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Revista<br />

educ rnos<br />

ISSN 2007-1930<br />

Primer aniversario<br />

Año 2, núm. 5, Abril-Junio de 2012.<br />

Violencia y convivencia escolar<br />

Maltrato entre escolares:<br />

una cuestión de derechos<br />

Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

El trabajo grupal para mejorar la percepción<br />

de pertenencia en el grupo y prevenir<br />

la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

Aceptación de las normas de convivencia<br />

y construcción de la masculinidad en la escuela<br />

Colaboradores<br />

Ema Arellano Muñoz Alejandro Castro Santander María Jesús Comellas Carbó Carlos Ângelo de<br />

Meneses Sousa Rayana Dias de Oliveira Marina Giangiacomo Candido Alberto Gómez Blanca<br />

Estela Hernández Cabrera Ricardo Javier Hernández Venegas María Leticia Ibarra Hernández Adriana<br />

Lira Mirta S. Lojo Suárez Claudia Maldonado Victoria Matilde Ruíz Vergara Isabel Valadez<br />

Figueroa Alejandra Lorena Valenzuela Varela Vania Vargas Valadez Norma Vergara Zeballos<br />

1<br />

Revista<br />

educ rnos


Revista<br />

educ rnos


Directorio<br />

Directora<br />

Coordinador Editorial<br />

Diseñadora<br />

Consejo editorial<br />

Universidad de Cádiz<br />

Universidad Autónoma del Estado de Morelos<br />

Universidad Nacional Autónoma de México<br />

Instituto Mexicano del Seguro Social<br />

Universidad Autónoma de Barcelona<br />

Universidad Nacional Autónoma de México<br />

Universidad Católica de Córdoba<br />

Universidad de Granada<br />

Investigadora Independiente<br />

Universidad Pedagógica Experimental Libertador<br />

Universidad de Barcelona<br />

Universidad de Guadalajara<br />

Universidad Pedagógica Nacional/Ajusco<br />

Secretaría de Educación Jalisco/Meipe<br />

María Candelaria Ornelas Márquez<br />

Jaime Navarro Saras<br />

Irma Cecilia Pérez Ornelas<br />

Víctor Manuel Amar Rodríguez<br />

Radmila Bulajich Manfrino<br />

Miguel Ángel Campos Hernández<br />

Cecilia Colunga Rodríguez<br />

María Jesús Comellas Carbó<br />

Rose Eisenberg Wieder<br />

Horacio Ademar Ferreyra<br />

Francisco Javier Hinojo Lucena<br />

Luz María Maceira Ochoa<br />

Marcela Magro Ramírez<br />

Enric Prats Gil<br />

Silvia Lizette Ramos de Robles<br />

Carmen Ruíz Nakasone<br />

María de los Ángeles Torres Ruíz<br />

Educ@rnos, Año 2, No. 5, Abril-Junio 2012, es una publicación trimestral editada por Jaime<br />

Navarro Saras, Av. Vallarta núm. 1020-7, Col. Americana, C. P. 44100, Guadalajara, Jalisco,<br />

Tel. 3334776032, http://revistaeducarnos.com/sites/default/files/<strong>educ@rnos</strong>. pdf, revistaeducarnos@hotmail.com.<br />

Editor responsable: Jaime Navarro Saras. Reservas de Derechos<br />

al Uso Exclusivo No. 04–2010-092917094600-102, ISSN 2007-1930, ambos otorgados por<br />

el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de licitud y contenido: en trámite otorgado<br />

por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría<br />

de Gobernación. Fecha de la última modificación 30 Marzo de 2012. Diseño Irma Cecilia<br />

Pérez Ornelas.<br />

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del<br />

editor de la publicación.<br />

Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación<br />

sin previa autorización de la Revista <strong>educ@rnos</strong> siempre y cuando se cite la fuente.<br />

3<br />

Revista<br />

educ rnos


Revista<br />

educ rnos


Pág.<br />

Sumario<br />

Editorial<br />

Presentación<br />

5<br />

7<br />

9<br />

Violencia y convivencia escolar<br />

Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />

Marina Giangiacomo<br />

Emociones y didáctica en el aula<br />

Ema Arellano Muñoz<br />

Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

Alejandro Castro Santander<br />

Autoría, victimización y puniciones: relaciones asimétricas<br />

en la violencia escolar<br />

Rayana Dias de Oliveira, Adriana Lira, Candido Alberto Gomes y<br />

Carlos Ângelo de Meneses Sousa<br />

El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia<br />

en el grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

María Jesús Comellas Carbó<br />

Aceptación de las normas de convivencia y construcción de<br />

la masculinidad en la escuela<br />

Mirta S. Lojo Suárez<br />

11<br />

21<br />

35<br />

53<br />

85<br />

105<br />

5<br />

Revista<br />

educ rnos


Inclusión e integración. Tareas por la integración para el desafío<br />

educativo actual desarrollado por equipos del Centro<br />

Cultural Red y Lazos<br />

Victoria Matilde Ruíz Vergara, Claudia Maldonado y Norma Vergara<br />

Zeballos<br />

Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en<br />

la dinámica de la violencia entre iguales en escuelas de educación<br />

secundaria de la Zona Metropolitana de Guadalajara<br />

Jalisco, México<br />

Isabel Valadez Figueroa y Vania Vargas Valadez<br />

Implementar actividades lúdicas para la autorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

Blanca Estela Hernández Cabrera<br />

115<br />

131<br />

153<br />

Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno a<br />

la violencia escolar. Análisis de un centro escolar del municipio<br />

de Guanajuato<br />

Ricardo Javier Hernández Venegas<br />

Miradas a la educación<br />

Educación basada en competencias<br />

María Leticia Ibarra Hernández y Alejandra Lorena Valenzuela Varela<br />

187<br />

Reseña<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

6


Editorial<br />

Este número que ponemos hoy en tus manos representa un año de<br />

esfuerzos y colaboración constante de las personas que creemos<br />

en este proyecto, lo más fácil (por así decirlo) fue haber iniciado, lo<br />

complicado y que hemos cumplido cabalmente es seguir vigentes<br />

y en actualidad innovadora. Las revistas independientes como la<br />

nuestra tienen el mérito, entre otras cosas, de respetar los compromisos<br />

adquiridos con nuestros colaboradores y lectores, ya que<br />

gracias a su apoyo <strong>educ@rnos</strong> continúa su camino y lo seguirá<br />

haciendo mientras la producción académica y las ideas pedagógicas<br />

no se agoten.<br />

De igual manera, gracias a las redes sociales y a la comunicación<br />

que éstas generan entre las personas, el incremento de<br />

visitas a la página cada vez aumenta considerablemente. Nuestro<br />

propósito es que <strong>educ@rnos</strong> siga siendo un espacio gratuito, incluyente<br />

y democrático, en donde se puedan oír y leer todas las<br />

voces y visiones sobre la escuela, la educación y la sociedad del<br />

conocimiento.<br />

México, al igual que muchas partes de la geografía mundial,<br />

ha sufrido transformaciones en su entorno social, ya no están claras<br />

las fronteras entre las ideologías liberales y conservadoras, entre<br />

la derecha y la izquierda, entre el saber y la ignorancia. Ahora<br />

nuestros políticos y líderes son altamente pragmáticos, en sus discursos<br />

y hechos se pueden identificar sincretismos perversos. Hoy<br />

le dan valor positivo a una acción o hecho y al siguiente día deja<br />

de tenerlo.<br />

Las brújulas del bienestar social y de la calidad de vida no logran<br />

tener un punto fijo, la educación es sólo un eslabón y excusa<br />

a la hora de elaborar discursos y solicitarle el voto al ciudadano en<br />

las elecciones. En países como el nuestro los políticos demuestran<br />

una mezquindad con el presupuesto para impulsar el desarrollo so-<br />

7<br />

Revista<br />

educ rnos


cial (educación, salud, empleo), en cambio hay manga ancha para<br />

“invertir” en otros países, gastar en fuerzas armadas y policíacas,<br />

tener resultados que a nadie convencen y cuya realidad sólo enfoca<br />

a más de 50 mil muertos en menos de 6 años de gobierno y<br />

donde los analistas junto con gran parte de la población coinciden<br />

que no tendrá buen fin esta guerra absurda contra la inseguridad<br />

en un país es cada vez más inseguro.<br />

Un gobierno que traiciona el legado de Benito Juárez y de los<br />

reformistas del siglo XIX (quienes tuvieron la valentía para quitar<br />

a la Iglesia de las decisiones de gobierno y establecer un Estado<br />

Laico), un logro que costó muchas vidas y que de pronto y en aras<br />

de no arriesgar la pérdida de votos en la elección federal del 1º de<br />

julio diputados y senadores del PRI, PAN, Verde Ecologista más la<br />

parte oficialista del PRD se “amafiaron” y dieron el si para contrarreformar<br />

el artículo 24 de la Constitución; una muestra más de un<br />

pragmatismo irresponsable.<br />

La educación sigue siendo la alternativa para mejorar radicalmente<br />

las condiciones sociales de cualquier país, México no es la<br />

excepción, si se quiere llegar a eso es fundamental que se transforme<br />

la escuela pública, que deje de ser un espacio con limitados<br />

recursos y con una infraestructura del siglo XIX, profesores del XX<br />

y alumnos del XXI.<br />

Gracias por seguir con nosotros, tanto en la producción como en el<br />

consumo de lo que <strong>educ@rnos</strong> hace día con día, queremos seguir<br />

contando contigo para que juntos aportemos ideas que permitan<br />

hacer una mejor educación y como consecuencia un mejor mundo<br />

para las generaciones que están por nacer.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

8


Presentación<br />

Actualmente la vida en sociedad atraviesa por una serie de fenómenos<br />

críticos de difícil comprensión y donde sólo surgen deficientes<br />

alternativas de solución. Los agentes sociales ya no son los mismos,<br />

por aras del destino y de la noche a la mañana se encontraron con<br />

la problemática del rompimiento generacional. Por un lado los modelos<br />

rígidos de disciplina y autoridad y por otro, visiones heterodoxas,<br />

laxas y plagadas de malas y deficientes interpretaciones acerca de<br />

los valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, etcétera,<br />

los cuales han llevado a las actuales sociedades a la anarquía y al<br />

descontrol desmedido.<br />

La crisis social tiene múltiples variables explicativas, por un lado<br />

se descarga la culpa en la familia y por otro en las diversas instituciones<br />

sociales y más concretamente en las que emanan del Estado.<br />

En este contexto, el tema que nos ocupa en este número, la<br />

Violencia y la Convivencia Escolar esta enclavada en este fenómeno.<br />

No cabe duda que estos temas se pueden analizar desde múltiples<br />

variables. Descargar la culpa en un sólo grupo social es injusto,<br />

cada quien tiene su responsabilidad, tanto la familia, los actores educativos,<br />

los medios electrónicos, las autoridades, los modelos de sociedad,<br />

la injusticia, la crisis de valores, la desigualdad e inequidad<br />

social y económica, en fin: todos.<br />

Los trabajos presentados tienen como columna vertebral el<br />

Observatorio de Violencia Escolar junto con propuestas de otros<br />

académicos, el dossier lo abre Marina Giangiacomo, nos señala<br />

que a nivel mundial, la violencia entre escolares se ha convertido<br />

en objeto de estudio e intervención durante las últimas décadas.<br />

Ema Arellano Muñoz, con su propuesta, apunta que es urgente<br />

construir ambientes más seguros para aprender y más acogedores<br />

para vivir.<br />

9<br />

Revista<br />

educ rnos


Alejandro Castro, precisa que vivimos en una sociedad inmadura<br />

que se dice preocupada por los temas sociales y se implica muy<br />

poco para resolverlos, que busca culpables y los encuentra siempre<br />

en los demás.<br />

Rayana Dias de Oliveira junto con un grupo de académicos<br />

brasileños señalan que, la violencia escolar también es notable y<br />

más frecuente en las áreas donde es mayor el hiato entre las culturas<br />

adolescentes y juveniles.<br />

María Jesús Comellas (pieza vital para realizar este número)<br />

apunta que el proceso de socialización, posterior al iniciado en la<br />

familia, grupo de socialización primario, se da en gran medida, desde<br />

las <strong>primera</strong>s edades, en el contexto del centro educativo.<br />

Mirta Lojo cita que, cuando niñas y niños llegan a la escuela<br />

traen representaciones sobre el significado de ser mujer u hombre,<br />

niña o niño, de acuerdo con la socialización primaria llevada a cabo<br />

en el contexto familiar.<br />

Victoria Matilde Ruíz, Claudia Maldonado y Norma Vergara dan<br />

cuenta que, la tarea de comunicarnos, no es difícil sólo entre los jóvenes.<br />

Los adultos, padres y docentes tenemos la tarea de revisar el<br />

modo poco democrático de comunicación.<br />

Isabel Valadez y Vania Vargas citan que ante la violencia entre<br />

iguales se requieren esfuerzos cooperativos organizados que trascienden<br />

la individualidad.<br />

Blanca Estela Hernández señala que, a través de esta actividad<br />

los niños son capaces de establecer vínculos de apego con distintas<br />

figuras, siempre que éstas se muestren sensibles y cariñosas.<br />

Ricardo Javier Hernández afirma que el maltrato psicológico<br />

ocupa el primer lugar en lo que se refiere a la violencia entre iguales.<br />

Finalmente desde Miradas a la educación, María Leticia Ibarra<br />

y Alejandra Lorena Valenzuela dicen que las nuevas condiciones de<br />

calidad y competitividad no pueden obtenerse con una limitada y reducida<br />

formación.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

10


Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />

Marina Giangiacomo<br />

Maestra en Terapia Familiar. Subdirectora de Educación Secundaria<br />

de la Secretaría de Educación del Distrito Federal (SEDF).<br />

marinagiangiacomo@gmail.com<br />

Resumen<br />

Recibido 15 febrero 2012<br />

Aceptado 15 marzo 2012<br />

En los últimos años (a nivel mundial) se ha incrementado la toma de conciencia<br />

de la sociedad respecto a un problema que tiene una vieja historia: el maltrato<br />

entre escolares. En México, es ésta una forma de violencia que frecuentemente<br />

pasa desapercibida ante nuestros ojos, considerándola como episodios normales<br />

o naturales en el proceso de crecer rodeado de pares durante los años escolares.<br />

El artículo describe las acciones implementadas por la SEDF, tanto para la atención<br />

como para la prevención de dicha problemática, destacando la creación reciente del<br />

Observatorio Mexicano sobre Convivencia Escolar. Hablar de violencia en la escuela<br />

remite al cercenamiento del derecho a la educación que deberían tener todos los<br />

niños, niñas y jóvenes.<br />

Palabras clave: Observatorio, violencia, convivencia, bullying, escuela.<br />

11<br />

Revista<br />

educ rnos


Bullying… “¿Juego de niños?”<br />

Quienes trabajamos en educación, sabemos que las relaciones entre<br />

los compañeros o compañeras de la escuela pueden ser muy<br />

gratificantes y satisfactorias; pueden ser fuente importante de experiencias<br />

vitales que dejarán marcas significativas para el resto<br />

de la vida. Seguramente muchas y muchos recordaremos a algún<br />

compañero que fue solidario cuando las cosas no andaban bien, o<br />

alguna compañera de aventuras divertidas que nos hicieron crecer.<br />

Estas relaciones son básicas en la vida, construyen subjetividad en<br />

una etapa en la que las y los pares son figuras de referencia vitales.<br />

Sin embargo, a veces, dichas relaciones pueden causar daño,<br />

generando malestar y sufrimiento a todas y todos los involucrados.<br />

Afortunadamente, a nivel mundial, en los últimos años se ha incrementado<br />

la toma de conciencia de la sociedad respecto a un<br />

problema que tiene una vieja historia: el maltrato entre escolares.<br />

En México, es ésta una forma de violencia que frecuentemente pasa<br />

desapercibida ante nuestros ojos, considerándola como episodios<br />

normales o naturales en el proceso de crecer rodeado de pares durante<br />

los años escolares. “Juego de niños”, “así se llevan…” son<br />

frases que habitualmente usamos para legitimar estas prácticas<br />

violentas, desconociendo su importancia e impacto. Cuando esta<br />

situación es intencional y se hace sistemática y repetida en el tiempo,<br />

hablamos de bullying, término inglés utilizado para denominar<br />

al maltrato que se produce entre compañeros o compañeras de la<br />

comunidad educativa, expresándose en forma física, sexual, verbal,<br />

psicológica y a través de los medios tecnológicos. Además,<br />

como sucede en cualquier otra forma de violencia, la categoría de<br />

“poder” adquiere un lugar central en este fenómeno, presentándose<br />

un sustantivo desequilibrio de fuerzas entre quien ejerce y quien<br />

recibe el maltrato.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

12


Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />

Es así como hacia la mitad de la década de los 80, Dan Olweus<br />

(1986) –pionero en el ámbito del maltrato e intimidación entre compañeros<br />

y compañeras– desarrolló la siguiente definición de acoso<br />

escolar (bullying):<br />

“Un estudiante es acosado o victimizado cuando está expuesto de manera<br />

repetitiva a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes.<br />

Hablamos de acción negativa cuando alguien inflige, de manera intencionada,<br />

o intenta infligir malestar a otra persona” (Olweus, 1998, p. 25).<br />

A partir de esta definición –que ha ganado una aceptación considerable<br />

entre las y los investigadores y profesionales– se desprende<br />

que el fenómeno de maltrato entre escolares posee las siguientes<br />

características:<br />

• Es intencional. Es un comportamiento violento propositivo.<br />

• Es repetitivo. No se limita a un acontecimiento aislado, sino<br />

que se repite y prolonga durante cierto tiempo.<br />

• Existe un desequilibrio de fuerzas. Es una relación de poder<br />

asimétrica, en la que no hay equilibrio en cuanto a posibilidades<br />

de defensa, ni equilibrio físico, social o psicológico.<br />

• Se genera un círculo de victimización, en el que quien violenta<br />

va adquiriendo cada vez más poder y, consecuentemente,<br />

su contraparte se va sintiendo cada vez más aislada,<br />

vulnerable, desprotegida.<br />

• “Ley del silencio”, aliada principal de la violencia, que ayuda<br />

a que lo que sucede no salga a la luz.<br />

A pesar de su naturalización, sabemos que los niños y las niñas<br />

que son intimidados experimentan un sufrimiento que puede<br />

interferir con su desarrollo, así como en su rendimiento escolar,<br />

apareciendo indicadores clave como alteración en sus patrones<br />

de alimentación y sueño, cambios en el estado de ánimo, miedo a<br />

13<br />

Revista<br />

educ rnos


ir a la escuelas, golpes inexplicables, pérdida de sus pertenencias,<br />

etcétera. Por otra parte –a pesar de lo que solemos pensar–, quienes<br />

ejercen maltrato también reciben consecuencias importantes;<br />

por ejemplo, pueden ir aprendiendo conductas violentas que poco<br />

les ayudarán en el futuro y perjudicarán a las y los demás. Por último,<br />

quienes presencian actos de violencia y no hacen nada para<br />

detenerlos, comienzan a considerar que la violencia es la forma<br />

adecuada de lograr sus objetivos, aprendiendo –además– un modelo<br />

habitual de respuesta ante episodios injustos: la pasividad, el<br />

no involucramiento, porque “sino es contigo, no te metas”.<br />

Es importante también destacar que esas expresiones de violencia<br />

ponen en riesgo el derecho a la educación de niños, niñas<br />

y jóvenes. Si pensamos a dicho derecho, como un derecho multiplicador,<br />

es decir, como aquél que abre las puertas al ejercicio de<br />

otros derechos, entonces entendemos de inmediato la importancia<br />

de construir acciones que permitan erradicar la violencia en nuestros<br />

centros escolares.<br />

La lucha para erradicar la violencia pasa, en gran medida, por<br />

los códigos que construimos y compartimos entre todas y todos.<br />

Es hora –sin duda– de empezar a deconstruir aquellas creencias<br />

que legitiman prácticas injustas, en vistas de construir una cultura<br />

de paz en nuestros centros escolares. Porque en la escuela –más<br />

allá de lo académico– aprendemos a estar con otros y otras; y en<br />

tiempos revueltos como los actuales, la escuela construye, sobre<br />

todo, subjetividad, nos hace “ser y estar” en compañía de otros y<br />

otras (Bleichmar, 2008).<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

14


Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />

Una alternativa en la Ciudad de México: Programa Por una cultura de<br />

noviolencia y buentrato en la comunidad educativa.<br />

La Campaña Escuelas sin violencia surge en el contexto del Programa<br />

“Por una cultura de noviolencia y buen trato en la comunidad<br />

educativa”, de la Dirección de Educación Inicial y Básica de la<br />

SEDF.<br />

Dicho Programa cuenta con diferentes líneas estratégicas<br />

de acción que, a su vez, incluyen diversas actividades cuyo objetivo<br />

principal consiste en incidir en el clima escolar de los centros<br />

educativos del Distrito Federal, favoreciendo relaciones basadas<br />

en el buen trato y el respeto a los derechos de todas y todos<br />

los miembros de la comunidad educativa. Para ello, nos hemos<br />

planteado la apertura de espacios de educación permanente sobre<br />

la noviolencia y el buentrato entre compañeros y compañeras,<br />

que ofrezcan a la comunidad educativa y sus actores directamente<br />

involucrados (docentes, administrativos, responsables del cuidado<br />

y la crianza, alumnos, alumnas y jóvenes, organizaciones sociales y<br />

civiles, otras instituciones, gobiernos locales, etc.) espacios públicos<br />

de análisis, reflexión y acción con temas relacionados con el abordaje<br />

y atención al fenómeno en cuestión.<br />

Las líneas estratégicas son:<br />

• Campaña Escuelas sin violencia: impulsa la campaña<br />

de información y sensibilización permanente “Escuelas sin<br />

violencia”, a través de diversas actividades de promoción<br />

a la cultura del buentrato y la noviolencia activa entre los<br />

distintos actores de la comunidad educativa, a fin de incidir<br />

en la construcción de nuevas formas de interacción e interrelación<br />

más humanas, asertivas, solidarias y noviolentas.<br />

15<br />

Revista<br />

educ rnos


• Investigación: realiza un proceso de investigación sobre<br />

el fenómeno de maltrato e intimidación entre compañeros y<br />

compañeras en la Ciudad de México, a través de un estudio<br />

exploratorio con muestra representativa de educación básica,<br />

que permita la generación de datos y estadísticas acerca<br />

del fenómeno en cuestión, con la finalidad de contar con<br />

una plataforma real básica para el desarrollo de proyectos<br />

de atención y prevención a este tipo de violencia.<br />

• Intervención educativa: brinda atención integral a los diferentes<br />

actores que conforman la comunidad escolar de<br />

nivel básico, sobre el fenómeno de maltrato entre compañeros<br />

y compañeras, mediante un proceso de capacitación<br />

sobre temas relacionados con el fenómeno en cuestión que<br />

permita la transmisión de herramientas básicas de atención<br />

y reconocimiento del fenómeno mencionado.<br />

• Atención: se brinda atención psicológica a nivel individual,<br />

familiar y grupal en casos de maltrato entre escolares,<br />

desde el enfoque sistémico. Se considera vital la intervención<br />

breve en crisis, la contención emocional y elaboración<br />

de los sentimientos a partir de la vivencia de dicha forma<br />

de violencia, así como también el desarrollo de habilidades<br />

psicosociales para hacerle frente. Asimismo, contamos con<br />

el Centro de atención telefónica, al cuál se comunican los<br />

diferentes miembros de la comunidad educativa para solicitar<br />

los servicios mencionados.<br />

• Capacitación interinstitucional: se brinda capacitación<br />

sobre el tema a instituciones de gobierno y sociedad civil<br />

con objetivos afines. Asimismo, se forma parte de algunas<br />

redes de vinculación interinstitucional: la Red Nacional Por<br />

una Cultura de Paz y la Red sobre Convivencia Escolar. El<br />

Observatorio Mexicano sobre Convivencia Escolar constituye<br />

una iniciativa creada en 2011, y construida a partir del<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

16


Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />

esfuerzo de varias instituciones que trabajan a favor de la<br />

convivencia en las escuelas.<br />

Es importante aclarar que todos los servicios se dirigen a todas y<br />

todos los integrantes de la comunidad educativa, brindando atención<br />

integral e interdisciplinaria, desde un enfoque que considera a los<br />

derechos humanos, la educación para la paz, la equidad de género<br />

y los procesos de participación de niños, niñas y jóvenes, como ejes<br />

transversales sustantivos para su adecuada implementación.<br />

Observatorio mexicano sobre convivencia escolar<br />

Como fue mencionado, sumando esfuerzos interinstitucionales, la<br />

SEDF comenzó en 2008 un proceso de capacitación a escuelas,<br />

promoviendo una serie de conferencias, cursos y talleres que permitieron<br />

ir avanzando en este campo de estudio y en la intervención<br />

educativa destinada a mejorar la calidad de los sistemas educativos,<br />

a través de una línea de trabajo poco formalizada en los currículos<br />

escolares: la educación para la convivencia y la prevención de<br />

la violencia. Además, en ese mismo año, iniciamos el primer estudio<br />

exploratorio sobre maltrato e intimidación entre compañeros y<br />

compañeras, en coordinación con la Universidad Intercontinental.<br />

Estudio que, a la fecha, coloca la SEDF a la vanguardia de la investigación<br />

educativa, siendo pionera en el estudio específico de este<br />

tema en el contexto mexicano. Destaca asimismo la organización<br />

y coordinación del Seminario de reflexión permanente “Escuelas<br />

conviviendo”, desarrollado en forma mensual durante 2009, y cuyo<br />

resultado final lo constituye una publicación y un video documental<br />

sobre convivencia escolar. En 2011, organizamos el Primer Congreso<br />

Internacional sobre Bullying en México, contando con una<br />

asistencia de 800 participantes.<br />

17<br />

Revista<br />

educ rnos


Convencidos y convencidas de la importancia del estudio, atención<br />

y prevención de esta problemática, la creación durante 2011<br />

del Observatorio mexicano sobre convivencia escolar constituye<br />

una propuesta pertinente para hacer frente al fenómeno descrito<br />

con conocimientos sólidamente fundamentados en la investigación<br />

y con prácticas bien diseñadas y sostenidas para establecer canales<br />

que nos permitan aprender a convivir –uno de los pilares<br />

de la educación, según la UNESCO– en los centros escolares. La<br />

creación de un Observatorio de esta índole constituye una apuesta<br />

firme para la generación de nuevas formas de abordar la convivencia<br />

escolar, basadas en el respeto, el diálogo y el tratamiento<br />

constructivo del conflicto como parte del proceso educativo. Es ésta<br />

una iniciativa que suma esfuerzos desde diferentes trincheras: sociedad<br />

civil, universidades, asociaciones de padres y estudiantes<br />

y la propia Secretaría, trabajando para pensar y armar juntos una<br />

cultura de paz en las escuelas mexicanas.<br />

¿Qué es el Observatorio mexicano sobre convivencia escolar?<br />

El 31 de agosto, 2011 inauguramos este Observatorio, conociendo las experiencias<br />

de otros países y esbozando líneas de acciones futuras para llevar a<br />

cabo en México.<br />

Objetivo general:<br />

• Construir un espacio permanente de diálogo, investigación, atención y formación<br />

sobre convivencia escolar basada en una cultura de paz y buentrato<br />

entre los diferentes actores de la comunidad educativa y la sociedad<br />

en general<br />

Objetivos específicos:<br />

• Elaborar diagnósticos regulares sobre la situación de la violencia y convivencia<br />

en las escuelas, para contar con una plataforma sólida desde<br />

dónde iniciar acciones de atención y prevención de la violencia.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

18


Maltrato entre escolares: una cuestión de derechos<br />

• Dar alertas tempranas acerca del fenómeno de maltrato entre escolares y<br />

violencia escolar.<br />

• Fortalecimiento de las acciones existentes y el desarrollo de nuevos proyectos<br />

colectivos, propuestas y soluciones en torno a esta temática.<br />

• Fomentar el debate, la formulación de recomendaciones para el desarrollo<br />

de políticas públicas y la promoción de estrategias y acciones para prevenir<br />

y enfrentar la violencia escolar.<br />

• Creación de una red interinstitucional, con el fin de intercambiar información,<br />

saberes y experiencias para incidir en forma coordinada e integral en<br />

la problemática mencionada.<br />

• Creación de un centro de documentación especializado, que se constituya<br />

como referencia sustantiva para aquellos que deseen investigar<br />

sobre el tema.<br />

• Fortalecer los vínculos con otros países, especialmente de Latinoamérica,<br />

fomentando el intercambio y enriquecimiento mutuo en base a las experiencias<br />

locales de cada país.<br />

Abriendo el cierre: una invitación al compromiso<br />

A nivel mundial, la violencia entre escolares se ha convertido en<br />

objeto de estudio e intervención durante las últimas décadas. Sabemos<br />

con certeza que la intimidación y maltrato entre escolares<br />

constituyen un problema complejo, que requiere de la atención de<br />

la sociedad y, especialmente, de toda la comunidad escolar.<br />

Es responsabilidad y trabajo cotidiano de todos y todas trabajar<br />

para mejorar la convivencia en la escuela, promoviendo un<br />

clima escolar donde el maltrato sea considerado como inaceptable<br />

por los integrantes de la comunidad educativa y donde exista la<br />

suficiente confianza para romper el silencio y pedir ayuda cuando<br />

sea necesario.<br />

Se trata de una cuestión de derechos democráticos fundamentales<br />

por los que las y los estudiantes deben sentirse seguros<br />

y respetados en su entorno escolar. El único modo de combatir el<br />

bullying es identificar la incidencia y características del fenómeno<br />

19<br />

Revista<br />

educ rnos


en nuestras escuelas para, desde allí, emprender medidas para<br />

prevenirlo e impedirlo. La educación se erige como el medio más<br />

adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática,<br />

responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la<br />

constitución de sociedades justas y en transformación.<br />

Bibliografía<br />

Bleichmar, S. (2008). Violencia social, violencia escolar. De la<br />

puesta de límites a la construcción de legalidades. Buenos<br />

Aires: Noveduc.<br />

Olweus, D. (1998). Conductas de acoso y amenaza entre escolares.<br />

Madrid: Morata.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

20


Ema Arellano Muñoz<br />

Emociones y didáctica en el aula<br />

Doctora. Presidenta de la Fundación Observatorio Latinoamericano<br />

de Violencia Escolar. Psicoterapeuta Gestalt. Consultora.<br />

ema.arellano@gmail.com<br />

Recibido 18 Febrero 2012<br />

Aceptado 15 Marzo 2012<br />

Resumen<br />

Todas las conductas relacionales que se generan en el campo escolar son propiciadas<br />

por emociones. El campo de interrelaciones en la escuela es la principal fuente<br />

de transformación de los alumnos y, el paradigma mecanicista que por siglos ha<br />

guiado la cultura occidental y sus modelos educativos, ha ignorado que la razón y la<br />

emoción no constituyen aspectos separados de la conducta humana. La importancia<br />

de las emociones es de tal envergadura en educación y tan olvidada por el discurso<br />

pedagógico, que no es de extrañar que los docentes estén siendo superados<br />

por campos relacionales, a veces, marcados por la violencia y que superan sus posibilidades<br />

de control externo. A los docentes no se les preparó en las emociones, y<br />

se han formado siendo parte del mismo paradigma: razón y emoción son entidades<br />

distintas que a lo más hay que equilibrar; la razón es buena, la emoción es pasión<br />

y debe y quedar fuera del aula, ya que según el modelo racionalista la verdadera<br />

libertad no va con la emoción sino con es aquello que permite al ser humano hacer<br />

uso de la razón para encontrarse a sí mismo, ser autosuficiente y útil a la sociedad.<br />

A los docentes no se les formó en la integridad de estos aspectos y ello, además, ha<br />

producido estragos en su ejercicio profesional haciéndolos actuar con una especie<br />

de armadura con la que protege su emocionalidad, su integridad y su totalidad.<br />

Palabras clave: Emociones, convivencia, conducta humana, inclusión, violencia escolar.<br />

21<br />

Revista<br />

educ rnos


Introducción<br />

“El corazón tiene razones que la razón desconoce”<br />

Blas Pascal<br />

En la afirmación del epígrafe, subyace la idea de la división, dándole<br />

al corazón el lugar para las emociones y a la razón la fuente o atributo<br />

del conocer, localizada, según el enfoque mecanicista, en el cerebro.<br />

Al mismo tiempo deja una duda, la razón desconoce las razones del<br />

corazón, lugar de las emociones. Hoy se ha avanzado algo y es así<br />

como ya ambas cosas, al menos, las localizan en una sola parte, el<br />

cerebro, y la compulsión a comprenderlo “racionalmente” ha hecho<br />

que especifiquen incluso el lugar, dejando ubicadas las emociones<br />

en el hemisferio derecho y la razón en el hemisferio izquierdo.<br />

Esta mirada divisionista ha marcado enormemente las emociones<br />

que genera en las personas, así los hombres “sienten” que<br />

deben usar sólo la razón y a las mujeres sí se les permite, por<br />

ejemplo. Cuántas injusticias se han cometido en nombre de esta<br />

división, los prejuicios, la discriminación, la estigmatización. La sociedad<br />

está tan impregnada de este modelo que hasta es mal visto<br />

que se hable de emociones en el mundo laboral, que se estigmatice<br />

a los hombres que reconocen sus emociones, que surjan afirmaciones<br />

de docentes como que las emociones quedan fuera del<br />

aula porque allí a lo que va es a enseñar.<br />

Misión imposible. Sino tiene conciencia de sus emociones y<br />

ellas le superan a cuanto a la conciencia de sus conductas, efectivamente<br />

es mejor que no entre al aula. Porque los docentes también<br />

necesitan haber desarrollado su alfabetización emocional, se han<br />

formado en el mismo modelo, por eso es necesario que este campo<br />

de las emociones lo trabajen también en forma personal y profesional.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

22


Emociones y didáctica en el aula<br />

Las emociones<br />

Las emociones son dinámicas corporales que especifican el<br />

dominio de acción en que nos movemos (Maturana, 2007). Este<br />

autor plantea lo que guía toda conducta humana son las emociones:<br />

”los seres humanos nada hacemos que no esté definido<br />

como una acción desde una emoción que la hace posible”.<br />

Plantea que las emociones “no son oscurecimientos del entendimiento,<br />

ni son restricciones de la razón”; y que un cambio de<br />

emoción implica un cambio de acción.<br />

“La convivencia social se funda y se constituye en la aceptación, respeto<br />

y confianza mutuos, creando así un mundo común. Y en esa aceptación,<br />

respeto y confianza mutuos se constituye la libertad social. Esto<br />

es así porque la constitución biológica humana es la de un ser que vive<br />

en el cooperar y compartir, de modo que la pérdida de la convivencia<br />

social trae consigo enfermedad y sufrimiento” (Maturana, 2007).<br />

Por cierto esto es válido en la escuela, la convivencia escolar se funda<br />

y se constituye en la aceptación, el respeto y confianza entre sus<br />

miembros conformando un campo escolar que tenga una armonía tal<br />

que la convivencia escolar no sólo evite el sufrimiento y enfermedad<br />

sino al mismo tiempo otorgue la posibilidad de aprender a los estudiantes<br />

en el sentido de que sean capaces de generar soluciones<br />

creativas y no reproductivas a la información o problemas que escolarmente<br />

se le plantean.<br />

La educación lleva implicada la conformación de un campo<br />

de convivencia en el cual alumnos y profesores, (padres, familias),<br />

configuran un lugar de encuentro, acogida y respeto mutuo que,<br />

les permite descubrir, aprender y configurar su identidad; un lugar<br />

que permita el crecimiento y el desarrollo de un pensamiento que<br />

implique el reestructurar los elementos en torno a una solución<br />

23<br />

Revista<br />

educ rnos


creativa (Wertheimer, 1927, Pozo, 1997) y eso lo puede hacer en<br />

un espacio de libertad, confianza y respeto mutuo.<br />

La configuración de su identidad y el aprendizaje así concebido,<br />

son los elementos peligrosamente puestos en juego en un campo<br />

relacional en donde no exista una convivencia armónica, donde<br />

falte la autorregulación y en donde las conductas de sus miembros<br />

conformen un campo de violencia interrelacional.<br />

Supongamos a un estudiante cualquiera, Juan: él configura<br />

un campo o zona de contacto entre su organismo y el ambiente<br />

desde su existencia personal, esta zona es fundamental para su<br />

desarrollo, ya que en ella va configurando su identidad; en este<br />

campo interrelacional, campo organismo-ambiente, están implicadas<br />

sus emociones y es aquí donde la consigna fundamental debe<br />

ser el respeto a sí mismo y a la existencia legítima del otro considerando<br />

que el otro puede ser uno mismo. Esto le va generando una<br />

conciencia de sus propios límites de acción, los cuales, en esta dinámica<br />

relacional son plásticos, se mueven, se flexibilizan, se van<br />

regulando, autorregulando y héterorregulando según las edades.<br />

Se va definiendo el reconocimiento de una identidad, Juan, en relación<br />

con un otro, un campo identitario personal que puede dejarse<br />

permear pero no invadir y lo mismo en relación al campo del otro.<br />

Juan aprende el reconocimiento de lo propio y de lo ajeno, el reconocimiento<br />

de aquello que puede dejar entrar, por ser propio, lo que<br />

deja entrar porque lo reconoce “amigo” y lo que no puede dejar entrar<br />

porque no es propio y reconoce que le hace daño. Este proceso<br />

de reconocimiento del campo propio, del común y del no-propio es<br />

un proceso en que las emociones están implicadas y expresadas<br />

en acciones (a nivel orgánico nuestro sistema inmunológico tiene<br />

esta sabiduría desde que nace), para este proceso requiere socialización,<br />

reflexión, observación atenta y presente.<br />

Este proceso debería ser el eje de la función pedagógica en<br />

su esencia. Aquí es donde necesita apoyo. Así se orientaría a los<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

24


Emociones y didáctica en el aula<br />

estudiantes hacia un desarrollo autónomo, responsable, colaborativo,<br />

con respeto a sí mismo y a los otros, con respeto a las diferencias<br />

y a la consideración del otro y el reconocimiento del “nosotros”.<br />

En un contexto que parta de esta base, los estudiantes pueden<br />

descubrir, aprender geografía, matemáticas, cualquier cosa, porque<br />

está en paz y dispuesto. Sin ello hay que hacer esfuerzos técnicos<br />

por lograrlo, expresando el esfuerzo en metodologías cada<br />

vez más normativas y sin embargo cada vez más ineficaces dados<br />

los cada vez más magros resultados.<br />

¿Podría darse la violencia entre camaradas, compañeros, pares,<br />

si el eje de la educación estuviera centrado en la convivencia<br />

responsable, la confianza en sí mismo y en los demás y la conciencia<br />

de las emociones? Tal vez podríamos asistir a un fundamento<br />

para la paz, la no violencia, la no discriminación no sólo en la escuela<br />

sino extensible a otros ambientes, y si se permite el derecho<br />

a soñar, podría pensarse en una paz social.<br />

La educación y las expectativas<br />

El cuestionamiento de qué es lo que se espera de la educación ha<br />

sido tema de la pedagogía por mucho tiempo y el no dejar al azar<br />

este proceso ha producido un cuerpo de tecnologías educativas<br />

que han ido construyendo el deber ser de la pedagogía tratando<br />

de controlar el máximo de variables de esta relación. Hoy se les ha<br />

incorporado incluso a cuerpos normativos internacionales. Al sentido<br />

y significado de la educación se le ha denominado objetivos,<br />

competencias, metas; a la claridad anticipatoria, planificación, al<br />

replanteo en caso de desviaciones, evaluación, retroalimentación,<br />

todos conceptos y modelos de acción que pueden ser técnicamente<br />

elaborados, visualmente observados y numéricamente medidos.<br />

Sin ser estrictamente perversos, los mismos, han ido haciendo perder<br />

de vista que el proceso de interrelaciones implica un nivel de<br />

25<br />

Revista<br />

educ rnos


complejidad que difícilmente puede darse en un modelo tecnológico<br />

de “cómo hacer las cosas en educación”.<br />

Y los medios y métodos se han convertido en fines. Lo mismo<br />

o tal vez mejor, los niños y niñas pueden aprenderlo y no necesariamente<br />

en el ámbito escolar. Internet, redes sociales, televisión<br />

producen emociones, a veces, favorables para aprenderlo en mejores<br />

condiciones. Porque la cantidad de conocimiento disponible<br />

en el mundo de hoy es un asunto que no admite grandes discusiones<br />

de modo que no es el acceso al conocimiento a través de<br />

la educación formal lo que hace necesario la institución educativa,<br />

como lo fue durante mucho tiempo, entregar conocimientos sistematizados<br />

que quedaban fuera del ámbito familiar por no contar<br />

con el suficiente espectro cultural que lo hiciera posible. Llegaba<br />

una edad en que las familias y el entorno familiar eran insuficientes<br />

para la “transmisión” y a lo largo de los años esa fue la función<br />

de la escuela, proveer, en un modelo racionalista conocimientos<br />

específicos y sistematizados, lo suficientemente divididos para la<br />

profundización y complementar, dentro del mismo modelo racional,<br />

la formación de valores, costumbres e ideal de hombre de la cultura<br />

establecida. La transmisión de una visión de mundo construido en<br />

parcelas tales que los actores no tenían mucha conciencia de que<br />

era una “visión de mundo” sino que aseveraban que “el mundo era<br />

así”. El positivismo y el racionalismo marcaron fuertemente y hasta<br />

hoy, las interrelaciones en el aula.<br />

Los efectos de esta forma de encarar y trasmitir la realidad<br />

según el modelo, y las dinámicas que se van dando en la escuela<br />

fueron lo suficientemente posibles de controlar durante mucho<br />

tiempo a través de normas de conducta en un estilo unidireccional<br />

autoritario y sin mucho sentido para los usuarios, para ir en busca<br />

de un estilo de relaciones ideal, y lo peor, si responsabilidad de<br />

los actores, sin autonomía, sin autorregulación, los actores no son<br />

percibidos como importantes. Así se van perdiendo las confianzas<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

26


Emociones y didáctica en el aula<br />

básicas en el fluir de las relaciones; se les regula desde afuera,<br />

se les transforma transformando en hacedores de tareas, reproductores<br />

de saberes y cumplidores de las normas con lo que van<br />

perdiendo su esencia en la autonomía de los procesos, la conciencia<br />

de la autorregulación y la sabiduría natural de los límites de su<br />

campo. El modelo pudo funcionar para la adaptación en contextos<br />

que requerían de la tan valorada adaptación a la visión de mundo<br />

predominante.<br />

Quizás se está justo en el momento de que el síntoma de la<br />

violencia nos dé señales para replantear la educación, la formación<br />

pedagógica y la acción escolar desde una visión distinta que incorpore<br />

lo obvio y que magistralmente esta definido por Maturana (2007):<br />

“La educación es un proceso de trasformación en la convivencia”.<br />

En esta convivencia están implicadas las emociones y una de<br />

las emociones centrales, dice, es el amor.<br />

“El amor es la emoción central en la historia evolutiva humana desde<br />

su inicio, y toda ella se da como una historia en la que la conservación<br />

de un modo de vida en el que el amor, la aceptación del otro como un<br />

legítimo otro en la convivencia, es una condición necesaria para el desarrollo<br />

físico, conductual, psíquico, social y espiritual normal del niño,<br />

así como para la conservación de la salud física, conductual, psíquica,<br />

social y espiritual del adulto”.<br />

El conocimiento de sí mismo, la autoconciencia de su identidad,<br />

que no está en el cerebro sino que pertenece al espacio relacional,<br />

se da sólo en el campo relacional que se configure en la escuela.<br />

De modo que este espacio, este campo es vital para la existencia y<br />

el desarrollo emocional porque ese es el campo donde se convive,<br />

y las personas son y existen sólo en la convivencia. La armonía<br />

necesaria o resultante no significa la ausencia de conflictos entre<br />

quienes conviven en ese campo, es más, los desajustes son absolutamente<br />

necesarios para que se vayan generando respuestas nue-<br />

27<br />

Revista<br />

educ rnos


vas es decir, para ir aprendiendo, transformándose esa convivencia,<br />

desarrollándose, creciendo; sin embargo, los desajustes necesarios<br />

deben ser de tal impacto que permitan la flexibilidad y que no generen<br />

quiebres irreparables en el campo relacional porque el quiebre<br />

desconecta las relaciones vinculantes, las fractura y la capacidad<br />

de las personas para re-ajustarse tiene su límite. La capacidad de resciliar<br />

tiene mucha relación con el tipo de impacto que se dé en las<br />

relaciones.<br />

Desde dónde partir<br />

El modelo económico imperante en el mundo actual es el modelo<br />

neoliberal y la confirmación más clara de que la educación se relaciona<br />

con el modelo económico, es el hecho de que las definiciones<br />

en educación, en estas décadas del nuevo siglo son tomadas por<br />

organismos económicos, por ejemplo la OECD, el Banco Mundial<br />

que financia aquello que es del interés de la economía.<br />

Ello hace necesario plantearse ¿cuál es el proyecto de país<br />

que cada nación tiene?, ¿cuál es el que se quiere?¿Y qué es lo que<br />

se desea lograr con la educación?<br />

En el mundo actual, haya o no un proyecto país, lo que impera<br />

es el modelo neoliberal que se funda en la competencia y la sana<br />

competencia no existe. La competencia es un fenómeno cultural y<br />

humano y no constitutivo de lo biológico. Como fenómeno humano la<br />

competencia se constituye en la negación del otro (Maturana, 2007).<br />

La negación del otro implica entonces una falta de amor, el<br />

lenguaje del amor no se manifiesta a través de acciones concretas<br />

de tipo consensual, y recordemos que:<br />

el amor es la emoción que implica la aceptación del otro como un legítimo<br />

otro en la convivencia, y es una condición necesaria para el desarrollo<br />

físico, conductual, psíquico, social y espiritual normal del niño,<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

28


Emociones y didáctica en el aula<br />

así como para la conservación de la salud física, conductual, psíquica,<br />

social y espiritual del adulto.<br />

Si se cultiva la emoción del amor como consecuencia tendremos<br />

ciudadanos democráticos, serios y responsables y como estarán<br />

en condiciones de aprender cualquier cosa, aprenderán matemáticas,<br />

historia, filosofía, trabajos manuales, actividades físicas, etc.,<br />

no centrados en la competencia. La competencia implica no ver al<br />

otro, negar su existencia.<br />

Nos interesa la educación de nuestros niños porque en definitiva<br />

queremos que sean felices. La felicidad está en la armonía del<br />

vivir con un sentido de respeto por sí mismo y por el otro. Se trata de<br />

crear espacio para la felicidad, para la realización mutua, en el respeto<br />

y la colaboración. Esa debería ser la tarea más importante de la<br />

educación: crear convivencia en la confianza, vivir los valores para<br />

que se formen niños capaces de tomar decisiones desde sí mismos,<br />

capaces de respetarse y respetar a los demás y capaces de aprender<br />

cualquier cosa. La educación como proceso de transformación<br />

humana en la convivencia ocurre en todas las dimensiones relacionales;<br />

en ellas no se aprende una temática sino que aprende un vivir<br />

y un convivir. Se aprende una forma de ser humano. Se es humano,<br />

no desde la genética sino desde la convivencia. La institución escolar<br />

tiene la virtud de ser un espacio de socialización privilegiado para<br />

orientarlo al cultivo de seres humanos.<br />

Los docentes<br />

Estos sujetos están es una cultura escolar que adolece de plasticidad<br />

necesaria para el aprendizaje como apropiación consciente,<br />

por la falta de espacios en que los niños puedan ser, puedan aceptarse,<br />

ejercer espacios de libertad, tolerar las pérdidas y frustraciones,<br />

y aceptar al otro en su legitimidad como cuestiones básicas.<br />

29<br />

Revista<br />

educ rnos


La plasticidad se ve reducida en tanto sus espacios estén cargados<br />

de emociones negativas, los docentes son fuente de crítica social<br />

muy dura generando lo que algunos especialistas han llamado “el<br />

profesor quemado, o el síndrome del burnout del docente” (Rabasa,<br />

2007), los directivos y los docentes, no están necesariamente<br />

preparados para las actuales demandas que no tienen mucho que<br />

ver con las demandas tradicionales de gestión escolar. Si queremos<br />

expresarlo en términos de los nuevos enfoques pedagógicos<br />

las “competencias” que van surgiendo como necesarias a desarrollar<br />

en los niños, niñas y jóvenes básicas para su desarrollo emocional<br />

y para la armonía social van claramente configurándose hacia el<br />

ámbito de lo emocional, el conocimiento de sí mismo que da origen<br />

al conocimiento de sus capacidades de responder con flexibilidad a<br />

los necesarios desajustes y no quebrarse en el intento.<br />

Creo que ese es el verdadero proceso educativo, que todos<br />

los conocimientos “nuevos”, externos que se enseñan en la escuela<br />

cobran sentido sólo si existe la condición de desarrollo personal<br />

y social para los estudiantes que finalmente sabrán qué hacer con<br />

eso nuevo. Y ese proceso no termina nunca, no importando en el<br />

nivel o edad en que se encuentre la persona. Toda la vida será un<br />

proceso de aprendizaje. Y este proceso de aprendizaje es fundamentalmente<br />

relacional. Los docentes deben aprender en sus campos<br />

relacionales, deben estar en condiciones apropiadas desde el<br />

punto de vista emocional para esta tremenda tarea. Y el juego de<br />

aprender estas habilidades relacionales resulta conmovedor e iluminador,<br />

siempre, para cada quién.<br />

Conclusiones<br />

Cada persona es única en el mundo no obstante, de depender de<br />

su ambiente para existir; y todos los seres humanos somos iguales<br />

en esencia y diferentes en el desarrollo de nuestra existencia;<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

30


Emociones y didáctica en el aula<br />

y eso es una tremenda responsabilidad, eso significa respetar la<br />

configuración de sí mismo como algo exclusivo y único y que está<br />

en continuo desarrollo en la relación con los demás y respetar a los<br />

demás como unos “otros” con existencia tan legítima como la del sí<br />

mismo, existencia que tiene la misma interdependencia, los demás<br />

existen también con mi aporte a la relación.<br />

El mundo en que vivimos es siempre y en todo momento responsabilidad<br />

de nosotros, somos responsables de “humanizar”, es<br />

decir, cuando se está en el campo de interrelaciones con vínculos<br />

con otro ya que no se es él mismo, se es humano, además ahora<br />

ambos somos responsables de los vínculos creados y de cuidarlos.<br />

Cuidarse y cuidar de los otros que forman parte del mundo<br />

que habitamos es, finalmente, una responsabilidad individual y social<br />

compartida, es cuidar como debemos cuidar el aire que respiramos,<br />

la tierra que habitamos, el espacio que compartimos, porque<br />

ese campo es vital para hacernos humanos y para crecer.<br />

La escuela, como espacio educativo o espacio de aprendizaje<br />

viene a conformar parte del crecimiento en la vida de las personas.<br />

Es en este lugar donde se debe, intencionadamente, permitir<br />

a los estudiantes ir hacia el conocimiento del sí mismo, es un lugar<br />

de cultivo de humanos. Ella debe permitir que sus miembros sean<br />

conscientes de la importancia de ese espacio social-curricular para<br />

su propio crecimiento y para el crecimiento de los demás, de manera<br />

que el respeto a la existencia del otro con un ser tan respetable<br />

como el sí mismo no surja como una norma sino como una necesitad<br />

vital para crecer y desarrollarse armónicamente.<br />

De manera que los docentes tienen una tarea hermosa y algo<br />

olvidada, antes que los resultados numéricos, generar intencionadamente<br />

un campo armónico de crecimiento en la vida de sus educandos,<br />

cuestión que pueden hacer a través de talleres relacionales que<br />

permitan el reconocerse, respetarse y aceptarse desde su darse<br />

cuenta corporal, un darse cuenta íntimo de su existencia, y un dar-<br />

31<br />

Revista<br />

educ rnos


se cuenta de los demás, juegos que permitan el aprender a ponerse<br />

en el lugar del otro, a respetar al otro en la convivencia, la asertividad,<br />

de trabajo colaborativo y no competitivo, la autoconfianza,<br />

la autoestima, la resciliencia, en fin, todas aquellas habilidades socioemocionales<br />

que permiten un espacio escolar donde se aprenda<br />

a vivir en sociedad, donde se dé el cuidado y conciencia de las<br />

interrelaciones, donde los alumnos aprendan y los docentes no se<br />

“quemen”. Muchos educadores se han acercado a la Gestalt y han<br />

devuelto su mirada a lo que es fundamental para la tarea educativa,<br />

y desarrollar en ese marco sus propias habilidades emocionales.<br />

Hoy es urgente construir ambientes más seguros para aprender<br />

y más acogedores para vivir. Una verdadera escuela se construye<br />

cada día, un campo fértil para el crecimiento de quienes allí<br />

conviven, todos sin exclusión. El campo de la escuela debe ser un<br />

campo de transformación en las interrelaciones, un campo de desarrollo,<br />

un campo donde convivan sus miembros en armonía. Un<br />

campo educativo, un campo de tranquilidad, de confianza y finalmente<br />

de paz. Sin ello, no es escuela.<br />

La función socializadora de la institución escolar tiene una<br />

responsabilidad ineludible: la formación en “competencias personales,<br />

sociales y de ciudadanía, el “aprender a ser, a conocer,<br />

a hacer y a convivir” (Delors, 1996).<br />

Una educación de calidad incluye hacer niños felices y la formación<br />

de ciudadanos comprometidos con su historia y con la conservación<br />

de las libertades de una vida en democracia.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

32


Emociones y didáctica en el aula<br />

Bibliografía<br />

Castro Santander, Alejandro. (2010). Analfabetismo Emocional. Argentina:<br />

Bonun.<br />

Delors, Jacques. (1996). La educación encierra un tesoro. Barcelona:<br />

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Santiago de Chile: LOM Ediciones.<br />

Elliot, Michelle. (2008). Intimidación. Una guía práctica para combatir<br />

el miedo en las escuelas. México: FCE.<br />

Fridman, W. H. (1997). El cerebro móvil. De la inmunidad al sistema<br />

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Goleman, Daniel. (1999). La salud emocional. Barcelona: Kairós.<br />

Goodman, Paul. (2006). Aquí, ahora y lo que viene. Chile: Cuatro Vientos.<br />

Maturana, H. (1984). El árbol del conocimiento. Santiago, Chile: Dolmen.<br />

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Perls, F., Hefferline, R. y Goodman, P. (1951). Terapia Gestalt: Excitación<br />

y Crecimiento de la personalidad humana. CTP-4. Tercera<br />

Edición, 2006, Madrid.<br />

Rabasa, Beatriz. (2007). El profesor quemado. Síndrome del burnout<br />

docente. Madrid: Rie.<br />

Pozo, Juan. (1997). Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid: Morata.<br />

Repetto, Elvira. (Dir.). (2009). Formación en competencias socioemocionales.<br />

Libro del formador. Madrid: La Muralla.<br />

Schnake, Adriana. (2008). Enfermedad, síntoma y carácter. Madrid:<br />

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Varela, Francisco. (2002). El fenómeno de la vida. Santiago de Chile:<br />

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Wheeler, Gordon. (2005). Vergüenza y soledad: El legado del individualismo.<br />

Santiago de Chile: Editorial Cuatro Vientos.<br />

Wertheimer, Max. (1927). Gestalt Theory.<br />

33<br />

Revista<br />

educ rnos


Revista<br />

educ rnos<br />

34


Alejandro Castro Santander<br />

Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

Observatorio de la convivencia escolar (UCA). Cátedra UNESCO Juventud,<br />

Educación y Sociedad (UCB, Brasil).<br />

alejandrocastrosantander@uca.edu.ar<br />

Recibido 14 Febrero 2012<br />

Aceptado 15 Marzo 2012<br />

Resumen<br />

El texto presenta las realidades que se viven desde los nuevos espacios en que se<br />

mueve la comunicación humana. Entrar en los mundos virtuales donde las nuevas<br />

generaciones se mueven como peces en el agua y las generaciones que les anteceden<br />

apenas logran entender estas realidades inventadas. Vivimos en una sociedad<br />

inmadura que se dice preocupada por los temas sociales y se implica muy poco para<br />

resolverlos, que busca culpables y los encuentra siempre en los demás, que exige<br />

soluciones simples e inmediatas a problemas complejos.<br />

Palabras clave: Convivencia, violencia, consumo cultural, ciudad educadora.<br />

35<br />

Revista<br />

educ rnos


“La internet quiere que hables cortito,<br />

que escribas cortito, y que pienses cortito.”<br />

Manuel Feytas 1<br />

A partir del desarrollo sistemático Zigmunt Bauman propuso acerca<br />

del proceso de licuefacción 2 de las sociedades en su obra “Modernidad<br />

líquida” 3 , tomamos sus reflexiones para indagar la convivencia<br />

en nuestras ciudades, familias y escuelas, comunidades<br />

inestables, artificiales y quebradizas, que según el sociólogo belga,<br />

se han convertido en ámbitos del miedo, que revelan a habitantes<br />

inseguros frente a los peligros complejos y difusos, y ante la ignorancia<br />

de cómo revolverlos.<br />

Nuevos ciudadanos, esposos, hijos, alumnos, docentes, modernos<br />

individuos líquidos que en el mundo globalizado que nos<br />

toca vivir, nos encontramos más cerca que nunca el uno del otro,<br />

pero en una convivencia que se realiza entre desconocidos, real o<br />

supuestamente amenazantes. Individuos que se concentran hoy<br />

en la satisfacción que esperan de las relaciones, pero que desconfían<br />

todo el tiempo del estar relacionados 4 .<br />

Vivir… ¿juntos?<br />

Si por cultura entendemos las maneras de vivir juntos (UNESCO), la<br />

actual muestra un profundo y acelerado cambio en los modos y en las<br />

formas, de una convivencia que ha dejado de ser sencilla y serena.<br />

La familia global, como llamaba Virginia Satir a la sociedad,<br />

hoy parece pedirnos auxilio a través del hambre, las depresiones<br />

económicas y las viejas y nuevas violencias, de la misma manera<br />

que una familia disfuncional o multiproblemática manifiesta su padecimiento<br />

a través de los síntomas.<br />

Sociedad, familia y escuela son versiones ampliadas y reducidas<br />

unas de otras, pero en ellas es posible observar un conflicto<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

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Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

grave y profundo, que se origina mucho más allá del simple argumento<br />

del ritmo acelerado al que obliga la nueva modernidad. La<br />

inseguridad que parece invadir todos los espacios de encuentro, no<br />

es más que desconfianza y miedo al otro.<br />

La irracionalidad de una globalización negativa motorizada por<br />

los medios de comunicación social y las nuevas tecnologías, ha invadido<br />

todos los ámbitos, pero muy especialmente la intimidad de la familia.<br />

Así, se desarrollan en la clandestinidad, sin obstáculos, viejas y<br />

nuevas pobrezas, se proyecta la vida con metas exclusivas en lo material<br />

y se reproducen individuos incapaces de brindarse a los demás.<br />

La ola de crecimiento urbano indica que para el 2030 seremos<br />

1,800 millones de habitantes más en el mundo y que el mayor crecimiento<br />

se dará en las áreas urbanas pobres. En América Latina, el<br />

fenómeno de la urbanización se multiplicó a mediados del siglo XX<br />

por el empobrecimiento del campo y por la percepción de que era en<br />

las ciudades donde se hallaban los beneficios de la modernidad: trabajo,<br />

dinero, educación, bienes de consumo, placeres, cuidado médico,<br />

posibilidad de ascenso social, libertades, acceso a la cultura,<br />

etcétera. Fue así que en 1950 el 41.2% de la población de América<br />

Latina ya vivía en ciudades, en 1980 el 64% y hacia 1990 el 72%.<br />

Actualmente, nada parece frenar el proceso de afirmación<br />

de las llamadas ciudades globales, como en el caso de Argentina<br />

que concentra en ellas el 90% de la población, ubicándose detrás<br />

de Venezuela (94%) y Uruguay (92%), mientras que en Paraguay,<br />

sólo el 40% reside en zonas urbanas. Si bien una mayor posibilidad<br />

de acceso a los bienes de la cultura debería producir también un mayor<br />

bienestar, en ciudades atestadas de gente y donde la estructura<br />

urbana parece estar al borde del colapso, no extraña a nadie que el<br />

promedio de calidad de vida sea muy bajo.<br />

El futuro no muestra cambios significativos en las fuerzas estructurales<br />

que atraen población desde el campo a las ciudades.<br />

37<br />

Revista<br />

educ rnos


Los estudios realizados en varios países latinoamericanos indican<br />

que, ni la aplicación de políticas de inversión y promoción de actividades<br />

primarias localizadas en el campo, produciría un desplazamiento<br />

demográfico hacia las zonas rurales.<br />

La ciudad como un producto social, no era para los griegos<br />

un conjunto de individuos autónomos, sino que se concebían a sí<br />

mismos en función de su pertenencia a ella. Eran personas internamente<br />

relacionadas unas con otras y con la ciudad. Luego, el<br />

nacimiento de las grandes concentraciones urbanas trajo una sobrecarga<br />

de estímulos, que hacen actualmente de lo urbano un hecho<br />

cada vez más extraño, donde para algunos es imposible sentir<br />

la ciudad como propia porque se vuelve hostil, incómoda e insegura.<br />

Si en la ciudad medieval amurallada el peligro se hallaba extramuros,<br />

en las ciudades modernas lo peligroso se encuentra en la<br />

propia urbe, los peligrosos son otros ciudadanos. El malestar urbano<br />

está marcado por la desconfianza y la inseguridad. Sentimientos<br />

causados por el miedo al otro, hacen cada vez más difícil estar<br />

en, sentirse y ser parte de, tomar parte en… Resulta paradójico,<br />

que al hablar de globalización insistamos en que una de sus características<br />

sea la desaparición de las fronteras, mientras localmente<br />

algunos buscan refugiarse en las no siempre seguras nuevas fortalezas<br />

urbanas o castillos de lujo: casas enrejadas o barrios cerrados,<br />

vigilados y alejados.<br />

Es indudable que no se vive hoy en una ciudad como aquella<br />

que caminaron los griegos. Hoy la ciudad es otra cosa. La existencia<br />

se realiza en la casa, en el lugar de trabajo y los niños en<br />

los distintos espacios de formación, y si debemos trasladarnos, lo<br />

hacemos recorriendo temerosos las calles que nos separan temporalmente<br />

de esos espacios de pretendida seguridad. Nos sentimos<br />

vulnerables y como insinúa Bauman, en un planeta negativamente<br />

globalizado,“todos estamos en peligro y todos somos peligrosos<br />

para los demás” 5 .<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

38


Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

La paradoja consiste en que aquellos que viven en la parte<br />

más desarrollada (o sea, la parte más rica y más modernizada) del<br />

mundo, son objetivamente las personas más seguras de la historia<br />

de la humanidad, y son también las que se sienten “más amenazadas,<br />

inseguras y atemorizadas, más inclinadas al pánico y más<br />

apasionadas por todo lo relacionado con la seguridad y la protección,<br />

que las personas de casi todas las demás sociedades, anteriores<br />

y actuales” 6 .<br />

Ciber-convivencia<br />

La ciudad se reinventa cada día, a través de las acciones individuales<br />

y colectivas y éstas quedan registradas en la forma urbana, que<br />

es la manera en que la ciudad se va transformando. Es aquí donde la<br />

globalización, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación,<br />

ejerce una considerable influencia ya que incrementa<br />

las relaciones a nivel mundial, acercando y modificando localidades<br />

lejanas, según su mayor o menor posibilidad de acceso.<br />

Paralelamente al proceso de globalización económica, somos<br />

protagonistas de un proceso de globalización de la cultura y de las<br />

prácticas sociales. Los medios de comunicación han contribuido<br />

para que las personas estén más integradas en el mundo y sientan<br />

que pertenecen a una comunidad donde se borran las fronteras.<br />

El sentimiento de identidad no se explica ya exclusivamente por la<br />

nacionalidad, sino también por la pertenencia comunidades virtuales<br />

o como los Hikikomori 7 , nuevos ermitaños que en permanente<br />

conexión y en una superficial comunicación, convocan individuos<br />

transnacionalizados culturalmente.<br />

Actualmente, muchos consideran que la ciudadanía que se<br />

expresa a través de internet, no es menos real que la que se manifiesta<br />

en las urnas o en las protestas. Infinidad de foros o blogs testifican<br />

que el ciudadano comprometido siempre es real y continúa<br />

39<br />

Revista<br />

educ rnos


siéndolo en todos los espacios de su vida. Lo que hoy debe ocuparnos<br />

no es la cantidad y la calidad de la información disponible en<br />

la Red, sino la capacidad de opinar, debatir y decidir responsablemente<br />

sobre el mundo en común. Ya, en 1996 Barlow presentaba<br />

en Davos su “Declaración de independencia del ciberespacio” 8 ,<br />

indicando cuales serían las diferencias y exigencias de cara a los<br />

gobiernos del mundo industrial y el mundo físico en general:<br />

Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos<br />

y resolveremos por nuestros propios medios. Estamos creando<br />

nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará según las condiciones<br />

de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.<br />

Debemos continuar profundizando acerca de los efectos de esta nueva<br />

forma on-line de estar en el mundo, ya que podría conducir a una<br />

peligrosa despersonalización o a una subjetividad compartida. El<br />

nativo digital de estas ciberciudades ha sido hasta ahora un Yo sin<br />

el Otro, sólo identificable, en algunas oportunidades, por su dirección<br />

electrónica. Pero la aparición de nuevos entornos virtuales,<br />

hacen aun más compleja esta caracterización, ya que actualmente<br />

se ofrece a los usuarios o residentes, la posibilidad de reinventarse<br />

a uno mismo y vivir otra vida a través de una figura virtual tridimensional,<br />

como en el caso de Second Life (SL) 9 .<br />

Vida on line<br />

Recordemos que en los años sesenta la UNESCO generalizó el concepto<br />

de industrias culturales, para referirse a todas las actividades de<br />

producción y comercialización, que incluye: sector editorial, artes escénicas,<br />

fonográfico, artes visuales, cine, publicidad, video, artesanías,<br />

televisión, revistas, radio y prensa. Estas industrias culturales ofrecen<br />

objetos y experiencias de consumo a través del mercado, y las incluimos<br />

en la vida cotidiana a partir de nuestros gustos y sensibilidades.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

40


Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

Los consumos culturales ocupan un lugar central en la organización<br />

del tiempo libre de las personas en Latinoamérica y estudiando<br />

la forma de apropiarnos de la cultura, sobre todo a través<br />

de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC),<br />

comprendemos más acerca de cómo se han alterado y continúan<br />

modificándose las formas de ser y estar juntos.<br />

Los medios de comunicación a través de la masificación de<br />

la información, lecturas, placeres y formas de entretenimiento, han<br />

contribuido a que las personas comiencen a imaginar, sentir y desear<br />

cosas colectivamente. Consumimos imágenes que no son inocentes,<br />

ni asépticas, ni accidentales y están ahí porque otro lo ha<br />

decidido. Las imágenes ya no son sólo representaciones, sino parte<br />

de nosotros. Hoy, los padres y profesionales de niños y adolescentes,<br />

no debemos olvidar que debido a un déficit de la formación<br />

en valores estables y trascendentes, los seres humanos acríticos y<br />

con débiles convicciones, nos convertimos con facilidad en un producto<br />

de los mecanismos de poder. Construyéndonos un mundo nos<br />

construyen, nos dicen cómo actuar, qué hacer, cómo ser y cuándo<br />

es conveniente dejar de ser.<br />

Así como el cineasta Federico Fellini, quien veía en la televisión<br />

el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema<br />

cultural, hoy debemos estar atentos sobre los peligros y desafíos<br />

que involucran las nuevas formas de acceder a la cultura.<br />

Los medios de comunicación apoyados por las TIC, buscan<br />

optimizar la comunicación humana, pero también sumergen a niños<br />

y adolescentes precozmente en un mundo, que reservado hasta no<br />

hace mucho con cierta exclusividad a los mayores, hoy paradójicamente<br />

los muestra participando en esferas culturales y sociales<br />

que a los adultos les resultan poco familiares (chats, blogs, buscadores<br />

de emociones, redes sociales, mundos virtuales, etcétera).<br />

Ni la ciencia ni la tecnología son neutras, y como es de suponerse,<br />

estas nuevas y muy diversas formas de acceso a las lla-<br />

41<br />

Revista<br />

educ rnos


madas nuevas pantallas (videojuegos, internet y telefonía móvil), al<br />

ser parte constitutiva de la misma sociedad, no presentan una vida<br />

on line distinta de la off line.<br />

Internet ocupa un lugar muy importante en el intercambio de<br />

información y de conocimientos, pero según UNESCO, los usuarios<br />

de Internet no superan el 5% de los seres humanos que habitan<br />

el planeta. Para aprovechar los beneficios de internet se requiere<br />

en primer lugar saber leer y escribir y 1.000 millones de personas<br />

todavía son analfabetas (dos tercios son mujeres). Para poder desarrollarse,<br />

internet necesita electricidad y la tercera parte de la<br />

humanidad no la tiene, de la misma forma que es imprescindible<br />

para conectarse contar con una línea telefónica y la mitad de la<br />

humanidad no tiene teléfono. En definitiva, internet sólo va a beneficiar<br />

a los países que disfrutaron de la anterior revolución tecnológica<br />

y que les proporcionó las infraestructuras.<br />

No olvidemos que el ciberespacio que hoy navegamos no<br />

nace por razones filantrópicas, sino de y como un negocio, y es<br />

así como continúa evolucionando en términos generales. Se hacen<br />

cada vez más notorias las disputas entre las compañías de telecomunicaciones<br />

por el control de las redes, la fusión de los macroservidores,<br />

la defensa de las patentes privadas, el hostigamiento contra<br />

el software libre, etc., y esto es así porque los poderes económicos<br />

transnacionales saben que cada vez obtendrán más ganancias.<br />

Mientras citamos la cifra difundida hace pocos años por<br />

UNESCO, referida a que los usuarios de internet en nuestra región<br />

no pasaban de un dígito, la compañía venezolana Tendencias Digitales<br />

realizó una investigación de mercados sobre los hábitos de<br />

uso de internet en Latinoamérica. Se analizaron 12,076 entrevistas<br />

en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú,<br />

Puerto Rico y Venezuela y en su informe conocido en abril de 2007,<br />

aseguraba que Latinoamérica se ubica ya en el promedio mundial<br />

de penetración y que los usuarios de internet son más de 85 millo-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

42


Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

nes (15.35%), significando un crecimiento en los últimos seis años<br />

del 433%.<br />

Finalizando el año 2007 se conocieron más datos sobre el<br />

ya indiscutible crecimiento de internet, a través de los resultados<br />

del estudio sobre las generaciones interactivas en Latinoamérica,<br />

la mayor investigación sobre el uso de las TIC en niños y adolescentes<br />

que se ha hecho hasta la fecha y la <strong>primera</strong> que integra<br />

las distintas tecnologías disponibles para ellos: telefonía celular,<br />

Internet, videojuegos y televisión. El estudio, impulsado por Telefónica<br />

y desarrollado por la Universidad de Navarra y EducaRed 10 ,<br />

encuestó en su <strong>primera</strong> fase a 21,774 escolares de entre 6 y 18<br />

años pertenecientes a 160 escuelas de Argentina, Guatemala, Colombia,<br />

México, Brasil, Chile, Perú y Venezuela. Estos escolares<br />

latinoamericanos entrevistados poseían en un 95.8% al menos una<br />

computadora y un 82.9% utilizaban internet en casa, y a pesar del<br />

reinado de la televisión (por tiempo dedicado y por número de televisores<br />

en los hogares), eligieron en primer lugar navegar en la Red.<br />

En general internet es un bien, como lo es la imprenta, el teléfono<br />

y la televisión; es un avance tecnológico que admite un buen<br />

uso y un mal uso, un uso experto y un uso inexperto. Es también un<br />

gran desafío educativo, en una época en la que se realizan muchos<br />

progresos que no siempre van acompañados de la sabiduría y la<br />

prudencia necesarias. Cuando estos adelantos se gobiernan adecuadamente,<br />

pueden generar un bien para toda la sociedad. En caso<br />

contrario, acaban favoreciendo su corrupción y empobrecimiento.<br />

Anónimos violentos<br />

En todos los tiempos, el ser humano ha sabido sacar provecho de<br />

los adelantos científicos y técnicos, y también, ha hecho mal uso.<br />

Por cada gran desarrollo que beneficia al hombre, encontraremos<br />

un uso para la guerra, el crimen y el sufrimiento de la misma hu-<br />

43<br />

Revista<br />

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manidad. El hombre violento siempre se las ha arreglado para potenciar<br />

los efectos destructivos contra el otro, haciendo uso de las<br />

tecnologías a su alcance.<br />

¿El padecimiento de algunos estudiantes, comienza al entrar<br />

en la escuela y finaliza a la hora de salida? La realidad nos está<br />

indicando que no. El amplio uso de los celulares y de internet ha<br />

dado lugar a nuevas modalidades de violencia y acoso. Las víctimas<br />

hoy son atacadas cara a cara dentro de la escuela y también<br />

fuera de ella, a través de las nuevas tecnologías que hoy están a<br />

disposición de los chicos.<br />

Sabemos que los adolescentes no sólo se sienten tremendamente<br />

atraídos por todo lo relacionado con las nuevas tecnologías,<br />

sino que además las manejan muy bien. Así es que los jóvenes con<br />

una personalidad agresora también se valen de esos medios para<br />

abusar de sus compañeros y de sus docentes.<br />

El maltrato y formas de violencia indirecta mediante SMS, correos<br />

electrónicos anónimos, redes sociales, páginas web difamatorias<br />

o que alojan videos (YouTube), son cada vez más habituales<br />

y se han convertido en una de las armas preferidas a la hora de<br />

burlarse, atemorizar, y en definitiva, buscar la forma de dañar a sus<br />

compañeros.<br />

En una videoconferencia del sociólogo polaco Bauman realizada<br />

en Buenos Aires el 26 de octubre de 2010, expresó: “Las<br />

redes sociales, a diferencia de las relaciones humanas, son muy<br />

frágiles. Para conectarse con otro, se necesitan 2 personas, pero<br />

para desconectarse con uno es suficiente. Es el aspecto desagradable<br />

de la Red. Uno puede tener muchos amigos pero son amigos<br />

poco confiables”. 11<br />

Sea la violencia esporádica o el acoso por internet, los agresores<br />

pueden ser anónimos y los ataques se hacen desde un sitio<br />

distante y seguro. Algunos estudios muestran que muchas de las<br />

víctimas de la ciber-violencia nunca han sufrido la experiencia cara<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

44


Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

a cara, lo que limita la capacidad de los colegios de controlar o parar<br />

estos hechos que tienen lugar fuera de su entorno.<br />

Los casos aumentan, los autores no imaginan el daño psicológico<br />

que infligen a la víctima y los padres se desesperan porque<br />

no saben cómo hacer para que no se difundan las fotos o frenar los<br />

videos que circulan. Los niños expresan que preferirían tener un ojo<br />

morado o un brazo roto a sufrir los rumores o las burlas en masa.<br />

Hacer desaparecer fotos o un video en internet, requiere de<br />

una autorización judicial para que se rastree el archivo y dé con<br />

la persona que lo “colgó”. Luego hay que hablar con el respectivo<br />

portal de internet y pedirle que lo quiten. Pasan semanas hasta que<br />

el archivo desaparezca. Además, cualquiera puede guardar el documento<br />

en su computadora, y por supuesto, la violencia continúa.<br />

En aquellos lugares que se han visto desbordados por esta<br />

nueva forma de ejecutar agresiones, la persecución a la ciber-violencia<br />

ha quebrado en muchos estados de Norteamérica la delgada<br />

línea que protege la privacidad individual. Algunos contratos<br />

educativos desde los primeros años de la educación primaria de este<br />

país, ya indican que el colegio podrá observar todo el uso que se deéa<br />

la computadora, ya que los estudiantes no deberían asumir que cualquier<br />

cosa que hagan en la red es privado.<br />

En realidad esto es muy difícil de realizar sino se cuenta con<br />

la ayuda de las empresas informáticas. De la misma forma, sino<br />

existe un consenso social sobre este tema es muy difícil esperar<br />

soluciones. Esto se ve en aquellos adultos que rechazan este tipo<br />

de medidas, ya que consideran que dos adolescentes se digan cosas<br />

repugnantes, forma parte del proceso de madurez.<br />

En general, cada vez más se acepta la idea que el problema<br />

principal radica en el anonimato que invade la vida online y<br />

que nos lleva a mostrar nuestra cara más desagradable, a sacar el<br />

monstruo que todos llevamos dentro. Por eso, muchas empresas<br />

45<br />

Revista<br />

educ rnos


cada vez son más exigentes e impiden el acceso a sus servicios a<br />

aquellos usuarios que no estén identificados; dicen: Cuando saben<br />

quiénes somos, nos portamos mejor.<br />

Actualmente, muchos programadores se han puesto trabajar<br />

al respecto y dicen estar desarrollando programas que detectan<br />

insultos y otras amenazas. Sin embargo, creemos que será necesario<br />

algo más para evitar el desafío que implica la ciber-violencia.<br />

Estamos convencidos que las estrategias deberán ser educativas.<br />

El ciudadano moderno de un ser que habita, ha pasado a ser<br />

alguien que simplemente ocupa un espacio, en una ciudad donde<br />

la realidad, como en la metáfora de Bauman, es fluida, cambiante.<br />

Así, irrumpe el hombre en grandes metrópolis que continúan prometiéndole<br />

la felicidad, y fascinado, permanece incomunicado o mal<br />

acompañado por otros hombres, a los que teme y con quienes en un<br />

ambiente de recíproca disfonía, no desea ni sabe cómo relacionarse.<br />

En esta cultura del desencanto, el hombre mutilado de aquellos<br />

vínculos que siempre fueron estructuras protectoras y portadoras de<br />

sentido, se siente hoy más solo, más vulnerable y más indefenso<br />

que nunca. La ciudad moderna masifica, por una parte nivelando las<br />

personalidades y por otra, hace que el hombre reaccione con un individualismo<br />

extremo, llevándolo a que se repliegue e intente proteger<br />

su personalidad y sus intereses. La peor de las alienaciones,<br />

diría Baudrillard, no es ser despojado por el otro, sino estar despojado<br />

del otro.<br />

Convivir en una ciudad posible<br />

“…la superficie del planeta en el que vivimos no permite una dispersión<br />

infinita, y a fin de cuentas todos tendremos que aprender a ser buenos<br />

vecinos por el simple hecho de que no tenemos otro sitio a dónde ir”. 12<br />

Zygmunt Bauman<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

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Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

La cultura del narcisismo ha contribuido al crecimiento desequilibrado<br />

del yo y al enanismo del otro. Cuando la persona sitúa su centro<br />

en sí misma, se problematiza y con su yo enorme experimenta el<br />

aislamiento social, el vacío, la violencia y la huida de sí, a través de<br />

desórdenes, trastornos o del abuso de ansiolíticos, alcohol, sexo,<br />

videojuegos, computadoras, etcétera.<br />

Pero como la naturaleza de los seres humanos es abierta,<br />

con un centro que se sitúa siempre fuera de sí mismo, poner el eje<br />

de la vida en los otros, ayuda a rehumanizar y a recuperar la estructura<br />

interna de la persona, a la vez que consolida y robustece<br />

la salud de todos.<br />

En numerosas oportunidades hemos visto personas superar<br />

situaciones extremas ayudando a los demás a superar las suyas.<br />

Esto puede suceder, porque es en el nosotros donde la persona<br />

consigue sanarse y ser verdaderamente feliz, y a partir de este<br />

necesario reencuentro del hombre consigo mismo a través de los<br />

otros, es que también nos sentimos esperanzados en la transformación<br />

de nuestras sociedades.<br />

Partiendo de una concepción amplia donde la educación de<br />

la convivencia no quede reducida a la familia y a la escuela, todas<br />

las ciudades son espacios educativos y todos sus habitantes son<br />

agentes educativos, en la medida en que se relacionan los unos<br />

con los otros comunicando valores y actitudes.<br />

La ciudad se convierte así, en el lugar idóneo para trabajar<br />

desde una nueva perspectiva, que responde a las demandas educativas<br />

de una sociedad en profundo y permanente cambio. La<br />

educación debe facilitar que los ciudadanos aprendan a vivir bien y<br />

cercanos en una ciudad que agrede y aísla. Para eso la ciudad tiene<br />

que transformarse, de un simple escenario en el que intervienen<br />

los diferentes agentes educativos, a ser ella misma un agente educativo<br />

que incida activamente en la educación de sus habitantes.<br />

47<br />

Revista<br />

educ rnos


En 1972 un equipo de especialistas en educación dirigidos<br />

por Edgar Faure, recibió el encargo de la UNESCO de reflexionar<br />

acerca de cómo tenía que entenderse la educación en un futuro<br />

próximo. Así surgió la obra “Aprender a Ser” en la cual se proponía<br />

no dejar reducida la educación al solo ámbito de la escuela, sino<br />

extenderla a los espacios públicos de la ciudad.<br />

El concepto de Ciudad Educadora surge de la necesidad de<br />

reactivar las posibilidades educativas y socializadoras de la ciudad,<br />

sobre todo cuando se desdibujan y reconfiguran instituciones de socialización<br />

y cohesión social como la escuela y la familia, y prosperan<br />

nuevas prácticas de aprendizaje y socialización, como pueden<br />

ser los medios de comunicación. Ya no es posible considerar que la<br />

educación de los niños, los jóvenes y la ciudadanía en general es<br />

única y exclusiva responsabilidad de los agentes tradicionales (estado,<br />

familia y escuela), sino también del municipio, de las asociaciones,<br />

del tejido productivo y comercial, en fin de toda la sociedad.<br />

Cuando hablamos de ciudad educadora, no se trata solamente<br />

de organizar actividades educativas aisladas u ocasionales sino<br />

de constituir un ambiente ciudadano educativo. Estamos entonces<br />

ante un nuevo paradigma educativo en el cual, el concepto educación<br />

sobrepasa la escuela, tanto en lo referente al espacio (con múltiples<br />

agentes socializadores), como al proceso (a lo largo de la vida).<br />

La ciudad informalmente educa a través de su “personalidad”<br />

y en ella se puede aprender de manera espontánea cultura y civismo,<br />

pero también puede ser un espacio generador de agresividad,<br />

marginación, insensibilidad, consumismo desmesurado, indiferencia,<br />

etcétera. Si pudiéramos medir el grado de educabilidad de una<br />

ciudad, deberíamos tomar como indicadores, no sólo la calidad de<br />

sus escuelas, sino también el resto de las instituciones y medios<br />

que generan formación y analizar cómo interactúan.<br />

Pensar la ciudad en clave pedagógica supone identificar y<br />

comprender la lógicas y prácticas educativas propias de la ciudad.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

48


Convivencia, miedo y ciberviolencia<br />

Cualquier ciudad, sin importar su tamaño o grado de desarrollo,<br />

posee diversas estrategias de formación, y los aprendizajes que<br />

se ofrecen forman parte de un proceso educativo que integra su<br />

currículo oculto.<br />

La ciudad que educa presta especial atención a los niños.<br />

No se trata de hacer espacios públicos infantiles, sino de darles<br />

a los niños su espacio. Si la ciudad es buena para ellos, también<br />

lo será para los ancianos, los minusválidos y los inmigrantes. El<br />

pedagogo italiano Francesco Tonucci con su proyecto de “Ciudad<br />

de los niños”, propone que en cada intervención o proyecto que se<br />

proponga en la ciudad, bajemos los ojos y miremos desde la altura<br />

de los niños para no perder de vista a nadie.<br />

Siempre somos nosotros<br />

Insiste Bauman en todas sus obras, que la moderna soledad e inseguridad<br />

de las personas, tienen su origen en la evidencia de que<br />

todo lo seguro se desvanece y que los demás son extraños peligrosos<br />

de quienes hay que protegerse. Es lamentable que la respuesta<br />

política, busca demagógicamente con más policía resolver<br />

el creciente miedo al otro, cuando deberíamos repensar algunos<br />

presupuestos de nuestras comunidades domésticas y comunidades<br />

educativas, principalmente en el ámbito de los valores y el respeto<br />

a las normas.<br />

Vivimos en una sociedad inmadura que se dice preocupada<br />

por los temas sociales y se implica muy poco para resolverlos, que<br />

busca culpables y los encuentra siempre en los demás, que exige<br />

soluciones simples e inmediatas a problemas complejos. Como<br />

sociedad exigimos que las fuerzas de seguridad y el peso de la<br />

ley caigan sobre el violento. Pero, Como recuerda Bauman, “este<br />

mundo en que habitamos está ‘hecho por humanos’, por lo que, en<br />

principio, los humanos pueden rehacerlo”. 13<br />

49<br />

Revista<br />

educ rnos


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edición.<br />

McNeal, James. (2000). Los niños como consumidores de productos<br />

sociales y comerciales. Organización Panamericana de la Salud.<br />

Minuchín, Salvador y Nichols, Michael. (1994). La recuperación de<br />

la familia. Barcelona: Paidós.<br />

Tocqueville, Alexis de. (1935). La democracia en América. Madrid:<br />

Alianza Editorial.<br />

UNFPA. (2007). Crecer en las ciudades. Estado de la población<br />

mundial 2007. Fondo de Población de Naciones Unidas.<br />

Notas<br />

1<br />

Periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia<br />

y comunicación estratégica. En Internet: http://www.iarnoticias.com/2011/<br />

secciones/contrainformacion/0049_internet_y_mercado_01jul2011.html<br />

2<br />

Bauman utiliza la liquidez como figura del cambio y de la transitoriedad de<br />

mercados o vínculos humanos, expresando que los sólidos conservan su forma<br />

y persisten en el tiempo, mientras que los líquidos son informes y se transforman<br />

constantemente.<br />

3<br />

Bauman, Zygmunt. (2003). Modernidad líquida. México: Fondo de Cultura Económica.<br />

4<br />

La metáfora de la modernidad líquida es una figura del cambio, de la transitoriedad,<br />

de la liberación de los mercados, pero también intenta dar cuenta de la<br />

precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada,<br />

marcada por el carácter transitorio y volátil de las relaciones.<br />

5<br />

Bauman, Zygmunt. (2005). Amor líquido. op. cit., p. 9.<br />

6<br />

Zygmunt, Bauman. (2007). Miedo líquido. Paidós, p. 127.<br />

7<br />

Ibíd., p. 168.<br />

51<br />

Revista<br />

educ rnos


8<br />

Término japonés para referirse al fenómeno de gente apartada que ha escogido<br />

abandonar la vida social, generalmente buscando grados extremos de<br />

aislamiento y confinamiento, debido a varios factores personales y sociales en<br />

sus vidas. Su forma más frecuente de comunicación es casi exclusivamente a<br />

través de internet.<br />

9<br />

Perry Barlow, John. (1996). Declaración de independencia del ciberespacio.<br />

10<br />

Un entorno donde las personas interactúan social y comercialmente a través<br />

de un avatar (yo virtual), en un ciberespacio que se actúa como una metáfora<br />

del mundo real, pero sin limitaciones físicas. Sus usuarios pueden explorar el<br />

mundo virtual, interactuar con otros residentes, participar de actividades individuales<br />

o grupales y comerciar productos virtuales. SL está reservado para mayores<br />

de 18 años, pero existe una alternativa para adolescentes conocida como Teen<br />

Second Life. Universidad de Navarra y Educared, Generaciones interactivas en<br />

Iberoamérica. Niños y adolescentes frente a las pantallas. Retos educativos y<br />

sociales (2008).<br />

11<br />

Revista Ñ, enlace cit.<br />

12<br />

Bauman, Zygmunt. (2002). La sociedad sitiada. México: FCE, p. 5.<br />

13<br />

Bauman, Zygmunt, La sociedad sitiada, op. cit., p.13.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

52


Autoría, victimización y puniciones: relaciones asimétricas<br />

en la violencia escolar 1<br />

Rayana Dias de Oliveira*, Adriana Lira**, Candido Alberto Gomes***,<br />

Carlos Ângelo de Meneses Sousa****<br />

*Licenciada en Pedagogía por la Universidad Católica de Brasilia.<br />

rayanadias@ucb.br<br />

Recibido 27 Febrero 2012<br />

Aceptado 15 Marzo 2012<br />

Resumen<br />

Este trabajo tiene como objetivo identificar la distribución de la autoría, victimización<br />

y punición de alumnos por violencia en cinco escuelas públicas de la periferia<br />

de Brasilia, Brasil, que ofrecían del quinto al octavo grado de la educación fundamental.<br />

La investigación cuantitativa y cualitativa utilizó el análisis documental, la<br />

observación directa, la encuesta semiestructurada, los cuestionarios y los grupos<br />

focales. Los resultados indicaron que los chicos tienden a practicar más la violencia<br />

física, mientras las chicas se inclinan a la violencia simbólica, menos ostensiva.<br />

Por esto mismo, las puniciones recaían en particular sobre los chicos. Sin embargo,<br />

no se constató diferencias significativas en la victimización por sexo. La edad<br />

fue un factor de diferenciación, con el auge de las ocurrencias entre los 13 y 15<br />

años. Asociada íntimamente a la violencia, se verificó el fracaso escolar, indicado<br />

por los datos cualitativos y por el desfase edad-grado.<br />

Palabras clave: Violencia escolar, victimización, sanciones escolares, educación<br />

secundaria inferior, fracaso escolar.<br />

53<br />

Revista<br />

educ rnos


Introducción<br />

La violencia en la escuela, particularmente aquella entre estudiantes,<br />

no se distribuye simétricamente según los diversos grupos<br />

de edad, sexo, nivel de escolaridad y otras características. Se<br />

pueden detectar cuatro roles básicos: de autores de violencia,<br />

de víctimas, de punidos y de testigos. Todos están involucrados<br />

y son de alguna forma afectados por el proceso de la violencia. Los<br />

autores pueden ser también víctimas, aunque no necesariamente,<br />

pero también pueden recibir sanciones escolares por sus actos,<br />

cuando detectados y cuando, al criterio de los educadores, merezcan<br />

una punición. Si la violencia está sometida a la ley del silencio<br />

(Bosacki, 2005) o sino es abiertamente declarada, como la difamación<br />

al respecto de la masculinidad de un chico o en relación a la<br />

reputación moral de una chica, es más difícil de observar y, por lo<br />

tanto, de ser punida. De facto, la violencia simbólica es más susceptible<br />

de ser percibida que la violencia física. Investigaciones de (Owens,<br />

Schute, Slee, 2005), revelan que la violencia de las estudiantes,<br />

en gran parte simbólica, es subestimada en relación a la practicada<br />

por los estudiantes del sexo masculino, por la sencilla razón<br />

que se reconoce más fácilmente una agresión física en un pasillo que<br />

una mala palabra dicha al oído. El sufrimiento puede ser tan intenso<br />

o mayor en el primero como en el segundo caso, especialmente<br />

porque adolescentes y niños, en su búsqueda de la autonomía,<br />

contrapuesta a la heteronomia en relación a los adultos (Owens,<br />

Schute, Slee, 2005), tienen la cultura del secreto entre ellos (Coleman,<br />

1963). Ser víctima es también una dolorosa vergüenza, que<br />

se oculta de los educadores y de los familiares, como resultado<br />

de una tela de miedos, imposiciones y coacciones. Por esto el ostracismo<br />

y la indiferencia, algunas de las sanciones más graves<br />

distribuidas por el grupo de pares, exponen la/el estudiante a todo<br />

tipo de agresión, especialmente las menos visibles o invisibles a<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

54


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

los adultos. En la <strong>primera</strong> infancia la niña/el niño sola/o en el patio<br />

es más vulnerable que los otros (Delalande, 2003). Por esto, donde<br />

hay humo, hay fuego: si el test sociométrico revela aislamiento,<br />

indiferencia o rechazo de individuos y subgrupos, hay que trabajar<br />

por la integración social (Comellas, 2008) porque ésta puede ser<br />

la semilla en avanzado proceso de germinación, de la violencia.<br />

Muchos son los casos de víctimas que, más o menos tarde, irrumpen<br />

en la escuela con notable y sorprendente brutalidad, como han<br />

sido los múltiples homicidios cometidos en países de los hemisferios<br />

Norte y Sur. No es por acaso que uno de los cuatro pilares de la<br />

educación en el siglo XXI es aprender a convivir (Delors et al., 2001).<br />

Convivir es aceptar o por lo menos tolerar las diferencias, como expresión<br />

de riqueza cultural y no como objeto de uniformización. Por esto,<br />

Morin (2010) declaró que la sociodiversidad es tan vital para el mundo<br />

como la biodiversidad.<br />

En la Unidad Federativa que abriga la capital federal de Brasil,<br />

la violencia escolar también es notable y más frecuente en las áreas<br />

donde es mayor el hiato entre las culturas adolescentes y juveniles,<br />

como también en abismo entre la capital cultural del currículo escolar<br />

y la de los discentes. Como consecuencia, la Fiscalía del Distrito<br />

Federal y de los Territorios organizó para un grupo de escuelas<br />

más vulnerables, situadas en áreas de periferia urbana y bajo rendimiento<br />

domiciliar, un proyecto de seguridad, con la participación de<br />

los diversos actores escolares y de la respectiva comunidad. Como<br />

participante de la red de esta Cátedra UNESCO, la Fiscalía solicitó<br />

una investigación evaluativa de cinco unidades escolares donde el<br />

referido proyecto se encontraba en diversas etapas de implementación.<br />

Así, profesores y estudiantes de licenciatura y posgrado en<br />

educación elaboraron un proyecto no sólo para el objetivo de evaluación,<br />

sino también para ampliar los conocimientos sobre la violencia<br />

escolar. Como resultado, además del reporte de evaluación,<br />

el equipo analizó diversos resultados, originando más de 25 traba-<br />

55<br />

Revista<br />

educ rnos


jos, incluyendo artículos, comunicaciones presentadas a congresos<br />

nacionales e internacionales, disertaciones y tesis, enlazando<br />

los diversos niveles de formación en las ciencias de la educación.<br />

Como el grado de vulnerabilidad de los grupos es variable,<br />

este trabajo se centró en dos aspectos reconocidamente relevantes<br />

para la literatura: el sexo y el grupo de edad. Los instrumentos<br />

de recolecta de datos fueron elaborados con especial atención a<br />

estas características y a los roles del autor, víctima y estudiante<br />

punida/o por violencia escolar. La/el autor/a es quien declara haber<br />

practicado cierto/s tipo/s de violencia, sea física, simbólica o una incivilidad<br />

(Debarbieux, 2007). La víctima es la/el estudiante que sufre<br />

los diversos tipos de violencia presentados en la recolecta de datos.<br />

La/el punida/o es la/el que declara haber sido punida/o, de diferentes<br />

modos, por algún tipo de violencia practicada en la escuela.<br />

¿Qué dice la literatura?<br />

Hay que distinguir la violencia de la escuela, en la escuela y en<br />

sus alrededores y contra la escuela (Correia y Matos, 2003). La<br />

violencia simbólica de la escuela se traduce por la exigencia de capital<br />

cultural previo, compatible con sus currículos, lo que conlleva al<br />

fracaso escolar (Bourdieu y Passeron, 1970). En esta dimensión, a<br />

pesar de los significativos decrecimientos en las últimas décadas, el<br />

sistema escolar de Brasil es uno de los más violentos de América<br />

Latina, con altas tasas de reprobación, evasión y desfasaje edadgrado.<br />

Además, la violencia simbólica y física en la escuela puede<br />

ser practicada entre alumnos; entre alumnos y maestros, en los dos<br />

sentidos (Ferreira y Gomes, 2009), entre directivos y maestros (violencia<br />

organizacional) y entre directivos y alumnos. A final, la violencia<br />

contra la escuela se refleja principalmente en el vandalismo, que,<br />

según evidencias, se relaciona a la falta de sentido del currículo<br />

(Galvão et al., 2010).<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

56


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

Cuanto al acoso, las constataciones de Olweus (1998) indican<br />

que los alumnos más jóvenes y más débiles son quienes declararon<br />

que había estado más expuestos a la agresión en Noruega. Las<br />

víctimas eran predominantemente chicos y su proporción disminuía<br />

con la edad y el grado. Cuanto a los agresores, también predominaban<br />

los chicos de educación secundaria, aunque la gravedad de<br />

los problemas en los centros de educación primaria eran sorprendentemente<br />

más graves de lo que se venían asumiendo anteriormente.<br />

Carra (2009) también encontró violencia significativa entre<br />

pares de la escuela primaria francesa, con predominancia de las<br />

niñas como víctimas. Los padrones son similares en otros países,<br />

con mayor concentración de agresores de los 13 a los 15 años de<br />

edad, mientras las víctimas tenían predominantemente de 10 a los<br />

14 años (Abramovay, 2006; Ficher et al., 2010; Sánchez y Ortega,<br />

2010). En Brasil se estima que alrededor 12% de los alumnos sufrieron<br />

acoso simbólico constante de sus colegas en el año anterior<br />

(Ficher et al., 2010).<br />

Según investigaciones en Brasil y en Lisboa, Portugal, los<br />

grupos de agresores y víctimas son pequeños, con la ocurrencia<br />

frecuente de agresores y víctimas recíprocos (Abramovay, 2006;<br />

Sebastião, 2009). Las víctimas se concentran entre los 10 y 14 años.<br />

Cuanto a los agresores, tienen más frecuentemente entre 14 y 19<br />

años. Siguiendo los estereotipos sexistas, la violencia física predomina<br />

entre los chicos, aunque las alumnas parezcan practicarlas<br />

cada vez más frecuentemente (Neves y Viana, 2006). Por otro lado,<br />

por lo menos una investigación (Canadá, 2009) evidencia que las<br />

chicas conquistan chicos para practicar por ellas la violencia física.<br />

Cuanto a las puniciones escolares, éstas atingen más a<br />

los chicos (Radojkovic, 2007; Carra, 2009; Gavray, 2010), cuyas<br />

prácticas son más visibles que las de las chicas. Las puniciones<br />

también aumentan con la edad de los alumnos (Carra, 2009). Sin<br />

embargo, Gavray (2010) halló altas correlaciones entre los roles de<br />

57<br />

Revista<br />

educ rnos


agresor como víctima en los dos sexos, por lo que cuestiona el factor<br />

de que los chicos sean más punidos. La intimidación y la ley del<br />

silencio contribuyen expresivamente para ocultar hechos violentos,<br />

que raramente son punidos, a menos que sus proporciones no puedan<br />

quedar por mucho tiempo en la penumbra de la jerarquía de<br />

dominadores y dominados.<br />

Metodología<br />

La investigación se compone de estudios de casos múltiples, con<br />

foco en cinco escuelas de los años finales de la educación fundamental<br />

(del sexto al noveno año, o sea, de los 11 a los 14 años de<br />

edad, cuando no hay desfase), pero frecuentemente con alumnos<br />

con retraso escolar por la reprobación y evasión. El muestreo intencional<br />

involucró casos extremos (Patton, 1987), o sea, escuelas<br />

consideradas más violentas que las otras de la red, de modo a<br />

justificar la participación en el proyecto de la Fiscalía. Por eso, no<br />

representan el universo de las unidades escolares de la Unidad de<br />

la Federación. Todas las unidades se ubicaban en la periferia de la<br />

capital federal de Brasil, Brasilia, lo que significa que estaban en<br />

áreas socialmente vulnerables. El Distrito Federal tenía más de 2.5<br />

millones de habitantes, según el Censo de 2010, el segundo producto<br />

interno bruto per capita del país (45,978 dólares americanos<br />

en valor nominal, 2008) y decreciente nivel de concentración de<br />

renta (índice de Gini: 0.540 en 2009) 2 , pero aún relativamente alto.<br />

La metodología tuvo carácter cuantitativo y cualitativo, utilizándose<br />

como técnicas de recolección de datos la observación,<br />

mediante guías apropiados; el análisis documental, también mediante<br />

guías, focalizando el proyecto pedagógico escolar, libros de<br />

actas de reuniones y de ocurrencias, etcétera; la encuesta semiestructurada<br />

individual con directivos, coordinadores, agentes de la<br />

policía militar y otras personas de la comunidad educativa; la apli-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

58


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

cación de cuestionarios a muestreos aleatorios simples a maestros<br />

(total de 99) y alumnos, además de grupos focales para discentes<br />

(total de 73 participantes). El cuestionario fue respondido por 783<br />

alumnos, siendo el 44.6% del período de la mañana y los 55.4% de<br />

la tarde. La jornada escolar mínima dura 4 horas, de tal modo que<br />

aún son una escasa minoría los alumnos que estudian en tiempo<br />

integral. En cuanto al sexo, el 54.7% de los respondientes eran del<br />

sexo femenino y los restantes 45.3% del sexo masculino. El grupo<br />

etario predominante fue el de los 13 a 15 años, representando el<br />

63.6%. En el total, el 22.6% de los alumnos, con alto desfase edad/<br />

grado, estaba matriculado en clases de aceleración del aprendizaje,<br />

que presentaban nivel más alto de violencia.<br />

Las declaraciones de los alumnos en los cuestionarios están<br />

sujetas a la omisión, en especial cuanto a la práctica de ciertos<br />

tipos de violencia. Por ejemplo, el 22.3% de los alumnos no llenaron<br />

la cuestión sobre el uso de arma de fuego en la escuela. La<br />

misma proporción fue del 21.7% para la agresión sexual, el 20.3%<br />

para el robo o hurto y el 19.0% para la agresión física, que fueron<br />

algunos de los porcentajes más altos. En contraste, la abstención<br />

sobre las bromas fue del 12.0% y de las peleas, del 16.1%. Esto<br />

quiere decir que alrededor de los 157 prefirieron no contestar a<br />

estas cuestiones. Por esto, la fluctuación de los datos perdidos fue<br />

algunas veces muy importante para por lo menos sospechar de los<br />

márgenes para más o para menos, de acuerdo con el grado de sensibilidad<br />

de las cuestiones. Esto quiere decir que los datos perdidos<br />

también hablan, aunque la interpretación sea vulnerable (McKnight<br />

et al., 2007). Es interesante observar que los grupos focales, con<br />

su dinámica interactiva, fueron mucho más fértiles para la investigación<br />

que los cuestionarios individuales, en especial cuando los<br />

adolescentes se certificaron de nuestro dispositivo de seguridad<br />

para que ningún adulto de la escuela pudiera tomar conocimiento<br />

de las discusiones.<br />

59<br />

Revista<br />

educ rnos


Los datos cuantitativos fueron procesados por medio del software<br />

Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), mientras<br />

los datos cualitativos fueron sometidos a la técnica de análisis de<br />

contenido (Bardin, 2004).<br />

¿Quiénes practicaban la violencia?<br />

Más del 60% de los alumnos se declararon no practicantes recientes<br />

de ningún tipo de violencia contra los pares, maestros, directivos<br />

y contra el patrimonio escolar, esto es, vandalismo. Aunque los datos<br />

parezcan sobrestimados, quiere decir, el porcentaje real sería<br />

menor, se puede en principio considerar algunas investigaciones<br />

que detectan un reducido número de practicantes usuales de la<br />

violencia, pero que envenenan el clima escolar, de modo que los<br />

colegas se declaren incomodados por sus propios colegas (véase<br />

Abramovay, 2006).<br />

Tabla 1 -Alumnos que declararon haber practicado actos de violencia en<br />

la escuela- % sobre el total de respuestas.<br />

Actos de violencia<br />

Si No Sin resp. Total<br />

Bromas de mal gusto 26.8 61.2 12 100<br />

Peleas 20.4 63.5 16.1 100<br />

Agresiones verbales 19.9 63.7 16.4 100<br />

Graffiti 8.6 71.3 20.1 100<br />

Agresiones físicas 8.4 72.6 19.0 100<br />

Amenazas 7.7 75.7 16.6 100<br />

Robo o hurto 4.8 74.9 20.3 100<br />

Uso de alcohol 4.6 74.5 20.9 100<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

60


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

Discriminación por etnia/ 3.9 75.5 20.6 100<br />

género<br />

Vandalismo 3.8 75.4 20.8 100<br />

Agresiones sexuales 2.8 75.5 21.7 100<br />

Uso de armas de fuego 1.8 75.9 22.3 100<br />

Uso de armas blancas 1.9 76.4 21.7 100<br />

Depredación 1.8 74.6 22.4 100<br />

Uso de drogas ilegales 1.7 77.2 21.1 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Observación: Se enmarcaron los números más altos de cada columna.<br />

Cuanto a la violencia “masculina” y “femenina”, la tabla 1 apunta<br />

que los porcentajes más altos fueron declarados por los chicos, en<br />

particular cuanto a la utilización de drogas ilegales, de armas de<br />

fuego, peleas y agresiones físicas en general, consideradas y muchas<br />

veces toleradas como expresiones típicas de la masculinidad,<br />

respuestas que son a la propia presión de los pares de ambos los<br />

sexos en el sentido de la exclusión de los grupos y a la no aceptación<br />

como novio o mismo como free.<br />

Para un grupo significativo de chicas la transgresión y la violencia<br />

constituyen atracción erótica de alto grado en relación a los<br />

chicos que son disputados por ellas. Siguen las participaciones en<br />

el robo, el hurto, las agresiones sexuales (que incluyen además<br />

de la violación) el vandalismo y el uso de armas blancas. Por su<br />

lado, las chicas declararon la práctica del graffiti, del vandalismo<br />

y de las armas blancas, que frecuentemente son improvisadas y<br />

visan a herir y a desfigurar sus colegas. Estos datos pueden tener<br />

un sesgo mayor de subvaluación por la subsistencia de los modelos<br />

tradicionales de femineidad, que declinan cada vez más. Los<br />

resultados sugieren que la violencia femenina era dirigida más al<br />

patrimonio de la escuela que a las personas y que, cuando mirada<br />

61<br />

Revista<br />

educ rnos


Formar nuevos docentes para (a)tender<br />

lo des-atendido social y educativamente<br />

a las personas, la violencia más frecuente era simbólica (amenazas,<br />

discriminación, bromas y agresiones verbales en general), en<br />

lugar de física.<br />

Tabla 2 –Alumnos que declararon haber practicado actos de violencia por<br />

tipo según el sexo- % de respuestas afirmativas según los casos válidos.<br />

Sexo<br />

Actos de violencia<br />

Femenino Masculino<br />

Total<br />

Bromas de mal gusto 43.3 56.7 100<br />

Amenazas 47.4 52.6 100<br />

Agresiones verbales 40 60 100<br />

Agresiones físicas 27 73 100<br />

Robo o hurto 46.8 53.2 100<br />

Peleas 22.7 77.3 100<br />

Agresiones sexuales 43.4 56.7 100<br />

Discriminación por etnia/género 40 60 100<br />

Vandalismo 52.8 47.2 100<br />

Uso de alcohol 30.8 69.2 100<br />

Uso de drogas ilegales 20 80 100<br />

Uso de armas blancas 52.2 47.8 100<br />

Uso de armas de fuego 21.4 78.6 100<br />

Depredación 51.5 48.5 100<br />

Graffiti 54.6 45.4 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Cuanto a la edad, a pesar del carácter de nuestra muestra, de escuelas<br />

violentas, se verifica que el grupo etario de los 13 a los 15<br />

años, quiere decir, en los primeros y decisivos años de la adolescencia,<br />

es el que más frecuentemente declaró practicar violencia,<br />

con destaque para el uso de armas blancas, las amenazas, el con-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

62


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

sumo de drogas ilegales, el vandalismo y las agresiones sexuales.<br />

El grupo de los 10 a los 12 años es mucho más moderado en la<br />

práctica de la violencia, siendo muchas de ellas simbólicas, pero<br />

no menos nocivas. Hay que destacar el uso precoz del alcohol, que<br />

abre las puertas para otras drogas por él potenciadas, así como la<br />

práctica del graffiti, aparentando una necesidad de expresión derivada<br />

de la ascendente subjetividad. Cuanto al grupo de los 16<br />

años y más, claramente un grupo atingido por el fracaso escolar, el<br />

porcentaje es descendente, después de la aguda crisis de los 13 a<br />

los 15 años. Las prácticas más frecuentes fueron el uso de armas<br />

de fuego, el vandalismo, la agresión física y el uso de drogas ilegales<br />

frecuentemente con bebidas alcohólicas. Muchas veces estos<br />

cuatro ingredientes hacen parte de complejos culturales masculinos<br />

(véase, por ejemplo, Waiselfisz, 1998; Minayo et al., 1999).<br />

El uso del alcohol, asociado a la agresión física y a la insuficiencia<br />

del control de armas de fuego (Ramos, 2011) lleva a una alta tasa<br />

de mortalidad juvenil, predominantemente masculina, afro descendiente<br />

y de periferias urbanas. La utilización de las armas de fuego<br />

puede o no estar combinada a la actividad criminal, como una suerte<br />

de “instrumento de trabajo”, en actividades de alto riesgo, como<br />

el tráfico al por menor de drogas ilegales, que puede ser la única<br />

alternativa, en situación de pobreza, para pagar sus deudas generadas<br />

por el consumo personal de las mismas drogas.<br />

Tabla 3 -Alumnos que declararon haber practicado acto de violencia en la<br />

escuela según la edad - % de respuestas afirmativas sobre las respuestas.<br />

Edad (en años)<br />

Actos de violencia<br />

10-12<br />

años<br />

13-15<br />

años<br />

16 y más Total<br />

Bromas de mal gusto 25 61.7 11.7 100<br />

Amenazas 14.9 74.1 10.4 100<br />

63<br />

Revista<br />

educ rnos


Formar nuevos docentes para (a)tender<br />

lo des-atendido social y educativamente<br />

Agresiones verbales 20 69.2 10.8 100<br />

Agresiones físicas 13.5 70.3 16.2 100<br />

Robo o hurto 22.8 67.1 10.1 100<br />

Peleas 22.7 63.7 13.6 100<br />

Agresiones sexuales 16.7 70 10 100<br />

Discriminación por etnia/<br />

100<br />

30 56.7 13.3<br />

género<br />

Vandalismo 16.7 61.1 22.2 100<br />

Uso de alcohol 15.4 69.2 15.4 100<br />

Uso de drogas ilegales 6.7 73.3 20 100<br />

Uso de armas de fuego 14.3 50 35.7 100<br />

Uso de armas blancas 17.4 78.3 4.3 100<br />

Depredación 16.9 70.8 12.3 100<br />

Graffiti 23.5 67 8.9 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

En caso que fuera representada gráficamente la tabla 3, generaría<br />

una curva parabólica, que en términos generales confirma la literatura<br />

cuanto al ápice crítico de la adolescencia (Olweus, 1998; Abramovay,<br />

2006; Sebastião, 2009). La distribución de los datos perdidos sugiere<br />

mismo una subvaluación de la práctica de violencia por el grupo de<br />

los 13 a los 15 años, porque su incidencia fue más alta que la de los<br />

demás grupos etarios.<br />

A pesar del desfasaje en relación a la edad, por motivo ya<br />

mencionado, la tabla 4 presenta los resultados según el grado en<br />

que los alumnos estaban matriculados. Los porcentajes más elevados<br />

se encuentran en las clases de aceleración del aprendizaje,<br />

que reúnen, en programas especiales, los más desfasados. El uso<br />

de drogas ilegales, incluso, en esta edad, el alcohol; el uso de armas<br />

de fuego; las agresiones físicas y los actos de vandalismo lide-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

64


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

raron la práctica de violencia, lo que fue confirmado por educadores<br />

y alumnos en los datos cualitativos. Esto sugiere que el nivel de la<br />

violencia escolar es como una variable proxy del fracaso escolar y<br />

de la exclusión social, o sea, una suerte de sinónimo, como en otras<br />

partes del mundo (véase Debarbieux, 2007). El último grado de la<br />

educación fundamental es lo que presenta menor frecuencia de<br />

la práctica de violencia. Probablemente por ser entonces el término<br />

de la escolaridad compulsoria, la incidencia del fracaso escolar,<br />

mensurada por la reprobación y evasión, tendía a ser la más baja del<br />

país. La frecuencia más alta se refería a violencias simbólicas y por<br />

la práctica del graffiti. Del quinto al séptimo grado la incidencia de<br />

violencia declarada es semejante, pero con el incremento del uso<br />

de armas y de drogas ilegales. Es interesante señalar que el quinto<br />

grado corresponde a una ruptura de los currículos: antes con solamente<br />

un maestro por clase y un abordaje globalizado, los adolescentes<br />

y preadolescentes se someten a un difícil ritual de pasaje,<br />

que es la fragmentación curricular por asignaturas y la formación de<br />

un clima de clase menos afectivo y más orientado a la racionalidad.<br />

Las estadísticas nacionales indican coherentemente alta incidencia<br />

de reprobación y abandono. Los datos cualitativos de esta investigación<br />

ratificaron estas tendencias nacionales y sus motivos.<br />

Tabla 4 –Alumnos que declararon haber practicado actos de violencia<br />

en la escuela según el grado frecuentado- % de respuestas afirmativas<br />

sobre las respuestas válidas.<br />

Actos de violencia<br />

Grados<br />

5º 6º 7º 8º Aceleración Total<br />

Bromas de mal<br />

100<br />

25 28.3 15 3.3 28.4<br />

gusto<br />

Amenazas 18.8 12.3 20.1 21.4 27.4 100<br />

Agresiones verbales 16.9 27.7 16.9 12.3 26.2 100<br />

65<br />

Revista<br />

educ rnos


Formar nuevos docentes para (a)tender<br />

lo des-atendido social y educativamente<br />

Agresiones físicas 24.3 10.8 24.3 0 40.6 100<br />

Robo o hurto 27.8 20.3 15.2 8.2 28.5 100<br />

Peleas 22.7 18.2 22.7 0 36.4 100<br />

Agresiones sexuales 20 23.3 16.7 10 30 100<br />

Discriminación por<br />

100<br />

23.3 20 20 13.3 23.4<br />

etnia/género<br />

Vandalismo 22.2 13.9 16.7 8.3 38.9 100<br />

Uso de alcohol 15.4 23.1 15.3 0 46.2 100<br />

Uso de drogas<br />

100<br />

6.6 20 26.7 0 46.7<br />

ilegales<br />

Uso de armas de<br />

100<br />

7.1 28.6 21.4 0 42.9<br />

fuego<br />

Uso de armas<br />

100<br />

8.7 17.4 43.5 8.7 21.7<br />

blancas<br />

Depredación 24.2 16.7 25.8 9.1 24.2 100<br />

Graffiti 23.5 17.0 21.6 17.3 20.6 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

¿Quiénes eran las víctimas?<br />

Además de los datos cualitativos, los cuestionarios para los alumnos<br />

utilizaron una escala de tipo Likert para detectar la victimización.<br />

Como en el caso de la práctica de la violencia, la victimización también<br />

presenta un posible sesgo, porque muchas veces la víctima<br />

tiene vergüenza de su condición y por lo menos se siente en parte<br />

culpable. Este es el posible motivo para la categoría intermediaria,<br />

no concordar ni discordar, acrecido del porcentaje relativamente<br />

alto de datos perdidos. En este último caso, la ausencia de declaración<br />

incide sobre algunas de las más graves categorías, como<br />

el uso de armas y de drogas ilegales y las violencias sexuales,<br />

frecuentemente sometidas a la ley del silencio, de acuerdo con los<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

66


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

datos cualitativos. La mayor incidencia de la victimización, en particular<br />

en violencias físicas y simbólicas, como las amenazas, las<br />

agresiones verbales y físicas, las bromas, las peleas y las discriminaciones<br />

por etnia y género. La proporción de victimas fue del<br />

61.5% de los alumnos y la de los practicantes del 26.8% números<br />

absolutos indican una cantidad mayor de víctimas que de practicantes<br />

de violencia. Sea por sesgo de los datos de práctica de<br />

violencia o no, esto sugiere que un sólo agresor puede establecer<br />

un área de influencia que involucra más de una víctima.<br />

La tabla 4 informa los números de los alumnos que sufrieron<br />

violencia. Véase que la investigación no se contentó en indagar qué<br />

tipos de violencias cada uno presenció, lo que saturaría el número<br />

de episodios y comportamientos, pero indagó por la autoría y la<br />

victimización. El primer dato importante es la elevada proporción de<br />

respuestas nulas o en blanco, en particular para los tipos de violencia<br />

más graves, que potencialmente afectan a los alumnos e<br />

inspiran miedo, como el uso de alcohol y otras drogas ilegales y el<br />

porte de armas. Bastaba la visión de las infracciones para infundir<br />

inseguridad en el ambiente que debería ser rigurosamente protegido,<br />

la escuela. Por supuesto, había invitaciones y hasta convocaciones<br />

a integrar los círculos de usuarios. Las violencias sexuales,<br />

de confesión vergonzosa para ambos los sexos, también alcanzó<br />

alto porcentaje. Una de las violencias reportadas fue sacar fotos y<br />

hacer cortas películas de alumnas desnudas en los baños para futuro<br />

chantaje o quizá para venta en el mercado pedopornográfico.<br />

La suma de los datos perdidos con la categoría “ni concordancia<br />

ni discordancia” se queda alrededor de los 30%, coincidentemente<br />

con porcentajes bajos para los tipos de violencia arriba mencionados,<br />

que alcanzaron alta proporción de datos perdidos. Cuanto a la<br />

concordancia sobresalen las violencias simbólicas, las agresiones<br />

físicas y las peleas.<br />

67<br />

Revista<br />

educ rnos


Formar nuevos docentes para (a)tender<br />

lo des-atendido social y educativamente<br />

Tabla 4 –Alumnos que se declararon víctimas de violencia en la escuela<br />

por tipo de acto- % sobre el total de casos válidos.<br />

Actos de violencia<br />

De<br />

acuerdo<br />

Ni concordan<br />

ni<br />

discordan<br />

Discordan<br />

Total<br />

Sin<br />

respuesta<br />

Amenazas 50.9 10.3 28.3 10.5 100<br />

Agresiones verbales 42.6 10.2 27.8 19.4 100<br />

Agresiones físicas 44.1 8.7 27.9 19.3 100<br />

Robo o hurto 39.9 9 31.8 19.3 100<br />

Peleas 41.3 9.2 28.4 20.8 100<br />

Agresiones<br />

38.3 9.3 29.2 23.2 100<br />

sexuales<br />

Discriminación por 40.2 10.9 27.3 21.6 100<br />

etnia/género<br />

Acción de pandillas 38.7 10 26.3 25.0 100<br />

Bromas de mal 45.7 10.3 25.2 18.9 100<br />

gusto<br />

Uso de alcohol 38.6 9.6 29.3 22.5 100<br />

Uso de drogas 38.8 8.1 29.9 23.2 100<br />

ilegales<br />

Porte de armas 38.6 7.8 29.9 23.7 100<br />

blancas<br />

Porte de armas de 38.4 7.8 29.5 24.3 100<br />

fuego<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Por su lado, en el total de las declaradas víctimas predominaron las<br />

chicas, con el 54.7% de las respuestas válidas, mientras los restantes<br />

45.3% fueron de chicos. La tabla 5 demuestra que la elevada<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

68


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

abstención total de respuestas fue más alta para los chicos, probablemente<br />

por ser para ellos más humillante confesar la victimización,<br />

según las tradiciones patriarcales y machistas. En general, las<br />

diferencias significativas de victimización de ambos los sexos son<br />

pequeñas. Las alumnas sufrieron más frecuentemente violencias<br />

simbólicas, pero también de la acción de pandillas, que pueden<br />

estar relacionadas a robos, hurtos y agresiones sexuales. Así, las<br />

chicas, por su menor fuerza física, eran víctimas preferenciales de<br />

estos grupos, predominantemente masculinos, pero también en<br />

baja proporción femeninos. Las armas blancas alcanzaron elevada<br />

participación para los dos sexos, como si casi todos y todas<br />

las tuviesen visto y se consideraron amenazadas/os. Cuanto a los<br />

alumnos, también se declararon sometidos a violencia simbólica,<br />

en especial a la acción de pandillas. Es importante aclarar que, con<br />

la escolarización casi universal, las pandillas tienden a formarse<br />

fuera de la escuela, pero la frecuentan y actúan a favor de sus<br />

objetivos. El gregarismo adolescente potencia la fuerza simbólica<br />

y física de estos grupos desviantes, que muchas veces creaban<br />

una jerarquía de miedo e intimidación, resguardando sus líderes,<br />

mientras sus subordinados enfrentaban abiertamente las peleas.<br />

En este sentido, el camino para la escuela era muy vulnerable, pero<br />

también las escuelas eran invadidas por las pandillas. El robo y la<br />

venganza grupal contra individuos o grupos menores eran los objetivos<br />

más constantes de ataque. Con esto, la supervivencia de los<br />

alumnos dependía antes del aprendizaje del currículo de la calle<br />

que del currículo escolar. La propia vida biológica y social tornaba<br />

mucho más importante el aprendizaje en la atribución de adolescente<br />

que la de alumno. Ante estas opciones, si la escuela requería<br />

el capital cultural que los discentes no tenían, era claramente mejor<br />

fracasar en la evaluación escolar, lo que también despertaba rabia<br />

y resentimientos contra la institución (Dubet, 2002).<br />

69<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Las escasas diferencias de victimización entre discentes de<br />

ambos los sexos pueden reforzar las investigaciones que constatan<br />

la elevada correlación entre ser autor y ser víctima, sin diferencias<br />

expresivas de victimización por sexo (Gavray, 2010). Por otro lado,<br />

contrarían otras investigaciones en que las chicas se declararon<br />

más frecuentemente ser víctimas de violencia (Olweus, 1998; Carra,<br />

2009), como también investigaciones en Brasil, que revelaron<br />

los chicos más constantemente como víctimas (Abramovay, 2006;<br />

Malta, 2010; Ficher et al., 2010). Lo mismo se verificó en Portugal<br />

(Sebastião, 2009).<br />

Tabla 5 –Alumnos que se declararon víctimas de violencia en la escuela<br />

según el sexo- % sobre el total de casos válidos.<br />

Sexo femenino<br />

Sexo masculino<br />

Actos de<br />

violencia<br />

Concordan<br />

No conc. ni<br />

discordan<br />

Discordan<br />

Total<br />

Concordan<br />

No conc. ni<br />

ddisc.<br />

Discordan<br />

Total<br />

Amenazas 54.5 10 35.5 100 54.3 13.2 32.5 100<br />

Agresiones 54.5 10 35.5 100 54.3 13.2 32.5 100<br />

verbales<br />

Agresiones 50.9 10.8 38.3 100 47.8 11.7 40.5 100<br />

verbales e física<br />

Robo o hurto 56 10.9 33.1 100 48.3 12.7 39 100<br />

Peleas 53.6 11.8 34.6 100 45.1 12.5 42.4 100<br />

Agresiones 54.5 13.1 32.4 100 47.5 15 37.5 100<br />

sexuales<br />

Discriminación por 57 11.6 31.4 100 45 15.6 39.4 100<br />

etnia/género<br />

Acción de pandillas 59.4 12.8 27.8 100 52.2 12.7 35.1 100<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

70


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

Bromas de mal 53.6 11.8 34.6 100 45.5 13.1 41.4 100<br />

gusto<br />

Uso de alcohol 54.5 9.7 35.8 100 45.7 11.7 42.6 100<br />

Uso de drogas 54.3 8.9 36.8 100 46.1 12 41.9 100<br />

ilegales<br />

Porte de armas 98.1 1.9 0 100 98.8 0 1.2 100<br />

blancas<br />

Porte de armas de 54 9.6 36.4 100 46.1 11.1 42.8 100<br />

fuego<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Los grupos de edad presentan niveles declarados de victimización<br />

casi homogéneos. Ni los más jóvenes, por supuesto más vulnerables<br />

por su menor fuerza física, ni los mayores, supuestamente<br />

más fuertes en poder físico y simbólico, sufrieron menos violencia.<br />

Las pequeñas diferencias cuantitativas no nos autorizan a considerar<br />

la predominancia de algunos tipos por edad, excepto quizá la<br />

reducción de la discriminación por etnia y género, de las bromas o<br />

de la acción de pandillas. Una vez más las armas blancas tenían un<br />

rol muy preocupante que se necesita investigar.<br />

Tabla 6 – Alumnos que se declararon víctimas por acto de violencia según<br />

la edad – % sobre el total de respuestas válidas.<br />

Edad (en años)<br />

10-12 13-15 16 y más<br />

Actos de violencia<br />

años<br />

Amenazas 53.2 53.1 50<br />

Agresiones verbales 53.0 54.8 53.5<br />

Agresiones verbales/físicas 51.0 49.3 46.5<br />

Robo o hurto 51.8 53 47.5<br />

71<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Peleas 49 49.8 50<br />

Agresiones sexuales 51.5 51 51.1<br />

Discriminación por etnia/género 55.6 51 41<br />

Acción de pandillas 58.9 56.2 48.8<br />

Bromas de mal gusto 51.4 49.4 39<br />

Uso de alcohol 51.1 50.6 46.1<br />

Uso de drogas ilegales 50.4 50.7 48.8<br />

Porte de armas de fuego 50.3 50.2 50<br />

Porte de armas blancas 100 98.9 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Observación: La pregunta permitía respuestas múltiples.<br />

La victimización según el grado (tabla 7), coherentemente con la<br />

edad, también no presentó grandes diferencias. Sin embargo, las<br />

clases de aceleración tuvieron incidencia mayor de víctimas de<br />

agresiones físicas, discriminación y uso de drogas ilegales (incluso<br />

el alcohol para los menores de 18 años de edad) en las instalaciones<br />

de las escuelas. El octavo grado, antes comentado, presenta<br />

porcentajes un poco más bajos, mientras el séptimo grado, después<br />

de las clases de aceleración, alcanzan mayor proporción de<br />

victimas declaradas.<br />

Tabla 7 –Alumnos que se declararon víctimas por tipo de violencia según<br />

el grado– % sobre total de respuestas válidas.<br />

Actos de violencia<br />

Grados<br />

5º 6º 7º 8º Aceleración Total %<br />

Amenazas 17.5 24.2 24.4 15.4 18.6 100<br />

Agresiones verbales 16.4 16.7 23.6 15.9 27.5 100<br />

Agresiones verbales/<br />

100<br />

físicas 16.4 20.3 24.4 19.7 19.3<br />

Robo o hurto 18.2 20.9 25.9 17,.3 17.9 100<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

72


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

Peleas 12.7 15.8 34.4 15.7 21.6 100<br />

Agresiones sexuales 16.2 17.1 27.9 18.5 20.4 100<br />

Discriminación por etnia/<br />

100<br />

género 17.4 16.9 27.3 15.4 23.2<br />

Acción de pandillas 17 19.4 23.8 23.4 16.6 100<br />

Bromas de mal gusto 13.3 21.3 28.1 15.7 21.7 100<br />

Uso de alcohol 20.9 23.1 23.1 10 23.1 100<br />

Uso de drogas ilegales 18.3 18.8 31.1 10.3 21.6 100<br />

Porte de armas de fuego 16.3 18.9 33.2 12.5 19.2 100<br />

Porte de armas blancas 26.9 16.9 15.4 14.6 26.2 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Observación: La pregunta permitía respuestas múltiples.<br />

¿Quiénes eran los punidos?<br />

La claridad y consistencia de las normas y su aplicación por la escuela<br />

son fundamentales para no instalarse una situación de anomía<br />

(Durkheim, 1963; Sebastião, 2009), ni de injusticia, que minan<br />

la autoridad y el orden social de la institución. Sin embargo, las<br />

puniciones de las escuelas públicas se revelan débiles, burocráticas,<br />

rutinarias y repetitivas, de acuerdo con las investigaciones<br />

emprendidas por esta Cátedra UNESCO (Galvão et al., 2010). Su<br />

reiteración y progresiva pérdida de efecto y de sentido llevó los<br />

investigadores a compararlas con el jabón de tocador: cuanto más<br />

usado, más se desgasta. El liderazgo carismático de maestros y<br />

directivos alcanza notoriamente más y mejores efectos que el liderazgo<br />

burocrático (Dubet y Martuccelli, 1996; Gomes y Lira, 2010).<br />

La tabla 8 revela en primer lugar algunas puniciones disciplinarias<br />

discutibles, como la pérdida de puntos referentes a la<br />

evaluación cognitiva, que es muy grave en situaciones de escaso<br />

éxito escolar. Ser encaminado de vuelta a su casa antes del térmi-<br />

73<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

no de las actividades lectivas, así como quedarse después del fin<br />

de las clases son medidas irresponsables: los alumnos necesitan<br />

moverse en grupos de y para la escuela porque solos son más<br />

vulnerables a las pandillas. Además, si un alumno en su minoridad<br />

jurídica sale de la institución oficial antes del encerramiento de las<br />

actividades, más comúnmente sin el conocimiento de sus padres<br />

o responsables, puede involucrarse en actividades inadecuadas o<br />

ilegales en el tiempo de ocio. La escuela, en términos legales, será<br />

responsable por lo que ocurra, pero como es muy rara la punición<br />

de la escuela, por fuerza de la debilidad institucional, la práctica<br />

persiste. Cuanto a la transferencia para otra escuela, tiene la ventaja<br />

de cambiar de ambiente social, pero tiene el inconveniente de<br />

los mecanismos informales de selección de escuelas, que las dividen<br />

en bien amadas y mal amadas. Sino hay un “intercambio” entre<br />

directivos (te envío un alumno problema y tú me envías otro), se<br />

forman o fortalecen las escuelas mal amadas o, más precisamente,<br />

temidas por su falta de orden y la concentración de alumnos que<br />

tienen dificultad de respectar las normas. Es por lo menos dudoso<br />

el cambio de conducta de los alumnos y su buen éxito escolar.<br />

La distribución de los alumnos punidos según el sexo revela<br />

que las principales diferencias se refieren a la conducción al directivo,<br />

a la expulsión del salón de clase, la advertencia escrita<br />

y la privación del recreo, el cambio de clase y de escuela, todas<br />

sanciones más aplicadas a los chicos que a las chicas. Igualmente,<br />

se verifica una diferencia en relación a los delitos cometidos, situaciones<br />

de abandono y maltrato: los chicos son más frecuentemente<br />

encaminados al Consejo de Tutela, un órgano del Poder Ejecutivo<br />

encargado de acciones educativas, sociales y otras, al orden de la<br />

Justicia, relativas a los niños y adolescentes, involucrando las familias<br />

y en ciertos casos la comunidad. Cuanto al reporte a la policía,<br />

se constata la casi paridad de sexo, lo que corresponde al fenómeno<br />

más amplio de la creciente participación femenina en la criminalidad,<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

74


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

más frecuentemente al servicio de un novio, esposo o compañero en<br />

actividades menos violentas, como el tráfico minorista de drogas.<br />

Cuanto a las chicas, las escuelas confían más en la eficacia<br />

de llamar sus responsables a una reunión. También es menos frecuente<br />

encaminar la chica a la casa antes del término de las clases,<br />

porque ella evidentemente es aún más vulnerable que un chico<br />

sólo, en especial por el riesgo de abuso sexual, incluso violación.<br />

Dos pesos, dos medidas, como se concluye. El cambio de clase y<br />

de escuela es también mucho más raro para las chicas porque la<br />

indisciplina y la transgresión son más típicas del sexo masculino.<br />

Ellos tienen más dificultad de ajustarse al orden social de la escuela<br />

y a los requerimientos de evaluación, al contrario, su rebelión<br />

es muchas veces una forma de afirmación indispensable para los<br />

grupos de que participan. Sino lo hacen, se quedan víctimas de la<br />

homofobia. Aunque las evaluaciones nacionales no indiquen la nítida<br />

superioridad de rendimiento intelectual de las chicas, excepto<br />

en la lengua nacional, los alumnos se integran más a la cultura del<br />

riesgo, del desafío, de la inconformidad y de la iniciativa (Gomes,<br />

2005). Por su turno, las niñas son aún las que más se ajustan a las<br />

normas, a un cuerpo docente predominantemente femenino y a la<br />

concentración intelectual. Es verdad que nuevas femineidades se<br />

desarrollan, como sugiere la repartición casi paritaria de sexo en<br />

el encaminamiento a la policía, pero las chicas practican menos<br />

violencia, sus comportamientos violentos son más simbólicos que<br />

físicos y, por eso, son menos visibles. Por eso, son bien menos<br />

punidas que los chicos.<br />

Tabla 8 –Alumnos que declararon haber recibido punición por tipo según<br />

el sexo- % sobre las respuestas válidas.<br />

Tipos de puniciones<br />

Sexo<br />

Femenino Masculino Total<br />

75<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Encaminamiento al directivo<br />

42 58<br />

100<br />

Pérdida de puntos en la evaluación de<br />

100<br />

35.3 64.7<br />

rendimiento<br />

Expulsión del salón de clase 42 58 100<br />

Advertencia escrita 35.3 64.7 100<br />

Mensaje dirigida a los padres/responsables 41.3 58.7 100<br />

Convocación de los padres/responsables 51.5 48.5 100<br />

Privación del recreo 32.5 67.5 100<br />

Hacer ejercicios adicionales 47.4 52.6 100<br />

Suspensión de clase por uno o más días 44.6 55.4 100<br />

Prorrogación del día en la escuela 39.2 60.8 100<br />

Encaminamiento inmediato a la casa 15 85 100<br />

Cambio de clase 33.3 66.7 100<br />

Encaminamiento al Consejo de Tutela 23.8 76.2 100<br />

Encaminamiento a la policía 47.2 52.8 100<br />

Cambio compulsorio de escuela 22.7 77.3 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

La relación entre la práctica de la violencia y la punición es visible<br />

en la tabla 9. El grupo de edad de los 13 a los 15 años es también<br />

el que sufre puniciones con más frecuencia. Las especies de<br />

puniciones también varían según la edad: para los más jóvenes,<br />

con relaciones más fuertes con la familia, predomina el encaminamiento<br />

al directivo, la convocación de los padres o responsables y<br />

la comunicación por escrito con estos últimos. Pocos, en términos<br />

absolutos y relativos, cambian de clase o menos aún de escuela.<br />

Sin embargo, la proporción de los que son encaminados a la policía<br />

y al Consejo de Tutela no es despreciable.<br />

El grupo de los 13 a 15 años representa en promedio más<br />

de dos tercios de los punidos, con todo el repertorio de punicio-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

76


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

nes disponibles, incluyendo la transferencia de escuela y la terrible<br />

pérdida de puntos en la evaluación de su rendimiento. Por último,<br />

el grupo de 16 años y más reúne los porcentajes más bajos en<br />

relación al total de los que se declararon punidos. La advertencia<br />

por escrito, la vuelta a la casa y el encaminamiento al Consejo de<br />

Tutela fueron las providencias más frecuentes.<br />

Tabla 9 –Alumnos que declararon haber recibido punición por tipo según<br />

la edad- % sobre las respuestas válidas.<br />

Tipos de puniciones<br />

Edad (en años)<br />

10-12 13-15 16 y más Total<br />

más<br />

Encaminamiento al directivo<br />

31.9 58.1 9.2<br />

100<br />

Pérdida de puntos en la evaluación de<br />

100<br />

10.6 75.3 14.1<br />

rendimiento<br />

Expulsión del salón de clase 17.5 72.5 9.7 100<br />

Advertencia escrita 14.7 64.7 20.6 100<br />

Mensaje dirigida a los padres/responsables 20 69.4 10.6 100<br />

Convocación de los padres/responsables 30.4 58.8 10.4 100<br />

Privación del recreo 20.5 66.3 12 100<br />

Hacer ejercicios adicionales 20.4 70 9.3 100<br />

Suspensión de clase por uno o más días 19.8 69.8 9.9 100<br />

Prorrogación del día en la escuela 16.7 69.6 12.7 100<br />

Encaminamiento inmediato a la casa 10 60 30 100<br />

Cambio de clase 20 62.2 17.8 100<br />

Encaminamiento al Consejo de Tutela 23.8 47.6 28.6 100<br />

Encaminamiento a la policía 23.6 63.4 13 100<br />

Cambio compulsorio de escuela 9.1 72.7 18.2 100<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Observación: La pregunta permitía respuestas múltiples.<br />

77<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Por último, las variaciones cuanto al grado indican una vez más<br />

que las clases de aceleración del aprendizaje y las del quinto grado<br />

eran las más críticas (tabla 10). Una vez más las discontinuidades<br />

curriculares y el fracaso escolar se presentan asociados a la práctica<br />

de violencia y indisciplina por los alumnos. Las puniciones proporcionalmente<br />

más graves recayeron sobre los alumnos con más<br />

alto desfase edad-grado, en las clases de aceleración. Los alumnos<br />

del quinto grado recibieron puniciones más livianas, pero fueron<br />

relativamente elevadas las proporciones de transferencias para<br />

otro establecimiento y de encaminamiento a la autoridad policial.<br />

Debe recordarse que la mayoría de los alumnos del quinto<br />

grado no tenían la edad recomendada de 11 años, pero acumulaban<br />

un retraso de períodos anteriores. Esto significa que, además<br />

de los abruptos cambios curriculares, muchos de ellos se encuentran<br />

en la “edad crítica” de la adolescencia, cuando es más difícil<br />

aceptar el orden escolar. A partir del quinto grado, la frecuencia y<br />

la gravedad de las puniciones tienden a disminuir, llegando al nivel<br />

mínimo en el octavo grado.<br />

Tabla 10 –Alumnos que declararon haber recibido punición por tipo según<br />

el grado- % sobre los casos válidos.<br />

Tipos de puniciones<br />

Grados<br />

5º 6º 7º 8º Aceleración Total<br />

Encaminamiento al directivo<br />

25.2 23.5 20.2 5 261<br />

100<br />

Pérdida de puntos en la<br />

100<br />

22.4 16.5 12.9 5.8 42.4<br />

evaluación de rendimiento<br />

Expulsión del salón de clase 24.9 16.4 15.6 10.4 32.7 100<br />

Advertencia escrita 20.6 14.7 8.8 11.8 44.1 100<br />

Mensaje dirigida a los<br />

100<br />

26.3 22.5 15.0 4.9 31.3<br />

padres/responsables<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

78


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

Convocación de los padres/<br />

100<br />

25 22.7 17.3 10.8 24.2<br />

responsables<br />

Privación del recreo 24.1 22.9 20.5 8.4 24.1 100<br />

Hacer ejercicios adicionales 20.7 19.3 24.5 14.4 21.1 100<br />

Suspensión de uno o más<br />

100<br />

20.3 20.7 18.9 14 26.1<br />

días de clase<br />

Prorrogación del día en la<br />

100<br />

26.5 17.6 18.6 5.9 31.4<br />

escuela<br />

Encaminamiento inmediato a<br />

100<br />

15 20 5 10 50<br />

la casa<br />

Cambio de clase 31.1 13.3 8.9 4,4 42.3 100<br />

Encaminamiento al Consejo<br />

100<br />

19 28.6 14.3 4,8 33.3<br />

de Tutela<br />

Encaminamiento a la policía 23 18.6 19.3 9.3 29.8 100<br />

Cambio compulsorio de<br />

100<br />

22.7 18.2 18.2 4.5 36.4<br />

escuela<br />

Fuente: Investigación empírica.<br />

Conclusión<br />

Los resultados de esta investigación, considerando sus limitaciones,<br />

en líneas generales confirman la literatura cuanto a la asimetría de la<br />

incidencia de práctica de violencia, de la victimización y de las puniciones.<br />

Los chicos practican violencias físicas, más visibles, con mayor<br />

frecuencia y son más sancionados por esto. Las chicas son autoras<br />

predominantemente de violencias simbólicas y son menos sancionadas.<br />

En compensación, las chicas tienden a ser un poco más vulnerables<br />

a los actores de la violencia. Cuanto a la edad, se destacó un<br />

período crítico, entre los 13 y 15 años, antes y después del cual la<br />

práctica, la victimización y la punición son menores. Por último, cuanto<br />

mayor el fracaso escolar, aquí representado por el desfase edad-grado,<br />

mayores la práctica, la victimización y la punición por violencia.<br />

79<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Tales variaciones, algunas veces una tendencia de moderada<br />

a flaca, implican formas diferentes de tratamiento de la violencia<br />

escolar y, consecuentemente, la necesidad de que los educadores<br />

piensen en grupos diferenciados y no solamente en individuos. Lo<br />

que más resalta es el estado precario de los puentes entre los establecimientos<br />

educativos y sus discentes. Las dificultades de comunicación<br />

contribuyen para generar un hiato entre la cultura escolar<br />

y las culturas adolescentes y entre la cultura escolar y la situación<br />

de exclusión social de parte de los discentes. Sin abrir mano de sus<br />

finalidades, prescritas por la Constitución y la Ley, los currículos<br />

dejaban de explorar innúmeras vías para mejor comunicarse y llegar<br />

a sus objetivos. Éste casi abismo daba a la violencia las caras del<br />

fracaso escolar y de las desventajas socioeconómicas, contribuyendo,<br />

por su circularidad acumulativa, a situaciones de riesgo de los<br />

alumnos en el presente y en el futuro. Éstos son procesos capaces<br />

de contribuir expresivamente para la perpetuación de la exclusión<br />

escolar y social, con sus contenidos de violencia. La impropiedad<br />

de las sanciones escolares.<br />

Además, en este diálogo precario entre las dos extremidades<br />

de los puentes se miran dos desconocidos: educadores y alumnos.<br />

En el laberinto de la recíproca incomprensión, los adolescentes se<br />

recogen a sus cápsulas grupales, que son los reductos de sus subjetividades,<br />

de la conquista de su autonomía y de la superación<br />

de la heteronomia en relación a los adultos. La impropiedad de<br />

las sanciones escolares salta a los ojos, manteniendo un equilibrio<br />

frágil, pero generando al mismo tiempo efectos colaterales nocivos.<br />

Esta “inestabilidad estable” en gran parte resulta del desconocimiento<br />

mutuo y de nubes que filtran la luz. ¿Por qué cierto grupo<br />

de edad practica y sufre comportamientos violentos? ¿Cuál es<br />

(o cuáles son) la naturaleza de la adolescencia? ¿Cuáles son las<br />

características de sus crisis? ¿Hay realmente una cultura juvenil?<br />

¿Cuáles son los lugares de los adolescentes en los contextos fami-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

80


Autoría, victimización y puniciones:<br />

relaciones asimétricas en la violencia escolar<br />

liar, escolar, de pares y otros? (Véase, por ejemplo, Quentel, 2004;<br />

Breviglieri, 2007; Lahire, 2007; Groppo, 2009). ¿Es la adolescencia<br />

una etapa regida por el tiempo rumbo a una madurez, mejor que<br />

ella, similar a la noción neoevolucionista del progreso social? ¿Es<br />

la adolescencia, especialmente en estos principios del siglo XXI y<br />

en las diferentes latitudes, una etapa preparatoria y/o un periodo<br />

que se vive en sí mismo? Éstas son algunas cuestiones que corresponde<br />

a la academia tomar como objetos de reflexión y que es el<br />

tema de uno de los proyectos de esta Cátedra UNESCO.<br />

**Profesora asociada (MSc.) de la Universidad Universidad Católica<br />

de Brasilia y secretaria ejecutiva de la Cátedra UNESCO referida.<br />

adrianalira@ucb.br<br />

***Profesor Catedrático del Programa de Posgrado en Educación y<br />

fundador de la Cátedra UNESCO mencionada.<br />

clgomes@terra.com.br<br />

****Profesor Asociado del Programa de Posgrado en Educación y<br />

investigador asociado de la Cátedra UNESCO mencionada.<br />

cangelo@ucb.br<br />

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Notas<br />

1<br />

Proyecto de investigación de la Cátedra UNESCO de Juventud, Educación y<br />

Sociedad de la Universidad Católica de Brasilia, Brasil.<br />

2<br />

Fuentes de los datos originales: IBGE y CODEPLAN. El nivel máximo de<br />

desigualdad del índice de Gini es 1,000 y el mínimo es 0,000.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

84


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia<br />

en el grupo y prevenir la violencia en la escuela.<br />

María Jesús Comellas Carbó<br />

Datos sociométricos<br />

Doctora en Filosofía. Profesora investigadora del Departamento de Pedagogía<br />

Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona.<br />

mjcomellas@grode.org<br />

Recibido 7 Agosto 2011<br />

Aceptado 15 Septiembre 2011<br />

Resumen<br />

El proceso de socialización, de desarrollo de la autoimagen social y de la personalidad<br />

se realiza en el marco del centro educativo a lo largo de las etapas<br />

educativas infantil primaria, especialmente secundaria.<br />

Este proceso se da de forma directa en el marco del grupo aula a través de las<br />

experiencias y vivencias relacionales lideradas, de forma especial con criterios<br />

pedagógicos, por el profesorado.<br />

Este liderazgo tiene como objetivo fundamental crear, para todo el alumnado,<br />

condiciones favorables para que todo el alumnado tenga una percepción positiva<br />

de su lugar en el grupo. Estas condiciones de manera natural no se dan debido<br />

a múltiples factores sean culturales, rendimientos académicos o afinidades.<br />

Se presentan resultados obtenidos durante 3 cursos escolares en centros<br />

de primaria y secundaria donde se pone en evidencia la incidencia de fortaleza de<br />

las acciones educativas llevadas a cabo como factor de prevención de la violencia<br />

escolar y mejora de la convivencia.<br />

Palabras clave: Socialización, liderazgo adulto, grupo iguales autopercepción<br />

positiva y negativa, oportunidades.<br />

85<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Estado de la cuestión<br />

En la dinámica relacional, cada miembro del grupo tiene su propia<br />

percepción del lugar que ocupa en él y el grado de protagonismo<br />

que tiene. Es precisamente en esta valoración o percepción de su<br />

situación en el grupo (autopercepción) en la que se centra este<br />

análisis por la influencia que tiene en las conductas, actitudes y las<br />

repuestas en cada una de las situaciones cotidianas.<br />

El debate de las causas del ajuste o desajuste de esta autopercepción<br />

y la búsqueda de alternativas para actuar deben hacerse<br />

en el marco de la comunidad educativa para dar una respuesta<br />

integrada y consensuada que incida en la dinámica del grupo y<br />

favorezca el proceso de socialización del alumnado. En el grupo<br />

todas las personas aprenden competencias y habilidades sociales<br />

necesarias para vivir en un mundo complejo y todas las personas,<br />

en algún momento, pueden encontrarse con situaciones complejas<br />

que les representen una cierta vulnerabilidad relacional. Por ello es<br />

importante conocer las dificultades que afectan a las personas para<br />

poder estar bien relacionadas en el grupo.<br />

El análisis que se presenta, compartido con el profesorado,<br />

ahonda en este factor, desde un modelo de investigación-acción<br />

participativa, pretende mostrar la tendencia de mejora del desajuste<br />

en la autopercepción del alumnado a partir de la implicación colectivas<br />

que den respuestas a dichas causas.<br />

El grupo escolar contexto de socialización<br />

El proceso de socialización, posterior al iniciado en la familia, grupo<br />

de socialización primario, se da, en gran medida, desde las <strong>primera</strong>s<br />

edades, en el contexto del centro educativo y favorece el desarrollo<br />

de unas competencias relacionales, más amplias, imprescindibles<br />

para convivir y adaptarse a la sociedad.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

86


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

Este aprendizaje no se da de forma espontánea sino de forma<br />

progresiva con la acción educativa sistemática que potencie la<br />

comprensión de las pautas relacionales, la adquisición de habilidades<br />

y garantice que cada persona del grupo tenga un espacio en<br />

que construir positivamente su personalidad como ser social.<br />

Los factores individuales, sociales, escolares o ambientales<br />

no deben ser condicionantes de este proceso y posiblemente tendrían<br />

una influencia evidente, sin la intervención educativa, especialmente<br />

por el hecho de que los grupos escolares tienen unas<br />

características y unos objetivos específicos que condicionan la dinámica<br />

y las relaciones. Por ello el liderazgo adulto es determinante<br />

para hacer posible que el 100% del alumnado pueda participar<br />

de una dinámica grupal positiva.<br />

No existe una definición unívoca de grupo. Según sea el enfoque<br />

se hace hincapié en el aspecto que se considera más relevante<br />

y que se desea valorar y potenciar como referencia.<br />

En principio debe haber una pluralidad de individuos que estén<br />

en contacto, que tienen cuenta de su existencia y conciencia de<br />

cierto elemento común de importancia que les diferencia de otros<br />

(Olmsted, 1984). De igual manera para que un grupo pueda ser<br />

considerado y tratado como tal debe reunir dos condiciones previas:<br />

debe estar constituido por una pluralidad de personas y debe<br />

haber una limitación numérica que les distingue de las colectividades,<br />

ejercito, por ejemplo, o de las categorías sociales generales<br />

de sexo, estatus social, etcétera, (Merton,1980).<br />

Por tanto uno de los aspectos que se valoran como relevantes<br />

para que el grupo tenga entidad como tal es que los individuos<br />

tengan alguna conciencia sobre los vínculos que les unen entre sí<br />

y que, por el hecho de pertenecer al grupo, deben interactuar de<br />

acuerdo con unos esquemas establecidos previamente sea por el<br />

propio grupo o por agentes externos.<br />

87<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

La percepción de pertenecer al grupo permite verse en relación<br />

a otras personas y actuar como miembros del grupo y no como<br />

simples individuos. Esta conciencia de la relación y actuación permite<br />

que el grupo tenga entidad psicosocial.<br />

Un grupo no es, por tanto, una simple pluralidad de personas,<br />

sino un todo dinámico, un conjunto de relaciones que involucra a<br />

todos sus componentes y su naturaleza está en la interdependencia<br />

de las personas y en el sistema grupal que se encuentra en un<br />

continuo proceso de cambio.<br />

El grupo como unidad tiene características que inciden directamente<br />

en su dinámica y por tanto el grupo aula participará<br />

directamente de estas características lo que le confiere una gran<br />

complejidad. Es un grupo primario por la estabilidad en el espacio,<br />

el tiempo y los vínculos y tiene simultáneamente las características<br />

de los grupos formales: organización escolar y de<br />

los informales amistades espontáneas y subgrupo, hecho comporta<br />

complejidad en su gestión y, en este caso, en la intervención<br />

educativa (Cooley, 1933) (cuadro 1).<br />

Según la estructura<br />

grupo formal: necesita liderazgo<br />

organización y las persones buscan<br />

un objetivo concreto<br />

grupo informal: grupo reducido que<br />

no necesita liderazgo organización<br />

ni motivos<br />

(Cuadro 1)<br />

Según los vínculos relacionales<br />

grupo primario: grupo reducido en el<br />

mismo espacio, estabilidad y con roles<br />

claros, relaciones afectivas<br />

grupo secundario: muchas persones,<br />

con relaciones formales y posible<br />

grupo primario: grupo reducido en el<br />

mismo espacio, con estabilidad, roles<br />

claros y relaciones afectivas<br />

grupo secundario: muchas personas,<br />

con relaciones formales y posible<br />

movilidad<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

88


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

En el momento en que los grupos escolares responden a diferentes<br />

criterios en su constitución y no vienen determinados por motivaciones<br />

de las personas sino por una serie de circunstancias<br />

es preciso hacer un análisis en profundidad para comprender las<br />

posibles dinámicas que emergen de dicha complejidad ya que va<br />

a determinar, en gran manera, la calidad y satisfacción de la vida<br />

en el grupo ya que estará condicionada por las actitudes individuales<br />

y las posibilidades de pertenencia en el grupo como se pone en<br />

evidencia en el planteamiento siguiente (cuadro 2).<br />

El aula, un grupo formal<br />

• Hay un líder formal que debe guiar el grupo hacia el<br />

logro de los objetivos.<br />

• Los miembros tienen tareas específicas y roles<br />

definidos, aun cuando no siempre son visibles.<br />

• Cada componente ocupa un lugar o estatus dentro<br />

el grupo.<br />

• Hay un seguido de normas explícitas que concretan<br />

cómo deben ser las relaciones entre los componentes<br />

del grupo y hay otras implícitas que realmente<br />

son las que determinan la calidad de las relaciones.<br />

• Se han de conseguir unos objetivos.<br />

• Las actuaciones de cada miembro y las del grupo se<br />

evalúan.<br />

• Las relaciones que se establecen dentro el grupo no<br />

son inicialmente de cariz afectivo puesto que no han<br />

elegido pertenecer a este grupo.<br />

• No siempre hay coincidencia entre la posición que<br />

las otras personas atribuyen a cada miembro dentro<br />

el grupo y la percepción personal de la posición que<br />

se ocupa.<br />

Características<br />

89<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

• No todos consiguen integrarse socialmente dentro<br />

el grupo.<br />

• Cuando la frustración y los sentimientos de incompetencia<br />

e insuficiencia personal son intolerables<br />

porque hay demandas excesivas.<br />

• Cuando la emergencia de liderazgos en el sí del<br />

grupo provocan en algunos de sus miembros sea la<br />

retirada, la busca de estrategias de invisibilidad o el<br />

enfrentamiento más o menos violento.<br />

• Cuando la dinámica del grupo no permite que todos<br />

sus miembros participen y tengan la posibilidad de<br />

utilizar sus habilidades.<br />

• Cuando las normas del grupo afectan la libertad del<br />

suyos miembros fuera del contexto grupal.<br />

• Cuando la pertenencia al grupo provoca una evaluación<br />

negativa por parte de personas externas.<br />

• Cuando hay sentimientos personales de valoración<br />

negativa, experiencias victimizadoras o de marginación,<br />

sea esta real o no, implícita o explicita.<br />

(Cuadro 2)<br />

Riesgos de exclusión del grupo<br />

La percepción positiva y negativa<br />

La percepción está estrechamente relacionada con lo que se espera<br />

del grupo. Será ajustada si hay coincidencia entre lo que se espera<br />

y lo que se recibe y a su vez será percepción ajustada positiva<br />

relacionada con el número de elecciones esperadas y las recibidas<br />

y en sentido contrario la percepción ajustada negativa estará relacionada<br />

con el número de rechazos esperados y los recibidos.<br />

No se trata, pues, de la situación de aceptación o rechazo en<br />

que se halla la persona sino el grado de conciencia de su situación<br />

en el grupo, factor determinante de su autoimagen grupal es decir<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

90


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

su conciencia del “yo soy y pertenezco a un grupo” y en estrecha<br />

relación con las respuestas que el grupo da de forma dinámica<br />

y recíproca. Cuando esta relación es satisfactoria la persona se<br />

siente aceptada y valorada positivamente lo que favorece su percepción<br />

y autoestima.<br />

Autopercepción positiva<br />

Código<br />

N/C<br />

Baja<br />

Ajustada<br />

Alta<br />

Muy alta<br />

Comentarios<br />

global<br />

Significado de los índices de autovaloración positiva<br />

Personas que no han contestado a la pregunta: ¿“Quién crees<br />

que te habrá elegido”? O que han contestado que no tendrían<br />

ninguna elección.<br />

Personas que creen que recibirán pocas elecciones. La realidad<br />

es que reciben más de las que suponen.<br />

Personas que esperan recibir un nombre determinado de elecciones<br />

y coincide aproximadamente con las supuestas.<br />

Personas que creen que recibirán más elecciones. La realidad<br />

es que reciben menos de las que suponen.<br />

Personas que creen que recibirán muchas elecciones. La realidad<br />

es que reciben muchas menos de las que suponen Frecuentemente<br />

son personas rechazadas y pueden compensar<br />

este rechazo con expansividad positiva.<br />

Cuando la autopercepción es baja o muy baja indica que<br />

las relaciones positivas son poco percibidas por lo que<br />

se genera una distancia entre las personas con posibles<br />

afinidades y dificulta la creación de los vínculos relacionales<br />

positivos.<br />

La percepción desajustada alta no permite comprender<br />

las actitudes y distancia del grupo por lo que se<br />

dificulta su integración.<br />

Por el contrario, si la persona se siente poco aceptada y/o rechazada,<br />

aunque no sea cierto, le condicionará en sus relaciones y<br />

podrá provocar aislamiento, dificultades de cooperación y una baja<br />

autoestima (Castillo, 2009).<br />

91<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Código<br />

N/C<br />

Baja<br />

Ajustada<br />

Alta<br />

Muy alta<br />

Comentario<br />

global<br />

significado<br />

Personas que no han contestado a la pregunta: ¿“Quién crees<br />

que te habrá rechazado”?<br />

Personas que creen que recibirán pocos rechazos. La realidad<br />

es que reciben más de las que suponen.<br />

Personas que esperan recibir un nombre determinado de<br />

rechazos y coincide aproximadamente con los supuestos.<br />

Personas que creen que recibirán más rechazos. La realidad<br />

es que reciben menos de las que suponen.<br />

Personas que creen que recibirán muchos rechazos. La<br />

realidad es que reciben muchos menos de los que suponen.<br />

Cuando las relaciones negativas (autopercepción alta o<br />

muy alta) se generan dificultades relacionales y la creación<br />

de vínculos relacionales positivos y a su vez se pueden<br />

generar actitudes reactivas. La baja percepción no permite<br />

modificar actitudes o incidir en los factores que favorecen<br />

el rechazo.<br />

Todas estas percepciones determinan en gran medida la manera de<br />

situarse en el grupo clase y, en cada subgrupo que se forme dentro<br />

de éste por las repercusiones en actitudes y comportamientos, ya<br />

que el alumnado con una percepción desajustada de su situación<br />

grupal será menos receptivo a las respuestas del grupo y a las actividades<br />

que se pueden proponer porque tienen más importancia<br />

las percepciones que la realidad propiamente dicha por lo que son<br />

estas percepciones las que se deben modificar especialmente en el<br />

caso de los desajustes en que el alumnado cree que su situación es<br />

menos positiva.<br />

Considerando que las experiencias que el alumnado tenga de<br />

las relaciones grupales influirán en su desarrollo individual y social,<br />

tanto positiva como negativamente, es fundamental la acción del<br />

profesorado para crear un espacio de pertenencia donde vincularse<br />

y potenciar la cohesión a través del estilo de sus relaciones, rol<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

92


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

y responsabilidades diferenciados, más que a través de procesos<br />

cognitivos (Dubet, 2002).<br />

Con este planeamiento se quiere proponer que todas las personas<br />

se relacionen positivamente entre sí sino que se puedan<br />

crear oportunidades para que todas las personas puedan tener un<br />

espacio relacional positivo y que las antipatías no tengan una intensidad<br />

(número de rechazos) que dificulten las relaciones grupales.<br />

Metodología y población<br />

La metodología utilizada, en el marco del Observatorio de la violencia<br />

en las escuelas (OVE), del Grupo de investigación en orientación<br />

y desarrollo educativo (GRODE) se enmarca en el modelo de<br />

la investigación acción participativa contextualizada en el centro<br />

educativo y centrada en la participación de los equipos educativos<br />

que interviene en el grupo.<br />

El objetivo principal trata de revisar la intervencion educativa<br />

de manera que se pueda inicidir en la percepción desajusta<br />

del alumando tanto de su aceptación (percepción positiva) como<br />

de su aislamiento (percepción negativa) factores que dificultan<br />

las dinámicas positivas en el aula y son factores de riesgo que<br />

pueden generar violencia.<br />

Se parte del análisis de la dinámica del aula a través de la<br />

voz del alumnado mediante la aplicación de las 4 preguntas del sociograma:<br />

(http://portal.grode.org) que ofrece informaciones a nivel<br />

cuantitativo y cualitativo en relación a las atracciones, rechazos y<br />

sobretodo en la percepción que tiene de estas relaciones. Esta información<br />

permite conocer la estructura interrelacional del grupo a<br />

través de las respuestas de las personas que lo componen.<br />

Se considera fundamental la visión de la dinámica del grupo así<br />

como a las percepciones que tienen cada persona del grupo por ser<br />

93<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

determinante de las actitudes e incidencia en el proceso de construcción<br />

de su identidad.<br />

Datos<br />

Se presenta un estudio realizado por el grupo GRODE en 60 centros<br />

escolares, 54 públicos y 6 concertados, de educación primaria<br />

y secundaria de Catalunya (España). Los datos que se presentan,<br />

obtenidos de la aplicación de un software on line, elaborado por el<br />

propio grupo, se enmarcan en la investigación que realiza, desde<br />

hace 6 años, el Observatorio de la violencia en las escuelas en Catalunya<br />

(España) (OVE) y corresponden a los cursos 2008-2009,<br />

2009-2010 y 2010-2011.<br />

En el curso escolar del 2008-2009 participaron 555 grupos<br />

con un total de 12,343 individuos, 5,872 alumnas y 6,471 alumnos,<br />

que por etapas corresponden 5,868 a educación primaria y 6,380 a<br />

educación secundaria (gráfico 1 y 2).<br />

Sexo<br />

Femenino<br />

Masculino<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

52,43%<br />

n=6471<br />

47,57%<br />

n=5872<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

94


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

0,77%<br />

n=95<br />

Etapa Educativa<br />

Primaria<br />

Secundaria<br />

Bachillerato<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

51,69%<br />

n=6381<br />

47,54%<br />

n=5868<br />

Gráfico 1<br />

Etapa Educativa<br />

Primaria<br />

Secundaria<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

44,71%<br />

n=4676<br />

55,29%<br />

n=5783<br />

Sexo<br />

Femenino<br />

Masculino<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

51,38%<br />

n=5372<br />

48,62%<br />

n=5084<br />

Gráfico 2<br />

En el curso escolar 2009-2010 participaron 479 grupos con un total<br />

de 10,456 personas, de las que 5,084 eran alumnas y 5,372, alumnos.<br />

De educación primaria, el total era de 5,783 y de educación<br />

secundaria, 4,673 (Gráfico 3 y 4).<br />

95<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Sexo<br />

Femenino<br />

Masculino<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

50,72%<br />

n=4458<br />

49,28%<br />

n=4331<br />

Gráfico 3<br />

1,11%<br />

n=97<br />

Etapa Educativa<br />

Infantil<br />

Primaria<br />

Secundaria<br />

41,40%<br />

n=3607<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

57,48%<br />

n=5008<br />

Gráfico 4<br />

En el curso escolar 2010-2011 participaron 402 grupos (datos en el<br />

mes de febrero) con un total de 8789 personas, de las que 4,331<br />

eran alumnas y 4,458, alumnos. De educación primaria, el total era<br />

de 5,008, de educación secundaria, 3607 y 97 infantil (gráfico 5 y 6).<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

96


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

11,84%<br />

n=1238<br />

6,99%<br />

n=731<br />

5,76%<br />

n=602<br />

17,54%<br />

n=1834<br />

Auto Percepción Positva Recodificada<br />

No hay respuesta o individual o grupal<br />

Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />

Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />

Percepción ajustada (71-140)<br />

Espera recibir más Elecciones de las recibidas (141-250)<br />

Espera recibir muchas más Elecciones de las recibidas (+ 250)<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

32,97%<br />

n=3448<br />

24,92%<br />

n=2606<br />

Gráfico 5<br />

11,28%<br />

n=1392<br />

6,38%<br />

n=787<br />

10,98%<br />

n=1355<br />

16,28%<br />

n=2010<br />

Autopercepción Positiva Recodificada<br />

No hay respuesta individual o grupal<br />

Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />

Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />

Autopercepción Ajustada (71-140)<br />

Espera recibir Más Elecciones de las recibidas (140-250)<br />

Espera recibir Muchas Más Elecciones de las recibidas +250<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

31,47%<br />

n=3885<br />

23,61%<br />

n=2915<br />

Gráfico 6<br />

El análisis que se realiza conjuntamente con el profesorado responde<br />

al seguimiento del proceso que el profesorado ha realizado a lo<br />

largo de estos 3 años para mejorar las oportunidades relacionales.<br />

Interpretación de los resultados.<br />

El análisis de los datos se realiza desde dos puntos de vista<br />

en relación a las elecciones y los rechazos.<br />

Lo que se percibe:<br />

Autopercepción positiva<br />

Autopercepción negativa<br />

97<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Autopercepción positiva:<br />

11,84%<br />

n=1238<br />

6,99% 5,76%<br />

n=731 n=602<br />

Autopercepción<br />

17,54%<br />

n=1834<br />

Auto Percepción Positva Recodificada<br />

No hay respuesta o individual o grupal<br />

Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />

Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />

Percepción ajustada (71-140)<br />

Espera recibir más Elecciones de las recibidas (141-250)<br />

Espera recibir muchas más Elecciones de las recibidas (+ 250)<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

32,97%<br />

n=3448<br />

24,92%<br />

n=2606<br />

Gráfico 14<br />

11,28%<br />

n=1392<br />

6,38%<br />

n=787<br />

10,98%<br />

n=1355<br />

16,28%<br />

n=2010<br />

Autopercepción Positiva Recodificada<br />

No hay respuesta individual o grupal<br />

Espera recibir muchas menos Elecciones de las recibidas (1-40)<br />

Espera recibir menos Elecciones de las recibidas (41-70)<br />

Autopercepción Ajustada (71-140)<br />

Espera recibir Más Elecciones de las recibidas (140-250)<br />

Espera recibir Muchas Más Elecciones de las recibidas +250<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

31,47%<br />

n=3885<br />

Gráfico 15<br />

23,61%<br />

n=2915<br />

Un primer factor a valorar es el hecho de que ha disminuido de<br />

manera significativa el número de personas que no esperan recibir<br />

elecciones.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 13<br />

2009-2010<br />

Gráfico 14<br />

2010-2011<br />

Gráfico 15<br />

N/<br />

Contesta<br />

10.36% del<br />

alumnado<br />

5.76% del<br />

alumnado<br />

4.89% del<br />

alumnado<br />

Hay una tendencia poco regular en la percepción de la recepción de menos<br />

elecciones de las reales y el número de persones es aun muy considerable.<br />

Es evidente que este es el foco de la intervención que debe<br />

priorizarse ya que la situación relacional es mejor de lo que se percibe.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

98


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

2008-2009<br />

Gráfico 13<br />

El 39.89% del<br />

2009-2010<br />

Gráfico 14<br />

El 42.06% del<br />

2010-2011<br />

Gráfico 15<br />

Autopercepción<br />

de baja aceptación alumnado alumnado<br />

El 41.75% del<br />

alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que cree que recibirán pocas elecciones. La<br />

realidad es que reciben más de las que suponen.<br />

Se ve, también ligeramente reflejado que hay un mayor % de alumnado<br />

que tiene ajuste en la Autopercepción positiva es decir tienen<br />

una expectativa de las elecciones que se esperan recibir ajustada<br />

a la realidad.<br />

Autopercepción de<br />

las aceptaciones<br />

ajustadas.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 13<br />

31.47% del<br />

alumnado<br />

2009-2010<br />

Gráfico 14<br />

32.97% del<br />

alumnado<br />

2010-2011<br />

Gráfico 15<br />

33.59% del<br />

alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que espera recibir un nombre determinado de<br />

elecciones y aproximadamente coincide con las recibidas.<br />

Es importante valorar el escaso ajuste que se mantiene incluso<br />

muestra una tendencia a incrementarse de la percepción de recibir<br />

más aceptación de la real, lo que exige un análisis en profundidad<br />

de los factores que determinan esta percepción.<br />

Autopercepción de<br />

alta aceptación.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 13<br />

11.28% del<br />

alumnado<br />

2009-2010<br />

Gráfico 14<br />

11.84% del<br />

alumnado<br />

2010-2011<br />

Gráfico 15<br />

13.17% del<br />

alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que cree que recibirán más elecciones. La realidad<br />

es que reciben menos de las que suponen.<br />

Esta valoración debe vincular-se igualmente con el desajuste en la<br />

autopercepción de recibir muchas más acepciones % que se mantiene<br />

con una cierta estabilidad.<br />

99<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Autopercepción de<br />

aceptación muy alta.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 13<br />

6.38% del<br />

alumnado<br />

2009-2010<br />

Gráfico 14<br />

6.99% del<br />

alumnado<br />

2010-2011<br />

Gráfico 15<br />

6.59% del<br />

alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que cree que recibirán muchas elecciones. La<br />

realidad es que reciben muchas menos de las que suponen.<br />

Autopercepción de los rechazos recibidos. Autopercepción negativa<br />

Estrechamente vinculados a la autopercepción positiva están los<br />

datos de la autopercepción negativa ya que se dan en el mismo<br />

grupo y se relacionan estrechamente en cuanto a las actitudes y<br />

pautas relacionales entre las personas.<br />

17,27%<br />

n=1806<br />

14,61%<br />

n=1528<br />

15,48%<br />

n=1619<br />

13,95%<br />

n=1459<br />

Auto valoración Negativa Recodificada<br />

No hay respuesta individual o del grupo<br />

Espera recibir muchos menos Rechazos de los recibidos (1-40)<br />

Espera recibir menos Rechazos de los recibidos (41-70)<br />

Percepción ajustada (71-140)<br />

Espera recibir más Rechazos de los recibidos (141-250)<br />

Espera recibir muchos más Rechazos de los recibidos (+250)<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

14,32%<br />

n=1498<br />

24,37%<br />

n=2549<br />

Gráfico 16<br />

17,37%<br />

n=1527<br />

14,87%<br />

n=1307<br />

13,44%<br />

n=1181<br />

14,91%<br />

n=1311<br />

Auto Percepción Negativa Recodificada<br />

No hay respuesta individual o del grupo (0)<br />

Espera recibir muchos menos Rechazos de los recibidos (1-40)<br />

Espera recibir menos Rechazos de los recibidos (41-70)<br />

Percepción Ajustada (71-140)<br />

Espera recibir más Rechazos de los recibidos (141-250)<br />

Espera recibir muchos más Rechazos de los recibidos (+250)<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

14,77%<br />

n=1298<br />

Gráfico 17<br />

24,64%<br />

n=2166<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

100


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

17,37%<br />

n=1527<br />

14,87%<br />

n=1307<br />

13,44%<br />

n=1181<br />

14,91%<br />

n=1311<br />

Auto Percepción Negativa Recodificada<br />

No hay respuesta individual o del grupo (0)<br />

Espera recibir muchos menos Rechazos de los recibidos (1-40)<br />

Espera recibir menos Rechazos de los recibidos (41-70)<br />

Percepción Ajustada (71-140)<br />

Espera recibir más Rechazos de los recibidos (141-250)<br />

Espera recibir muchos más Rechazos de los recibidos (+250)<br />

Los sectores muestran frecuencias<br />

14,77%<br />

n=1298<br />

Gráfico 18<br />

24,64%<br />

n=2166<br />

Hay un cambio significativo en la disminución de la tendencia a<br />

creer que no iban a recibir ningún rechazo por lo que se percibe<br />

como más positiva el clima del grupo.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 16<br />

2009-2010<br />

Gráfico 17<br />

2010-2011<br />

Gráfico 18<br />

N/Contesta 21.30% del 15.48% del 13.44% del alumnado<br />

alumnado alumnado<br />

Personas que no han contestado a la pregunta: ¿“Quién crees que te habrá<br />

rechazado”?<br />

Se mantienen con una ligera tendencia al alza de los valores relacionados<br />

con la percepción de bajo rechazo.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 16<br />

2009-2010<br />

Gráfico 17<br />

2010-2011<br />

Gráfico 18<br />

Autopercepción<br />

de bajo rechazo.<br />

26.34% del<br />

alumnado<br />

28.27% del<br />

alumnado<br />

29.68% del<br />

alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que cree que recibirán pocos rechazos. La realidad<br />

es que reciben más de los que suponen.<br />

Igualmente y de manera muy significativa se puede constatar que<br />

hay un índice mayor de autopercepción ajustada de los rechazos<br />

que se reciben.<br />

101<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Autopercepción<br />

de los rechazos<br />

ajustada.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 16<br />

22.57% del<br />

alumnado<br />

2009-2010<br />

Gráfico 17<br />

24.37% del<br />

alumnado<br />

2010-2011<br />

Gráfico 18<br />

24.64% del<br />

alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que espera recibir un nombre determinado de<br />

rechazos y coincide aproximadamente con los recibidos.<br />

Se mantiene el pequeño incremento de la percepción en relación<br />

a recibir un mayor número de rechazos que el real.<br />

Autopercepción<br />

de alto rechazo.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 16<br />

15.64% del<br />

alumnado<br />

2009-2010<br />

Gráfico 17<br />

17.27% del alumnado<br />

2010-2011<br />

Gráfico 18<br />

17.37% del<br />

alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que cree que recibirán más rechazos. La realidad<br />

es que reciben menos de los que suponen.<br />

Esta estabilidad se da de forma casi idéntica durante los tres periodos<br />

cuando se trata de la percepción de recibir un nivel mucho más<br />

alto de rechazos que el real.<br />

2008-2009<br />

Gráfico 16<br />

El 14.15% del<br />

2009-2010<br />

Gráfico 17<br />

El 14.61% del<br />

2010-2011<br />

Gráfico 18<br />

Autopercepción de<br />

El 14.87% del<br />

rechazo muy alto. alumnado alumnado alumnado<br />

Porcentaje del alumnado que cree que recibirán muchos rechazos. La realidad<br />

es que reciben muchos menos de los que suponen.<br />

Conclusiones<br />

Las acciones de intervención llevadas a cabo por el profesorado se<br />

valoran como el factor de incidencia más relevante en relación a la<br />

evolución de los grupos.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

102


El trabajo grupal para mejorar la percepción de pertenencia en el<br />

grupo y prevenir la violencia en la escuela. Datos sociométricos<br />

La tendencia a la mejora en las relaciones: mayor aceptación<br />

y disminución de rechazos aunque con una variación de los %<br />

cuantitativamente no muy grande repercute en un número de alumnos<br />

y alumnas que es importante ya que se parte de una población<br />

de 31,588 en total y una media de 10,000 persona por cada año.<br />

También se considera, con el profesorado, de gran importancia<br />

que es preciso hacer actuaciones que mejoren la Autopercepción<br />

del alumnado como factor relevante para favorecer el bienestar,<br />

especialmente en la percepción positiva por debajo del nivel de<br />

aceptación y la percepción de rechazo por encima del recibido ya<br />

que el cambio de percepciones es un proceso muy lento debido a<br />

que se fundamenta en señales que en muchos momentos pueden<br />

ser equivocas por no responder a un análisis detallado sino a un<br />

juicio previo que ha marcado las relaciones precedentes.<br />

Se continúa haciendo énfasis en la valoración de la importancia<br />

del grupo clase como grupo de socialización donde el alumnado<br />

construye su imagen social y los criterios que determinan las<br />

relaciones con matices, por lo que se focaliza en la necesidad de<br />

acompañar a los equipos docentes para facilitar los procesos de<br />

análisis y poder ser transmitidos al alumnado y así favorecer la<br />

socialización y desarrollo personal como objetivos de la educación.<br />

Se añade a esta interpretación la valoración cualitativa en relación<br />

al cambio del profesorado para descentrar de los factores<br />

individuales el abordaje de las relaciones en el aula e incidir en la<br />

dinámica relacional del grupo, tomado éste como unidad de análisis.<br />

Bibliografía<br />

Castillo, G. (2009). El adolescente y sus retos. La aventura de hacerse<br />

mayor. Madrid: Pirámide.<br />

103<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

―(2010). Les relations groupales: approche analytique pour la réinterprétation<br />

de la violence scolaire. Violence à l’école: recherches<br />

et interventions. pp. (França): L’Harmatann, 01/01/2010. ISBN.<br />

―(2010). The role of teachers in the prevention of violence of education.<br />

Psychology, Society & Education. 2-1, pp. 31-43.<br />

―(2009) El grupo y su dinámica relacional. International Journal of<br />

Developmental and Educational Psychology. 2-1, pp. 713-727.<br />

―(2009). Redes educativas: Espacio de responsabilidad compartida<br />

por la comunidad para la adquisición de competencias relacionales<br />

y prevenir la violencia. International Journal of Developmental<br />

and Educational Psychology. 2-1, pp. 737-744.<br />

―(2009). L’Observatori de la violència a les escoles (OVE) Detecció<br />

precoç de factors de vulnerabilitat i prevenció de la violència.<br />

Educar: Convivència i Violència. 43, pp. 61-79. Universitat<br />

Autonoma de Barcelona.<br />

―(2008). La violencia en las escuelas ¿Por qué un cambio de enfoque?<br />

Revista da associaçao brasileira de psicopedagogia. 78,<br />

pp. 255-264. Associação Brasileira de Psicopedagogia.<br />

―(2007). El Observatorio de la violencia en las escuelas. Una mirada<br />

participativa para interpretar la dinámica relacional del alumnado.<br />

1 pp. 13-17. (Espanya): Grupo Editorial Universitario.<br />

―(2006). Comportamiento en las aulas. El adolescente hoy. pp.<br />

135-153. (Espanya): Certeza.<br />

Comellas, M. J. (coord.) (2003). Las competencias del profesorado<br />

para la acción tutorial. Barcelona: Praxis.<br />

―y Lojo, M. (coords.). (2008). Un cambio de mirada para abordar y<br />

prevenir la violencia en la escuela. Barcelona: Octaedro.<br />

Cooley, Ch. H. (1933). 1909, “Valuation as a social progress” The<br />

Psychological Bulletin. Vol IX. (1912).<br />

Dubet, F. (2002). Le déclin de l’institution. Paris: Editions du Seuil.<br />

Merton, Robert K. (1980). Teoría y estructura sociales. México: FCE.<br />

Olmsted, M. S. (1984). El pequeño grupo. México: Paidós.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

104


Aceptación de las normas de convivencia y construcción de<br />

la masculinidad en la escuela<br />

Mirta S. Lojo Suárez<br />

Doctora en Psicopedagogía. Profesora-investigadora e integrante<br />

de FEGEC-GRODE de la Universidad Autónoma de Barcelona.<br />

mirtasusana.lojo@uab.cat<br />

Resumen<br />

Recibido 13 Agosto 2011<br />

Aceptado 15 Septiembre 2011<br />

Este artículo aborda la relación entre la construcción de identidades masculinas<br />

en las escuelas y la menor aceptación de las normas de convivencia por parte<br />

del alumnado de sexo masculino. En el mismo se analiza la masculinidad hegemónica<br />

como un ejercicio de poder que emerge de los procesos de producción y<br />

reproducción de significados en el grupo de pares y, se exponen algunas de sus<br />

implicaciones en la vida cotidiana de las instituciones educativas. Además, se<br />

pone de manifiesto la necesidad de participación del profesorado en la definición<br />

y activación de proyectos coeducativos que conduzcan al logro de una mayor<br />

justicia social.<br />

Palabras clave: Masculinidad hegemónica, equidad de géneros, coeducación.<br />

105<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Las normas de convivencia que rigen la vida cotidiana en los centros<br />

educativos están enmarcadas en proyectos educativos específicos<br />

y en contextos geográficos y sociales diversificados. Sin embargo,<br />

tal como relataremos a continuación, se pueden observar<br />

algunas generalidades que relacionan la mayor o menor aceptación<br />

de las normas de convivencia y los procesos de construcción de la<br />

masculinidad en niños y jóvenes.<br />

Según el estudio “El género en el sistema de representaciones<br />

del profesorado de educación secundaria” 1 (Lojo, 2002) profesoras<br />

y profesores coinciden mayoritariamente en afirmar que,<br />

en términos generales y abstractos, existen importantes diferencias<br />

entre el alumnado por razón de sexo en su relación con el medio<br />

escolar. Sobre las alumnas se afirma por ejemplo que,<br />

Están más adaptadas a la cultura académica y por lo tanto son más<br />

“escolares”. No manifiestan conductas disruptivas durante las clases<br />

y muestran un alto nivel de aceptación de las normas. Tienen bien logrados<br />

los hábitos de trabajo y manifiestan regularidad y constancia en<br />

el estudio. Son responsables y ordenadas y en las clases están más<br />

atentas. Muestran iniciativa y resolución en la realización de tareas cotidianas.<br />

Tienen una actitud más responsable y más madura. Son más<br />

aplicadas en su trabajo. Tienen cuidado en cuestiones formales como<br />

limpieza y orden. Tienen bien logrados los hábitos de trabajo y de estudio,<br />

son responsables, metódicas y aplicadas, y más maduras que los<br />

chicos. Tienen un rendimiento superior.<br />

A los alumnos se los caracteriza, entre otras cuestiones, como:<br />

Con tendencia a ser independientes y rebeldes, manifiestan la agresividad<br />

de forma física y presentan una alta frecuencia de conductas<br />

disruptivas en el aula. Son más traviesos y “quieren llamar la atención”.<br />

Son ruidosos y hablan más durante las clases. Son más propensos a<br />

crear desorden. Poco interesados por las cuestiones académicas, las<br />

cuales sitúan en un segundo plano. Al entrar en la adolescencia se<br />

muestran más interesados por “la calle” y por “el coleguismo” y menos<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

106


Aceptación de las normas de convivencia<br />

y construcción de la masculinidad en la escuela<br />

por el trabajo. Carecen de regularidad en el rendimiento y evidencian<br />

bastante improvisación. Generan más incidencias de problemas actitudinales<br />

y de disciplina.<br />

Sobre las respuestas actitudinales del alumnado, situadas en un continuum<br />

dimensional, el profesorado expresa una tendencia a la polarización<br />

en ambos sexos, coincidente con imágenes tradicionales y<br />

estereotipadas de género, según se resumen en el siguiente cuadro.<br />

EJES ALUMNAS ALUMNOS<br />

Adaptación a la cultura<br />

Alta<br />

Baja<br />

escolar<br />

Actitud ante el profesorado<br />

Obediencia Rebeldía, desafía<br />

Comportamientos Adaptación Reacción, disrupción<br />

aula<br />

Aceptación normes Alta Baja<br />

Hábitos de trabajo Bien logrados Poco logrados<br />

Actitud ante el estudio<br />

Persistencia Poco interés<br />

Actitud académica Responsables, Irresponsables<br />

metódicas<br />

Grado de madurez Madurez Infantiles, inmaduros<br />

Tipo de educación Sacrificio, esfuerzo Bajo compromiso<br />

familiar<br />

Valores Esfuerzo Jerarquía, competitividad<br />

Cuadro 1. Polarización comportamental alumnado según sexo, desde la<br />

percepción del profesorado.<br />

Ahora bien, resulta fundamental resaltar que, sino se quiere caer en<br />

reduccionismos, necesariamente se debe tener en cuenta la contextualización<br />

correspondiente a cada centro y el cruce con otros<br />

factores de diversidad/exclusión como la clase social o la etnia, entre<br />

otros. En este sentido, las identidades femeninas y masculinas<br />

no son estáticas sino que se sitúan histórica y espacialmente y se<br />

107<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

desarrollan en procesos permanentes de construcción y reconstrucción.<br />

Por este motivo, hay una gran diversidad de manifestaciones<br />

de los géneros, es decir, de realizaciones de la masculinidad/<br />

masculinidades y de la femineidad/femineidades.<br />

El concepto de masculinidad hegemónica, acuñado por R. W.<br />

Connell (citado por Kenway y Fitzclarence, 1997), se refiere a las<br />

formas dominantes y dominadoras de masculinidad que reclaman<br />

el más alto estatus y el ejercicio de influencia y autoridad. Este tipo<br />

de masculinidad estructura las relaciones de poder de dominancia<br />

y subordinación a través y entre los sexos y legitima al patriarcado.<br />

Se desarrolla a través de numerosas prácticas culturales e institucionales<br />

y no necesariamente implica violencia física (queda implícita<br />

la amenaza de su uso).<br />

En relación a las situaciones de violencia en el medio escolar,<br />

Kenway y Fitzclarence (1997) sugieren que la educación basada en<br />

el orden y el control y en la desvalorización de las esferas relacional<br />

y afectiva crea un caldo de cultivo para una cultura de la violencia.<br />

Si implícitamente los centros aprueban las versiones hegemónicas<br />

de masculinidad y evitan desarrollar la empatía y la comprensión,<br />

se hacen cómplices de la violencia.<br />

Por otra parte, el grupo de pares mediatiza los procesos de<br />

socialización de criaturas y adolescentes de forma contingente y es<br />

el portador de las definiciones de género y por su alta significatividad<br />

influye de forma relevante en la configuración de los comportamientos.<br />

También en el caso de las conductas masculinas estereotipadas,<br />

ante las cuales las prácticas convencionales del profesorado<br />

resultan inadecuadas por su carácter de individualización y patologización<br />

(Keddie, 2003).<br />

El conjunto de redes de los pares es un medio que permite<br />

explorar, negociar y practicar una serie de identidades sociales y<br />

sexuales. Y es dentro de esta estructura que los chicos aprenden<br />

los códigos de masculinidad que subyacen a las prácticas sociales<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

108


Aceptación de las normas de convivencia<br />

y construcción de la masculinidad en la escuela<br />

y discursivas que sirven para validar la reputación masculina. Las<br />

jerarquías masculinas de poder son reguladas y mantenidas a través<br />

de prácticas colectivas grupales y se apoyan en las necesidades<br />

de pertenencia y filiación de cada uno de los individuos. Para los<br />

chicos, la posibilidad de conseguir un lugar en la jerarquía de poder<br />

del grupo comporta escaparse de la propia opresión y ganar estatus<br />

personal.<br />

Desde la masculinidad hegemónica, la oposición masculinofemenino<br />

hace referencia a la consolidación de la identidad masculina<br />

que impone un distanciamiento de todas aquellas personas<br />

consideradas femeninas, las chicas y también los chicos que no se<br />

identifican con los códigos dominantes, ante los cuales se demuestra<br />

rudeza y confrontación.<br />

Cabe destacar que en contextos sociales con fuertes desigualdades,<br />

los jóvenes pertenecientes a minorías étnicas o a familias<br />

económicamente desfavorecidas pueden asumir el rol de “chico<br />

malo”, que se construye por oposición a la escolarización, como mecanismo<br />

identitario de fortalecimiento. Estos chicos, con bajos niveles<br />

de asistencia escolar, altos niveles de exclusión educativa y poca<br />

participación en etapas posobligatorias se inclinan por subculturas<br />

étnicas o de clase y por identidades masculinas antieducación (Archer<br />

y Yamashita, 2003).<br />

Las políticas educativas de carácter individual y racionalista no<br />

favorecen la identificación de este colectivo con la educación formal,<br />

sino justo al contrario, es decir, que lo inducen a la construcción de<br />

la propia identidad en contextos ajenos a la escuela, sobre todo si a<br />

esto se suma, como ocurre con frecuencia, una experiencia repetida<br />

de fracaso académico. Así, la desidentificación con los procesos de<br />

aprendizaje refuerza el mantenimiento de la identidad masculina.<br />

En diversos países occidentales se afirma que los resultados<br />

académicos de las alumnas de educación obligatoria son superiores<br />

a los logrados por los alumnos. Este fenómeno se puede ex-<br />

109<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

plicar en parte por una estrategia de autovaloración y de protección<br />

(Jackson, 2002) que es conocida como “coleguismo” (laddishness)<br />

ante la falta de habilidades escolares de una parte de los jóvenes y<br />

por el riesgo de ser vistos como “débiles” y por lo tanto, “femeninos”.<br />

Sin embargo, algunos estudios (Gorard, Salisbury y Rees, citados<br />

por Rodríguez Menéndez, 2007) se oponen a esas observaciones,<br />

afirmando que:<br />

• A finales de la década de los noventa, las diferencias en el logro<br />

académico ni eran estáticas ni aumentaban, como afirmaban<br />

otras investigaciones, sino que comenzaban a disminuir.<br />

• El bajo rendimiento de los chicos no se puede conceptualizar<br />

como un fenómeno generalizado. Así, las mayores<br />

diferencias se producen entre los chicos y chicas que obtienen<br />

las mejores calificaciones, pero en los niveles de<br />

rendimiento más bajos las diferencias no son significativas.<br />

• Además, en esos niveles de rendimiento superiores no<br />

hay diferencias significativas en las áreas de matemáticas<br />

y ciencias, mientras que sí las hay, siendo a favor de las<br />

chicas, en inglés, literatura inglesa y humanidades.<br />

Rodríguez Menéndez (2007) explica la importancia en el comportamiento<br />

de los chicos en demostrar que no se preocupan por los<br />

aprendizajes ni por los resultados académicos por un deseo de impresionar<br />

y mantener la aceptación de sus amigos masculinos. Deben<br />

mostrarse despreocupados por el trabajo escolar y en caso de<br />

obtener un buen resultado afirmar que no han estudiado o que no<br />

saben cómo han obtenido dicha calificación, es decir, que en todo<br />

caso se trata de un logro “sin esfuerzo”. Esta actitud es propia del<br />

“coleguismo”.<br />

Llegar a ser “un hombre” según Dalley-Trim (2007) es cuestión<br />

de construirse uno mismo y de ser construido por los modos<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

110


Aceptación de las normas de convivencia<br />

y construcción de la masculinidad en la escuela<br />

disponibles de ser varón en una sociedad determinada. Se trata de<br />

una negociación de diferentes discursos de feminidad y masculinidad,<br />

de incorporar significados y prácticas que permitan participar<br />

en la cultura de pertenencia y el establecimiento de la propia identidad.<br />

Posicionarse fuertemente, dice esta autora, y también de manera<br />

sutil, en la cumbre de esta jerarquía discursiva es aquello que<br />

comúnmente se conoce como versiones de la masculinidad hegemónica.<br />

Son estas formas de masculinidad dominantes y dominadores<br />

que exigen el más alto estatus y ejercen la mayor influencia y<br />

autoridad de qué significa ser un auténtico hombre o chico.<br />

Las versiones hegemónicas de la masculinidad, que se construyen<br />

juntamente con la feminidad pero en contraste, operan<br />

como regímenes opresivos dentro de los discursos falocéntricos<br />

y comportan la afirmación del imperativo heterosexual a través de<br />

la misoginia y de la homofobia. Las “otras figuras” alternativas a la<br />

normativa masculina heterosexual en las escuelas son las chicas/<br />

mujeres y los no-machos chicos/hombres, contra las cuales la mayoría<br />

de chicos intentan definir sus identidades.<br />

Otros argumentos presentes en el debate sugieren que los<br />

chicos son “sus propios enemigos” y que es en las formas tradicionales<br />

de masculinidad, en términos de “coleguismo” donde reside<br />

el problema (Mills y Keddie, 2007). Advierten que se debe tener<br />

cuidado de no estigmatizar a los chicos de clases bajas y de otras<br />

culturas. En su trabajo han buscado evitar concebir los chicos como<br />

víctimas y también victimización de los chicos en cuanto a grupo social<br />

o sujetos individuales.<br />

Desde su perspectiva, Mills y Keddie (2007) aseguran que los<br />

chicos, como grupo social, necesitan cambiar y parten de la justicia<br />

social y de los principios feministas para destacar los elementos<br />

problemáticos de la masculinidad tradicional. Estos principios se<br />

enmarcan en una conceptualización de la justicia que reconoce<br />

cómo el género intersecta los procesos sociales de forma que pro-<br />

111<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

duce dominación cultural, carencia de reconocimiento y de respeto<br />

dentro un mundo patriarcal que continúa asociando la masculinidad<br />

triunfadora con el poder, la dominación y la falta de emociones y,<br />

devalúa y degrada las actividades connotadas como femeninas.<br />

La escuela puede influir decisivamente, bien en la perpetuación<br />

de los estereotipos de género bien en un espacio relevante<br />

para la transformación de las relaciones de género. Rodríguez Menéndez<br />

(2007) propone diversos objetivos para la consecución de<br />

esta segunda opción.<br />

• Dialogar con los chicos sobre quienes son, y cómo se ven a sí mismos<br />

y a su género de pertenencia.<br />

• Estimular a los chicos para que evalúen los discursos sobre la masculinidad<br />

que construyen ellos mismos y sus compañeros.<br />

• Descubrir la existencia de masculinidades fronterizas, que son marginadas<br />

por el grupo.<br />

• Ayudarles a entender cómo sus experiencias cotidianas influyen en el<br />

significado que dan a las palabras y narrativas sobre la masculinidad.<br />

• Analizar y discutir acerca de las relaciones entre las diversas representaciones<br />

sociales de la masculinidad, y sus experiencias cotidianas<br />

en tanto personas sexuadas.<br />

• Dialogar con los chicos acerca de los medios a través de los cuales<br />

constituyen su masculinidad y los dilemas que están implicados en<br />

los diferentes caminos existentes para llegar a ser hombres.<br />

• Desarrollar definiciones de la masculinidad que redefinan lo que tradicionalmente<br />

se ha entendido por tal concepto.<br />

Cuadro 2. Objetivos educativos de superación de la masculinidad hegemónica.<br />

Rodríguez Menéndez.<br />

Por otra parte, parece interesante que también las chicas participen<br />

activamente de estos debates, ya que los procesos de construcción<br />

de género tienen lugar de forma relacional e interdependiente y no<br />

de forma aislada o autónoma.<br />

La construcción de escenarios escolares más libres, más integrados<br />

a nivel interno y con la comunidad, y orientados al desarro-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

112


Aceptación de las normas de convivencia<br />

y construcción de la masculinidad en la escuela<br />

llo integral de las personas, requiere de un tratamiento específico,<br />

especialmente si se refiere a la formación de chicas y chicos desde<br />

una perspectiva coeducativa. La rémora de los prejuicios, las<br />

creencias y el mantenimiento del establishment están frenando un<br />

proceso que permita lograr la justicia social.<br />

Cuando niñas y niños llega a la escuela traen representaciones<br />

sobre el significado de ser mujer u hombre, niña o niño, de<br />

acuerdo con la socialización primaria llevada a cabo en el contexto<br />

familiar. Estos significados, que circulan a través de los discursos<br />

y de las imágenes femeninas y masculinas que el entorno social<br />

ofrece, son negociados, recreados, modificados y reconstruidos en<br />

las interacciones cotidianas durante el proceso de socialización secundaria,<br />

en el cual tiene un papel muy importante la escuela.<br />

La implicación del profesorado en el desarrollo de un proyecto<br />

coeducativo sería la pieza clave que marcaría un punto de inflexión<br />

en el papel que juegan las escuelas durante la infancia y la adolescencia<br />

en los procesos de identificación social y construcción de la<br />

identidad. La inclusión en sentido amplio y concreto y la atención a<br />

las necesidades de todos los grupos e individuos, incorporando variables<br />

como clase social, cultura de origen, género, etnia y opción<br />

sexual, entre otras, permitiría incorporar y explicitar las diferencias,<br />

iniciar procesos de aceptación y reconocimiento y mejorar el clima<br />

de los centros con el consiguiente bienestar para todas las personas<br />

implicadas de la comunidad educativa.<br />

Bibliografía<br />

Archer, Louise & Yamashita, Hiromi. (2003). Theorising Inner city Masculinities:<br />

‘race’, class, gender and education. Gender and Education,<br />

15:2, 115-132.<br />

113<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Dalley-Trim, Leanne. (2007). The boys present… Hegemonic masculinity:<br />

a performance of multiple acts, Gender and Education,<br />

19:2, 199-217.<br />

Jackson, Carolyn. (2002). “Laddishness” as a Self-worth Protection<br />

Strategy, Gender and Education, 14:1, 37-51.<br />

Keddie, Amanda. (2003). On Leadership and Fitting in: Dominant<br />

Understandings of Masculinities within an Early Primary Peer<br />

Group, Australian Educational Researcher, 30:1, 83-100.<br />

Kenway, Jane & Fitzclarence, Lindsay. (1997). Masculinity, Violence<br />

and Schooling: challenging “poisonous pedagogies”, Gender<br />

and Education, 9:1, 117-133.<br />

Lojo, Mirta. (2002). El gènere en el sistema de representacions del<br />

professorat d’educació secundària. Documento policopiado. Biblioteca<br />

de Humanidades. Universidad Autónoma de Barcelona.<br />

Mills, Martin & Keddie, Amanda. (2007). Teaching boys and gender justice,<br />

International Journal of Inclusive Education, 11:3, 335-354.<br />

Rodríguez Menéndez, Mª del Carmen. (2007). Identidad masculina<br />

y contexto escolar: notas para un debate, Revista de Educación,<br />

342. Enero-abril 2007, pp. 397-418.<br />

Nota<br />

1<br />

Traducción literal del título en lengua catalana El gènere en el sistema de representacions<br />

del professorat d’educació secundària (Lojo, 2002).<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

114


Inclusión e integración. Tareas por la integración para<br />

el desafío educativo actual desarrollado por equipos del<br />

Centro Cultural Red y Lazos<br />

*Lic. en Artes U.B.A<br />

**Psicóloga Social<br />

***Docente Coordinadora<br />

Resumen<br />

Victoria Matilde Ruíz Vergara*<br />

Claudia Maldonado**<br />

Norma Vergara Zeballos***<br />

Recibido 27 Febrero 2012<br />

Aceptado 15 Marzo 2012<br />

Nuestro Centro Cultural se constituye para trabajar con Escuelas Públicas del Partido<br />

de la Matanza, Provincia de Buenos Aires. Con más de dos millones de habitantes.<br />

Nos proponemos pensar reflexivamente las conductas problemáticas que<br />

dan cuenta de años de educación autoritaria, medios de comunicación hegemónicos,<br />

que estigmatizaron a los jóvenes de los sectores populares.<br />

La pérdida del trabajo, el desmembramiento de familias, el abandono del<br />

sostén emocional de los adultos, es partícipe de generaciones que naturalizaron<br />

el sufrimiento. Las nuevas tecnologías, son parte constitutiva de la fractura comunicacional<br />

con las nuevas generaciones.<br />

La violencia intergrupal y de género abordada con criterio sistémico implica<br />

a toda la comunidad.<br />

Palabras clave: Violencia institucional, educación autoritaria, conductas problemáticas,<br />

sufrimientos naturalizados, enfoque sistémico, capacidad de reflexión,<br />

compromiso comunitario, revalorizarnos, reencuentro afectivo, integración.<br />

115<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Las nuevas políticas educativas contribuyen a la inclusión. La inclusión,<br />

es decisión de la política del gobierno que mediante una<br />

asignación universal por hijo facilita la reinserción de jóvenes y niños<br />

para su educación.<br />

Nuestra tarea advierte que la dificultad en nuestra comunidad<br />

es la integración.<br />

Hablando de integración no sólo a la diversidad cultural de los<br />

jóvenes, sino a facilitar la integración de las familias, los educadores<br />

y toda la comunidad para la tarea de educar y educarnos.<br />

Los iniciadores de la entidad provenimos de la docencia, hecho<br />

que nos sitúa ante las problemáticas educacionales que son<br />

siempre sociales. Esta conexión educacional-social por sus efectos<br />

negativos se manifestó más cruda a partir de gobiernos de facto<br />

seguidos del neoliberalismo que provocó la fractura económica y<br />

su consecuencia en lo social: fragmentación y marginación de extensos<br />

sectores sociales que recién hoy, frente al cambio político,<br />

comienzan a recuperarse. Esta recuperación se hace, al contrario<br />

de la económica, más ardua y lentamente. Si varias generaciones<br />

perdieron la identidad que les da el trabajo, los efectos en la subjetividad<br />

de los adultos produjo en los hijos la pérdida del sentido de<br />

educarse. El sistema educativo quedó incluido en la crisis.<br />

Las redes de comunicación monopólicas agudizan el vacío<br />

de sentido existencial. Como en el zapping, el éxito y la “felicidad”<br />

pueden ser logros inmediatos. Tiempo y esfuerzo son anulados.<br />

Rotos los lazos de fraternidad que se crean con la actividad<br />

laboral, la vida barrial perdió la vitalidad que le imprimió la comunicación<br />

entre familias, la solidaridad entre vecinos, el intercambio<br />

intergeneracional de experiencias.<br />

Valdría reflexionar acerca de la tecnología y los saberes con<br />

que llegan los chicos a la educación formal. La globalización que<br />

nos provee tecnología para diversidad de saberes, nos coloca fren-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />

para el desafío educativo actual desarrollado por<br />

equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />

te a interrogantes acerca de la función de los adultos. Y la ardua<br />

responsabilidad de educar en este presente.<br />

Producto de la etapa histórica que sintetizamos, estos jóvenes<br />

son partícipes de lo que genéricamente se menciona como familias<br />

de riesgo, familias disgregadas, con madres como único sostén, familias<br />

con dificultades económicas, padres sobre-ocupados, padres<br />

ausentes, madres que lo han sido en la adolescencia, familias numerosas<br />

donde los hijos mayores muchas veces forman familia que se<br />

incluye en la de los padres, de este modo el adolescente que conocemos<br />

pasa a un lugar de menor atención.<br />

Otra característica significativa es la fractura generacional<br />

entre estos jóvenes del mundo cíber, los mensajes de texto y la<br />

pérdida de diálogo con los adultos, Si cada generación propone su<br />

lenguaje, el vocabulario de éstas, monosilábico incluye términos<br />

que fueron considerados violentos para otras generaciones. Reducido<br />

en forma y contenido con vocabulario al mínimo posible, como<br />

a las reglas de la sintaxis.<br />

La cultura nocturna implica jóvenes durmiendo los fines de<br />

semana a la hora del posible encuentro con sus padres. El hábito<br />

de trasnochar y el cansancio con el que llegan muchas veces al<br />

aula, es un agravante para mal humor y la intolerancia.<br />

Un enfoque que nos conduce a la búsqueda de la integración,<br />

lo facilita el enfoque sistémico. El ámbito del aula, espacio donde se<br />

expresan problemáticas individuales que al ser consideradas como<br />

emergentes grupales, reciben intervención. El grupo construye y se<br />

construye en un proceso de interacción en el que cuando participa el<br />

docente desde esta perspectiva, se consigue prevenir la exclusión y<br />

mejorar la comunicación relacional.<br />

Sólo se puede aprender a convivir con los otros, conformando<br />

grupos. Comprender los límites del propio espacio, el de los demás,<br />

las necesidades y deseos compartidos, son el largo proceso<br />

que debemos guiar. La capacidad para aceptar la frustración que<br />

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Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

comporta este proceso, saber esperar, aceptar las diferencias, los<br />

criterios y las pautas que impone el colegio como espacio más amplio<br />

que el familiar, exigen una comprensión y una madurez que se<br />

adquiere con la educación, especialmente en la sociedad actual, en<br />

la que surgen pluralidad de enfoques y orientaciones.<br />

En el recorrido de casi una década por colegios del distrito<br />

de La Matanza (el más poblado del país con casi 2 millones de<br />

habitantes), relevamos información por medio de encuestas a los<br />

alumnos, docentes y familia.<br />

A fin de confirmar las percepciones realizamos las encuestas<br />

anónimas convalidadas por el equipo directivo.<br />

A la pregunta con cuál familiar vive, un 65% responde que<br />

vive con la mamá y sus hermanos (de 3 a 5 hermanos). Del 35%<br />

restante, un 20% vive con el papá, su nueva mujer y los hermanos<br />

de esa pareja, con alguna tía y/o con abuelos.<br />

En el ítem de preferencia de asignaturas, las llamadas duras<br />

(matemáticas, físicoquímica) junto a Inglés, Historia y Geografía,<br />

son las que acumulan el más alto porcentaje de rechazo.<br />

Consideran que concurren a la escuela “a pasarla bien”, y que<br />

hay materias, que como no les sirven, pueden no atender.<br />

Las materias que concitan mayor interés son Lengua, Literatura,<br />

Música y Biología. Ante la pregunta: cuántas horas están<br />

frente al televisor, el promedio es de 6 horas diarias. Responden<br />

que frente a la computadora, el 45% de los que tienen máquina,<br />

permanecen frente a ella durante 6 a 7 horas esencialmente de<br />

noche a madrugada.<br />

Los fines de semana prefieren: un 40% jugar al fútbol, un 50%<br />

salen a bailar y el 10% restante se quedan en casa con juegos electrónicos<br />

o miran televisión.<br />

De los que salen a bailar o a ”vagar” como ellos dicen, un 20%<br />

reconoce que fuma y toma alcohol.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />

para el desafío educativo actual desarrollado por<br />

equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />

A la pregunta sobre qué les enoja de sus padres, la mayoría<br />

coincide en que les molesta que los reten, que les griten, y que les<br />

reclamen por todo. De los compañeros, les molesta que los ”carguen”,<br />

que se burlen de ellos. También se molestan cuando pierde<br />

su equipo de fútbol y cuando les va mal en las materias.<br />

Sólo un 5% sale a pasear con la familia. También es bajo el<br />

porcentaje que reconoce que se lleva bien con los hermanos.<br />

La música que les gusta es el reggaetón-cumbia y el rock.<br />

El 80%, significativamente, reconoce que le gusta ir al colegio<br />

para estar con sus amigos. Un 15% dice que no le gusta concurrir,<br />

y el 5% final no sabe.<br />

Consideramos, junto a los directivos de estos colegios, la necesidad<br />

de sensibilizar a los adultos de la comunidad educativa<br />

para recuperar el interés que haga arraigo en el compromiso con<br />

el aprendizaje. Es en la etapa adolescente donde se descubre el<br />

“afuera” que es lo comunitario. La etapa de los ideales y la construcción<br />

de lo nuevo. La historia de cada uno de ellos y la del conjunto<br />

se está gestando en el aula.<br />

Vía de interacción con los docentes<br />

Planteamos un encuentro a través de un taller. Nos conectamos<br />

con los docentes con quienes y se proyectó el trabajo sistémico en<br />

el aula. De este grupo, los docentes de matemáticas, relatan las<br />

serias dificultades para el dictado de sus clases.<br />

Les informamos de nuestro plan de actividad. Señalamos que<br />

el mismo requiere de su participación, del compromiso para la tarea<br />

en el aula. Del trabajo que se lleve con estos cursos vamos a informar<br />

al resto de los docentes que trabaje con los mismos grupos.<br />

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Revista<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Registramos algunos de los comentarios<br />

• “A medida que las nuevas generaciones ingresan, es marcada<br />

la diferencia con las generaciones anteriores, vienen con menor<br />

capacidad de adaptarse al sistema educativo”.<br />

• “Aumentan los enfrentamientos o la rebeldía pasiva”.<br />

• “Hay grupos que muestran falta de respeto entre ellos”.<br />

• “Falta encontrar como se los ayuda a controlar la ansiedad.<br />

Se distraen con facilidad. Porque a un compañero se le<br />

cayó algo u otro hizo algún comentario siempre encuentran<br />

motivos para hacer comentarios o provocar risas”.<br />

• “Me compadezco mucho de los chicos, me conmueven y a<br />

veces siento que no tengo herramientas ni tiempo. La necesidad<br />

más urgente es otra”.<br />

Unas semanas previas al inicio del ciclo lectivo, la dirección del<br />

colegio cita a reunión a las familias de los ingresantes. Junto a la<br />

bienvenida les informan sobre las pautas disciplinarias y disposiciones<br />

para el año lectivo. En esta reunión, las integrantes del Centro<br />

Cultural tuvimos un espacio para presentar la tarea que realizamos<br />

junto a la institución.<br />

Les comentamos porqué buscamos su participación. Son<br />

ellos, como responsables de sus hijos, quienes conocen las dificultades<br />

de comunicación, la desventaja que sufren en relación a<br />

la comunicación vía internet y la presión que ejercen sobre los jóvenes<br />

los medios de comunicación masiva. Ellos saben, ellos conocen,<br />

ellos sufren y se sienten en muchas ocasiones, sin herramientas<br />

para ejercer el límite.<br />

Revista<br />

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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />

para el desafío educativo actual desarrollado por<br />

equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />

Señalaron conductas que les aflige:<br />

• “No escucha… O sólo una parte de lo que le digo. Aquella<br />

que le conviene, para enojarse, contestar mal. Salirse con la<br />

suya. Me confunde y lo dejo.”<br />

• “No me hace caso. Quiere tener siempre la razón, no estudia<br />

y termina llevándose materias.”<br />

• “No quiere estudiar, le cuesta concentrarse, se enoja y se<br />

va. Me cansa.”<br />

• “Para tener permisos, hacemos acuerdos. Cuando no los<br />

cumple, me provoca, si lo cuestiono, encuentra maneras de<br />

hacerse la víctima. Me hace sentir culpable.”<br />

Las conductas que resaltan como problemáticas, les señala la directora,<br />

son similares a las que muestran en el aula. Caprichos casi<br />

infantiles, dificultad para cumplir con las materias que no les gustan<br />

confrontar con sus profesores.<br />

Tomar conciencia de que deben procurar tener firmeza y encauzar<br />

el límite, es tarea prioritaria de la familia.<br />

En esta reunión los padres respondieron a una encuesta. En relación<br />

a qué materias consideraban los padres que sus hijos presentaban<br />

más dificultades, se verifica que son las asignaturas consideradas<br />

duras como matemáticas y fisicoquímica, y aquellas que requieren<br />

lectura, como historia y geografía. También rechazan el inglés.<br />

Del grupo de familias que tienen internet, el porcentaje de jóvenes<br />

que están frente al ordenador fluctúa entre las 5 y 12 hrs.<br />

Esto implica que duermen muy poco.<br />

La alternancia con la televisión también es significativa. Las familias<br />

reconocen que se instalan frente al televisor de 5 a 6 horas diarias.<br />

Hay padres que realmente se muestran muy preocupados y<br />

responden entonces que sus hijos están frente a las máquinas las<br />

24 horas.<br />

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Revista<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

En relación a qué conducta los enoja más de los hijos, indican<br />

que no estudian, que no les hacen caso, que se enojan con facilidad<br />

y que no quieren colaborar en las tareas de la casa.<br />

Ante la pregunta de cómo considera a su hijo: triste, alegre,<br />

gruñón, solitario o sociable, un porcentaje significativo responde<br />

que solitarios y gruñones.<br />

En encuentros posteriores las madres confirman las dificultades<br />

de comunicación como el origen de poco entendimiento y<br />

muchas discusiones. Si bien reconocen que por la etapa que transcurren<br />

los hijos, implica dificultad para el diálogo y el entendimiento,<br />

advierten que no es del presente esta dificultad, sino que tiene<br />

historia. Separaciones de la pareja de padres, dificultades económicas<br />

que generaron poca atención hacia los hijos.<br />

Presentamos el programa GRODE (Grupo de Investigación<br />

Orientación y Desarrollo Educativo de la Facultad de Ciencias de la<br />

Educación de la Universidad de Barcelona), a fin de comunicarles<br />

que las dificultades que el joven acarrea de sus familias se expresan<br />

en el aula. Así como la familia necesita reconocer que un hijo<br />

que presenta problemas para integrarse o para estudiar, da cuenta<br />

de una problemática que es del grupo familiar, en el aula la situación<br />

es similar. Un joven que no se integra o que no puede responder<br />

a las tareas escolares, origina frecuentemente, trastornos que<br />

repercuten en el grupo.<br />

Con GRODE en las aulas<br />

Aceptaciones y rechazos que aparecen en las respuestas al cuestionario<br />

redactado por el equipo de GRODE, dan el índice de las dificultades<br />

grupales que deben ser atendidas por el grupo en el aula.<br />

La tarea que relatamos es la realizada durante el ciclo lectivo<br />

2011 en una Escuela de Enseñanza Secundarla de nuestro distrito.<br />

El equipo que se presenta a las aulas siempre está formado por<br />

Revista<br />

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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />

para el desafío educativo actual desarrollado por<br />

equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />

dos coordinadoras de nuestra institución. El Centro Cultural tiene<br />

en funcionamiento Talleres de Estímulos a la Creatividad a cargo<br />

de jóvenes artistas, que coordinan los talleres de Dibujo Mural y<br />

Audiovisual. La concurrencia es semanal en contra turno. Las actividades<br />

de GRODE las realizamos en el horario de clases con el<br />

docente de la asignatura comprometido para la tarea. Atendiendo<br />

las dificultades específicas de los alumnos en relación con las asignaturas<br />

consideras difíciles, nuestro Centro Cultural aporta la asistencia<br />

de una docente de apoyo escolar en matemáticas. Como en<br />

años anteriores, cerrando el ciclo lectivo, invitamos a la comunidad<br />

educativa a asistir a una función de teatro que se realiza en el establecimiento<br />

escolar.<br />

Un mes después del inicio de las clases, empezamos el recorrido<br />

por los cursos encuestados.<br />

En el 1° Año de turno vespertino, tal como acordamos con la<br />

docente de Ciencias Sociales, comenzamos con la tarea.<br />

Este curso tiene la característica de congregar a jóvenes con<br />

mayor repitencia, con la consiguiente disparidad etaria, de 11 a 16<br />

años. Este dato es por sí significativo, remarca las dificultades de<br />

integración con jóvenes de otra nacionalidad, incluyendo chicos<br />

con discapacidades físicas y el caso de un joven con diagnóstico<br />

de desnutrición infantil.<br />

Junto con los test sociométricos remitidos, estimulamos la<br />

expresión de sus dificultades. Esperaban nuestra presencia para<br />

contar sus problemáticas. Tales fueron las dificultades de discriminarse<br />

que llevan al aula los problemas familiares. Las relaciones<br />

interpersonales son poco relevantes. Evitan el trato, salvo con los<br />

compañeros de banco que habían elegido. Es un curso donde hay<br />

mucho movimiento. Se cambian de turno y de escuela.<br />

De estos encuentros, marcamos la necesidad de estos jóvenes<br />

de acercarse a los adultos. La docente nos advertía de la demanda<br />

de atención individual de la mayoría. Señalamos el marcado<br />

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Revista<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

interés de la docente por contenerlos y darles muchas explicaciones.<br />

La característica de jóvenes aferrados a la familia da cuenta<br />

de preguntas y búsqueda de asistencia para sus mamás “tristes” o<br />

hermanitos con discapacidad.<br />

Resumimos que nuestra tarea fue, junto con la de la docente, de<br />

mucha contención y respondiendo a su necesidad de acercamiento.<br />

Relatan sus dificultades en el hogar. No han conseguido hacer<br />

el pasaje al nivel secundario. Se conducen aisladamente, o interactúan<br />

con el compañero de banco. No se desordenan como<br />

otros cursos, el ritmo es lento y un pequeño grupo de ellos, discute<br />

y provoca inquietud. La mayoría se sustrae en alguna ensoñación,<br />

no pueden precisar, dicen: “En nada…”. Escucharlos, y ayudarlos<br />

a comprender que muchas situaciones, les producían sentimientos<br />

que podían semejarse, que se relacionan con la etapa vital que<br />

transcurren, ayudó a que se sintieran mas acompañados en el grupo.<br />

Continuaron comunicándose a través del facebook.<br />

En los otros dos primeros años, el contexto socio grupal se<br />

corresponde con la edad de inicio al colegio, entre 11 y 13 años.<br />

La docente de Arte de 1°, muestra su preocupación por la<br />

violencia naturalizada en el grupo. Lo más relevante es la autovaloración<br />

negativa de una parte de ellos. Otros que directamente son<br />

ignorados, invisibilizados.<br />

De las reuniones con esta docente, tenemos su visión: Son<br />

jóvenes que se muestran poco comunicativos. Tienen poco interés<br />

en las calificaciones. El trato entre ellos es hostil, o se dirigen buscando<br />

burlarse del otro. Recelosos.<br />

De este clima emocional, decidimos darles una visión del por<br />

qué de esas conductas, según nuestra mirada: Ustedes son los<br />

hijos de varias generaciones de argentinos sufrientes. En nuestra<br />

Patria, primero se secuestraron personas.<br />

Revista<br />

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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />

para el desafío educativo actual desarrollado por<br />

equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />

Se interesan y aportan datos, hasta allí inconexos: -“Ah, sí,<br />

La Noche de los Lápices, yo la ví. Es la peli donde se llevan a los<br />

chicos por pedir el boleto estudiantil”-.<br />

Necesitamos marcar el asombro, el interés con que parecían<br />

ubicar en su memoria estos hechos con una significación real. Se<br />

ocupan entonces en relatar: -“Mi abuela se volvió a Italia por miedo<br />

a que la secuestraran”. ”Yo sé de un vecino al que se llevaron”-.<br />

Desde este relato hilvanamos que luego se secuestró el trabajo<br />

(con el cierre de fábricas y talleres y el vaciamiento de industrias).<br />

Cuando sus padres eran jóvenes faltó trabajo y desde los<br />

medios de comunicación hegemónicos se le secuestra a la comunidad<br />

el sentido de la seguridad: “Inseguridad en las calles. robos<br />

y asaltos”. Estigmatizados, los jóvenes de familias pobres, son hoy,<br />

drogadictos, delincuentes y violentos. Los medios de comunicación<br />

masivos naturalizan la desigualdad. Les contamos que son hijos y<br />

nietos del miedo. Miedo de ser secuestrados. En democracia miedo<br />

a perder el trabajo (se cerraban fuentes de trabajo), se remataba<br />

el patrimonio: el Estado, (todos nosotros), dejamos de ser dueños<br />

del petróleo, el gas, los ferrocarriles, etcétera. Miedo de que les<br />

pase algo, robo, inseguridad. Tenemos idea de si todo esto produce<br />

el sentimiento de “no valer”, como hablamos en otro encuentro, la<br />

subjetividad sufre. Somos partícipes de sentirnos menos valiosos,<br />

“desvalorizados”.<br />

Siguen el relato. Intervienen para contar hechos que consiguen<br />

unir, como piezas que tenían sueltas.<br />

La docente, hace referencia a algún hecho de cuando ella<br />

regresaba del secundario y veía calles cortadas por la policía, a veces<br />

detenían el micro y subían a pedir documentos. -“Chicos hace<br />

bien que tomemos conciencia”- la historia lo confirma el comentario<br />

de un joven: -“A mí sólo me importa el fútbol”-. Reconocemos su<br />

interés, y abrimos debate sobre el desinterés por los otros. Este<br />

joven aporta un criterio histórico de parte de nuestra comunidad:<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

-“Por algo será, algo habrán hecho”, aquellos que desaparecieron.<br />

En su aula, cuenta con el nivel más alto de autovaloración negativa<br />

de su grupo. La profesora lo ayuda a reflexionar, le recuerda que los<br />

otros muchas veces lo ayudan, que le tienen paciencia, que sí tratan<br />

de interesarse por él. Consiguió la atención que seguramente necesitaba.<br />

En un ejemplo de interacción, dijo: -“Entonces tengo miedo”-.<br />

Como informe adjuntamos el dato de que este joven, por mala<br />

conducta, no fue aceptado en otras instituciones, tiene a su mamá con<br />

ataques de pánico y un tío secuestrado durante la dictadura por error<br />

y luego liberado.<br />

En las semanas siguientes y yendo al encuentro de otros grupos,<br />

varios alumnos de este 1° año, nos interceptan para contarnos<br />

relatos que tienen en sus familias, sobre esa época. Les costaba<br />

esperar nuestro próximo encuentro en al aula.<br />

Señalamos lo significativo de cómo la historia familiar y social<br />

de la que hablamos poco, participa de algunas conductas que a<br />

ellos les afecta.<br />

Sentimos, como los jóvenes y la docente, que necesitábamos<br />

continuar por este trayecto…<br />

En segundo año, al ingresar al aula en la hora de plástica, la<br />

docente nos saluda y nos señala: -“Toda la última fila son chicos<br />

que no quieren trabajar”-. Hicimos el trato de que pueden jugar con<br />

la computadora pero no molestar.<br />

Cabe aclarar que desde el penúltimo mes del año, se adjudicaron<br />

la netbooks del Programa Nacional, bajo la condición de<br />

asistir sin faltas el mes previo a la entrega.<br />

Al saludarlos pedimos la atención de todos. Les decimos que<br />

venimos para hablar con ellos, de ellos. Como están en un mismo<br />

espacio muchas horas, y por todo el año, podemos ayudarlos a<br />

pensar que podrían ser como un equipo de fútbol.<br />

El arquero no recorre la cancha pateando la pelota, pero sí<br />

está atento a los pases de sus compañeros. Así todos los que están<br />

Revista<br />

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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />

para el desafío educativo actual desarrollado por<br />

equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />

en el equipo, todos son necesarios. ¿Puede ganar un equipo en el<br />

que sólo una parte haga el esfuerzo, “se ponga el equipo al hombro”?<br />

Este asimilar equipo con grupo los convocó. Dos participantes<br />

insistían en un murmullo; les preguntamos qué decían. La respuesta:<br />

-“No, a mí no me pasa nada”-. La profesora dijo: -”No les pasa<br />

nada y tampoco hacen nada”-.<br />

La tarea con grupos que se muestran tan indiferentes, entendemos,<br />

que está relacionada con situaciones de fuera del aula que<br />

los deja “fuera de la cancha”. Al proponerles que reflexionen acerca<br />

de esto, es aceptable que guarden silencio.<br />

Les hicimos la misma referencia a que son, por generación,<br />

hijos -por lo menos- de otras dos generaciones, que viene en todo<br />

el conjunto social, con mucho sufrimiento y exigencias que los dejan<br />

a ellos en mucha soledad.<br />

En los terceros y quintos años, al dar respuesta de los cuestionarios,<br />

tomamos como norma hacer la reseña histórica que modificó<br />

nuestra experiencia en el 1° año, 1° división.<br />

Señalamos lo significativo que resultó el mencionar que son<br />

hijos de un país que por varias generaciones, sufre diferentes tipos<br />

de violencia, y advertir el cambio de registro de los jóvenes. Acostumbrados<br />

a tener siempre comentarios, murmullos que dividen<br />

la clase, se producía un cambio en ese ritmo. Los murmullos se<br />

aquietan y se incluyen con atención.<br />

Hacemos mención de la diferencia al plantear que la mala<br />

conducta, el continuo perturbar en el aula, la creencia generalizada<br />

del: -“yo no participo porque no me interesa”-, puede tener origen<br />

en una historia familiar y social.<br />

Elegimos relatar la experiencia en 4°, 1°, con 24 alumnos inscriptos,<br />

12 varones y 12 mujeres.<br />

Organizados los pares, la docente nos informa que regresó al<br />

curso un alumno que por inasistencias ya estaba libre, con lo cual no<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

aparece elegido en el cuestionario. Sin opción, trabajó en pareja con<br />

un compañero que no expresó rechazos.<br />

En general, en este curso, muchos de ellos que no se trataban,<br />

pudieron trabajar en armonía.<br />

La experiencia de reconocer que en el aula hay personas con<br />

las que sin motivo no interactúan, les muestra que un conjunto no<br />

es un grupo hasta que no intercambian trato.<br />

El joven que mencionamos que estuvo ausente y no completó el<br />

cuestionario, se mostró procurando llamar la atención. Al pedirle que<br />

se exprese con palabras, en vez de sólo reírse dijo: “No me río sólo<br />

de los demás, de mí también me río. Soy uno más de la manada”.<br />

Repreguntado sobre qué quería decir, dice que es divertido<br />

porque va a trabajar de payaso. Y agrega: -“Aunque un payaso<br />

negro yo no vi”-.<br />

Este grupo presentó dificultades a la hora de hacer la tarea.<br />

Interfiere la colación de media mañana. En esta reseña procuramos<br />

los relatos de los cursos que nos presentan problemáticas a<br />

resolver, ya que nos habilita a mayor reflexión.<br />

La intervención de una alumna sitúa la problemática en relación<br />

al maltrato naturalizado de varones entre ellos pero fundamentalmente<br />

hacia las mujeres. Una alumna refiere que el compañero la<br />

molesta, la empuja y cuando ella no responde, la insulta. La docente<br />

confirma que el trato desconsiderado, los varones no lo reconocen.<br />

Un joven declara: “ellas también insultan y pegan”.<br />

Se abre un debate, buscamos que reconozcan las diferencias<br />

de género y qué implica desconocerlos. La supremacía de un<br />

género sobre otro, busca el sometimiento. Las chicas señalan la<br />

fuerza con que los varones se imponen. Pasaron a relatar conflictos<br />

en las familias y el abuso de muchos padres con respecto a sus<br />

esposas e hijos.<br />

Revisamos que de los relatos se advierte cómo ellos “copian”<br />

a sus padres.<br />

Revista<br />

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Inclusión e integración. Tareas por la integración<br />

para el desafío educativo actual desarrollado por<br />

equipos del Centro Cultural Red y Lazos<br />

Podemos inferir que es propio de la edad, muchos varones<br />

encubren su miedo y/o las dificultades para relacionarse con las<br />

chicas, mediante la violencia. Crecer emocionalmente es una tarea<br />

por demás ardua en estos tiempos. La soledad de tantos jóvenes<br />

aumenta las dificultades para conectarse con un presente que les<br />

pertenece: vidas desordenadas, con poco descanso, desorden alimentario<br />

y variados consumos, los deja en la queja, la dificultad de<br />

reconocer que pierden su tiempo. Convocar y convocarnos a todos<br />

los adultos que rodeamos a estos jóvenes, creemos que es de imperiosa<br />

urgencia.<br />

La tarea de comunicarnos, no es dificultosa solo entre los jóvenes.<br />

Los adultos, padres y docentes tenemos la ardua tarea de revisar<br />

el modo poco democrático de comunicación. Tantos años de autoritarismo<br />

y control sobre cuerpos y pensamientos y viceversa, nos<br />

dejan ante las nuevas generaciones, en un nivel de descontento,<br />

y frustración que profundiza la fractura generacional. Aislamiento,<br />

sentimiento de desvalimiento por parte de los hijos, profundiza el<br />

sufrimiento de ambas partes del vínculo. Los jóvenes fortalecidos en<br />

la omnipotencia, refuerzan el malestar de padres y educadores. El<br />

encierro es de los sentimientos: el amor es reemplazado por miedo,<br />

el que se suelen encubrir con enojos, autoritarismo o ceder en todo.<br />

• “Mi mamá es como una amiga, me deja hacer lo que quiera”-.<br />

• “En mi casa, está prohibido todo, mi hermano, sí sale cuando<br />

quiere”-.<br />

• “Ayudo en todo, cuido a mis hermanitos, limpio y cocino. No<br />

sé lo que es salir…”-.<br />

Estos comentarios, pueden dar idea del abanico de situaciones vitales<br />

por las que atraviesan las adolescentes de nuestro distrito.<br />

Las jovencitas, que integran familias pobres, necesitan de la<br />

participación de las hijas, para el funcionamiento familiar.<br />

129<br />

Revista<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Las que integran alrededor del 60%, cuentan con familias en<br />

las que la diferencia de trato entre varones y mujeres es favorable<br />

a los varones. Reproducen el modelo patriarcal-machista de sus<br />

hogares.<br />

La tarea de reflexión en el trato vincular, de varones y mujeres<br />

y las consecuencias en el clima emocional que deben atender entre<br />

todos, los remite, a advertir que justifican naturalizando maltratos<br />

que seguramente imitan.<br />

La violencia que circula en las aulas, es de gesto y de palabra.<br />

Se dirigen al compañero o al docente desde la intolerancia.<br />

En relación a este asunto, creemos, que el criterio propuesto<br />

por la interacción, el acompañamiento al docente a fin de revisar<br />

los modos de comunicación con los jóvenes, que permitirá fortalecer<br />

la unidad democrática del grupo, evitando se instalen ideas<br />

que estigmaticen. Restablecer la autoridad, es tarea de adultos que<br />

lograremos fortaleciéndonos grupalmente.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

130


Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados<br />

en la dinámica de la violencia entre iguales en escuelas<br />

de educación secundaria de la Zona Metropolitana de<br />

Guadalajara, Jalisco, México<br />

*Isabel Valadez Figueroa y **Vania Vargas Valadez<br />

*Doctora en Ciencias. Profesora en el Departamento de Salud Pública<br />

del CUCS de la UdeG. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.<br />

dravaladez@hotmail.com<br />

**Candidata a Doctorado en Ciencias de la Salud Pública.<br />

Resumen<br />

Recibido 29 Febrero 2012<br />

Aceptado 15 Marzo 2012<br />

El presente trabajo se centra en comprender las estrategias de afrontamiento<br />

que utilizan los alumnos frente a las experiencias de la violencia entre iguales,<br />

desde su propia perspectiva y desde el rol que juegan en su dinámica (observador<br />

o víctima). Estudio cualitativo utilizando técnica de grupos focal llevado<br />

a cabo en tres escuelas secundarias de Guadalajara, Jalisco, México. Los ejes<br />

temáticos para la realización de la entrevista fueron: a) existencia del maltrato,<br />

b) la respuesta de los docentes, c) el como les afecta esta situación d) los sentimientos<br />

que se generan, e) las formas como le hace frente, f) la percepción de<br />

la eficacia de lo que se hace.<br />

Palabras clave: Estrategias de afrontamiento, violencia entre iguales.<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Los modos de afrontamiento de la vida cotidiana adquieren particular<br />

relevancia en la adolescencia, etapa de la vida que suele ser<br />

crítica y especialmente importante en el desarrollo del ser humano,<br />

en la cual se producen cambios sustanciales en la personalidad,<br />

se define la identidad y se lleva a cabo la elaboración de un proyecto<br />

de vida, proceso que bajo determinadas circunstancias pueden<br />

exponer a los sujetos adolescentes a estados de tensión, de<br />

crisis o de riesgo (Bloss, 1996; Acevedo, 1997; Aberastury, Knobel<br />

& Dornbush, 1982; Remplein, 1971; Craig, 1999; Hurlock, 1980).<br />

En forma coincidente, la transición entre las etapas de educación<br />

primaria y secundaria, conlleva un cambio en el contexto de su<br />

vida cotidiana. Este proceso de cambio no sólo es el traslado del<br />

alumnado, sino el tránsito por dos mundos diversos, con lo cual las<br />

prácticas educativas toman formas culturales diferentes al pasar<br />

de un centro educativo a otro, pudiéndose provocar dificultades en<br />

distintos ámbitos, situación que trae posibles repercusiones psicológicas,<br />

como la ansiedad, el miedo, las resistencias y un aumento<br />

en las dificultades emocionales y académicas (Rudolph, Lambert,<br />

Clark & Kurlakowsky, 2001). Según la literatura, el tránsito entre<br />

la educación primaria y secundaria representa un cambio trascendental<br />

en la vida de los estudiantes, ya que ellos se encuentran en<br />

procesos de cambio, adaptación y ajuste, tanto en relación con el<br />

sistema educativo, como a su etapa de adolescencia, (Sacristán<br />

1997; Psaltis, 2002; Midgley y Maehr, 2000).<br />

Por su parte el contexto escolar es un entorno crucial en la<br />

adolescencia por la cantidad de tiempo que los alumnos pasan en<br />

él, y por las diversas experiencias sociales, emocionales y cognitivas<br />

que ofrece, posee una gran importancia en su desarrollo. En este<br />

medio es en donde los estudiantes adolescentes adquieren formas<br />

de posicionamiento social, elaboradas a partir de las relaciones sociales<br />

con sus iguales y los significados de su grupo. Las situaciones<br />

adversas experimentadas en él pueden ocasionar problemas<br />

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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />

de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

de adaptación durante la propia infancia e incluso durante la edad<br />

adulta (Compas y Wagner, 1992). En la escuela, la vida de relación<br />

de los y las adolescentes es compleja, ya que el sujeto adolescente<br />

le concede gran importancia a percibirse y ser visto como un individuo<br />

socialmente integrado, y por ello quiere evitar ser señalado<br />

como alguien aislado, así que acepta y busca voluntariamente su<br />

pertenencia al grupo. Sin embargo, la integración social en los grupos<br />

de adolescentes no es fácil, a veces el sistema de relaciones<br />

entre iguales se configura bajo un esquema de dominio-sumisión<br />

que incluye conductas que son social y moralmente intolerables por<br />

ser injustas, aparece un fenómeno de prepotencia o desequilibrio<br />

poniendo en riesgo el vínculo de reciprocidad, Indicador de que<br />

se pueden generar procesos de victimización. Se considera que<br />

un alumno es víctima cuando está expuesto de forma repetida y<br />

durante un tiempo a acciones negativas, llevadas a cabo por un<br />

alumno o grupo de alumnos/as, tanto las cometidas física y verbalmente,<br />

de exclusión y de daño a la propiedad. Se considera que<br />

están envueltos en estos problemas y que en alguna medida son<br />

víctimas de ellos, tanto las y los adolescentes que son agresivos<br />

con otros, como los que son víctimas directas de los agresores/as.<br />

Asimismo, son víctimas de la violencia, los y las adolescentes que,<br />

sin verse involucrados de forma inmediata, lo están en forma indirecta,<br />

porque son observadores y sujetos pasivos de la misma, al<br />

verse obligados a convivir en situaciones sociales donde el problema<br />

existe. Conviene establecer que estas manifestaciones de violencia<br />

al interior de la escuela se presentan básicamente a partir de<br />

las relaciones escolares, las cuales no están conformadas sólo por<br />

hechos concretos que la expresan, sino que se encuentran sujetas<br />

a un gran sistema de relaciones en donde las emociones, los sentimientos,<br />

los valores, así como los aspectos cognitivos (Goleman,<br />

1995; Sastre y Moreno, 2002; Gardner, 1993), se hacen presentes<br />

y configuran parte del ámbito educativo, no olvidando que están<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

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ligados a las situaciones familiares e individuales de cada alumnoalumna<br />

y al ámbito social de la escuela. Relaciones escolares<br />

que no sólo están comprendidas desde el punto de vista de los<br />

participantes, de sus conductas e intenciones, sino también desde<br />

la lógica de la normatividad institucional.<br />

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, consideramos que<br />

debido a las particularidares de la etapa evolutiva, del tránsito de una<br />

escuela a otra y del ámbito escolar, es lo que define la vulnerabilidad<br />

del sujeto, los y las adolescentes deben poner en marcha determinados<br />

recursos personales o crear otros nuevos para afrontar los<br />

retos, las preocupaciones, así como los riesgos de la vida diaria<br />

a la que están expuestos; por lo tanto debido a ello el proceso de<br />

afrontamiento en la adolescencia comprende la interacción recíproca<br />

de múltiples variables personales y ambientales, a diversos niveles<br />

de funcionamiento; tomando en cuenta que la utilidad de una<br />

estrategia dependerá del acontecimiento mismo, las condiciones en<br />

que éste tiene lugar, las características de la persona y el momento<br />

de desarrollo en que se encuentra. Para interpretar el uso de estas<br />

estrategias, es decir, las formas como el individuo hace frente a las<br />

experiencias percibidas como estresantes partiremos del modelo<br />

transaccional de afrontamiento del estrés planteado por Lazarus y<br />

algunos de sus colaboradores (Lazarus y Kolkman, 1984; Lazarus<br />

y Launier, 1978), ya que dadas las características de los episodios<br />

de victimización, creemos que puede ser una herramienta eficaz<br />

de cara a la interpretación y análisis de estas situaciones. Desde<br />

la óptica transaccional del estrés, de Lazarus y Folkman (1984), el<br />

proceso de afrontamiento se centra en la interacción del sujeto con<br />

su medio, refiriéndose a aquel esfuerzo propio del individuo para<br />

que mediante recursos de conducta manifiesta o encubierta, enfrentar<br />

o adaptarse a demandas internas y ambientales (así como<br />

a los conflictos entre ellas), que puedan exceder sus posibilidades<br />

personales de soporte. Este proceso funciona en los casos en que<br />

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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />

de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

los intercambios individuo-entorno se desequilibran, y cobran sentido<br />

dentro de una valoración e interpretación que la persona hace<br />

de la situación en que está comprometida, es decir el significado o<br />

re-significado que le otorga a la situación a partir de su biografía,<br />

sus relaciones actuales y su posición social, a la percepción realista<br />

o no de su capacidad de afectar los acontecimientos y de su<br />

grado de tolerancia al estrés.<br />

El presente trabajo se centra en comprender las estrategias de<br />

afrontamiento que utilizan los alumnos frente a las experiencias de la<br />

violencia entre iguales, desde su propia perspectiva y desde el rol que<br />

juegan en la dinámica del maltrato (observador o víctima).<br />

Metodología<br />

La investigación fue realizada con una metodología de carácter<br />

cualitativo utilizando la técnica de grupos focales. Tomando en<br />

cuenta que el principal propósito de esta técnica en la investigación<br />

social es lograr una información asociada a conocimientos, actitudes,<br />

sentimientos, creencias y experiencias. El estudio se realizó<br />

en tres escuelas secundarias del turno matutino pertenecientes al<br />

sistema oficial, ubicadas en la zona metropolitana de Guadalajara,<br />

Jalisco durante los meses de febrero a junio del 2011, ajustándose<br />

a la disponibilidad de tiempos de la comunidad educativa (suspensión<br />

programada de actividades y periodos de receso). Para seleccionar<br />

a las escuelas, se tomó en cuenta el criterio de máxima<br />

variabilidad y sus posibilidades de acceso administrativo y facilidades<br />

otorgadas. Los sujetos de la investigación en cada centro<br />

educativo fueron alumnos, seleccionados mediante muestreo de<br />

carácter propositivo, se conformaron tres grupos en cada escuela<br />

integrados por 8 personas cada uno: 8 hombres, 8 mujeres, 8 hombres<br />

y mujeres (mixto). Los ejes temáticos para la realización de la<br />

entrevista fueron: a) existencia del maltrato, b) la respuesta de los<br />

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docentes, c) el como les afecta esta situación d) los sentimientos<br />

que se generan, e) las formas como le hace frente, f) la percepción<br />

de la eficacia de lo que se hace.<br />

Durante las entrevistas existió flexibilidad en el orden y formulación<br />

de las preguntas de acuerdo con el grupo y sus circunstancias,<br />

el cierre se realizó con el ofrecimiento de respuesta a las<br />

necesidades específicas de los participantes. Para el registro de la<br />

información se utilizó la grabación completa de las entrevistas, las<br />

cuales se transcribieron y se realizó la codificación en forma manual.<br />

El análisis se hizo por temas, los resultados se organizaron de<br />

acuerdo a los ejes que guiaron la entrevista. El análisis descriptivo<br />

consistió principalmente en la reducción de los datos y la tarea de<br />

exposición de los mismos, se elaboró una lista de los temas de<br />

acuerdo a la guía de indagación y se contrastó los datos con la<br />

información teórica. Se consideró el consentimiento oral libre e<br />

informado así como el anonimato de los informantes y de las escuelas<br />

participantes a las cuales se les presentó una síntesis de los<br />

resultados obtenidos.<br />

Resultados<br />

Existencia del maltrato<br />

Durante la obtención de la información fue posible observar tres<br />

tipos de actitudes en los alumnos: a) los burlescos que se reían de<br />

sus propias afirmaciones, b) los desconfiados que se mostraban<br />

renuentes con resistencia pasiva al proceso y c) los aprehensivos,<br />

los cuales se mostraban preocupados por la situación, pero además<br />

preocupados por si se iba a saber lo que ellos dijeran. En cuanto<br />

a si ellos habían participado como violentadores o violentados, se<br />

apreció cierta resistencia a hablar en los alumnos (ellos), asumen<br />

una posición discreta, admiten su participación en ambos sentidos;<br />

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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />

de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

sólo en el caso de señalamiento de alguno de los mismos compañeros.<br />

Sin embargo, encontramos otros que admitieron más fácilmente<br />

haber participado o iniciado actos de este tipo (con actitudes de<br />

poder), pero no así el ser violentado, las alumnas admitieron más<br />

fácilmente haber sido víctimas. A los varones les resulta difícil hablar<br />

de haber sido víctimas, porque se hace evidente un estado de indefensión,<br />

guardan silencio como estrategia defensiva para no verse<br />

afectados, situación observada en las tres escuelas.<br />

Los alumnos reconocen la existencia de la violencia entre<br />

iguales en mayor o menor grado: “Aquí se respira agresividad por<br />

todos lados, de una u otra forma, a todos mis compañeros les ha<br />

tocado ser víctimas…, hay unos que se la pasan molestado a otros,<br />

les dicen de cosas, los pelean, les roban, les tocan las partes íntimas,<br />

los agarran de bajada [se dice así cuando hay acoso]”. A<br />

decir de ellos, la violencia está presente en las relaciones de compañeros<br />

y que éstas son las formas que prevalecen en el ámbito<br />

escolar es “un todos contra todos”, agregan que existen episodios<br />

en que “agarran” a uno de ellos o ellas por un tiempo, y luego, no<br />

se sabe por qué, lo sueltan, pero tampoco saben cuando pueden<br />

volverlos a “agarrar”. El lapso de tiempo entre uno y otro momento<br />

es muy variable y no predecible para la posible víctima; como una<br />

repetición sistemática pero con periodos de “descanso”, creando<br />

expectativas de ser el blanco de futuro ataques.<br />

Las agresiones son de uno a otro, de uno a otra, o de un grupo<br />

a uno o a otra, en esta circunstancia se manifiesta el miedo por la<br />

asimetría numérica: “Se manchan [expresión que utilizan los adolescentes<br />

para referirse a que se exceden], como andan en bola, yo si<br />

les tengo miedo”. En cuanto a las características de los alumnos que<br />

son agredidos, se menciona, que se arremete “a los más tranquilos,<br />

a los que no se llevan [los que caen mal porque no se llevan], a los<br />

tímidos, a los que se interesan más por los estudios o a quienes<br />

sobresalen académicamente, a los indefensos, a los alumnos más<br />

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humildes, y bueno, también a los amanerados por jotos [acepción<br />

popular para referirse a los homosexuales]”; a decir de los alumnos,<br />

a los que se salen de la normalidad. Al respecto Casanova citado<br />

por Porras (1998), refiere que las diferencias se miden desde parámetros<br />

construidos a partir de lo “normal” o a veces de lo “excelente”.<br />

Los puntos de vista para definir lo normal van desde lo patológico (biomédico),<br />

hasta lo estadístico, pasando por lo funcional o sociocultural.<br />

Las diferentes percepciones entre los alumnos sobre lo que<br />

pasa y la gravedad o la banalización de la violencia entre iguales<br />

se hicieron frecuentes: “No es para tanto, hay que agarrar la onda…,<br />

es cotorreo chido”, (mencionado por ambos sexos). Sobre este particular<br />

Orte y March (1996), señalan que hay que tener en cuenta,<br />

sin entrar a analizar la influencia del umbral de tolerancia e incluso<br />

del nivel de competencia y habilidad del o los informantes el significado<br />

de lo que entiende por violencia y sobre todo la valoración de<br />

la misma. Hay dos grandes obstáculos para que logren identificar la<br />

violencia, ya que por un lado realizan acciones violentas que ellos<br />

no identifican como tales, y por otro los adultos suelen ser contradictorios<br />

en sus reacciones ante los hechos que les toca presenciar<br />

o que les son señalados para que tome una decisión, esto por lo<br />

general crea confusión para definir si está bien o mal lo que están<br />

haciendo, sufriendo o presenciando, o para tener un concepto claro<br />

de la intimidación o violencia entre iguales. Por otro lado, este<br />

fenómeno es muy complejo, pero a diferencia de lo mencionado en<br />

estudios previos, éste es un fenómeno muy dinámico, pues existe<br />

una movilidad constante de un rol a otro, durante el lapso que dura<br />

su estancia en la escuela secundaria, (Barragán, 2007): “Cuando<br />

estábamos en primer año, los de segundo pasaban y nos gritaban<br />

insultos y amenazas, cuando pasamos a segundo año, cambiamos<br />

los papeles”.<br />

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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />

de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

La respuesta de los docentes (maestros y prefectos)<br />

El entorno de la comunidad es donde se establecen las relaciones<br />

sociales, en este caso la escuela, en donde la intimidación entre<br />

iguales, tiene otros componentes propios de la institución, por ejemplo<br />

el que los docentes ignoren deliberadamente o no los actos violentos<br />

entre sus alumnos en el aula: “Los maestros nunca se dan<br />

cuenta de lo que pasa en el salón, ellos (los prefectos) no se enteran,<br />

no hacen nada”; “Para que le dices al maestro, no va a hacer<br />

nada, sólo dice estense en paz, se hacen locos”; “No sé si de veras<br />

no se dan cuenta, o se hacen, porque cada rato pasan cosas<br />

en el salón y ellos como si nada, a veces sólo dicen ¡tranquilos…<br />

pero ni voltean”. Los alumnos, coincidieron en la poca efectividad,<br />

al referir que los maestros no hacen nada, esta falta de respuesta<br />

está relacionada con la forma tradicional de definir el papel de los<br />

maestros en el nivel de secundaria, el cual está orientado de forma<br />

casi exclusiva a impartir una determinada materia. Con una percepción<br />

de los maestros alejados y poco preocupados por las relaciones<br />

entre los alumnos; “Vas y te quejas con los maestros y no<br />

hacen nada, entonces qué haces, estás indefensa ante las oleadas<br />

de abusos de tus compañeros, es insoportable”. El hecho de que los<br />

alumnos manifiesten que los maestros no se enteren de que estas<br />

situaciones suceden, puede ser debido a que precisamente el maltrato<br />

entre iguales sucede muchas de las veces lejos de la mirada<br />

de los docentes, evadiendo las posibles consecuencias del mismo,<br />

tal y como fue señalado por los propios alumnos: “Prácticamente<br />

en todos lados de la escuela está [refiriéndose al maltrato], y en<br />

donde nadie está, ya que nadie es tonto como para atacar a un<br />

compa delante de un maestro”. Y por otro lado que los maestros no<br />

se enteran probablemente con cierta intencionalidad, ya que estos<br />

comportamientos pueden ser considerados como parte de la estructura<br />

natural de la vida cotidiana de los alumnos. O por el hecho<br />

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de no querer darse cuenta, por diversas razones entre las cuales,<br />

por considerar el docente que no puede hacer algo, hecho que está<br />

muy ligado a no saber qué hacer. Situaciones que abren un campo<br />

de trabajo que consideramos deben ser abordadas en estudios<br />

posteriores.<br />

El cómo les afecta esta situación<br />

Si se asume que un clima favorable para la violencia tendrá repercusiones<br />

en el desempeño escolar de los alumnos, y reduce la<br />

calidad de vida y dificulta el logro de los objetivos de la institución,<br />

consecuentemente aumentan los problemas y las tensiones que<br />

la provocan, (Galloway, 2003): “Yo creo que se la pasan muy a la<br />

defensiva, porque todo mundo los agarra de barcos, y yo creo que<br />

si les ha de afectar, pero no sé…“; “A veces aunque seas hombre te<br />

da miedo ver como se ponen las cosas”, “No se puede uno concentrar,<br />

porque siempre estás a la defensiva, no te dan ganas de venir,<br />

cada vez que es posible faltas, claro las faltas cuentan, y empiezas<br />

a reprobar y las cosas se comienzan a complicar”; “Una de mi salón<br />

se cambio de escuela, casi a medio año”.<br />

Sentimientos que se generan<br />

En cuanto a los sentimientos y emociones generados en estos sucesos,<br />

fueron manifestados, como impotencia, temor, incomodidad,<br />

miedo, vergüenza, tristeza y en algunos de no sentir nada, y el no<br />

importarles en absoluto. Hacia la víctima manifiestan lástima y coraje<br />

[por ser tan mensos]. Sienten coraje, pero les da miedo ayudar,<br />

se reconocen impotentes y cobardes por sentir miedo al observar la<br />

violencia y no poder hacer nada: “A veces si dan ganas de ponerles<br />

en su madre, pero la neta suelen ser montoneros y te la piensas,<br />

cuando lo molestan a él, mejor me voy”. Esta indiferencia obligada<br />

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de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

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de los testigos les lleva a un nivel alto de ansiedad e intranquilidad.<br />

Hay ambivalencia para intervenir a parar las cosas, si el agredido<br />

es conocido o tienen alguna relación, en este caso lo harían, de<br />

otra forma consideran que no es su problema y no se meten. Generando<br />

una disonancia moral, de lo que está bien o mal, lo que<br />

es justo o injusto y de cómo posicionarse personalmente ante ello.<br />

Asímismo se manifestaron sentimientos de indefensión: “A estas<br />

alturas, no se puede hacer nada, porque siempre va a existir esto,<br />

en cuanto se volteé el maestro comenzarán las agresiones”, “La<br />

verdad nada… lo que se hace nunca funciona, bueno a veces si…”.<br />

Con deseos de salirse de la escuela, de faltar a ella, de llorar, y de<br />

que un ojalá a mí no me pase; “Quisiera que se murieran”. Unos<br />

más exteriorizaron el “No sentir nada”, como una incapacidad de<br />

compartir un sentimiento que está siendo experimentado por un<br />

compañero o compañeros que están siendo victimizados, o como<br />

un no sentir para no sentir. Los sentimientos juegan un rol importante<br />

en nuestra percepción de éxito, y por consiguiente en el<br />

estilo de afrontar, si estos sentimientos son negativos provocaran<br />

una sensación de pesimismo, inutilidad y pasividad.<br />

Lo que hace el alumno para hacer frente a las experiencias de violencia<br />

entre iguales.<br />

Todas las formas por la cuales los alumnos entrevistados hacen<br />

frente a las experiencias de maltrato entre iguales, fueron mencionadas<br />

ser utilizadas por ambos sexos, en algunas de ellas se hizo<br />

énfasis en uno de los sexos.<br />

La indiferencia: la cual tiene como finalidad una regulación<br />

emocional de la situación donde se incluyen estrategias como mantener<br />

la calma o intentar que no le afecte o suceda. En lo referido<br />

por los estudiados se aprecian comportamientos tales como mantener<br />

la calma y hacerse como que no les importa: “No les hablo,<br />

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los ignoro, los abro”; “trato de relajarme y tranquilizarme, de no voltear<br />

a ver a nadie”; “No les sigo la corriente”. La indiferencia como<br />

estrategia fue mencionada en ambos sexos, pero recibió cierto énfasis<br />

en su utilización por parte del sexo femenino. Para algunos<br />

autores (Roth y Cohen, 1986), este tipo de estrategia de evitación<br />

puede ser entendida sin embargo como una forma activa de enfrentar<br />

el problema, ya que supone sobre todo ante las agresiones<br />

de tipo verbal, una forma de mostrar al agresor el poco efecto que<br />

su acoso tiene con él, con la esperanza de que esto termine. Utilizada<br />

tanto por los alumnos observadores como por las víctimas,<br />

(OV) en el caso de los alumnos como observadores actúa como un<br />

amortiguador del propio estrés, que genera la situación.<br />

El aguante: El soportar las situaciones y no responder a las<br />

provocaciones: “No hay más que aguantarse, porque nomás están<br />

viendo como reaccionas, y si te enojas te friegan más”; “Aguantarme,<br />

aunque hablen mal de mí, no les digo nada”; “Me quedo callada,<br />

no les hablo, no peleo” (OV por igual).<br />

El aislamiento (retirada social): retirarse de la interacción social<br />

con respecto a compañeros de la escuela como una forma en<br />

que los jóvenes estudiantes logran protegerse de ese entorno que<br />

ellos perciben como peligroso y ante el cual se sienten vulnerables;<br />

“Me hago la pinta”; No convivo, no me junto” (OV, resalta más en<br />

las víctimas).<br />

La huida-evitación: “Me alejo, me voy por otro lado, me quito<br />

de su camino, me retiro, me escondo o corro” (OV resalta más en<br />

las víctimas).<br />

Sentido del humor: El sentido del humor permite afrontar conflictos,<br />

o situaciones potencialmente angustiantes, de forma humorística,<br />

acentuando los aspectos cómicos o irónicos. El no tomarse<br />

las cosas muy en serio: “No tomar las cosas muy en serio”; “Me<br />

agarro risa y risa y payaseo”; “Alguna tontería, me hago el chistoso”;<br />

“Pues reírme, porque entre más te enojas, más te friegan” (V).<br />

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de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

La aceptación: como una disociación psicológica de la situación<br />

provocando un rediseño cognitivo de la misma situación haciendo<br />

que el sujeto acepte el acontecimiento estresante tal y como es,<br />

aquí se da un reconocimiento de la naturaleza crítica de la situación<br />

y de la propia responsabilidad en la situación. En esta situación el<br />

alumno realiza una evaluación secundaria examinando su probabilidad<br />

de éxito, de acuerdo a sus creencias sobre la propia capacidad<br />

de controlar un evento, (Lazarus y Folkman, 1984): “Nada, bueno<br />

casi nada”; “Así es…, a veces le toca a uno y con suerte no”; “No se<br />

puede hacer nada”, de acuerdo con lo expresado por los alumnos<br />

de ambos sexos, las situaciones de maltrato de iguales, están fuera<br />

de su control. Por su parte el hecho de aceptar el abuso, es interiorizar<br />

la indefensión en otros y en sí mismos, sino inmediatamente,<br />

sí a medio y largo plazo (Avilés, 2006). Mencionado por ambos y<br />

roles, por igual observador y víctima (OV por igual).<br />

Estado de alerta: las formas del maltrato entre iguales que<br />

prevalecen en el ámbito escolar según referencia de la población<br />

entrevistada como una repetición sistemática pero con periodos de<br />

“descanso”, hace que los alumnos desarrollen un estado de mentalidad<br />

paranoica, creando una desconfianza y sospecha exagerada,<br />

se encuentran preocupados con dudas y se ven a sí mismos sin<br />

apoyo, al tener expectativas de ser el blanco de futuro ataques. El<br />

maltrato es visto como una amenaza constante; “Yo creo que se la<br />

pasan muy a la defensiva, porque todo mundo los agarra de barcos“;<br />

“El estar atenta y muy alerta”; “Cuidarme de todos”; “Cuidarme las<br />

espaldas” (OV más enfatizado en las víctimas).<br />

El desarrollo de síntomas psicosomáticos: La somatización<br />

adquiere, en el adolescente, un valor añadido, al ser, en muchas<br />

ocasiones, una forma de expresión de sus trastornos psicológicos.<br />

En la base, nos encontramos con unas reacciones emocionales secundarias<br />

a factores psicosociales, de mayor o menor intensidad:<br />

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“En el transcurso de segundo año, me dio parálisis facial” ;“Había<br />

aquí unas chavitas, que ya no tenían pelo y se veían recuras, ya<br />

no las he visto, creo que se cambiaron de escuela”; “A mí me salieron<br />

granitos en la piel, se me hizo como la de las gallinas, [risas]”.<br />

Los síntomas psicosomáticos relacionados con la piel ocupan un<br />

lugar importante, ya que ésta es la carta de presentación de la propia<br />

imagen ante el mundo exterior. En estos casos, suele existir<br />

una adaptación pobre por parte del adolescente, con mayores problemas<br />

psíquicos de frecuente expresión somática, (Silber & Pao,<br />

2003). La ocurrencia de esta situación fue visualizada sólo en el<br />

sexo femenino y en las víctimas.<br />

Ser como ellos: en el discurso de los(as) informantes hay una<br />

clara intención de alcanzar un beneficio sin importar que éste sea<br />

de orden social, material o personal, el beneficio que con mayor<br />

frecuencia intentan alcanzar por ser el objetivo de mayor anhelo, es<br />

la integración a un grupo. De acuerdo a Lazarus y Launier (1978),<br />

los alumnos hacen una valoración primaria de la situación poniendo<br />

de relieve los beneficios potenciales o recompensas facilitadas<br />

por la situación. Esto tiene mucho que ver con la necesidad de una<br />

filiación grupal, que es parte esencial del yo, pues como mencionan<br />

Smith y Mackie (1997). “Yo creo que adaptarme al modo de ellos,<br />

es la única manera que me integren un poquito, porque… se siente<br />

uno mal que no lo acepten; “Hacerme de la forma de ellos, fue la<br />

única manera de que me aceptaran un poquito”. La necesidad de<br />

tener una filiación grupal es tan importante en esta etapa de la vida<br />

que los estudiantes de secundaria están dispuestos ejercer actos<br />

intimidatorios o aun a sufrirlos, si esto se convierte en su manera de<br />

lograr ser parte de uno de los tantos grupos sociales que se mueven<br />

al interior de la escuela; también guardarán silencio sobre los actos<br />

realizados, tanto si los ejercen, los sufren o los atestiguan, pese a<br />

que esto signifique romper con las normas sociales establecidas<br />

tanto en la escuela o el hogar, esta situación fue señalada por am-<br />

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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />

de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

bos sexos, más mencionada su utilización por el sexo masculino y<br />

por igual en ambos roles.<br />

La agresión para hacer frente: los alumnos coinciden en que<br />

todos dicen groserías, y todos tienen que decirlas, “Para estar<br />

igual”, o “para defenderse”; ”A mí no me gustaba que me hicieran<br />

eso… y luego me pelee con uno de tercero que se llevó conmigo, y<br />

que me lo madreo y entonces ya no me molestan tanto...”; “Les demuestro<br />

que no les tengo miedo”; “Trato de platicar, decirles que se<br />

calmen”; “No me dejo, se las regreso, me enfrento”; “pongo límites”;<br />

“Los golpeo, les digo de cosas”. Los alumnos(as) visualizan que<br />

ellos en algún momento agredirían si fueran molestados, o tal vez<br />

se sumarían al grupo que lo hace, como estrategia de sobrevivencia<br />

ya sea como defensa o como venganza. Referente a pelearse<br />

con el agresor, Fournet, Wilson & Wallander y Olafsen & Viniero,<br />

(2002) nos dicen que esta estrategia de afrontamiento, es al mismo<br />

tiempo una estrategia de tipo agresivo, lo que suele estar asociado,<br />

en el caso de su uso sostenido, a la creación más problemas de<br />

los que podría resolver en un momento dado (V y en el observador<br />

sólo en casos de que sea un compa el agredido).<br />

La búsqueda de apoyo social: las estrategias para evitar la<br />

victimización, van desde no andar sólo, sino con grupos de amigos,<br />

hasta recurrir a agentes externos a la escuela, como familiares.<br />

Aparece cuando el alumno valora como más eficaz para afrontar<br />

situaciones emocionales difíciles, y en muchas de las veces como<br />

apoyo en su resolución, (Folkman, 1986; Vázquez y Ring, 1992;<br />

1996); “Le digo a un maestro que esté cerca, o le pido ayuda a alguien”;<br />

“Se lo digo a mi mamá, y hermanos”, “Yo de plano le dije a<br />

mi hermano el más grande, y él con sus cuates les pusieron un tiro<br />

a esos bueyes”, ahí a la salida, [risa], no se lo esperaban, (ella)”. En<br />

el caso de los alumnos como observadores actúa como un amortiguador<br />

del propio estrés (Barrera, 1988): “Voy con los prefectos,<br />

les aviso a sus compas”; “Les digo a las muchachas que avisen a<br />

145<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

los prefectos, que se lo están madreando”. Avisar a los prefectos<br />

fue señalado por ambos sexos, aunque más mencionado por las<br />

mujeres. En el caso de los hombres fue manifestado en forma indirecta<br />

como decirle a las mujeres que lo hagan, [avisar al prefecto]<br />

y a los amigos de la víctima. Ambos sexos coincidieron en avisar<br />

a los que consideraban amigos del que está siendo victimizado.<br />

Cuando se es observador (ambos sexos) de una agresión se recurre<br />

más a la búsqueda de apoyo de los maestros. Cuando se es<br />

víctima se menciona más frecuentemente la búsqueda de apoyo<br />

familiar, (los hermanos mayores), principalmente en las agresiones<br />

físicas y amenazas en los hombres y en caso de acoso sexual en<br />

las mujeres. Algunos autores reportan que esta estrategia de afrontamiento<br />

es más utilizada por las mujeres, (Stone y Neale, 1984),<br />

sin embargo para esta población no presentó diferencias por sexo,<br />

sólo en cuanto a la o las personas a las que se recurre y las formas<br />

de llevarla a cabo (OV por igual con modalidades diferentes en el<br />

observador).<br />

El respaldo de los amigos: en cuanto al rechazo que sufren los<br />

niños víctimas, cabe mencionar el efecto protector que tienen las relaciones<br />

de amistad en los procesos de victimización. El tener, incluso,<br />

un único amigo popular capaz de protegerte y defenderte ante las<br />

intimidaciones de los demás amortigua tanto la frecuencia como los<br />

efectos a corto y largo plazo del acoso (Boivin et al., 2001). El contar<br />

con muchos amigos: “No… pues hacer amigos, estar con ellos,<br />

ir acompañado”, “Pues conmigo no tanto… porque siempre ando<br />

con un chorro de amigos y amigas y conocemos a casi todos, no<br />

tengo tantas broncas, pero sí miro que a algunas chavitas les cargan<br />

la mano algunos batos”. Los amigos juegan un papel importante en la<br />

prevención de la ocurrencia del maltrato (OV).<br />

El llevar a cabo comportamientos específicos para evitar ser<br />

víctima: “No llevarme, no provocar, no molestar, no ofender, no<br />

agredir a nadie; “Llevarme bien, ser buena onda con todos, no mo-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

146


Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />

de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

lesto”, que fue mencionado por igual en ambos sexos. Unos más señalaron<br />

ser selectivos con los compas con que se juntan y de forma<br />

humorística la huída: “Si te juntas con gente tranquila y te alejas de<br />

broncas, puedes sobrevivir, y si en ocasiones se ponen las cosas difíciles,<br />

pero con qué corras, [risas]” (o, en las víctimas con reservas).<br />

La percepción de la eficacia, en la detención, del maltrato por la<br />

estrategia de afrontamiento empleada.<br />

La eficacia, es la cuestión más importante desde el punto de vista<br />

profesional en los estudios sobre el afrontamiento, en un intento<br />

por identificar las estrategias más útiles para el manejo del estrés<br />

y las variables que influyen en dicha eficacia. En las evaluaciones<br />

realizadas sobre si lo que ellos llevaban a cabo para hacer frente a<br />

las experiencias del maltrato era efectivo, las respuestas giraron en<br />

torno a tres situaciones: 1) no funciona, 2) sólo funciona en algunos<br />

casos, 3) se detiene por un tiempo.<br />

No funciona: los alumnos de secundaria coinciden en que “por<br />

más que se luche” lo que no se podrá cambiar es el que se pongan<br />

apodos, “Y lo van a hacer en sus caras o a sus espaldas”.<br />

Sólo funciona en algunos casos: para detener la agresión física<br />

y las agresiones sexuales “Pos cuando vino mi hermano [ella] y le<br />

pusieron un tiro a esos bueyes, ya ni volteaban a verme [risas]“; “Si,<br />

si funciona cuando les parte uno la madre”. En cuanto a la estrategia<br />

agresiva de hacer frente por parte de la víctima, se mencionó:<br />

“Hay veces que si uno no se deja y se defiende, a veces es como<br />

si les diera uno pan [cuerda], lo agarran de a diario”. Tanto ellas<br />

como ellos señalaron que en muchas ocasiones la reacción violenta<br />

de la víctima sólo empeora su situación ya que esta reacción<br />

se utiliza como excusa para justificar nuevas agresiones. “Yo creo<br />

que depende de quién es y cómo anda el vato… a veces digan lo<br />

que digan o hagan lo que hagan, veo que no los sueltan, les siguen<br />

147<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

diciendo de cosas [burlas]. “Si te defiendes malo, y sino te defiendes<br />

igual.., malo”. A este respecto Olweus (1993), menciona que el comportamiento<br />

de la víctima de no responder al ataque y al insulto, es<br />

un signo de inseguridad y desprecio para el agresor/a.<br />

Se detiene por un tiempo y muchas de las veces se detiene<br />

por completo: señalaron que la indiferencia funciona en el caso de<br />

los chismes, e insultos, para detener la agresión física, el decirle<br />

a los maestros, así como para prevenir la recurrencia de robo,<br />

datos coincidentes con encontrado por Eslea (2001) y Salmivalli<br />

(1996). El hacerse como ellos fue más utilizado en el maltrato por<br />

exclusión enfatizando en los beneficios potenciales o recompensas<br />

facilitadas por la situación.<br />

En cuanto a la prevención de la ocurrencia del maltrato, coincidieron<br />

en el papel importante de llevar a cabo formas de interrelación<br />

no violenta, no agresiva “ser buena onda”; de la misma forma<br />

el papel importante que juegan los amigos, además en la contención<br />

emocional.<br />

Conclusiones<br />

Las estrategias de afrontamiento hacia el fenómeno del maltrato entre<br />

iguales, parecen ser el resultado de una evaluación que hacen a partir<br />

de la característica particular del comportamiento de la violencia entre<br />

iguales la cual se presenta de manera cíclica entre los alumnos en<br />

donde la víctima goza de periodos de aparente tranquilidad, ya que los<br />

agresores dirigen sus acciones de intimidación a otro u otros alumnos.<br />

De los aprendizajes realizados provenientes de experiencias previas,<br />

propias y en compañeros y de lo que han visto que funciona, del apoyo<br />

percibido por parte de los maestros, de la situación y rol que juegan<br />

en ese momento ya sea de víctima o de observador, de las características<br />

del agresor o agresores, del tipo de maltrato y su duración al<br />

Revista<br />

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Estrategias de afrontamiento de los alumnos implicados en la dinámica<br />

de la violencia entre iguales en escuelas de educación secundaria de<br />

la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México<br />

que le hace frente en ese momento, del estado de ánimo en que se<br />

encuentran y del grado escolar que cursa.<br />

Los datos analizados nos permiten suponer el uso de estrategias<br />

múltiples, combinadas de diferente manera, al parecer de modo<br />

flexible, lo que nos hace suponer que ante un problema complejo,<br />

como lo es la violencia entre iguales, los adolescentes se encuentran<br />

en una variación constante en cuanto al tipo de afrontamiento al que<br />

recurren. Situación por la cual no nos fue posible precisar cuál de<br />

las estrategias señaladas era la más efectiva y segura para evitar<br />

y/o detener las agresiones, ya éstas son cambiantes y modificadas<br />

según su efectividad.<br />

Consideramos que el afrontamiento ante la violencia entre<br />

iguales más bien requiere esfuerzos cooperativos organizados que<br />

trascienden el nivel individual, no dependiendo su solución de la habilidad<br />

del adolescente para manejar sus recursos individuales. Así<br />

pues, es necesario identificar las estrategias de afrontamiento grupales<br />

y organizacionales de la escuela por cuanto con frecuencia las<br />

características propias de los centros de enseñanza pueden favorecer<br />

el desarrollo de comportamientos violentos en las escuelas.<br />

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Revista<br />

educ rnos<br />

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Implementar actividades lúdicas para la autorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

Blanca Estela Hernández Cabrera<br />

Estudiante de Seminario de tesis de la Maestría en Innovación en la<br />

Escuela Universidad Pedagógica Nacional, Sub Unidad 111 Irapuato.<br />

waikita2@ hotmail.com<br />

Resumen<br />

Recibido 27 Febrero 2011<br />

Aceptado 15 Marzo 2012<br />

En mi práctica docente observé áreas de oportunidad que considero importantes<br />

para la formación del niño basándome en la necesidad de autorregular sus emociones<br />

al observar que presentaban poca expresión de emociones, agresividad en<br />

el juego y poca o nula tolerancia al cambio al convivir socialmente con sus pares.<br />

Llevé un registro de las situaciones conflictivas, y los aspectos que originan<br />

la violencia, una detonante es la poca supervisión que se le da al niño en<br />

los juegos, el contexto con pocas áreas de recreación, la falta de conocimiento<br />

y aplicación de los valores y poca importancia que se le da a la expresión de<br />

sentimientos.<br />

Implementé actividades, lúdicas, de representación (psicodrama) en el<br />

grupo para que conozcan, reconozcan y puedan manejar las emociones, agresivas<br />

y a la vez esto se vea reflejado en su aprendizaje así como en la convivencia<br />

con el medio social en que se desarrollan.<br />

Palabras clave: Socialización violencia, tolerancia, autorregulación, emociones.<br />

153<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

En el siguiente texto, muestro la experiencia que trabajé con el enfoque<br />

por competencias, los aciertos, dificultades y conclusiones<br />

que hago a partir de lo que he recuperado del trabajo áulico.<br />

Para entender los sentimientos de los demás, hay que entender<br />

primero los propios así como nuestras necesidades y deseos,<br />

¿qué cosas personas o situaciones nos causan determinados sentimientos?<br />

¿Qué pensamientos generan las diversas emociones?<br />

¿Cómo nos afectan y qué consecuencias y reacciones propician?<br />

Éstas y otras preguntas han generado que el presente<br />

trabajo esté enfocado al desarrollo de la autonomía y la autorregulación<br />

emocional de los niños durante las actividades, lúdicas e<br />

intelectuales del primer año de primaria para su integración social.<br />

A lo largo del presente documento muestro lo observado tanto<br />

fuera como dentro del salón de clases, lo cual me ha permitido<br />

detectar la forma en que mis alumnos interactúan y de esta manera<br />

adecuar mi práctica docente a las necesidades concretas que permitan<br />

mejorar la convivencia en el aula. Es por eso que mi principal<br />

objetivo es lograr que los niños reconozcan sus emociones y las<br />

puedan manejar de manera regulada en todo momento.<br />

A continuación describo el contexto en el cual trabajo, mismo<br />

que tuve que estudiar para llevar a cabo un proyecto de innovación,<br />

que se solicita para la titulación en la Maestría en innovación en la<br />

escuela.<br />

Laboro en una escuela rural ubicada en el municipio de Silao,<br />

Guanajuato, es una comunidad de aproximadamente 500 habitantes<br />

que se dedican a la agricultura, cuentan con los servicios básicos<br />

como agua y luz, sus calles son de terracería, la mayor parte de la<br />

comunidad son de escasos recursos económicos y carecen de áreas<br />

recreativas, sólo existe un llano que utilizan para jugar futbol o beisbol.<br />

Allí me he percatado que a algunos de mis alumnos les cuesta<br />

mucho trabajo integrarse al grupo, esto lo he notado en la forma de<br />

actuar entre ellos, al momento de socializar, algunos son muy into-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

154


Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

lerantes y agresivos en sus comentarios, acciones y golpes dentro<br />

y fuera de la institución.<br />

En relación al contexto social, la mayoría de los niños sólo<br />

conviven con los adultos en la noche ya que sus padres laboran<br />

en el campo durante todo el día o algunos de ellos no viven en la<br />

comunidad, pues se van a trabajar a otras ciudades tanto dentro<br />

como fuera del Estado, por lo que sólo están con sus hijos uno o<br />

dos periodos al año. Esto ocasiona que los niños estén solos la<br />

mayor parte del día y no exista una figura paterna que les apoye<br />

en sus necesidades básicas y su proceso de formación por lo que<br />

sus manifestaciones lúdicas son en mayor parte agresivas sin una<br />

figura de autoridad que regule este tipo de acciones.<br />

He observado los tipos de juegos que se llevan a cabo durante<br />

el recreo, a uno de ellos los alumnos le llaman “las patadas”,<br />

participan sólo niños, el juego consiste en comenzar a pelear, la<br />

consigna que tienen es patear o pegarle al que se caiga primero,<br />

los que se quedan de pie comienzan a golpearlo hasta que éste<br />

comience a llorar o algún profesor(a) pare el juego.<br />

Ellos acostumbran a jugar en los rincones más apartados de<br />

la escuela. Algunos compañeros solamente les llaman la atención<br />

y se alejan, otros se los llevan a la dirección y los castigan por el<br />

resto del recreo. En los colegiados hemos hablado del problema,<br />

pero no se han propuesto estrategias para solucionar este tipo de<br />

situaciones, porque algunos docentes no quieren involucrarse más<br />

allá de lo que creen que les concierne: “enseñar a los niños los contenidos<br />

curriculares de acuerdo al grado que cursan y a planes y<br />

programas”, para ellos lo adecuado es avisar a los padres de familia<br />

de la mala conducta de sus hijos para que sean ellos los que tomen<br />

cartas en el asunto.<br />

“…el maestro en el mejor de los casos funciona como un instructor, en<br />

el peor se convierte en cómplice al reconocer el terrorismo de los niños<br />

pero no ver el propio, al permitir que en sus propias narices ocurran<br />

155<br />

Revista<br />

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La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

actos de agresión ante los cuales sólo tiene el recurso de castigar o ignorar<br />

pero no el de promover espacios para la expresión constructiva”<br />

(Michel y Chávez 1997: 40).<br />

Mi meta es que los niños participen en equipo de manera amable y<br />

sean tolerantes ante las diferencias físicas y conductuales de sus<br />

compañeros, traten de lograr algo de manera individual y grupal<br />

con apoyo, además de que expresen sus emociones sobre todo las<br />

que tengan que ver con el respeto y la tolerancia ya que las ofensivas<br />

son las que más manifiestan.<br />

Finalmente que los alumnos reconozcan lo que provocan algunas<br />

acciones de agresividad ante sus compañeros, al molestarlos<br />

a la vez que sepan aceptar sus derrotas y no ser ofensivos al<br />

ganar y querer minimizar al otro grupo.<br />

Todo esto a través de actividades de interés en los niños como<br />

son juegos y canciones que se llevaron a cabo dentro y fuera del<br />

salón de clases, todo esto lo he investigado con base a algunos de<br />

estos teóricos como son Vygotski (2002: 304), Carl Rogers (1998:<br />

98), Daniel Goleman (2008: 120).<br />

Algunas de las estrategias, recursos, que utilizaré para innovar<br />

dentro de mi práctica docente son las actividades lúdicas<br />

educativas, así como ahora he tenido la oportunidad de promover,<br />

intento que sean formativas y a la vez se lleven a cabo de manera<br />

transversal, utilizando varias actividades sin importar la materia<br />

pero que tengan que ver con mi propósito que es mejorar la socialización<br />

en el aula, de manera que los alumnos no sientan como una<br />

obligación el hecho de aprender y convivir en grupo y que esto lo<br />

hagan de manera cordial, respetuosa y tolerante.<br />

A continuación describiré uno de los sucesos que me inquietó<br />

y paralelamente, despertó mi interés por cambiar la manera de<br />

pensar y actuar de mis alumnos, describiré lo que sucedió: otro<br />

día durante el recreo, estaban varios niños jugando y me llamó la<br />

atención porque algunos de mis alumnos estaban a su alrededor,<br />

Revista<br />

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156


Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

gritaban, animaban a los que jugaban y se reían, al acercarme alcancé<br />

a escuchar el siguiente diálogo:<br />

• N1: Te voy a matar porque tú siempre me pegas y además<br />

yo soy de la policía.<br />

• N2: pues yo te voy a matar a ti con mi pistola porque yo soy<br />

“zardo” militar y yo tengo una pistola más grande y poderosa.<br />

• N1: pues ya te fregaste porque yo soy zeta y te mato a ti y<br />

toda tu familia y nadie me va a ganar.<br />

Les pregunté a qué jugaban, me contestaron:<br />

• Coro -a los policías y los narcos.<br />

• N1. Cuando yo sea grande seré el jefe de los narcos y tendré<br />

unas camionetotas, mucho dinero, seré el más rico de aquí.<br />

Platiqué con mi compañera de guardia sobre la situación y concordamos<br />

en lo siguiente: el medio en el que viven los niños es un<br />

factor de influencia que determina su manera de pensar y actuar.<br />

He observado que este tipo de juegos sólo hacen que los<br />

“más fuertes,” se sientan con dominio del lugar y hacen sentir a<br />

los demás que “ellos mandan” y que los deben respetar por lo<br />

que los niños pequeños los ven como un ejemplo a seguir, pues<br />

me han comentado en el salón de clase que cuando sean grandes<br />

quieren ser “cholos” o “narcos” para matar a todos los que los traten<br />

mal y para tener mucho dinero, lo que ven en la calle o en sus casas<br />

les hace pensar así ven su futuro con ocupaciones que no tiene<br />

nada que ver con los estudios, ni con un buen comportamiento sino<br />

que le dan importancia a las cosas materiales y se sienten atraídos<br />

por el poder y la violencia.<br />

157<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

“Por los estudios antropológicos sabemos que la cultura social determina<br />

las creencias, costumbres e ideología de los grupos humanos<br />

y estos pueden actuar positiva o negativamente, según se realice el<br />

proceso de enculturación. Los principales agentes de la socialización<br />

cultural son la familia, la escuela, los grupos de influencia y los medios<br />

de comunicación (Sastré y Navarro, 2002: 92)”.<br />

He identificado por la información obtenida de las entrevistas a los<br />

padres de familia y la observación de las costumbres de la comunidad,<br />

que existe una influencia negativa en los niños provocado<br />

por los siguientes factores: la desintegración familiar causada por<br />

la emigración. La violencia intrafamiliar, que se agrava por los problemas<br />

del alcoholismo o la drogadicción que padecen los hombres<br />

que se quedan en la comunidad. También existe un problema de<br />

género, una cultura machista, la mujer está condicionada a obedecer<br />

al padre, hermano, esposo y al hijo cuando crece. La falta de<br />

respeto hacia la mujer es notoria ya que los niños no ven en sus<br />

madres a una figura de autoridad.<br />

Lo que viven mis alumnos es resultado del proceso de enculturación,<br />

“por el cual el individuo sigue las costumbres de una generación<br />

a otra, es decir, aprende a actuar de cierta forma, según el rol<br />

que le toca por ser niño o niña” (Sastré, 2002: 94).<br />

Al observar esto me pregunté sobre la necesidad de indagar<br />

sobre el autocontrol o la autorregulación, a lo que me pregunto ¿por<br />

qué investigar para conocer y controlar las emociones? Porque<br />

creo que es posible generar un cambio de actitud en mis alumnos.<br />

Por este motivo mi objeto de estudio es la autorregulación,<br />

y mi propósito es el de favorecer a través de actividades lúdicas y<br />

mis intervenciones para que el alumno conozca, reconozca y autorregule<br />

sus emociones con el fin de mejorar la convivencia dentro<br />

y fuera del aula.<br />

Es indispensable que yo también sea cuidadosa en la forma<br />

en que me dirijo a ellos, en la manera en que me comunico, pues<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

158


Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

debo generar un clima de confianza y seguridad para propiciar la<br />

reflexión y la participación de mis alumnos.<br />

Otra de las cosas que observé fue que mientras les comentaba<br />

las actividades como un juego o concurso los mantiene interesados<br />

y contentos hasta se ve reflejado en el aprovechamiento,<br />

pero cuando les explico que vamos a trabajar cambia su actitud y<br />

creo que esto es normal, relacionan la palabra trabajo con algo feo,<br />

difícil, obligatorio, y que no les gusta, creo que todo está en el uso<br />

que les damos a las palabras para modificar el comportamiento de<br />

los niños sobre todo en esta edad que es cuando empiezan a tener<br />

obligaciones de niño grande, desde cuidar al hermanito, limpiar la<br />

casa, hasta ir a trabajar con la familia.<br />

Hablo de la influencia cultural de la comunidad que de una u<br />

otra manera ha impactado en la actitud de mis alumnos y del resto<br />

de los niños de la primaria, describo la manera en que juegan y<br />

cómo a través de sus juegos manifiestan lo que ven o escuchan en<br />

sus hogares o en su entorno inmediato.<br />

Así como los factores de influencia detectados y que son parte<br />

esencial de las conductas que repiten los niños y niñas en el aula. Y<br />

expreso la importancia que tiene el desarrollar la inteligencia emocional<br />

y más específicamente, la autorregulación para el manejo de<br />

las emociones positivas o negativas de mis alumnos.<br />

Para la UNESCO, la cultura (el conocimiento) da al hombre la<br />

capacidad de reflexionar sobre sí mismo, que es lo nos hace seres<br />

específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos,<br />

a través de ella, discernimos los valores y efectuamos<br />

opciones, el hombre se expresa toma conciencia de sí mismo se<br />

reconoce como un proyecto inacabado pone en cuestión propias<br />

realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones y<br />

crea obras que lo trascienden (UNESCO, 1982: 73).<br />

159<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Propongo las actividades lúdicas como medio para favorecer la<br />

autorregulación y el control de emociones. Expongo que la autorregulación<br />

es un factor elemental para mejorar la convivencia del grupo.<br />

Finalmente presento la experiencia que trabajé con el enfoque<br />

por competencias, los aciertos, dificultades y conclusiones que<br />

hago a partir de lo que he recuperado del trabajo áulico.<br />

El tema de mi proyecto de investigación<br />

Desarrollar la autorregulación emocional uno de los ejes de análisis<br />

a investigar a través de la aplicación de actividades lúdicas para<br />

favorecer la comunicación y tolerancia emocional en un grupo de<br />

segundo de primaria.<br />

Algunos de los aspectos observados y que he tomado como<br />

referencia para el análisis de mi práctica son los autorregistros de<br />

corte etnográfico y en ellos trato de identificar cómo es mi labor docente<br />

ante algunas actividades, y sobre todo mi manera de actuar<br />

ante algunas actitudes agresivas o poco tolerantes de los niños<br />

y las estrategias que se llevan a cabo ante ciertas situaciones de<br />

autorregulación de emociones y tolerancia con sus compañeros.<br />

Actividades que reforzarían la inteligencia intrapersonal y autorregulación:<br />

El interés por aplicar ésta y otras actividades relacionadas con el<br />

desarrollo y manejo de las emociones fue debido a la necesidad<br />

de conocer y canalizar el tipo de actitudes negativas como son los<br />

pleitos verbales y físicos en momentos de clase y fuera de ella, así<br />

como las agresiones hacia los más pequeños y las mujeres que presentan<br />

mis alumnos de primer grado, y en base a estrategias lúdicas<br />

tratar de reconocer dichas emociones y llegar a controlarlas dentro<br />

y fuera del aula.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

160


Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

Actividades en pares, juegos de mesa, programas de computación<br />

interactivos, encuestas, amigos hechos mediante cartas,<br />

desarrollo de liderazgo, actividades colaborativas como resolución<br />

de problemas en equipo, y pensamiento grupal, lluvia de ideas en<br />

grupo, enseñanza de alumno a alumno, toma de notas grupales y<br />

proyectos de escritura para la clase o en grupos.<br />

Conceptos de los temas en que me estoy basando para conocer<br />

un poco más el desarrollo y expresión de ciertas emociones y<br />

su correcta canalización:<br />

• Percepción y expresión emocional. Se trata de reconocer de<br />

manera consciente qué emociones tenemos, identificar qué<br />

sentimos y ser capaces de verbalizarlas. Una buena percepción<br />

significa saber interpretar nuestros sentimientos y vivirlos<br />

adecuadamente, lo que nos permitirá estar más preparados<br />

para controlarlos y no dejarnos arrastrar por los impulsos.<br />

• Regulación emocional, o capacidad para dirigir y manejar las<br />

emociones de una forma eficaz. Es la capacidad de evitar<br />

respuestas incontroladas en situaciones de ira, provocación<br />

o miedo. Supone también percibir nuestro estado afectivo<br />

sin dejarnos arrollar por él, de manera que no obstaculice<br />

nuestra forma de razonar y podamos tomar decisiones de<br />

acuerdo con nuestros valores y las normas sociales y culturales.<br />

Estas cuatro habilidades están ligadas entre sí en la<br />

medida en que es necesario ser conscientes de cuáles son<br />

nuestras emociones si queremos vivirlas adecuadamente.<br />

Básicas recurrentes que observé en el aula para darme cuenta del<br />

problema que existe en el desarrollo de mi práctica docente.<br />

• Poca atención en la clase por jugar o pelear incluso por juegos<br />

relacionados con la violencia.<br />

161<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

• Baja tolerancia al diálogo o a la convivencia con sus compañeros.<br />

• Comentarios dentro del aula agresivos, difícilmente con palabras<br />

positivas hacia sus compañeros.<br />

• Escaso diálogo o al compartir trabajando en equipo.<br />

Ahora después de los registros y el análisis de mi práctica me he<br />

percatado que el alumno que quiero formar es:<br />

Una persona que desarrolle la expresión asertiva de emociones<br />

y conviva con tolerancia y armonía en todo momento de su vida<br />

presente y futura.<br />

Gestionar adecuadamente las emociones supone:<br />

• No someterlas a censura. Las emociones no son buenas o<br />

malas, salvo cuando por nuestra falta de habilidad hacen<br />

daño, a nosotros o a otras personas.<br />

• Permanecer atentos a las señales emocionales, tanto a nivel<br />

físico como psicológico.<br />

• Investigar cuáles son las situaciones que desencadenan<br />

esas emociones.<br />

• Designar de forma concreta los sentimientos y señalar las sensaciones<br />

que se reflejan en nuestro cuerpo, en lugar de hacer<br />

una descripción general (“estoy triste”, “estoy nervioso”).<br />

• Descargar físicamente el malestar o la ansiedad que nos<br />

generan las emociones.<br />

• Expresar nuestros sentimientos a la persona que los ha desencadenado,<br />

sin acusaciones ni malas formas y detallando qué<br />

situación o conducta es la que nos ha afectado.<br />

• No esperar a que se dé la situación idónea para comunicar<br />

los sentimientos, tomar la iniciativa.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

162


Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

Algunos teóricos relacionados con el tema de investigación son:<br />

Vygotski, Carl Rogers, Daniel Goleman, Howard Gardner, Abraham<br />

Maslow.<br />

En lo que respecta a la teoría de Vygotski se habla de diálogo<br />

interno, los niños utilizan el lenguaje no solamente para comunicarse<br />

con otros, sino para organizar planear y guiar su propio<br />

comportamiento (autorregulación emocional) el habla privada<br />

constituye una herramienta del desarrollo del pensamiento, el diálogo<br />

interno convierte a los individuos en seres más comunicativos<br />

socialmente.<br />

Estrategias de enseñanza para aplicar la teoría de Vygotski,<br />

y la ZDP (zona de desarrollo próximo), la enseñanza del alumno<br />

debe ser asistida por el instructor en un principio y con las prácticas<br />

continuas del alumno, el profesor reduce la asistencia y las<br />

explicaciones hasta que este pueda trabajar independientemente.<br />

utilice a compañeros más hábiles como maestros: los estudiantes<br />

se benefician del apoyo de los alumnos expertos.<br />

La teoría de Carl Rogers nos dice que: el concepto central de<br />

esta orientación es el del “self’ o concepto de “sí mismo”, las ideas y<br />

percepciones propias del individuo respecto a sus experiencias personales<br />

y aspiraciones (el autoconcepto, la autoimagen). El principal<br />

autor que representa esta postura es Carl Rogers (1902-1987), un<br />

autor eminentemente clínico que aborda en los años 60 una formulación<br />

teórica de la personalidad en consonancia con sus posiciones<br />

terapéuticas. Otros autores de esta orientación serían Maslow.<br />

De acuerdo con esta posición humanista de la fenomenología,<br />

Rogers cree que el individuo percibe el mundo que le rodea<br />

de un modo singular y único; estas percepciones constituyen su<br />

realidad o mundo privado, su campo fenoménico. En este sentido,<br />

la conducta manifiesta de la persona no responde a la realidad,<br />

responde a su propia experiencia y a su interpretación subjetiva de<br />

la realidad externa.<br />

163<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Otro de los autores en los que me he apoyado es Daniel Goleman<br />

pues considero que su teoría de las emociones en el ser<br />

humano y su canalización tienen mucho que ver con mi proyecto.<br />

(Goleman 2007): estima que la inteligencia emocional se puede<br />

organizar en cinco capacidades:<br />

• Conocer las emociones y sentimientos propios.<br />

• Manejarlos.<br />

• Reconocerlos.<br />

• Crear la propia motivación.<br />

• Gestionar las relaciones.<br />

El propósito es fomentar la autorregulación emocional, con un manejo<br />

responsable de su conducta y mayor resolución para resolver<br />

conflictos, que los alumnos se reconozcan como personas con dignidad<br />

y derechos con capacidad para desarrollarse a sí mismos<br />

aprendan que tienen derechos, que pueden ser respetados.<br />

Es indudable que hay maestros que si tratan de incidir en sus<br />

alumnos a través de la reflexión, pero hasta ahora no hemos logrado<br />

conjuntar un plan de acción para cambiar estos juegos que se hacen<br />

más agresivos conforme avanza la edad de nuestros educandos.<br />

Una de las actividades que me ha funcionado al aplicarla con<br />

mis alumnos es la denominada “El juego de los globos enojados”.<br />

El propósito es desarrollar las competencia de escucha, expresión<br />

de sentimientos y emociones por medio del juego simulado”. La<br />

intención es que los niños expresen lo que sienten en el momento<br />

en que se despertó una emoción a partir de las acciones que harán,<br />

propiciar el que identifiquen esos sentimientos y controles sus<br />

reacciones en beneficio del grupo con el que conviven. “Ese es el<br />

primer paso para desarrollar la inteligencia emocional, que es la<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

164


Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad<br />

para manejarlos” (Goleman, 1995: 98).<br />

Previamente me enfoqué a decorar mi salón de clases con<br />

motivos alusivos al tema de las emociones con el objetivo de que<br />

el niño se sintiera cómodo. Posteriormente comencé la actividad<br />

recuperando conocimientos previos de mis alumnos, les plantee<br />

las siguientes preguntas con la finalidad rescatar que conocen por<br />

emociones. Traté que no se sintieran presionados y que sus respuestas<br />

no fueran forzadas sino espontáneas.<br />

• ¿Qué son las emociones?<br />

• ¿Cómo se sienten cuando les pegan?<br />

• ¿Cómo creen que se siente la persona que le pegan?<br />

• ¿Les gusta ver llorar a sus amigos o compañeros?<br />

• ¿Cómo me siento cuando me dan un abrazo?<br />

• ¿Cómo me siento cuando me dicen que me quieren?<br />

La mayoría de los niños me explicaron sus emociones de manera<br />

clara y precisa: -a mí me gustan los abrazos, y besos y me siento<br />

triste cuando les pegan a mis amigas y no me gusta ver llorar a<br />

nadie- aunque hubo algunos que no quisieron contestar sobre todo<br />

los niños negaban lo que sentían, -diciendo a mí no me importa, a<br />

mí no me interesa, y no me gusta que me abracen o besen.<br />

A continuación comencé con la actividad, les comenté que<br />

empezaríamos a jugar con unos globos una actividad nueva y les<br />

expliqué que se trataba: -Les voy a dar un globo a cada uno de<br />

ustedes, cada uno escogerá el color y tomarán un marcador del<br />

color que ustedes quieran, luego lo vamos a inflar (yo ayudé a inflar<br />

algunos pues algunos niños no pueden hacerlo todavía) después<br />

les dije que ese globo podía ser su amigo o su enemigo y le iban a<br />

pintar la cara que ellos quisieran. Si era su amigo le dirían palabras<br />

bonitas o le contarían algo importante para ellos y si era su enemi-<br />

165<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

go hacerlo enojado o feo y decirle por qué nos les caía bien, por<br />

qué no lo quería e incluso podían golpearlo hacia arriba y cuando<br />

se cansaran podían romperlo.<br />

Resultado: la mayoría de los niños hicieron sus globos como<br />

sus amigos, compañeros de clase, la mayoría de los niños les contaban<br />

lo que hicieron en la escuela, otros le decían lo que harían<br />

por la tarde. Los niños que dibujaron su globo como enemigo le<br />

dijeron que no le caía bien porque era malo, porque siempre le pegaba<br />

o se burlaba de él. Pero finalmente lo acariciaron. Tres niños<br />

se enojaron con el globo, lo insultaron y lo tronaron.<br />

La autorregulación se propicia a través del análisis de lo que<br />

pasó, nuevamente las interrogantes que se les plantea a los niños son<br />

importantes. Se les pregunta: ¿qué sintieron?, ¿por qué lo hicieron?, y<br />

¿para qué lo hicieron?, en seguida les comentaba que hubieras sentido<br />

si tú fueras el globo. Los niños que mostraron un comportamiento<br />

socialmente apropiado y que gozaban de popularidad entre sus compañeros<br />

mostraban altos niveles de regulación emocional, y también<br />

altos niveles de afrontamiento constructivo instrumental y bajos niveles<br />

de afrontamiento no constructivo (agresión).<br />

Los niños manifestaron que les gustó el juego, de acuerdo al<br />

programa de educación primaria se llevaron a cabo las siguientes<br />

acciones:<br />

• Bloque II: autorregulación, y ejercicio responsable de la libertad,<br />

apego a la legalidad y sentido de justicia.<br />

• Bloque: manejo y resolución de conflicto/participación social<br />

y política.<br />

Las competencias que se favorecieron fueron expresión oral, reconocer<br />

lo que sienten, capacidad de escucha, esperar su turno<br />

para participar, reconocer al otro, es decir, saber que pueden hacer<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

166


Implementar actividades lúdicas para laautorregulación<br />

emocional en el alumno de primero de primaria<br />

sentir bien o mal a sus compañeros, hermanos o padres, por lo que<br />

digan o hagan.<br />

La dificultad que tuve al trabajar con el enfoque del desarrollo<br />

de las emociones basado en las competencias de primaria fue que<br />

al haber trabajado 10 años en preescolar, en este nivel, las competencia<br />

son marcadas como manifestaciones observables y en<br />

primaria se enuncian de manera general.<br />

Otra diferencia está en la atención que se les da a los niños<br />

de preescolar por parte de sus padres, es más cercana; en primaria<br />

las mamás de la comunidad ya no los acompañan a la escuela, no<br />

acuden por sus hijos, se los encargan al hermano mayor o al vecino<br />

más grande; considero que esto afecta la confianza de algunos<br />

niños pues sienten el abandono de sus padres, aclaro que a otros<br />

pequeños se les hace normal, porque esas son las costumbres<br />

que se practican.<br />

Conclusiones<br />

He descubierto que para entender los sentimientos de los demás,<br />

hay que entender los propios, así como reconocer cuáles son mis<br />

necesidades y deseos, qué cosas, personas o situaciones me causan<br />

determinados sentimientos, y finalmente qué pensamientos<br />

generan las diversas emociones, cómo me afectan y qué consecuencias<br />

y reacciones tenemos nosotros como docentes.<br />

A través de esta actividad y su observación me he dado cuenta<br />

que, los niños son capaces de establecer vínculos de apego con distintas<br />

figuras, siempre que éstas se muestren sensibles y cariñosas.<br />

Bibliografía<br />

Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss, Vol. 1: Attachment, Londres:<br />

Hogarth Press and the Institute of Psycho-Analysis.<br />

167<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

Gardner, Howard. (1983). Teoría de las inteligencias múltiples Frames<br />

of Mind: The Teoría of Múltiple Intelligence 1983, (Google<br />

académico 02 07 10).<br />

Goleman, Daniel. (2001). Inteligencia Emocional. Madrid: Editorial<br />

Kairós.<br />

―(2000). La inteligencia emocional. Porqué es más importante<br />

que el cociente intelectual. Madrid: Edit. Vergara.<br />

Gómez Villalpando, Armando. (2000). Caleidoscopio educativo.<br />

México: Mycousin.<br />

Maslow, A. H. (1954). Motivation and Personality. Nueva York: Harper<br />

and Row. Trad. Castellana (1975). Motivación y Personalidad.<br />

Barcelona: Sagitario.<br />

Rogers, Carl. (1981). Psicoterapia centrada en el cliente. Barcelona:<br />

Paidós.<br />

Vygotski, Lev. (1988). La zona de desarrollo próximo y la colaboración<br />

entre pares: connotaciones para la práctica del aula y la<br />

formación social de la mente. Barcelona: Paidós.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

168


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro escolar<br />

del municipio de Guanajuato<br />

Ricardo Javier Hernández Venegas<br />

Estudiante del programa de Maestría en Investigación Educativa en<br />

el Departamento de Educación de la Universidad de Guanajuato.<br />

ricachudo@hotmail.con<br />

Resumen<br />

Recibido 27 Febrero 2012<br />

Aceptado 15 Marzo 2012<br />

En el presente artículo se dan a conocer los resultados de una investigación, realizada<br />

en una secundaria ubicada en la capital del estado de Guanajuato, cuyo<br />

objetivo fue hacer un diagnóstico sobre la violencia entre iguales de dicha institución.<br />

Los resultados se muestran de forma cuantitativa y analicé gráficamente<br />

los tipos de violencia manifestados por los escolares, así como los lugares donde<br />

suelen ocurrir dichos actos y la frecuencia de los mismos.<br />

Para la obtención y análisis de los datos estadísticos se diseñó y aplicó<br />

un instrumento a 112 estudiantes seleccionados al azar de los distintos grados<br />

y grupos de la institución, con este instrumento se analizó cómo los estudiantes<br />

describen su ambiente escolar, es decir, como es la relación con sus compañeros<br />

para conocer también si han sido participes de actos de violencia en la escuela<br />

dando un panorama general de los lugares y la frecuencia de estos actos.<br />

Palabras clave: Violencia escolar, bullying, educación secundaria.<br />

169<br />

Revista<br />

educ rnos


La colegiación como cultura, un proceso que se construye. Escuela<br />

Normal Superior de Jalisco 2002-2008<br />

No te quejes son juegos de HOMBRES<br />

Fausto<br />

Fausto, un jovencito de quince años para quien la escuela era un<br />

auténtico calvario, pues tenía que lidiar todos los días con las burlas,<br />

golpes, rechazos e infinidad de cosas recibidas de sus compañeros<br />

de clase, y también los que no lo eran; Fausto desde la<br />

primaria era un estudiante sobresaliente, era bueno en Historia,<br />

Español, Geografía, y que decir de las Matemáticas, era un buenazo...<br />

aunque sus compañeritos lo molestaban y le decían que era un<br />

presumido por sus calificaciones. ¡Al fin! Llegó el día de ir a la secundaria,<br />

nueva escuela, nuevos maestros, nuevos compañeros, en fin, todo<br />

un cambio de vida. Y así fue… prácticamente su vida cambió… las<br />

<strong>primera</strong>s semanas eran geniales, todos nos llevábamos bien y en<br />

realidad anhelaba que no dieran el toque de salida porque me gustaba<br />

estar con mis compañeros y aprender de todos mis maestros,<br />

por <strong>primera</strong> vez tenía a un maestro para cada asignatura, y aunque<br />

las tareas eran pesadas las hacía con gusto, por las mañanas al<br />

llegar a la escuela, apenas me veían mis compañeros y me decían,<br />

¡Fausto!, pásanos la tarea de Mate, ¡oye! No seas gacho, pásanos<br />

la de Historia, y yo se las pasaba con gusto; muchas veces cuando<br />

el maestro preguntaba sobre la tarea, nos ponía a leer en voz alta<br />

las respuestas, y se daba cuenta de que al menos seis o siete del<br />

salón teníamos la misma respuesta, y con una mirada de pocos<br />

amigos y con un tono de voz alto preguntaba: ¿quién le paso la<br />

tarea a quién? Y nos amenazaba diciendo: Ya vienen los exámenes<br />

parciales y ahí me voy a dar cuenta de quién realmente sabe,<br />

y quienes son los que nada más vienen a calentar la banca. Pero<br />

nosotros nunca dijimos nada, éramos muy unidos.<br />

Para mi mala fortuna llegaron las fechas de los exámenes<br />

parciales, y ahí nos descubrieron, la mayoría de los compañeros a<br />

los que les pasaba la tarea reprobaron, y no es por presumir pero<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

170


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />

escolar del municipio de Guanajuato<br />

yo saqué un nueve de calificación, fue un examen muy difícil y un<br />

maestro muy estricto, yo no podía ocultar mi felicidad ante las caras<br />

de molestia de mis compañeros; pero una vez que pasó el periodo<br />

de exámenes, todo era normal, yo le seguía pasando las tareas a<br />

mis compañeros, hasta que un día un maestro me dijo: es la última<br />

vez que le pasas la tarea a tus compañeros, ¿crees que no me doy<br />

cuenta que eres el que se deja copiar?, dime, ¿crees que eso está<br />

bien?, te lo advierto Fausto, si vuelvo a ver tareas iguales entre tus<br />

compañeros no me va a quedar de otra que reprobarte, ¿entendido?,<br />

y yo sentí como si me hubieran echado un balde de agua fría,<br />

sin decir una palabra, solo moví la cabeza diciendo que sí, imaginaba<br />

el regaño que me pondrían mis padres. A partir de ese momento<br />

todo cambio… a la mañana siguiente cuando me pedían la tarea,<br />

al no saber qué hacer, yo les decía: No la hice, se me olvido, y mis<br />

compañeros se volteaban a ver unos a otros incrédulos de lo que<br />

les decía. Y así, con esa excusa me mantuve una semana, hasta<br />

que en uno de los recesos mis “amigos” me dijeron: Fausto, como<br />

tú ya no quieres pasarnos la tarea, ya no queremos ser tus amigos,<br />

no queremos que te juntes con nosotros… Nunca nadie me había<br />

dicho eso, sentí algo en el estómago que me causaba miedo, recuerdo<br />

que con un nudo en la garganta fui a lavarme la cara y al<br />

verme en el espejo vi como mis ojos estaban sonrojados, en verdad<br />

me dolió mucho lo que dijeron mis amigos, ese día no comí, y por la<br />

noche dormí muy poco, apenas cerraba los ojos venían a mi mente<br />

esas palabras, en verdad, fue una mala noche.<br />

Después de eso empecé a juntarme más con las mujeres del<br />

salón, ellas estudiaban más que mis compañeros hombres y me<br />

sentía bien con ellas, lo único malo es que siempre tenía que escuchar<br />

las críticas a casi toda la escuela, se peleaban porque a<br />

varias chavas les gustaba el mismo el chavo, por el tipo de peinado,<br />

por los zapatos, por las fiestas, por todo; no era tan diferente<br />

de los pleitos, chavos porque ellos te ponían sobrenombres y sino<br />

171<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

te aguantabas, pues se iban directo a los golpes; cuando iba a ver<br />

peleas, de hombres o de mujeres, nos íbamos entre los callejones<br />

que están cerca de la escuela, para que los maestros no se dieran<br />

cuenta, sólo a veces se enteraban, pero sólo ponían un reporte y<br />

mandaban llamar a los papás, que por cierto no iban, y ya después<br />

a los maestros se les olvidaba. Yo nunca me pelee a golpes, sólo de<br />

manera verbal, porque los chavos con los que me juntaba, al verme<br />

con las chavas me empezaron a decir mariscal y florecita, bueno<br />

esos fueron de los que yo me entere, pero eso a mí no me importo<br />

mucho, pero si me afecto mentalmente y mi seguridad bajo mucho,<br />

hasta a veces pensaba en suicidarme porque yo sentía que no tenía<br />

nada que hacer, no me quería nadie; algunas veces cuando<br />

no había maestro en el salón, agarraban mi mochila y la lanzaban<br />

muy lejos, y cuando me levantaba a recogerla, me daban patadas<br />

o me aventaban. Hacían varios juegos para demostrar quién era<br />

más fuerte, todos los hombres jugaban, y como yo no lo quería hacer<br />

me gritaban ¡andale juega! ¿O eres mariquita?; a mí me daba<br />

coraje que dijeran eso y me levantaba a jugar con ellos, recuerdo<br />

que todos hacíamos un círculo y nos empezábamos a pegar y cada<br />

vez era más fuerte hasta que ya no aguantaras; otro juego era,<br />

bueno ese no era un juego, sino que alguien te llegaba por atrás y<br />

se agachaba te hacia así (junta ambas manos y te las encaja en el<br />

recto) acá atrás y te dolía mucho, luego otro juego era de bajarte<br />

los pantalones y pegarte en tus partes, siempre salía perdiendo, tenía<br />

moretones en mis brazos y piernas, algunos chavos me decían:<br />

préstame cinco pesos y neta que ya no te digo cosas, otros me<br />

decían: Préstame diez varos y yo te hago el paro, tú dime quien te<br />

dice cosas y lo descontamos… En fin todos en la escuela me veían<br />

como un tonto. La secundaria marcó mi vida, el sentimiento de impotencia<br />

era grandísimo, la desesperación, la angustia, me mataban<br />

poco a poco, ahora por las noches ya no quería que amaneciera<br />

porque sabía que al hacerlo tenía que ir a la escuela, yo no podía<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

172


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />

escolar del municipio de Guanajuato<br />

decirle nada a los maestros porque al hablar con ellos, mis compañeros<br />

se daban cuenta y te empezaban a decir: “chismoso ya fuiste<br />

y ya no te hago nada porque eres bien maricón, no te aguantas”…<br />

cosas así, y entonces temía que el daño fuera peor.<br />

Con mis papás platiqué varias veces de lo que me pasaba, pero<br />

mi papá más que nada me dijo que aguantara, que sólo eran unos<br />

juegos, y mi mamá pues lo apoyó, no dijo nada pero lo apoyó, muchas<br />

veces les pedí que me cambiaran de escuela, pero nunca lo hicieron.<br />

Al ser fin de cursos de su educación secundaria, Fausto sintió<br />

quitarse una loza de encima, pero tuvo que lidiar con estudiar en<br />

vacaciones y prepararse para sus exámenes extraordinarios, porque<br />

de aquel Fausto estudioso, entusiasta y optimista quedo muy poco.<br />

Existen muchas historias como la de Fausto, exponer cabalmente<br />

fenómenos tan complejos como el acoso escolar (bullying) 1 ,<br />

es una misión casi imposible, puesto que se trata de un fenómeno<br />

multifactorial que involucra al menos a las autoridades escolares,<br />

a los padres y a los alumnos; es por eso que en el presente texto<br />

sólo se dan unas pequeñas pinceladas sobre la percepción que<br />

tienen los estudiantes acerca de la violencia escolar. El bullying es<br />

considerado como un aspecto propio de la convivencia escolar y<br />

de los problemas de relación interpersonal y competencia social del<br />

alumnado (Avilés, 2008).<br />

El acoso, el abuso, las relaciones de poder, en general la intimidación<br />

y el maltrato entre iguales, es un fenómeno que está<br />

presente prácticamente desde los inicios de la educación formal<br />

en nuestro país; y ya en estos tiempos se ha estado definiendo y<br />

analizando, puesto que se ha convertido en todo un reto para la<br />

educación; aún así el fenómeno parece expandirse a una velocidad<br />

impresionante, arrasando a su vez, con la “calidad” educativa que<br />

nos ofrece el sistema educativo mexicano, y peor aún, reconocer<br />

que esta expansión es la causante de que el bullying sea un integrante<br />

más de la familia en la vida escolar; es impresionante y a la<br />

173<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

vez indignante observar en algún centro escolar la interacción de<br />

nuestros estudiantes, en donde las amenazas, bofetadas, puñetazos,<br />

insultos, empujones, burlas, son cosas de todos los días.<br />

Son complejas las reacciones de las víctimas y de los victimarios,<br />

quienes ven estas actitudes como un juego, causándoles risa, y<br />

en muchas ocasiones, durante esta lucha de poderes en cuestión,<br />

en unos segundos la víctima cambia de papel y ahora es victimario<br />

y viceversa el que actúo como victimario ahora es la víctima.<br />

Recordemos que la escuela debe entenderse como un recinto<br />

abierto en el cual interactúan individuos enormemente distintos,<br />

es decir, de muy distinta educación y contextos familiares, y esto<br />

afecta su comportamiento social. A estos antecedentes le añadimos<br />

que el bullying es un nuevo componente de las dinámicas<br />

interpersonales en el núcleo escolar. De acuerdo a las tipologías de<br />

carácter que se sustentan en las previas dinámicas de interacción<br />

familiar y en las actuales dinámicas de interacción social, llega un<br />

punto en el que se puede etiquetar a nuestros estudiantes como<br />

los agresivos, los agredidos y los fantasmas. Reflexionando un<br />

poco sobre estos términos diremos lo siguiente, todos ellos tienen<br />

algo en común, el –silencio-, por ejemplo los estudiantes agresivos,<br />

que son los que en la escuela juegan el rol de “gandallas” 2<br />

y que con frecuencia hostigan y violentan a los demás, no dicen<br />

nada porque al no ser sancionados de ninguna manera se encuentran<br />

en una zona de confort, los agredidos, que son los estudiantes<br />

que día a día tienen que lidiar con el calvario de asistir<br />

a la escuela, viendo como su integridad personal es pisoteada,<br />

y con la angustia de que sus gritos enmudecidos nunca son escuchados;<br />

por último pero no menos importante, están nuestros<br />

estudiantes fantasmas, quienes pasan desapercibidos dentro de<br />

la misma escuela y que son testigos de los actos de violencia en<br />

su escuela, estos estudiantes guardan silencio por temor a ser<br />

descubiertos y puestos en la categoría de agredidos, sin perca-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

174


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />

escolar del municipio de Guanajuato<br />

tarse quizá de que ahora mismo son víctimas de violencia, al ser<br />

excluidos de determinados grupos de iguales.<br />

Uno de los tantos supuestos de la educación es que en la<br />

escuela se aprende a relacionarse con los demás, a obedecer<br />

normas y a la autoridad, a compartir, dialogar, respetar a los otros,<br />

en fin, muchas actitudes y valores relacionados con la convivencia,<br />

pero no todo lo que se aprende en la escuela es positivo,<br />

por ejemplo, se aprende también a engañar, a obedecer acríticamente,<br />

entre otras conductas y actitudes que perjudican el clima<br />

escolar, por ello, se necesita observar y cuidar los espacios de<br />

convivencia para fortalecerlos socialmente. Es importante recordar<br />

también que en la escuela pública hay intercambio de pensamiento<br />

de distintos clases sociales, y es esto lo que en ocasiones<br />

genera enfrentamientos entre los estudiantes (Ayerbe, 2009).<br />

A continuación presentamos algunos de los resultados de la encuesta<br />

aplicada y que nos permite tener datos específicos de la problemática<br />

del bullying en un centro escolar particular, de una secundaria<br />

urbana en la capital del estado de Guanajuato. No se pretende<br />

generalizar pero este caso concreto tiene eco en lo que hemos<br />

podido conocer de las experiencias de otros adolescentes en condiciones<br />

similares.<br />

175<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

Percepción de los estudiantes en torno a la violencia escolar<br />

¿Por qué crees que algunos chicos golpean a otros?<br />

40<br />

40%<br />

30<br />

32%<br />

Percent<br />

20<br />

19%<br />

10<br />

6%<br />

4%<br />

0<br />

por molestar<br />

porque se<br />

meten con<br />

ellos<br />

porque son<br />

mas fuertes<br />

por hacer<br />

una broma<br />

otros<br />

Entrando en materia sobre en lo que respecta al análisis de las<br />

encuestas aplicadas a los estudiantes, cabe hacer mención que se<br />

diseñó y aplicó el instrumento a 112 alumnos de la escuela secundaria<br />

en donde se realizó la investigación, 61 de los estudiantes<br />

encuestados pertenecen al género femenino y 51 son varones, y<br />

fueron seleccionados al azar de los distintos grados y grupos de<br />

la institución, con este instrumento se analizó cómo los mismos estudiantes<br />

describen su ambiente de trabajo, es decir, cómo es la<br />

relación con sus compañeros y, además de conocer si han sido<br />

partícipes de actos de violencia en la escuela dando un panorama<br />

general de los lugares donde son más frecuentes estos actos.<br />

Una de las preguntas fue: ¿por qué crees que algunos chicos<br />

golpean a otros?, observado el gráfico diremos que un 40% de los<br />

estudiantes encuestados dice que un alumno (a) golpea a otro (a)<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

176


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />

escolar del municipio de Guanajuato<br />

porque se meten con ellos, es decir, que existe una provocación<br />

por parte del agredido antes de que el acto, el daño físico, suceda,<br />

según las entrevistas con el personal del área de orientación educativa<br />

de la institución, antes de llegar a los golpes existen casi<br />

siempre primero, agresiones verbales que son las que dan pie a las<br />

agresiones físicas. También observamos en la gráfica que un 32%<br />

de los estudiantes piensan que un alumno golpea otro simplemente<br />

con la intención de molestar, posiblemente estos muchos de estos<br />

adolescentes vean este tipo de actos como un juego, esto también<br />

puede provocar peleas físicas entre los estudiantes, ya que, por<br />

lo general, alguno de los estudiantes que participan en este tipo<br />

de agresiones suele ser menos tolerante que otro. Un 6% pone de<br />

manifiesto que un alumno agrede a otro porque el agresor es más<br />

fuerte físicamente que el alumno agredido, y un 4% dice que sólo<br />

se golpean por hacer una broma.<br />

Si Si te te han asustado o maltratado o maltratado en alguna en ocasión alguna ¿por ocasión¿Por qué crees que lo qué hicieron? crees<br />

que lo hicieron?<br />

30<br />

27%<br />

25<br />

21%<br />

20<br />

Percent<br />

15<br />

10<br />

13%<br />

12%<br />

16%<br />

5<br />

4%<br />

3%<br />

4%<br />

0<br />

nadie nadie me me ha<br />

asustado ha<br />

ni asustado maltratado<br />

nunca ni<br />

maltratad<br />

o nunca<br />

no no lo lo sesé<br />

porque porquelos<br />

porque porquesoy<br />

porque porque soy<br />

provoqué los diferente soy soy más mas débil<br />

provoque diferente a ellos<br />

a ellos<br />

debil<br />

por por por por hacerme<br />

molestarme hacerme una broma<br />

me una<br />

broma<br />

otros otros<br />

177<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

Sin embargo, al realizar la pregunta si te han asustado o maltratado<br />

en alguna ocasión ¿por qué crees que lo hicieron?, encontramos<br />

cosas interesantes por ejemplo el gráfico nos muestra que un<br />

27% de los alumnos encuestados considera que ha sido víctima<br />

de agresiones por parte de sus compañeros, y cree que los actos<br />

cometidos hacia su persona fueron simplemente con el afán de<br />

molestarlo, el 21% dice que nunca lo han molestado ni maltratado,<br />

el 16% dice que lo han molestado por hacerle una broma, el 13%<br />

de los estudiantes respondió que no sabe si ha sido víctima de maltrato,<br />

se observa además que el 12% de los estudiantes encuestado<br />

reconoce haber sido víctima por parte de algunos compañeros<br />

por haberlos provocado, es decir, reconoce haber agredido a su<br />

agresor, antes de que este lo golpeara a él. El 4% dice que ha sido<br />

agredido por ser diferente a ellos, posiblemente refiriéndose a su<br />

manera de pensar, y un 4% admite ser víctima de agresiones por<br />

parte de sus compañeros por ser más débil físicamente.<br />

De los tipos de maltrato más comunes entre los estudiantes<br />

¿Cuáles ¿Cuáles son las las formas formas más más frecuentes frecuentes de maltrato de maltrato entre compañeros? entre<br />

compañeros?<br />

30<br />

25<br />

Percent<br />

20<br />

15<br />

10<br />

26%<br />

22%<br />

5<br />

14%<br />

14%<br />

10%<br />

8%<br />

5%<br />

0<br />

insultar<br />

poner<br />

apodos<br />

hacer<br />

daño<br />

físico<br />

(pegar)<br />

rechazar,<br />

no<br />

juntarse<br />

con<br />

alguien<br />

reírse de<br />

alguien,<br />

dejarlo en<br />

ridículo<br />

hablar mal<br />

de alguien<br />

amenazar,<br />

obligar a<br />

hacer<br />

cosas<br />

otros<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

178


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />

escolar del municipio de Guanajuato<br />

A continuación se muestra un gráfico que indica cuáles son las formas<br />

más comunes de maltrato entre iguales, se puede observar<br />

que la forma más común de violencia es la verbal, y de ella se desprende<br />

el insultar poniendo apodos 3 con un 26%, en segundo lugar,<br />

con un 22% se encuentra hacer daño físico, es decir, este porcentaje<br />

de alumnos considera que el golpear a los compañeros es la<br />

forma más habitual de hacer molestar a sus compañeros de clase,<br />

con 14% se encuentran el rechazar y/o no juntarse con alguien, o<br />

como lo conocemos coloquialmente, aplicarle la lay del hielo 4 además,<br />

con el mismo porcentaje se encuentra el reírse de alguien y/o<br />

dejarlo en ridículo. Con un 10% se encuentra la opción de hablar de<br />

alguien, y con un 8% se encuentra el amenazar y obligar a hacer<br />

cosas, un ejemplo de esto sería, obligar a algún compañero a hacerle<br />

la tarea a otro u obligarlo a practicar juegos violentos.<br />

El maltrato entre los mismos estudiantes puede utilizar varias<br />

máscaras, es decir, puede tomar diferentes formas y utilizar varias categorías,<br />

entre ellas se encuentran el maltrato verbal, maltrato físico,<br />

el maltrato social, y el maltrato económico.<br />

De los lugares y frecuencia de los actos violentos<br />

¿Con que<br />

´<br />

frecuencia han ocurrido maltratos en tu<br />

escuela durante este ciclo escolar?<br />

50<br />

40<br />

41%<br />

Percent<br />

30<br />

20<br />

10<br />

9%<br />

21%<br />

10%<br />

5%<br />

14%<br />

0<br />

Nunca<br />

Menos<br />

de cinco<br />

veces<br />

Entre<br />

cinco y<br />

diez<br />

veces<br />

Entre<br />

diez y<br />

veinte<br />

veces<br />

Más de<br />

veinte<br />

veces<br />

Todos<br />

los días<br />

179<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

Otras de las variables que se analizaron fueron la frecuencia y los<br />

lugares en donde suelen ocurrir este tipo de actos, como se observa<br />

en la gráfica el 41% de los encuestados dicen que estos actos<br />

suceden todos los días, posiblemente esta sea su opinión como<br />

meros espectadores de los acontecimientos, esto da muestra del<br />

alto índice de violencia que se vive en ésta secundaria, estos índices<br />

dan muestra también de querer ocultar los mismos actos por<br />

parte de los estudiantes, aunque en esta gráfica se ve que sólo el<br />

9% de los encuestados asegura que en la escuela no se vive violencia<br />

en la escuela, mientras que el resto afirma que estos actos<br />

suceden entre cinco y más de veinte veces durante el transcurso<br />

del ciclo escolar.<br />

¿Cuáles<br />

¿Cuáles<br />

son<br />

son<br />

los<br />

los<br />

lugares<br />

lugares donde<br />

donde<br />

suelen<br />

suelen<br />

pasar estas<br />

pasar<br />

situaciones<br />

estas situaciones<br />

de intimidación?<br />

de<br />

intimidación?<br />

40<br />

30<br />

Percent<br />

20<br />

37%<br />

10<br />

0<br />

17%<br />

en clase,<br />

cuando<br />

esta algún<br />

maestro<br />

9%<br />

en clase,<br />

cuando no<br />

hay ningún<br />

maestro<br />

6%<br />

en los<br />

pasillos de<br />

la escuela<br />

9%<br />

en el patio<br />

cuando<br />

vigila<br />

algún<br />

maestro<br />

12%<br />

en el patio,<br />

cuando no<br />

vigila<br />

ningún<br />

profesor<br />

11%<br />

en la calle cerca de<br />

la escuela<br />

al salir de<br />

clase<br />

Respecto a los lugares donde suelen darse este tipo de actos podemos<br />

observar en el gráfico que el 37% de los estudiantes dice que<br />

los lugares donde suelen ocurrir los actos de violencia es al salir<br />

de clase en los lugares que son cercanos a la escuela, recordemos<br />

que esta colonia, presenta un alto índice de violencia. El 17% de<br />

los estudiantes encuestados dice los casos de intimidación suceden<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

180


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />

escolar del municipio de Guanajuato<br />

en clase, cuando el maestro está presente, esto, es para alarmarse,<br />

ya que los estudiantes con esto, manifiestan sentirse inseguros<br />

aunque se encuentren dentro del aula escolar; el 12% dice que<br />

estos actos suceden en el patio de la escuela cuando no vigila ningún<br />

profesor, esto podría ser en el lapso de tiempo que tienen los<br />

estudiantes para descansar e ingerir algún alimento, ya que los<br />

profesores y prefectos no alcanzan a vigilar todas y cada una de<br />

las zonas de la escuela, y es ahí cuando es más común este tipo<br />

de actos. El 11% dice que es la calle cuando suceden este tipo de<br />

actos, y con un 9% respectivamente dicen que los actos de intimidación<br />

se dan en clase, cuando el profesor tiene que salir, y en el<br />

patio de la escuela cuando algún profesor está vigilando.<br />

De los estudiantes agresores:<br />

Características<br />

Los adolescentes que son acosadores tienden mucho a darse a<br />

destacar, y muchas veces quieren llamar la atención y una de las<br />

formas de hacerlo es realizando actos de agresión contra algunos<br />

de sus compañeros, estos jóvenes necesitan tener una razón<br />

para ser admirados y poco les importa que esa causa esté fundada<br />

en el temor que pueden llegar a sentir algunos compañeros de<br />

clase hacia su persona.<br />

Por lo general los adolescentes acosadores suelen ser jóvenes<br />

muy extrovertidos e impulsivos, tienen mucha facilidad para<br />

socializar con los demás y hacen amigos muy rápido, pero casi<br />

siempre busca grupos de amigos en donde él pueda destacar; dentro<br />

de su círculo de amigos, él, como líder, promueve la violencia,<br />

y los otros, justamente por sentirse parte del grupo, siguen la corriente<br />

sin percatarse, quizá, del daño que le están ocasionando a<br />

los compañeros que se acosando.<br />

181<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

Las razones por las que estos jóvenes son abusadores pueden<br />

ser muy diversas, entre las más usuales de destacan la venganza,<br />

que es fruto de la violencia que muchos de ellos sufrieron en<br />

algún momento determinado o sufren en otros grupos conformados<br />

por compañeros “más fuertes” o incluso dentro de sus propios hogares;<br />

la envidia puede ser otro de los factores que influye, para<br />

que un estudiante sea abusador, por ejemplo, cuando un alumno<br />

con capacidad intelectual limitada agrede al alumno listo, o que se<br />

destaca por tener mejores calificaciones, o el alumno que no cuenta<br />

con los recursos económicos suficientes agrede al alumno “rico”,<br />

en pocas palabras el estudiante abusador canalizara su agresividad<br />

contra los alumnos que él considera que tienen características<br />

como que no tiene ni puede conseguir. Como podemos observar en<br />

la gráfica arriba mostrada, un 37% de los alumnos encuestados dice<br />

nunca haber maltratado ni intimidado a nadie, el 35% de los estudiantes<br />

dicen que han maltratado a alguno de sus compañeros porque ha<br />

sido provocados por los mismos, acto que no justifica de ninguna<br />

manera la agresión, el 12% dice que ha maltratado a sus compañeros<br />

sólo por hacer una broma, el 7% dice que molesta a otras compañeros<br />

porque ellos se lo hicieron, esto podría sonar a venganza,<br />

pero como no puede con su agresor, entonces busca a alguien más<br />

débil con quien sacar todo el coraje que le provocó el primer y/o<br />

primeros agresores, y el 6% de los alumnos encuestados dice, que<br />

molesta y agrede a sus compañeros sólo por molestarlos.<br />

En muchas ocasiones estos chicos tienen dificultades para<br />

expresar y reconocer sus sentimientos, muchas de las veces se<br />

sienten estresados o tienen alguna dificultad que no pueden o no<br />

saben cómo resolverla, entonces casi siempre, buscan la forma de<br />

llamar la atención de los otros y así evadir esos problemas.<br />

En la secundaria donde se realizó el trabajo de campo se pudo<br />

observar que los alumnos y alumnas acosadores constantemente<br />

están buscando grupos de chicos y/o chicas de menor edad o de<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

182


Entrelazamiento de los tipos, lugares y frecuencia en torno<br />

a la violencia escolar. Análisis de un centro<br />

escolar del municipio de Guanajuato<br />

inferior porte físico, para que éstas sean sus víctimas y muchas de<br />

las veces de esos mismos grupos eligen a sus cómplices, estas<br />

características le favorecen a los alumnos acosadores, puesto a<br />

que pese la diferencia de edad no es mucha, los chicos acosados<br />

son de alguna manera más inocentes y débiles, y esto influye en que<br />

estos chicos admiran los actos que el agresor realiza y van siguiendo<br />

el mismo patrón.<br />

¿Has asustado o maltratado a algún<br />

compañero?<br />

casi todos los días dias<br />

2%<br />

con cierta con frecuencia cierta<br />

frecuencia<br />

6%<br />

alguna alguna vez vez<br />

52%<br />

nunca me meto con<br />

nunca me meto<br />

con nadie nadie<br />

40%<br />

0<br />

10<br />

20<br />

30<br />

40<br />

50<br />

60<br />

Percent<br />

En la encuesta, al preguntarle a los estudiantes si alguna vez han<br />

asustado o maltratado a algún compañero, el porcentaje en las opciones<br />

de respuesta fueron muy variadas, por ejemplo, en la gráfica<br />

podemos observar que, el 52% de los estudiantes encuestados<br />

admite haber asustado o maltratado a alguno de sus compañeros,<br />

el 6% dice que comete estos actos con cierta frecuencia, y el 2%<br />

reconoce que lo hace casi todos los días, sin embargo el 40% de<br />

los estudiantes encuestados afirman que nunca se han metido con<br />

alguien.<br />

183<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

Para concluir y discutir<br />

Como primer punto es considerable mencionar el nivel de violencia<br />

entre iguales que existe en la escuela en donde se realizó la investigación,<br />

esto es alarmante, puesto que es resultado de una<br />

sola escuela, imaginémonos por un momento, que en todos y<br />

cada uno de los centros escolares del nivel básico presentaran índices<br />

como éstos. Debemos de hacerle saber al estudiante sobre<br />

sus derechos y obligaciones dentro y fuera del centro escolar, y a<br />

su vez fomentar en nuestros estudiantes la denuncia de los actos<br />

delictivos, no sólo contra su persona, sino denunciar también los<br />

actos cometidos a terceras personas.<br />

Podemos afirmar que es el maltrato psicológico el que ocupa el<br />

primer lugar en lo que se refiere a la violencia entre iguales, en mayor<br />

medida en lo que se refiere a poner “apodos”, “ridiculizar, “hablar mal<br />

del alumno”. También observamos la violencia entre iguales en lo que<br />

podemos denominar maltrato por exclusión en donde se presentan<br />

actos como los de “ignorar”, “hacerles menos”; y otro tipo de violencia<br />

es la verbal que se presenta claramente con los “insultos”.<br />

El tipo de violencia que presentó menos porcentaje fue el maltrato<br />

económico, en donde se encuentran los actos de “esconder cosas”,<br />

“robar”, ya sea dinero o útiles escolares, así como celulares, mp3,<br />

etcétera.<br />

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Revista<br />

educ rnos<br />

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185<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

Notas<br />

1<br />

El fenómeno de intimidación se conoce en el ámbito europeo y norteamericano<br />

como bullying, que podría traducirse al castellano como intimidación, es decir una<br />

acción destinada a acobardar a otro, reducirlo a la pasividad produciéndole temor.<br />

2<br />

Se utiliza el término gandalla para hacer referencia a una persona que obtiene<br />

beneficios a costa de la integridad de otra persona.<br />

3<br />

El vocablo alia proviene del latín y equivale al término español “otro”. Está relacionado<br />

con la frase alia nomine cognitu, que significa ‘conocido por otro nombre como’.<br />

4<br />

Es decir, “Ignorarlo”, así pueden pasar varios días comportándose como si el<br />

afectado no existiera. Es como decirle al castigado: tu persona nos da lo mismo.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

186


Educación basada en competencias<br />

María Leticia Ibarra Hernández* y Alejandra Lorena Valenzuela Varela**<br />

*Psicóloga y Maestra en Metodología de la Investigación Educativa. Docente<br />

de la preparatoria núm. 4 de la UdeG.<br />

letyibarra_62@hotmail.com<br />

**Psicóloga y Maestra en Gestión y Políticas de la Educación Superior.<br />

Docente de la preparatoria núm. 4 de la UdeG.<br />

alejalovale@hotmail.com<br />

Recibido 15 noviembre 2011<br />

Aceptado 30 noviembre 2011<br />

Resumen<br />

En el desarrollo de competencias es fundamental entender el aprendizaje como<br />

proceso de construcción personal de saberes, ya que el aprovechamiento de los<br />

contenidos será único en cada persona por la adecuación a conocimientos previos,<br />

experiencias e intereses concretos. La educación basada en competencias<br />

dota de herramientas (estrategias) a los alumnos para su desarrollo educativo a lo<br />

largo de su vida. La gestión del conocimiento, se convierte en herramienta estratégica<br />

fundamental, y el aprendizaje, como medio para generar conocimiento, no<br />

sólo es objetivo prioritario de la enseñanza, sino que se transforma en una necesidad<br />

permanente a lo largo de toda la vida. Es elemento imprescindible para tomar<br />

decisiones y hacer frente a los retos que imponen, entre otros, la globalización y<br />

la tecnología digital.<br />

Palabras clave: Competencias, educación, aprendizaje, TIC.<br />

187<br />

Revista<br />

educ rnos


Los sistemas educativos están llamados a responder al desafío<br />

que plantea una nueva cultura de la calidad y la productividad, donde<br />

el aprendizaje permanente de valores, capacidades, destrezas<br />

y competencias técnicas y organizativas, la capacidad de emprendimiento<br />

y autoaprendizaje, se están transformando en el eje articulador<br />

de las demandas de la sociedad productiva.<br />

Esta nueva cultura de calidad y productividad, requiere un conjunto<br />

de nuevas competencias cognitivas, sociales y tecnológicas<br />

dentro de dos contextos (Solana, Fernando (compilador), 1998: 87):<br />

1. La adaptabilidad: el anterior paradigma de la productividad<br />

basado en la estandarización y el volumen, se ha transformado<br />

en un modelo regido por la calidad, la innovación permanente<br />

y el diseño. Esto da lugar a la noción de escuela<br />

flexible y adaptable a circunstancias cambiantes en volúmenes<br />

y especificaciones. En este contexto, surgen como<br />

competencias la adaptabilidad, la polivalencia y la conformación<br />

de equipos.<br />

2. La mejora continua: las condiciones de competitividad han<br />

hecho que la escuela moderna deba estar en permanente<br />

cambio. Ello implica que la nueva organización se concibe<br />

como una estructura dinámica, identificando problemas<br />

y procurando soluciones. Esta situación se traduce en la<br />

necesidad de una política educativa que estimule en la comunidad<br />

que integra la escuela (profesores, autoridades,<br />

administrativos y alumnos), la capacitación sistemática y<br />

permanente y el desarrollo de la creatividad.<br />

La educación basada en competencias dota de herramientas (estrategias)<br />

a los alumnos para su desarrollo educativo a lo largo de<br />

su vida. Ello, implica una serie de principios que deben considerar-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

188


Educación basada en competencias<br />

se para lograr que este tipo de educación (basada en competencias),<br />

se refleje en resultados concretos y en éxito, estos principios son:<br />

I. Visión a largo plazo.<br />

II. Reconocimiento de los valores fundamentales.<br />

III. Dominio de competencias básicas.<br />

IV. Aprender a aprender.<br />

V. Aprendizaje formal e informal (cuadro 1).<br />

Cuadro 1.- Principios para un aprendizaje a lo largo de la vida y para todos<br />

Fuente: Programa de Cooperación Iberoamericana para el Diseño de la Formación<br />

Profesional. SEP, Marzo de 2007.<br />

Cuadro 2. Los servicios educativos en base a calidad y competencia<br />

Fuente: Programa de Cooperación Iberoamericana para el Diseño de la Formación<br />

Profesional. SEP, Marzo de 2007.<br />

189<br />

Revista<br />

educ rnos


Las nuevas condiciones de calidad y competitividad no pueden obtenerse<br />

con una limitada y reducida formación. Esto ha llevado a<br />

modificar sustancialmente el concepto y las prácticas tradicionales<br />

de la formación, básicamente en lo que refiere a contenidos de un<br />

programa de estudios o de un curso, y a técnicas de enseñanza y<br />

aprendizaje, Este giro conceptual, modifica la relación de la formación<br />

entre docentes-programa de estudio-alumnos dentro del escenario<br />

educativo, acercando a sus actores y una política educativa<br />

orientada al desarrollo de competencias.<br />

Estas nuevas políticas educativas, conllevan una serie de implicaciones:<br />

a. En los objetivos: que la oferta educativa proporcione a los<br />

individuos habilidades, conocimientos y valores para su pleno<br />

desarrollo personal, productivo y social.<br />

b. En la estructura de la oferta: una visión sistémica, en la cual<br />

coexisten diferentes formas de aprendizaje enlazadas, permitiendo<br />

rutas flexibles y creando puentes entre las distintas<br />

oportunidades de aprendizaje.<br />

c. Para los contenidos: desarrollo curricular basado en competencias<br />

transversales, y énfasis en lo fundamental.<br />

d. Para la evaluación: definición de políticas de evaluación que<br />

posibiliten un mejoramiento progresivo y continuo.<br />

e. Para la vinculación: pertinencia en la integración de los intereses<br />

de los aprendices con las oportunidades de aprendizaje<br />

y las necesidades sociales y productivas.<br />

f. Para los papeles y responsabilidades de los actores involucrados:<br />

cooperación entre los diferentes actores, estableciendo<br />

vínculos entre las políticas educativas y otros ámbitos de<br />

la política pública. Participación de nuevos actores, la escuela<br />

como facilitador y convocador de los factores de éxito.<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

190


Educación basada en competencias<br />

Este giro conceptual que modifica la relación de la formación y las<br />

políticas y las estrategias educativas dentro del escenario educativo,<br />

da la oportunidad de superar la brecha existente, en función de<br />

los nuevos requerimientos de la sociedad. Se hace necesario entonces,<br />

formular políticas de formación para el desempeño productivo<br />

que incluyan, el diseño y puesta en práctica de mecanismos<br />

que permitan a los estudiantes prepararse mejor para desempeñarse<br />

en un mundo de permanente movilidad y de nuevas condiciones<br />

socio-laborales, lo que supone la adquisición de competencias básicas,<br />

obtenidas en la educación formal.<br />

La concepción tradicional de formación, entendida como la<br />

enseñanza de habilidades, destrezas y conocimientos que permiten<br />

la elevación de calificaciones personales descontextualizadas,<br />

sin abarcar la comprensión global del proceso educativo, no permite<br />

preparar para el desempeño, en una estructura educativa signada<br />

por el constante cambio. Se hacen necesarias, la inclusión de<br />

habilidades básicas que permitan la adaptabilidad y transferencia<br />

de conocimientos, así como la formación en competencias sociales<br />

e interpersonales.<br />

Estas habilidades evidencian la necesidad de una educación<br />

básica y sistemática que permita adquirir estas competencias, sin<br />

las cuales difícilmente las personas lograran insertarse en el mundo<br />

globalizado (Mertens, Leonard, 1998: 23).<br />

Dos enfoques de formación se encuentran cuestionados: por<br />

una parte, aquellos de muy corta duración centrados en habilidades<br />

y destrezas de un oficio; y por otra, aquellos de mediana o larga duración<br />

enfocados hacia una sola ocupación. Estos dos enfoques se<br />

basan en el análisis ocupacional, que parte de la calificación requerida<br />

en un puesto o en el mercado de trabajo, con el objetivo de hacer<br />

un inventario de todas las tareas que comprenden una ocupación.<br />

191<br />

Revista<br />

educ rnos


La competencia cognitiva<br />

Se entiende por competencia cognitiva al conjunto de conocimientos,<br />

habilidades y destrezas que son aplicados al desempeño de<br />

una función educativa a partir de los requerimientos de calidad esperados<br />

por la escuela o institución.<br />

La competencia cognitiva o educativa, se desarrolla en un ambiente<br />

educativo basado en la calidad y la competencia (cuadro 2).<br />

Las condiciones para que una competencia pueda darse y valorarse,<br />

deben necesariamente facilitarse en el ambiente del hecho<br />

educativo, a bien de garantizar que una competencia se desarrolle<br />

con calidad y eficacia, estas condiciones son:<br />

1. Debe describir exactamente lo que la persona debe ser capaz<br />

de hacer.<br />

2. La forma en que puede juzgarse si lo que hizo está bien hecho.<br />

3. Las condiciones en que la persona debe mostrar su aptitud.<br />

Identificación y desarrollo de competencias<br />

A bien de trabajar en el salón de clases con base en estrategias<br />

que promuevan el desarrollo de competencias, deben considerarse<br />

cuatro dimensiones de las competencias educativas:<br />

• Identificación de competencias: es el método o proceso que se<br />

sigue para establecer, a partir de una actividad educativa, las<br />

competencias que se ponen en juego, con el fin de desempeñar<br />

la actividad satisfactoriamente. Entre las más utilizadas se<br />

encuentran: el análisis funcional, Método de Desarrollo del Currículum”<br />

(DACUM), así como sus variantes SCID (desarrollo<br />

sistemático de currículo instruccional) y AMOD (“un modelo”),<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

192


Educación basada en competencias<br />

caracterizadas por centrarse en la identificación de competencias<br />

claves, de corte conductista.<br />

• Para identificar la competencia, se parte de resultados y/o objetivos<br />

deseados de la organización en su conjunto, que derivan<br />

en tareas y éstas en conocimientos, habilidades y destrezas<br />

requeridas. En este contexto, las tareas son concebidas como<br />

un medio cambiante entre el resultado y la dotación de conocimientos<br />

y habilidades del individuo. Para evitar las interferencias<br />

y reduccionismos al definir primero las tareas, se busca<br />

establecer una conexión directa entre resultados y dotación de<br />

conocimientos y habilidades (Mertens, Leonard,1998: 24).<br />

• Normalización de competencias: Es el proceso de estandarización<br />

de las competencias por intermedio de una institución,<br />

que culmina en una norma, la cual es el referente válido en el<br />

nivel acordado (empresa, sector o país) para las instituciones<br />

de educación, los actores del hecho educativo y el programa<br />

de estudios.<br />

• Formación basada en competencias: una vez descrita(s) la(s)<br />

competencia(s) y la norma(s), la elaboración de currículos de<br />

formación para el trabajo áulico, se hace más eficaz. Permite<br />

estrategias pedagógicas más flexibles y el ingreso-reingreso a<br />

la formación por competencias, lo que hace posible la formación<br />

continua.<br />

• Reconocimiento de competencias: Es el reconocimiento formal<br />

de una competencia, a través de una evaluación, que realiza<br />

el profesor o la academia.<br />

En el desarrollo de competencias es fundamental entender el aprendizaje<br />

como proceso de construcción personal de saberes, ya que el aprovechamiento<br />

de los contenidos será único en cada persona por la adecuación<br />

a conocimientos previos, experiencias e intereses concretos.<br />

193<br />

Revista<br />

educ rnos


¿Qué supone aprender por competencias? Martínez, (s/a),<br />

apunta las siguientes para la enseñanza:<br />

1. Aprender conocimientos sólidos, significativos y especializados.<br />

2. Aprender en grupo a partir de casos reales (Problem Based<br />

Learning).<br />

3. Aprender a investigar con metodologías rigurosas y en comunidades<br />

transversales en red.<br />

4. Aprender con las TIC y con Internet (e-learning).<br />

5. Aprender habilidades informacionales en la búsqueda y<br />

gestión de la información y documentación.<br />

6. Aprender a liderar y gestionar equipos humanos en organizaciones<br />

que cambian.<br />

7. Aprender a ser emprendedores en proyectos e ideas innovadoras.<br />

8. Aprender necesariamente inglés.<br />

9. Aprender a aprender hábitos e intereses duraderos para toda la vida.<br />

10. Aprender valores culturales, solidarios y democráticos.<br />

Las TIC juegan un papel esencial, en el desarrollo de estas competencias,<br />

permiten flexibilizar los entornos de aprendizaje, posibilitando<br />

de modo más ágil el desarrollo de estrategias de generación<br />

individual y colectiva de conocimiento.<br />

Facilitan el acceso a los contenidos y a los servicios que los hacen<br />

posibles (bibliotecas, campus universitarios virtuales, instituciones<br />

públicas y privadas…) y son cruciales para aquellos que debido a su<br />

trayectoria o circunstancias económicas no tengan acceso a las tecnologías<br />

de la información en entornos distintos a los académicos. Proporcionan<br />

aprendizajes a comunidades e individuos geográficamente<br />

aislados al trascender las telecomunicaciones límites físicos, políticos,<br />

económicos y culturales. Las redes electrónicas posibilitan también<br />

que se trabajen y expresen ideas en ambientes relativamente libres de<br />

estereotipos y otros prejuicios y dan oportunidades a estudiantes con<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

194


Educación basada en competencias<br />

necesidades educativas especiales por su adaptabilidad a problemas<br />

auditivos, visuales, motrices o de aprendizaje.<br />

Conclusiones<br />

Los procesos de aprendizaje tradicionales han sufrido en la actual<br />

sociedad de la información un cambio conceptual importante. La<br />

transformación que impone en el marco educativo el nuevo entorno<br />

tecnológico, la necesidad cada vez mayor de conocimientos científico-técnicos<br />

y de conocimiento aplicado a la solución de problemas<br />

en general (que refleja la calidad de las instituciones educativas que<br />

consiguen una mayor inserción laboral de sus titulados), exigen la<br />

transformación de los procesos de adquisición de conocimientos y<br />

de los tradicionales sistemas educativos.<br />

Frente al volumen de contenidos y para adaptarse a las nuevas<br />

demandas laborales y sociales, deben centrarse en cómo gestionar<br />

el conocimiento: actividad que conlleva el manejo de procedimientos<br />

y el saber utilizar lo que se sabe para generar nuevo conocimiento.<br />

En cuanto a los sistemas educativos tradicionales deben facilitar procesos<br />

de aprendizaje activos donde el alumno sea el principal protagonista,<br />

crear entornos de aprendizajes flexibles aprovechando la<br />

potencialidad de las TIC, así como, lograr una mayor interacción entre<br />

los distintos agentes implicados en los sistemas educativos ante<br />

la creciente demanda de aprendizaje permanente. Del aprender a<br />

hacer o conocer, al aprender a aprender. Del conocimiento de una<br />

materia específica, a la adquisición de competencias transversales<br />

que posibiliten el aprendizaje durante toda la vida. Del almacenaje<br />

del conocimiento, a valorar cómo se organiza.<br />

El aprendizaje gira, por tanto, en torno al conocimiento, que<br />

existe y se crea, como resultado de considerar, interpretar y utilizar<br />

la información combinada con la propia experiencia y capacidad. Los<br />

procesos de aprendizaje tienen por finalidad desarrollar en el alumno<br />

195<br />

Revista<br />

educ rnos


tanto las habilidades necesarias para generar nuevos conocimientos,<br />

como las competencias requeridas para ser capaz de poner en práctica<br />

lo que conoce; esto es, la capacidad para utilizar el conocimiento<br />

que ha construido, y que, en la actualidad, aparece como principal indicador<br />

por el que se mide la calidad de los resultados del aprendizaje.<br />

De ahí que la currícula educativa se explicite en términos de<br />

competencias, entendidas como “conjunto de capacidades complejas<br />

que permiten a las personas actuar con eficacia y resolver problemas<br />

reales en los distintos ámbitos de su vida cotidiana”, y que las competencias<br />

se conviertan en el principal objetivo de la tarea docente.<br />

La educación se enfrenta de este modo, al reto del aprendizaje<br />

permanente en un entorno tecnológico que impregna todos los aspectos<br />

del funcionamiento económico y social. Surge con fuerza la<br />

exigencia de que los sistemas educativos adapten sus actividades de<br />

formación a las nuevas demandas de ampliar y renovar permanentemente<br />

las competencias de los individuos implicados en el proceso<br />

educativo, e introduzcan nuevos planteamientos de las funciones,<br />

prácticas y metodologías de enseñanza.<br />

En ese proceso de cambio, la educación se enfrenta a varios<br />

retos: la adaptación a la globalización y a las TIC, el cambio de los modelos<br />

pedagógicos y de papeles de profesores y alumnos (maestros y<br />

estudiantes tienen responsabilidades complementarias. El estudiante<br />

es el principal agente y el profesor se convierte en guía de ese proceso<br />

desarrollando estrategias de instrucción apropiadas, elaborando<br />

materiales basados en la resolución de problemas y en la experiencia,<br />

para hacer frente a las necesidades de los alumnos.<br />

El acceso equitativo será básico para lograr una de las metas<br />

y expectativas fundamentales del sistema educativo: la igualdad de<br />

oportunidades que genere a corto y medio plazo un mundo más justo.<br />

La gestión del conocimiento, se convierte en herramienta estratégica<br />

fundamental, y el aprendizaje, como medio para generar<br />

conocimiento, no sólo es objetivo prioritario de la enseñanza, sino<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

196


Educación basada en competencias<br />

Bibliografía<br />

Canfux Sanler, Verónica y Rodríguez, M. E. (2000). Algunas reflexiones<br />

sobre la formación psicopedagógica del profesor universitario. Revista<br />

Cubana de Educación Superior. Vol. XX, No. 2. Cuba.<br />

Colectivo de Autores. (2000). Prólogo al libro Tendencias Pedagógicas<br />

en la Realidad Educativa Actual. Cuba: CEPES.Gordillo,<br />

Alicia y Suazo, Balbino. (1996). El impacto de las nuevas<br />

tecnologías de la pedagogía innovadora. La UCA de Managua,<br />

Nicaragua.<br />

Hernández, Carlos Augusto. (1999). Aproximaciones a la discusión<br />

sobre el perfil del docente. II Seminario Taller sobre perfil del<br />

docente y estrategias de formación en países Centroamericanos,<br />

el Caribe, México, España y Portugal, El Salvador (resumen).<br />

Lejter de Balcanes, Jeannette. (1992). Instrucción y aprendizaje<br />

significativo. Venezuela: Ediciones Universidad Pedagógica<br />

Experimental Libertador.<br />

Mertens, Leonard. (1998). La gestión por Competencia Laboral en<br />

la Empresa y la Formación Profesional. Cumbre Iberoamericana.<br />

Programa de Cooperación Iberoamericana para el Diseño<br />

de la Formación Profesional. OIT.<br />

Moreira. M. A. (2000). Aprendizaje significativo: Teoría y práctica.<br />

Madrid: Visor.<br />

Solana, Fernando. (compilador). (1998). Educación, Productividad<br />

y Empleo. México: Limusa.<br />

197<br />

Revista<br />

educ rnos


Reseña<br />

Angrosino, Michael. (2012). Etnografía y observación participante<br />

en investigación cualitativa. Madrid: Morata. 144 pp.<br />

La investigación etnográfica, aunque se inició en el ámbito de la<br />

antropología a finales del siglo XIX y principios del XX, ha formado<br />

parte desde entonces de la caja de herramientas de la investigación<br />

cualitativa en muchas otras disciplinas: sociología, psicología,<br />

ciencias de la comunicación, educación, medicina, ciencias políticas<br />

y ciencias empresariales.<br />

Esta obra se centra en la investigación de campo y, en consecuencia,<br />

introduce al lector en una diversidad de técnicas de recogida<br />

de datos asociadas con la investigación etnográfica, de manera<br />

especial por quienes llevan a cabo observación participante.<br />

Describe de manera minuciosa todo el proceso de investigación<br />

etnográfica, desde la selección del emplazamiento hasta la<br />

producción de un informe final.<br />

Toma en consideración las implicaciones éticas de la investigación<br />

etnográfica.<br />

Quienes realizan trabajo de campo deben ser conscientes<br />

siempre del delicado equilibrio inherente a ser participantes comprometidos<br />

en las actividades de la comunidad y, a la vez, observadores<br />

objetivos de esas actividades. Además, considera maneras<br />

de ocuparse de las cuestiones del consentimiento informado y de<br />

la confidencialidad al realizar investigación en comunidades de la<br />

vida real y no en laboratorios.<br />

Presenta un análisis de la etnografía para el nuevo milenio.<br />

Las personas no viven exclusivamente en pequeñas comunidades<br />

independientes, pues participan en redes globales extensas facilitadas<br />

por las nuevas tecnologías de la comunicación y los nuevos<br />

medios de transporte. Por tanto, analiza algunas de las posibles for-<br />

Revista<br />

educ rnos<br />

198


Reseña<br />

mas de adaptar los métodos etnográficos tradicionales a la investigación<br />

en las comunidades virtuales de la era global del ciberespacio.<br />

El libro ofrece también el apoyo de ejemplos prácticos. Una<br />

cosa es decir cómo hacer investigación etnográfica, otra completamente<br />

distinta es mostrar cómo las directrices idealizadas de un manual<br />

se pueden traducir en situaciones de investigación de la vida real.<br />

A tal efecto, cada apartado del libro se ilustra por descripciones<br />

breves del trabajo de campo del propio autor, comparando y<br />

contrastando una investigación realizada en una comunidad tradicional<br />

en un contexto lejano, completamente diferente, con otra<br />

que se llevó a cabo en la sociedad en la que vive.<br />

Es, por tanto, una obra rigurosa y práctica destinada a ayudar<br />

en sus investigaciones a profesionales y estudiantes de cualquiera<br />

de las ramas de las ciencias sociales.<br />

199<br />

Revista<br />

educ rnos


Historia y balance de la evaluación de los<br />

directivos escolares en México<br />

Revista<br />

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www.revistaeducarnos.com<br />

revistaeducarnos@hotmail.com<br />

Revista<br />

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