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Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors

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1<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

En primer lugar a Pili Escuder Cordinadora de la <strong>Universitat</strong> <strong>per</strong> a <strong>Majors</strong><br />

por creer en mi proyecto, orientarme y ayudarme a realizarlo; a Angela<br />

Carrasco, Pili Arroyo, Dolores Allepuz y Lola García, profesoras de las<br />

escuelas de bolilleras de Castellón, Alcora y Puebla Tornesa por el material<br />

que me proporcionaron y que tanto me ha facilitado su ejecución, y en<br />

particular también a mi amiga Amparo Ruiz, por el soporte técnico y su<br />

comprensión en momentos de desaliento y por último a profesores y<br />

compañeros de la Universidad, ya que con sus enseñanzas y compañía han<br />

propiciado que ésta sea una de las mejores etapas de mi vida.


2<br />

INDICE<br />

1. Introducción Página 1<br />

2- Importancia del encaje “ 2<br />

3. Historias y leyendas “ 4<br />

4. Los primeros encajes y sus antecedentes “ 6<br />

5. Importancia económica, social e industrial de los encajes en Europa “ 9<br />

5.1 Alemania “ 13<br />

5.2 Austria “ 18<br />

5.3 Brujas “ 20<br />

5.4 Dinamarca “ 21<br />

5.5 Grecia “ 23<br />

5.6 Inglaterra “ 25<br />

5.7 Hungría “ 27<br />

5.8 Italia “ 30<br />

5.9 Rusia “ 37<br />

6. España “ 42<br />

6.1 Introducción “ 43<br />

7. Almagro “ 48<br />

8. Camariñas “ 51<br />

8.1 La mujer palilleira “ 54<br />

8.2 Audio-video “ 56<br />

9. Cataluña “ 57<br />

9.1 Els treballadors de la punta “ 61<br />

10. Aspectos técnicos “ 63<br />

10.1 Material de trabajo necesario “ 64<br />

10.2 El pìcado “ 67<br />

10.3 Técnica<br />

“ 68<br />

11 Fichas de las características del encaje de bolillos “ 70<br />

12 Conclusiones “ 85<br />

13 Bibliografía “ 89<br />

Anexos<br />

Prensa<br />

Pintura<br />

Poesía<br />

Museos


3<br />

1) INTRODUCCION<br />

El trabajo que presento en este documento trata de la historia del encaje a través<br />

de varios siglos y me he decidido a exponerlo porque todo lo que conlleva forma parte<br />

del acerbo cultural de nuestro país, y de muchas de las naciones de nuestro entorno<br />

geográfico.<br />

Desde la más remota antigüedad, el hombre ha usado lo que la naturaleza le<br />

proporcionaba para confeccionarse prendas de vestir que le protegieran del frío y le<br />

aislaran del calor. En principio fueron las pieles de los animales que cazaba, y con el<br />

paso de miles de años descubrió la forma de hilar, de tejer y paulatinamente sus vestidos<br />

fueron cambiando, apareciendo las modas y la influencia de unos pueblos sobre otros.<br />

Siempre los tejidos ricos y las ropas suntuosas fueron para las clases privilegiadas, y<br />

siempre también las clases humildes y los artesanos de todo tipo fueron las que se los<br />

proporcionaron.<br />

En lo que hoy conocemos como Europa, la civilización romana impuso sus<br />

costumbres en el atuendo, ropas holgadas y sueltas de acuerdo con la climatología<br />

mediterránea, <strong>per</strong>o cuando las invasiones del norte debilitaron el im<strong>per</strong>io, las formas<br />

cambiaron y los ropajes se ajustaron más a las normas de los países fríos.<br />

Durante la Edad Media, el Im<strong>per</strong>io Bizantino (Im<strong>per</strong>io romano de Oriente), impuso<br />

entre las clases adineradas las formas más suntuarias y ricas propias de los musulmanes<br />

de Oriente próximo.<br />

La indumentaria aristocrática y de ceremonia fue lo que a partir del siglo XIV<br />

demandó en gran cantidad encajes y bordados, por lo que su fabricación, venta,<br />

comercialización y difusión tuvo gran importancia en todas las capas de la sociedad,<br />

especialmente desde los siglos XV al XIX y en países como Italia, Holanda, Brujas y<br />

otros todavía tiene mercado aunque canalizado de otro modo como más adelante<br />

expondré.<br />

A continuación , voy a dar una visión de conjunto de lo que fue la expansión del<br />

encaje en gran parte de Europa, de que modo influyó en el aspecto social y económico<br />

sobre todo en la vida de las mujeres.<br />

Y en lo referente a nuestro país, veremos la incidencia que tuvo y aún tiene en los tres<br />

lugares que considero más importantes: Almagro (C.Real), Camariñas (La Coruña) y<br />

Cataluña.


4<br />

2. IMPORTANCIA DEL ENCAJE<br />

He llevado a cabo un análisis de los documentos encontrados en libros y revistas<br />

especializados en el tema del encaje y sobre la importancia del mismo cito a<br />

continuación algunos datos<br />

Narciso Feliu de la Peña, autor del siglo XVIII, 1 dice que “en su tiempo, muchas<br />

mujeres en España habían llegado a igualar por sus encajes de oro, hilo y plata a las<br />

mejores encajeras de Flandes “, y en su libro titulado “ El Fénix de Cataluña ”, dice<br />

que durante el siglo XVII se fabricaban en Cataluña encajes de todas clases con hilo de<br />

oro, de plata, pita y lino, con mejor <strong>per</strong>fección que en Flandes, <strong>per</strong>o que para venderlos<br />

tenían que decir que eran extranjeros. Capmany, a fines del siglo XVIII, eleva a 12.000<br />

el número de encajeras en nuestra tierra.<br />

A mediados del siglo XIX, entre la Mancha y Cataluña habian unas 40000 obreras<br />

Bury Palliser y Pilar Huguet dicen, que después de la Guerra de la Independencia<br />

había solamente en Cataluña 34.000 encajeras, de las que 12.000 residían en el llano de<br />

Barcelona, haciendo blonda y chantilly<br />

Monsieur Aubry, que hizo la relación del jurado internacional en la exposición<br />

francesa de 1867 dice “A las encajeras de Cataluña no les falta habilidad, puesto que<br />

llegaban a vencer las dificultades mas grandes” 2 -<br />

Según Laborde, en un viaje que hizo en 1809 por encargo de Napoleón, había en el<br />

litoral catalán, entre otras poblaciones Malgrat, Pineda, Tordera, Mataró etc, siete<br />

fábrica de puntillas de hilo y 17 de blonda de seda.<br />

En el litoral catalán hacían puntillas de hilo. Pineda se distinguía por las puntillas con<br />

fondos de fantasía y Arenys por hacer las más finas.<br />

En lo que se refiere a países europeos, hay que resaltar lo siguiente:<br />

A raíz de un edicto, 4.000 encajeras de Alençon pasaron a Holanda y cuentan las<br />

crónicas que fueron tratadas como verdaderas artistas y fundaron en 1685 una<br />

manufactura de encajes.<br />

Los holandeses tenían una ventaja que les envidiaba todo el mundo y sobre todo en<br />

Inglaterra, que era el hilo de Harlem, considerado como el mejor del mundo. Ningún<br />

hilo quedaba tan blanqueado como el bañado con el agua del mar de Harlem.<br />

En Alemania, el encaje fue importado por Barbe Uttmann. Nacida en una familia<br />

burguesa de Nuremberg, aprendió a hacer encajes con su marido, protestante que había<br />

tenido que huir de su país. En el año 1561, después de hacer llegar encajeras de Flandes,<br />

fundó un taller. El oficio fue extendiéndose, llegando a reunir unas 30.000 o<strong>per</strong>arias. Al<br />

1 Revista de la Asociación Catalana de Puntaires<br />

2 Revista de la Asociación Catalana de Puntaires


5<br />

morir esta señora, el año 1575, dejó 65 descendientes. Antes de casarse le predijeron<br />

que su descendencia sería tan numerosa como las mallas de su primer encaje. Está<br />

enterrada en el cementerio de Auneberg y su tumba lleva la siguiente inscripción “Aquí<br />

yace Barbe Uttmann, fallecida el 14 de enero de 1575, que creó la industria encajera<br />

en las montañas del Hartz, de donde fue bienhechora”.<br />

En todas partes de Alemania había algunos hombres que hacían encajes y es de notar<br />

que la puntilla hecha por ellos está trabajada más estrecha. Esta consideración me hace<br />

pensar si se debe a que al tener más fuerza, la pequeña tensión que hay que ejercer sobre<br />

el hilo al hacer el encaje, hace que se apriete más, o también puede ser que al ser un<br />

dibujo más estrecho aumenta más rápidamente la cantidad del trabajo hecho.<br />

Ningún viajero ha pasado por Gand desde hace un siglo sin visitar y describir los<br />

beguinajes (comunidades religiosas belgas), y las escuelas de encajeras que de ellas<br />

dependían. Las mujeres, escribe en 1756 un autor inglés del Grand Tourd “Son unas<br />

5.000, salen y van donde quieren y emplean su tiempo haciendo encajes”. Cien años<br />

más tarde encontramos también las beguinas (beatas de las comunidades religiosas<br />

belgas), dirigiendo como siempre, las escuelas. Son menos numerosas, solamente unas<br />

800.<br />

Como en cualquier actividad humana que se dilata en el tiempo, surgen historias<br />

verdaderas junto a leyendas que al trasmitirse de una generación a otra van difuminando<br />

sus contornos y no se sabe muy bien donde termina la realidad y donde empieza la<br />

fantasía.<br />

Voy a describir alguna de las que me han parecido más interesantes.<br />

Cartel de bolillera


6<br />

3. HISTORIAS Y LEYENDAS<br />

De entre las historias y tradiciones que se relacionan con el encaje destaco las que me<br />

han parecido más interesantes.<br />


7<br />

salieron los hermosos encajes belgas. Dio gracias a la Virgen e hizo voto de castidad.<br />

Pasado un tiempo, otra vez se entrelazaron los hilos en su falda y formaron unas letras<br />

que decían: “te relevo de tu voto”. A mi el final de esta leyenda me parece un tanto<br />

pícaro.<br />

La leyenda italiana de matiz profano dice: había una jovencita prometida con un<br />

marinero; él, en uno de sus viajes le trajo una rama de coral de la variedad nombrada<br />

“punta de sirena”. Ella, que era encajera, la quiso reproducir en puntilla y después de<br />

muchas pruebas, realizó una muy bonita que fue la admiración de toda Europa. Este<br />

encaje es una variedad de las Venecias y aún se llama “la rama de coral”.<br />

Por último, a la blonda en Cataluña se la llama Punta de la Mare de Deu, y al guipur<br />

de la bruja. Esta leyenda fue recogida por Dª Adelaida Ferré de una encajera de la<br />

costa: había una joven (no tan buena como las anteriores) y una bruja le dijo ¿quieres<br />

vestidos muy bonitos para ir al baile. Yo te enseñaré a hacer una puntilla con la que<br />

ganarás mucho dinero. Se la empezó y cuando tuvo que hacer el tul no lo supo hacer y<br />

fue haciendo trenzas y agujeros de tal manera que la que lo explicaba, estando<br />

acostumbrada a hacer blonda decía: “Dios me libre de hacerla jamás”, y dicen que así<br />

nació el guipur.<br />

Estas historias y otras muchas que desconozco <strong>per</strong>o que seguro existen me hacen<br />

pensar en la importancia que tuvo durante cientos de años todo lo relacionado con la<br />

confección de los encajes .


8<br />

4. LOS PRIMEROS ENCAJES Y SUS ANTECEDENTES<br />

No es posible determinar la antigüedad del encaje. Su origen es desconocido, <strong>per</strong>o lo<br />

que sí sabemos que el punto a la aguja deriva del bordado y el encaje de bolillos, del<br />

tejido.<br />

La aguja de coser es antiquísima, dicen si ya Eva bordaba sus vestidos.<br />

Ante esta falta de datos para situar el encaje en una fecha determinada, cabe hacer<br />

preguntas sugerentes y respuestas analógicas. Entre las preguntas, hay una que muchos<br />

autores han planteado: ¿Cuándo comenzaría el hombre a fabricar redes de pesca y<br />

caza, o esta otra: ¿Qué fibras serían las primeras en los tejidos primitivos. Y otra más:<br />

¿empezaron estos trabajos en varios lugares, y en la misma época<br />

Para determinar el origen del encaje, una de sus dificultades es que esta nomenclatura<br />

no aparece hasta el siglo XV que es cuando la moda impone el final de la puntilla<br />

dentada. Se denomina puntilla al encaje que forma ondas terminadas en punta<br />

“dentelle” en francés.<br />

En los primeros tiempos, el encaje y el bordado se confunden y encontramos la palabra<br />

“pasamano”, que quiere decir “franja alrededor de una tela, de un vestido”. También<br />

quiere decir “hilos entrelazados”. Pasamanos parece que había de bordados, de encajes<br />

y de pasamanería. Según Carmen Baroja de Caro 4 , esta palabra pasamano, podría<br />

demostrar el origen del encaje en nuestra patria, ya que ha sido traducida literalmente a<br />

todos los centros encajeros de Europa.<br />

Para empezar en algún tiempo y lugar, daré el dato curioso e interesante de los tejidos<br />

de esparto, que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional, y que proceden de la<br />

Cueva de los Murciélagos de Albuñol (Granada). Este dato, parece que nos aparta del<br />

tema a desarrollar. Sin embargo, sabemos que el horizonte de todos los hechos<br />

humanos, llega a veces, a orígenes sorprendentes.<br />

Para recorrer aunque sea muy brevemente, el transcurso de los siglos y las<br />

civilizaciones, a modo de pinceladas, y desde luego limitándolo al tema del encaje,<br />

expondré lo siguiente:<br />

En el Antiguo Testamento encontramos ya algunos pasajes relativos al bordado. Se<br />

trata de unas finas cortinas, adornadas de dibujos hechos con aguja de coser, de color<br />

azul, púrpura y escarlata y que, ejecutaban querubines, de un exquisito trabajo.<br />

Isaías habla de las redecillas de las damas. El “Libro de los Reyes”, cita unos<br />

entrelazados en forma de malla, <strong>per</strong>tenecientes al templo de Salomón. En fin, hay el<br />

retrato de la mujer que tiene las manos entre los bolillos.<br />

Es cierto que en la antigüedad hubo tejidos sutiles y trasparentes. Y que los egipcios<br />

usaron mallas de hilos, bordadas con cuentas de vidrio. Estas mallas, eran de hexágonos<br />

alargados y de tamaños diferentes. Los ejemplares que se conservan en el Museo de<br />

Tejidos Artísticos de Lyón, proceden de excavaciones hechas en Menfis, y con una<br />

antigüedad de dos mil años antes de Cristo. Los eruditos italianos nos dicen que el arte<br />

4 <strong>Encaje</strong> de bolillos y blondas en la ciudad de Almagro por Manolita Espinosa Estudios y monografías nº<br />

14 Museo provincial de C Real


9<br />

de los tejidos anudados por medio de bobinas, palitos, huesos, plomos, etc, con hilos<br />

arrollados, pasó A Italia cuando Egipto fue colonia romana. Y precisamente, la<br />

“scutulata vestis”, toga que vestían los romanos de la aristocracia , tenía cierto parecido<br />

a estas mallas o tules.<br />

A su vez, los vestidos de ceremonia, de las pinturas funerarias, parecen hechos de<br />

mallas de cadeneta con hilo de oro y de plata y en la época de las últimas dinastías,<br />

entrecruzaban hilos para formar adornos, los cuales como ya he dicho anteriormente<br />

estaban ovillados en bobinas, huesos o plomos, precursores de nuestros bolillos.<br />

En muchos Museos se conservan túnicas egipcias, formadas por hilos mates y<br />

sosteniendo tubitos de vidrio de color azul verdoso.<br />

En una piedra tallada que se conserva en el Museo Británico podemos apreciar los<br />

bordados y puntillas que adornan el vestido de uno de los Reyes de Babilonia que reinó<br />

unos mil cien años antes de Jesucristo.<br />

Parece que en el arte del encaje los hebreos tuvieron por maestros a los egipcios.<br />

Entre los griegos, los trabajos de aguja eran considerados como un gran honor, y<br />

Minerva, diosa de la sabiduría, quería poner este arte bajo su protección y ya sabemos el<br />

cruel castigo que infligió a Aracne convirtiéndola en araña porque quería igualar a la<br />

diosa en su ocupación favorita. Referente a esta leyenda, el poeta belga Jaime Van<br />

Eych, en 1651, habla del encaje, en unos versos en latín, diciendo 5 : Entre las artes hay<br />

una que sobrepasa a todas las demás. Es aquella de enlazar los hilos por el extraño<br />

poder de la mano, formando unas mallas o fondos, que la industriosa araña no pudo<br />

igualar y que Minerva tendría que confesar de no haber conocido nunca”.<br />

Homero y otros antiguos escritores hablan con frecuencia de velos y de cofias de<br />

tejidos de oro.<br />

El autor de “Letras de Italia”, escritas en 1770 por la Sra Miller 6 , menciona, entre las<br />

antigüedades de Portici (población de la provincia de Nápoles), una elegante estatua de<br />

Diana, en mármol, vestida a la moda de las damas romanas, cuyo vestido está rodeado<br />

por una puntilla semejante a un punto moderno, de la anchura de un dedo y medio.<br />

Pueblos menos civilizados que los nombrados no ignoraban esta industria como lo<br />

prueba el hecho que dentro de túmulos escandinavos fueron encontradas agujas de coser<br />

de oro, junto con otros instrumentos de trabajo.<br />

La más bella muestra del Opus Anglicanum , es la capa y el manípulo de San<br />

Cuthbert, pues bien, un lado del manípulo está guarnecido con puntilla de oro,<br />

probablemente trabajado encima de <strong>per</strong>gamino. (Este santo fue exhumado en el siglo<br />

XII).<br />

El encaje auténtico no aparece hasta el renacimiento; es entonces cuando surgen el<br />

encaje a la aguja, que se cree originario de Italia, y el encaje de bolillos, probablemente<br />

originario de Flandes. Ambos datan de mediados del siglo XVI. Al parecer los encajes<br />

españoles son de origen árabe. Los primeros se hicieron a la aguja, técnica que pasaron<br />

a los Países Bajos durante la dominación española; a cambio aprendieron de los<br />

5 Fuente Internet www.cultura.pueblos.espana.org/bolillos/<br />

6 Revista de la Asociación Catalana de Puntaires


10<br />

holandeses la técnica del encaje de bolillos. En el siglo XVI España ya era un centro<br />

exportador de encajes, destacando el llamado punto de España. Se cree que estos bellos<br />

encajes policromos ya se fabricaban en las juderías de Toledo en los siglos XII al XV.<br />

Con la expulsión de los judíos el mercado de encajes sufrió una fuerte recesión y<br />

empezaron a comprarse en el extranjero. Por ello se dictó una ley que prohibía la<br />

importación de encajes excepto los necesarios para el culto. En algunas ocasiones los<br />

encajes antiguos se denominan punto in aria (punto en el aire). Los tipos de encaje a<br />

fogliami (punto de hojas), con ondulantes diseños de hojas y flores, y el Reticel.la, que<br />

presenta dibujos geométricos, especialmente cuadrados y círculos (el reticel.la también<br />

era un tipo de bordado calado).<br />

El encaje se convirtió en un artículo de lujo de gran demanda, en parte debido a sus<br />

diseños geométricos claramente definidos, muy al gusto renacentista. También<br />

contribuyeron razones económicas: los alfileres (que eran necesarios para la elaboración<br />

del encaje de bolillos), ya no tenían un precio prohibitivo y la mejor calidad de los<br />

jabones hacía más fácil el lavado de los tejidos blancos, tan delicados y caros.<br />

Durante los siglos XVII y XVIII las gorgueras, los cuellos, los adornos de encaje para<br />

zapatos, los chales, las mantillas, delantales y sombreros, y las calzas de lino adornadas<br />

con puntillas que se llevaban sobre las medias, eran aderezos en la vestimenta de damas<br />

y caballeros de la nobleza y los sacerdotes. También se comenzaron a utilizar los<br />

encajes en los elementos de culto y religioso y en las casas para la ropa de cama y mesa.<br />

Los libros de patrones para encaje tenían mucha aceptación. En un primer momento<br />

estuvieron destinados a la nobleza y la realeza <strong>per</strong>o, más adelante, pasaron a incluir<br />

instrucciones prácticas para un público más amplio.<br />

Lo que está claro es que la moda de los encajes de bolillos se extendió rápidamente y<br />

su máximo esplendor estuvo en los fabulosos cuellos y puños del siglo XVIII. No hay<br />

más que ver los cuadros de Van Dyck o Velázquez, para apreciar dos formas diferentes<br />

de utilizarlos, unos almidonados y encañonados y otros con su caída natural. En el s<br />

XVIII y en el XIX lo que estaba de moda eran las espléndidas mantillas de blonda,<br />

también hechas con bolillos.


11<br />

5. IMPORTANCIA ECONÓMICA, SOCIAL E INDUSTRIAL DE<br />

LOS ENCAJES EN EUROPA<br />

El Antiguo Régimen<br />

Durante la Edad Media y hasta el siglo XVIII en toda Europa habían cambiado<br />

muy poco las instituciones y la forma de vida. Las monarquías absolutas concentraban<br />

en sus manos los tres poderes: judicial, ejecutivo y legislativo. Creían que su poder<br />

venía directamente de Dios y sólo ante Él debían responder de sus actos. Todo era<br />

propiedad del Rey incluso sus habitantes-súbditos.<br />

La sociedad estaba dividida en tres estamentos que venían datos por el<br />

nacimiento: la defensa militar correspondía a la nobleza, la función espiritual que<br />

incluía la cultura y la enseñanza al clero, y la de proporcionar manutención derivada del<br />

trabajo al pueblo llano.<br />

La economía tenía una fuerte base agraria. La mayor parte de la población se<br />

ocupaba del campo. Una agricultura dirigida especialmente al autoconsumo y con unas<br />

técnicas y herramientas que apenas habían cambiado en varios siglos. El arado romano<br />

seguía utilizándose y el mantenimiento del barbecho (dejar sin cultivar cada año un<br />

tercio de las tierras para que se recu<strong>per</strong>en sus nutrientes).<br />

Esta economía agraria atrasada convivía en muchos lugares con un importante<br />

desarrollo urbano y comercial, propiciado por los descubrimientos geográficos que<br />

aportaron a la cultura europea nuevas tierras, mares, razas, especies animales y<br />

vegetales.<br />

Pronto algunos países europeos construyeron enormes im<strong>per</strong>ios coloniales que<br />

animaron el comercio y enriquecieron enormemente a las burguesías mercantiles.<br />

En cuanto a la artesanía y entre ellas la del encaje, este cambio se vio frenado<br />

por la existencia de gremios; los trabajadores de cualquier sector artesanal estaban<br />

obligados a <strong>per</strong>tenecer a un gremio, los cuales controlaban la actividad en esa ciudad, de<br />

manera que las mercancías fabricadas en otros lugares no pudieran entrar. Asimismo<br />

fijaban horarios, precios, salarios, herramientas, número de trabajadores por taller e<br />

impedían cualquier avance técnico que pudiera dar ventaja a unos talleres sobre otros.<br />

El comercio no podía desarrollarse debido a multitud de aduanas interiores y a la<br />

mala calidad de los transportes que sólo mejoraron con la construcción de los primeros<br />

ferrocarriles.


12<br />

La Revolución Industrial.<br />

El cambio que se produce en la Historia Moderna de Europa por la cual se pasa<br />

de una economía agraria y artesana a otra dominada por la industria y la mecanización,<br />

es lo que se denomina Revolución Industrial<br />

Esta tuvo su origen en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y las razones por<br />

las cuales fué en este país y no en otro son varias:<br />

Un régimen político estable, una monarquía liberal frente a las monarquías<br />

absolutas de otros países.<br />

Las guerras en las que se vio envuelta no produjeron daño en territorio británico.<br />

La insularidad y una poderosa flora naval actuaron como escudo de protección.<br />

Una moneda estable y un sistema bancario organizado: el Banco de Inglaterra se<br />

creó en 1694.<br />

Desarrollo de la agricultura que <strong>per</strong>mite una mejor alimentación<br />

Una abundante mano de obra. La población crece constantemente, al estar bien<br />

alimentada hay menor mortalidad. Parte de esta población es la que se traslada a<br />

la ciudad y formará la masa de los trabajadores industriales.<br />

Abundancia de hierro y sobre todo de carbón.<br />

Fácil y constante suministro de agua como fuente de energía.<br />

Abundancia de puertos que facilitan el comercio nacional e internacional.<br />

Hasta aquí algunos de los factores que hicieron que la Revolución Industrial<br />

comenzara en Inglaterra, <strong>per</strong>o las consecuencias de la misma modificaron en gran medida<br />

las instituciones políticas, sociales y económicas de Europa siendo alguna de las más<br />

importantes:<br />

-La industria textil. Inglaterra desde principios del siglo XVIII importaba tejidos de algodón<br />

estampado de la India y pronto empezaron a ver la posibilidad de fabricar en Gran Bretaña<br />

algodón comparable al de los hindues. La materia prima el algodón en rama, se podía<br />

importar de América, <strong>per</strong>o el mayor problema era el de la fabricación del hilo. No se<br />

disponía de una técnica para fabricar un hilo tan fino como el hindú. A partir del año 1760<br />

se empezaron a ofrecer premios a quien inventara un mecanismo que <strong>per</strong>mitiera fabricar<br />

mucho hilo de algodón en poco tiempo. La primera hiladora mecánica la inventó en 1764<br />

Heargraves.<br />

-La mecanización en el sector algodonero revolucionó la industria textil; aparecieron las<br />

fábricas, el trabajo se hizo más productivo y constante y la mano de obra dedicada a la<br />

industria fue su<strong>per</strong>ando a la dedicada a las tareas agrícolas.<br />

-Uno de los elementos sustanciales de la mecanización y modernización industrial fue la<br />

aplicación de un nuevo tipo de energía: el vapor para cuya producción se requería<br />

carbón del que Inglaterra poseía enormes cantidades.<br />

-Desarrollo comercial. El dominio comercial británico, se había hecho con el control de<br />

buena parte de los intercambios comerciales de otros continentes con Europa. El<br />

comercio de productos como el té o el tabaco, y el tráfico de esclavos habia <strong>per</strong>mitido la<br />

creación de enormes fortunas en manos de comerciantes y banqueros. El comercio con


13<br />

las colonias proporcionaba a Inglaterra de un lado materias primas y de otro mercado<br />

para vender sus productos manufacturados.<br />

-Se desarrollaron nuevas clases sociales, la burguesía que era la propietaria de<br />

los medios de producción y el proletariado que trabajaba para la burguesía.<br />

-Liberalismo económico y político. Según las teorías del economista Adam<br />

Smith, el Estado debía desentenderse de las cuestiones sociales y reservarse únicamente<br />

el papel de policía y garantizar el orden público, por lo que al ser los empresarios<br />

quienes fijaban precios y salarios la situación del proletariado iba empeorando<br />

continuamente a medida que se desarrollaba la industrialización.<br />

-Explosión demográfica. Como consecuencia de una mejor alimentación y de<br />

adelantos médicos y mejores hábitos higiénicos en países industrializados hay un<br />

crecimiento notable de la población y se favoreció la inmigración.<br />

-Hundimiento de la pequeña industria. El campesino además de trabajar en el<br />

taller de la ciudad seguía cuidando sus campos y si era artesano vendía él mismo los<br />

productos que salían de sus manos. Era un poco de todo: comerciante, artesano y<br />

campesino. En el campo la pequeña industria era en gran parte familiar y doméstica y se<br />

limitaba a los meses de invierno, porque la llegada de la primavera obligaba a dejar el<br />

taller por el cultivo de la tierra donde se trabajaba más de ocho meses, es decir la<br />

industria rural se movía con las estaciones.<br />

Estructura social<br />

En Europa a finales del siglo XVIII se detectaban cambios en sus estructuras<br />

políticas, sociales y económicas. La revolución demográfica ocurrida a lo largo de los<br />

últimos cien años favoreció el rejuvenecimiento de la población que imprimió un mayor<br />

dinamismo al proceso histórico y junto a factores económicos e ideológicos propiciaron<br />

el progresivo deterioro de las estructuras sociales que apenas habían variado durante<br />

cientos de años. Estas estaban basadas en la división <strong>per</strong>fectamente delimitada de cada<br />

uno de los tres grupos que formaban la pirámide social. En la cúspide se hallaba el<br />

primero: el eclesiástico que no solamente tenía la misión de adoctrinar a los fieles en lo<br />

espiritual sino que también tenía la de difundir la cultura y la ciencia desde las primeras<br />

letras hasta las Universidades. Por todo ello la sociedad los sostenía y entre sus<br />

privilegios estaba el de no pagar impuestos.<br />

El segundo escalón era el de la nobleza cuya misión consistía en la defensa<br />

frente a los enemigos interiores y exteriores. Servían a la Corona cuando se les<br />

necesitaba y en compensación recibían parte del fruto del trabajo de la sociedad y<br />

además tampoco pagaban impuestos.<br />

El tercer grupo que integraba al resto de la sociedad estaba formado por<br />

artesanos, comerciantes y todo aquel que desempeñaba una actividad laboral. Tenía<br />

derecho a ser instruido por el clero y defendido por la nobleza <strong>per</strong>o a cambio debía<br />

mantener a ambos con su trabajo y sobre todo con sus impuestos.<br />

Con el transcurso del tiempo y las sucesivas oleadas revolucionarias y<br />

económicas, los cambios sociales fueron intensos y la nueva sociedad a partir del siglo


14<br />

XVIII quedaba dividida en tres grandes grupos: clases su<strong>per</strong>iores, medias y bajas. La<br />

primera, formada por aristocracia y alta burguesía. Estos últimos eran los grandes<br />

banqueros, empresarios del sector textil, constructores de ferrocarriles, de la minería o<br />

de la siderurgia y junto con los aristócratas eran los que formaban los gobiernos, tenían<br />

derecho al voto restringido, y defendían una moral conservadora y el orden social.<br />

En las clases medias se incluían los pequeños burgueses, tenderos y<br />

comerciantes de telas y ultramarinos principalmente, así como propietarios de negocios<br />

de tipo familiar y profesiones liberales.<br />

Las clases bajas: los trabajadores constituían como siempre el sector mayor de la<br />

población y estos eran los campesinos, los pequeños artesanos y la clase obrera o<br />

proletarios. Estos aparecen por primera vez con esta denominación y son los<br />

trabajadores rurales emigrados a las ciudades para trabajar en fábricas, las minas o la<br />

construcción, cuyo único sustento proviene de su trabajo que alquilan a cambio de un<br />

salario. Como seguridad de futuro sólo cuentan con su prole, es decir con el número de<br />

hijos a los cuales obligan a trabajar desde edades muy tempranas.<br />

La industrialización impulsó también el trabajo de las mujeres pues si antes en<br />

muchos oficios la fuerza del trabajador era clave, ahora la fuerza la hacían las máquinas<br />

y los empresarios fomentaban el trabajo de mujeres y niños porque su salario era dos o<br />

tres veces inferior al de los hombres. De este aspecto social trataré con más profundidad<br />

en otro apartado de este trabajo.<br />

La Revolución Industrial que se inició en Inglaterra en el siglo XVIII supuso la<br />

transformación de una sociedad agrícola en otra industrial y tecnológica, con lo que los<br />

cambios fueron de orden social, económico, político e ideológico como he expuesto,<br />

brevemente, en este capítulo.<br />

Estas nuevas ideas y formas de vida se extendieron por toda Europa y de la<br />

incidencia que en la artesanía tuvieron voy a ocuparme a continuación, fijando<br />

especialmente la atención en la influencia que tuvieron en la vida cotidiana de las<br />

mujeres.


15<br />

5.1 ALEMANIA<br />

En principio señalar un aspecto indiscutible: donde Alemania ha destacado, es en la<br />

publicación de libros de patrones. El hecho que la actividad de editar e imprimir libros<br />

en general haya tenido en Alemania un desarrollo importante, es debido al hecho de que<br />

este país tuvo el honor de ser el de Johann Gutenberg , que en el año 1440 inventó la<br />

imprenta tipográfica. El diccionario nos dice de la imprenta “es el arte de imprimir<br />

sobre un papel u otra materia, por medio de presión con una plancha o unos caracteres<br />

impregnados con tinta”. En el siglo XV, pues, este invento revolucionó el estricto y<br />

selecto mundo editorial e hizo posible la difusión de los documentos y libros a gran<br />

escala. Hasta entonces cualquier libro o documento había de pasar necesariamente por<br />

el lento y costoso procedimiento de ser copiado manualmente página a página.<br />

Pues bien, desde el punto de vista que nos afecta, la divulgación de los puntos es<br />

también deudora de la imprenta, ya que hasta entonces los únicos procedimientos para<br />

conocer nuevos puntos eran dos: los limitados muestrarios de fragmentos de puntos<br />

preparados sobre tela o bien mostrar directamente la pieza de bolillos de que se tratase,<br />

A partir de la aparición de la imprenta, la propagación de puntos y modelos se puede<br />

realizar más extensivamente, con más rápidez y eficacia a lo largo del mosaico de países<br />

europeos.<br />

En este campo, Alemania fue una adelantada. Desde el principio se imprimieron un<br />

numeroso conjunto de libros de muestras y de patrones, en una cantidad ni tan sólo<br />

comparable con las que se producían en Italia.<br />

El libro más antiguo de los que se imprimieron en Alemania, se realizó en la ciudad<br />

de Colonia en el año 1527 : D Gedruckt tzu Collen vp dem Doemhoffr. Sabemos que su<br />

editor se llamaba Peter Quentell. Se trata de un documento que muestra modelos de<br />

carácter medieval, arabesco, alfabetos etc,. Existe una referencia de una segunda edición<br />

del año 1529 y una tercera del año 1532. Esto nos da una idea del éxito y la aceptación<br />

que tuvo entre el público.<br />

Otro notable libro de patrones que contenía 46 planchas con motivos arabescos se<br />

editó el año 1534, en la ciudad de Ausburgo, y el autor fue Johan Achartzemberger.<br />

En la ciudad de Estrasburgo se editó el libro de patrones New Modelbüch allen<br />

Nägerin und Sydensticke de Hans Forman, impreso en rojo y negro que eran los<br />

colores habituales, para la impresión de estos tipos de libros ilustrados.<br />

En la ciudad de Frankfurt se imprimieron un buen conjunto de libros de patrones:<br />

Año 1530 Mödelbück Welscher, Ober un Niderlandischer Arbait de A.D. de 20<br />

páginas.<br />

Año 1537 Mödelbück von erhabener und flacher Arbait de Christian Egenolffs ,<br />

que presentaba 178 modelos.<br />

Año 1568 Das new Mödelbüch de Nicolas Baseus


16<br />

Año 1569 Mödelbück citado por el cronista Marqués d`´Adda y muchos más<br />

libros de patrones de gran difusión entre los años 1605 a 1618.<br />

En la ciudad de Nuremberg, sucesivamente se editaron una serie de libros que<br />

contenían modelos y puntos. Del más antiguo que se tiene información se<br />

imprimió en el año 1597 M¨delbück editado por Seibmacgher.<br />

En la ciudad de Dresde el año 1582 se imprimieron Nelies Künslicher<br />

Mödelbück de B Tabin.<br />

En la ciudad de Leizpig el año 1619 se editó New Mödelbüch Darinnen de A.<br />

Bretschneider. Libro dedicado y muy posiblemente financiado por Mdme<br />

Catherine von Dorslats. 7 .<br />

Esta actividad tan floreciente continuó en Alemania durante los siglos XVIII y<br />

XIX y podríamos decir hasta la actualidad, sobretodo si se compara con la<br />

escasa actividad editora de nuestro país.<br />

Estos documentos tan valiosos uno por uno, necesarios para comprender como<br />

fue el camino que recorrieron los encajes hasta llegar a nosotros, no están<br />

recopilados en ninguna biblioteca única, sino que figuran dis<strong>per</strong>sos y forman<br />

parte de los fondos bibliográficos de diversas bibliotecas como la de Artes<br />

Decorativas de Paris, la Real de Bruselas. La Real de Munich, la de San Marcos<br />

de Venecia, en Milán, Florencia, Génova, Oxford, etc. Pero también hay que<br />

pensar que entre todo lo que se ha podido conservar, es muy posible que nos<br />

haya llegado tan solo una parte de lo que en realidad se editó. Este listado de<br />

libros tan esclarecedor en sí mismo y que tan solo es un listado incompleto,<br />

constituye la argumentación en que nos basamos para poner énfasis en la<br />

importancia del papel que ejerció Alemania en la popularización de los encajes.<br />

Históricamente, en este aspecto tan importante Alemania fue líder indiscutible.<br />

A continuación comentaré quienes eran los usuarios de los bolillos en<br />

territorios alemanes. El hecho que durante siglos un país denominado Alemania<br />

no existiera sino una serie de pequeños estados (Bohemia, Brandenburgo,<br />

Sajonia, el Palatinado y las ciudades independientes de Maguncia Colonia y<br />

Treveris), fue una circunstancia que tuvo consecuencias también para el<br />

desarrollo de la producción de encajes.<br />

Este hecho se traducía en una multiplicidad de cortes. Cada una con sus<br />

príncipes, nobles y otros cortesanos. Un buen número de familias poderosas,<br />

hombres y mujeres que habían de poner en evidencia su status y su riqueza,<br />

especialmente en las reuniones conjuntas donde habían de mostrarse, cuidando<br />

con atención los lugares de aparición que era una manera pacífica de rivalizar<br />

entre sí. Esta situación, prolongada durante siglos, los convirtió en compradores<br />

naturales de artículos suntuarios, joyas, telas, ornamentos, encajes…. Durante<br />

los siglos XVI y XVII las diferentes cortes del área de lengua alemana<br />

supusieron una fuerte demanda para el floreciente mercado de artículos de lujo<br />

comandado por los comerciantes venecianos. Para regular este comercio,<br />

7 Revista Asociación Catalana de Puntaires.


17<br />

también desde el Sacro Im<strong>per</strong>io Romanogermánico se promulgaron leyes que<br />

limitaban el consumo de artículos suntuarios que como en el resto de los estados<br />

europeos en la práctica no tuvieron apenas cumplimiento.<br />

Otro hecho histórico de magnitud que tuvo lugar en esta área durante el siglo<br />

XVI fue de orden religioso. Por encima de la fragmentación política, en estos<br />

territorios, de la mano del monje agustino Martín Lucero, estalló el<br />

protestantismo que se inició en la ciudad de Wittenberg y que rápidamente<br />

extendió su radio de influencia. La Reforma será un movimiento que formulará<br />

cambios dentro de la doctrina católica, como la no obediencia al Papa o la libre<br />

interpretación de la Biblia, que bien pronto traspasarán el ámbito puramente<br />

religioso para impregnar la vida política, división entre estados católicos y<br />

estados reformistas y la vida social con cambios como la anulación del celibato o<br />

la participación de la mujer en los oficios eclesiásticos. Muchos de estos<br />

cambios tendrán reflejo en la manera de vivir, muy especialmente se reflejaron<br />

en la indumentaria masculina y femenina donde los bordados constituían buena<br />

parte de la ornamentación.<br />

Una vez más se demuestra que la vida de un país es como un mosaico donde<br />

todas las piezas forman parte de un conjunto; y cualquier acontecimiento si es<br />

relevante tiene influencia sobre todo el entramado social: el cambio religioso y<br />

político necesariamente tuvo que dejar sin trabajo a un número importante de<br />

artesanos que basaban parte o la totalidad de sus ingresos en la producción de<br />

encajes y que al cambiar las modas se verían muy afectados en sus vidas.<br />

Dejando de lado la historia nos centraremos en como eran las primeras<br />

puntillas alemanas.<br />

Tenemos noticias de la existencia de puntos de aguja fechadas entre los siglos<br />

XVI y XVII del tipo “lacis” y de “punto cortado”. Así figuran en la<br />

catalogación de algunas muestras del Museo Victoria & Alberto de Londres. Se<br />

conocieron estos géneros de puntos tradicionalmente de procedencia veneciana<br />

muy posiblemente a través de la ruta comercial que unía las ciudades de<br />

Venecia, Ausburgo-Nuremberg, Leipzig y Hamburgo.<br />

Para iniciar el tema que hace referencia a los trabajos de bolillos, hay que<br />

hablar de un <strong>per</strong>sonaje emblemático . Se trata de Bárbara Uttman (1514). Hija<br />

de una familia burguesa de Nuremberg. Desde muy joven se traslada a vivir a<br />

Ammeberg, pueblecito minero donde se casa y donde una bolillera emigrada de<br />

Brabante la inicia en los bolillos, una actividad que va a convertirse en su<br />

ocupación hasta su muerte en el año 1575. Bárbara Urttmann organiza diferentes<br />

talleres de bolilleras con las mujeres e hijas de la colonia de los mineros que<br />

pasa a comercializar directamente y abre una tienda especializada en puntillas de<br />

bolillos. Trabajaban con hilo de lino y repetían modelos tradicionales de<br />

Flandes. Esta iniciativa llegó a tener un gran éxito y dio trabajo a 30.000<br />

<strong>per</strong>sonas. En Alemania el nombre de esta bolillera es todavía hoy un referente<br />

indiscutible.<br />

Muy primitivas son también las puntillas de hilo metálico que se<br />

comercializaron con la denominación “puntas de Hamburgo”. Esta modalidad


18<br />

es posible que se iniciase con el establecimiento de bolilleras francesas<br />

refugiadas en la zona norte de Alemania, huidas de su país a causa de la<br />

<strong>per</strong>secución contrareformista. Eran trabajadas con filamentos de oro y plata y<br />

seguían los modelos tradicionales. Por ruta marítima salían del puerto de<br />

Hamburgo y se transportaban a los otros puertos del mar del Norte que<br />

<strong>per</strong>tenecían a la Liga Anseática.<br />

Dentro de la división del trabajo, aquí también eran las mujeres las encargadas<br />

de hilar el lino y la lana y trabajar tejiendo al taller. Tanto en el medio rural<br />

como en las ciudades oficialmente estas actividades textiles, consideradas de<br />

mujeres, se practicaban dentro del ámbito doméstico sin ninguna protección<br />

gremial.<br />

Como pasaba en el resto de los países de Europa, en Alemania los gremios<br />

eran entidades de gran prestigio social que estaban integrados exclusivamente<br />

por hombres. Tan sólo en el caso de que el marido fuera el maestro del taller y<br />

muriese, a la viuda le era <strong>per</strong>mitido mantenerlo como heredera, <strong>per</strong>o nunca<br />

pasaba a poder firmar como maestro aún que hubiera estado unida al taller<br />

durante toda su vida.<br />

Por otro lado, cualquier mujer al casarse había de asumir el status del marido,<br />

por esta razón su familia había de aportar al matrimonio la dote, una cantidad<br />

que estaba estipulada según el rango. Por esta cuestión, en la práctica muchas<br />

mujeres de familia humilde se quedaban solteras o bien habían de buscarse un<br />

trabajo que les <strong>per</strong>mitiese ganar un sueldo y ahorrar los dineros para su dote. Y<br />

¿cuáles eran los trabajos a que podía aspirar una joven pobre y analfabeta para<br />

poder ganar dinero en los siglos XVI o XVII. Suponemos que debía haber<br />

pocas salidas: o irse a la ciudad y tener trabajo como niñera o trabajar al textil,<br />

hilando, tejiendo, cosiendo, bordando…, o haciendo bolillos. La norma para una<br />

jovencita sin patrimonio era ofrecerse como mano de obra alrededor de los 10 o<br />

12 años.<br />

Referente a la alfabetización es interesante dedicar unas líneas al tema, sólo<br />

para aportarlas como referencia. En los territorios de habla alemana no hay<br />

ninguna ley reguladora antes del siglo XVIII. También sobre esto según los<br />

distintos territorios hubo muchas desigualdades. Por ejemplo, en Prusia, situada<br />

al norte, en el año 1717 fueron creadas por decreto las escuelas elementales<br />

(Volksschulen) y las escuelas primarias (Mittelschulen), ambas eran obligatorias<br />

tanto para niños como para niñas desde los 6 a los 14 años. Esto mismo ocurrió<br />

en el territorio del sur, en Baviera muchos años después. en 1802. Por otro lado<br />

al este, en Berlin, se promulgó una ley parecida <strong>per</strong>o en el año 1818, casi un<br />

siglo más tarde.<br />

También la ocupación de las mujeres casadas eran los trabajos domiciliarios<br />

que ejercían especialmente durante el invierno. Estos trabajos eran compatibles<br />

con las labores de la casa. Para los comerciantes tenían la ventaja de que no<br />

habían de invertir en ningún local ni asumir ningún coste como calefacción, luz<br />

Esta modalidad de trabajo domiciliario era como se realizaban el grueso de la<br />

producción de puntillas alemanas.


19<br />

Por tanto, como puede verse, dada la situación de carencias generales nos<br />

podemos explicar el éxito de iniciativas como las de Bárbara Uttmann que<br />

ofreció trabajo haciendo puntillas a millares de jóvenes de Baviera.<br />

Volviendo de lleno al tema que nos ocupa, decir que al norte del territorio, el<br />

elector de Brandenburgo y el elector de Hesse que se declararon defensores de<br />

las ideas luteranas, dictaron leyes de acogida y protección de extranjeros<br />

<strong>per</strong>seguidos por motivos de religión. Por esta razón dentro de sus territorios en<br />

poco tiempo se instalaron contingentes de artesanos expulsados del oeste del<br />

continente europeo entre los que había bolilleras. Se fundaron y proliferaron<br />

talleres de encajes en muchos lugares como Leizpig, Auspach, Eberfeld y<br />

Hannover que produjeron género a buen precio para el consumo interior y para<br />

la exportación a otros países como Polonia o Rusia. Eran puntillas de todo tipo,<br />

en hilo de lino natural, blanco o de color, imitando conocidos modelos italianos,<br />

franceses y flamencos.<br />

En las ciudades de Lubec, Bremen y Leizpig se crearon fábricas de puntillas<br />

trabajadas con filamentos metálicos siguiendo el estilo de las “puntas de<br />

Hamburgo”. En la ciudad de Dresde se dedicaban a trabajar, desde el año 1700,<br />

puntos de aguja denominados “puntas de Kelso”, con acabados de calidad y que<br />

eran apreciadas en el mercado. En la ciudad de Erzgebirge se trabajaban<br />

puntillas geométricas de tipo “torchón de Ischia”. En este género tiene la<br />

particularidad de la intervención de hombres. Unos puntos que no destacaban<br />

por su originalidad, <strong>per</strong>o que adquirieron un cierto prestigio por lo bien hechas<br />

que estaban. Sin pretender restar mérito al trabajo de los hombres es muy posible<br />

que su tiempo no tuvieran que compartirlo con las tareas domésticas, ni la<br />

atención al cuidado de la familia, lo que favorece la dedicación y el sosiego que<br />

se requieren para la realización de cualquier tarea.<br />

Grabado de Bárbara Uttman (1514-1575)


20<br />

5.2 AUSTRIA<br />

Tal y como ocurre cuando tratamos de aproximarnos a la historia del encaje de<br />

bolillos de un país concreto, en el caso de Austria también nos encontramos delante la<br />

dificultad de definir y fijar unos límites territoriales, ya que a lo largo de los siglos las<br />

fronteras se ensanchan o disminuyen dependiendo de los acontecimientos políticos de<br />

cada época.<br />

Fijándonos en Austria, el territorio actual del estado austriaco es bien poca cosa si lo<br />

comparamos con el que ocupaba durante el siglo XVIII cuando el Im<strong>per</strong>o<br />

Austrohúngaro integraba entre otros países: Chequia, Eslovaquia, Rumania, Croacia,<br />

Servia, Eslovenia y buena parte del norte de Italia. Aclarado esto, daremos una ojeada a<br />

las puntillas y bolilleras austriacas tratando de no limitarnos nada más a copiar las<br />

escasas referencias que figuran en los libros de consulta mas conocidos.<br />

Como preámbulo hay que decir que Austria, desde antiguo, si puede decirse que eran<br />

grandes consumidores de todos los géneros textiles, y naturalmente de bordados de gran<br />

calidad, ya que los dos estamentos del poder: la corte de Viena y la Iglesia habían de<br />

hacerse notar. Históricamente Austria era el más firme bastión católico en la Europa<br />

central y se encontraban en situación de constante amenaza por las corrientes<br />

reformistas que triunfaban en Alemania (Prusia). De otro lado, la vida de la corte en<br />

Viena era el paradigma del estado absolutista y estaba presidida por una rígida<br />

“parafernalia” y un protocolo muy exigente que habían de ser seguidos por todos los<br />

cortesanos: familia real, nobleza, militares, etc.<br />

A causa de esta situación, y siguiendo las pautas marcadas años antes por otros países<br />

como Francia, en Austria se crearon en el año 1879 la escuela de bolilleras<br />

austrohúngara (k.u. Zentralspotzenkurs), con sede en Viena, que fue desde entonces la<br />

encargada de elaborar encajes para el consumo interno que de otra manera las habrían<br />

tenido que importar y que eran muy caras. Al poco tiempo de su creación salieron de<br />

sus talleres importantes piezas, especialmente de punto a la aguja que eran exhibidas y<br />

premiadas en las diferentes exposiciones universales sucesivas.<br />

Al margen de esta iniciativa, en otros territorios del Im<strong>per</strong>io Austrohúngaro también<br />

se trabajaron los encajes con éxito.<br />

En la región del Tirol: tradicionalmente trabajaban encajes siguiendo los modelos<br />

italianos. Hacia 1850 se abre una escuela de bolilleras estatal que mejora y diversifica<br />

los encargos.<br />

En Bohemia: eran tradicionalmente los trabajos de encajes con hilos de colores. En el<br />

siglo XIX se dedicaban a los encajes unas 60.000 <strong>per</strong>sonas entre mujeres y niñas. Se<br />

creó una escuela de bolilleras estatal en el año 1879<br />

En la región de Salzburgo, la tradición se inició hacia el año 1600, por iniciativa de<br />

dos encajeras italianas. En un primer momento, la implantación fue discreta, <strong>per</strong>o pocos


21<br />

años después, entre 1680 y 1780, centenares de bolilleras se dedicaban a trabajar<br />

encajes con hilo de lino de calibre mediano imitando los motivos de moda en la corte de<br />

Viena. Llegaron a crear un estilo propio basado en diferentes y variados motivos locales<br />

“Nähtchen” que iban juntos y separados del fondo del encaje por una galería. Este<br />

género tuvo una gran aceptación y se pudo abrir una corriente de exportación a las otras<br />

provincias y también a otros países como Suiza y Holanda. En esta región de Salzburgo<br />

fueron también conocidos los trabajos de: Lungau, denominados “tream”, que eran<br />

encajes de gran simplicidad y los trabajos de puntos a la aguja de Mondsee, piezas para<br />

la lencería del hogar. De entre sus promotores destacó la bolillera Margarethe Breuer<br />

que los dio a conocer <strong>per</strong>sonalmente a la em<strong>per</strong>atriz Elisabeth, conocida como Sissi.<br />

Años más tarde, hacia el año 1913 montó una Asociación que presidió hasta su muerte<br />

en 1989, a los 103 años<br />

Es importante destacar que paralelamente a la creación a finales del siglo XIX de la<br />

Escuela de encajeras estatal de Viena, la iniciativa fue continuando abriendo un total de<br />

46 escuelas de encajeras a lo largo del territorio austrohúngaro, cosa que hace suponer<br />

que estas escuelas constituyeron la labor de muchas bolilleras que hoy reconocemos<br />

como propias de cada país.<br />

Para terminar, hay que resaltar que en Viena se forjaron un colectivo de artistas<br />

cercanos al movimiento modernista que desde finales del siglo XIX y principios del<br />

siglo XX desarrollaron una gran actividad en diversos campos, entre todos hemos de<br />

destacar la importante aportación de los diseñadores de encajes durante aquel <strong>per</strong>iodo.<br />

Em<strong>per</strong>atriz-Elisabeth


22<br />

5.3 BRUJAS<br />

Hacia el siglo XV Brujas cultivó el arte del encaje como nadie. Su producción de encaje<br />

de bolillos fue unida a su declive como antigua potencia comercial.<br />

En el siglo XVIII, la mitad de sus apenas 30.000 habitantes vivía en la<br />

pobreza, mientras la aristocracia y descendientes de la burguesía mas pudiente se<br />

refinaba y adornaba los cuellos y puños de sus trajes con encajes.<br />

Esta moda causó furor en toda Europa, así que las ciudades de Flandes se<br />

dedicaron con esmero a tejer encajes. Cada una de ellas se especializó en un punto<br />

diferente.<br />

El de Brujas era el punto “del hada”, el más delicado. Lástima que hoy muy<br />

pocos son capaces de realizarlo, además de que es muy difícil encontrar materiales tan<br />

finos.<br />

Tampoco este arte de tan delicada manufactura y elementos podría competir<br />

con el mercado oriental, que acapara el comercio mundial de los encajes.<br />

En realidad fueron los comerciantes flamencos los que introdujeron sus<br />

secretos de fabricación en el <strong>per</strong>iodo de entreguerras a las misiones asiáticas. Allí los<br />

misioneros empujaron a los obreros orientales a su manufactura, una mano de obra<br />

extremadamente barata.<br />

Esta producción hizo cerrar muchos talleres en Flandes. Lo que demuestra una<br />

vez más que muchas de las cosas que están ocurriendo en estos momentos en el<br />

mercado textil –que los productor orientales por su bajo precio están hundiendo muchas<br />

empresas en España- ya ha ocurrido en otros lugares y otros momentos de la historia.<br />

Volviendo al tema, actualmente el centro de encaje de Brujas Kantcentrum,<br />

mantiene esta tradición y posee una escuela para iniciar a los artesanos que lo desean. El<br />

centro está abierto al público. En la escuela de encaje de la calle Balstraat, en Brujas,<br />

aún se teje el encaje con los bolillos que hicieron famosa a Brujas.<br />

Punta de Bruselas


23<br />

5.4 DINAMARCA<br />

Dinamarca está situada al norte de Alemania, siendo un país fuera del área<br />

mediterránea que nos es más próximo, para nosotros resulta un país lejano, siendo que<br />

en realidad la distancia en kms, es relativa. El territorio actual del estado danés lo<br />

forman la península de Jutlandia y tres islas grandes: Sjaelan donde se sitúa la capital<br />

Copenhague, la Gran Belt y la Pequeña Belt. Una vez situada en el mapa de geografía<br />

sería bueno continuar dando una ojeada sobre su historia y así poder llegar a situar<br />

mejor el desarrollo del encaje de bolillos en este país.<br />

Primero, decir que Dinamarca, es en la actualidad, dentro de los países<br />

escandinavos el de territorio más pequeño. Pero no siempre fue así, ya que en la Edad<br />

Media incluía bajo su soberanía los enormes territorios de Noruega, Islandia y Suecia.<br />

Esta situación le daba una dimensión de poder incomparable al actual y le convertía en<br />

una verdadera potencia estratégica en la ruta marítima entre el Mar del Norte y el mar<br />

Báltico.<br />

Esta hegemonía les <strong>per</strong>mitía ejercer el control sobre el comercio del norte del<br />

continente europeo. Cada barco que hacía la rentable ruta comercial entre Flandes y<br />

Rusia había de contar con su consentimiento y naturalmente pagar tasas. De camino a<br />

Rusia los barcos transportaban sobre todo artículos de madera, pescado y metales y de<br />

regreso de Flandes transportaban: especias, sal, vino, lana, tejidos y sederías.<br />

A los flamencos naturalmente, lo de los impuestos no les satisfacía demasiado<br />

y por eludir las trabas al libre paso de los barcos cargados de mercancías crearon una<br />

asociaciones de navieros “La Hansa” con la que tuvieron que luchar mucho para mitigar<br />

la presión que ejercían los daneses desde sus costas<br />

Esta información nos deja entrever que entre las mercaderías textiles que<br />

transportaban los comerciantes flamencos, en algún momento muy posiblemente se<br />

empezaron a comercializar las ya famosas puntillas flamencas que poco a poco<br />

comenzaron a darse a conocer y a hacer clientes hacia la Europa oriental.<br />

Visto desde otro punto de vista, en el siglo XVI, en los archivos oficiales hay<br />

documentos que describen la presencia de piezas de bolillos en la corte de Copenhague,<br />

ya que el poderoso rey de Dinamarca Cristian II se casó con Isabel de Austria, hermana<br />

del em<strong>per</strong>ador Carlos. Es por esto que por otro camino los daneses entraron en contacto<br />

con los diversos géneros de encajes flamencos.<br />

Dentro del país los bolillos se empezaron a trabajar al sur del territorio<br />

peninsular, justo en la frontera con Alemania, en la zona de Tönder. Las primeras<br />

noticias de esta modalidad de puntillas son de 1610. Un hecho importante a tener en<br />

cuenta es que hacia el año 1647 un bolillero de la región denominada Steenbeck se<br />

decidió a trasladar a once bolilleras ex<strong>per</strong>imentadas de Dormunt (Westfalia) para que


24<br />

pudieran enseñar a las jóvenes campesinas. Años más tarde, sobre 1712 llegan también<br />

bolilleras de Brabante.<br />

Estas iniciativas pros<strong>per</strong>an y dan el fruto es<strong>per</strong>ado, la producción de puntillas<br />

de bolillos de Tönder mejorará en calidad. Extendiéndose su producción por el sur este<br />

de la península y a la isla de Romö. También contribuyó al desarrollo del encaje de<br />

bolillos el hecho que el año 1643 desde la corona se publica un Acta de protección de la<br />

producción de puntos autóctonos y se grava el uso de los puntos extranjeros.<br />

Las puntillas danesas tienen mucho en común con los géneros denominados de<br />

Amberes. Sus principales características son: puntos de hilos seguidos de anchura entre<br />

4 y 8 cm; de diseños geométricos, llevan hilo siguiendo los motivos y están trabajados<br />

en hilos de lino de calibre entre fino y fino. Dentro de la producción de puntos Tönder<br />

había muchas variedades, <strong>per</strong>o en general las piezas tenían un buen nivel técnico y de<br />

acabado. Por otra parte, en el siglo XIX en Dinamarca, llegan a trabajarse con éxito<br />

modalidades de puntillas de bolillos siguiendo modelos franceses clásicos de los<br />

géneros Lille y Muslín.<br />

El año que marca el mejor momento de desarrollo de las puntillas danesas es<br />

allá por el año 1801, época en la que se dedican a hacer puntillas en Dinamarca más de<br />

20.000 <strong>per</strong>sonas entre hombres y mujeres. Y como ocurre en cualquier proceso, pasados<br />

unos años de rendimiento óptimo, la actividad empieza a decaer y ya bien entrado el<br />

siglo XIX, las puntillas de Tönder pasan una crisis, estando abiertos alrededor del año<br />

1840 tan sólo 6 talleres de producción de encajes. Por otra parte, las bolilleras de<br />

Dinamarca también llegaron a trabajar puntos a la aguja del tipo veneciano y siguiendo<br />

el estilo nórdico de trabajar aprovechando los propios hilos de la tela, puntos del género<br />

macramé de buena calidad.<br />

En la actualidad la situación es parecida a la del resto del continente, o sea que<br />

la producción de encajes de bolillos se mantiene como actividad de tiempo libre.<br />

Por si alguien le interesa hacer una visita hay colecciones de encajes<br />

interesantes en el Museo de Koge, Museo del Greve y Museo Nacional de la tradición<br />

danesa de Copenhague.<br />

Como resumen puede decirse que desde el punto de vista del encaje de<br />

bolillos, no hay “un país pequeño”. Cada uno desarrolla unos géneros que a lo largo del<br />

tiempo toman unas características y novedades que lo hacen singular.


25<br />

5.5 GRECIA<br />

Con referencia a este país hay que dejar claro que el conjunto de los puntos<br />

griegos nunca han tenido un nivel comparable a los de Italia, Francia, Bélgica,<br />

Inglaterra o España. Son en realidad unos puntos autóctonos que muestran influencias<br />

directas de otras manufacturas procedentes tanto de Occidente como de Oriente.<br />

Desde el punto de vista del encaje de bolillos, en las islas del mar Jónico se<br />

encuentra la presencia de trabajos de influencia veneciana del género reticel en casi<br />

todas las islas, <strong>per</strong>o sobre todo en las islas de Corfú y Zante. Pero lo cierto es que los<br />

puntos más famosos de esta zona son las piezas de puntos trabajados en seda negra. La<br />

producción llegó a ser importante en el pasado y se ha de mencionar un hecho<br />

interesante: durante el <strong>per</strong>iodo de ocupación de estas islas por parte de Inglaterra se<br />

generó un prós<strong>per</strong>o comercio entre los nativos y los funcionarios ingleses. Como la<br />

producción de puntillas era poco importante, la demanda se nutrió de las puntillas<br />

negras que sacaban de los ajuares de las tumbas. Esta práctica se convirtió en un hecho<br />

común ya que se pagaba bien, mucho más que si era puntillas nuevas, sin estrenar. Esta<br />

información un tanto macabra, no es inventada. Está recogida en libros de historia de los<br />

encajes tan prestigiosos como History of lace de Mrs Bury Palliser. 8<br />

Corinto era un enclave importante desde la antigüedad, su situación<br />

privilegiada, muy cercana a Atenas, <strong>per</strong>o con salida al mar Jónico le ofrecía ventajas<br />

para ejercer el comercio por todo el Mediterráneo. Comerciaban con todo tipo de<br />

mercancías desde vino, pasas y aceites finos a cerámica, <strong>per</strong>o enseguida se<br />

especializaron en tapices y en tintes para textiles hasta bien entrado el siglo XIX.<br />

Cuando en el año 1858 la ciudad quedó prácticamente destruida por un terremoto,<br />

nuevamente reconstruida, volvió a padecer un nuevo terremoto en 1920 que<br />

definitivamente debilitó su producción textil entre los que se encontraban los encajes.<br />

De los puntos de Corinto hemos de destacar los puntos metálicos realizados con hilo de<br />

oro que eran una de las mercancías de lujo más cotizadas.<br />

Para cerrar el tema, hablaremos de los puntos de la isla de Chipre que si bien<br />

en la actualidad es un territorio independiente de Grecia, su proximidad y sobre todo el<br />

parecido de los puntos que allí se trabajaban con los puntos griegos hace que se puedan<br />

incluir en este apartado.<br />

Desde antiguo se trabajaban en Chipre puntos metálicos trabajados con hilo de<br />

plata, <strong>per</strong>o las piezas de puntos chipriotas más conocidas son también del tipo reticel.la<br />

de marcada influencia veneciana. Con todo esto, tan solo queda dar una ojeada por los<br />

puntos de las islas griegas situadas al mar Egeo así como a las manufacturas<br />

procedentes de la parte continental y sobre todo de la capital, Atenas.<br />

De entre las islas griegas del mar Egeo donde se trabajaban los encajes, hemos<br />

de destacar la isla de Chio, un pequeño territorio, situado estratégicamente cerrando el<br />

8 Revista de la Asociación Catalana de Puntaires


26<br />

golfo de Esmirna y que por tanto de alguna manera hace de frontera natural actual con<br />

Turquía.<br />

Esta situación geográfica tan comprometida ha propiciado el interés constante<br />

de dominio de la isla desde el exterior. Por Chio pasaron primero los genoveses y más<br />

tarde lo venecianos. Durante estos dos <strong>per</strong>iodos se iniciaron los trabajos artesanales.<br />

Entre la artesanía local, desde el año 1737 se potenció la textil. En 1810<br />

tenemos noticias que el promotor era un tal Richard Pocoko. En el siglo XIX se inició el<br />

momento más floreciente de producción bajo el patrocinio del ingles John Gait que se<br />

instaló en Chio en 1874 y consiguió crear en la isla un centro de producción textil de<br />

primer orden que naturalmente se dedicaba a la exportación. En Chio se hacían trabajos<br />

de punto de aguja.<br />

En la isla de Rodas también se producían géneros de encaje, <strong>per</strong>o con una<br />

importancia irrelevante y sobre todo para el consumo propio.<br />

Ya en el continente, hemos de hacer referencia a la producción de encajes de<br />

las regiones de Atica y Beotia, territorios próximos a Atenas. En estas dos<br />

localizaciones se especializaron en puntos del tipo “mosaico”. Se trata de piezas<br />

redondas u ovaladas que se montan cuidadosamente sobre un papel y sobre este soporte<br />

van configurándose armoniosamente los espacios con puntos, calados y también<br />

bordados. Cada pieza es casi podríamos decir única ya que incorporar en cada ocasión<br />

los fragmentos y aplicaciones que tienen a mano. Los fragmentos van unidos los unos a<br />

los otros con un punto de zigzag o bien con un punto invisible llamado “stilakia”.<br />

También del continente son otras piezas singulares: los Bolio, velos de novia.<br />

Estas piezas son las más apreciadas y tradicionalmente son regaladas a la novia por la<br />

familia del marido y la costumbre dice que ha de llevarla toda la semana siguiente al día<br />

del casamiento.<br />

Las medidas del bolio son: 2,50 x 0,50 metros. Los trabajos de las puntillas y<br />

los entredoses denominados Meriza son hechos con seda natural. Con frecuencia las<br />

familias guardan las piezas heredadas de la generación anterior y los vuelven a montar<br />

de nuevo. Los dos conjuntos de encaje acabados con flecos y entredoses de los bolia<br />

(uno a cada extremo), se denominan “thekes”. De entre todos los diferentes modelos<br />

destacan por su cualidad, los Bolios de Mesogeia trabajados con seda finísima de<br />

Kalamata al Peloponeso. Todavía hoy son piezas muy apreciadas para las bodas de<br />

cierto rango social.<br />

Por último hemos de citar los puntos propios de Atenas. Se trata de trabajos de<br />

encajes realizados con hilos de seda blanca y que se utilizan en los rituales de los judíos.


27<br />

5.6. INGLATERRA<br />

En la segunda mitad del siglo XVIII, se detecta en Inglaterra una transformación<br />

profunda de los sistemas de trabajo y en la estructura social. La agricultura tradicional<br />

fue modificándose como consecuencia de la aparición paulatina de innovaciones<br />

técnicas y de cambios en la distribución de la propiedad. Los campesinos abandonan los<br />

campos y se trasladan a las ciudades al ser suprimidas las zonas comunales de pastos y<br />

no poder hacer frente a la competencia de las máquinas.<br />

En el sector algodonero es donde por primera vez se introdujeron máquinas para<br />

mejorar el hilado de lana o algodón que hasta entonces se hacía con la rueca. En 1764 la<br />

“Jenny” de Heargraves desarrollaba un mecanismo que mediante el movimiento de una<br />

manivela y aprovechando el movimiento de una rueca obtenía simultáneamente varias<br />

bobinas de hilo. La mujer que hilaba a mano sólo podía mover un huso, para manejar<br />

una spinning-Jenny bastaba el trabajo de un solo hombre ayudado por tres o cuatro<br />

niños.<br />

En 1769, Arkwright presentó un nuevo tipo de hiladora mecánica: la water frame. El<br />

hilo que fabricaba esta máquina era de mas calidad que el de la spinning-Jenny: era más<br />

fino y resistente. Pero la water-frame era un mecanismo grande y pesado que ya no<br />

podía mover un hombre. Para accionarla se empezó a utilizar la fuerza hidráulica de los<br />

ríos, <strong>per</strong>o a partir de 1785, ya se empezó a aplicar la máquina de vapor. La abundancia<br />

de hilo obtenido gracias a las hiladoras mecánicas, impulsó la creación de las máquinas<br />

tejedoras.<br />

El telar tradicional constaba de un entramado de hilos que pasaban de un lado a otro.<br />

La bobina se pasaba de una mano a otra por lo que la anchura de la tela quedaba<br />

limitada a la envergadura del tejedor. En 1733, J. Kay creó la “lanzadora automática”<br />

con la que se podían fabricar piezas mas anchas en la mitad de tiempo. En 1785<br />

Cartwright presentó el primer telar mecánico. Se trataba de un mecanismo grande y<br />

pesado que precisaba de bastante dinero para adquirirlo y de una gran fuerza para<br />

hacerlo funcionar. Los primeros telares mecánicos eran movidos por caballos, y a partir<br />

de 1789, se empezaron a mover también con máquinas de vapor.<br />

Estas novedades correspondieron a la industria del algodón y no a la de la lana en<br />

parte por la mayor elasticidad de la fibra vegetal y a la cantidad de algodón bueno y<br />

barato provinente de las colonias de Norteamérica y luego de la India.<br />

La industria algodonera surgida en el siglo XVIII continuó su progreso: las máquinas<br />

hiladoras y tejedoras fueron <strong>per</strong>feccionándose y todas eras movidas por máquinas de<br />

vapor.<br />

Los talleres artesanos no reunían las condiciones necesarias para albergar las<br />

máquinas que se concentraron en grandes naves destinadas exclusivamente a la<br />

producción: las fábricas.


28<br />

En la ciudad el artesano trabajaba todo el día en el taller, oficiales y aprendices vivían<br />

generalmente en la casa del maestro que les daba de comer y les pagaba por meses y<br />

años; la producción era pequeña y poco competitiva. El maestro vivía de un mercado<br />

pequeño que le <strong>per</strong>mitía beneficios modestos. Pero cuando el ferrocarril abrió la<br />

mercancía a los grandes fabricantes, los precios se unificaron y el pequeño artesano no<br />

pudo resistir la competencia.<br />

En lo que se refiere a la producción de encajes, a lo largo del siglo XVIII se crean las<br />

puntillas de aplicación, un procedimiento hasta entonces nuevo y del que destacan las<br />

puntillas de Inglaterra que tendrán a partir de ese momento mucho éxito.<br />

El procedimiento consiste en combinar un tul de fondo sobre el cual se su<strong>per</strong>ponen<br />

cosidos, unos motivos trabajados con bolillos. Todo encaminado a conseguir el efecto<br />

de una puntilla de hilos seguidos. Desde el punto de vista de las medidas de las puntillas<br />

de Inglaterra se ganó la posibilidad de hacer, no solamente piezas de dimensiones<br />

discretas sino piezas más grandes.<br />

Otra consideración a tenor en cuenta es el abaratamiento de coste ya que<br />

técnicamente este artificio de la época rococó como son las puntillas de Inglaterra es<br />

mas sencillo y buena parte de su resultado final se basa en el arte y la gracia del<br />

montador.<br />

En general, los motivos de las puntillas de Inglaterra son de estilo vegetal y<br />

especialmente floral. Se realizan en hilo de lino o algodón finísimo de color blanco o<br />

crudo.<br />

Por su ligereza y transparencia con encajes que nunca han caído en el olvido, ya que<br />

cuando se contemplan producen una sensación inmediata de lujo y ligereza difícil de<br />

encontrar.<br />

Se podría decir que son el paradigma del espíritu de la encajera.


29<br />

5.7 HUNGRIA<br />

En primer lugar hay que decir que, anteriormente y durante siglos, una buena parte<br />

del territorio húngaro formó parte del im<strong>per</strong>io otomano, bajo soberanía turca. Esta<br />

circunstancia tuvo una gran re<strong>per</strong>cusión en su desarrollo como país y también influyó<br />

fuertemente en su cultura.<br />

Podríamos decir que la larga ocupación turca de Hungría favoreció el aislamiento de<br />

las corrientes culturales de la Europa occidental y consecuentemente les orientó hacia<br />

Oriente.<br />

Como veremos seguidamente, esta formulación general se reproduce de una manera<br />

evidente cuando nos fijamos en el ámbito concreto de los encajes.<br />

Antes de nada daremos un repaso a las otras labores textiles artesanales como son<br />

los bordados húngaros, ya que muchas veces acompañan al encaje de bolillos, muy<br />

particularmente en los magníficos vestidos tradicionales.<br />

Dentro del conjunto de bordados artísticos europeos el bordado húngaro, tiene un<br />

nombre propio. Se trata de motivos sencillos, generalmente geométricos, hechos a<br />

puntada pasada trabajados en un color, <strong>per</strong>o utilizando toda la gama del mismo, es decir<br />

que la decoración está basada en el efecto del degradado. Esta tendencia colorista<br />

presente en los bordados, se extiende a la rica artesanía de Hungría y esta característica<br />

y otros de tipo decorativo, son aportaciones de Oriente que han contribuido a su<br />

originalidad, singularidad y riqueza.<br />

Al describir los tejidos textiles de encajes húngaros, encontraremos también la<br />

evidencia, de una fuerte influencia oriental especialmente presente en los encajes más<br />

antiguos. Las primeras puntillas de las cuales se tienen descripciones son del siglo XVI,<br />

se trata de adornos en la indumentaria festiva tanto femenina como masculina. Eran en<br />

realidad trabajos ornamentales muy cercanos a la pasamanería oriental, donde junto al<br />

hilo de lino o de lana teñidos de colores mezclaban hilo de seda e hilo de oro y plata. La<br />

profusión de ornamentación era un signo externo para mostrar públicamente la<br />

categoría social y la riqueza de una familia.<br />

Los encajes de hilo de lino blanco no aparecen al norte de Hungría., donde había<br />

una floreciente industria de hilaturas de lino, hasta el siglo XVII. Pero el gusto por el<br />

color blanco prevaldrá entre los húngaros, una vez libres de la ocupación turca, e<br />

influidos por el gusto occidental.<br />

Las mujeres de la burguesía y de la aristocracia local iban adornadas con encajes<br />

blancos importados o de manufactura autóctona. Los motivos de estas primeras piezas<br />

trabajadas con hilo de lino blanco eran del re<strong>per</strong>torio popular, cada puntilla solía<br />

presentar dos motivos florales alternos muy estilizados. Se popularizó el uso combinado<br />

de hilo de lino blanco y crudo dentro de la misma puntilla, un recurso imaginativo y que


30<br />

de alguna manera dejaba claro el gusto por los colores. De estos encajes había de<br />

diversas categorías. Las de calidad más sencillas se denominaban “puntas<br />

campagnarde”. El éxito de este tipo de encaje de bolillos se extendió también durante<br />

todo el siglo XVIII.<br />

De todos modos, la producción de encajes de bolillo húngaro, que ya formaban parte<br />

del im<strong>per</strong>io austriaco, nunca pudo competir con las checas o alemanas. Su papel, era<br />

como máximo, satisfacer la demanda interna. Esta situación llevó con el paso del<br />

tiempo al encasillamiento de los motivos que llegaron a tener un carácter primitivo y<br />

rural..<br />

De los encajes de bolillos húngaros destacaremos dos de los que continúan vigentes:<br />

Puntos Hunnia. Se trata de trabajos con motivos de inspiración folklórica, sobre un<br />

fondo de puntos de París.<br />

Puntos Toroko. Son puntos populares del tipo guipur trabajados con hilos de<br />

colores. Originariamente provienen de la vecina región de Transilvania (Rumanía)<br />

Hay que dedicar una especial atención a la modalidad de puntos de aguja.<br />

A este respecto, las bolilleras húngaras tienen un lugar destacado muy posiblemente<br />

porque han gozado desde siempre de una gran tradición de bordados y pasamanerías. De<br />

alguna manera, el alto nivel de los trabajos húngaros de bordados a la aguja es fruto de<br />

esta tradición tan arraigada en el país.<br />

De los diferentes puntos a la aguja húngaros destaca la modalidad denominada<br />

“punta de Halas”. Estos bordados nacieron en el año 1902 de la mano del diseñador<br />

Arpad Dëkani, que ya tuvo la idea de dar una alternativa a la moda im<strong>per</strong>ante de los<br />

bordados de imitación hechos con la base de un galón trabajado mecánicamente.<br />

Estas puntas de Halas recibieron el nombre del pueblo donde se iniciaron<br />

Kiskunhalas, situado al sur, fronterizo con Servia. Este mismo año inicial ya pudieron<br />

elaborar y presentar quince piezas a una exposición en Bucarest. Los diseños más<br />

conocidos de Dëkani son los de estilo modernista, <strong>per</strong>o de hecho dibuja multitud de<br />

propuestas, de una gama muy amplia de temas todos de una gran calidad artística.<br />

En el desarrollo de los bordados de Halas tuvo mucho peso la implicación de un<br />

grupo de bolilleras de gran nivel como María Markovits que con gran eficacia llegaron<br />

a pulir la técnica y los acabados de las piezas. Uno de los puntos de partida de su<br />

creadora fue no hacer un género de bordados de precio caro. Para poder cumplir con<br />

este objetivo se plantearon no utilizar los puntos de aguja clásicos como el punto de<br />

festón. Literalmente se tuvieron que inventar un nuevo procedimiento más asequible. La<br />

técnica consiste en trabajar los fondos de punto entero, siguiendo el procedimiento de<br />

zurcido. Los motivos de tipo figurativo, vegetal, animal. Etc., siempre van bordeados<br />

por un <strong>per</strong>fil con relleno y cubiertos con diferentes puntos provinentes de la rica<br />

tradición de los bordados húngaros. Este proceso de creación tardó cinco años en<br />

<strong>per</strong>feccionarse. A partir de entonces los puntos de Halas fueron presentados con éxito en<br />

las exposiciones universales de Milán y Paris.


31<br />

Para evitar que esta modalidad de bordados de Halas se pudiese copiar y repetir<br />

fuera, cada pieza de puntos de Halas había de presentar como garantía un distintivo de<br />

identificación.<br />

Esta modalidad tan singular se trabajó con mucha fuerza y continúa gozando de gran<br />

prestigio en la actualidad en Kinhunhalas tienen abierta la Casa de los Puntos donde<br />

pueden verse muchas y variadas piezas. Para protegerse cuentan con la Fundación de<br />

Puntos de Halas una institución que aglutina estos magníficos bordados del siglo, los<br />

divulga y los tiene en cuenta.<br />

Por lo que se refiere a la otra especialidad de puntos de aguja, también en Hungría<br />

las bolilleras trabajaron con gran <strong>per</strong>fección piezas de punto de tul bordado. Las mas<br />

famosas son las procedentes de Sarkol y las de Kalozaizeg de la región de Transilvania.<br />

Otra especialidad de puntos de aguja húngaros son los denominados “puntos de<br />

Pannolia”. Se trata de un género asequible y de gran originalidad. En realidad es una<br />

combinación de punto de aguja y de punto de ganchillo. Su creadora fue la bolillera<br />

Janos Györffy quien en el año 1914 inició estos puntos de motivos generalmente flores<br />

o procedentes del rico folklore húngaro.<br />

Por último hay que hacer referencia a los puntos de aguja húngaros denominados<br />

“puntos Nemeshany ”Se trata de puntos siempre con forma de medallón, que presentan<br />

motivos geométricos que imitan a los realizados con bolillos.<br />

Como puede verse, el papel de los puntos húngaros, que a primera vista podría no<br />

parecer relevante, nos deja asombrados cuando nos acercamos con interés y curiosidad<br />

y para aprender, en consecuencia nos conviene acercarnos con los ojos y el corazón bien<br />

abiertos, de la mano de la prudencia y hasta de la humildad delante del trabajo de los<br />

demás.<br />

Creo que hay que tomar conciencia de nuestro pequeño papel delante de este alud de<br />

creatividad, que venga de donde venga, contribuye generosamente a enriquecernos y<br />

enriquecer el mundo del encaje de bolillos.


32<br />

5.8 .ITALIA<br />

La aportación de los encajes italianos es de tal importancia en la amplitud de los<br />

puntos y en su historia que para adentrarnos y comprender como eran, no veo otra forma<br />

que seguir un itinerario imaginario por su geografía. Creo que esta forma fragmentada<br />

nos <strong>per</strong>mitirá yendo paso a paso, poder hacerlo bien y extraer un mayor<br />

aprovechamiento De momento, para iniciar el camino, he decidido hacerlo con los<br />

puntos del Véneto, que tienen como centro la ciudad de Venecia.<br />

Se trata de una región, que estando situada mirando al Adriático, ha tenido gran<br />

influencia en el desarrollo de la cultura mediterránea: también hay que tener en cuenta<br />

que quedó bajo la jurisdicción de Bizancio y donde mandaba un Duxe elegido vitalicio.<br />

En este enclave entre Oriente y Occidente <strong>per</strong>vivieron dos culturas: germánica, eslava y<br />

bizantina además de estar muy relacionada, por cuestiones comerciales, con el mundo<br />

musulmán. El momento mas esplendoroso de la República Veneciana se produjo<br />

durante los años 1204 a 1453, en este <strong>per</strong>iodo (1284) acuñaron su propia moneda: el<br />

ducado, que durante tres siglos fue el patrón monetario vigente en todo el Mediterráneo.<br />

En 1453, con la conquista por los turcos de Constantinopla se inició el declive<br />

comercial, ya que <strong>per</strong>dieron el monopolio que ejercían sobre los artículos de lujo que<br />

importaban de Oriente. Llegado este momento, los venecianos se vieron forzados a<br />

intentar una nueva estrategia para atender la demanda de mercancías suntuarias: crear<br />

una industria propia, potenciando los trabajos de los artesanos de la ciudad, donde<br />

gozaban de prestigio los trabajos de hierro, vidrio, ebanistería, cerámica, esmaltes,<br />

bordados, tejidos, etc.<br />

En el apartado específico del textil, esta idea se demostró específicamente fructífera,<br />

ya que potenció el desarrollo de los tejidos bordados, entre ellos los encajes.<br />

Por tanto, alrededor del siglo XV la aparición de los encajes vino de la mano de los<br />

artesanos bordadores venecianos, que cercando el artificio de las piezas, fueron<br />

sofisticando los trabajos de calados y será a lo largo de este proceso donde irán<br />

gradualmente surgiendo los genuinos puntos del Véneto.<br />

Inicialmente los diseños de los primeros encajes conservaron gran similitud con el<br />

estilo presente en los bordados ya que hasta la aparición de la imprenta, las pautas con<br />

las que se trabajaba eran dibujadas a mano sobre un soporte de <strong>per</strong>gamino que eran<br />

escasos y extremadamente caros. Poco a poco, a medida que la técnica de los encajes se<br />

iba consolidando paralelamente también se diversificaron de la propia de los bordadores<br />

y de esta manera, podemos suponer que aparecieron los primeros bolilleros, artesanos<br />

que se dedicaban específicamente a realizar las piezas de encaje.<br />

A continuación veremos una a una las diferentes puntillas venecianas, siguiendo el<br />

orden cronológico de su aparición:


33<br />

Los “reticel.les”, son inicialmente trabajos sobre tejidos de lino sin teñir. Pertenecen<br />

al género de los desfilados. Eran siempre de forma cuadrada o rectangular, hechos<br />

siguiendo diseños radiales a punto de festón. Estas piezas marcan el tránsito entre los<br />

bordados y los encajes ya que están trabajadas conservando todavía el soporte de hilos<br />

de la tela.<br />

Como era propio de artículo de lujo, la calidad de la tela y de los hilos con que se<br />

realizaban eran siempre de los mejores géneros.<br />

Puntos “tagliato”, (calado), son trabajos siguiendo los diseños geométricos y<br />

radiales de los “reticel.les”, <strong>per</strong>o hechos en espacios vacíos de la tela, que se <strong>per</strong>filaban<br />

a punto de festón. Los radios están trazados por hilos nuevos, añadidos.<br />

Punto “in iria”, son en realidad los primeros encajes: piezas trabajadas siguiendo<br />

una pauta, sin ningún soporte de hilo-guía. Una vez acabado el trabajo de aguja, la guía<br />

que ha servido para seguir el diseño se saca y la pieza, totalmente acabada, está<br />

dispuesta para ser aplicada.<br />

Estas tres modalidades, a la aguja veneciana: las reticelles, los puntos tagliato y los<br />

puntos in iria, son los fundamentos de la etapa inicial en la historia de los encajes tal y<br />

como se conocen hoy en día.<br />

Estas modalidades tuvieron una gran aceptación entre la ávida clientela de la propia<br />

ciudad de Venecia y la demanda hizo posible el desarrollo de una gran industria de los<br />

encajes, que dio trabajo a centenares de bolilleras por toda la región.<br />

En la moda había estado el uso de cuello y gorgueras de encajes por toda Europa:<br />

piezas y piezas cada día más sofisticadas que forzaron a los venecianos a continuar<br />

inventando modalidades para el consumo de la alta sociedad sobre todo la nobleza y la<br />

iglesia. De esta manera fue como aparecieron otros géneros de puntillas como:<br />

“Venecianas”: suele denominarse “punta de Venecia” a cualquier puntilla de aguja<br />

que presente características parecidas a las auténticas y genuinas puntillas de Venecia y<br />

también he de añadir que con frecuencia se utiliza como genérico de cualquier trabajo<br />

de aguja: eso para mi es una muestra de la alta consideración que estas puntillas<br />

conservan todavía entre el ambiente de las bolilleras.<br />

Ahora bien, si nos atenemos a la regla general de definir un género, ateniéndose a<br />

sus características , serán encajes de Venecia los trabajos de puntos a la aguja trabajados<br />

siguiendo diseños idénticos o semejantes a las piezas trabajadas en Venecia durante los<br />

siglos XVI y XVII, por tanto con motivos marineros, florales o figurativos. Las piezas<br />

han de presentar las diferentes variaciones del punto botonero para los motivos,<br />

bordados a punto de festón.<br />

Se trabajaban generalmente a mano sin soporte, <strong>per</strong>o si tenían cierta complejidad<br />

eran realizadas con la ayuda de un soporte, invento de los venecianos, denominado<br />

tómbola consistente en dos cilindros su<strong>per</strong>puestos.


34<br />

Antes de terminar con el tema de los puntos del Véneto no quiero hacerlo sin hacer<br />

referencia a la importante recu<strong>per</strong>ación que estas modalidades tuvieron a finales del<br />

siglo XIX.<br />

En el año 1872 la laguna veneciana padeció un invierno gélido y el peligro del<br />

hambre se extendió a las comunidades de pescadores que vivían en las islas. Ante esta<br />

situación de precariedad retomaron la iniciativa de volver a realizar encajes, y por<br />

iniciativa de la Condesa Adriana Marchelo comenzaron a trabajar en la isla de Burano<br />

donde ya no quedaba más que una bolillera anciana: Cencia Scaparida, que conocía la<br />

técnica y sobre todo que conservaba la práctica, <strong>per</strong>o que por su avanzada edad, no se<br />

veía en disposición de enseñarla: visto el panorama se decidieron a poner a su lado a<br />

una maestra de labores: Ana Bellorio, que después de semanas de observación pudo<br />

abrir una serie de talleres en las islas, donde volvieron a tejer encajes centenares de<br />

mujeres y niñas copiando y recreando modelos antiguos…. Y en el año 1878 se<br />

vendieron encajes por un valor de 21.244 liras y pasados unos años en 1906 las ventas<br />

se multiplicaron llegando a las 154.802 liras.<br />

Este resurgimiento tan es<strong>per</strong>anzador sirvió para llamar la atención de la opinión<br />

pública del país que había dejado de lado uno de sus patrimonios mas enraizados.<br />

Actualmente estos encajes continúan haciéndose en la región de Véneto,<br />

especialmente en la isla de Burano y en Chioggia, población situada al sur de la laguna.<br />

Para trabajarlos utilizan hilo de algodón o de lino: para el punto de festón del contorno y<br />

para los fondos utilizan el hilo del tipo “glace”, una terminación especial que le da una<br />

textura más rígida y para trabajar los arabescos, las figuras y el interior de las flores el<br />

hilo de lino sin tratar.<br />

Después de haber dedicado este espacio a las encajeras del Véneto, pondremos<br />

atención en una producción de encajes de aguja de otra zona de Italia situada al<br />

nordeste, concretamente en la región de l`Emilia-Romanya y muy especialmente nos<br />

centraremos en una producción de encajes con denominación de origen. Se trata de las<br />

manufacturas conocidas como Aemilia Arts.<br />

Como ocurre con frecuencia el nombre le viene de la localización de procedencia,<br />

en este caso la región italiana de l`Emilia, un territorio bañado por el mar Adriático,<br />

situado al sur de la franja que formaba históricamente la República de Venecia, y que<br />

desde la época del Papa Julio II formaba parte de los Estados Pontificios.<br />

Económicamente l`Emilia era una zona deprimida donde la producción agrícola<br />

estaba dedicada sobre todo a los cultivos de la remolacha y de la vid.<br />

La vinculación de esta región a los encajes no viene de lejos como en el caso del<br />

Véneto, sino de una vinculación reciente que podemos concretar en un siglo; los cien<br />

años que van desde la fundación de la Escuela-Taller Aemilia Arts, en Bolonia, en el<br />

año 1901.<br />

Esta escuela de bolilleras nace impulsada por la corriente que a finales del siglo XIX<br />

se extiende por Europa y que proponía la recu<strong>per</strong>ación de oficios antiguos. Estas ideas<br />

ya habían hecho posible iniciativas importantes como la creación en Francia de Lúnio<br />

Centrale de Beaux Arts en 1863, en Inglaterra el movimiento Art and Crafts fundado en


35<br />

Londres en 1888.y otras como en Austria Werkbond. Etc. Estas sociedades creadas por<br />

todas partes, en conjunto consiguieron atraer la atención al problema que planteaba el<br />

abandono de viejos oficios enfrentados a la presión del nuevo mundo industrial.<br />

Volviendo al tema, la escuela de bolilleras Aemilia Arts, fue fundada por tres<br />

seguidores de estas nuevas ideas conservadoras: Carmelita Zucchini, Luisa Bellini y<br />

Lira Cavaza. Los planteamientos iniciales las llevaron a tomar la decisión de orientar<br />

los trabajos de encajes teniendo como base, los patrones de un fondo documental<br />

antiguo inédito y que había sido editado en Bolonia: se trataba de dos obras magníficas:<br />

II LIBRO DEL LABORI DE AURELIO PASSEROTTI. Editado a finales del siglo<br />

XVI.<br />

Este libro de patrones original había sido dedicado a Margarita Gonzaga d`Este,<br />

duquesa de Ferrara. Un libro excepcional donde se recogieron y trabajaron a la aguja<br />

una a una toda la serie de puntillas del más depurado estilo cortesano de la época.<br />

VARI DESEGNI DI MERLETTI DE BARTOLOME DANIEL. Editado en el siglo<br />

XVII.<br />

Otro libro excepcional lleno de propuestas originales para los puntos de aguja. Al<br />

margen de estas dos publicaciones inéditas, también se copiaron modelos de otra<br />

publicación de Elisabeta Catanea Parasole Romana, editada por primera vez en Roma<br />

el 5 de mazo de 1616.<br />

En la primera etapa la escuela de bolilleras copiaron literalmente los modelos<br />

propuestos como patrones de los libros de referencia. Poco a poco hicieron pruebas con<br />

el fin de conseguir unos acabados de alta calidad que desde entonces caracterizaron<br />

todas las piezas que salían con el sello Aemilia Arts.<br />

Pasada esta primera etapa inicial, las bolilleras continuaron trabajando teniendo<br />

como base los modelos de los libros antiguos, <strong>per</strong>o enseguida se plantearon recreaciones<br />

de los modelos originales. El resultado ofreció más variaciones <strong>per</strong>o sin <strong>per</strong>der el<br />

criterio de calidad al más alto nivel que desde los inicios le dieron renombre.<br />

Y poco a poco el éxito de la iniciativa atrajo la atención de dibujantes como Alfonso<br />

Rubiani Casanova que diseñaron carpetas de patrones inéditos que sirvieron de modelo<br />

para los trabajos de puntos de aguja de la escuela de Aemilia Arts.<br />

El resultado de esta iniciativa bolillera fue muy positiva ya que integró<br />

profesionalmente a centenares de buenas encajeras que llevaron a término un número<br />

importante de piezas de aguja muy valoradas tanto en el mercado interior como para dar<br />

cumplimiento a la demanda del extranjero, especialmente al continente americano.<br />

El éxito de los encajes salidos de Aemilia Arts junto a la aparición de otras<br />

iniciativas como las nuevas puntillas de la Escuela de Burano, puntos de Rapallo, etc.<br />

Propiciaron la creación en Italia el año 1903 de un movimiento con soporte institucional<br />

que se llamaba Sociedad Coo<strong>per</strong>ativa Nacional de Industria femenina, organización<br />

que promovió el trabajo por un sueldo digno a centenares de bolilleras que de otra<br />

manera nunca se hubieran dedicado a hacer encajes.


36<br />

De otro lado, históricamente en la Romanya, se trabajaban puntillas de bolillos<br />

siguiendo los modelos de los puntos flamencos: motivos florales generosos sobre puntos<br />

de fondos variados. Eran utilizadas en la indumentaria, para cuellos y sobrecapas.<br />

También hemos de mencionar los antiguos y tradicionales trabajos de puntillas de<br />

bolillos de Urbino, lugar situado al sur de San Marino y que destacaban por su fama y<br />

finura y parecido en cuanto al diseño, a los encajes del norte.<br />

Hemos de hacer un repaso a la tradición bolillera de un territorio que se extiende,<br />

para entendernos, alrededor del golfo de Génova: la región denominada La Ligúria.<br />

Aquí la historia de los encajes se inicia precisamente en Génova, una ciudad que<br />

desde hace siglos es conocida por contar con uno de los puertos más importantes del<br />

Mediterráneo, y que rivalizó por el comercio con puertos como los de Venecia y<br />

Barcelona y con ciudades como Pisa. Esta situación de rivalidad supuso una alternancia<br />

de ataques y pactos según el juego de intereses particulares de las familias: los Fieschi,<br />

los Spínola, los Grimaldi, los Doria et., que en cada época mandaban en la ciudad. Es<br />

precisamente esta característica individualista la que hizo que Génova nunca fuera una<br />

ciudad políticamente independiente.<br />

En este baile de amor/odio entre Génova y Barcelona hay dos fechas de interés:<br />

- 1147 cuando firman un acuerdo de colaboración. En este año un contingente<br />

de genoveses se desplazan hacia aquí para tomar parte en la conquista de la<br />

ciudad de Tortosa que estaba bajo el dominio de los árabes.<br />

- En el <strong>per</strong>iodo que va desde 1327 a 1336 las relaciones pasaron por su peor<br />

momento con continuas luchas que finalizaron con la firma urgente de un<br />

tratado de no agresión.<br />

Por otra parte y pasando a otro tema, después del descubrimiento del continente<br />

americano, la relación de la corona de España con los banqueros genoveses fue muy<br />

estrecha ya que intervinieron activamente en ventajosas transferencias que se pagaban<br />

con el oro y la plata americano.<br />

Y es precisamente la acumulación de metales preciosos, lo que favoreció el desarrollo<br />

en Génova de una tradición de encajes en hilos metálicos que se desarrolló en el siglo<br />

XVI. En relación con estos trabajos en hilos metálicos hemos de saber que como<br />

materia prima los genoveses inventaron una aleación de oro y latón con unas<br />

características excelentes de ductilidad y que se conocía como “falso galón”. El<br />

resultado eran unos trabajos a buen precio <strong>per</strong>o de un acabado impecable, muy parecido<br />

a los de oro de ley.<br />

El otro material con que se trabajaban mayoritariamente los encajes era el hilo de lino<br />

y como era una fibra que no se cultivaba en la región la importaban desde la Lombardía<br />

y sobre todo de Francia y de Flandes.<br />

En el año 1550, si Venecia era el centro para lo que se refiere a los puntos de aguja,<br />

podríamos decir que Génova era el centro para el resto de las manufacturas.


37<br />

En Génova, el comercio de encajes estaba regulado y cada mercancía estaba bajo<br />

control. La regulación se basaba en que cada género tenía un destino establecido por<br />

ley:<br />

- Los encajes de aguja se reservaban para el uso eclesiástico.<br />

- Las puntillas de géneros finos donde destacaban los encajes de tipo chantilly e<br />

seda negra se reservaban para la exportación: Inglaterra, Alemania, España y<br />

después para América del Sur.<br />

- Los encajes de tipo torchón y un género parecido al de Milán que eran<br />

utilizadas sobre todo para ornamentar la ropa de casa y que eran las que se<br />

reservaban para uso interno.<br />

De la cantidad de encajes que se comercializaban a través del puerto de Génova no<br />

todas se hacían en la ciudad. A medida que el uso de los encajes se puso de moda,<br />

las necesidades de incrementar la producción hizo que se extendieran las bolilleras<br />

por otros pueblos de la región: Savona, Albissola, Rapallo y Chiavari. En Savona y<br />

especialmente el Albissola se iniciaron, hacia el año 1600, el trabajo de puntillas con<br />

hilo de pita natural y blanco. También se trabajaron encajes en seda teñida que se<br />

traían de Nápoles y sobre todo en color negro para exportar a España.<br />

En Rapallo y su entorno, que comprenden los lugares de Santa Margaretta,<br />

Portofino, Camogli i Zoagli, comenzaron a trabajar los encajes también alrededor<br />

del año 1600 y continúan trabajando con continuidad, con bajadas notables durante<br />

algunos <strong>per</strong>iodos como después de la Revolución Francesa o cuando llegan al<br />

mercado los primeros encajes mecánicos, <strong>per</strong>o su momento de esplendor será a<br />

mediados del siglo XIX, una época en que cada casa del municipio tenía trabajando<br />

alguna bolillera.<br />

La tradición bolillera de Rapallo estuvo animada a lo largo de su historia por<br />

diversas iniciativas que contribuyeron enormemente a divulgar sus trabajos de<br />

encajes:<br />

- En el año 1866: la fundación de l`O<strong>per</strong>a dei pizza di Nostra Signora de<br />

Montallegro que consistió en una colecta para comprar una corona para la<br />

imagen de esta iglesia. Las bolilleras de Rapallo destinaron una parte de su<br />

trabajo de encajes y después de dos años consiguieron reunir 4.000 liras. Esta<br />

actividad suplementaria estimuló el aspecto de colectividad.<br />

- Año 1908: se creo la Manifattura Mario Zennaro. Dos años antes este<br />

empresario se había establecido en Rapallo, y desde el primer momento fue<br />

uno de los grandes impulsores del comercio de los encajes en la región.<br />

La Manifattura Zennaro dio trabajo a centenares de bolilleras y consiguió llevar los<br />

encajes con su sello al más alto nivel en un momento propicio y de resurgimiento de los<br />

encajes. Este negocio se mantuvo vigente y trabajó ininterrumpidamente hasta el año<br />

1968 que definitivamente cerró. Contaban con un muestrario muy completo donde<br />

figuraban desde los modelos geométricos, puntos de la tradición local de inspiración<br />

marinera denominados “Forbici-Corallo”, puntos de género clásico donde destacaron


38<br />

los trabajos de puntos de “Lille”, puntos en seda negra, et., y puntos de creación que<br />

generalmente reservaban para presentar en Ferias y Muestras donde sus piezas muy a<br />

menudo eran premiadas. Diseñaron para la Manifattura Zennaro entre otros<br />

especialistas: Tomaso Buzzi, Lidia Morelli, Giulia Varonesi, Vittorio Zeechin, Giovanni<br />

Solari, Diego Carnelutti, Virgilio Guzzi o Etore Rambaldi.<br />

Esta casa fue tan importante para la economía y el prestigio del pueblo que una vez<br />

cerrada, el Ayuntamiento se hizo cargo de la colección y abrió en Rapallo un Museo del<br />

Pizzo al Tombolo donde se puede admirar, entre miles de encajes de todo tipo una pieza<br />

muy especial, se trata del mural denominado: La commedia del l `arte, encargo salido<br />

del taller de Mario Zennaro y que hasta el año 1986, fecha de su donación, decoraba uno<br />

de los salones de primera clase del barco “Oceanía”, de la Compañía Cruise Lines de<br />

Florida en los Estados Unidos.<br />

Antes de terminar, no podemos hacerlo sin mencionar la importancia que en la<br />

Liguria tradicionalmente tuvieron los trabajos de macramé. Eran generalmente piezas<br />

para ornamentar la ropa de la casa y tenemos también constancia de una aplicación de<br />

macramé muy de moda en el 1700: como cubrecabezas de las mujeres denominadas<br />

“pezotti”. Pasado el tiempo, ya sobre el 1800 la moda cambia y el nuevo modelo de<br />

cubrecabezas denominado “mesero” era de seda estampada.<br />

A finales del siglo XX volvió a la ropa de casa y se trabajó mucho en el pueblo de<br />

Chiavari dando trabajo a centenares de mujeres, jóvenes y niñas.<br />

Bolilleras Venecianas


39<br />

5.9 RUSIA<br />

Si queremos adentrarnos en la historia de los bolillos y las bolilleras en un país<br />

gigante como es Rusia, hemos de empezar con unas pinceladas sobre los<br />

acontecimientos históricos, sociales, económicos, etc., del país en cuestión y hemos de<br />

dar también una ojeada con un mapa por delante, para situar los límites territoriales que<br />

varían en cada época.<br />

Una peculariedad de Rusia que no podemos dejar de lado es el hecho que constituyó<br />

el país más grande y con más población de Europa hasta finales del siglo XIX. Esta<br />

dimensión en sí misma nos condiciona y obligará posiblemente a fragmentar el tema<br />

para tratar de ordenarlo y sacarle mayor provecho.<br />

Para empezar hemos de decir que alrededor del año 1328 el principado de Moscú<br />

unificó a diversos principados bajo la soberanía del príncipe Iván I. Esta Rusia inicial<br />

que ya ocupaba un territorio de dimensiones considerables, a lo largo de los siglos<br />

siguientes fue ampliándose en todas direcciones, anexionándose y conquistando más y<br />

más territorios.<br />

En el siglo XVI, el zar Iván IV denominado el Terrible conquistó a los pueblos<br />

tártaros enormes territorios hacia oriente e incorporó las inmensas planicies del río<br />

Volga. En el siglo siguiente, se produjo la expansión dirección sur, y Rusia incorporó<br />

las regiones de Armenia y Georgia, territorios valiosísimos entre el mar Negro y el mar<br />

Caspio.<br />

En el siglo XVIII se incorporan territorios hacia occidente, las regiones de Ucraina,<br />

cedida por Polonia y los territorios de Finlandia, Lituania, Estonia y Letonia<br />

conquistados a los suecos. Estas nuevas incorporaciones proporcionaron la ansiada<br />

salida al mar del Norte. Inmediatamente el zar Pedro I fundó la ciudad de San<br />

Petesburgo a donde trasladó la capital administrativa y la corte.<br />

Dejando en este punto lo que hace referencia al marco histórico y territorial de Rusia<br />

pasamos a fijarnos en el tema central que nos ocupa: bolillos y bolilleras rusas desde el<br />

siglo XIV al siglo XVIII.<br />

De la influencia cultural oriental, el gusto por los metales preciosos, hizo que los<br />

primeros trabajos de bolillos, los más primitivos se tratasen de puntos trabajados con<br />

hilos de oro y plata. También hacían unos ciertos géneros de bolillos para ropa de casa,<br />

estos trabajados con hilos de lino donde aparecen motivos ornamentales recurrentes de<br />

tipo naturalista: pájaros y flores. Estos puntos van siempre acompañados, haciendo un<br />

conjunto de bordados de tradición rural.<br />

A partir del siglo XVI inician la utilización de los encajes con hilos de seda hechos de<br />

colores vivos. En ruso la denominación genérica de bolillos es “kruzevo” y sabemos de<br />

su existencia a través de los inventarios de los ajuares de los monasterios. Su presencia<br />

es más frecuente en las regiones septentrionales. Los grandes monasterios atesoraban<br />

con frecuencia un gran patrimonio propio, entre los que se encontraban un buen número


40<br />

de piezas de bolillos que enriquecían los ornamentos rituales del sofisticado culto<br />

ortodoxo. Estas lujosas piezas, solían estar trabajadas con hilos de seda y ornamentadas<br />

con <strong>per</strong>las y pedrería.<br />

En el siglo XVIII, en la corte del zar im<strong>per</strong>aba la moda occidental y se nutría de<br />

géneros suntuarios de todo tipo que les llegaban por las rutas comerciales del mar del<br />

Norte. Los encajes de bolillos provenían sobretodo de Flandes, de Milán y de Venecia.<br />

En el territorio ruso se tiene constancia de la existencia de bordados autóctonos<br />

provenientes de la región de Kostroma, en concreto de la región denominada Galitsch.<br />

Son piezas hechas con hilo de seda de color, su característica singular era que llevaban<br />

una orilla en un tono más vivo: azul, verde o rojo. Con el paso del tiempo el gusto varía<br />

y posteriormente continúan trabajando los bolillos con hilos de seda <strong>per</strong>o tiñendo de<br />

colores suaves como el salmón o el de la hoja seca.<br />

Otra procedencia singular son los bordados de Nogorod, donde a finales del siglo<br />

XVIII, el zar Pedro V ordena la fundación de un taller de bolilleras bajo la dirección de<br />

o<strong>per</strong>arios venidos de la región de Brabante.<br />

Era común que en los conventos de cierta importancia funcionara, entre otros talleres,<br />

uno dedicado a las labores, entre ellas la de bolillos. Los géneros que salían de los<br />

conventos eran tanto para el consumo interno como para la venta. Se trataba de modelos<br />

de encajes que reproducían los géneros que les llegaban desde fuera. Estas manufacturas<br />

nunca pudieron adquirir una calidad suficiente para desterrar la presencia de bordados<br />

extranjeros, sobre todo porque habían de trabajar con hilos gruesos, y por tanto el<br />

resultado era tosco.<br />

A partir del año 1750 se inicia una modalidad de punto de cinta con fondo de “punt<br />

de vió”, que se utilizaba inicialmente para usos funerarios.<br />

Y ¿Quiénes eran las bolilleras. Por lo que sabemos eran mujeres y niñas siervas de<br />

las explotaciones rurales y que trabajaban, sin sueldo ni derecho alguno, haciendo<br />

encajes para el amo, que se encargaba de comercializarlos entre los otros propietarios en<br />

las ferias locales y en los mercados de las ciudades, en la corte y a la iglesia ortodoxa<br />

con sede en Moscú.<br />

Volviendo al tema de los bolillos hay que aclarar algo sobre los puntos más<br />

característicos de los que se produjeron en este país. Se trata de los puntos de cinta que<br />

nosotros denominados “puntos rusos”. Esto quiere decir, que si bien generalmente los<br />

puntos reciben el nombre del lugar de procedencia, esto nada más nos viene a decir que<br />

entre las bolilleras rusas no lo reconocen como un género de puntos autóctonos,<br />

aceptando que es una modalidad de punto foránea, importada del oeste, concretamente<br />

de Alemania.<br />

Este tipo de punto, trabajado con 12 bolillos, es en realidad una modalidad de punto<br />

muy común, y que se trabajaba por todos los países de Europa. Creo que su popularidad<br />

se debe a la originalidad que presentan los patrones en Rusia. Son en realidad puntos de<br />

una gran simplicidad técnica y de factura, <strong>per</strong>o a pesar de esto tienen mucho mérito ya<br />

que consiguen sobresalir y popularizarse con nombre propio. De los talleres de<br />

bolilleras de Novgorod salieron gran cantidad de estos géneros de bolillos trabajados en


41<br />

hilo de algodón de grueso intermedio, que las o<strong>per</strong>arias realizaban juntamente con otros<br />

tipos de bordados trabajados con hilos de seda.<br />

Como en otros lugares, también en Rusia hay una fuerte tradición de puntos<br />

denominados “sin patrón”. Son puntos de tipo rural, un trabajo popular entre los<br />

campesinos. En este punto haremos un paréntesis, ya que creo conviene dedicar un<br />

tiempo a explicar que pasaba y como eran buena parte de las bolilleras que hacían<br />

trabajos de esta modalidad y de todos tipos en Rusia.<br />

¿Quiénes eran los siervos. Como hemos comentado, Rusia, dentro de Europa, es un<br />

país singular por su enorme dimensión. Un territorio inmenso que alrededor de<br />

mediados del siglo XIX concentraba, especialmente, en las regiones más occidentales,<br />

una población que sobrepasaba los 170 millones de habitantes. Pero a pesar de su<br />

potencial arrastró una muy precaria situación. Trabajar el campo era la ocupación del<br />

80% de la población. Políticamente continuaba vigente un régimen absolutista bajo la<br />

voluntad del zar.<br />

El resultado de esta situación de marginalidad económica y de inmovilismo político<br />

provocó progresivamente un deterioro a nivel social. La condición de siervo <strong>per</strong>duró en<br />

Rusia hasta bien entrado el siglo XIX, porque a pesar de la promulgación de la ley de<br />

1861 que dejaba en libertad a los siervos, eso no fue acompañado del reparto de las<br />

tierras y en consecuencia condenó a millones de campesinos al hambre.<br />

El siervo no era un ciudadano de pleno derecho. Vivía sometido a un amo y estaba<br />

obligado a trabajar para él durante toda su vida. La mayoría trabajaban labrando las<br />

tierras del propietario, <strong>per</strong>o dentro de la organización de la granja también hacían todos<br />

los trabajos que se les encomendaban, entre ellas, bolillos, esto lo sabemos cierto por<br />

medio de la documentación generada en el momento de la comercialización.<br />

Un siervo no era nadie, ni tenía nada, y obviamente no cobraba sueldo por su trabajo.<br />

Tenía en realidad un status comparable al de un esclavo. La condición de siervo no<br />

finalizaba ni con la muerte, ya que se trasmitía a su descendencia. Esta era una situación<br />

que venía del feudalismo.<br />

Esta situación nos sitúa en el escenario en donde se desenvolvían las bolilleras rusas.<br />

Los bolillos junto con los bordados eran actividades artesanales casi únicas en el<br />

ambiente rural donde en general hombres y mujeres analfabetos llevaban una vida muy<br />

pobre, faltos de toda formación que les <strong>per</strong>mitiera dejar atrás la miseria. Por fortuna<br />

para los que vivían en las ciudades, posiblemente había más variedad de oficios donde<br />

poder ganarse la vida.<br />

Durante el siglo XIX tenemos noticia de que se trabajaban mucho los encajes. Hay<br />

constancia de que se trabajaban en 17 provincias a lo largo del país. Esto visto con la<br />

dimensión de Rusia puede significar miles de bolilleras y en consecuencia metros y<br />

metros de encaje.<br />

A continuación citamos algunas de las 17 ciudades donde se trabajaban los encajes:<br />

En Jelez, Rjasan y Moscu trabajaban copiando modelos de “duquesa” y a partir de<br />

1825 comienzan a trabajar modelos de “blonda”.


42<br />

En Rjasan también inician los trabajos de hilo continuo con hilos de metal. Lino y<br />

seda unos materiales textiles que trabajados solos o combinados siempre fueron del<br />

gusto de los rusos.<br />

En Torshok también trabajaban puntos de hilo continuo de técnica más depurada. En<br />

los diseños con motivos añaden los presentes en los bordados tradicionales: pájaros.<br />

Mujeres y caballos.<br />

En nueve localidades de la provincia de Sachoshje continúan trabajando puntos sin<br />

patrón.<br />

Los puntos in patrón son aquellos que se trabajan directamente sobre la almohadilla,<br />

siguiendo las rayas y franjas presentes en la tela que los cubre. Estos puntos sin patrón<br />

rusos se trabajan utilizando tres colores combinados: blanco, azul y rojo. Esta<br />

modalidad de trabajo es muy primitiva. La primera descripción la hace en 1895 Sophie<br />

Davydova que la sitúa en dos localidades:<br />

En Mikhailov, en la provincia de Riaza. Son puntos de tipo popular que se utilizan<br />

sobretodo en los adornos de los vestidos tradicionales y para la ropa de casa.<br />

En la comuna Ludonitchi, situada en los alrededores de la ciudad de Minsk, las<br />

campesinas que trabajaban estos puntos llamaban a las agujas “chipiki”.<br />

Por otro lado, en Vologda, un lugar donde ya se practicaban los tradicionales puntos<br />

sin patrón durante el siglo XIX, se estableció una escuela de bolilleras que se<br />

especializó en trabajos de puntos del género torchón. El año 1885 desde San Petesburgo<br />

se traslado a Vologda, la maestra bolillera Marie Schule, que fue la encargada de<br />

introducir mejores técnicas con buen resultado, ya que en poco tiempo la producción se<br />

incrementó casi el doble: de 20.000 bolilleras censadas el año 1904 pasaron a 39.000 en<br />

poco más de 10 años.<br />

Como puede deducirse, la producción de puntos en Rusia no fue relevante en cuanto<br />

a la calidad y de siempre, se mantuvo produciendo puntos de los géneros más comunes,<br />

por ejemplo para la ropa de casa.<br />

Toda esta producción básicamente realizada por la comunidad campesina poco a<br />

poco a lo largo del siglo decae y se vulgariza ya que se ha de desarrollar sin ninguna<br />

ayuda ni intervención. Los precios se incrementan hasta un 300% ya que desde que<br />

salen de las manos de las bolilleras hasta que llegan al cliente, los bordados pasan por<br />

entre tres y cinco intermediarios.<br />

A finales del siglo XIX, por iniciativa de la zarina, se funda una escuela de bordado<br />

de aguja en Moscú. Esta escuela quiere seguir muy de cerca las ex<strong>per</strong>iencias exitosas de<br />

Venecia y se trabajan los puntos con hilos de algodón importados de Inglaterra. De<br />

estos talleres surge una especialidad denominada “punto de Moscú”.<br />

En el stand de Rusia, dentro de la Exposición Universal celebrada en Viena en el año<br />

1874, se exhibieron muchos de los mejores puntos rusos. Sabemos que se trataba de


43<br />

piezas de puntos policromos trabajados en hilo azul y rojo combinando piezas que<br />

según los cronistas tenían una excelente calidad y eran de gran originalidad.<br />

Después de 1917, la revolución no hizo desaparecer la actividad ya que debieron<br />

entender que suponía un activo más. Al contrario se abrieron explotaciones en lugares<br />

remotos:<br />

En la región de Wjatka sin tradición bolillera se creó una escuela en el distrito rural<br />

de Jaransk. Esta iniciativa dio trabajo a centenares de bolilleras que trabajaban puntos<br />

de aguja siguiendo modelos de estética modernista.<br />

También en los lejanos territorios del Volga se abrieron talleres de bolilleras. A partir<br />

del año 1921 se abrieron nuevos talleres de bolilleras por todo el territorio de la URSS.<br />

Punta Rusa


44<br />

6) ESPAÑA<br />

INTRODUCCION<br />

Hasta ahora hemos ido viendo en un recorrido por varios países de Europa, qué era el<br />

encaje, como aparecía en cada uno de ellos, la implicación en la vida cotidiana de las<br />

<strong>per</strong>sonas, la importancia económica y social que tuvo en muchos momentos, así como<br />

la evolución de las distintas sociedades en las que esta artesanía se hallaba presente.<br />

Siendo consciente de que hay otros países en los que también el encaje tuvo<br />

desarrollo y no han sido tratados en este trabajo, para no hacerlo exhaustivo, es el<br />

momento de intentar explicar cual ha sido el camino que la industria textil ha seguido en<br />

España , teniendo en cuenta que, dentro de la misma se halla todo lo relacionado con<br />

los encajes de aguja y de bolillos, y como ha ido formando parte del devenir cotidiano<br />

de muchas mujeres y niñas sobre todo, desde su aparición en el siglo XVI.<br />

Desde el Renacimiento –momento de máximo esplendor-, hasta principios del siglo<br />

XIX los avatares por los que atravesó fueron muy numerosos y la aparición del primer<br />

encaje mecánico fue un golpe fatal para la artesanía , que no había evolucionado en<br />

ningún aspecto y por lo que la mecanización dejó sin trabajo a gran número de obreras.<br />

A pesar de la industrialización, de que la máquina hacía en poco tiempo lo que a<br />

muchas mujeres costaba horas interminables de trabajo, la encajera no ha desaparecido,<br />

al contrario, en estos momentos, principios del siglo XXI, son muchos los talleres,<br />

escuelas, asociaciones que se dedican a enseñar y a trabajar piezas de todo tipo, sobre<br />

todo por la belleza que tienen por sí mismas, y ya no como antaño como un medio de<br />

ganarse la vida.<br />

En la mayoría de regiones de nuestro país hay tradición encajera, <strong>per</strong>o hay<br />

especialmente tres, en las que no se ha roto nunca el lazo que las unía con el pasado y a<br />

ellas dedicaré más atención. Se trata de<br />

- Almagro<br />

- Camariñas<br />

- Cataluña<br />

Voy a dar un repaso a modo de “máquina del tiempo” de lo que ha sido la historia de<br />

los encajes a la aguja y al bolillo, desde los primeros datos de los que he podido tener<br />

referencia.


45<br />

6.1 INTRODUCCION HISTORICA<br />

En España, también hay varias opiniones en cuanto a la fecha de aparición del encaje,<br />

de cualquier manera, se puede decir que empezó a llamarse “encaje”, cuando estaban<br />

las labores encajadas entre telas o labores de diferentes clases. Y así aparece con este<br />

nombre en inventarios y otros documentos, a finales del siglo XVI.<br />

Sin embargo, en este caso particular de España, nos remontaremos también hasta<br />

nuestros antepasados iberos, que ya sabían hacer borlas, como se ve en la dama ofrante<br />

(Museo Arqueológico Nacional), y también cordones, trenzados, etc., únicamente que<br />

los hilos usados eran rígidos y más gruesos. Podría decirse que todo esto ya eran<br />

trabajos de pasamanería incipiente.<br />

Según Pérez de Villamil (en una conferencia que dio sobre la mujer en la industria<br />

española), leyendo a Estrabón y Tito Livio tenemos el dato curioso de las mujeres<br />

celtíberas y turdetanas, que llevaban el pelo en forma de rodete y se distinguieron por<br />

usar velo florido de color oro. Ello hace pensar (y así lo dice Pérez de Villamil) sí ya en<br />

esta época de nuestra historia llevarían las mujeres española encajes de seda natural<br />

En las excavaciones hechas por el Marqués de Cerralbo, en Arcóbriga, se<br />

encontraron en sepulturas de mujer –tal vez de sacerdotisas-, hierros formados por<br />

varillas de 70 cm de longitud, que arrancaban de un collar, terminaban en dos puntas<br />

finas, curvadas hacia delante, y que según deducciones parece que servían a las mujeres<br />

celtíberas para sujetar el manto o ca<strong>per</strong>uza. Lo que hace imaginar esta armadura como<br />

el origen de la “peineta”que después se colocó (y se coloca) bajo el velo o la mantillas.<br />

Llegando al siglo VII, la invasión musulmana aumenta en nuestra Península la<br />

suntuosidad del im<strong>per</strong>io bizantino, y nos trae sus industrias. De aquí, que algunos<br />

autores hayan creído que la industria del encaje empezó en nuestra Península antes que<br />

en otros países. Aunque se reconoce que los musulmanes de España <strong>per</strong>feccionaron el<br />

arte textil, ya usado por los españoles, el encaje de hilo no lo practicaban los árabes.<br />

España, con la <strong>per</strong>egrinación de toda la cristiandad al sepulcro de Santiago Apóstol,<br />

tenía una importante corriente comercial con toda Europa, que hacía llevar y traer<br />

numerosos conocimientos, artes e industrias. De modo que no nos venía todo<br />

exclusivamente de Oriente.<br />

Los judíos también tuvieron “su arte y su parte” en nuestra historia. Y así sabemos<br />

que en las juderías de Toledo, Mallorca y Barcelona se hacían muchas redecillas de oro<br />

y plata, que las llamaban “telillas”, y que las mencionan en las leyes suntuarias dadas<br />

en Castilla, León, Aragón y Navarra. Con la expulsión de los judíos decayó esta<br />

industria. Pero no desapareció y más adelante tuvo un nuevo apogeo.<br />

Considerando todo lo dicho hasta ahora, vemos como en España se tejieron y<br />

bordaron telas, mallas, gasas, etc., trabajadas de diferentes maneras, <strong>per</strong>o que ninguno<br />

de estos tejidos adornados y valiosísimos puede considerarse lo que hoy conocemos por<br />

encaje.


46<br />

Siguiendo la historia, y según varios autores, doña Catalina de Aragón, que contrajo<br />

matrimonio con el príncipe Arturo de Inglaterra, llevó encajes de España a aquella<br />

corte. Y dicen también que cuando fue recluida en el castillo de Amphill por Enrique<br />

VIII, ocupaba su tiempo haciendo encajes. Por tradición se sabe que las labores que<br />

hacía esta princesa, le habían sido enseñadas por su madre.<br />

Afirmar que el encaje en España, tal como hoy lo conocemos, fue anterior al siglo<br />

XVI, parece falto de confirmación documental, puesto que, hasta aquí, siempre hay<br />

autores que aportan otros datos diferentes y dignos igualmente de consideración.<br />

Aunque se nombre en varios documentos la palabra “randa” o “randilla”, parece que<br />

se designaba con este vocablo todo aquello que adornaba una pieza en su derredor,<br />

cualquiera que fuese el trabajo con que estaba hecha. Sin embargo, los historiadores, al<br />

leer tantas veces la palabra randa, han creído que podía referirse a “randas” de encaje.<br />

El origen etimológico de “randa”, viene del sajón “rand”, igual a borde, orla. Y<br />

cuando las randas terminaron en picos, se añadió la palabra “puntas” o “puntillas”.<br />

Podría darse otras acepciones a la palabra “randa” y otras opiniones de autores. Pero,<br />

todo lo dicho hasta ahora, nos lo confirma bastante las pinturas de la época. Sabemos<br />

que los pintores de entonces cuidaban mucho los detalles, y no se encuentran encajes en<br />

los vestidos de los <strong>per</strong>sonajes hasta entrado el siglo XVI.<br />

También hay grandes debates sobre que país fue el primero en la fabricación del<br />

encaje. A los belgas e italianos se les ha tenido siempre como pioneros en esta artesanía.<br />

España ha podido demostrar que, al menos, puede ponerse junto a estos dos grandes<br />

países, en cuanto a su origen en el tiempo y, por supuesto, de una calidad excepcional.<br />

Y así lo confirma Lefebure en el prólogo del Catálogo del Museo de Lyon: Esta<br />

colección tan completa como variada <strong>per</strong>mite, acaso por primera vez, juzgar en su<br />

conjunto el arte del encaje tal como ha sido practicado en España, a través del tiempo,<br />

y clasificar este país entre los que mejor han practicado desde los tiempos más remotos<br />

el manejo de la aguja y el bolillo”. Y sigue diciendo….España, desde fines del siglo<br />

XVI, ha creado modelos de ornamentación que no son copias inspiradas en un estilo,<br />

sino géneros de encaje con un carácter absolutamente original”.<br />

Otro dato de su particular estilo, es que España siempre ha adoptado un modo de<br />

trazado para el picado de sus dibujos, que consiste en una malla cuadrada ejecutada con<br />

ayuda de alfileres fijados en total cruzamiento de hilos, muy diferentes de los italianos y<br />

flamencos, cuyas mallas son exagonales.<br />

Los encajes españoles del siglo XVI están hechos en seda, oro y plata, Buscan los<br />

efectos del relieve más que la delicadeza del trabajo, y son apreciados en toda Europa<br />

por su complicación, riqueza y suntuosidad. Son las denominadas “puntas de España”,<br />

hechas a la aguja o con bolillos<br />

Las puntas de España hechas con bolillos son similares al guipur. Se hacían como he<br />

dicho con oro, plata y sedas policromas y podían llevar una cinta plana de plata para<br />

decorar el dibujo. Cuando por razones económicas no se podían hacer con oro, se<br />

fabricaban con pita. De este último tipo, se han encontrado en iglesias con bajo poder<br />

económico.<br />

Después de estos datos, llegamos a la tradición, que, precisamente, no ha podido<br />

confirmarse aún. Y esta dice que los españoles llevaron el encaje a la aguja a los Países


47<br />

Bajos, con nuestra dominación, y de ellos aprendimos el bolillo. Y aquí vendría de<br />

nuevo el análisis, el estudio, la comprobación de hechos, costumbres, etc., Pero hay un<br />

dato significativo que lo pone en duda: las almohadillas belgas son diferentes de las<br />

españolas y la manera de manejar el bolillo también lo es. Esto no significa que hoy no<br />

haya algunas copias de modelos de Brujas, que vinieron a España precisamente a finales<br />

del XVII y a principios del XVIII. Los puntos de Flandes llegaron a nuestro país en<br />

grandes cantidades. En esta época, casi desaparecieron los encajes españoles y se<br />

fabrica al gusto extranjero. El comercio de las puntas de Flandes era de una gran<br />

importancia en este <strong>per</strong>iodo de su historia. Había gran importación de Amberes a Cádiz,<br />

y una parte se quedaba en el país y otra se enviaba a América del Sur.<br />

El encaje en España, tuvo su tiempo de esplendor. Y su fama de ricos, suntuoso y<br />

policromados, corría por todo el mundo. Se utilizaban para decorar la indumentaria y<br />

los objetos litúrgicos, y en pequeña escala para la indumentaria civil. Los cuellos que se<br />

pusieron de moda, flexibles y con su caída natural, demandaban un tejido maleable<br />

como los hilos que se utilizaban para el encaje de bolillos. Este tipo de puntillas era<br />

indispensable para el vestuario de los nobles. Se utilizaban tanto para el interior como<br />

para el exterior de su indumentaria. Incluso llegaron a coserse en las orillas de las botas<br />

de los hombres.<br />

Durante la dinastía de los Austria los reyes prohibieron el uso de los encajes por el<br />

uso desmedido que se hacía de ellos, con lo que su industria quedó desprotegida.<br />

Concretamente en esta época, Felipe II decretó dos pragmáticas contra el uso de los<br />

encajes, una el año 1600, otra el 1610. Felipe IV hizo lo mismo el año 1.623. A pesar<br />

de todas estas leyes, los encajes eran cada vez mas usados y su exportación a Europa<br />

constituyó una fuente de ingresos. Se continuaban haciendo los encajes policromos con<br />

decoraciones de plata y oro; sus formas al principio geométricas, se fueron convirtiendo<br />

poco a poco en temas vegetales y de estilo barroco,<br />

Dando un pequeño salto, en España en el año 1733 Felipe V paga a mujeres encajeras<br />

para que no decaiga en nuestro país esta artesanía, siguiendo los pasos de su abuelo Luis<br />

XIV y se dio una Pragmática prohibiendo los metales en los bordados, puntas o<br />

pasamanos. Así como también se prohibía la importación de cualquier encaje<br />

extranjero. A pesar de esto, la influencia francesa se dejará sentir en las técnicas y en la<br />

decoración de las puntillas.<br />

Hacia el año 1745, las encajeras normandas empezaron a fabricar encaje con hilos de<br />

seda natural. Esta seda se traía de China, y como tenía un ligero color rubio se le llamó<br />

“blondes” o blondas. Después se consiguieron sedas de un blanco crema y un blanco<br />

puro, y los encajes fueron más ligeros, más brillantes y más delicados .En esta<br />

especialidad de blondas, se distinguió la <strong>per</strong>fección de la fabricación española.<br />

Las blondas de España, se hicieron de dos clases de seda: el tul que corresponde al<br />

fondo, que se hace con seda retorcida sin brillo, y los motivos, de seda lasa brillante. A<br />

la labor de unir los pedazos de encaje, para formar las mantillas, se les llamó en España<br />

“ingerir”.<br />

Dejando ya las fechas, daré unos datos importantes de Carmen Baroja 9<br />

9 Historia de la blonda y el encaje de Manolita Espinosa


48<br />

Los nombres de los encajes, no correspondieron siempre al de su procedencia. Y así<br />

vemos que los llamados “Valenciennes”, se hacían en Ipres; el “punto de Inglaterra” en<br />

Flandes; el “Venecia”, se trabajó mucho tiempo en Alençon. Y el “Alençon” en Italia.<br />

Por todo lo expuesto hasta aquí, vemos, así nos lo dice Migeon, que el estudio del<br />

encaje es una ciencia muy completa.<br />

El encaje, como trabajo u oficio, no ha estado nunca sometido a gremios o<br />

asociaciones. En un principio, parece que <strong>per</strong>tenecía al gremio de pasamaneros. Este<br />

gremio, como otros similares, tenían estatutos y reglas, <strong>per</strong>o al que no <strong>per</strong>tenecían las<br />

mujeres<br />

Por ser un trabajo hecho por mujeres, y en su casa, no se conoce cuales eran su<br />

organización social y económica. No se sabe el precio que recibían las encajeras por su<br />

trabajo. Sólo sabemos los precios que pagaba el comprador definitivo. Esta situación<br />

duraría hasta bien avanzado el siglo XIX. Y la forma de trabajo era la siguiente: las<br />

niñas lo aprendían de sus de las madres o las abuelas, y no necesitaban el taller o el<br />

obrador. Pero aunque esta es la costumbre tradicional de aprender el encaje, en todas las<br />

épocas existieron escuelas, más o menos reconocidas como tales.<br />

Hacia 1700, Denis Papin había descubierto la fuerza del vapor como fuente de<br />

energía mecánica susceptible de mover máquinas. Sin embargo, habría que es<strong>per</strong>ar aún<br />

bastantes años para que se manifestaran, en toda su plenitud, las aplicaciones prácticas<br />

en el campo de la industria.<br />

Las comunidades humanas, que desde la Edad Media fueron cubriendo sus<br />

necesidades materiales –indumentaria, útiles de guerra, trabajo, transporte, uso<br />

doméstico, adorno etc., mediante el desarrollo de técnicas y prácticas donde la destreza<br />

y habilidad de las manos del hombre jugaba un elemento importante, veían de este<br />

modo, amenazada no sólo la preponderancia de la artesanía, sino que a la vez les llegaba<br />

una verdadera revolución de ideas, que acompañan siempre a todo proceso. Y las bases<br />

socioeconómicas, jurídicas e ideológicas, se verían afectadas.<br />

La artesanía sufrió un verdadero varapalo. Aunque en España por circunstancias<br />

históricas, se retrasó la decadencia de los oficios artesanos. Lo que explica, de alguna<br />

manera, el hecho de que aún hoy tengamos una rica y variada panorámica de sus<br />

actividades.<br />

Concretamente en el año 1768, apareció el primer encaje mecánico. Fue un intento y<br />

un ensayo que llevó a cabo en su telar un fabricante de tejidos en Nottingham, cuyo<br />

nombre era Hammond. En 1778.en Francia se inventó una máquina parecida a la de<br />

Inglaterra, aquí fue un tal Caillon .Y ya en los primeros años del siglos XIX, José María<br />

Jacquard, que era tejedor de Lyon, inventó una máquina de tejer de una gran precisión,<br />

llegando a sustituir a las antiguas lanzaderas y los antiguos lazos por agujas y por<br />

patrones de cartón con el dibujo que se quería fabricar.<br />

Como dato curioso, tengo que decir que el primer telar mecánico movido a vapor, fue<br />

creación del reverendo Cartwright, en el año 1787.


49<br />

Para la paulatina decadencia en la producción de este tipo de encajes, coincidieron<br />

entre otros dos hechos importantes; uno la imparable mecanización que suponía por un<br />

lado la rapidez en la confección y el abaratamiento de los precios por una producción<br />

más numerosa y por otro lado que todos estos cambios sociales y económicos<br />

coincidieron a principios del siglo XIX con un decaimiento en el entusiasmo por el uso<br />

de los encajes, que acabaron por desaparecer de la indumentaria masculina. Hacia<br />

mediados de siglo volvió a ponerse de moda en las prendas femeninas.<br />

Para entonces, los encajes mecánicos, realizados en telares de artesanía, habían<br />

reemplazado casi por completo, a los realizados a mano, y se utilizaba el sistema Levers<br />

(inventado por John Levers en Inglaterra alrededor de 1820), que combinaba las<br />

técnicas de telares de bobina con los de tejido, para fabricar encajes con diferentes<br />

dibujos.<br />

Al ser realizados a máquina, los encajes para cortinas y manteles, como ya he dicho<br />

antes se abarataron mucho, <strong>per</strong>o sí que hay que hacer notar que a pesar de esto los<br />

encajes hechos a mano siguieron conservando su prestigio en las prendas de vestir. De<br />

algún modo ocurre ahora lo mismo en nuestra sociedad: las prendas “pret a porter”<br />

gozan de mucha aceptación por razones económicas, <strong>per</strong>o cuando un acontecimiento<br />

especial o bien el poder económico lo <strong>per</strong>mite, la confección individualizada y<br />

<strong>per</strong>sonal resulta mucho más atrayente.<br />

A partir de 1900 o 1910 se extendió el encaje hecho a máquina y en China se fabricó<br />

en gran cantidad para su exportación a Europa y a América. En 1910 se fundó en<br />

España la primera escuela especializada en la enseñanza de las técnicas de encaje.<br />

En esta escuela se realizó en 1952 un mantel para el altar mayor de la catedral de<br />

Barcelona, que es la pieza de encaje contemporánea más importante realizada en<br />

España.<br />

El éxito de la fabricación industrial junto con los cambios sociales que trajeron la I y<br />

la II Guerra Mundial asestaron un golpe mortal al encaje realizado artesanalmente que,<br />

sin embargo, como ya he dicho en la introducción de este trabajo, sobrevive en algunos<br />

lugares, en los que se sigue realizando a mano, técnica con la que se obtienen<br />

verdaderas obras de arte.<br />

Por todo ello voy a exponer lo que he podido averiguar de Almagro (C Real)


50<br />

7. ALMAGRO<br />

El comienzo y origen ciertos del encaje en Almagro, están tan velados como en la<br />

historia general del encaje. Sin embargo, existen particulares datos históricos, que hacen<br />

posible la aparición de esta artesanía en una ciudad, como Almagro, situada en el<br />

interior de la Península, y a la vez, abierta a tantas gentes. Y en España cuando se dice<br />

que una pieza es de Almagro significa que es un encaje de bolillos.<br />

Aunque no hay nada escrito sobre la historia del encaje en Almagro, al menos en<br />

monografía o libro, algunos historiadores han hecho brevísimas alusiones a lo que<br />

podría ser el comienzo. De este modo, admitimos como posible la realización del<br />

trabajo del encaje durante la Edad Media. Aunque como labor remunerada, y sobre<br />

todo con datos más concretos, no aparece hasta el siglo XVI. Eugenio Larruaga nos<br />

dice en sus “Memorias Políticas y Económicas” que la industria del encaje se conocía<br />

desde tiempo inmemorial.<br />

También supone cierta base histórica, admitir que el encaje fue traído de Flandes por<br />

las damas del séquito de la reina Doña Juana. Y que fue enseñada su labor a las<br />

almagreñas, cuando en unión de su marido Don Felipe el Hermoso, pasaron por la<br />

ciudad al comienzo del siglo XVI<br />

En la segunda mitad del siglo XVI se hicieron cargo de la explotación de las minas de<br />

mercurio de Almadén la familia Fúcares, que tuvieron una destacada participación en la<br />

vida social de esta ciudad.<br />

Es importante consignar una fecha y un lugar concreto, a través de las palabras de<br />

Cervantes, en el Quijote y que hacen a esta artesanía históricamente cierta en ….”un<br />

lugar de la Mancha”….Sanchica Panza gana,”haciendo puntas de randa ocho<br />

marevedís, ahorros que va poniendo en una alcancía para ayuda de su ajuar”.Es<br />

evidente que no nos dice la clase de puntas que hacía, y tampoco nos dice si los ocho<br />

marevedís los gana en un día, <strong>per</strong>o es un documento precioso.<br />

Por entonces, la industria encajera se practica en la casa. No hay obradores. La niña,<br />

lo aprende, principalmente, viendo tejer a su madre o a su abuela. En algunas escuelas<br />

se enseña a manejar los bolillos, a la vez que se recita la doctrina.<br />

En el año 1766, el matrimonio Lambert, vecinos de Madrid, establecieron en<br />

Almagro una fábrica para hacer encajes de hilo y seda, enseñando a fabricarlos a<br />

mujeres y niñas de la ciudad y sus contornos. La dedicación y entusiasmo que pusieron<br />

en la empresa, dio como resultado que en 1767 ya trabajaban el encaje 140 mujeres y<br />

que dos años después se incrementó a 417.<br />

La Sra. Lambert facilitaba con amabilidad los diseños y muestras para fabricar<br />

encajes. De este modo, consiguió extender esta industria hasta el extremo que la<br />

ocupación más corriente de las mujeres de la región fue hacer encajes. Así se llegó<br />

también a una técnica y resultados más óptimos y primorosos.


51<br />

El hilo, o la seda (en el caso de las mantillas), materia prima de esta artesanía, tuvo<br />

siempre la problemática de su alto precio y las cargas correspondientes a la importación<br />

que se hacía de otros países. Esto era a nivel nacional en el siglo XVIII, y en Almagro<br />

hay constancia de que se hizo una petición a la Junta General de Comercio que redujera<br />

estos impuestos y por supuesto esta petición fue desestimada<br />

El hilo tenía un precio altísimo y se traía de Holanda, Flandes y Malta. Las o<strong>per</strong>arias<br />

no querían trabajar en estas circunstancias, y las que qué lo hacían, cercenaban los<br />

pares.<br />

En este momento la producción de encajes era de 1.450.000 varas, de las cuales<br />

salían más de la mitad para América. Los mercaderes intermediarios pagaban, como<br />

precio más alto, 5 ó 6 reales la vara, aunque valiese mucho más. De nuevo, se repite la<br />

historia actualmente, con los agricultores, los intermediarios y el consumidor.<br />

Retomando el tema, a veces, les compraban la labor a cambio de otros géneros que las<br />

obreras necesitaban. De los tratantes, según el Catastro de Ensenada, nos habla<br />

Carmen Sarasúa en su trabajo “La Industria del encaje en el Campo de Calatrava”.<br />

Estos tratantes vendían el encaje a comerciantes de las ciudades y en casas particulares,<br />

puesto que había tratantes que vendían por cuenta de otros. Tan pintoresca forma de<br />

distribución de esta artesanía ha llegado hasta el siglo XX.<br />

En esta época ya se puede hablar de industria del encaje en La Mancha. Y Larruga<br />

nos dice:”así se consigue que las mujeres desde los 6 hasta más de 50 años estén<br />

ocupadas, dedicadas al trabajo y abstraídas de la holgazanería y mendicidad que<br />

acarrea muchos vicios”.<br />

Como anécdota curiosa, se pusieron muchas trabas a la instalación de fábricas de<br />

encajes, por parte de los facultativos en medicina y cirugía, que opinaban que quedarían<br />

ciegas las mujeres que se dedicasen a este trabajo. La miseria y la desnudez que existía<br />

por entonces, no las convencía de las ventajas que les daba esta nueva ocupación,<br />

cuando sólo subsistían rebuscando el grano y la aceituna con la mísera ganancia de 6 u 8<br />

cuartos al día.<br />

A pesar de tanto inconveniente, empresarios emprendedores no desistieron de su<br />

empeño y la producción de encajes se extendió rápidamente por toda la región, y su<br />

producción tenía un curso de salida regular y constante. Las blondas de Almagro tienen<br />

interés en las exposiciones, obteniendo medallas en competencia , nada menos, que con<br />

las catalanas.<br />

El Gobierno protegió especialmente la fábrica de blondas de Almagro, y le concedió<br />

el título de “Real”, con la facultad de colocar en ella el escudo de armas<br />

correspondiente.<br />

Las fábricas de encaje y blondas tuvieron, como toda la economía nacional, sus altas<br />

y bajas. Sin embargo, en Almagro, siempre hubo “encajerías” (este era el nombre en el<br />

argot de las mujeres dedicadas a esta labor).<br />

En el año 1920 llega una época de verdadero apogeo y universalidad para el encaje de<br />

Almagro. Había numerosas fábricas, y el comercio al exterior empezaba a organizarse<br />

de nuevo. Pero en el plano laboral, la situación de la encajera no era muy razonable.


52<br />

Precisamente el <strong>per</strong>iódico “La Tierra Hidalga”, de 15 de septiembre de 1923, un<br />

artículo, con autor anónimo, nos habla de “la tragedia de la encajera sometida a este<br />

trabajo durante dieciocho y veinte horas”, para ganar una peseta cincuenta céntimos, o<br />

dos pesetas, como jornal medio. Es verdaderamente un contraste durísimo, que un<br />

trabajo tan bello, como el encaje, haya tenido siempre (y aún en el presente) la adversa<br />

correspondencia de su remuneración. También nos dice este <strong>per</strong>iódico que las<br />

condiciones de trabajo eran muy precarias “al arrimo de las murallas libres del soplo<br />

frío de los vientos”. De noche, a la luz del candil y el fuego bajo. Estas escenas, se<br />

repiten todavía algunas de ellas. De noche, y a la luz del candil, no queda tan lejos, nos<br />

cuentan las encajeras de hoy, que hacia los años 1940, y toda esta década, se reunían<br />

grupos de cuatro mujeres, tejiendo el encaje, a la luz de un solo candil.<br />

A pesar de estos inconvenientes, hay un dato muy curioso que evidencia la<br />

importancia del encaje de Almagro, en esta época. Como consecuencia del prós<strong>per</strong>o<br />

comercio que existía, surge un deseo generalizado de aprender esta artesanía. Y<br />

aparecen maestras del encaje, que lo enseñan por todos los barrios de la ciudad.<br />

Hacia el año 1960, comienza la crisis para esta artesanía. Se sabe, que la situación<br />

laboral de la encajera no ha cambiado nada, pues según nos cuentan, ganaba de quince<br />

a veinte pesetas diarias. El encaje, en estos años, “va y viene”; expresión marinera, y a<br />

la vez de realidad de un vaivén económico, en un horizonte cambiante. Unos años más<br />

adelante se anuncia que las encajeras gozarán de “seguros sociales”. Esto supone un<br />

resurgir del entusiasmo, <strong>per</strong>o la emigración de los manchegos (y por supuesto de los<br />

almagreños), como los de otras regiones del país en busca de mejores oportunidades de<br />

vida, supone una crisis y llevará el encaje a la actualidad que hoy tiene; precisamente y<br />

felizmente no tan lamentable como entonces se vaticinaba.<br />

En estos últimos años ha surgido una nueva luz en el horizonte: la ciudad se presenta<br />

como monumental y turística; ha des<strong>per</strong>tado su historia y el encaje se <strong>per</strong>fila como un<br />

valor autóctono. Su industria, con sus mujeres, aún hoy, sentadas a la puerta tejiendo el<br />

encaje, se ha convertido en empresa turística y lucrativa, y es a su vez un museo abierto<br />

al público.<br />

Paralelo a este nuevo enfoque surgen multitud de exposiciones, congresos, jornadas<br />

y concursos en los que la presencia de Almagro es constante; los premios se suceden, la<br />

participación es numerosa en todos los eventos, tanto en categorías de mayores e<br />

infantiles y no sólo de Almagro sino de toda la región.<br />

La década de los 90 tuvo un marcado carácter internacional para el encaje de<br />

Almagro. En 1997 se reciben por segunda vez a encajeras de Bélgica ,a las que se les<br />

muestra el taller de encajes de la Universidad Popular ,el Monumento a la Mujer<br />

<strong>Encaje</strong>ra y se ofrecen otros actos y recepciones. En años sucesivos, se repiten Las<br />

Jornadas del <strong>Encaje</strong>, en los que la Universidad Popular junto a la Concejalía de<br />

Educación y <strong>Cultura</strong> toman la responsabilidad de la organización.<br />

Como puede verse por todo lo expuesto, el encaje queda hoy, a comienzos del siglo<br />

XXI, confirmado como un valor cultural con horizonte de futuro


53<br />

8.CAMARIÑAS<br />

El pueblo gallego tiene en su tradición cultural multitud de leyendas y una de las que<br />

se refieren a la introducción del encaje, resulta muy adecuada, teniendo en cuenta que la<br />

variedad de su paisaje es tan grande que abarca desde la luz radiante y el clima suave de<br />

las rías y costas a las brumas y nieblas de los bosques de la Galicia interior, donde el<br />

silbido del viento entre los árboles resulta cuando menos misterioso, y todo el conjunto<br />

es proclive a las historias fantásticas.<br />

A grandes rasgos dice así: “había una vez un joven pescador que estando faenando<br />

con su pequeña barca, de repente se levantó la mar brava y sin poder controlar su<br />

embarcación naufragó. Cuando ya estaba a punto de ahogarse, surgió del fondo de las<br />

aguas una sirenita que compadecida del joven lo salvó de la muerte, y llevándolo con<br />

ella a lo más profundo le mostró un mundo maravilloso donde las algas, los corales y<br />

los peces de todos los colores le dejaron asombrado. Pasado un tiempo el amor surgió<br />

entre los jóvenes que vivían felices. Pero,,,, el joven empezó a languidecer, porque<br />

sentía añoranza de su familia, su aldea, sus montañas, y la sirenita que lo comprendió<br />

le dijo: volverás a tu casa y voy a hacerte un regalo, que solo abrirás cuando te<br />

encuentres en ella. Así lo prometió él, y despidiéndose lo dejó cerca de la costa,<br />

mientras ella se sumergía definitivamente. Cuando el muchacho estuvo en su hogar con<br />

los suyos, abrió la cajita de ámbar y coral, que contenía una concha en la que había<br />

impresos unos preciosos dibujos que la madre del joven dijo al verlos: ¡que maravilla,<br />

intentaré repetirlos! Y ….así dice la leyenda que llegó el encaje a Galicia.<br />

Por supuesto que la introducción del encaje en Galicia recorrió un camino bien<br />

distinto que pudo pasar por múltiples vías: una es la llegada por mar, traído por alguno<br />

de los pueblos y que en sus rutas comerciales, se acercaron a sus costas, como sucedió<br />

con los fenicios, griegos, venecianos o normandos.<br />

El profesor Filgueria Valverde defiende la introducción del encaje en Galicia a través<br />

de los emigrantes irlandeses del siglo XVI. Tampoco se puede desechar la influencia<br />

que tuvo el camino de Santiago en la expansión de la cultura y las artes.<br />

El encaje no fue una artesanía exclusiva de A Costa da Morte, sino que se practicó a<br />

lo largo de toda la costa gallega, desde Viveiro hasta A Guarda. El hecho de que se<br />

conservara en esta zona pudo ser debido al aislamiento a que estuvo sometida, que<br />

<strong>per</strong>mitió que el sistema de economía tradicional <strong>per</strong>durase hasta más tarde.


54<br />

Tuvo una buena acogida debido a que se convirtió en un complemento con el que<br />

aliviar las necesidades económicas existentes y a la abundancia de materia prima<br />

necesaria para su fabricación, el lino.<br />

Según relata el Marqués de Valverde, a finales del siglo XV y principios del siglo<br />

XVI el encaje es ya una industria doméstica pujante en la zona. En el siglo XVII el<br />

conde Fernando de Andrade marcha a la guerra de Flandes con un grupo de nobles y<br />

soldados. De regreso algunos llegan casados con mujeres flamencas, las cuales traen<br />

nuevos modelos y técnicas, promocionándolos entre la nobleza que deseaba ir a la moda<br />

europea.<br />

Fue en el siglo XVIII cuando el encaje de bolillos alcanzó su máximo esplendor,<br />

ayudado en parte por la actuación de las “Sociedades Económicas de Amigos del País”.<br />

Se <strong>per</strong>feccionó el hilado y se formaron las “palilladas”, donde las artesanas se reunían<br />

para aprender y trabajar juntas el encaje.<br />

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX nos encontramos con una gran<br />

exportación de encaje a tierras americanas desde el puerto de Camariñas, figurando en<br />

las notas de embarque y demás documentos navieros con el nombre de “encaje de<br />

Camariñas”, término con el cual empezó a denominarse el encaje gallego.<br />

La posible comercialización del encaje a través del puerto de Camariñas. Situado en<br />

el noroeste gallego, al abrigo de la ría del mismo nombre convierte a esta villa en el<br />

centro encajero de esta comarca y de Galicia, aunque los principales exportadores se<br />

encontrasen en las villas de Ponte do Porto, dentro de aquel ayuntamiento y de Muxía.<br />

La crisis del comercio del encaje a América, que comienza a finales de los años<br />

veinte, hace que la venta exterior casi desaparezca, quedando reducida la práctica de<br />

esta artesanía a la comarca de A Costa da Morte. Esta crisis se debió a los problemas<br />

coloniales y a las guerras mundiales que, sumadas a la desorganización del sector,<br />

hicieron que este comercio decayera, con el consiguiente <strong>per</strong>juicio para el mismo, el<br />

cual no resurge hasta los años cuarenta.<br />

En esta etapa crítica la práctica de este arte estuvo a punto de desaparecer debido a la<br />

transformación social que se estaba viviendo, a la incorporación de la mujer al mundo<br />

del trabajo, a la emigración a Europa o al poco valor que se le daba a este tipo de<br />

artesanía.<br />

El resurgimiento fue debido a la acción de la Sección Femenina, que intentó<br />

reorganizar no sólo el sector del encaje, sino todo lo referente a la artesanía preparando<br />

a mujeres jóvenes que iban por los caseríos enseñando a las mujeres y niñas los<br />

distintos trabajos manuales. Se crearon escuelas de palilleiras y se empezaron a hacer<br />

exposiciones, muestras o ferias de artesanía que se realizaron dentro y fuera de Galicia<br />

que llevaron a que importantes diseñadores de moda incorporaran este producto a sus<br />

modelos


55<br />

La organización en la villa de Camariñas, a partir del año 1991 de A Mostra do<br />

Encaixe de Bolillos, marcó un nuevo hecho histórico en la expansión de esta artesanía..<br />

En uno de sus folletos se recogía de esta manera la finalidad de A mostra” los<br />

objetivos de la feria son básicamente la promoción y la difusión del encaje, el<br />

encuentro de todos los sectores relacionados con esta artesanía y el intercambio de<br />

ideas, diseños, materiales, técnicas entre artesanos españoles”.<br />

En la actualidad sigue siendo la comarca de Camariñas la que concentra la mayor<br />

parte de la actividad del subsector encajero. A pesar de que no hay un censo actualizado<br />

se pueden estimar en más de 3.500 el número de mujeres palilleiras, calculándose del<br />

orden de mil millones anuales la facturación de la producción.<br />

La media de edad entre las artesanas encajeras está estimada en 38,2 años. Siendo<br />

esta una actividad complementaria a la que en la mayor parte de los casos no se ha<br />

prestado demasiada atención, el Ayuntamiento de Camariñas, ha desarrollado en el<br />

último quinquenio un Plan de Desarrollo del <strong>Encaje</strong> de Bolillos, asentado en la<br />

formación, comercialización, promoción y en reestructuración del sector, que en poco<br />

tiempo ha conseguido dinamizarlo mediante el rejuvenecimiento de las artesanas,<br />

recu<strong>per</strong>ación de diseños antiguos y el diseño de nuevos motivos .La versatilidad del<br />

encaje ha <strong>per</strong>mitido la diversificación de su aplicación en el sector textil, extendiéndose<br />

a la decoración y el diseño de objetos de regalo.


56<br />

8.1 LA MUJER “PALILLEIRA”<br />

Como ya he dicho anteriormente, en los primeros tiempos de la introducción del<br />

encaje en Galicia, el dinero que se sacaba con la venta del encaje servía de<br />

complemento a una débil economía de las familias campesinas y marineras.<br />

Esta organización económico-familiar se ha mantenido en el tiempo hasta hace<br />

relativamente pocos años; el cambio ha venido entre otras razones por la mejoría en las<br />

carreteras que favorece el desplazamiento y la comunicación entre lugares de los que se<br />

desconocía hasta su existencia.; por el aumento de nivel de vida que deja muy atrás las<br />

costumbres de las <strong>per</strong>sonas que hoy tienen una edad avanzada, y porque todos los<br />

cambios sociales, industriales, y económicos nos hacen ver como una imagen romántica<br />

y anticuada la vida de la palilleira y creo que conviene recordar como se desarrollaba<br />

su trabajo un día cualquiera.<br />

Después de pasados los meses de verano y acabadas las faenas del campo, era cuando<br />

se dedicaba más tiempo a palillar. Por las noches, sobre todo, a partir de las ocho y<br />

hasta las doce o una de la mañana, las palilleiras se juntaban en grupos en un local de la<br />

casa de una de ellas, repartiendo entre todas los gastos de luz. Eso cuando ya existía la<br />

luz eléctrica, que cuando se alumbraban con un candil, cada grupo de tres o cuatro se<br />

reunían a la luz del mismo para trabajar.<br />

Sentadas en el suelo, con los pies cruzados a ambos lados de un banco largo donde<br />

apoyaban sus almohadas, pasaban las horas moviendo los palillos, al mismo tiempo que<br />

comentaban las novedades del día, contaban cuentos o cantaban, para pasa mejor el<br />

tiempo.<br />

La manera de trabajar de las palilleiras difiere de la forma en que lo hacen en otros<br />

lugares, su almohadilla es más ancha y menos curvada, de tal modo que los bolillos no<br />

son cogidos por la mano de la bolillera, sino que van pasando haciendo los cruces, sin<br />

levantarlos de la almohada, con lo que se consigue una velocidad que no tiene<br />

comparación con ninguna otra forma de trabajo.<br />

Volviendo al tema, las palilladas también servían como escuelas de aprendizaje de<br />

ahí su nombre de “escolas”, para las niñas que se iniciaban en el oficio y de centro de<br />

diversión y enamoramiento, ya que a ellas acudían los mozos solteros a mocear. Los<br />

sábados se organizaban bailes de pandereta y en el carnaval recobraban una gran<br />

animación.


57<br />

Precisamente a esta relación de amoríos con las palilleiras hacen referencia estas<br />

canciones populares:<br />

Palillera que palillas<br />

No cordón da almohada<br />

Dime ti, palilleiriña<br />

A quen tes palabra dada<br />

O amor da palilleira<br />

Non o queiras meu irmán,<br />

Porque leva todo o día<br />

Sempre sentada no chan<br />

Eu nacín en Camariñas<br />

Unha vila mariñeira<br />

Onde teño os meus amores<br />

Cunha nena palilleir


58<br />

8.2 AUDIO/VIDEO<br />

Otra de las iniciativas en estos últimos años del Concello de Camariñas, dentro de su<br />

programa de recu<strong>per</strong>ación de la tradición oral, ha sido la de llevar a cabo una serie de<br />

entrevistas con palilleiras desde los 7 años hasta los 105 años de edad.<br />

Esta recu<strong>per</strong>ación etnográfica relacionada con el encaje se ha hecho sobre un soporte<br />

de video digital en formato original y luego copiada a cintas VHS.<br />

Estas cintas forman parte de la base documental del Museo do Encaixe de Camariñas<br />

y pueden ser consultadas por investigadores previa cita y según la disponibilidad de las<br />

mismas.<br />

Cada cierto tiempo se agregan nuevos documentos a esta base de datos.<br />

Además de las entrevistas orales, se hacen fotografías a todas las entrevistadas que<br />

son incluidas en el archivo “Memoria fotográfica”, en el apartado “palilleiras del siglo<br />

XX desde 1914 hasta 1998.<br />

Al tiempo que se les hacían las fotos, las niñas y mujeres de más edad contaban sus<br />

ex<strong>per</strong>iencias y conocimientos acerca del encaje en Camariñas.<br />

Por todo lo que hemos visto hasta aquí no puede decirse en absoluto que la creación<br />

de encajes sea algo que <strong>per</strong>tenece a otros tiempos ya su<strong>per</strong>ados; no solo tiene vigencia<br />

sino que se están usando las tecnologías que tenemos al alcance para difundir, y<br />

conservar para las siguientes generaciones un patrimonio cultural que de ninguna<br />

manera puede dejarse <strong>per</strong>der.


59<br />

9. CATALUÑA<br />

Históricamente Barcelona ha sido, junto con otros núcleos, un centro importante de<br />

producción de encajes, y ha participado de una leyenda y de una historia común a todos<br />

los puntos de Cataluña donde se ha desarrollado la artesanía del encaje.<br />

El origen del encaje, tanto en Cataluña como en el resto de los países, es un tanto<br />

desconocido a causa precisamente del carácter conventual o familiar que se le atribuye a<br />

esta actividad.<br />

Observamos la definición que Angeles González Mena da de puntilla ”Es toda<br />

estructura de una sola o varias filas que se unen entre ellas mismas para con<br />

combinaciones variadas formar dibujos en una unidad armónica decorativa y regida<br />

por una cadencia o ley interna”. 10<br />

Como ya he comentado en otros apartados de este trabajo, también con referencia al<br />

encaje de Cataluña son bastantes los autores que citan a los asirios como precursores de<br />

los trabajos de aguja, y a los egipcios como “padres” de los encajes de bolillos.<br />

Restos arqueológicos confirman la existencia de trabajos realizados entrecruzando<br />

cuerdas e hilos de diferentes materiales unos sobre otros, lo que se denomina como<br />

pasamanería. Documentos escritos también <strong>per</strong>miten mantener estas teorías de una<br />

manera bastante aproximada; citas bíblicas, pinturas y esculturas hablan de unos tipos<br />

de tejidos y ropajes que hacen pensar en trabajos más o menos artísticos precursores de<br />

lo que sería más tarde el encaje.<br />

Avanzando en el tiempo encontramos cuatro países que se disputan el origen de los<br />

encajes tal y como hoy los conocemos: Italia. Francia, España y Flandes<br />

Estudiando la bibliografía existente se manifiesta un cierto partidismo por parte de<br />

los historiadores de los diferentes países, en su lucha por atribuirse el origen de los<br />

encajes. Bury Palliser 11 afirma que España enseñó a Flandes la técnica del bordado a la<br />

aguja, y que ellos nos enseñaron la técnica del encaje de bolillos. En su opinión, nuestro<br />

país no tuvo necesidad de buscar modelos en Génova o Venecia, ya que sus modelos<br />

fueron célebres y se fabricaron a gran escala.<br />

Lefébure 12 , en el prólogo de su catálogo de encajes del Museo de Lyón, considera que<br />

España, especialmente Cataluña, tenía bolilleras tan hábiles como las de Italia y<br />

Flandes, y que no se sabía si los españoles habían precedido o sucedido a los italianos y<br />

flamencos en el desarrollo de esta artesanía, ya que habían creado desde el siglo XVI<br />

modelos originales.<br />

Hoy debemos lamentar que la magnífica colección de encajes reunida por el Sr.<br />

Pascó de Barcelona no llegase a ser adquirida por el Museo de esta ciudad, y fuera<br />

10 González MENA, Angeles. Catálogo de <strong>Encaje</strong>s, pp. 13 Instituto Valencia de Don Juan, Madrid 1976<br />

11 Palliser, Bury. Historia de la Dentelle Libraire Firmin Didot et cie. Paris 1890<br />

12 Lefébure, Auguste. Collectión de dentelles au Musée des Tissus de Lyon. Paris


60<br />

remitida al Museo Histórico de Tissus de Lyón. El mismo Augusto Lefébure manifestó<br />

su sorpresa y admiración al estudiar aquellos magníficos trabajos, obras maestras de las<br />

encajeras catalanas y donde está <strong>per</strong>fectamente representada la punta de Catalunya.<br />

A pesar de la indudable calidad de estas piezas, los franceses se resistían a admitirlo y<br />

se sabe positivamente que Cataluña exportaba blondas a Francia durante el <strong>per</strong>íodo<br />

napoleónico, que se hacían pasar por originales de aquel país<br />

Actualmente se carece de una investigación seria por lo que se refiere a la producción<br />

de encajes de Barcelona, y el enfoque de una serie de estudios para localizar<br />

documentación: inventarios de los vendedores, de casas señoriales donde las poseían, de<br />

intermediarios, etc., a fin de conocer el peso específico y la importancia que tuvo dentro<br />

de la economía local.<br />

Arenys de Mar, otro importantísimo punto de producción de encajes de Barcelona, ha<br />

llevado más lejos esta investigación, posiblemente porque en esta localidad costera la<br />

realización de encaje de bolillos ha sido fundamental en su economía y ha concentrado<br />

gran parte de las fuerzas productivas, evitando la dis<strong>per</strong>sión de datos. Barcelona en<br />

cambio ha compartido el apogeo de los encajes con la pujanza de muchas otras<br />

industrias, y la producción de puntillas no se concentró en un solo punto de la ciudad,<br />

cosa que ha dificultado la identificación del posible material histórico existente.<br />

Por tanto, los datos que se poseen de la industria de los encajes de Barcelona son<br />

mínimos. Se puede afirmar que, en general, la poca información que ofrece la<br />

bibliografía cambia de un autor a otro repitiéndose y hasta deformándose ligeramente.<br />

Passamans, guipurs, randes i puntes son los diferentes nombres que encontramos en<br />

la documentación escrita en catalán.<br />

Con referencia a Barcelona, queriendo hacer remontar en el tiempo el arte del encaje,<br />

ciertos autores han presentado las puntillas de Na Elisenda de Montcada, del siglo XIV,<br />

esposa de Jaime II, fundadora del Monasterio de Pedralbes, donde hoy todavía se<br />

conservan.<br />

Adelaida Ferré, la más importante investigadora de los encajes catalanes y maestra<br />

de las fundadoras de l Èscola de Puntaires de Barcelona, considera las puntillas citadas<br />

como “dos guipures: el primero, hecho de una tira, forma un centro y un cuerpo; es un<br />

trabajo de transición entre la pasamanería y la puntilla de bolillos; el segundo forma<br />

también un centro y es de una técnica diferente, <strong>per</strong>o también primitiva; esta hecho al<br />

modo de los puntos <strong>per</strong>sas y rusos; es decir formando un motivo por medio de una<br />

trenza tejida con el bolillo que va siguiendo todas las sinuosidades del dibujo. Los dos<br />

motivos están trabajados con hilo de oro y plata y recamados con <strong>per</strong>las y rubíes”. A<br />

partir del estudio de la pieza y de los datos históricos, Adelaida Ferré, las considera<br />

importadas de Oriente, posiblemente de Bizancio, y cree que es a partir del siglo XV<br />

cuando el encaje de bolillos aparece claramente en Cataluña y se puede seguir su<br />

evolución. 13<br />

13 Ferré de Ruiz-Narvaez, Adelaida. Les puntes de Na Elisenda de Montcada


61<br />

Los núcleos más importantes en la producción de encajes en Cataluña han sido los<br />

del área del Penedes, los del Llobregat y Barcelona, y los pueblos de la costa del<br />

Maresme, por ser donde han vivido la mayoría de las encajeras. Barcelona, ciudad<br />

puntera en el comercio marítimo del siglo XVI, recibía ricos cargamentos provenientes<br />

de los puertos más importantes de Europa, entre los que se encontraban los encajes,<br />

posiblemente realizados con hilos de oro y plata. 14 . Esta introducción de productos<br />

extranjeros fue un fuerte estimulante para la producción encajera catalana.<br />

Las pragmáticas reales de los siglos XVI y XVII prohibiendo el uso de los encajes<br />

tanto en los trajes femeninos como en los masculinos fueron varias, lo que demostraba<br />

la tendencia exagerada a la suntuosidad; <strong>per</strong>o a pesar de ellas hubo un constante tira y<br />

afloja entre la prohibición y la <strong>per</strong>misividad.<br />

Cataluña mantuvo, en los inicios de su industria encajera, siempre una independencia<br />

absoluta en el diseño de sus modelos, y no fue hasta finales del siglo XVII y principios<br />

del XVIII cuando se adoptaron modelos a la moda de Francia y de Flandes.<br />

A partir de una obra titulada Lettres d`une dame publicada en 1677, sabemos que las<br />

mujeres ricas españolas apreciaban mucho los encajes ingleses, hasta el punto de<br />

provocar que Carlos II, en 1667, dictara la primera disposición protectora gravando las<br />

tarifas de introducción de productores extranjeros. Con todo ello no se pudo impedir<br />

que continuara el contrabando y le importación de encajes belgas.<br />

Hacia el siglo XVIII, los encajes pasaron a tener en Cataluña una parte importante de<br />

la vida comunitaria, hasta el punto que esta industria es citada en los diarios de viajes de<br />

diferentes <strong>per</strong>sonajes. En el año 1775 un viajero inglés llamado Swinburne visitó<br />

Barcelona y pudo constatar el gran comercio existente por lo que hace referencia a las<br />

puntillas y la gran cantidad de mujeres de los pueblos de las cercanías que hacían<br />

encajes de color negro con los bolillos, algunas de ellas, las de trabajo más grueso<br />

realizados con hilos de aloe.<br />

Martorell fue considerada por el mismo viajero como una gran ciudad llena de<br />

manufacturas de encajes negros, en cuya producción trabajaban hasta niñas de tres y<br />

cuatro años.; Esparraguera también es citada por una gran productora de tejidos y<br />

encajes. 15 .También Antonio Ponz, en su Viaje de España, destaca la importante<br />

producción de encajes de Martorell. 16 .<br />

Un autor francés, Peuchet, hablando de Barcelona, afirma que sus encajes son<br />

parecidos a los franceses si bien de inferior calidad, dejando de lado su partidismo,<br />

aporta importantes datos referidos al siglo XVIII: en esta época, la fabricación de<br />

encajes ocupaba a 2.000 mujeres entre la ciudad de Barcelona y los pueblos vecinos, y<br />

esta producción era vendida en Castilla, Andalucía y los países sudamericanos y<br />

centroamericanos.<br />

14 Capamny de Mo0ntplau, Antoni de Memorias históricas sobre la marina, comerio y artes de la antigua<br />

ciudad de Barcelona. Pp.222 Madrid 1792<br />

15 Swinburrne, Henry, Travels through Spain, in the years 1775 and 1776. pp. 45-50 Londres 1779<br />

16 Pons, Antonio. Viaje de España v.14 pp 132 Madrid 1778


62<br />

Estas 2.000 bolilleras de que habla Peuchet contrastan con las 12.000 que en 1795,<br />

solamente veinte años más tarde, hace constar Vargas en su Diccionario Geográfico,<br />

solamente en la ciudad de Barcelona.<br />

Ya en el siglo XIX aparecen nuevos pueblos citados como centros de producción;<br />

Tordera, Malgrat, Pineda, Calella y especialmente Arenys de Mar y Arenys de Munt.<br />

Mataró es citada por Laborde 17 , cronista de Napoleón, por sus siete fábricas de puntillas<br />

de lino y las diecisiete de blonda.<br />

Bury Palliser afirma que después de la Guerra de la Independencia había en Cataluña<br />

34.000 encajeras. La verificación de estos datos es difícil, <strong>per</strong>o lo que sí es cierto que<br />

durante el <strong>per</strong>íodo napoleónico Cataluña exportó gran cantidad de encajes a Francia,<br />

realizado en Barcelona y otras poblaciones como el Vendrell, l`Arboç, Sant Vicenç de<br />

Calders, Sant Andreu de Llavaneres y Argentona.<br />

No hay ninguna duda que si algún lugar se puede destacar en la producción encajera<br />

en Cataluña es en Arenys de Mar y Arenys de Munt. La investigadora Florence Lewis<br />

May, llegó a decir que en Arenys es como si todas las mujeres se hubiesen dedicado a<br />

tejer encajes desde el día de su nacimiento. 18 .<br />

Los tipos de encaje que trabajan son muy variados, <strong>per</strong>o los nombres más evocativos<br />

se han <strong>per</strong>dido en el tiempo. Actualmente se conocen con el nombre genérico de punta<br />

d´Arenys o ret fi catala. 19 .<br />

No podemos olvidar que Cataluña ha sido pionera en la producción de blondas al<br />

estilo de Chantilly, no sólo en la cantidad sino en la calidad. Son muchos los<br />

especialistas en la materia que consideran que el origen de la blonda es catalán y no<br />

francés. Algunas de estos trabajos estilo Chantilly han recibido el nombre de randes<br />

barceloneses. Por otro lado, sin lugar a dudas, Cataluña no ha sido su<strong>per</strong>ada en el arte<br />

de dar color a los encajes, con materiales como pueden ser el oro, la plata y las sedas.<br />

De las blondas policromas de Cataluña se conserva una de las más bellas obras maestras<br />

en el Museo Textil de la Indumentaria de Barcelona; el diseño fue realizado por Joseph<br />

Fiter i Tomás i Estruch, y supuso una habilidad técnica difícil de su<strong>per</strong>ar porque está<br />

realizada en una sola pieza, utilizándose más de doscientos bolillos.<br />

Después de este paseo por la historia de los encajes en Cataluña, creo que también es<br />

interesante conocer como se desarrollaba la vida cotidiana dels treballadors de la punta.<br />

.<br />

17 Labordem Aleixandre Itineraire descriptif de l`Espagne v Firmin Didot Fréres Libarires Paris 1829<br />

18 May, Florence Lewis. Hispanic lace and lace making. The Hispanic Society of América Nueva York<br />

1939<br />

19 Vegeu Pons Hurí, Joseph Maria. Museu d`Arenys de Mar. Departament de <strong>Cultura</strong> de la Generalitat de<br />

Catalunya. Ajuntamente d `Arenys de Mar 1973


63<br />

9.1 ELS TREBALLADORS DE LA PUNTA.<br />

Cuando se hace referencia a alguna leyenda sobre el origen de los encajes y las<br />

encajeras, hay que hacer notar el carácter fundamentalmente femenino de esta actividad<br />

y la estadística así lo confirma. Las bolilleras son mujeres.<br />

Tanto en las localidades costeras como en el interior, en los momentos en los que el<br />

tiempo no <strong>per</strong>mitía trabajar en el campo o en el mar, la agilidad de las manos y la<br />

habilidad de las mujeres con los bolillos, eran la única actividad que <strong>per</strong>mitía el ingreso<br />

de algún dinero en el ámbito familiar.<br />

Estas mujeres crearon un comercio y una gran industria, que en muy poca medida<br />

revirtió en ellas mismas.<br />

Algunas crónicas históricas, como la de Laborde, constatan que esta industria se<br />

desenvuelve en las casas particulares, donde las mujeres trabajan por su cuenta y bajo su<br />

propio criterio.<br />

Pero en realidad, este trabajo “casero y familiar”, formaba parte de una cadena de<br />

producción que algunos autores no dudan en calificar de absolutamente jerarquizada. 20<br />

En el primer escalón encontramos a los comerciantes, que invertían el capital,<br />

vendían y exportaban. En segundo lugar los diseñadores; estos creaban el modelo o<br />

dibujo, que a veces hasta incluso patentaban. Por debajo del diseñador aparece el que<br />

dibuja el patrón y las puntillas sobre el cartón. Este picador o picadora se asegura que el<br />

modelo pueda ser adaptado a la técnica del encaje. Una vez los cartones son definidos y<br />

debidamente autentificados por los comerciantes, pasan a manos de los merceros,<br />

capataces o dadores, según se les nombraba en diferentes lugares. Parece ser que la<br />

figura de estas mujeres, piezas importantes en la cadena de producción de los encajes, se<br />

remonta al siglo XVI, y son las intermediarias indispensables entre los comerciantes y<br />

las obreras. Ellas distribuían el trabajo, el cartón y el hilo necesario y lo pasaban a<br />

recoger de semana en semana, e incluso podían rehusarlo si no se había seguido el<br />

dibujo punto por punto. Al final de la cadena es donde aparece “la puntaire”<br />

En ocasiones las bolilleras y merceros podían introducir algún cambio, transformando<br />

parte de los cartones, <strong>per</strong>o por norma general la realización de una pieza se convertía en<br />

un trabajo colectivo, ya que una parte importante del trabajo de los merceros era<br />

fraccionar en diferentes trozos o patrones la composición total de una pieza. La<br />

repartidora procuraba no darlos nunca a una misma bolillera, e incluso evitaba que parte<br />

de un mismo diseño fuera a parar a encajeras vecinas o conocidas. Con este sistema<br />

ninguna de las obreras llegaba a conocer el conjunto en su totalidad y el comerciante se<br />

aseguraba que la encajera no pudiese representar una competencia desleal trabajando<br />

por su cuenta.<br />

20 Durand, Jacques. Le monde dentelliére, pp.153-157.Artisans du Pays d`Oc Editions de la Source.


64<br />

Nunca a lo largo de su historia las bolilleras estuvieron organizadas en defensa de sus<br />

intereses ni económicos ni laborales, ni tampoco existían reglamentaciones para su<br />

protección. Bury Palliser escribió que a principio del siglo XIX, descontando los días<br />

festivos, las encajeras trabajaban 260 días al año y apenas cobraban por su trabajo: una<br />

media de 2 reales diarios.<br />

En contrapartida, los diseñadores de los cartones han sido siempre hombres, y así<br />

como la encajera siempre ha figurado en el anonimato, se conocen los nombres de<br />

bastantes dibujantes de patrones, que a partir de la segunda mitad del siglo XIX fueron<br />

artistas especializados, entre ellos un catedrático de Bellas Artes de la Escuela de Artes<br />

y Oficios así como el escultor Fausté que aprendió el arte de dibujar los encajes en<br />

Paris.<br />

A pesar de la creatividad de estos diseñadores casi siempre la influencia de la moda<br />

se hacía notar, especialmente la francesa, y muchas veces se repiten los modelos mas<br />

aceptados por el público con tal de aumentar las ventas.<br />

La Biblioteca de los Museos de Arte de Barcelona, conserva una colección de<br />

cartones cedida por Joseph Puig i Cadalfach de Mataró 21 .<br />

Por esta razón, una muestra que ha sido creada en un lugar no quiere decir que sea en<br />

él donde se trabaje. La movilidad actual de las trabajadoras del encaje, especialmente<br />

cuando se reúnen en “trobadas” “diadas” o encuentros según se llama donde se<br />

celebran propicia el continuo intercambio de patrones.<br />

21 Ferré de Ruiz-Narvaez, Adelaida. Col.lecció de patrons de puntes al coixí ingresada la biblioteca dels<br />

museus d`Art.


10.ASPECTOS TÉCNICOS<br />

65


66<br />

10.1 MATERIAL DE TRABAJO NECESARIO<br />

ACERICO<br />

BOLSITA PARA BOBINAS. Se hace una bolsita o saquito de tamaño un poco mayor<br />

que el de los bolillos, para guardar en ella los bolillos restantes, los pares que se saquen,<br />

las tijeras, la bobina, etc.<br />

PORTABOLILLOS<br />

TAPADOR. Se corta un trozo de tela algo mayor que las dimensiones de la<br />

almohadilla, para tapar la labor y protegerla del polvo, etc.<br />

CINTA O VENDA PARA SUJETAR LOS BOLILLOS. Necesaria para sujetar los<br />

bolillos a la almohadilla siempre que vayamos a desplazarla o si la vamos a dejar<br />

apoyada en una silla…. Así aseguramos que, si se nos cae la almohadilla, los bolillos y<br />

los hilos seguirán en su sitio.<br />

BOLILLOS<br />

La tradición dice que al principio del encaje, de los hilos se colgaron pequeños<br />

plomos o huesos de las patas de los corderos. En la versión actual, son palillos de boj u<br />

otras maderas, torneados o trabajados a mano, que se dividen en tres partes: el mango, la<br />

caja y la cabeza. En la caja va el hilo arrollado, la cabeza sujeta la vuelta del hilo, y el<br />

mango es la parte que toma la encajera.<br />

Para la blonda, debido al finísimo grosor de la hebra de seda, los bolillos son de<br />

hueso o de madera muy ligera. Y su tamaño es más pequeño y delgado.<br />

El número de bolillos que se usa para cada labor, depende lógicamente del ancho de<br />

ésta. Hay puntillas muy estrechas, que no necesitan más de una docena de bolillos. En<br />

cambio, hay encajes que llevan varias docenas (a veces más de veinte) y parece un<br />

verdadero laberinto, para el profano en esta artesanía, saber cual corresponde coger. Si<br />

bien como nos dicen siempre que aprendemos a trabajar el encaje que no hay asustarse,<br />

porque sólo se trabajan dos pares cada vez.<br />

La fabricación de bolillos ha pasado desde el pastor que tallaba a mano el trozo de<br />

leña, hasta el tornero moderno que hace varias docenas al día.<br />

UNA CAJITA DE ALFILERES: La fabricación de alfileres y su <strong>per</strong>feccionamiento<br />

tuvo una especial influencia en los trabajos de encajes de bolillos. En Francia no se<br />

usaron hasta 1575.<br />

Como dato curioso decir que en Rusia en un principio, antes que alfileres se usaban<br />

espinas de madera. De cualquier manera se sabe que en los primeros encajes su uso era


67<br />

muy limitado y que el abaratamiento en su fabricación también contribuyó a la<br />

expansión del encaje entre las clases menos favorecidas económicamente.<br />

Es preferible que los alfileres sean largos y finos, de acero inoxidable y de buena<br />

calidad, para evitar que se doblen, se rompan o incluso que se oxiden.<br />

HILO DE ALGODÓN O DE LINO: El mejor hilo para hacer encaje de bolillos es el<br />

lino. En España es difícil de encontrar, ya que apenas se cultiva, por lo que se está<br />

utilizando mucho el algodón. Siempre debemos comprar el hilo de la mejor calidad y de<br />

un retorcido mediano.<br />

Hoy todos los hilos, además de las fibras naturales del algodón llevan fibras<br />

sintéticas. Y, desde luego, su torcido y fabricación es especial, aclarando esta diferencia<br />

la palabra “encaje” impresa en la etiqueta de las bovinas.<br />

Todos los hilos gruesos han tenido su aplicación para hacer encaje. Sin embargo hay<br />

unos números más usados porque se adapten mejor a la realización de la labor. Los<br />

números 20, 30 y 40 tienen prioridad. Con los números 50, 60, y 70 se trabajan piezas<br />

especiales. El número 100 se usa para trabajos equivalentes a la blonda.<br />

LA ALMOHADA es el elemento fundamental para el trabajo de la artesana encajera.<br />

Generalmente la confecciona ella misma rellenando de paja una funda de tela. La<br />

almohada típica de Camariñas tiene una forma semejante a la de un cilindro aplastado.<br />

Sus dimensiones dependen de la labor que se trabaje, siendo más ancha o larga según lo<br />

sea ésta. Se puede establece una media de 30 cm de ancho por 50 cm, de altura.<br />

Almohadillas las hay de muchos tipos. Dependiendo del lugar donde se trabaje el<br />

encaje recibe un nombre distinto: mundillo es por el que se le conoce en muchas<br />

regiones y tiene la particularidad que a medida que se avanza en el trabajo del encaje, el<br />

espacio se va reduciendo, y cuando se llega al pie de la almohadilla hay que quitar todos<br />

los alfileres que sujetan la plantilla y subir toda la labor a la parte su<strong>per</strong>ior de la<br />

almohada. Este sistema es más complicado sobre todo cuando se es poco diestra en el<br />

trabajo. Por ello abundan mucho los bolilleros que tienen un cilindro redondo al que se<br />

sujeta la plantilla y a medida que se trabaja va girando, la puntilla se va enrollando<br />

sobre sí mismo y nunca hay que quitar los alfileres.<br />

Cuando el trabajo lo requiere por su anchura y no puede acoplarse el bolillero<br />

tradicional, hay también otros redondos o suplementos que se sujetan al cilindro y que<br />

sirven para la confección de tapetes o pañuelos de mayor tamaño.<br />

Otros elementos que componen la almohada son:<br />

. Cornas, cilindros de madera que sobresalen de la parte su<strong>per</strong>ior de la almohada.<br />

. Coira, que consiste en un rectángulo tradicionalmente hecho de cuero que se coloca<br />

debajo de los bolillos para que estos se deslicen mejor.


68<br />

.Palleta, trozo de madera que se apoya en las cornas de la almohada y que sirve para<br />

ir enrollando el encaje realizado.<br />

. Cartón o picado, previamente agujereado por el cual se va siguiendo el modelo a<br />

desarrollar.<br />

. Palillos de madera en los cuales va enrollado el hilo que se va soltando a medida<br />

que es necesario para realizar la labor.<br />

El hilo es un elemento fundamental para hacer el encaje, puesto que de su calidad y<br />

grosor va a depender en gran medida el resultado de la labor. El grosor de hilo más<br />

utilizado es el del número 20 (hilo fino). Cabe señalar que en el pueblo de Camariñas se<br />

emplea más el hilo fino que en los alrededores ( Arou, Ponte do Porto, Xaviña, etc.),<br />

donde se emplea el hilo más grueso.<br />

ACCESORIOS<br />

Punzón Fantasía<br />

Punzón sencillo<br />

Punzón torneado<br />

Tablilla sujetabolillos<br />

Colgador bolillos<br />

Varillaje para abanico<br />

Minimundillo<br />

Buril saca alfileres<br />

Buril con aguja de ganchillo para remates<br />

Buril picador para patrones<br />

Punzones fantasía


69<br />

10.2 EL PICADO<br />

El picado es el patrón (hecho sobre cartón, cuero etc), por el cual se guía la artesana<br />

para hacer la labor. Está agujereado en aquellos lugares donde la encajera deberá<br />

colocar los alfileres al realizar la labor.<br />

Un buen picado es fundamental para que el trabajo de la artesana llegue a buen fin,<br />

puesto que por muy buena que sea ésta, si el picado esta mal hecho la labor resultante<br />

será de mala calidad.<br />

Para hacer un picado son necesarios conocimientos de geometría, dibujo, encaje y un<br />

cierto sentido de la estética. La mayor parte de los encajes, sobre todos los geométricos,<br />

se hacen sobre un papel cuadriculado. La razón del uso de este papel es que sirve como<br />

pauta sobre la cual se va repitiendo el módulo básico que forma el dibujo. Además la<br />

cuadricula sirve de guía para construir líneas rectas y ángulos de 45 y 90 grados, que<br />

son los más habituales en los encajes geométricos.<br />

Según el grosor del hilo los agujeros deberán estar más o menos separados (a mayor<br />

grosor, mayor separación) por lo cual se emplean cuadrículas de distinto tamaño para<br />

realizar los picados.<br />

Hay artesanas que se dedican exclusivamente a esta labor de picar patrones, son las<br />

llamadas “picadoras”. El trabajo de estas mujeres consiste fundamentalmente en hacer<br />

los picados de las labores que traen las encajeras.<br />

Hoy en día también nos podemos ayudar de la informática para hacer los picados, con<br />

lo cual se consigue gran <strong>per</strong>fección, pudiéndose incluso ajustar un accesorio <strong>per</strong>iférico<br />

al ordenador para que agujeree el cartón.<br />

Casi no existen nuevos diseños y los pocos que se realizan consisten<br />

fundamentalmente en pequeñas variaciones de otros, sobre todo cambios de puntos o<br />

leves variaciones de forma.<br />

Por ello se considera un hallazgo para las encajeras ex<strong>per</strong>tas cuando por un azar<br />

afortunado se recu<strong>per</strong>an viejos dibujos encontrados en algún convento o casa de alguna<br />

<strong>per</strong>sona anciana que ni recordaba que los tenía .


70<br />

10.3 TECNICA.<br />

Las partes de que se compone cualquier encaje son las siguientes:<br />

El pié. Es la parte por la cual el encaje se va unir a la tela, por lo<br />

que debe tener una cierta consistencia. Normalmente está<br />

confeccionado con punto de par entero y de par volteado, aunque<br />

existen variantes tanto en la forma (rectilíneos, curvilíneo o mixtos)<br />

como en las técnicas utilizadas.<br />

El Pié<br />

El Centro. Esta parte está situada entre el pié y la puntilla, entre<br />

dos pies (entredós) o entre dos puntillas. En el centro distinguimos<br />

dos elementos: el fondo y los nutridos. Se puede decir que el fondo<br />

es la red, más o menos transparente, sobre el cual destacan los<br />

nutridos, que configuran formas opacas.<br />

El centro<br />

La puntilla. Esta es la parte del encaje en que el borde queda libre;<br />

es decir, no se una a la tela. En su confección pueden intervenir pares<br />

que le llegan desde el centro y/o pares que son exclusivos de la<br />

puntilla propiamente dicha<br />

Ornamentación<br />

La puntilla.<br />

1 Geométrico. En este tipo de encajes no encontramos representados motivos<br />

concretos, sino una continua repetición de un módulo básico a lo largo de todo el<br />

trabajo, de manera que se consigue un claro predominio de la simetría y armonía en toda<br />

la pieza.<br />

2 Figurativo. En ellos cabe destacar la presencia de distintos tipos de figuras sobre<br />

fondo formado a veces por una malla geométrica (formada por puntos de fondo) o<br />

sujetos por cordones o pares volteados al resto del trabajo.<br />

La técnica del encaje de bolillos es bastante sencilla a pesar de la fama de enredosa y<br />

complicada. Siempre se juega con las torsiones, trenzados, enlaces y cruces.<br />

Las torsiones son dos hebras que giran una sobre otra y sirven para hacer cuerdas.


71<br />

Las trenzas son entrelazados de al menos tres hebras, aunque lo usual es que se hagan<br />

con cuatro, se entrelazan alternativamente por arriba y por abajo, igual que las trenzas<br />

del cabello. Los trenzados están en el origen de los “puntos de tela, espíritu, trenzas,<br />

guipur etc”.<br />

Los enlaces están en los lugares de encuentro del dibujo, y pueden hacerse por<br />

simples cruces de las hebras, cruces sucesivos y también enganches hechos con<br />

ganchillo.<br />

CRUCES<br />

Cruce de medio par.: Para hacer este cruce utilizamos tres bolillos (un par y un guía).<br />

Le llamamos guía al par (en el par entero) o palillo (en el medio par) que llevan los hilos<br />

que hacen de trama de la labor de dichos puntos, es decir, el hilo o hilos que van y<br />

vuelven de derecha a izquierda de la zona que cubre el punto, pasando por los demás<br />

hilos de los bolillos que cubren la zona<br />

En el cruce de medio par se pasan primero el bolillo derecho sobre el izquierdo del<br />

par y luego el bolillo guía sobre el primero y por debajo del segundo.<br />

Cruce de par entero. En este cruce utilizamos dos pares (cuatro bolillos). Se pasa<br />

primero el dos por encima del tres y luego el cuatro por encima del dos y el tres por<br />

encima del uno. Por último se pasan el uno por encima del cuatro.<br />

Zurcidos: Para hacer el zurcido utilizamos cuatro bolillos. Llevando siempre el<br />

mismo bolillo como lanzadera lo vamos pasando por los otros tres, alternando una vez<br />

por encima y otro por debajo.<br />

DISEÑOS<br />

La técnica del encaje de bolillos <strong>per</strong>mite diseñar prácticamente cualquier dibujo,<br />

aunque lo más habitual es copiar los modelos tradicionales y adaptarlos a cualquier<br />

su<strong>per</strong>ficie: cuellos, colchas, mantelerías, cojines, etc.<br />

Para realizar tapetes y paños cubre mesas, los adornos geométricos parecen casi una<br />

norma. No aparece ningún dibujo concreto, sólo una combinación de formas en donde<br />

la simetría es básica para dar armonía a la pieza. A base de zurcidos se van creando<br />

polígonos circulares, rectilíneos, cuadrados, rectángulos, rombos….<br />

La naturaleza también es un recurso de lo más utilizado. Animales y plantas son<br />

recreados por las encajeras, así como figuras humanas.<br />

Las posibilidades son infinitas, por lo que no es de extrañar que se imiten floreros,<br />

jarrones…. y prácticamente cualquier objeto inerte de la vida.<br />

Además, el encaje de bolillos se puede utilizar para realizar bordados y grabar<br />

iniciales y nombres.


11.FICHAS DE LAS<br />

CARACTERÍSTICAS DEL<br />

ENCAJE DE BOLILLOS<br />

72


73<br />

NOMBRE: GUIPUR<br />

PAÍS DE ORIGEN: ESPAÑA<br />

UTENSILIOS: ALMOHADILLA, ALFILERES Y BOLILLOS<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN FINO<br />

CARACTERÍSTICAS: HOJITAS FORMANDO FLORES<br />

USOS: PAÑUELOS, TAPETES PEQUEÑOS


74<br />

NOMBRE: PUNTA DE MILAN<br />

PAÍS DE ORIGEN:, ITALIA ,<br />

UTENSILIOS: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODONES FINOS<br />

CARACTERÍSTICAS: COMBINA CINTAS CON FLORES Y HOJAS<br />

USOS: CUBREMESAS, TAPETES, CHALES


75<br />

NOMBRE: PUNTA DE BRUSELAS<br />

PAÍS DE ORIGEN: BELGICA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA REDONDA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN, MUY FINO EXCLUSIVO DE BELGICA Y<br />

SEDAS<br />

CARACTERÍSTICAS: LAS PESTAÑAS, ES LA MAS RICA DE LAS<br />

PUNTAS BELGAS. BARROCO<br />

USOS: CHALES, GUANTES Y MANTILLAS


76<br />

NOMBRE: DUQUESA CLASICA DE BRUJAS<br />

PAÍS DE ORIGEN: BELGICA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA REDONDA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN, MUY FINO.<br />

CARACTERÍSTICAS: MEDALLONES QUE FORMAN MEDIOS<br />

OVALOS Y MOTIVOS RODEADOS DE GALERIAS<br />

USOS: ABANICOS, APLICACIONES Y TAPETES


77<br />

NOMBRE: VALENCIENNES<br />

PAÍS DE ORIGEN: BELGICA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN MUY FINO<br />

CARACTERÍSTICAS: FONDOS DE TUL CON CALADOS DE<br />

TRENZAS<br />

USOS: LENCERIA FEMENINA


78<br />

NOMBRE: PUNTO DE CINTA<br />

PAÍS DE ORIGEN: ITALIA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN FINO<br />

CARACTERÍSTICAS: CINTA HECHA CON 12 BOLILLOS A PUNTO<br />

DE TEJIDO<br />

USOS: VE STUARIO ECLESIASTICOS, ABANICOS Y TAPETES


79<br />

NOMBRE: CHANTILLY<br />

PAÍS DE ORIGEN: FRANCIA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN FINO Y SEDAS GRANADINA<br />

CARACTERÍSTICAS: FONDO DE TUL CON DECORACIONES<br />

FLORALES<br />

USOS: INDUMENTARIA FEMENINA


80<br />

NOMBRE: BLONDA<br />

PAÍS DE ORIGEN: ESPAÑA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODONES FINOS Y SEDAS O HILO METÁLICO<br />

CARACTERÍSTICAS: CUADRADOS DE PUNTO TEJIDO UNIDOS<br />

CODN TRENZA<br />

USOS: REMATES ( MANTELES, TOALLAS, ROPA FEMENINA)


81<br />

NOMBRE: GEOMÉTRICA<br />

PAÍS DE ORIGEN: DESCONOCIDO<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA CUADRADA, BOLILLOS Y<br />

ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN MUY FINO<br />

CARACTERÍSTICAS: FIGURAS GEOMÉTRICAS REPETIDAS<br />

USOS: PAÑUELOS Y MANTELITOS


82<br />

NOMBRE: PUNTA DE INGLATERRA<br />

PAÍS DE ORIGEN: INGLATERRA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN FINÍSIMO<br />

CARACTERÍSTICAS: PUNTA MIXTA QUE REQUIERE BOLILLO Y<br />

AGUJA ALTERNÁNDOLOS. DIBUJOS VAPOROSOS Y ELEGANTES<br />

USOS: MANTILLAS, CHALES, CUELLOS


83<br />

NOMBRE: PUNTA DE BARCELONA<br />

PAÍS DE ORIGEN: CATALUÑA, ESPAÑA<br />

MATERIALES: AGUJA, TUL Y BOLILLOS<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN FINO DE UNA SOLA HEBRA<br />

CARACTERÍSTICAS: ASPECTO LIGERO A PESAR DE LA<br />

DIFICULTAD DE UNIR EL TRABAJO DE AGUJA CON EL DE<br />

BOLILLOS<br />

USOS: ORNAMENTACION RELIGIOSA


84<br />

NOMBRE: MALINAS<br />

PAÍS DE ORIGEN: ITALIA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA, HILO Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN, LINO<br />

CARACTERÍSTICAS: FONDO DE TUL, TRENZAS Y DECORACION<br />

VEGETAL<br />

USOS: MANTELERIAS, TAPETES, COLCHAS


85<br />

NOMBRE: ENCAJE<br />

PAÍS DE ORIGEN: ESPAÑA<br />

MATERIALES: ALMOHADILLA REDONDA, HILO Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN Y LINO FINO<br />

CARACTERÍSTICAS: COMBINACION DE VARIOS PUNTOS<br />

LIGEROS Y DENSOS<br />

USOS: MEDALLONES PARA APLICACIONES, TAPETES


86<br />

NOMBRE: RET FI CATALA<br />

PAÍS DE ORIGEN: CATALUÑA, ESPAÑA<br />

MATERIALES: ALMOHADIDLLA, BOLILLOS Y ALFILERES<br />

TIPOS DE HILO: ALGODÓN FINO BLANCO<br />

CARACTERÍSTICAS: FONDO DE TUL Y DECORACIONES<br />

INGENUAS DE INSPIRACION NATURALISTA DE TEMAS MARINEROS<br />

USOS: MANTELES, SOBREMESA Y TAPETES


12. CONCLUSIONES<br />

87


88<br />

CONCLUSIONES<br />

En el desarrollo de este trabajo he tratado de mostrar la importancia que a través<br />

de varios siglos tuvo todo lo relacionado con el encaje, tanto a la aguja como al bolillo.<br />

Desde épocas muy remotas sabemos que se trabajaron las redecillas, los<br />

bordados con cuentas de vidrio, los tejidos anudados por medio de bobinas, palitos y<br />

huesos y el cruce de hilos, todo ello precursor de lo que más tarde sería el encaje, que no<br />

aparece con este nombre hasta el siglo XVI. Son varios los países que se disputan su<br />

origen entre ellos Italia, Bélgica y España. Pronto ser convirtió en un artículo de lujo de<br />

gran demanda, en parte debido a sus diseños geométricos claramente definidos muy al<br />

gusto renacentista. Durante los siglos XVII y XVIII, las gorgueras, los cuellos, las<br />

mantillas, delantales y sombreros y las calzas de lino adornadas con puntillas que se<br />

llevaban sobre las medias eran aderezos en la vestimenta de damas y caballeros de la<br />

nobleza y de la burguesía adinerada. La Iglesia también utilizaba los encajes no sólo<br />

para uso <strong>per</strong>sonal de las altas jerarquías sino para enriquecer los ornamentos rituales.<br />

La gran demanda de estos artículos de lujo hizo que los diseños cada vez fueran<br />

más sofisticados llegando a ser los pintores en ocasiones quienes dibujaban los modelos<br />

barrocos que luego se trabajaban en hilos y sedas de la mejor calidad.<br />

En todo este tiempo, alrededor de esta industria se desarrolló rápidamente lo que<br />

denominaríamos comercio interior y exterior: si la producción propia no cubría las<br />

necesidades del mercado porque la demanda era mayor como ocurría en Austria, o<br />

porque la calidad de las puntillas autóctonas no era la mejor como en Grecia, se recurría<br />

a la importación generalmente de Italia y Flandes, que era las mayores productoras junto<br />

con España especializada en piezas suntuarias. A la inversa, no sólo se exportaba a<br />

países del norte de Europa como Dinamarca y Rusia, sino que muchas veces los propios<br />

artesanos se desplazaban a otros lugares para enseñar la técnica y al mismo tiempo crear<br />

escuelas, puestos de trabajo y sobre todo riqueza.<br />

En lo referente a este último punto las ganancias proporcionadas por la<br />

confección, venta, comercialización y exportación de los encajes no llegaban nunca a<br />

las manos de quienes los trabajaban; eran los comerciantes quienes invertían el capital,<br />

vendían y exportaban. Diseñadores, patronistas y quienes repartían el trabajo entre las<br />

trabajadoras eran quienes disfrutaban los beneficios y en el último escalón encontramos<br />

a las mujeres y niñas que eran las que lo confeccionaban.<br />

La mujer en el antiguo régimen: en principio sus circunstancias eran casi<br />

siempre las mismas: analfabetas, de clase humilde, cuya única forma de aportar ingresos<br />

a la débil economía familiar era, o trabajar en las ciudades de niñeras, o en la<br />

producción textil y dentro de ella los bordados y encajes. Este trabajo lo realizaban<br />

después de las labores de la mar o del campo, no hay que olvidar que la Europa<br />

medieval era eminentemente agrícola y por tanto la artesanía estaba condicionada por la<br />

siembra y la recogida de las cosechas.


89<br />

Trabajaban en el domicilio familiar en solitario, trasmitiendo las enseñanzas de madres<br />

a hijas empezando a edades muy tempranas y con una remuneración muy escasa. No<br />

tenían protección social de ningún tipo porque los gremios estaban formado<br />

por hombres y sólo excepcionalmente admitían a la viuda de algún miembro del gremio<br />

<strong>per</strong>o sin derecho a firmar ningún trabajo. En aquellos lugares en los que trabajaban<br />

muchas mujeres, para evitar que se organizasen y pudieran comercializar por ellas<br />

mismas sus productos, los intermediarios les repartían el trabajo fraccionado y de este<br />

modo nunca conocían la composición total de una pieza.<br />

Con pequeñas variaciones debidas a la climatología y a las costumbres de cada<br />

país, de este modo se desenvolvía la vida de la mujer trabajadora hasta que en Inglaterra<br />

a mediados del siglo XVIII tuvo origen la Revolución Industrial, que empezó por el<br />

sector del algodón y que al introducir el maquinismo fue el principio de unos cambios<br />

que se extendieron por toda Europa , con mayor rapidez en los países de occidente y<br />

más lentamente en los orientales <strong>per</strong>o que modificaron profundamente los sistemas de<br />

trabajo y la estructura social. De este cambio participaron también las mujeres<br />

trabajadoras que al abandonar los campos empezaron a trabajar en las fábricas, donde<br />

competían en el mercado laboral con los hombres, <strong>per</strong>o sobre todo en las primeras fases<br />

de elaboración de la lana y fábricas textiles. Los empresarios preferían emplear a<br />

mujeres por su habilidad y porque los sueldos que se les pegaban eran dos o tres veces<br />

inferiores al de los hombres, <strong>per</strong>o también porque las primeras organizaciones sindicales<br />

estaban formadas sólo por hombres. Las largas jornadas de trabajo –de hasta 14 horascon<br />

descanso sólo el domingo por la tarde, las pésimas condiciones laborales y la<br />

explotación infantil fueron algunos de los peores ejemplos del primer capitalismo<br />

industrial.<br />

En lo que se refiere a la producción del encaje, la mecanización, la desaparición<br />

de muchos de los talleres artesanales, la incorporación de la mujer a la fábrica y el<br />

cambio en las modas, fueron algunos de los factores que estuvieron a punto de hacer<br />

desaparecer esta artesanía tan pujante hasta entonces. Sin embargo, la creación de<br />

escuelas de encajeras proliferaron por toda Europa, algunas tan importantes como la<br />

escuela estatal de Viena fundada en 1850, L’Unió Centrale de Beaux Arts en Francia en<br />

1863 y en Inglaterra el movimiento Art and Crafts fundado en 1888. Estas iniciativas<br />

respondían al deseo de no <strong>per</strong>der viejos oficios enfrentados a la presión del nuevo<br />

mundo industrial. Y para garantizar su funcionamiento se crearon movimientos con<br />

soporte institucional como la Sociedad Coo<strong>per</strong>ativa Nacional de Industria italiana, que<br />

garantizaban el trabajo por un sueldo digno a centenares de bolilleras que de otro modo<br />

no se hubieran dedicado a hacer encaje.<br />

Llegando a este punto pienso en el giro que ha dado la relación de la mujer con el<br />

encaje en la actualidad: hay dos formas de hacerlo; una es la de aquellas <strong>per</strong>sonas que lo<br />

confeccionan para su venta, bien individualmente o formando parte de algún taller o<br />

escuela, <strong>per</strong>o siempre en condiciones de trabajo adecuadas, con protección social y<br />

debidamente remuneradas. La otra, según mi punto de vista “la mejor”, tejer encaje es<br />

ahora una oportunidad más del tiempo libre, ya no se hace para ganarse la vida, sino<br />

para disfrutar, y es muy gratificante por muchas razones, algunas de las cuales son:<br />

- Aleja de la mente cualquier pensamiento molesto por la<br />

concentración que exige su confección


90<br />

- Desarrolla la paciencia<br />

- La creatividad<br />

- La disciplina<br />

- La pulcritud<br />

- La destreza manual<br />

- El orden<br />

- La finura en los acabados,<br />

Pero sobre todo es crear belleza a partir del cruce constante de los bolillos y ver como<br />

lentamente van surgiendo dibujos y formas de una gran delicadeza y que por ese medio<br />

pueden crearse piezas dignas de figurar en los museos.<br />

Otro punto que me parece necesario destacar, es un hecho que en estos últimos años en<br />

cualquier época, <strong>per</strong>o especialmente en primavera y verano se repite en muchos lugares,<br />

tanto en pueblos como ciudades importantes: me refiero a los encuentros de bolilleras,<br />

llamados según la región “trobadas” “palilladas””diadas “ etc.<br />

Se trata de una iniciativa que cada vez reúne a mayor número de encajeras –<br />

generalmente siempre hay también algún hombre- suelen hacerse con ocasión de alguna<br />

fiesta local o simplemente como un medio de atraer visitantes. En torno a largas mesas<br />

que los organizadores colocan en lugares adecuados, se colocan las encajeras con sus<br />

bolillos alrededor de las 10 de la mañana y hasta medio día, y en ese tiempo se habla<br />

con compañeras de otros pueblos, se intercambian patrones, ideas, se muestran los<br />

trabajos realizados, se invitan unos participantes a otros para sucesivos encuentros, y lo<br />

más maravilloso es el ambiente distendido, relajado y cordial del que se disfruta. Es la<br />

magia del encaje que consigue que en estos atareados tiempos que vivimos en los que<br />

la comunicación inter<strong>per</strong>sonal es cada día más difícil, estos encuentros sean como en un<br />

puente tendido entre aquellos en que las mujeres salían a la puerta de su casa a tejer y a<br />

gozar de la tranquilidad de una charla amable con las vecinas y este mundo de ahora,<br />

maravilloso en cuanto a avances tecnológicos <strong>per</strong>o un poco estresante.<br />

Esto es en líneas generales lo que para mí ha supuesto sumergirme en el pasado y<br />

conocer algo más de un mundo que siempre me ha parecido enriquecedor en todos sus<br />

aspectos y no sé si es procedente hacerlo, <strong>per</strong>o invito a cualquier <strong>per</strong>sona que no lo haya<br />

hecho nunca a empezar a tejer encaje. Estoy segura que es una ex<strong>per</strong>iencia por lo menos<br />

interesante.


13 BIBLIOGRAFIA<br />

91


92<br />

BIBLIOGRAFIA<br />

<strong>Encaje</strong> de bolillo y blondas en la ciudad de Almagro por Manolita Espinosa<br />

El “ret-fí catalá” o puntes d Arenys por Dolores Simarro Caiser y Nuria Adela<br />

Marot-Diez<br />

25 Anys d Escola de Puntaires.Museu Textil de Indumentaria 31-05-1988 a 30-04-<br />

1989.<br />

Puntas. Antonia y Monserrat Raventós Ventura, Profesoras de la Escola de<br />

Puntaires de Barcelona 1967.<br />

Associació Catalana de Puntaires.<br />

www.puntaires.com<br />

www.cultura.pueblos-espana.org./Bolillos/<br />

Associació de Puntaires de Terrassa<br />

www.iespana.es/yolanda-artesanía-de-bolillos/encaje<br />

wwwviversan.com/historia/encaje.2htm<br />

www.pasqualinonet.com.ar/el-bolillo.htm<br />

www.finesterrae.com/encaje/técnica.htm<br />

www.estilismo.com/decoración/reportaje2-decoración.htm<br />

www.victorian.fortunecity.com/museum/483/encaje2.htm<br />

www.manosmaravillosas.com/tienda/index.pgpcategoría-id=68<br />

www.camarinas.net/web/encaje/museo/intro.htm<br />

www.es.geocities.com/antjeglezherrero/materiales necesarios.htm<br />

www.dicoruna.es/neria/artesanía-pl.thm<br />

www.iaga.com/camarinnas/encaje.htm


93<br />

www.artehistoria.com/genios/cuadros/1502htm<br />

www.artehistoria.com/genios/cuadros/980.htm<br />

www.artehiustoria.com/genios/cuadros/1473.htm<br />

www.livronet.com/br/arteyestilos/biografías/pintores/fabritius.htm<br />

www.livronet.com.br/arteyestilos/biografías/pintores/fabritius.htm<br />

www.libronet.com/br/arteyestilos/biografías/pintores/fabritius.htm<br />

www.livronet.com.br/arteyestilos/biografías/pintores/fabritius.htm<br />

www.ciudad-almagro.com/04gacete/museo_encaje.htm<br />

http://<strong>per</strong>so.wanadoo.fr/dentelle.fuseau/reportagemuseebattexwyES.htm<br />

http://museu.arenysdemar.org/mares/00mares05.htm<br />

http://<strong>per</strong>so.wanadoo.fre/dentelle.fuseau/reportagearlancES.htm<br />

http://www.radio.cz/es/articulo/41377<br />

http://www.terra.es/<strong>per</strong>sonal2/puricoll/objetivo.htm<br />

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http://<strong>per</strong>so.wanadoo.fr/dentelle.fuseau/reportagemuseebattexeyES.htm<br />

http://216.239.37.104/translate.ville-alencon.fr/dentell<br />

http://216.239.37.104/trasnslate.virtualbruges.com/mu<br />

http://www.merlettoitaliano.com<br />

http://www.cyberlink.co.uk/allhallows/m<br />

http://www.kenmare.com/history/l<br />

http://www.radio.cz/es/artículo/41377


94<br />

Los grandes genios del arte. Biblioteca El Mundo. Goya<br />

Los grandes genios del arte. Biblioteca El Mundo. Velázquez<br />

Los grandes genios del arte. Biblioteca El Mundo. El Greco<br />

www.indexnet.santillana.es/rcs/archivos<br />

www.cnice.mecd.es/eos/materiales educativos/bachillerato/historia/rev-indus.<br />

www.artehistoria.com/historia/contextos/2440<br />

http://thales.cica.es/rd99/ed99-0314-01rev_ind.<br />

www.gentiuno.com/articulo.asparticulo 2305<br />

www.monografías.com/trabajos14/revolucionindustrial2<br />

html.rincondelvag.com/derechos-y-libertades-de-la-mujer<br />

www.monografías.com/trabajos12/revin/revin.shtml


95<br />

ANEXOS<br />

PRENSA<br />

PINTURA<br />

POESÍA<br />

MUSEOS


96<br />

1.1ACEBO<br />

(Artículo sacado de la revista de la Asociación Catalana de Puntarires)<br />

Acebo, un pueblecito de la provincia de Cáceres. Situado en plena sierra de Gata, es un<br />

de los lugares de Extremadura en los que se hace encaje de bolillos. Las bolilleras d<br />

Acebo han constituido una asociación y tienen una exposición <strong>per</strong>manente en los bajo<br />

del Ayuntamiento, donde previa cita, se puede visitar durante todo el año. Son un<br />

<strong>per</strong>sonas amables y acogedoras, explican que la función de la asociación e<br />

primordialmente ayudar a las bolilleras para que puedan vender sus trabajos, el preci<br />

de los cuales, son más que correctos en relación a la calidad de los mismos. Trabaja<br />

con bolillos gruesos y largos, de medida parecida a las de Arbos, hechos con madera d<br />

naranjo, ya que es un árbol muy abundante en estos lugares. Utilizan hilos nacionales30<br />

Su léxico es muy diferente del que se utiliza en Cataluña; por ejemplo, de la trenz<br />

dicen “cordón”, del punto de la Virgen, “arnero”, del punto de espíritu “panero”, de<br />

puntillón “gallito”, de la reja “mecedora·”, del torzal “vena”, etc. Todas las puntillas qu<br />

hacen tienen un nombre, una de las que hay en la exposición que en Cataluñ<br />

denominamos de los puentes, o de la punta de todo el mundo, allá la llama<br />

“caramelitos”. Otro nombre curioso es el de una puntilla que tiene un bonito dibuj<br />

floral que lleva por nombre “la envidiosa”, y es un nombre muy oportuno, ya qu<br />

cuando la ves tienen ganas de saber hacerlo o bien de comprarla.<br />

Extremadura es una región que reúne todas las condiciones geográficas y sentimentale<br />

necesarias para hacer deseable una visita: pueblos dormidos en el tiempo, espléndida<br />

“dehesas”, donde se cría el cerdo ibérico, ciudades como Cáceres llenas de arte<br />

rincones donde se mantienen vivas las tradiciones ancestrales.<br />

Acebo, a una hora y media de Cáceres, es un buen punto de partida para visitar el vall<br />

del Jerte, famoso por sus cerezos que en la primavera llevan de flores blancas y cuand<br />

maduran los frutos, lo visten con el rojo intenso de las cerezas.<br />

De hecho, encuentro muy interesante que las <strong>per</strong>sonas que amamos y valoramos l<br />

pequeña obra de arte que es una puntilla de bolillos, conozcamos las tradiciones, lo<br />

gustos, las preferencias de bolilleras muy alejadas de nosotras en el espacio, <strong>per</strong>o mu<br />

próximas en los sentimientos que nos mueven a todas delante de un bolillero si<br />

estrenar.<br />

Pilar Bregante<br />

-----------------------


97<br />

1.2 ARTICULOS DE PRENSA<br />

1.2.1 EUROPA PRESS 18-10-2003 10:34<br />

El Pabellón de La Azucarera de Monzón alberga el Encuentro de <strong>Encaje</strong> de Bolillos,<br />

en que participan más de mil <strong>per</strong>sonas.<br />

Un millar de <strong>per</strong>sonas participan en el VII Encuentro de <strong>Encaje</strong> de Bolillos, que se<br />

desarrolla en el Pabellón de la Azucarera de Monzón. Durante toda la mañana se<br />

sucederán diferentes actividades, y además se podrá contemplar la ejecución de<br />

trabajos de encaje. La directora del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) Elena Allué,<br />

ha inaugurado el centro.<br />

El pasado año, este Encuentro contó con la participación de un total de 892 <strong>per</strong>sonas,<br />

mientras que para la presente edición se han inscrito 1024 encajeros: teniendo que dejar<br />

en reserva a <strong>per</strong>sonas y grupos que presentaron su solicitud fuera de plazo.<br />

En esta séptima edición, como en años anteriores, se otorgarán premios al asistente<br />

de mayor y menor edad, al grupo asistente más distante de Monzón y a los tres trabajos<br />

más originales de cuantos se hayan realizado durante la mañana.<br />

Entre los datos de participación, además de destacar las 1024 <strong>per</strong>sonas inscritas, la<br />

provincia que contará con mayor número de participantes será Zaragoza (326), seguida<br />

de la de Huesca (314) y de Lérida (128). Pero no sólo estarán presentes bolilleras y<br />

bolilleros de provincias cercanas; también se han inscrito 96 <strong>per</strong>sonas de la provincia de<br />

Tarragona, 72 de Barcelona, 51 de Teruel, así como participantes de poblaciones de<br />

Gerona, Navarra o Castellón. La concejal del área de la mujer, María Eulalia Mateos, ha<br />

resaltado la colaboración en el desarrollo de esta actividad de Ibercaja, Caixa Penedés y<br />

la Asociación de Viudas “Renacer”, así como las ayudas recibidas por diversos<br />

establecimientos comerciales, al tiempo que ha invitado a “todos los ciudadanos a asistir<br />

al Encuentro de <strong>Encaje</strong> de Bolilllos”, con la seguridad de que “se sorprenderán por la<br />

gran afición existente, la calidad de los trabajos expuestos y el enriquecimiento cultural<br />

que se está logrando con la recu<strong>per</strong>ación de la técnica del encaje”


98<br />

1.2.2 EL MUNDO.<br />

Especial bolilleras. Barcelona, junio 2.000<br />

La “trobada” de hoy en el paseo de San Juan está llena de actos festivos y homenajes.<br />

DIADA DE LA BOLILLERA A BARCELONA O EL TRECE TAMBIEN TRAE BUENA<br />

SUERTE.<br />

Tal como anunciaba el titular del suplemento del diario El Mundo la XII Diada de la<br />

Bolillera, “llenó Barcelona del arte milenario de los hilos”, el domingo 4 de junio de<br />

2.000 en el paseo de San Juan, ¡y de que manera!. Con 5300 bolilleras inscritas. Con<br />

una cincuentena de puestos de comerciantes, con una serie de actos institucionales y<br />

festivos que movilizaron a unas 30.000 <strong>per</strong>sonas, según estimaciones de la Guardia<br />

Urbana de Barcelona.... fue una fiesta redonda, plena, de las que crean admiración,<br />

como suele ser lógico en esta clase de manifestaciones, altamente compartidas y con<br />

responsabilidades eficazmente asumidas, y desde la Asociación de Puntaires<br />

querríamos que así constase: todo el mundo estuvo donde hacía falta para que todo<br />

saliese redondo. Puede ser que hubiera demasiado sol.... <strong>per</strong>o esto habríamos de<br />

imputarlo a la calidad de los huevos que se llevaron, como para cada Diada, a las<br />

monjas de Santa Clara!.. Con el Instituto de <strong>Cultura</strong> del Ayuntamiento de Barcelona a la<br />

cabeza del cual, el concejal Sr. Ferrán Mascarell, se volcó en la Diada desde el mismo<br />

momento de su anuncio, como sabemos muy bien las <strong>per</strong>sonas de la Junta y como<br />

pudieron comprobar <strong>per</strong>fectamente las socias y socios presentes en la Asamblea<br />

ordinaria que aprobó la sede de la XIII Diada, y con las <strong>per</strong>sonas que forman parte del<br />

distrito de Gracia. Bajo el mismo concejal, la sintonía fue excelente, a pesar de que la<br />

magnitud de la manifestación podía abrumarnos a todos en cualquier instante.<br />

La alegría de la fiesta que presidió el alcalde Sr. Joan Clos, que ya había sido<br />

seducido por las puntillas durante la última y mojada Mostra de la Mercé, en las<br />

Ramblas de Barcelona, tuvo una proyección lúdica con los danzarines Gigantes y<br />

Cabezudos de la ciudad, el grupo de animación Flic-Flac, la Banda Municipal con un<br />

ajustado programa. Por lo que refiere a la seriedad y trascendencia, el descubrimiento de<br />

una placa en el domicilio de los Sres. Antonia y Monserrat Raventós, fundadores de la<br />

Escuela de Bolilleras y creadores de la puntilla que lleva el nombre de la ciudad, el<br />

ofrecimiento de pañuelos a los gigantes de Gracia a cargo de las bolilleras del centro<br />

católico de Gracia y las bolilleras Bienestar Social de la calle de Siracusa, las palabras al<br />

mas alto nivel de la Sra. Isabel Crego, presidenta de la Asocación Catalana de<br />

Bolilleras, del Ilmo. Sr. Ferrán Mascarell, y del Excmo Sr. Joan Clos, que fueron<br />

obsequiados, respectivamente, con el escudo de Gracia, hecho de encaje por la<br />

Asociación Catalana de Bolilleras, y con una muestra de la Punta de Barcelona, por<br />

parte de la Sra. Roser Abelló, directora de la escuela de Puntaires de Barcelona. Al acto<br />

asistieron como invitados especiales algunos alcaldes y concejales de poblaciones que


99<br />

han hecho anteriormente diadas, como el concejal de <strong>Cultura</strong> de Arenys de Mar, los<br />

alcaldes de lÀrboc del Penedés,<br />

El espléndido Paseo de San Juan de Barcelona se convirtió por un día, en la arteria<br />

bolillera más potente que nunca se ha podido ver. Por lo que se refiere all puesto de la<br />

Asociación, la multitud de responsables de los grupos que desfilaron pudieron admirar<br />

una pieza única, expuesta por gentileza de la magnífica compañera bolillera Josefina<br />

Castellví, “Maregassa”, de 70 x 100 cm hecha el año 2.000. Los bolillos de colección<br />

de este año, también hechos en Brujas, de madera de guatambo dentro de un estuche<br />

rojo, siguiendo la línea de color adoptada así mismo en los boletines de este año.<br />

La procedencia de las bolilleras también es una cuestión de enorme interés, y al<br />

margen de estar representadas prácticamente todas las comarcas con bolilleras de<br />

Cataluña pudimos gozar de la presencia de artesanas venidas del País Valenciano, del<br />

País Vasco, de Aragón, de Andorra, de la Rioja, Navarra, Andalucía, Castilla, <strong>per</strong>sonas<br />

todas ellas extraordinarias que han querido dar testimonio de su fidelidad a los encajes<br />

de Cataluña.<br />

.


100<br />

1.2.3 NOTAS DE PRENSA. Revista nº 52 Associació Catalana Puntaires<br />

EL MIRADOR. Joan Pallares Personat<br />

EN MI CASA HACEN BOLILLOS. Mi hija, una joven, que el mes que viene hará<br />

23 años, es bolillera como las de Arenys, <strong>per</strong>o esto de los bolillos no es sólo cosa<br />

catalana, es una tradición extendida por todas partes, con fama acreditada en Flandes,<br />

Alemania, y por toda Europa. Los encuentros de bolilleras son un recurso de fiesta<br />

mayor, cada vez más habitual, en el transcurso de las cuales las bolilleras muestran sus<br />

habilidades y el público disfruta paseando por las calles que ellas amenizan. Sardanas,<br />

castellers, correfocs, gigantes,... son elementos de la cultura tradicional popular que<br />

habitualmente constituyen un buen vínculo de integración. La oportunidad de las<br />

bolilleras es única y lo es esencialmente porque para las mujeres que llegan de países<br />

lejanos, las manualidades todavía son habituales, a pesar de que no constituyen una<br />

actividad cultural como aquí, sino un quehacer cotidiano, de modo que los puntos de<br />

bolillos, silenciosos, pueden constituir el punto de confluencia entre la cultura catalana<br />

de las mujeres de aquí y las recién llegadas. El encaje de bolillos acerca el idioma y la<br />

normalización y podrían ser bien patrocinados, no sólo un vínculo de integración, sino<br />

de vertebración de la próxima generación de catalanes.<br />

Con el título de “Boixets” el <strong>per</strong>iodista firma su colaboración diaria con el <strong>per</strong>iódico<br />

20 Minuts, el 271003.<br />

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101<br />

Leído en “DE SOL A SOL”. Publicado por LA VERDAD DE MURCIA 1 septiembre<br />

de 2001.<br />

El encaje de bolillo, el macramé, la malla o el frivolité puede que para algunos<br />

recuerden a otros tiempos y tengan quizás demasiado olor a alcanfor, <strong>per</strong>o son sin duda<br />

alguna uno de los mejores remedios para el estrés. Por si fuera poco, comienza a ser<br />

recetado por los médicos para aliviar la artrosis y otras patologías óseas y musculares<br />

propias de la época actual. El ayer y el hoy encajan a la <strong>per</strong>fección y darán prueba este<br />

fin de semana en la localidad granadina de Guadix en el I Encuentro Nacional de<br />

<strong>Encaje</strong>s.<br />

Labores domésticas denostadas para quienes quizás malinterpretan la liberación de la<br />

mujer y que son en realidad un arte y también un negocio con enormes posibilidades.<br />

Por ello, más de medio centenar de especialistas, bolilleros y bolilleras, llegados de toda<br />

España se afanarán este fin de semana en debatir sobre las técnicas y tendencias de estos<br />

trabajos artesanos, transmitidos de generación en generación, que alcanzan en el<br />

mercado de la moda, el hogar y la decoración precios cada vez más altos y,<br />

progresivamente logran estar día a día más solicitados por su calidad y prestigio.


102<br />

Artículo de prensa, Periódico ABC , del domingo 26 de septiembre de<br />

1.3 EL HILO DE LA PACIENCIA<br />

Madrid.. Pocas actividades artesanas exigen tanto tiempo y paciencia como el encaje<br />

de bolillos. Para demostrar al público como se realiza esta técnica tan tradicional –en<br />

Cataluña desde el siglo XV- doscientas encajeras de toda España se reunieron ayer en<br />

Spaitex , una de las muestras en vivo de artesanía textil más importantes del país que<br />

discurre en paralelo a la Intermercería.<br />

Junto al Pabellón La Pipa, en la Casa de Campo, artesanas de Móstoles,<br />

Arroyomolinos, Nalvalcarnero, Siguenza, Villarejo de Salvanés, Azuqueca y Burgos ,<br />

entre otras, se reunieron ayer en el Primer Encuentro de <strong>Encaje</strong>ras Espaitex y durante<br />

tres horas realizaron en vivo sus esmerados patrones. Puntillas, pamelas, abalorios,<br />

chales, bolsos, mantillas de novia, guantes, abanicos y campanitas y estrellas para<br />

árboles de Navidad son algunas de las labores que pueden realizarse con esta ancestral<br />

actividad textil.<br />

Y aunque la técnica ha variado muy poco con el paso de los años, si lo han hecho el<br />

diseño y el estilo. Así, laboriosas encajeras de Sigüenza –que contaban con las artesanas<br />

más jóvenes de la exhibición- recordaban todos los utensilios necesarios para este arte:<br />

el picado (el dibujo), los bolillos, la almohadilla o mundillo, las agujas o alfileres, los<br />

separadores y el hilo. Lo que ya no pueden comprarse son la constancia, la paciencia y<br />

el tiempo a invertir para realizar los bordados.<br />

Así lo confirmaba también la asociación más veterana., la Asociación Catalana de<br />

Puntaires, una entidad dedicada a preservar la cultura tradicional del encaje y a<br />

promover su renovación.<br />

Talleres y exhibiciones.<br />

Además de este encuentro de encajeras, Espaitex ofrece hasta hoy domingo talleres<br />

de patchwork, punto de cruz, ganchillo, pintura sobre seda, decoración de vestuario y<br />

confección de abalorios. También los aficionados al punto de cruz podrán disfrutar con<br />

una gran exposición de cuadros de punto de cruz ofrecida por Eder Centro de Labores<br />

y de colchas realizadas por la Asociación Española de Parchwork, sin olvidar la<br />

muestra de telares de la Escuela Municipal de Telares de San Lorenzo de El Escorial y<br />

de bordados mallorquines.<br />

Pero además de disfrutar con exhibiciones y talleres, en este espacio artesanal se<br />

pueden comprar kit de primeros pasos de bolillos, revistas, lanas, esquemas para<br />

labores, cuadros de puntos de cruz. ...En definitiva, una oportunidad única para admirar<br />

la creatividad en el sector textil y para animarse a realizar algunas de las numerosas<br />

manualidades que allí se muestran.


103<br />

Carta dando cuenta del resultado del tercer encuentro de encajeras de bolillos en<br />

LA PLATA-ARGENTINA.<br />

Estimado Pasqualino: me <strong>per</strong>mito distraer un poco de su tiempo para comentarle<br />

acerca del tercer encuentro de encajeras desarrollado en la ciudad de La Plata “el d´dia<br />

sábado 24 de abril, con motivo de los festejos de “San Jordi”.<br />

Con gran alegría le diré que estoy muy contenta, ya que habiendo sido la responsable<br />

de invitar a las encajeras como los años anteriores, entendí que todo debía salir lo mejor<br />

posible.<br />

La cantidad de asistentes su<strong>per</strong>ó enormemente las expectativas: concurrieron 104<br />

encajeras, de varias localidades, a saber, de Rosario. Mar del Plata, Gran Buenos Aires,<br />

Capital Federal y por supuesto La Plata.<br />

Estuvimos en la peatonal céntrica, desde las 10 hasta las 13 h. Hubo gente de todas las<br />

edades, y entre nosotras asistió una niña de 8 años de Rosario y un niño de su misma<br />

edad.<br />

Mientras se desarrollaba la “trobada” se repartieron 600 rosas a las encajeras y al<br />

público en general; se cantó el coro catalán y se bailó sardana.<br />

Merece destacar los trabajos presentados en todos los estilos de encajes. Esa mañana<br />

soleada y fría era el fondo de quienes se lucían más con sus bolillos, con enormes<br />

carpetas, largas puntillas, sofisticados encajes realizados con fusión de colores,<br />

abanicos, cuellos, chales, etc.<br />

No puedo dejar de comentar de que manera el público nos descubría, atónito a vernos<br />

realizar esta técnica tan antigua y exquisita y maravillados y motivados para aprender a<br />

hacerlos.<br />

Una vez terminado el evento en la calle, nos reunimos todas a almorzar en el campo<br />

japonés de la ruta 36 “mizujo”, y allí compartimos la comida., aprovechamos para<br />

saludarnos, entregar diplomas de asistencia y los souvenir a cada una, realizados en<br />

encaje por mis alumnas, mi madre y yo. El motivo fue una sombrilla.<br />

Las encajeras ya distendidas, pudieron visitar el jardín japonés del lugar.<br />

No quiero abrumarlo más con los comentarios, se que a usted esto le puede interesar,<br />

y si lo prefiere le mando fotos del evento.<br />

También puedo comentarle los preparativos del viaje que realizaremos a Cataluña, el<br />

mes próximo coincidiendo con el Forum de las <strong>Cultura</strong>s. A este encuentro irán<br />

alrededor de 5000 encajeras (cinco mil), luego por mi parte visitaré Italia. Todo el<br />

itinerario está relacionado con el encaje de bolillos.<br />

Lo dejo hasta la próxima, quedando a la es<strong>per</strong>a de noticias.<br />

Lo saluda: Monica Montes


104<br />

BOLILLERAS Y SALUD MENTAL<br />

Isabel Grego<br />

Entrevista con el Dr. Antoni Bulbena Vilarrasa, Jefe del Servicio Psiquiátrico y de<br />

Salud Mental del Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria en el Hospital del Mar de<br />

Barcelona, profesor titular de Psiquiatría de la Universidad Autónoma, autor de<br />

numerosos trabajos y con años de ex<strong>per</strong>iencia en el estudio y el tratamiento de los<br />

comportamientos.<br />

Me ha parecido bien proponerle algunas cuestiones todas referentes a los bolillos,<br />

que, como todos sabemos, es una afección adquirida que no nos viene de la luna, forma<br />

parte de la cultura heredada, y también crece en un entorno de aprecio a los trabajos<br />

manuales y a las labores, con un cierto grado de sensibilidad añadido y donde las<br />

cualidades innatas cuentan: curiosidad, paciencia, acompañadas de deseos de aprender y<br />

espíritu de su<strong>per</strong>ación. Y yo podría añadir, porque me defino de mi misma, que, como a<br />

bolillera soy “una loca” una “viciosa”, y no me escondo, del placer de contemplar<br />

texturas lujosas, que me dejan maravillada, como un niño delante de las transparencias y<br />

del artificio de un tejido de bolillos, por pequeño que sea.<br />

También le he propuesto otras cuestiones en torno de comportamientos “típicos” de<br />

las bolilleras, un puñado de preguntas que alguna vez todos nos hacemos y que tienen<br />

respuestas interesantes y de gran valor para mí y que deseo que también tengan para<br />

vosotras.<br />

LA PUNTA DE PSICOLOGÍA<br />

DR. ANTONI BULBENA VILARRASA<br />

¿Qué hace un psiquiatra hablando de bolillos ¿Es que hacer encajes es malo para los<br />

nervios, pues no. No hay ningún indicio; todo lo contrario. Es bien seguro, hacer<br />

bolillos tiene ingredientes psicológicos que pueden ser muy buenos para la salud<br />

mental.<br />

Lo que propongo hacer aquí es un sencillo ejercicio de higiene mental: pensar y<br />

reflexionar un poco, pasarlo bien un rato y seguir haciendo ex<strong>per</strong>iencia activa, y si es<br />

oportuno algún cambio. Antes de hacer ningún comentario sobre los arquetipos<br />

peculiares de bolilleras (pregunta inexorable para el psiquiatra), examinaremos primero<br />

unos cuantos ingredientes psicológicos de hacer encajes. Después podremos observar<br />

algunas variaciones anormales de estos ingredientes. Y siempre que hablemos de<br />

variaciones o anormalidades de ingredientes mentales podemos resumirlos en dos: de<br />

cantidad (cuando hay demasiados o demasiados pocos ingredientes) o de cualidad<br />

(cuando el ingredientes no es bueno). Es como si examinásemos una receta de cocina.<br />

Veremos, pues, seis dimensiones psicológicas que el arte del encaje de bolillos encara.<br />

Hay más, <strong>per</strong>o con estas ya haremos las recetas de hoy.


105<br />

Primero la destreza manual y mental, que nos <strong>per</strong>mite articular los movimientos, la<br />

vista, la estética, el colorido, las dimensiones, distancias y el tacto, en pro de una obra.<br />

Esto se puede aprender y lo que las escuelas de bolilleras tratan de transmitir a los<br />

alumnos, <strong>per</strong>o, como en toda destreza humana, también es necesario “nacer” un poco.<br />

Hacer encaje de bolillos es mucho más que mover los palillos.<br />

Segundo, la creatividad, que nos da la oportunidad de armonizar y elegir colores,<br />

puntos, imágenes, dibujos, textura y patrones. Hay bolilleras, que son muy imaginativas,<br />

y sin apenas elementos, fabrican una buena idea; otras, son buenas haciendo versiones,<br />

<strong>per</strong>o todas crean cuando eligen sus propias combinaciones. No siempre la bolillera<br />

creativa es la más diestra.<br />

Tercero, la producción o producto, es decir la concreción del esfuerzo, y el arte en<br />

una dimensión o cosa material que se puede tocar, enseñar, ver, etc . Esto diferencia el<br />

hacer bolillos de otras formas de entretenimiento como los juegos de mesa y de azar,<br />

que después de pasar horas y horas no queda ninguna obra hecha. En el caso de l encaje<br />

de bolillos, cuando más tiempo se le dedica, más obra queda. Es pues, un arte que<br />

incluye el compromiso de llegar a la obra concreta y ......terminada.<br />

Cuarto, la transacción, es decir, la oportunidad de intercambiar puntillas, opiniones,<br />

miradas, admiraciones, capacidades, patrones, ideas,, y ....hasta envidias. Esta es la<br />

dimensión social de hacer bolillos, <strong>per</strong>o no sólo se trata de comunicarse, sino que ha DE<br />

HABER SIEMPRE UN OBJETO DE REFERENCIA. Un buen ejemplo son las<br />

entrañables “Trobadas”: sociales, sí, <strong>per</strong>o exhibiendo encajes.<br />

Quinto, la disciplina, o sea la capacidad de ir haciendo y cumpliendo, <strong>per</strong>o también<br />

la de terminar lo que se empieza. Esto incluye ciertas dosis de paciencia y<br />

concentración, <strong>per</strong>o sobre todo de voluntad.<br />

Sexto, el orden, nos referimos al orden externo, que en el caso del encaje de bolillos<br />

es tan claro y definido (seguir el patrón), que al mismo tiempo se puede pensar,<br />

escuchar, incluso hablar y, si se quiere, soñar. Inconscientemente notamos que el mundo<br />

externo tiene un orden claro y seguir el patrón nos proporciona aquella extraña calma y<br />

regusto de seguridad.<br />

Veamos ahora algunos arquetipos de bolillera peculiar, que he desarrollado sobre las<br />

ideas que me habéis transmitido<br />

La bolillera impaciente.<br />

Es la que empieza una pieza y ya la querría tener terminada La ilusión del comienzo<br />

se termina pronto, casi siempre antes que la pieza. Le falla un poco la disciplina, y el<br />

producto (terminado) queda sustituido por la escena mágica del rito iniciatico. Padece la<br />

dificultad de es<strong>per</strong>ar y no tiene ninguna paciencia para continuar. Este es un caso de<br />

poca fuerza en producción, disciplina y orden externo. Pero a veces puede ser muy<br />

creativa y los demás lo saben.


106<br />

La bolillera que ha de tenerlo todo.<br />

Lo compra todo, lo fotocopia todo, colecciona casi todo. Al mismo tiempo, teniendo<br />

todo a punto para empezar, no empieza casi nunca. A pesar que impresiona el<br />

lucimiento de lo que llega a tener, confunde el se con el tener. No es lo mismo el ser<br />

bolillera que tener todo lo que se necesita para serlo. La bolillera que ha de tenerlo todo<br />

padece una pequeña desviación en la producción ya que tiene todos los productos<br />

excepto el suyo propio: revistas, patrones, herramientas., etc. Es como si sustituyera sus<br />

encajes con las obras y herramientas que compra o copia. Es bien tolerada por los demás<br />

ya que quien más quien menos se aprovecha cordialmente de tantos productos y<br />

además, como no produce apenas obra propia por tanto no es de hecho una competidora.<br />

La bolillera plagiaria<br />

Es más grave que lo anterior. No se para en “confundir” el ser y el tener, sino que<br />

sustituye su propia producción por la de las demás. Inconscientemente, no puede<br />

soportar su falta de destreza, o de disciplina e invierte su creatividad en enmascarar sus<br />

defectos. La transacción está falseada. Con tal de mantener el nivel o ritmo de<br />

producción, presenta obra como si fuera propia, <strong>per</strong>o lamentablemente a menudo es<br />

falsa. En este caso y contrariamente al caso precedente, suele ser poco tolerada por las<br />

demás, que a menudo sospechan el engaño.<br />

La bolillera presumida<br />

Es la que hace cada pieza como si fuera una estrella, y la enseña una y otra vez,<br />

proponiéndonos la respuesta: Está bien, ¿verdad que sí, puede tener destreza e incluso<br />

creatividad, <strong>per</strong>o necesita alimentar constantemente su ego. El miedo inconsciente de no<br />

haberlo hecho bien se transforma en demanda reiterada de aprobación y alabanza. Puede<br />

resultar mal tolerada por las demás, si ven que sistemáticamente no valora tan bien el<br />

trabajo de las demás<br />

.<br />

La bolillera tímida<br />

Es el caso simétrico al anterior. También tiene mido por no haberlo hecho bien, <strong>per</strong>o<br />

en lugar de huir inconscientemente hacia delante como hacía la presumida, hace una<br />

huida abierta hacia atrás. Se hace de rogar para mostrar sus propias piezas y rehusa<br />

aparentemente la competencia: “No, si yo no sé hacerlo bien”. No me ha quedado bien<br />

¿verdad, piden inconscientemente aprobación. Es lo mismo que antes, quieren lo<br />

mismo <strong>per</strong>o lo piden al revés. Son mejor toleradas <strong>per</strong>o siempre necesitan alguien que<br />

las arrastre y eso comporta un poco de dependencia.<br />

Comentarios finales<br />

Bien bolilleras, quiero advertiros que cuando se hace un repaso de los tipos de<br />

comportamiento como lo que hemos hecho aquí, es habitual que todos nos sintamos un


107<br />

poco identificados con uno y otro. Pero si os parece, recordad sobretodo que son<br />

esquemas parciales y en absoluto <strong>per</strong>sonales. No caigáis en la torpeza de confundir un<br />

arquetipo con una <strong>per</strong>sona concreta. Por otro lado a menudo hay quien se ofende al<br />

verse un poco retratado y lo niega furiosamente. En cualquier caso tomároslo bien, que<br />

esto es sencillamente higiene mental, que nos conviene siempre que se tome de un<br />

modo desenfadado.<br />

Seguro que la creatividad de cada uno de los lectores y lectoras haría otras<br />

propuestas de bolilleras típicas, incluso tantas, que darían lugar a una sección fija de la<br />

Revista.<br />

Por último recordemos que hacer encajes es un arte y el arte es una forma<br />

maravillosa y única de conocimiento que nos <strong>per</strong>mite acceder a complejidades de la<br />

naturaleza (incluyendo la humana), a la que no podemos llegar por ningún otro camino.<br />

Ni la ciencia nos puede conducir a lo que se aprende con la práctica, un arte. La ciencia<br />

nos da una vía de conocimiento riguroso <strong>per</strong>o parcial. El arte es el que da las<br />

sensaciones indescriptibles y deliciosas que tenéis cuando libráis una pieza del bolillero.<br />

Esto es salud mental. Seguir.<br />

Queremos agradecer al Dr. Bulbena esta aportación que encontramos llena de interés y<br />

utilidad, y que es<strong>per</strong>amos que tenga continuación otro día.


108<br />

1.5 CRÓNICA<br />

COMENTARIO DEL X CONGRESO OIDFA, LUND (SUECIA)<br />

Gloria Ibáñez<br />

Como ya sabemos, en el mes de agosto de este año, tuvo lugar el X Congreso de<br />

OIDFA. Esta vez viajamos a Suecia, concretamente a Lund, una tranquila y bonita<br />

ciudad universitaria que, en estos momentos acoge a más de 25.000 estudiantes y donde<br />

nos es<strong>per</strong>aban unos días de descubrimientos, reencuentros, ¡trabajo!,<br />

sorpresas....!nuevas ex<strong>per</strong>iencias!. Ahora explicaré un poco como fue todo.<br />

Los días anteriores al congreso tuvieron lugar cinco cursos que se impartían en<br />

inglés y francés de puntos autóctonos: puntos de Escania, Puntos de Dalecárliua,<br />

Puntos de Ovanáker. Puntos de Vadstebna, puntos de aguja. Como no pude asistir a<br />

ninguno, no puedo hacer ningún comentario.<br />

El día antes de la a<strong>per</strong>tura tuvimos que preparar el stand de España con los nervios<br />

correspondientes porque, a pesar de tenerlo todo pensado desde aquí, siempre se tiene la<br />

impresión que no quedaría bastante bien. Una vez montado, nos dimos cuenta que<br />

estaba muy bonito. En esta ocasión el tema era unitario sobre el lema “La cultura<br />

grecorromana” y se presentaban diversas piezas a título individual y una que se montó<br />

como un mural formando mosaico que se componía de once piezas bajo el lema<br />

“Mediterránia”.<br />

El número de congresistas fue de 504, siendo numerosos el número de visitantes en<br />

un solo día.<br />

La a<strong>per</strong>tura oficial fue al Stadhallen donde los congresistas fuimos recibidos por la<br />

Alcaldesa de la ciudad y nos ofrecieron una pequeña “cantata a capella”, por parte de<br />

cuatro muchachos suecos que fue muy bonita. Aquí también pudimos disfrutar de dos<br />

exposiciones: una donde estaban todas la piezas presentadas por el concurso “De la<br />

cabaña al castillo”, los premios de los cuales eran otorgados por un jurado competente<br />

en encajes y diseños donde nos sorprendió agradablemente el trabajo presentado por la<br />

Sra. Ana M Rubio de La Garriga; otra, en la planta baja, donde estaba la exposición de<br />

puntillas d ´Idrija así como piezas de las Asociaciones de Estocolmo, Goteborg, Orebro<br />

y otras. El primero y segundo premio del concurso correspondieron a dos piezas de<br />

bolilleras suecas, y el tercero a una de Chequia.<br />

Al terminar, fuimos a la Akademiska Föreningen, un magnífico edificio de la<br />

Universidad de Lund donde está situada la Unión de Estudiantes, una de las bibliotecas<br />

y diversos departamentos, donde estaban las exposiciones, demostraciones y ventas, y al<br />

dar una vuelta por los diferentes stand pudimos ver una gran diversidad de puntos, tanto<br />

clásicos como modernos. En este Congreso participaron 18 paises. Como ya es habitual,<br />

los stands de Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Japón o Chequia , de entre otros,<br />

nos dejaban admirados por la gran calidad de las obras expuestas. Los holandeses, por<br />

ejemplo, presentaron unas toallas hechas por un grupo de gente con una veintena de<br />

hexágonos (todos con diferentes dibujos) y cinco más en cada uno de los cuales estaba<br />

una de las letras del logo OIDFA que cosieron a todo lo largo (más o menos 4 m y<br />

medio de tela de hilo) que servirá para decorar la mesa del comité holandés en sus


109<br />

jornadas. Las danesas tenían unos divertidos individuales con forma de paleta de pintor<br />

así como una casulla con una gran flor, muy original. En el stand de Bélgica había<br />

piezas, como siempre, realmente preciosas con una realización de gran <strong>per</strong>fección.<br />

Suecia tenía una sala aparte con las puntillas tradicionales con los diferentes tipos de<br />

bolilleros que utilizan. Es realmente curioso ver como trabajan sin patrón y nada más<br />

ponen agujas en los dos finales de la puntilla, guiándose por las rayas de la tela que<br />

recubre el bolillero.<br />

Todo esto estaba muy bien <strong>per</strong>o donde había una puntilla nueva, diferente y llena de<br />

color, eral en el Kulturen, donde estaban las puntillas de Chequia y donde pueden verse<br />

murales, motivos tridimensionales, cuellos preciosos de un diseño impactante y a donde<br />

fuimos después de dar una vuelta por los stands.<br />

Por la tarde tuvo lugar la recepción en el Kulturen, nombre popular que se da a uno<br />

de los más grandes e interesantes museos al aire libre donde encontramos los diferentes<br />

tipos de granjas que había en el país que fueron trasladadas de diversos distritos del sur<br />

de Suecia, reconstruyéndolas con su forma original. Después de las palabras de las<br />

autoridades de la ciudad, Comité Organizador y de la Presidente de OIDFA, tuvieron<br />

lugar unas danzas tradicionales y, al terminar, nos ofrecieron un tentempié.<br />

Las tres conferencias que nos dieron en los tres días del Congreso en el Stadshallen<br />

fueron sobre “La puntilla en los vestidos tradicionales de Escania”, “La puntilla rural<br />

en Suecia” y “Aspectos sociales del encaje de bolillos”, con gran profusión de<br />

diapositivas que resultaron muy interesantes. Se podían seguir en francés, o en inglés,<br />

según las preferencias de los congresistas, en diferentes días.<br />

El sábado, a medio día, tuvo lugar una Asamblea general donde se siguió el orden del<br />

día que ya se había anunciado, aprobándose la modificación de los artículos 7 y 9<br />

relativos a la composición y las reuniones del Consejo. Los diferentes grupos de trabajo<br />

informamos de la situación en que se encontraban los estudios realizados desde el<br />

anterior Congreso. Se informó de los premios del concurso “de la cabaña al castillo”,<br />

que ya hemos comentado anteriormente. Se dio la bienvenida a los nuevos miembros<br />

del Consejo así como el agradecimiento por el trabajo hecho a los miembros salientes.<br />

La Sra. Hilary Booths, miembro del Comité Organizador del XI Congreso en<br />

Nottingham (Inglaterra), expuso algunos datos del que ya estaba llevándose a cabo en<br />

vistas al año 2.002. Por la tarde, como ya es habitual, tuvo lugar la cena de hermandad<br />

en el Grand Hotel Lund donde se pudieron admirar unos espejos modernistas preciosos.<br />

Al terminar, las <strong>per</strong>sonas vestidas con los trajes típicos fueron desfilando por los<br />

diferentes salones del comedor para que todas las <strong>per</strong>sonas pudieran admirarlas.<br />

El domingo por la tarde, último día del congreso, la presidenta de OIDFA, Sra, Lidia<br />

Thiels-Maertens, antes de proceder al cierre ofreció al comité organizador sueco el<br />

original del Trofeo Sally Johansson que se había entregado, por última vez, en el<br />

Congreso de Gant. A continuación hizo la presentación del nuevo Trofeo, diseñado y<br />

realizado en plata por Isabel Moreno y que fue escogido por el Comité Ejecutivo entre<br />

otros diseños y maquetas que les habían presentado y que se otorgaría al trabajo más<br />

votado por el público que visitase el Congreso. Cuando ya hizo toda la explicación y<br />

dijo el nombre del trabajo ganador nos quedamos literalmente de piedra ¡era para la<br />

“Mediterránia”!. Si en aquellos momentos nos pinchan no nos encuentran una gota de<br />

sangre dando que, al ser por votación popular, no pensábamos que entre tantos trabajos


110<br />

tan bien hechos, hubiesen escogido la nuestra. Fue como tocar el cielo con las manos.<br />

Después de recibir el trofeo, se libraron los seis premios del concurso “De la cabaña al<br />

castillo”. Después de enviar la bandera de OIDFA de Suecia a Inglaterra se dio por<br />

clausurado el congreso.<br />

El mismo día y después de desmontar los stands, 147 <strong>per</strong>sonas comenzamos el tour<br />

de cinco días. El primer tramo lo hicimos en ten, y al día siguiente, ya nos distribuimos<br />

en tres autocares.<br />

Pudimos ver muchas cosas y muy interesantes, <strong>per</strong>o, eso de cambiar cada día el lugar<br />

de alojamiento, se hizo un poco pesado, dado que la distancia entre los lugares a visitar<br />

era, la mayoría de las veces, de centenares de kilómetros. Durante todo el viaje tuvimos<br />

ocasión de ver, además de puntillas, bordados y tejidos, y todo tipo de artesanía.<br />

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111<br />

1.6 UNA TARDE INOLVIDABLE (Nieves Plaza)<br />

(Revista de la Associacio Catalana de puntaires.<br />

Como tantos otros veranos de mi vida, volvía a reencontrarme con la tierra que vio<br />

nacer varias generaciones de mis antecesores, esa tierra llana, seca, austera, árida y<br />

noble. Volvía a Ciudad Rodrigo (Salamanca).<br />

Este año había pensado buscar entre la gente más anciana del pueblo, algún patrón,<br />

algún bolillo antiguo, alguna pequeña muestra de encaje, quería llevar a mis compañeras<br />

algo que nos sirviera para entablar conversación en los ratos que estamos trabajando<br />

juntas. Pero “mi gozo en un pozo”, en Ciudad Rodrigo se ha <strong>per</strong>dido la costumbre, la<br />

tradición del encaje de bolillos, ahora intentan resucitarla del olvido con la recién<br />

inaugurada escuela municipal de encaje.<br />

Decepcionada, comenté mi afición a un buen amigo. Instantáneamente me contestó<br />

que para ver hacer encaje de bolillos a las mujeres en la calle tenía que ir a Acebo; no<br />

daba crédito a mis oídos, eso era más de lo que yo había imaginado, sabía que no me<br />

engañaba, por razones de trabajo conoce muy bien la región, y la sinceridad una de sus<br />

muchas virtudes,<br />

Aquella tarde de sábado, soleada, calurosa del mes de agosto, pusimos rumbo por la<br />

carretera de Cáceres hacia Acebo, 60 kms. nos separaban de nuestro destino. Acebo,<br />

pequeño pueblo de la provincia de Cáceres, agrícola, silencioso, tranquilo, aparcamos<br />

nuestro coche en una empinada callejuela y mis sentimiento fue el mismo de siempre en<br />

estos casos, me siento intrusa.<br />

Caminamos escasos pasos, dimos la vuelta a una esquina y ... allí estaban, 4 en una<br />

calle, 3 en otra, sus bolilleros apoyados en el respaldo de la silla de bayón; habíamos<br />

entrado en la máquina del tiempo, mujeres ancianas, vestidas de luto; el silencio del<br />

pueblo sólo roto por el delicado sonido de los bolillos, el botijo de agua fresca a sus<br />

pies, no, no podía ser, nosotros habíamos retrocedido 100 años, no encajábamos allí con<br />

nuestra ropa deportiva y veraniega, <strong>per</strong>o era verdad, allí estaban.<br />

Cuando asumí la evidencia, saludamos a aquellas mujeres, fijé mi atención en sus<br />

encajes, espléndidos, complicados, maravillas de los últimos días del siglo XX.<br />

Intercambié con ellas los nombres de los puntos, el punto de la virgen para ellas<br />

“jebreo”, la trenza de 2 pares de bolillos para ellas cordón y la de 4 pares trenza....<br />

Me demostraban como hacer esto o aquello, se desvivían por enseñarme, mis manos<br />

parecían cobrar vida propia y se iban hacia los bolillos, quería tocarlos, a punto estuve<br />

de pedirles que me dejaran hacer una vuelta...<br />

Perdí la noción del tiempo y debió pasar bastante, porque cuando volví a mirar a mi<br />

amigo, estaba sentado en una piedra junto a la fachada mirándome con entusiasmo .


113<br />

1.7 ENTREVISTA A DOLORES ALLEPUZ<br />

En la búsqueda de material de información sobre el trabajo de investigación que<br />

pretendo realizar para la Universidad, he tenido una ex<strong>per</strong>iencia interesante que<br />

describiré a continuación .<br />

El pasado día 29 de mayo hubo una concentración de bolilleras en Almazora, a la que<br />

asistí en compañía de unas amigas para participar en la misma. Aprovechando la<br />

ocasión me presenté a varias de las profesoras que imparten clase en las escuelas o<br />

talleres, con el fin de pedirles información que pudiera serme útil.<br />

En general, cuando se explican los motivos de lo que se pretende, las <strong>per</strong>sonas<br />

reaccionan bien y enseguida encontré varias de ellas que se ofrecieron a facilitarme<br />

revistas , libros y la información que pudiera necesitar y que estuviera a su alcance,.<br />

Una de ellas, Dolores Allepuz Escrig, presidenta de la Asociación de Bolilleras de<br />

Alcora me recibió en su casa la tarde del día 6 de junio para dejarme unos libros de los<br />

que podía sacar las fotocopias que me interesaran.<br />

Me acompañó mi amiga Amparo Ruiz que con la grabadora y la cámara de fotos<br />

tomó nota de la conversación e hizo algunas fotografías. La Sra. Allepuz nos enseñó<br />

unos trabajos maravillosos : Un Cristo crucificado, una dama con vestido de época,<br />

varios bolilleros con encajes empezados, pañuelos hechos con unos puntos muy difíciles<br />

que hablaban sólo con verlos de la <strong>per</strong>icia de su autora.<br />

Nos llamó la atención una foto firmada de la reina Dª Sofía, y nos contó la historia.<br />

Hace varios años tuvo un día la idea de regalarle algo a la reina, y para ello se pusieron<br />

en contacto con la casa real, por medio de una carta, indicando lo que pretendían. Les<br />

contestaron aceptando y entonces confeccionaron unos guantes, un pañuelo y un<br />

broche, con la idea de ir <strong>per</strong>sonalmente a entregarlo. Volvieron a escribir a la casa real,<br />

desde donde les contestaron que por problemas de agenda no podían recibirlas, <strong>per</strong>o les<br />

enviaron la foto firmada por la reina, la cual conservan en la Asociación como recuerdo.<br />

Le preguntamos por sus inicios como bolillera y nos contó que había aprendido de<br />

pequeña en el pueblo, <strong>per</strong>o después la afición se olvidó hasta que hace unos 20 años le<br />

volvió el gusanillo del encaje, <strong>per</strong>o no había en toda la comarca quien supiera para<br />

poder enseñarle.<br />

Indangando se enteró de que en Reus había una profesora de Barcelona Teresa<br />

Orquín que daba clases y allá se fue un día –en que llovía torrencialmente- con su<br />

bolillero en el tren. Una vez que comprobó su maestra que tenía un cierto nivel la<br />

admitió como alumna y nuestra amiga Dolores iba todos los jueves durante tres años a<br />

Reus para en clase intensiva de mañana y tarde aprender todo lo que pudiera.<br />

Al volver a Alcora empezó a enseñar a las mujeres del pueblo y de este modo fue<br />

aumentando el número de las que querían aprender, las cuales a su vez enseñaban a<br />

otras y así poco a poco se fue extendiendo la afición por el encaje de bolillos.


114<br />

Como el gusanillo de saber más la impulsó a ello, hizo un viaje con uno de sus hijos a<br />

Camariñas, uno de los pueblos de más tradición de España en esta labor. Y allí<br />

<strong>per</strong>maneció unos días aprendiendo su técnica y la forma de venta de lo que producen.<br />

Con el paso del tiempo pensaron que sería interesante formar una Asociación, con el<br />

fin de tener un nombre y acceder a alguna subvención si fuera el caso, y dada su<br />

ex<strong>per</strong>iencia fue elegida Presidenta de la misma, cargo que todavía ejerce y no quieren<br />

que se jubile del mismo.<br />

Por medio de la Asociación el Ayuntamiento ha organizado ya tres “Encuentros de<br />

Bolilleras” a lo largo de estos últimos años, y nos mostró los carteles anunciadores que<br />

como no podía ser de otro modo también reflejaban alguna muestra de la cerámica<br />

alcorina.<br />

Mientras hablábamos nos enseñó una vitrina repleta de bolillos o boixets en Cataluña,<br />

y de otros motivos de decoración todos relacionados con el tema.<br />

Una vez que hice las fotocopias de lo que podía interesarme nos despedimos de<br />

Dolores prometiéndole que si el trabajo se lleva a efecto se lo enseñaré para que vea que<br />

su colaboración ha sido importante para mí.<br />

Castellón, 6 de junio de 2.005


115<br />

Leído en “DE SOL A SOL”. Publicado por LA VERDAD DE MURCIA 1<br />

septiembre de 2001.<br />

El encaje de bolillo, el macramé, la malla o el frivolité puede que para algunos<br />

recuerden a otros tiempos y tengan quizás demasiado olor a alcanfor, <strong>per</strong>o son sin duda<br />

alguna uno de los mejores remedios para el estrés. Por si fuera poco, comienza a ser<br />

recetado por los médicos para aliviar la artrosis y otras patologías óseas y musculares<br />

propias de la época actual. El ayer y el hoy encajan a la <strong>per</strong>fección y darán prueba este<br />

fin de semana en la localidad granadina de Guadix en el I Encuentro Nacional de<br />

<strong>Encaje</strong>s.<br />

Labores domésticas denostadas para quienes quizás malinterpretan la liberación de la<br />

mujer y que son en realidad un arte y también un negocio con enormes posibilidades.<br />

Por ello, más de medio centenar de especialistas, bolilleros y bolilleras, llegados de toda<br />

España se afanarán este fin de semana en debatir sobre las técnicas y tendencias de estos<br />

trabajos artesanos, transmitidos de generación en generación, que alcanzan en el<br />

mercado de la moda, el hogar y la decoración precios cada vez más altos y,<br />

progresivamente logran estar día a día más solicitados por su calidad y prestigio.


7.2 PINTURA<br />

116


117<br />

PINTURA<br />

ENCAJERA: 1669-70<br />

Autor: Vermeer de Delft<br />

Museo: Museo Nacional del Louvre<br />

Características: Oledo sobre lienzo 24,5 x 21 cm<br />

Estilo: Barroco Centroeuropeo<br />

Johannes Vermeer es el autor de este<br />

cuadrito con una típica escena de<br />

interior, como el resto de su obra.<br />

Vermeer ha restringido el marco de la<br />

escena proponiendo un primer plano<br />

muy próximo a la modelo, lo cual dota<br />

de una sorprendente modernidad a la<br />

imagen. La muchacha ha quedado<br />

recortada a menos de medio cuerpo,<br />

recogida sobre su labor y totalmente<br />

ajena a la mirada del pintor o del<br />

espectador. El artista juega con el poder<br />

de la luz con una habilidad que<br />

sorprendió a finales del siglo XIX a los<br />

impresionistas, que también estaban<br />

muy interesados en los efectos de la luz<br />

sobre los objetos. Renoir menciona este<br />

lienzo como uno de los más bellos de la<br />

historia de la pintura. La joven está<br />

modelada con golpes de luz y de sombra, en una evolución de la técnica del claroscuro<br />

que inauguró Caravaggio, Este autor fue muy importante para Vermeer y en general<br />

para el barroco holandés, pues de él tomaron el modo de iluminar y componer una<br />

escena. Fuera de la influencia de Caravaggio, hemos de destacar la audacia cromática de<br />

Vermeer, propia del artista, reflejada en el hermoso azul específico de su paleta, el<br />

amarillo brillante de la blusa y los rojos de las madejas de hilo en primer plano. Todos<br />

estos colores están utilizados en sus gamas puras, sin matices, lo que da una intensidad<br />

rítmica muy constructiva. En cuanto al tema, Vermeer se interesa en esta composición<br />

por mostrar a la mujer como ejemplo de virtudes.


118<br />

EL BUFON JUAN CALABAZAS, LLAMADO CALABACILLAS<br />

Título: El bufón Juan Calabazas, llamado Calabacillas<br />

Autor: Velásquez (1638-1639)<br />

Öleo sobre lienzo 106 x 83 cm<br />

Madrid, Museo Nacional del Prado<br />

El <strong>per</strong>sonaje retratado está sentado trabajosamente en el suelo, dada su deformidad.<br />

Lleva un traje verde con cuello y puños de vaporoso encaje de Flandes, pintado con<br />

la soltura y la atención que acostumbra Velásquez en los ornamentos.<br />

A la derecha del bufón hay una calabaza de la mejor calidad, dorada y brillante, y a su<br />

izquierda se ve lo que podría ser un gran jarro de vino o simplemente otra calabaza.<br />

El apodo Calabacillas, derivado de “calabazas”, alude evidentemente a su desgraciada<br />

condición. En una primera época, el bufón, estuvo al servicio del cardenal infante don<br />

Fernando de Austria. Tras la partida de este a Flandes, en julio de 1632pasó al servicio<br />

del rey Felipe IV. La muerte de Calabacillas aconteció en octubre de 1639, por tanto la<br />

fecha del retrato es anterior.


119<br />

FELIPE II<br />

Título: Felipe II<br />

Autor: Sofonisba Anguissola (1573)<br />

Carac: Oleo sobre lienzo 88 x 72 cm<br />

Museo del Prado<br />

La fama como retratista de Sofonisba llegó a España por lo que Felipe II requirió sus<br />

servicios para la ejecución de los retratos de su familia. El soberbio lienzo que guarda<br />

EL Prado nos presenta al monarca casi rozando los cincuenta años, vestido de negro,<br />

con los puños y el cuello de encaje blanco. En su pecho apreciamos el Toisón de Oro<br />

y en sus manos sostiene un rosario, elemento significativo de la piedad del monarca. La<br />

figura de medio cuerpo se recorta ante un oscuro fondo neutro, recibiendo un potente<br />

foco de luz procedente de la izquierda que resalta las calidades de las talas y la<br />

fisonomía del rey, siguiendo de esta manera las pautas indicadas en los años iniciales<br />

del Cinquecento por la escuela veneciana, especialmente Tiziano


120<br />

MAJAS EN EL BALCON<br />

Título: Majas en el balcón<br />

Autor: Goya (1810-1812)<br />

Öleo sobre lienzo 162 x 107,5 cm<br />

Suiz,a, colección particular<br />

Este cuadro se cita en el inventario de<br />

los bienes de Goya hecho a la muerte de<br />

su mujer en 1812. No es un sencillo<br />

tema de género, sino que contiene una<br />

referencia oculta al mundo de la<br />

prostitución, como se argumenta por la<br />

ambigua sonrisa de las dos mujeres y<br />

sobre todo de la que se inclina hacia su<br />

amiga y entreabre los labios, sin desviar<br />

los ojos del espectador, para susurrarle<br />

algo al oído. Sus elegantes vestidos se<br />

arrugan contra la barandilla con un<br />

crujido encantador; las mantillas<br />

mezclan ambiguamente tonos de<br />

blanco marfil, verde amarillento,<br />

negro pez y encajes dorados. Tras<br />

ellas, -sombras enmascaradas y<br />

silenciosas con curvados sombreros,<br />

luctuosos fantasmas dieciochescosaparecen<br />

sus protectores.


121<br />

MARIA LUISA EN TRAJE DE CORTE<br />

Título: María Luisa en traje de corte<br />

Autor. Goya (1799-1800)<br />

Öleo sobre lienzo 204 x 125 cm<br />

Nápoles, Museo e Galleria Nazionali di Capodimonte.<br />

Esta pintura es una réplica del<br />

retrato que se encuentra en el<br />

Prado, compañero del de Carlos<br />

IV en uniforme de coronel de la<br />

Guardia, y forma parte de una<br />

serie de retratos de la pareja<br />

real que Goya realizó en la<br />

época del gran cuadro de<br />

familia y que fueron<br />

posiblemente encargados en<br />

bloque para el decenario del<br />

reinado.<br />

Todos estos cuadros están<br />

pintados con un desdén de<br />

espadachín en la representación<br />

de los valores de la materia y<br />

con una tensión psicológica y<br />

una mirada implacable casi<br />

embarazosos, El efecto,<br />

grotesco, es el que tendría una<br />

mona vestida de <strong>per</strong>sona.<br />

Realmente, la expresión<br />

animalesca de la reina, el rostro<br />

surcado de arrugas, los ojos<br />

consumidos y ennegrecidos, los<br />

delgados labios plegados en un<br />

amago de sonrisa maliciosa,<br />

parecen revelar de ella más de<br />

cuanto se puede imaginar que<br />

ella hubiera querido. Todo esto resalta más al aparecer encima de un vestido<br />

elegantísimo, entretejido de reflejos de un fulgor como de ascua, Destacan de la sombra<br />

densa del fondo las sedas marfil y anaranjadas del traje de corte, bordado con anchas<br />

bandas de hilos de oro y recorrido por una vibración encrespada de crujidos, en el cual<br />

la tenue luz se inflama y se oscurece, de un pliegue a otro, como impulsadas por una<br />

llama languidecente.


122<br />

RETRATO DE UN CABALLERO DE LA CASA DE LEIVA<br />

Título: Retrato de un caballero de la casa de Leiva<br />

Autor: El Greco (hacia 1580)<br />

Montreal. The Montreal Museu Arts<br />

Es uno de los retratos realizados en los primeros años en Toledo; ha sufrido<br />

restauraciones que han estropeado la inscripción y cortado parte de la mano del<br />

caballero, cuya identidad es insegura. Tomando como base la inscripción, hoy poco<br />

legible, se ha identificado al retratado con un miembro de la casa de Leiva, un tal<br />

Alonso Martinez, caballero de la Orden de Santiago, por la cruz de Santiago antaño<br />

visible en el jubón. Dirige la mirada al espectador; el rostro sereno e inteligente destaca<br />

del fondo oscuro y del traje negro, animado por los blancos encajes del cuello y los<br />

puños. Se manifiesta el carácter del caballero, un aristócrata de la época, de cuidada<br />

apariencia y rasgos típicamente españoles. Ningún detalle deja entrever su historia,<br />

contenida sin duda en la inscripción y en el pomo de la espada que lleva al costado, que<br />

hacen pensar en un importante dignatario estatal. Otras veces el papel o la actividad del<br />

<strong>per</strong>sonaje son subrayados por los objetos que le acompañan, como el libro de hortas<br />

miniado en la mano de Giulio Clovio, el artista croata al servicio de los Farnesio,<br />

retratado en los años romanos.


123<br />

EL GEOGRAFO<br />

Título: El geógrafo<br />

Autor: Velázquez (1624 o 1640)<br />

Öleo sobre lienzo, 98 x 81 cm<br />

Rouen. Musée des Beaux Arts<br />

El lienzo representa a un<br />

hombre con un manto<br />

rojo y traje negro, bigote<br />

de guías enhiestas,<br />

cabello con flequillo y<br />

patillas y dientes que<br />

brillan detrás de unos<br />

labios carnosos; sonríe al<br />

espectador y señala con<br />

la mano izquierda un<br />

globo terráqueo que está<br />

sobre una mesa en la<br />

cual hay también un libro<br />

y una pequeña redoma de<br />

vino. Tiene el brazo<br />

derecho apoyado en el<br />

costado, movimiento éste<br />

que produce profundos<br />

pliegues en el manto. Se<br />

ha pensado que este<br />

hombre delgado de<br />

rostro ordinario y<br />

expresión bromista,<br />

jubón negro y cuello de<br />

encaje blanco, pudiera<br />

ser el retrato de Galileo<br />

Galilei, o de Cristóbal<br />

Colón. Recientemente,<br />

algunos críticos han<br />

avanzado la hipótesis de<br />

que se tratara, por el<br />

contrario, del filósofo<br />

griego Demócrito, que se burla del mundo en forma de globo terráqueo colocado sobre<br />

la mesa.


124<br />

MARIA LUISA CON MANTILLA<br />

Título: Maria Luisa con mantilla<br />

Autor: Goya (1799-1800)<br />

Caract: Oleo sobre lienzo 208 x 127 cm<br />

Museo del Prado Madrid<br />

El original del retrato de la reina María Luisa con mantilla está en el Palacio Real de<br />

Madrid, El cuadro que contemplamos en el Museo del Prado se considera copia, y para<br />

algunos especialistas sería obra de Agustín Esteve, La reina aparece de pie, vistiendo<br />

traje negro de maja con mantilla y lazo rosa, sobre un fondo de paisaje muy esbozado.<br />

En la mano derecha lleva un abanico y la izquierda se adorna con varios anillos. María<br />

Luisa no era una mujer bella y lo sabia, <strong>per</strong>o estaba muy orgullosa de sus bien torneados<br />

brazos que siempre exhibía, como en esta ocasión. Habitualmente la vemos con la boca<br />

cerrada ya que había <strong>per</strong>dido todos sus dientes; aunque tenía dentadura postiza en la eue<br />

trabajaban múltiples mecánicos, sus dificultades de adaptación provocaron que muy<br />

pocas veces la llevase, Las transparencias de la mantilla son dignas de mención; sin<br />

embargo, las demás calidades de las telas no están bien conseguidas –posiblemente<br />

incapacidad de Esteve a la hora de copiar -. Pero lo más significativo de la obra es la<br />

facilidad del maestro para dejarnos ver la <strong>per</strong>sonalidad de la reina, en la que destacaban<br />

su genio, por su carácter y altivez.


125<br />

ABRAHAM DE POTTER<br />

Título: Abraham de Potter (1648-49)<br />

Autor:Carel Fabritius<br />

Nuseo: Rijksmuseum<br />

Abraham de Potter era un rico comerciante de sedas asentado en Ámsterdam. Sara<br />

Sauchelle, su esposa, era originaria de Emdem, donde el padre de Carel Fabritius tenía<br />

parientes lejanos. Los Fabritius y los Potter mantenían una relación amistosa, siendo<br />

Abraham y su esposa padrinos de Johannes Fabritius en 1636. Carel solicitó un<br />

préstamo en 1647 a Gaspar de Potter, hijo del retratado, por lo que no sería muy<br />

descabellado pensar en esta obra como una muestra de agradecimiento por el apoyo<br />

económico prestado. Estilísticamente, es uno de los primeros ejemplos en que Carel se<br />

separa del estilo dependiente de Rembrandt con el que se inició –véase el Retrato de<br />

hombre- por lo que se puede considerar ya un pintor independiente. Sus pinceladas son<br />

rápidas y certeras, eliminado estos contrastes lumínicos anteriores y resaltando el<br />

carácter del modelo.


126<br />

MUJER SENTADA CON UN PAÑUELO<br />

Título: Mujer sentada con un pañuelo (1644)<br />

Autor: Carel Fabritius<br />

Museo: Galería de Arte de Toronto<br />

Caract: Oleo sobre lienzo 124,5 x 100,3 cm<br />

Carel Fabritius será uno de los mejores seguidores de Rembrandt en la te,ática del<br />

retrato. En el año 1641 entró en el taller, siendo uno de los discípulos aventajados,<br />

colaborando estrechamente en la ejecución de retratos. En esta anciana se ha encontrado<br />

la firma de Rembrandt y la fecha de 1644, datos que posiblemente sean faltos. Los<br />

especialistas consideran más factible atribuir esta obra a Carel Fabritius por la manera<br />

más suelta de trabajar, dotando de volumen al rostro de la dama a través de toques de<br />

pincel, coloreando y estructurando al mismo tiempo. Así surge un retrato de gran<br />

belleza protagonizado por una mujer sentada en un sillón, que apoya su mano derecha<br />

con fuerza en él. Viste el tradicional traje negro de la alta burguesía holandesa, porta en<br />

su mano izquierda un pañuelo de rico encaje, símbolo de su distinción social, al igual<br />

que la sortija de la mano derecha que apenas se contempla. El esmerado cuello y el<br />

gorrito forman parte del vestido, demostrando el artista su calidad a la hora de realizar<br />

detalles. Junto a la modelo encontramos una mesa con un libro, posiblemente una Biblia<br />

que indicaría su religiosidad. La figura se recorta sobre un fondo neutro, recibe un fuerte<br />

impacto de luz en el rostro que indica su <strong>per</strong>sonalidad, produciendo sensibles contrastes<br />

lumínicos inspirados en Caravaggio. La similitud de esta anciana con la mujer de<br />

Cornelis Claesz Anslo resulta patente por lo que la obra de Rembrandt tuvo que influir<br />

en su discípulo.


127<br />

RETRATO DE HOMBRE<br />

Título: Retrato de hombre (1645-50)<br />

Autor: Carel Fabritius<br />

Museo: Colección particular<br />

Caract: öleo sobre lienzo<br />

Aunque con dudas, se considera que este retrato y el Retrato de mujer que se encuentra<br />

en la misma colección son obras de Carel Fabritius. Su similitud con el estilo de<br />

Rembrandt en la década de 1640 es manifiesta <strong>per</strong>o encontramos ciertas características<br />

definitorias de su estilo, especialmente la aplicación de toques de óleo en los rostros,<br />

coloreando y estructurando con ellos. El modelo se presenta en primer plano. Ataviado<br />

como un rico burgués de Ámsterdam con su amplio sombrero, sus oscuros trajes, y su<br />

blanco cuello de fino encaje. Recorta su figura sobre un fondo claro que sirve para<br />

contrastar con sus ropas, impactando un fuerte foco de luz en el rostro para destacar la<br />

<strong>per</strong>sonalidad, especialmente los ojos que se dirigen al espectador. Esta pincelada rápida<br />

también la apreciamos en el cabello y en las manos, configurando un excelente retrato.


128<br />

EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO<br />

Título: El Caballero de la mano en<br />

el pecho<br />

Autor: Domenicos Theotocopoulos.<br />

“El Greco” (1541-1614)<br />

Lienzo (81x66 cms)<br />

Escuela Española Manierismo<br />

Siglo XVI<br />

En un famoso soneto, el poeta<br />

Manuel Machado inicia la<br />

presentación de este <strong>per</strong>sonaje con los<br />

versos …”Este desconocido es un<br />

cristiano/de serio porte y negra<br />

vestidura/donde brilla no más la<br />

empuñadura/de su admirable estoque<br />

toledano……” Aún cuando ya se<br />

conoce quien era este “desconocido”<br />

–Juan de Silva, notario mayor de<br />

Toledo- el retrato ha quedado siempre<br />

como la representación típica del<br />

hidalgo español: austero, espiritual y<br />

profundamente serio. Y a este<br />

paradigma de “lo español” debe<br />

también su gran fama esta pintura. El<br />

caballero aparece vestido de negro,<br />

con el cuello y los puños de encaje<br />

blanco, sólo una mínima cadena de<br />

oro –de la que pende una medallaparece<br />

animar la negrura del<br />

conjunto; también es de oro labrado<br />

el puño de la espada que porta. Toda la expresión del retratado se concentra en esa<br />

profunda y abstraída mirada, dirigida al espectador como una evocación clara de<br />

aquellas imágenes orientales que El Greco debió pintar en su juventud en Grecia, donde<br />

nació


129<br />

RETRATO DE AGATHA BAS<br />

Título: Retrato de Agatga Bas<br />

Autor: Rembrandt (1641)<br />

Öleo sobre lienzo 105,2 x 83,9 cm<br />

Londres, BuckinghaM Palace, Royal Colection<br />

El retrato de Agatgha Bas fue concebido en pendant con el de su marido, Nicolaes van<br />

Bambeck, actualmente en los Musées Royaux des Meaux-Arts de Bruselas. Los dos<br />

cuadros, mencionados por primera vez en 1805 en casa de un comerciante de arte de<br />

Ameberes, fueron separados en 1814 y cinco años después el de Agatha ingresó en las<br />

colecciones reales inglesas.<br />

En los dos retratos, la elegante vestimenta y el rebuscamiento de la pose y la actitud<br />

se ajustan al rango de los clientes; él, un acaudalado comerciante en telas, y ella, hija de<br />

un burgomaestre de Ámsterdam. Los lienzos están construidos con arreglo al mismo<br />

esquema compositivo: las medias figuras de los <strong>per</strong>sonajes dominan dentro de unos<br />

marcos fingidos de ébano, adornados con capiteles. Rembrandt aprovechó este elemento<br />

ilusionista creando trampantojos: la mujer, por ejemplo, se apoya con la mano izquierda<br />

en el marco, mientras que su abanico sobresale en el espacio del espectador. Ante un<br />

fondo oscuro e indefinido, Agatha, aparece a plena luz, el rostro, vivamente iluminado,<br />

es tratado con extraordinaria intensidad. Rembrandt se deleita en los ricos ropajes de la<br />

mujer:el cuello a modo de chal, la pechera y los puños bordados, el abanico, las<br />

<strong>per</strong>las y las joyas se describen con un vívido sentido plástico y material.


130<br />

RETRATO DE CORNELISW CLAESZOON ANSLO Y SU MUJER, AALTJE<br />

SCHOUTEN<br />

Título: Retrato de Cornelis Claeszoon Anslo y su mujer, Aaltje Acgouten.<br />

Autor. Rembrandt (1641)<br />

Öleo sobre lienzo 176 x 210 cm<br />

Berlín, Preussischer Kulturbesitz<br />

En 1640, Rembrandt realizó y firmó dos retratos dibujados del comerciante y predicador<br />

menonita Cornelis Claeszoon Anslo (1592-1646), estos estudios documentan las<br />

primeras fases de la relación del pintor cosn el rico cliente, que, posteriormente se hizo<br />

retratar en un aguafuerte y en una pintura. El cuadro, que <strong>per</strong>maneció en Ámsterdam, en<br />

casa de los herederos de Anslo, hasta 1780, aproximadamente, fue adquirido por el<br />

museo berlinés en 1894.<br />

En el lienzo, como en el grabado y en los dibujos relacionados con él, Rembrandt se<br />

propuso representar la actividad del cliente como predicador, subrayando su<br />

conocimiento de las Sagradas Escrituras. Está retratado ante su escritorio, en un estudio<br />

del cual se entrevé al fondo una estantería cubierta con un paño; en la mesa hay varios<br />

libros, uno de los cuales está abierto y colocado sobre un atril. Al lado de Also está<br />

sentada su mujer, Aaltje Schouten, retratada con un severo traje negro del que destacan<br />

la blancura del cuello y el pañuelo que sostiene con su mano izquierda del mismo<br />

encaje que el gorro que le cubre la cabeza. La luz llega de la izquierda e ilumina los<br />

objetos que hay sobre la mesa y a las dos figuras, descritas Con extraordinaria<br />

sensibilidad.


131<br />

EL BUFON SEBASTIAN DE MORRA<br />

Título: El bufón Sebastián de Morra<br />

Autor: Velázquez (hacia 1644)<br />

Öleo sobre lienzo 106 x 81 cm<br />

Madrid, Museo Nacional del Prado<br />

Este retrato es uno de los más hermosos de Velázquez y su autenticidad no es discutida.<br />

La belleza de sus tonos dorados y carmesíes, de los blancos, verdes y azules, lo hace<br />

comparable con las mejores efigies principescas de la última década.<br />

En una primera época, el enano estuvo al servicio del cardenal infante don Fernando de<br />

Austria en Flandes. A la muerte su señor, pensó volver a España, su país, y en 1643<br />

entró al servicio del príncipe Baltasar Carlos, que lo aprecia tanto que le legó en su<br />

testamento un espadín plateado con tahalí, espada y daga, además de dos veneras con la<br />

flor de lis y un cuchillo. Es muy probable que, dada la afición a la caza que el príncipe<br />

demostraba desde la infancia, que el enano lo acompañase en sus cacerías, motivo por el<br />

cual le legó tal testamento. Por lo demás el traje es de paño verde, como el que<br />

regalaron los duques a Sancho Panza en el Quijote. Don Sebastián lleva encima del traje<br />

una ropilla de púrpura y oro digna de un príncipe, probablemente regalo de su segundo<br />

amo. Cuello y puños son de sutil encaje de Flandes, que la regla de austeridad<br />

prohibía a los caballeros. Pero Morra gozaba del fervor del príncipe y era por ello algo<br />

más. El enano murió en octubre de 1649.


7.3 POESÍA<br />

132


133<br />

POESIA<br />

BOLILLERAS DE MONZÓN – 1997<br />

Bolilleras bolilleras<br />

No os junteis con els gaiters<br />

Porque son unos troneras<br />

Y os saltara el bolillet<br />

Del asunto bolilleras<br />

Preguntarme que yo sé<br />

Si con gaitas y dulzainas<br />

Tuvo o no tuvo que ser<br />

A las nueve la mañana<br />

Sin haber dormido res<br />

En la puerta el Acapulco<br />

Se juntaban els gaiters<br />

Cuatro agentestirurirus<br />

El Ramon Justo y Andrés<br />

Y el forragaitas de Pedro<br />

Que llegó a todo correr.<br />

Bajo aquel sol de justicia<br />

Como podeis suponer<br />

Tras “soplar” toda la noche<br />

Fueron pan puesto a cocer<br />

Apoyados contra un árbol<br />

Sonó música “souflé”<br />

Quejáronse bolilleras<br />

Fueron pocas, tal vez diez<br />

Que con el ruido del bombo<br />

Les saltaba el bolillet<br />

Como estaba estipulado<br />

Invitados a comer,<br />

Llegaron como pudieron<br />

Solo dos: no eran ni tres<br />

Donde bailaba el ponché<br />

En la esquina de cocina<br />

De escuela o qué se yo qué<br />

Bolilleras cocineras<br />

Navegaban por doquier<br />

Preparando caldereta<br />

Qué resultó estar chipen


134<br />

Y se quedó a tal altura<br />

La verdad sí se por qué<br />

Que a la verbena del barrio<br />

Les dijeron de volver<br />

N`este fraternal encuentro<br />

Del primer plato al café<br />

Chascarrillos chirigotas<br />

Se dijeron más de cien<br />

Solamente una recuerdo<br />

Y con ella digo amén:<br />

BOLILLERA S BOLILLERAS<br />

NO OS JUNTEIS CON ELS GAITERS<br />

PORQUE SON UNOS TRONERAS<br />

Y OS SALTARA EL BOLILLET<br />

D Fdez. de Otelaya


135<br />

MUSEO DEL ENCAJE DE LA CIUDAD DE PRACHATICE<br />

El Museo del <strong>Encaje</strong>, situado en la ciudad de Prachatiuce, Bohemia del Sur, posee<br />

amplias y valiosas colecciones de todos los rincones del mundo. Las más antiguas datan<br />

del año 1600.<br />

El Museo del <strong>Encaje</strong>, situado en un valioso edificio histórico en el centro de<br />

Prtachatice, fue abierto al público en 1999. Según explicó su directora, Hana Mizerová,<br />

el museo alberga una de las colecciones más amplias y valiosas de Europa.<br />

“Las colecciones ofrecen una imagen completa del desarrollo de encajes,<br />

especialmente de encajes de bolillos que se propagaron desde Italia a todo el Viejo<br />

Continente. El museo posee piezas históricas muy valiosas como, por ejemplo, una<br />

parte de vestimenta adornada con encajes del año 1600. A los visitantes les gusta<br />

mucho también un gorro de encaje para bebé del año 1650”, dijo Hana Mizerová.<br />

En el museo se pueden ver los más diversos tipos de encaje de España, Inglaterra,<br />

Holanda y Bélgica, que son admirados por especialistas y también por laicos. Gran<br />

atención llaman los preciosos encajes que se elaboraban en París.<br />

Las colecciones incluyen, naturalmente, muestras de encaje de los territorios que<br />

forman actualmente la República Checa. En cuanto a los encajes checos, lo más bello<br />

que posee el museo son las prendas con encajes que forman parte de las típicas<br />

vestimentas nacionales.<br />

“En el pasado ,cada una de las regiones de Bohemia y Moravia se había<br />

caracterizado por una vestimenta diferente, rica en bordados y en encajes”, dijo la<br />

directora del museo, Hana Mizerová.<br />

El Museo del <strong>Encaje</strong> está situado en un precioso edificio de mediados del siglo XVI,<br />

proclamado monumento histórico . Los historiadores aseguran que antes servía como<br />

taller para producción de malta, que utilizaba la fábrica local de cerveza. Precisamente<br />

por esta razón la casa dispone de amplias salas, lugares muy aptos para la instalación de<br />

las colecciones del museo, destacó Hana Mizerová.<br />

“Con el correr de los siglos el edificio sufrió pocos cambios sustanciales, de manera<br />

que a los restauradores les resultó bastante fácil reconstruir los interiores del edificio<br />

en el original estilo renacentista”, dijo la directora del museo, agregando que los<br />

trabajos se prolongaron desde 1995 a 1999.<br />

El Museo del <strong>Encaje</strong> en Prachatice es uno de los atractivos turísticos de la República<br />

Checa que suele ser visitado anualmente por miles de turistas nacionales y extranjeros.


136<br />

BREVE INTRODUCCION<br />

El encaje y todo lo que está relacionado con el mismo, desde los diferentes hilos<br />

que se han utilizado para su confección, pasando por los alfileres, maderas para los<br />

bolillos, almohadillas, accesorios, etc., constituyeron por sí mismo una industria que<br />

dio trabajo a muchas <strong>per</strong>sonas y creó riqueza.<br />

Esto es sólo un aspecto de la importancia que tuvo la fabricación del encaje, y si<br />

bien hubo épocas en los que su desarrollo fue sólo artesanal, en otros momentos y<br />

lugares se convirtió en una verdadera industria de gran influencia en la vida y economía<br />

de muchas <strong>per</strong>sonas en la mayor parte de los países de Europa.<br />

A lo largo de varios siglos en los que estuvo de moda la confección y el uso del<br />

encaje éste abarcó todo tipo de prendas: indumentaria masculina y femenina,<br />

ornamentos litúrgicos, ajuar doméstico, y un sinfín de piezas de todos los estilos,<br />

formas y tamaños creados no sólo para usos prácticos, sino como exponentes de belleza<br />

y dignas de ser admiradas y expuestas.<br />

Por estas y otras razones, se han creado en distintas ciudades de España y de<br />

otros países museos del encaje, como un medio de dar a conocer a las nuevas<br />

generaciones lo que fue en otro tiempo esta artesanía Esto a la vez supone la<br />

recu<strong>per</strong>ación de una parte del patrimonio cultural y artístico de un país Al igual que<br />

ocurrió con la expansión de la enseñanza y creación de talleres y escuelas de encajeras,<br />

también los Museos del encaje se encuentran en muchos lugares y en algunos de ellos<br />

incluso se ofrecen cursos de aprendizaje.<br />

A continuación citaré algunos de los que he tenido referencia, tanto en España<br />

como en otros países europeos.


137<br />

EL MUSEO DO ENCAIXE<br />

El Museo do encaixe de Camariñas se creó en el mes de noviembre de 1996. Se<br />

trataba de un ansiado proyecto, que finalmente, el Ayuntamiento de Camariñas pudo<br />

llevar a cabo.<br />

La iniciativa municipal de crear una entidad museística en Camariñas dedicada al<br />

encaje de bolillos ha sido la respuesta a una serie de necesidades derivadas de la gran<br />

riqueza en patrimonio etnográfico con que cuenta dicho municipio y, en general, la<br />

comarca de Soneira.<br />

El encaje de bolillos supone un testimonio excepcional de la su<strong>per</strong>vivencia de las<br />

artes y oficios populares, siendo un exponente de la tradición que <strong>per</strong>manece<br />

prácticamente en sus contextos originales.<br />

Por ello, asumió la responsabilidad de recu<strong>per</strong>ar su memoria histórica, conservarla y<br />

difundirla mediante la creación de esta institución.<br />

Los objetivos generales que se plantea el Museo do Encaixe son los siguientes:<br />

Promover el conocimiento y la difusión de una práctica artesanal que <strong>per</strong>manece viva<br />

desde hace siglos en Camariñas y en otros lugares de la comarca de Sonería, a la que<br />

<strong>per</strong>tenece este municipio. Consecuentemente, se estará contribuyendo a la promoción<br />

del patrimonio etnográfico y artístico gallego.<br />

. Recu<strong>per</strong>ación de piezas antiguas y diseños utilizados tradicionalmente en la loza.<br />

. Establecer un centro de investigación, documentación y consulta sobre el encaje de<br />

bolillos de Camariñas.<br />

. Potenciar el desarrollo y la evolución del sector encajero que en gran medida<br />

identifica a Camariñas, mediante la formación y la aplicación de nuevas tecnologías, de<br />

manera que al beneficio socio-cultural aportado por el Museo pueda añadirse un<br />

beneficio económico.<br />

. Servir como instrumento mediador para el conocimiento de las características<br />

culturales comunes con otros lugares y países productores de encaje artesanal.<br />

. Ofrecer un servicio cultural público que se sume a los puntos de interés turístico que<br />

posee este municipio.<br />

. Utilización de nuevas tecnologías. Mediante sistemas multimedia y a través de<br />

Internet, el Museo ofrece la posibilidad de consultas externas.


138<br />

….La presencia del encaje de Camariñas en otros museos no es muy significativa, <strong>per</strong>o<br />

aún así se encuentran libros de muestras en el Museo do Pobo Galego (Santiago de<br />

Compostela) y en el Museo Etnográfico de Ponte do Porto (Camariñas), piezas con<br />

encajes en el Museu des Puntaires de Arenys de Mar (Barcelona) , y sobre todo, una<br />

importante colección de muestras antiguas que conserva el Museo Pedagógico Textil de<br />

la Universidad Complutense (Madrid), sobre el en una breve reseña hay que decir que<br />

en su origen, formó parte de un complejo centro pedagógico fundado bajo el patrocinio<br />

del Ministerio de Instrucción Pública, según la Real Orden de 6 de mayo de 1882.<br />

Adscrito, más tarde, al Consejo Su<strong>per</strong>ior de Investigaciones Científicas, en la actualidad<br />

está integrado en el ICEUM, cuya sede se halla en la Facultad de Ciencias de la<br />

Educación de la Universidad Complutense de Madrid.<br />

El fin pedagógico e investigador que ha caracterizado a este Museo desde su<br />

fundación, ha <strong>per</strong>mitido reunir una importante y variada colección de piezas –<br />

principalmente de arte textil- que pueden agruparse en los siguientes fondos:<br />

Indumentaria civil y militar, ajuar doméstico, ajuar ritual de ceremonias religiosas y<br />

sociales, encajes, tejidos, dechados o “libros” de bordados, complementos y accesorios<br />

de indumentaria, distintivos y conmemoraciones de carácter social y religioso, muñecos<br />

con típica vestimenta, fotografías, libros publicados, instrumentos técnicos y objetos<br />

varios.<br />

El fondo de los encajes es el más numeroso. Existen ricas piezas aplicadas a diversos<br />

fines, <strong>per</strong>o, sobre todo, se conservan muchas muestras que, con un valor didáctico,<br />

presentan toda una gama de variantes en géneros y estilos. Entre ellas destacan las<br />

catalogadas como “CAMARIÑAS”.


139<br />

EL MUSEO DEL ENCAJE Y LA BLONDA DE ALMAGRO<br />

En el mes de junio de 2.004 se inauguró en la localidad de Almagro un museo<br />

dedicado a la blonda y el encaje.<br />

Se encuentra ubicado en el mismo lugar que ocupara durante años el Museo<br />

Nacional del Teatro, y se concibió como una respuesta a la demanda de gran parte de la<br />

sociedad almagreña, que pedía el reconocimiento público de una labor puramente<br />

artesanal, arraigada profundamente no sólo en Almagro sino en toda la comarca y<br />

pueblos del Campo de Calatrava a lo largo de varios siglos.<br />

Este museo reúne un gran número de piezas variadísimas, desde prendas de ajuar<br />

<strong>per</strong>sonal a colchas, manteles, pañuelos y un largo etcétera, realizadas por encajeras<br />

almagreñas, así como fondos cedidos por <strong>per</strong>sonas particulares, asociaciones y<br />

hermandades.<br />

Al final de la visita se ofrece a los visitantes un video, donde se cuenta la<br />

trayectoria histórica y la situación actual del encaje.


140<br />

MUSEU MARÉS DE LA PUNTA<br />

Situado en la comarca del Maresme, el Museu Marés de la Punta ofrece una<br />

exposición <strong>per</strong>manente, en la que se pueden apreciar todas las técnicas y los estilos en el<br />

arte del encaje. Dispone de piezas de gran valor por su singularidad y finura en la<br />

realización del trabajo.<br />

Dispone de varias plantas: en la planta baja una gran exposición de los utensilios<br />

necesarios para la confección del encaje, así como un gran número de fotografías que<br />

muestran el trabajo de las “puntaires”.<br />

En otras salas de esta planta se exponen muestrarios de diferentes o<strong>per</strong>arios, así<br />

como una amplia exposición de trajes con adornos realizados con bolillos.<br />

En la primera planta hay varias salas dedicadas cada una a un tema concreto: la<br />

sala de los encajes negros, la de los pañuelos, albas y otras piezas con interesantes<br />

trabajos de bordado a la aguja.<br />

Hay también otras salas con algunas piezas muy antiguas, mallas zurcidas del<br />

siglo XVI y paños de ofrenda procedentes de otros lugares de España.


141<br />

MUSEO DEL ENCAJE DE ARLANC (FRANCIA)<br />

Musee de la Dentelle, Es un museo municipal que se encuentra situado en los<br />

sótanos abovedados del Ayuntamiento.<br />

Está dedicado el encaje de bolillo. En él se encuentran más de 500 pìezas de<br />

encaje, así como todo el material necesario para su confección. Una encajera<br />

confecciona encaje delante de los visitantes y explica la diferencia entre el que se realiza<br />

con aguja y el de bolillos.<br />

Existe en la localidad una asociación llamada “Amis de la Dentelle”, que han<br />

investigado en la historia del encaje y gracias a la cual se realizan los encajes con<br />

respeto a las tradiciones.<br />

Cada semana unas cuarenta encajeras se reúnen para disfrutar de su afición y al<br />

mismo tiempo transmitir sus conocimientos en la técnica de los encajes.


142<br />

EL MUSEO DEL ENCAJE EN BATTEXEY<br />

En Battexey en les Vosges<br />

Francia<br />

En esta localidad se encuentra un museo <strong>per</strong>sonal del Sr. yY LA Sra. Noel, donde<br />

se puede admirar la magnífica colección reunida por ellos, tanto de bolillos procedentes<br />

de la región de Lorraine, como de soportes y bolilleros de distintas formas y tamaños.<br />

Pero lo más interesante de este museo, aparte de poder apreciar la variedad<br />

extraordinaria de formas y tamaños de los bolillos, es que el Sr. Noël tiene un taller en<br />

el mismo museo donde se dedica a fabricar los bolillos de forma artesanal y con gran<br />

delicadeza va torneando cada maderita hasta darle la forma y el diseño que ha elegido<br />

previamente.<br />

Además de fabricar los bolillos, el Sr. Noël también confecciona encaje.


143<br />

MUSEO DEL ENCAJE DE ALENÇON<br />

Francia<br />

Alençon, la ciudad del encaje.<br />

Alençon tiene tres museos dedicados al encaje. El Museo de artes finos y el<br />

encaje, está situado en lo que fue la Universidad creada por los Jesuitas en el siglo<br />

XVII, y contiene los fondos del encaje especialmente el creado en Alençon y que es uno<br />

de los más importantes de Francia, gozando de prestigio internacional.<br />

Las piezas exhibidas muestran la gran variedad de puntos del trabajo a la aguja y<br />

al bolillo, desde los puntos de Brujas, Venecia, Milán, Flandes, etc.<br />

Una encajera <strong>per</strong>teneciente al taller nacional de bolillo de Alençon muestra a los<br />

visitantes la forma de hacer el encaje.<br />

-----------------------<br />

El museo del encaje de Alençon (la antigua escuela de fabricación del encaje)<br />

Se trata de un museo privado que se abre de nuevo y que data su origen<br />

alrededor de 1640 cuando las “señoras de Providence” comenzaron a reunir artículos.<br />

En la actualidad tiene piezas de gran valor, como un paño de altar de 12 m. o un<br />

mantón de 2,30 m. de encaje del siglo XVIII.<br />

La magnífica colección de pañuelos, cuellos, manteles, etc., provienen de la<br />

antigua colección de “Providence” y de donaciones privadas.<br />

Al final de la visita, un documental muestra la historia del encaje de Alençon ,y<br />

las técnicas utilizadas por las encajeras.<br />

--------------------------<br />

Taller nacional del encaje de Alençon<br />

Este museo taller se creó en el año 1976, y se trata de un departamento<br />

<strong>per</strong>teneciente al Ministerio de <strong>Cultura</strong> con el fin de continuar la tradición y la técnica<br />

del encaje de Alençon.<br />

Trabajan alrededor de doce encajeras y los trabajos que se realizan se dedican<br />

principalmente a las ceremonias religiosas del estado.


144<br />

BRUJAS<br />

Museo del <strong>Encaje</strong>, y Casa de Arents.<br />

El Kantcentrum (centro del encaje), se encuentra en uno de los “almshouses”<br />

restaurados al lado de la Iglesia de Jerusalén. Estos locales fueron donados por una<br />

familia noble de Adornes en el siglo XVI.<br />

Unos paneles informativos dan a conocer a los visitantes como se ha<br />

desarrollado la confección del encaje durante los siglos XVI y XVII y los diseños<br />

refinados de encaje del norte de Francia y de los Países Bajos.<br />

Se realizan demostraciones de confección y al lado hay una tienda donde puede<br />

adquirir quien lo desee, todo el material necesario para iniciarse en el arte del encaje.<br />

-------------<br />

La Casa de Arents, es un edificio del siglo XVIII de una conocida familia de<br />

Brujas. En la actualidad se dedica al museo del encaje y en ella hay una magnífica<br />

colección de encajes antiguos, incluyendo el encaje de aguja y de bolillos,<br />

especialmente de la región de Brujas y Bruselas, y también algunos de otros países.


145<br />

MERLETTO ITALIA<br />

Museo del encaje de Offida<br />

Este museo fue creado en el año 1995, por la ciudad de Offida y se encuentra en el<br />

Palazzo Castellotti, un edificio antiguo en el centro de la ciudad.<br />

En las siete salas de que consta se encuentran piezas de los siglos XVII al XIX,<br />

que provienen de familias nobles en su mayoría, al lado de vestidos modernos; muy<br />

interesante es uno que fue exhibido por la modelo Naomi Campbell en un desfile en<br />

Londes que llevaba franjas de encaje de color marfil.<br />

En la actualidad se hacen cursos para niños de primaria en el mismo museo y<br />

también se imparten otros para mayores. En esta nueva etapa se trata de que se<br />

conozcan las técnicas específicas de Offida (flores, animales).


146<br />

MERLETTO ITALIANO<br />

PIERO<br />

La Asociación “Cittá di Piero del nella del merletto de li”, se creó en el año 1996<br />

para volver a descubrir la importancia del arte del encaje tradicional en la zona de<br />

Sansepolcro.<br />

La Asociación se encuentra situada en un antiguo edificio en el centro de<br />

Sansepolcro En la planta baja se encuentra la escuela del encaje y el bordado, y en ella<br />

se imparten las lecciones. En la primera planta hay una pequeña sala dedicada a las<br />

hermanas Marcelli,, cuya actividad dio vida al encaje de Sansepolcro.<br />

La confección del encaje de Sansepolcro requiere (y esto no necesariamente en<br />

toda Italia) una almohadilla plana situada en un soporte que <strong>per</strong>mita que ésta se mueva<br />

siguiendo las vueltas del trabajo. El hilo de lino es el que se utiliza tradicionalmente,<br />

<strong>per</strong>o otros hilos más modernos pueden ser utilizados igualmente. Los diseños son<br />

tradicionales, basados en figuras de la Edad Media.


147<br />

INGLATERRA<br />

Allgallows Museum<br />

La Galería de Nicoll.<br />

Este museo se encuentra dentro de un edificio muy antiguo de la ciudad de Honiton,<br />

que empezó su vida como parte de una capilla y que más tarde fue escuela antes de ser<br />

convertida en un museo. Su antigüedad data de 1327 y a través de los siglos fue<br />

utilizado para muy diversos fines.<br />

Hace cincuenta años la capilla fue comprada por el Municipio y se abrió como<br />

museo. Este tiene tres galerías de las cuales la que nos interesa es la de Nicoll.<br />

En esta se encuentra una exhibición de la industria encajera de Honiton, de su<br />

historia y de los utensilios para su fabricación.<br />

El encaje se ha confeccionado en Honiton desde 1560. Esta galería contiene una<br />

exposición que comprende muestras desde 1630 hasta nuestros días. Se pueden<br />

contemplar fragmentos de las piezas más importantes realizadas, y otros que se hicieron<br />

en los años en los que se luchaba por la su<strong>per</strong>vivencia de esta artesanía.


148<br />

INGLATERRA<br />

MUSEO DEL ENCAJE DE KENMARE<br />

A finales del siglo XIX, en una época de desempleo especialmente para mujeres,<br />

las monjas del convento de Kenmare establecieron una escuela y enseñaron a las<br />

jóvenes la técnica del bordado y del encaje.<br />

Los principios fueron difíciles, <strong>per</strong>o poco a poco alcanzaron renombre los<br />

trabajos que realizaban, y además de ganarse un sueldo, visitantes de otros lugares<br />

fueron adquiriendo piezas y se consiguieron premios en exposiciones.<br />

Por todo ello las monjas pudieron adquirir los materiales más sofisticados que<br />

había en el momento y erigieron una ala nueva para exposiciones.<br />

Con los cambios sociales causados por la 1ª Guerra Mundial , el mercado para el<br />

encaje declinó, <strong>per</strong>o el museo todavía hoy es visitado por centenares de turistas,<br />

especialmente americanos y australianos.<br />

Entre sus piezas más famosas figuran un cuello de encaje comprado por Eduardo<br />

VII para la reina Alejandra; Isabel II recibió entre sus regalos de boda un cubrecama de<br />

encaje a la aguja de Kenmare.


149<br />

REPUBLICA CHECA<br />

MUSEO DEL ENCAJE DE LA CIUDAD DE PRACHATICE<br />

Este Museo situado en un valioso edificio histórico en el centro de Prachatice,<br />

fue abierto al público en 1999. Posee amplias y valiosas colecciones de todos los<br />

rincones del mundo. Las más antiguas datan del año 1600<br />

Estas colecciones ofrecen una imagen completa del desarrollo del encaje,<br />

especialmente del de bolillo. Entre sus piezas históricas, figura una parte de vestido<br />

adornada con encajes del año 1600. Hay un traje para bebé del año 1650, que figura<br />

entre las piezas mas valoradas por los visitantes,<br />

También pueden verse los más diversos tipos de encaje de España, Inglaterra,<br />

Holanda y Bélgica, que son admirados por especialistas y profanos. Merecen destacarse<br />

los preciosos encajes que se elaboraban en París.<br />

Las colecciones incluyen, muestras de encajes de los territorios que forman la<br />

República Checa. Referente a estos, lo más bellos que posee el museo son las prendas<br />

de encaje que forman parte de las típicas vestimentas nacionales.


BIBLIOGRAFIA<br />

150


151<br />

BIBLIOGRAFIA<br />

<strong>Encaje</strong> de bolillo y blondas en la ciudad de Almagro por Manolita Espinosa<br />

El “ret-fí catalá” o puntes d Arenys por Dolores Simarro Caiser y Nuria Adela<br />

Marot-Diez<br />

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1989.<br />

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