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Venezuelan Politics and Society in Times of Chavismo Política y ...

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¿Revolución o neo autoritarismo<br />

Carlos Blanco<br />

como un proyecto antiimperialista, defensor de los<br />

pobres, y, más recientemente, anticapitalista y socialista.<br />

Esta def<strong>in</strong>ición y la confrontación permanente<br />

con el presidente de Estados Unidos, George<br />

W. Bush, le permiten obtener una identificación <strong>in</strong>mediata<br />

con quienes en el mundo se <strong>in</strong>scriben en<br />

las corrientes de la izquierda tradicional o, sencillamente,<br />

se oponen a las políticas de EE.UU. en<br />

América Lat<strong>in</strong>a, en el Medio Oriente y, especialmente,<br />

en Irak.<br />

La economía del discurso de Chávez es muy simple<br />

y eficaz: se <strong>in</strong>stala en una corriente mundial preexistente<br />

a la cual le da un rostro nuevo, después<br />

del agotamiento de casi medio siglo experimentado<br />

por Fidel Castro, la otra figura lat<strong>in</strong>oamericana que<br />

lo encarnó. Mientras tanto, la oposición venezolana<br />

ha sido ubicada en la escena <strong>in</strong>ternacional y muy<br />

en contra de su voluntad, en el reverso de esa postura<br />

gubernamental. Al enfrentarse a Chávez, la<br />

oposición aparece como “contrarrevolucionaria”,<br />

antifidelista y, en algún sentido, pronorteamericana;<br />

en una extrema simplificación, orientada por<br />

el posicionamiento del gobierno venezolana y por<br />

una campaña <strong>in</strong>ternacional bien organizada, se la<br />

ha colocado en el campo de la derecha y de los<br />

reaccionarios. Ésa no es verdadera posición de la<br />

disidencia democrática en Venezuela, al menos en<br />

sus vastas mayorías; s<strong>in</strong> embargo, así ha quedado<br />

establecido para sectores que en el mundo se orientan<br />

más por los enemigos que tiene Chávez en<br />

que por la realidad de lo que ocurre en Venezuela.<br />

La conclusión es que si Chávez es el representante<br />

de la izquierda, los que se le oponen son los de la<br />

derecha. El resultado es una m<strong>in</strong>i-guerra fría que<br />

tiene de un lado a Fidel y a Chávez, y del otro a<br />

los EE.UU. Este enfoque ha sacado fuera de juego<br />

a los gobiernos lat<strong>in</strong>oamericanos. No les es posible<br />

a éstos, que tienen disputas y desacuerdos históricos<br />

con Wash<strong>in</strong>gton, al<strong>in</strong>earse en contra de Chávez<br />

en una posición que parezca (o sea realmente) de<br />

derecha; tampoco lo harán los gobiernos español,<br />

francés o alemán; vale decir, tampoco lo hará la<br />

Unión Europea. Hay mucho desacuerdo con lo que<br />

hace el gobernante venezolano, pero no se expresa<br />

de modo público en general. Sólo los gobiernos de<br />

Vicente Fox, en México, y de Alej<strong>and</strong>ro Toledo, en<br />

Perú, han levantado la voz.<br />

Las fuerzas democráticas<br />

En el campo de las fuerzas democráticas, que desde<br />

hace varios años luchan contra el régimen, hay una<br />

<strong>in</strong>mensa diversidad. Se podría hablar de “oposiciones”<br />

en vez de una “oposición” en s<strong>in</strong>gular,<br />

porque la realidad es que las diferencias son muchas<br />

y a pesar de algunos períodos de unidad, existen<br />

sectores atravesados por contradicciones, algunas<br />

de las cuales son muy importantes. Se puede, s<strong>in</strong><br />

embargo, hablar de “oposición” en s<strong>in</strong>gular, para<br />

referirse a la corriente dom<strong>in</strong>ante que dirigió las luchas<br />

en contra del régimen de Chávez en la mayor<br />

6 Un buen ejemplo es el del político e <strong>in</strong>telectual Teodoro<br />

Petk<strong>of</strong>f quien señala lo siguiente en una nota al pie de pág<strong>in</strong>a<br />

de un artículo suyo: “El ejercicio de gobierno es ambivalente.<br />

Chávez nada en dos aguas. Una, la de la democracia, a lo<br />

cual la constriñe la fuerte cultura y tradición democrática<br />

del país, así como la <strong>in</strong>fluencia del entorno <strong>in</strong>teramericano<br />

y que mantiene los rasgos formales de la vida democrática<br />

(partidos políticos, pluralidad s<strong>in</strong>dical y gremial, libertad<br />

de expresión, etc.). Otra, la del autoritarismo, donde la<br />

'fisiología' formal de la democracia está m<strong>in</strong>ada por una<br />

práctica cada vez más dura y autocrática del poder (<strong>in</strong>stituciones<br />

del Estado bajo control absoluto del presidente,<br />

tendencia a la obliteración de los espacios democráticos,<br />

presiones constantes sobre los medios de comunicación,<br />

tendencia a la 'judicialización' de la política, etc.). No es el<br />

de Chávez un gobierno dictatorial y mucho menos totalitario<br />

a la cubana, pero tampoco es una democracia. Autoritario,<br />

militarista, con fuerte propensión autocrática, la afirmación<br />

de su poder personal es el alfa y omega del comportamiento<br />

de Chávez, quien ha hecho de la lealtad al jefe la piedra de<br />

toque de su política. La concentración de poder en manos de<br />

Chávez sólo es comparable a la que protagonizó el general<br />

Juan Vicente Gómez, nuestro dictador durante 27 años – lo<br />

cual, por cierto, no implica asemejarlos en otros aspectos.<br />

La formación militar – que por su propia naturaleza no es<br />

democrática s<strong>in</strong>o af<strong>in</strong>cada en las ideas-fuerza de discipl<strong>in</strong>a<br />

vertical, subord<strong>in</strong>ación escalonada de unos m<strong>and</strong>os a otros,<br />

procedimientos no deliberativos–, converge con la tradición<br />

dictatorialista, autoritaria y no democrática de la izquierda<br />

borbónica, para producir este peculiar régimen, donde el<br />

presidente no es el primero entre sus iguales s<strong>in</strong>o un tótem<br />

reverenciado, cuya palabra es la primera y la última en todas<br />

las decisiones de gobierno. Típicamente, alrededor del caudillo<br />

se va espes<strong>and</strong>o una atmósfera de adulación y miedo,<br />

cada vez más repugnante. De modo que si de '<strong>in</strong>ventar el<br />

socialismo' se trata, lo actuado hasta ahora quizás permite<br />

concluir que lo que va surgiendo de ese propósito se orienta<br />

más hacia los modelos fracasados que hacia una versión<br />

democrática del socialismo –aunque no necesariamente se<br />

transforme en un clon de aquellos y logre conservar, aunque<br />

en menor grado, la ambigüedad que lo caracteriza hoy.”<br />

(Petk<strong>of</strong>f, 2005: 124-125).<br />

Stockholm REVIEW OF Lat<strong>in</strong> American Studies<br />

Issue No 1. November 2006<br />

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