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Los ángeles que ascienden y descienden - Believers Chapel

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BOLETÍNDEL CREYENTEDE LA BIBLIA<strong>Believers</strong> <strong>Chapel</strong> * 6420 Churchill Way * Dallas, Texas 75230El Evangelio de JuanLección 8Enero 3, 1982Juan 1:43-51<strong>Los</strong> ángeles <strong>que</strong> <strong>ascienden</strong> y <strong>descienden</strong>S. Lewis Johnson, Jr.IntroducciónDos hombres se identifican con el llamado de Dios, el llamado de lanaturaleza divina, y entran en una real y vital relación con el eterno Dios.Ese es el punto de interés de este párrafo del Evangelio de Juan.Frecuentemente hablamos del llamado del mar, y con eso <strong>que</strong>remos decir<strong>que</strong> la naturaleza del mar es tal, <strong>que</strong> apela a nosotros. O diciéndolo deotra manera, hay algo en nosotros <strong>que</strong> responde a la naturaleza delsalvaje, hermoso, variado y misterioso mar.También hablamos del llamado de la selva, <strong>que</strong> significa <strong>que</strong> hay algo enla selva, en los montes, en lo salvaje, a lo <strong>que</strong> nuestro ser más íntimoresponde. Es la respuesta de la naturaleza a la naturaleza.Y hablamos del llamado de las montañas —macizas, misteriosas yhermosas— y <strong>que</strong>remos decir <strong>que</strong> la naturaleza de las montañasencuentra una contraparte en nuestro ser. <strong>Los</strong> llamados a los <strong>que</strong> merefiero no son escuchados por todos los hombres, sino <strong>que</strong> los escuchan1


solamente a<strong>que</strong>llos <strong>que</strong> poseen naturalezas <strong>que</strong> están en armonía con lanaturaleza <strong>que</strong> llama.Y, entonces, hablamos del llamado de Dios. Ese es el llamado a laidentificación con Dios en naturaleza, ser, comunión, planes y propósitos.El llamado de Dios no es primariamente a un servicio, aun<strong>que</strong> puedellevar a eso. Es el llamado a la comunión y a la relación con Dios. <strong>Los</strong> <strong>que</strong>son “de Dios”, como Jesús lo dice, responden a su voz y al llamado a lavida en Él. Nuestro Señor lo dice de una forma mejor: “El <strong>que</strong> es de Diosescucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, por<strong>que</strong> nosois de Dios” (Juan 8:47). Más adelante habla de forma similar: “Perovosotros no creéis por<strong>que</strong> no sois de mis ovejas” (10:26).Isaías respondió al llamado de Dios en virtud de una visión <strong>que</strong> se le dio.Primero fue un llamado a una relación; y la limpieza del pecado fue elprimer paso hacia la comunión. Entonces escuchó la voz del Señorllamándolo al servicio (ver Isa. 6:6-8).En esta sección, tenemos una hermosa imagen de bús<strong>que</strong>da del Salvadory del llamado de Dios. Dos siervos maravillosos, Felipe y Natanael,responden a su llamado por<strong>que</strong> eran “de Dios”. No sabemos <strong>que</strong> son “deDios” hasta <strong>que</strong> responden, pero su respuesta ineludiblemente los señalacomo <strong>que</strong> pertenecen a Él en naturaleza. Ellos escuchan su voz, comofinalmente lo hacen todos los elegidos.<strong>Los</strong> incidentes acaecen después de encontrar a los dos discípulos, uno delos cuales fue Andrés, y el otro Simón Pedro. La nota de la hora de Juanse encuentra en el versículo cuarenta y tres del capítulo uno: “Al díasiguiente Jesús se propuso salir para Galilea, y encontró a Felipe, y ledijo: Sígueme”.I. EL DESCUBRIMIENTO DE FELIPEEl hombre (Juan 1:43, 44; 6:5-7; 12:20-24; 14:7-10).2


Evidentemente, todos los hombres estaban en la vecindad de Betaniamás allá del Jordán, ya <strong>que</strong> Juan estaba bautizando en el área.¿Qué podemos decir de Felipe? Era un hombre poco impresionable, por lomenos como lo dice la palabra de Dios. Aparece en varios lugares, comoen el incidente de la alimentación de los cinco mil, y los griegos fueron aél para qué los ayudaran a ver a nuestro Señor. En el aposento alto, esFelipe quien desconcertado pide: “Señor, muéstranos al Padre, y nosbasta” (ver 14:8). La pregunta provoca una gentil reprensión del Señor.Cualquier cosa <strong>que</strong> digamos de Felipe debe incluir el hecho de <strong>que</strong> eraalgo así como un estudiante de la palabra, por<strong>que</strong> fue él quien encontróa Natanael y sin aliento espeta: “Hemos hallado a a<strong>que</strong>l de quien escribióMoisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo deJosé ,” (ver v. 45). Como diría Scots, él era “lento en el aprendizaje”,pero sí conocía un poco de Biblia, y un hombre <strong>que</strong> hace de la palabra sumeditación es seguro <strong>que</strong> a la postre va a encontrarse en el lado correctode la verdad.El encuentro (Juan 1:43, 44).Hay dos clases de encuentros. Podemos tropezar con algo <strong>que</strong> realmenteno estábamos buscando, y también podemos encontrarnos con algo <strong>que</strong>estamos buscando. El segundo, por supuesto, es la forma en la <strong>que</strong> Jesúsencontró a Felipe. Él lo estaba buscando (ver Luc. 19:10). En las edadesde edades pasadas <strong>que</strong> se habían determinado por nuestro Dios Trino,Felipe fue encontrado por<strong>que</strong> había sido escogido. Es tan simple yprofundo como eso (ver 10:16, 27, etc.).El mensaje (Juan 1:43, "Sígueme”).El mensaje imperativo <strong>que</strong> Felipe oyó de los labios de nuestro Señor fue:“Sígueme”. Uno nota <strong>que</strong> se le pide <strong>que</strong> siga a una persona, nosimplemente una proposición, aun<strong>que</strong> debemos, al definir a esta persona,usar muchas proposiciones. Lo <strong>que</strong> se da a entender en la sencillademanda es seguirlo a Él en la totalidad de la vida. Es un llamado aldiscipulado de la naturaleza más exigente e íntima.3


Uno nota <strong>que</strong> no hay explicaciones de nuestro Señor en lo concerniente ala naturaleza del ministerio a cumplir. Es “sígueme” solamente, pero escomo el llamado de Dios. Se nos presenta con órdenes selladas y nosapremia a una vasta aventura <strong>que</strong> lleva a la eternidad. Como a Abraham,se nos pide salir, sin saber a dónde vamos (ver Hech. 11:8), perodescansamos en la seguridad <strong>que</strong>, con su mano asiendo la nuestra, ¡noestamos en ningún peligro!II, EL DESCUBRIMIENTO DE NATANAELEl reporte de Felipe (Juan 1:45).De forma característica, el nuevo santo encuentra a otro. Como uno delos antiguos comentaristas ha dicho: “Una antorcha encendida sirve paraencender a otra” 1 . Él sabía <strong>que</strong> Jesús era el <strong>que</strong> las Escrituras habíanprofetizado (ver 5:39).La reacción de Natanael (Juan 1:46a).La reacción de Natanael es la de muchos cuando se les dice del podersalvífico de Jesucristo. Lo encuentran difícil de creer, y especialmente siel mensaje lo trae un amigo o un miembro de la misma familia. El golpeal orgullo humano es demasiado. Natanael ilustra esto en su respuesta:“¿Puede algo bueno salir de Nazaret?” (ver 21:2; 7:51) ¿Puede algobueno salir de Santiago? ¡Un latinoamericano!La petición de Felipe (Juan l:46b).La breve respuesta de Felipe a su amigo es de lo mejor <strong>que</strong> se puededar. Es: “Ven, y ve”. La mejor forma de propagar el cristianismo esproclamarlo, comprometiendo la respuesta humana al mensaje delEspíritu Santo <strong>que</strong> lo originó. Es la apología más sencilla, más efectiva ymás profunda. Maclaren ha escrito: “Nuestros argumentos viajanfrecuentemente como lo hizo el discurso <strong>que</strong> un obispo una vez predicópara probar la existencia de Dios; al final una sencilla anciana <strong>que</strong> nohabía seguido su razonamiento muy inteligentemente exclamó 'Bueno,4


por todo lo <strong>que</strong> dice, no puedo dejar de pensar <strong>que</strong>, después de todo,¡existe Dios'! <strong>Los</strong> errores <strong>que</strong> se citan para rebatir a menudo semantienen en la mente más <strong>que</strong> las contradicciones refutadas. Aférrese aCristo —griten a los hombres—, ‘Vengan y vean’ y algunos ojos sevolverán y algunos corazones se aferrarán a Él" 2 . Hay un lugar para ladefensa intelectual del evangelio, pero debe ser hecha por a<strong>que</strong>llos <strong>que</strong>son realmente expertos en el campo, y nunca debe tomar el lugar de lasencilla proclamación del mensaje. Tiene su propia lógica interna, y DiosEspíritu honra su palabra con la convicción necesaria de pecado yconversión del hombre en su totalidad, mente, alma y espíritu.La revelación de Jesús (Juan 1:47).Cuando Jesús vio a Natanael venir a Él, dijo: “He aquí un verdaderoisraelita en quien no hay engaño”. ¿Qué podemos decir de Natanael?Probablemente era uno de los discípulos de Juan, o sea, discípulo deJuan el Bautista. En ese sentido era creyente y estudiante de la Escritura,como lo muestra el relato. Y parece <strong>que</strong> estaba meditando debajo de unahiguera cuando Felipe lo encontró. De hecho, la higuera se reconocía enel judaísmo como un lugar apropiado para la meditación. Hay variasreferencias entre las fuentes rabínicas de un asiento bajo una higueracomo el lugar correcto para estudiar la Tora. El Rabí Akibah estudió la leyahí, y más tarde Agustín escuchó su famoso "Tolle, lege”, ahí también.Las palabras <strong>que</strong> nuestro Señor usa para saludar a Natanael lleva allector a creer <strong>que</strong> Natanael estaba meditando en las palabras de Jacob yparticularmente en la visión de Jacob de la escalera (ver Gén 27:35;28:10-22). Jacob había robado la bendición de Esaú a través del engañoy astucia sugeridas por su madre, y entonces fue forzado a ponerse asalvo, ya <strong>que</strong> Esaú estaba determinado a matarlo por la pérdida de subendición (Un entendimiento del carácter de Esaú). El nombre de Jacobsignifica suplantador o torcido o algo similar. De esa manera, elcomentario inicial de nuestro Señor a Natanael se puede parafrasear deesta manera: “¡He aquí, un verdadero israelita en el <strong>que</strong> no hay ningúnJacob!”. O quizás: “Un nuevo Jacob, en el <strong>que</strong> no hay ningún viejo Jacob,5


un príncipe real o un luchador de Dios”. El comentario apunta, como sesugiere arriba, al pasaje en el <strong>que</strong> Natanael estaba meditando.La réplica de Natanael (Juan 1:48).La sobresaltada respuesta de Natanael es: “¿Cómo es <strong>que</strong> me conoces?”.Evidentemente estaba convencido de <strong>que</strong> el Señor tenía unentendimiento de la desnudez de su alma para Dios. Incidentalmente,debemos notar <strong>que</strong> Jesús dijo <strong>que</strong> Natanael era ingenuo; no dijo <strong>que</strong>fuera sin pecado. Hay una diferencia importante.La respuesta de Jesús (Juan l:48b; ver Sal. 139:1-6).Las siguientes palabras de nuestro Señor son suficientes para convencera Natanael de <strong>que</strong> Él tenía un conocimiento sobrenatural de él. Jesús ledijo: “Antes de <strong>que</strong> Felipe te llamara, cuando estabas debajo de lahiguera, te vi”. ¡Él conocía el lugar particular donde estaba estudiando lapalabra!La respuesta de Natanael (Juan 1:49; ver 1:34; 20:30, 31).La respuesta de Natanael es una expresión de una fe nueva y profunda:“Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Cristo hacapturado su alma. Él ha venido a creer lo <strong>que</strong> Juan esperaba <strong>que</strong> sealcanzara por la lectura del Evangelio, es decir, “para <strong>que</strong> creáis <strong>que</strong>Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para <strong>que</strong> al creer, tengáis vida en sunombre”.Estos son los pasos en el progreso de Natanael hacia una fe profunda:(1) Escuchó el mensaje; (2) fue invitado a hacer contacto con el sujetodel mensaje; (3) hizo el contacto. Por ahora, su fe no podrá poseermás, aun<strong>que</strong> podrá poseer su finalidad más plenamente en el futuro.Estoy seguro de <strong>que</strong>, si pudiéramos haber hablado con Natanaeldespués de este contacto, hubiera dicho <strong>que</strong> ¡lo único bueno vienede Nazaret!6


III. LAS PALABRAS FINALES DE NUESTRO SEÑORLa promesa (Juan 1:50).Las palabras de Jesús a Natanael al final de la entrevista son asombrosasy muy instructivas. Primeramente dice: “Cosas mayores <strong>que</strong> éstas verás”,refiriéndose a su extraordinario conocimiento sobre Natanael cuando ésteestaba debajo de la higuera meditando sobre la vida de Jacob,principalmente en su visión de la escalera y los ángeles. “Esto (Morris serefiere a las cosas mayores <strong>que</strong> Natanael va a ver) puede ser otrareferencia a Natanael como un israelita (como, por ejemplo, Bernardpiensa) el nombre “Israel” se creía ampliamente <strong>que</strong> se derivabade: 'el hombre viendo a Dios’. De esa manera sepensaba de Jacob como el hombre de visión par excellence" 3 . De esto nopodemos estar seguros, pero la idea es interesante.El cumplimiento (Juan 1:51).La perfección de este entendimiento viene del Hijo del Hombre. Jesúsdice: “En verdad, en verdad os digo <strong>que</strong> veréis el cielo abierto y a losángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre”. Hay unnúmero de cosas <strong>que</strong> uno podría decir acerca de esta declaración denuestro Señor. La primera es <strong>que</strong> parece claro <strong>que</strong> Natanael había estadomeditando en la visión de Jacob, dada a él cuando se escapó de Esaú. EnBetel había soñado “y he aquí, había una escalera apoyada en la tierracuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles deDios subían y bajaban por ella. Y he aquí, el SEÑOR estaba sobre ella, ydijo: Yo soy el SEÑOR, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. Latierra en la <strong>que</strong> estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.También tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderáshacia el occidente y hacia el oriente, hacia el norte y hacia el sur; y en tiy en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. He aquí,yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera <strong>que</strong> vayas y te harévolver a esta tierra; por<strong>que</strong> no te dejaré hasta <strong>que</strong> haya hecho lo <strong>que</strong> tehe prometido (Gén. 28:12-15). Jacob pudo muy bien haber estadopreguntándose, a la luz del hecho de <strong>que</strong> las deidades de ese tiempo7


eran en su mayoría deidades locales cuyo poder era operativo dentro deciertos límites regionales, si el poder de Yahweh era lo suficientementegrande para protegerlo a la distancia <strong>que</strong> se encontraba de su hogar.Cualquier otra cosa <strong>que</strong> haya significado la visión, significaba <strong>que</strong> Dios,de hecho, estaría con él en todos los lugares a los <strong>que</strong> fuera. Aun más, elascenso y el descenso de los ángeles hacía claro <strong>que</strong> había un contactoentre el cielo y la tierra, la escalera sugería una base de meditación ycomunión entre el cielo y la tierra.¿Qué quiso decir nuestro Señor? Algunos han sugerido <strong>que</strong> habíaprometido visitas angelicales durante su propia vida y ministerio, y <strong>que</strong>los apóstoles las verían (ver Luc 22.:43; Mat. 26:53, etc.). Aun otros hanpensado <strong>que</strong> nuestro Señor tenía en mente la comunicación continua <strong>que</strong>tendría lugar entre el Padre y Él durante su ministerio, un cumplimientocontinuo, como si fuera, de su obra al revelar al Padre (ver 1:18; 3:13).Y, finalmente, otros han apuntado a las señales del Evangelio de Juan enla medida en <strong>que</strong> revela al Hijo como el Mediador, o la vida <strong>que</strong> esciertamente la vida.Hay una diferencia importante entre la visión de Jacob y la profecía denuestro Señor. En la visión de Jacob, los ángeles <strong>ascienden</strong> y <strong>descienden</strong>de una escalera, pero en la profecía de nuestro Señor, ellos <strong>ascienden</strong> y<strong>descienden</strong> sobre “el hijo del hombre”. En esta sustitución, nuestro Señorindica <strong>que</strong> Él es la escalera. Ahora, si la escalera significaba <strong>que</strong> habíacontacto entre la tierra y el cielo, y si los ángeles sugerían el podersoberano y el amor de Dios en sus actividades entre los hombres,entonces en la sustitución, nuestro Señor estaba apuntando <strong>que</strong> todasesas cosas encuentran su culminación en Él. Él es el mediador entre Diosy los hombres, y es en Él <strong>que</strong> el poder soberano de Dios y la gracia sonoperativos entre los hombres. Ya <strong>que</strong> en el Evangelio de Juan tenemospre-eminentemente la revelación del Padre en el Hijo, este es un dichomuy apropiado. Strachan está en lo cierto: “Tenemos en 1:51 una clavede todo el retrato de Jesús en el Evangelio" 4 . Él es el camino (14:6), Él esla puerta (10:9), pero además Él es la escalera, todo combinado para8


distinguirlo como el mediador del cielo y la vida con Dios. ¡Qué magníficaimagen!No es necesario identificar los peldaños de la escalera como sus obras enla encarnación, tentación, transfiguración, muerte, sepultura yresurrección, sino <strong>que</strong> una exposición de la plena trascendencia delsignificado de la escalera incluiría tales cosas.ConclusiónHay tres títulos en esta sección <strong>que</strong> son importantes. Su deidad essugerida por “Hijo de Dios” (v. 49). Su humanidad es incluida en el “Hijodel hombre (v. 51). Su realeza se encuentra en “Rey de Israel” (v. 49).Aquí aprendemos además <strong>que</strong> Cristo desea a los poco impresionantes, yesto es un descanso para la mayoría de nosotros. Él desea a Felipe y loenrola en la ciudad de Dios, por<strong>que</strong> su nombre será encontrado en loscimientos de la Nueva Jerusalén (Apoc. 21:14).Y, por supuesto, cuando pensamos en el conocimiento de nuestro Señorde Natanael aun antes de verlo físicamente, se nos recuerda el hecho de<strong>que</strong> Cristo nos mide, también, cuando estamos “bajo una higuera”. ¡Oh,el terror de ese hecho! Él nos conoce y nos ve todo el tiempo. Pero, ¡oh,también la comodidad de eso! No nos podemos mover más allá de supoder y amor a favor de su pueblo.Las bendiciones de Dios vienen a los <strong>que</strong> están al pie de la cruz, tal ycomo a Jacob en el pie de la escalera. “Bienaventurado” fue Jacob y todasu simiente (ver Gén. 28:14) en “la casa de Dios”, y en “la puerta delcielo” (v. 17).Debemos notar un punto final. En el versículo cincuenta, la palabra:“verás” es la interpretación de un verbo en número singular; lareferencia, parece ser, para Natanael solamente. En el versículo9

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