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eacción a los ataques constantes de la dominación capitalista, ¿todas las<br />
acciones no son idealmente vengativas?<br />
Se ha dicho que, respecto a las circunstancias, simplemente la violencia<br />
no es la manera de solucionar los conflictos “dentro de la comunidad”.<br />
Dejando a un lado por un momento la terrible naturaleza de una<br />
comunidad que se apega a la representación de cohesión por el bien<br />
de la seguridad del violador, tenemos que llegar a analizar el rol de la<br />
honestidad en nuestras respuestas a estas situaciones. ¿Es más honesto,<br />
más directo, actuar con una respuesta física – incluso la venganza – o<br />
engancharse en un proceso verbal pseudo-judicial? En algunos casos la<br />
solución podía ser la última, sin embargo es la posibilidad de la primera<br />
como necesidad genuina a tener que ser considerada en todos los casos,<br />
especialmente por lx superviviente, cuyas acciones pueden no ser dictadas<br />
por la expectativa o por el albedrío. La honestidad es una dinámica<br />
crucial dentro de cada comunidad digna de este nombre, y así como el<br />
uso de una violencia sin mediación en contra de lxs perpetradorxs es el<br />
resultado de una comunidad honesta, es igualmente importante que una<br />
comunidad honesta sea en sí misma el resultado de acciones como ésta.<br />
Una crítica común a los procesos de responsabilización es su tendencia<br />
a reflejar alguna parte del sistema judicial – una mediación estructurada<br />
hacia la rehabilitación o el castigo de una forma u otra. Mientras<br />
que un resultado determinado por elx sobrevivientx no es afín con el<br />
del estado, el proceso se queda en una mediación. Al revés, para alejarse<br />
de lo judiciario hay que rechazar la mediación, el residuo de la idea que<br />
nuestras interacciones tengan que ser de alguna manera guiadas por<br />
terceras partes, aunque sea una tercera parte que hemos escogido nosotrxs.<br />
A tal fin hace falta un ataque al violador directo y sin mediaciones,<br />
precisamente lo que prohíbe cada sistema judicial; de esta forma la línea<br />
entre deseo y acción vendrá borrada.<br />
Muchos procesos de responsabilización obligan al perpetrador a<br />
“trabajar” sobre su existencia como macho, y sobre su representación<br />
de la masculinidad. Su objetivo es convencerle a modificar su rol como<br />
hombre. Sin embargo el patriarcado puede existir solo mientras venga<br />
representado – o sea, mientras sobreviva el rol del hombre. Lo que queremos,<br />
simplemente – así como por cada rol determinado impuesto por