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El Fraude Electoral en las Democracias Emergentes: - IFES

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Serie Blanca de Artículos<br />

<strong>El</strong> <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

<strong>El</strong> <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral <strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

<strong>Democracias</strong> Emerg<strong>en</strong>tes:<br />

Conceptos Básicos para una Evaluación<br />

Rafael López-Pintor<br />

Diciembre 2010


<strong>El</strong> <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral <strong>en</strong> <strong>las</strong> <strong>Democracias</strong> Emerg<strong>en</strong>tes: Conceptos Básicos para una Evaluación<br />

Rafael López‐Pintor<br />

© 2010 por <strong>IFES</strong>. Todos los derechos reservados.<br />

<strong>IFES</strong><br />

1850 K Street, NW<br />

Fifth Floor<br />

Washington, D.C. 20006<br />

U.S.A.<br />

Traducción de Carlos Hinojosa <strong>en</strong> coordinación con el autor.<br />

Noticia Legal<br />

Derechos reservados. Ninguna parte de éste informe podrá ser reproducida o transmitida por cualquier<br />

forma o por cualquier medio sin el permiso previo del editor.<br />

Impreso <strong>en</strong> Los Estados Unidos de América<br />

ISBN: 1‐931459‐53‐3<br />

Las opiniones, resultados, conclusiones o recom<strong>en</strong>daciones expresadas <strong>en</strong> esta publicación son <strong>las</strong> del autor y no reflejan<br />

necesariam<strong>en</strong>te la opinión de la Fundación Internacional para Sistemas <strong>El</strong>ectorales.


<strong>El</strong> <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral <strong>en</strong> <strong>las</strong> <strong>Democracias</strong><br />

Emerg<strong>en</strong>tes:<br />

Conceptos Básicos para una Evaluación<br />

Rafael López-Pintor<br />

Una Serie Blanca de Artículos de <strong>IFES</strong><br />

Diciembre 2010


Cont<strong>en</strong>ts<br />

Agradecimi<strong>en</strong>tos ........................................................................................................................... 4<br />

I. Introducción ............................................................................................................................ 4<br />

II. ¿Por qué Resaltar el <strong>Fraude</strong> <strong>en</strong> <strong>las</strong> <strong>Democracias</strong> Emerg<strong>en</strong>tes? ......................... 5<br />

III. Definiciones para Mejor Ent<strong>en</strong>der el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral ......................................... 9<br />

IV. Estándares Democráticos Internacionales y <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral ....................... 14<br />

V. Observaciones Finales sobre <strong>El</strong>ecciones Auténtim<strong>en</strong>te Democráticas ....... 19<br />

VI. Sobre el Autor ...................................................................................................................... 20<br />

Notas................................................................................................................................................ 20


Rafael López‐Pintor<br />

Agradecimi<strong>en</strong>tos<br />

<strong>El</strong> autor desea expresar su reconocimi<strong>en</strong>to y gratitud a sus colegas de <strong>IFES</strong> que dedicaron tiempo y<br />

at<strong>en</strong>ción considerables <strong>en</strong> la revisión de sucesivos borradores de este trabajo, especialm<strong>en</strong>te a Chad<br />

Vickery, Jeremy Hunt, Myron McClees, Erica Shein, Brooks Braun, Kristin Nicholson, Meredith<br />

Applegate y Mustafa Rizvi.<br />

I. Introducción<br />

<strong>El</strong> propósito de esta serie de artículos es ofrecer una evaluación del fraude electoral desde una<br />

perspectiva internacional comparada con el objetivo de proporcionar un mejor <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to de la<br />

naturaleza del fraude electoral <strong>en</strong> el mundo contemporáneo. Estos trabajos también tratan de<br />

pres<strong>en</strong>tar un conjunto de estrategias y herrami<strong>en</strong>tas que podrían ayudar a la comunidad<br />

internacional a <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar el problema. Este primer artículo de la serie discute la importancia de<br />

c<strong>en</strong>trar la at<strong>en</strong>ción sobre el fraude <strong>en</strong> <strong>las</strong> nuevas democracias, pres<strong>en</strong>ta una definición de fraude (a<br />

difer<strong>en</strong>cia de <strong>las</strong> de corrupción o neglig<strong>en</strong>cia), y evalúa cómo los estándares democráticos<br />

internacionales se interconectan con la prev<strong>en</strong>ción del fraude electoral.<br />

La Fundación Internacional para Sistemas <strong>El</strong>ectorales (<strong>IFES</strong>) se ha dado a la tarea de producir esta<br />

serie blanca de artículos para hacer fr<strong>en</strong>te a la creci<strong>en</strong>te preocupación de qui<strong>en</strong>es trabajan sobre<br />

democracia y gobernabilidad (D & G) respecto a los efectos del fraude electoral <strong>en</strong> <strong>las</strong> democracias<br />

emerg<strong>en</strong>tes. Hasta ahora, la mayor parte de los trabajos <strong>en</strong> este campo se ha c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> la<br />

detección del fraude después que se ha efectuado, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te a través de los informes de <strong>las</strong><br />

misiones de observación electoral tanto internacionales como nacionales. Sin embargo, la<br />

observación electoral sólo ati<strong>en</strong>de parte del problema del fraude electoral, si<strong>en</strong>do que éste <strong>en</strong><br />

realidad requiere un <strong>en</strong>foque más amplio para su detección, disuasión y mitigación de sus efectos.<br />

En <strong>las</strong> últimas dos décadas, <strong>IFES</strong> ha trabajado <strong>en</strong> países de todo el mundo para el establecim<strong>en</strong>to de<br />

sistemas y procedimi<strong>en</strong>tos electorales que mitigu<strong>en</strong> el fraude y estén de acuerdo con los estándares<br />

democráticos internacionales. A través de esta serie de docum<strong>en</strong>tos, <strong>IFES</strong> busca ampliar su trabajo<br />

y ofrecer a la comunidad de D & G <strong>las</strong> herrami<strong>en</strong>tas necesarias para combatir el fraude electoral.<br />

La credibilidad de los programas que actualm<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong><strong>en</strong> como objetivo la lucha contra el fraude<br />

electoral a veces está más basada <strong>en</strong> la cantidad de recursos económicos dedicados al problema que<br />

<strong>en</strong> la calidad de la metodología y análisis empleados. De hecho, hay algunos mecanismos básicos y<br />

eficaces contra el fraude relativam<strong>en</strong>te económicos. Un ejemplo notable es el método por el que los<br />

resultados electorales se hac<strong>en</strong> públicos. Para mejorar la transpar<strong>en</strong>cia y reducir el riesgo de<br />

fraude, se puede optar por publicar los resultados electorales al exterior de cada colegio electoral,<br />

<strong>en</strong> lugar de publicar únicam<strong>en</strong>te resultados agregados por la administración electoral (AE) <strong>en</strong> su<br />

nivel c<strong>en</strong>tral. Sin embargo, este procedimi<strong>en</strong>to no es utilizado <strong>en</strong> numerosos países donde se han<br />

<strong>IFES</strong> 4


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

hecho d<strong>en</strong>uncias de fraude electoral <strong>en</strong> los últimos años, incluy<strong>en</strong>do a K<strong>en</strong>ia, Nigeria, Moldova,<br />

Pakistán y Zimbabwe. 1<br />

Ya es hora de que los profesionales <strong>en</strong> el campo de la democracia y la gobernabilidad vayan más allá<br />

de <strong>las</strong> directrices g<strong>en</strong>erales establecidas por grupos de observación electoral o por <strong>las</strong><br />

administraciones electorales (AEs), que sólo cubr<strong>en</strong> los elem<strong>en</strong>tos más visibles del proceso<br />

electoral, y de que se haga uso de herrami<strong>en</strong>tas que de manera integral y sistemática disminuyan el<br />

fraude. Una AE debería establecer medidas para combatir el fraude <strong>en</strong> tres direcciones principales:<br />

disuadir que se cometa fraude; permitir la detección de fraude; y proveer la reparación del daño<br />

causado por el fraude que t<strong>en</strong>ga lugar pese a los esfuerzos por detectarlo o disuadirlo.<br />

II. ¿Por qué Resaltar el <strong>Fraude</strong> <strong>en</strong> <strong>las</strong> <strong>Democracias</strong> Emerg<strong>en</strong>tes?<br />

Conseguir legitimidad y credibilidad democráticas es vital para un gobierno recién establecido. Los<br />

efectos del fraude electoral pued<strong>en</strong> ser devastadores, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> democracias nuevas ya que<br />

es muy probable que situaciones graves de fraude g<strong>en</strong>er<strong>en</strong> inestabilidad y erosion<strong>en</strong> la credibilidad<br />

del nuevo gobierno. <strong>El</strong> término "democracias nuevas" se refiere tanto a los sistemas políticos<br />

emerg<strong>en</strong>tes como a aquellos sistemas multipartidistas <strong>en</strong> proceso de consolidación, cualquiera que<br />

sea la etapa de desarrollo <strong>en</strong> que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong>. Aunque si bi<strong>en</strong> el fraude electoral no es un tema<br />

irrelevante <strong>en</strong> <strong>las</strong> democracias más antiguas o mejor establecidas, por razones teóricas y prácticas,<br />

el <strong>en</strong>foque c<strong>en</strong>tral de este trabajo serán aquel<strong>las</strong> democracias donde el fraude electoral es<br />

probablem<strong>en</strong>te más frecu<strong>en</strong>te y sus implicaciones más serias.<br />

<strong>El</strong> fraude electoral ha existido desde el comi<strong>en</strong>zo del desarrollo democrático a mediados y finales<br />

del siglo XIX 2 y aún todavía persiste como problema <strong>en</strong> algunas democracias bi<strong>en</strong> establecidas 3 . Sin<br />

embargo, el increm<strong>en</strong>to de <strong>las</strong> elecciones multipartidistas <strong>en</strong> los últimos treinta años a nivel global<br />

ha convertido al fraude electoral <strong>en</strong> un problema c<strong>en</strong>tral de los nuevos procesos de<br />

democratización y gobernabilidad. Entre los fallos de una administración electoral, el fraude<br />

constituye sin duda su más grave manifestación y debe ser combatido abierta y públicam<strong>en</strong>te por<br />

todos aquellos que participan <strong>en</strong> el proceso democrático.<br />

No es casualidad, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, que <strong>en</strong> los últimos años la comunidad de qui<strong>en</strong>es se dedican a la<br />

asist<strong>en</strong>cia técnica electoral internacional se haya c<strong>en</strong>trado más <strong>en</strong> desarrollar estrategias de lucha<br />

contra el fraude. Una de <strong>las</strong> principales razones para este cambio de <strong>en</strong>foque fue el fraude masivo<br />

cometido <strong>en</strong> <strong>las</strong> elecciones de Afganistán <strong>en</strong> agosto del 2009, y que puso <strong>en</strong> marcha toda una gama<br />

de procedimi<strong>en</strong>tos de auditoría, concluyéndose que debía llevarse a cabo una segunda vuelta<br />

(aunque esta nunca llegó a darse por el retiro voluntario del segundo candidato). 4 Los<br />

acontecimi<strong>en</strong>tos de Afganistán no fueron un hecho aislado <strong>en</strong> esta década de múltiples y<br />

turbul<strong>en</strong>tas elecciones. Los gobiernos de Costa de Marfil, Perú y Serbia cayeron todos <strong>en</strong> el año<br />

<strong>IFES</strong> 5


Rafael López‐Pintor<br />

2000 como consecu<strong>en</strong>cia de rebeliones populares contra el fraude cometido por <strong>las</strong> comisiones<br />

electorales. De igual manera, la llamada "Revolución Anaranjada" del 2004 <strong>en</strong> Ucrania originó la<br />

repetición total de <strong>las</strong> elecciones presid<strong>en</strong>ciales una vez que se demostró un vasto fraude electoral. 5<br />

Al c<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> <strong>las</strong> democracias nuevas, este docum<strong>en</strong>to pone énfasis allí donde el fraude electoral<br />

ocurre con mayor frecu<strong>en</strong>cia. Es importante t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que una variedad de contextos<br />

electorales se agrupan bajo la etiqueta única de "democracias nuevas" (por ejemplo, <strong>las</strong><br />

democracias emerg<strong>en</strong>tes seguidas por un modelo relativam<strong>en</strong>te pacífico de transición o, <strong>en</strong> el lado<br />

opuesto de la balanza, <strong>en</strong> <strong>las</strong> sociedades <strong>en</strong> guerra). Sin embargo, una definición adecuada también<br />

debe t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta aquel<strong>las</strong> democracias <strong>en</strong> consolidación, con instituciones electorales<br />

relativam<strong>en</strong>te estables, así como democracias restablecidas tras un período de transición desde un<br />

gobierno autoritario. Estas distinciones importan a la hora de diseñar <strong>las</strong> herrami<strong>en</strong>tas más<br />

adecuadas para la detección, disuasión y mitigación de determinados tipos de fraude.<br />

Punto de partida de esta serie de docum<strong>en</strong>tos es el hecho fundam<strong>en</strong>tal de que actualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> casi<br />

todos los países del mundo se llevan a cabo elecciones multipartidistas, aunque con diversos grados<br />

de calidad democrática. Es más probable que el fraude electoral t<strong>en</strong>ga lugar <strong>en</strong> países donde <strong>las</strong><br />

libertades y derechos básicos no están sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te garantizados. Desde este punto de partida,<br />

se puede formular la sigui<strong>en</strong>te hipótesis: si es más probable que ocurra fraude electoral <strong>en</strong> países<br />

donde <strong>las</strong> libertades y derechos no están sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te garantizados ‐ y <strong>las</strong> elecciones <strong>en</strong> la<br />

mayoría de los países aún se desarrollan <strong>en</strong> estas condiciones hoy <strong>en</strong> día‐, <strong>en</strong>tonces se puede<br />

esperar fraude electoral <strong>en</strong> numerosas elecciones <strong>en</strong> cualquier parte del mundo. La magnitud y<br />

gravedad del fraude dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> de la eficacia del gobierno, la comunidad internacional y otras<br />

instituciones sociales (partidos políticos, medios de comunicación indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, def<strong>en</strong>sores de<br />

derechos civiles, organismos de monitoreo, etc.) para proteger eficazm<strong>en</strong>te <strong>las</strong> libertades y<br />

derechos de los electores y los candidatos .<br />

La evid<strong>en</strong>cia histórica muestra que, desde el siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo XX, se fue<br />

accedi<strong>en</strong>do a <strong>las</strong> elecciones y la consolidación democrática por dos caminos principales. Uno, <strong>las</strong><br />

concesiones por parte del establishm<strong>en</strong>t político <strong>en</strong> def<strong>en</strong>sa de sus propios intereses fr<strong>en</strong>te a la<br />

presión social o por pura conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia. Y el otro ti<strong>en</strong>e que ver con movimi<strong>en</strong>tos de insurg<strong>en</strong>cia<br />

política y acceso al poder mediante la presión de <strong>las</strong> masas, <strong>en</strong> ocasiones incluy<strong>en</strong>dos actos de<br />

viol<strong>en</strong>cia. En estos esc<strong>en</strong>arios, jugaron un papel importante la burguesía industrial, los sindicatos,<br />

los partidos políticos, los movimi<strong>en</strong>tos promotores del sufragio de <strong>las</strong> mujeres, o <strong>las</strong> organizaciones<br />

de apoyo a los derechos civiles y políticos.<br />

Sin embargo, desde mediados de la década de 1970, la democratización ha seguido cuatro vías<br />

difer<strong>en</strong>tes. La primera es la transición relativam<strong>en</strong>te pacífica a la democracia desde regím<strong>en</strong>es<br />

autoritarios, lograda a través de la negociación <strong>en</strong>tre <strong>las</strong> facciones moderadas del autoritarismo y la<br />

oposición democrática. Ejemplos de este método son Grecia, Portugal, España, Uruguay, Chile o<br />

Arg<strong>en</strong>tina. Una segunda vía hacia la democracia <strong>en</strong> el siglo XX ha sido la de países que salieron de la<br />

<strong>IFES</strong> 6


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

guerra civil a través de acuerdos de paz patrocinados por la comunidad internacional, como<br />

sucedió <strong>en</strong> Nicaragua, <strong>El</strong> Salvador, Angola, Mozambique, Camboya o los Balcanes. En estos dos<br />

esc<strong>en</strong>arios se incluy<strong>en</strong> la mayor parte de <strong>las</strong> ci<strong>en</strong> democracias nuevas que se constituyeron hasta<br />

los años nov<strong>en</strong>ta. Un tercer camino es el de la democratización forzada como resultado de la<br />

ocupación por parte de los EE.UU. y sus aliados <strong>en</strong> Irak y Afganistán. Por último, Líbano y los<br />

territorios Palestinos de Cisjordania y Gaza sigu<strong>en</strong> una cuarta marcha hacia la democracia como<br />

resultado de los conflictos <strong>en</strong>tre Israel y sus vecinos del Medio Ori<strong>en</strong>te.<br />

Esta última ola de democratización sin duda será incluida <strong>en</strong>tre los más grandes acontecimi<strong>en</strong>tos<br />

políticos del siglo XX. <strong>El</strong> número de países donde la libertad política y los derechos civiles han sido<br />

establecidos, restaurados o mejorados se ha increm<strong>en</strong>tado de manera espectacular <strong>en</strong>tre la<br />

segunda mitad de 1970 y los primeros años del siglo XXI. Informes de Freedom House publicados<br />

desde 1972, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong>tre los varios indicadores que ilustran este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o. En estos<br />

informes, que han evaluado los niveles de libertad política y derechos civiles durante un período de<br />

31 años, el número de países c<strong>las</strong>ificados como "libres" 6 aum<strong>en</strong>tó de 51 a 89, los países<br />

"parcialm<strong>en</strong>te libres" tuvieron un pequeño aum<strong>en</strong>to y<strong>en</strong>do de 54 a 58, y los países c<strong>las</strong>ificados<br />

como "no libres" se redujeron de 57 a 47. Aunque el número total de países incluidos <strong>en</strong> la<br />

evaluación pasó de 161 <strong>en</strong> 1979 a 194 <strong>en</strong> 2010 (un aum<strong>en</strong>to de 33), el número de países<br />

c<strong>las</strong>ificados como "libres" y "parcialm<strong>en</strong>te libres" <strong>en</strong> conjunto se increm<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> 41. 7<br />

Tabla 1. Número de países según su grado de libertad <strong>en</strong> los informes de 1979 y 2010 de Freedom<br />

House.<br />

Nivel de libertades y<br />

derechos<br />

1979 2010<br />

# de países % # de países %<br />

Libre 51 32 89 46<br />

Parcialm<strong>en</strong>te Libre 54 33 58 30<br />

No Libre 56 35 47 24<br />

TOTAL 161 100 194 100<br />

Fu<strong>en</strong>te: Freedom in the World 2010, Washington DC, Freedom House<br />

<strong>El</strong> hecho de que el número total de países incluidos <strong>en</strong> la evaluación haya aum<strong>en</strong>tado durante el<br />

período <strong>en</strong>tre 1979 y 2010 hace aún más significativo el relativo increm<strong>en</strong>to o disminución <strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

difer<strong>en</strong>tes categorías: un increm<strong>en</strong>to de países "libres" del 14 por ci<strong>en</strong>to, una disminución de países<br />

"parcialm<strong>en</strong>te libres" de 3 por ci<strong>en</strong>to y una disminución de países "no libres " del 11 por ci<strong>en</strong>to.<br />

La consist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> estos datos debe ser considerada al m<strong>en</strong>os como parte del sust<strong>en</strong>to de la<br />

hipótesis de que es más probable que ocurra fraude <strong>en</strong> aquellos países donde <strong>las</strong> libertades y<br />

derechos no están sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te garantizados. Es indiscutible que el fraude electoral es una<br />

violación de algunos de los más sagrados derechos políticos, tales como el derecho a votar<br />

librem<strong>en</strong>te o a ser elegido. De hecho, <strong>las</strong> d<strong>en</strong>uncias más frecu<strong>en</strong>tes de fraude electoral se dan <strong>en</strong> los<br />

países que Freedom House c<strong>las</strong>ifica como no libres o parcialm<strong>en</strong>te libres. La Tabla 2 que se<br />

pres<strong>en</strong>ta a continuación, es una prueba más <strong>en</strong> la misma línea, pero introduce como variable<br />

<strong>IFES</strong> 7


Rafael López‐Pintor<br />

adicional el "contexto electoral", referido al estado de desarrollo democrático <strong>en</strong> cada país. Desde la<br />

perspectiva de diversos informes electorales de carácter nacional o internacional, como los ya<br />

citados, sabemos que los países donde se da fraude electoral de distinta magnitud ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a estar<br />

más <strong>en</strong>tre aquellos <strong>en</strong> proceso de consolidación democrática o <strong>en</strong> <strong>las</strong> democracias emerg<strong>en</strong>tes, que<br />

a su vez se correlacionan muy estrecham<strong>en</strong>te con los contextos políticos donde <strong>las</strong> libertades y<br />

derechos no están sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te garantizados. 8<br />

A efectos metodológicos, se han id<strong>en</strong>tificado tres contextos electorales (primera columna de la<br />

Tabla 2). <strong>El</strong> primero es la democracia estable, donde se han celebrado elecciones multipartidistas,<br />

con creci<strong>en</strong>te grado de libertad y ampliación del sufragio desde la última parte del siglo XIX, ya sea<br />

de manera ininterrumpida o con algunas rupturas debidas a conflictos nacionales o internacionales<br />

(por ejemplo, la mayor parte de Europa Occid<strong>en</strong>tal, Uruguay, Chile y Colombia). Hay 41 países <strong>en</strong><br />

esta categoría, que repres<strong>en</strong>tan el 23 por ci<strong>en</strong>to de todos los países donde se celebran elecciones<br />

multipartidistas. Otros ejemplos de democracias estables incluy<strong>en</strong> a Canadá, Irlanda y Japón. Un<br />

segundo contexto es la democracia <strong>en</strong> consolidación, <strong>en</strong> donde se han v<strong>en</strong>ido celebrando elecciones<br />

durante varios años con bu<strong>en</strong>as perspectivas de estabilidad. Hay 75 países <strong>en</strong> esta categoría (con<br />

diversos niveles de garantía de los derechos y libertades), lo que equivale al 52 por ci<strong>en</strong>to de todos<br />

los países considerados. Ejemplos de democracias <strong>en</strong> consolidación son Arg<strong>en</strong>tina, Kiribati o<br />

Mozambique. Un tercer ámbito es la democracia emerg<strong>en</strong>te, donde se han celebrado elecciones una<br />

o pocas veces, o incluso si éstas se han v<strong>en</strong>ido realizando de manera periódica durante periodos<br />

ext<strong>en</strong>sos, <strong>las</strong> oportunidades para la estabilización de la democracia sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do débiles. Pued<strong>en</strong><br />

incluirse 60 países <strong>en</strong> esta categoría (de nuevo, con difer<strong>en</strong>tes niveles de garantía de libertades y<br />

derechos), lo que equivale al 35 por ci<strong>en</strong>to de todos los países considerados. Ejemplos de<br />

democracias emerg<strong>en</strong>tes son: Afganistán, Guinea‐Bissau o Tailandia. Una subcategoría de países a<br />

incluir <strong>en</strong> este contexto podría ser etiquetada como "democracias devastadas por la guerra", donde<br />

<strong>las</strong> elecciones ti<strong>en</strong><strong>en</strong> lugar <strong>en</strong> medio del conflicto armado con la posibilidad de que llegue a lograrse<br />

una democracia duradera, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do <strong>en</strong> gran medida del resultado del conflicto (por ejemplo,<br />

Irak, Afganistán, Palestina, Rwanda, Burundi, República Democrática del Congo o Sri Lanka).<br />

Tabla 2. Número y porc<strong>en</strong>tajes de países según el contexto electoral y categoría establecida por<br />

Freedom House.<br />

Contexto <strong>El</strong>ectoral C<strong>las</strong>ificación de Freedom<br />

House<br />

Número de<br />

países<br />

Porc<strong>en</strong>taje total de<br />

países<br />

Democracia Estable “Libre” 41 23<br />

Democracia <strong>en</strong><br />

Consolidación<br />

Democracia<br />

Emerg<strong>en</strong>te<br />

“Libre” 48 27<br />

“Parcialm<strong>en</strong>te Libre ” 27 15<br />

“Parcialm<strong>en</strong>te Libre”<br />

35 20<br />

“No Libre” 26 15<br />

TOTAL 177 100<br />

Fu<strong>en</strong>te: <strong>El</strong>aboración del autor combinando información del informe de FH del 2010 y su propia evaluación basada <strong>en</strong> el<br />

análisis de la democracia y trabajo de campo <strong>en</strong> numerosos países. 9<br />

<strong>IFES</strong> 8


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

Desde una perspectiva puram<strong>en</strong>te cuantitativa, pued<strong>en</strong> hacerse varias lecturas de la tabla anterior.<br />

Una de el<strong>las</strong>, sigui<strong>en</strong>do la lógica de nuestra hipótesis principal, es que la probabilidad de fraude<br />

electoral se reducirá <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que países considerados "no libres" pero donde <strong>las</strong> elecciones<br />

se sigu<strong>en</strong> llevando a cabo pas<strong>en</strong> a ser c<strong>las</strong>ificados como "libres", donde la democracia está más<br />

sólidam<strong>en</strong>te establecida. Tanto <strong>en</strong> términos teóricos como prácticos, esta lectura parece la más<br />

fructífera. Sin embargo, también es posible otra lectura que arroja luz sobre el tema <strong>en</strong> cuestión.<br />

Para ello es necesario dividir la tabla <strong>en</strong> dos mitades, con 50 % de los países <strong>en</strong> cada una; la parte<br />

superior incluy<strong>en</strong>do todos los países "libres" con difer<strong>en</strong>tes niveles de estabilidad democrática y<br />

solidez; y la mitad inferior incluy<strong>en</strong>do todos los demás ya "parcialm<strong>en</strong>te libres" como "no libres",<br />

pero que continúan t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do elecciones. Utilizando este <strong>en</strong>foque, una vez más <strong>en</strong> términos teóricos<br />

o hipotéticos, el 50% de todas <strong>las</strong> democracias serían aquel<strong>las</strong> donde es más probable que ocurra el<br />

fraude, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te del listón utilizado para determinar la exist<strong>en</strong>cia de fraude electoral.<br />

Qui<strong>en</strong>es se preocupan del desarrollo democrático pued<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tirse optimistas por el hecho de que<br />

<strong>las</strong> libertades y derechos sean cada vez más accesibles a los ciudadanos <strong>en</strong> todo el mundo. Sin<br />

emabrgo, es preocupante que la probabilidad de fraude electoral esté pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> tan alto<br />

porc<strong>en</strong>taje de democracias. Para la comunidad profesional dedicada a D & G, el contextualizar los<br />

difer<strong>en</strong>tes esc<strong>en</strong>arios electorales ayudará a que su dedicación contra el fraude se desarrolle con un<br />

<strong>en</strong>foque estratégico y permita desarrollar instrum<strong>en</strong>tos útiles para la disuasión, detección y<br />

mitigación del mismo.<br />

III. Definiciones para Mejor Ent<strong>en</strong>der el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

Corrupción, fraude y ma<strong>las</strong> prácticas: buscando <strong>las</strong> difer<strong>en</strong>cias<br />

<strong>El</strong> fraude electoral puede ser definido como cualquier acción int<strong>en</strong>cionada adoptada para alterar<br />

actividades o materiales electorales con el fin de afectar los reultados de una elección, que puede<br />

interferir con o impedir la voluntad de los electores. Hay dos categorías principales de fraude<br />

electoral: fraude determinante de los resultados, cuando el fraude afecta los resultados de la elección<br />

de tal manera que ganadores y perdedores sean difer<strong>en</strong>tes a los que hubieran sido elegidos si no se<br />

hubiera cometido el fraude; y fraude no determinante de los resultados, cuando los resultados no se<br />

v<strong>en</strong> afectados (es decir, los ganadores y perdedores serían los mismos incluso <strong>en</strong> aus<strong>en</strong>cia de<br />

fraude). Ambos tipos de fraude implican conductas delictivas que deberían ser castigadas conforme<br />

a la ley, sin embargo, el fraude determinante de los resultados ti<strong>en</strong>e implicaciones políticas mucho<br />

más graves, ya que permite que un partido o un candidato asuman cargos públicos <strong>en</strong> contra de la<br />

voluntad popular.<br />

Numerosos observadores consideran la corrupción como sinónimo de fraude electoral. Sin<br />

embargo, mi<strong>en</strong>tras que el fraude es sin duda una forma de corrupción, es sólo una de <strong>las</strong> muchas<br />

formas <strong>en</strong> que aquella se pres<strong>en</strong>ta, si bi<strong>en</strong> de <strong>las</strong> más obvias y alto perfil. La corrupción se refiere a<br />

<strong>IFES</strong> 9


Rafael López‐Pintor<br />

la conducta individual desviada de <strong>las</strong> reg<strong>las</strong> formales de bu<strong>en</strong> comportami<strong>en</strong>to que rig<strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

acciones de algui<strong>en</strong> <strong>en</strong> una posición de autoridad pública. 10 Esto puede incluir profundos problemas<br />

de gobernabilidad y funcionami<strong>en</strong>to del estado de derecho, que g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te implican una mala<br />

administración de fondos públicos o sobornos. <strong>El</strong> fraude electoral se refiere específicam<strong>en</strong>te a una<br />

interfer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>gañosa o neglig<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el proceso electoral con int<strong>en</strong>ción de evitar que los<br />

resultados reflej<strong>en</strong> la voluntad popular.<br />

<strong>El</strong> fraude electoral se produce con más frecu<strong>en</strong>cia d<strong>en</strong>tro del marco de acción directa u omisión<br />

deliberada de los administradores electorales, permiti<strong>en</strong>do que otros (como funcionarios de<br />

gobierno del poder ejecutivo o de los partidos políticos) interfieran con el proceso. Por ejemplo, <strong>las</strong><br />

autoridades subnacionales <strong>en</strong> Afganistán que pusierón <strong>en</strong> peligro la voluntad de los electores tras el<br />

secuestro y posterior manipulación de <strong>las</strong> papeletas <strong>en</strong> <strong>las</strong> elecciones presid<strong>en</strong>ciales de agosto de<br />

2009 (y muy probablem<strong>en</strong>te también <strong>en</strong> elecciones anteriores). 11 La incid<strong>en</strong>cia del fraude es un<br />

síntoma de la falta de reglam<strong>en</strong>tación y de la inefici<strong>en</strong>cia institucional, especialm<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>tro de los<br />

diversos niveles de gobierno. <strong>El</strong> fraude electoral es la forma más grave <strong>en</strong>tre <strong>las</strong> ma<strong>las</strong> prácticas<br />

electorales que afectan los procedimi<strong>en</strong>tos y materiales, especialm<strong>en</strong>te llevados a cabo por parte de<br />

funcionarios de gobierno y repres<strong>en</strong>tantes de los partidos políticos o candidatos. Sin embargo, no<br />

todas <strong>las</strong> ma<strong>las</strong> prácticas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> categoría de fraude. Los tipos más frecu<strong>en</strong>tes de ma<strong>las</strong> prácticas se<br />

dan <strong>en</strong> forma de irregularidades, defici<strong>en</strong>cias o defectos <strong>en</strong> la administración electoral <strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

difer<strong>en</strong>tes etapas del proceso electoral, y que pued<strong>en</strong> at<strong>en</strong>derse y corregirse de existir bu<strong>en</strong>a<br />

voluntad. Las irregularidades ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a relacionarse con defici<strong>en</strong>cias administrativas o errores,<br />

incluy<strong>en</strong>do faltas de ortografía <strong>en</strong> los nombres de los electores <strong>en</strong> los registros públicos, la marca<br />

no legible o incierta que el elector hace <strong>en</strong> la papeleta, la escasez o mala calidad de la tinta indeleble,<br />

la falta de concordancia de los totales de cómputo, <strong>las</strong> discrepancias <strong>en</strong>tre los conteos <strong>en</strong> los<br />

difer<strong>en</strong>tes niveles del escrutinio, errores o fal<strong>las</strong> tecnológicas de la página de Internet del<br />

organismo electoral durante la trasmisión de resultados y retrasos <strong>en</strong> la resolución de <strong>las</strong> quejas y<br />

recursos.<br />

Desafíos <strong>en</strong> la evaluación del alcance del fraude electoral<br />

Diversas consideraciones adicionales son pertin<strong>en</strong>tes para determinar la trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del fraude<br />

<strong>en</strong> un proceso electoral determinado. Una importante ti<strong>en</strong>e que ver con la dificultad para medir el<br />

nivel de impacto del fraude sobre los resultados. Por ejemplo, ¿a través de qué mecanismos –<br />

materiales o psicológicos ‐ y <strong>en</strong> qué medida podrían la intimidación o la compra de votos haber<br />

afectado los resultados de una elección? "Material" significa no sólo la manipulación directa de<br />

algunos elem<strong>en</strong>tos físicos de <strong>las</strong> elecciones, como los registros electorales, papeletas de votación,<br />

escrutinios, equipos de comunicación o computadoras, sino también alteraciones del proceso <strong>en</strong><br />

forma de ofertas de empleo o am<strong>en</strong>azas de despido, pago de comisiones por servicios prestados,<br />

compromisos ‐ orales o escritos ‐ sobre contratos gubernam<strong>en</strong>tales <strong>en</strong> el futuro, ofertas monetarias<br />

pequeñas u ofrecimi<strong>en</strong>to de alim<strong>en</strong>tos y compra de votos. Los mecanismos "Psicológicos" ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

que ver con la intimidación, ya sea contra electores individuales o contra una comunidad <strong>en</strong>tera. La<br />

<strong>IFES</strong> 10


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

intimidación puede implicar el uso de viol<strong>en</strong>cia o de la privación de determinados bi<strong>en</strong>es y servicios<br />

que se esperan del gobierno o de los líderes locales.<br />

Acciones fraudul<strong>en</strong>tas como la manipulación de los registros civiles o la falsificación de tarjetas de<br />

id<strong>en</strong>tidad pued<strong>en</strong> seriam<strong>en</strong>te cambiar los resultados de <strong>las</strong> elecciones, pero sin embargo sus efectos<br />

pued<strong>en</strong> ser extremadam<strong>en</strong>te difíciles de cuantificar. Un caso bi<strong>en</strong> conocido es el de <strong>las</strong> elecciones<br />

g<strong>en</strong>erales de Guatemala <strong>en</strong> 2003, cuando el partido <strong>en</strong> el poder <strong>en</strong> su esfuerzo por influir<br />

fraudul<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los resultados, llevó a cabo una amplia compra de votos, realizada incluso por<br />

los militares <strong>en</strong> activo, hizo uso de viol<strong>en</strong>cia e intimidación, incluy<strong>en</strong>do am<strong>en</strong>azas sobre los<br />

empleados públicos respecto a la duración o exist<strong>en</strong>cia de sus empleos. A pesar de estas acciones<br />

fraudul<strong>en</strong>tas y contra los que muchos esperaban, el partido perdió <strong>las</strong> elecciones por un marg<strong>en</strong> de<br />

<strong>en</strong>tre 5 y 20 por ci<strong>en</strong>to de los votos a nivel municipal, parlam<strong>en</strong>tario y presid<strong>en</strong>cial. 12<br />

La acumulación de irregularidades a <strong>las</strong> que no se les da solución pued<strong>en</strong> culminar <strong>en</strong> un resultado<br />

electoral fraudul<strong>en</strong>to. Dado que los elem<strong>en</strong>tos individuales de fraude son tan pequeños, puede que<br />

no sea posible evaluar pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te el alcance del fraude durante el proceso. Surge una situación<br />

particularm<strong>en</strong>te complicada cuando grupos o poblaciones vulnerables son impedidos o disuadidos<br />

por medio de la fuerza o sistemáticam<strong>en</strong>te de ejercer sus derechos políticos o sociales, ya sea por<br />

medio de obstáculos operativos <strong>en</strong> los registros de <strong>las</strong> personas, ya sean civiles, electorales o de<br />

cualquier otro tipo. <strong>El</strong> resultado es que <strong>las</strong> minorías, <strong>las</strong> personas con discapacidades, los pobres,<br />

<strong>las</strong> mujeres y los jóv<strong>en</strong>es se le puede negar el derecho al voto a causa de la ideología o<br />

discriminación del grupo <strong>en</strong> el poder. Estos grupos suel<strong>en</strong> correr el peligro de ser privados de su<br />

derecho al voto a pesar de haber cumplido con los requisitos de edad e inscripción electoral.<br />

Cuando tal cosa ocurre, el derecho a la participación política proclamado <strong>en</strong> la Conv<strong>en</strong>ción<br />

Internacional de Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos (Conv<strong>en</strong>ción) es violado, y por<br />

tanto, el supuesto de que el resultado refleja la voluntad popular es incorrecto, ya que una gran<br />

parte de los ciudadanos calificados han sido deliberadam<strong>en</strong>te mant<strong>en</strong>idos fuera de la población<br />

votante.<br />

Por ejemplo, la manipulación de <strong>las</strong> listas electorales se practicó con frecu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> algunos países<br />

de Europa Occid<strong>en</strong>tal antes de la Segunda Guerra Mundial, <strong>en</strong> el sur de los Estados Unidos hasta el<br />

movimi<strong>en</strong>to de los derechos civiles de la década de 1960, e incluso sigue si<strong>en</strong>do visible hoy <strong>en</strong> día<br />

<strong>en</strong> muchos otros países. Cuando un gran número de personas son deliberadam<strong>en</strong>te excluidas del<br />

sistema electoral, puede plantearse legítimam<strong>en</strong>te la cuestión de si los resultados de una elección<br />

hubieran sido difer<strong>en</strong>tes si se hubiera permitido que aquel<strong>las</strong> personas participaran <strong>en</strong> el proceso.<br />

Algunos problemas han de evaluarse caso por caso. Por ejemplo, ¿se puede declarar fraude<br />

electoral bajo <strong>las</strong> condiciones antes m<strong>en</strong>cionadas? Y <strong>en</strong> caso afirmativo, ¿se puede considerar la<br />

elección como legítima?<br />

<strong>IFES</strong> 11


Rafael López‐Pintor<br />

<strong>El</strong> papel de <strong>las</strong> modernas comunicaciones y la informática <strong>en</strong> la detección del fraude electoral<br />

La expansión de <strong>las</strong> modernas tecnologías de la comunicación y la información repres<strong>en</strong>ta tanto un<br />

<strong>en</strong>orme reto para la detección de fraude electoral como una oportunidad para reforzar los métodos<br />

de detección. <strong>El</strong> uso de <strong>las</strong> tecnologías electrónicas <strong>en</strong> su conjunto ha añadido nuevas<br />

complejidades <strong>en</strong> la detección de prácticas fraudul<strong>en</strong>tas, al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> parte, al haber<strong>las</strong> desplazado<br />

de sus <strong>en</strong>claves más tradicionales a otros espacios del proceso electoral m<strong>en</strong>os visibles y más<br />

sofisticados (por ejemplo, el acceso a los registros electorales por medio del Internet desde los<br />

c<strong>en</strong>tros de votación). Por otro lado, un programa piloto de <strong>IFES</strong> <strong>en</strong> Indonesia demostró que el uso<br />

de un sistema de notificación por medio de m<strong>en</strong>sajes de texto (Short Message Service o SMS ‐ por<br />

sus sig<strong>las</strong> <strong>en</strong> íngles) puede ayudar a id<strong>en</strong>tificar y aislar los posibles casos de fraude electoral.<br />

Exist<strong>en</strong> varias áreas s<strong>en</strong>sibles d<strong>en</strong>tro del proceso electoral que pued<strong>en</strong> verse afectadas por la<br />

tecnología informática. En primer lugar, pued<strong>en</strong> aparecer brechas o ¨grietas¨ <strong>en</strong> el sistema<br />

informático, que g<strong>en</strong>er<strong>en</strong> dudas o sospechas sobre el verdadero resultado de <strong>las</strong> elecciones.<br />

Quiebres <strong>en</strong> el sistema o una susp<strong>en</strong>sión mom<strong>en</strong>tánea pued<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tarse como parte de un<br />

mecanismo bi<strong>en</strong> planeado para manipular ilícitam<strong>en</strong>te el conteo o la transmisión de resultados por<br />

parte del AE. Tal fue el caso del Perú <strong>en</strong> el 2000, donde la transmisión de datos fue susp<strong>en</strong>dida <strong>en</strong><br />

los difer<strong>en</strong>tes niveles antes de alcanzar el conteo g<strong>en</strong>eral. Esta fisura <strong>en</strong> el sistema, <strong>en</strong>tre otros<br />

casos de mala práctica, fue d<strong>en</strong>unciada por la organización Transpar<strong>en</strong>cia, el principal observador a<br />

nivel local, y <strong>las</strong> elecciones fueron consideradas fraudul<strong>en</strong>tas. Otro tipo de brecha puede g<strong>en</strong>erarse<br />

tras un paro g<strong>en</strong>eral del sistema ocasionado por fal<strong>las</strong> accid<strong>en</strong>tales, como ocurrió <strong>en</strong> el Alemania<br />

Occid<strong>en</strong>tal durante <strong>las</strong> elecciones g<strong>en</strong>erales <strong>en</strong> la década de los och<strong>en</strong>ta. En aquel caso, se ord<strong>en</strong>ó un<br />

conteo manual inmediato y no quedó ninguna sospecha de fraude por <strong>las</strong> partes interesadas.<br />

Un segundo conjunto de problemas surge a causa de la naturaleza intangible de la información<br />

electrónica cont<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> los sistemas. Nos referimos a la accesibilidad <strong>en</strong> la red de los resultados<br />

tanto para el AE como para el público <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. <strong>El</strong> ejemplo de <strong>las</strong> elecciones municipales <strong>en</strong><br />

Nicaragua <strong>en</strong> el año 2008 es un caso reci<strong>en</strong>te donde se vio que los cambios de los resultados <strong>en</strong> la<br />

página de Internet de la AE escasos días después de la votación, g<strong>en</strong>eraron acusaciones de fraude,<br />

tanto <strong>en</strong>tre los partidos de oposición como <strong>en</strong> la comunidad internacional.<br />

Por último, también exist<strong>en</strong> ciertas tareas que se tornan más difíciles de ejecutar para los<br />

profesionales y ciertam<strong>en</strong>te m<strong>en</strong>os visibles para los observadores electorales con el uso de<br />

tecnologías avanzadas. Muy especialm<strong>en</strong>te, la id<strong>en</strong>tificación del fraude puede hacer necesario<br />

retrotraer el proceso a los difer<strong>en</strong>tes sistemas operativos electorales, así como de recurrir al<br />

análisis cuidadoso de los materiales electorales s<strong>en</strong>sibles tales como: registros de votación;<br />

aplicación de procedimi<strong>en</strong>tos de id<strong>en</strong>tificación ciudadana y distribución de tarjetas de id<strong>en</strong>tidad;<br />

compilación, procesami<strong>en</strong>to, análisis y publicación de los informes de financiami<strong>en</strong>to político;<br />

recu<strong>en</strong>to total de votos y resolución de quejas y recursos.<br />

<strong>IFES</strong> 12


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

Empleados electorales y posibles ag<strong>en</strong>tes de fraude<br />

Exist<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes categorías de personal involucrado <strong>en</strong> <strong>las</strong> elecciones <strong>en</strong> un determinado país. La<br />

nómina del personal básico para una elección incluye funcionarios de la AE o de los gobiernos<br />

provinciales y municipales <strong>en</strong>cargados <strong>en</strong> parte de <strong>las</strong> operaciones electorales ya sea de forma<br />

perman<strong>en</strong>te o temporal (la exist<strong>en</strong>cia de funcionarios electorales perman<strong>en</strong>tes es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

relativam<strong>en</strong>te moderno, incluso <strong>en</strong> <strong>las</strong> democracias estables). <strong>El</strong> personal de los c<strong>en</strong>tros de votación<br />

y <strong>las</strong> mesas es suministrado casi siempre por los partidos políticos, el gobierno, instituciones<br />

públicas tales como escue<strong>las</strong>, o bi<strong>en</strong>, seleccionado al azar de los registros de ciudadanos. Los<br />

repres<strong>en</strong>tantes de los partidos políticos son debidam<strong>en</strong>te acreditados ante <strong>las</strong> autoridades<br />

electorales y los ag<strong>en</strong>tes de policía ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la tarea de garantizar la seguridad de los c<strong>en</strong>tros de<br />

votación y escrutinio.<br />

Aunque la pres<strong>en</strong>cia de la policía es un hecho común <strong>en</strong> <strong>las</strong> elecciones, no es inusual que <strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

nuevas democracias participe personal militar y de policía más allá de proporcionar simplem<strong>en</strong>te<br />

seguridad con el transporte de material electoral o garantizar la seguridad <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de<br />

votación. Incluso bajo condiciones de guerra, la práctica habitual es que los ag<strong>en</strong>tes de policía estén<br />

pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de votación mi<strong>en</strong>tras que el personal militar proporciona un segundo<br />

anillo de seguridad a mayor distancia de los c<strong>en</strong>tros de votación. A veces, la pres<strong>en</strong>cia policial <strong>en</strong> el<br />

interior del c<strong>en</strong>tro de votación puede dar lugar a intimidación, pero muy a m<strong>en</strong>udo ‐ como <strong>en</strong> la<br />

mayoría de América Latina y también <strong>en</strong> África ‐ se considera una situación normal y <strong>las</strong> d<strong>en</strong>uncias<br />

de intimidación basadas <strong>en</strong> su pres<strong>en</strong>cia deb<strong>en</strong> ser demostradas <strong>en</strong> lugar de darse por supuestas.<br />

Del mismo modo, otros funcionarios, como gobernadores, funcionarios municipales, jefes tribales y<br />

de clanes, los imanes e inclusive los propios candidatos, pued<strong>en</strong> también int<strong>en</strong>tar influir <strong>en</strong> el<br />

resultado de <strong>las</strong> elecciones con su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de votación durante la jornada electoral.<br />

Un bu<strong>en</strong> ejemplo de este tipo de influ<strong>en</strong>cia injustificada por parte de operadores políticos fue<br />

directam<strong>en</strong>te pres<strong>en</strong>ciado por este autor durante <strong>las</strong> primeras elecciones g<strong>en</strong>erales <strong>en</strong> Yem<strong>en</strong><br />

después de la guerra civil. Allí los c<strong>en</strong>tros de votación están separados para hombres y mujeres. Un<br />

Imán, que también era médico de mujeres y conocido partidario político de uno de los partidos<br />

cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, se hacía ver a la <strong>en</strong>trada de colegios electorales destinados a <strong>las</strong> mujeres saludando<br />

a <strong>las</strong> electoras cuando ingresaban al recinto. Esta es una práctica inusual <strong>en</strong> la mayoría de <strong>las</strong><br />

culturas islámicas tradicionales dominadas por hombres y podría ser considerada como un<br />

esfuerzo directo para sugerir por qué partido deberían votar <strong>las</strong> mujeres. En Afganistán,<br />

repres<strong>en</strong>tantes de los gobernadores y promin<strong>en</strong>tes candidatos participaron directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

rell<strong>en</strong>ar urnas y <strong>en</strong> el establecimi<strong>en</strong>to de c<strong>en</strong>tros ¨fantasma¨ de votación. Actores con intereses <strong>en</strong><br />

<strong>las</strong> elecciones formalm<strong>en</strong>te considerados externos al proceso tales como empleados perman<strong>en</strong>tes<br />

de los partidos políticos, ag<strong>en</strong>tes sindicales, hombres de negocios y funcionarios gubernam<strong>en</strong>tales<br />

(civiles o militares) operan con frecu<strong>en</strong>cia d<strong>en</strong>tro de redes más amplias de corrupción y, por lo<br />

g<strong>en</strong>eral, ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a int<strong>en</strong>tar influir <strong>en</strong> el resultado de <strong>las</strong> elecciones durante <strong>las</strong> primeras etapas del<br />

proceso electoral (por ejemplo, durante la formación de los registros civiles y electorales, la<br />

<strong>IFES</strong> 13


Rafael López‐Pintor<br />

producción y distribución de tarjetas de id<strong>en</strong>tidad), <strong>en</strong> lugar de hacerlo durante la votación y el<br />

escrutinio. Estas actividades suel<strong>en</strong> poner más <strong>en</strong> peligro el registro civil o el voto de ciertas<br />

categorías de personas (minorías indíg<strong>en</strong>as, pobres, jóv<strong>en</strong>es, mujeres y simpatizantes de partidos<br />

de oposición).<br />

Confeccionar una lista exhaustiva de actividades fraudul<strong>en</strong>tas que sea válida para todos los países<br />

del mundo es tarea casi imposible. Sin embargo, la exposición anterior ilustra la importancia de<br />

contar con personal profesional e indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te para la administración del proceso electoral. Ésta<br />

es la primera línea para la disuasión, detección y mitigación del fraude. Una lista más detallada de<br />

ejemplos comunes que ayud<strong>en</strong> a los profesionales y los observadores a id<strong>en</strong>tificar pautas, puntos de<br />

información y mecanismos de fraude se pres<strong>en</strong>ta más abajo. Difer<strong>en</strong>tes tipos de fraude e<br />

irregularidades requier<strong>en</strong> de difer<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>foques y medidas para su detección, disuasión y<br />

mitigación.<br />

IV. Estándares Democráticos Internacionales y <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

Después de haber analizado el alcance global del fraude electoral <strong>en</strong> <strong>las</strong> nuevas democracias,<br />

definido el fraude electoral y examinado los actores involucrados <strong>en</strong> el proceso electoral, pasamos<br />

ahora a ver cómo la comunidad profesional de asist<strong>en</strong>cia a la democracia puede dirigir sus<br />

esfuerzos a la evaluación y combate de este tipo de fraude basándose <strong>en</strong> estándares internacionales<br />

g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te aceptados. En la elaboración de un marco conceptual para combatir el fraude se<br />

deb<strong>en</strong> utilizar estándares democráticos internacionales ampliam<strong>en</strong>te aceptados que permitan<br />

evaluar la eficacia del proceso electoral <strong>en</strong> cada país. Estos estándares abarcan todos los niveles del<br />

ord<strong>en</strong> jurídico democrático, desde consideraciones de ord<strong>en</strong> constitucional a la legislación<br />

ordinaria y <strong>las</strong> normas y reglam<strong>en</strong>tos promulgados por los organismos electorales y otros órganos<br />

administrativos. Más específicam<strong>en</strong>te, atañ<strong>en</strong> a los aspectos técnicos de <strong>las</strong> elecciones desde la<br />

elaboración del registro electoral al inicio del proceso hasta su final con la resolución definitiva de<br />

los cont<strong>en</strong>ciosos electorales. <strong>El</strong> fraude electoral puede ser cometido y afectar cada etapa del<br />

proceso. En esta sección del docum<strong>en</strong>to, se vincularán <strong>las</strong> mejores prácticas <strong>en</strong> la materia y algunos<br />

ejemplos de fraude con los estándares democráticos que deberían inspirar todas <strong>las</strong> etapas del<br />

proceso electoral.<br />

Con frecu<strong>en</strong>cia escuchamos <strong>las</strong> preguntas: "¿Qué se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de exactam<strong>en</strong>te por estándares<br />

internacionales para unas elecciones democráticas y si <strong>en</strong> realidad dichos estándares exist<strong>en</strong>?" De<br />

hecho, los estándares pued<strong>en</strong> ser fácilm<strong>en</strong>te id<strong>en</strong>tificados <strong>en</strong> instrum<strong>en</strong>tos jurídicos<br />

internacionales, así como <strong>en</strong> <strong>las</strong> mejores prácticas ampliam<strong>en</strong>te compartidas <strong>en</strong>tre los promotores<br />

del campo de la democracia, los analistas y los profesionales de <strong>las</strong> elecciones. 13 Los estándares<br />

democráticos toman <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta cada etapa del proceso electoral, desde el diseño del sistema<br />

electoral hasta la finalización de los resultados electorales. Los ocho principios democráticos<br />

consagrados <strong>en</strong> el artículo 25 de La Conv<strong>en</strong>ción De Naciones Unidas de 1966 (véase la nota 1)<br />

pued<strong>en</strong> ser utilizados como puntos concretos de refer<strong>en</strong>cia para alcanzar elecciones democráticas,<br />

<strong>IFES</strong> 14


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

libres y justas: 1) elecciones periódicas; 2) sufragio universal; 3) igualdad del sufragio; 4) derecho a<br />

ocupar cargos públicos; 5) derecho al voto; 6) voto secreto; 7) elecciones auténticas; y 8) permitir la<br />

libre expresión de la voluntad del pueblo. 14<br />

<strong>El</strong> cumplimi<strong>en</strong>to de los estándares internacionales <strong>en</strong> <strong>las</strong> elecciones <strong>en</strong> un país determinado debe<br />

ser evaluado después de tomar <strong>en</strong> consideración ciertas variables contextuales que afectan<br />

directam<strong>en</strong>te la eficacia y la transpar<strong>en</strong>cia de la administración y los procedimi<strong>en</strong>tos electorales.<br />

Como mínimo, <strong>las</strong> elecciones g<strong>en</strong>uinam<strong>en</strong>te democráticas requier<strong>en</strong> una auténtica igualdad de<br />

condiciones que permita una posibilidad real de opciones a los votantes. No debe negarse el acceso<br />

equitativo a los recursos de la compet<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el sistema político, o al m<strong>en</strong>os los principales<br />

obstáculos a la compet<strong>en</strong>cia deb<strong>en</strong> ser eliminados por la autoridad pública. Si se establec<strong>en</strong><br />

condiciones justas para la compet<strong>en</strong>cia y la elección, puede esperarse que la voluntad popular se<br />

manifieste eficaz y librem<strong>en</strong>te. Para ello es importante que existan disposiciones legales justas,<br />

bu<strong>en</strong>a voluntad y neutralidad <strong>en</strong> la aplicación de la ley por parte de los organismos electorales y<br />

demás autoridades públicas así como lo es también la apertura y transpar<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los procesos de<br />

toma de decisiones, la producción de materiales electorales y la logística del registro de votantes, la<br />

votación y el escrutinio. Otra característica significantiva de una elección democrática es el voto<br />

secreto, que exige que los votantes no sean objeto de intimidación o am<strong>en</strong>azas, además del<br />

requerimi<strong>en</strong>to tradicional de mant<strong>en</strong>er el anonimato <strong>en</strong> <strong>las</strong> mesas electorales.<br />

En nuestro esfuerzo por evaluar objetivam<strong>en</strong>te el impacto del fraude sobre el proceso electoral,<br />

podemos agrupar los ocho estándares democráticos de la Conv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> cuatro categorías<br />

operacionales, cada una de <strong>las</strong> cuales refleja una dim<strong>en</strong>sión difer<strong>en</strong>te del ciclo electoral.<br />

Categoría 1: <strong>El</strong> marco político fundam<strong>en</strong>tal. La obligación de celebrar elecciones periódicas y<br />

mant<strong>en</strong>er un sistema electoral que permita la libre expresión de la voluntad popular.<br />

A. <strong>El</strong> Contexto de Seguridad: Una condición necesaria para celebrar elecciones democráticas es la<br />

garantía de un ambi<strong>en</strong>te sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te seguro tanto para los electores como para los<br />

materiales s<strong>en</strong>sibles durante el día de <strong>las</strong> elecciones <strong>en</strong> todas <strong>las</strong> áreas del país. La falta de<br />

medidas de seguridad básicas pone <strong>en</strong> peligro, y es más, podría causar un severo daño <strong>en</strong> la<br />

aceptación de los resultados. Aunque el nivel de tolerancia política y psicológica de <strong>las</strong><br />

am<strong>en</strong>azas de seguridad varía de país <strong>en</strong> país, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de una serie de factores, la libre<br />

expresión de la voluntad popular no puede esperarse cuando <strong>las</strong> elecciones se desarrollan bajo<br />

graves am<strong>en</strong>azas a la seguridad. La evaluación de este principio ha de hacerse según el tipo y<br />

grado de viol<strong>en</strong>cia prevaleci<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el sistema político. Unas elecciones totalm<strong>en</strong>te pacíficas<br />

sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do el ideal y la regla, pero existe un creci<strong>en</strong>te número de excepciones.<br />

B. La autoridad electoral: Las administraciones electorales (AEs) <strong>en</strong>cargadas de la conducción de<br />

<strong>las</strong> elecciones deb<strong>en</strong> realizar su labor de manera neutral, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de si forman<br />

<strong>IFES</strong> 15


Rafael López‐Pintor<br />

parte del poder ejecutivo o si conforman una comisión electoral indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. Este último es<br />

actualm<strong>en</strong>te el modelo que hoy prevalece <strong>en</strong> el mundo. Sin embargo, la manera <strong>en</strong> que <strong>las</strong><br />

comisiones electorales estan constituidas ‐ ya sea de forma partidista, por profesionales<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes o por una mezcla de ambos ‐ no debe obstaculizar su capacidad de mant<strong>en</strong>er<br />

una relación abierta y neutral con los cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes políticos.<br />

C. La comunicación política, la educación cívica y la información electoral: unas elecciones g<strong>en</strong>uinas<br />

que permitan la libre expresión de la voluntad popular requier<strong>en</strong> igualdad de condiciones para<br />

competir. Esta es una condición previa para que los partidos políticos y candidatos sean capaces<br />

de transmitir sus programas y plataformas al público sobre una base de igualdad <strong>en</strong> todas <strong>las</strong><br />

áreas del país <strong>en</strong> el que compit<strong>en</strong>. La igualdad de condiciones también requiere que a los<br />

electores se les brinde la información necesaria para manejar adecuadam<strong>en</strong>te una papeleta de<br />

votación, así como para elegir librem<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre <strong>las</strong> difer<strong>en</strong>tes opciones.<br />

Categoría 2: <strong>El</strong>ecciones Libres y Justas. <strong>El</strong> derecho del pueblo a votar y la obligación de mant<strong>en</strong>er<br />

el voto secreto y garantizar que <strong>las</strong> elecciones sean g<strong>en</strong>uinam<strong>en</strong>te democráticas.<br />

A. Procesos de votación y escrutinio: Esta subcategoría incluye el abastecimi<strong>en</strong>to y la logística del<br />

proceso electoral. Los procedimi<strong>en</strong>tos de votación deb<strong>en</strong> estar guiados por principios de<br />

transpar<strong>en</strong>cia e igualdad de condiciones para todos los votantes. Los estándares incluy<strong>en</strong>:<br />

igualdad de acceso a los colegios electorales (incluy<strong>en</strong>do el transporte y la accesibilidad para <strong>las</strong><br />

personas con discapacidad); instalación de cabinas o recintos que permitan el secreto del voto;<br />

personal neutral y eficaz <strong>en</strong> <strong>las</strong> mesas de votación; garantías contra el doble voto (id<strong>en</strong>tificación<br />

de votantes y / o tinta indeleble), asist<strong>en</strong>cia con el ll<strong>en</strong>ado de la papeleta (formato de la misma,<br />

asist<strong>en</strong>cia a los electores con discapacidad o iletrados), y pres<strong>en</strong>cia de repres<strong>en</strong>tantes de los<br />

partidos y candidatos. Con excepción de acontecimi<strong>en</strong>tos o circunstancias extraordinarias de<br />

seguridad, el primer escrutinio debe hacerse <strong>en</strong> la mesa de votación ante repres<strong>en</strong>tantes de los<br />

partidos y otros observadores pres<strong>en</strong>tes. Los conteos agregados también deb<strong>en</strong> desarrollarse<br />

<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de repres<strong>en</strong>tantes de los partidos y otros observadores. Los repres<strong>en</strong>tantes de los<br />

partidos t<strong>en</strong>drán derecho a una copia de <strong>las</strong> actas de escrutino así como a auditar el sistema<br />

informático.<br />

B. Publicación de resultados: La publicacion de los resultados debe hacerse <strong>en</strong> tiempo oportuno y<br />

de manera completa. La publicación temprana de resultados preliminares aum<strong>en</strong>ta la<br />

transpar<strong>en</strong>cia y confianza <strong>en</strong> el proceso y <strong>las</strong> autoridades electorales.<br />

C. Resolución de quejas y recursos electorales: La resolución de quejas, recursos y apelaciones debe<br />

ser rápida, neutral y eficaz, con indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de la forma institucional <strong>en</strong> que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre<br />

estructurada la función de justicia electoral (es decir, poder judicial ordinario, poder judicial<br />

especial, los órganos de administración electoral o una mezcla de ellos). Un sistema bi<strong>en</strong><br />

estructurado y capaz de poner remedio a <strong>las</strong> irregularidades electorales permite la adecuada<br />

<strong>IFES</strong> 16


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

mitigación y el justo castigo de conductas fraudul<strong>en</strong>tas.<br />

D. Los Observadores <strong>El</strong>ectorales: La observación de todas <strong>las</strong> etapas del procesos electoral por<br />

observadores nacionales e internacionales es garantía de transpar<strong>en</strong>cia y credibilidad. Este tipo<br />

de derecho puede considerarse derivado del artículo 25 de la Conv<strong>en</strong>ción como justificación y<br />

base para la observación electoral. La naturaleza cíclica de los procesos electorales implica que<br />

la observación a corto plazo no es sufici<strong>en</strong>te y debe ext<strong>en</strong>dese al largo plazo durante todo el<br />

ciclo electoral. Las atribuciones de los observadores suel<strong>en</strong> establecerse <strong>en</strong> <strong>las</strong> leyes y<br />

reglam<strong>en</strong>tos electorales. Y también suel<strong>en</strong> ser adoptado códigos de conducta por parte de <strong>las</strong><br />

organizaciones de observadores nacionales e internacionales.<br />

Las misiones de observación a m<strong>en</strong>udo se c<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> <strong>las</strong> últimas etapas del proceso electoral<br />

(es decir, la fase final de la campaña, el día de la votación y el escrutinio inicial), mi<strong>en</strong>tras que<br />

algunos elem<strong>en</strong>tos es<strong>en</strong>ciales del proceso son ignorados, debido a razones conceptuales,<br />

financieras o logísticas. Por otra parte, <strong>las</strong> metodologías de observación no suel<strong>en</strong> incluir un<br />

apartado específico sobre medidas tempranas para la disuasión del fraude, su detección<br />

durante todo el proceso electoral, y la mitigación de sus efectos una vez que se ha detectado. Sin<br />

embargo, la observación electoral puede ser una parte integral <strong>en</strong> la disuasión y detección del<br />

fraude.<br />

Categoría 3: Derecho a la inclusión. <strong>El</strong> derecho al sufragio universal e igual.<br />

A. Los derechos políticos, <strong>las</strong> fórmu<strong>las</strong> electorales y la repres<strong>en</strong>tación de género y de minorías: Es<br />

necesario evitar la exclusión de cualquier sector significativo del electorado o los candidatos<br />

y no falsear los procedimi<strong>en</strong>tos electorales. Se requier<strong>en</strong> disposiciones legales justas, bu<strong>en</strong>a<br />

voluntad y neutralidad <strong>en</strong> la aplicación de <strong>las</strong> mismas por parte de <strong>las</strong> autoridades. <strong>El</strong> marco<br />

legal debe hacer posibles <strong>las</strong> elecciones periódicas y g<strong>en</strong>uinam<strong>en</strong>te democráticas. <strong>El</strong><br />

principal desafío de la legislación electoral es ayudar a que <strong>las</strong> divisiones políticas de la<br />

sociedad ‐ya sean estas territoriales, étnicas, culturales, de género o ideológicas‐ puedan<br />

<strong>en</strong>contrar acomodo por medio de <strong>las</strong> urnas. Los avances a este respecto pued<strong>en</strong> medirse<br />

evaluando <strong>las</strong> elecciones de un país <strong>en</strong> comparación con anteriores experi<strong>en</strong>cias nacionales<br />

así como con la experi<strong>en</strong>cia regional y mundial.<br />

B. La inscripción de los votantes y <strong>las</strong> listas electorales: <strong>El</strong> registro electoral debe ser incluy<strong>en</strong>te<br />

de toda la población <strong>en</strong> edad de votar (por lo g<strong>en</strong>eral mayores de 18 años). Por otra parte,<br />

los registros electorales deb<strong>en</strong> ser actualizados regularm<strong>en</strong>te para reflejar <strong>las</strong> defunciones y<br />

cambios de domicilio. También deb<strong>en</strong> garantizar que una misma persona no aparece <strong>en</strong><br />

distintos registros con el fin de evitar el voto múltiple. Hay que asegurar que ningún sector<br />

significativo de la población quede privado del derecho al sufragio ya sea por ley o <strong>en</strong> la<br />

práctica.<br />

<strong>IFES</strong> 17


Rafael López‐Pintor<br />

Categoría 4: Derecho a participar. <strong>El</strong> derecho de los individuos a pres<strong>en</strong>tarse como candidatos y, si<br />

son elegidos, a tomar posesión del cargo.<br />

A. Los partidos políticos y candidatos: La inscripción y acreditación de partidos políticos y<br />

candidatos deb<strong>en</strong> estar sujeta a determinados requisitos de elegibilidad. Sin embargo, estos<br />

requisitos no debe ser tales que algunos actores políticos relevantes (personas, organizaciones<br />

o movimi<strong>en</strong>tos) puedan quedar injustam<strong>en</strong>te excluidos, ya sea por barreras demasiado<br />

restrictivas (financieras, firmas <strong>en</strong> apoyo del candidato o de otra c<strong>las</strong>e) o por decisiones<br />

arbitrarias de <strong>las</strong> autoridades electorales. La evaluación de lo que es razonable <strong>en</strong> un país<br />

determinado debe t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el <strong>en</strong>torno cultural del país así como <strong>las</strong> circunstancias<br />

políticas de una particular elección. También es importante t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la naturaleza de los<br />

partidos políticos: si hay un partido dominante, un sistema multipartidista, o los partidos ni<br />

siquiera están formalm<strong>en</strong>te reconocidos. En la práctica, estar inscrito como votante y<br />

debidam<strong>en</strong>te acreditado por un partido político es la regla para poder ser candidato, aunque<br />

puede haber otras restricciones relacionados con la condiciones de seguridad y circunstancias<br />

políticas.<br />

Los repres<strong>en</strong>tantes de los partidos políticos deb<strong>en</strong> estar autorizados para monitorear<br />

activam<strong>en</strong>te <strong>las</strong> difer<strong>en</strong>tes etapas del proceso electoral. Aparte de esto, no deb<strong>en</strong> <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar<br />

limitaciones o dificultades derivadas de reglam<strong>en</strong>taciones innecesarias o gravosas. Una<br />

normativa poco razonable o la exclusión <strong>en</strong> la práctica de los repres<strong>en</strong>tantes de partidos y<br />

candidatos resultan democráticam<strong>en</strong>te inaceptables. No obstante, puede haber limitaciones <strong>en</strong><br />

cuanto al número de repres<strong>en</strong>tantes por partido y candidato, o al número de los que pued<strong>en</strong><br />

estar pres<strong>en</strong>tes simultáneam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un determinado local electoral (por ejemplo, c<strong>en</strong>tros de<br />

registro, de votación o c<strong>en</strong>tros de escrutinio).<br />

B. Campañas: La libertad de expresión, circulación y manifestación durante la campaña debe estar<br />

garantizada. Las principales limitaciones a la libertad de expresión se derivan de la legislación<br />

p<strong>en</strong>al relativa a delitos contra <strong>las</strong> personas. La libertad de circulación y manifestación debe<br />

estar exclusivam<strong>en</strong>te limitada por la necesidad evid<strong>en</strong>te de preservar el ord<strong>en</strong> público (por<br />

ejemplo, una norma básica sobre manifestaciones es que sólo se requiera notificar a <strong>las</strong><br />

autoridades públicas, pero no su autorización).<br />

<strong>El</strong> financiami<strong>en</strong>to de <strong>las</strong> campañas es una zona gris del proceso electoral. Existe una variedad<br />

de <strong>en</strong>foques sobre cómo regular la financiación de los partidos políticos y <strong>las</strong> campañas, todos<br />

todos ellos <strong>en</strong> principio igualm<strong>en</strong>te legítimos. Sin embargo, <strong>en</strong> la práctica no todos contribuy<strong>en</strong><br />

a la igualdad de condiciones para la conti<strong>en</strong>da electoral. Los estándares democráticos<br />

demandan que se establezcan disposiciones legales sobre este tema, que se pres<strong>en</strong>t<strong>en</strong> informes<br />

transpar<strong>en</strong>tes sobre fu<strong>en</strong>tes de financiación y gastos, y que la autoridad pública ost<strong>en</strong>te poderes<br />

adecuados de vigilancia y sanción.<br />

<strong>IFES</strong> 18


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

<strong>El</strong> uso de recursos públicos es legítimo siempre que se realice <strong>en</strong> igualdad de condiciones para<br />

todos los cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes (por ejemplo, igual disponibilidad de instalaciones públicas para<br />

reuniones, acceso equitativo a los medios de comunicación de propiedad estatal). Es el uso de<br />

estos recursos <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio exclusivo o privilegiado de uno de los cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, lo que va <strong>en</strong><br />

contra de los estándares democráticos.<br />

Los códigos de conducta para los partidos políticos y candidatos suel<strong>en</strong> ajustarse a <strong>las</strong><br />

directrices de los estándares según principios g<strong>en</strong>erales de legalidad, certeza, objetividad,<br />

indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia e imparcialidad. En ellos se incluy<strong>en</strong> compromisos como los sigui<strong>en</strong>tes: cumplir<br />

todas <strong>las</strong> leyes electorales, civiles y p<strong>en</strong>ales del país; aceptar los resultados electorales<br />

certificados por la autoridad electoral; evitar la incitación al odio; comprometerse a una<br />

campaña pacífica y esforzarse por lograr la pl<strong>en</strong>a transpar<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el financiami<strong>en</strong>to político y<br />

los gastos de campaña. Puede haber otras directrices derivadas de problemas de seguridad<br />

tales como velar por la seguridad de los funcionarios electorales y los votantes fr<strong>en</strong>te a la<br />

viol<strong>en</strong>cia, el insulto o <strong>las</strong> am<strong>en</strong>azas, así como abst<strong>en</strong>erse de anticipar con anuncios o<br />

com<strong>en</strong>tarios los resultados electorales antes de que se pronuncie oficialm<strong>en</strong>te la autoridad<br />

electoral. Los códigos de conducta también suel<strong>en</strong> incluir ciertas prohibiciones (por ejemplo, no<br />

hacer un uso frívolo del derecho a pres<strong>en</strong>tar quejas ante <strong>las</strong> autoridades electorales o permitir<br />

la pres<strong>en</strong>cia de armas o imág<strong>en</strong>es de armas <strong>en</strong> mítines o manifestaciones).<br />

C. Medios de Comunicación: Tanto <strong>las</strong> disposiciones legales como la práctica deb<strong>en</strong> permitir, como<br />

mínimo, el acceso razonablem<strong>en</strong>te igual de todos los cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes a los medios de<br />

comunicación públicos. En cuanto a los medios de propiedad privada, el estándar es que no<br />

debe negarse el acceso a ningún candidato y que no pued<strong>en</strong> aplicarse costos más altos que los<br />

de la publicidad comercial. Lo más frecu<strong>en</strong>te es que la normativa sobre uso de los medios<br />

durante la campaña forme parte de la ley electoral, pero a veces existe por separado un Código<br />

para los Medios de Comunicación. Las sanciones por violación de <strong>las</strong> normas varían desde <strong>las</strong> de<br />

carácter económico hasta la susp<strong>en</strong>sión de lic<strong>en</strong>cias u operaciones. Por otra parte, el derecho de<br />

respuesta debe también estar regulado según los usos y prácticas comunes.<br />

V. Observaciones Finales sobre <strong>El</strong>ecciones Auténtim<strong>en</strong>te Democráticas<br />

La democratización y la consolidación democrática <strong>en</strong> democracias nuevas y emerg<strong>en</strong>tes son<br />

procesos a largo plazo. Deberían ser consideradas de la misma manera <strong>en</strong> que hoy se contempla<br />

la pacificación y democratización de Alemania y Japón a la salida de la Segunda Guerra Mundial<br />

‐ como una inversión de tiempo, dinero, esfuerzo y apoyo de la comunidad internacional para<br />

que ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te el receptor pueda transformarse <strong>en</strong> una democracia estable y<br />

autosost<strong>en</strong>ible. En este contexto, el próximo docum<strong>en</strong>to de esta serie propone un marco para la<br />

lucha contra el fraude electoral, c<strong>en</strong>trándose <strong>en</strong> la disuasión, detección y mitigación de sus<br />

efectos. Se pres<strong>en</strong>tarán métodos para disuadir posibles fraudes, detectar cualquier fraude que<br />

se cometa y mitigar los daños causados por el mismo. <strong>El</strong> tercer y último docum<strong>en</strong>to se ocupará<br />

<strong>IFES</strong> 19


Rafael López‐Pintor<br />

del papel de la comunidad internacional para al<strong>en</strong>tar, apoyar y ayudar <strong>en</strong> la lucha contra el<br />

fraude.<br />

De igual manera que tomó varias décadas para que Alemania y Japón alcanzaran su actual nivel<br />

de consolidación democrática, el proceso de prev<strong>en</strong>ción del fraude no es rápido. Visto a corto<br />

plazo, desde la perspectiva de ap<strong>en</strong>as una década de asist<strong>en</strong>cia democrática, <strong>en</strong>contramos solo<br />

modestos resultados positivos <strong>en</strong> algunos casos y, <strong>en</strong> otros, resultados insignificantes e incluso<br />

negativos.15 La perseverancia, sin embargo, conducirá ev<strong>en</strong>tualm<strong>en</strong>te al <strong>en</strong>raizami<strong>en</strong>to de<br />

sistemas electorales confiables.<br />

VI. Sobre el Autor<br />

Rafael López‐Pintor es uno de los nombres más respetados y reconocidos <strong>en</strong> el campo del análisis y<br />

la asist<strong>en</strong>cia técnica electoral. Ha dirigido proyectos <strong>en</strong> más de 30 países durante 20 de años de<br />

trabajo <strong>en</strong> este campo. Fue el investigador principal y autor de un libro sobre la administración y<br />

manejo de organismos electorales comisionado por el PNUD, co‐autor de un segundo libro del<br />

PNUD sobre el costo de <strong>las</strong> elecciones y es autor de otros 10 libros y numerosos artículos sobre el<br />

desarrollo democrático. Es catedrático jubilado de la Universidad Autónoma de Madrid.<br />

Notas<br />

1 Las d<strong>en</strong>uncias de fraude fueron cubiertas <strong>en</strong> bastantes publicaciones internacionales. Ver por ejemplo,<br />

Steph<strong>en</strong> Ndegwa, "K<strong>en</strong>ya: Raila Calls for Vote Recount," The Standard, Dec. 30, 2007, disponible <strong>en</strong><br />

http://allafrica.com/stories/200712300020.html; Chris McGreal, "Ruling party named winner in disputed<br />

Nigerian election, The Guardian, Apr. 24, 2007, disponible <strong>en</strong><br />

http://www.guardian.co.uk/world/2007/apr/24/chrismcgreal.international; "Moldova stud<strong>en</strong>ts raid<br />

parliam<strong>en</strong>t," BBC, Abr. 7, 2009, disponible <strong>en</strong> http://news.bbc.co.uk/2/hi/7987608.stm; "Pakistan election<br />

underway amid fears of fraud," CTV News, Feb. 17, 2008, disponible <strong>en</strong><br />

http://www.ctv.ca/CTVNews/Canada/20080217/pakistan_elxn_080217/; "African observers detect fraud in<br />

Zimbabwe," Reuters, Mar. 30, 2008, disponible <strong>en</strong><br />

http://www.abc.net.au/news/stories/2008/03/30/2202807.htm.<br />

2 Obras relacionadas con partidos políticos y elecciones incluy<strong>en</strong> <strong>las</strong> de Moisey Ostrogorsky, Democracy and<br />

the Organization of Political Parties (1902), <strong>en</strong> Comparing Practices in the US and the UK; Robert Michels’ On<br />

the Sociology of Political Parties in Modern Democracy (1911); y estudios de André Siegfried <strong>en</strong> la década de<br />

1920 <strong>en</strong> varios países, incluy<strong>en</strong>do Francia y Nueva Zelanda. Una refer<strong>en</strong>cia obligada <strong>en</strong> este campo es<br />

también, aunque por poder, es la novela de Nikolai Gógol, Almas Muertas Dead Souls (1842) <strong>en</strong> la<br />

manipulación de los registros de la propiedad para la imposición de impuestos de los fallecidos, un<br />

comportami<strong>en</strong>to más tarde traducido <strong>en</strong> forma de fraude electoral a través de "votantes fantasmas"<strong>en</strong> <strong>las</strong><br />

listas de electores <strong>en</strong> muchos países.<br />

3 Por ejemplo <strong>en</strong> el Reino Unido ver, http://www.indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>t.co.uk/news/uk/politics/police‐investigateelectoral‐fraud‐claims‐after‐journalist‐is‐beat<strong>en</strong>‐up‐1962536.html<br />

4 Sabrina Tavernise y Abdul Waheed Wafa, “U.N. Official Acknowledges ‘Widespread Fraud’ in Afghan<br />

<strong>El</strong>ection,” New York Times, Oct. 11, 2009, disponible <strong>en</strong><br />

http://www.nytimes.com/2009/10/12/world/asia/12afghan.html.<br />

<strong>IFES</strong> 20


Evaluando el <strong>Fraude</strong> <strong>El</strong>ectoral<br />

5 Kamil Tchorek, "Protest grows in western city," The Times, Nov. 26, 2004, disponible <strong>en</strong><br />

http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/article395652.ece<br />

6 Un país libre es aquel <strong>en</strong> el que hay amplio marg<strong>en</strong> para la compet<strong>en</strong>cia política abierta, clima de respeto a<br />

<strong>las</strong> libertades civiles, vida cívica indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te significativa y medios de comunicación indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. Un<br />

país Parcialm<strong>en</strong>te Libre es aquel <strong>en</strong> el que hay escaso respeto de los derechos políticos y libertades civiles.<br />

Paises parcialm<strong>en</strong>te libres con frecu<strong>en</strong>cia sufr<strong>en</strong> de un ambi<strong>en</strong>te de corrupción, un estado de derecho débil,<br />

conflictos étnicos y religiosos, y a m<strong>en</strong>udo un <strong>en</strong>torno <strong>en</strong> el que un solo partido político goza de una posición<br />

dominante a pesar de contar con una fachada de pluralismo limitado. Un país no libre es donde hay aus<strong>en</strong>cia<br />

de derechos políticos y <strong>las</strong> libertades civiles básicas son negadas de manera g<strong>en</strong>eral y sistemática. Freedom<br />

House, traducción de "Libertad <strong>en</strong> el Mundo 2010" pág. 3.<br />

7 De los 194 países incluidos <strong>en</strong> el informe de Freedom House de 2010, 17 se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la categoría "no<br />

libre", considerados así por no llevar a cabo elecciones, o por que si <strong>las</strong> hay, estas no son consideradas<br />

significativas desde la perspectiva de construcción de democracias pluralistas (multipartidista, poliarquicas):<br />

Angola, Brunei, Birmania, China, Cuba, Eritrea, Laos, Libia, Corea del Norte, Omán, Qatar, Arabia Saudita,<br />

Somalia, Swazilandia, Siria, Emiratos Árabes Unidos y Vietnam. Los sigui<strong>en</strong>tes 41 países pued<strong>en</strong> ser<br />

considerados como democracias estables. Todos ellos están c<strong>las</strong>ificados como "libres" por el índice de<br />

Freedom House y algunos de ellos son <strong>las</strong> democracias más antiguas y más estables <strong>en</strong> la historia del mundo:<br />

Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Ghana,<br />

Grecia, Hungría, Islandia, India, Irlanda, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Letonia, Liecht<strong>en</strong>stein, Lituania,<br />

Luxemburgo, Malta, Mónaco, Los Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Polonia, Portugal, San<br />

Marino, España, Suecia, Suiza, Trinidad y Tobago, Reino Unido, Estados Unidos de América y Uruguay. Los<br />

sigui<strong>en</strong>tes 48 países pued<strong>en</strong> considerarse como democracias <strong>en</strong> consolidación, que ya han alcanzado niveles<br />

relativam<strong>en</strong>te altos de libertad y derechos civiles. Todos ellos están c<strong>las</strong>ificados como "libres" por el índice de<br />

Freedom House: Alemania, Andorra, Antigua y Barbuda, Arg<strong>en</strong>tina, Bahamas, Barbados, Belice, B<strong>en</strong>in,<br />

Botswana, Bulgaria, Cabo Verde, Croacia, Chipre, República Checa, Dominica, República Dominicana, <strong>El</strong><br />

Salvador, Estonia, Granada, Guyana, Indonesia, Kiribati, Lesotho, Malí, Is<strong>las</strong> Marwill, Mauricio, México,<br />

Micronesia, Mongolia, Namibia, Nauru, Palau, Perú, Rumania, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, Santa, San<br />

Vic<strong>en</strong>te y <strong>las</strong> Granadinas, Samoa, Santo Tomé y Príncipe, Serbia, Eslovaquia, Eslov<strong>en</strong>ia, Sudáfrica, Corea del<br />

Sur, Surinam, Taiwán, Turquía, Tuvalu y Vanuatu. Los sigui<strong>en</strong>tes 27 países pued<strong>en</strong> considerarse como la<br />

democracias <strong>en</strong> consolidación, aunque no han llegado a similares niveles de libertad y derechos civiles como<br />

los países m<strong>en</strong>cionados arriba. Todos ellos están c<strong>las</strong>ificados como "parcialm<strong>en</strong>te libre" por el índice de<br />

Freedom House: Albania, Bangladesh, Bolivia, Bosnia y Herzegovina, Burkina Faso, Colombia, Ecuador,<br />

Guatemala, Jordania, S<strong>en</strong>egal, Ucrania, Líbano, Mont<strong>en</strong>egro, Marruecos, Mozambique, Nicaragua, Níger,<br />

Nigeria, Pakistán, Papua Nueva Guinea, Paraguay, Filipinas, Seychelles, Sierra Leona, Singapur, Is<strong>las</strong> Salomón<br />

y V<strong>en</strong>ezuela. Los sigui<strong>en</strong>tes 35 países pued<strong>en</strong> ser considerados como democracias emerg<strong>en</strong>tes, que han<br />

alcanzado niveles similares <strong>en</strong> torno a la libertad y derechos civiles de los países antes m<strong>en</strong>cionados. Todos<br />

ellos están c<strong>las</strong>ificados como "parcialm<strong>en</strong>te libres" por el índice de Freedom House: Arm<strong>en</strong>ia, Bahrein,<br />

Bhután, Burundi, República C<strong>en</strong>troafricana, Comoros, Djibouti, Timor del Este, Etiopía, Fiji, Gabón, Georgia,<br />

Guinea‐Bissau, Haití, Honduras, K<strong>en</strong>ia , Kosovo, Kuwait, Kirguistán, Liberia, Macedonia, Madagascar, Malawi,<br />

Ma<strong>las</strong>ia, Maldivas, Moldavia, Nepal, Sri Lanka, Tanzania, Tailandia, Togo, Tonga, Uganda, Yem<strong>en</strong> y Zambia. Los<br />

sigui<strong>en</strong>tes 26 países pued<strong>en</strong> considerarse como democracias emerg<strong>en</strong>tes, aún con los niveles más bajos de<br />

libertad y derechos civiles. Todos ellos están c<strong>las</strong>ificados como "no libres" por el índice de Freedom House.<br />

Dos de ellos (Afganistán e Irak) desarrollan elecciones periódicas durante conflicto armado, incluy<strong>en</strong>do <strong>las</strong><br />

fuerzas de ocupación: Afganistán, Argelia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Camboya, Camerún, Chad, Congo‐<br />

Brazzaville, Congo Kinshasa, Costa de Marfil, Egipto, Guinea Ecuatorial, Gambia, Guinea, Irak, Irán, Kazajstán,<br />

Mauritania, Rusia, Ruanda, Sudán, Tayikistán, Túnez, Turkm<strong>en</strong>istán, Uzbekistán y Zimbabwe<br />

8 <strong>El</strong> autor ha sido testigo de fraude <strong>en</strong> diversos niveles y modalidades <strong>en</strong> su calidad de observador electoral o<br />

como funcionario internacional <strong>en</strong> numerosos países, incluy<strong>en</strong>do <strong>El</strong> Salvador, Nicaragua, Guatemala,<br />

Honduras, Ecuador, Perú, Liberia, Nigeria, Angola, Etiopía, Kosovo, Camboya y Afganistán.<br />

9 Los 194 países originales del informe de Freedom House se han reducido a 177 donde se han desarrollado<br />

elecciones con diversos niveles de libertad y compet<strong>en</strong>cia plural. Los 17 países excluidos son aquellos <strong>en</strong> los<br />

que no se celebran elecciones o <strong>en</strong> donde la votación se lleva a cabo bajo sistemas con partido único (véase la<br />

lista de países de cada categoría <strong>en</strong> la nota 7).<br />

<strong>IFES</strong> 21


Rafael López‐Pintor<br />

10 Khan, Mushtaq H.: “A Typology of Corrupt Transactions in Developing Countries” <strong>en</strong> IDS Bulletin, vol.27,<br />

no.2, página 12, Abril 1996.<br />

11 B<strong>en</strong> Farmer, "Hamid Karzai 're‐elected' by landslide, poll data shows," Telegrama, Agosto 23, 2009,<br />

available at http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/asia/afghanistan/6077203/Hamid‐Karzai‐reelected‐by‐landslide‐poll‐data‐shows.html.<br />

12 “Guatemala g<strong>en</strong>eral ‘accepts loss,’” BBC, Nov. 11, 2003, disponible <strong>en</strong><br />

http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/3261329.stm.<br />

13 Los estándares de la democracia se derivan de conv<strong>en</strong>ios internacionales, así como de <strong>las</strong> directrices<br />

ampliam<strong>en</strong>te compartidas por <strong>las</strong> asociaciones internacionales de profesionales y organizaciones dedicadas a<br />

la observación electoral, <strong>en</strong>tre éstos últimos son los de <strong>las</strong> Naciones Unidas, Unión Europea, Organización<br />

para la Seguridad y la Cooperación <strong>en</strong> Europa, IDEA Internacional y la Unión Interparlam<strong>en</strong>taria. Los<br />

principales instrum<strong>en</strong>tos jurídicos internacionales pertin<strong>en</strong>tes se m<strong>en</strong>cionan de la sigui<strong>en</strong>te manera. La<br />

Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, cuyo artículo 21 dice: "1. Toda persona ti<strong>en</strong>e derecho a<br />

participar <strong>en</strong> el gobierno de su país, directam<strong>en</strong>te o por medio de repres<strong>en</strong>tantes librem<strong>en</strong>te escogidos. 2.<br />

Toda persona ti<strong>en</strong>e derecho a la igualdad de acceso a funciones públicas de su país. 3. La voluntad del pueblo<br />

será la base de la autoridad del poder público, lo que se expresará mediante elecciones auténticas y<br />

periódicas, que se llevará a cabo por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimi<strong>en</strong>to<br />

equival<strong>en</strong>te de los procedimi<strong>en</strong>tos de votación libre". <strong>El</strong> Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos<br />

(PIDCP) de 1966 consagra el derecho al sufragio <strong>en</strong> el artículo 25: "Todo ciudadano t<strong>en</strong>drá el derecho y la<br />

oportunidad sin ninguna de <strong>las</strong> distinciones m<strong>en</strong>cionadas <strong>en</strong> el artículo 2 y sin restricciones indebidas, de: a)<br />

de participar <strong>en</strong> la dirección de los asuntos públicos, directam<strong>en</strong>te o por medio de repres<strong>en</strong>tantes librem<strong>en</strong>te<br />

elegidos; b) de votar y ser elegidos <strong>en</strong> elecciones periódicas auténticas, que se hará por sufragio universal e<br />

igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores y c) t<strong>en</strong>er acceso, <strong>en</strong><br />

condiciones g<strong>en</strong>erales de igualdad a <strong>las</strong> funciones públicas de su país". Aún d<strong>en</strong>tro del sistema de <strong>las</strong> Naciones<br />

Unidas, exist<strong>en</strong>, <strong>en</strong>tre otras cosas, la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos Políticos de la Mujer de 1952, la<br />

Conv<strong>en</strong>ción sobre la <strong>El</strong>iminación de todas <strong>las</strong> formas de discriminación contra la mujer; de 1979, la<br />

Conv<strong>en</strong>ción sobre la <strong>El</strong>iminación de la Discriminación Racial, de 1966; la Declaración sobre la <strong>El</strong>iminación de<br />

Todas <strong>las</strong> Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas <strong>en</strong> la Religión Cre<strong>en</strong>cias de 1981, la Declaración<br />

sobre los Derechos de <strong>las</strong> personas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas;<br />

Resolución de la Asamblea G<strong>en</strong>eral del 17 de diciembre de 1991, sobre fom<strong>en</strong>to de la eficacia del principio de<br />

elecciones periódicas y auténticas, y el 27 de octubre de 2005 Declaración de Principios para la Observación<br />

<strong>El</strong>ectoral Internacional y Código de Conducta para los observadores electorales internacionales. A nivel<br />

regional, es decir, <strong>en</strong>tre otras cosas, el Conv<strong>en</strong>io Europeo de 1950 sobre Derechos Humanos, el Docum<strong>en</strong>to de<br />

Cop<strong>en</strong>hagu<strong>en</strong> de 1990 de la Organización para la Seguridad y la Cooperación <strong>en</strong> Europa, la OSCE, de 1948<br />

Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y 1969, el Conv<strong>en</strong>ción Americana de Derechos<br />

Humanos, <strong>en</strong> 1981 la Carta Africana de Derechos Humanos y Derechos de los Pueblos, de 1994 la Unión<br />

Interparlam<strong>en</strong>taria, Declaración sobre los Criterios para <strong>El</strong>ecciones Libres y Justas, la Mancomunidad<br />

Británica 1991 Declaración de Harare, y otros instrum<strong>en</strong>tos similares de otras organizaciones internacionales<br />

como la Comunidad de Estados Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes (1995), la Liga de Estados Árabes (1994), la Organización de<br />

Estados Americanos (1969, 2000), el Consejo de Europa (1950 a 1999), y la Unión Africana (2002). Además<br />

de los instrum<strong>en</strong>tos jurídicos internacionales, <strong>las</strong> directrices detalladas de bu<strong>en</strong>a práctica electoral han sido<br />

desarrollados por organizaciones internacionales como la ONU, la OSCE, IDEA, y la Unión Interparlam<strong>en</strong>taria.<br />

14 “Votar y ser elegidos <strong>en</strong> elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por<br />

voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores". PIDCP, art. 25 (b).<br />

15 Rafael Lopez‐Pintor (2005). Post‐conflict <strong>El</strong>ections and Democratization: An Experi<strong>en</strong>ce Review.<br />

Washington, DC: USAID. Veanse <strong>las</strong> sigui<strong>en</strong>tes refer<strong>en</strong>cias d<strong>en</strong>tro del ejemplar: López‐Pintor 2004; von Hippel<br />

2000, 11–18; Burnell 2000, 341–46; Kumar 1998, 229–37; Kumar 1999, 19–22; Kumar 2000, 201–2;<br />

Carothers 1999, 308; Sisk 1996, xii–xiv, 87–118; von Hippel 2000, 24–25.<br />

<strong>IFES</strong> 22


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