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—¿Cómo llegamos a este punto de violencia
escolar
—Ha sido parte de un proceso de descomposición
que vivimos durante años. Un proceso
de irnos conformando con nuevos esquemas
de violencia.
POLÍTICA
tico y análisis de ese fenómeno que entonces
estaba emergiendo.
Precisa: “Entre 2009 y 2010 existían alrededor
de 500 quejas aproximadamente de este
fenómeno, las cuales se duplicaron en 2014,
pero las mismas ya se habían multiplicado casi
por diez con relación al año 2000, cuando se
registraron cerca de 50 quejas”.
El ombudsman nacional refiere que el bullying
es “una violencia física o verbal, de estudiantes
hacia estudiantes, de estudiantes hacia
profesores o de profesores hacia estudiantes,
la cual implica la necesidad de sumar esfuerzos.
Por ello hace unos días hicimos más intensa la
labor de trabajo que estamos llevando a cabo
sumando esfuerzos con el Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación”.
Lo que hicieron para trabajar con las escuelas
fue elaborar protocolos de cómo abordar
este fenómeno. Por ejemplo, “cuando se
trata de niños de primaria o secundaria, de
preparatoria, cuando la violencia es entre ellos,
dentro del plantel o fuera del plantel, cuando
la violencia es física o sexual, o bien esta nueva
modalidad de violencia a través de redes sociales
o ciberbullying, que inclusive ha generado
consecuencias fatales”.
Presentación del Programa Nacional de Derechos Humanos.
El presidente de la CNDH sostiene: “Es necesario
no solamente un protocolo de cómo
abordar la violencia sino que también se desarrolle
una intensa labor de capacitación: solo
en educación primaria y secundaria en escuelas
públicas son un millón 600 mil profesores
en este país”.
Al mismo tiempo añade: “Se elaboraron
reglamentos de cómo atender por parte de los
directores de cada escuela este fenómeno, de
cuándo acudir con la autoridad, de cuándo
llamar a los papás, qué tipo de faltas identificar
y cómo dar seguimiento ya sea dentro del campus
o fuera de él para que esto pueda seguir
dando resultados”.
“Espero que pronto podamos ver disminuidas
las quejas, y sobre todo que empecemos a
encontrar escuelas libres de violencia”, refiere.
Para Plascencia Villanueva la erradicación
del problema “demanda de un esfuerzo de
profesores, alumnos y padres de familia, coordinados
con otras instancias como las comisiones
de derechos humanos, nacional y estatales.
La escuela es una extensión de la casa y así como
el hogar debe ser el sitio más seguro, también
la escuela: un lugar donde se difundan valores
y se evite la violencia”.
Avances esperados
Raúl Plascencia Villanueva sostiene que las soluciones
no serán de inmediato sino estarán a
mediano y largo plazo:
“A largo plazo para que tengamos a todos
los mexicanos más conscientes, responsables
y comprometidos con los derechos humanos.
A mediano plazo para que los servidores públicos
se comprometan con el tema de los
derechos humanos, no solamente en discurso
sino también en los resultados.
Resalta que en la CNDH se trabaja a diario:
“Tenemos un millón 200 mil servidores públicos
capacitados, siete millones de publicaciones
que generamos el año pasado. El sumar
esfuerzos con autoridades municipales, estatales,
federales, organismos no gubernamentales,
universidades y con poderes legislativos
para ir haciendo juntos de este tema de los
derechos humanos una agenda común”.
“Lamentablemente —dice— se perdieron
años formidables, por lo que ahora siguen pendientes
de erradicar asuntos como: la tortura,
las detenciones arbitrarias, los cateos ilegales,
la inadecuada prestación de ciertos servicios
públicos como los de salud, la falta de atención
a las víctimas de la delincuencia, así como también
urge mejorar la procuración de la justicia.
“Yo espero que con este Programa Nacional
de Derechos Humanos podamos avanzar
y en breve iniciar la defensa de los derechos
humanos de la segunda y tercera generación,
como el derecho al acceso al agua, a la salud,
al trabajo, así como tener un medio ambiente
sano, entre otros más”.
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