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Arce Leonardo

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Había mencionado en una sección anterior que la relación del BDSM se daba con mayor cercanía a Sacher-<br />

Masoch que ha Sade. Pues bien, ha llegado el momento de ejemplificar dicha cercanía apelando a los dos<br />

contratos que firmó Leopold Von Sacher-Masoch con dos de sus dóminas; a la par, dicho apelativo a tales<br />

contratos es una forma de poner de manifiesto lo que en el BDSM se conoce como el protocolo o contrato entre el<br />

Dominante y el sumiso, elemento esencial al momento de diferenciar el BDSM de la brutalidad y de señalarlo<br />

como conformador de una cultura.<br />

El primer contrato de Sacher-Masoch aparece firmado entre este y la señora Fanny de Pistor. El segundo lo<br />

firman Wanda y Sacher-Masoch. Es interesante revisar ambos contratos, puesto que especifican los términos de la<br />

relación que van a mantener 56 . En el primero se señala, por ejemplo el tiempo de duración de la relación: seis<br />

meses. “Estos seis meses no deberán ser continuos; podrán sufrir largas interrupciones que comenzarán y<br />

concluirán según el capricho de la soberana”. En contraposición, en el segundo se especifica que la duración de la<br />

relación es indefinida, pudiéndosele poner fin a raíz de la muerte del sumiso: “Si en algún momento no pudieseis<br />

soportar más mi dominación y vuestras cadenas se os hiciesen demásiado pesadas, tendréis que daros muerte:<br />

jamás os devolveré la libertad”.<br />

Otro elemento interesante de comparar compete a los límites a los que pudiese llegar la relación. En el<br />

contrato con Fanny hay una cláusula que especifica que: “la señora Fanny de Pistor no le reclamara nada<br />

deshonroso (que pueda hacerle perder su honor de hombre y de ciudadano). Además, deberá dejarle seis horas por<br />

día para sus actividades y no leer nunca sus cartas y escritos. Por cada infracción o negligencia o por cada crimen<br />

de lesa majestad, la dueña (Fanny Pistor) podrá castigar como le plazca a su esclavo (Leopold de Sacher-<br />

Masoch)”. Por otro lado, si revisamos el contrato con Wanda, las medidas se han extremado: “Al igual que<br />

vuestro cuerpo, vuestra alma también me pertenece y, aunque llegarais a sufrir mucho por ello, deberéis someter a<br />

mi autoridad vuestras sensaciones y sentimientos”, “Renuncia totalmente absoluta a vuestro yo. Fuera de la mía<br />

no tenéis ninguna voluntad”, “deberéis ejecutar todo cuando yo demande, esté bien o mal, y si exijo de vos un<br />

crimen, tendréis que volveros criminal para obedecer mi voluntad”. Lo interesante del contrato con Wanda es la<br />

puesta en práctica literaria que hiciera Sacher-Masoch en su texto La Venus de las pieles, en donde el contrato (en<br />

estricto rigor, un papel en blanco con la firma y nombre del protagonista) es el arma que utiliza la dómina para<br />

alejar a su sumiso cuando ya no desea tenerlo más a sus pies, escapándose con su amante, el Griego. Más<br />

interesante aun es constatar la puesta en escena en la realidad que intentó ensayar Sacher-Masoch con Aurore<br />

Rümelin, la persona usualmente conocida con el seudónimo de Wanda 57 .<br />

Pero más notable es el hecho de que la práctica del contrato se haya establecido como requisito dentro de la<br />

comunidad BDSM. Para formar parte de ella el contrato es esencial. De no acatar la figura del contrato entonces<br />

no se puede hablar de pertenecer a dicha comunidad ni estar ad hoc con la cultura BDSM misma. Se puede decir<br />

que se practica el BDSM y que se conoce la cultura conformada y que se disiente de la misma; sin embargo, para<br />

formar parte de un club o para asegurarse una buena cantidad de compañeros de juego, el contrato siempre será<br />

esencial. Siempre existen los practicantes que no siguen esas reglas por considerarlas normativas, sin embargo, tal<br />

y como decía Vienna, esas reglas, esa negociación son parte indispensable del mismo juego del BDSM.<br />

Dentro de mi investigación constaté la importancia que se le da a este protocolo en un artículo de una revista<br />

llamada Cuadernos de BDSM. A la par, dicha revista se constituyó como un ejemplo más del armazón o de la<br />

estructura ósea que va adquiriendo el BDSM como cultura. El autor del artículo reflexiona sobre la aplicación o<br />

no del protocolo:<br />

56 Pueden encontrarse ambos contratos en el Apéndice II del texto de Deleuze: Presentación de Sacher-<br />

Masoch, lo frío y lo cruel.<br />

57 Para una historia de la relación de Aurore con Sacher-Masoch, recomiendo el texto de Adrián Cangi, “El<br />

amor según Sacher-Masoch” en Revista Nomadias, Año 2010, Número 11, Universidad de Chile, pp. 11-41.<br />

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