Revista Elevación Nº4, Febrero 2015.
Revista de distribución libre y gratuita sobre espiritualidad, vida sana, cultura y actualidad.
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El sexo (macho / hembra) es una manifestación de esta Ley en el plano físico para para la<br />
continuidad de las especies.<br />
Comenzando en Dios-Padre-Madre todo tiene los dos géneros. Dios-Padre: Inteligencia, Justicia.<br />
Dios-Madre: Amor, Misericordia. De la unión de Ambos surge la Creación. El Principio Masculino<br />
es el que planta la idea en el Principio Femenino que es el que la ejecuta.<br />
En ningún caso un Principio puede funcionar sin el otro. Si vamos hasta lo más bajo tenemos<br />
al átomo. En él también encontramos el Principio Masculino y Femenino, en sus polos positivo y<br />
negativo.<br />
En las formas de vida encontramos macho y hembra y, en algunos casos, un organismo posee<br />
ambos sexos en sí mismo. En lo mental tenemos a la mente consciente (Principio Masculino) y<br />
la mente subconsciente (Principio Femenino).<br />
También tenemos al Yo, representando al aspecto masculino de la mente, que no tiene la<br />
capacidad de activar una creación, sino que él es quien proyecta la energía creadora hacia el Mi,<br />
estimulándolo, ya que es el Mi quien se pone en acción y ejecuta la idea. El Mi es el aspecto femenino.<br />
Sabiendo esto, podemos identificar fácilmente a algunas personas que tienen muy desarrollado<br />
su Yo y tratan de proyectar su fuerte Yo en los Mí de otras personas. Si se trata de alguien<br />
con una mentalidad superior y positiva cuyas enseñanzas valen la pena seguir, podemos permitirle<br />
que siembre sus ideas en nuestro Mí. Pero si se trata de un líder sanguinario o un fanático religioso,<br />
no debemos permitírselo.<br />
La mayoría de la gente se deja llevar, y así nos encontramos con grupos fanáticos, ya sea religiosos<br />
o políticos, que son manejados por personas inescrupulosas con un fuerte Yo.<br />
Pero también ocurre en la vida diaria: una persona que arremete contra otra, por envidia o<br />
por celos, y es capaz de influenciar a otros que ni siquiera son parte del problema.<br />
Si notamos que estamos siendo influenciados por un Yo negativo que nos empuja a caer en<br />
ideas que nuestra moral rechaza, alguien que nos lleva de la nariz a hacer lo que él quiere aunque<br />
no nos parezca del todo correcto, es necesario detenerlo protegiendo a nuestro Mi con nuestro<br />
propio Yo.<br />
Debemos utilizar nuestro Principio Masculino, que es quien tiene sus propias ideas y es el<br />
que determina quienes somos en realidad. No importa que fulana critique a mengana, Yo no me<br />
voy a sumar a esa crítica y voy a utilizar la Ley de Polaridad para cambiar lo negativo a positivo.<br />
Dentro nuestro tenemos un pedacito de Dios-Padre-Madre. Honrémoslo.<br />
Como dijimos al principio, la Ley del Mentalismo es la más importante ya que de ella se desprenden<br />
las demás. También dijimos que siempre hay más de una Ley manifestándose a cada momento<br />
y es necesario que las sepamos manejar para que sólo el bien se manifieste en nuestra<br />
realidad.<br />
No debemos andar por la vida lastimando a otros porque nuestro pequeño ego humano<br />
quiere llamar la atención. Ese ego suele ser egoísta, envidioso, pendenciero, materialista, prepotente,<br />
soberbio, patético… Debemos darle paso a nuestro verdadero Ego, lo que los metafísicos<br />
llamamos Yo Soy, otros lo llaman Ser Interior, Ser Superior, Chispa Divina,… como queramos llamarlo,<br />
el nombre es lo de menos.<br />
<strong>Revista</strong> <strong>Elevación</strong><br />
“El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin.”<br />
Auguste Comte (1798-1857) Filósofo positivista francés.<br />
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