1 de mayo, una historia viva Entre el oficio y el servicio ... - codhem

El cambio climático global es una realidad, no un mito urbano como
muchos aún aseveran, y no sólo lo podemos ver en los polos norte
y sur, o en regiones de climas extremos. Aquí mismo, en el territorio
mexiquense, podemos constatar las severas consecuencias y transformaciones
que nuestro entorno está sufriendo a causa de este mal generado
por nadie más que nosotros.
En las últimas décadas, se ha perdido 38 mil hectáreas de bosques en el
Estado de México, lo que significa el 40% del total de la riqueza forestal
mexiquense (¡casi la mitad de nuestros bosques!) 1 . Esto no sólo repercute
en la flora y fauna del estado, sino que conforma uno de los motivos
por los que “Toluca ya no es fría”. En esta época del año, era difícil imaginarse
registrar 28º C mediodía en la capital del estado, realidad que,
muy a nuestro pesar, se vive en la actualidad.
Día a día vemos en las noticias cómo han incrementado los incendios
forestales en nuestro país, cómo cada vez hay más especies extintas o
en peligro de desaparecer; el nivel global del agua se incrementa así
como la natilla de contaminación en la atmósfera. La pregunta aquí es:
¿qué hacemos para cambiar esta situación? Además de indignarnos y
preocuparnos los tres minutos que nos toma enterarnos del problema,
¿cómo contribuimos a controlar tales cambios dramáticos, o a frenar el
desgaste de nuestro planeta y preparar el mundo para una calidad de
vida digna, como lo establece la Constitución, no sólo para nosotros,
para nuestros hijos y futuras generaciones?
Se siente en las calles, los parques, las casas y las oficinas… no es sólo
una ola de calor que pasa unos días; este incremento de temperatura ha
venido para quedarse. Salir a dar un paseo en la ciudad es ahora tan
peligroso como exponerse al sol en la playa: el sol no perdona.
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Recuperado de http://diarioportal.com/2013/04/19/perdida-de-38-mil-hectareas-de-bosques-por-cambios-climaticos/
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