Taller de Expresión Oral y Escrita - Universidad Nacional de Loja
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<strong>Taller</strong> <strong>de</strong> Expresión <strong>Oral</strong> y <strong>Escrita</strong><br />
Abra la boca, proyecte la voz.- La mayor parte <strong>de</strong> los que hablan con excesiva velocidad,<br />
fatigan a quienes quieren escucharlos y acaban por per<strong>de</strong>r el interés <strong>de</strong>l público. Otros, en<br />
cambio, hablan con <strong>de</strong>sesperante lentitud. ¿A qué velocidad <strong>de</strong>be hablarse?<br />
En su mayoría, las personas hablan a una velocidad <strong>de</strong> 120 a 180 palabras por minuto, pero no<br />
es aconsejable hacerlo <strong>de</strong> manera uniforme. Lo correcto es ajustar la velocidad al tipo <strong>de</strong> pensamiento<br />
o sentimiento que el orador quiere transmitir. Las variaciones en el ritmo, al igual<br />
que los contrastes en la modulación <strong>de</strong> la voz y <strong>de</strong>l acento, tienen gran importancia para dar<br />
expresividad y sentido a nuestra palabra y para retener la atención <strong>de</strong>l que escucha.<br />
La rapi<strong>de</strong>z uniforme en el hablar es un obstáculo para mejorar la dicción y corregir sus <strong>de</strong>fectos,<br />
pero la lentitud por sí sola no los resuelve.<br />
La buena pronunciación es la <strong>de</strong>l ciudadano culto medio. La Real Aca<strong>de</strong>mia Española <strong>de</strong> la<br />
Lengua consi<strong>de</strong>ra que el seseo, el equivalente a la S, la C y la Z (casa, caza, corazón, son) y el<br />
yeísmo, pronunciación similar <strong>de</strong> la ll y la y (llave = yave, lluvia = yuvia) son sólo modalida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> pronunciación y no vicios.<br />
Pero hay ciertos errores <strong>de</strong> dicción que perturban involuntariamente la atención <strong>de</strong>l auditorio.<br />
Uno no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> pensar si escuchó mal, o es realmente cierto que algunos oradores dicen<br />
“ocservar, ginnasia, esamen, expontáneo”, o cualquier otro insólito exabrupto. Seguro que<br />
el que habla sabe como se dice, pero <strong>de</strong>scuida su dicción, empobreciendo su conferencia.<br />
Los movimientos.- No nos cansaremos <strong>de</strong> repetirlo, y seguro volveremos sobre el tema: piense<br />
antes <strong>de</strong> actuar. Lo primero que <strong>de</strong>be hacer el orador al llegar al salón don<strong>de</strong> le toca intervenir,<br />
<strong>de</strong>be ser planear sus movimientos. Aún en la participación aparentemente más simple<br />
<strong>de</strong> una mesa redonda, a quien le toca exponer <strong>de</strong>be haber previsto cada <strong>de</strong>talle. Observe don<strong>de</strong><br />
está el pizarrón y si dispone <strong>de</strong> todos los elementos para su uso. Fíjese don<strong>de</strong> se proyectarán<br />
sus diapositivas en Power Point, y si hay puntero, eléctrico o manual, para apoyar sus palabras;<br />
ubique el micrófono móvil para hablar sentado, y el rígido por sí es necesario pararse<br />
durante su disertación. Verifique don<strong>de</strong> se encuentre el interruptor <strong>de</strong> la luz, por sí <strong>de</strong>be apagarla<br />
para iluminar una diapositiva. Tenga una i<strong>de</strong>a muy clara <strong>de</strong> cuál será el mejor lugar <strong>de</strong>l<br />
estrado para dirigirse al público, y recorra con la vista sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazamiento.<br />
Pida con anticipación lo que pudiera ser necesario durante el curso <strong>de</strong> su exposición. No improvise<br />
situaciones que puedan resultar incómodas para el organizador. En unos instantes no<br />
se consigue un proyector, un pliego <strong>de</strong> papel blanco o un marcador <strong>de</strong> color. Ni siquiera es<br />
fácil conseguir un pizarrón si no ha sido previsto.<br />
Para el orador con experiencia, bastan unos pocos minutos para organizar sus movimientos en<br />
el estrado. Pero esos minutos no pue<strong>de</strong>n faltarle. Solo, a un costado <strong>de</strong>l lugar que se ha asignado<br />
para hablar <strong>de</strong>be pensar: me pararé ahí don<strong>de</strong> la luz le da a mi cuerpo, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />
todos puedan verme. Podré <strong>de</strong>splazarme hacia aquí y hacia allá. Para escribir en el pizarrón,<br />
me bastará este simple movimiento. Para mostrar mis diapositivas solo <strong>de</strong>bo girar <strong>de</strong> esta<br />
forma. Hay tiza, borrador, puntero. Quizá corriendo la mesa y retirando la silla, dispongo <strong>de</strong><br />
mayor comodidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazamiento. Ya está. Unas pocas indicaciones al organizador, y no<br />
necesito nada más. Todo está bajo control. Esperemos confiados que nos llamen al estrado.<br />
Planee con atención cuál va a ser su movimiento. El cuerpo, con sus movimientos, interviene<br />
<strong>de</strong> una manera <strong>de</strong>cisiva en la comunicación oral. De tal manera que no es fácil concebir<br />
una conferencia en la que no puedan verse al orador y <strong>de</strong>bamos limitarnos solo a escuchar su<br />
palabra. Con rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>cae nuestro interés en el tema, y con seguridad buscaremos el momento<br />
oportuno para huir <strong>de</strong>l lugar a don<strong>de</strong> no po<strong>de</strong>mos ver ni puedan vernos. Pero, normalmente,<br />
los oyentes ven al orador a la vez que lo están escuchando, y el movimiento <strong>de</strong> éste en el es-<br />
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