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¡Nacido de Agua y del Espíritu! - Believers Chapel

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EL BOLETÍN DE LOS<br />

CREYENTES<br />

DE LA BIBLIA<br />

<strong>Believers</strong> <strong>Chapel</strong> * 6420 Churchill Way * Dallas, Texas 75230<br />

EL EVANGELIO DE JUAN<br />

Lección 12<br />

Enero 31, 1982<br />

Juan 3:4-8<br />

“¡Nacido <strong>de</strong> <strong>Agua</strong> y <strong>de</strong>l Espíritu!"<br />

S. Lewis Johnson, Jr.<br />

Introducción<br />

Continuamos el estudio <strong>de</strong>l gobernante que necesitaba un Re<strong>de</strong>ntor. Él<br />

pensaba bien <strong>de</strong> Cristo, pero no lo suficiente. Sabía que Jesús era un<br />

maestro, y pensaba que un maestro era todo lo que él necesitaba. Se dio<br />

cuenta <strong>de</strong> que necesitaba aun más: necesitaba un nuevo nacimiento. Y,<br />

parece por el resto <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Juan, que él finalmente <strong>de</strong>scubrió que<br />

Jesucristo era más que un maestro. Él era el Salvador que necesitaba.<br />

En nuestro anterior estudio, el rabí <strong>de</strong> Nazaret le dijo al letrado fariseo<br />

que un nacimiento no era suficiente, porque un nacimiento no lo lleva a<br />

uno muy lejos. Es apropiado solamente para la vida física y mortal. Es<br />

necesario un nuevo nacimiento, una regeneración divina si uno va a tener<br />

una vida a<strong>de</strong>cuada para el reino <strong>de</strong> Dios.<br />

Pero, uno podría preguntarse: ¿Qué es regeneración Es el acto divino <strong>de</strong><br />

instantáneamente comunicar la vida espiritual a los hombres. Como<br />

veremos, el acto se origina en la divina voluntad y culmina en una nueva<br />

vida, la vida <strong>de</strong> arrepentimiento y fe en el Señor Jesucristo. El hombre es<br />

pasivo en esta forma, no experimenta un trabajo sobrenatural (ver Efe.<br />

2:1, 5, 10). Como William G. T. Shedd ha dicho: “Un hombre muerto no<br />

pue<strong>de</strong> asistir a su propia resurrección” 1 . El nuevo nacimiento, sin<br />

1


embargo, toma lugar en la esfera <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios. El primer acto <strong>de</strong><br />

la nueva vida es creer la Palabra. Pero la verdad espiritual no es la<br />

manera directa para la nueva vida, porque hasta que la nueva vida llegue<br />

el espíritu está muerto a la verdad y a la justicia, como lo dice<br />

explícitamente Pablo. Él escribe: “Pero el hombre natural no acepta las<br />

cosas <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios, porque para él son necedad; y no las pue<strong>de</strong><br />

enten<strong>de</strong>r, porque se disciernen espiritualmente” (ver. 1 Cor. 2:14).<br />

O, puesto <strong>de</strong> otra manera, dos fuerzas no pue<strong>de</strong>n cooperar a menos que<br />

sean fuerzas coordinadas y coinci<strong>de</strong>ntes, pero hasta que la comunicación<br />

<strong>de</strong> la nueva vida tome lugar, los hombres son hostiles hacia Dios. De<br />

nuevo, es Pablo el que claramente hace notar esto: “Ya que la mente<br />

puesta en la carne es enemiga <strong>de</strong> Dios, porque no se sujeta a la ley <strong>de</strong><br />

Dios, pues ni siquiera pue<strong>de</strong> hacerlo” (ver Rom. 8:7). Y para establecer<br />

por siempre la pregunta, él escribe: “Y los que están en la carne no<br />

pue<strong>de</strong>n agradar a Dios (ver 8:8). La enemistad no pue<strong>de</strong> cooperar con el<br />

amor divino, ni tampoco pue<strong>de</strong>n los que no son salvos, los que están en<br />

la carne, ejercitar la fe, porque esta es una actividad que agrada a Dios.<br />

Shedd lo ilustra <strong>de</strong> esta manera: “Jesús entonces (ver Luc. 18:42) le dijo:<br />

‘Recibe la vista’”, no había receptividad en los ojos, no había una<br />

condición o un órgano que favoreciera, que facilitara la restauración <strong>de</strong> la<br />

vista. Producirle la visión fue totalmente milagroso. Simultáneamente a<br />

las palabras: ‘Recibe la vista’, estuvo el ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r creativo sobre<br />

los ojos sin vista, capacitándolos al acto <strong>de</strong> la visión” 2. (ver Juan 9:1-8).<br />

Una cosa que sí conocemos es el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l acto <strong>de</strong>l nuevo nacimiento.<br />

Henry Clay una vez dijo que personalmente no conocía el cambio <strong>de</strong>l<br />

corazón <strong>de</strong>l que esos cristianos hablaban, ni entendía qué querían <strong>de</strong>cir,<br />

pero que había visto sanadas venganzas <strong>de</strong> muchos años en una familia<br />

<strong>de</strong> Kentucky a través <strong>de</strong> reavivamientos religiosos. Y añadió que<br />

cualquier cosa que hubiera sanado esas venganzas <strong>de</strong> esta familia <strong>de</strong><br />

Kentucky fue algo más allá <strong>de</strong> lo humano 3 .<br />

2


¿Por qué es necesario este nuevo nacimiento Lo anteriormente expuesto<br />

sobre el pecado <strong>de</strong>l hombre y su inhabilidad para agradar espiritualmente<br />

a Dios suple la respuesta (ver Efe. 2:1; Rom. 8:7, 8).<br />

¿Cómo se produce, entonces, el nuevo nacimiento Se lleva a cabo por la<br />

implantación <strong>de</strong> la semilla <strong>de</strong> la divina vida en el contexto <strong>de</strong> la<br />

predicación <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios, o la lectura <strong>de</strong> la Palabra<br />

<strong>de</strong> Dios. A través <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l Espíritu, la voz es oída, la fe que sigue a<br />

la comunicación <strong>de</strong> la semilla <strong>de</strong> Dios es la manifestación <strong>de</strong>l nuevo<br />

nacimiento (ver 1 Ped. 1:23; 1 Jn. 3:9). La gran ilustración juanina es la<br />

restauración <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Lázaro, que fue animada por nuestro Señor al<br />

oír su palabra. Él no podía cooperar en esto, porque estaba muerto.<br />

Luego <strong>de</strong> recibir la nueva vida, sin embargo, escuchó la palabra y salió <strong>de</strong><br />

su escondite como manifestación <strong>de</strong> su respuesta (ver Juan 11:1-46).<br />

Nico<strong>de</strong>mo le hizo tres preguntas a nuestro Señor. Éstas se encuentran los<br />

versículos dos (la pregunta aquí está implícita), cuatro y nueve. Ahora<br />

vemos la segunda <strong>de</strong> ellas y la respuesta <strong>de</strong> nuestro Señor.<br />

I. LA INTERROGACIÓN DE NICODEMO<br />

Su dificultad (Juan 3:4).<br />

Nico<strong>de</strong>mo, luego <strong>de</strong> que nuestro Señor le dijera que si un hombre no<br />

naciera <strong>de</strong> nuevo, no podría ver el reino <strong>de</strong> Dios, ahora respon<strong>de</strong> con una<br />

pregunta: “¿Cómo pue<strong>de</strong> un hombre nacer <strong>de</strong> nuevo siendo viejo No<br />

pue<strong>de</strong>, ¿pue<strong>de</strong> entrar en el vientre <strong>de</strong> su madre una segunda vez y<br />

nacer”. Evi<strong>de</strong>ntemente, con el uso <strong>de</strong> la palabra “viejo”, Nico<strong>de</strong>mo nos<br />

da un indicio <strong>de</strong> su edad. Él era el viejo y reverenciado maestro <strong>de</strong> los<br />

judíos (ver v. 10). Su respuesta a las palabras <strong>de</strong> nuestro Señor en<br />

relación con el nacimiento <strong>de</strong> arriba es natural, por supuesto, pero<br />

<strong>de</strong>muestra que queda perplejo por la fundamental verdad bíblica. El<br />

hecho <strong>de</strong> que era un maestro <strong>de</strong> Israel hace su ignorancia digna <strong>de</strong><br />

compasión, y verda<strong>de</strong>ramente nos recuerda la situación <strong>de</strong>l cristianismo<br />

<strong>de</strong> hoy en día. A. T. Robertson escribió <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> su tiempo: “El<br />

3


docto fariseo es tan cándido en su entendimiento como cualquier<br />

principiante. Este no es un fenómeno <strong>de</strong>l que no se haya escuchado” 4 .<br />

Hoy en día es aun más verda<strong>de</strong>ro.<br />

Su incredulidad (Juan 3:4).<br />

La incredulidad <strong>de</strong> Nico<strong>de</strong>mo está acentuada por el hecho <strong>de</strong> que la<br />

segunda parte <strong>de</strong> su pregunta está expresada en griego <strong>de</strong> tal manera<br />

que espera una respuesta negativa, y he intentado convertirla en la<br />

anterior traducción. En cuanto a “<strong>de</strong> arriba” que le interesa a nuestro<br />

Señor, me parece que la “segunda vez” <strong>de</strong> Nico<strong>de</strong>mo es simplemente un<br />

malentendido. Realmente, el nacimiento <strong>de</strong> arriba sería una segunda vez,<br />

pero las palabras <strong>de</strong> Jesús quieren <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> arriba (ver 3:31).<br />

II. LA DECLARACIÓN DEL SEÑOR<br />

La significancia <strong>de</strong> “agua y espíritu” (Juan 3:5).<br />

Nuestro Señor respondió a la pregunta <strong>de</strong> Nico<strong>de</strong>mo comenzando con un<br />

solemne: “En verdad, en verdad”, lo cual llama mucho la atención a lo<br />

que sigue. La expresión en sí misma implica una finalidad y una autoridad<br />

<strong>de</strong> su mensaje sin paralelo en ninguna otra parte”, escribe Metzger y<br />

aña<strong>de</strong>: “No se conoce en todo el rango <strong>de</strong> la literatura judía un ejemplo<br />

<strong>de</strong> escriba o maestro rabínico que introduzca sus comentarios con la<br />

expresión: ‘En verdad, en verdad te digo…’” 5 . La siguiente <strong>de</strong>claración es,<br />

entonces, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la cual Jesús avala su exclusiva autoridad como el<br />

Hijo <strong>de</strong> Dios (ver Mat. 7:28, 29).<br />

Ha habido muchas interpretaciones sobre la frase “<strong>de</strong> agua y <strong>de</strong>l<br />

Espíritu”, pero solamente tengo espacio para mencionar algunas <strong>de</strong> ellas.<br />

Ante todo, ha habido contención <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> algunos que el relato <strong>de</strong><br />

Juan sobre las palabras <strong>de</strong> nuestro Señor ha <strong>de</strong> ser entendido como una<br />

referencia al nacimiento en las aguas <strong>de</strong>l bautismo. En contra <strong>de</strong> esta<br />

interpretación está la enseñanza general <strong>de</strong>l Nuevo Testamento, la cual<br />

afirma muy claramente que el nuevo nacimiento es un trabajo <strong>de</strong> Dios a<br />

través <strong>de</strong> la Palabra, y que el término para la recepción <strong>de</strong> la salvación es<br />

4


la fe sola, una fe dada por el Espíritu <strong>de</strong> Dios (ver. Efe. 2:8, 9; Fil. 1:29,<br />

etc.). Más aún, si esta fuera la enseñanza <strong>de</strong> nuestro Señor, entonces<br />

Nico<strong>de</strong>mo hubiera sabido “<strong>de</strong> dón<strong>de</strong>” venía el nuevo nacimiento, pero<br />

nuestro Señor afirma que el nacimiento <strong>de</strong>l Espíritu tiene un aspecto<br />

misterioso, <strong>de</strong> manera que no sabemos cómo el Espíritu lleva a cabo el<br />

acto milagroso (ver v. 8). Finalmente, las palabras <strong>de</strong> nuestro Señor le<br />

fueron dichas a Nico<strong>de</strong>mo antes <strong>de</strong> que se instituyera el bautismo.<br />

¿Cómo, entonces, podría ser aquí la expresión una referencia a ello El<br />

ladrón agonizante perpetuamente refuta tal noción, la noción <strong>de</strong><br />

salvación por un sacramento, porque él estuvo con nuestro Señor en el<br />

paraíso solamente por escuchar su palabra (ver Luc. 23:42, 43). Pablo<br />

dice que el evangelio que él predica estaba contenido en el Antiguo<br />

Testamento, y el bautismo cristiano no se encuentra allí. En<br />

consecuencia, no es parte <strong>de</strong> las bases <strong>de</strong>l evangelio cristiano (ver Rom.<br />

1:1, 2; 1 Cor. 1:10-17; 15:1-4).<br />

Segundo, otros han visto en las palabras una referencia al nacimiento<br />

espiritual y natural, el agua es una referencia al hecho <strong>de</strong> que un bebé<br />

concebido a través <strong>de</strong>l semen masculino vive en el agua <strong>de</strong> la matriz<br />

hasta el nacimiento. Una variación <strong>de</strong> este concepto involucra el extraño<br />

uso en la antigua literatura <strong>de</strong> la palabra “agua” para el semen<br />

masculino. La combinación <strong>de</strong> las palabras, por lo tanto, podría referirse<br />

al nacimiento por la semilla <strong>de</strong>l espíritu (ver 1:13; 3:8), las palabras agua<br />

y Espíritu, en vista <strong>de</strong> la construcción griega, son tomadas estrechamente<br />

juntas. En mi mente, la oscuridad <strong>de</strong> la postura y la rareza <strong>de</strong>l uso<br />

involucran un argumento en contra <strong>de</strong> la exactitud <strong>de</strong> la interpretación.<br />

Tercero, el criterio por el que me inclino involucra tomar tanto agua como<br />

la palabra traducida como “Espíritu” figurativamente. Como lectores<br />

ahora <strong>de</strong> la Biblia, la palabra pneuma significa tanto viento como espíritu,<br />

y el contexto es <strong>de</strong>terminativo por la fuerza que pue<strong>de</strong> tener en un lugar<br />

dado. Aquí, ya que la palabra agua está usada figurativamente, parece<br />

bastante apropiado tomar pneuma como viento, una referencia figurativa<br />

al Espíritu Santo. Se usa la palabra agua figurativamente para limpieza<br />

5


(ver 13:5; 19:34), y parece razonable, en vista <strong>de</strong> la construcción en el<br />

leguaje original 6 , por la expresión para referirse a nacimiento por agua y<br />

viento, o por la limpieza <strong>de</strong>l Espíritu. Esto traería el pensamiento a una<br />

armonía precisa con la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong>l versículo ocho, “así es todo aquel<br />

que es nacido <strong>de</strong>l Espíritu”. Aún más, ya que nuestro Señor ya ha dicho<br />

que, para ver el reino <strong>de</strong> Dios uno <strong>de</strong>be nacer <strong>de</strong> arriba, esta<br />

interpretación también <strong>de</strong>bería estar en armonía con esta <strong>de</strong>claración. El<br />

nacimiento <strong>de</strong>l Espíritu que limpia <strong>de</strong>bería ser un nacimiento <strong>de</strong> arriba.<br />

Por lo tanto, para concluir, tomo las palabras <strong>de</strong> nuestro Señor para<br />

indicar que si un hombre no nace <strong>de</strong>l Espíritu que limpia, no pue<strong>de</strong> entrar<br />

al reino <strong>de</strong> Dios.<br />

Tres expresiones en relación con el nuevo nacimiento <strong>de</strong>ben ser<br />

mencionadas en este momento. En 1:13, Juan <strong>de</strong>clara que los creyentes<br />

son aquellos que han “nacido <strong>de</strong> Dios”, y se refiere a Dios como el autor<br />

<strong>de</strong>l nuevo nacimiento. Yo pensaría que en ese pasaje él más<br />

precisamente está hablando <strong>de</strong>l Padre. Aquí, nuestro Señor se refiere al<br />

nuevo nacimiento <strong>de</strong>l Espíritu. Y finalmente, en 1 Pedro 1:23 el nuevo<br />

nacimiento está relacionado con la mediación <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios (ver<br />

arriba). Por lo tanto, el autor <strong>de</strong>l nacimiento es el Padre, el agente es el<br />

Espíritu, y la mediación es la Palabra.<br />

La entrada al reino (Juan 3:5).<br />

El que nace <strong>de</strong> la limpieza <strong>de</strong>l Espíritu es ahora ciudadano <strong>de</strong>l cielo. La<br />

elegibilidad para la entrada es un evento, no un proceso, para el nuevo<br />

nacimiento si es un evento instantáneo, como lo indica el tiempo verbal.<br />

El ciudadano <strong>de</strong>l reino, entonces, es preeminentemente uno nacido <strong>de</strong><br />

arriba, no simplemente alterado, ni revigorizado, ni reformado.<br />

III. LA EXPLICACIÓN DEL SEÑOR<br />

El principio (Juan 3:6).<br />

Nuestro Señor sigue la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> calificación con una referencia al<br />

principio que gobierna el asunto. En esencia, el punto que toca nuestro<br />

6


Señor es que no hay “evolución <strong>de</strong> la carne al espíritu" 7 . La naturaleza<br />

humana pue<strong>de</strong> producir naturaleza humana, y naturaleza pecaminosa<br />

a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la caída, pero se necesita una naturaleza limpia <strong>de</strong><br />

pecado para entrar al reino. La naturaleza divina pue<strong>de</strong> ser producida<br />

solamente por naturaleza divina, y esa es la posibilidad <strong>de</strong> un nuevo<br />

nacimiento. “Ichtus el Pez” no pue<strong>de</strong> hacer a un tejano por medio <strong>de</strong> la<br />

educación, la civilización o el ambiente. Debe haber un cambio <strong>de</strong><br />

naturaleza (ver Gén. 5:3). Nosotros solamente nos reproducimos <strong>de</strong><br />

nuestra misma especie.<br />

La prohibición (Juan 3:7).<br />

A la luz <strong>de</strong> estas cosas, Nico<strong>de</strong>mo es exhortado a no quedarse atónito<br />

ante la necesidad <strong>de</strong> lo nuevo. Dicho sea <strong>de</strong> paso, <strong>de</strong>be notarse que las<br />

palabras <strong>de</strong> nuestro Señor son: “Os es necesario nacer <strong>de</strong> nuevo”, no<br />

“Nos es necesario nacer <strong>de</strong> nuevo”. Él es único en la posesión <strong>de</strong> la<br />

verda<strong>de</strong>ra humanidad separada <strong>de</strong>l pecado y llena <strong>de</strong> <strong>de</strong>idad como el Hijo<br />

<strong>de</strong> Dios. Él no necesita el nuevo nacimiento.<br />

El patrón (Juan 3:8).<br />

La ilustración <strong>de</strong> nuestro Señor es la <strong>de</strong>l viento. Aquí, la palabra pneuma<br />

claramente se traduce como viento. Como se menciona anteriormente, la<br />

palabra griega tiene varios significados, incluyendo tanto el sentido<br />

espíritu como viento, así como lo hace el latín spiritus y el hebreo ruach.<br />

La ilustración <strong>de</strong>l viento se usa para enfatizar varias características <strong>de</strong>l<br />

nuevo nacimiento. En primer lugar, la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l viento, que<br />

sopla don<strong>de</strong> quiere, ilustra la operación soberana <strong>de</strong>l Espíritu Santo en la<br />

transmisión <strong>de</strong>l nuevo nacimiento al elegido <strong>de</strong> Dios. En el análisis final,<br />

hay una nota <strong>de</strong> misterio en la operación <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios, pero<br />

<strong>de</strong>bemos confiar en Él para hacer lo que es lo mejor, que esa voluntad al<br />

final glorificará a nuestro gran Trino Dios.<br />

Segundo, la ilustración <strong>de</strong>l viento señala el efecto <strong>de</strong>l nuevo nacimiento<br />

por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios. Así como hay un sonido proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l viento, así<br />

hay un sonido en la vida <strong>de</strong> uno que recibe el nuevo nacimiento. Se<br />

7


expresa a sí mismo en las evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> la vida. El inci<strong>de</strong>nte en el que el<br />

Señor levanta al hijo <strong>de</strong> la viuda <strong>de</strong> Naín ilustra maravillosamente las<br />

evi<strong>de</strong>ncias necesarias <strong>de</strong> la vida (ver Luc. 7:15): cuando el joven volvió a<br />

la vida inmediatamente se incorporó y “comenzó a hablar”.<br />

Finalmente, la ilustración <strong>de</strong>l viento también señala lo incomprensible <strong>de</strong>l<br />

viento y, por lo tanto, lo incomprensible <strong>de</strong>l nuevo nacimiento, en cuanto<br />

se refiere a su proce<strong>de</strong>ncia y meta. Cuán diferente es el argumento <strong>de</strong><br />

algunos <strong>de</strong> que somos salvos por la Ley <strong>de</strong> Moisés, o por obras, una<br />

“cantidad sinnúmero <strong>de</strong> regulaciones humanas ampliamente<br />

analizables" 8 . Eso en sí mismo indica que la vida no viene por obe<strong>de</strong>cer<br />

las recetas humanas. Entonces el origen <strong>de</strong> la vida podría ser simple y<br />

claro, pero permanece, como lo dijimos anteriormente, un elemento <strong>de</strong><br />

misterio acerca <strong>de</strong> la nueva vida que viene <strong>de</strong> Dios en el nacimiento <strong>de</strong><br />

arriba.<br />

Conclusión<br />

De nuevo, el pasaje afirma la necesidad <strong>de</strong> un nuevo nacimiento (ver vv.<br />

3, 6, 7). “Os es necesario nacer <strong>de</strong> nuevo” es el mandato claro e<br />

inequívoco <strong>de</strong> Dios en Cristo. Todas las recetas humanas para la vida,<br />

como las buenas obras, la membresía <strong>de</strong> la iglesia, la educación, la<br />

cultura, la observancia <strong>de</strong> las or<strong>de</strong>nanzas, están canceladas.<br />

La realidad <strong>de</strong>l nuevo nacimiento está enfatizado en los efectos <strong>de</strong>l viento<br />

y, por lo tanto, <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> arriba. ¿Es el nuestro una brisa, un<br />

estruendo o una calma muerta<br />

Finalmente, nuestro Señor enfatiza que el nuevo nacimiento pue<strong>de</strong><br />

solamente venir <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios, quien actúa soberanamente en su<br />

propio buen tiempo y apresura al pueblo <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba dándole la<br />

vida que aprovecha para la venida <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> Dios. A nivel humano, él<br />

continuará señalando que la respuesta humana al mensaje <strong>de</strong> Dios es<br />

8


confiar en el Hijo. Esto trae vida. Quiera Dios traer a todos los que lean<br />

esto a Él y a esa vida (ver 3:14, 15).<br />

Nota<br />

1 Shedd, II, 503.<br />

2 Ibi<strong>de</strong>m, II, 505.<br />

3 Ver Strong, p. 815.<br />

4 Robertson, V, 45.<br />

5 Bruce M. Metzger, The New Testament; Its Background, Growth, and Content (El Nuevo<br />

Testamento, su Trasfondo y Contenido (New York y Nashville: Abingdon Press, 1965), p.<br />

156.<br />

6 Los dos sustantivos: agua y espíritu, o viento, están conectados por una preposición y<br />

ninguno tiene el artículo, una construcción que parece ligarlos estrechamente juntos.<br />

7 Hoskyns, p. 204.<br />

8 Hendriksen, I, 135.<br />

9

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