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<strong>TANABARA</strong> NUMERO O1<br />
Página 23<br />
poco a poco ha comenzado a fragmentarse.<br />
Ahora no existe método que su<br />
mente tache como falso.<br />
25 de Abril de 1999<br />
Esperanza. ¿Qué significa aquella<br />
palabra? ¿Cuál es su concepto? Él<br />
ya no lo sabe. Confío en aquello que<br />
su no-creencia le ofrecía, pero al<br />
igual que en la cual confiaba, solo<br />
fue una pérdida de tiempo y dinero.<br />
El primero –de esos médiums de pacotilla–,<br />
vino a la mañana del día siguiente<br />
ofreciéndole una<br />
«limpieza»; pero lo único que hizo<br />
es imprimir una gran factura. Su<br />
mal no fue sanado. A la semana siguiente<br />
llego un segundo médium,<br />
aunque la historia no fue diferente a<br />
la ya contada. Y su mal no fue sanado.<br />
El tercero que había venido hace<br />
solo un par de días fue distinto. Él<br />
se detuvo frente a la casa –<br />
temblando como gelatina–, se giró y<br />
ya jamás regreso. Y su mal sigue sin<br />
ser sanado.<br />
antemano el resultado de la batalla,<br />
aún retiene la esperanza de<br />
que esta vez sea diferente. Su mano<br />
confronta las inconscientes<br />
órdenes de detenerse. Se posa sobre<br />
el pomo e incontables sensaciones<br />
abundan su cuerpo casi de<br />
inmediato: su piel comienza a sudar,<br />
un salpullido se forma en su<br />
nuca, los vasos sanguíneos de sus<br />
ojos se inflaman y el contenido<br />
aún presente en su estómago se<br />
precipita con rapidez por el esófago<br />
camino a la faringe, y de la faringe<br />
hacia la boca.<br />
Emilio sostiene su incendiada garganta<br />
arrodillado frente a su propio<br />
ácido estomacal, dispersado<br />
por el verde pasto de la cuadra.<br />
Esta temblando, con ojos llorosos<br />
y dificultad para respirar. Tampoco<br />
es la primera vez que esto sucede.<br />
Es un aviso para probar una<br />
vez más la mudanza.<br />
Resignado se levanta y se marcha<br />
como todas las noches desde<br />
aquel incidente.<br />
Abatido se detiene frente a su enemigo<br />
más indeseado. Sabiendo de<br />
Cierra la puerta de la habitación<br />
con el número 203 y se lanza so-