeros es la<br />
forma más habitual de hacer molestar a sus compañeros de clase,<br />
con 14% se encuentran el rechazar y/o no juntarse con alguien, o<br />
como lo conocemos coloquialmente, aplicarle la lay del hielo 4 además,<br />
con el mismo porcentaje se encuentra el reírse de alguien y/o<br />
dejarlo en ridículo. Con un 10% se encuentra la opción de hablar de<br />
alguien, y con un 8% se encuentra el amenazar y obligar a hacer<br />
cosas, un ejemplo de esto sería, obligar a algún compañero a hacerle<br />
la tarea a otro u obligarlo a practicar juegos violentos.<br />
El maltrato entre los mismos estudiantes puede utilizar varias<br />
máscaras, es decir, puede tomar diferentes formas y utilizar varias categorías,<br />
entre ellas se encuentran el maltrato verbal, maltrato físico,<br />
el maltrato social, y el maltrato económico.<br />
De los lugares y frecuencia de los actos violentos<br />
¿Con que<br />
´<br />
frecuencia han ocurrido maltratos en tu<br />
escuela durante este ciclo escolar?<br />
50<br />
40<br />
41%<br />
Percent<br />
30<br />
20<br />
10<br />
9%<br />
21%<br />
10%<br />
5%<br />
14%<br />
0<br />
Nunca<br />
Menos<br />
de cinco<br />
veces<br />
Entre<br />
cinco y<br />
diez<br />
veces<br />
Entre<br />
diez y<br />
veinte<br />
veces<br />
Más de<br />
veinte<br />
veces<br />
Todos<br />
los días<br />
179<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
Otras de las variables que se analizaron fueron la frecuencia y los<br />
lugares en donde suelen ocurrir este tipo de actos, como se observa<br />
en la gráfica el 41% de los encuestados dicen que estos actos<br />
suceden todos los días, posiblemente esta sea su opinión como<br />
meros espectadores de los acontecimientos, esto da muestra del<br />
alto índice de violencia que se vive en ésta secundaria, estos índices<br />
dan muestra también de querer ocultar los mismos actos por<br />
parte de los estudiantes, aunque en esta gráfica se ve que sólo el<br />
9% de los encuestados asegura que en la escuela no se vive violencia<br />
en la escuela, mientras que el resto afirma que estos actos<br />
suceden entre cinco y más de veinte veces durante el transcurso<br />
del ciclo escolar.<br />
¿Cuáles<br />
¿Cuáles<br />
son<br />
son<br />
los<br />
los<br />
lugares<br />
lugares donde<br />
donde<br />
suelen<br />
suelen<br />
pasar estas<br />
pasar<br />
situaciones<br />
estas situaciones<br />
de intimidación?<br />
de<br />
intimidación?<br />
40<br />
30<br />
Percent<br />
20<br />
37%<br />
10<br />
0<br />
17%<br />
en clase,<br />
cuando<br />
esta algún<br />
maestro<br />
9%<br />
en clase,<br />
cuando no<br />
hay ningún<br />
maestro<br />
6%<br />
en los<br />
pasillos de<br />
la escuela<br />
9%<br />
en el patio<br />
cuando<br />
vigila<br />
algún<br />
maestro<br />
12%<br />
en el patio,<br />
cuando no<br />
vigila<br />
ningún<br />
profesor<br />
11%<br />
en la calle cerca de<br />
la escuela<br />
al salir de<br />
clase<br />
Respecto a los lugares donde suelen darse este tipo de actos podemos<br />
observar en el gráfico que el 37% de los estudiantes dice que<br />
los lugares donde suelen ocurrir los actos de violencia es al salir<br />
de clase en los lugares que son cercanos a la escuela, recordemos<br />
que esta colonia, presenta un alto índice de violencia. El 17% de<br />
los estudiantes encuestados dice los casos de intimidación suceden<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
180
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />
escolar del municipio de Guanajuato<br />
en clase, cuando el maestro está presente, esto, es para alarmarse,<br />
ya que los estudiantes con esto, manifiestan sentirse inseguros<br />
aunque se encuentren dentro del aula escolar; el 12% dice que<br />
estos actos suceden en el patio de la escuela cuando no vigila ningún<br />
profesor, esto podría ser en el lapso de tiempo que tienen los<br />
estudiantes para descansar e ingerir algún alimento, ya que los<br />
profesores y prefectos no alcanzan a vigilar todas y cada una de<br />
las zonas de la escuela, y es ahí cuando es más común este tipo<br />
de actos. El 11% dice que es la calle cuando suceden este tipo de<br />
actos, y con un 9% respectivamente dicen que los actos de intimidación<br />
se dan en clase, cuando el profesor tiene que salir, y en el<br />
patio de la escuela cuando algún profesor está vigilando.<br />
De los estudiantes agresores:<br />
Características<br />
Los adolescentes que son acosadores tienden mucho a darse a<br />
destacar, y muchas veces quieren llamar la atención y una de las<br />
formas de hacerlo es realizando actos de agresión contra algunos<br />
de sus compañeros, estos jóvenes necesitan tener una razón<br />
para ser admirados y poco les importa que esa causa esté fundada<br />
en el temor que pueden llegar a sentir algunos compañeros de<br />
clase hacia su persona.<br />
Por lo general los adolescentes acosadores suelen ser jóvenes<br />
muy extrovertidos e impulsivos, tienen mucha facilidad para<br />
socializar con los demás y hacen amigos muy rápido, pero casi<br />
siempre busca grupos de amigos en donde él pueda destacar; dentro<br />
de su círculo de amigos, él, como líder, promueve la violencia,<br />
y los otros, justamente por sentirse parte del grupo, siguen la corriente<br />
sin percatarse, quizá, del daño que le están ocasionando a<br />
los compañeros que se acosando.<br />
181<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
Las razones por las que estos jóvenes son abusadores pueden<br />
ser muy diversas, entre las más usuales de destacan la venganza,<br />
que es fruto de la violencia que muchos de ellos sufrieron en<br />
algún momento determinado o sufren en otros grupos conformados<br />
por compañeros “más fuertes” o incluso dentro de sus propios hogares;<br />
la envidia puede ser otro de los factores que influye, para<br />
que un estudiante sea abusador, por ejemplo, cuando un alumno<br />
con capacidad intelectual limitada agrede al alumno listo, o que se<br />
destaca por tener mejores calificaciones, o el alumno que no cuenta<br />
con los recursos económicos suficientes agrede al alumno “rico”,<br />
en pocas palabras el estudiante abusador canalizara su agresividad<br />
contra los alumnos que él considera que tienen características<br />
como que no tiene ni puede conseguir. Como podemos observar en<br />
la gráfica arriba mostrada, un 37% de los alumnos encuestados dice<br />
nunca haber maltratado ni intimidado a nadie, el 35% de los estudiantes<br />
dicen que han maltratado a alguno de sus compañeros porque ha<br />
sido provocados por los mismos, acto que no justifica de ninguna<br />
manera la agresión, el 12% dice que ha maltratado a sus compañeros<br />
sólo por hacer una broma, el 7% dice que molesta a otras compañeros<br />
porque ellos se lo hicieron, esto podría sonar a venganza,<br />
pero como no puede con su agresor, entonces busca a alguien más<br />
débil con quien sacar todo el coraje que le provocó el primer y/o<br />
primeros agresores, y el 6% de los alumnos encuestados dice, que<br />
molesta y agrede a sus compañeros sólo por molestarlos.<br />
En muchas ocasiones estos chicos tienen dificultades para<br />
expresar y reconocer sus sentimientos, muchas de las veces se<br />
sienten estresados o tienen alguna dificultad que no pueden o no<br />
saben cómo resolverla, entonces casi siempre, buscan la forma de<br />
llamar la atención de los otros y así evadir esos problemas.<br />
En la secundaria donde se realizó el trabajo de campo se pudo<br />
observar que los alumnos y alumnas acosadores constantemente<br />
están buscando grupos de chicos y/o chicas de menor edad o de<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
182
Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />
a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />
escolar del municipio de Guanajuato<br />
inferior porte físico, para que éstas sean sus víctimas y muchas de<br />
las veces de esos mismos grupos eligen a sus cómplices, estas<br />
características le favorecen a los alumnos acosadores, puesto a<br />
que pese la diferencia de edad no es mucha, los chicos acosados<br />
son de alguna manera más inocentes y débiles, y esto influye en que<br />
estos chicos admiran los actos que el agresor realiza y van siguiendo<br />
el mismo patrón.<br />
¿Has asustado o maltratado a algún<br />
compañero?<br />
casi todos los días dias<br />
2%<br />
con cierta con frecuencia cierta<br />
frecuencia<br />
6%<br />
alguna alguna vez vez<br />
52%<br />
nunca me meto con<br />
nunca me meto<br />
con nadie nadie<br />
40%<br />
0<br />
10<br />
20<br />
30<br />
40<br />
50<br />
60<br />
Percent<br />
En la encuesta, al preguntarle a los estudiantes si alguna vez han<br />
asustado o maltratado a algún compañero, el porcentaje en las opciones<br />
de respuesta fueron muy variadas, por ejemplo, en la gráfica<br />
podemos observar que, el 52% de los estudiantes encuestados<br />
admite haber asustado o maltratado a alguno de sus compañeros,<br />
el 6% dice que comete estos actos con cierta frecuencia, y el 2%<br />
reconoce que lo hace casi todos los días, sin embargo el 40% de<br />
los estudiantes encuestados afirman que nunca se han metido con<br />
alguien.<br />
183<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
Para concluir y discutir<br />
Como primer punto es considerable mencionar el nivel de violencia<br />
entre iguales que existe en la escuela en donde se realizó la investigación,<br />
esto es alarmante, puesto que es resultado de una<br />
sola escuela, imaginémonos por un momento, que en todos y<br />
cada uno de los centros escolares del nivel básico presentaran índices<br />
como éstos. Debemos de hacerle saber al estudiante sobre<br />
sus derechos y obligaciones dentro y fuera del centro escolar, y a<br />
su vez fomentar en nuestros estudiantes la denuncia de los actos<br />
delictivos, no sólo contra su persona, sino denunciar también los<br />
actos cometidos a terceras personas.<br />
Podemos afirmar que es el maltrato psicológico el que ocupa el<br />
primer lugar en lo que se refiere a la violencia entre iguales, en mayor<br />
medida en lo que se refiere a poner “apodos”, “ridiculizar, “hablar mal<br />
del alumno”. También observamos la violencia entre iguales en lo que<br />
podemos denominar maltrato por exclusión en donde se presentan<br />
actos como los de “ignorar”, “hacerles menos”; y otro tipo de violencia<br />
es la verbal que se presenta claramente con los “insultos”.<br />
El tipo de violencia que presentó menos porcentaje fue el maltrato<br />
económico, en donde se encuentran los actos de “esconder cosas”,<br />
“robar”, ya sea dinero o útiles escolares, así como celulares, mp3,<br />
etcétera.<br />
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Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
Notas<br />
1<br />
El fenómeno de intimidación se conoce en el ámbito europeo y norteamericano<br />
como bullying, que podría traducirse al castellano como intimidación, es decir una<br />
acción destinada a acobardar a otro, reducirlo a la pasividad produciéndole temor.<br />
2<br />
Se utiliza el término gandalla para hacer referencia a una persona que obtiene<br />
beneficios a costa de la integridad de otra persona.<br />
3<br />
El vocablo alia proviene del latín y equivale al término español “otro”. Está relacionado<br />
con la frase alia nomine cognitu, que significa ‘conocido por otro nombre como’.<br />
4<br />
Es decir, “Ignorarlo”, así pueden pasar varios días comportándose como si el<br />
afectado no existiera. Es como decirle al castigado: tu persona nos da lo mismo.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
186
Educación basada en competencias<br />
María Leticia Ibarra Hernández* y Alejandra Lorena Valenzuela Varela**<br />
*Psicóloga y Maestra en Metodología de la Investigación Educativa. Docente<br />
de la preparatoria núm. 4 de la UdeG.<br />
letyibarra_62@hotmail.com<br />
**Psicóloga y Maestra en Gestión y Políticas de la Educación Superior.<br />
Docente de la preparatoria núm. 4 de la UdeG.<br />
alejalovale@hotmail.com<br />
Recibido 15 noviembre 2011<br />
Aceptado 30 noviembre 2011<br />
Resumen<br />
En el desarrollo de competencias es fundamental entender el aprendizaje como<br />
proceso de construcción personal de saberes, ya que el aprovechamiento de los<br />
contenidos será único en cada persona por la adecuación a conocimientos previos,<br />
experiencias e intereses concretos. La educación basada en competencias<br />
dota de herramientas (estrategias) a los alumnos para su desarrollo educativo a lo<br />
largo de su vida. La gestión del conocimiento, se convierte en herramienta estratégica<br />
fundamental, y el aprendizaje, como medio para generar conocimiento, no<br />
sólo es objetivo prioritario de la enseñanza, sino que se transforma en una necesidad<br />
permanente a lo largo de toda la vida. Es elemento imprescindible para tomar<br />
decisiones y hacer frente a los retos que imponen, entre otros, la globalización y<br />
la tecnología digital.<br />
Palabras clave: Competencias, educación, aprendizaje, TIC.<br />
187<br />
Revista<br />
educ rnos
Los sistemas educativos están llamados a responder al desafío<br />
que plantea una nueva cultura de la calidad y la productividad, donde<br />
el aprendizaje permanente de valores, capacidades, destrezas<br />
y competencias técnicas y organizativas, la capacidad de emprendimiento<br />
y autoaprendizaje, se están transformando en el eje articulador<br />
de las demandas de la sociedad productiva.<br />
Esta nueva cultura de calidad y productividad, requiere un conjunto<br />
de nuevas competencias cognitivas, sociales y tecnológicas<br />
dentro de dos contextos (Solana, Fernando (compilador), 1998: 87):<br />
1. La adaptabilidad: el anterior paradigma de la productividad<br />
basado en la estandarización y el volumen, se ha transformado<br />
en un modelo regido por la calidad, la innovación permanente<br />
y el diseño. Esto da lugar a la noción de escuela<br />
flexible y adaptable a circunstancias cambiantes en volúmenes<br />
y especificaciones. En este contexto, surgen como<br />
competencias la adaptabilidad, la polivalencia y la conformación<br />
de equipos.<br />
2. La mejora continua: las condiciones de competitividad han<br />
hecho que la escuela moderna deba estar en permanente<br />
cambio. Ello implica que la nueva organización se concibe<br />
como una estructura dinámica, identificando problemas<br />
y procurando soluciones. Esta situación se traduce en la<br />
necesidad de una política educativa que estimule en la comunidad<br />
que integra la escuela (profesores, autoridades,<br />
administrativos y alumnos), la capacitación sistemática y<br />
permanente y el desarrollo de la creatividad.<br />
La educación basada en competencias dota de herramientas (estrategias)<br />
a los alumnos para su desarrollo educativo a lo largo de<br />
su vida. Ello, implica una serie de principios que deben considerar-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
188
Educación basada en competencias<br />
se para lograr que este tipo de educación (basada en competencias),<br />
se refleje en resultados concretos y en éxito, estos principios son:<br />
I. Visión a largo plazo.<br />
II. Reconocimiento de los valores fundamentales.<br />
III. Dominio de competencias básicas.<br />
IV. Aprender a aprender.<br />
V. Aprendizaje formal e informal (cuadro 1).<br />
Cuadro 1.- Principios para un aprendizaje a lo largo de la vida y para todos<br />
Fuente: Programa de Cooperación Iberoamericana para el Diseño de la Formación<br />
Profesional. SEP, Marzo de 2007.<br />
Cuadro 2. Los servicios educativos en base a calidad y competencia<br />
Fuente: Programa de Cooperación Iberoamericana para el Diseño de la Formación<br />
Profesional. SEP, Marzo de 2007.<br />
189<br />
Revista<br />
educ rnos
Las nuevas condiciones de calidad y competitividad no pueden obtenerse<br />
con una limitada y reducida formación. Esto ha llevado a<br />
modificar sustancialmente el concepto y las prácticas tradicionales<br />
de la formación, básicamente en lo que refiere a contenidos de un<br />
programa de estudios o de un curso, y a técnicas de enseñanza y<br />
aprendizaje, Este giro conceptual, modifica la relación de la formación<br />
entre docentes-programa de estudio-alumnos dentro del escenario<br />
educativo, acercando a sus actores y una política educativa<br />
orientada al desarrollo de competencias.<br />
Estas nuevas políticas educativas, conllevan una serie de implicaciones:<br />
a. En los objetivos: que la oferta educativa proporcione a los<br />
individuos habilidades, conocimientos y valores para su pleno<br />
desarrollo personal, productivo y social.<br />
b. En la estructura de la oferta: una visión sistémica, en la cual<br />
coexisten diferentes formas de aprendizaje enlazadas, permitiendo<br />
rutas flexibles y creando puentes entre las distintas<br />
oportunidades de aprendizaje.<br />
c. Para los contenidos: desarrollo curricular basado en competencias<br />
transversales, y énfasis en lo fundamental.<br />
d. Para la evaluación: definición de políticas de evaluación que<br />
posibiliten un mejoramiento progresivo y continuo.<br />
e. Para la vinculación: pertinencia en la integración de los intereses<br />
de los aprendices con las oportunidades de aprendizaje<br />
y las necesidades sociales y productivas.<br />
f. Para los papeles y responsabilidades de los actores involucrados:<br />
cooperación entre los diferentes actores, estableciendo<br />
vínculos entre las políticas educativas y otros ámbitos de<br />
la política pública. Participación de nuevos actores, la escuela<br />
como facilitador y convocador de los factores de éxito.<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
190
Educación basada en competencias<br />
Este giro conceptual que modifica la relación de la formación y las<br />
políticas y las estrategias educativas dentro del escenario educativo,<br />
da la oportunidad de superar la brecha existente, en función de<br />
los nuevos requerimientos de la sociedad. Se hace necesario entonces,<br />
formular políticas de formación para el desempeño productivo<br />
que incluyan, el diseño y puesta en práctica de mecanismos<br />
que permitan a los estudiantes prepararse mejor para desempeñarse<br />
en un mundo de permanente movilidad y de nuevas condiciones<br />
socio-laborales, lo que supone la adquisición de competencias básicas,<br />
obtenidas en la educación formal.<br />
La concepción tradicional de formación, entendida como la<br />
enseñanza de habilidades, destrezas y conocimientos que permiten<br />
la elevación de calificaciones personales descontextualizadas,<br />
sin abarcar la comprensión global del proceso educativo, no permite<br />
preparar para el desempeño, en una estructura educativa signada<br />
por el constante cambio. Se hacen necesarias, la inclusión de<br />
habilidades básicas que permitan la adaptabilidad y transferencia<br />
de conocimientos, así como la formación en competencias sociales<br />
e interpersonales.<br />
Estas habilidades evidencian la necesidad de una educación<br />
básica y sistemática que permita adquirir estas competencias, sin<br />
las cuales difícilmente las personas lograran insertarse en el mundo<br />
globalizado (Mertens, Leonard, 1998: 23).<br />
Dos enfoques de formación se encuentran cuestionados: por<br />
una parte, aquellos de muy corta duración centrados en habilidades<br />
y destrezas de un oficio; y por otra, aquellos de mediana o larga duración<br />
enfocados hacia una sola ocupación. Estos dos enfoques se<br />
basan en el análisis ocupacional, que parte de la calificación requerida<br />
en un puesto o en el mercado de trabajo, con el objetivo de hacer<br />
un inventario de todas las tareas que comprenden una ocupación.<br />
191<br />
Revista<br />
educ rnos
La competencia cognitiva<br />
Se entiende por competencia cognitiva al conjunto de conocimientos,<br />
habilidades y destrezas que son aplicados al desempeño de<br />
una función educativa a partir de los requerimientos de calidad esperados<br />
por la escuela o institución.<br />
La competencia cognitiva o educativa, se desarrolla en un ambiente<br />
educativo basado en la calidad y la competencia (cuadro 2).<br />
Las condiciones para que una competencia pueda darse y valorarse,<br />
deben necesariamente facilitarse en el ambiente del hecho<br />
educativo, a bien de garantizar que una competencia se desarrolle<br />
con calidad y eficacia, estas condiciones son:<br />
1. Debe describir exactamente lo que la persona debe ser capaz<br />
de hacer.<br />
2. La forma en que puede juzgarse si lo que hizo está bien hecho.<br />
3. Las condiciones en que la persona debe mostrar su aptitud.<br />
Identificación y desarrollo de competencias<br />
A bien de trabajar en el salón de clases con base en estrategias<br />
que promuevan el desarrollo de competencias, deben considerarse<br />
cuatro dimensiones de las competencias educativas:<br />
• Identificación de competencias: es el método o proceso que se<br />
sigue para establecer, a partir de una actividad educativa, las<br />
competencias que se ponen en juego, con el fin de desempeñar<br />
la actividad satisfactoriamente. Entre las más utilizadas se<br />
encuentran: el análisis funcional, Método de Desarrollo del Currículum”<br />
(DACUM), así como sus variantes SCID (desarrollo<br />
sistemático de currículo instruccional) y AMOD (“un modelo”),<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
192
Educación basada en competencias<br />
caracterizadas por centrarse en la identificación de competencias<br />
claves, de corte conductista.<br />
• Para identificar la competencia, se parte de resultados y/o objetivos<br />
deseados de la organización en su conjunto, que derivan<br />
en tareas y éstas en conocimientos, habilidades y destrezas<br />
requeridas. En este contexto, las tareas son concebidas como<br />
un medio cambiante entre el resultado y la dotación de conocimientos<br />
y habilidades del individuo. Para evitar las interferencias<br />
y reduccionismos al definir primero las tareas, se busca<br />
establecer una conexión directa entre resultados y dotación de<br />
conocimientos y habilidades (Mertens, Leonard,1998: 24).<br />
• Normalización de competencias: Es el proceso de estandarización<br />
de las competencias por intermedio de una institución,<br />
que culmina en una norma, la cual es el referente válido en el<br />
nivel acordado (empresa, sector o país) para las instituciones<br />
de educación, los actores del hecho educativo y el programa<br />
de estudios.<br />
• Formación basada en competencias: una vez descrita(s) la(s)<br />
competencia(s) y la norma(s), la elaboración de currículos de<br />
formación para el trabajo áulico, se hace más eficaz. Permite<br />
estrategias pedagógicas más flexibles y el ingreso-reingreso a<br />
la formación por competencias, lo que hace posible la formación<br />
continua.<br />
• Reconocimiento de competencias: Es el reconocimiento formal<br />
de una competencia, a través de una evaluación, que realiza<br />
el profesor o la academia.<br />
En el desarrollo de competencias es fundamental entender el aprendizaje<br />
como proceso de construcción personal de saberes, ya que el aprovechamiento<br />
de los contenidos será único en cada persona por la adecuación<br />
a conocimientos previos, experiencias e intereses concretos.<br />
193<br />
Revista<br />
educ rnos
¿Qué supone aprender por competencias? Martínez, (s/a),<br />
apunta las siguientes para la enseñanza:<br />
1. Aprender conocimientos sólidos, significativos y especializados.<br />
2. Aprender en grupo a partir de casos reales (Problem Based<br />
Learning).<br />
3. Aprender a investigar con metodologías rigurosas y en comunidades<br />
transversales en red.<br />
4. Aprender con las TIC y con Internet (e-learning).<br />
5. Aprender habilidades informacionales en la búsqueda y<br />
gestión de la información y documentación.<br />
6. Aprender a liderar y gestionar equipos humanos en organizaciones<br />
que cambian.<br />
7. Aprender a ser emprendedores en proyectos e ideas innovadoras.<br />
8. Aprender necesariamente inglés.<br />
9. Aprender a aprender hábitos e intereses duraderos para toda la vida.<br />
10. Aprender valores culturales, solidarios y democráticos.<br />
Las TIC juegan un papel esencial, en el desarrollo de estas competencias,<br />
permiten flexibilizar los entornos de aprendizaje, posibilitando<br />
de modo más ágil el desarrollo de estrategias de generación<br />
individual y colectiva de conocimiento.<br />
Facilitan el acceso a los contenidos y a los servicios que los hacen<br />
posibles (bibliotecas, campus universitarios virtuales, instituciones<br />
públicas y privadas…) y son cruciales para aquellos que debido a su<br />
trayectoria o circunstancias económicas no tengan acceso a las tecnologías<br />
de la información en entornos distintos a los académicos. Proporcionan<br />
aprendizajes a comunidades e individuos geográficamente<br />
aislados al trascender las telecomunicaciones límites físicos, políticos,<br />
económicos y culturales. Las redes electrónicas posibilitan también<br />
que se trabajen y expresen ideas en ambientes relativamente libres de<br />
estereotipos y otros prejuicios y dan oportunidades a estudiantes con<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
194
Educación basada en competencias<br />
necesidades educativas especiales por su adaptabilidad a problemas<br />
auditivos, visuales, motrices o de aprendizaje.<br />
Conclusiones<br />
Los procesos de aprendizaje tradicionales han sufrido en la actual<br />
sociedad de la información un cambio conceptual importante. La<br />
transformación que impone en el marco educativo el nuevo entorno<br />
tecnológico, la necesidad cada vez mayor de conocimientos científico-técnicos<br />
y de conocimiento aplicado a la solución de problemas<br />
en general (que refleja la calidad de las instituciones educativas que<br />
consiguen una mayor inserción laboral de sus titulados), exigen la<br />
transformación de los procesos de adquisición de conocimientos y<br />
de los tradicionales sistemas educativos.<br />
Frente al volumen de contenidos y para adaptarse a las nuevas<br />
demandas laborales y sociales, deben centrarse en cómo gestionar<br />
el conocimiento: actividad que conlleva el manejo de procedimientos<br />
y el saber utilizar lo que se sabe para generar nuevo conocimiento.<br />
En cuanto a los sistemas educativos tradicionales deben facilitar procesos<br />
de aprendizaje activos donde el alumno sea el principal protagonista,<br />
crear entornos de aprendizajes flexibles aprovechando la<br />
potencialidad de las TIC, así como, lograr una mayor interacción entre<br />
los distintos agentes implicados en los sistemas educativos ante<br />
la creciente demanda de aprendizaje permanente. Del aprender a<br />
hacer o conocer, al aprender a aprender. Del conocimiento de una<br />
materia específica, a la adquisición de competencias transversales<br />
que posibiliten el aprendizaje durante toda la vida. Del almacenaje<br />
del conocimiento, a valorar cómo se organiza.<br />
El aprendizaje gira, por tanto, en torno al conocimiento, que<br />
existe y se crea, como resultado de considerar, interpretar y utilizar<br />
la información combinada con la propia experiencia y capacidad. Los<br />
procesos de aprendizaje tienen por finalidad desarrollar en el alumno<br />
195<br />
Revista<br />
educ rnos
tanto las habilidades necesarias para generar nuevos conocimientos,<br />
como las competencias requeridas para ser capaz de poner en práctica<br />
lo que conoce; esto es, la capacidad para utilizar el conocimiento<br />
que ha construido, y que, en la actualidad, aparece como principal indicador<br />
por el que se mide la calidad de los resultados del aprendizaje.<br />
De ahí que la currícula educativa se explicite en términos de<br />
competencias, entendidas como “conjunto de capacidades complejas<br />
que permiten a las personas actuar con eficacia y resolver problemas<br />
reales en los distintos ámbitos de su vida cotidiana”, y que las competencias<br />
se conviertan en el principal objetivo de la tarea docente.<br />
La educación se enfrenta de este modo, al reto del aprendizaje<br />
permanente en un entorno tecnológico que impregna todos los aspectos<br />
del funcionamiento económico y social. Surge con fuerza la<br />
exigencia de que los sistemas educativos adapten sus actividades de<br />
formación a las nuevas demandas de ampliar y renovar permanentemente<br />
las competencias de los individuos implicados en el proceso<br />
educativo, e introduzcan nuevos planteamientos de las funciones,<br />
prácticas y metodologías de enseñanza.<br />
En ese proceso de cambio, la educación se enfrenta a varios<br />
retos: la adaptación a la globalización y a las TIC, el cambio de los modelos<br />
pedagógicos y de papeles de profesores y alumnos (maestros y<br />
estudiantes tienen responsabilidades complementarias. El estudiante<br />
es el principal agente y el profesor se convierte en guía de ese proceso<br />
desarrollando estrategias de instrucción apropiadas, elaborando<br />
materiales basados en la resolución de problemas y en la experiencia,<br />
para hacer frente a las necesidades de los alumnos.<br />
El acceso equitativo será básico para lograr una de las metas<br />
y expectativas fundamentales del sistema educativo: la igualdad de<br />
oportunidades que genere a corto y medio plazo un mundo más justo.<br />
La gestión del conocimiento, se convierte en herramienta estratégica<br />
fundamental, y el aprendizaje, como medio para generar<br />
conocimiento, no sólo es objetivo prioritario de la enseñanza, sino<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
196
Educación basada en competencias<br />
Bibliografía<br />
Canfux Sanler, Verónica y Rodríguez, M. E. (2000). Algunas reflexiones<br />
sobre la formación psicopedagógica del profesor universitario. Revista<br />
Cubana de Educación Superior. Vol. XX, No. 2. Cuba.<br />
Colectivo de Autores. (2000). Prólogo al libro Tendencias Pedagógicas<br />
en la Realidad Educativa Actual. Cuba: CEPES.Gordillo,<br />
Alicia y Suazo, Balbino. (1996). El impacto de las nuevas<br />
tecnologías de la pedagogía innovadora. La UCA de Managua,<br />
Nicaragua.<br />
Hernández, Carlos Augusto. (1999). Aproximaciones a la discusión<br />
sobre el perfil del docente. II Seminario Taller sobre perfil del<br />
docente y estrategias de formación en países Centroamericanos,<br />
el Caribe, México, España y Portugal, El Salvador (resumen).<br />
Lejter de Balcanes, Jeannette. (1992). Instrucción y aprendizaje<br />
significativo. Venezuela: Ediciones Universidad Pedagógica<br />
Experimental Libertador.<br />
Mertens, Leonard. (1998). La gestión por Competencia Laboral en<br />
la Empresa y la Formación Profesional. Cumbre Iberoamericana.<br />
Programa de Cooperación Iberoamericana para el Diseño<br />
de la Formación Profesional. OIT.<br />
Moreira. M. A. (2000). Aprendizaje significativo: Teoría y práctica.<br />
Madrid: Visor.<br />
Solana, Fernando. (compilador). (1998). Educación, Productividad<br />
y Empleo. México: Limusa.<br />
197<br />
Revista<br />
educ rnos
Reseña<br />
Angrosino, Michael. (2012). Etnografía y observación participante<br />
en investigación cualitativa. Madrid: Morata. 144 pp.<br />
La investigación etnográfica, aunque se inició en el ámbito de la<br />
antropología a finales del siglo XIX y principios del XX, ha formado<br />
parte desde entonces de la caja de herramientas de la investigación<br />
cualitativa en muchas otras disciplinas: sociología, psicología,<br />
ciencias de la comunicación, educación, medicina, ciencias políticas<br />
y ciencias empresariales.<br />
Esta obra se centra en la investigación de campo y, en consecuencia,<br />
introduce al lector en una diversidad de técnicas de recogida<br />
de datos asociadas con la investigación etnográfica, de manera<br />
especial por quienes llevan a cabo observación participante.<br />
Describe de manera minuciosa todo el proceso de investigación<br />
etnográfica, desde la selección del emplazamiento hasta la<br />
producción de un informe final.<br />
Toma en consideración las implicaciones éticas de la investigación<br />
etnográfica.<br />
Quienes realizan trabajo de campo deben ser conscientes<br />
siempre del delicado equilibrio inherente a ser participantes comprometidos<br />
en las actividades de la comunidad y, a la vez, observadores<br />
objetivos de esas actividades. Además, considera maneras<br />
de ocuparse de las cuestiones del consentimiento informado y de<br />
la confidencialidad al realizar investigación en comunidades de la<br />
vida real y no en laboratorios.<br />
Presenta un análisis de la etnografía para el nuevo milenio.<br />
Las personas no viven exclusivamente en pequeñas comunidades<br />
independientes, pues participan en redes globales extensas facilitadas<br />
por las nuevas tecnologías de la comunicación y los nuevos<br />
medios de transporte. Por tanto, analiza algunas de las posibles for-<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
198
Reseña<br />
mas de adaptar los métodos etnográficos tradicionales a la investigación<br />
en las comunidades virtuales de la era global del ciberespacio.<br />
El libro ofrece también el apoyo de ejemplos prácticos. Una<br />
cosa es decir cómo hacer investigación etnográfica, otra completamente<br />
distinta es mostrar cómo las directrices idealizadas de un manual<br />
se pueden traducir en situaciones de investigación de la vida real.<br />
A tal efecto, cada apartado del libro se ilustra por descripciones<br />
breves del trabajo de campo del propio autor, comparando y<br />
contrastando una investigación realizada en una comunidad tradicional<br />
en un contexto lejano, completamente diferente, con otra<br />
que se llevó a cabo en la sociedad en la que vive.<br />
Es, por tanto, una obra rigurosa y práctica destinada a ayudar<br />
en sus investigaciones a profesionales y estudiantes de cualquiera<br />
de las ramas de las ciencias sociales.<br />
199<br />
Revista<br />
educ rnos
Historia y balance de la evaluación de los<br />
directivos escolares en México<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
www.revistaeducarnos.com<br />
revistaeducarnos@hotmail.com<br />
Revista<br />
educ rnos<br />
200