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Esta profesora, hoy también
coordinadora de Infantil y miembro del
equipo directivo, nos comenta que hay
un proceso de adaptación, no se recibe a
todos los alumnos de un mismo grupo a la
vez si no en dos turnos.
También nos comenta que los
primeros días los niños suelen ir a su aire,
juegan observan, preguntan…Unos están
muy contentos y ven la experiencia como
una gran aventura; otros están
desorientados y se dejan contagiar por el
llanto.
Suele observarse una gran
diferencia entre los que han ido a la
de sus padres.
guardería y los que no, aunque siempre
hay excepciones, los primeros no lloran
porque están acostumbrados a estar un
rato sin sus padres y los que no han ido a
la guardería suelen llorar. Aunque a la
mayoría ese llanto les dura apenas unos
minutos. También sucede que hay niños
que no lloran en los primeros días y
cuando llevan un mes, sí.
Las profesoras deben establecer
unas normas, tanto para padres, como
para niños, para evitar el desorden, la
desorientación, minimizar su inquietud y
comenzar con ese proceso de
aprendizaje, donde se incluye la
separación
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